Te veo ...

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Te veo...te sue単o

Ana Viguera


ANA VIGUERA Nace en Chile en 1969. Diplomada en Arte Universidad Católica de Chile, es diseñadora industrial de la Universidad Tecnológica Metropolitana. Ha participado en numerosos talleres de dibujo y pintura. Sus exposiciones individuales y colectivas realizadas desde el año 1997 han llevado sus pinturas a diferentes galerías nacionales y extranjeras en países como Italia y Brasil. Actualmente y desde 2007 realiza un taller de pintura (docencia) en espacio K. Exposiciones individuales “El color de los niños” Casa Piedra (2004); “El cuerpo del alma “Galería Fundación (2006); “Te veo...te sueño” Cultural de Las Condes (2009). Exposiciones colectivas Parque Araucano (1997); Logia Masónica (1999); Brisas de Santo Domingo; “3 x 3” Galería Arte 8, Borde Río; Partenón Centro de Arte de Cultura Brasil (2001); Palacio De Parte Guelfa, Florencia, Italia; Galería Arte 8, Valle Escondido (2002); Por Un Mundo Habitable Huidobro 2003 (2003); “Mundos Diversos” Galería Jardín del Arte (2004); “Paisaje y figura” Galería de arte Estrategia; Galería Isabel Aninat (2005); Feria Arte al Límite; Galería Matthei (2008); Arte al Límite Casa Piedra (2009).

Sala de Exposición de Los Dominicos agosto 2009

Auspician

Obra de portada

Espejo / 2009 Óleo sobre lino / 100 x 180 cm

regalos y arriendo


Ana Viguera

TE VEO...TE SUEテ前

Dibujo I / 2009 Tテゥcnica mixta sobre papel



LA POÉTICA DEL COLOR “La perfección convive con la desproporción Y la belleza solo con la proporción: Abarcar el color en su profundidad se llama inventar” Goethe, MaximenArt-Miscelánea, 1818.

Dormitorio Infantil / 2009 Óleo sobre lino / 110 x 110 cm Páginas anteriores

La Granja y el Gallo / 2008 Óleo sobre lino / 100 x 180 cm

La pintura de Ana Viguera expande la poética del color para esa realización plástica que nace con el dibujo, donde la inspiración vital es la continuidad expresiva. ¿Qué medios desarrolla Ana Viguera en su pintura actual? La expresión aferrada al gesto centelleante sobre la forma y por sobre el propio instinto que busca estrictamente lo bello; podemos inferir que la artista está experimentando la fantasía lúdica del color más que nunca, núcleo de su nueva producción artística. Su pasión existencial pinta su propio Jardín del Edén, su trabajo del color es surrealismo en imágenes; su pintura se proyecta en la emoción de la “visión onírica”, se sostiene en la disciplina y en la alegría de pintar. Sobre la expresión poética en la pintura, Kandinsky (1949) señaló que los impactos emocionales de la naturaleza exterior producen Impresiones, mientras que los saltos de júbilo y la intensa alegría interna y sus productos artísticos únicos son las Improvisaciones. Pero las Composiciones, de origen inconsciente que elaboran y reelaboran los estudios anteriores, son los bosquejos mentales trabajados de manera espontánea, donde predomina la conciencia como inteligencia lúcida y su fin producido solo dignifica a la intuición por su visión global. Por esto, Ana Viguera es la excepción del simple espejo de la experiencia artística. Esta exposición, en sus composiciones, en sus improvisaciones de formas y colores, nos anuncia que la artista está poetizando con potencia un “ver para ser libre”. Hay candor del color, hay esfuerzos fulgurantes en veloces aires de tijeras divertidas y de trozos dormidos que gritaron un día: la pintura es un arte impertinente… es libertad sin autocensura! Cuando la pintura de Ana Viguera caminaba en la abstracción (El Cuerpo del Alma, 2006), ese arte no figurativo, ni concreto, que rechazó el mundo exterior, prefiguraba lo real en la perdida del rostro humano para recuperar el alma. El cuerpo se conducía a la revela-

ción de mantenerse vivo con el vigor de lo nuevo. Técnicamente, la emoción propuesta era pintar el cuerpo y su alma haciendo patente la identidad del sueño. Ahora, cuando se busca una identidad en un proceso viviente y se grafican en la pintura historias y experiencias personales, y de pronto, aquellos procesos íntimos se aceleran a velocidad express, no queda cuerpo entero visible ni representación alguna, solo la ciega voluntad del instinto actuando en pleno dominio. Mientras el mundo urbano es una nebulosa alternativa de la vida, el trabajo interior veloz y punzante en la artista genera expresiones pictóricas como la granja y el gallo que se desbordan en el sol en amarillo. Están las mareas y la soledad del pescador en su bote y el mar bravío de colores y el blanco fantasmal, el modelo complementario y divisor de una antigua figuración. Eureka: la pasividad de pintar en y con blanco, tiene la tristeza que tolera menos blanco y negro. El otoño es otra explosión de colores donde la naturaleza emocional desborda al chileno. Este mira la ciudad y las rejas limitan el horizonte de su patio, y en el cuerpo denuncia ese interior de chorreado rojo vertical. El vestidor tiene más ojos que ven la espalda y la intimidad de quien se viste: reencuentro de sentidos de privacidad. Mientras más lúdico es el dormitorio infantil en un zapato, el espejo donde el artista construye la flamencada gris de blanco vela en el suelo. Hay fondo oscuro secreto y paredes alegres con trozos naranjos. Hay sobresalto de color en el hombre azul con vitales globos de energías para lograr la infinita meta. El personaje anónimo sin rostro, árboles carcomidos, y el estudio de mujeres intervenidas por el color café, son la hábil fórmula: ventana = mirada. Mirando desde la nube gris vela se critica a la ciudad: Paisaje en Calipso es la emoción del color que arrastra mayor imaginación, cuya calidad expresiva es nuevamente intimista; todo es felicidad


en Paisaje de Tahití. Hay consistencia de los senos en proporción y luz, y por el contrario, la posición y gesto hacen contrapunto con la mujer en collage de rostros gráficos grises: solo sobrevive la alegría de los colores vivos en una sociedad de hormigas. Siempre la velocidad exige contrapuntos: Persiana al interior– exterior, que limitan la Persiana Americana ll y alude a la vida del mundo urbano. ¿Quién corre esta carrera? La artista se ve asimismo en la escena de imágenes en una vitrina de expectantes personajes. Aquí la ceremonia de pintar estas bellas fantasías vinculadas al color y su empleo para la cama azul y la almohada blanca, en el lema poético: te veo… te sueño…, se concreta magistralmente en dos espacios: el dormitorio y la mesa del té. La Ventana al Tulipán es otra oda a la pintura, donde tulipán es color/belleza y el desnudo, la artista/expresión. La Ventana al Mar con cierta comicidad y descontrol aéreo de color, muestra libre composición de árbol y una mesa. En el Comedor de Diario, es la pintura que se libra al extraordinario instinto del color. Se recupera con Ana Viguera la pintura chilena del gesto y la mancha de los años 80-90 que florece con fuerza y espíritu en su pintura actual. También es psique en un nuevo color, en otro rumbo que muy bien investigó Goethe: “una skepsis activa –defensa, abrigo, protección–, sin cesar se afana por dominarse, a fin de llegar, mediante la experiencia regulada, a una suerte de confianza relativa”. Se identifica con lo exterior ese ver que sueña y que posteriormente pinta en gestos libres. Más peligroso es el camino por sus ilimitadas posibilidades de creación a través del color expresivo que se resume en una intención superior. Se crece por ciclos y esta es su primera madurez pictórica, donde la pintura del faraón supone el mundo femenino en riesgo: el canario es escenario de una advertencia a sus cazadores, la revelación de un metáfora de la libertad femenina. Nadie pasa de largo por la vida, parece decir Ana Viguera dejando estampada sus expresiones ante otros y “en sí y para sí”, con gran imaginación plástica. Acaso estamos ante el despertar del sueño...? Sí, se despierta con la expresión liberadora...! Es la liberación de la abstracción y la búsqueda generosa del Alma, el Color y la Creatividad en las obras! Se trata de un panorama de sueños con un puente preciso: Te veo… te sueño. A veces reflejos de lo efímero de la poética del arte, y que en la oscuridad sueña las telas mirándose una a la otra para despertar.

Ana Viguera señala que son las nuevas interrogaciones que afloran en el arte en Per Kikerby: el gesto es primordial en el lenguaje plástico del formato múltiple. Se fragmenta esa huella de la imagen, se obsequia en una vuelta rotativa en los espacios para la mirada. Se recorta la expresión en un alto grado y se utiliza la mancha más limpia en varias capas, en ritmo de collage. Se deja estar en el candor del rastro, la emoción y la huella de la intranquilidad, y de volumen mayor la figura es prototipo en el limpio trazo de una mano serena. Con la mezcla de intenciones plásticas el relato de la pintura encierra hoy por hoy, lo material gestual, que incluye formatos novedosos y grandes, donde los perfiles de humanidad no se borran, y en lo concreto, el dibujo es evocador sugerente y es más expansivo. Porque el dibujo en Estudio de Mujer lo sacia todo, de fina técnica disfraza en su suavidad tonos emocionales y en café actualiza la exposición de los ánimos. El traslado de acción, en el Te Veo / Te Sueño, están disueltas por geometría y puñales, colores y retazos, masas de color y fragmentos de memoria personal, son giros de las identidades en interior/exterior, jardín/vereda, dormitorio/mesa; todas fuera del pincel con proyecciones líquidas. No hay chispas sucias, ni gotas electrizantes tristes, sangrientas. Digamos que Ana Viguera establece la honesta rebeldía en una pintura de la voluntad y, como el ciego palpando su entorno, le resulta un gesto de mayor libertad. Son rejas y nubes/colores, que dividen espacios alejados, miradas que a su vez comparten y amplían los ojos del espectador. Aquellas miradas que plasma en el taller, evocan con impertinencia creativa y con más destellos de ejecución, un espacio sin esconder: “un corazón ardiente” por la belleza.

Santiago/ Julio Felipe Vilches Rubio Filósofo, crítico de arte

Comedor de Diario / 2009 Óleo sobre lino / 110 x 110 cm



El Canario / 2009 Óleo sobre lino / 70 x 250 cm

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A la Hora del Té / 2008 Óleo sobre lino / 120 x 240 cm


Ventana Urbana I / 2007 Ă“leo sobre lino / 100 x 200 cm

Ventana Urbana II / 2008 Ă“leo sobre lino / 100 x 200 cm



El Faraón / 2008 Óleo sobre lino / 100 x 200 cm

Personaje en Azul / 2008 Óleo sobre lino / 100 x 200 cm

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Persiana al Interior o al Exterior / 2008 Óleo sobre lino / 100 x 200 cm



En el Vestidor / 2008 Óleo sobre lino / 120 x 240 cm

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Persiana Americana I / 2008 Óleo sobre lino / 100 x 200 cm

Ventana al Tulipán / 2008 Óleo sobre lino / 100 x 200 cm


Jardín del Edén / 2008 Óleo sobre lino / 65 x 200 cm



Mareas / 2007 Óleo sobre lino / 100 x 180 cm

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Ventana al Mar / 2007 Óleo sobre lino / 120 x 240 cm

Ventana al Jardín / 2007 Óleo sobre lino / 100 x 200 cm




Dibujo II / 2009 Técnica mixta sobre papel

Dibujo III / 2009 Técnica mixta sobre papel

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Teatro / 2009 Óleo sobre lino / 140 x 300 cm Escenas / 2009 Mixta sobre lino / 140 x 300 cm

Dibujo IV / 2009 Técnica mixta sobre papel


Catálogo TE VEO...TE SUEÑO Coordinación editorial

Gonzalo Badal Texto

Felipe Vilches Fotografía

Andrés Poehler Diseño portada

Jenny Abud Impresión

Imprenta Ograma Ltda. Diseño y producción

Dibujo V / 2009 Técnica mixta sobre papel

Ocho Libros Editores www.ocholibros.cl



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