Publicación del movimiento Acuerdo Institucional Sanmarquino
Diciembre 2011, Nº 7
Indignación en las universidades ¡Nueva Ley Universitaria!
EDITORIAL
L
a muerte del estudiante de Historia, Portillo Vento, la madrugada del 29 de octubre, en el pabellón de Ciencias Sociales de la Universidad de San Marcos, luego de una verbena musical con abundante licor, seguramente preocupa a los sanmarquinos; por eso les hemos dado la palabra aquí para que los propios alumnos se expresen. El proyecto del congresista Jorge Rimacharín, presentado al Congreso de la República en setiembre pasado, para modificar el sistema de elección de autoridades, se fundamenta en la deplorable situación de 11 universidades públicas, desafortunadamente encabezadas por San Marcos, a las cuáles ahora se pueden agregar otras más. Por eso hemos invitado a docentes de varias universidades del país a presentar sus puntos de vista y confrontar sus coincidencias y discrepancias. Igualmente publicamos una suerte de manifiesto de los “indignados” de San Marcos y de la Pedro Ruiz Gallo. Esta situación crítica hace necesaria, según todos ellos, la promulgación de una nueva ley universitaria.
En las últimas semanas se han desarrollado, el simposio “¿A dónde va la universidad peruana?” en la Ruiz de Montoya, y en el Aula Magna de la Universidad Católica, el evento con el tema “Universidad, empresa y desarrollo”. Se confirmó, en el primero, la multiplicación de universidades, las dificultades para detener este proceso y para asegurar la calidad de las existentes. Se indicó que se investigaba en algunas de ellas, pero muy poco en general. Se reconoció la diversidad de modelos y las dificultades que atraviesan las públicas. Casi todos reconocieron que una nueva ley universitaria es una necesidad apremiante. La presencia, en este evento, del congresista Sergio Tejada, responsable de un proyecto de nueva ley universitaria, fue alentadora; por eso le hemos hecho una entrevista a nombre del periódico. Nos llamó la atención en el Aula Magna, que el Ing. Ricardo Briceño, ex presidente de CONFIEP, reclamara una relación creativa entre empresariado y academia. Indicó que las
inversiones empresariales en la universidad deberían mejorar la calidad de los productos que ofrecen; pero expresó sus dudas cuando los empresarios intervienen directamente en la educación superior para hacer negocio. Por otro lado, el 16 pasado, los cuatro empresarios más grandes del país, lanzaron la Universidad de Ingeniería & Tecnología – UTEC, como una moderna propuesta educativa. Eduardo Hochschild, importante empresario minero, presidente del Consejo Directivo, dijo: “Esta universidad nace con grandes ambiciones. La tecnología avanza tanto que las universidades tradicionales se están quedando”. Imaginamos que se refirió a privadas como la PUCP, USMP, UP y UL, aunque las 5 especialidades que anuncian estarán en abierta competencia con las ofrecidas por algunas públicas, como San Marcos y la UNI. Nos preguntamos si ahora se inicia una nueva etapa en la universidad privada con la intervención directa del gran capital peruano. ¿Será con
la finalidad altruista de formar los profesionales que sus empresas y el país requieren? No lo sabemos en realidad. Ellos se asocian y enfrentan el desafío de construir una nueva universidad. Por otro lado, en las universidades públicas, ante la sensación de abandono, docentes y estudiantes, reaccionan con la “indignación”; otros, como en la UNSCH, asumen el cambio en sus manos y el 5 de diciembre eligen a sus autoridades a través del voto universal. ¿Cuál es el otro camino? Una mayor presencia del Estado, por supuesto. Pero, como lo indica el mismo congresista Tejada, el lobby de las universidades empresa detiene cualquier esfuerzo legislativo que busque modificar la actual ley universitaria. Entonces, lo que deberíamos pedir a los zares de la educación es juego limpio y al Congreso, que legisle para que las universidades públicas recuperen su calidad y competitividad. Otros países lo han hecho, Brasil, Chile y México. ¿Por qué sería imposible hacerlo en nuestro país?