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La capacitación es la principal arma contra las malezas
Talleres de REM en Chaco, Córdoba y el Sudeste bonaerense dejaron importantes conocimientos para abordar la problemática de manera integral
En los meses de septiembre y octubre se llevaron a cabo los 3 últimos talleres de REM planificados para este año. El enfoque de estos talleres, para técnicos de cada zona, es comprender la importancia de un manejo integrado de malezas, para lo que se brindan aspectos básicos del manejo de malezas como es el reconocimiento de las especies y características de su biología y ecología, para luego seguir con temas de manejo y control más específicos.
En el NEA, la cita fue en el INTA Las Breñas el 1 de octubre. Allí, Alejandra Ledda, especialista en malezas de este INTA, preguntó al auditorio qué pasaría si erradicamos las malezas. Y aunque la primera impresión fuera alentadora, esto tendría también efectos negativos, entre los que se pueden mencionar: disminución del aporte de materia orgánica a los suelos, aumento de la erosión y pérdida de nutrientes, pérdida de recursos genéticos, aumento de insectos y patógenos sobre los cultivos y disminución de insectos benéficos. Entonces concluyó que se deben tener en cuenta todos los componentes e interacciones del sistema y no solo matar las malezas.
Osvaldo Figueroa, consultor privado y coordinador del proyecto Manejo sustentable de malezas de la Región CREA NOA, enfocó su presentación al manejo de malezas en el sistema de producción. Figueroa remarcó la importancia de rotar modos de acción de herbicidas para no generar nuevas resistencias. No obstante, debe pensarse que la rotación de modos de acción debe hacerse para todas, o al menos la mayoría, de las especies presentes. Esto no es tan sencillo y significa que debemos buscar rotar herbicidas con espectros de control similares para poder “pegarle” a la misma maleza con más de un herbicida. Dicho de otra forma, de nada sirve rotar herbicidas que actúen sobre malezas diferentes porque sobre cada una va a actuar un solo herbicida y con eso no bajamos la probabilidad de generar resistencia. Debemos conocer entonces, para cada maleza, una serie de herbicidas que funcionan bien y no abusar solo del mejor porque terminaremos perdiéndolo.
En Córdoba el encuentro se realizó el 11 de septiembre en las instalaciones de la Bolsa de Cereales de Córdoba. Luisa Nisensohn, de la Cátedra de Malezas de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR, destacó la importancia del monitoreo de los lotes de manera periódica, práctica que se encuentra en aumento debido a la problemática. Relacionado a esto, Delma Faccini, de la misma Cátedra, agregó que es importante incluir relevamientos, al menos anuales, a los bordes de los lotes. La eliminación total o no de las ma-
lezas presentes en los bordes dependerá de la peligrosidad de las especies que se releven, ya que un borde totalmente limpio puede ser nicho para el ingreso de especies problema. Diego Ustarroz, de INTA Manfredi se refirió a las especies más problemáticas de la zona. El Sorgo de Alepo resistente a glifosato hay que controlarlo cuando alcanza los 40cm de altura. Hay varios herbicidas que tienen un buen control, pero lo más importante es la oportunidad de aplicación y mantener el manejo en el tiempo, pensando que es un problema que no se podrá erradicar en una campaña.
En cuanto a Gomphrena pulchella, maleza anual, debe tratarse con desecantes en estadios tempranos y darle mucha importancia a la aplicación de herbicidas preemergentes, ya que numerosos de ellos funcionan muy bien para evitar su germinación. Borreria es más problemática y hasta el momento no se ha encontrado un manejo que vaya más allá de la aplicación de desecantes, pero el rebrote se produce a los 15 días de la aplicación.
Rama negra, es más sencilla de manejar que las anteriores y es importante saber que en la zona germina mayormente en el otoño, hasta el mes de junio. La estrategia pasa entonces por hacer aplicaciones en el otoño. Las aplicaciones de herbicidas residuales hay que hacerlas
hasta principios de mayo, porque luego las precipitaciones son muy escasas y no alcanzan a incorporarse. También influyen las condiciones ambientales sobre la eficacia de los tratamientos postemergentes, siendo más efectivos los que se realizan cuando la maleza se encuentra en mejor estado, lo que ocurre cuando hay humedad en el suelo.
Respecto a los Chloris y Trichloris, la especia más difundida en la zona es Chloris virgata, una maleza anual. Esto permite controlarla eficazmente con preemergentes y también con postemergentes si se hace en estadíos tempranos, cuidando que rápidamente alcanza el estado reproductivo y el control se dificulta en gran medida con glifosato, requiriéndose graminicidas.
El 30 de octubre, en Balcarce, se realizó el último taller de REM. Sara Alonso, profesora de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata, dio la primera parte referida al reconocimiento de las especies de la zona, perennes, anuales y bienales, de verano e invierno.
Patricia Diez de Ulzurrum, de la misma Facultad, explicó detalladamente los mecanismos de resistencia, procesos por los cuales una planta consigue anular la actividad fitotóxica del herbicida. Dentro de estos mecanismos, existen los de sitio activo (resistencia específica) y los ajenos al sitio activo (resistencia inexpecífica). En cuanto a la dosis de herbicida, bajas dosis generan resistencia ajena al sitio activo (poligénica) y con dosis altas se favorece la resistencia de sitio activo (monogénica).
María Inés Leaden, profesora de la misma Facultad, preguntó para qué sirve conocer el modo de acción (MDA) de los herbicidas. A lo que respondió que herbicidas con igual MDA poseen similar comportamiento y esto permite diseñar programas de manejo de malezas más eficientes y evitar efectos nocivos como la residualidad en el suelo, la selección de especies de malezas y el desarrollo de biotipos de malezas resistentes.
Gustavo Almassio, asesor y productor, integrante de la Regional Necochea de Aapresid, se refirió al manejo de las malezas en el sistema productivo. Almassio comentó que se “hay que diseñar estrategias de manejo, más que de control. Esto exige planificar, pero planificar en Argentina, significa tener un plan A, uno B y uno C”. Recomendó controlar las malezas pensando en el “lote”, más que en el cultivo. Esto significa mirar a mediano y largo plazo, e implica no medir el retorno económico que me dará la aplicación en el cultivo, sino su impacto en los siguientes. En campos propios, o alquilados a largo plazo, la rotación de cultivos y de modos de acción es la mejor forma de manejar las malezas. Y a esto se suman otras medidas de manejo como la fecha de siembra, el ciclo de los cultivos, la distancia entre hileras, la densidad, la fertilización y los cultivos de cobertura.
Finalizó mostrando preocupación con el uso demasiado frecuente de herbicidas ALS, muchas veces asociados a cultivos
Figura 1: Malezas más problemáticas en la provincia de Chaco.
tolerantes como los CL y STS. Y por último, se preguntó si el 2,4-D de hoy no será el glifosato de ayer, ya que se está aplicando 3 veces por año.
En todos los talleres, Marzetti, Gerente del Programa REM, instó a los técnicos presentes a ser alertas zonales brindando información de casos sospechosos que aparezcan porque eso da vida a la Red. Y por otro lado, se hizo un especial llamado de atención al Alerta de Amaranthus palmeri que ya es resistente a los herbicidas ALS y existen serias sospechas en cuanto al glifosato, siendo la peor maleza en los Estados Unidos, con un gran potencial en nuestro país, para el que hay que estar preparados.
Los resultados de las encuestas sobre las peores malezas para los presentes, en cada zona, se muestran en las Figuras 1, 2 y 3.
Para mayor información ingresar a www.rem.org.ar
Figura 3: Malezas más problemáticas del sudeste bonaerense.