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CORREO ARGENTINO FRANQUEO A PAGAR
CUENTA Nº 10272
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1. Amarás a Dios sobre todas las cosas 2. No tomarás el nombre...
Moisés, era aprenderse las tablas del 1 al 10, pero de multiplicar.
¿Cómo se convive en un salón de clases con alguien “raro”? ¿Tú sabes qué hacer?
¿Qué opción eliges?
Nota de tapa
Dos hijos a cargo. Un trabajo perdido. Ningún propósito claro. Un giro inesperado.
Encuentros con Jesús Frases sueltas, una ilustración, una historia, una reflexión... siempre en la oscuridad, oculto.
En paz
“Sé amable, porque no sabes quién está sufriendo”. ¿Es cierto esto?
EL COLPORTAJE, PARA MÍ…
Cada persona que dedicó al menos un tiempo de su vida a esta tarea, no fue la misma después. Hubo aprendizaje, crecimiento, dependencia de Dios, cuidado de los ángeles… y más.
“El colportaje fue ofrendar un verano a Jesús y dedicar el ciento por ciento de mi tiempo a él y a la misión”. Antonella.
“Para mí, el colportaje fue crecer, perder la vergüenza frente a otras personas, tener una mayor consagración a Dios y aprender a depender totalmente de él”. Noemí.
“Fue una experiencia del todo especial; como dice Elena de White: ‘la primera escuela’. Fue formativo para el desarrollo de mi temperamento, la relación con la gente y la dependencia de Cristo”. Isaac.
“Fue una bendición para mi vida. Me transformó, cambió mis objetivos. Gracias a eso, hoy trabajo en la obra de Dios”. Roberto.
“Fue una escuela... dura. Yo era una persona muy tímida. Aprendí a vencer la timidez y a confiar en Dios. Cada casa era un mundo. Era una oración antes de entrar, y una bendición de Dios al salir”. Lucía.
“Para mí, colportar fue una experiencia inolvidable y una de las más enriquecedoras de mi vida. Me ayudó a depender de Dios en todo momento, me enseñó a administrar correctamente el dinero, me dio la posibilidad de aprender a expresarme mejor y vencer mis miedos… Pero, por sobre todo, me mostró que con Dios no hay imposibles”. Mildred.
“Fue una experiencia de vida. Aprendí de las personas a las que visitaba, de sus experiencias; confiaban en mí”. Treisy.
“El colportaje me ‘abrió los ojos’. Aprendí sobre la relación con Dios, con los compañeros, con la gente; y a quitarme prejuicios, porque en cada casa había algo positivo. Era muy fácil orar con cada persona que visitaba. Dios me bendijo”. Evelyn.
Aquí hay testimonios de personas que dedicaron uno o varios períodos de tiempo al colportaje, como estudiantes. Pero en este número, en la nota de tapa, tenemos la experiencia de un colportor de vida; alguien que se dedicó siempre a ello.
“Los que trabajan para beneficiar a otros trabajan en unión con los ángeles celestiales. Tienen su compañía constante, su ministerio incesante” (Elena de White, El colportor evangélico, p. 126).
Esta cita se refleja en su texto. Te invitamos a leerlo, y si en algún momento quieres gozar de esta hermosa experiencia, comunícale tu inquietud al pastor de tu colegio, y te guiará.
¡Éxitos!
Silvia Vasconcellos, profesora de Matemáticas, asesora pedagógica y directora de Conexión 2.0.
REINA, CIENCIA Y MATEMÁTICA
“La matemática es la reina de la ciencia, y la aritmética la reina de la matemática” (Carl Friedrich Gauss).
De camino al colegio, dos amigos charlan sobre la colección de figuritas que ambos acaban de empezar. Uno le dice al otro: “Si me regalaras una de tus figuritas, tendría el doble que tú”. Su amigo le contesta: “¿Por qué no me regalas una tú a mí, y así tendremos las mismas?” ¿Cuántas figuritas tiene cada uno?
Por Omar Guzmán Lastra, nacido en la ciudad de Osorno, Chile.
Dos hijos a cargo. Un trabajo perdido. Ningún propósito claro. Un giro inesperado.
Una parte de la historia de Omar Guzmán y cómo dedicó su vida al colportaje.
Acababa de perder mi trabajo. Hacía poco me había casado y tenía dos hijos a cargo. Mi hijo de dos años había sufrido un accidente: había caído del segundo piso de nuestro hogar y se había fracturado el fémur. Nuestra segunda hijita solo tenía quince días de nacida, y mi esposa estaba devastada. A pesar de esto –como joven alegre y despreocupado, muy deportista, siempre acompañado de muchos amigos–, yo estaba participando en un equipo de fútbol que disputaba un campeonato interciudades.
CUANDO CONOCÍ A MI JEFE
Uno de esos días, cuando estábamos celebrando el término de un partido exitoso, nos divertíamos y bromeábamos con mis amigos, entre copas. Pero algo captó mi atención: tres jóvenes del equipo contrario también disfrutaban del momento, pero de manera diferente. Me llamaba poderosamente la atención, entre otras cosas, que no pronunciaran palabras soeces. Me acerqué con curiosidad y simpatía, y ellos fueron tan agradables y respetuosos que comenzamos a formar una gran amistad. A pesar de la situación en mi casa, cada tanto me escapaba a estos encuentros deportivos, lo cual no estaba nada bien. Entre conversaciones les comenté a estos nuevos amigos mi situación. Ellos inmediatamente empatizaron conmigo y me dijeron que tenían una solución, solo que yo debía ir a buscarla a una dirección
“EN ESA DIRECCIÓN NO ENCONTRÉ NADA
PARECIDO A UN LUGAR DE TRABAJO, SINO UN TEMPLO […] ¡ERA MUY EXTRAÑO! DI MIL VUELTAS ALREDEDOR, HASTA QUE ME ACERQUÉ Y OBSERVÉ POR LA CERRADURA DE LA PUERTA”.
particular, para hablar con un hombre que seguramente me daría trabajo. Lo extraño era que debía ir un sábado. Pero fui...
Para mi sorpresa, en esa dirección no encontré nada parecido a un lugar de trabajo, sino un templo al cual nunca había ingresado. La dirección era la correcta, pero no me decidía a entrar. ¡Esto era muy extraño! Di mil vueltas alrededor, dubitativo, hasta que me acerqué y observé por la cerradura de la puerta.
Alguien tocó mi hombro. Era un hombre de cabello grisáceo, muy amable y paternal, que me preguntó si buscaba a alguien. Un poco asustado, le dije que buscaba a unos amigos. Me preguntó sus nombres y, cuando se los dije, envió inmediatamente a alguien a buscarlos.
Uno de estos amigos vino rápidamente y me invitó a entrar. Yo me sentía algo incómodo y confundido, pues en realidad estaba ahí por un trabajo; además, nunca había entrado a una iglesia evangélica. Todo pasó muy rápido.
En un momento, me encontraba sentado al lado de mi amigo y de unas ancianas que me observaban con ternura. De pronto, el señor que me atendió, el de cabellos grises, se levantó frente a todas esas personas y tomó un libro negro. Comenzó a contar la historia de un joven como yo. Era la historia del hijo pródigo. Esto me hizo reflexionar, y en honor a esta primera meditación que escuchaba en mi vida, escribí el siguiente poema, que explica a grandes rasgos las similitudes de esta historia con la mía:
HIJO PRÓDIGO
El pastor se levanta. Abre el “libro santo”. Habla de una fiesta que yo no conocía.
Era la historia de un padre bendito y de su hijo, que a mí se parecía.
Y encuentro, Padre mío, un inmenso consuelo en mi vida tan joven, que estaba ya vencida. Es la historia narrada por el Dios de los Cielos, de un joven tal cual yo, que vivía sin vida. Es la historia de una fiesta, suave, armoniosa, una fiesta distinta… que tocó mi vida rota. Y aunque irme quería y seguir mi camino, esa casa, esa fiesta, cambiaron mi destino. Era una fiesta en casa de un hombre distinguido, donde con él vivían dos hijos muy queridos. Y yo, sin darme cuenta, escuché compungido al padre, que decía, con gozo muy sentido: “¡Este mi hijo amado, escuchen… aún vive! Aunque muerto estaba, mi hijo tan querido, hoy día es hallado, el que estaba perdido… Por eso hago fiesta… ¡porque ha revivido!”
Ese día mi vida dio un giro enorme, y poco a poco fui conociendo a quien sería mi Jefe de por vida: Cristo Jesús, mi Señor. Mi esposa y yo, en menos de un mes estudiamos la Biblia y nos enamoramos del Señor. Esto generó esperanza y alegría en medio de nuestro dolor.
EN EL CAMINO DE UNA NUEVA PROFESIÓN
El 15 de marzo del año 1969 mi esposa y yo nos bautizamos en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, en la ciudad de Osorno. Por ese tiempo, junto con los jóvenes de nuestra iglesia, comenzamos a salir los domingos a distribuir las revistas Vida feliz y Juventud, con el propósito de compartir el mensaje de Dios y reunir fondos para viajar a un gran evento: el congreso de jóvenes. Lo increíble fue que me fue tan bien, que hasta me alcanzó para cubrir todos los gastos médicos que tuvimos por el accidente de mi hijito. Este suceso nos llevó a tomar la decisión de dedicar nuestra vida a Jesús a través del colportaje.
“EL SEÑOR LLAMA A LOS JÓVENES A TRABAJAR COMO COLPORTORES EVANGÉLICOS, A REALIZAR OBRA DE CASA EN CASA, EN LUGARES QUE AÚN NO HAN ESCUCHADO LA VERDAD”.
El colportaje es la predicación del evangelio (la salvación mediante Cristo Jesús) por medio de páginas impresas (libros y revistas), con el objetivo de preparar a las personas para la segunda venida de Jesús. El libro El colportor evangélico, de Elena de White, dice: “Las páginas impresas que salen de nuestras casas publicadoras han de preparar a un pueblo para ir al encuentro de su Dios” (p. 3). En la página 8 se menciona: “Si hay una obra más importante que otra, es la de presentar al público nuestras publicaciones”. Finalmente, quisiera mencionar lo que aparece en el mismo libro: “El Señor llama a los jóvenes a trabajar como colportores evangélicos, a realizar obra de casa en casa, en lugares que aún no han escuchado la verdad” (pp. 19, 20).
UN COMPAÑERO
En 1977, ya trabajando como colportor, nos trasladaron a Puerto Montt. No fue fácil tener que partir de nuestra ciudad de origen, pues allá quedaban nuestros padres, amigos y muchos recuerdos difíciles de abandonar. Recordar la historia bíblica de Génesis 12 me consolaba y fortalecía. Era la historia de Abraham, un hombre de fe llamado por Dios a salir de su tierra, Ur de los Caldeos, y de su familia, para ir a un lugar desconocido a cumplir la misión que el Señor tenía preparada para él. Recuerdo que nuestro segundo día en Puerto Montt salí al atardecer y caminé hacia un cerro que me permitía observar toda la ciudad. Allí, al ver las luces de cientos de hogares, me sentí tan pequeño frente a tan grande responsabilidad, que caí de rodillas llorando como un niño, le entregué nuevamente mi vida a Dios, le pedí su ayuda y sabiduría para cumplir esta misión de llevar a Cristo a esas personas que aún no conocía, y le pedí poder, a fin de proclamar su mensaje de esperanza, un mensaje que también era nuevo para mí. Mi corazón ardía de fervor por el Salvador y quería ser consumido en el altar del servicio santo.
Junto a mi esposa, Adriana, y mis hijitos, nos fortalecíamos cada día en las promesas de Dios, y con fe viva nos decidíamos por Cristo. Nuestro hijo mayor ya estaba más recuperado y eso nos animaba a continuar por este sendero espiritual. La labor era ardua, y faltaban manos para presentar este mensaje bendito. Oré a Dios para que enviara a alguien que me acompañara en el trabajo. Un día, un joven como yo pasó por mi casa a vender otros productos. Lo observé con atención y recordé mi oración. Luego hablamos largamente, y él me comentó que había sido adventista años atrás. Le pregunté cómo había conocido el mensaje y él respondió que, por curiosidad, un día había recogido un libro de un basurero. Le gustaba leer, así que comenzó a estudiarlo diariamente. Este libro se titulaba El mundo del futuro. Así fue su conversión, pero por cosas de la vida se había alejado de la iglesia. Prontamente le conté mi historia y mi oración a Dios para que enviara a alguien a trabajar conmigo, así que lo invité a regresar y a colportar. Ante esta invitación accedió con emoción. En poco tiempo entregó nuevamente su vida a Jesús junto a su familia, y comenzamos a colportar.
“EL ÁNGEL DE JEHOVÁ ACAMPA…”
Junto a mi compañero, Raúl Hualaman, trabajábamos cada día hasta las 19. Luego dedicábamos una hora más, de manera individual, a estudiar la Biblia con las personas que estaban interesadas.
Cierto viernes, ya finalizada la jornada laboral, invité a mi compañero a estudiar la Biblia en el hogar de un matrimonio que estaba muy interesado en las verdades bíblicas que iban descubriendo.
Ya era de noche, y el barrio en el que nos encontrábamos era sumamente peligroso, pues con frecuencia los maleantes asaltaban a los transeúntes aprovechando la oscuridad.
El estudio de la Biblia se prolongó más de lo acostumbrado, en atención a las numerosas preguntas que formulaba el matrimonio. Ellos estaban a punto de trasladarse a otra ciudad, y por eso fuimos motivados a compartir un estudio más exhaustivo. Finalmente, cerca de las 23, salimos de regreso a nuestros hogares. Atravesábamos con cierta aprensión el sector más peligroso del barrio, cuando de pronto aparecieron dos hombres a corta distancia. Al vernos, rápidamente echaron mano de grandes puñales. Las filosas hojas brillaron bajo la escasa luz que iluminaba tenuemente la escena.
“LAS FILOSAS HOJAS BRILLARON BAJO LA ESCASA LUZ QUE ILUMINABA TENUEMENTE LA ESCENA. EN CLARA ACTITUD DE ATAQUE, SE DIRIGIERON HACIA NOSOTROS”.
“…SI ESTE ERA EL INSTANTE DE ENTREGAR MI VIDA POR LA CAUSA DEL EVANGELIO […] LE DIJE [A DIOS] QUE ESTABA LISTO PARA MORIR”.
En clara actitud de ataque, se dirigieron hacia nosotros
Instantáneamente, mi compañero Raúl se apartó hacia el centro de la oscura calle; pero yo no tenía muchas posibilidades de huir, pues estaba muy cargado con un maletín, un paraguas y mi recién adquirida proyectora (hoy sería como una notebook). Por lo tanto, elevé mi mente al Cielo y de mi corazón brotó una breve pero ferviente oración. Recuerdo que pedí perdón al Señor Jesús, en caso de tener algún pecado no confesado; le entregué a mi amada esposa, Adriana, y a mis dos pequeños hijitos, por si este era el instante de entregar mi vida por la causa del evangelio; y le dije que estaba listo para morir. Como último pensamiento, me aferré a las palabras que se encuentran en Josué 1:9: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”.
Los dos maleantes, de aspecto siniestro, con sus cuchillos hacia adelante, me cerraron el paso, llegaron junto a mí, uno de cada lado, me rozaron… pero siguieron caminando como si no me hubieran visto. Yo pasé en medio de ellos y, atónito, observé con un nudo en la garganta el primero de los grandes milagros que Dios haría en mi vida. Mientras tanto, Raúl miraba con ansiedad, consciente de la situación sumamente peligrosa que me envolvía, pero al mismo tiempo con asombro al ver cómo los desconocidos pasaron por mi lado como si yo no existiera.
Mientras nos alejábamos corriendo de aquel lugar, llorábamos con gratitud a Dios por habernos librado de ese trance de muerte.
Con seguridad, el Ángel de Jehová estuvo a nuestro lado, protegiéndonos al estar ocupados en sus negocios, salvando almas para Cristo en ese lugar.
“Los colportores que salgan con el espíritu del Maestro tienen la compañía de los seres celestiales” (El colportor evangélico, pp. 57, 58).
Queridos jóvenes: tengan ustedes la total y absoluta seguridad de que Dios ha prometido que tiene comisionados ángeles para protegerlos y salvarlos, que están atentos para correr en su ayuda.
GUÍA PRÁCTICA CÓMO ARREGLAR UN CABLE CON AISLACIÓN DETERIORADA
Esta guía se atiene a reparar un objeto eléctrico que tenga la aislación deteriorada (“cable pelado”), y que pueda ser desconectado de la corriente eléctrica. Ejemplos: plancha, bordeadora, etc. (Cable, en este artículo, es sinónimo de conductor.)
Desconectar el objeto eléctrico del toma corriente.
Quitar la protección que recubre por fuera los conductores utilizando un alicate. Hacerlo de tal manera que queden unos 5 cm de ancho.
Envolver con cinta aisladora la zona dañada, cable por cable. Tener en cuenta que la cinta permita aislar correctamente, sin dejar un cúmulo, y que cada conductor quede aislado de los demás.
Encintar la zona descubierta de los conductores, considerando pasarse 1 o 2 cm en los extremos del arreglo. Pueden aplicarse al menos tres vueltas de cinta para lograr buena firmeza y protección. ¡LISTO! Ahora comprueba que funcione correctamente, enchufándolo a la corriente eléctrica.
Por Hernán Erbes, electromecánico y administrador de Entre Ríos, Argentina.
aunque mis compañeros del cole me llaman “Ale”. Quiero compartir algunas cosas que han sucedido en mi salón de clases y que puede ser que a ti o a tus compañeros también les sucedan. Haremos de este espacio un lugar de conversación, así que te contaré algunas situaciones, te daré opciones para que elijas, y luego leeremos juntos las opiniones del experto. Confío en que será de gran ayuda. Entonces, ¡empecemos!
A mi clase llegó un chico “raro”. Ha hecho que me explote la cabeza… y he pensado y pensado en cómo hacer para que se sienta integrado.
¿Has oído que ahora, más que antes, parece que todo el mundo habla sobre aceptar las diferencias? El tema del uso del lenguaje inclusivo es muy común, y muchas personas se ponen a discutir en redes sociales acerca de si ‘elles’ se debe usar o no; si la Real Academia Española lo recomienda o no; y el punto es que acá me encuentro en mi salón de clases, al que asisto todos los días, con un “chico raro”,
Renato llegó este año al cole; es un experto en biología, le molestan los ruidos fuertes (lo que es muy desafiante para nosotros, que somos, a opinión de los maestros, el curso más conversador y bullicioso). Rena siempre sigue las reglas y es difícil convencerlo de hacerle una broma al profe de Matemáticas. No entiende cuando le digo que me “explota la cabeza”. Su respuesta siempre es: “Ale, si tu cabeza explotara, no podrías hablarme en estos momentos”. Se sienta siempre en el mismo sitio, y su colación del lunes siempre, siempre, es un sándwich vegetariano sin pepinillos. El tomate debe estar sin cáscara, y lo pone en su sándwich en el momento preciso, esto es, justo antes de comerlo (a Rena le molesta que el pan se humedezca con el jugo de tomate). Además, no tiene un “sensor de honestidad”. Cada vez que cambio el look y a él no le gusta, lo dice así, sin más, y delante de todos: “Te ves mal, Ale. Cambia ese peinado. No es apropiado para una chica seria que viene a clases. Úsalo el finde, cuando vayas de paseo al centro comercial”. y no sé cómo incluirlo.
Renato tiene Trastorno del Espectro Autista: TEA.
El punto es que lo queremos, pero él es distinto; no sabemos cómo integrarlo a nuestras actividades y muchas veces nos “arruina la fiesta”. Ayúdame a elegir la mejor opción para que seamos más inclusivos. Algunos chicos del otro curso le hacen bromas y a veces se burlan de él, y a mí eso me molesta muchísimo. A Rena parece no importarle, pero sé que le duele.
A B C
DEJA LAS COSAS COMO ESTÁN.
RENA DEBE ESTAR ACOSTUMBRADO
A LAS BROMAS Y NO CREO QUE LE AFECTEN; LAS PERSONAS CON TEA VIVEN EN SU PROPIO MUNDO.
ESTUDIA SOBRE EL TEA, VE ALGÚN
VIDEO SOBRE ESO Y PREPARA UNA ACTIVIDAD PARA ENSEÑAR A LA COMUNIDAD DEL COLEGIO.
ACOSTÚMBRATE A QUE TE DIGA
SIEMPRE LA VERDAD. CONOZCO A ALGUIEN CON TEA; ELLOS NO SABEN MENTIR, ASÍ QUE NO TE LO TOMES DE FORMA PERSONAL.
RESPUESTAS
Opción A: FALSA.
Por Yanina Melis, educadora diferencial, académica de la UnACh, escritora, mamá y fanática de las misiones estudiantiles. De Chile.
Algunas personas con TEA pueden tener dificultades para socializar. Les cuesta comprender algunas reglas sociales, como respetar los turnos de conversación y permitir que el tema varíe de acuerdo a los intereses de todos. Es posible que les incomode que les toquen las manos o el rostro para saludar. Esas características hacen que, por lo general, les cueste un poco integrarse, pero esto de que “viven en su propio mundo” es un mito. ¡Viven en nuestro mundo! Por eso los ves en tu salón de clases (parece obvio, pero continúa siendo una frase común). Al igual que tú, se sienten mal cuando no los integras, solo que su forma de expresar la tristeza suele ser distinta. La comunicación puede presentar dificultades tanto en la expresión como en la comprensión; tanto en el lenguaje verbal como en el no verbal. Quizás tengan algunas dificultades para iniciar o mantener una conversación, o para comprender las sutilezas del lenguaje, como las metáforas.
Opción B: VERDADERA.
Cuando aprendemos sobre la manera en que las personas con TEA integran sensorialmente el mundo, es más fácil apoyarlos; su cerebro funciona de manera distinta que el de la mayoría. Si aprendes sobre eso con tus compañeros, podrán hacer que su estadía en el colegio sea más amena. Pueden poner gomas en las patas de las mesas y las
sillas, para que el ruido al moverlos no sature sus oídos; pueden pedirle que se ponga audífonos cuando quieran hacer más ruido, por ejemplo, al celebrar un gol o cuando el profe de Matemáticas suspende el examen (¡eso sí que se celebra!). ¡Ah! Y recuerda: no hay dos personas con TEA iguales; dependerá de su propio desarrollo personal, del apoyo que puedan tener, de la presencia o no de discapacidad intelectual asociada, y del nivel de desarrollo del lenguaje.
Opción C: FALSA.
Eso de que las personas con TEA no puedan mentir es un mito. Es probable que les cueste ser flexibles y que algunas frases “políticamente correctas” no sean parte de su vocabulario, pero puedes enseñarles qué decir en algunos momentos, para no hacer sentir mal a los demás. Aprendemos juntos, los unos de los otros, y valoramos la diversidad: eso nos enriquece. Recuerda que algunas personas con TEA pueden tener dificultades para ajustar su pensamiento y conducta al contexto. Adaptarse a los cambios o los imprevistos suele generarles malestar, angustia o ansiedad, que puede manifestarse en la insistencia para que las cosas sean siempre de la misma manera, en disponer de un repertorio limitado de intereses específicos, o en patrones de comportamiento rígido y repetitivo.
Si quieres aprender más acerca del TEA, puedes buscar en algunas páginas especializadas, como https://fundacionneurodiversidad.tiendup.com/, que ofrecen cursos gratuitos y, por supuesto, si se te ocurren otras ideas de cómo incluir, escríbenos a: @revistaconexion20 ¡Estamos ansiosos de leerte!
LEY CUADRÁTICO-CÚBICA
Imaginemos que tenemos un cubo, cuyo lado mide 1 m.
Realicemos algunos cálculos.
El área del cubo es equivalente a sumar el área de sus 6 caras de 1 m x 1 m. Es decir, 6 x 1 m x 1 m = 6 m2 . Y su volumen: 1 m x 1 m x 1 m = 1 m3 = 1000 l.
Supongamos ahora que vamos a construir un nuevo cubo, semejante al anterior, pero aumentando al doble la medida del lado. Hagamos nuevamente los cálculos.
El lado ahora mide 2 m.
6 x 2 m x 2 m = 24 m2. Esta es la medida del área. 2 m x 2 m x 2 m = 8 m3 = 8000 l. Y este es su volumen. Hagamos un paralelismo entre las medidas de los dos cubos:
Cubo 1Cubo 2
Lado 1 m2 m
Área 6 m2 24 m2
Volumen 1000 l 8000 l
Estos resultados son bastante sorprendentes: aumentando solo 2 veces el valor de cada lado del cubo, obtuvimos una superficie 4 veces mayor, y un volumen 8 veces mayor.
1 m 1000 l
Este resultado recibe el nombre de “Ley cuadrático-cúbica” y fue notado por Galileo Galilei en sus estudios. Apareció en su libro de 1638, Discorsi e Dimostrazioni Matematiche, Intorno à Due Nuove Scienze (Discurso y demostración matemática, en torno a dos nuevas ciencias).
De forma resumida, el enunciado de esta ley dice lo siguiente: “Cuando un objeto sufre un aumento proporcional de tamaño, su nuevo volumen es proporcional al cubo del multiplicador y su nueva superficie es proporcional al cuadrado del multiplicador”.
Exactamente eso es lo que ha sucedido en el caso de los cubos, ya que nuestro multiplicador ha sido 2, y el aumento de volumen ha sido 23 = 8. Por otra parte, el aumento de la superficie ha sido 22 = 4.
La ley cuadrático-cúbica, en apariencia es únicamente un resultado matemático; sin embargo, tiene implicaciones profundas en Diseño, Ingeniería Civil, Ingeniería Mecánica, Ingeniería Aeronáutica, e incluso en Biología. Una de las más sorprendentes que podemos constatar es que los animales de mayor tamaño y peso del planeta –por cuestión de diseño– son los acuáticos.
¿Por qué?
Pensemos en animales terrestres que nos resulten conocidos, como las vacas. Miden cerca de 2 m de largo y pesan alrededor de media tonelada. La superficie de sus pisadas es relativamente pequeña. Ahora, si observamos un elefante, su largo es de unos 5 m y su peso es de 6 toneladas. La superficie de su pisada es mucho mayor que la de la vaca, ya que tiene que soportar un peso 12 veces superior. Imaginemos por un momento un animal de 170 toneladas: si fuese un animal terrestre, tendría que tener una pisada 30 veces mayor que la de
un elefante, y sin duda tendría grandes problemas para moverse.
Sin embargo, un animal de ese peso existe, y es la ballena. Pero al ser un animal acuático, no tiene dificultades para moverse, ya que el agua la ayuda a sobrellevar su peso. En este sentido, cuando la Biblia nos habla sobre el quinto día de la Creación, en Génesis 1:21 nos dice: “Y creó Dios los grandes animales marinos y todos los seres vivientes que se mueven y pululan en las aguas y todas las aves, según su especie. Y Dios consideró que esto era bueno”. Dios, como Creador, colocó todo según su voluntad, como también lo dice en el Salmo 135:6: “El Señor hace todo lo que quiere en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos sus abismos”.
Cuando nos toque hacer cálculos y resolver problemas de geometría –y a veces nos tocan algunos que son difíciles–, recordemos que fue Dios quien puso sus leyes en la naturaleza y que también nos ha capacitado para que podamos conocerlas.
Marcelo Brehm, estudió ingeniería en electrónica, es especialista en Ensayos Eléctricos y amante de las ciencias duras, de Montevideo, Uruguay.
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¿Quién es el mayor?
Entramos al grupo de WhatsApp de los discípulos de Jesús.
Juan: Para mí, mi hermano y yo seremos los primeros.
Pedro: ¿Y por qué motivo podría suceder eso?
Mateo: Sí, a ver... ¿Qué explicación tienes?
Juan: Bueno... no es que lo sepa claramente, pero cuando Jesús instaure su trono aquí en la Tierra, alguien inteligente tiene que ocupar los cargos más elevados.
Andrés: ¿Y con inteligentes te refieres a ti a y tu hermano? Más bien, sería “problemáticos”
Santiago: ¿Te parece gracioso? ¡A mí, no!
Bartolomé: Yo creo que, para Jesús, ser el primero no es eso, pero no estoy seguro...
Judas: ¿Y qué es, entonces? Si su reino pronto se instalará en la Tierra, tiene que haber gente a su izquierda y a su derecha para dirigir todo
Bartolomé: Jesús ya ha expresado que cuando un hombre se propone destacarse como grande, en realidad demuestra pequeñez de alma.
Felipe: ¡Eso es cierto! Y también que el reino de Dios implica servicio. Su reino consiste en servir a Dios y al prójimo, no en ser servido.
Simón: ¿Será que su reino no es en esta Tierra? Porque las características no se parecen a los reinos de aquí. Sus palabras son diferentes.
Tomás: No sé... Alguno de nosotros tiene que ocupar un cargo importante.
Tiempo después
Juan: ¡Guau! Antes del honor está la humildad. No conocía ese concepto.
Santiago: ¡Pero no es fácil! No es fácil volverse humilde como un niño
Pedro: No, pero la sencillez, el olvido de uno mismo y el amor confiado del niñito son las características de la verdadera grandeza para Jesús.
Bartolomé: Nadie nos había dicho eso antes.
Juan: Jesús es único. Es maravilloso
LA SOLTERÍA, ¿UN PROBLEMA O UN REGALO?
Déjanos hacerte una pregunta:
¿La soltería es un problema o un regalo?
¡Ojalá hayas respondido: “Un regalo”! Lamentablemente, durante décadas, la soltería ha sido vista por la sociedad, e incluso por la iglesia, como un problema que necesita ser resuelto. Tal vez te han dicho: “¿Cuándo nos vas a presentar un pretendiente?”; “¡Tu compañera del colegio es muy bonita! No deberías perder mucho tiempo...” o la típica pregunta de los tíos que vienen a visitar un fin de semana: “¿Ya tienes novio?”
Por más sincera que sea la intención de la persona que emite una de estas frases u otras similares, muchas veces en el trasfondo de este tipo de expresiones existe la implicación de que la soltería es un problema. ¿Y qué hacemos cuando tenemos un problema? Buscamos cómo resolverlo. Mientras más recibes señales de que la solte-
ría es un problema, a raíz de los comentarios de otras personas o de la misma presión que te impones, el problema se ve mucho más grande de lo que es. Esto te lleva a una búsqueda mucho más intensa, que te puede inducir a cometer errores que dejen cicatrices en tu vida o en tus relaciones interpersonales.
En los años que hemos desarrollado nuestro ministerio de parejas, hemos observado algunos escenarios que los jóvenes experimentan al tratar de resolver la soltería. Por ejemplo:
Aceptan estar en una relación de noviazgo con una persona que no aporta nada bueno a su vida, solo para evitar que se los siga etiquetando como “solteros”.
Comprometen sus principios y valores para no perder la oportunidad de salir con el chico o la chica más popular del colegio.
Experimentan crisis existenciales al pensar que hay algo malo en ellos al estar solteros.
Buscan llenar su soledad en relaciones sexuales antes de tiempo, y finalmente siguen sintiéndose solos. Pero ¿es realmente la soltería un problema que necesitas resolver? En 1 de Corintios 7:7, Pablo afirma: “Quisiera que todos fueran solteros, igual que yo; pero cada uno tiene su don específico de Dios, unos de una clase y otros de otra” (NTV). En el contexto de este capítulo, Pablo está definiendo la soltería como un don (regalo) y el matrimonio como otro don. Un
SI LA SOLTERÍA
ES
UN
REGALO,
¿CÓMO PUEDES APROVECHARLO AL MÁXIMO?
Disfruta el regalo de la soltería . “Un soltero puede invertir su tiempo en hacer la obra del Señor y en pensar cómo agradarlo a él” (1 Cor. 7:32). Es decir, si tu regalo es la soltería, aprovéchala al máximo. Haz buen uso de tu tiempo. Disfruta con tus amistades.
Desarrolla tu espiritualidad. Llena tus necesidades de propósito, identidad, valor y seguridad en Dios, para que mientras estés soltero seas una persona completa.
No caigas en el engaño de que la soltería con sexo es mejor. Satanás ha logrado que hoy en día la sociedad disocie la intimidad sexual del matrimonio. Curiosamente, él no es el creador del sexo. Si quieres tener una sexualidad plena, mejor sigue el plan de Dios, quien lo inventó, así como sigues las instrucciones de los creadores de
regalo es algo que recibimos; en consecuencia, el término don o regalo aquí se refiere a una especie de aptitud espiritual o una virtud que una persona recibe, que le permite servir a Cristo. Bíblicamente, tanto la soltería como el matrimonio son un regalo, no un problema.
tu iPhone o teléfono Android para usarlo de forma correcta.
En 1 Corintios 6:17, 18 y 20, Pablo exhorta a no unirse sexualmente con cualquier persona que no sea tu esposo o esposa, porque es a través de la intimidad sexual que dos personas casadas renuevan la permanencia y la exclusividad de su pacto matrimonial.
Haz de Jesús la fuente de tu satisfacción. La satisfacción en tu vida no está en encontrar a tu alma gemela o “media naranja”, pero sí en encontrar gozo y plenitud en Jesús. Entiende que estar solo y soltero no es lo mismo. Puedes estar soltero, pero nunca estarás solo si Cristo está a tu lado. Nadie te amará como él. Nadie llenará tus más profundas necesidades de seguridad, amor y propósito como Jesús lo puede hacer.
Por Johann y Zuky De Dier, esposos y anfitriones del podcast y programa de radio Cordón de Tres, de Panamá. @cordonde3podcast
El expreso bíblico
LA LECCIÓN DE SPEEDY GONZÁLEZ
El don de la espera
¡Hola! ¡Bienvenidos a la sección! ¿Estás listo para subirte a este tren? ¡Vamos, entonces!
En esta ocasión pasaremos por la estación “Paciencia”, una capacidad que nos lleva a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien.
ESTACIÓN: PACIENCIA
Nuestra generación quiere todo instantáneo. Parece que la palabra “espera” nos fastidia. Es normal, pero frente a esto es importante que aprendamos a manejar nuestra ansiedad y dediquemos tiempo a preguntarnos cuál es nuestro propósito. ¿Sabes cuál es el propósito en tu vida?
Encontrar la respuesta a esta pregunta requiere tiempo. Es un tema central para nosotros, pero su respuesta no se consigue de un momento para el otro.
De igual manera, vivimos tan apurados, sistemáticamente y en forma automatizada, que a veces se nos olvidan cosas muy importantes: pasar tiempo con la familia, pasar tiempo con uno mismo y con Dios.
Quiero mencionarte a “Speedy González”. ¿Lo conoces? Es un personaje de la famosa serie Looney Tunes, de la compañía Warner Brothers. Es un ratón catalogado como “el animal más veloz de todo México”. Entre sus caracterís-
ticas, la más importante es su increíble velocidad y astucia. Casi siempre, Speedy González porta un sombrero amarillo, camisa y pantalones cortos blancos. Si prestas atención, todo lo que hace este ratón lo hace rápido: come rápido, habla rápido, corre rápido, etc. A veces me pregunto: ¿Cuándo descansa este ratón?
Por momentos, nosotros nos convertimos en este personaje y queremos hacer todo rápido; no queremos esperar, y hasta deseamos acelerar los procesos que son parte de nuestra vida. Yo lo llamo “el síndrome de Speedy González”. En la Biblia se habla de esto. El sabio Salomón, en Eclesiastés 3:1, inspirado por Dios, dijo lo siguiente: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del sol tiene su hora”. Sí, hay un tiempo apropiado para todo; tanto para las experiencias desagradables como para las agradables. Al leer este pasaje, saco al menos dos lecciones:
ADMINISTRAR SABIAMENTE EL TIEMPO
A veces sucede que hacemos una lista ordenada de tareas para poder cumplir con todo y realizar un montón de cosas, pero cumplir con una larga lista no es sinónimo de administrar sabiamente el tiempo. Para hacerlo, es importante tener paciencia y valorar tus tiempos.
Es muy positivo:
establecer objetivos claros,
evitar las distracciones,
cuidar tus horas de sueño,
ordenar tus horarios, entre otras.
No te apures. El manejo exitoso del tiempo proviene de la diligencia y la disciplina. “Los pensamientos del diligente ciertamente van a la abundancia, pero todo el que se apresura, indefectiblemente va a la pobreza” (Prov. 21:5, RVR).
RESPETAR LOS PROCESOS
“Pacientemente esperé a Jehová, y él se inclinó a mí y oyó mi clamor”, dijo David en el libro de los Salmos (40:1). La paciencia y la espera también vienen de Dios. El problema es que… ¡queremos todo ya! No aceleremos ningún proceso en nuestra vida, porque nos llevaremos grandes desilusiones, mezcladas con otros sentimientos negativos.
No aceleres:
tu noviazgo,
tu dolor emocional,
tus momentos de reflexión,
tu estado físico,
tu éxito estudiantil,
ni siquiera las respuestas de Dios, pues los tiempos de Dios no son como los nuestros.
David, en Salmo 27:14, vuelve a decir: “Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor”
¿Leíste bien? ¿Cuál es la palabra principal que se menciona? Cuando en la Biblia se reitera algo es porque realmente debemos darle importancia.
La vida suele ser demasiado dura como para que nosotros la empeoremos. Entonces, mejor hagamos caso de las dos enseñanzas bíblicas aprendidas hoy, para luego ver su fruto. Es una gran oportunidad para confiar en Dios y esperar lo que necesitamos. ¿Estás listo para aprovechar al máximo el tiempo limitado que el Señor nos ha otorgado, respetando los procesos? ¡Vamos a empezar!
Respira profundo, agradece a Dios por lo que estás viviendo y dedica un tiempo a preguntarte de corazón cuál es el propósito que tiene el Señor para tu vida.
¡El tren sigue, y nosotros nos vemos en la próxima estación espiritual!
Por Lautaro Silva, autor de devocionales en YouVersion Bible (a través de “Twins Ministry”) y pastor del distrito de Pergamino, Agentina. @losmellissilva
EN LA NOCHE
No quería que descubrieran con quién iba a encontrarse aquella noche, por eso caminaba oculto y en la oscuridad.
Había escuchado a muchos maestros, pero nunca había oído a nadie como Jesús.
Acercarse a él era comprometedor y arriesgaba su reputación, ya que él era “doctor de la Ley” y “avanzado en Estudios Rabínicos”; estaba en la cima de la cima.
Llega al lugar. Ve a Jesús. No sabe cómo empezar.
“Tienes que nacer de nuevo”,
le expresó Jesús.
No entiende el planteo. Cada uno es hijo de su pasado; no se puede prescindir de la historia.
Pero Jesús lo alecciona: la idea de nacer otra vez es menos absurda que la de tratar de salvarse mediante sus propias fuerzas.
El nuevo nacimiento es una nueva creación. No se trata de un acto humano, sino de una intervención divina. Con este pensamiento se marcha Nicodemo. El intelectual encontró más que un maestro; sin embargo… no responde a la invitación en ese momento.
“Nicodemo es el discípulo de la noche, el seguidor de las sombras […] El hombre del qué dirán y de la cautela.
“Pero la luz recibida en su entrevista secreta iluminará la Cruz del Calvario.
Adaptado de Encuentros, una cita con Jesús, de Roberto Badenas (Buenos Aires: ACES, 2017), pp. 35-46.
“Se pronunciará por el Crucificado cuando sus propios discípulos huyen... Desafiando a los jefes y los colegas... les pedirá hacerse cargo del cuerpo de Jesús; y como último homenaje a quien siguió únicamente de lejos, cubrirá de perfumes las heridas que su propia cobardía también contribuyó a abrir”.
El nuevo nacimiento es una nueva creación. No se trata de un acto humano, sino de una intervención divina.
¿TENEMOS TODOS LA MARCA DE LA BESTIA?
Atres años del comienzo de la pandemia, y con gran parte de la población vacunada, nos preguntamos: ¿nos pusieron la marca de la bestia y nos tienen controlados? ¿Qué dice la Biblia?
En plena pandemia, frente a una población encerrada y desesperada que buscaba una solución, aparecieron muchos que decían: “¡No se pongan la vacuna contra la COVID! ¡Es la marca de la bestia!”
¿Fueron ignorantes los que dijeron esto? No del todo. Profesionales, religiosos y más: Biblia en mano. Los que dieron esta alerta sabrán de vacunas y otras cosas, pero poco de profecías bíblicas. Podemos estar seguros de que no hay ninguna profecía que relacione la marca de la bestia con una vacuna o algo parecido.
¿QUÉ ES LA MARCA DE LA BESTIA?
“… vi subir del mar una bestia […] También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos.
¡No se la pongan!
¿Tengo la marca?
[…] Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente” (Apoc. 13:1-16, RVR).
El capítulo 13 de Apocalipsis habla sobre la marca de la bestia y sobre importantes acontecimientos que ocurrirán en el tiempo del fin. A continuación, presentamos un breve resumen de lo que sucederá:
Poco antes de la venida de Jesús, se levantará un poder religioso al que la Biblia llama “la bestia”, que tratará de imponer en el mundo un cristianismo falso, alejado de la fe en Cristo y de la obediencia a los Mandamientos de Dios.
Se presentará como la gran solución a los problemas de este mundo, dando un engañoso mensaje de amor, paz y esperanza para todos.
Multitudes se maravillarán, lo seguirán y hasta lo adorarán.
Pero los verdaderos cristianos se levantarán, dirán que la salvación es
solo por medio de Cristo, que solo adorarán a Dios y que serán fieles a sus Mandamientos, aunque les cueste la vida.
Allí la bestia dejará la paz y el amor. Perseguirá y condenará a muerte a los que se atrevan a desobedecerla.
Entonces la humanidad quedará dividida en dos grupos: una mayoría obedecerá a la bestia y recibirá su marca, la marca de la bestia (Apoc. 13), y una minoría será fiel a Dios y recibirá un sello, el sello de Dios (Apoc. 7, 14).
¿Quiénes recibirán la marca de la bestia? Los que decidan aceptar ese cristianismo falso, alejado de la Biblia, de la fe, del amor cristiano y de los Mandamientos de Dios.
¿Quiénes recibirán el sello de Dios? Los que decidan creer en Jesús y guardar los Mandamientos de Dios (Apoc. 7; 14:12).
¿La marca y el sello serán puestos en la frente o en la mano? Apocalipsis habla mayormente en lenguaje simbólico. “En la frente” significa en la mente y el corazón; “en la mano” significa la acción de obedecer. Por eso entendemos que la marca no es un tatuaje, no es un chip y no viene con una vacuna.
L A MARCA DE LA BESTIA SERÁ ADORAR A LA BESTIA Y SERLE FIEL.
EL SELLO DEDIOS SERÁ ADORAR A DIOS Y SERLE FIEL.
¿Y cómo vemos la marca o el sello, si están en el corazón? Una vida de amor, de fe y de obras buenas es visible. Las malas acciones también lo son.
¿Terminaremos muertos los que elijamos el sello de Dios? No, Dios protegerá a su pueblo fiel y lo fortalecerá para difundir el evangelio a todo el mundo. En ese tiempo Jesús regresará, a fin de darnos eterna salvación.
La mejor decisión que puede tomar un joven para enfrentar el futuro con seguridad y paz es transitar por el camino cristiano, creyendo en Jesús y siendo fiel a la Palabra de Dios. Esto es lo que la Biblia llama “tener el sello de Dios en la frente”.
Para un estudio más profundo sobre la marca de la bestia, recomendamos leer el libro Apocalipsis, sus revelaciones, de C. Mervyn Maxwell, ACES; especialmente el comentario sobre Apocalipsis 11:19 a 14:20.
Rubén Plenc, docente jubilado, entusiasmado con el mensaje de las profecías bíblicas. Desde Arroyo Clé, Argentina.
EL MEJOR LUGAR PARA ESTAR
Dos nacionalidades, un matrimonio, un objetivo en común: servir a Dios en cualquier parte del mundo.
Desde antes de conocernos, los dos teníamos en nuestro corazón el deseo de ser misioneros siempre. Vivíamos a 1.651 km de distancia: Adriana Morales en Uruguay y Sebastián Latorre en Chile, pero Dios unió nuestros caminos y nos casamos. Hay muchas cosas importantes que decidir antes de unir tu vida con otra persona, y en nuestro caso era vital coincidir en la vida de misión que deseábamos tener. Aunque lo común es casarse y armar la casa para comenzar a vivir en ella, nosotros hicimos lo opuesto: vendimos todo lo que teníamos para irnos a Timor-Leste como misioneros.
¡ZONA ROJA!
Cuando aceptamos el llamado para ir a Timor-Leste, no sabíamos ni siquiera dónde quedaba. Estábamos tan seguros de que nos íbamos a África, que ni siquiera miramos el mapa. Antes de viajar tuvimos una reunión con el presidente de la Unión de aquella zona. Él nos contó que el país es considerado como “zona roja”, por la cantidad de riesgos que corren los misioneros. Creemos que Dios dejó ese dato para el fi-
nal, para que ya no nos pudiéramos negar. Eso habíamos decidido desde el principio: ¡si Dios nos llama, nosotros iremos! Nada nos haría volver antes de cumplir con nuestro compromiso.
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Los dos somos profesionales en medios de comunicación, así que aceptamos el llamado para comenzar un departamento de Medios en la Unión de la isla, instalar una estación de radio, crear publicaciones en la lengua local, trabajar en la promoción de la Iglesia Adventista, capacitar a personas para que continuaran, etc.
LA ISLA
La cultura es demasiado diferente de la nuestra: el idioma nacional es tetun; la vestimenta y la comida son distintas; el clima, muy caluroso; el tránsito es un caos (solamente hay un semáforo en la ciudad).
Por Adriana Morales, Licenciada en Comunicaciones, madre, esposa y misionera uruguaya, que vive en Estados Unidos.
Las religiones predominantes en el país (el catolicismo apostólico romano y el islam) son muy fuertes, y la Iglesia Adventista no es bien vista, lo cual hacía más difícil nuestro trabajo.
CARTAS DE RENUNCIA
El tiempo que servimos en esta misión fue del todo especial: desafiante, con momentos difíciles, pero de gran crecimiento y desarrollo en cuanto a nuestra relación con Dios. Las pruebas que enfrentamos en el campo misionero podrían habernos hecho regresar a nuestro cómodo hogar y hacernos olvidar de todo, o forzarnos a estar más tiempo de rodillas y más entregados en sus manos.
Para vencer, tuvimos que soportar que apedrearan nuestra casa las mismas personas a quienes queríamos ayudar. Tuvimos que resistir el miedo de sentirnos vulnerables e indefensos por ser extranjeros que no hablaban el mismo idioma. Pasamos días interminables trabajando sin parar para llegar a más personas con el mensaje de sal-
vación. Y tuvimos que correr continuamente el riesgo de enfermarnos de tantas enfermedades que había a nuestro alrededor (malaria, dengue hemorrágico, tuberculosis, rabia, etc.). En nuestra experiencia, vimos que trabajar para Dios era mucho mejor que trabajar para nuestros jefes en oficinas, así que, estando allá, mandamos nuestras cartas de renuncia y nos entregamos por completo al mejor Jefe del universo, para que nos diera el trabajo que necesitara que hiciéramos, en el lugar del mundo que lo requiriera. (Fuimos muy ingenuos, y le pedimos: “En cualquier lugar del mundo… menos en Estados Unidos”.)
A SU CAUSA
Cuando acabó la misión, volvimos a Uruguay sin dinero y sin trabajo, ¡a otra nueva aventura de la mano de Jesús! Confirmamos que no hay nada mejor que servir al Rey de reyes y utilizar nuestro tiempo, talentos y recursos solamente para su causa. Decidimos seguir a Dios donde nos mande y, a pesar de nuestra oración, Dios nos llamó a seguir la misión en Estados Unidos… Entonces, aquí estamos ahora, confirmando que el mejor lugar para estar es donde Dios quiere que estemos.
SI TIENES EL DESEO DE SERVIR...
...y ser un misionero en el futuro, habla con el capellán de tu colegio o con tu líder de Jóvenes.
Para más información, puedes ingresar a: https://www.adventistas.org/es/voluntarios/
Inteligencia emocional
CUATRO TIPS PARA GESTIONAR EL ENOJO
¿Crees que enojarse está mal? ¿Te enojas fácilmente? ¿Qué haces cuando te enojas? Encuentra estrategias en este artículo para gestionar el enojo.
Hace unos años regresábamos de vacaciones en automóvil, cuando una luz roja se encendió en el tablero: algo no andaba bien. Nos detuvimos a un costado de la ruta, y al abrir el capó descubrimos que salía vapor, pues el motor estaba sobrecalentado. Esperamos unos minutos, y mi esposo quitó la tapa del radiador. En ese momento saltó líquido caliente en todas direcciones y tuvimos que alejarnos para evitar quemaduras. Aguardamos un tiempo más, le agregamos líquido refrigerante al radiador y continuamos
avanzando. Sin embargo, minutos después, la luz se encendió nuevamente y tuvimos que volver a estacionar. Esto sucedió repetidas veces durante unos 300 kilómetros.
Llegamos a casa, y al día siguiente decidimos que lo mejor era llevar el auto al mecánico para identificar cuál era la causa del recalentamiento. Unas horas más tarde, el tema estaba resuelto.
Esta experiencia me dejó por lo menos cuatro lecciones que podemos extraer para conocer y gestionar una emoción frecuente: el ENOJO.
PRIMERA LECCIÓN: el enojo, al igual que la luz encendida en el tablero de un automóvil, nos permite detectar que algo no está bien. En la mayoría de los casos, no es negativo, sino que es una emoción que nos prepara para reclamar y defendernos en situaciones que consideramos injustas o que sobrepasan nuestros límites.
Por ejemplo: me pidieron prestado el cuaderno de Matemáticas hace varios días, para estudiar. Mañana es la prueba, y no me lo han devuelto. Estoy enojada. Me siento frustrada y decepcionada.
El enojo también se presenta cuando estamos cansados, atacados o amenazados.
SEGUNDA LECCIÓN: así como observar el vapor que salía del capó nos indicó que el motor se estaba recalentando y que era importante detener el vehículo, necesitamos estar atentos a los signos visibles del enojo, tales como: enrojecimiento de la piel, respiración agitada, aumento de los latidos del corazón, ceño fruncido, puños apretados, etc.; esto nos señala
TERCERA LECCIÓN: así como al quitar la tapa del radiador el agua caliente saltó y pudo provocarnos daño, es fundamental recordar que permitir que el enojo fluya sin control es peligroso. Por eso es necesario aprender a gestionarlo, para que no nos cause dolor a nosotros ni a otras personas. Consejos para tratar con esta emoción:
Observa tu “tablero emocional” en distintos momentos del día y pregúntate: ¿Qué siento? ¿Cómo me siento?
Presta atención a los cambios físicos que se producen cuando estás enojado. Si los tienes, es importante PARAR . Identificar las emociones es el primer paso para decidir cómo responder.
Piensa en acciones que, en tu experiencia, resulten un “refrigerante emocional” para controlar la respuesta al enojo. Te comparto una lista que me ha ayudado, aunque existen otras: a) hacer diez respiraciones profundas y lentas; b) hacer ejercicio; c) apretar una pelota de tenis o golpear un almohadón; d) escribir lo que siento y luego romper o arrugar la hoja; e) tomar agua o lavarme la cara; f) tomar la decisión de perdonar.
que nuestra “temperatura emocional” está aumentando. En ese momento es necesario detenernos, para evitar que la situación se agrave y nos resulte más difícil controlar la ira.
Por ejemplo: mi hermana me manchó un trabajo del colegio. ¡Tengo mi mandíbula apretada y mis puños cerrados! ¡Siento ganas de golpearla!
CUARTA LECCIÓN: de la misma forma que para resolver definitivamente el problema del auto fue necesario encontrar la causa que provocaba el exceso de temperatura y arreglar la parte dañada, te invito a parar, pensar y escribir: ¿Qué fue lo que provocó el enojo? ¿Tengo alguna necesidad física (enfermedad, sueño, hambre, etc.) o emocional (aceptación, seguridad, respeto, ser escuchado, etc.)? El enojo que tengo, ¿es proporcional al “daño” recibido o estoy reaccionando de forma exagerada? La manera en la que estoy reaccionando, ¿ayuda a resolver el conflicto y permite traer solución a la injusticia que enfrento? ¿Puedo expresar mi enojo con palabras, y de forma respetuosa, con el objetivo de resolver el conflicto?
Deseo que cada día puedas disfrutar tu vida, “tu viaje”, reconociendo que es normal que la temperatura emocional suba, pero que es fundamental aprender a controlar el enojo, para que este no nos controle. La Biblia nos recuerda: “Mejor es el lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad” (Prov. 16:32, LBLA).
Mildred Tantín, Licenciada en Psicopedagogía y asesora pedagógica en la ACES. 2 3 4
¡Disfruta y profundiza en la vida de Jesús contada por el discípulo amado!
Podrás ilustrar el libro, tomar apuntes, practicar lettering y mucho más.
Una señora mayor llamó a su hijo, que era médico, y le dijo preocupada: “Creo que tu papá se está quedando sordo. Le hago preguntas y no me contesta”.
El hijo le sugirió que hiciera una prueba y le explicó cómo hacerla.
La mujer la hizo. Comenzó por hablarle a su esposo desde la cocina y le preguntó: “¿Qué te gustaría comer?” Pasaron unos momentos y, al no escuchar una respuesta, fue hasta la sala y repitió la pregunta... sin resultado. Entonces, la mujer se acercó a su esposo, quien se hallaba sentado en el sillón de la sala, y le dijo: “Querido, ¿qué te gustaría comer?” El esposo se acercó a su oído y le dijo: “Creo que te estás quedando sorda. Es la tercera vez que te repito que quiero comer pasta”.
¿Alguna vez actuaste como la mujer de la historia? Vemos a los otros y creemos que, como piensan o actúan de forma diferente de la nuestra, están equivocados o tienen problemas. Sin embargo, muchas veces la dificultad no está en ellos, sino en nosotros.
El desarrollo de nuestra identidad nos ayuda a diferenciarnos de los demás y a reconocer que ser único y distinto del otro es parte de la vida. Una identidad sana nos permite RESPETAR distintas opiniones y tratar a los demás con la misma consideración con que nos gusta ser tratados. La Biblia nos recomienda: “Respeten a todos” (1 Ped. 2:17, TLA), y nos recuerda: “Hay distintas formas de servir, pero todos servimos al mismo Señor. Dios trabaja de maneras diferentes, pero es el mis-
mo Dios quien hace la obra en todos nosotros. A cada uno de nosotros se nos da un don espiritual para que nos ayudemos mutuamente” (1 Cor. 12:57, NTV). El ser distintos nos permite enriquecer nuestra vida, complementarnos, y nos brinda la oportunidad de desarrollar el respeto mutuo, la tolerancia y la paciencia.
Te quiero desafiar a que cada día actúes teniendo en mente la frase popular que dice: “Procura no ir esparciendo espinas por el camino… Tal vez te toque volver descalzo”.
Piensa en alguna manera concreta de cumplir este desafío. Yo me propuse ser más empática y preguntar antes de juzgar… ¿Qué harás tú?
Mildred Tantín, Licenciada en Psicopedagogía y asesora pedagógica en la ACES.
¡¡¡QUIERO EL AZUL!!!
Una mañana de mayo, escuché claramente su vocecita: “¡¡¡Quiero el azul!!!” Cada vez lo oía más fuerte y con mayor seguridad. Me acerqué al patio donde jugaban todos los niños y vi a Joaquín, que hacía su pedido cada vez más fuerte y repetía su frase una y otra vez: “¡Quiero el azul! E-L A-Z-U-L”
La maestra le explicaba que le había tocado otro color y que, luego de jugar por unos minutos, todos los niños intercambiarían los globos y él podría jugar con uno azul. Pero no había caso: Joaquín no se daba por vencido.
Me senté a su lado y le pregunté suavemente: “¿Qué ocurre?” Pero parecía que él no oía; solo seguía repitiendo: “¡Quiero el azuuuuul!” Comencé a acariciar suavemente su cabeza, mientras él estaba tirado en el piso, sacudiendo sus piernas con enojo.
¿Cuándo fue la última vez que quisiste algo que otros tenían, pero tú no?
¿Cómo manejamos situaciones en las que no tenemos el control?
Muchas veces, como Joaquín, deseamos algo que no llega. Otros obtienen nuestro soñado “globo azul”, mientras que nosotros tenemos las manos vacías y los ojos llenos de lágrimas. ¿Te has puesto a pensar cómo nos mira Jesús en esos momentos de enojo y reproches en los que repetimos una y otra vez lo que queremos?
Por un tiempo, Joaquín siguió gritando. Sin embargo, poco a poco, su respiración se volvió más lenta, hasta que se incorporó, se sentó a mi lado y me dijo con voz suave y calma: “Quiero un globo azul”. Continuó explicándome lo que deseaba y por qué sentía que no era justo no obtener lo que pedía. Mirando a sus ojazos marrones, le dije: “¿Qué te parece si juegas con el rojo, y en un ratito un compañero te lo cambia por uno azul?” Joaquín asintió y comenzó a jugar. Mientras lo observaba jugar, pensé lo maravilloso que es Jesús cuando nosotros nos enojamos.
La Biblia cuenta la historia de Lázaro: “Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar en el que estaba” (Juan 11:5, RVR) ¿Qué habrán pensado María y Marta? ¿Qué sintieron? ¿Qué dijeron?
Al llegar, Jesús dedicó tiempo a escuchar a Marta y la miró con profunda ternura, porque eran amigos. Jesús la conocía bien, comprendía cómo las tareas del hogar podían abrumarla a veces. Por eso, en ese encuentro cara a cara, se tomó el tiempo para consolarla. En el rostro de Jesús, Marta reconoció la misma ternura y el mismo amor que habían estado allí siempre. Su confianza en él no había variado, pero recordaba con dolor a su hermano, a quien Jesús también amaba. Por eso derramó toda su preocupación ante él. Elena de White comenta: “Con el pesar que brotaba de su corazón porque Cristo no había venido antes […] vez tras vez le repetía: Señor, si hubieses estado aquí mi hermano no fuera muerto” (El Deseado de todas las gentes, p. 488). Marta recibió a Jesús con palabras de reproche e incomprensión; con total franqueza de corazón, le mostró su dolor.
Al igual que a Marta, Jesús nos mira con amor y valida nuestras emociones. Él no se asusta con nuestros enojos, sino que nos acaricia el alma hasta que estamos listos para levantarnos, sentarnos a su lado y conversar. En los momentos de enojo y reproches, es como si se disparara una alarma frente a algo que, aunque no amenaza nuestra vida, moviliza todo nuestro cuerpo.
En esos momentos dejamos de pensar con claridad, se dilatan las pupilas, el corazón late más rápido, empezamos a sudar, el rostro se pone pálido, la sangre fluye a los músculos de las extremidades y segregamos dosis masivas de adrenalina y noradrenalina. Todo eso ocurre en nuestro cuerpo, algunas veces en cuestión de segundos. Es justamente ahí cuando Jesús nos dice: “Yo estoy a la puerta y llamo, y si alguno oye mi voz, entraré y cenaré con él y él conmigo” (Apoc. 3:20, RVR).
Cuando nos encontremos inmersos en una “situación globo azul”, recordemos que Jesús comparte con nosotros cada instante de nuestra vida y nos da fortaleza. Él se acerca, nos escucha, nos comprende, y quiere cenar con nosotros para conversar sobre nuestras preocupaciones, para que le expliquemos nuestras necesidades y para guiarnos de la mejor manera.
Al oír la tristeza y los reclamos de Marta, Jesús no la retó, sino que reanimó su fe al redireccionar sus pensamientos hacia algo mejor de lo que ella pedía. Jesús le dijo que él era la Resurrección y la Vida, y la ayudó así a orientar su mirada hacia la eternidad. Jesús hace lo mismo por cada uno de nosotros. Cuando nos acercamos a él y compartimos lo que nuestro corazón siente, usa el encuentro para traernos libertad y brindarnos una nueva perspectiva.
Inés Pizzuto, Licenciada y Profesora en Psicopedagogía. Profesora de nivel inicial. Reside en Bariloche, Argentina.
Bible Journaling
Un ministerio especial: estudiar la Biblia de forma profunda, utilizando el arte como herramienta.
@amigaadventista
Ha sido uno de los llamados más claros de Dios para acercarme a las personas y predicar a Cristo Jesús. Anhelé mucho servir como misionera y logré hacerlo de manera digital.
Inicié en julio de 2021,
Aunque recibí el llamado de Dios en abril. Me resistí un tiempo, porque sentía miedo. Oré mucho, y le dije a Jesús que no estaba lista, que tenía muchas responsabilidades y que no podría con una más. Él sabía que solo era una excusa, y siguió insistiendo. Lo pensé un tiempo… pero él estaba llamando.
No pude dormir bien por un tiempo. A mi mente venían muchas ideas, así que decidí volver a orar. Le dije:
“¡Ok, Jesús, tú ganas! Voy a avanzar”.
Con miedo, comencé. Realicé mi primer live, pero estaba muy asustada. Entonces, creí que lo mejor era hacerlo por Zoom y con una invitada. Tenía una cuenta solo para cien personas, pero ¡tuve que pedir prestada otra sala con capacidad para muchas más personas!
El Señor ha usado este ministerio para contestar las oraciones de muchos. El objetivo principal es motivar a tantos como sea posible a tener un tiempo especial con Dios. De eso trata el Bible Journaling.
Comencé con este método de estudio de la Biblia hace un tiempo. Utilizo el dibujo, el lettering y la pintura para hacer notas de una porción de la Biblia, y así profundizo en ese pasaje.
Mi mayor miedo era que yo no sabía dibujar ni pintar tan bien, ni escribir de forma agradable. Lo usaba para estudiar la Biblia y era mi forma de entender mejor el mensaje, pero no lo hacía tan bien.
Sin embargo, cuando Jesús me llamó, también me empezó a capacitar. Le pedí que guiara mis manos al momento de pintar y dibujar, y Dios me contestó casi de inmediato. Quizá tú, al igual que yo, tienes miedo de hacer algo para Jesús; pero seguramente tienes algo que el mundo necesita. Tú sabes algo que va a llevar paz y esperanza a un corazón angustiado en alguna parte del planeta. Hoy quiero que te animes, que hagas “todo lo que está en tu corazón, porque Dios está contigo” (1 Crón. 17:2, LBLA).
Por Livanoa Rojas, creadora de @amigaadventista, ministerio digital de estudio de la Biblia en Instagram y Telegram. Desde Guatemala.
SÉ AMABLE, PERO... ¿SOLO SI SUFRE?
¿Qué pensamientos surgen en tu mente al leer la frase: “Sé amable, porque no sabes quién está sufriendo”?
Personalmente, he leído o escuchado la frase en muchas ocasiones, especialmente luego de la pandemia de 2020; sin embargo, no estoy del todo de acuerdo con lo que implica. ¿Por qué? Por el simple hecho de que la amabilidad, en esa frase, tiene una condición: el hecho de que otro esté sufriendo. Es decir, debemos ser amables porque quizá la otra persona la está pasando mal o está atravesando una situación difícil en ese momento. Pero ¿qué ocurriría si nosotros supiésemos, con certeza, que la otra persona no está sufriendo? ¿Deberíamos ser igualmente amables? ¿Podríamos, por unos instantes, dejar la amabilidad de lado, ya que la otra persona no sufre?
¿Alguna vez te han tratado con poca amabilidad? ¿Qué sentiste en ese momento?
La palabra “amable”, según la Real Academia Española, proviene del latín amabĭlis, y una de sus definiciones es: “Digno de ser amado”. Producto de esa definición, surge la siguiente duda: ¿solo quienes dejan ver su sufrimiento son dignos de ser amados?
Fíjate que el interrogante dice: “dejan ver su sufrimiento”. Muchas personas no muestran lo que están pasando; algunos ocultan que están atravesando situaciones emocionales difíciles, problemas económicos o familiares, luchas internas con adicciones, etc. Pero otras tantas no tienen esas “batallas personales”; algunos están cómodos, felices y tranquilos. Sus días son en paz, comparados con las personas que enfrentan los desafíos que mencionamos.
Entonces, volvemos a la pregunta inicial: ¿solo debemos amar o ser amables, porque quizás el otro está sufriendo? No. Debemos amar porque es un principio, una decisión personal, sin importar quién sea la otra persona o la situación que esté atravesando.
Por Jimena Valenzuela, magíster en Resolución de Conflictos y capellana en Buenos Aires, Argentina. @jimemsvalenzuela
Ser amables no debería ser consecuencia del sufrimiento de otro.
La amabilidad se manifiesta sin importar a quién.
Si alguien no sufre, igualmente deberíamos ser amables.
La amabilidad no es lástima ni pena.
La amabilidad es una cualidad de las personas sanas.
La amabilidad es producto de una mente renovada.
¿Qué opinas de los ítems anteriores? ¿Qué agregarías?
En cierta medida, todos sufrimos; en nuestras esferas, a nuestra edad, por diferentes circunstancias... Al comparar una realidad con otra, otorgamos niveles de jerarquía, pero para la persona que está atravesando la situación, la suya es la más significativa.
Otra pregunta que se desprende de la frase inicial es: ¿qué consideramos como sufrimiento? Muchas personas piensan que el sufrimiento propio es muy significativo; no obstante, a veces “menosprecian” el del otro. Por ejemplo: un niño que llora por un juguete que perdió, ¿está sufriendo tanto como un adulto que fue despedido de su trabajo? ¿Cuál de los dos tiene que ser tratado con mayor amabilidad? Y, si un joven llora porque le fue mal en una evaluación de la universidad, ¿es digno de mayor amabilidad que quien está sufriendo porque no alcanzó a ver el último capítulo de su serie favorita?
Entonces, la amabilidad que debemos dar no depende de quién sufre o por qué sufre; no tiene que ver con nuestro conocimiento del motivo o si lo desconocemos; tampoco debería interesar si la persona está en paz o sobrellevando una carga. La amabilidad es algo que damos, que otorgamos, que decidimos compartir.
No seamos amables porque quizás otro está sufriendo. Seamos amables y punto.
¿De qué maneras puedes mostrar amabilidad?
¡UNA VIDA DE EXPERIENCIAS, EMOCIONES Y LOGROS QUE NO PODRÁS DEJAR DE LEER!
(12113)
¡Pídelo a tu coordinador de Publicaciones!
Por medio de su relato, Jeff Scoggins asegura que ninguna aventura humana supera la de vivir con Jesús.
JUAN, ¿A QUÉ TE DEDICAS?
Me dedico a la carpintería; más específicamente, a la carpintería de construcción, ya que hay varios tipos: ebanista, industrial, decorativa, etc. Reparo marcos de ventanas o puertas antiguas, cielorrasos (o falsos techos), escaleras, barandas, entrepisos, etc. También hago techos, paredes, cabañas.
¿QUÉ TE MOTIVÓ A DEDICARTE A ESTE OFICIO?
Me motivó mi abuelo, quien tenía una carpintería. Le gustaba trabajar en esto, y compartió su entusiasmo conmigo.
¿QUÉ ES LO QUE MÁS TE GUSTA DE TU TRABAJO?
Lo que más me gusta es que algunas veces es necesario enfrentarse a desafíos. Tienes que enfrentarte a un problema, dedicarle tiempo, pensar en él, usar el ingenio, dibujar, tomar decisiones... Eso es muy estimulante, y también me insta a buscar más a Dios, dado que él es quien me da la capacidad de resolver esos problemas. Por ejemplo, tengo un cliente fijo a quien podemos llamar “el Indio”, que tiene una mansión por aquí cerca. Hace un tiempo, los caseros lo llamaron (él estaba de viaje de negocios en
alguna parte del mundo) porque el cielorraso del segundo piso se había desprendido y se estaba cayendo. Era de madera de cedro.
Se trataba de aproximadamente unos 50 m2 de cielorraso. Estuve averiguando, y esa madera no se conseguía.
Además, era sumamente costoso importarla, así que se me presentó un problema: desprender el cielorraso y volver a fijarlo sin romper ninguna madera.
La altura era de 3 m; muy incómodo para trabajar.
Por la gracia de Dios, se me ocurrió una solución y no se rompió nada. Cuando el dueño volvió a su mansión, miró todo y no vio diferencia alguna en cuanto a cómo estaba antes.
Cuando estoy frente a un problema de estos, siempre le pregunto a Jesús: “Tú fuiste carpintero antes que yo. ¿Cómo harías este trabajo?” Y Jesús y sus ángeles me ayudan siempre.
DESDE TU PERSPECTIVA, ¿CUÁLES SON LAS DESVENTAJAS DE ESTE OFICIO?
No tiene desventajas este trabajo. Me encanta. Y te digo más: soy un agradecido con Dios y con la gente.
Dios me hace llegar a la gente; él me trae clientes. Yo no uso celulares, no uso propaganda escrita ni en línea, no tengo cartel afuera del taller; sin embargo, siempre tengo trabajo.
¿SIENTES QUE SIRVES A DIOS CON ESTE TRABAJO? ¿CÓMO?
¡Claro que sí! El viernes a la tarde el taller cierra sus puertas hasta el domingo. Los clientes se cuentan el uno al otro por qué no trabajo los sábados. Esa es una forma de servir a Dios.
Otro gran momento de servicio es cuando le tengo que resolver un problema a una persona minusválida: arreglar una cama, adaptar una escalera... ¡Las personas quedan tan agradecidas! Siento que tengo a Jesús enfrente.
¿QUÉ CAMINO HAS RECORRIDO PARA LLEGAR AL PUNTO EN EL CUAL TE ENCUENTRAS HOY?
Aprendí el oficio en una escuela especializada en carpintería. Estudié tres años en total; y luego, la experiencia.
¿SIENTES QUE TE FALTA APRENDER ALGO AÚN?
Mis profesores siempre me pidieron una cosa: humildad y mente abierta. Se sigue aprendiendo todos los días; a utilizar mejor una herramienta, a incorporar una nueva, a observar métodos diferentes en los demás, etc.
Imagínate que ahora hay muchas ventajas. Hoy ando con “la carpintería arriba de la camioneta”. Mi abuelo no lo hubiera imaginado siquiera. Así que sí, continúo aprendiendo.
¿ALGUNA EXPERIENCIA QUE HAYAS
VIVIDO QUE QUIERAS COMPARTIR CON LA COMUNIDAD DE CONEXIÓN 2.0?
Hubo un año muy difícil en Uruguay, económicamente hablando.
En esa situación, mi madre tuvo un inconveniente: perdió la vista. Tuvimos que llevarla a Montevideo para que recibiera tratamiento. Yo venía de una semana sin trabajo y le preguntaba a Dios: “¿Por qué? ¿Para qué?”
La llevamos, junto con mi hermano, y al regreso los dejé a los dos en la terminal y me fui a mi casa. Me encerré en el baño a llorar y a orar. Le decía a Dios: “¿Qué está pasando? Mi madre pierde la vista, yo no tengo trabajo…”
Estando aún allí, sentí que golpeaban las manos. Un hombre traía un carro lleno de sillas y otras cosas para arreglar.
A la media hora, una señora que vivía muy cerca de casa vino y dijo: “No sabía que acá había un carpintero. ¡Estoy necesitando uno!”
Cuando te pones en las manos de Dios, él resuelve todo.
¿QUÉ MENSAJE DARÍAS A LOS ADOLESCENTES QUE QUISIERAN SEGUIR ESTE OFICIO?
Si hay algún joven al que le guste la manualidad y los desafíos, en la carpintería encontrará su pasión. Te estimula a tener que estar constantemente en una búsqueda de soluciones a problemas. Estudien, desarrollen este talento, porque es muy grato y estimulante.
Por Juan Carlos Correa, carpintero de Piriápolis, Uruguay.
¡QUÉ enREDo!
¿Te imaginas al profeta Isaías buscando los mejores recursos visuales para transmitir sus mensajes a través de Youtube? ¿O, quizás, al rey Ezequías compartiendo por TikTok todo lo que había en su reino?
Las estadísticas nos muestran que un gran porcentaje de personas en el mundo utiliza redes sociales: Facebook, YouTube, Instagram, etc. Sus objetivos son, según manifiestan los entrevistados, estar al día con las noticias y los eventos, encontrar contenido entretenido o contactar a sus amigos, entre otros.
BENEFICIOS DE LAS REDES:
Comunicación inmediata. Interculturalidad.
Acceso a información. Facilidad para divulgar ideas.
PELIGROS DE LAS REDES:
La privacidad corre riesgos. Hay contenidos perjudiciales. Afectan las emociones. Pueden generar una adicción.
¿CÓMO SER EQUILIBRADOS EN SU USO, PARA OBTENER LAS VENTAJAS NECESARIAS Y PROTEGERNOS DE LOS RIESGOS?
Sería lindo decir que todos los personajes bíblicos usaron bien sus “redes sociales”, pero no fue así. Aprende de cada uno de ellos, de sus experiencias vividas, y saca las mejores lecciones para que no te quedes “enREDado” en ellas.
Zoraida Plasencia, de Perú. Maestra de Educación Primaria y directora de proyectos proeducativos en ACES Educación.
LOS GASTOS
“Cuida los centavos, que los billetes se cuidan solos”, es un dicho mexicano. ¿Es cierto eso?
REGISTRO DE GASTOS
Vamos a hacer un ejercicio práctico (ya sea que tengas algún ingreso económico o no).
Te proponemos descargar una app como las siguientes en tu teléfono móvil: Money Manager, Gestor de gastos, Finerio, etc. En definitiva, una app de finanzas personales o de control de gastos que te resulte sencilla de utilizar, sea intuitiva, te aporte datos útiles, en la que se puedan clasificar los gastos como a ti te parezca, te brinde gráficas, etc. (Si no tienes móvil, puedes utilizar una tabla de Excel.)
En ella, registra cuidadosamente todos los gastos que te conciernan directamente a ti. Por ejemplo: merienda, gastos escolares, vestimenta, salidas, etc. Por ahora, no tomaremos en cuenta la comida de toda la familia o la electricidad de la casa.
Haz este registro, lo más exacto posible, durante al menos dos meses.
Una de las formas más efectivas de mantener las finanzas bajo control es llevar un registro cada día.
Es trabajoso, sí, pero es una costumbre que te favorecerá ampliamente a lo largo de tu vida.
Pasados dos meses, analiza cuáles han sido tus gastos.
Los gastos pueden ser categorizados de dos maneras:
Gastos necesarios: indispensables para vivir. No se pueden negociar, aplazar o ignorar.
Deseos: gastos en cosas que se quieren, pero que no se necesitan.
No todas las personas clasifican igual un gasto: para una persona, comprar un celular puede ser un gasto necesario, porque trabaja con él; y para otro, un deseo, porque solo lo utiliza para jugar, por ejemplo.
Conociendo ahora esta clasificación, discrimina tus gastos y ve cuáles puedes reducir, para alcanzar un objetivo más tarde (tema que se verá en otro número de la revista). Puedes charlarlo con algún miembro de tu familia.
BILLETES Y MONEDAS
Gastar dinero es algo de todos los días, pero no todos lo gastan de la misma manera. Se realizó un experimento en que se le daba a un grupo de personas billetes o monedas, y se observó que quienes tenían monedas eran más propensos a gastarlas que quienes tenían billetes. Es decir, según el estudio, si tienes dos billetes de 100 dólares, es más fácil que los cuides que si tienes doscientas monedas de 1 dólar.
Tiene sentido, y ¡aquí está la trampa! No damos la debida importancia a las monedas o los billetes de menor valor, porque pensamos: ¡Es solo 1 dólar! Y ahí vamos gastando esas monedas sin preocuparnos. Pero esos pequeños gastos se van sumando, y terminamos gastando un valor significativo. Estos gastos se llaman “gastos hormiga”. ¿Por qué se llaman así?
RECOMENDACIONES AL IR DE COMPRAS
Prepara una lista de compras antes de salir, para no ir por los pasillos o las vidrieras solo tomando lo que te llama la atención.
Algunas personas comen algo antes de ir de compras, ¡porque se tientan más si tienen hambre! ¿Será este también tu caso?
No compres más de lo que necesitas solo porque está en oferta. No vas a ganar nada comprando una oferta si luego no te gusta o se vence.
Prioriza calidad y precio, en vez de marca.
Compra ropa fuera de estación. En general, está en oferta o en liquidación.
Es buen consejo buscar en Internet los precios de un producto que quieres comprar antes de ir a comprarlo, para tener valores de referencia y, si es posible, negociar.
Muchas peleas, malos ratos y momentos de estrés podrían evitarse si tuviéramos en cuenta los principios prácticos del uso del dinero contenidos en la Palabra de Dios:
“Quien cuida la higuera comerá su fruto, y el que mira por los intereses de su señor, tendrá honra” (Prov. 27:18, NBLA).
Javier Liebich y Equipo de Conexión.
¿ESTAMOS PREDESTINADOS?
Carlitos tenía cinco años cuando Carlos, su padre biológico, recibió 23 balazos y cayó fulminado en medio de un tiroteo en Fuerte Apache, Buenos Aires. Pasado el tiempo, llegó a ser uno de los mejores futbolistas argentinos. ¿Estaba predestinado al éxito?
Carlos no le había dado su apellido a Carlitos, y su madre biológica lo había abandonado cuando tenía solo seis meses.
Carlitos enfrentó un episodio que pudo haber terminado en tragedia: con apenas diez meses de vida, el agua hirviendo de una pava (caldera, hervidor, tetera) cayó encima de su rostro. En la desesperación, lo llevaron al hospital envuelto en una manta con fibras de nailon que, al disolverse, quedaron pegadas a su piel y agravaron las quemaduras. Estuvo casi dos meses internado en la Unidad de Terapia Intensiva y quedó con graves secuelas en el rostro y en el cuello.
Cuando se recuperó, Carlitos quedó a cargo de sus tíos maternos, Adriana Martínez y Segundo Tévez.
Carlitos empezó a jugar a la pelota en el club de fútbol Santa Clara. En el verano de 1989, llegó a esa zona un enviado del club de fútbol All Boys, que solía visitar el barrio en busca de nuevos talentos. Carlitos solo tenía
cinco años, pero fue el que más lo deslumbró.
“No te lo puedo mandar, porque no tiene zapatillas”, le dijo Segundo. Pero el entrenador insistió: “Le puedo conseguir unas prestadas. Deja que lo lleve”.
¿Qué es lo que lleva a una persona que está rodeada de problemas, drogas y delincuencia a levantarse a las 6 de la mañana para ir a un entrenamiento? ¿Qué es lo que lo impulsa a ser ordenado, dormir a horas regulares y no salir a todas las fiestas que puede? ¿Qué lo lleva a decidir no ser uno más de los que consume drogas? ¿Por qué Carlos no sale a robar, como la mayoría de los chicos del barrio en el cual creció? ¿Acaso era una persona que ya estaba destinada al éxito?
Muchas veces caemos en el facilismo de pensar que la “suerte” o “el destino” son los que definen nuestras vidas.
La palabra “predestinar” se usa en la Biblia en cuatro ocasiones: Romanos 8:29; Hechos 4:28; 1 Corintios 2:7; Efesios 1:5, 11.
En nuestro idioma, esta palabra sugiere la idea de una suerte ineludible y determinada de antemano. Sin embargo, el término griego porjorizo, así traducido en Romanos 8:29 ( pro: previamente, antes; jorizo: meta, frontera, término, límite) tiene el sentido de determinar una meta o blanco, como en una carrera se define la línea de llegada. El énfasis no está tanto en la persona implicada, sino en la meta, el blanco, el objetivo o el desafío puesto delante. Cada vez que esta palabra aparece en la Biblia, la pregunta que debemos hacernos no es “¿quiénes son los predestinados?”, sino “¿para qué lo son?”
El texto de Romanos que Pablo usa tiene una meta, y es: reflejar la imagen de Dios en la vida del que cree, la recuperación plena de esta persona, y su conformidad con la imagen de Dios, con la semejanza divina que ha sido desdibujada progresivamente por el pecado. La meta que Dios se propuso y que nos propone a todos es reeditar
su imagen en el hombre por medio de la redención (Gén. 1:26; Eze. 18:32; 2 Ped. 3:9; Tito 2:13). Así como podemos conocer el carácter de Dios por medio de la vida de Jesús, él nos propone ser protagonistas de la historia de la salvación y que otros conozcan a Jesús por medio de nuestras vidas.
La Palabra de Dios no presenta nunca la idea de salvación para unos y perdición para otros, fijadas de antemano. En la concepción bíblica, la predestinación no se contrapone a la libertad humana; el amor no puede ser forzado. El plan de salvación es movilizado por el amor que Dios tiene por el ser humano y por la espera de que, en respuesta a ese amor, acepte la salvación. Dios, por tal motivo, no creó seres autómatas o robots, porque en el amor hay libertad y hay elección.
Si Carlitos Tévez eligió levantarse para entrenar cada mañana en vez de salir de fiesta, o evitar malas compañías para alcanzar un objetivo, es porque tenía una meta; es porque priorizó alcanzar un sueño, no porque estaba “predestinado”.
Hoy Dios te lnvita a decidir. En su Palabra te da motivos para que puedas creer, y te elige para ser el protagonista de tu vida y dejar una marca en la historia de la salvación.
Por Nicolás Luna, director de Ministerio Joven, Conquistadores, Aventureros y Música de la Unión Argentina.
Uh, allí viene Lauti. Pobre, es muy tímido.
Sí, pero los tímidos son tranquilos y cálidos.
¡Hola, chicas! ¡¡Vengan al ensayo!!
¡Tenemos chistes nuevos!
¡¡Nos vemos en clase!!
Pero ¿no era tímido?
¿Viste? Es tan tímido que le da vergüenza demostrarlo.
¡Chalalalá! ¡¡Charalalá!!
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La naturaleza de Jesús,
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