Sueños gastronómicos
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Hoteles que además son templos culinarios Por Lorena G. Díaz
Comer, dormir y amar… pero sobre todo comer. Los hoteles han dejado de ser sólo espacios con habitaciones para convertirse en auténticos templos gastronómicos donde, a veces, lo de menos es descansar y lo de más comer, y comer muy bien. Palabra de foodie.
Hotel Atrio, Cáceres Toño Pérez y José Polo son los creadores, dueños y señores de uno de los restaurantes (dos estrellas Michelin) y hotel más punteros de toda España: Atrio. Un enorme y moderno portal da la bienvenida a este refugio urbano bendecido por un ingenioso emplazamiento en un histórico edificio de piedra de color miel en el casco antiguo de Cáceres. Con 14 habitaciones (una de ellas con un Warhol original) y un restaurante que logra transmitir esa armonía donde la gastronomía, la historia y la arquitectura se funden en platos como el bloody mary con helado de cebolletas y berberechos, el carabinero con maíz y meloso de cerdo ibérico o los guisantes falsos con cochinito crujiente y crema de guisantes. José Luis Paniagua, el simpático sommelier de Atrio, es una inmensa fuente de sabiduría en lo que a vinos se refiere, y hablando precisamente de caldos, cabe destacar que Atrio posee una de las bodegas más importantes del mundo y en ella se conservan auténticas joyas enológicas, como una vertical completa del mítico Château d’Yquem, que va desde 1806 hasta nuestros días. Hotel Ritz Carlton Abama, Tenerife Puede que el número 13 sea para muchos un distintivo de mala suerte, aunque eso no ocurre en el sur de la isla de Tenerife
y mucho menos en el hotel Ritz Carlton Abama. Aquí son 13 los establecimientos, entre restaurantes y bares, los dedicados al exigente mundo foodie, y de momento, la prueba está más que superada. Una buena muestra se encuentra en el buque insignia de este hotel de lujo, el restaurante M.B, capitaneado por el chef Martín Berasategui que, con dos estrellas Michelin en su haber, ofrece el auténtico sabor de la cocina vasca en uno de los restaurantes más exclusivos de la isla canaria. Y para muestra un plato, o varios: ensalada tibia de tuétanos de verdura con marisco y el solomillo luismi sobre terrina de patata y salsa périgueux, y una excepcional bodega con más de 700 referencias de todo el mundo. Pero esto aún no ha acabado. El restaurante Kabuki, también galardonado con una estrella Michelin, y ubicado dentro del hotel, ofrece otra forma de aproximarse a la cocina japonesa. El chef Ricardo Sanz fusiona perfiles de sabor inconfundiblemente japoneses y técnicas culinarias tradicionales de Occidente. Hotel Echaurren, Ezcaray Hay palabras que simbolizan la escapada perfecta, así como hay hoteles que son un destino de peregrinaje, sobre todo gastronómico, en sí mismo. Es lo que ocurre con el hotel Echaurren, un lugar para descansar, sí, pero donde se puede comer, y muy bien. Ubicado en uno de los pueblos más bonitos de La Rioja, Ezcaray, es una oda a la gastronomía con forma de coqueto alojamiento. El cocinero Francis Paniego (dos estrellas Michelin) aborda el tránsito que su madre Marisa, toda una institución gastronómica en La Rioja, puso en marcha hace años. El hotel ostenta el honor de ser el primer Relais & Châteaux de La Rioja, pero sin duda lo que más atrae de este apacible espacio es que se trata de un lugar sin pretensiones para sentirse bien y comer aún mejor. De eso se encarga la oferta gastronómica propia
Hay hoteles que son un destino de peregrinaje gastronómico. Eso ocurre con el hotel Echaurren, ubicado en uno de los pueblos más bonitos de La Rioja, Ezcaray.
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De izquierda a derecha: hotel Atrio, Cáceres y Torre del Remei, en Girona.
del establecimiento, que cuenta con el restaurante tradicional Echaurren, un bistró, el Comilón, un gastrobar, e-tapas y un restaurante de cocina de autor, El Portal, que con dos estrellas Michelin tiene el título del mejor restaurante de La Rioja y uno de los mejores de España. Torre del Remei, Girona Josep Maria Boix imparte su doctrina en la Torre de Remei, un hotel-restaurante ubicado en el corazón del Pirineo catalán junto al Parque Natural del Cadí, rodeado de un jardín de tres hectáreas con sorprendentes secuoyas. Este palacete
de estilo modernista de principios del siglo xx presenta, además, una cocina muy personal basada en el recetario tradicional catalán y ampurdanés (una de las regiones gastronómicamente más prolíficas). Y si aquí hay algún protagonista, además de su chef, ése es el producto, de altísima calidad y marcada identidad, y que hace que la carta varíe cada temporada. En sus cocinas cobran vida platos como la langosta en una sopa fría de tomate y hierbas y champiñones, la espalda de cordero asada y los raviolis de foie-gras y trufa, tres especialidades de la casa con las que soñar después en cualquiera de
las 11 habitaciones de las que dispone este inolvidable Relais & Châteaux. Hotel Miramar, Llançà Un restaurante con habitaciones o la plasmación de un sueño. Éste es un proyecto vital y profesional, elaborado a fuego lento y en familia. Y todo, mirando al mar. Así es como nace Miramar, del reputado chef Paco Pérez. Una estrella Michelin y el respeto de crítica y público para este hotel gastronómico cuya historia y presente confluyen en Llançà, un pueblo marinero donde el mar y la montaña se funden en un paisaje único. Esencia mediterránea para
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Abadía Retuerta Le Domaine, en Valladolid.
una cocina con alma representada en los fogones cuya historia se remonta a 1939. Mucho ha llovido desde entonces y hoy, este local brinda por un sueño cumplido, el de reformar las modestas habitaciones del hostal que abrió la familia para convertirlas en cinco suites con vistas espectaculares. Desayunar, comer, cenar y dormir en uno de los mejores restaurantes —sí, sí, restaurantes— de Cataluña y hacerlo además a la vera de clásicos como el tartar de ostras y caviar con matiz de manzana, un clásico de la casa. Abadía Retuerta Le Domaine, Valladolid Una antigua abadía románica del siglo xii reconvertida en un mágico y místico Relais & Châteaux ubicado en la Ribera del Duero y custodiado por las más de 700 hectáreas de los magníficos viñedos
Le Domaine es una abadía románica del siglo xii, reconvertida en un místico Relais & Châteaux en la Ribera del Duero, con viñedos de las bodegas Abadía Retuerta. de las bodegas Abadía Retuerta. Así es Le Domaine, un espléndido hotel de lujo de los que no acumulan estrellas sino experiencias. Todo comenzó con la bodega y, años después, siguió sacando a flote el entorno en una firme apuesta por la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. Con la apertura del hotel llegó la gloria definitiva que ha catapultado a este complejo del lujo y el buen hacer hasta el olimpo de los mejores lugares del mundo donde dormir
y, cómo no, donde comer. Centrada en el producto y rezumando estilo y técnica, la cocina del chef Marc Segarra (una estrella Michelin) se nutre de platos como el bogavante, crema de alcachofa y levadura con limón; el lechazo asado y cenizas de ajo y el pescado de mercado con emulsión de yema y tirabeques encurtidos. Aquí prima el producto por encima de cualquier otra cosa, apostando por ingredientes que no adornan, sino que complementan.
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en la técnica, que fascina al comensal por la creatividad y buen gusto a la hora de maridar los productos. Y es que si hay algo de lo que en ABaC vayan sobrados es precisamente de eso, de buen gusto. Un lugar donde el continente es casi tan importante como el contenido, de ahí que su cocina, de casi 200 metros cuadrados, haya sido diseñada por el prestigioso Joaquim Casademont. Un lugar de cuyos fogones salen platos superlativos como los piñones carbonara con clara de parmesano, crestas de gallo y mantequilla de trufa blanca.
Hotel ABaC, en Barcelona.
Hotel Único, Madrid Techos altos, enormes ventanales y una luz blanca y cálida se filtra por cada rincón de este noble hotel de la capital. Es Madrid en estado puro. Ubicado en pleno centro, en la conocida Milla de Oro, este hotel que, como su propio nombre indica es único, ocupa un fabuloso palacio construido en el siglo xix, que fue transformado en esta joya de 44 habitaciones de lujo. Y aquí, tan discreto como elegante, encontramos uno de los must de la ciudad, el restaurante Ramón Freixa, reconocido con dos estrellas Michelin y mejor restaurante de Madrid por el prestigioso certamen Madrid Fusión. Técnica, producto, sentimiento. Quien haya seguido la trayectoria del reconocido cocinero catalán sabrá que estos son los tres pilares básicos que definen su propuesta, una cocina honesta que combina de manera
prodigiosa tradición y vanguardia, técnica y expresión creativa. Y a estas alturas alguien duda de que la cocina es gusto y sabor, platos como el salmón salvaje de Alaska, tartaleta como un aspic de brócoli y peras y los canelones de asado de tres carnes con setas lo dejan bien claro. Hotel ABaC, Barcelona Hotel boutique de 15 habitaciones, un restaurante bendecido por la crítica y una construcción, obra del arquitecto Antoni de Moragas, que consta de dos edificios integrados en un jardín como núcleo vital del complejo. El restaurante es capitaneado por el mediático chef catalán Jordi Cruz, quien ocupa un puesto en el pódium de honor de los astros más codiciados del planeta, con dos estrellas Michelin. Su cocina de autor es impecable
La Torre Box Art Hotel, Madrid Ubicado en una de las zonas más burguesas de la sierra madrileña, esta casona del siglo xix reconvertida en hotel ofrece al viajero más sibarita elegantes y diáfanas habitaciones, un spa, jardín con piscina y un espectacular restaurante donde el huésped no se encuentra como en su propia casa, sino mejor. De eso se trata, al fin y al cabo, en un hotel empeñado en mimar al cliente de forma superlativa, comenzando por una excelente apuesta gastronómica, secundada por un espacio único. En El Invernadero (una estrella Michelin), uno de sus dos restaurantes, el chef Rodrigo de la Calle eleva a la categoría de sublime todo lo que la naturaleza ofrece. Un auténtico frenesí vegetal servido en un espacio tan exclusivo que sólo cuenta con cuatro mesas y 16 comensales como máximo, y que sólo sirve un menú —Vegetalia— que resulta toda una sinfonía armónica de sabores y texturas para el comensal. Merece la pena alojarse en este idílico hotel de montaña para disfrutar de la cocina del “padre de la gastrobotánica” e impulsor de la revolución verde. Palabra de Michelin.
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Hotel Puente Romano, Marbella Mucho tenemos que agradecer al príncipe Alfonso von Hohenlohe, quien poniendo una pica en Flandes —o en Marbella—, construyó el hotel Puente Romano en 1979, siguiendo, claro, el filón de la exitosa gestión del hotel Marbella Club, punto de encuentro del jet set internacional en los años 60 y 70. Mucho ha llovido desde entonces hasta hoy, cuando la historia que acompaña a este icónico hotel de lujo en Marbella compite en fama con su espectacular oferta gastronómica. De eso se encarga uno de los primeros espadas de la cocina española, el cocinero andaluz Dani García, bendecido por la gracia de las Michelin y alabado por la crítica y el público. Once restaurantes son los que se pueden encontrar en este espacio gastronómico conocido como hotel Puente Romano, aunque no todos ellos están gestionados por García. El buque insignia es, claro, Dani García Restaurante, una completísima experiencia gastronómica, donde las técnicas más vanguardistas se ponen al servicio de las recetas más tradicionales de la cocina andaluza.
Finca Cortesin, en Málaga.
Finca Cortesin, Málaga A medio camino, entre Marbella y Sotogrande, Finca Cortesin es uno de esos refugios cosmopolitas a mitad del campo donde se plasma a la perfección el savoir faire andaluz, combinando el lujo más refinado con una hospitalidad reconocida en medio mundo. Fueron los reputados arquitectos Roger Torras e Ignacio Serra los encargados de diseñar este hotel
A medio camino, entre Marbella y Sotogrande, Finca Cortesin es un refugio cosmopolita a mitad del campo donde se plasma el savoir faire andaluz.
de lujo donde comer, descansar y, sobre todo, soñar. El resultado salta a la vista: una apuesta por la arquitectura tradicional andaluza con matices de actualidad. Sus 67 suites con vistas a los exuberantes jardines, que fueron encomendados al célebre paisajista Gerald Huhgan, hacen el resto. Pero aún falta lo mejor: su cocina. El Jardín de Lutz, Don Giovanni y Kabuki Raw (una estrella Michelin) son sus tres exponentes gastronómicos que brillan con luz propia bajo un denominador común: la calidad del producto. Con cocina española, italiana y japonesa respectivamente, los tres prometen —y cumplen— una experiencia gastronómica sin igual y un servicio esmerado. Hotel Torralbenc, Menorca Aguas turquesa, rincones con encanto y una deliciosa gastronomía por descubrir en la más discreta isla de las Baleares. Menorca es ese sueño prácticamente intacto a donde viajar para disfrutar. Y Torralbenc es el lugar perfecto para hacerlo. Este bonito hotel rural nace de la respetuosa rehabilitación de una tradicional finca menorquina donde se ha respetado de forma escrupulosa la riqueza patrimonial de la zona. Ubicado en una privilegiada loma rodeada de viñedos, cuenta con vistas espectaculares del mar Mediterráneo desde muchas de sus espaciosas habitaciones. Además del spa, con productos de Natura Bissé, el desayuno gourmet es una joya. Este pequeño oasis, del que casi no apetece salir, cuenta además con una interesante oferta gastronómica, antes asesorada por Paco Morales (una estrella Michelin), basada en productos de la tierra, como las costillas de cerdo menorquín maceradas con barbacoa mediterránea o su tabla de quesos artesanales para disfrutar como postre. El restaurante está situado donde antes se almacenaba la cosecha, lo que suma un ingrediente más en el maridaje de esta delicia de hotel.
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Hostal Empúries, Girona Si algo abunda en la Costa Brava, además de belleza, son grandes materias primas. Y es precisamente el producto lo que más importa al chef Rafa Peña, desde que en 2011 se pusiera al mando de los fogones del Bistró del Mar y Villa Teresita, los restaurantes del delicioso hostal Empúries, una de las joyas de hotelería y restauración de la Costa Brava. Peña predica con el ejemplo y cumple a rajatabla con su filosofía de cocina mediterránea, basada en grandes productos y técnicas poco invasivas para dar vida a unos platos que triunfan por su intenso sabor. Y es que el hostal Empúries apuesta por un consumo responsable basado en una cocina de alimentos ecológicos, lo que garantiza una trazabilidad absoluta del producto. Y para muestra, su carta, donde encontramos platos soberbios como las croquetas de gambas o la caballa teriyaki. Con una base centrada fundamentalmente en el pescado, el plato estrella de la casa —si el mar lo permite— es el cap roig, que se come con las manos haciendo una especie de rollito con lechuga y diversas salsas que recuerdan a la cocina callejera asiática.
cada rincón de esta antigua mansión al abrigo de la sierra de la Tramuntana (declarada Patrimonio de la Humanidad por la unesco). Y volviendo a la mesa, uno de los platos más importantes de la historia de Zaranda es el huevo negro, una especie de trampantojo elaborado con estofado de sepia, puré de cebolla blanca y caviar de caldo de calamar.
Hotel Castell Son Claret, Mallorca Más de diez años después del comienzo de su andadura, el restaurante Zaranda se consolida en la preciosa isla de Mallorca habiendo recibido ya su merecida segunda estrella Michelin. Y aquí, en el corazón de la mayor de las Baleares, y en las entrañas del lujoso hotel Castell Son Claret, el cocinero Fernando Pérez Arellano lo tiene claro: “En esta ubicación privilegiada tenemos la oportunidad de incorporar a la carta de Zaranda los mejores ingredientes de la cocina mallorquina y seguir avanzando en nuestra propuesta de platos”. Razones no le faltan para alabar así tan magno lugar: un refugio donde el lujo es el silencio y la belleza desborda
Hotel Aguas de Ibiza, Ibiza Ibiza, el mar, la gastronomía y el lujo se unen en uno de los lugares más cool de la isla, el hotel Aguas de Ibiza, y en uno de los restaurantes más interesantes del panorama estival balear: Vi Cool. Capitaneado por el mediático chef Sergi Arola (una estrella Michelin), la desenfadada propuesta de sus platos cumple a la perfección uno de los mandamientos del cocinero catalán: tapeo para comer con las manos. Un concepto gastro que no puede encajar mejor con el hotel y la isla, canalla e informal, alejado de protocolos y corsés. La carta cuenta con platos como la coca pizza de salmón con teriyaki, el carpaccio de rape, las vieiras con puré de
Hotel Castell Son Claret, en Mallorca.
mango, puntas de espárragos verdes, algas y sésamo o el steak tartar con infusión de soja, wasabi y jengibre, aunque no podían faltar sus tradicionales patatas bravas al estilo Arola, una de las tapas más aclamadas del cocinero. Hospitalidad y gastronomía mediterránea en primera línea de mar de la isla blanca.
Más información en la Guía Práctica, pág. 116.