Por: Carlos M. Adrianzen Cabrera*
RETOS PARA EL 2009 Acción Cívica del EP en el Día del Niño, en un pueblo del Perú Profundo, 2004.
cha por la paz y existen casi 800 discapacitados. Qué fácil es hablar ahora desde una oficina, sentado cómodamente, pero la realidad de nuestro Perú profundo, es otra. ¿Qué opina de la última emboscada que dejó trece soldados muertos, desaparecidos y varios, con lo cual a dos grupos les robaron todo lo que traían, incluyendo sus armas en su actuación en la zona del VRAE? Y según declaraciones del Ministro de Defensa, existe un total de 42 muertos en lo que va del año (soldados y oficiales). Debo expresar en primer lugar mis sentidas condolencias a FICHA • Edwin Alberto Donayre Gotzch, nació en Ayacucho, el 8 de enero de 1952. Es casado y tiene cuatro hijos. • Cuenta con el grado de General de Ejército. Ocupó el puesto de Comandante General del EP entre el 5 de diciembre de 2006 y el 5 de diciembre de 2008. • Cursó durante dos años estudios en la Facultad de Ingeniería Química en la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga. • Siguió la carrera militar, en el arma de ingeniería, ingresando a la Escuela Militar de Chorrillos. Posteriormente fue becado y enviado a la República Argentina, donde continúo sus estudios en el Colegio Militar de la Nación, recibiéndose como subteniente y con honores de manos de Isabelita Perón, la espada de mando. Estudió en la Escuela de Guerra en la “FÜ HRUNGSAKADEMIE”, en Alemania, durante el periódo 1990-1991.
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ENTE
los familiares de nuestros soldados que arteramente fueron victimados, y que requiere asumir a quienes corresponda las responsabilidades en, la urgente necesidad de replantear y reestructurar las estrategias en la lucha contra el narcoterrorismo, que propuse el año pasado al Comando Conjunto de las FFAA y al Ministerio de Defensa , ante la inoperancia y la ineficacia de las operaciones, añadido a un saldo de bajas significativo, que repercute en la moral del combatiente. En dicha oportunidad, exprese que se venían erróneamente aplicando algunos procedimientos convencionales de uso solo en el frente externo, en la lucha contra el terrorismo en el frente interno, como pretender militarizar (masificar) la zona, cuyo principio de guerra de masa para guerra convencional, es inaplicable en el VRAE , pues además que no garantiza éxito ni resultado alguno, se expone innecesariamente a nuestros soldados, por otro lado se prioriza equívocamente como objetivo la conquista de posiciones, (Vizcatan), cuando el objetivo principal es neutralizar el enemigo, insistiendo en orientar los esfuerzos a la inteligencia puntual y el acercamiento a la población, cuya responsabilidad compete para esto ultimo en gran manera al Estado en el desarrollo de proyectos sociales y productivos. Asimismo el Congreso deberá monitorear por resultados la lucha contra el narcoterrorismo con especialistas, expertos y calificados en estos temas, y garantizar el empleo efectivo, adecuado y sobre todo profesional en la conducción de operaciones.
Para muchos el 2009 se presenta como un año de inflexión hacia menores niveles de crecimiento económico. Se dice –con mayor o menor entusiasmo- que dejaremos de crecer a ritmos tan auspiciosos como a los que estábamos acostumbrados. Esta percepción alude tanto al previsible impacto negativo de la recesión global derivada de la crisis sub-prime, cuanto a la visión autocomplaciente que reina en Latinoamérica. Después de todo a si los gobiernos de Argentina, Chile o Ecuador ya aceptan que les va a ir mal en estos tiempos ¿Por qué nos podría ir bien a los Peruanos? Aunque desearía equivocarme, no me convence la respuesta del gobierno peruano (el denominado programa de estímulo o anticrisis). No pienso que para enfrentar para una crisis global como la que está en pleno desenvolvimiento baste con elevar y acelerar el gasto fiscal, ni que resulte algo coherente persistir con una política monetaria expansiva e inclinada a mantener un dólar distorsionado (léase: barato). La reducción de demanda a la que nos llevaría perder pasivamente el dinamismo exportador –que a su vez explica el auge inversor privado- resultaría mucho mayor que la moderada recomposición que podríamos alcanzar expandiendo el gasto y la liquidez locales (si estos respetasen elementales prudencias). Pero esto no es todo. Para una economía que ha venido creciendo gracias a la exportación y captación de capitales privados, el perder el dinamismo exportador no solo implica dejar alejar su momento, implica directamente menores tributos, ahorros, empleos y una previsible retracción en la lucha contra la pobreza. No es bueno confundirnos. No es aconsejable ni resignarnos como los chilenos (apostando pasivamente a un crecimiento magro), ni utilizar –como los argentinos- la crisis global como una coartada para tapar una recesión que estaba en camino (por las afiebradas torpezas de la administración Kirchner). Los retos del 2009 son claros. El Perú puede seguir creciendo con políticas lúcidas. Y puede hacerlo tanto como puede equivocarse, reproduciendo su trágica historia de desafortunadísimas respuestas a las crisis externas. Empezando por lo segundo, claro que podemos creer que inflar el gasto y la maquinita basta. Claro que podemos introducir líneas de garantía o financiamiento para socializar malas deudas privadas, podemos también regalar fondos a ciertos sectores en el agro no competitivo o encarecer los alimentos con aranceles que llevarían nombre propio. Claro que podemos repetir los errores que nos empobrecieron en el pasado. Hacerlo, tanto entonces como hoy, resulta algo popular que seguramente tendrá apoyo de los beneficiarios, sus congresistas y politiqueros afines; así como ayudará efímeramente en las encuestas. Pero no ayudará a hacernos más competitivos. Sólo nos hará más vulnerables. Aunque –cuando esto sea evidente- siempre existirá la opción comodísima de culpar a lo externo de nuestros propios errores. Para seguir creciendo –en cambio- resulta medular recordar cómo lo hemos estado haciendo. Exportando y captando inversiones desde el sector privado. Recordar también que en días difíciles implica una extrema torpeza no dejar funcionar al mercado y apostar por un dólar artificial como el actual. Para ello las reformas institucionales pendientes resulta la clave. Pocos tributos, gastos y parafernalias regulatorias livianas y claros énfasis en la recomposición de infraestructura y educación pública. Estos son los retos. No nos quedemos atrás. * Director de la Escuela Profesional de Economía de la USMP.