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Geografía histórica dominicana

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Ferago SRL

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Frank Moya Pons

De mis estudios de secundaria recuerdo la noción de que la geografía, una ciencia autónoma, también poseía la cualidad de ser ciencia auxiliar de la historia. Junto a otras disciplinas, como la cartografía, nos permite situar los acontecimientos pasados en el espacio y nos provee una dimensión territorial de los hechos relatados por los historiadores. Hace posible materializar una visión crítica del pasado en el territorio. Eso es lo que logra Frank Moya Pons con su interesante libro Geografía histórica dominicana que, con motivo de esta edición de AAA dedicada al paisaje, estamos reseñando.

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Geografía histórica dominicana recoge una serie de artículos que se publicaron en el semanario Clave entre 2008 y 2010 en una página titulada “Geographica” y que el autor firmaba bajo el seudónimo de Zacarías Nieto. Se trata de textos que tocan la geografía dominicana y de la isla Hispaniola desde una perspectiva que combina la geografía, la historia, la economía y otros aspectos de las ciencias sociales en piezas escritas con gran agilidad y en un estilo ameno. Hay que destacar que esta no es la primera obra de Moya Pons dedicada a la geografía; este historiador, que acumula una larga lista de títulos, tuvo a cargo el Atlas de los recursos naturales de la República Dominicana (2004) y tres mapas en relieve de la isla de Santo Domingo.

Después de una introducción del propio autor que explica el origen del libro, Fausto Rosario Adames introduce un texto a manera de prólogo refiere anécdotas variadas de Zacarías Nieto, heterónimo de Moya Pons que firmaba los artículos originales. Nieto se convirtió en un verdadero fenómeno editorial y era seguido y requerido para consultas por lectores interesados y hasta por las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente. Esquivar esas propuestas generó episodios no exentos de humorismo que Rosario Adames relata en este apartado.

Se trata de una obra en la que Moya Pons el geógrafo no puede separarse del historiador y aborda, en toda su extensión: el territorio y el clima con certeras descripciones que atestiguan un conocimiento de la isla basado en la experiencia. Se ocupa del suelo y el subsuelo, su conformación y su explotación a través de la minería; el cambio geográfico desde los asentamientos humanos; la agricultura, los pueblos, poblados y ciudades y los efectos -no siempre positivos- sobre la economía, la sociedad la cultura y la geografía de la importante actividad turística. Escribe acerca de la morfología de las ciudades, su origen y crecimiento. La localización de las actividades productivas y sus efectos sobre el territorio es otro de los tópicos de uno de los capítulos más interesantes y esclarecedores de la obra. Trata además de lo que la academia llama location theory, es decir la localización eficiente de las actividades productivas y comerciales. Lo hace de una manera creativa que va de lo territorial a lo urbano, de la región a la calle de ciudad.

La etimología de la palabra geografía es de origen griego y significa, de manera literal, descripción de la tierra. El sufijo graphein, presente en la palabra, significa precisamente trazo, escrito, raya, boceto. Para la geografía son importantes los mapas, los dibujos, las abstracciones formuladas por los cartógrafos, las descripciones de los viajeros, los tratados de los geógrafos. Las historias de las diferentes versiones de nuestro paisaje y sus imaginaciones y las vicisitudes de los documentos se tratan en un solo capitulo. El escritor adopta una posición crítica y aboga por la aplicación práctica del conocimiento territorial: la necesaria y olvidada planificación, eterna tarea pendiente en el país.

Los aspectos medioambientales relacionados con los efectos del fuego, las cuencas y los ríos y las áreas protegidas se agrupan en la parte final de la obra en tres capítulos que por momentos presentan dramáticas advertencias sobre el futuro. Sigue una sección dedicada al movimiento necesario de los humanos a través de calles, caminos y carreteras y que aporta interesantes datos históricos además de detalladas descripciones de los paisajes nacionales.

Al final del libro se ofrece una cronología de los artículos que componen la obra, en orden de aparición y otra cronología que los relaciona por capítulos para una mejor comprensión. Un mapa de la isla permite relacionar el texto con el territorio. La obra concluye con una semblanza del autor y un índice de nombres y lugares.

Para hacer una valoración crítica de este libro podemos decir que tiene el valor de la experiencia. El conocimiento que posee el autor de la geografía isleña está basado en haberla recorrido y contrastar estas vivencias con un conocimiento certero de los acontecimientos han ocurrido en esa geografía y que han dado forma a nuestro país; al situar el devenir humano en el espacio surge un nuevo sentido de este último. Cada pieza de cada capítulo contiene una enseñanza, una visión tan acabada y necesaria me atrevo a decir que se trata de una obra que debería formar parte de la lista de textos que se enseñan en las escuelas del país. Tan pertinente entiendo que es, tan bien escrito, tan ameno, tan didáctico.

Gustavo Luis Moré

Rafael Tomás Hernández: La ciudad del hombre

Las ciudades son entidades complejas, producto de la imaginación humana y del ejercicio de su poder sobre la geografía. No existe una ciudad trascendente en el inventario de asentamientos humanos de la historia, que no posea algún elemento geográfico de relevancia; la relación entre las fuentes marinas o fluviales son generalmente indispensables para la subsistencia de la ciudad; la orografía demarca sobre todo el carácter de la misma, y las riquezas subyacentes que la sostienen como aparato de producción económico fundamental.

Como toda creación humana, cada ciudad posee una forma particular, cuyos orígenes se diluyen en el tiempo, y va adquiriendo patrones racionales o aleatorios, en la medida en que se va desarrollando. Durante este proceso, suelen destacarse hombres que actúan sobre el territorio, definiendo huellas de diverso impacto en el futuro de las mismas. Si bien suelen atribuirse estas marcas a las acciones del poder de los políticos en el tiempo, la participación de hombres dedicados a componer la morfología de lo urbano, de hombres que actúan con mayor fuerza y por más tiempo que otros, suelen identificarse en cada ciudad. Estos hombres están generalmente dotados de grandes conocimientos, y tienen personalidades afines a las maniobras del poder, permitiendo de esta forma, alineamientos de alta productividad sobre la ciudad, que se transforma día tras día, año tras año, siglo tras siglo.

La ciudad de Santo Domingo, fundada por Bartolomé Colón en 1498 y escrita en los anales de la historia urbana en el 1502 por Nicolás de Ovando en el lado oeste del río Ozama, es actualmente un conglomerado habitado por más 4 millones de capitaleños, el asentamiento más populoso del Gran Caribe. En los últimos 50 años ha duplicado su territorio, producto de la migración rural iniciada en los años 60 –a partir del ajusticiamiento del dictador Rafael Leonidas Trujillo- y consolidada desde entonces con muy escasa planificación y limitadísimo equipamiento, a pesar del enorme esfuerzo de 18 gobiernos constitucionales, democráticamente elegidos.

A partir del 1961, el ex presidente Joaquín Balaguer realiza 5 gobiernos (en 22 años), durante los cuales se dedicaron recursos extraordinarios en estructurar a Santo Domingo como una mayor ciudad, y prepararla para el futuro. Balaguer se valió de un nutrido grupo de profesionales arquitectos, ingenieros, urbanistas planificadores, casi todos dominicanos, quieres transformaron cuantitativamente el territorio, pero en verdad, implantando una huella indeleble que hoy se manifiesta todavía con vigor, desde los predios de la ciudad fundacional, cuyos barrios y monumentos fueron intensamente restaurados, hasta la periferia urbana, que llegó a traspasar las 3 fronteras fluviales de los ríos Ozama, Isabela y Haina.

Dentro de este memorable grupo de profesionales se distingue por su afable personalidad y poderoso impacto en la ciudad, el Ing. Arq. Rafael Tomás Hernández. Este libro mostrará, como su carrera se inicia desde sus estudios universitarios en el 1955, y como la suerte, su capacidad profesional y su calidad de ser humano integral, lo hizo responsab–ºle principal de muchas de las más determinantes intervenciones urbanísticas desde entonces, casi siempre de la mano de la ejecución de múltiples proyectos de viviendas para la población menos favorecida. Como podrá comprobarse en estas páginas, el simple hecho de haber creado, producido, defendido y diseñado el Cinturón Verde que protege y organiza el crecimiento periférico de la ciudad, es mérito suficiente para alabar su obra y agradecer su proceder profesional.

Este volumen pudo tener más del doble de contenido, si el Arq. Hernández hubiera sido exigente con su inventario de obras, tanto públicas como privadas. Aún así, su estudio comprueba la labor cabal de mas de 65 años de profesión, y relata las obras más importantes de su prolija trayectoria. Para AAA, ha sido un verdadero honor trabajar junto a este coloso, sus familiares y colaboradores, en este primer recuento de su vida profesional.

Marcos A. Blonda

Visiones Urbanas del Gran Santo Domingo: Cristóbal Valdez

Cristóbal Valdez no es sólo un arquitecto graduado en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña en 1971, con maestría en arquitectura de Kent State University en 1973, es eso y es un pensador de la ciudad. Desde que regresó al país luego de su especialización en el extranjero ha escrito, ha planificado, ha participado en múltiples foros acerca de lo que le apasiona: la urbe, sus procesos, su planificación y su construcción. Es un conocedor de la ciudad del pasado, es un usuario al que le duele la ciudad del presente y es un visionario de la posible (y mejor) ciudad del futuro. Su tercer libro: Visiones urbanas del Gran Santo Domingo resume 45 años de pensamiento alrededor del área metropolitana que contiene la capital del país y sus municipios cercanos.

En Visiones urbanas del Gran Santo Domingo Valdez inicia con una mirada que combina la historia con el contexto actual y explica los procesos políticos, sociales y económicos causados por la falta de planificación y la incapacidad gerencial de las autoridades para implementar proyectos que beneficien de manera real a la población del Gran Santo Domingo. La metrópolis ha crecido de manera desordenada y Valdez busca las causas en la historia: “La presencia de Santo Domingo como centro del poder nacional se establece en cierta forma desde su fundación.” La centralidad que Santo Domingo exhibe hoy se ha consolidado en el tiempo y la región metropolitana concentra población, actividades económicas y atrae migraciones. Se origina un proceso de expansión geográfica que consume tierras agrícolas y recursos naturales. Plantea de manera crítica que la estrategia más común ha sido permitir ese desarrollo sin dirección. Se trata de un proceso que ha sido estudiado de manera constante y a pesar de la realidad vigente se han realizado múltiples eventos y estudios que han planteado visiones para un mejor desarrollo de la ciudad. El autor ofrece una lista, que él mismo declara que no es exhaustiva, de los eventos y documentos que abarca desde 1975 hasta el año 2018.

A partir de estas experiencias técnicas y académicas Valdez construye una visión posible de la metrópolis que abarca todo el territorio y sus implicaciones. Construye así una narrativa que recorre la ciudad posible, una metrópolis que no existe pero que no es una utopía. Se trata de una propuesta verdaderamente practicable desde una verdadera voluntad política que se oriente hacia el bien común antes que al proyecto personal. Y es que este último ha sido uno de los males que ha afectado la construcción de Santo Domingo desde 1502 y que el autor ha señalado una y otra vez en esta obra y en las otras dos que ha publicado.

Para construir su discurso, el autor se sitúa en el año 2030 y realiza una descripción de la metrópolis de Santo Domingo, una agradable área metropolitana junto a sus núcleos urbanos de apoyo. Se trata, en la visión de Valdez, de un proceso iniciado alrededor del año 2019 y que incluye al Ayuntamiento del Distrito Nacional como el verdadero papel de gestor del municipio, líder de todas las actividades políticas y económicas de su demarcación. La corporación edilicia canaliza y gestiona todas las aspiraciones de la población desde los grupos populares hasta los empresarios. A partir de este punto las visiones se concretizan. Una Oficina de la Mancomunidad del Gran Santo Domingo formula un Plan Estratégico con una clara visión de futuro de la metrópolis y su entorno rural. Se trata de acciones concretas para el área metropolitana, las zonas rurales y la estructura administrativa de los municipios. Se trabajan las propuestas en dos líneas, una que abarca la totalidad del Gran Santo Domingo y otra puntual de proyectos específicos acordes al marco general.

Los proyectos planteados y sus efectos son el gran aporte del libro y se plantean a varios niveles: descentralización de funciones administrativas, creación de polígonos de gestión, recuperación de áreas naturales, manejo de cuencas acuíferas, conservación de zonas de la ciudad, intervenciones viales e inserción de proyectos de arquitectura entre otras acciones. Es necesario señalar que se trata de decisiones que no se contemplan como tomadas desde el poder, sino que se trata de acuerdos entre la sociedad, el gobierno de la ciudad y los grupos que, con su acción económica y de gestión del suelo urbano, han venido construyéndola. Se trata de una ciudad, sobre todo, democrática.

Como dijimos al principio Valdez es un pensador de la ciudad en general y de Santo Domingo en términos específicos. Le conocemos como un pensador optimista que entiende que siempre se puede hacer una mejor ciudad y en este libro nos muestra un Gran Santo Domingo que no es utópico (la utopía es literalmente ningún lugar ). Se trata de una ciudad posible, que se puede alcanzar si nos ponemos de acuerdo, si prevalecen los derechos de la mayoría, si se piensa en la gente y no en las cosas; porque al final, la ciudad es la gente y la gente es la ciudad. Valdez lo demuestra con este libro y su interesante mirada.

Referencias.-

Valdez, C. (2007). Reflexiones urbanas: artículos y cartas . Intec.

Gomez, C. F. V., & Antonio; pról Vélez Catrain. (2015). Historia crítica de la ciudad de Santo Domingo . Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña.(UNPHU).

Monica Herrera

El 2020 aceleró el proceso de redefinición de nuestros estilos de vida, permitiendo cuestionar la manera en que usamos los recursos hasta agotarlos, sin prever para futuras generaciones, más allá de los costosos planes para establecer vida en Marte. Así vemos hoy como el concepto de las estrategias ESG ( Environment, Social and Governance ) que nace en la década del 2000 a partir de la llamada Inversión Socialmente Responsable (ISR), es ya un enfoque que gana popularidad y que vincula todos los procesos de una compañía, permitiendo ver el alcance del impacto social, económico y ambiental que trasciende al negocio.*

Las estrategias ESG pueden ser aplicadas a empresas y a países. La República Dominicana como economía líder del Caribe se encuentra, al igual que el resto del mundo, en una encrucijada frente a la escasez proyectada de recursos y al agravamiento de la crisis climática. Queremos progreso, pero para lograrlo se están agotando los recursos del territorio sin planificación y sin control. Esta falta de oportunidades sigue impulsando el éxodo masivo de la zona rural hacia las ciudades, con las consecuencias visibles en la infraestructura urbana desde la vivienda, transporte, urbanismo, convivencia, calidad de vida, salud y mucho más.

Mientras Amsterdam se acerca a ser la primera economía circular del mundo, en República Dominicana la basura de las ciudades aún va a vertederos a cielo abierto. En aquella capital europea se promueve el transporte en bicicleta y aquí con la instalación de un solo carril atropellaron a varios valientes. En Amsterdam hablan de reciclar los materiales de construcción y aquí las granceras extraen arena y grava de los pocos ríos que quedan. Nuestro concepto único de bajar la temperatura de la ciudad parece ser la instalación de mejores sistemas de refrigeración, porque los árboles se talan para ganar espacios de construcción.

Es natural que surja la pregunta sobre las acciones, XXXXX qué estamos haciendo los dominicanos para tomar cartas en la sostenibilidad de nuestra economía? La respuesta es: mucho, pero no suficiente. En el año 1989, cuando el mundo se despertó a una realidad hasta el momento desconocida por muchos, que la capa de ozono del planeta tenía un agujero y estaba creciendo, el sentido de urgencia fue compartido por 33 países que firmaron el Protocolo de Montreal, comprometiéndose a reducir y eliminar la producción de cerca de 100 sustancias químicas que dañan la capa de ozono. Y en República Dominicana no teníamos ni siquiera Ministerio de Medio Ambiente.

En el año 2000, mientras la naturaleza daba señales que indicaban claramente que no había retroceso: incremento de la temperatura de los océanos, deshielo de los glaciares, desertificación, riesgos hídricos, finalmente en República Dominicana se crea la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales mediante la ley

64-00, la cual transfiere al nuevo Ministerio varios organismos estatales cuyo objetivo principales era la protección y conservación del medio ambiente y los recursos naturales.

La 64-00 es una ley muy completa, que establece claramente en su introducción: “Que nuestro territorio presenta, debido a su condición insular, a sus rasgos geomorfológicos y su diversidad biológica, ecosistemas singulares, algunos de los cuales evidencian fragilidad, deterioro y amenazas que ponen en peligro su integridad”. Su artículo 5 es una muestra del resto de esta ley: “Es responsabilidad del Estado, de la sociedad y de cada habitante del país, proteger, conservar, mejorar, restaurar y hacer un uso sostenible de los recursos naturales y del medio ambiente, y eliminar los patrones de producción y consumo no sostenibles”.

Pero el problema es más complejo. Tenemos un gobierno central, 31 provincias, 158 municipios y 235 distritos. Tenemos un Poder Judicial, un Poder Legislativo con dos cámaras, y ya perdí la cuenta de cuántos ministerios, viceministerios, instituciones, organismos y comisiones que de alguna forma tienen vinculación con el tema ambiental. Navegar este océano institucional es agotador y confuso.

Y sí, existen muchas leyes y decretos que se emiten para regular el uso sostenible de los recursos naturales, pero la maraña de licencias, permisos, autorizaciones y regulaciones es tal, que hacer mal uso de los recursos ecosistémicos es fácil.

En la actualidad tenemos un marco legal y regulatorio más amplio con la ley 158-01 de promoción al Turismo Sostenible, la ley 340-06 de Compras Verdes, la 57-07 de Fomento a las Energías Renovables y Regímenes Especiales, la ley 225-20 de Gestión Integral de Residuos, así como incentivos al uso de energías renovables, a la eficiencia energética, a proyectos sostenibles y a la reforestación.

Nuestro país ha dado pequeños grandes pasos en la protección de los recursos, que hoy día han hecho posible contar aún con un 40% de nuestro territorio con cobertura boscosa y con la reciente declaración de Madre de las Aguas como reserva de la Biosfera. Pero nuestras ciudades son cada vez más hostiles e irritantes.

La reciente Ley de Ordenamiento Territorial crea un buen momento para emplazar a los diferentes sectores, a los gobiernos locales y a los change makers a pensar un modelo de crecimiento con las ESG integradas. Tomar las iniciativas valiosas que ya se hacen visibles y amplificarlas. Cito a continuación un par de ejemplos.

En el Jardín Botánico de Santiago [ver más adelante en esta misma edición] la Fundación Loyola 79 ha creado un microbosque urbano con el método de Miyawake. Este método

Abajo: Basura en el Malecón de SD. Al centro: Exagerada cantidad de asfalto, 100% lote. (S.D.). Imagen cortesía del Arq. Alejandro Herrera, contenido de Instagram @delamesadelarquitecto.

Parqueo Verde (Copenhagen). En la Universidad de Copenhagen, en la Royal Danish Academy of Fine Arts, y la Technical University of Denmark en Lyngby, parqueos verdes con pavimento permeable, imita el funcionamiento del drenaje del terreno natural, proveyendo de paso, un lugar atractivo en la ciudad. Imagen cortesía del Arq. Alejandro Herrera, contenido de Instagram @delamesadelarquitecto. http://buildabetterburb.org/ de reforestación rápida ideado por el científico japonés Akira Miyawaki, fallecido el año pasado a los 93 años, permite que las plantas crezcan diez veces más rápido que la reforestación tradicional. Como explica Andrés Zaglul, el Bosque Loyola 79 tiene una dimensión de 7,000 metros 2 contiguos al Jardín Botánico de Santiago. En él se plantarán más de 20,000 árboles, y gracias a las técnicas creadas por Miyawaki en tan solo un año se espera que tengan un tamaño de varios metros de altura. A la fecha ya cuentan con casi 7,000 plantas y un crecimiento impresionante.

La revista Nature publicó un reciente estudio demostrando que “los espacios verdes urbanos sin árboles son, en general, menos efectivos para reducir los LST (Land Surface Temperature) , y su efecto de enfriamiento es aproximadamente dos a cuatro veces menor que el enfriamiento inducido por los árboles urbanos”. Localmente el Arq. Alejandro Herrera, junto a la Comisión de Propietarios y Residentes del Polígono Central, se encuentra promoviendo una iniciativa para reducir la temperatura de la zona contemplando una correcta arborización y un uso del terreno que resguarde también su valor inmobiliario. La imagen de archivo de la UNPHU evidencia la pérdida de árboles en Santo Domingo. https://www.instagram.com/p/Ct7P5ckP9a/?igshid=MzRlODBiNWFlZA==

La gestión de los residuos es impostergable. La ciudad no puede continuar enviando a los vertederos toneladas de basura y responsabilizar a los gobiernos de este tema. Desde hace más de 17 años, Ginny Heinsen inició un largo camino de enseñanzas y promoción de la cultura de las 3R, creando incluso el sello Sostenibilidad 3Rs para certificar las buenas prácticas de las empresas. Hoy tenemos iniciativas como Green Love, ReciclaRD, La Huerta Urbana, Tierra Urbana, Cilpen, Nuvi, que van demostrando que el modelo de valorizar los residuos sí es posible. Todos estamos atentos a los avances de DO Sostenible y del Fideicomiso para el manejo de los Residuos Sólidos en la titánica tarea de convertir los más de 200 vertederos a cielo abierto, en rellenos sanitarios.

El empresariado dominicano se compromete cada vez más con esta transformación. Así vemos los grandes avances en términos de Biodiversidad y Negocios que desde el 2017 ECORED y el Programa de Desarrollo de la Alianza Mesoamericana por la Biodiversidad (DABio), que ejecuta la Agencia de Cooperación Alemana GIZ, han venido desarrollando acciones conjuntas para la sensibilización y el involucramiento de las empresas dominicanas afiliadas a ECORED, en alianzas público-privadas dirigidas al desarrollo de proyectos de inversión en conservación y uso sostenible de la biodiversidad.

Todos hemos escuchado la frase de que el planeta no nos necesita, nosotros necesitamos al planeta. Pero el ser humano se mueve impulsado por el instinto de supervivencia grabado en nuestro ADN. Por eso la visión de las estrategias ESG y los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) buscan asegurar un modo de vida sostenible para todos, incluyendo todas las especies del planeta. Por tanto la pregunta ya no es qué hace el gobierno, la pregunta es: ¿qué haces tú para cambiar?

1https://www2.deloitte.com/es/es/blog/sostenibilidad-deloitte/2021/que-son-criteriosesg-para-que-sirven.html

2https://www.amsterdam.nl/en/policy/sustainability/circular-economy/

3https://fundacionloyola79.com/2022/06/15/fundacion-loyola-79-crea-minibosque/ 4https://www.nature.com/articles/s41467-021-26768-w

5 https://ecored.org.do/cms/ecored-firma-acuerdo-para-promover-la-integracion-dela-biodiversidad-en-los-negocios/

Secuencia de pérdida del verde en el Polígono Central (1967,1989,2014). Fuente: Tropical Ghosts , 2014. Fuente: Documento técnico Plan de Desarrollo Urbano del Polígono Central . Ayuntamiento del Distrito Nacional. 2020. Imagen cortesía del Arq. Alejandro Herrera

Benjamín Paiewonsky

El panorama, el paisaje y el jardín: entrevista a Benjamín Paiewonsky, arquitecto paisajista

Ricardo Briones

Rosángela Bobea

Estudio PWP / Ana Porteca / Lowell Whipplel / Clara Portela

Lowell Whipplel / Ana Portela

Tom Fazio

Norio Matsunaga

Massiel Mejía

Fototeca

Corales 26, 27 y 28 Costa Mar 2

Mariposas del Cerro Mirador del Cerro

Arrecife 16, Puntacana Resort & Club, RD

Arrecife 7, Puntacana Resort & Club, RD

Corales Golf Course

The Westin Puntacana Resort & Club

Juanillo 2

Casa VV

Casa del Bosque Cristo Park

ODPA

Emilio Olivo, Rosa Julián / Vv.Aa.

Benjamín Paiewonsky

Vv.Aa.

Aguas Calientes

Master Plan Rio Yaque el Corazón de Santiago

Sendero Educativo, Jardín Botánico

Jardín Botánico Nacional, Santo Domingo

Jardín Botánico de Santiago, Profesor Eugenio de Jesús Marcano Fondeur

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