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Municipio Verde, donde campo y ciudad son uno
La certificación de Aapresid para que municipios y comunas garanticen las buenas prácticas agrícolas en las zonas periurbanas.
Municipio Verde es la certificación de Aapresid que tiene como alcance las aplicaciones de fitosanitarios en el área periurbana. El objetivo primordial de esta certificación es el diálogo, la comunicación, la vinculación entre los miembros de la comunidad, los productores y el Estado. Municipio Verde es una herramienta que se aplica en los Municipios para ordenar los procesos y poder eficientizarlos, lo que genera mayor confianza y respeto entre todos los actores. Esta certificación no tiene como objetivo directo modificar las leyes que, al momento de comenzar la implementación, se encuentran vigentes. El único objetivo es el orden, la transparencia, el diálogo y el vínculo. En aquellos lugares donde no haya legislación, es importante que este modo de trabajo siente precedentes y, en caso de necesitar generarla, sirva como referencia. En esta certificación, todos los actores son claves y funcionan como engranajes importantes para que los procesos ocurran de manera correcta, tal como la ley indica, y que sean transparentes y genuinos. Los miembros del municipio (Estado) así como los pro- ductores encargados de la producción en los establecimientos del área periurbana, profesionales y vecinos, todos colaboran y trabajan para que la certificación pueda lograrse y el proceso de aplicación mejore día a día.
Dinámica y actores que intervienen en la certificación
Los actores que son parte de esta certificación son:
• Municipio
• Productores
• Monitoreadores
• Asesores (Ing. Agrónomos)
• Funcionario de Autorización
• Fiscalizador
• Empresa y Operario Aplicador
• Ente Auditor
La dinámica de certificación está dada de la siguiente manera: 1) En primera instancia, el municipio debe generar una serie de registros para tener definidos quienes son las personas que trabajan dentro del área periurbana: propietarios de establecimientos, productores, monitoreadores, empresa aplicadora y sus operarios aplicadores, fiscalizadores y asesores. 2) También el municipio debe tener el mapa de catastro con la zona periurbana definida para poder delimitar el alcance de la certificación. Una vez definido todo esto, comienza a girar la rueda. 3) Cuando un productor decide realizar una aplicación, debe hacerlo a través del monitoreo realizado previamente. En esta instancia, el monitoreador debe tener registro de la actividad realizada para poder evidenciar que la decisión de aplicación se realiza a partir de parámetros agronómicos sustentables. 4) Una vez evidenciado el monitoreo, el productor debe emitir la receta agronómica a través de su asesor y transferirla al municipio con 48 hs. de antelación a la aplicación, para su autorización. 5) En el municipio, el funcionario de autorización es quien chequea el contenido de la receta y verifica que el producto, la dosis, etc. sean los adecuados para la maleza, enfermedad o plaga que se quiera controlar. Con el ‘OK’ del funcionario, el productor queda habilitado para realizar la aplicación. 6) El día de la aplicación, el fiscalizador debe hacerse presente en el lote para controlar que las condiciones ambientales sean las correctas, para corroborar que se utilicen los productos establecidos en la receta y también para asegurar que los operarios aplicadores cumplan con la utilización de los elementos de protección personal así como con sus habilitaciones y capacitaciones correspondientes. Todo este procedimiento de trabajo debe quedar evidenciado en los registros del municipio, los productores, monitoreadores, asesores y el ente certificador externo es quien evaluará al municipio y otorgará el certificado. El canal de comunicación con la comunidad es sumamente importante. El municipio debe establecer un canal de comunicación para recibir cualquier sugerencia, reclamo o consulta y poder responder a la mayor brevedad posible. Además, toda la información de los registros debe estar abierta a la comunidad para transparentar el proceso y generar la confianza necesaria.