El Trabajador de Farmacia 92

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A単o 28 - Nro. 92 - Marzo 2013

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ALFREDO LUIS

FERRARESI Un grande en la historia de los empleados de Farmacia y del Movimiento Obrero Argentino

HISTORIA LUCHAS LEGADO


ARTE

RICARDO CARPANI (AFICHE)

SUPLEMENTO ESPECIAL LASMUJERESQUEHICIERONHISTORIA


Alfredo Ferraresi Un hombre imprescindible “Hay hombres que luchan un día y son buenos, otros luchan un año y son mejores, hay quienes luchan muchos años y son muy buenos, pero están los que luchan toda la vida, y esos son los imprescindibles”. Ferraresi era un imprescindible. Cuando lo conocí, hace más de treinta años, él llevaba más de treinta luchando por los derechos de los trabajadores de Farmacia y había transitado un largo camino de militancia en el campo nacional y popular. Ya había pasado por las dramáticas experiencias de la cárcel, la clandestinidad y las persecuciones. Era entonces, un prestigioso dirigente, reconocido en todo el país y en el ámbito internacional. Yo, apenas era un joven de 18 años, que intentaba hacer lo mejor posible por mis compañeros de la Farmacia Almagro SCS y por resistir los embates de la dictadura cívico-militar que asolaba a nuestro país. No obstante las diferencias de edad, jerarquía, prestigio y trayectoria, Alfredo Ferraresi me recibió y me trató como a un igual. Me escuchó y me prestó todo el apoyo que necesitaba para incorporarme a la lucha reivindicativa y para estar a la altura política que la situación demandaba. Ese primer encuentro con Alfredo se produjo en octubre de 1981 y, desde entonces, la vida me regaló el privilegio de su amistad y la oportunidad de aprender a su lado cómo se lucha por la defensa irrestricta de los derechos de los trabajadores. Porque Ferraresi era un ejemplo vivo de lucha, de solidaridad y de unidad. Ocupaba la primera fila cuando había que jugarse, compartía todo lo que tenía con quien lo necesitara y allanaba todos los caminos para consagrar la unidad. Quienes tuvimos el honor de trabajar a su lado, somos testigos de la humildad de un dirigente que compartió escenarios con grandes líderes sindicales, con políticos encumbrados, con cancilleres y presidentes de muchos países, y que fuera recibido hasta por el Papa Juan Pablo II. Porque Ferraresi “no se la creía”, era una persona sencilla y maravillosa, con vocación de servicio que privilegiaba el bienestar general de los trabajadores y de su pueblo. Por eso dejó este mundo como un hombre honrado, respetado, querido y admirado.

Editorial

ara definir a Alfredo Ferraresi no se nos ocurre una frase más ajustada que la del escritor alemán Bertolt Brecht:

En nuestro gremio, Alfredo fue un garante de las banderas históricas, las mismas que inscribieron al Sindicato de Farmacia en la epopeya de las luchas obreras durante más de un siglo. Y nos deja como herencia el compromiso de velar por la continuidad de esa línea de acción que convirtió a nuestra ADEF en sinónimo de sindicato con honra. Conscientes de la enorme responsabilidad que esa tarea supone, la asumimos con firmeza y convicción, inspirados en el ejemplo de nuestro Secretario General. Compañero Alfredo Ferraresi: ¡Hasta la Victoria Siempre!

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Conmoción y gran repercusión n horas de la noche del sábado 2 de marzo, la noticia comenzó a circular entre compañeros y amigos, ¡Alfredo, el querido Alfredo Ferraresi había abandonado definitivamente estas tierras. El compañero de luchas, el amigo de desventuras, el dirigente afable, sencillo y sabio decidió descansar para siempre, dejándonos el recuerdo imborrable de su paso por la vida. La Comisión directiva de A.D.E.F. y su familia, decidieron que el velatorio se realizara en la sede de nuestro sindicato, el segundo domicilio de Alfredo durante más de 50 años. Así se hizo, y fue conmovedor observar durante toda la jornada del día domingo y la mañana del lunes la enorme concurrencia de amigos y compañeros de todos los sectores políticos, gremiales y del quehacer nacional desfilando en una jornada interminable pero llena de calidez humana, solidaridad y pasión, tal como fue la vida y la trayectoria de nuestro Secretario General. La calle cortada, las coronas cubriendo toda la cuadra en doble fila, los anónimos compañeros acercándose a besar humildemente la frente de su amigo. Los funcionarios nacionales saludando conmovidos a la familia y los directivos y la multitud que se renovaba continuamente en la calle y en las instalaciones de nuestra Asociación, que quedaba desbordada continuamente por los presentes. Imposible no estar triste, pero inevitablemente brotaba la sonrisa al recordar las miles de anécdotas que surcaron la vida de Alfredo. Historias de lucha, de cárcel, de plenarios, congresos, agrupamientos

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gremiales y políticos y siempre la bondad, la generosidad solidaria y la broma sencilla expresada en sus palabras justas y nobles. ¿Alguien vió alguna vez a Alfredo enojado?, preguntaba alguien?, ¿Vos sabés si alguna vez Alfredo le negó el sindicato a alguien para un acto? preguntaba otro, y el ¡no! brotaba inmediatamente. Firme en sus principios pero gentil en sus gestos y palabras, Alfredo Ferraresi dejó muchas enseñanzas: La probidad para administrar el sindicato, la generosidad para enseñar y explicar la resolución de los conflictos, el compañerismo como método de trabajo. Estas características quedarán para siempre grabadas en la formación de los nuevos dirigentes de la Asociación de Empleados de Farmacia, esos que Alfredo se ocupó de impulsar durante las dos últimas décadas. En los últimos años nos asombró la enorme capacidad para comunicarse con los jóvenes, quienes encontraron en él un dirigente honesto, “buena onda”, con quien dialogar y preguntar a sabiendas que jamás encontrarían como respuesta la soberbia ni la autoreferenciación. La construcción colectiva fue la caracterítica de dirigente de Alfredo durante toda su vida; fue su sello inconfundible y los jóvenes, tan sensibles y desconfiados compartieron con él cientos de actividades. Nos dejó Alfredo Ferraresi, un imprescindible, un irremplazable, un ejemplo para las nuevas generaciones y un amigo cuyo recuerdo nos acompañará para siempre. ¡Hasta la victoria siempre, compañero Ferraresi!


Presencias

La Sra. Presidenta de la Naci贸n se comunic贸 telef贸nicamente con Jorge Ferraresi para brindarle sus condolencias a la familia, al tiempo que llegaba su corona, la primera de todas.

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Alfredo Ferraresi Militante incondicional de mil batallas 6


lfredo Luis Ferraresi nació el 10 de marzo de 1932 en La Boca, barrio obrero y cuna de movimientos anarquistas y socialistas en las primeras décadas del siglo XX. Siendo adolescente, fue testigo de los sucesos del “17 de Octubre”. Aquel día, su barrio fue atravesado por decenas de miles de trabajadores provenientes del Sur del conurbano que se dirigían a Plaza de Mayo a exigir la liberación de Juan Domingo Perón. A pedido de su padre, Alfredo salió a la calle para verificar lo que transmitía la radio y quedó sorprendido al ver, desde el puente viejo de La Boca, la marea humana que cruzaba el riachuelo. Muchas personas lo hacían nadando. Esa epopeya lo marcó para siempre. Poco después, falleció su padre, razón por la que abandonó el colegio industrial e ingresó a trabajar en la Farmacia Cánepa, contando con 13 años para ayudar “a parar la olla” de su casa. Alfredo nos ha contado que, de todas las tareas que desempeñó como empleado de esa farmacia, la que más le agradaba era la de llevarle remedios a Evita a la Casa de Gobierno. Nos relataba que sus vecinos de La Boca le daban cartitas dirigidas a Evita solicitando máquinas de coser, trabajo, y hasta viviendas. Ferraresi se las entregaba en mano y fue testigo de las respuestas y las soluciones que “la abanderada de los humildes” les daba. El dueño de la Farmacia Cánepa era Amadeo Barrios, un hombre que hizo un culto de la solidaridad en una época brava como la de la Década Infame. En su farmacia trabajaban directivos del Sindicato como Domingo Blade, Manuel Gardella y Simón Papagno, quienes además de desarrollar una lucha reivindicativa ejemplar, habían trabajado para ayudar a los republicanos españoles que se batieron en las trincheras de la Guerra Civil contra los falangistas reaccionarios. El Sindicato colectó fondos y envió a España a dos compañeros (Roberto Fierro y Jesús Castilla) a combatir por la República. También envió una ambulancia y una máquina para fabricar medicamentos. El ambiente de la Farmacia Cánepa, donde Alfredo ingresó el 2 de enero de 1946, fue fundamental en la formación de su conciencia política. En su segundo día de trabajo, el propietario de la farmacia llamó a dos de sus empleados y les sugirió que llevaran a Ferraresi al sindicato, que lo afiliaran y lo inscribieran en los cursos de capacitación profesional.

En abril del mismo año realizó el curso de capacitación en el Laboratorio Escuela de la sede de la calle Victoria, e impulsó la afiliación al sindicato de otros cadetes de farmacias. El éxito de esa iniciativa generó la formación de la Comisión Juvenil del Sindicato. Ferraresi fue testigo de la fundación de la Federación Nacional, que se concretó en 1946, cuando, además, se logró el primer Convenio Colectivo de Trabajo. En julio de 1949, el sindicato compró el inmueble de Rincón 1044, que sería la sede del gremio y se transformaría en la segunda casa de Alfredo hasta sus últimos días. La “Década Peronista” fue para Ferraresi uno de los períodos más felices de su vida. Años en que fue creciendo y viendo cómo se realizaba el proyecto nacional, popular, anti imperialista y democrático que encabezaba el presidente Perón. Militando en su gremio y apoyando al gobierno, Alfredo había encontrado “su misión en la vida”. Era un joven humilde, sólo con instrucción primaria, que estaba participando de un proceso histórico sin igual en la Argentina. Lamentablemente, esa etapa tuvo su trágico final en septiembre de 1955. El golpe militar que derrocó a Perón se llevó a cabo para modificar y destruir todo lo hecho durante 10 años de gobierno peronista. La economía nacional, la dignidad de país soberano y toda la acción tendiente a instaurar la justicia social fueron atacadas impiadosamente por el nuevo gobierno. Había que comenzar la entrega del país y escarmentar al pueblo que se atrevió a llevar adelante un proceso nacional. Con ese objetivo, la dictadura desató una represión feroz y puso en la mira a las organizaciones gremiales que eran el sostén de la organización popular y así fue que procedió a intervenirlas, saquearlas y encarcelar a sus dirigentes. La finalidad del gobierno consistió en el exterminio del peronismo como expresión política y el sometimiento de la clase trabajadora. Para ello se prohibió la exhibición y exteriorización de los símbolos peronistas, se encarceló a miles de militantes, se llevó

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a las fuerzas armadas a las fábricas para presionar a los trabajadores, se anularon comisiones internas y cuerpos de delegados, además de implementar despidos, suspensiones, cambios de sistemas de trabajo, pérdidas de conquistas y beneficios. El hostigamiento político alcanzó su mayor grado de expresión con los bombardeos a la Plaza de Mayo en junio de 1955 y posteriormente con los fusilamientos de junio de 1956 con los que reprimió a los participantes del levantamiento patriótico encabezado por el General Valle. Un par de años más tarde se impuso el Plan Conintes (conmoción interna) que suspendía las garantías personales, imponía el Estado de sitio y la facultad de detener arbitrariamente a los ciudadanos. A esta impiadosa represión, el pueblo le opuso su decidida acción; a las marchas, movilizaciones y barricadas le sumó la huelga y la toma de establecimientos, junto con el sabotaje y las bombas, los atentados y el enfrentamiento en todo lugar donde se dieran las circunstancias. En las calles y en las fábricas miles de trabajadores producían diariamente actos de rebeldía que ponían en jaque la acción del gobierno. Era la Resistencia Peronista que reproducía miles y miles de nuevos combatientes contra el proyecto antinacional. Alfredo Ferraresi se destacaría en ese enorme contingente. Son horas que conmueven al gremio, el encarcelamiento de

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muchos de los dirigentes de ADEF, la deserción de otros y la intervención del sindicato por parte del gobierno militar, provocan una reestructuración interna que da espacio al surgimiento de Jorge Di Pascuale, quien dejará en el ámbito sindical argentino una huella imperecedera en la historia del Movimiento Obrero Nacional. En este marco se da, recién en 1957, la convocatoria a elecciones en el Sindicato de Empleados de Farmacia. Se realizaron 3 actos electorales consecutivos (ya que la intervención se negaba a entregar el gremio a los vencedores), y en ellos se impone la Agrupación “22 de diciembre” - Lista Blanca, fundada por Jorge Di Pascuale, Alfredo L. Ferraresi, Horacio Mujica, José Manuel Azcurra y Horacio Cincualbres, entre otros. A partir de entonces, Di Pascuale se convierte en Secretario General. En lo interno comienza a consolidar el gremio y a organizarlo sólidamente. Hacia afuera, el sindicato participa en 1957 del histórico congreso de La Falda, donde el Movimiento Obrero elabora un programa revolucionario para enfrentar la crisis nacional, además, funda la “Intersindical” con el objetivo de arrancarle al gobierno la normalización de los gremios intervenidos hasta que se crean las “62 organizaciones peronistas” y Di Pascuale integra la mesa directiva de esa nueva instancia de organización peronista.


Alfredo Ferraresi

En enero de 1959 cumple una destacada acción en la toma del frigorífico nacional Lisandro de la Torre, donde nueve mil trabajadores acompañan a Sebastián Borro enfrentando las tanquetas militares y protagonizando una de las más grandes gestas de la resistencia peronista. Jorge Di Pascuale, Amado Olmos, Juan J. Jonch de telefónicos y Borro por la CAME, ya mantenían una fuerte disputa con el sector de Augusto Vandor. La propia sede del Sindicato de Farmacia se fue convirtiendo en una usina generadora de lucha y organización. Allí se fundan y crean agrupaciones de base, comisiones de ayuda a los presos Conintes y la propia Juventud Peronista. Así se entabla una inquebrantable amistad con “Cacho” El Kadri, Carlos Caride, Jorge Rulli, Gustavo Rearte, Susana Valle y Felipe Vallese, además de quienes llevaban sobre sus espaldas la responsabilidad mayor de la lucha de esos años: Andrés Framini, John William Cooke, Julio Troxler, Bernardo Alberte y muchos más. Las importantes responsabilidades que fue asumiendo Di Pascuale y el encarcelamiento sufrido por José Azcurra por más de tres años, hicieron que Ferraresi y Mujica cobraran un gran protagonismo al frente del gremio. La tarea sindical y política era prolífica y el Sindicato llegó a sufrir diez allanamientos en el término de un mes, además de vigilancia permanente. En 1962, Di Pascuale fue nominado por el Movimiento Obrero para viajar a Madrid a reunirse con Perón, a efectos de preparar la participación en las elecciones previstas para el 18 de marzo. En esa ocasión fue propuesto como candidato a diputado nacional en Capital Federal, resultando ser el más votado del peronismo (la elección era de tipo nominal). En la provincia de Buenos Aires, Framini fue elegido gobernador, resultado que no fue aceptado por los militares, quienes al poco tiempo dieron un nuevo golpe de Estado.

Militante incondicional de mil batallas

Ese año, se llevó a cabo el Plenario de Huerta Grande, donde el Movimiento Obrero produjo un nuevo programa revolucionario de gobierno. Poco después, Di Pascuale fue nombrado Secretario del Consejo Coordinador Superior del Peronismo. En el mes de agosto fue detenido acusado de subversión, por lo que otra vez Ferraresi y Mujica tuvieron que liderar el sindicato. Ferraresi se concentra en la tarea de fortalecer la Federación Nacional, mientras que Mujica se aboca con mucha energía a la conducción del Sindicato. Di Pascuale, luego de ser liberado, reasume sus grandes responsabilidades en el Movimiento Nacional, donde el combativo gremio de Farmacia era considerado la vanguardia de la “línea dura”.

“ ” Alfredo Ferraresi, fue un héroe de la resistencia peronista y alguien que en los momentos más difíciles nunca dudó en poner el cuerpo para pelear por el proyecto nacional.

Juan Manuel Abal Medina

Jefe de Gabinete de la Nación.

El protagonismo del Sindicato de Farmacia a nivel nacional tiene su costo. El entonces ministro de Trabajo del gobierno radical suspendió la Personería de ADEF durante un año y medio. A pesar de ello, el gremio siguió las tratativas por la renovación del Convenio Colectivo de Trabajo. También se logró estructurar un sistema de salud para los compañeros trabajadores de Farmacia. Poco después, a iniciativa del gremio, el Ministro de Salud, Arturo Oñativia, logra imponer la Ley de Medicamentos que congela los precios de los remedios por dos años. Esta Ley fue resistida por los grandes Laboratorios pero celebrada por los trabajadores y el pueblo en general.

En esa época, Di Pascuale viajó a España y se entrevistó con Perón quien lo designó como su Delegado personal. Luego Di Pascuale viajó a Cuba y mantuvo extensas conversaciones con Ernesto Che Guevara. En 1964, Di Pascuale vuelve a Madrid para plegarse a la Operación Retorno y es allí donde se manifiestan abiertamente sus divergencias con dirigentes vandoristas y otros personajes del entorno de Perón que solapadamente saboteaban el operativo. Al decir de Ferraresi: “La base de nuestra acción era la lucha contra el imperialismo, la defensa de nuestras conquistas sociales y el retorno de nuestro líder al poder”.

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Por ese entonces se fundó la agrupación política “Lealtad y Soberanía” que condujeron Jorge Di Pascuale y Alfredo Carballeda y que en sus primeras líneas integraron Mujica, Ferraresi, Enrique Martínez, Víctor Waisman y Rodolfo Fernández, entre otros. El comienzo de la década encuentra a Jorge Di Pascuale en pleno desarrollo y construcción del Peronismo Revolucionario, apoyando el accionar de las organizaciones especiales, como las llamó Perón, y apuntalando un nuevo sindicalismo del cual fue mentor: Sindicalismo de Liberación. Alejado de las estructuras entreguistas del Partido, mantuvo su identidad, rescatando el rol histórico del Movimiento, su proyecto revolucionario y la necesidad del retorno de Perón para ponerse al frente de esa revolución.

En junio de 1966, el general Onganía asesta el golpe de Estado. El Peronismo Combativo estaba de pie para darle batalla y continuar la lucha. En tanto, un sector importante del sindicalismo burocrático recibía con pleitesía al nuevo dictador. Las condiciones en que se desarrollaba la resistencia popular se tornaron más difíciles. La represión a los militantes combativos se endureció. A pesar de ello, en la sede de ADEF, la militancia del Peronismo Combativo no bajó su intensidad. Allí se imprimió el primer número de “Trinchera”, la publicación Oficial de la Juventud Peronista. En marzo de 1968, se convocó el Congreso Normalizador de la CGT en el que Ferraresi participó como representante de la Federación Nacional y Di Pascuale como representante de ADEF. Las diferencias manifiestas con los sectores del sindicalismo “colaboracionista”, que se retiraron del Congreso, produjo la creación de la “CGT de los Argentinos”, encabezada por Raimundo Ongaro. En esa organización, Ferraresi adquirió un destacado protagonismo y entabló amistad con compañeros de la talla de Rodolfo Walsh, Ricardo Carpani, Eduardo Luis Duhalde, Rodolfo Ortega Peña, el Padre Mujica, Juan José Hernández Arregui y Norberto Galasso, entre otros. Cuando llegaron los sucesos del Cordobazo, Rosariazo, etc., los dirigentes de Farmacia tuvieron gran protagonismo. Poco después, cuando se realizó el paro nacional del 1º de julio, el gobierno decretó la intervención del sindicato de Farmacia y detuvo a varios de sus principales dirigentes. Di Pascuale y Ferraresi fueron trasladados a la cárcel de Devoto junto a Carballeda y Sebastián Borro. En este período, Horacio Mujica cumplió una labor sensacional organizando un sindicato paralelo que funcionó clandestinamente en la calle Piedras 855. A fines del mes de setiembre, Ferraresi y Di Pascuale recobraron la libertad, aunque éste último volvió a ser detenido por haber firmado una solicitada contra el gobierno. En abril de 1970, el Ministerio de Trabajo permitió convocar a elecciones para normalizar el sindicato, luego del rotundo fracaso de la intervención, frente al vacío que le hicieron los trabajadores liderados por Mujica.

Es que por entonces, Di Pascuale, con otros compañeros que expresaban la más alta conciencia política y el grado mayor de compromiso con las luchas de nuestro pueblo, crearon el Peronismo de Base, organización nacional que se propuso desarrollar una instancia organizativa por fuera del Partido Justicialista, con el objetivo de contener la expresión combativa de los trabajadores y apoyar a los sectores que proponían una salida revolucionaria. El 11 de marzo de 1973, el triunfo de Héctor Cámpora fue festejado por todo el pueblo peronista. Gracias a ese desenlace político, se logró la libertad de miles compañeros presos desde hacía años. El 25 de mayo, Ferraresi y Di Pascuale fueron a la cárcel de Devoto a fundirse en abrazos con los compañeros liberados ese día. A partir de entonces, la lucha se dirigió a la construcción de una alternativa organizativa independiente, que les permitiera a los trabajadores no sólo enfrentar al sistema de dominación y explotación, sino también a la burocracia política y sindical que le servía complacientemente. Pocos días después del fallecimiento del Presidente Juan Domingo Perón, el escritor, abogado, historiador, diputado nacional y gran amigo de Ferraresi y

Mi viejo siempre nos remarcaba que todas esas cosas por las que su generación luchó en los 70 son las políticas públicas que este gobierno concreta, y por eso a pesar de su edad seguía muy entusiasmado con su trabajo”...“Papá deja un legado de militancia y compromiso con este modelo nacional y popular, y con las reivindicaciones históricas del movimiento obrero argentino”. “Yo sabía que papá se iba a morir un sábado, porque él siempre dijo que no había que perder un lunes de trabajo; él siempre estaba intentando transformar la realidad y creo que eso es lo que reconocen todos los que hoy vinieron a despedirlo.

Ing. Jorge Ferraresi Hijo de Alfredo e intendente de Avellaneda

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Alfredo Ferraresi

del Sindicato de Farmacia, Rodolfo Ortega Peña, fue asesinado en las calles de Buenos Aires, por la Triple A, en lo que significó el comienzo de una escalada que ya no se detendría más para hacer desaparecer a los dirigentes identificados con las luchas populares. Esos años de “isabelismo” quedan para otro análisis y otro relato, lo cierto es que la represión asolaba las calles y las organizaciones y luchadores sociales eran sus principales víctimas. El desgobierno -producto de la propia incapacidad y de la acción lenta y sistemática de la derecha golpista- fue creando las condiciones para el golpe militar genocida y asesino que vendría a asolar y saquear al país. El fin de la democracia argentina ya estaba decidido. Mientras tanto, el líder natural e indiscutido del gremio de Farmacia, Jorge Di Pascuale, amenazado de muerte como estaba, padecía su exilio en Venezuela, trabajando humildemente y sufriendo a la distancia. La decisión de abandonar el país, única opción para salvar su vida, la habían adoptado sus compañeros. Él la acató a regañadientes y tras un breve período en el hermano país, regresó a la Argentina para sumarse a la lucha contra la dictadura. El 24 de marzo de 1976, un nuevo golpe militar, que implantará la Doctrina de la Seguridad Nacional, nos hará soportar la etapa más negra de nuestra historia. El 30 de setiembre, fue detenido y desaparecido José María Mujica, colaborador del sindicato de Farmacia y hermano de Horacio Mujica. El 28 de diciembre del mismo año, el gremio sufrió el secuestro y desaparición de su Secretario General, Jorge Di Pascuale. Alfredo Ferraresi, José M. Azcurra, Horacio Mujica, Juan Longo y Carlos Ballejo pactaron un compromiso para continuar la lucha, más allá de los riesgos que hubiera que afrontar en plena época de Terrorismo de Estado. En esos primeros años de dictadura, la actividad se concentró en reclamar en todos los foros, y hasta frente a los militares, la aparición con vida de Jorge Di Pascuale y demás compañeros detenidos desaparecidos. Alfredo Carballeda fue fundamental en esta tarea. Con el sindicato intervenido y en medio de la terrible represión, se produce otro hecho que conmueve a todo el gremio: el 8 de agosto de 1977, cuando salía de asistir de los cursos de Farmacia en el Hospital Posadas, de Haedo, fue secuestrada y desaparecida Dora Gambone, delegada de la Farmacia Roma. Poco después, es secuestrado el compañero Roberto Ozorio, del Sindicato de Farmacia de San Rafael, Mendoza. A su vez, en mayo de 1979, fue secuestrada la

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compañera Graciela Beitone, empleada de la Farmacia Gastronómica de Capital Federal. A partir de 1979, se inicia la acción internacional de ADEF aportando su presencia en el CCAS, CLAT, FETRALCOS, F.M.E. y C.M.T. lo que dará comienzo a los programas de formación de cuadros en el país y en el exterior. Durante el mismo año, el sindicato de Farmacia se integró al Grupo de “los 25” siendo uno de los organizadores del histórico primer paro a la dictadura militar, realizado el 27 de abril, donde fueron detenidos gran cantidad de dirigentes. En 1980, el gremio se integró a la CGT Brasil, organización verdaderamente representativa de los trabajadores, conducida por Saúl Ubaldini. Para 1982, este sector sindical ya estaba en condiciones de plantear una resistencia más abierta y masiva contra la dictadura. El 30 de marzo, un paro nacional y una enorme movilización popular convocada por la CGT Brasil en la Plaza de Mayo fue reprimida violentamente y provocó cientos de heridos y detenidos. En el mes de agosto de 1982, el gremio de Farmacia participó en Venezuela de la fundación de la Federación Latinoamericana de Trabajadores del Comercio, Oficinas y Servicios, (FETRALCOS), siendo electo el compañero Horacio Mujica como Vicepresidente y Alfredo Ferraresi como Secretario Ejecutivo para el cono Sur. El 13 de agosto de 1983, se llevaron a cabo las elecciones en ADEF. Fue un momento muy difícil y conmovedor puesto que había que suplantar en la Secretaría General a un héroe como Jorge Di Pascuale. Ninguno de los dirigentes históricos quería aceptar esa distinción, hasta que luego de largas deliberaciones, resolvieron que Horacio Mujica fuera el nuevo Secretario General y Alfredo Ferraresi, el Secretario General Adjunto. Al mismo tiempo, la Agrupación Lealtad y Soberanía sale a la luz, dejando la clandestinidad para realizar una tarea social y cultural en ámbitos populares, por lo que se crea el Centro de Estudios Leopoldo Marechal. Ese mismo año, ADEF participó de la convocatoria al Congreso de la Militancia Peronista, en Villa María, Córdoba, junto a los compañeros Germán Abdala, Chacho Álvarez, Luis Brunatti, José Ramos, Víctor De Genaro y Pepe Azcurra. Luego de la derrota electoral del Partido Justicialista en las elecciones nacionales, el sindicato de Farmacia impulsó

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un nuevo Congreso de la Militancia que se llevó a cabo en la ciudad de Paraná, Entre Ríos, en la que participó una multitud de dirigentes políticos y sindicales. En la ocasión, se discutió sobre la necesidad de construir una nueva opción dentro del Movimiento Peronista que contribuyera a poner en marcha el sentido histórico del peronismo. Entre los impulsores de estas iniciativas estaban Alfredo Ferraresi, Horacio Mujica, Chacho Álvarez, Conde Ramos, Chacho Contesti, Rodolfo Fernández y Amilcar Fidanza, entre otros. Ya iniciado el año 1984, con el Dr. Raúl Alfonsín en la presidencia de la Nación, la ADEF dirigió sus primeras acciones a exigir el paradero de Jorge Di Pascuale, de José Mujica, de Dora Gambone y de otros compañeros desaparecidos, para lo cual se realizó una entrevista con el Sub Secretario del Interior, y denuncias ante la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (CONADEP). Ese mismo año 1984, ADEF participó en el Congreso de la Federación Mundial de Empleados, en Holanda, y el compañero Horacio Mujica pasó a ocupar la Vicepresidencia de la entidad. Mientras que en enero de 1985, Alfredo Ferraresi fue designado por el sindicato para representarlo en un Seminario sobre la enseñanza social de la iglesia y el mundo del trabajo en América Latina, que se desarrolló en Caracas, Venezuela. Del evento participaron más de cien obispos, sacerdotes y dirigentes sociales de toda la región. Allí Alfredo Ferraresi fue elegido para integrar la Comisión de relaciones con el Papa. El 28 de enero, asistió con gran emoción al encuentro con Juan Pablo II en la Catedral de Caracas. Ese año, en lo interno, se logra desbaratar un proyecto de ley impulsado por el Colegio de Farmacia y Bioquímica de Buenos Aires, que pone en riesgo las fuentes de trabajo. Así como se afianzaba la presencia de ADEF y de la Federación en el plano internacional, en lo interno, el gremio luchaba por su paritaria y participaba activamente de todas las acciones impulsadas por la CGT.

Ha muerto un gran compañero, un militante incondicional de la causa del pueblo: Alfredo Ferraresi, histórico Secretario General del sindicato de Farmacia ADEF, luchador de la resistencia peronista junto a su compañero, Jorge Di Pascuale. Se puede afirmar sin margen de error, que Alfredo fue un puntal del sindicalismo combativo Argentino que participó de la experiencia de la CGT de los Argentinos a fines de la década de 1960.

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El año 1986 fue de gran intensidad para los dirigentes de Farmacia. A los reclamos permanentes de aparición con vida de Jorge Di Pascuale, a la defensa de las reivindicaciones de los trabajadores de farmacia, a las medidas de fuerza impulsadas por la CGT conducida por Ubaldini, como la del paro nacional efectuado el 24 de enero, se fueron sumando otras actividades importantes. La adquisición del predio de Rincón 1040, lindante a la sede de ADEF, para ampliar las instalaciones del gremio y de la Obra Social. El viaje de Ferraresi al Paraguay para participar solidariamente con los trabajadores de ese país en el acto conmemorativo del 1º de Mayo. Ese evento, del que participaron más de 4.000 trabajadores, fue duramente reprimido por la policía paraguaya. Ferraresi recibió bastonazos y cachiporrazos y para retornar al país, tuvo que solicitar la intervención de la Embajada argentina en Asunción. En junio, Ferraresi y Azcurra, en representación del gremio, fueron designados para viajar a Cuba. Alfredo contaba esa experiencia con mucha alegría y como algo vivificante. El 9 de agosto de 1986, se llevaron a cabo las elecciones en ADEF, en las que volvió a triunfar la Lista Blanca de la Agrupación 22 de Diciembre. Horacio Mujica fue elegido Secretario General; Alfredo Ferraresi, Secretario General Adjunto. En concordancia con el Año Internacional de la Paz, Ferraresi fue designado para integrar la Comisión Sindical del Consejo Argentino de la Paz. En 1987, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires, que encabezaba Antonio Cafiero, designa al compañero Mujica, Director Provincial Ejecutivo de la Subsecretaría de Trabajo, cargo que ocupará hasta el 30 de marzo de 1989. Ferraresi siempre destacaba la grandeza de Mujica, “quien realizó una labor brillante al frente de esa gestión y renunció a toda remuneración del Estado, a la vez que desarrollaba sus tareas en ADEF y en la Federación Nacional”.

Alfredo encaró un sindicalismo de liberación con posición política clara. Amigo de John William Cooke, se sintió atraído por su reformulación política para pensar al peronismo en el marco de la transformación política y social. Luchó frente a la dictadura y desde 2003 apoyó a Néstor y Cristina Fernández de Kirchner en la recuperación del país, hundido en la niebla del neoliberalismo. Su sindicato fue siempre una casa de puertas abiertas para los necesitados, las gestas

históricas. Era el compañero que recibía a los jóvenes militantes en su gremio para facilitar papel y elementos para hacer un volante. Su ideario queda con nosotros, como bandera, como ejemplo, como bálsamo creador al momento de perderlo y tenerlo definitivamente como un luchador sin pausas de la causa nacional de la Patria Grande.

Alejandro Claudio Tarruella

Jefe de Gabinete de la Nación.


Alfredo Ferraresi

Mientras el debilitamiento del gobierno radical de Raúl Alfonsín posibilitaba el triunfo del PJ en las elecciones nacionales, encabezado por Carlos Menem. Pero a poco de asumir Carlos Menem a la presidencia comenzaron los cortocircuitos con la CGT. El 12 de agosto, se llevaron a cabo las elecciones en ADEF. En esa oportunidad se presentaron 2 listas. Por un lado, la histórica Lista Blanca – Agrupación 22 de Diciembre, y por otro, una lista conformada por algunos ex miembros de la Comisión Directiva. El triunfo rotundo de la Lista Blanca consagró a Horacio Mujica como Secretario General, a Ferraresi como Secretario General Adjunto, a Carlos Ballejo como Tesorero, a Víctor Carricarte como Pro Tesorero, y a Pepe Azcurra como Secretario Gremial y de Acción Social.

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Cavallo señalaba el comienzo de la profundización del modelo. En este contexto, el gremio de Farmacia permaneció fiel a la CGT combativa, a pesar de que ya Saúl Ubaldini, estaba aislado y debilitado. Recién el 9 de noviembre de 1992 se llevaría a cabo el primer paro de la CGT al gobierno de Menem, con una adhesión estimada en un 90 por ciento. En 1993, luego de mucho esfuerzo, se pone en funcionamiento la Escuela de Formación Profesional N°26 de ADEF, iniciando los cursos de Auxiliar de Farmacia, de Legislación Laboral, de Computación e Idiomas, de Auxiliar de cuidados de Adultos Mayores, uno de los sueños de Ferraresi. En tanto ADEF continúa desarrollando una presencia activa en las organizaciones internacionales que integran. Se participa sin descanso en los eventos realizados en diferentes países por la FETRALCOS, la FME, la CLAT, la CMT, entre otras. Cuando en enero de 1994 la CGT suspende el paro previsto contra la política del gobierno menemista, algunos gremios pegaron el portazo y se retiraron de la CGT. Esta acción marcó el nacimiento del Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA). Puntal de la lucha contra el neoliberalismo. La reunión fundante se llevó a cabo en el Salón “Eva Perón” de la UTA, el 1º de febrero de 1994. El protagonismo de Horacio Mujica, Pepe Azcurra y Alfredo Ferraresi, serían la clave para la consolidación de ese espacio gremial. Ya en 1996, el 26 de julio, el MTA convocó a una movilización a Plaza de Mayo, en conmemoración de la fecha del deceso de Evita. La adhesión popular fue tan grande, que determinó la renuncia del ministro de Economía, Domingo Cavallo.

Con el paso de los días, lejos de implementar el Salariazo y encaminar la economía hacia la Revolución Productiva que había prometido en la campaña electoral, el presidente Menem demostró con sus primeros actos de gobierno que había optado por una política muy distinta: La imposición del neoliberalismo en nuestro país, con todas las consecuencias terribles que ello significaría. Como contraofensiva otra vez se comenzaba la lucha y se producía un enfrentamiento total. Los aspectos salientes de esa década infame tendían a darle continuidad al esquema de país que se había diseñado durante los atroces años del terrorismo de Estado. Para ampliar aún más esa siniestra trama era necesario indultar a los militares asesinos, tener connivencia con los sectores más retrógrados y reaccionarios asesinos de peronistas como Isaac Rojas, Alsogaray y Martínez de Hoz, realizar masivas privatizaciones, vaciar el Estado, con la consecuente destrucción del aparato productivo, gestar infames herramientas como la flexibilización laboral y por último generar una descomunal deuda externa que hundiera a los trabajadores en una desocupación récord con los consabidos efectos devastadores para el tejido social. Mientras la CGT leal a los trabajadores resistía con Ubaldini y con su programa de 26 puntos. La entrada en escena del economista liberal Domingo

El 8 de agosto, durante el Paro General convocado por todos los sectores del Movimiento Obrero, se dispuso el funcionamiento de ollas populares en lugares estratégicos de la ciudad. La represión fue insólita y fueron detenidos nuestros compañeros Víctor Carricarte y Miguel Pérez. Ese mismo año se inauguran las nuevas sedes de las Delegaciones de ADEF en Lomas de Zamora y Morón. El 26 de setiembre, el sindicato de Farmacia participó de una extraordinaria manifestación de protesta que logró reunir a más de 100 mil personas, mientras que el paro nacional lograba un alto acatamiento en todo el país. En 1997, en las elecciones para renovación de autoridades triunfa nuevamente la Lista Blanca, encabezada por el compañero Horacio Mujica, Alfredo Ferraresi y Víctor Carricarte. El 17 de Octubre, el sindicato de Farmacia entrega las primeras viviendas en el Barrio Los Nogales, Tristán Suárez, Partido de Ezeiza. Entre los días 24 de noviembre y 6 de diciembre, Alfredo Ferraresi participa del XXIV Congreso de la Central Mundial de Trabajadores (CMT), representando a ADEF, a FETRALCOS y a la Federación Mundial de Empleados (FME). El evento se llevó a cabo en Bangkok (Tailandia).

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El 13 de diciembre de 1997, la Comuna de la ciudad de Buenos Aires decidió darle el nombre de Jorge Di Pascuale a una calle del barrio General Pueyrredón (Nazca al 6000). En el lugar se llevó a cabo un emotivo homenaje al histórico dirigente de Farmacia y del Movimiento Obrero argentino. El año 1999 será el último del gobierno de Menem. Los trabajadores de Farmacia resistieron durante sus diez años de gobierno las políticas neoliberales dictadas por el Fondo Monetario Internacional. El 1º de Mayo, el MTA convocó a participar de una caravana hacia el Congreso Nacional para homenajear a los Mártires de Chicago y para exigir al gobierno la aplicación del artículo 14 bis de la Constitución Nacional. La participación de los trabajadores fue multitudinaria. El 24 de octubre de 1999, triunfa en las elecciones nacionales la Alianza, con Fernando de la Rúa como Presidente y Chacho Álvarez como Vicepresidente de la República. En los primeros meses del año 2000, el nuevo gobierno se propone llevar adelante una reforma laboral que pretende barrer muchos de los derechos de los trabajadores, por lo tanto el 24 de febrero, el MTA lleva adelante un paro nacional y una gran movilización de trabajadores en contra de las medidas regresivas del gobierno. En nuestro país, en ese entonces, a pesar de todas las derrotas padecidas, el MTA se había convertido en la reserva moral del movimiento obrero organizado. Las batallas contra las privatizaciones, contra la flexibilización laboral, contra la desregulación de las obras sociales, contra el despojo a los jubilados y pensionados, contra el deterioro de la salud y la educación de los argentinos, entre otras, fueron animando a otros gremios a sumarse para luchar contra el neoliberalismo. En esos días comenzaría otra dura lucha para el sindicato de Farmacia, inspirados

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en las concepciones del ministro de Salud de Perón, Ramón Carrillo y del de Illia, el doctor Arturo Oñativia, se dio comienzo a la discusión sobre la Ley de Patentes de Medicamentos. Pero en nuestro gremio de Farmacia comienzan las dificultades cuando en octubre del año 2000, una grave enfermedad afecta al compañero Horacio Mujica. Ante la ausencia de su Secretario General, los conflictos entre los sindicatos del interior que integran la Federación Nacional se agudizan. También afloran problemas importantes en el funcionamiento de la Obra Social. La crisis intentó ser zanjada con la elección de Ferraresi como Secretario General de la Federación y la incorporación de Víctor Carricarte al Consejo Directivo. Otra dificultad fue el fallecimiento del compañero Santiago Zarza, contador y militante del gremio por casi 40 años, quien, en opinión de Ferraresi, “tenía una sabiduría natural en el manejo de la estructura sindical y de la Obra Social”. Y llegó lo inevitable, el 11 de abril de 2001, nos dejó Horacio Mujica. Ferraresi sintió esa pérdida enorme y lo sintetizó en una frase significativa: “De verdad, se nos fue un cacho muy grande de nuestra historia”. La admiración que Ferraresi sentía por Di Pascuale y por Mujica lo había decidido incluso, a ponerle a uno de sus hijos los nombres de sus dos compañeros: Jorge Horacio. No obstante el gran pesar, Ferraresi tuvo que redoblar esfuerzos para cubrir más responsabilidades y estar a la altura del momento histórico ante los desafíos que se planteaban en los diferentes espacios, ADEF, Federación, CGT y en todas las organizaciones internacionales en las que participaba como dirigente. Para sumar más conflictividad, el gobierno de la Alianza, lejos de cumplir las promesas electorales, había profundizado el modelo neoliberal y frustrado las esperanzas de todo el pueblo argentino.


Alfredo Ferraresi

El 11 de agosto de 2001, se llevaron a cabo las elecciones en ADEF en las que Alfredo Ferraresi fue elegido por primera vez como Secretario General de la entidad. Víctor Carricarte lo acompañaría como Secretario General Adjunto y el histórico Pepe Azcurra como Secretario Administrativo. En apenas dos años de gestión el presidente De la Rúa se empecinó en profundizar la flexibilidad laboral a través de una reforma que se transformó en ley mediante sobornos a senadores de la Nación. Esa maniobra, denunciada por el Secretario General de la CGT, determinó, meses más tarde, la renuncia del vicepresidente, Carlos Chacho Álvarez, y marcó el comienzo de una crisis institucional que desembocaría, a la postre, en la caída del gobierno, el 21 de diciembre de 2001. La política económica del otra vez ministro Domingo Cavallo que dispuso el “corralito”, medida que inmovilizaba los depósitos bancarios, y más tarde, el “corralón”, decreto que estableció la indisponibilidad de los plazos fijos en pesos y dólares, llevó al país a la crisis terminal y más profunda de su historia. No obstante su brevedad la orientación neoliberal ortodoxa del gobierno resultó una tragedia para el pueblo argentino. La brutal represión del 19 y 20 de diciembre de 2001, con más de 30 muertos, enlutó al pueblo, el que, desconcertado, vio pasar por la Casa de Gobierno, en menos de dos semanas, a cinco presidentes. En todo este período histórico, el gremio de Farmacia jamás eludió su responsabilidad. Fue consecuente con su historia y resistió junto a los gremios del MTA primero, y de la CGT rebelde, después, todas y cada una de las agresiones neoliberales contra los trabajadores y contra el pueblo argentino.

Militante incondicional de mil batallas

espacio verde ubicado en Av. Lacarra, Dellepiane, Autopista 6 y Eva Perón. Del acto inaugural participó, entre otros, el Dr. Eduardo Luis Duhalde, Secretario de Derechos Humanos de la Nación y amigo entrañable del sindicato de Farmacia. Por entonces, en un golpe institucional, la asamblea legislativa designa a Eduardo Duhalde Presidente de la nación. Duhalde debía gobernar hasta el 10 de diciembre de 2003, pero el 26 de junio de 2002, los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán y los más de treinta heridos que dejó la represión de una protesta social de trabajadores desocupados, desataron una crisis institucional insuperable. Tal situación determinó el adelantamiento de las elecciones presidenciales para el 27 de abril de 2003. Néstor Kirchner gana las elecciones. Tanto él como Cristina eran viejos amigos del sindicato de Farmacia. Habían participado en el acto de homenaje a la trayectoria de Pepe Azcurra y en otros eventos en ADEF y en el MTA. Esperanzado en la orientación del nuevo gobierno, en junio de 2003, Alfredo Ferraresi le dirige una carta pública de apoyo al presidente Néstor Kirchner. En 2003, los trabajadores desocupados llegaron a rondar el 25 por ciento. Los asalariados informales –en “negro”- representaban más del 49 por ciento del total de los ocupados, es decir, uno de cada dos trabajadores no tenían cobertura de obra social, no percibían aguinaldo, no tenían aportes jubilatorios, no tenían cobertura ante accidentes de trabajo, no gozaban de vacaciones pagadas y tampoco se los indemnizaba por despido. En todo el país, los pobres representaban más de la mitad de la población. Los indigentes se contaban por millones.

En febrero de 2002, ADEF se movilizó junto a otros gremios y entidades del sector, en defensa de las Farmacias del PAMI, del sistema de Obras Sociales Sindicales, del Sistema de Hospitales Públicos y en defensa de las fuentes de trabajo. La marcha partió del Ministerio de Salud hacia la Plaza de Mayo. En el trayecto, en actos improvisados en las esquinas, el compañero Ferraresi fue dando discursos bajo la consigna: “El medicamento es un bien social”.

En agosto se lleva a cabo la exitosa toma de la Farmacia Franco Inglesa para recuperarla y preservar los puestos de sus trabajadores. La toma se extendió hasta el 20 de setiembre, fecha en que la Gendarmería desalojó por la fuerza a los trabajadores.

En el mismo mes, la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires denominó con el nombre de Jorge Di Pascuale, al

Sobre finales del año, se agudizan los problemas en el seno de la Federación Nacional. En el Congreso realizado en

Dolor, tristeza y un poco de rabia, sentimos cuando nos enteramos por voces amigas del fallecimiento de ese enorme compañero revolucionario que es Alfredo Ferraresi. Sindicalista antiburocrático hasta la médula, siempre prefirió “honra sin sindicatos, que sindicatos sin honra”. Farmacia nunca dejó de ser el lugar donde el peronismo y la

En 2004, luego de arduas negociaciones, se unifica la CGT. Su conducción quedó en manos de un triunvirato.

izquierda revolucionaria encontraron su refugio. Jamás abandonó la actividad sindical ni su puesto de mando. Nunca dejó de recibir a quienes lo necesitaban. Era su puesto de lucha y su forma de rendir honores a quienes lo tuvieron como hermano de tantas batallas. Ahora decidió irse a seguir la batalla en otras latitudes. Lo vamos a extrañar.

El hueco que deja es descomunal. Preferimos no llorarlo sino decirle que lo que sembró a lo largo de ocho décadas, seguirá dando frutos, tanto en la lucha por la Revolución en Argentina, como el palpitar experiencias de rebeldía latinoamericana que en los últimos años lo llenaron de orgullo.

Carlos Aznárez Jefe de Gabinete de la Nación.

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En el primer semestre del año 2005, Ferraresi se concentra en la construcción de la nueva Federación. Solicita la afiliación directa a la CGT, inicia los trámites para obtener la Personería Gremial y comienza la enorme tarea de construir una Obra Social autónoma. En agosto de 2005, se llevan a cabo las elecciones en la ADEF, en las que, una vez más, se ratifica la conducción de la Lista Blanca. la ciudad de Santa Fe, se retiran del mismo las Delegaciones de Capital, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, San Luis y La Pampa, las que representaban al 70 por ciento de los afiliados. El 16 de diciembre de 2004, se realizó una asamblea para definir el carácter, la estructura y la composición de una Federación Nacional que representara los intereses de la mayoría de los empleados de Farmacia de todo el país. Así nace la Federación Nacional de Empleados de Farmacia (FENAEMFA).

El 1º de setiembre de 2005, obtenida la inscripción gremial, se realizó el Primer Congreso Extraordinario de FENAEMFA. El Secretariado del Consejo Directivo quedó encabezado por Alfredo Ferraresi, que suma así una responsabilidad más a su incansable tarea, acompañado siempre por Víctor Carricarte y la nueva generación de dirigentes formados férreamente en la línea histórica del sindicato. Ese mismo año el gremio adquirió el local de Rincón 1035 y lo inauguró como Sede Central de FENAEMFA.


Alfredo Ferraresi

Al tiempo que, luego de una campaña voluntaria de afiliación a la nueva Obra Social, se logró el traspaso de seis mil compañeros en el término de setenta días. No obstante los avances a nivel interno y nacional, Ferraresi debe atender el frente internacional. Le preocupa el avance de la fusión de las organizaciones internacionales CIOLS-ORIT-CLAT, considerando que constituía un peligroso proyecto cuya finalidad era la de domesticar al movimiento obrero mundial. Por tal motivo, promueve una reunión de FETRALCOS que se llevó a cabo entre los días 12 y 16 de junio de 2006, en la que nuestro Secretario General defiende la posición histórica de autonomía sindical, la filosofía humanista y cristiana, la posición tercermundista, la solidaridad, el anti imperialismo y la libertad sindical. En esos años mantuvo en todos los congresos una posición muy firme contra la nueva Central Internacional auspiciada por la CIOLS y la ORIT. En 2007 habría elecciones nacionales. Cristina Fernández es la candidata y el sindicato de Farmacia, al igual que la CGT, se encolumnó tras el modelo de país encarnado por el presidente Kirchner. Por primera vez, después de casi tres décadas de imperio neoliberal, el gobierno argentino comenzaba a actuar con independencia de los poderes centrales, favoreciendo los intereses del país y beneficiando, especialmente, a los sectores más postergados de la sociedad. En materia de relaciones internacionales, se propuso la postulación de una Nación Sudamericana (UNASUR) como objetivo estratégico, la defensa irrestricta del interés nacional y el abandono de la lógica de las relaciones carnales con los EE.UU. La reafirmación del multilateralismo, el rechazo al ALCA y la intensificación de las relaciones políticas, culturales, económicas y comerciales con los países del Hemisferio Sur.

Militante incondicional de mil batallas

Memoria, así como la unidad especial de investigación de la desaparición de niños. Se llevó a cabo una profunda depuración de las FFAA, incorporándose la problemática de los derechos humanos en la formación. Por lo tanto, el gremio de Farmacia no tenía ninguna duda respecto a quién apoyar en las elecciones. Cristina Fernández de Kirchner fue elegida presidenta de la República. Obtuvo más del 45 por ciento de los votos. En setiembre de 2008. la CTERA homenajea a Alfredo Ferraresi otorgándole el título de Maestro de Vida y recibiendo de manos del Secretario General de la CTA, Hugo Yasky, una artesanía simbólica de Maestro. Alfredo quedó profundamente emocionado por esa distinción. Sería el comienzo de tantos reconocimientos que se le otorgarían con toda justicia a su trayectoria y su conducta. El 25 de noviembre, el Senado de la Nación aprobó la Ley de Medicamentos, una normativa por la que el gremio de Farmacia había luchado tanto. Sobre finales de ese año 2009, una noticia conmueve el alma de Alfredo Ferraresi y de toda la militancia política y sindical del país; el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó los restos de Jorge Di Pascuale, en el marco de una investigación por la búsqueda de la verdad y destino final de desaparecidos durante la dictadura. Al respecto, Ferraresi escribió: “La Secretaría de Derechos Humanos convocó a una conferencia de prensa, en la cual me temblaban las piernas”. Los restos habían sido exhumados entre 1988 y 1992, en tumbas del NN el Cementerio de Avellaneda, pero las limitaciones del Banco Nacional de Datos Genéticos demoraron su identificación. El cadáver presentaba lesiones de "impacto de -al menos tres- proyectiles de arma de fuego que afectaron cráneo, hombro y pelvis".

En lo económico, el gobierno apuntó a la reindustrialización por sustitución de importaciones y a una justicia social distributiva y reparadora, planteando la primacía de la producción por sobre la especulación financiera y bregando por la preservación del mercado interno. Puso en práctica una política de desendeudamiento, cancelando la totalidad de la deuda con el Fondo Monetario Internacional para liberar al país definitivamente de los mandatos impuestos por ese organismo. Se llevó a cabo una exitosa reestructuración de la deuda externa que ahorró a la Argentina unos 67 mil millones de dólares. En marzo de 2004, se sancionó la Ley 25.877 que derogó la “Ley Banelco” de flexibilización laboral y se reimplantaron leyes que amparan a los trabajadores. Se restableció el Consejo del Salario y las Paritarias y se promovió la sanción de numerosos convenios colectivos. El crecimiento del PBI de más del 8% por año. En el ámbito de la Justicia y los Derechos Humanos se llevó a cabo una profunda renovación de la Corte Suprema. Se derogaron los indultos, y las leyes de “Obediencia debida” y de “Punto final”. Comenzaron los juicios por violaciones a los derechos humanos y se produjeron las primeras condenas. Se estableció el 24 de Marzo como el Día Nacional de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Se creó el Museo de la Memoria y el Archivo Nacional de la

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Tal como habían deseado sus hijos cuando empezó la búsqueda, el 28 de diciembre de 2009 sus restos fueron velados en la sede del sindicato. Al día siguiente, Jorge Di Pascuale fue finalmente enterrado en el Cementerio de la Chacarita, el mismo día que se cumplieron los 33 años de su secuestro. Comienza el año 2010, en el que se conmemora el Bicentenario de la Patria, y en el que ADEF cumple 100 años. El lunes 12 de abril, se realizó un acto extraordinario en nuestra sede. En su carácter de Secretario General, Ferraresi presidió la mesa conformada por José Manuel Azcurra, Norberto Galasso, Stella Calloni y Víctor Carricarte, flanqueados en el escenario por los dirigentes nacionales Juan Carlos Schmid, Horacio Ghilini, Omar Plaini, Vicente Álvarez, Horacio Arreceygor, Víctor Huertas, Mario Morant, Eduardo Berrozpe, Damián Raventos, y otros. En ese marco, y conciente de la importancia histórica de su gremio, Ferraresi se propuso escribir un libro sobre los 100 años de ADEF, dejando así su legado histórico, uniendo a los viejos luchadores que fundaron el gremio con las nuevas generaciones que heredarán una historia ejemplar. El 10 de marzo de 2012, su familia organizó una gran reunión para celebrar los 80 años de Alfredo. Rodeado por sus familiares y decenas de amigos cosechados durante más de seis décadas, Alfredo inauguró la fiesta bailando un tango. Dos meses después, el 21 de mayo, dejaba de existir José Manuel “Pepe” Azcurra, hermano de mil batallas de Alfredo e histórico dirigente de ADEF y de la CGT. Azcurra tenía 87 años y hasta hacía muy poco era asidua su presencia en los eventos sindicales. Con la partida del Pepe, Ferraresi se transformaba en el único sobreviviente de los dirigentes históricos de su gremio. El 29 de agosto fue apoteótico, en la Sala Borges de la Biblioteca Nacional, Alfredo Ferraresi presentó su libro: “Cien años de lucha sindical; del Anarquismo al Peronismo Revolucionario”. Los panelistas que lo acompañaron en la mesa fueron Víctor Carricarte, Norberto Galasso, Stella Calloni y el Director de la Biblioteca Nacional, Horacio González. La Sala Borges fue desbordada por el público asistente y luego del acto, Ferraresi permaneció mucho tiempo escribiendo y firmando dedicatorias. Los meses siguientes, Ferraresi siguió trabajando con gran intensidad en ADEF, en FENAEMFA y en el Movimiento Obrero Organizado. Lamentablemente, en noviembre sufrió una severa afección cardíaca por la cual tuvo que ser internado e intervenido quirúrgicamente. Luego de obtener el alta médica, comenzó a recuperarse en su domicilio desde donde

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no dejaba de interesarse en la marcha de su gremio. Sin embargo, con el paso de los días su corazón cansado lo obligó a ser internado nuevamente hasta mediados de febrero. Habiendo pasado ese durísimo trance, sus familiares y amigos celebramos que Alfredo volviera a su casa. Dos semanas después, mientras abrigábamos fundadas esperanzas en volver a verlo recuperado, sufrió otra insuficiencia cardíaca que terminó con su vida. Sucedió la tarde del sábado 2 de marzo de 2013. La noticia se esparció de boca en boca, de corazón a corazón, contagiando lágrimas de unos a otros. Alfredo, uno de los más grandes, se había ido. Esta vez, para siempre.


Mi amigo Alfredo Me resulta muy difícil escribir sobre Alfredo. No solamente fue el secretario general, ha sido un amigo, un compañero y una guía permanente durante los más de 27 años que transcurrieron desde que lo conocí. Resulta casi imposible escribir una historia o una anécdota que me ligue a él, ya que todas sus historias me resultaron atrapantes, forjaron mi pensamiento, me ayudaron a crecer y por lo tanto me ligarán por siempre a este hombre maravilloso. Alfredo es la única persona con la cual he compartido las pequeñas cosas que he escrito. Inclusive en una oportunidad publicó en la revista del sindicato un poema mío dedicado a Ernesto Guevara, el Che. Él siempre incentivó en mí la escritura y el arte, algo que pertenecía a la intimidad entre ambos. Y hay un cuento, que no está dedicado a nadie, un pequeño cuento que Alfredo me dijo que en alguna oportunidad lo iba a hacer publicar en la revista de nuestro Sindicato. De todas las cosas que le di a leer, me da la sensación que es lo que más le ha gustado. Vaya mi homenaje sincero a él y a su inmenso legado, con el siguiente cuento dedicado a la justicia, y la verdad, algo por lo que tanto peleó Alfredo a lo largo de toda su vida.

Hizo Justicia

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