ACENTOS LATINOS
Número 11, Año VIII • Septiembre 2012 La primera revista literaria y artística de BMCC escrita en español
ACENTOS LATINOS
LA MISIÓN DE ACENTOS LATINOS (MISSION STATEMENT) Acentos Latinos responds to the huge interest of the Hispanic population of BMCC, which finds in this magazine important reference points on language, culture and a forum to express their identity.
Número 11, Año VIII • Septiembre 2012 DIRECTIVA DE ACENTOS LATINOS 2012 PRESIDENT: DILCIA ERAZO dilcia.erazo@stu.bmcc.cuny.edu VICEPRESIDENT: IVELISSE CASTILLO ivelisse.cast@hotmail.com TREASURER: MARDUK YEPEZ mardukyepez@gmail.com SECRETARY: ELAINNE DÍAZ elainne.diaz@ymail.com CLUB ADVISOR: ALICIA PERDOMO aperdomo@bmcc.cuny.edu PRESIDENT STUDENT GOVERNMENT ASSOCIATION JOHN MARSHALL JohnBMarshall@Optimum.net DIRECTOR OF STUDENT ACTIVITIES HARRY MARS hmars@bmcc.cuny.edu
ACENTOS LATINOS (REVISTA IMPRESA) FRANCISCA SUAREZ-COALLA, Fundadora DILCIA ERAZO, IVELISSE CASTILLO, ANGÉLICA MEDRANO, ELAINNE DÍAZ Y ALICIA PERDOMO, Editoras
Acentos Latinos also acts in response to the increasing number of students interested in the Hispanic culture and the Spanish language in order to learn more about it and use this magazine as an instrument for this purpose. Acentos Latinos is the only literary magazine in Spanish at BMCC that serves as a vehicle for a multitude of students who may be intimidated to express themselves in English and will use the magazine to reach their creative aspirations. Acentos Latinos has served students with a Hispanic background, although educated in Anglo-Saxon world, to recuperate a forgotten identity, and we are confident that our initiative will serve as an inspiration to other groups to create their proper magazine in their own language and be a realistic reflection of the multicultural population at BMCC.
YOLANDA V. FUNDORA, Graphic Designer
ACENTOS LATINOS (ONLINE) www. acentoslatinosmldbmcc.webs.com Acentos Latinos email: acentoslatinos@hotmail.com Acentos Latinos en Facebook: www.facebook.com/pages/ Acentos-Latinos/153815604661566 Creada y actualizada por Alicia Perdomo H. (2009-presente)
CRÉDITOS DE FOTOGRAFÍAS E IMÁGENES Clara Natoli (portada, páginas 14-15), www.morguefile.com Michael Connors (páginas 8-9), www.morguefile.com Banksy (páginas 10-11) Banksy, www.banksy.uk.com El resto de las fotos son de: www.morguefile.com por cortesía de sus fotógrafos contribuyentes.
ÍNDICE
2 TEORÍA SOBRE EL TESTIMONIO 6 DESAPARECIDA EN SAN ISIDRO Stephanie Plasencia 6 SOMOS LOS MISMOS… Samiric Figueroa 7 HOLLISTER Elainne Díaz 8 LA REALENGA Ruth Santiago 9 LA MUERTE DE MI ABUELA Angélica Merejo 9 MIGUEL Vanessa Arias 10 MI PRIMERA PELEA Ronov Andre 11 EN EL PUENTE DE BROOKLYN Iris Pagan 12 MI ABUELA ME LO CUENTA TODO Ismeri Rodríguez 12 UN DÍA MUY CALUROSO Eduardo Gómez 13 LA PALABRA Betty López 13 LA BODA DE MI MADRE Kimberly Cuevas 14 AEROSMITH Richard Maya 15 EL HUEVO HERVIDO Ivelisse Castillo 16 LA UNIÓN HARÍA LA FUERZA Yessenia Canarte 17 ¡LO QUE COSTÓ ESE ADN! Steven Estévez 17 EL SÍMBOLO Coline Jourdana 18 LA MORCILLA Heidy Barbosa 18 EL JUEGO Gabriel Sánchez 19 EL VIAJE Kianna Osorio 20 QUINCE AÑOS EN NUEVA YORK Y CUARENTA Y CINCO DÍAS EN LA REPÚBLICA DOMINICANA STARLING REYES 21 LA LUCHA DE UNA ESCRITORA Y FOTÓGRAFA Crystal Mejía
EDITORIAL Un día, todos los elefantes se reunirán para olvidar. Todos, menos uno Rafael Courtoisie
En 2012 murieron los escritores Carmen Naranjo, Wisława Szymborska-Włodek, Antonio Tabucchi y Carlos Fuentes. Preparábamos este número de Acentos Latinos sobre el testimonio cuando nos enteramos que Domitila Barrios de Chúngara, la líder boliviana, había fallecido el 13 de marzo. Fue famosa por su lucha pacífica contra la dictadura de René Barrientos Ortuño y Hugo Banzer Suárez. Barrios inició una huelga de hambre junto con otras cuatro mujeres mineras contra la dictadura. Les siguieron los sacerdotes Luis Espinal y Xavier Albó; y en poco tiempo, más de 1.500 personas se sumaron a la huelga. Con el pasar de las horas, los huelguistas se multiplicaron por miles, y al régimen militar no le quedó otra opción salvo la de claudicar en favor de la democracia. Domitila Barrios de Chúngara nació en el campamento minero del Siglo XX y se crió en Pulacayo, un pueblo pequeño en la región alta de los Andes bolivianos, donde fue desterrado su padre a causa de sus actividades políticas. Al casarse, volvió a vivir en el Siglo XX donde ahora se dedicaba a reclamar mejores condiciones para los mineros y sus familias. En 1975 y dentro del marco del Año Internacional de la Mujer se celebró en México una Tribuna organizada por las Naciones Unidas. A ella acudieron invitados de muchos gobiernos y grupos políticos para discutir la situación y los problemas de la mujer. Como única representante de la clase obrera en la Tribuna, Barrios habló de su organización, el Comité de Amas de Casa del Siglo XX, diciendo que la condición de la mujer no podía mejorarse sin un cambio socioeconómico general. Ahí la conoció Moema Viezzer y le pidió que colaborara en un libro testimonial: Si me permiten hablar: testimonio de Domitila, una mujer de las minas de Bolivia. Luego vendría ¡Aquí también, Domitila! con David Acebey, que recoge sus experiencias en el exilio y los viajes de trabajo en Europa y América Latina. Algo más. Lamentablemente, la convocatoria para el primer concurso Acentos Latinos en las modalidades relatos hiperbreves y fotografía no tuvo eco. Esperamos que en un futuro cercano podamos armar otra y contar con una participación generosa. ¡Estén atentos! ACENTOS LATINOS • Septiembre 2012 • 1
ETIQUETAS Al testimonio se le reconoce de las siguientes maneras: literatura testimonio, literatura testimonial, socioliteratura, literatura factográfica, novela testimonio o testimonial, oraliteratura, testinovela, novela documental, novela sin ficción, novela realidad, literatura alternativa o heterogénea, discurso de resistencia, género contestatario, narración etnográfica, cronovela y literatura textimonial.
ESTRUCTURA El término testimonio hace referencia a muchos tipos de discurso. No engloba sino que encubre las diversas ramificaciones de la narrativa “no-ficticia”, por lo que la delimitación del género resulta imposible (o al menos debe considerarse un género híbrido, ya que comparte rasgos con la etno-historia, con la crónica, con la auto/ biografía y la escritura de memorias.) De ahí que el fotorreportaje, la entrevista, los graffittis, el collage, el reportaje, la narración testimonial, la historia oral, la memoria, la autobiografía, la crónica, la confesión, la historia de vida, la novela documental, la novela testimonio, la novela no ficcional y la literatura de hecho sean textos “etiquetados” como testimonios. Es ampliamente reconocido el hecho que muchos libros testimoniales expanden el límite entre ficción y no-ficción, novela, cuento y relato; novela y biografía, poniendo la clasificación literaria convencional en un sano estado de confusión. Por su estructura, el testimonio puede asemejarse al cuento y al relato cuando se basa en la narración de una o varias acciones; a la novela cuando al narrar una vida se reconstruye todo un ambiente; al reportaje cuando por momentos nos da la impresión de un suceso; al ensayo cuando junto a la acción aparece la reflexión teórica.
ETIMOLÓGICAMENTE La palabra ‘testimonio’ está asociada a la palabra griega ‘mártir’, ‘aquél que da fe de algo’, y supone el hecho de haber vivido o presenciado un determinado hecho. (Entre los griegos el uso de mártir no connota sufrimiento o sacrificio y atiende básicamente al hecho de ser fuente de primera mano). También, el término 2 • ACENTOS LATINOS • Septiembre 2012
testimonio tiene sus raíces en el término jurídico testimoniar y, por eso, presupone la existencia de un testigo, que declara sobre acontecimientos reales que él conoce de su propia experiencia y que él valora desde su propio punto de vista. La existencia del testigo, es la premisa básica del testimonio. Finalmente, Emil Volek la relaciona con ‘testis’, que significa ‘testigo’ y ‘testículo’. El diccionario interpreta ‘testículo’ metafóricamente, como ‘testigo o testimonio’ de la virilidad.
DEFINICIONES El testimonio es un término que se refiere a muchos tipos de discurso, desde la historia oral y popular (people’s history) que procura dar voz a los “sin voz” hasta textos literarios como las novelas-testimonio de Miguel Barnet y aún obras de compleja composición documental como Yo, El Supremo de Augusto Roa Bastos. El término también se ha usado para referirse a las crónicas de la conquista y colonización, los relatos asociados a las luchas sociales y militares como los diarios de campaña de José Martí (…) y a textos documentales que tratan de la vida de individuos de las clases populares inmersos en luchas de importancia histórica. George Yúdice El discurso del testimonio es un mensaje oral (preferentemente escrito para su divulgación masiva aunque su origen sea oral) cuya intención explícita es la de brindar una prueba, justificación o comprobación de la certeza o verdad de un hecho social previo, interpretación garantizada por el emisor del discurso al declararse actor o testigo (mediato o inmediato) de los acontecimientos que narra. Todo discurso testimonial es siempre referencial y pretende un valor de verdad. Renato Prada Oropeza El testimonio es una forma de lucha y exhibe una “intimidad pública”. Es, casi siempre, una imagen narrativizada que surge, ora de una atmósfera de represión, ansiedad y angustia, ora en momentos de exaltación heroica. Más que una interpretación de la realidad esta imagen es, ella misma, una huella de lo real, de esa historia. René Jara
TIPOS DE TESTIMONIO Hay muchas clasificaciones. Dependen del crítico y del enfoque. Las dos grandes categorías son: el testimonio mediatizado y el testimonio no mediatizado. El testimonio latinoamericano consta casi en su totalidad de testimonios mediatizados. Quizás esto se deba a que la gran mayoría de los testimonios son dictados por las clases marginadas y analfabetas incapaces de poner su relato por escrito. Por eso, es necesaria la mediación y la intervención de un intermediario letrado capaz de transcribir el relato oral del emisor. Dentro del testimonio mediatizado existe lo que Sebková ha denominado testimonio individual. Es decir, con un solo testimoniante. Así pues, Barnet usa el testimonio del anciano Esteban Montejo; Poniatowska el de Jesusa Palancares; Elizabeth Burgos-Debray el de Rigoberta Menchú; Moema Viezzer el de Domitila Chúngara. También se da un segundo tipo de testimonio, este es llamado testimonio colectivo o de grupo. Este se hace presente en obras como Operación masacre, Los hijos de Sánchez, La noche de Tlatelolco , en donde hay varios testigos cuyos puntos de vista son contradictorios. Existe otro tipo de testimonio denominado autorial; en este testimonio el testigo es a la vez el autor. Algunos de ellos son escritores de oficio, en otros casos, personas capaces de reproducir sus vivencias de manera escrita. Esto les posibilita describir directamente los aspectos desde su propio punto de vista. Son pocos los testimonios latinoamericanos autoriales. Omar Cabezas con su La montaña es algo más que una inmensa estepa verde (1982) y Vicente Leñero con, La gota de agua (1983) son buenos ejemplos Para George Yúdice, hay testimonios representacionales que reproducen los valores sancionados por instituciones estatales y testimonios concientizadores que intentan crear un vínculo de solidaridad, construir una identidad en y a través de la lucha, para presentar una estética de autoformación. Rossana Nofal propone otra clasificación: el testimonio canónico y el testimonio letrado: “El testimonio canónico se caracteriza por un sistema desigual de negociación de la palabra escrita, ya que el informante es, en general, iletrado; necesita de la escritura de un intelectual, compilador de sus recuerdos,
para acceder al espacio de la memoria. El testimonio letrado es el relato de una experiencia personal… se subdivide en dos categorías de testimonios: aquellos que dan cuenta de la experiencia de una flagelación corporal y aquellos que se definen como memoria de una militancia”.
LA VOZ DEL TESTIMONIO El testimonio no se limita a poner en juego unas determinadas relaciones de poder, sino que instala en el centro la “voz” del subordinado (o del “subalterno”). Es una voz, además, a la que se le suele atribuir la condición de “ejemplar”. Es una voz de “resistencia” (frente al poder hegemónico) que habla desde y por una clase social o una etnia sojuzgadas y contiene elementos que cuestionan la Historia “oficial”. Para Margaret Randall, el testimonio es una voz que se escribe y que busca ser leída. Si no hay una lectura de esta voz, el proyecto testimonial no cumple su objetivo. Para que se haga realidad debe contar con un tercer sujeto determinante: el lector, quien será el que le otorgue legitimidad a los relatos y decidirá si su propia visión de la realidad puede ser o no alterada por los relatos leídos. Un testimonio no tiene, en realidad, un autor. (...) Yo jamás escribiría un libro reproduciendo fidedignamente lo que la grabadora me dicte. Miguel Barnet Es interesante que el género de discurso que “permite” hablar a Domitila es el “testimonio”. El término, testimonio, se ha usado de manera general para incluir una variedad de textos. Tomo en cuenta aquellos textos en que un testigo habla para contestar a un interlocutor implícito. Esta forma de composición supone una distancia y un diálogo desde posiciones diferentes – intelectual/activista, extranjera/indígena, escritura/oralidad, clase media/clase trabajadora … La cuestión implícita de estos textos es cómo hacer hablar a la mujer subalterna o marginada dada la jerarquía que supone la posición de la interlocutora. Jean Franco
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ALGUNAS OBRAS (EN AMÉRICA LATINA) Juan Pérez Jolote: Biografía de un tzotzil (1952) Ricardo Pozas Los hijos de Sánchez The Children of Sanchez: Autobiography of a Mexican Family (1963) Oscar Lewis Biografía de un cimarrón (1966) Canción de Rachel (1969) Miguel Barnet Lengua de pájaro. Comentarios reales (1971) Nancy Morejón y Carmen Gonce Hasta no verte Jesús mío (1969) La noche de Tlateloco: testimonios de historia oral (1971) Nada, nadie: las voces del temblor (1988) Elena Poniatowska Operación masacre (1972) Rodolfo Walsh Tejas verdes (1977) Hernán Valdés Conversaciones al sur (1981) Marta Traba La montaña es algo más que una estepa verde (1982) Omar Cabezas Little School (1986) Alicia Partnoy Los periodistas (1978) Asesinato: el doble crimen de los Flores Muñoz (1985) La gota de agua (1983) Vicente Leñero Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia (1983) Elisabeth Burgos-Debray Si me permiten hablar: testimonio de Domitila, una mujer de las minas de Bolivia (1978) Moema Viezzer Nunca estuve sola (1988) Nidia Díaz No me agarrarán viva (1983) Claribel Alegría 4 • ACENTOS LATINOS • Septiembre 2012
LA “VERDAD” EN EL TESTIMONIO ¿Cómo y sobre qué verdades habla ese ‘yo’ testimonial? Alicia Frete A quienquiera que hable o escriba sobre campos de concentración se lo considera sospechoso; y si el que habla ha decididamente vuelto al mundo de los vivos, a él mismo le asaltan dudas con respecto a la propia veracidad, como si hubiera confundido una pesadilla por la realidad. Hanna Arendt El testimonio es también esto: la posibilidad de reconstruir la verdad. Margaret Randall …la historia oral y el testimonio han devuelto la confianza a esa primera persona que narra su vida (privada, pública, afectiva, política), para conservar el recuerdo o para reparar una identidad lastimada. El testimonio reclama que sus lectores o escuchas contemporáneos acepten su veracidad referencial, poniendo en primer plano argumentos morales sostenidos en el respeto al sujeto que ha soportado los hechos sobre los cuales habla. Todo testimonio quiere ser creído y, sin embargo, no lleva en sí mismo las pruebas por las cuales puede comprobarse su veracidad, sino que ellas deben venir de afuera. Beatriz Sarlo
LOS MALOS TESTIMONIOS Un testimonio se malogra cuando se ha quedado en la epidermis informativa; cuando no ha rebosado el mal periodismo; cuando ha acumulado información sin lograr una estructura coherente; cuando el autor ha pensado que todo se reduce a apretar el botón de la grabadora; cuando ha ‘pulido’ el testimonio obtenido de un informante hasta eliminar los valores de su habla particular; cuando ha colocado una entrevista detrás de la otra, sin preocuparse por el montaje que eso supone; cuando el autor ha pensado que los valores –éticos, morales, ideológicos– de la historia original pasan automáticamente a un texto testimonial, menospreciando la elaboración literaria e ideológica de los materiales; cuando ha supuesto que el interés de la historia original tiene que trasmitirse obligatoriamente a su versión, sin más trabajo de su parte. Victor Cassaus
LAS POLÉMICAS Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia (1983) Es muy distinto lo que uno siente hablando que cuando ya está en papel. Reconozco que en esos años yo era muy tímida... inocente e ingenua. Simplemente no conocía las reglas comerciales cuando escribí esa memoria. Fue muy doloroso volver a vivir el contenido del libro. Censuré varias partes que me parecieron imprudentes. Quité las partes que se referían a la aldea, mucho detalle de mis hermanitos, mucho detalle de nombres. (…) Elisabeth Burgos tomó esos manuscritos, los ordenó según su criterio y agregó y suprimió lo que le pareció conveniente. Le puso subtítulos e incluyó breves citas de otros libros al principio de cada capítulo... Jamás permitió que yo o el doctor Taracena conociéramos la versión final y mucho menos que pudiéramos hacer observaciones o correcciones al texto. Supimos que la señora Burgos me había despojado de mi testimonio cuando apareció la primera edición en idioma francés, con su nombre como única autora. Ese no es mi libro. Es un libro de la señora Elisabeth Burgos. No es mi obra, es una obra que no me pertenece, ni moral ni política ni económicamente. Yo lo he respetado mucho porque jugó un inmenso papel para Guatemala. Pero yo no tuve derecho de decir si el texto me gustaba o no, si era fiel a los datos de mi vida. Rigoberta Menchú
Rigoberta ha elegido el arma de la palabra como medio de lucha, y dicha palabra es lo que yo he querido ratificar por escrito. (…) no deseché nada, no cambié ni una palabra, aunque estuviese mal empleada. No toqué ni el estilo, ni la construcción de las frases. El material original, en español, ocupa casi quinientas páginas dactilografiadas. Muy pronto decidí dar al manuscrito forma de monólogo, ya que así volvía a sonar en mis oídos al releerlo. Resolví, pues, suprimir todas mis preguntas. Situarme en el lugar que me correspondía: primero escuchando y dejando hablar a Rigoberta, y luego convirtiéndome en una especie de doble suyo, en el instrumento que operaría el paso de lo oral a lo escrito. Procedí a continuación al desglose en capítulos: de hecho, establecí dos grupos de palabras, por temas. Por otro lado seguí el hilo conductor original, que era cronológico (aunque no siempre lo habíamos seguido durante las grabaciones). Una vez colocado el manuscrito en el orden que actualmente tiene, pude aligerar, suprimir las repeticiones sobre un mismo tema que existían en varios capítulos. Elisabeth Burgos Hasta no verte, Jesús mío (1969) Usted inventa todo, son puras mentiras, no entendió nada, las cosas no son así Josefina Bórquez/Jesusa Palancares Jesusa dijo que no tenía nada que ver con el libro. Fue un rechazo absoluto. Hice una gran labor de depuración y de criba en Hasta no verte, Jesús mío: utilicé las anécdotas, las ideas y muchos de los modismos de Jesusa Palancares pero no podría afirmar que el relato es una transcripción directa de su vida porque ella misma lo rechazaría. Maté a los personajes que me sobraban, eliminé cuanta sesión espiritualista pude, elaboré donde me pareció necesario, podé, cosí, remendé, inventé. Elena Poniatowska
El testimonio que no transmita la dimensión íntima, subjetiva y real del horror no debe llamarse testimonio sino deposición. Ricardo Forster
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DESAPARECIDA EN SAN ISIDRO
HOLLISTER
STEPHANIE PLASENCIA
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n el verano del 2000, en la República Dominicana, encontré a una mujer muerta. Olía mal. Dos niños que estaban quemando la basura en un lote vacío descubrieron algo. Ellos tenían miedo de mirar debajo de la basura y gritaron pidiendo ayuda de los vecinos. Corrí para ver qué estaba pasando y tan pronto como llegué allí el olor de la muerte me golpeó la nariz. Once años después todavía recuerdo ese hedor. Levanté la basura y quedé afectada automáticamente con lo que vi. Yo estaba en shock al ver a una mujer desnuda con su vientre hinchado. Sentí tristeza porque ella fue violada y golpeada hasta morir. Me trajo malos recuerdos porque fui abusada sexualmente cuando era niña, pero yo no podía dejar de mirarla, por alguna razón. A partir de ese descubrimiento y después, en cualquier momento que pasara por ese terreno baldío donde vi su cuerpo sin esperanza, comencé a tener pesadillas. Nunca encontraron al asesino, pero era un vecino nuestro.
SOMOS LOS MISMOS… SAMIRIC FIGUEROA
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n la vida, a diario pasan cosas injustas y muchos de nosotros somos testigos de eso. Siempre me ha molestado lo injustas que son las personas que juzgan a los mexicanos por ser mexicanos. En mi escuela siempre los maltrataban. Es desastroso ver cómo un dominicano, que también es inmigrante, abusa de otro igual a él. Por si no fuera poco, también hay adultos que lo hacen. Aunque he presenciado menos ese caso, sí he escuchado cómo mi madre y mi padre hablan de las injusticias en contra de los mexicanos en su propio trabajo. Los llaman indios y los acosan para que se vayan de vuelta a su país. En mi último año de bachillerato vi cómo un joven de 16 años apuñaló a otro, cansado del maltrato mental que recibía de parte de sus compañeros. Lleno de rabia, lo hirió sin pensarlo. Esto hizo cambiar a muchos, porque vieron el daño que le causaron a un muchacho que era un excelente estudiante y le llevaron a la desesperación. Para mí todos somos iguales y el que discrimine a una persona por ser mexicana o de cualquier otro origen, es ignorante y carece de ética. Una de las cosas que más disfrutaba en mi clase de español era la variedad de países de los que procedíamos y al final todos éramos iguales y compartíamos historias similares.
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ELAINNE DÍAZ staba en Queens buscando mi primer trabajo. Era 1999. Mi amiga y yo decidimos ir a Manhattan para tratar de conseguirlo, y, casualmente, pasamos por una tienda de ropa que tenía dos hombres casi desnudos y muy musculosos. ¡Estaban como para comérselos! La tienda era muy oscura, la música estaba muy alta y un perfume penetrante me asaltó.. Nos pareció increíble que todos los empleados fuesen adolescentes, como nosotras. Enseguida llenamos la aplicación y la entrevista sería al día siguiente. Estábamos muy entusiasmadas. Conseguimos el trabajo aún sin saber hablar inglés y contestábamos como se podía. Al pasar el tiempo me di cuenta de que eso no era lo más importante, descubrí que el aspecto físico era lo esencial allí. No digo que soy una belleza perfecta pero tampoco considero mi persona espantosa. Pienso que conseguí el trabajo por mi cabello voluminoso. A todos les fascinaba. Como es una tienda de playa vestían pantalones cortos, camisetas y algunos trajes de baños. Lo más increíble era como había gente de diferentes partes del mundo: asiáticos, afroamericanos, dominicanos, pero noté que preferían más a los blancos como modelos de la tienda. ¡Eran racistas! Un día noté que todos en la tienda estaban angustiados y muy nerviosos. No entendía la razón pero escuché que vendría el CEO de la tienda. “Una persona muy complicada”, decían todos. Aunque no pude verlo, me imaginaba cómo era por la descripción que daban de él: un hombre alto, blanco, canoso, con cirugía plástica y parecido a Walter Mercado. Los encargados de la tienda me pidieron que me fuera al probador del segundo piso. Ese día, la tienda estuvo muy visitada y esto impidió que yo saliera o que él me viera. Al final del día mi amiga me comentó que le fue mucho peor. Era negra. La encerraron en un armario de fundas plásticas con otros empleados también negros o mestizos. Apenas dejaron a dos trabajadoras como cajeras simplemente porque eran blancas con ojos azules. Me enojé tanto que sentí que la rabia me mojaba. Fue algo ridículo e injusto para todos.
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LA REALENGA
LA MUERTE DE MI ABUELA
RUTH SANTIAGO
ANGÉLICA MEREJO
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i novio y yo éramos jóvenes y nos habíamos fugado de nuestros respectivos hogares. Éramos “runaways” y vivíamos en un cuartito alquilado que se pagaba semana a semana. El dinero apenas nos alcanzaba para la renta y la comida; era una lucha sin tregua. No usábamos drogas y no íbamos de parranda. Lo nuestro era la sobrevivencia. Éramos una pareja tranquila, pero niños perdidos al fin, agarrados el uno del otro. En ese cuartito teníamos todas nuestras pertenencias. En un closet de plástico se guardaba la ropa y al lado de la cama “twin”, estaban acomodados los limpiadores y también cosas como champú y jabones. En el cuarto opuesto de nosotros vivía una mujer blanca, en el del frente vivía un hombre peludísimo y al lado , un policía cuarentón con su novia de solo doce años de edad. Todos compartíamos un baño y la cocina. Era un mundo extraño, por no decir más. Un día, para entretenernos, andábamos por el vecindario. Teníamos solo $25 dólares y no tendríamos más dinero durante un buen tiempo. No queríamos malgastarlo. Resulta que por casualidad pasamos por el frente de una tienda de animales. No sé por qué, pero me dio por entrar. Al dar unos cuantos pasos lo primero que vi fue una gatita. Era muy pequeña, estaba sola en una jaula grande y jugando con un juguete que colgaba. Le pregunté al dueño de la tienda la edad del animalito y me dijo que tenía más o menos seis semanas. Me contó que su mamá había sido realenga y que cuando parió sus gatitos alguien se compadeció de ella y los trajo a todos a la tienda para ver si conseguían hogar. Esta gatita era la última que quedaba. Le pregunté al señor cuánto costaba y él dijo $25 dólares. Me dio mucha pena y nos fuimos. Habíamos caminado una pequeña distancia cuando mi novio se paró y me preguntó si de veras quería a la gatita. Le dije que sí. Ahí mismo dio una vuelta y volvió hacia la tienda. Nunca me hubiese podido imaginar lo mucho que ella me cambiaría la vida. Esa gatita nos enseñó responsabilidad, estabilidad, compasión y nos enfocó. De ahí en adelante encontramos una razón para luchar y formar una “familia.” Después, adoptamos un perro para hacerle compañía y así vivimos felices los cuatro por mucho tiempo. Cuando mi novio y yo nos dejamos, me quedé con los animales. Mi gata estuvo conmigo durante nueve años hasta que murió de cáncer. Fue una lucha dura. Ahí fue cuando verdaderamente aprendí lo que eran la muerte y el valor. Estuve con ella hasta que dio su último suspiro y aún conservo sus cenizas. Mi consuelo fue que quedó de ella un gato que había parido en mi falda. Un solo gatito…nada más. Mucho después murió mi perro de dieciséis años. Estuve con él hasta el final. Ahora me queda uno apenas. Mi querido Andy murió hace poco, después de una larga vida llena de risas y aventuras. He tenido, y tengo otras mascotas, pero él es parte de esa gatita realenga y lo había compartido todo conmigo. También estuve con él cuando dio su último suspiro acostado sobre mi pecho mientras descansábamos. Con él se va una larga historia de amistad y lo último que quedaba de esa etapa de mi vida. Me encuentro un poco perdida sin esa constancia, pero aún estoy aprendiendo que todo en la vida cambia.
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staba en la casa con mi mamá, tres hermanos, mi tía y dos primas. Cada quien estaba en su dormitorio pero yo estaba en el de mi mamá. Jugábamos con su maquillaje y de repente sonó el teléfono. “Hello,” dije, – “Ange, Dios te bendiga. ¿Tu mamá está por ahí?” me respondió mi tía con una voz calmada, pero preocupada. Le pasé el teléfono a mi madre: – “es titi Lumari, suena como un poco preocupada…” Ella cogió el teléfono y mientras mi tía le hablaba se tiró al piso, estilo novela, gritando angustiada y comenzó a llorar. – “NO PUEDE SER, ¿PERO CÓMO FUE ESO?” La tía que vivía con nosotros, escuchó la gritadera y vino al dormitorio, -¿Qué fue, qué te pasa? Mami, ¿dime qué pasó?” -Le dio un ataque de corazón a mami. Están tratando de resucitarla. Tengo que ir al hospital. Mientras mi tía la ayudaba, me quedé sin palabras. ¡No lo podía creer! ¡Tenía el corazón en el piso! Cuando se fueron, me fui al dormitorio de mis hermanos, donde jugaban: – “Creo que abuela se murió. Mami va de camino al hospital con titi Yamaris.” Ellos se me quedaron mirando, apagaron el juego y nos sentamos a esperar noticias. La casa estuvo bien calladita hasta que mami llegó esa noche. La vi deprimida y débil. Supe que no pudieron hacer nada más. Dios se había llevado a mi abuela. Ese mismo fin de semana fue el velorio de María Magdalena Dones quien había nacido el 22 de Julio del 47 y se había ido el 9 de Junio del 2004. Esperando la urna, la familia trataba de esforzarse para no mostrar sus emociones, porque si alguien lloraba todos le seguían. Fue difícil para todos.
MIGUEL VANESSA ARIAS
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i nombre es Vanessa, tengo veinte y tres años y estoy casada con Michael hace cuatro meses. Antes de casarme con él, teníamos demasiados problemas. Él salía con malos amigos, bebía mucho y llegaba muy tarde a casa o no llegaba. Cuando yo le hablaba y me quejaba por su falta de atención se enojaba, gritaba y se iba de casa. Me sentía muy sola y lloraba con amargura. Él decía que nadie lo entendía y que lo dejara tranquilo. Las cosas empezaron a empeorar día tras día. Me sentía desesperada, no sabía qué hacer con esta relación y nuestras vidas se distanciaban. Pasaba noche tras noche afuera con sus amigos y “amigas”. Me separé de él. Mi comportamiento comenzó a cambiar. Ya no era la boba que se quedaba en casa llorando, pero al llegar las noches me sentía otra vez muy sola. El tiempo pasó y pensé que tal vez nunca me iba a encontrar de nuevo con Michael. Pasaron tres años y siempre me llamaba. Poco a poco empecé a mirarlo, otra vez, con amor. Michael se enfocó en mí y en lo que me hacía feliz. Nos casamos. Sé que no es perfecto, pero está tratando de darme amor y respeto. También sé que voy a estar siempre para ayudarle en las buenas y en las malas… ACENTOS LATINOS • Septiembre 2012 • 9
MI PRIMERA PELEA
EN EL PUENTE DE BROOKLYN
RONOV ANDRE
IRIS PAGAN
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i padre era un artista de artes marciales, así crecí con la esencia de la lucha en mi interior. Nunca buscaba una pelea, las evitaba. Todo eso cambió el lunes 28 de abril de 2003 porque era la primera vez que tenía que enfrentar a alguien fuera del dojo. Era un competidor intenso en clases y en baloncesto. Entre los que jugaban, había dos grupos con dos líderes: yo y mi enemigo jurado Pierre Benzico. Nuestra rivalidad nació por una cosa simple: ¿quién de los dos era el mejor en la clase y en baloncesto? El 28 no fue un día cualquiera. Era el día de la entrega de notas y cuando el director anunció los tres primeros de la clase, me di cuenta de que había vuelto a ser destronado por Pierre. Él aprovechó el momento para crear una canción sobre mí. La letra decía: ‘‘¿qué hice para ser derrotado en clase y en baloncesto? Dime su nombre’’ 'Y sus compañeros respondieron “Raf ” (Ronov André Frederic)! Me siento enojado cuando lo recuerdo pero entonces caminé a su lado. Durante el partido quise demostrarle que era el mejor. Sin querer ‘‘Zico’’ (Benzico) me dio un golpe. Quise devolvérselo. En la siguiente posesión, lo empujé de la cancha. Benzico lanzó golpes como un loco y cuando empezó a perder la pelea, intentó una maniobra desesperada. Corrió hacia mí como una cabra y se las arregló para tumbarme. Rodamos por el suelo. Nuestros compañeros trataron de acabar con la pelea sin ningún resultado. Entonces él me golpeó en la cara. Algunos profesores nos separaron. No nos expulsaron porque era la primera vez y éramos excelentes estudiantes. Sabiendo que mi padre me azotaría si oyera lo que pasó, tenía miedo de ir a casa, pero mi padre era el menor de mis problemas. Los dos grupos decidieron reunirse después de la escuela para resolver quién ganó y quién perdió. La lucha estuvo a punto de reanudarse, pero decidimos usar una roca que decidiría el valor de cada uno. Zico la lanzó lejos y me dio un empujón. Le di otro, por supuesto. En medio de puñetazos, golpes y raspones, Pierre bajó la guardia y le rompí la nariz. Me asusté y corrí con él al hospital. Olvidé que éramos enemigos. Cerca de la escuela, había un hospital donde mi mamá trabajaba como enfermera. Cuando llegamos, ella le preguntó qué había pasado y por supuesto, se lo iba a decir a papá. Pero Benzico dijo que había sido un accidente, y eso me emocionó. Lo respeté. A la mañana siguiente, al llegar a la escuela, me acerqué a él como lo haría con alguno de mis buenos amigos, y le pregunté cómo estaba. Él respondió suavemente, y continuamos la charla. Desde entonces, nos hemos convertido en amigos íntimos. Sabemos todo sobre de los dos. Soñamos y compartimos como hermanos.
10 • ACENTOS LATINOS • Septiembre 2012
na tarde de 1999., un amigo iba conmigo por el embarcadero y fuimos testigos de cómo un hombre saltaba desde el puente de Brooklyn en el East River. Cuando noté una creciente multitud caminando hacia el borde del muelle mirando hacia el puente, decidí caminar hacia allá. Entonces vi a un hombre. Se paró justo al lado del puente: sus brazos se apoyaron en la baranda y su cuerpo se inclinó peligrosamente hacia el agua. La policía lo rodeaba de izquierda a derecha. Oigo gritos caóticos que vienen de los oficiales. Ellos tenían sus brazos extendidos hacia el hombre. En el río, debajo del caos, vi a la Unidad Marítima de NYPD. Un oficial le extendió la mano pero el tipo se lanzó. Una ola de ansiedad y miedo se apoderó de mí aunque alcancé a verlo cuando flotaba. Las sirenas se oían con sus lamentos. Los médicos se acercaron rápidamente hacia el hombre, lo colocaron en la camilla de la ambulancia y se fueron. Después, los oficiales se nos acercaron y nos ordenaron retirarnos porque no había ningún espectáculo aquí. Esa noche, en las noticias, los periodistas afirmaron que el hombre había sobrevivido ileso y que estaba siendo observado en el pabellón mental del hospital Bellevue. ¡Qué milagro!
ACENTOS LATINOS • Septiembre 2012 • 11
MI ABUELA ME LO CUENTA TODO
LA PALABRA
ISMERI RODRÍGUEZ
BETTY LÓPEZ
S
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iempre quise saber lo que había ocurrido entre Faustina y mi tío Francisco. Una noche, María, mi abuela, me llamó para contármela porque, francamente, la tenía harta de tanto preguntarle. Abrió la boca y ya no paró: Francisco estaba casado con la Negra y Faustina, esa sinvergüenza que le calentó la oreja y él hombre al fin, cayó en su trampa. Acuérdate que ellos ya tenían a Benedi pero a la Faustina, provocadora, eso no le importó. Ella nunca nos cayó bien ni a mí ni a tu abuelo. Nadie sabía si había algo entre ellos. Yo me di cuenta por la forma como ella lo miraba y lo celaba de la Negra. Esa Faustina no era fácil, te digo, y encima, ¿tú sabías que eran primos? Sí, ella es hija de una hermana de tu abuelo. Bueno mija, Faustina se desapareció y cuál no sería la sorpresa cuando en la fiesta de mi cumpleaños, los cincuenta, ¿te acuerdas? le di mente porque Francisco se presentó con un muchachito igualito a él. Ahí me di cuenta yo y los demás. Y la mamá tenía que ser la zángana de Faustina y por eso había desaparecido. Poquito después, Francisco dejó a la Negra por Fanny, ni siquiera le reconoció los años a Faustina y menos el muchacho. ¡Ese tío tuyo si es sinvergüenza, ni siquiera sabe dónde tiene los muchachos y a lo mejor ni sabe cuántos ha hecho!
UN DÍA MUY CALUROSO EDUARDO GÓMEZ
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l 23 de mayo del 1995 fue un día muy caluroso pero no solamente por la temperatura. Estaba conduciendo y empezó a sonar mi localizador febrilmente. Al mirarlo me di cuenta que los números solo leían 911. Me puse nervioso porque no sabía de quién era el mensaje. De repente me di cuenta que tenía que haber sido mi novia anunciándome que nuestra hija, la primera, estaba por nacer. Me quedé paralizado por un instante mientras contemplaba cómo mi vida iba a cambiar para siempre. Regresé violentamente a la realidad y arranqué para el hospital y los minutos se me convirtieron en horas. Estaba nervioso y angustiado. Cuando llegué y se abrieron dos puertas inmensas sentí un frío que me corrió por todo el cuerpo. Las luces brillaban intensamente. Mi corazón latía ferozmente y no podía respirar. Llegó el momento de entrar a cirugía. Respiré y entré. ¡Lo que vi fue increíble! Tan impresionante que hasta este día lo recuerdo hasta en los detalles más nimios. Mi novia estaba en la cama pujando y gritando mientras el doctor le explicaba lo que tenía que hacer. Fui y le acaricié la mano, pero me la rechazó. Comenzó a gritar más y más y el doctor anunció que ya salía la cabeza del bebé. Inmediatamente cambié de posición para ver más claro “el milagro de la vida”. ¡Qué error tan grande de mi parte! Cuando vi toda la sangre, la baba blanca y todo roto me dio ganas de vomitar. Me dio un mareo y pensé que me iba a desmayar. Ya se me cerraban los ojos cuando al fin veo que sacan a mi niña. ¡Qué felicidad sentí! Todo el asco y el mareo se me fueron en un instante. Sentí una luz dentro de mí que me iluminó. Mi hija había nacido y aunque sabía que todo iba a cambiar reconocí que era una bendición que traería felicidad por mucho tiempo.
12 • ACENTOS LATINOS • Septiembre 2012
ra 1999. Tenía ocho años y estaba muy emocionada porque acababa de llegar al país de los sueños. ¡Los Estados Unidos! ¡Nueva York! Esa misma noche recuerdo que mi familia me estaba enseñando cómo responderle a los alumnos y maestros en mi primer día de clases y qué significaba What is your name? Mi hermano me preguntaba: What is your name? y cien veces le respondía: My name is Betty Lopez. Después de tanta práctica me sentí preparada para mi primer día de escuela y me fui acostar. Los nervios no me dejaban tranquila porque no sabía nada de inglés. Mientras caminaba con mi madre para la escuela, mi corazón latía más duro con cada paso que daba. Entré y me senté en el salón y noté que una alumna me sonreía y esa sonrisa fue tan blanca, brillante y preciosa que quise ser su amiga. Ella se paró y fue hacia mí. Su camisa amarilla brillaba como su sonrisa, llegó hacia mí y me preguntó: What is your name? Tal y como lo había practicado le respondí. Ella me dijo que su nombre era Michelle. Recuerdo también que cuando se acercó para decirme un secreto, su perfume era dulce como un caramelo. Luego abrió su boca para decirme algo y el olor a pescado casi me mató y entonces me gritó BITCH! y rápidamente volvió a su silla. Los demás alumnos se burlaron de mí. Me sentí como una estúpida, estaba asustada confundida y quise regresar a mi país lo más pronto posible. Como no hablaba ni entendía inglés, lo primero que hice fue llorar. Otra alumna hispana quien fue mi testigo me explicó que Michelle me había llamado “puta” y le contó al maestro lo que había ocurrido. Gracias a ella, el primer día de clases me fui temprano a casa. Defenderme era algo que no había practicado la noche anterior…
LA BODA DE MI MADRE KIMBERLY CUEVAS
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ra el año 2001 y yo tenía 10 años. Sophia, mi mamá se acaba de casar. Fue uno de lo días más tristes de mi vida. Hacía unos meses que José, mi padrastro le había pedido matrimonio y ella había aceptado. Originalmente iban a tener una boda grande en la República Dominicana con toda la familia presente. Sin embargo, se decidieron por una más discreta aquí en Estados Unidos donde estaríamos mi hermana Samantha y yo. Llegó el día y la novia estaba muy apurada con los arreglos. Ella solamente pensaba en los invitados, en su pelo, en su vestido y en todo lo que ella consideraba importante. Samantha y yo también estábamos muy contentas.Llegó la noche, los invitados estaban completos y la pasamos de lo más bien. Sin embargo, horas más tarde, casi a las 3 de la mañana, yo estaba en mi habitación y oí a mi mamá: “¡O te vas o me voy yo!” Fui a la cocina y alcancé a ver a mi madre brincándole encima a José. Me quedé pasmada y más tarde supe que la pelea fue por celos. Él se fue de la casa con la camisa rota y Sophia se quedó gritando. Mi dolor más grande fue verla en el piso de la cocina llorando vestida con su traje de boda. ACENTOS LATINOS • Septiembre 2012 • 13
AEROSMITH
EL HUEVO HERVIDO
RICHARD MAYA
IVELISSE CASTILLO
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espués de esperar once años en la República Dominicana, mi padre por fin nos trajo a mi mamá, a mis hermanas y a mí a Estados Unidos. Llegamos el 27de enero de 2003. La temperatura estaba bajo cero. Cuando llegamos a nuestro nuevo vecindario me asombré al ver que nadie vivía en casas, sino en viejos apartamentos de cartón. Días después mi papá me llevó a una escuela donde me rechazaron porque no era la que correspondía a mi dirección. Él no quería llevarme a la escuela de mi vecindario porque tenía fama de mala. Finalmente logró que me aceptaran en una que era regular y que no estaba tan lejos de mi casa. A los dos días comencé aunque el año escolar había empezado. Me llevaron a un aula bilingüe y eso calmó un poco mi miedo. Solo tenía dos clases que me ayudaban con el inglés aunque aprendí poco porque hablaba español todo el día en mis otras clases y en casa, naturalmente. En la cafetería de la escuela siempre se burlaban de mí. Un día mi mamá me alisó el cabello. Lo tenía largo y fui a la escuela con él suelto. Cuando acabó el recreo y todos estábamos subiendo a nuestras aulas, sentí que algo me golpeaba la parte de atrás de mi cabeza. Me volteé y vi a tres muchachas negras riéndose. Bajé la vista y en el piso vi un huevo hervido desbaratado. No supe quién me lo había tirado, pero me imaginé que una de ellas lo había tomado de la cafetería y me lo zampó. Quise reclamarles, pero era muy cobarde y además pensé que no hablaban español. Sentí ganas de llorar pero seguí mi camino y no le conté a nadie porque tenía mucha vergüenza. Cuando llegué a mi casa me puse a llorar, mi mamá me preguntó que por qué lloraba y le conté lo que me había pasado. ¡Casi se muere de la risa! Por si fuera poco, luego se lo contó al resto de mi familia y fui motivo de burla durante varios meses.
is amigos Jacob, Jorge y yo queríamos viajar y conocer los Estados Unidos. Planeamos un viaje a Oklahoma para un concierto de rock de la banda Aerosmith en el Myriad Convention Center. El viaje era por una semana y podríamos pasear y conocer la ciudad. Todos íbamos a quedarnos en la casa de mi amigo Jacob en Oklahoma City durante el viaje. Disfrutamos mucho del concierto. La música era eléctrica y nos animó tanto que después nos fuimos a un bar de karaoke a cantar canciones de rock clásico. El día siguiente fuimos a los museos y al parque y la pasamos chévere. Ese mismo día decidimos ir a un restaurante. Cerca de la carretera había un bistró que tenía una arquitectura interesante y decidimos comer allí. El edificio tenía un diseño antiguo y nos dio la impresión de retroceder en el tiempo. Nos sentamos y cuando la camarera nos trajo el menú tomamos algunos minutos para decidir porque lo que estaba en el menú era exquisito. Yo ordené un bistec con una guarnición de patatas al horno con ajo que era una maravilla. Mi amigo Jorge quiso una ensalada César con tiras de pollo a la parrilla y Jacob pidió un plato kosher con vegetales. Después del almuerzo, un par de palurdos nos miraron con odio y rencor. Uno de los maleantes se acercó y arrojó algo en los platos que todavía estaban en la mesa y nos dijo que no éramos aceptados allí y que nos fuéramos. Se sentía irreal. Yo no podía creer que en el año 2001 algunas personas pudieran ser racistas. Pero eso no fue nada porque después el bastardo siguió con los comentarios racistas hacia mi amigo judío Jacob. Me llegaron al alma y la indignación se me subió a la cabeza. Perdí el control y comenzamos a pelear. Después de lo que pareció una eternidad, llegó la policía y nos arrestaron a todos (incluyendo a los dos idiotas racistas). Cuando llegamos a la estación de policía, ellos tomaron nuestros testimonios pero el problema era que algunas cosas en el restaurante fueron destrozadas por la pelea y teníamos que pagarlas. En ese momento Miriam, la madre de Jacob, vino al rescate y se encargó de nuestro problema legal porque es abogada y ejerce en Nueva York. Nos dejaron libres y los dos idiotas tuvieron que pagar los daños del restaurante. Lo que sucedió no cambio mi opinión sobre el ser humano. Todavía tengo esperanzas. Lo que pasó me confirmó que tenemos que respetarnos aunque no seamos iguales. Según Jacob Klein, cuando me vio reaccionar, “fue como ver a un héroe de la mitología griega”. Para Jorge Rivera, mi otro amigo, fue “un día que empezó espectacular y aunque tuve miedo, todo acabó con un milagro y nos alejamos de esa miseria”.
14 • ACENTOS LATINOS • Septiembre 2012
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ACENTOS LATINOS • Septiembre 2012 • 15
¡LO QUE COSTÓ ESE ADN! STEVEN ESTÉVEZ
M LA UNIÓN HARÍA LA FUERZA YESSENIA CANARTE
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ivía en Brooklyn en los famosos proyectos, en un barrio donde la mayoría de la gente es afro-americana y hay muy pocos hispanos. Los proyectos de Brooklyn son conocidos por lo peligrosos que son, porque todas las noches se escuchan tiros, peleas y las sirenas de los policías, y todos los días hay un muerto. La escuela donde asistía se llamaba Canarsie High School, y era la que quedaba más cerca de mi casa pero era muy mala porque había enfrentamientos entre gangas casi a diario. La mayoría de los estudiantes no iba a la escuela y cortaba clases, por eso la escuela se cerró y todos los alumnos fuimos transferidos. Me transfirieron a una en el barrio Bensohurst, llamada New Utrecht H S. Estaba muy contenta porque me habían cambiado a una escuela donde la mayoría de los alumnos eran hispanos, chinos e italianos. El primer día de clases tuve que hacer una línea muy larga para conseguir el nuevo horario escolar y para conocer a mi consejera. Después de varias horas esperando en la línea, por fin me tocó a mí. La consejera era una señora de Puerto Rico muy buena. Lo primero que me preguntó fue de dónde era. “Nací en Bolivia, pero mi papá es uruguayo y mi mamá boliviana”. Entonces ella me dijo que nunca antes había conocido a nadie de Bolivia, que tenía que tomar un par de exámenes para ver en qué niveles me tenía que poner. Tomé dos exámenes y me fui a la casa, volví a los dos días como había indicado Ms. Murillo. Estaba preocupada porque hacía dos años que había llegado a Nueva York y mi inglés no era perfecto. Cuando llegué a la escuela me dieron el horario, un I.D y la metro card. Estaba nerviosa porque no conocía a nadie y mucho menos a los maestros. Ya eran las 12 del mediodía, hora de ir a la cafetería para almorzar, pero no sabía dónde quedaba y le pregunté a una chica. “Ven, que yo te llevo, porque también tengo mi hora de almuerzo”. Comimos y me pregunto que qué clase me tocaba a continuación. ESL y ella me dijo: “yo también”. Nos fuimos a la clase pero la maestra no estaba y al ratico la escuchamos gritar: Don’t fucking speak Spanish in my English class. Las únicas que estábamos hablando español éramos nosotras porque los demás eran chinos y estaban hablando en su idioma, pero ella solamente nos lo dijo a nosotras. Le dije, “I’m sorry, pero no tiene por qué decirnos malas palabras”. Eso hizo que ella se enojara aún más. Entonces, salió al pasillo de la escuela y llamó a los guardias para que me sacaran de la clase y me llevaran a la oficina del principal. También llamaron a mi papá. La consejera ya sabía lo que había pasado antes de que yo llegara. Ya estaba mi papá allí y fuimos hablar con la principal y la consejera. Mi papá le dijo que ella no podía hablarles así a sus estudiantes, y mucho menos el primer día de clase, pero la principal dijo que la maestra llevaba más de 25 años trabajando en la escuela y que ella era así con todos los alumnos que no eran chinos, y lo único que podían hacer era cambiarme de clase con otra maestra. Y lo hizo. Mi padre le pidió a mi hermana mayor que escribiera una carta protestando por lo que había pasado con Ms. Rossel. Llevé la carta a la escuela para que todos los que habían pasado por lo mismo la firmaran. ¡Más de treinta estudiantes hispanos habían tenido el mismo problema!. Enviamos la carta al distrito escolar. Pasaron días, meses y años. Me gradué y esa maestra sigue en la escuela y haciendo lo mismo porque el distrito escolar nunca hizo nada al respeto. Haber sido parte de una escena racista no fue fácil ni divertido porque la maestra nos humilló. Hay un dicho que reza: “la unión hace la fuerza”. Creo que si todos los hispanos nos uniéramos, la unión haría la fuerza.
16 • ACENTOS LATINOS • Septiembre 2012
i padre me contó que tuvo una hija, aunque no la reconocía legalmente como tal. Cuando se fue a vivir con su segunda mujer, ya ella estaba embarazada. Mamá insistía en que él se hiciera una prueba de ADN porque eso “no dejaría ninguna duda”. Sin embargo, él no quiso y se fue de la casa. No le gustaba el tema y sus visitas eran vez cada vez más espaciadas. Fue una situación muy difícil. Al poco tiempo, murió. Le hicimos la prueba y descubrimos que ella no era suya. ¡Lo que se comentaba era verdad! Mi padre siempre lo supo. Me sorprendí porque siempre creí que éramos familia consanguínea y hemos tenido una relación extraordinaria. No la he visto en mucho tiempo y francamente no sé si cuando la vea, me sentiré incómodo.
EL SÍMBOLO COLINE JOURDANA
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l 15 de octubre de 2011 en Times Square, una gran multitud se reunió para protestar en paz bajo la bandera de Occupy Wall Street. La gente cantaba y llenaba el aire con discursos de amor y canciones. El lugar estaba lleno de colores y veía sonrisas y felicidad. La gente estaba junta por la misma causa y con el único objetivo era levantar conciencia y traer paz a las personas para tratar de cambiar el mundo en el que vivimos. Llegué a las cinco de la tarde con un grupo de amigos y me uní a las miles de personas que estaban protestando pacíficamente, tocando música y cantando himnos en contra de la opresión social en nuestra sociedad. Después de un rato, mis amigos y yo caminamos hacia abajo para reunirnos en Washington Square Park para hacer una asamblea. Mi amigo Adam estaba al frente de la multitud. Él levantaba un signo con una la foto suya haciendo un corazón con sus manos. Él creó este símbolo como sinónimo de amor y siempre intenta compartirlo cuando viaja o conoce a nuevas personas. Mirándolo, fue como si el amor estuviera guiando el camino y esto era lo que las personas querían mostrar. En un punto en la marcha pasamos al lado de una línea de policías protegiendo el camino. Todos miraron al signo del corazón y empezaron a intentar recrear el mismo signo con sus manos. Supimos que estaban con nosotros, que habíamos tocado sus espíritus y que habíamos despertado algo en ellos. Ver esto fue increíble y todavía me acuerdo exactamente de cómo me sentí en ese momento. Así haya visto muchas cosas hermosas ese día, no creo que ninguna otra imagen significó más que estos policías tratando de reproducir lo que estaban "controlando". Ellos fueron la imagen perfecta para este movimiento: el respeto y el amor pueden lograr más que la violencia y el odio. Ellos me hicieron ver que si queremos algo con mucha fuerza es posible conseguirlo. Todos pueden ser transformados y tocados por las palabras y las acciones. Este momento me hizo sentir muy feliz y con esperanza en nuestro futuro. Si queremos el cambio con mucha fuerza podemos transformar el mundo y aprender a vivir en unidad.
ACENTOS LATINOS • Septiembre 2012 • 17
LA MORCILLA
EL VIAJE
HEIDY BARBOSA
KIANNA OSORIO
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l 24 de diciembre del 2003 fui a pasar las vacaciones navideñas a Colombia. Mis padres y yo nos quedamos en la casa de mi abuela materna. Me fui a dormir una siesta, pero escuché a mi mamá gritando “¡cójala, cójala!”. Me levanté asustada a ver qué estaba sucediendo. Cuando salí del cuarto me encontré con una gallina desesperada huyendo de las manos de mi abuelita, de mi mamá y de mis tías. ¿Qué pasa? Mi tía me dijo: “necesitamos su sangre”.: “¿Para qué la sangre?” Nadie me dijo nada.. La gallina estaba acorralada, y se movía desesperadamente, pero finalmente se rindió. Para aclarar mi confusión, decidí unirme a lo que estaba sucediendo. De repente los vi a todos amontonados viendo lo que para algunos parecía ser gracioso aunque para otros era sádico. Al acercarme sentí un olor penetrante, era como un revuelto de un arroz recién hecho al que le habían añadido hierro. Pero lo que vi me impresionó muchísimo más. Vi a mi abuelita sosteniendo a la gallina de una manera que dejaba el pescuezo del animal al pleno filo del cuchillo que tenía un tío en la mano. Sin tener el tiempo suficiente para creer lo que estaba viendo, vi como el cuchillo atravesaba el cuello de la gallina y un chorro de sangre caía sobre el arroz que mi madre había preparado. En ese momento sentí que el estómago se me revolvía y me di cuenta de cuál era la receta de la morcilla que tanto me gustaba. A la hora de la cena, vi la morcilla servida en la mesa. Mi papá me preguntó “¿por qué no estás comiendo?” “No tengo ganas de comer”. Me miró sorprendido, y sin permitirle otra pregunta, le dije: “¿Cómo puedes comer arroz con sangre?” Él sonrió y me dijo: “ese es el ingrediente secreto de la morcilla”. Desde esa navidad, cuando veo una morcilla solamente pienso el arroz con animal muerto. Esa experiencia me impactó tanto que nunca volví ni volveré a comerla.
EL JUEGO GABRIEL SÁNCHEZ
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ra 2008. El 21 de noviembre fue el día más emocionante bachillerato. La adrenalina lanzaba relámpagos y hasta los vellos de los brazos los tenía erizados. Jugábamos fútbol y en el medio tiempo, íbamos empatados. Nosotros, los Troyanos de George Washington, no pensábamos perder. Los cuatro capitanes de los dos equipos fueron al centro del campo para el lanzamiento de la moneda. Ganamos la lanzada fuimos en ofensiva. Nada en el mundo me importaba y el tiempo paró cuando los cuatro capitanes de mi equipo volvieron a la línea de banda. Chayane me dijo que me preparara porque la jugada de apertura la haría yo. Mi contraparte sería Christopher Rainey, número 70. ¡Me tocaba hacer realidad ese cuento de hadas! Le dije eso, pero la tarea de bloquear a un hombre cuya estatura es 6’7 y su peso es de 290 libras no era fácil. Me puse en la línea de golpeo como un soldado esperando que el mariscal de campo Chayane me dirigiera. HUT! HUT! Entré al césped artificial, la tensión podía cortarse con un cuchillo y exploté como una bomba atómica. Rainey tenía demasiada fuerza. Salí volando como una pluma que se le olvidó a un pájaro, como una bala escupida por una pistola. Lo empujé y lo moví como un camión que quita la nieve. Mis manos estaban firmes sobre su peto apretando sus hombreras. Mis esfuerzos sirvieron. Después, vi que Johnny abordó a Daniel Marc, el quarterback de Far Rockaway, y Chayane anotó... Todo eso pasó en menos de 7 segundos. Habíamos ganado. Todos lloramos y me quedé congelado de la emoción. Grité, grité mucho. Sentí nada más que felicidad. Una felicidad que no solamente sentí en el corazón sino en el estómago y en el cuerpo entero. ¡FUE ESPECTACULAR!
18 • ACENTOS LATINOS • Septiembre 2012
l 4 de diciembre 2011 era domingo. Después de la escuela mi hermana y yo tomamos el tren E para ir a casa. El tren llegó y encontramos un asiento en la esquina. Estaba cansada, así que decidí dormir y Kiarra escuchar música y ver un video en su teléfono. Mientras dormía oí decir a un hombre, “perdón, perdón” un par de veces y luego preguntó: “Hola, ¿son gemelas?” Oí a mi hermana cuando dijo: “Sí, lo somos”, dice “Wow, eso es genial. ¿Cuál es tu nombre?” “Kiarra” Tuve que despertarme. Abrí los ojos y vi a un joven sentado frente a nosotros. Tenía tatuajes en el rostro y en las manos. Su ropa era roja y llevaba un gorro en la cabeza. Se dio cuenta de que me había despertado y comenzó a preguntarnos nombre, nacionalidad, si estudiábamos o trabajábamos… De pronto dijo: “tiene un gran ego, ma. ¿Crees que voy a acecharte?” Balbuceé un “No lo sé. Hemos tenido antes a otros acosadores”. Él se rio de nuevo: “No voy a seguir. Es por eso que no me gusta hablar con las chicas guapas…Ma nigga que no estoy tratando de coquetear con usted sólo quería hablar...Yo tengo una niña. La madre es bonita y es dominicana. ¿Crees que solo porque son gemelas todo el mundo va a acecharles? Ma nigga soy negro y tengo tatuajes en la cara, si cometiera un crimen va a ser más fácil identificarme ¿creen voy a acecharles? Ni siquiera me conocen my nigga. Se ven como si fueran buenas y humildes, pero no tanto” Miro a Kiarra y ella musita un “no hables con él.” Estábamos desconcertadas. Lo miraba y sentía rabia. Aparté la mirada y respiré profundamente. Traté de decir algo pero me interrumpió: “Oh, ¿ahora hablas? Sonrió y bajó la vista. Aproveché el momento: “todo el mundo se plantea las cosas de manera diferente. Hay muchas razas y culturas diferentes. Me criaron para no hablar con extraños. No me importa si eres negro. Es muy tonto que te lo tomes de manera personal.” Él me miró, sonrió y dijo “qué inteligente eres. Lo siento” Yo ni siquiera lo miraba. Mi pierna empieza a temblar de ira y él dice que lo siente nuevamente. Cuando lo miré seguía sonriendo. El tren se detuvo y abrió las puertas. Podía ver su reflejo a través de la ventana del lado derecho. Miré a mi alrededor y a través de la multitud, lo vi caminando por el tren. Un hombre que estaba parado frente a mí, me dijo: “Lamento que haya tenido que pasar por eso, hay un montón de gente ignorante.” Kiarra estaba llorando de la rabia. “Dije lo que tenía que decir. No te enojes.” A ella le molestó que el hombre “pensaba que no éramos humildes”. Le dije: “Lo sé, pero él entiende ahora, no pienses en ello”. Traté de dormir, pero no pude. Tampoco podía dejar de temblar. Terminamos el resto del viaje en silencio.
ACENTOS LATINOS • Septiembre 2012 • 19
QUINCE AÑOS EN NUEVA YORK Y CUARENTA Y CINCO DÍAS EN LA REPÚBLICA DOMINICANA STARLING REYES
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uando me desplazo por las calles de Nueva York tengo que caminar con los ojos atrás de la cabeza, oír las pisadas detrás de mí, mirar las sombras y tener la cara como si estuviera preparado para luchar. Estoy alerta cuando camino solo. Cuando estaba en Santiago, República Dominicana, caminaba con la misma cara de Nueva York, la cara de alguien diciendo, ¿qué miras?, ¿quieres pelear? Pero un día vi que las personas caminaban pacíficamente, tranquilas y se sentían bien. Sus caras casi estaban dándole las gracias a Dios por el día. Caminaban sin miedo y sin tener que luchar ni preocuparse por los otros, los de atrás, por los que no se conocen. Con el tiempo también comencé a caminar así. Tranquilito, relajado pero con mi cara neoyorkina. ¿Cómo pasó? El sol comenzó a calentarme más que la piel. Me calentó la salud y el corazón. El aire fresco mató lo que yo siento cuando camino en Nueva York. La familia y amigos me enseñaron con su manera de hablar y caminar que las personas que viven allí piensan en los demás. Eso es lo que sientes y ves hasta en el cruce de las calles. Eso es lo que le falta a Estados Unidos. Siento que no hay amor por los vecinos. Sí, es cierto que no conozco a todas las personas en esta ciudad, pero uno no tiene que conocerlas a todas para saber.
20 • ACENTOS LATINOS • Septiembre 2012
LA LUCHA DE UNA ESCRITORA Y FOTÓGRAFA CRYSTAL MEJÍA
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i pasión y mi lucha es por ser escritora y fotógrafa. No voy a conformarme hasta no adquirir lo que en verdad quiero. Empecemos con mi pasión por ser escritora. Empezó cuando estaba en el tercer grado, me gustaba mirar las palabras, memorizármelas y después escribir oraciones. Creo que de ahí fue donde empezó toda mi pasión por la escritura. Mi familia decidió que nos mudaríamos a la Florida. Como no tenía muchas amistades, empleaba mi tiempo escribiendo. Siempre tenía las calificaciones más altas y hasta pasaba los cursos de escritura con honores. Cuando entré al sexto grado todo lo que hacía en la escuela tenía que ver con la escritura. En los recesos escribía, no jugaba. La profesora de inglés siempre me regresaba los cuentos cuando yo no llenaba sus expectativas. Siempre me empujaba a arreglar las cosas pequeñas que se me pasaban. Un día, la profesora y me dijo “Yo sé que un día vas a ser una gran escritora” y me dio un cuaderno color azul. Al principio no me importó este regalo, pero comencé a pensar que tal vez me lo había regalado para que siguiera escribiendo. Me di cuenta que mientras más pasaba el tiempo en la Florida, más se llenaba el cuaderno. Después de tres años, nos establecimos en New York. En el séptimo grado me colocaron en una clase avanzada de inglés aunque tengo que admitir que tuve un poco de dificultad porque la clase no era nada fácil. Pero me gustaban los desafíos. Trabajé día tras día hasta alcanzar mi meta que era por supuesto la de pasar el curso. Fui aceptada en una escuela de artes y ahí fue donde descubrí que también tenía una gran pasión por la fotografía. Al principio odiaba la escuela porque todo era sobre arte pero los profesores me decían que después iba a experimentar diferentes formas de hacer arte y así fue. Después de un año de arte básico pude tomar una clase de fotografía y descubrí que era algo que me interesaba mucho. Ahí me enseñaron cómo usar la cámara y cómo tomar fotos. Lo aprendí a hacer muy bien porque algunas de mis fotos fueron colocadas en el museo de artes de Lehman College. Durante el verano, me dediqué a tomar muchas fotos porque quería mejorar mis técnicas de fotografía. Cuando el semestre comenzó, tuve a la misma profesora que había tenido en el primer año de arte. No sé por qué pero cada vez que nos daba una asignación, le entregaba mis fotos y para ella no era suficiente. Tres meses después, la situación seguía igual. Mi autoestima estaba en el piso y empecé a creer que no era tan buena. Un día, el director, que siempre me veía tomando fotos, me preguntó por mi cámara. Le conté lo que me pasaba y unas palabras suyas que incluían un “no te des por vencida” cambiaron todo. Era lo que necesitaba oir. Dejé de escuchar las críticas de la profesora y seguí tomando fotos. Cambié de clase y conocí a una profesora chiquita, china, con el pelo corto. Siempre tenía una sonrisa y con vibras muy positivas. Ella me daba asignaciones personales y me invitaba a fiestas donde yo era la fotógrafa oficial. Ella me empujó tanto que por segunda vez mi trabajo fue expuesto en el museo del barrio. Me regaló muchos consejos y un portafolio cuando me gradué. Ahora trato de conseguir un título en inglés y otro en fotografía. Mi padre no cree que estas carreras sean serias. Tampoco lo creen mis hermanos. Entre mi familia y mis amigos algunas veces me vuelven loca. Pero son las carreras que voy a completar.
ACENTOS LATINOS • Septiembre 2012 • 21
Y
antes, en el campo de la libertad, era exactamente igual pa los hombres que pa las mujeres. Bueno, ellos tenían más. Bueno, sí. El hombre salía más por la noche, pero todo eso de feminismo y de machismo a mí me suena a hueco. La mujer tiene que darse a respetar siempre y la mujer ahora, en muchos casos, no se da a respetar. La mujer hoy tiene una libertad que ya quisiéramos tener antes. Hoy la mujer incluso tiene la libertad sexual como el hombre, no como en la época nuestra. En la época nuestra, la mujer que estaba con un hombre quedaba marcada, y eso ya lo sabía, y hoy no. Una mujer hoy convive con un hombre y no queda marcada. Algunos a lo mejor no la quieren pero para otros es igual. (…) Nosotras quedamos las dos solteras porque en el momento oportuno no llegó el hombre que tenía que llegar. En la época nuestra los hombres que había eran de aquí y yo, sólo de pensar en casarme con un labrador seguía soltera. Porque casarte con un labrador era seguir trabajando, y en el peor de los casos tener que ir para casa del marido a pelear con gente que no era la tuya. Y yo no me casé por la misma razón. Pero también porque no salió… Testimonio de las hermanas Honorina y Maruja Miranda Gutiérrez. La mio vida ye una novela (Testimonios de las mujeres del campo de Asturias)
H
e querido conservar la voz de las mujeres en todo momento. Si algún trabajo de edición hay por mi parte, se limita prácticamente a ordenar la información para que el texto sea más fluido, pero tampoco demasiado para que el tono oral de cada testimonio no se pierda. Paquita Suárez-Coalla La mio vida ye una novela (Testimonios de las mujeres del campo de Asturias)
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Esta revista ha sido publicada gracias a la participación de los estudiantes de BMCC, del Media Board, del SGA y de los profesores de MLD.