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ReflejARTE
SUPERANDO LA SUPERANDO LA ANSIEDAD ANSIEDAD
Una clave para enfrentar los desafíos con tranquilidad.
“Que sea lo que tú quieras, Dios”.
Seamos sinceros: es más fácil decirlo que luego poner en práctica esta realidad.
En lo personal, es todo un desafío depositar en manos del Padre algo que me mantiene ansiosa y pensando de qué forma se resolverá… y cuándo, cómo y por qué.
Quizá más de uno se sienta identificado conmigo cuando digo que muchas veces queremos llevar a cabo acciones que “ayuden” a que Dios responda o haga algo en nuestra vida de forma más rápida. Creo que (tal vez) por la misma razón se nos hace una eternidad esperar sus tiempos.
Y eso es justamente lo que Dios me viene enseñando desde hace aproximadamente un año. Me dice: “Florencia, espera mis tiempos”. Y es todo un proceso que cuesta, que duele, que entristece...
Sin embargo, al mismo tiempo, en su Palabra encuentro el consuelo que necesito cuando leo que:
• Él promete estar conmigo hasta el fin (Mat. 28:20). • Él me llama a depositar toda ansiedad sobre él, porque tiene cuidado de mí (1 Ped. 5:7). • Él me anima diciéndome que sus planes son para mi bienestar (Jer. 29:11)
Mejor aprendamos a vivir con paciencia activa, y entendamos que cada día trae su propio afán (Mat. 6:34).
UN CONSEJO:
Cuando las tormentas de mi corazón aparecen y las olas suben y suben, pienso incansablemente en el Salmo 46:10: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”.
Que nada ni nadie nos quite la paz.
Confiemos en las promesas del Padre, en sus caminos perfectos para cada uno de nosotros, y en que siempre querrá lo mejor y lo que nos lleve a sus brazos… cueste lo que costare.
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mat. 16:24).
Por Florencia Arias, estudia Profesorado en Educación Inicial en la Universidad Adventista del Plata y es miembro de la Iglesia Adventista de Camarero.