32 I GENTE I Octubre / Noviembre 2012
Esoterismo
L
Un misterio y un porqué
a noticia es recurrente y muy lamentable, además. Con alarmante frecuencia, los medios de comunicación, nos presentan la tragedia de mujeres asesinadas, generalmente, por alguien que alguna vez dijo amarlas. Incluso, se ha acuñado un neologismo (“feminicidio”), para definir esta clase de infame delito. Y, naturalmente, no sólo las autoridades competentes, sino el público en general, trata de hallar una explicación para tan creciente y alarmante ola de estos finales contradictorios para historias que se iniciaron como romances, para acabar en atrocidad. No en vano, Sigmund Freud, “Padre del Psicoanálisis”, llamó al acto sexual, “una agresión en busca de la intimidad”.Posteriormente otros científicos especialistas en la motivación profunda de la conducta humana, habrían de perfeccionar y,-en ciertos casosmodificar sus interpretaciones iniciales. Por esta vía, hemos de partir señalando que según Freud, “todo hombre iniciaba su despertar sexual, enamorándose subconscientemente de su madre”.- Este fenómeno fue denominado “Complejo de Edipo” y en su definición se complementaba por “un anhelo de destrucción del prototipo de padre”, causante de la famosa “rebeldía adolescente”, que se expresaba en una conducta irregular que hacía sufrir a ambos progenitores, “en la imposibilidad de expresar sus reales sentimientos de “amor prohibido” hacia la madre y “anhelos parricidas”, proyectados al padre. Según esta teoría, el hombre-no adaptado por los frenos morales y la estructuración cultural- veía en la pareja:”enamorada, esposa o amante”, una imagen de evocación materna, que no sólo le pertenecería “en cosificación”, sino que debería estar sometida a sus mandatos y caprichos. Al no coincidir este deseo “reprimido”, con la realidad, emergería “el Ello”, un monstruo, una entidad ”zoológica” que trataría de imponerse por la fuerza. Primero, mediante gritos y amenazas y luego con golpes, que podrían ir “escalando” hasta la consumación del “feminicidio”. A veces, este tipo de crímenes,“secomplementan” con el asesinato irracional de los hijos e incluso con el suicidio al final del asesino. En fin. Eso, es para la crónica policial.
¿Matar a la mujer amada? Por: Miriam Dávila Pretell Periodista, Psicóloga, Metafísica, Sec. Nal. De La Mujer y Poblaciones Vulnerables de “ATPEDELPERU” miryamdávila777@hotmail.com
RAZONES DE LA SINRAZÓN Esto puede analizarse desde el punto de vista de las “compensaciones neuro-psiquiátricas”, señalando que hay personas que nunca debieron formar pareja, por la sencilla razón de que al sadismo larvado en un sujeto no reprimido por la evolución y la cultura, suele unirse –en cóctel realmente fatal- el masoquismo de ciertas mujeres, a las que vemos no sólo perdonar, sino encubrir a sus agresores, en la falsa creencia de que “ya no lo volverán a hacer”, o que “ahora van a cambiar”.- Ambas cosas, imposibles o…sumamente difíciles de convertirse en realidad. La “celotipia”, no es sólo una conducta egoísta, posesiva e insegura, sino una neurosis que puede evolucionar a la psicopatía. Los celos moderados, pueden ser una alteración de la conducta, explicable en el temor del niño (que todos llevamos dentro), a ser abandonado por la madre (según Freud). Las personas que padecen “celotipia”, es decir, agudos ataques de celos, necesitan una muy urgente ayuda psicológica, pues son una suerte de “bombas de tiempo”, expuestas a un repentino estallido que terminará en tragedia. UN TRAGO MÁS Y… El alcohol,-aun en ingesta moderada- es un deshinbidor de las represiones y un gran y peligroso estimulante de la violencia. De manera que un sujeto, ”moderadamente celoso”, puede convertirse en un peligroso agresor de su pareja si a su incipiente “celotipia” se une la excitación pro violenta que genera la bebida alcohólica. En términos generales, toda mujer-en su condición de elemento más débil y, al mismo tiempo, más intuitivo- debe reconocer la tipología celosa y la inclinación a la violencia, además de los hábitos “sociales” de su pareja, casi desde el primer día de la relación. Algunas modernas escuelas psicológicas, recomiendan observar, la relación que un pretendiente guarda con su propia madre, y el trato que brinda a los niños, los ancianos y los animales pequeños. La indiferencia o la crueldad, se califican como malas señales. Y, desde luego, al primer insulto grave, empujón o bofetada, una mujer inteligente y cuidadosa de su propia vida, debe decir adiós para siempre a ese sujeto que un mal día quizás pudiera terminar asesinándola, sin mayores explicaciones. Es de gran importancia tener todas éstas cosas en cuenta y tomarlas con sumo cuidado.