1A.
QUINCENA DE
FEBRERO
DE
2009
ACENTO N
UESTRA
VOZ
7
La crisis del crédito Por Raúl López Deantes*
La globalización no perdonó la exportación de esta crisis a otros países que como México había cuidado mucho su disciplina fiscal... Ahora 700 mil en nuestro país no pueden pagar el préstamo de sus hogares, pero tampoco la tarjeta de crédito
¿
Cómo llegamos a entrar a esta crisis? Se preguntan las amas de casa, los obreros y los campesinos en México, si todo Histoire; indicaba que en el mundo la economía parecía ir bien, el crecimiento económico había sido el más rápido de la historia y que continuaría así en todo el planeta, todo esto, gracias a la extraordinaria abundancia del ahorro y la tecnología; la pobreza había comenzado a caer en Asia y América Latina, dépression planétaire pero resulta que ahora estamos en los albores de una depresión económica mundial, la peor en los últimos ochenta años. Ahora 700 mil en nuestro país no pueden pagar el préstamo de sus hogares, pero tampoco la tarjeta de crédito.
¿SERÁ UNA DÉCADA PERDIDA?
En dos ocasiones en las últimas décadas, México ha demostrado que los derroches y la mala administración de un país pueden significar una catástrofe económica más allá de sus fronteras. En 1982, dejó de pagar su deuda externa y desató una crisis de deuda en Latinoamérica que condujo a una década de crecimiento anémico en la región. En 1994, el peso se colapsó y detuvo los flujos de capital a los mercados emergentes en todo el mundo, hasta que la Administración Clinton hizo arreglos para un rescate financiero para México por 50 mil millones de dólares. En esta recesión, sin embargo, es el derroche de EU el que ahora arrastra a un México fiscalmente disciplinado. Al igual que un gran número de países de clase media, desde Sudáfrica hasta Brasil, los economistas le dan el crédito a México por políticas
económicas prudentes que redujeron la deuda y domaron a la inflación, pero eso no ha salvado a ninguno de ellos del dolor de una recesión global. La primera crisis financiera de la globalización se explica en gran medida por la incapacidad de la sociedad americana para ofrecer salarios mejor remunerados a las clases medias, pero en México sucede peor que en el vecino del norte, ya que el salario mínimo es de alrededor de tres euros por día en este país, haciendo que las familias mexicanas se endeuden para obtener su ropa, alimentos, vehículos, hipotecas y viajes y por el contrario los más ricos obtienen la mayoría de su riqueza producida sin el más mínimo riesgo a través de la bursatilización, esto desencadenó una depresión económica mundial al no poderse pagar los créditos que no tenían garantías. La globalización no perdonó la exportación de esta crisis a otros países que como México había cuidado mucho su disciplina fiscal, sin embargo, la crisis golpea también a las democracias, ya que la verdadera democracia no solo es votar en elecciones sino tener un sistema económico que permita que la mayoría tenga la capacidad de compra y utilice el crédito como ayuda pero no como una forma de subsistir. La humanidad siempre ha pasado por crisis, ya sea por motivos religiosos, morales, políticos y económicos. Desde la llegada al poder del capitalismo, la crisis parece incluso parte de su estado natural. Sin embargo, todo el mundo siente un gran miedo inexplicable, un pánico salido de una película de Alfred Hickok como una gran amenaza, como una desagra-dable sorpresa en un mundo lleno de promesas, algo muy profundo, en nuestro estilo de vida y nuestra forma de pensar, esta amenaza confunde en el proceso de cambio que
habíamos vivido y genera una brecha muy desigual en la distribución de la riqueza en México de quienes lo tienen todo y los que no tienen, es así que por siglos las luchas fueron en el mundo muy antagónicas, entre la libertad y la esclavitud, entre la civilización y lo primitivo, entre autoritarismo y democracia, hoy se abre un reclamo mundial entre los ricos que tienen cada día más y los pobres que para subsistir solo lo pueden hacer endeudándose, es decir, necesitamos una sociedad, donde no haya diferencias de clases económicas, entre los que pueden acceder a un bien o servicio y otros que no lo pueden pagar, esto debe ser como cuando entras a un parque de Disneylandia, todos tienen derecho a vivir la magia, la montaña rusa, las atracciones y los servicios del parque, la única diferencia es que unos compran más en las tiendas, accesorios de regalo que otros, pero por el mismo boleto en un día todos somos iguales, tenemos los mismos derechos y somos felices de manera igual; lo que necesitamos es que antes de vivir en sociedad, el sistema nos compre ese boleto de entrada al parque que es México nuestro país y donde no haya una mala distribución de la riqueza, es por eso que debemos aprovechar esta crisis y convertirla en oportunidad.
EL SISTEMA ECONÓMICO ESTÁ CORROMPIDO
En gran parte, por que se recompensa siempre a los ricos que controlan la economía, premia con distribuir los ingresos indecentes a los responsables de esos desastres, pero al mismo tiempo son los jueces con su élite gobernándonos, pero por otro lado, está la mala distribución de las clases más bajas que se arrebatan el poco trabajo que dejará esta crisis. La crisis es sólo el principio, la
recesión está aquí. Es ahora, que tenemos que actuar, ya que si no se hace nada, se afectarán profundamente a las empresas, los consumidores, trabajadores, ahorradores, deudores, ciudades y naciones. Es hora de comprender que los contribuyentes están pagando los bonos de los banqueros que nos han sumido en esta crisis de crédito y endeudamiento, es también tiempo para ver que esta crisis puede ser una oportunidad para el mundo, probablemente la última advertencia a todos los peligros de la globalización y el derroche incontrolado. Para México es la oportunidad de despetrolizar su economía por que de cada peso que gasta el gobierno, 37 centavos, es decir, el 37 por ciento viene de PEMEX; en este momento el precio de la mezcla mexicana de exportación está en alrededor de 36 dólares por barril. Hace un semestre estaba cien dólares más caro. Una caída, desde entonces, de 74 por ciento. Y sin embargo la Secretaría de Hacienda estimó el precio del barril a 70 dólares, la pregunta que queda por responder ¿Qué pasará con nuestra economía que está basada en el crudo porque somos productores y exportadores de petróleo? De mantenerse el precio actual, el gobierno perderá en 2010, 50 por ciento del ingreso petrolero lo cual obligará a un ajuste fiscal mayor. Subirán los impuestos, bajará el gasto público, se incrementará la deuda gubernamental, o una combinación de las tres; estas interrogantes son un desafío para la economía de México y del mundo, sin duda, habrá perdedores en esta crisis; cada día, crea desconfianza y amenaza con estallidos sociales, en pescadores, transportistas y consumidores o quizás solo estamos viendo la punta del iceberg social que existe.
(*) Postgraduado de la Universidad de París y Socio Fundador de LÓPEZ DEANTES & ABOGADOS /// rauldeantes@hotmail.com