Erwin Solórzano - La Faena

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Erwin Solórzano

La Faena.

A Gracida, Mayito, Bosco y José. Grandes personas.

A Miguel y Alec, gracias por todo.

“Perversamente, a menudo es más divertido querer algo que poseerlo.”

Y es que estos hijos de puta no entienden que el buen pre-copeo no es en el departamento caro de alguno de sus amigos que viven por el centro, ni tampoco es en las caminatas largas que tomas de un punto hacia el otro mientras hablas y tomas en la vía pública como todo un desgraciado, —no señor— el buen pre-copeo es en la puta Faena, una maldita cantina que está en el mero centro histórico, un lugar donde te regalan chicharrones mientras esperas tu bola de cerveza y hablas de todo menos de lo que quieres hablar. Pero claro, a los cabrones de Jerry y Dersha no le gustan estas madres, por supuesto, como estos desgraciados ya no saben lo que es la humildad –porque siempre se la pasan en sus departamentos por el centro histórico– pues uno tiene que arrastrarlos para que conozcan un poquito más de la vida citadina antes de ir a un rave o a una peda en algún bar. En este barco con destino a la faena también me acompaña la señorita Roxy, amiga de ley cuando se trata de ir a visitar grandes cantinas. Ella conoce bien el lugar —típico de una alcohólica— y si bien sabe que si no terminas pedo en este lugar; obviamente terminaras con el hocico caliente, —no hay otra opción y nunca la habrá.

Como era de esperarse el primero que se queja es Jerry « ¿Y habrá lugar para meterte una línea?» pregunta, viendo sin interés las antiguas arquitecturas que todavía siguen con vida —desafortunadamente— entre los edificios de la calle Bolívar.

«Obviamente lo habrá Oheid» respondo.

«Más te vale cabrón que ando con la nariz seca.»

Dersha es el segundo en quejarse con un comentario súper estúpido: « ¿Y esta cara la chela?»

«Che, pagas por botellas de siete mil pesos» le dice Roxy, « ¿Y te da culo pagar por una bola de sesenta pesos?»

« ¡¿La bola está a sesenta?!» pregunta Jerry y con un gesto de desaprobación, saca un cigarro de su gabardina y continua: «por estas mamadas uno ya no toma chela: puro Whisky.»

«Cabrón no mames, eres de lo mas bajo de la Gustavo A Madero» le digo, «No me vengas con que tomas esas mamadas porque tú te educaste con chela en mano y cigarros Shot en el otro» Jerry se calla porque sabe que tengo razón, «mírate, estas fumando Benson & hedges, ¿Qué paso con los Faritos y los luckys?»

«Que te puedo decir Acid» me dice fumando su cigarro, «algunas veces es necesario sentirse el chulo en una ciudad llena de gente pendeja, te asegura la entrada a muchos hogares.»

I

«Ya» mosqueo. Llegando a la Faena, Dersha y Jerry miran la fachada rustica de este lugar, les agrada ya que ninguno dice nada , entrando, lo primero que nos recibe son las excesivas cantidades de mesas blancas llenas de gente que anda hablando sin cesar, algunos tomando cervezas, otros comiendo y por supuesto uno que otro bailando en el centro del lugar. Nos sentamos en la esquina del escenario principal que muy pocas veces se ha ocupado. Para serte sincero agarramos este lugar solamente para admirar a unas chicas de nuestra edad que andan al toque y que están a una mesa de nosotros. Un mesero nos atiende, tiene un mandil del equipo de futbol mexicano “Cruz Azul” eso hace que Jerry le dé buena vista.

«Ahuevo papi» le dice, pellizcando su gabardina como símbolo de honrar un escudo deportivo: «pura máquina.»

El don solamente sonríe y presume su mandil: « ¿Qué les ofrezco jóvenes?»

«Dos bolas cada quien, ¿Qué les parece?» dice Roxy.

«Vale» comento, « ¿Qué les parece ustedes?»

Jerry solamente se ríe porque ve una bola que llegó a la mesa de al lado: «Vamos a salir bien pedos…» comenta, «deme dos claras.»

Y entonces todos pedimos nuestras bolas de cerveza. La plática se hace cada vez más bizarra entre nosotros, primero comenzamos a hablar sobre las chicas que andan al toque y después sobre una coca de plátano que sabía de huevos. La platica se hizo cada vez más extensa hasta terminar hablando sobre el nuevo futuro de México: Los jóvenes mexicanos, todos: Una bola de pendejos.

La primera bola llega y Jerry se sorprende por la rocola que hay en el centro de la cantina, varias personas están formadas para poner su canción favorita «¿Cuánto cuesta poner una canción?» pregunta Jerry.

«Cinco pesitos» le respondo.

La respuesta que le di hizo que Dersha y Jerry se volvieran locos, «Y no querían venir aquí» les dice Roxy, burlándose obviamente de ellos mientras menea de una manera gentil y precisa el tallo de la copa que tiene, haciendo que la cerveza de vueltas.

«Cállate» dice Jerry, levantándose, «voy a poner a José José.»

Dersha se termina su primera bola: «No mames, muy buenas las bolas» comenta, « ¿Por qué no nos habíamos enterado de este lugar?»

«Pues no se» les digo, «es muy transcurrido esta cantina, me sorprende que no les sonara.»

«Puedes que tenga razón, pero a pesar de eso siento que le falta algo a este lugar» comenta.

Roxy saca su cajetilla de cigarros, «puede que sea que este lugar no se permita fumar» comenta mientras se levanta, « ¿Me quieren acompañar a fumar?»

II

Roxy, Acid y Dersha salen de la faena para fumarse un cigarro. Afuera, Dersha se da cuenta de toda la gente que está esperando entrar a la cantina. Algunos no se quejan y deciden acompañar la espera con un cigarros, otros simplemente tienen cara enojada porque sabían que a estos lugares debes llegar temprano. Acid prende su cigarro y después se lo prende a Roxy. Dersha igual prende el suyo y empiezan hablar sobre la coca de plátano.

III

Verga, si me anda pendejeando esta chela, y eso que apenas llevo una bola, ahora imagínate si me chingo la otra… otro pedo. Me sorprende la fila para poner una pinche canción, ¿Qué es lo hace esta rocola para que tenga tanta gente formada? La verdad no sé, pero lo que sí te puedo decir es que a dos personas de la fila se encuentra una muchacha que tiene algo que atrae, puede ser su cuerpo delgado, o las caderas ligeramente desnudas por una blusa inocentemente pequeña pero que le queda muy bien. Bueno, si dios me presta vida para otra hora más de cotorreo puede que salga ganón hoy…

Pero algo no cuadra: Hay un chico, de un metro setenta maso menos, blanco, camisa desabotonada hasta mostrar unas cadenas, pantalón negro, fajado y viendo su barriga puedo deducir que es un hombre que goza de muchos privilegios… ¿Quién será este wey? Se le está acercando demasiado y parece que la morra no la conoce de ninguna parte, es más, se está incomodando. Tengo un mal presentimiento, y más cuando veo que al cabrón está tocando de una manera morbosa y con aires de grandeza el trasero de aquella chica.

¿Qué carajos le pasa a este lugar? ¿Qué no ven que eso es acoso?

Bueno, como sea, ya va a ser mi turno. IV

« ¿Cómo verga le hizo esta Mary para dejar estéril a un desgraciado con tan solo una patada?» le pregunto a Roxy.

«Pues así» dice Roxy dándole una calada a su cigarro, mirando los carros pasan en este lugar: «estábamos en una riña y cuando menos lo vi esta Mary le dio un fuerte golpe a los huevos de aquel sujeto» me comenta mientras hacemos un gesto de dolor. Roxy cruza sus brazos, de una manera que solamente ella puede atraer a los caballeros, reposando su codo derecho en su mano izquierda, presumiendo así su cigarro, «no es broma cuando les digo que hasta sonaron sus putos huevos con la patada.»

«Ya, me imagino» Dersha parece sentir el dolor de aquella historia, no lo culpa, también tengo miedo de que me den una patada en los huevos, palabra.

De repente siento como mi brazo es empujado, tirando así mi cigarro. Un grupito de pendejos se anda riendo y hablando de muchas mierdas, pero no se dan cuenta de lo que hicieron y eso es tirar mi cigarro, —lo peor que me pueden hacer. Uno de los sujetos que andan en ese grupito saca su celular para hablar con alguien: «Que pedo wey, ¿si conseguiste morras o nel?» comenta, « ¡No mames, ahuevo mae!» dice con una sonrisa retorcida, «Sí wey, aquí traigo unas pastillitas pa’ que se enfiesten… simón, ya vamos a entrar» termina su llamada, viéndome de reojo y con un gesto discriminatorio me dice: « ¿Qué me anda viendo mijo?» me dice.

Roxy intenta detenerme y Dersha solamente se queda mirando a los demás por si sucede lo peor. Intento decir algo, pero me detengo, creo que no es el momento para iniciar un desconecte porque no ando lo suficientemente pedo para hacerlo.

El desgraciado que me anda verguereado solamente se ríe: «No me andes saboreando carnal, si quieres que me la saque lo hago» comenta para después mirar a Roxy, «hijo mío, contigo si no te hago un bebe, te hago un queso» y entonces todos se empiezan a reír para después meterse.

«Le voy a romper su madre» comento.

«Yo también» dice Dersha.

«Tranquilos los dos» nos para Roxy, «primero acábense sus chelas y luego veremos qué hacer.» V.

Ok, esto me está tocando los huevos, la chica pide a gritos que la deje en paz y ese pendejo no le hace caso, solamente le da risa su puto intento de zafarse de los

arrimones que le está surtiendo, ¿Cómo chingados nadie se da cuenta? Me fijo y todo el mundo está en su pedo, pero no en el pedo que está en el centro de la pista, a unos metros de la rocola.

El chico voltea y me mira, como si me leyera la mente y viera que lo que esta haciendo esta muy mal « ¿Qué tranza mi pinche pobre pendejo, que tanto me andas viendo?» dice con un tono que solamente los weyes de la Juárez pueden hablar pero que ese wey pobremente lo imita.

« ¿Pasa algo buen caballero?» le digo cordialmente porque pues ya ando pedo.

El chico solamente chasquea una sonrisa, mirando a sus alrededores para después poner su mirada nuevamente en mi «No soy pinche grabadora mi niño, no me hagas repetirlo nuevamente.»

«No le ando mirando joven caballero» le digo, viendo a la chica, « ¿Es tu amigo?»

«Que le valga verga pinche presa del taquero» comenta el desgraciado sin que responda la chica.

«Le ando hablando a la chica.»

«Y yo le ando respondiendo carnal» ¿Carnal? ¿De dónde me ve los codos cenizos?, «al chile no se quiera pasar de listo conmigo, si quiere actuar a la vos, culo te va a faltar para la verga que te voy a meter mi pobre diablo, así que váyase a la verga.» Me comenta, dándome la espalda para después poner una rola de algún reguetonero.

El maldito desgraciado agarra de la mano a la chica que le andaba echando ojo y se la lleva a la pesa donde curiosamente está a una mesa de nosotros. La mesa se pone incomoda mientras que él intenta ligarse a todas. Mi tolerancia se está quebrando cuando veo entrar a una bola de pendejos que también se le une a la mesa, cada uno sentándose al lado de cada chica que está en la mesa. Respiro profundamente y decido no poner José José, pongo algo de Héctor Lavoe.

VIRoxy, Acid y Dersha se meten a la faena, todos emputados por lo que acaba de suceder. Jerry —que acaba de pedir otra bola— mira a sus amigos para después señalarles sus bolas de cervezas vacías: «Ya hasta voy por la tercera ronda cabrones» miente.

Acid se sienta y mira su chela, emputado, no le queda de otra que tranquilizarse mientras toma su cerveza « ¿Ya te pego la chela Oheid?» le pregunta a Jerry.

«Ando con ganas de romper madres» responde Jerry.

«Nosotros también» dice Roxy, «pero bueno, apenas esto es el Pre-copeo, nos falta toda la noche.»

« ¿Qué hora son?» pregunto.

«Las siete.»

La carcajada de uno de los abusadores que estaban afuera de la faena invade por completo la atención de varias personas que están por ahí, Acid y Jerry voltean a ver lo que está pasando. Roxy ignora el ruido y se termina su primera bola. Dersha mira la mesa donde están aquellas personas y le dice a Acid: « ¿Después de ahí a dónde?»

Acid solamente mira su cerveza y procede a tomar: «Al MP lo más seguro.»

Jerry, que ya está pedo, se levanta y le dice tambaleante a Acid: «Yo no iré a ningún puto MP, no sé cómo le haremos, pero lo que menos quiero en esta noche es estar con mis tíos en una celda» Jerry mira a lo lejos el baño y después mira al hombre que lo amenazo entrando ahí solo: «ahora si me permiten… iré a orinar.»

Acid solamente le da un sorbo a su bola mientras ve a Jerry caminar, «Mírenlo» comenta, «el “yo me pongo pedo con diez caguamas.”»

La mesa donde están los acosadores están llamando la atención de muchas personas, el mesero buena onda que atendió la mesa de Jerry se hace presente entre aquellos acosadores, pidiéndoles con mucho respeto que no hagan tanto ruido, a lo que el chico que amenazo a Acid se levanta con rabia y superioridad para después darle una cachetada: « ¡USTED NO ME DICE QUE HACER HIJO DE TODA SU PUTA MADRE» varias mesas detienen su diversión para fijar sus miradas hacia el mesero. «ES MEJOR QUE SE VAYA A CHINGAR A SU MADRE SI NO QUIERE QUE EN ESTOS LE DE EN SU PUTA MADRE!» Un silencio amenazante se hace presente tras ese grito.

El camarero, que solamente hace su trabajo, no le queda de otra que obedecer, eso hizo que Acid no aguante más y con una sonrisa le pide al camarero que venga a su mesa: « ¿Qué paso don?» le dice, «Perdóneme por la pregunta pero… ¿Cuánto sale cada copa rota en este lugar?» pregunta.

«Híjole joven…» comenta, «pues si se rompe intencionalmente se le cobraría el doble de la bola que consumió.»

Excelente dice Acid. En la rocola “Periódico de Ayer” De Héctor Lavoe suena a lo que Acid con una sonrisa se da cuenta de quien puso esa canción: «perdone,

¿podría hacerse un lado?» le dice al camarero mientras hace bola un papel que uso para limpiarse sus dedos.

El camarero confundido se hace un lado, «¿Disculpe, para qué?» le pregunta, pero la respuesta es obvia, Acid suelta la bola de papel para agarrar la copa de cerveza y así lanzársela al chico que le dio la cachetada al camarero. La copa vuela y le atina precisamente al oído izquierdo de aquel chico, eso hace que un estallido de cristales saliese entre su cabeza, la sangre se hace presente y los gritos de las chicas es un himno de batalla para Acid ya que agarra otra copa de vidrio y va directo a donde están los acosadores.

VII.

El don del baño me obligo a orinar en el urinario y no en la taza del baño, puto hombre —sabe a lo que voy—, nada de coca en este lugar, eso lo sé por la mirada del señor y lo más incómodo es que ando compartiendo misma sincronización de miada con el pendejo que me andaba verguereando en la rocola y mira que me da mucha risa porque aquel desgraciado que se cree una verga tiene un pito miserable. Mira, te lo puedo pasar si estuviéramos en épocas de frio, que eso si nos afecta como hombres porque se nos hace una madrecita así de chica, pero no mames, este pendejo en verdad lo tiene pequeño. Roxy se cagaría de risa si lo viera, te lo aseguro, pero bueno, no estoy aquí para mirar penes diminutos, no señor: estoy aquí para divertirme y si no me puedo divertir consumiendo mi Coca, me voy a divertir haciendo la vida imposible a aquel cabrón que me saco de las casillas. Miro al techo y respiro profundamente: «Tu mujer está de puta madre, eh.»

El chico solamente se me queda mirando estúpidamente y me dice: «¡¿Ah, vas a estar cagando el palo nuevamente mi ñero?!»

«El vergón» le respondo, sacudiendo mi amiga inseparable. «Te tengo celos, ¿Cómo un pito chico como tú se anda ligando a una chulada de mujer? Es decir, se

la andabas arrime y arrime y pues mira que si yo fuera una mujer sentiría decepción de no sentir nada en mi culo.»

« ¡No me ande faltando al respeto cabrón!» dice, guardándose tímidamente y sin sacudir su pene.

«Uy, no hagas eso carnal, al rato te ardera y va a oler mal.»

« ¡AL CHILE QUE ME ANDA VIENDO HIJO DE TODA SU PUTA MADRE!»

Y de repente escucho mi canción, claro que lo escucho:

“Tu amor es un periódico de Ayer…”

Jerry va a lo suyo, da el primer putazo en la nariz del chico, entre sus nodillos siente como cada parte de su nariz se rompe, el chico no sabe cómo reaccionar ante eso pues pone sus manos directo a su nariz mientras grita de dolor. El don que anda vigilando los baños se hace para atrás, él sabe que no se puede interferir ante eso. Jerry se estira y va directo contra el chico, dándole un puñetazo hacía su abdomen, eso hace que se le salga el aire, después —como todo un maldito desgraciado— lo agarra del cabello para azotarlo contra la pared. «¡PINCHE ROLA LA QUE ESTA SONANDO!» grita Jerry. Viendo la orina fresca que sigue en el urinario, Jerry se le ocurre la maravillosa idea de poner la cara de aquel chico entre los orines frescos. La boca mojada de orines de aquel chico hace que pegue un grito fuerte que es emitido como un eco ante el pedazo de metal que está pegando en la pared. Los ruidos de aquel desgraciado hacen notar que se anda atragantando. Jerry sonríe y le sigue dando golpes en su abdomen para que no cierre su boca y beba un poco de la orina que está en ese lugar.

El oponente de Roxy es un hombre más grande que ella. El hombre se siente confiado ya que esta cien por ciento seguro que en dos segundos mandara a volar a Roxy: «Mira nena, a mí no me gusta pelear, ¿Qué te parece si resolvemos este conflicto con una cogidota?» le pregunta.

«Claro, no estaría mal» dice Roxy mientras se hace una coleta. En la mesa pone su bolso y saca de la misma unos nudillos de acero para ponérselo «solamente que soy algo ruda…» Roxy se avienta directamente hacia donde él esta y como si fuera una pieza de domino, aquel hombre cae al piso para que Roxy solamente se acomode para así golpearlo en la cara. El hombre no pone resistencia ya que al primer golpe dado en su cara se quedó inconsciente, Roxy sabe eso, pero no se queda satisfecha y simplemente le rompe unos dientes con sus nudillos hasta que el mesero del mandil de cruz azul le dice que pare. Roxy tranquiliza su lado psicópata y simplemente se levanta con los nudillos de acero ensangrentados para después sentarse en su silla. Roxy agarra su bola y se la enseña —cansada— al mesero: «para el cansancio» comenta, dándole un último trago.

Dersha la tiene fácil ya que su oponente saca de su pantalón una navaja que usa para asaltar. Dersha solamente se acerca y con un simple hace que su contrincante tiemble de miedo y corra por su vida ya que pensó que Dersha —por el movimiento que hizo tras poner su mano adentro de su saco— iba a sacar una pistola pero es todo lo contrario, simplemente saco su celular para ponerlo en la mesa para que no se rompiera. Dersha piensa que lo que hizo aquel hombre fue un acto de cobardía o una escapada táctica, cualquiera de las dos iba a resultar lo mismo: Dersha sacando su celular para después sacar detrás de su pantalón una pistola.

VIII

Acid no anda peleando, anda jugando. Su contrincante es el mismo que tiene su cabeza llena de sangre por la copa estrellada, aquel chico, con mucha rabia, intenta darle un golpe a Acid pero Acid solamente lo torea, esquivando sus golpes mientras dice: «OLE». Acid sabe que aquel chico ya no puede más y viendo que sus amigos habían acabado con sus contrincantes, lo único que le dice al chico es: «Cámara cabrón, que ya te andas cagando» para después darle un fuerte puñetazo hacia la herida abierta que le hizo por la copa, eso hizo que cayera del dolor.

«¡HIJO DE PUTA!» Grita con dolor el desgraciado, cayendo al piso mientras se retuerce.

Acid —al igual que Roxy– no queda con la satisfacción y con una cara retorcida observa que en la mesa de las chicas hay un pedazo de limón y sin pensarla agarra aquel pedazo para raspar la cortadura que le hizo, un grito agonizante se hace presente entre la cantina y Acid no le interesa eso: «¡Aguántese que le ando curando la herida que se hizo por PENDEJO!» Comenta mientras agarra las manos de su rival y le pone más limón a la herida, el ardor es tanto que hasta el mismo Acid le duele ver lo que está haciendo. Con lágrimas en sus ojos y suplicas en su boca el chico pide que quitaran al desquiciado sin alma que lo anda torturando y eso hizo que Acid se sintiera contento por escuchar decir eso. Acid se levanta para después lanzarle el limón a su cara.

Jerry sale del baño con las manos limpias de todo lo que hizo, observa a sus amigos que también se están divirtiendo y sin pensarlo se une al baile que todo el mundo está bailando. Jerry solamente canta aquella canción que le gusta mucho de Héctor Lavoe «Tu amor es un periódico de ayer…»

Acid mira a Dersha y le sigue el juego, tarareando la canción que no se sabe. Dersha solamente se sienta para tomarse su última bola. Roxy saca de su bolsillo unos cigarros para ponerlos en la mesa, sabe que después de este acto necesita algo con que quitarse las ansias. Jerry llega a la mesa donde están sus amigos e intenta bailar el ritmo de la canción, pero no le sale, Dersha solamente se ríe: «Wey, estas bien pedo» le dice.

«Nah» responde Jerry, «solamente me encanta Héctor Lavoe.»

«Bueno, ¿Y ahora?» pregunta Acid.

«Ahora se tienen que ir de mi cantina» grita un hombre al fondo, es el dueño del lugar, « ¡Ustedes generaron mucha violencia en este lugar, es mejor que salgan ahora mismo si no es que yo les eche a patadas!»

« ¿Y ese pendejo quién es?» dice Dersha.

Un camarero le responde: «Es el dueño del lugar… por favor, háganle caso si quieren venir nuevamente…»

Roxy, Acid y Dersha se quedan callados, Jerry no se inmuta y sigue bailando, —aunque ya no haya música. Acid saca de su cartera varios billetes, igual Roxy. Dersha le deja una propina —quinientos pesos— al camarero para agradecerle sus servicios. Acid y Dersha se salen del bar. Roxy agarra de la mano a Jerry para llevárselo también.

Estando afuera, el grupo se disponen a fumar mientras proponen de una manera despreocupada los lugares que quieren ir después de este pre-copeo. «Que buen pre-copeo» comenta Acid con una sonrisa.

Jerry, que ahora tiene puesto unos lentes de sol circulares, mira la Faena y después saca de su gabardina un paquete de chicles: «Justo cuando empezaba lo divertido nos corren de esta mierda, ¡Jamás regresare a este puto lugar!»

En la salida del lugar, las mismas chicas que fueron acosadas se dirigen hacia el grupo de Jerry y con mucho alivio una de las chicas, —la que le gusto a Jerry— les comenta: «Oigan, muchas gracias por salvarnos.»

«No nos agradezcas señorita, es lo mínimo que podíamos por unas hermosuras como ustedes» responde Jerry, actuando de una manera sobria y pendeja.

Roxy solamente suspira. «Bueno, lo bueno es que ninguna salió lastimada.»

«Y por eso mismo queríamos agradecerles» dice otra chica: «se ven que les gusta la fiesta... ¿No les interesaría acompañarnos a una fiesta que esta por Polanco?»

Jerry y Dersha miran a Acid «No… no, no, no» dice, negando rotundamente algo que desde principio dejo en claro.

Roxy solamente sonríe y les comenta a las chicas: «Bueno… ¿Qué tenemos que llevar?»

«Pues vamos a comprar algo de alcohol» dice Dersha.

Las chicas emocionadas aceptan su petición de comprar más alcohol. Jerry solamente sonríe: «Bueno, sin duda alguna, este lugar si sirve para pre-copear» dice, mirando nuevamente la Faena, dándole un beso de agradecimiento al lugar.

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