GENTE
Columnista
SEGURO UNIVERSAL DE SALUD, MAS QUE UN BUEN DESEO Nadie duda de la buena intención con la que el gobierno ha lanzado el Seguro Universal de Salud, pero es necesario tener en cuenta, con la seriedad que el caso exige, la magnitud de las carencias de los actuales centros asistenciales tanto de la seguridad social como del Ministerio de Salud, sobre cuya base se sustenta tan ambicioso sistema. ¿Será que para vestir a un santo se tenga que desvestir a otro? No otra cosa significaría cargar con millones de beneficiarios adicionales a los hospitales de EsSalud en todo el país, a sabiendas de la congestión que actualmente padecen quienes han pagado durante toda su vida para recibir una atención oportuna y decorosa y tienen que vérselas con los dantescos espectáculos que ofrecen, por ejemplo, las emergencias del “Rebagliatti” y el “Almenara”, en las que los pacientes están literalmente tirados en los pasadizos. Para nadie es secreto que para lograr una consulta externa en EsSalud hay que esperar turnos de varias semanas, las cirugías, con suerte, son atendidas después de tres a cuatro meses, en ayudas al diagnóstico hay colas de hasta 30 y 45 días, los medicamentos para los cancero-
sos llegan después de 6 meses, según reciente denuncia de los propios pacientes. Los centros de hemodiálisis no se dan a vasto para aliviar el dolor de más de 5 mil pacientes con afección renal crónica. Es decir si esto es así ahora ¿como sería con
dos millones de usuarios adicionales? Además es legítimo preguntarse ¿El Estado cumplirá con pagar el aporte que le corresponde para los asegurados no contributivos? ¿No es que su adeudo asciende a miles de millones de soles por concepto de aportaciones en su calidad de simple empleador? Si bien es cierto que la seguridad social ha ampliado su infraestructura hospitalaria y ha avanzado signifi-
cativamente en tecnología y medicina de punta en el último quinquenio, es igualmente verdad que la atención primaria sigue siendo precaria. Varios hospitales estratégicos carecen de médicos especialistas, principalmente en provincias. La asociación
con clínicas privadas y unidades básicas ha sido ensayada decenas de veces. Uno de los resultados no deseados fue la hospitalización por quítame estas pajas y el exceso de los días de internamiento para elevar la facturación. Lo que hoy se llama seguro independiente tampoco es novedad, ya que funcionó durante varios años con el nombre de “seguro facultativo” para una, dos, tres o más personas, sobre la
Escribe: Roque Otárola Peñaranda Periodista ropmil1@hotmail.com
base de cálculos actuariales que, lamentablemente, no fueron actualizados después del 2002, generando forados financieros significativos. Tampoco los centros de salud del Estado son dechados de comodidad y eficiencia ni mucho menos. Si algo allí campea es la sobre demanda y la precariedad de sus instalaciones de hotelería y farmacia, así como la dramática saturación de sus consultorios externos y de sus servicios de emergencia. ¿Cómo hacer para que el aseguramiento universal pase de ser un magnífico propósito a eficiente servicio? Hay seguramente muchos pasos por dar en cuanto a capacidad operativa instalada, hoy claramente deficitaria. De lo contrario, lo medianamente alcanzado por los asegurados que contribuyen con su peculio al sostenimiento del sistema corre el riesgo de pasar de guatemala a guatepeor.
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