El horario de la vida

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SINOPSIS Melies es un niño franco-mexicano de 12 años que vive en los suburbios de París con su mamá Hélène. Tuvo su primera cámara a los 7 años y siempre ha querido ser director de cine. Después de la muerte de su padre, el cine se ha convertido en lo más importante para él. Tiene un canal de Youtube donde presenta sus películas favoritas. Registra la vida con el celular y su casa está llena de cámaras que graban todo el tiempo desde diferentes ángulos. Dentro de las infinitas horas de video, algunos instantes nos narran su historia. Un día encuentra una carta de despedida de su papá que Hélène le había ocultado; en ella descubre que se suicidó después de no haber podido filmar su último guión: un proyecto titulado Bi’an, al que dedicó los últimos diez años de su vida. Con este descubrimiento, Melies, quien ya tenía graves problemas de adaptación en la escuela, decide dejar el colegio para hacer una película. Con la ayuda de su madre y algunos nuevos amigos, emprende una grabación para entender el significado de Bi’an, que como su madre le ha dicho, es una historia que habla de lucha, que habla de dignidad. La filmación de su película lo lleva a Berlín, México y China, en donde encuentra a los personajes de su historia.


NOTA DE INTENCION El horario de la vida surge de lo más profundo del corazón; un árbol que crece desde sus raíces a sus innumerables ramificaciones por donde va circulando su esencia. Estructural y estilísticamente hablando, el film está basado en un programa de Youtube realizado por el protagonista de la película, Melies, un preadolescente franco-mexicano que se ha ganado algunos seguidores en su programa de cine. El tronco del árbol se sostiene en una cámara extra-diegética que narra la vida de Melies; se trata de la mirada de los realizadores y de él mismo como director. Un momento clave en la historia es cuando Melies descubre que su padre se ha suicidado y es a partir de este momento que las ramas del árbol se abren paso en diferentes vertientes; aquellas piezas sueltas sobre la vida del padre y la película que quería realizar. El follaje del árbol es la poética que constituye la imagen total, la cual representa la vida y la belleza del cine. Tan importante es su cuerpo como la savia que corre desde el tronco hasta las capilaridades más pequeñas de las hojas del árbol, representada por la mirada de Melies, la cual además recrea escenas del film inconcluso, o bien momentos de la vida del padre y sus seres queridos. Dichas escenas varían estilísticamente, ya que bien podrían ser una recreación en estilo realista sobre algún acontecimiento dado, ya sea en el guión o la propia vida del padre, o bien de corte lírico-evocativo e incluso onírico.


SEMBLANZA DE DIRECTORES Pablo Mendoza y Martí Torrens estudiaron la licenciatura en Cinematografía en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC-UNAM) en la Ciudad de México. Ambos fueron becarios del Ministerio de Educación de la República Popular China para realizar estudios de maestría en la Academia de Cine de Beijing (BFA, por sus siglas en inglés) de Creación y Teoría Cinematográfica y Producción, respectivamente. Sus trabajos han sido merecedores de diferentes reconocimientos, como la nominación al premio Ariel a Mejor Cortometraje de Ficción en la 48a Entrega de los Premios Ariel, por su cortometraje Rojo Eterno, dirigido por Mendoza y producido por Torrens. Colaboraron como fotógrafo y operador de cámara respectivamente en la ópera prima del realizador chino Zou Peng,Dongbei, Dongbei (2009), ganadora del Premio FIPRESCI en el 33° Festival Internacional de Cine de Hong Kong 2009. Bailu (Sobre el Camino Blanco) escrita y dirigida por Pablo y fotografiada por Martí participó en el 14° Festival Internacional de Cine de Pusan, Corea del Sur. Sus obras han sido mencionadas en diversos artículos del crítico de cine Jorge Ayala Blanco. De forma individual han participado en los festivales de Morelia, Guanajuato, Mérida, entre otros.


MARCO TEORICO El horario de la vida es un proyecto polivalente que podría definirse como una película a caballo entre el ensayo cinematográfico y la docuficción. Se inscribe también en lo que, a partir de los cimientos sentados por Flaherty, Jean Rouch, entre otros cineastas y etnógrafos, se conoce como antropología visual. Es además un proyecto con el aliento de lo que se ha comúnmente llamado, sobre todo en experiencias con comunidades indígenas, trasferencia de medios. Los personajes y las circunstancias son reales en casi toda su totalidad. Melies, el protagonista y corealizador, es un niño real que vive en Francia y que desde que pudo hablar manifestó su deseo de hacer cine, su papá es cineasta y los personajes que Melies entrevista y con los que va enhebrando su historia también son reales. Una sola circunstancia ficticia sirve como detonante para que Melies incursione en otro proyecto y como metáfora de su crecimiento y de la búsqueda de su visión cinematográfica: su padre se ha suicidado y le ha dejado un guión como herencia.


II Docuficción y ensayo en tanto géneros cinematográficos se explican por sí mismos. Cabe sin embargo, puesto que somos cineastas y no antropólogos, hacer alguna precisión en cuanto a lo que nos referimos por antropología visual y trasferencia de medios. Antropología visual Primera: el lenguaje cinematográfico como herramienta para el registro y análisis de fenómenos sociales. El horario de la vida aborda aspectos políticos e históricos de Francia, Berlín, México y China, evocados en el argumento. Y desde luego registra el comportamiento y la identidad de un adolescente migrante en su primer proyecto artístico. Segunda: el lenguaje cinematográfico y sus herramientas como una forma de abrir un camino de dos vías entre el sujeto y el objeto de “estudio”. Es decir, se supera el uso de los medios cinematográficos como forma de registro del objeto. La producción audiovisual del sujeto-objeto se convierte en el primer material de referencia y “estudio”. Transferencia de medios Finalmente la transferencia de medios es un concepto con el cual se han englobado diversos proyectos que intentan dar acceso a los medios audiovisuales a personas o grupos que no han podido tenerlo. La transferencia de medios va siempre acompañada de un paquete de rudimentos teórico-prácticos y de la puesta a disposición de cámaras y otros equipos que les permiten a los grupos o personas “apropiarse” del medio. En este caso la transferencia es generacional ya que se trata de dotar a un adolescente de los medios para expresarse y de acompañar activamente su proceso creativo.


III Una referencia importante en la concepción del proyecto ha sido el libro de Noel Burch, La Lucarne de l’infini, traducido al español como El tragaluz del infinito. En este texto el teórico y realizador americano señala el hecho de que el lenguaje cinematográfico se planteaba como el resultado natural e inevitable del desarrollo del medio cinematográfico. Dicha pretensión enmascaraba la realidad de que el lenguaje cinematográfico, apunta Noel, es un modo de representación correspondiente a las aspiraciones económicas y simbólicas, en este caso, de la sociedad burguesa de la segunda década del siglo XX y que él define como el Modo de Representación Institucional (MRI). Jorge Ayala Blanco solía decir que las posibilidades del cine son infinitas y que el MRI es una claraboya (verdadera traducción de lucarne) a través de la cual observamos este universo. Hoy después de más de 120 años desde su invención, el cine se encuentra en una nueva etapa evolutiva donde el internet y la realidad virtual son una de las principales plataformas de su infinita expresividad, siendo que a través de éstas el ser humano no sólo se vincula y se relaciona con otros seres, sino que se han convertido en medios fundamentales de la creación y divulgación de la expresividad artística.


ARGUMENTO El Horario de la Vida Melies es un niño franco-mexicano de 12 años que vive en los suburbios de París con su mamá Hélène. Tuvo su primera cámara a los 7 años y siempre ha querido ser director de cine. Después de la muerte de su padre, el cine se ha convertido en lo más importante para él. Tiene un canal de Youtube en donde presenta sus películas favoritas. Registra la vida con el celular y su casa está llena de cámaras que graban todo el tiempo desde diferentes ángulos. Dentro de las infinitas horas de video, algunos instantes nos narran su historia. A unos días de cambiarse de casa, Melies es suspendido del colegio por su mal comportamiento; para él la escuela es una pérdida de tiempo, tiempo que podría ocupar para su propio proyecto. Hélène apoya a Melies, le ha comprado las cámaras y lo deja que grabe todo el tiempo. Pero su actitud le preocupa mucho. Decide castigarlo quitándole el teléfono. Al día siguiente cuando Hélène se va a trabajar, Melies aprovecha para forzar la puerta del sótano donde su madre ha escondido el celular y cuya cámara no ha dejado de grabar. Ya dentro abre un secreter donde encuentra los guiones de las películas de su padre. Al interior da con un guión tituladoBi’an, Paseante de Cadáveres, donde descubre una carta de su papá para él. El cambio de casa del distrito pequeño burgués de Saclay al poblado de Angouleme debía ser una manera de dejar atrás el pasado, sin embargo, el viaje para Melies cobrará otro significado al darse cuenta de que el guión de Bi’an guarda algo que su padre le ha dejado, pero que sólo podrá descubrir a través de su propia visión cinematográfica.


En el tren, Hélène le dice a Melies la razón por la que había decidido ocultarle todo. Pero ahora que Melies a descubierto el guión, decide contarle de qué se trata la película. La historia habla de Lucy, una mujer piloto de avión cuyo hijo Ricardo, un director de teatro que está montando una versión libre de Antígona, enferma de cáncer. Lucy pierde su trabajo tras el fraude de la empresa Mexicana de Aviación. Lucy viaja a China, pues es el único lugar donde encuentra trabajo, con la esperanza de poder salvar a su hijo. Allá conoce a Yuquan, la hija del último paseante de cadáveres, antiguo oficio funerario proscrito desde la Revolución Cultural. Ella, al igual que su padre, se dedica a ayudar a los muertos a realizar su último viaje: oficio sagrado. Entre ellas nace una amistad entrañable que ayudará a Lucy a aceptar la decisión de Ricardo de no seguir con la quimioterapia. Hélène le dice a su hijo que Bi’an es una película que habla de lucha y de dignidad, y que esas dos cosas son también lo que era su papá. Melies no puede seguir su vida normal después de leer la carta de su padre. Frente a la nueva escuela de Melies, éste graba a su mamá mientras ella le recuerda que no tiene derecho a llevar el teléfono, Melies se lo entrega y ahora es ella quien lo graba. Su hijo le dice que va a la escuela contra su voluntad y le advierte que es el último semestre que cursa, después hará los exámenes en la escuela abierta. Hélène sólo le dice que ya hablarán de ello y que las vacaciones de Semana Santa ya están cerca. Melies le recuerda antes de irse el acuerdo al que llegaron: ya que lo están despojando de su cámara, ella tiene que grabar al menos una hora durante el día. Y planos bien encuadrados, no movidos o fuera de foco que no se pueden usar. Melies entra a la escuela con un grupo de niños mientras se escucha el sonido de una llamada entrante de Skype.


A través de la cámara frontal de un celular vemos el rostro de Sánchez caminando por un set de filmación con la agitación propia de los preparativos de la iluminación; habla con los audífonos puestos y trata de consolar a alguien ofreciéndole su ayuda. Al fondo del pasillo de un avión, una azafata prepara el carrito de comida; Melies la graba de pies a cabeza; termina de arreglar el rack y camina por el pasillo. Cuando la azafata se percata de la cámara, Melies panea hacia Hélène quien mira por la ventana. Éste le pregunta por qué en el guión de Bi’anLucy es piloto. Entiende la parte social, pero pudo ser una obrera o incluso en la misma compañía una azafata. A Hélène le parece una buena pregunta y después de hablarle sobre lo simbólico de volar y de la lucha de Mexicana, le dice que el personaje está inspirado en una mujer de verdad, expiloto de Mexicana de Aviación, llamada Luz, madre de Massimo, un actor que era el mejor amigo de su papá y en el cual está inspirado el personaje de Ricardo, hijo de Lucy. Y aunque fue hace mucho tiempo, Hélène se sorprende de que Melies aun lo recuerde, vagamente: vemos una escena real grabada en la Alameda Central de la Ciudad de México donde Melies corta flores con Massimo. En el aeropuerto de Tegel, Berlín, a través de la cámara de un celular que sale de la zona de seguridad, vemos a Sánchez esperando en las Llegadas Internacionales con un ramo de flores en una mano y en la otra un celular con el cual está grabando hacia donde salen los pasajeros; desde su cámara vemos a Hélène y a Melies caminado hacia él. Hélène y Sánchez se abrazan un largo rato. Alejandro Sánchez era uno de los tres únicos amigos de su papá; una amistad de años, incondicional. Hélène los presenta.


Dos noches transcurren paralelamente entrecruzándose por momentos. De un lado aquella en la que encontramos hombres y mujeres de diferentes edades que han luchado o que siguen luchando contra el sistema capitalista. Un viejo filósofo alemán de la RDA, cuyo intrincado viaje lo ha llevado por la URSS y Corea del Norte, actual miembro del Partido Comunista, quien habla español pues vivió muchos años en Cuba y que explica sus ideales socialistas, es quien nos presenta a los diferentes personajes. Melies se sirve de ellos para realizar una cápsula para su canal de Youtube, sobre la película Good Bye Lenin, usando como lienzo esa gama ética, étnica y estética tan amplia que caracteriza a Berlín. Al mismo tiempo Sánchez, Hélène y Melies pasan una noche juntos en un tour por Berlín que dura hasta el amanecer cuando llegan a un monumental parque solitario con esculturas colosales en memoria de los soldados rusos caídos durante la Segunda Guerra Mundial. En el transcurso de la noche Melies les habla de su necesidad de saber más sobre Bi’an, sobre la lucha que llevaba su padre. A lo largo de la noche va creciendo en Melies la idea de buscar a Luz. Sánchez le habla a Melies de los ideales que compartía con su padre y de por qué hacían películas. Su padre solía decir que había dos formas de salvarse en este mundo, las dos muy arriesgadas: una es la lucha armada y la otra el cine. El mundo de Berlín, con sus casas ocupas, sus reminiscencias soviéticas, la latencia de un pasado que se niega a desaparecer, le hablan también de quién era su padre y el guión de Bi’an va cobrando sentido. Los tres graban con su teléfono y así se articulan las secuencias. Melies, lleno de una vitalidad y ese genio infantil que lo caracteriza va llevando la noche; desborda ideas y creatividad, no deja de hablar de las cosas que le sorprendieron del guión. Algo muy poderoso quedó inconcluso con la muerte de su padre y está determinado a retomarlo y refrendarlo con su propia visión. Hélène y Sánchez se emborrachan, recuerdan anécdotas de las películas que hicieron juntos y Melies los escucha fascinado. En el momento más intenso de la madrugada cuando ya han hablado de todo y también la cápsula ha llegado a su clímax, Melies les expresa su deseo de ir a México y realizar a su manera lo que su papá no pudo concluir. Después de estar en Berlín y conocer a toda esa gente está aún más convencido. Sánchez le dice a Melies que tiene que ir a México, que él mismo lo acompañaría y podría ser el fotógrafo. Hélène se molesta mucho pues la idea de viajar a Berlín era para que Melies se convenciera de posponer la película, al menos hasta el final de la secundaria.


Flashback A través de la pantalla de la cámara de una computadora vemos a Hélène que muy emocionada le contesta a Sánchez. Cuando él le pregunta sobre Melies ella le dice que está preocupada pues tiene muchos problemas en la escuela y quiere abandonarla. Sánchez convence a Hélène de ir a Berlín y le asegura que él podrá convencer a Melies de no dejar la escuela. Fin del flashback Al amanecer, Hélène y Sánchez están sentados en un parque de Berlín dedicado a la memoria de los soldados rusos caídos en la Segunda Guerra Mundial; al fondo una estatua colosal de un soldado soviético pisando una svástica, del otro lado Melies juega futbol con unos punks que salen de una fiesta. “Si no lo dejas hacer esto va a explotar. Y tú también. El niño perdió a su papá y tiene que encontrarlo aunque esté muerto, de eso se trata también Bi’an. Acuérdate cómo éramos nosotros con nuestras películas. -Pero este niño tiene 12 años. Dice Hélène -Las nueva generaciones. Son algo especial, ¿verdad?, dice Sánchez con un dejo de ironía.Y nosotros también vamos a explotar, son años ya sin filmar. Hélène se queda mirando hacia Melies con un velo de nostalgia en los ojos. -¡Tu hijo nos está invitando a hacer una película! Qué más podemos pedir. Hélène mira a Melies y tras un momento su mirada se llena de felicidad. Hélène y Melies se despiden muy emotivamente de Sánchez en el aeropuerto de Berlín. Un avión aterriza en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Hélène, Sánchez y Melies salen por la puerta de Llegadas Internacionales, caminan por el pasillo del aeropuerto y lo primero que

ven es el campamento de las sobrecargos de Mexicana de Aviación. Melies está decidido a encontrar a Luz y a Massimo. Lo primero que hace es encontrarse con extrabajadores de la compañía. Melies hace amistad con Araceli, una azafata que tenía doce años de antigüedad en Mexicana y que como cientos de trabajadores, de la noche a la mañana se quedó sin nada. Hoy tiene un trabajo precario en el gobierno por el cual agradece pues le dan seguro social. Vive en un departamentito en el centro con sus papás, dos viejos enfermos a los que ella mantiene. Todos los días sufre sin saber cómo le va a hacer para llegar al fin del mes. Ha hecho de todo: trabajadora doméstica, mesera... Con los últimos ahorros que tenía puso un puesto de comida en la calle. Saca apenas lo del día a día. Todo se va en sobornos a la policía y a los “gremios”. Trabajar de las 4 de la mañana hasta las 10 de la noche por nada. La esclavitud, ni más ni menos. Araceli no sabe mucho de Luz, pero le presenta a otro compañeros de Mexicana de Aviación. Varios pilotos la conocieron muy bien; ella fue quien luchó


hasta el último momento. Las sobrecargos le terminan siempre hablando del crimen que se cometió contra ellas. Sus testimonios narran cómo Gastón Azcárraga y Grupo Posada, con la complicidad del gobierno federal de Felipe Calderón Hinojosa, saquearon y pulverizaron a la compañía de aviación más antigua de Latinoamérica, dejando en la calle a miles de trabajadores y jubilados de los cuales algunos todavía hoy, ocho años después de la suspensión de actividades, viven en tiendas de campaña en el aeropuerto. La realidad les ha mostrado la verdadera cara del capitalismo . El papel de Lucy debía ser interpretado por una de las actrices más talentosas, sensibles y bellas de México: Arcelia Ramírez. Hélène compra dos boletos para la obra que está presentando. Después de la función Melies se planta, con cámara, luz y tripié a fuera del camerino de Arcelia y aunque la asistente le dice que seguramente no podrá recibirlo, este insiste en esperar; Hélène apenada con la asistente le dice a Melies que lo espera en el restaurante del Centro Cultural. Hélène se aleja a través de un largo pasillo solitario, lleno de puertas de camerinos de los cuales sale tras un momento un grupo de actores platicando animados. Después de un tiempo indefinido, Arcelia recibe a Melies en el camerino el cual pareciera ser la decoración de un obra de teatro; un camerino sobre el escenario o mas bien en medio de un foro oscuro, dotado de una luz que se impone sin violencia a la oscuridad más profunda. Ahí se desarrolla una escena “teatral” entre Arcelia y Melies, hablan de Antígona y por momentos Arcelia la hace aparecer a través de algunos de sus diálogos. Melies le dice a Arcelia que está tratando de cerrar una herida, de entender cómo fijar en sí, la presencia de su padre. No es la ficción de Bi’an que le interesa; es lo que hay de verdadero en ella. Por eso


está buscando a las personas y las realidades que su papá vio, quiere ver lo que su papá veía, pero a su manera. Arcelia está fascinada por el relato de Melies y cuando éste le platica que las azafatas le han contado en qué compañía vuela Luz en China, Arcelia trata de convencer a Melies de que debe de ir para encontrarla. A Melies le parece una idea imposible hasta que Arcelia lo convence con sus argumentos, ofreciéndose a producir el resto de la película e incluso acompañarlo a China. A partir de ese momento Arcelia se vuelve su cómplice y mentora en la realización de la película.

El crew (Melies, Hélène, Arcelia y Sánchez) llega a Beijing y es recibido por Pablo. En el vehículo van dejando de largo la autopista del aeropuerto para adentrarse a un pueblito cerca de Beijing y llegar a la casa de Pablo, una construcción antigua y deteriorada de una sola planta con un patio al centro. Al mismo tiempo se intercalan imágenes de diferentes lugares a los que Pablo lleva a los demás; desde un parque, una caminata por un río, o comprar verduras en el puesto de la esquina; mientras esto ocurre escuchamos la voz de Pablo hablando de la pérdida de sus amigos, de la deshumanización vertiginosa de China, de su desencanto de la vida y por qué decidió no hacer más películas. Reunidos al interior de la casa, Melies platica sobre una de las azafatas que conoció en México. Mientras conversan en medio de un cálido ambiente, la esposa de Pablo, de la cual nunca vemos el rostro, silenciosa y discreta va trayendo diferentes platillos a la mesa, hasta llegar con un juego de té humeante. La discusión ha girado hacia el objetivo de Melies de encontrar a la señora Li. Melies les había dicho que tenía el contacto de Luz en la aerolínea pero ahora les aclara a todos que lo que tiene es un teléfono que consiguió por internet de la directora general. Todos están demudados al darse cuenta de que Melies los ha engañado para traerlos hasta ahí. La única que no parece sorprendida ni enfadada es Arcelia. La discusión es acalorada; Melies le pide a Pablo que hable, pero este insiste en que no tiene ningún caso hablar por teléfono. En un momento se hace un silencio incómodo y la esposa de Pablo interviene por primera vez: ¿por qué no nada más hablas? Le dice a Pablo y luego en chino insiste en lo absurdo que es la discusión que están teniendo y le ordena a Pablo que llame, este obedece. Pablo marca el teléfono, todos los miran expectantes y tras un momento alguien contesta; Pablo en perfecto chino pregunta por la directora. Le explica muy rápidamente lo que quie-


ren y luego se queda en silencio escuchando. Después de colgar, Weiwei su esposa, le pregunta que qué le han dicho, Pablo le contesta que los va a recibir, los ojos de su esposa presentan el brillo característico de quien confirma no haberse equivocado. Pablo está sorprendido. Los demás que no han entendido una sola palabra conminan a Pablo vivamente para que les traduzca y explique. Antes de que él pueda hablar y de que Weiwei se retire a su estudio para dar una clase de su instrumento musical, esta le pregunta en chino dónde los va a recibir, Pablo le contesta y aunque la alumna de Weiwei espera, se vuelven a enfrascar en una discusión sobre lo extraño del lugar donde los piensan recibir. Por fin Weiwei corta la conversación, entra al estudio y de inmediato se pone a dar instrucciones. Pablo comienza a traducir justo en el momento en que la alumna empieza a tocar la pipa, mientras Weiwei la regaña cruelmente, el ruido no nos permite escuchar lo que Pablo dice. Al día siguiente en un Hot Pot bastante familiar, la directora de la aerolínea los recibe. Se acuerda muy bien de Luz, la mujer mexicana que había explicado en su carta de motivación que quería salvar a su hijo enfermo de cáncer. Además, hu-

biera sido la primera mujer piloto de la compañía que ella acababa de comprar y cuya flotilla actual esta compuesta exclusivamente de mujeres. La única vez que vio a Luz fue en este restaurante, el mismo día que llegó a China. La impresionó. Luz debía luego viajar a Dongbei, la región más septentrional de China, para hacer las pruebas prácticas en una base militar. -El viaje sabemos que lo hizo, hay registro, tomó un taxi con la ayuda de una mujer que conoció en el tren de nombre


Yuquan; realizó las pruebas, las cuales por cierto pasó con excelencia, hizo el registro en el hotel asignado; paseó por varias atracciones turísticas; se le notificó de sus resultados y se le convocó para la firma del contrato de trabajo pero no se presentó. -Y dónde está Luz ahora, pregunta Arcelia. -No sabemos si regresó a México o si salió siquiera de China. -¿Cómo es posible que con todo ese control no sepan donde está una extranjera? -China es un lugar difícil de entender, aun para los chinos. Esta es toda la información que yo tengo. Es un placer y un alivio poder dárselas. La señora Li le entrega a Arcelia con un gesto ceremonial el expediente que ha consultado varias veces. Arcelia se lo pasa a Melies con ambas manos, éste lo recibe haciendo una casi imperceptible reverencia. No han conseguido los boletos en el mismo tren por lo que viajan separados. Sánchez, Hélène, Pablo y Weiwei en el tren bala buscarán dónde hospedarse y recogerán a Arcelia y Melies que han querido viajar juntos y llegarán al día siguiente por la mañana. El tren de Arcelia y Melies llega a su destino final; es un pequeño pueblo rural a unos cuantos kilómetros de la frontera con Rusia. Descienden del tren con los últimos pasajeros. Nadie ha venido a recogerlos. Tras un largo tiempo en la estación, una mujer se les acerca. Aunque no comprenden lo que la mujer les dice en chino, entienden que ya no habrá otro tren. Los teléfonos de Melies y Arcelia no tienen señal. En medio de una espesa neblina, por calles viejas y mal pavimentas, la mujer los conduce hasta un cibercafé que

está cerrado, al interior hay cabinas telefónicas, pero abrirán hasta mañana. El frío arrecia y aunque apenas ha pasado el medio día, la oscuridad comienza a teñir la nieve de azul y gris, quizá hay viento. Con señas los conduce hasta la entrada de una funeraria. Arcelia y Melies se estremecen, entran por una pequeña puerta contigua al local; al interior un pasillo que conduce a una brevísima casa, tan acogedora como modesta. La mujer les pide que se quiten los zapatos y les ofrece unas pantuflas que les quedan enormes. Agradecen con una sonrisa. Les ofrece de comer y luego los conduce a una habitación llena de cobijas un poco al estilo de las tiendas mongolas. Melies y Arcelia se acuestan en la penumbra de una lámpara de queroseno que les ilumina, uno al lado del otro; se dan un beso y se duermen entrelazados. En la noche un ruido despierta a Arcelia. Por los intersticios de una vieja puerta de madera apolillada, se distingue una luz. Arcelia retira suavemente la pierna de Melies que tiene contra su vientre y sale de la habitación, siguiendo los sonidos del agua. Yuquan está terminando de limpiar, arreglar y preparar un cadáver en el recinto de la funeraria, otra mujer de la cual no podemos ver el rostro, la acompaña. -Mañana se la llevan los soldados, su mamá no logró llegar a tiempo y no va a poder despedirse. Pero ella ha hecho todos los rituales. Al menos eso no ha faltado. Lucy y Yuquan caminan en un parque de hielo y platican, no podemos ver el rostro de Lucy. -Cuando yo venía aquí con mis papás era muy diferente.


Ambas caminan entre los costados de dos muros hechos con tabiques de hielo. Yuquan se queda viendo un largo rato a Lucy. De pronto Yuquan habla en inglés. -Me siento un poco apenada contigo. Te pido una disculpa. -¿Qué? -Fui ruda contigo al final, allá en la base de entrenamiento... estaba un poco nerviosa... me estaban esperando en la casa y ... -No digas eso por favor. Estoy en deuda... sin ti no lo hubiera logrado. -Me da mucho gusto. Llegan a un río congelado. Se quedan admirando el paisaje y de pronto el ruido de un tren que llega intempestivamente se hace cada vez más presente hasta que cubre en parte sus voces. -¿Ya sabes a dónde vas a volar? -No. Me imagino que serán vuelos domésticos. -¿Y cuándo empiezan? Sobre un puente aparece de pronto el tren, su sonido cubre ahora por completo sus voces. De pronto Yuquan le señala un lugar y caminan unos pasos para descubrir abajo del puente gente que patina. El tren termina de pasar y el estruendo desaparece tan bruscamente como llegó. La música de la pista se escucha a lo lejos. En la cocina están Yuquan y Lucy; descubrimos que esta última es Arcelia, una habla en español y la otra en chino, se entienden con la mirada y pocos gestos. Yuquan baja la mirada quedándose en silencio, Lucy se da cuenta que algo no anda bien. -¿Por qué se llevaron el cuerpo? Yuquan sale de su introspección. -Es una nueva ley, estamos obligados a entregar a todos nuestros muertos. Cierra el puño y luego en voz baja continúa casi para sí misma. -Sin alma. Vuelve a quedarse en silencio. En la mirada de pronto se dibuja una sonrisa. -Hice algo... El día que llegaste vino un hombre con su hija muerta, parecía que la hubiera cargado toda la noche. La tomé en mis brazos. Tenía más de un día muerta pero todavía estaba tibia, su


padre no la había dejado de abrazar... la pusé sobre la piedra y cuando volteé el padre ya se había ido. Lucy se le queda viendo por un largo tiempo. Se escuchan algunos cohetes en la lejanía. Amanece en el pequeño poblado. Melies sale del cibercafé y se dirige a la estación de tren. Vemos a lo lejos que recibe al resto del crew que trae equipo de filmación; se abrazan, predomina el sonido del viento. En un río congelado Lucy y Yuquan caminan en fila india, Lucy sostiene una linterna. Atrás de ella Yuquan carga en su espalda un fardo que sostiene con las manos. Al llegar a un hoyo en el río se detienen. Lucy posa la linterna en el hielo y ayuda a Yuquan

corre camara!

a bajar el fardo, con mucha precaución lo desenvuelven entre las dos : descubrimos el cuerpo de una niña. LUCY se quita de la espalda una bolsa y corre sus cuerdas. Está llena de flores multicolores que esparcen sobre el cuerpo y sobre la manta que servía de mortaja. Cautelosamente deslizan a la niña por el hielo hasta el hoyo para dejarla caer al agua. El cuerpo flota por un momento para luego hundirse lentamente y desaparecer bajo el hielo. -Ya casi es primavera... Seguimos el curso profundo del río unos cuantos metros. La niña reaparece en el fondo deslizándose bajo el agua congelada. Las flores también comienzan a aparecer, dispersándose por el hielo, dibujando vetas de todos los colores. -El día que llegó ella, vino también una vieja amiga de la familia a traerme una noticia triste... Necesito ir a casa. Levantamos la mirada y descubrimos que la tarde ha caído casi por completo, a lo lejos el poblado ya encendió sus luces y algunas linternas chinas ascienden hacia el cielo, anunciando la llegada de la primavera. -Tengo miedo de ir sola. La toma se va abriendo con un movimiento de dolly back descubriendo parte del equipo cinematográfico que graba la escena. La cámara se sigue desplazando en dolly back hasta que descubrimos a Melies de espaldas de cámara. Hélène le pregunta a Melies en V.O. “¿la tenemos?” Melies voltea hacia ella quedándose la imagen congelada en su perfil. Fin


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