Trabajo de grado UBA

UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES FACULTAD DE ARQUITECTURA, DISEÑO Y URBANISMO Carrera de Especialización en Teoría del Diseño Comunicacional

TRABAJO DE GRADO “El Libro Impreso y el Libro Digital: Historia y Perspectivas” Adela Martínez Camacho Bogotá D.C., Enero 11 de 2008

ÍNDICE

1.

Introducción

2.

Marco Histórico 2.1 El orden epistémico y la jerarquía de los sentidos 2.2 Breve historia del libro 2.3 El libro digital 2.4 Normas para crear libros digitales

3.

¿Qué pasa con la editoriales?

4.

Diferencias, ventajas y desventajas de los libros y los eBooks

5.

Mirada de algunos autores respecto las teorías sobre la desaparición del libro impreso

6.

Entrevistas con personajes de la industria editorial en Colombia 6.1 Daniel Samper Ospina 6.2 Helena Iriarte

7.

Conclusiones

8.

Agradecimientos

9.

Bibliografía

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1. Introducción

La humanidad se enfrente como nunca antes a un constante bombardeo de la tecnología y sus desarrollos. El momento histórico que vivimos nos brinda nuevas posibilidades de obtener conocimiento y éstas representan, al mismo tiempo y de alguna manera, una amenaza para las viejas y conocidas formas de aprender.

El libro es una de esas viejas y conocidas formas de obtener conocimiento, es tal vez, la forma más popular y a la que mejor se adaptó la humanidad para transmitir información con éxito. Sin embargo, en este siglo se han inventado y desarrollado diversos dispositivos que pretenden ocupar el lugar del libro en la vida de las personas.

Este trabajo es el resultado de un proceso de investigación y análisis sobre la forma en que el mundo se ha transformado en el último siglo con la llegada del libro digital y pretende realizar un recorrido histórico desde la invención de la escritura y la imprenta para llegar al libro impreso, hasta la creación del libro digital. Tiene un enfoque socio-histórico, pues los cambios que ha sufrido la humanidad a través de la historia con estos inventos, han tenido repercusiones sociales muy importantes en las formas de percibir, entender y explicar el mundo.

La pregunta obvia que se plantea con este tema y que ha sido expuesta durante muchos años en el medio editorial es: ¿llegará el libro digital a reemplazar al libro impreso? Sin embargo, este trabajo no busca responder esa pregunta, sino más bien dar respuesta a otras, como ¿cuáles son las diferencias entre uno y otro?, ¿cuáles son las perspectivas que se abren con la llegada del libro digital? También se exponen las diversas formas de pensar de autores que han tenido que ver con el tema. Tal es el caso de Umberto Eco, Roger Chartier y Nicholas Negroponte, quienes tienen puntos de vista muy interesantes y contrastantes respecto a la tan mencionada desaparición del libro y las nuevas tecnologías.

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Adicionalmente, se incluyen apartes de las entrevistas realizadas especialmente para este trabajo con dos personajes importantes y destacados en la industria editorial colombiana.

La primera, Helena Iriarte, escritora colombiana y maestra de literatura de la Universidad Javeriana de Bogotรก; y el segundo, Daniel Samper Ospina, profesional en estudios literarios y director de la revista Soho en Colombia. Actualmente es profesor del posgrado de periodismo de la Universidad de los Andes de Bogotรก y ha sido columnista de la revista Cromos y del diario El Tiempo. Ambos participaron en este trabajo con sus opiniones e ideas respecto al libro y su futuro a corto, mediano y largo plazo. Con esta visiรณn de personajes contemporรกneos, se enriquece el contenido de este proyecto y se plantean formas de pensar actuales y en un contexto real como es la industria editorial colombiana.

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2. Marco Histórico

Para hablar del la historia del libro impreso y el libro digital es importante tener conocimiento previo sobre ciertos temas que influyeron a través de la historia en la forma en que el ser humano ha percibido las cosas y la manera como se comunica. Es por eso que considero de mucha importancia, conocer qué son los órdenes epistémicos y la jerarquía de los sentidos.

Estos dos temas están claramente relacionados con el tema de este trabajo, pues han tenido parte en el desarrollo de las nuevas tecnologías y las formas en que éstas han modificado la percepción del hombre sobre su entorno.

2.1 El orden epistémico y la jerarquía de los sentidos

Según la Real Academia de la Lengua Española, la palabra epistemología viene del griego µ , conocimiento, y -logía. Y la define como la “doctrina de los fundamentos y

métodos del conocimiento científico”.1

Donal M. Lowe, historiador estadounidense,

planteó una nueva metodología que conocemos como la historia de la percepción. A través de ella, se estudia la transformación de la percepción en el mundo desde los siglos siglos XVIII y XIX hasta el siglo XX. En su libro “Historia de la Percepción Burguesa”2, Lowe plantea una historia de la percepción, que ordenó la forma de experimentar las cosas, basada en los cambios históricos en los medios de comunicación, en la jerarquía de los sentidos, en los campos de percepción y los órdenes epistémicos. Todo esto sería el fundamento de nuestra forma de experimentar, conocer y hacer el mundo. epistémico, por tanto, sería el cómo conocemos.

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Diccionario virtual de la Real Academia Española: http://www.rae.es/ LOWE, Donald M. Historia de la percepción burguesa. Fondo de Cultura Económica. 1986.

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El orden

Este orden se transforma a medida que la sociedad evoluciona en su desarrollo especialmente tecnológico. Y por supuesto que afecta la manera en como el ser humano recibe el conocimiento, lo transmite y lo conserva; lo que se refleja en los cambios que suceden en la jerarquía de los sentidos a través de la historia. Pero ¿qué es la jerarquía de los sentidos? Raffaele Simonee (profesor italiano de lingüística general en la Universidad de Roma Tre, autor de numerosos estudios de lingüística teórica y descriptiva, de historia de la lingüística y de lingüística italiana y romántica), explica en su libro “La Tercera Fase”3, que es de suponer que cada uno de los sentidos puede percibir distintas cosas, y por lo tanto da acceso a “distintas modalidades de conocimiento e incluso a contenidos distintos de experiencia”. Por su parte, Lowe plantea que los cinco sentidos son los que conectan al hombre con el mundo. A través de la historia, el hombre ha utilizado en mayor o menor medida alguno de sus sentidos para obtener información del mundo exterior.

Y es

precisamente ahí donde se da la jerarquía, que varía de acuerdo a los estímulos que recibe de afuera para informarse. Así, un cambio en los medios de comunicación, hace que se produzca un cambio en la jerarquía de los sentidos.

Para explicarlo de mejor forma, debemos remitirnos a, lo que según Lowe, compone esa jerarquía a través de las distintas épocas de la humanidad. De acuerdo a su teoría, en la Edad Media eran el oído y el tacto los que tenía supremacía sobre la vista. Durante el Renacimiento, se pasó del oído y el tacto a la supremacía de la vista. En la sociedad de los siglos XVII al XVIII, fue la la vista la que se mantuvo sobre el oído y el tacto, mientras que en la sociedad burguesa, desde el último tercio del siglo XVIII, hubo una extensión de la vista. El siglo XX de vio modificado por una extrapolación de la vista y los sonidos.

Todos estos cambios tuvieron lugar a medida que los medios de comunicación permitieron obtener el conocimiento. Es por esto, que el orden epistémico, o la forma de conocer del hombre también se modificó en las diferentes épocas. Lowe plantea entonces, los diversos órdenes epistémicos para cada época de la humanidad: Durante la Edad Media, se conocía a 3

SIMONE, Raffaele. La tercera fase. Madrid, Taurus, 2001.

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través de la anagogía. Las reglas epistémicas ordenaban el conocimiento intelectual por la interpretación de las sagradas escrituras. La anagogía medieval “presuponía el ser absoluto de Dios, mientras todo lo demás, incluso cognoscente y conocimiento, dependía de él”.4 En el Renacimiento, conocer se hacía a través de la similitud con cuatro figuras de semejanza, estas eran: 1. Convenientia (una semejanza basada en una escala gradual de proximidad espacial). 2. Aemulatio (una especie de convenientia sin limitación espacial y por esta razón capaz de contactarse desde cierta distancia sin movimiento real.) 3. Analogía (reforzada por la convenientia y la aemulatio, de modo que era posible unir todo el universo con el microcosmos humano en el centro). 4. Simpatía (que excitaba las cosas al movimiento y unía hasta las más distantes).5

En los siglos XVII y XVIII hasta la revolución industrial, conocer se hacía a través de la representación en el espacio. El orden epistémico fue no temporal y clasificatorio. Nació una nueva forma de conocer basada en la comparación de identidad y diferencia, que aspiraba a conocer global y científicamente, pues se podía comparar y medir con certeza todos los fenómenos. Mientras que en la sociedad burguesa de los siglos XVIII (último tercio) hasta comienzos del siglo XX, se conoce a través del desarrollo del tiempo. “Lo que la razón espacial no podía abarcar dentro de una expansión, sí podía incorporarlo el tiempo”. Este desarrollo planteaba una dinámica, una trasformación, una estructura y una complejidad.

Todas las cosas en esta sociedad burguesa se habrían de explicar y

comprender como un orden en el desarrollo del tiempo.

Ya en el siglo XX, los cambios producidos por la llegada de las nuevas tecnologías, hicieron que conocer se hiciera a través de un sistema sincrónico de oposiciones binarias y de diferencias sin identidad. En este nuevo orden, el conocimiento se reduce al sistema de la lengua en oposición al habla, ya no son el tiempo y el espacio.

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LOWE, Donald M. Historia de la percepción burguesa. Fondo de Cultura Económica. 1986.

Ibid.

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2.2 Breve historia del libro

Para hablar del libro y su posible desaparición, es necesario empezar por el principio. Es necesario remitirse a los comienzos de éste y conocer los procesos que llevaron a su invención.

Antes de la invención de la escritura, el hombre transmitía sus conocimientos oralmente.

Es decir, que el habla y el oído eran los sentidos mayormente utilizados para conocer y adquirir conocimiento. comunicaba.

Así mismo, era a través de ellos que se conservaba y se

Esta tradición oral dependía siempre de la memoria para conservar el

conocimiento, razón por cual, éste tendía a no especializarse, sino más bien a conservarse y tampoco permitía mayor análisis, sino que era más bien formulado. “En la cultura oral oír –no ver– es creer”, dice Lowe.

La invención de la escritura se remonta aproximadamente al año 4.000 a.C. en Mesopotamia, situada entre los ríos Tigres y Éufrates, donde los sumerios desarrollaron la escritura cuneiforme.

Este invento revolucionario que tendría impacto en toda la

humanidad, fue desarrollado a partir de pictogramas y serviría para transcribir diversas lenguas de estructuras diferentes, dando nacimiento a los distintos alfabetos del mundo.

La escritura cuneiforme se realizaba en tablillas de arcilla talladas con la punta de un cálamo, técnica que ha sido capaz de resistir al paso del tiempo. En sus comienzos, los pictogramas encontrados fueron alrededor de dos mil, lo que permite vincularlos con una “escritura de las cosas”, más que una lengua concreta.

La técnica de “escritura”

evolucionó, dado que cuando se hacen dibujos con una caña afilada en punta, el trazo tiende a moverse dejando marcas que no son del todo limpias. Por esta razón, los escribas sumerios probaron la técnica de “imprimir” más que dibujar sobre la arcilla, con la ayuda de una caña que terminaba en bisel. Cuando se apoya el cálamo de esta manera sobre la arcilla, se obtiene una marca triangular en forma de cono, de donde provendría el nombre “cuneiforme”, de la palabra latina cuneus.

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Los pictogramas sumerios comenzaron a utilizarse con el fin de designar objetos, animales y algunas partes del cuerpo de forma más o menos reconocible. Al principio, los signos fueron sólo dibujos de objetos, y su finalidad era referirse a esos objetos o expresar una idea fácilmente sugerida por su contemplación. Con el paso del tiempo, los signos dejaron de ser representaciones del objeto dibujado o de una idea, para expresar, en cambio, el sonido de la palabra correspondiente a ese objeto. Por ejemplo, el dibujo del disco solar ya no representó al sol, o al día, sino al sonido de la sílaba sol. En consecuencia, para escribir las palabras soledad, solución, soldado, debería emplearse en primer término el signo del sol, el cual, ya no tendría valor como dibujo pictográfico de una cosa, sino como expresión de un sonido.

Así como los sumerios, los egipcios desarrollaron también una forma de escritura conocida como jeroglífica. Los jeroglíficos egipcios contienen dos clases de símbolos: los ideogramas y los fonogramas. Los primeros representan el objeto concreto que se graba, o algo muy relacionado con él. Los fonogramas o símbolos fonéticos se emplean únicamente por su valor fonético y no tiene otra relación con la palabra que representa. El principio de un jeroglífico consiste en que la figura de un objeto sirve para representar no sólo el objeto, sino también una palabra que contenga su nombre, aunque signifique otra cosa; así, se consigue escribir nombres, ideas y elementos gramaticales que por sí mismos no tendrían representación gráfica. Un signo podía servir de ideograma de una palabra y de fonograma de otra.

Los egipcios utilizaron la escritura jeroglífica desde, aproximadamente, el año 3000 a.C., hasta la época del Imperio Romano. El número de signos, así como su forma, permaneció casi igual hasta el periodo grecorromano (332 a.C.), cuando aumentó mucho el número de signos utilizados. Paralelamente, incluso en los tiempos del Imperio Antiguo, habían creado otra forma de escritura, la hierática, que era más rápida, y sustituía la formas jeroglíficas. Ésta se realizaba con una especie de lápices de punta que se mojaban en tinta; y se escribía sobre papiro.

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Los griegos la llamaron hierática, que en griego significa “sacerdotal”, porque en el siglo VII a.C. estuvo limitada a los textos sagrados. Cuando se empleó para otros textos se la llamó demótica (“popular” en griego).

Alrededor del año 1500 a.C. surgió en la cultura semita, la escritura alfabética. El sistema consistía en la representación gráfica de sonidos mediante signos propios. Fue utilizado por muchos pueblos antiguos y luego, permitió a los fenicios crear su alfabeto, que lo desarrollaron y difundieron por los países a donde llevaron su civilización . Los signos del alfabeto fenicio solo representaban las consonantes. Fueron los griegos, quienes lo adoptaron hacia el año 800 a.C., los que añadieron la representación de vocales. Todos los alfabetos posteriores provienen del semita o del griego. En la escritura griega se utilizaban solamente letras mayúsculas; luego se introdujeron las minúsculas. En el siglo IV d.C., el Imperio Romano utilizaba una escritura corrida en la que se mezclaban las mayúsculas con las minúsculas cursivas. Este sistema dio pie a una reducción de signos con respecto a las demás escrituras.

Al cambio en los valores de los signos como sonidos en la escritura, se le llama sistema de escritura fonética (sonido), éste fue un cambio extraordinario, porque a partir de ese momento las escrituras jeroglífica y cuneiforme tendieron a ser lo que es la nuestra: una representación de los sonidos que emitimos al hablar. El uso de los signos fonéticos fue el invento creador de la verdadera escritura. Pues anteriormente sólo podían representarse objetos o ideas; ahora, con la combinación de signos fonéticos, pudieron escribirse las palabras.

Este cambio también trajo novedades en cuanto al uso de determinados sentidos para transmitir y conservar el conocimiento.

Es evidente que al tener un soporte donde

conservarlo, el uso de la memoria fue perdiendo cada vez más espacio. Se pasó entonces de la cultura oral a una cultura quirográfica, cultura que acabaría por separar al conocimiento del habla y de la memoria. Pues había un lenguaje escrito donde se podía conservar la información mucho tiempo después de ser transmitida de manera oral y más allá de las descripciones que la memoria pudiera permitir.

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Pero la cultura quirográfica no modificó la supremacía del oído sobre los demás sentidos.

La gente daba crédito a lo que podía oír y tocar, más que a lo que pudiera ver. Por tanto, el oído continuaría siendo el sentido de mayor uso y credibilidad en la transmisión del conocimiento.

Con el desarrollo y evolución de la escritura, se dieron también importantes pasos en el uso de diferentes soportes para ésta. Los egipcios utilizaron el papiro, que se obtenía del tallo de una planta que se daba en las riberas del río Nilo. Durante la Edad Media, se utilizó el pergamino, que consistía en pieles de cabra, curtidas, preparadas para escribir con tinta.

Dichos pergaminos resultaban costosos, por lo que a partir del siglo VIII se volvió costumbre borrar los textos de los pergaminos para reescribir sobre ellos, lo que ocasionó pérdidas incalculables de obras. Por otro lado, los chinos ya fabricaban papel a partir de los desechos de la seda, la cáscara de arroz y el cáñamo, incluso del algodón.

Ellos

transmitieron este conocimiento a los árabes, quienes a su vez, lo llevaron a las que hoy son España y Sicilia desde el siglo X. La elaboración de papel se extendió a Francia que lo producía utilizando lino desde el siglo XII.

Con soportes cada vez más resistentes y duraderos, la popularidad de la escritura se incrementó con el paso de los años. Los rollos de papiro dieron paso a los códices, elementos en forma “libraica”, como cuadernillos con páginas cosidas, que aparecieron alrededor del siglo II a.C. y que se fabricaban en su mayoría por artesanos, copistas y hasta monjes.

Con el nacimiento del códice, se dio comienzo a la lectura silenciosa, pues éste ofrecía gran facilidad para leer por tener los textos fraccionados, lo que conducía a una lectura meditativa. Además, los recintos en donde se realizaba dicha lectura obligaban a hacer la lectura en voz baja. Cabe anotar que la mayoría contenían escritos sagrados, lo que significaba un dominio sobre los textos por parte del clero.

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No fue sino hasta el siglo XV, cuando nació la imprenta de tipos móviles, creada por Johannes Gutenberg6, que el libro impreso tuvo vida propia. Entre los años 1450 y 1800, los libros se realizaban manualmente.

El cajista tomaba uno por uno los caracteres

tipográficos y los colocaba en un componedor (regla de madera con un tope y un reborde, que sservía para determinar el largo de una línea. Sobre el componedor se ordenaban las letras y los espacios que habían de completar un renglón). Una vez lleno, lo trasladaba a la galera (plancha de hierro), que contenía toda una página armada en orden determinado, formando ramas que debían ir en cada cara del pliego. Este proceso se conocía como “imposición”; y las dos ramas con sus páginas de tipos adjuntas, listas para entintar e imprimir, se llamaban “formas”.

Los libros se imprimían en grandes pliegos de papel. La forma de la composición se ponía en la platina de la prensa y se entintaba. La prensa de madera era operada manualmente por dos personas: una imprimía las hojas, mientras que la otra entintaba la forma. Una vez terminados y ordenados los pliegos impresos, se entregaban al encuadernador, quien los doblaba, los cosía y los juntaba en un volumen, para cubrirlo después con papel o piel.

Los impresores adaptaron a los nuevos medios de escritura las técnicas mecánicas y gráficas. Aparecieron codificaciones, manipulaciones y se hicieron mejoras en los recursos de sistematización, presentación y articulación de los textos. Algunas de ellas fueron: la portada, la letra romana y la itálica, la división de párrafos y capítulos. La adopción del grabado en madera y en cobre para reproducir ilustraciones, fue una gran innovación que tuvo efectos estéticos, que se tradujeron en diferentes maneras de articular los textos y las imágenes, y ampliaron las posibilidades expresivas y de información visual de una página impresa.

Algunos de los cambios que trajo la llegada del libro impreso fueron la rebaja en los costos de producción, la reducción en los tiempos de fabricación, la velocidad en la circulación de 6 Herrero alemán, nacido en Maguncia entre 1398 y 1400 quien inventó la imprenta de tipos móviles en Europa hacia 1950.

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los textos, el aumento de libros por lector y de lectores por libro, la reproducción idéntica de los textos en más ejemplares. Y uno de los cambios fundamentales que trajo el libro impreso, fue el cambio en la jerarquía de los sentidos, que le dio a la vista un lugar privilegiado y la supremacía sobre los demás sentidos.

Antes de la invención de los tipos, la visualidad nunca logró derrotar la supremacía auditiva y táctil. Con este importante cambio, leer se convirtió gradualmente en una “silenciosa asimilación del mensaje por el ojo”.7 El hecho de que los tipos se hubiesen estandarizado, hizo que la información visual fuera más fidedigna y creíble que la auditiva y táctil. Los textos impresos fueron más útiles que las palabras cuando de transmitir información se trataba. Sobre todo, si esta información era técnica o científica.

Roger Chartier, prestigioso historiador francés, nacido en Lyon, quien es director de estudios en l'École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, y autor de varios libros, entre ellos: “El mundo como representación”, “Libros, lecturas y lectores en la Edad Moderna” y “El orden de los libros”; explica en su libro “Historia de la Lectura en el Mundo Occidental”8, cómo las formas de leer han variado a través del tiempo, desde su invención, de acuerdo al soporte en el que los textos están escritos. Y explica también el proceso en el cual el libro pasó de ser un objeto hecho para el estudio y la predicación; a ser “la fuente de la cual se logra el saber de los saberes”.

Chartier divide las épocas del libro en “revoluciones de la lectura” dadas en diferentes momentos de la historia. La primera transformación que afectó la práctica de la lectura se da desde mediados del siglo XV y la clasifica como técnica. Pues es en este momento en el que se inventa la imprenta y por tanto, los modos de reproducción de textos. La segunda revolución fue el paso de una relación respetuosa con los textos, reverente y obediente; a una lectura libre e irreverente.

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LOWE, Donald M. Historia de la percepción burguesa. Fondo de Cultura Económica. 1986.

CAVALLO, Guglielmo y CHARTIER, Roger. (2000) Historia de lectura en el mundo occidental. Madrid, SantillanaTaurus, 1998.

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La tercera revolución la plantea como la transmisión electrónica de los textos. Ésta trae consigo muchos cambios en la forma de hacerlos, entre ellos la nueva lectura que se hace en la pantalla que rompe el vínculo físico entre el objeto y el texto. Además, propone una posible simultaneidad en la producción, transmisión y lectura de un mismo texto, así como el acceso a cualquier texto desde cualquier lugar.

Chartier encuentra, además, dos restricciones que fueron siempre consideradas imperiosas y que con la llegada del texto electrónico, ya pueden ser anuladas.

La primera es la

limitación estricta de las intervenciones del lector al texto en un libro. Ahora el lector puede intervenir cualquier texto, modificarlo, reemplazarlo, borrarlo y hasta hacerlo suyo.

Así pues, según Chartier, “toda relación con el texto se encuentra trastocada”. Se abre la posibilidad de corromper el texto, tal y como se hacía con los códices, pues al transcribirlos, siempre cabía la posibilidad de hacer modificaciones.

La segunda restricción que se anula, es la distinción entre el lugar del texto y el lugar del lector, pues la lectura electrónica permite la comunicación de textos a distancia y puede, en teoría, llegar a cualquier lugar del mundo.

Es claro que en el mundo moderno las nuevas tecnologías han creado una avalancha de cambios a nivel perceptual en el ser humano. Desde la invención de la tipografía y del libro impreso, no existían tantas maneras de percibir el entorno como hasta ahora, con la llegada de inventos como la video casetera, la radio y el tocadiscos; y si vamos más adelante, los video juegos, los reproductores de música MP39 y los teléfonos celulares, por mencionar unos pocos. Y mucho más ahora que hemos entrado a la era de la “multimedia”, donde se desarrollan sistemas cada día más complejos que retan nuestra imaginación y nuestros

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El MP3 (MPEG-1 Audio Layer 3), es un formato de audio digital comprimido con pérdida (procedimiento de codificación que tiene como objetivo representar cierta cantidad de información utilizando una menor cantidad de la misma, siendo imposible una reconstrucción exacta de los datos originales. Esta compresión sólo es útil cuando la reconstrucción exacta no es indispensable para que la información tenga sentido).

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sentidos. Ahora las jerarquías han sido modificadas y cambian todos los días, dependiendo de cuál es el medio que utilizamos para conocer y percibir nuestro mundo.

A continuación conoceremos más de cerca el invento que pone a prueba al libro impreso y que, según muchos, puede reemplazarlo en el futuro: el libro digital.

2.3 El libro digital

Con la aparición de los libros digitales, la industria editorial ha dado un gran paso en la conquista de nuevos mercados, de los mercados jóvenes. Muchas han sido las alternativas que se han desarrollado a través de los últimos años, en busca del perfecto reemplazo del libro impreso.

Se afirma que el primer libro electrónico disponible comercialmente en el mundo fue el Diccionario Electrónico Random House, en 1981. Por lo que se podría concluir que desde la invención de la imprenta a mediados del siglo XV, ha pasado mucho tiempo antes de que el libro impreso se vea seriamente amenazado; pues con el desarrollo acelerado de las nuevas tecnologías, cada vez se crean más y mejores posibilidades para reemplazarlo.

En 1986 los editores Franklin Electronic agregaron un diccionario electrónico en un dispositivo portátil y con esto, se produjo el primer libro digital. Pero ¿qué es un libro digital? Éste se define como un texto almacenado en formato digital que se puede copiar y leer en un computador (portátil o no) o un dispositivos portátil de eBook. La idea es que sea práctico para transportar y que se pueda tener una biblioteca móvil disponible en cualquier lugar.

El eBook, denominado como el aparato o dispositivo portátil para leer libros electrónicos o digitales, da la posibilidad de acceder a una lectura cómoda. Los diferentes modelos de eBook tienen como misión facilitar esta actividad, razón por la cual, cada vez se han

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desarrollado más, al punto que hoy en día imitan al libro impreso en tamaño, forma e incluso al tacto.

Dentro de sus funciones se encuentran: la búsqueda de textos en todo el libro, sistemas de menús para marcar páginas, subrayar líneas y hacer ajustes de tamaño de letra o presentación; la posibilidad de agregar notas, descargar libros electrónicos de Internet, almacenar gran cantidad de obras (dependiendo de la capacidad del aparato), borrar libros que no se quieran conservar, recuperar libros que han sido borrados mediante una suscripción o descarga de Internet, desplazarse de una página a otra con un solo “click” o a través de un buscador de palabras, acceder a periódicos y revistas.

En general, los eBooks ofrecen las mismas condiciones: la lectura se realiza en una pantalla de cristal líquido (LCD) que tiene sistema de iluminación, reciben la información a través de un computador o un teléfono análogo, no pueden imprimir ni exportar la información contenida a otro programa, traen una pluma incorporada para acceder al los menús y realizar notas; y cuentan con una batería recargable.

Los libros digitales se leen mediante programas denominados lectores (readers). En el año 2000 se lanzaron al mercado los programas Microsoft Reader y Glassbook Reader, que dieron inicio a una nueva era de lectura en pantalla.

Estos programas permiten el ajuste de la tipografía, dar vuelta a las páginas, usar señaladores, insertar notas, resaltar textos y otras funciones necesarias para la lectura. Los libros se descargan de internet o pueden ser generados por uno mismo. Los formatos utilizados hasta ahora eran el HTML10, HTML compilado y el PDF11. El Glassbook lee archivos de formato PDF y el Microsoft Reader archivos de formato .LIT12 o Reader que 10 HTML: HyperText Markup Language, que se traduce al español como Lenguaje de Etiquetas de Hipertexto. Es un lenguaje diseñado para estructurar textos y presentarlos en forma de hipertexto, que es el formato estándar de las páginas web.

11 PDF: Portable Document Format, traducido como Formato de Documento Portátil; es un formato de almacenamiento de documentos, especialmente ideado para documentos susceptibles de ser impresos, se utiliza también como especificación de visualización, por la gran cantidad de las fuentes utilizadas y a las facilidades de manejo que ofrece, como las búsquedas, hiperenlaces, etc.

12 Extensión de los archivos del Microsoft Reader, que es una abreviación de la palabara “literatura” (literatura, en inglés) para los formatos de lectura digital basados en el HTML compilados desarrollados por Microsoft.

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cumplen con las normas OEBPS (Open eBook Publication Structure Specification), que se traduce como Estructura Abierta de Publicación de Libros Digitales.

Más adelante

hablaremos sobre estas normas.

Microsoft distribuye gratuitamente conversores de archivos de Word a Reader y la empresa ReaderWorks ofrece (sin costo) conversores de HTML a Reader. Estas herramientas hacen que sea muy fácil y rápido convertir documentos existentes (Word y HTML) en libros digitales.

Dentro de los dispositivos especiales para leer libros, se han desarrollado algunos como el Rocket eBook y el SoftBook, creados a finales de los años noventa. Éstos fueron los primeros intentos de popularizar los lectores de libros electrónicos.

El Rocket eBook, que ya está descontinuado, tiene el tamaño de un libro de bolsillo, 12 x 19 cm, pantalla monocroma, es decir, un color de frente y uno de fondo; negro sobre blanco, blanco sobre negro y verde sobre negro; que permite hacer cambios en la dirección de lectura (vertical u horizontal), pesa 500 gramos y su versión menor tiene una capacidad de almacenamiento de 4 MB, equivalente a 3.800 páginas o diez libros aproximadamente.

Utiliza el programa lector Acrobat Reader. Su valor aproximado en el año 2005 era menor a 200 dólares y tenía una autonomía aproximada de 5 horas, dependiendo del uso de luz ambiente. Recibe las obras a través de un computador después de ser descargadas de Internet.

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Rocket eBook. Fotografía tomada de www.grafika.cz

Cuenta con libros de catálogo y obras gratuitas. Puede recibir suscripciones a periódicos como el New York Times o el Wall Street Journal. Los comandos se introducen en la pantalla táctil a través de una pluma incorporada y permite hacer anotaciones del lector.

El SoftBook es un dispositivo de 19 x 23 cm (la pantalla más grande en eBooks hasta el momento de su lanzamiento) y un peso de 1.3 Kg aproximadamente, tiene pantalla a color y puertos de conexión a Ethernet13, que le permite recibir libros, periódicos y revistas a través de una línea telefónica o cualquier ancho de banda. Utiliza el programa lector Acrobat Reader y su precio para el año 2005 era de 600 dólares. A diferencia del Rocket eBook, éste dispositivo no requiere de un computador para descargar los libros, se hace directamente a través de la red. Quien quiera traspasar documentos de su propia autoría debe hacerlo a través de un servidor de Internet. Esto se hace con el fin de frenar las copias ilegales, puesto que los textos que se descargan vienen encapsulados y se requiere de los números de identificación para liberarlos.

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Nombre de una tecnología de redes de computadoras de área local (LANs, Local Area Network, es español: Red de Área Local) basada en tramas de datos. Una red de área local es la interconexión de varios computadores y periféricos. Su extensión esta limitada físicamente a un edificio o a un entorno de pocos kilómetros. Su aplicación más extendida es la interconexión de computadores personales y estaciones de trabajo en oficinas, fábricas, etc., para compartir recursos e intercambiar datos y aplicaciones. Permite que dos o más máquinas se comuniquen.

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Softbook. Fotografía tomada de www.ebookcult.com.br

El SoftBook es de material flexible y está protegido con una cubierta de cuero que abre y cierra, simulando un libro encuadernado. Tiene una memoria de 8 MB y puede almacenar 5.000 páginas.

Se puede ampliar la capacidad de su memoria hasta 128 MB, para

almacenar hasta 85.000 páginas.

Su capacidad de almacenamiento es equivalente a

100.000 páginas impresas. El catálogo de obras en Internet es inferior al del Rocket eBook, pero cuenta también con la posibilidad de suscribirse a las revistas Time, Fortune y Fast Company.

Tanto en el Rocket eBook como en el SoftBook, la calidad de reproducción de textos y gráficos es bastante alta, pero aun no supera la calidad del papel impreso y de los monitores de televisión, por lo que los expertos son escépticos respecto al éxito de estos nuevos desarrollos y sus posibilidades.

La pregunta que permanece es si los lectores están

realmente preparados para olvidar el tacto de las páginas de un libro impreso y empezar a leer en pantallas digitales.

Además, estos primeros intentos de eBooks resultaron

incómodos para el lector y su oferta de títulos era muy escasa.

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En el año 2006 se lanzaron al mercado dos nuevos eBooks: el Portable Reader System, de Sony (Sony® Reader14) y el iLiad15, de iRex. El dispositivo de Sony incluye nuevas tecnologías que permiten leer en la pantalla sin reflejos de ninguna clase, como si fuera una hoja de papel, además, permite leer desde casi cualquier ángulo, con cualquier tipo de luz y es posible ampliar hasta en un 200% el tamaño del texto para facilitar la lectura.

Portable Reader System de Sony. Fotografía tomada de www.products.sel.sony.com

Mide 17.5 x 12.4 cm y puede contener hasta 80 libros de tamaño regular, esta capacidad se puede ampliar con una memoria extra.

Los títulos se descargan de Internet a un

computador; y de éste se trasladan al Sony® Reader. En la pantalla de este dispositivo se utiliza E Ink®, una tecnología mejor que la CRT (dispositivo de tubo catódico) y la LCD (pantalla de cristal líquido), pues en lugar de filas de células que brillan constantemente, las microcápsulas de E Ink® aparecen realmente como negro o blanco dependiendo de la carga positiva o negativa determinada por el contenido. El resultado es una experiencia de lectura similar al papel, en alta resolución y alto contraste que se puede ver con luz directa del sol y a un ángulo de casi 180º y sin necesitar ningún tipo de energía para mantener la imagen.

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www.products.sel.sony.com www.irextechnologies.com

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Por otro lado, el iLiad mide 21.7 x 15. 5 cm y tiene una capacidad de hasta 256 MB de memoria. Permite la descarga directa de libros y otro tipo de información desde Internet, así como también permite la conexión a un computador a través de un cable USB. Es posible hacer suscripciones digitales a periódicos internacionales y aumentar su capacidad de memoria y también, conectarse a Internet de manera inalámbrica.

Gracias a su

tecnología, el iLiad permite escribir sobre la pantalla, subrayar textos y hasta hacer bocetos.

Al igual que el Sony® Reader, el monitor del iLiad utiliza la tecnología E Ink®, donde se proyecta una imagen estable que favorece la lectura y disminuye la tensión de los ojos; sin embargo, esto también significa que la pantalla se refresca de manera más lenta y que no es apta para el uso de aplicaciones de video.

iLiad de iRex. Fotografía tomada de www.irextechnologies.com

El último lanzamiento en materia de libros digitales, lo realizó Jeff Bezos, fundador de la tienda en línea Amazon el pasado mes de noviembre de 2007. Su nombre es Kindle16 y es un lector de libros que permite almacenar hasta 200 libros y elegir entre una oferta de 90.000 títulos que se consiguen en la tienda virtual. También permite la suscripción a periódicos, revistas y más de 300 blogs.17 Su valor inicial es de 399 dólares y la gran

16

www.amazon.com Un blog (bitácora, en español), es un sitio web que se puede actualizar periódicamente y que reune cronológicamente textos o artículos de uno o varios autores, apareciendo primero el más reciente, donde el autor conserva siempre la libertad 17

21

novedad que trae, es su conexión inalámbrica, por lo tanto, se pueden hacer descargas en cualquier parte y consultar el correo electrónico.

Según Bezos, se trabajó en este nuevo dispositivo durante tres años y la idea era que el aparato pasara a un segundo plano y el lector pudiera disfrutar de la lectura, tal y como sucede con los libros impresos. Asegura que la pantalla de Kindle es tan fácil de leer como un libro de papel, pues utiliza partículas de tinta reales, refleja la luz como el papel ordinario y no brilla como otros monitores.

Kindle pesa 10.3 onzas y su pantalla permite leer con plena luz del sol. A cada lado tienen un botón en forma de barra que sirve para adelantar o retroceder páginas a medida que se lee. Tiene también un botón para mover el cursos y elegir entre los 200 títulos del menú. Si se acaba la batería o se apaga, una memoria permite guardar el punto exacto en donde quedó la lectura. Tiene incluso un ícono que simula el borde de una página doblada, como si se hubiera marcado hasta dónde iba la lectura. En la parte de abajo tiene botones para escribir el nombre de un autor o un título que se quiera descargar de Internet. Todos los títulos disponibles para descargar tienen un fragmento que se puede leer antes de tomar la decisión de comprarlo.

de dejar publicado lo que crea pertinente. El término blog proviene de las palabras web y log ('log' en inglés significa: diario).

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Kindle de Amazon. Fotografía tomada de www.amazon.com

Incluye también un diccionario para realizar búsquedas de palabras incluidas en los libros de las cuales no se sepa o entienda su significado. Se pueden subrayar palabras, añadir notas o resaltar una página entera. La duración de su batería puede ser de días y con sólo pagar una pequeña cuota, se pueden enviar correos o fragmentos de los libros que se tienen almacenados.

Todas estas revolucionarias tecnologías han generado cambios en los hábitos de lectura, cambios no sólo en el qué, cuándo y dónde se lee, sino también en el cómo. Y ese cómo es el que realmente le presenta un reto enorme al libro impreso, pues la tecnología no se detiene en sus desarrollos y cada vez será más fácil el acceso a ella; de la misma manera que evolucionará el uso de la misma. Los libros digitales, en el largo plazo, podrían llegar a ganarle su espacio a los libros impresos.

23

2.4 Normas para crear libros digitales

La Internacional Digital Publishing Forum – IDPF es una organización internacional de estándares y comercio dedicada al desarrollo y la promoción de las publicaciones electrónicas. El trabajo de la IDPF fomenta y promueve el desarrollo de aplicaciones editoriales electrónicas y de productos que beneficien a los creadores de los contenidos, los creadores de los sistemas de lectura (readers) y los consumidores.

Esta organización crea las normas estándar para la creación de librtos digitales, como la OEBPS, mencionada anteriormente, que fue creada en 1999, donde se establecen los estándares de los contenidos mínimos para definir un libro digital, independiente de del software o hardware de lectura. Actualmente, la IDPF lanzó una nueva versión de estas normas: La ".epub" es una extensión de archivo de formato XML18 para libros y publicaciones digitales. Esta extensión se compone de tres estándares abiertos: la Estructura Abierta de Publicación (Open Publication Structure-OPS), el Formato de Empaquetado Abierto (Open Packaging Format) y el Formato Abierto de Contenedor (Open Container Format), producidos por la IDPF. La ".epub" permite que los editores produzcan y envíen un solo archivo digital la publicación y ofrece a los consumidores, interoperabilidad software/hardware para los libros digitales sin encapsular y otras publicaciones. La antigua Estructura Abierta de Publicación de Libros Digitales o "OEB", producido originalmente en 1999, es la precursora de la nueva OPS.

18

El XML, Extended Markup Language (Lenguaje de Marcas Extensible, por sus siglas en inglés), es un metalenguaje (lenguaje usado para hacer referencia a otros lenguajes) extensible de etiquetas. Permite definir la gramática de lenguajes específicos, por lo tanto el XML no es realmente un lenguaje en particular, sino una manera de definir lenguajes para diferentes necesidades. Algunos de los lenguajes que usan XML para su definición son XHTML, SVG, MathML. Este lenguaje permite la compatibilidad entre distintos sistemas para compartir la información de manera fácil, segura y confiable.

El XML se propone como un estándar para el intercambio de información estructurada entre diferentes plataformas. Se puede usar en bases de datos, editores de texto, hojas de cálculo y casi cualquier cosa imaginable. No está hecho únicamente para ser usado en Internet. El XML es una tecnología sencilla que es complementada por otras que la amplían y crean mayores posibilidades.

24

3. ¿Qué pasa con la editoriales?

Actualmente, los editores se enfrentan al peligro de la “extinción” de la letra impresa, muchos expertos en tecnología vaticinan la sustitución de los libros impresos por las pantallas digitales y audiovisuales diversos. Sin embargo, otros editores piensan que el libro no desaparecerá, siempre y cuando la industria sepa adaptarse a los nuevos tiempos.

En palabras de Manuel Pimentel, “el libro no deja de ser un soporte tecnológico donde se vuelcan palabras y textos. Hicieron falta miles de años de civilización hasta conseguir ese soporte perfecto”.19 El libro impreso es, entonces, una tecnología revolucionaria que desplazó a todas las anteriores llámense piedra, cerámica, papiros o pergaminos.

La

pregunta obvia es si una nueva tecnología digital logrará desplazarlo también.

En tiempos de Gutemberg, cuando la imprenta fue inventada, los copistas e iluminadores de libros también esperaban el final del “libro bello”, sin embargo, aparecieron los incunables y la humanidad siguió considerando al libro artesanal como valioso y hermoso. Pero esos libros ya no se producen más, son objetos de valor por esa misma razón, son libros de colección que valen por su antigüedad e historia.

En el siglo XIX la industria de la impresión se revolucionó gracias a inventos como la prensa cilíndrica en 1812 y la linotipia de Mergenthaler en 1884, una vez más se esperaba el final de “libro bello”, pero se siguieron produciendo buenos libros que cautivaron la atención de los lectores de generaciones contemporáneas.

Con la llegada de la tecnología audiovisual se esperaba el final del libro impreso, Marshall McLuhan publicó en los años sesenta “La Galaxia Gutenberg”20, donde anunciaba que el libro sería reemplazado por un modo de entendimiento más global, valiéndose de imágenes de televisión u otras clases de dispositivos electrónicos. En este libro, McLuhan popularizó las teorías sobre los medios de comunicación, según las cuales, la cultura basada en el libro ya había entrado en su etapa de desaparición; y ahora, en la sociedad postindustrial, con la presencia de los sistemas electrónicos de comunicación, sobre todo, de la televisión, el 19 20

PIMENTEL, Manuel. Manual del editor moderno. Córdoba, Berenice, 2007.

MC LUHAN, Marshall. La galaxia Guttenberg. Madrid, Aguilar, 1962.

25

hombre volvería a un contacto audio-táctil con la realidad. Vaticinó que la muerte del libro sería en 1980. Muchos esperaban este resultado gracias a la fuerza adquirida por las nuevas tecnologías del sonido y la imagen. Pero el libro ha continuado, ha persistido. Pues no se pretende que una tecnología reemplace a otra, sino que se complementen entre sí. Las personas ven televisión, escuchan la radio, van al cine; y aun así, siguen leyendo libros.

Pero con la llegada de los computadores y el acceso a Internet, se empezaron a crear nuevos soportes de lectura que de nuevo representan una amenaza para el libro impreso. Hay quienes opinan que las generaciones que han sido educadas en la era digital, jamás tocarán un libro y toda su lectura se realizará en monitores y soportes digitales. Sin embargo, la tecnología del libro sigue vigente; y hasta tanto el acceso y uso de las nuevas tecnologías no sea del 100%, el libro impreso continuará siendo el soporte de lectura más común.

Seguiremos leyendo libros al tiempo que usamos Internet.

El sector editorial, que mueve millones de dólares anuales, se está preparando desde hace un tiempo para enfrentar la era digital y ha aumentado su oferta de libros digitales.

Editoriales como Random House, por ejemplo, tiene planeado ofrecer alrededor de 6.500 títulos en formato digital para el año 2008. Por otro lado, las cadenas de librerías como Barnes & Noble, de los Estados Unidos, han anunciado ofrecer en formato digital buena parte de sus libros a la venta.21

Las editoriales, pues, deben estar atentas a los avances tecnológicos para no quedarse atrás, para estar continuamente actualizados y de esta forma, ser capaces de competir en el amplísimo mercado que suponen libros digitales

21 Datos tomados del artículo “¿Ahora sí, la era del libro digital?, publicado por el periódico El Tiempo, edición de noviembre 20 de 2007.

26

4. Diferencias, ventajas y desventajas de los libros y los eBooks

El libro digital disfruta de muchas similitudes con el libro impreso, pesa poco, es fácilmente transportable, se puede leer en la cama si se quiere, pero sobre todo, goza de una gran ventaja: la de poder contener una gran cantidad de títulos en un sólo lugar, una biblioteca inmensa a nuestra disposición. De igual manera, evita el consumo de papel y por tanto, genera un ahorro en los recursos y se convierte en un elemento que es amigo del medio ambiente, pues hay menos contaminación, menos árboles cortados y menos hectáreas destruidas.

Así mismo, el libro digital tiene algunas desventajas: consume energía, poca, pero lo hace; razón por la cual hay que estar pendientes de recargar las baterías cuando sea necesario. En segundo lugar, es una sola hoja en donde va corriendo el texto, lo que nos lleva a preguntarnos si es igual de cómodo o extrañaremos la usual forma de pasar de una página a otra. Personalmente, pienso que yo la extrañaría, pues siempre me ha gustado ver el libro cerrado, después de un rato de lectura y darme cuenta de cuántas páginas he avanzado. Es insólito, pero lo disfruto.

Pasa lo mismo con el tacto. Se repite la pregunta sobre si extrañaremos la sensación de pasar los dedos sobre el papel y la tinta impresa al pasarlos por la pantalla del libro electrónico. Probablemente no se experimente el mismo gusto.

Parece que el común denominador, en aquellos que se oponen a la idea de que los libros digitales reemplazarán al libro impreso, es la del placer y el gusto que da leer uno de estos libros. No hay cálculos científicos para probar esta teoría, pero basta con hablar con varios escritores y editores, leer sus teorías al respecto, para darse cuenta de que es el punto donde todos confluyen, donde todos se ponen de acuerdo y donde se pone en duda el éxito del libro digital.

27

Existe también una nueva posibilidad para el libro digital, la expone Jason Epstein en su libro “La Industria del Libro”22. Explica que en el futuro, no sólo sucumbirá el libro impreso ante el texto digital, sino que éste será leído por demanda. Analiza la severa crisis que afronta hoy la industria del libro, crisis que afecta por igual a escritores, lectores y editores; y profetiza el futuro de una industria “transformada radicalmente, que revolucionará la idea del libro tan profundamente como la invención del tipo móvil”. Nos presenta la idea de dispensadores automáticos de libros, capaces de imprimir de manera instantánea y digital cualquier libro que sea solicitado, mediante técnicas de impresión digital y con tecnologías sencillas de encuadernación. Se podrá encontrar el libro que se desee en cualquier lugar del mundo y con la ventaja de no someterse a las leyes de rotación que imponen los grupos editoriales. Y todo esto saldría mucho más barato para el lector.

En teoría, estos libros hechos en máquinas dispensadoras tendrían un costo de producción más alto que los producidos por la industria editorial, su precio para el lector será más favorable, pues se estaría ahorrando los costos de distribución y las ganancias de los libreros.

Pero esto no sería del todo desfavorable para los editores, pues ellos sería quienes venderían los textos, ahorrándose todos los costos de impresión y distribución; y además, estos libros no tendrían la calidad de aquellos que se producen en talleres de artes gráficas.

Existe además, un tercer factor que favorece al editor, y acá volvemos a las hipótesis que no son fácilmente comprobables. Es el hecho del gusto de los lectores por visitar las librerías.

Manuel Pimentel, en su libro “Manual del Editor Moderno” dice textualmente: “es muy difícil que un dispensador de libros del tipo máquina de tabaco pueda desplazar la inveterada emoción de visitar librerías, un acto tan placentero como culto”.23

La tecnología digital ha revolucionado el modo de expresarse por escrito, de diseñar, de producir y vender libros, pero hasta ahora, no ha podido reemplazar al libro impreso. Los editores optimistas se apoyan en el aumento anual de las ventas desde la aparición de Internet, por otro lado, los pesimistas, se apoyan en el descenso gradual de las ventas de 22 23

EPSTEIN, Jason. La industria del libro. Anagrama, 2002.

PIMENTEL, Manuel. Manual del editor moderno. Córdoba, Berenice, 2007.

28

periódicos, algo que aparentemente le sucederá también al libro impreso con el tiempo. Sin embargo, en los últimos años a habido un incremento en el número de títulos publicados al año y en las ventas de revistas y publicaciones periódicas especializadas. Según Andrew Haslam, en su libro “Creación, diseño y producción de libros”24, “leer en un monitor sigue siendo menos cómodo que hacerlo en una página impresa”. Puede ser que el señor Haslam no haya conocido aun los nuevos dispositivos de lectura, eBooks.

Asegura que es “probable que el exitoso modelo de distribución de música en MP3 se convierta en el futuro del libro”, tal y como lo pronostican todos aquellos dedicados al desarrollo de tecnologías para sustituir al libro.

5. Mirada de algunos autores respecto las teorías sobre la desaparición del libro impreso

Uno de los autores que más se ha referido a la pregunta sobre si el libro digital sustituirá al libro impreso es Umberto Eco. En su conferencia dictada en la reapertura de la biblioteca de Alejandría, el 1º De noviembre de 2003, Eco se refirió a este tema partiendo de la idea de que las bibliotecas han sido hasta ahora, la forma más importante de guardar nuestra “sabiduría colectiva”. Dijo, “…una biblioteca es la mejor imitación posible de una mente divina, en la que todo el universo se ve y se comprende al mismo tiempo”.25

A la pregunta sobre si los libros electrónicos volverán obsoleto el libro impreso, Eco la divide en dos preguntas: ¿Desaparecerán los libros en tanto objetos físicos? Y ¿Desaparecerán los libros en tanto objetos virtuales? Para responder la primera, señala que aun después de la invención de la imprenta, existían otros medios de obtener información, tales como pinturas, enseñanzas orales, etc. Y que el libro “sólo demostró ser el instrumento más conveniente para transmitir información”.

24 25

HASLAM, Andrew. Creación, diseño y producción de libros. Barcelona, Blume, 2007.

Fuente: Página 12, Buenos Aires. Diciembre 7 de 2003.

29

Para él, existen dos clases de libros: los que se leen y los que se consultan. En el primero, hay un orden de lectura; se empieza por el comienzo de la historia y se sigue hasta el final.

“Fin del libro, fin de la experiencia de lectura”. Mientras que los libros de consulta, como las enciclopedias, no fueron diseñadas para ser leídas de principio a fin, sino para ser consultadas. Esta actividad de consultar toma tiempo y un cierto nivel de esfuerzo físico, sobre todo si la investigación que se está haciendo requiere de búsquedas de información amplias y específicas. Pero con el texto digital, es posible navegar a través de toda la Internet, y obtener los mismos resultados en mucho menos tiempo y sin mayor esfuerzo.

Por lo tanto, los textos virtuales harán obsoletas a las enciclopedias, según Eco. Y lo harán porque a medida que la tecnología avanza, ahora es posible, no sólo tener la enciclopedia completa en CD-ROM26, sino estar en línea con todas las enciclopedias y bibliotecas del mundo. Permitiendo la recuperación de información y la conservación de la misma en nuestros computadores.

Pero su posición sobre la desaparición del libro impreso, el libro que está hecho para ser leído y no consultado, es clara cuando dice que si esto sucediera, sería absurdo suprimir las bibliotecas.

Pues éstas deberían sobrevivir y ser como “museos que conservan los

descubrimientos del pasado”. Eco se mantiene optimista respecto al tema, y es de los que cree que el libro todavía tiene futuro. Piensa, como la mayoría de los que están a favor de esta hipótesis, que los libros seguirán siendo imprescindibles y que leer sobre una pantalla de computador no es lo mismo que leer en un libro impreso.

Al respecto opina: “Después de haberme pasado doce horas ante la computadora, mis ojos están como dos pelotas de tenis y siento la necesidad de sentarme en mi confortable sillón y leer un diario, o quizás un buen poema. Opino, por lo tanto, que las computadoras están difundiendo una nueva forma de instrucción, pero son incapaces de satisfacer todas aquellas necesidades intelectuales que estimulan”.

26

Disco Compacto de Memoria de Sólo Lectura por sus siglas en inglés (Compact Disc-Read Only Memory), es un disco compacto óptico de plástico plano utilizado para almacenar información digital codificada en una espiral desde el centro hasta el borde exterior. Puede ser leído por un computador con lector de CD-ROM.

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Argumenta además, que los libros siguen siendo el medio más económico, flexible y fácil para transportar información a bajo costo. “La comunicación que provee la computadora corre delante de nosotros; los libros van a la par de nosotros, a nuestra misma velocidad. Si naufragamos en una isla desierta, donde no hay posibilidad de conectar una computadora, el libro sigue siendo un instrumento valioso…

Los libros siguen siendo los mejores

compañeros de naufragio”. Todo esto además de que son más durables que cualquier medio magnético, incluso aquellos que están impresos en papel ácido moderno que sólo duran setenta años.

Esta opinión no está lejos de las que ya hemos mencionado anteriormente, y adquiere más valor por venir de un autor de la importancia de Umberto Eco, todo un conocedor de la historia del libro y la literatura. Para él, los libros son “de esa clase de instrumentos que, una vez inventados, no pudieron ser mejorados, simplemente porque son buenos”.

Dejando de lado el lado romántico de toda esta idea, desde el momento en que esta conferencia tuvo lugar hasta el día de hoy, se han lanzado al mercado más de tres dispositivos electrónicos de lectura. Ninguno de ellos supone estar sentado frente a la pantalla de un computador pues todos han sido diseñados para eliminar ese factor de incomodidad.

Entonces, ¿qué pasa con la idea del libro como el mejor amigo del

naufragio? Indudablemente, si se tiene uno de estos dispositivos al naufragar en una isla desierta, no sólo se tiene un libro, sino cientos de ellos en un mismo lugar. Pero solo hasta que la batería del aparato lo permita!

Una dependencia fundamental del libro digital es la electricidad. Sin ella, no hay conexión posible, sin conexión no hay lectura. Las baterías se desgastan y se deben recargar. Así, la lectura se pede ver interrumpida.

Por tanto, la defensa del libro de Eco tiene sentido, sólo que se va alejando poco a poco de los desarrollos tecnológicos de los últimos años y es posible que en el largo plazo, estos dispositivos se alimenten de luz solar y entonces el libro impreso no será más el mejor amigo en el naufragio. Entonces podremos decir que el libro impreso fue un gran invento

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de la humanidad que sí pudo ser mejorado, simplemente porque su sucesor es bueno y mejor.

Otro de los puntos que analiza Eco respecto al tema, tiene que ver con la versatilidad del libro en cuanto a contenido, a su función. Eco plantea la idea de que un libro ofrece un texto abierto a múltiples interpretaciones, pero su contenido no puede ser modificado.

Frente a un libro que ya está escrito y “cuyo destino está determinado por la voluntad represiva del autor”, no se puede hacer nada. El lector se ve obligado a aceptar el destino de sus personajes y a admitir que es incapaz de modificarlo.

Mientras tanto, con el texto electrónico, el lector puede escribir su propio relato, puede hacer cambios, modificar la historia y escribir la propia. Esta posibilidad, como la plantea Eco, le da rienda suelta a la creatividad y a la libertad el lector. Además, enfatiza la idea de que ésta actividad creativa se ponga en marcha en la escuelas del futuro. Sin embargo, al defender la imposibilidad de intervenir en un libro ya escrito, señala lo siguiente: “Hay libros que no podemos reescribir porque su función es enseñarnos la necesidad; sólo respetándolos tal y como son pueden hacernos más sabios.

Su lección represiva es

indispensable si queremos alcanzar un estado más alto de libertad intelectual y moral”.

En otra conferencia, llamada “De Gutenberg a Internet” 27,, dictada en la Academia Italiana de Estudios Avanzados en Estados Unidos, Eco señaló que los libros seguirán siendo imprescindibles no sólo para la literatura, sino para cualquier otra circunstancia en la cual sea necesario leer cuidadosamente, “recibir no sólo la información sino también especular y reflexionar sobre ella”.

Puso como ejemplo lo que sucede cuando una persona debe

aprender un nuevo programa de computador. Cómo el programa puede, generalmente, mostrar las instrucciones en la pantalla y por lo general los usuarios querrán imprimir dichas instrucciones para leerlas en forma de libro o comprar el manual, para aprender a manejar el programa.

27

Conferencia dictada el 12 de noviembre de 1996. Traducción al español tomada de www.usergioarboleda.edu.co

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Eco piensa que los computadores están difundiendo una nueva forma de enseñanza, pero son incapaces de satisfacer todas las necesidades intelectuales que ellos mismos están estimulando. Al respecto dice: “En mis mejores momentos de optimismo, sueño con una generación digital que lea en la pantalla del computador, pero que en cierto momento se sienta insatisfecho, y busque un momento de placidez y relajación para leer un buen libro”.

Pero no sólo Umberto Eco tiene opiniones respecto al tema. En su libro “Historia de la Lectura en el Mundo Occidental”28, Roger Chartier también se refiere al mismo. Plantea que el libro impreso tiene ventaja sobre el digital, pues éste puede “circular en todas direcciones” y además dice que se presta para una lectura, una interpretación y un uso del texto libres.

Chartier también se refiere en su libro a la forma en que los libros eran escogidos y a la forma de leerlos. Al respecto dice que cada lector “elegía una postura física y una actitud mental determinadas, así como un texto concreto al que aplicarlas”. Esto podría ser una gran defensa del libro impreso hasta cierto período de la historia reciente, pues cuando la lectura del libro electrónico se hacía solamente en pantallas de computador, era muy difícil llevar la lectura a otra parte, movilizarse con ella. Pero ahora, con los distintos dispositivos que hacen posible esta movilidad, el lector también adopta nuevas posturas y actitudes para aplicarlas a su lectura.

Los cambios que se dieron en el mundo y la cultura con la llegada de la imprenta, cuando los libros impresos empezaron a reemplazar a los manuscritos, tales como las nuevas experiencias de lectura, también está sucediendo con los e-eBooks. A medida que van conquistando más lectores, se crean nuevas experiencias de lectura que enriquecen al lector.

Sobre todo por el fácil acceso que éstos dispositivos tienen para obtener muchos títulos al mismo tiempo.

Otro de los cambios que ha modificó los hábitos de lectura tras la llegada de la imprenta, fue el formato de los libros. Con la invención de nuevos formatos, dejaron de existir los 28 CAVALLO, Guglielmo y CHARTIER, Roger. (2000) Historia de lectura en el mundo occidental. Madrid, SantillanaTaurus, 1998.

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libros de gran tamaño, como los que se leían antiguamente con la ayuda de un soporte para sostenerlos, pues eran demasiado grandes (libros de banco); se crearon los libros de bolsillo y se produjo un cambio en los hábitos de lectura. Al hacer cambios en las formas, los tamaños, los colores, etc., los libros se pusieron al alcance de nuevos lectores, cuya forma de leer no era la misma de aquellos que tenían acceso a los libros antiguos, aquellos con cultura.

Este cambio permite hacer un paralelo con el eBook, pues su creación ha

producido también cambios en los hábitos de lectura.

La transformación en los materiales, soportes y formas que se han producido en los libros digitales han permitido ganar nuevos lectores.

Las nuevas generaciones, más

familiarizadas con la tecnología, más acostumbradas a los avances de la ciencia cada día más rápidos, ven sin asombro alguno la aparición de estos formatos y se adaptan a ellos con mayor facilidad. Sin embargo, acá no hay espacio para divisiones entre lectores cultos e incultos, pues el acceso es para todos y ahora sólo depende de cada lector escoger la lectura que más le plazca.

Antes de la llegada de los dispositivos de lectura digital, al leer en una pantalla rígida, la lectura estaba limitada. No permitía hacerse al aire libre, relajadamente y divertida, una lectura por placer. La relación con el libro impreso como objeto llegaba a ser muy cercana con su lector. Al respecto, Chartier dice que “la carga emocional de un libro como objeto procede del lugar que ocupa la experiencia personal de su propietario, de los recuerdos que evoca, más que de sus propias características físicas”.29 También menciona que un libro, en las manos de su propietario se hacía “singular y valioso”. Ahora, esa experiencia se puede renovar, pues el libro digital como objeto también puede llevar al lector a evocar recuerdos, generar una experiencia personal única y hacerse valioso para su propietario; sin tener en cuenta el valor comercial de dichos dispositivos, que desde el principio hacen que el lector se sienta particularmente vinculado a él.

Pero Chartier también señala que el lector humanista rediseñaba el producto cambiando su aspecto, “añadiéndole adornos únicos, personalizando el resultado de la producción en 29

Ibid.

34

serie”. Y es así como muchos lectores en el mundo tratan a sus libros. Los adornan, los rayan, escriben comentarios, dibujos, etc. ¿Es esto posible con el libro digital? Aunque existen dispositivos que permiten la escritura de comentarios, éstos siempre se harán de la misma manera, con el mismo tipo de letra y con cierta rigidez. Creo que, al menos en este punto, el libro impreso se lleva todo el crédito y la ventaja, por permitir que cada lector haga de él un “manuscrito” personal e imposible de copiar.

Existen muchos paralelos entre la transición del manuscrito al libro impreso y del libro impreso al digital. Ya hemos mencionado algunos de ellos, pero todavía hay más. Antes de la invención de la imprenta, los copistas y escritores utilizaban ciertos recursos, como la caligrafía, que imitaba la minúscula de los manuscritos carolingios, la cursiva y las letras decoradas para hacer sus libros más atractivos. Luego fueron los impresores y copistas quienes componían los textos de manera que parecieran clásicos para sus lectores, imitando al manuscrito.

Hoy en día, los libros digitales se hacen de manera que los textos parezcan libros impresos en la pantalla, luego, permanece la tendencia a imitar lo inmediatamente anterior para que el lector se sienta cómodo y no lejano del todo a lo que siempre ha conocido como un “libro”.

En otro paralelo, desde el punto de vista cultural y económico, tanto compradores como vendedores de libros estaban de acuerdo en que la transmisión de libros es una actividad y una transacción muy importante. Se tomaban en serio el hecho de comprar libros, para lo cual hacía falta conocimiento y hasta buen gusto. Hoy en día se pede decir que sigue siendo importante la transmisión del libro, pero la competencia es cada día más grande y delicada; y los libros digitales ganan cada vez más adeptos. Su transmisión es tan fácil y económica que le está quitando una parte del negocio al libro impreso.

Respecto al futuro de la lectura, Chartier plantea que éste está asegurado en la medida en que se desarrolle la escritura en las sociedades alfabetizadas. Mientras se produzcan textos, en cualquiera de sus formas, seguirá existiendo la lectura.

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“Los hombres…

continuarán leyendo mientras haya hombres… que sigan escribiendo”. Y señala respecto a esta “cultura de leer”, que los países avanzados han incidido principalmente en potenciar y difundir la lectura más que la escritura. Dice además, que la industria editorial está más interesada en ampliar el número de personas que lean y no que escriban.

Todo esto debido a que los gobiernos y poderes consideraban la lectura como “el medio más adecuado para determinar la difusión de valores e ideologías”; esto antes de la llegada de la televisión, por supuesto. Pero además, porque era más fácil controlar los procesos de producción y distribución, contrario a la escritura, que es una “capacidad individual y totalmente libre, que se puede ejercitar de cualquier modo y en cualquier lugar, y con la que se puede producir lo que se quiera, al margen de todo control e incluso de la censura”.

Ahora, con las inmensas posibilidades que ofrece Internet y la gran cantidad de usuarios alrededor del mundo, es casi imposible que el futuro de la lectura sea incierto. Hoy en día, todo el mundo (al menos quienes disponen de un computador con conexión a Internet), tiene la posibilidad de escribir y expresarse libremente, sin posibilidades de censura o controles en la producción; pues la tecnología trasciende todas las barreras y permite que cada persona sea capaza de publicar sus escritos, prescindiendo de un editor, y alcanzando un gran número de lectores en todo el mundo. Claro está, que no todo lo que se escribe es fidedigno y mucho menos calificado en cuanto a calidad. Pero al menos el problema de la falta de escritores y lectores está resuelto.

Estas publicaciones virtuales, este crecimiento del consumo de texto digitales y la creación de dispositivos que pueden llegar a reemplazar al libro impreso, han llevado a la percepción de una inminente crisis del mercado del libro. Cabe preguntarse si estas son las únicas razones, o si es posible que existan otros factores que puedan estar llevando a esta crisis, como el hecho de que cada vez más personas, sobre todo jóvenes, estén “abandonando” la lectura y utilizando cada vez más aparatos como el televisor, los videojuegos, etc. O que talvez los métodos de aprendizaje de las nuevas generaciones tienden cada día más a prescindir del texto escrito tradicional y a apoyar el uso de nuevas tecnologías.

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Ésta es una situación compleja, pues no se debe permitir que los jóvenes estén ajenos a los avances de la ciencia y la tecnología. Es el curso natural de la evolución y desarrollo cultural del mundo. Ellos deben conocer, entender y asimilar la tecnología como propia, y deben ser capaces de manejarla para enfrentar los retos que el mundo moderno impone.

Pero también es importante que conozcan los antecedentes de toda esta tecnología, que sean parte de la historia y comprendan el largo camino que la humanidad ha recorrido para que ellos puedan disfrutar ahora de todo esto. No se deben olvidar los orígenes de las cosas, pues de esta manera se aprecian aun más todas aquellas que disfrutamos ahora.

En el libro “Cultura Escrita, Literatura e Historia”30, Chartier destaca tres puntos importantes sobre las nuevas formas de producción, inscripción y recepción de textos. El primero, es que permite escribirse sobre el texto.

Este punto, que ya lo habíamos

mencionado anteriormente, se refiere a la posibilidad de intervenir los textos electrónicos.

Antes, sobre los libros impresos, sólo era posible escribir en las márgenes del texto, en los espacios en blanco de las páginas, y el texto del libro no se modificaba, no podía ser borrado. Ahora, todos los cambios son posibles, todas la intervenciones, “se puede escribir en el texto o reescribirlo”.

El segundo punto que destaca lo llama “la posibilidad de escribir en la biblioteca”, y se refiere a la simultaneidad que permite el texto electrónico. Pues desde el momento en que se escribe, ya puede estar en manos del lector.

Se eliminan pasos de producción y

distribución que acortan los tiempos y reducen los costos de un libro impreso. Y el tercer punto es “la posibilidad de la biblioteca universal”. El sueño de tener todos los textos escritos por la humanidad en un mismo lugar. Obviamente, si todos los textos escritos hasta hoy estuvieran disponibles en formato digital.

Estos tres puntos son, de acuerdo con Chartier, las tres grandes transformaciones que ha sufrido la producción de textos. Sin embargo, asegura que “lo que cambia es el medio de producción de libros, de reproducción de textos, pero los usos que se pueden hacer están abiertos a la decisión humana”.

30 CHARTIER, Roger. Cultura escrita, literatura e historia. Conversaciones con Roger Chartier. Fondo de Cultura Económica, 1999.

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En una entrevista reciente de la revista colombiana Arcadia31, realizada a Chartier en Medellín, Colombia; se le preguntó sobre la muerte del libro. Al respecto, éste respondió que nunca antes en la historia de la humanidad se han producido y vendido tantos libros como ahora, pero que estas estadísticas no nos deben dejar satisfechos. Para él, el fin del libro es el fin de la lectura, y como ya lo mencionamos anteriormente ésta situación está lejos de suceder en la medida en que sigan habiendo escritores.

Pero habló también de la real amenaza del libro: la revolución digital, y mencionó específicamente el eBook, el hipertexto (es el nombre que se le da al texto que lleva a un usuario a otro texto relacionado en la pantalla de un computador) y el futuro papel electrónico. Esta revolución acabaría sin duda con la supremacía de la imprenta. En palabras de Chartier, “abandona todas las herencias, ignora el ‘libro unitario’ y es ajena a la materialidad del codex”. Además señaló cómo la percepción de la cultura escrita ha estado basada en las diferencias visibles entre los objetos. Así, un libro es diferente de una carta, a un periódico, a una revista, a un documento; y de acuerdo a esto, en el texto electrónico sólo hay un objeto, y todos los textos se leen en el mismo soporte, que es la pantalla. Lo que crea una ausencia de las diferencias que son fácilmente observadas gracias a la materialidad.

Luego, con el cambio en el objeto, también cambian las formas de leer. También cambia el papel de las librerías, que según Chartier, deben enfrentar nuevos retos como la venta directa y el comercio electrónico. Puso como ejemplo a Amazon.com, considerada la tercera librería más importante en los Estados Unidos, a pesar de no tener un espacio físico.

Y mencionó el incremento de las ventas en un 14% entre los años 2002 y 2004 y 18% entre al año 2004 y 2005; mientras la cantidad de miembros del gremio de libreros American Bookseller Association pasó de cinco mil en 1991, a cuatro mil en 1998, y a dos mil quinientos en 2003. También mencionó un estudio realizado por las Cámaras del Libro de Brasil, Colombia y México, en el cual Colombia representaba el porcentaje más alto en

31

ORTIZ, Hernán. “La muerte del libro”. Revista Arcadia, 24, Septiembre, 2007. p. 42..

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ventas en librerías y distribuidoras entre estos países; mientras que en México y Brasil el porcentaje era mayor en ventas directas. 32

Chartier se refirió a la declaración hecha por Borges en su texto “El Libro”, de 1978, con respecto a los medios de comunicación: “Se habla de la desaparición del libro; yo creo que es imposible”, y señaló que tal vez esta afirmación no sea adecuada para el presente, pues las pantallas del computador “no ignoran la cultura escrita sino que la transmiten y la multiplican”.

Plantea que la lectura de textos electrónicos debe pensarse como una

“textualidad blanda, móvil e infinita”.

Este tipo de texto de carácter hipertextual debería ser el adecuado para obras de naturaleza enciclopédica, que no estén diseñadas para ser leídas de principio a fin, y acá llegamos a un punto de encuentro en las formas de pensar sobre el libro entre Roger Chartier y Umberto Eco. Ambos opinan que existen otros tipos de libros que requieren una lectura continua y atenta, una “familiaridad con la obra” y la percepción del texto como una “creación original y coherente”.

Continuando con la entrevista, Chartier adopta dos posiciones frente al texto electrónico basadas en algunas observaciones de Borges sobre el libro: un texto electrónico de carácter hipertextual sería “un libro de arena con páginas infinitas que no podría leerse, tan monstruoso que, como el libro de Próspero en ‘La Tempestad’, debía ser sepultado”. Y por otro lado, un texto electrónico significaría una nueva manera de percibir lo escrito, “capaz de favorecer y enriquecer el diálogo que cada texto entabla con cada uno de sus lectores”.

Su opinión es firme: “No me parece que el libro vaya a morir. Los diálogos de Platón fueron compuestos y leídos en rollos, fueron copiados y publicados en codex, fueron impresos, y hoy en día, pueden leerse frente a la pantalla. El libro no va a morir como objeto, porque este “cubo de papel con hojas”, como decía Borges, es todavía el más adecuado a los hábitos de los lectores que entablan un diálogo con las obras que les hacen pensar o soñar. Aunque no sé, los historiadores somos los peores profetas del mundo”.

32 Cámara Colombiana del Libro. Estadísticas del Libro en Colombia 2006. Estudio disponible para descargar en: www.camlibro.com.co

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Ciertamente la opinión de Chartier es clara frente a la desaparición del libro impreso, pero deja entrever algo de incertidumbre al final. Es difícil pronosticar con exactitud este tipo de situaciones, pero sin duda, es una preocupación constante entre aquellos que trabajan y viven de la industria editorial.

Existe otro autor que tiene una opinión completamente opuesta a Eco y Chartier. Su nombre es Nicholas Negroponte, científico de origen griego, conocido por ser el fundador y director del Media Lab, un laboratorio y centro de investigación de diseño y nuevos medios del Massachusetts Institute of Technology - MIT.

Además, es el gestor del proyecto

presentado en el 2005 durante el Foro económico mundial de Davos, en el cual pretende producir computadores portátiles de bajo costo, a un precio de 100 dólares, para reducir la brecha digital en los países menos desarrollados.

Negroponte expone en su libro “El Mundo Digital”33 (Being Digital), publicado en enero de 1995, un paralelo entre el mundo real que está compuesto de átomos, y el mundo virtual, compuesto por bits; y desarrolla toda una idea alrededor de estos dos conceptos. Para empezar, asegura que la transformación de átomos a bits es irrevocable, es decir, que el paso de lo real a lo virtual no tiene marcha atrás.

Hay que entender, claro está, los conceptos “átomo” y “bit”. Un átomo, según la Real Academia Española, es “la cantidad menor de un elemento químico que tiene existencia propia y se consideró indivisible”. Se compone de un núcleo, con protones y neutrones, y de electrones orbitales, en número característico para cada elemento químico. Un bit, por su parte, es “la unidad mínima de información empleada en informática, en cualquier dispositivo digital, o en la teoría de la información. Es una unidad de medida de información equivalente a la elección entre dos posibilidades igualmente probables”.

El concepto general del libro de Negroponte pone de manifiesto la inevitable desaparición del libro impreso, de acuerdo con su visión a futuro. Sin embargo, este libro está impreso y 33

NEGROPONTE, Nicholas. Ser digital. Buenos Aires, Atlántida, 1995.

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así fue distribuido. Es más, es casi imposible conseguirlo porque está agotado y no es fácil encontrarlo en Internet. Pero Negroponte explica esta situación y comenta que las editoriales entregan los libros impresos por varias razones: la primera, es que no hay suficientes medios digitales “al alcance de ejecutivos, políticos, padres y todos los que más necesitan entender esta cultura tan radicalmente nueva”; y que además, la interfaz actual es “rudimentaria y está muy lejos de ser algo con lo que uno desearía irse a la cama”. Es importante recordar que este libro fue publicado en 1995, y los avances tecnológicos con respecto al libro digital presentados en este trabajo, han sido desarrollados en su mayoría, después de ese año.

Otra de las razones por las que el libro se distribuyó impreso, de acuerdo con Negroponte, es que los multimedia interactivos dejan “muy poco margen a la imaginación”, contrario a la palabra escrita, que según el mismo autor “suelta destellos de imágenes y evoca metáforas que adquieren significado a partir de la imaginación y las propias experiencias del lector”. Esta sola razón podría valer para preferir el libro impreso sobre el digital, y es sorprendente que sea expuesta por alguien que está convencido de la desaparición del libro.

Para Negroponte, los libros impresos son átomos, ocupan un espacio, tienen un peso y requieren de una logística de distribución. Mientras que los textos digitales son bits, que no ocupan ningún espacio real, su distribución puede ser gratuita y no toma tiempo. Explica que en los libros impresos, “las frases, párrafos, páginas y capítulos se suceden en un orden determinado no solo por el autor sino también por la estructura física y secuencial del propio libro”, es posible saltar de una página a otra y ser ojeado al azar, pero permanece dentro de esos límites.

Por otro lado, en el libro digital esto no sucede así. Negroponte plantea que el espacio ocupado por la información no está limitado a tres dimensiones. Y explica que la estructura del texto digital “se debe imaginar como un modelo molecular complejo”. Dentro de él es posible expandir las frases, reorganizar fragmentos de la información y hasta redefinir palabras sobre la marcha. Todo esto lo puede hacer tanto el autor, como el lector. Según él, “todos los multimedia llevan implícita la interacción”.

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Aunque dice que hoy en día (año 1995) los productos multimedia son una experiencia “de escritorio o salita de estar”, habría que viajar en el tiempo y situarnos en el año 2008, donde, tal y como lo pronosticó Negroponte, “los multimedia serán más como un libro, algo que se puede llevar a la cama o con lo que se puede mantener una conversación…

Algo tan sutil y exquisito como el tacto del papel o el olor del cuero”.

Pasaron tan sólo trece años y los pronósticos tecnológicos de este autor están prácticamente inventados y a la venta pública.

No será de extrañar si el libro digital termina

reemplazando al libro impreso en menos de un siglo, pues al ritmo que se mueve la ciencia y la tecnología, es casi imposible no pensar en esta posibilidad.

Negroponte es uno de los más importantes expertos del mundo en tecnología multimedia y tiene una gran capacidad de percepción sobre las tendencias de la tecnología, es por eso que está tan convencido de que el futuro que nos aguarda estará demarcado por el uso de la tecnología: “la transformación de átomos a bits es irrevocable e imparable”.

6. Entrevistas con personajes de la industria editorial en Colombia

6.1 Daniel Samper Ospina

Cuando se pone el tema de la posible desaparición del libro y la contundente llegada de la era digital, las opiniones y formas de pensar siguen siendo muy variadas. En las entrevistas que tuve oportunidad de hacer a dos importantes personajes del mundo editorial en Colombia, me encontré con respuestas que me sorprendieron, pues de alguna manera esperaba que fueran diferentes; de igual forma, recibí comentarios y planteamientos que se acomodaban a lo que yo esperaba de cada una de estas personas.

El primero que me dio un espacio en su agenda fue Daniel Samper Ospina, uno de los personajes más conocidos en el medio, gracias a su publicación mensual “Soho”, una

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revista de circulación nacional con el índice de ventas más alto en Colombia.

Esta

publicación, además de tener una excelente realización y producción de fotografía, cuenta con la participación de varios importantes escritores nacionales y extranjeros en cada edición.

Daniel es un hombre joven, recién casado y con una hija. Nació en los años 70’s y por eso está familiarizado con los progresos de la tecnología hasta el día de hoy. Es hijo del famoso escritor colombiano Daniel Samper Pizano, razón por la cual se crió entre libros y lecturas de todos los tiempos. Es fanático de Garcilaso de la Vega, poeta español del año 1500 y de la salsa vieja. Gracias a su profesión, Daniel ha estado siempre en contacto con el medio editorial y no es ajeno a los interrogantes que plantea el tema de este trabajo.

Al preguntarle sobre sus preferencias sobre el libro impreso o el digital, dijo que los libros impresos, en general, tienen un elemento romántico y emocional; “suena contradictorio leer poesía sobre una pantalla, pero es el contenido de un libro el que permanece. El lector se acomoda al medio de lectura”.

“El libro es sólo un envase, lo realmente importante es el contenido”. Al preguntarle sobre las posibilidades de intervención de los textos con el libro digital, dijo que esto puede ser a favorable para la literatura. Yo me preguntaba si no era contraproducente para el lenguaje la forma en que se manipulan las palabras y cada vez se respetan menos las reglas ortográficas; pero su punto de vista me sorprendió: “el lenguaje cambia, la forma cambia.

Se va acomodando a las necesidades de comunicación, todo esto puede llevar a una literatura más creativa”.

Sin embargo agregó: “Con todas estas nuevas posibilidades

tecnológicas se lee más, se escribe más, pero no necesariamente mejor” y todo esto representa al mismo tiempo, un enorme reto para los derechos de autor.

Piensa que la idea de extrañar el libro como objeto, como elemento táctil, es un romanticismo que tiende más a inspirarse en un punto de vista conservador. “Vivimos enamorados de cosas inútiles que dan belleza y placer; y hay pocas cosas tan estéticas o románticas como una biblioteca”.

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Comentó con respecto a su revista, que a pesar de subir todo el contenido de la misma a Internet, los lectores siguen pagando por una suscripción y prefieren tener el objeto en sus manos, más que en la pantalla. Cree que hay una valoración del objeto, ya sea por el placer de coleccionar, o por un factor generacional que todavía prefieren lo impreso y no se acostumbra a “la cosa virtual”.

Pero acercándonos a las ventajas del libro digital y planteando la pregunta de si llegará a reemplazar al libro impreso, la respuesta de Daniel es contundente: “Ningún argumento estético o emocional es superior al argumento práctico de hacer que con eso corten menos árboles”. Su posición frente al deterioro del medio ambiente es muy clara, “cuantas más medidas se tomen para proteger el medio ambiente y asegurar la supervivencia de la humanidad, mucho mejor”, y si eso incluye a los libros, entonces estos sí serán reemplazados.

Él hace un paralelo entre la industria musical y la industria editorial; y opina que tarde o temprano, va a pasar lo mismo con los libros que lo que pasó con los discos. “Las cosas digitales son más utilitarias”, hablando de las ventajas del iPod. El negocio de las disqueras ya no son los discos, son la música; así mismo, el negocio de la editoriales no serán los libros, sino los textos. “Las editoriales tendrán que encontrar una manera de hacer el negocio”.

Sin embargo, el progreso de la tecnología trae consigo otros factores sociales. Vuelve más solitario al hombre, lo aísla. Hoy en día se puede conseguir todo lo necesario para vivir sin salir de la casa. Al respecto opina: “Sería gravísimo, si se acaba el libro impreso, pues se acabarían las librerías; y el hecho de ir a una librería hace que el ser humano tenga que socializar de alguna manera”. Lo realmente dramático será cuando el aislamiento sea un estilo de vida de la sociedad. El texto digital “democratiza el conocimiento, pero aísla a las personas”. De igual manera, opina que la tecnología ha sustituido a la memoria. Con los libros impresos se tiene la mentalidad de ir a una cosa física para buscar información, ahora

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no se requiere sino de un “clic” para buscarla y de dispositivo cualquiera para guardar esa información.

En cuanto a las desventajas del libro digital, Daniel pone sobre la mesa el tema de las baterías o la necesidad de la electricidad para acceder a ellos. “El libro no necesita pilas” y mientras eso siga siendo así, no habrá nada que lo pueda reemplazar. Pero planteó el siguiente interrogante: ¿con cuál de los dos preferiría que se educaran sus hijos, con libros impresos o digitales?

Difícil respuesta, pues no se puede estar ajeno a los avancen tecnológicos y mucho menos los niños y jóvenes que nacen y crecen en medio de todos ellos. Mi respuesta fue simple: con el libro digital. Quiero que mis hijos amen los libros, pero si el planeta nos lo permite, pues no podemos seguir produciendo cosas a costa del medio ambiente. Y para que esto suceda, probablemente el libro digital sea la mejor forma de enseñar sin contaminar. Sin mencionar el ahorro en compras de libros!

6.2 Helena Iriarte

Helena es escritora de novela y poesía; y maestra de literatura de la Universidad Javeriana de Bogotá desde hace muchos años. En la entrevista que tuvimos, su primera respuesta frente a la pregunta ¿crees que el libro impreso desaparecerá?, fue un “no” rotundo. Helena es de las que se rehúsa a leer en una pantalla, y aunque no está familiarizada con los nuevos dispositivos de eBook, su reacción es de total rechazo. Sin embargo, asegura que los libros digitales ya se han ganado un espacio importante en el mundo editorial, pues han reemplazado a las enciclopedias y diccionarios, pero se resiste a hacer cualquier búsqueda en Internet, no confía en sus contenidos.

Ella cree que “todo este alboroto” del reemplazo del libro impreso, es muy similar al que se dio en el pasado cuando se afirmaba que la televisión acabaría con el cine y la fotografía con la pintura. Helena está convencida de que ambos pueden convivir sin problema. Para ella, como para muchos escritores y editores de su generación, el libro impreso es

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irremplazable, sobre todo, aquellos libros que son hechos para disfrutarlos visualmente, ya sean los libros de arte, fotografía, etc. “Yo necesito el papel”, asegura, y me dice con mucha seguridad, que éste le da más fe en los contenidos.

Sin embargo, ve aspectos positivos en el libro digital. El hecho de que los textos no ocupan un espacio físico “es asombroso, imagínate, por ejemplo, en Japón, donde viven en espacios mínimos… qué maravilla poder tener libros así!”. También le da crédito a la teoría de conservación ambiental, piensa que es importante hacer algo al respecto, pero ella no cree que los libros sean la mayor causa de contaminación, y no por eso se van a dejar de imprimir. En su opinión, “el planeta se va a acabar antes de que se acabe la industria editorial”, dice con un poco de sarcasmo. Asegura que la industria editorial en Colombia “no tiene miedo de los avances tecnológicos”, y que está preparada para afrontar los retos que vengan en el futuro.

Opina que uno de los grandes obstáculos del libro digital, es la población tercer mundista, los países pobres que no tienen acceso a la tecnología de punta. “Sería fantástico que llegara a todos, sería como volver al sueño socialista de todos tenemos lo mismo, la misma educación’ y tecnología”, pero eso lo ve muy difícil. Para reemplazar al libro impreso “habría que acabar con una cultura de cuarenta y cinco siglos”.

Según Helena, con la escritura, “el hombre buscó librarse de su olvido” y a través de ella, encontró la permanencia; contrario a la tecnología, que “no permanece”. Y añade: “los jóvenes se están olvidando de escribir”, dice que hay un proceso de degradación de la lengua gracias a los constantes cambios en la tecnología, pero que no hay más alternativa que adaptarse a ella. Ya no hay marcha atrás, “yo escribo en el computador, pero me costó lágrimas”. Helena tuvo que actualizarse para no quedarse relegada en el pasado de las máquinas de escribir. Pero su forma de pensar es clara y absoluta: “El placer del libro no lo cambio por nada”.

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7. Conclusiones

Este recorrido por la historia del libro, tanto impreso como digital, ha sido muy enriquecedora. No sólo por poder conocer de cerca las teorías de maestros importantes, sino por las posibilidades que se abren para actuar y desarrollar una carrera como la del diseño gráfico. Sea cual sea el futuro del libro, debemos tomar medidas para actualizarnos y recibir sin miedo la llegada de la era digital. Igualmente, debemos tener más conciencia sobre los efectos que tiene la industria en el medio ambiente y buscar formas de ayudar a conservarlo, sin que por ello se sacrifiquen elementos culturales.

Si, el libro impreso es un objeto hermoso que ha trascendido en el tiempo y encuentro difícil que un dispositivo digital logre quitarle todo ese poder de atracción como objeto del deseo. Pero un libro digital abre las puertas del futuro de la educación a millones de personas en el mundo. Si el sueño de llegar a todos los rincones de la tierra se realiza, éste, sin duda, es el mejor invento para lograrlo.

Es imposible predecir el futuro a aventurarse a decidir sobre la suerte de inventos que han sido parte de nuestra vida y nos han formado. Soy de las que piensa que ambos, tanto el libro impreso como el digital, lograrán convivir en el mundo, mientras éste siga siendo apto para la vida humana. Recordemos el famoso proverbio chino “todo hombre debe sembrar un árbol, tener un hijo y escribir un libro”. Si este proverbio se cumpliera, tendríamos asegurado el futuro del planeta, del hombre y de los libros. ¿Qué más se puede pedir?

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8. Agradecimientos

Un especial agradecimiento a las personas que contribuyeron con sus opiniones y referencias bibliográficas a la realización de este trabajo.

Sus aportes han sido muy

valiosos y, sin duda, me han ayudado no sólo a completarlo, sino a comprender el tema más allá del texto y la investigación. A todos, gracias.

Helena Iriarte Daniel Samper Ospina Jimena Londoño Iriarte I/M Editores Cámara Colombiana del Libro

9. Bibliografía

- “¿Ahora sí, la era del libro digital?, Periódico El Tiempo, 20.11.2007. p. 1-2.

- CALVET, Louis-Jean. Historia de la escritura. Buenos Aires, Paidós, 2001.

- CAVALLO, Guglielmo y CHARTIER, Roger. (2000) Historia de la lectura en el mundo occidental. Madrid, Santillana-Taurus, 1998.

- CHARTIER, Roger. Cultura escrita, literatura e historia. Conversaciones con Roger Chartier. Fondo Cultura Economica, 1999.

- CHAVES, Norberto. El oficio de diseñar. Propuestas a la conciencia crítica de los que comienzan. Barcelona, Gustavo Gili, 2001.

- ECO, Umberto. Apocalípticos e integrados. 1ª. Ed. argentina en Fábula, 2004.

- ECO, Umberto. Cómo se hace una tesis. Barcelona, Gedisa, 2001.

- EPSTEIN, Jason. La industria del libro. Anagrama, 2002.

- HASLAM, Andrew. Creación, diseño y producción de libros. Barcelona, Blume, 2007.

- JEAN, G. La escritura, archivo de la memoria. Madrid, Aguilar, 1990.

- LOWE, Donald M. Historia de la percepción burguesa. Fondo de Cultura Económica.

1986.

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- MC LUHAN, Marshall. La galaxia Guttenberg. Madrid, Aguilar, 1962.

- NEGROPONTE, Nicholas. Ser digital. Buenos Aires, Atlántida, 1995.

- ORTIZ, Hernán. “La muerte del libro”. Revista Arcadia, 24, Septiembre, 2007. p. 42.

- PIMENTEL, Manuel. Manual del editor moderno. Córdoba, Berenice, 2007.

- SIMONE, Raffaele. La trecera fase. Madrid, Taurus, 2001.

Bibliografía Online

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