Ana Cecilia Díaz

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Muchos orientales soñaron con escapar hacia el Occidente en busca de la libertad. En 1984, 25 mil alemanes pasaron legalmente y en 1987, 3 mil jóvenes que querían escuchar en vivo y en directo a David Bowie, inventaron dos canciones que con el tiempo se convirtieron en históricas: “La Mur doit tumber” y “Gorbachov”. La caida del Muro fue consecuencia de las exigencias de libertad de circulación en Alemania Oriental y las evasiones constantes hacia las embajadas de capitales de países del Pacto de Varsovia (especialmente Praga y Varsovia) y por la frontera entre Hungría y Austria, que impuso menos restricciones desde el 23 de agosto. Hacia el final de 1989 comenzaron manifestaciones masivas en contra del gobierno de Alemania Oriental. Agobiado por las presiones, el líder de la entonces RDA, Erich Honecker, renunció el 18 de octubre de 1989. A Hoenecker le sucedió Egon Krenz, nombramiento que no fue bien recibido. Krenz se abrió paso por entre las manifestaciones que ya nadie podía detener y viajó a Moscú. El 4 de noviembre ordenó que los alemanes refugiados en Checoslovaquia, se fueran al Oeste o a donde quisieran. El 9 de noviembre los hombres de Krenz consideraron que lo mejor era abrir una puerta de escape para aflojar las tensiones. Fue allí que se ordenó derribar el Muro y se abrió una brecha física. Los ciudadanos de la RDA fueron recibidos con entusiasmo por la población de Berlín Oeste. La mayoría de los bares cercanos al muro daban cerveza gratis y los desconocidos se abrazaban entre sí. En la euforia de esa noche, muchos berlineses occidentales escalaron el muro. El 9 de noviembre, los berlineses llevaron a cabo la destrucción de la pared con todos los medios a su disposición (picos, martillos, etc.). El virtuoso del violoncello Mstislav Rostropovitch, que había tenido que exiliarse al Oeste, fue al pie del muro a animar a los que lo demolían. La fotografía de esta anécdota se volvería célebre. Posteriormente, el 21 de julio de 1990 en la Potsdamer Platz se realizó el The Wall Live (Directo El muro), promovido por Roger Waters y con la participación de estrellas de rock como Van Morrison, Scorpions, Ute Lemper, Marianne Faithfull, The Band, Cyndi Lauper y Bryan Adams se realizó para apoyar a la fundación Memorial Fund For Disaster Relief creada para paliar los impactos de cualquier guerra o desastre natural sobre todo en Europa. El Muro de Berlín pareció inexpugnable a lo largo de 28 años. Pero nada es eterno en la vida. (*) El brillante periodista peruano Manuel Jesús Orbegoso (uno de los jóvenes periodistas fundadores de “Gente” hace ya casi 52 años) cubrió la caída del Muro de Berlín. Fue uno de los pocos peruanos que asistió a ese histórico acontecimiento.

Aquí y ahora

Maradona y el Homo Sapiens

U

na mayoría de los machos de esa especie llamada Homo Sapiens ha desarrollado una pasión casi enfermiza por el fútbol, deporte al que llaman precisamente “de las mayorías”. La pasión es una inclinación o emoción algo excesiva hacia algo o alguien y está acompañada siempre de sufrimientos, desengaños e ideación fija. Comporta grave intensidad, pero breve duración y, como resulta lógico, altera el ánimo. Afecta a personas no demasiado inteligentes, pero igualmente a gente con un IQ de respeto. Todos los aficionados, igual, sucumben como seres racionales durante 90 minutos, que es lo que dura un partido de balompié. Vociferen, gritan, se jalan los pelos, golpean los muebles, salen disparados a la calle o se abrazan con desconocidos, como producto de una formidable descarga de adrenalina. Si su equipo triunfa el aficionado llega a la alegría desbordante, si pierde a una depresión a veces preocupante.

Foto Interner

REPORTAJES

Momentos de tensión durantes los días previos a la caída del Muro.

Foto Interner

GENTE

Los restos del Muro se convirtieron en souvenirs apreciados.

Escribe: Ana Cecilia Díaz Abogada accedeme@hotmail.com

Solo ha sido un partido de fútbol, pero se actúa como si se hubiera librado una guerra. Jóvenes que viven en el mismo distrito se agrupan del modo más primitivo, como tribus, alrededor de una camiseta deportiva, y llegan a la violencia callejera extrema. “¿Por qué lo golpeaste de esa manera?”. “Porque era de la ‘U’, y todos los de la ‘U’ son nuestros enemigos, y deben morir”. ¿Si esto no es locura o estupidez, que cosa es? Los comentaristas deportivos son asunto aparte: lo suyo es la filosofía y la lógica de la nada. Un grupo humano conocido como Los Argentinos (hay honrosas excepciones) han elevado a categoría de dios al futbolista Maradona. Este tiene su iglesia, la Maradoniana. Y el dios Maradona acaba de decirle a millones de hombres, mujeres y niños por la TV que quiere que sus críticos le practiquen la fellatio. ¿? Y pensar que Dios (el verdadero) nos regaló 1.200 kgs. de masa encefálica.

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