Nuevo Mundo: Crónica Semanal Ilustrada (1895)

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^mw^ AÑO II.—NÚM. 68.

sem^n^L iL(íS53íi^oA MADRID 25 DE ABRIL DE 1895

EMOCIONES

DEL

P r p p i n J Penfi)tur«, iScMiln.

TOFÍEO

;-;ÍA.-Í.^

U a íouo en u n lendido. (Di apunte8\enviadospor

nue»lTo corresponsal en Barcelona,

Vétue la pág.G.^'í


NUEVO MUNDO

6rü-z-iu/i /c%/U/£A Et, PKEaUPUESTO DE flTJEKKA.— EXAGKRACIÓNRS F A T A L E B . - L A INBUlIItECCIÓN CUBANA Y EL TKiTADO OHIHÜ JAPOKÉS. — rAllTlDO QUJC SE liDIEltE SACAR DE TODO ELLO. —LA DISCURIÓK EK LAS COGITES — E L DI- VOItCIO KEPUBLICAKO

E u e s t r a s cueationee interioreH h a n aido en lo qiie Ta de Biglo taniQs y tan gravee, que n o es e x t r a ñ o q u e hayim absorbido toda la atención de nuestro pueblo. De a q u í el eBcaeo cuidado que éste p o n e , e n la política i n t e r n a c i o n a l . Si E s p a ñ a CHtiiviera reducida á la P e n í n s u l a , n a d a perdería en niOBtraree alejada d e ese campo de ac ción de los Eatadoe, en el cual, dado el carácter de la m e n c i o n u d u política, eúlo A lo-s muy fuerles convien e u n activo papel. LOB territorios de n u e s t r a nacion a l i d a d en el extremo Oriente y en el Golío mejicano y a » u las islas q u e poseenioa cerca de la P e n í n s u l a , aeí como nuestras plazas africanas, n o c o n s i e n t e n t a m a ñ o a i s l a m i e n t o . Por esto son doblemente merit o r i c s los h o m b r e s q u e de continuo llaman n u e s t r a atención hacia los asuntos exleriores. Ocurre, sin embargo» por un efecto de la limitación h u m a n a ó por la escaecR del talento de la medida, a n o t a d a ya en estas m i s m a s c o l u m n a s , que los cuítivadortjs de la política i n t e r n a c i o n a l se a m a n e r a n á su vez, y, olvidándose do las circunstancias int e r i c r e s , v i e n e n á dar en opuesta exageración. Tan m a l o es pasarse como n o llefíar; y de iffiíal s u e r t e q u e es censurable la i n d i í e i e n c i a con (jue toda ciiestióu exterior se suele m i r a r a q u í , es disparatado lo que hace, por ejemplo, Italiü, al subordinar á la política i n t e r n a c i o n a l su v i d a entera, híista el p u n t o de ari'uinarse p o r s o s t e n e r u n a potencia uillitar en e n o r m e desequilibrio con las fuerzas de la nación . E n t r e ambos extremos se halla el punto d o n d e nos conviene colocarnos. E n d a r con ese p u n t o con eiste para nuestros eetadistas el problema. Pero ¿se lo planteiin estos seriamente? I J I respuesta es, por lo m e n o s , dudosa. E s pi'eciso que los acontecimientos exteriores nos e n c u e n t r e n prevenidos; p e r o e s i n d i s t J í ' n s a b l e que n o nos hallan a r r u i n a d o s . H a y que contar con las deliciencias de la administración n a c i o n a l . Aprestos militares que llenen de m a t e r i a l de guerra nuestros parques y artítmales y vacíen las no muy repletas caj a s d e n u e s t r o Tesoro, miis bien p u e d e n s e r un origen de debilidad q u e d e fuerza; m á x i m e Íioy, cuando os más exacto que nunca el aforismo de que para la guerra son necesarias tres cosas; dinero, d i n e r o y dineto.

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guerra. E n esta feasiíwra peroran los partidarios de los a u m e n t o s ilimitados en cuanto a l ejército so refiere.

P a r a la a r g u m e n t a c i ó n e n tal sentido h a n vonido á maravilla la insurrección cubana y el tratado de paz chino-japonés. De estos hecbOB, y del hábito que tenenios de pensar con la imaginación, se p r o d u c e n a d m i r a b l e s resultados. —lAlii teniiis las consecuencias del p r e s u p u e s t o de la paal dicen los enemigos de las economías. Y es lo m á s triste que la gente no se cuida de contrastar el valor de semejante exclamación. Eu primer lugar, el presupuesto consubido era y es el de la P e n í n s u l a . ¿Que t i e n e q u e ver con el d e la Gran Antilla ni con el de l*'ilipiiia-', que son los que tocan á la cuestión sejiaratista y japonesa? Además, a u n q u e el ejército de Cuba estuviese reducido, (.puede alguien creer que el estallido insurreccional e s t a r í a Subordinado á que h u b i e r a en la isla algunos miles de hombrea de m á s ó de menos sobre las armas? Pues (,no ha ido en plazo brevísiuio niimero mayor de soldados q u e el que de o r d i n a r i o se p u e d e sostener allí, y, á pesar de eso, la i n s u r r e c ción continúa? Para nada se toma en cuenta la tensión moral q u e había do producirse en u n paia á q u i e n se le deja entrever, con un ¡iroyeclo de reformas, un risueño horizonte y á q u i e n se le corta de pronto, como con u n telón, esa perspectiva d e esperauzas, llevando al ministerio de U l t r a m a r á Becerra. Al efecto espiritual de loa hechos se le despoja de toda trascendencia, y á un heciio material so le carga toda i m p o r t a n c i a . ¿Qué discurso ni q u é discernim i e n t o cabe en tal ijroceso psicológico? Cosa análoga ocurre con el tratado chico-japonéa. Desde el i n s t a n t e en q u e 6e supo que el Celeste Imperio cedía al del Sol Naciente la isla Pormosa, distjinte dos días de navegación de P i l i p i n a s , liay q u i e n no da media peseta por la seguridad d e a q u e l l a colonia, Loa continuados triunfos de los j a p o n e s e s h a n hecho creer, en la t u r b a de neuróticos de a q u í , que ese ejército es invencible. Nadie se acuerda ya de q u e el a ñ o 18(i0 ee declaró por I n g l a t e r r a y F r a u d a la guerra i'i China, y en Aguslo de aquel año desembarcaron (I.ÜÜO franceses y (l.OOÜ ingleses en las cortas del Celefto I m p e r i o , y quo en Octubre del m i s m o año, ó sean dos meses y medio después, entraban eu P e k í n , no oljslame qut^ a q u e l Gobierno, miis fuerte y más obedecido que el actual, había reunido para c o r t a r l e s e l paso u n m i l l ó n d e s o l d a d o s , NI se toma en c u e n t a que los chinos de e n t o n c e s estaban armados poco m á s ó menos como loe de a h o r a , míentj'as q u e los soldados europeos n o llevab a n , como los japoncEcs llevan hoy, a r m a s de tiro rápidüf sino aquellos fusiles rayados q u e se cargaban por la boca; ni q u e en batallas como la de Palikno loe franceses solo, y de u n sólo empuje barrieron el ejército enemigo, en t a n t o que hoy 70,OÜO jiiponesea, pertrechados y organizados á la moderna y sin liaber t e n i d o enfrente u n a m a s a d o tropas tres veces super i o r , n o han llegado A P e k í n , á pesar de los pesares. Añádase á estas consideraciones, q u e son de clavo pasado y de sentido couiún, que en n i n g ú n combate ios japoneses ban visto caer la vigésima parte de su fuerza, m i e n t r a s q u e son m u y nimieroaas las accio nes de guerra e n t i e europeos donde ha caidu á. tierra la tercera parte de los combatientes, y dígase s i n o ¡icuta u n colmo de impresionabilidad suponer á los guerreros del Japón poco menos que incontrastables é invencibles, cual si tuviese carácter d e contagio la cobardía de los chinos.

E s t a s consideraciones di;l sentido c o m d n deben ser repetida.4 hoy más q u e n u n c a , por haber empezado en el Congreso la discusión del presupuesto de Guerra. P o r espíritu do clase y por buecar en ella la popularidad, los diputados q u e son milUíires a ü r m a u la necesidad de grandes aumenttia en los gastos de ese r a m o . Corrol>oran tal atirmación los cortepanos q u e el ejército, como todo elemento [.'Oderoso, tiene, Unos y otros atribuyen á las economías e n diclio oriJen lodas las contrariedades y desgracias q u e tisperimenlemOB y podemos e x p e r i m e n t a r . La d i s m i n u c i ó n de n u e s t r o prestigio en Marruecos, la insurrección de Cuba, los rieugos qne las F i lipinas corren a n t e el engrandecimiento bélico del J a p ó n , basta los d i s t u r b i o s promovidos ¡lor los oticiales s u b a l t e r n o s , sucesos generadores de la úllima' crisis, son atribuidos A las ficonomías en el ram > de Guerra y al «sendereado p r e s u p u e s t o de l a pae. La deidamación, la eterna niebla con q u e las pas i o n e s , en combinación con lagi'.rruleria, e n v u e l v e n los negocios piiblicos y ofuscan la luz de la lealitJad, se h a apoderado del a s u n t o . La discreción, el juicio, los infetrumenton espirituales d e la verdad, q u e d a n relegados á segundo t é r m i n o . E n v a n o es que se-recuerde que las t a n ponderad a s e c o n o m í a s de los gastos n d l i l a r e s n o pasaron, a u n en el presupuesto de Gamazo, de siete y medio m i l l o n e s d e p e s e t a s ; en v a n o que se h a g a notar q u e esa reducción se veriflcú en el contingente de tropa y í-n la s u p r e s i ó n de algunsts de las anacrónicas capiti nías (generales, cosas ambas que.en n a d a afectan á la verdadera potencia m i l i t a r del E s t a d o , puesto que á los soldados e n v i a d o s á auc casas con licencia temporal ee les ptiede l l a m a r en el m o m e n t o que se les necesite, y las c a p i t a n í a s generales n o respondían á n a d a orgánico y serio; en vano que se observe cómo esos siete m i l l o n e s y medio, da pesetas h a n quedado reducidos por a u m e n t o s posteriores á u n a s u m a ineigniíicanie. Lo que i r r i t a ¿ los irnpugnndores del p r e s u p u e s t o n o es la reducción, s i n o la limitación.

Con este modo d e pensar y d e discurrir se sacan de quicio todan las cuestiones, líe a q u í la dificuitaii de v e n t i l a r serena y reposadamente las q u e tienen mayor relación co]i la vida del Estado. P o r fortu]ia, la gran masa social no et,tji tocada de semejante neurosis. Gracias á ello y á la presión que la m i s m a ejerce sobie el á n i m o de los politices, la obra del p a r t i d o liberal, el arreglo de la Hacienda, n o se va á p i q u e . Los partidarios de hi ilimitacián en loa gastos lie guerra n o se salen con la suya esta vez,. La discusión de los presupuestoa marcliacon s u m a lentitud, á p^aar de todo; pero esto, s e g ú n se h a observado ant<'a de aliora, obedece A motivos accidentales de la política, explotados con mayor ó menor habilidad por las oposiciones e x t r e m a s . El Gobierno se ha armado de paciencia para conj u r a r el riesgo de u n conflicto con la miiyoría liberal,' y n o (leja de ser curioso espectáculo el de un boudu'e t a n irritable como el Sr, Cos Gayón, quien h a b l a n d o de cifras y n ú m e r o s solía congestionarse de furia, y al presente eofiorta con la mayor m a n s e d u m b r e hasta his impertinencias de a l g u n o s d i p u t a d o s d e ü l a qué se aprovechan de la ocasión para dar al m i n i s t e r i o u n a carrera de baquetas.

Gastar, jíaslar m u c h o , gustar c u a n t o los militares q u i e r a n , ' es una oblif;acion:nacioiia],- contra la cualn a d i e d e b e o b j e i a r cosa alguna, bo pena de ser considerfldo como reo de alta traición ó cosa parecida. Y n o h a y q n e m e t e r s e en si el dinero q u e la n a c i ó n da p a r a ese r a m o se a d m i n i s t r a mejor ó peor, p o r q u e esto e? caso de comparecencia ante el consejo de

Aparte de estos asuntoa, n o hay otros de carácter pitblico, sino la agitación de los viticultores y v i n i cnltoi'es, q u e ven, por falta de mercados, su i n d u s t r i a en grave peligro, y el movimiento de descomposición ó, como dicen los 8aln,eronianos, de ííeb'í?tíejracj(Sn,

q u e se a c e n t ú a de día en día en las masas partidarias de la repñldica. El tiltimo meeíúíjy celebrado por los progresistaa partidarios del r e t r a i m i e n t o electoral lia mostrado d e q u e mauei'a entre la plana mayor de los republicanos v la m u c h e d u m b r e a n ó n i m a de los mismos existe Una solución de continuidad, q u e de m o m e n t o en m o m e n t o tiende A hacerse m á s anclia y más profundi'. E n - l a s p r ó x i m a s eUcciones n m n i c l p a l e s , y m á s lardo en las de las futuras Cortes, esta snparación va casi d a n u l a r la representación r e p u b l i c a n a en los Cabildos concejiles y en el P a r l a m e n t o En la política, como i'u todos los órdenes de la v i d a , el t i e m p o es el p r i m e r arlíiice, M.

TROYANO

EL MANIFIESTO AUTONOMISTA No tenemos pesar n i n g u n o r e t i r a n d o do esta sec-ción del jieríódtco todo lu que y;i tentantos i>re])arado, y stistlLuyéndolo con el hermoso y elocuente documenlu q u e niientros Icctore.^ v a n A leer, y q u e por sí solo constituye^ por su elicacia y <lecisiva influencia en la opinión del pueblo cubano, la m á s instructiva á la par (pie más liahigüefla información s o b r e la suerte s e g u r a é irremediable que fatalmente espera la insurrección cuiuina. ;Inanrrección cubana! Lean despacio y a t e m a m e n te nuestros lectores este precioso é inestiunible documento, ci'o íiel y ú n i c a \Q't. a u t o r i z a d a de los sentim i e n t o s del v&fdaderopueblo cubano, y d i r á n , a l term i n a r , s i hemos tenido ó n o ruxón itegaudo s i e m p r e , desde el p r i m e r m o m e n t o , la gravedad en (lue por error y a u n por sistema se bji q u e r i d o revestir ft los lajncntables sucesos desaii'olladoa en una de las ^eí8 ])rovinciaa de aqm-11" liesveiituntda isla; y aKimistno, si fuimos ó n o j u s t o s y acei'indos caiidcándolos d» exóticos y Opuestos á las actuales aspiraciones del país. llnsurrección cubana! Hoy n u e v a m e n t e protestamos de ella, negándola esít condición y ese c r á c t - r . Ni es insarrección l o q u e por u n extranjero violentamonte pe trata de imponei- á un puebto que rechuza lo que no ha menester, ni FQU cubanos los qUe, usurpando este nombre, desconocen de todo en todo las venturas y d e s v e n t u r a s de un pueblo del que s i e m pre estuvieron tan ajuiidados cotno e x t r a ñ o s . llnsurrección cubana que fraguan los Martí, los M á x i m o Gómez, Croiidjet, Maceo, (.¿aesada y o t i o s por el estilo, que por'ho ser c u b a n o s están sometidos ¿ los deberes de ciudadanía de e x t r a ñ a s naciones, deberes libres y v o l u n t a r i a m e n t e contraídos, y se l l a m a n insurrectos en u n país que les condena y execra, viniendo desde fuera á libertarle de malea que ya no exlaien, y que si existían, desconocieron, y que si los conocían, n u n c a supieron comparfirlos y menoH vencerlos-y repararlos, como ha sabido y yiodldü liacerlo el país cubano sin su m á s r e m o to a u s i l i o l |No es esa, n o , u n a insurrección, sino en verdad singular y niacabra invtti^ión de e x t r a ñ a gente que usurpa arroganttíineute el n o m b r e cubano, nomi^re que en puridad sólo eagriíjie para sus propios y peculiares íinesl Las insurrecciones n o v i e n e n del extranjero y no se importan á gusto y voluntad del q u e lejos y apartado de un pueblo vive, y mucho m e n o s cuando liállase é.^te en el actual estado de c u l t u r a que el pueblo c u b a n o . . Poio no q u e r e m o s soauír p r i v a n d o por m á s t i e m p o , con nuestras coiíaideraciones, de la:leotura tlel manifiesto a u t o n o m i s t a . Dice éste así-. «LA .TUNTA CENTRAL lUÍL l'AllTino UBBKAL AUTONOMISTA-;

* *

Al pueblo do Cuba. »Aunque condenada á e x t i n g u i r s e hi tenialiva revolucionaria, aislada ya y comprimida en la provincia Oriental, ha suscitado diñcnltivdos políticas y económicas d e tal g r a \ o d a d para erpn.'seiile y el porvenir, que. á pesar de su v e r d a d e r a i m p o t e n c i a , lia conseguidOjáfavorde fabulosos relatos, causur inte]isa emoción en la P e n í n s u l a y deseonüanzu n a t u r a l en lo.s países que con el n u e s t r o comercian. No sería e x t r a ñ o q u e , repercutiendo e n Cuba esas impresiones, Be produjesen a q u í , como suole en tules casos acontecer, recelos y alarmas en los.ániínos desprovenidos, y alguna confusión en los espíritus vacihmtea. A éstos q u e r e m o s dirigirnos para calmar su inquiet u d , p a r a desvanecer sus d u d a s , n o para hacer n u e v a s declaraciones ó protestas innecesarias, loa q u e y a habíamos manifeslado nuestros propósitos y fijado n u e s t r a actitud, n o sólo de.-de el p r i m e r a n u n c i o de la actual perturbación, sino tleade que á la sombra d é l a paJi, después d e u n a desastrosa c o n t i e n d a , formamos uira agrupación política que ha trabajado muchoa años para evitar futuras discordias y quitarles justifica'jióny pretexto. Al partido a u t o n o m i s t a , depositario de las esperanzas é ideales del pueblo c u b a n o , encarnados en la fórmula m á s d e p u r a d ^ y m á s peraÍBtent« d e eu hiatorin política, y ú n i c o p a r tido de razonada oposición organizado en este país, le i m p o r t a decir con franqueza lo <.[ue piensa, y, en cuanto de sí dependa, uniücar la o p i n i ó n y el sentim i e n t o d e todoa los q u e tienen fe en s u lealtad y confianza en su patriotismo, en fStos m o m e n t o s en q u e s i el-Gobierao supremo hace esfuerzos extraordi-


NUEVO

LJL

narios paní ahogar en su cniía la rebelión^ el pnfa • entero y IOF que u e a u i n a t u e n t e pretentlen representarlo, deben t a m b i é n , por BU parte, ayudarlo á m a n tener el orden y A dt-fender loe intereecB comuncB. í Aun sin ]inb« r sonado el grito de insurrección, tor " pemente ptoEerido desde el exiranjeio, con riesgo de ajeniis vidas y dafío d e ' a j e n o s intereses, por u n grupo de conapiradores, irreaponeableBde h e d i ó , q u e h a n vivido mnchoB años lejos del pais, cuyo verdadero estado desconocen, y al que pretenden l i b r a r de males que no lian querido conipurtiv, como n o compartirán hoy tauípoco loa que traiga sii descabellada y cnipable int«'niona, ni qnizás los peligros en que e n v u e l v a n A lo=: obcecadoa inatrumentOB de eu locura; aun sin que e^te trastorno del orden público hubieee amenasiido los intereses fundamenlales y el porvenir de esta Bocieitad, la J u n t a central h a b r í a cumplido el dulier de dirigir BU VOZ al paia en vísyjera de inau;i>i)rfirBe un nuevo régimen á cuya creación h a n cooperado PUB rcprnaentantes p a r l a m e n t a r i o s , en medio de u n a atmii>'íf*ra de benevolencia y de concordia que ellos no habían encontrado jamás en la Metrópoli, y de que q u e i i a n dar leal testimonio a n t e 8UB t;onciudarlanop; porque BÍ ese cambio en la diepoaición de los Aiiinioa demuestra que empiezan á desaparecer, t*n grandÍHima p e r t e , los recelos y loa obstáculos con q u e tantas veces tropezaron Ine reformaa colonialfa, justo es y conveiiiente hacerlo constar: qne el vfuiadero paiH cubano, A despecho de los emiuradoí' conspiradores, aabrá corresponder 6. esta rectificación de la.po ítica tradicional, si el Gobierno la m a n t i e n e en el tniumo espíritu de concordia y de confianza que le dirt origon. í E l vartídü libernl a n l o n o m l s t a , que ha condenado siempre los iiriíCf-aimientos rovolucionarios, con m á s raKón y í^ncrfíiii bahía de condenar y condena la revuelta que peí inició el 24 de Febrero, cuando ocababa de votart^e. con Í'I concureo de en a representantes en Cortes, u n a reíorma orgánica cuya importancia no es necesario exa-ifrar; la han reconocido c u a n tos la jnxi^aii sii] prevención ni malicia, y hatíta los m i s m o s que lum lan fiero apasionamiento la combatieron. Kl partiito liberal a u t o n o m i s t a condena todo traptorno dPi orden, porque es u n p a r t i d o legal, que tiene íe en lo" meriiop constitucionales, en la eficacia dd la propaganda, en la incontrastable fuerza de laa ideas, y afirma qiie las revoluciones, salvo e]i circunstancias e n t e r a m e n l e excepcionalea y extrem a s , que se proiluren mny de tarde en tarde en la v i d a di' h'S pueblos, ^on lerribles acoles, grandes y eeñaladns calami-lades para lae aociedades cultas, que por la evolución pacitira, por la reforma de las institLiciones y IÜH progr^-sos y el empnje de la opinión, llí-gan al logro de todos sus fines rat'ionales y de todas BUS aspiraciones legítimas. Pero además, n u e s t r o partido «h inndamentHlmente espHÜolj porq u e es eFen^-ial y exclusivamente autonomifta; y la a u t o n o m í a coloidíil. que parte de la realidad de la colonia, (le SUB unes, necesidades y peculiares exi g e r c i a s . premipont* ¡imbiiín la realidad de la metrópoli en la ,'']enitnd d e s u poheranía y de aua derechos hialóricos. Por fipo, d'-sde que nació n u e s t r o partido, inscribió en su bandera como lemaa la libertad, la paz y la unidad na'noui'l; y n o ha consentido j a m á s . Bino estimado como injuria de stis enemigos, con indignación rechnzada t-ienipre, que ee puBiese en duda la sincpridiui df BU adhesión á esos lemas invariahles, que jutitos ci)n8titiiyen su programa y que n o pueden sepHiürse sin hacerlo pedazos, BA epoa ]irinci|'ios, á su reciproca compenetración y arnumía se ha consagrado nueetra l a b o r ; para m a n t e n e r l o s i^in vncdaeiones ni desinayoe vinimos A la arena poUiica y, lie^^de entonces, cien veces hemos . declarado que cuitndu viésemos la impoaihilicJad de roantenerloH con liecoro y con esperanza, n o renegaliflinON de ellos, ni a u n en t a n extremo caso, sino diSolverínnioB luieslra liiiGfte, j-En la Binceridad de las afirmaciones y e n l a firmeEa de NU conduftH lilinm BU honor y au crédito los p a r t i d o - , has mr-s injiirioiraH imiiutncionee de n ú e s tros adversuriofl qiieihiriun juaLificüdas si en los momemoK mipinos en qtie, r servando nuestro inqueb r a n t a b l e culto á la a i n o u u m í a colonial en toda sti pureza, presláliauíOrt explícito concurso á Ui instauración de un ]uievo r(^gimen insular, baBüdo en loa principios *!« ecpeciülidad y descentralización que siempie lieniop ni'Stentailo, fiiéf^emos tan débiles ó t a n desleales que flaqueá-emos a n t e una a n ó n i m a é incalificable iiltr:irnda <^n que ]io ne sabe siquiera lo que en reaÜdüd se pretende, puea h a t e n i l o vivas para h-daa las causas y banderna para todas las rebeldías. íTOl partido autonomista cumple h o n r a d a y virilm e n t e BU df ln-r, 01 oiiiendo A la audacia de las facciones, como tarilns vcies opuKo á los errores del poder BU conetnnle di\ip¡i; Orden y Libertad. La revuelta lop amenaz cíinjuntamente. Conviene que esta triste verdail se i\\\>iv. f^iibi contra loa partidos liherales, y contra HU jn-cinn hahuhihloy fecunda, pudiera aquella tener eiii-acia y fuerza. i l . a ,lun«a i'i-n'ial no le habla BÓlo á loa buenos autonomipliiv; c* n t-u adhesión ha contado en todo tiempii, y (^nhe que ahora, como siempre, h a inierpreptado fii4menle su v o l u n t a d y BUB deseos. Kos diriginios al pneMo <-ubano de todas las clases, de todos lop i nrlidop, en yendo que diecisiete años de esfuniíos conBaí;ritilos !i !a deíenpa de sus intero«es y al ePtrdio de • i:p necesidadesy BUS probleuiaa, puedf n d m i o f i l ^ ú n titulo para merecer su confianza y estimación.

MUNDO í»fírM:AT^ERA

POLÍTICA

EL FORÚNCULO D E CÁKOVAS

,No como jefes de un partido, no como hheralea autonornistas, sino como compatriotas y como hermanos T e l a m o s hoy al buen sentido >• a! p a t n o t i s m a n o s , .ipB>< TC«,1Í« no« irana en amor A esta tierra r n f e t e f n a d i e "econofeu^os más h o n d o anhelo m i s d d o r o P a solicitud por su v e n t u r a , au d . g m d a d mAs «o^o'o;'* ^" . >,av nuienes se atreven á mvoL r t l n l ' r t ' n t l S s e r c n ' a n d o van á jugarlos al azar d t n n a disparatada a v e n t u r a , nosotros, que queremos ^alvaFÓ^, y como hijos de Cuba, que a amamoa con 'oda él alma y. q u e t a m b i é n somos los más, Sedimos el concurso del país para hacer que BU ^ O T u n í a T Wen conocida ya, se imponga s m vacilación ^ ' T É S Í d f l i b e r a l d e ISOS p l e . ó su bandera y . U ^ A L?, nne^to i los revolucionarios de \ a r a , abandonó au puesto a 1 ¡^formación, vio burporque, ^ e " ^ " ^ ™ ^ ' ^ ! " [ t i m a s , v aplazados loe m á s ladasBUsesijanas^^^^^^^ El partido " e'^rd^lS " liíjeiai ae lo o H

r S a afortur>ado, h a visto cómo , [^n aquellas promesaa,

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LOS

PERIÓDICOS

ILUSTRADOS

THE DAII.T GBAPHIC Y GUILLERMO II EL VOTO DEL HEICHSTAG

Ta imnortancia de la prensa periódica y sti influenc H m la marcha de los asuntos púbhcoa, es fluencia til j ^ ^ , ^ ^ reconocida. ' T e " rabonada i-rFtica del periódico, cuando éste arece de otros medios que la expresión escri a de sus opTniones, consigue mucho y ea eficaz, esta eficacia se ceniupUca cuando en determinados asuntos v i e n e el grabado á reforzar -sus razonannentos. * U n hecho, histórico ya, a u n q u e m u y reciente, confirma lo que acnbamos de decir, r e s d e qne el emperador G u i l l e r m o n a u h i ó a l trono de Alemania, viene maTiifeatando especial m teres por eJ fomento de la armada. Aparte de su ansiedad constante porque loa recur.soB m a r í t i m o s del Imperio estén A la altura de su siiuación é importancia m i l i t a r , Guillermo I I ^abe ^ue la adquisición de colonias, la emigración de eúbditos alemanea y la vasta extensión del comercio alenión, exige la posesión de recursos navales Buper.ores á loa q u e hoy t i e n e el I m p e r i o . i -r, • r. * ™ Al discutirse el presupuesto actual en el Reichstag,

insistió en el a u m e n t o de loa necesarios créditos p a r a el rt-fuerzo de la armada. Ruda oposición se hacía por los miembros conservadores y u l t r a m o n t a n o s á la concesión de a u m e n t o alguno en los créditos del presupuesto n a v a l , y ya fué rechazado un proyecto relativo A torpederos. Era evidente que el Gobierno iba á encontrar mayores dificultades cada día para hacer paaar loa proyectos presentados. « Pero ocurren sucepos de verdadera i m p o r t a n c i a , que ponen de relieve la nececidad del poderío naval para las contingencirs de la vi'ia internacioi)al conteinporónea, y un hecho periodístico vino á dar á loa deFCOs del poderoso Monarca, la fuerza que por sí mismo no tuvo. La guerra de China y el Japón presentó, en la toma por los japoneses del arsenal de Wei-hai-wei, una de las batallaa navales máa interesantes de ios tiempos modernos. Todas las naciones earopeae ae dieron cita para concurrir ó las cercanías de WHÍ-hai-wei, C u a n d o todavía no se h a b í a decidido e n e l E e i c h a tag alemán la suirrte dn l o i presujniestos de aquella m a r i n a , aparece en el Uaily Graphí'- un magnífico grabado del bombardeo de Wei-hai-wei. Los b u q u e s ingleses aparecían en primera fila con toda la majestad de su reconocida importancia, en t a n t o que allá en un eilio aparlado, á la derecha, se hallaba la represpntnción alemana, con su b u q u e alm i r a n t e línico, pobre y poco lucida expresión del orgulloso Imperio. El día 13 de Marzo, sil revisar el emnerador Guillermo su Dailii GrapUc, vio allí, fjrñficamente, el contraste significativo entre unos y otroa recursoí navales, considerándolo interesante lección en apoyo de BUS opiniones. I n m e d i a t a m e n t e epcribíó al margren del grabado estas palabras: \Welch ein JIohn Hegt darin\ ¡Qué humillante es esio\ Y lo envió al mit.islro de Marina. El día 28 de Mnrzo se leyeron por t' rcera vez en el Reicbstag los presnpuesloR de M;irina. É n t r e l o s diputados se habinn repaitido cor>ias del (jrabndo, con la nota marginal del Emperador^ y el efecto fué iuatantáneo. Contra la gráfica i rueha de la inferioridad h u m i llante en que [a bundera alemana estuvo en las asruae de Vei-hai-wet, era impasible argüir, y loa créditos fueron vota los por unanimidad. Desde el díji 20 quedan abiertas al servicio publico en la Red ter'.efónica i n t e r u r b a n a del N E . de E s paña, las eatacionea de Madrid, Zaragoza y Barceloca. La Estación central en esta c ó r t e s e h a l l a inatalada en el local n ü m . 18 de la calle d e Alcalá, Palacio de <tLa E q u i t a t i v a . » 269


NUEVO MUNDO los la?OB morales que A ellos nos unen, por la común lengua que ha himnos, y siempre ser A giatisimo ver ¡i los públicos de las naciones del Sur de América congrtfiarlos para escuchar la obra dfl genio esjiafiu! y para ajilandir con entusiasmo á los artistas que i-aben interprelarlas de la manera maravillosa que lo liace Amonio Vico. El estado de algunos de aquellosl pueblos no es el; más adecuado para gozar de las exil)ansiones gratísimas del gí-nto que necesiia para clíearrollarse de los heneliciop de la paz tun grata al ¡ilma. Son mfís indei endientes separados de nosotros; pero no son, más l'elicc^s, y aún hoy luchan divididos en multitud de fracciones, que se dispulan siu tino un mando que suele ser muy poco duradero. Los teatros no funcionan bien donde se alzan barricadas, y con estos obstáculos tia lucbacío Antonio Vico algunas veces en PU artística expedición. Pero ti do no han nido desventuras, y la fortuna le ha Fonreíilo en ocasiones, proporcionándole lo que fué A bupcar con tanto anhelo: recursos para su lio-; par, medios de íontinuar desempefiando su misión! de jeíe de una familia numerosa, que no tiene más afoyo que el que él la presta. I'orqneVico, el artista que tiene taatasapariercias de dePl^reocu^ado, es el padre de familia más cariñoso que existe; el jefe de casa que mes se preocupa de que nada falte á. loa suyos; el pariente qne sienta con n)ísbuen gusto á su mesa á cuantos están á él uniílos con vinculos de parentesco. Hu hogar parece muchas veces una fonda, y por mucho que gane, nada le basta para atender sus obligaciones como él desea hacerlo. Sin descansar apenas de su viaje &. América, se va Á trabajar A. Barcelona, y cuando concluya sus compromisos en la capital de! antiguo Principado, volverá a Madrid.J

L% EICAKDO CALVO {Mar sin orillas.)

'úW^iwmi ELBBGHESO DE ANTONIO VICO.—i^A MUERTE DBIÍICARD o CALVO.—LOS ACTOltES ESPAÑOLES.— UN MES BE DIFUNTOS

Antonio Vico bn regreeadu de sn expedición á América y Fe dispone á escribir un libro nnrrando sus impresiones de viaje y pu campaña como empresario y como actor. !No hay duda de que la olira eerá interesante, pues el Piuirente artista posee, bajó una apariencia de fripolidad, que él ee empeña en exagerar, un espirita profundo de observación y nna gracia natural inimitable para referir hechos y deducir de ellop las más oporlunnp conseciieneiap. Quien no conoce á. Antonio Vico cerno narrador; quien no le ha oído en una conversación de sobremesa, rodeado de amigos, esparciendo el ánimo en cariñosas confidencias y haciendo chispear el ingenio en cbarlas nmeniaimns, no le conoce bajo uno de BUS aspectos más interesantes. Kueslra raza, que posee las dotes arrebaladoraa de la elocuencia, no domina tanto el secieto de la conversación, que poseer en alto grado nuestros vecinos Ice franceses. Somos dados ¡i declamar con énfasis el f ndecasílabo, y nos reeislimos decir con naturalidad el romance; una conversación, aunque sea en un salón j delante de señoras, se eleva á polémica A poco que el asunto preste, por las condiciones de los que en ella intervienen, Lina tertulias que se forman en torno de las mesas de ICB cafés, parecen secciones de Congreso ó de Acá demia, donde se discute en vez de hablar Por eso abundan entre nosotros los oradores y escasean los que brillan en los que los franceses llaman cmtBerie. D. Kicoljif María Rivero era, según los que le trataron íntimamente, «no de los bomlirf.'í más notables en este género, en el que descuellan también los Sres. Castelar, Ciinovasdel Castillo, Castro y Serrano, Fernández Floras y algunos otros. Entre éstos merece una mención especial Antonio Vico; en los relatos que: Ice rejiortcrshuu hecho do las íhíejTJÍeííja con él celebradas estoH días, se advierte el gracejo, la finura, la espontaneidad del eminente actor; pero para apreciar mejor todas estas cualidades hay que esperar su libro. Lo que de las conversaciones antedichas se deduce, es que la campaña, A pesar de que ha tenido sus contratiempos, no lia sido del todo mala, y cjiíeni el artista ni el empresario estiin descontentos, porque el uno ha obtenido muchos aplausos y el otro no ha sido perjudicado en BUS intereses. Bajo el primer aspecto, todos los amantes de las letras patrias tienen que celebrar los éxitos de Vico. Perdido el dominio material de España en esos pueblos que se declararon independientes, nos quedan 260

Con el rejrreso de Antonio Vico" ba coincidido la muerte de liicardo Calvo, que tan dignamente babln rpcogido la herencia artística de su llorado hermano Rafael La suerte ha sido poco propicia á estos vastagos ilustres de una dinastía de actores que ha obtenido muchos aplausos. Rafael murió en la plenitud de la Erloria y cuando aún podía haber brillado durante mucho tiempo en la escena española; y Ricardo, que aceptó con gusto las segundas partes mientras vivió su hermano mayor, ba sucumbido cuando estaba demostrando que tenía condiciones y alientos para despeñar las primeras. D, iTosé Calvo, el insigne actor de canlcter, compañero dignísimo de Latorre, de Arjona y de Romea, dejó al morir muchos hijos, la mayor parte de los cuales se dedicaron á la profesión de su padre. Raíael y Ricardo fueron los que más se distinguieron; el primero comenzó A brillar bien pronto con esplendor propio; tenía, no sólo su genio, sino una sólida instrucción, un gran amor al estudio y una idea elevadiaima de la profesión d que se había consagrado, procurando rodearla siempre de gran prestigio. En las tablas era un gran actor;fuera de la escena, un cumplido caballero, y una verdadera providencia pai'a su numerosa familia, En esta escuela se educó su hermano Ricardo, que le profesnba un culto respetuoso y que ha continuado su obra en el teatro y fuera del teatro. Modesto, trabajador, inteligente, luchando con re cnerílos que el público no olvida fácilmente, ba sabido vencer, y ha sucumbido precisamente cuando había visto sus snefios realizados y cuando ya no tenia qne hacer nada miis que conservar el puesto que había conquistado. Como su hermano Rafa el, eraamantísimo de en familia y velaba con diligencia por los suyos.

KICARUO CALVO (^n el seno de la muerte.)

LQ profesión de actor se ba elevado mucho entre nosotros, no sólo por el espíritu de los tiempos quo así lo exigían, sino por las condiciones de los que se han consagrado á ella. Hornea, Arjona, Valero, Catalina, fueron cumplidísimos caballeros, de hidalga familia algunos, otros hombres de carrera que siguieron los impulsos de una vocación irresistible para dedicarse ü la escena, y todos hombres de sociedad muy perfectos y cumplidos, cuyo trato particular era buscado con empefio, como lo es boy el de sus compañeros, que tienen un puesío distinguido en los salones donde se rinde culto al talento.

Abril, el de las gayas flores, tan ensalzado por loa poetas, se est/i portando de una manera deplorable. Las madres le recoidarán con horror, porque ha sido un verdugo para los niños, cuya mortalidad ba aumentado en Madrid. Sus tiestas más solemnes han sido funerales, y la sociedad se ha reunido en entierros como el del primogénito de la marquesa de Onteiros, muerto antea del primer aniversario de su boda, como el del marqués de San Felices, que de tantas simpatías gozaba^ como el de Ricardo Calvo, que atin era joven. Parece que hemos salido de la Cuaresma para entrar en el mes de los difuntos, contribuyendo A laa tristeza^ las continuas lluvias, lan pei'judicialespara los campos y tan enojosas en la ciudad. De están mafianitas de Abril no se podrá decir que son alegres y sonrosadas como las que han inspirado á los éoiulos de Meléndea; pero confirman el reíi'án, un tanto prosaico, que dice que son «muy buenas para dormir.» KASABAL.

OPERAS NU£VAS El maestro italiano Cípollini ha entregado ya al editor Souzogno la partitura de su nueva opera. Es en tres actos, y se titula iv'i'non de LéñelosSu asunto, claro está., es un aspecto de la vida de aquella histórica mujer. Según el periódico la Súra^ de Milán, el célebre libretista Ugo Ojetti ocúpase en sacar de la Nana, de üüla, el libro de una ópera que hará el gran Maacagni. La noticia merece confirmación. El uiaestro Sauvage ba escrito una nueva ópera titulada Fasqua d'Azimi, sobre un libro de Gattesco Gatteschi. En el teatro Comunal de Bolonia se ha leído nna opera titulada Marcedea. ISsta obra, que parece pcndant de Car7nen, ea original del conde Agustín Pepoli. RICARDO CALVO


NUEVO

TOnilKI'ANnO

CAECÓN

MUNDO

a X B c l A MOLINAS

critóM

WAnTIN aA^CEll!Z

SAíTTOS V r i ; i l K A S I i E Z LA2A

LASTKK8

DÍAZ C'AMiJA

O A I I C J A fió>[t:ii

Diputados poí? Puenlo Rico.

LAS BUENAS FORMAS ¿ í j V N Aeturineba sido preso n n c r i m i n a l empedei-] 1 y nido (jue R s d e d i c a b a á d e s t i i p a r m H j e r e e e n sua ' ^ \ ratOBÜdOcioipero como la imaginación de algun a s pereonaa llega A abultar las cosas hasta un p u n t o v e r d a d e r a m e n t e maravilloso, Imy quien dice qup lia llegado d Madrid otro destripador, p r i m o , por parte de padre, del famoso Jack inglés. Ahora ee d a n deetrtpadorea como a n t e s se daban viudos de brigadieres. Según dicen, el -Tnci: recién llegado pienÉn dedicarse solamente ni destripamiento de nifios; y como es persono atenta y anannte de las buenas formas, lia dirigido una carta íl la primera a u t o r i d a d civil de la provincia, concebida en estos t é r m i n o s : «Muy señor mío y de todo mi respeto; Me alegraré que al recibo de estas mal formadas letras se bailo u s t e d disfrutando de la cabal ealud q o e yo para ini deseo. sPues sabrá, usted q u e ho llegado bien, A Dios RraCIBS, lo cual q u e vengo á ver ai m a t o dos 6 tres doce-

nas de n i ñ o s , por la noche; y si liaina de p r e s e n t a r m e candidato íi concejal, ó ei babla de m e t e r m e á escribir zarzuelas para Hornea, vale míip q n e me dedique á destrozar párvulos, con lo cual leí^ evito disgustos y no se e s p o n e n A ser el día de m a ñ a n a correligionarios de Becerra. iSé q u e no voy á ser bien recibido en esta pobla ción- pero yo de algún modo h e de pasar las noches, Y quiere decirse quH, en cuanto haya destripado u n a s c u a n t a s docenas de criaturas, m e iré á otra parte, t a n agradecido. , -r,,, . •, , í Y con esto, no canso m a s . Dele usted m u c h a s expresiones al señor de Fita, a u n q u e n o tengo el gusto de conocerle, y queda suyo nrectÍPimo, destripador inglÓB, q. b, s, m.,-John Jack y Eodriguez.-, Con asesinos así, da g u s t o . Antes, ni escribían cartas, n i saludaban A las personas de respeto. Ahora n o hacen m a s q u e llegar y d e s m c b n n la correspondencia. Después se ponen la ropa del crimen (blusa corta, p a n t a l ó n de pana , gorra de pelo y chalina azul), y salen por a h i A buscar v í c t i m a s , —Niño, i adóndo vas? pregunta ni p r i m e r p á r v u l o q u e e n c u e n t r a en la calle, —Voy A b u s c a r u n a cajetilla de cuarenta. —¿Para quién ep?

—Para mi nbueliía. —¿FuniR? — S í , Ecfior, fuma picado, para q u e se le quite la asma. —Bueno, p u e s q u e se espere. —¿Cómo? —Te voy A destripar en esta e s q u i n a , ahora q u e no papa n a d i e . Y zis-zást el asesino destroza á s n víctima en u n periquete; después se l a v a las m a n o s por aseo y . . . ¿ la c a m i t a . No puede pedirse m á s corrección ni m á s compost u r a «n un h o m b r e q u e llega fatigado de I n g l a t e r r a , y lo primero que hace e s dirigirse A la a u t o r i d a d competente, saludándola con re.spetoy d á n d o l e cuenta de PUS propósiloB sencillos. ]Q.a6 b u e n a educación t i e n e n estos a s e s i n o s d e alioral Y es q u e e o l i a a d e l a n t a d o m u c h o en todos los géneros. H a s t a liace pocos meses, el p ú b l i c o de los toros prodlg.aha groseros epítetos á los picndorep. H o y , c u a n d o n n o de éstos mete u n a v a r a e n la p a l e t i l l a del brnlo ó le raja la piel p o r e n t e r o , loa espectadores le dirigen frases de cariñosa reconvención; v e r b i gracia: 261


NUEVO MUNDO — ]Pero, señor áe B(indutlo\ ¿Qii¿ b a hecho iiaied'í iMaklita sea su señora m a d r e , cuyoa pies beeol... E n IflB Cortes, no s e diga. Antee de dirigir á loe miiiietroe los i n s u l t o s q a e Bon de rigor, el diputado a n t i m i n i s t e r i a l escribo u n a carta en entos ó parecidoe términüp: «Señor m i n i s t r o , de toda mi consideración y aprecio: M a ñ a n a á p r i m e r a hora tendí é el gunto de pedir la palabra para p r e g u n t a r á V. H. BÍ t>B verdfld q u e lia defraudado al país en u n a BULTIB iuiporlantf. Pif^neo, e n t r e otras cosas, l l a m a r á uBtcd prevaricador y m a l a p e r s o n a , y feo, Me aprf puro A escribirle para que esté prevenido y p u e d a buECar los a r g u m e n t o s naturaleB e n estos casos, »A los pies de la m i n i s t r a ; beeoB á los m l n i s t r í l l o s , y u s t e d sabe es suyo a t e n t o seguro servidor q. b . s, mano,—Leoniiíio Pupitre, t

miento perezoso —careta casi s i e m p r e de u n a apatía interepada y egoísta—una solución. Los diputados por P u e r t o Rico son Ifi.de los cuales sólo podemos publicar 12, cuyas semblanzas breves LiitentnremoB e n las s i g u i e n t e s lincas.

iLns buenas formasl K o b a y n a d a como esto. A loa directores generales de la pasada situación 66 les agasaja por los m i n i s t r o s de a h o r a . — Beso A usted la m a n o , Beñor m i n i s t r o El m i n i s t r o se inclina, abre los brazcs y estrecha contra su seno al director. — iMi querido González! ¿Cómo va? Y a sabe u s t e d que Be le aprecia. —Gracias, gracias... P u e s yo, si he de ser á u s t e d franco, quípíera i r m e . — iCómo! ¿Irse usted? De ninguna manera. —Es q u e , como de i t d o s modos t e n d r é q u e marcnarme... —Ko bablemOB de eso. .' • ' Y e n c u a n t o loa m i n i s t r e s h a y a n arreglado s u s cosas, llamarán á IOB directores, y con l a s formas m á s finas del m u n d o U s d i r í n ; — iMl.quei'ido Gonzí\lezl Yo lo siento nmclio; usted es u n a persona dit^tiriguidísima, un jiombre esbelto, bien trajinado y limpio, pero... — Ya eó lo que va Uf ted ¿\ decir: q u e me vaya. — Exactamente. Vayase tifted ciiiinlo a n t i s , y no vuelva por nhí en lo q u e qu»-da de siglo. I^No hay como las buenas formasl

DON FItANCISCO fiARCÍA MOUKAS

Luis TAHOADA,

BL CONDE IHC TOIÍEUPANDO

(MayagUez.)

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Don J u a n Bautista de la Torre y de Vega es de P u e r t o Jíico, a u n q u e de los sesenta y tantos años de su vida honorable solo liaya ]ineado allí loe p r i m e r o s . De su padre el general La Torre, q u e gobernó a q u e l l a isla, consérvastí allí grato r e c u e r d o , m a n i f e s t a d o e n las repetiíiaB elecciones de su hijo, el tercer conde de Torrepando, p a r a l a representación en Cortes. Liberal, aüliado al grupo gantacisla, el conde de Torrep a n d o e s u n a figura h o n r a d a e n el P a r l a m e n t o .

(San

Juan.)

J o v e n , rico y activo, García Molinas tomó con verdadero e n t u s i a s m o la diputación y ha sido títi! A s u s electores y á su país. Médico por lujo y vivo por t e m p e r a m e n t o , n o s e le formula desde P u e r t o Rico, donde n a c i ó , un deseo, s i n q u e se ponga i n m e d i a t a m e n t e en c a m p a ñ a haBta qne logra dejarlo complacido. ¿Cuadros para u n museo? García JMolinae so m n e v e y van los c u a d r o s . ¿Libros p a r a u n a biblioteca? García Molinas intriga y van los libros. ¿Cruces p á r a l o s voluntarios? García Molinas busca y van las cruces, ¡subvenciones para ceñiros de enFeíianza y u t i l i d a d , carreteras p . r a pueblos, destinos para paitl cu lares, todo lo q u e se le pide, lo busca y lo consigue. Algún elector rural se excede y le encarga mueptras de lelas p a r a u n «camisón» de la p a r i e n t a , y García M o l i n a s , con e n v i d i a b l e paciencia, e n v í a la.': m u e s t r a s . E n las m a g n a s cuestiones de la m o n e d a , de las m u r a l l a s de la capital y de la reforma arance laria. García Molinas h a puesto, con desvelos intelt gentes y cariñoeos. c u a n t o b a estado en sti mano. HabrA siílo, p u e s , cuando las Cortes concluyan, u n b u e n d i p u t a d o , y ee le debe en justicia la reelección. DOS VICENTE IIALBAS Y CAPÓ

LáS CORTES aUE SE VAN Que se irón, estaría mejor dicho; q u e se ¡rAn cuando el C-iobierno coneeiviuior !^e crea en cojLdiciones emecíinicaSK liarto pegunis p a r a y a n a r las elecciones con q u e ha de supliEuir á los actualfs diputados, Desde ahora liapta q u e ese m o m e e l o llegue, pensamos coni>agr«r á los d i p u t a d o s , en próximo peligro del eXf algún eepncio en n u e s t r a s columnas para reg i s t r a r s u s retratos y e u s semblanzas, porque creem o s q n e del a c t u a l Congreso debe conserv.irse m u y larga memoria n o cn-rtamente p o r lo q u e lia hecho, flino por lo qne ha dejado de Lacer; cosa q u e , A su modo, t a m b i é n d a A u n P a r l a m e n t o u n a caincteristica y u n a fisonomía, Cortes hay q u e se hacen famosas por s u s obras, por en labor ahii:cada, fecunda ó funesta, para la vida nacional: éstas permanecerían en la historia como modelo de la inacción y la parpimonia parlam e n t a r i a » . Dos grandes reformas han salido de ellas; e l presupuesto del Sr. Gamazo y la n u e v a o r g a n i zación política de la isla de Cuba, Para q u e la primera saliera A luz, fueron precisos titánlcoa esfuer zos q u e retuvii-ran en Madrid A los d i p u t a d o s . La segunda, la obra m a g r a de las reformas u l t r a m a r i nas, acerca de las cuales habíase d u r a n t e a ñ o y medio formado u n o de los u^ás vivos m o v i m i e n t o s de la opinión política q u e recordamos nosotros, salió de \a Cámara sin discusiones m i n u c i o s a s , y casi casi . ein debate alguno. I n s t r u m e n t o dócil, todo lo ha recibido beclio de entre bastidores y l o b a dejndo pasar, mAs q u e por convencimiento, por prurito i r r e m e d i a b l e a]far nieníe apacible. Si aquella teoría fisiológica de q u e u n a de las mayores fuerzas (le la jSnturaleza es dejar al t i e m p o q u e por si FOIO obre, es cierta, estas Cortes h a n sido las smAs fuertes» do E s p a ñ a en los ú l t i m o s afios. Si cada vez que u n P a r l u m e n t o obra, como h a dicho u n h u m o r i s t a , tiene el c i u d a d a n o q u e a b r i r la bolsa, este es el Congreso q u e menos le ha costado A la n a c i ó n . . . H a ^ t a hace un mes q u e se h a restablecid o franquicia postal, ni siquiera le costaba esas pesetas en sellos de correo.,. E s t a s u m a r i a biKtoria documentada de las Cortes q u e van A acabar, la h a r e m o s por regiones, y hoy la empezamos por

Puerto Rico. No tiene gran r o s a q u e agraílecerles á BUS diputados la pequeña Antilla. Mi su p r o b l e m a político electoral ni s u s jiroblemas económicos m o n e t a r i o s h a n podido dárselos resueltos sus r e p r e s e n t a n t e s en Cortes. Esto, que debe ser para los porLorriqneflos liberales u n a lección sobre la esterilidad d e loe r e t r a i m i e n t o s y el indicio do un r u m b o p a r a l o sucesivo, tal Tez i n d u y a en la deierniinación q u e para la próxima contienda tome aquel cuerpo electoral, q u e debe h u i r — e n su parle l i b e r a l , — n o e ó h t d e loR q u e le brind a n con u n a adhesión al platonismo republicano, s i n o t a m b i é n de IOB q u e pjetenden darle e n e l r e t r a i 2C2

(Mayagiiez.) H i j o de un a n t i g u o y laborioso periodista del partido incondicional, BalbAs n o heredó de su p a d r e mAs q u e el oficio y la influencia política. Su campaña parlamentaria no b a eiíipe'/ado todavía, KsperaDON ENIIIQUB CORBALHS [Coamo.) U n h o m b r e simpático y un d i p u t a d o laboiloso en el seno de las comisiones. Es soliriiio del Sr, Becerra. I n t e l i g e n t e . F o r m a l ,

D. EDTJAUDO CULLÓN Y DABAN {San

Juan.)

Hijo del e x m i n i s t r o D. Pío, y sobrino de loa generales D. L u i s y D, A n t o n i o , gobernador q u e fué aquél y gobernador que es éste de i'uerto Kioo, la historia p a r l a m e n t a r i a tie este distingruido y joven dif>utado consta ya de tres capítulos ó ti'es elecciones generales E n esos capítulos no hay e.^critos m u c h o s hechos salientes. E s secretario del Congreso y m i e m b r o de varias comisiones. D. .TOSÍ: DE aANTos Y FEENANDEK-LAKA (Quehradillas.) íEombre j o v e n , activo y m u y rico, de e n t e n d i miento avisado y de escrupulo.'a conciencia, es u n b u e n diputado, cuidadoso do los i n t e r e s e s de su disfrito, s i q u i e r a su modestia le hace más a g r a d a b l e q u e el trabajo en piiblico, la labor constante, silenciosa y eflciK de las gestiones directas y af^iduas. E s t á afiliado al grupo del Ht. Gamazo, y t e n e m o s p o r segura su reelección, D. FItANCiaCO LASTEES Y ' J U I Z (Mai/agilez.) Su reputación como abogado e n ejercicio con uñode los mejores bufetes de Madrid, pti no]nbre comoescritor y orador aplicado á la propagación del deiecho próctico y BU puesto d e n t r o del partido coneervador, en c a n d i d a t u r a para un m i n i s t e r i o , ganado por BUS cinnpañaa p a r l a m e n t a r i a s , fon cosas h a r t a conocidas para excusarnos u n a m u y larga s e m h l a n 7.a. Para P u e r t o Rico, Lastres h a sido un diputado, y lo p r u e b a e l . h e c h o de que OL'estas Cortes lo lepresenta por cuarta ó q u i n t a ve?-. l i a triunfado e n f r e n t e de hombi'ea m u y presliyiosos del pprtido contrario, y boy le votan hombres <le todos loa partidos. Sti reelección es i n d u d a b l e . p . IGNACIO DÍAZ O A N E J A

(Arcciho.) Con muchos afios de residencia e n P u e r t o Rico^ Díaz Caneja es el periodista niAs autoriüado del partido incondicional, s i q u i e r a eea un deplorable escritor Sucedió al Sr Pérez Moris en la dii'ccción y propiedad del periódico m á s a n t i g u o de la p e q u e ñ a A n tilla, A poco de haber sido asesinado aquel batallador político. Lns cam])aña6 p a r l a m e n t a r i a s del Sr. Diaa Caneja han sido algunos discursos coruscantes q u e n o sabemos por q u é publicó el Heraldo de Madrid, pues n i eraH modelo de elocuencia ni espejo t a m p o co de la situación de la p e q u e ñ a Antilla. • D. JUAN JOStó OAliCÍA GÓMJKZ (Jlumacao.)

DON JUAN IfltJ^NCISCO GASCÓN

R e p r e s e n t a por c u a r t a vea el d i s t r i t o , lo cual prueba q u e , A juicio de s u s electores, por lo menos n o es un mal d i p u t a d o . No es orador; pero es activo y laborioso,

(Ponce.)

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Era bibliotecario de la D i p u t a c i ó n provincial de Madrid cuando le sorprendió oí acta en q u e le confería la tercera parte de su representación la ciudad de P o n c e . Ee joven y t i e n e tin periódico s e m a n a l titulado La lAga Agraria, en el cual s s tratan los a s u n tos p o r t o r r i q u e ñ o s con m á s de b u e n deseo, q u e de conocimiento perfecto del a s u n t o . DON FBANOISCO MARTÍN SANCHEZ f Utuado.) Capitán do artillería; HU figura es simpAtica para todos los q u e se interesen por el q u e l u c h a y trabnja De ordenanza de la Academia d e Segovia, á fuerzn de esturliu logró revelarse como digno de ser a l u m n o A l u m n o ya, su laboriosidad y d i g n í s i m o comp o r t a m i e n t o diéronle, con b u e n a nota, las estrellas de oiii-ial. Su hoja de servicios i n t a c h a b l e , le valió el grailo de l a p i t á n . Como capitán fué A Puerto Kico, y Un amor noble y h o n r a d o llevóle á emparentar con el gran cacique portorriquefio, D Pablo t l b a r r i , el cual v i o en él, por sua b u e n a s cualidades, casi cai-i su hijo predilecto, í l a sido director del Banco de la p e q u e ñ a «ntlDa, y en estos Cortes representa jior segunda vez á su país de adopción. Ha i n t e r v e n i d o n o t a b l e m e n t e en mtichos debates u l t r a m a r i n o s y m i l i t a r e s , y ocupa un puesto distinguido en el p a r t i d o conservador. DOK I.Uia S0Í.1ÍIÍ Y CAÍAJUANAI {Pimce.) Periodista laborioso y fecundo, L u i s Soler es u n a de las vícliinas del anónimo de l a s redacciones. A- pe par de haber et-crito i n n u m e r a b l e s artículos jttlciosoe en el fondo, correctos e n la furma, su n o m b r e n o b a llegado en alas de la prensa al gran público de la callo, i[ue no distingue de estilos. Los q o e le conocemos en v i d a de trat ajo incesante, debérnosle esta j u s t i c i a del elogio cumplido A su n o m b r e y á su obra. Su periódii^o hoy es El Día, y su p u e s t o en política e n t r e loe gamacistas.

Tales son los d i p u t a d o s por P u e r t o Rico. Dígase de cada u n o en p a r t i c u l a r lo q u e se diga, de todos en conjunto hay q u e consignar u n a t r i s t e verdad: son la h e c h u r a de u n c a c i q u i s m o m e n g u a d o , el resuliado de unos cuantos lelegramae costeados por el servicio oficial, n o la ropresentación categórica y fiel de la opinión p o r t o r r i q u e ñ a . Establecen u n a c o r r i e n t e de g r a t i t u d e n t r e u n personaje q u e pide y u n cacique que otorga, n o u n a corriente d o a r m o n í a y de m u t u o conocimiento e n t r e la colonia y la metrópoli. Son, en s u m a , agentes de u n g r u p o de electores ó de u n solo elector: n u n c a la expresión d e la v o l u n t a d de un pueblo.—S. C.

UN TORO EN UN TENDIDO E n la corrida verificada en Barcelona el día 14, o c u r r i ó u n desgraciado y e x t r a o r d i n a r i o incidente. Después del salto de la garrocha, ol toro ComisariOr tercero de la tjirde, saltó, cayendo en el tendido ntí* m e r o 2¡ q u e estaba lleno de gente. A consecuencia de esto h u b o atropellos, d e s m a y o s , contusiones y pánico indescriptible. Como el aiíimal, repuesto del golpe, Intentara pas a r A otro t e n d i d o , se acercó A 61 con m u c h a valentía el cabo de la Guardia civil Vigueras, que cargd su carabina y d i s p a r ó sobre el toro, dejándole inmóvil. Al p r i n c i p i o se creyó que el bicho h a b í a q u e d a d o m u e r t o ; pero como n o tardara en reponerse, llenando de r s p a n t o al público, un m u n i c i p a l le dio u n trem e n d o sablazo Casi aí mismo tiempo varios guard i a s civiles, con la bayoneta calada, rodearon al t o r o y le remfiíaron é pinclia/os. El p u b l i c o hizo u n a ovación al cabo, y la a u t o r i dad le presentó A la presidenc'a, mientras el público le a p l a u d í a y felicHaba por su arrojo. Cuando s e restableció la calma, so notó q u e en el t e n d i d o n ú u i . 2 es.t.aban, á alguna distancia del toror el mozo de plaza EecflBcns, gravemente herido de u n balaro e n e l v i e n t r e , y ademáa otras doa personae^


NUEVO MUNDO t a m b i é n lieridas, a u n q u e afortunadamente de poca gravediLiL Loe tres heridos fueron recogidos inmeUiatnmente. Tai.iibií'-n rtíBiiItiiron contasas muchas peraonaa, qiie se rotivarou á niis cneap. Se íipe^iira. <|iie el dipjiavo liecbo por el cabo atrnvesó al toro, yendo después la bala A berir á KacaHeus. AdemíÍHi ba resultado con mía m a n o atravesada por un sable J u a n Siuarato, cuyo estado inspira inquietud. Nadie se explica cómo el toro lia podido dar t a n e n o r m e palto, piisnndo pur e n c i m a do loa espectad o r e s de las b á r r e m e y cayendo e n el tendido sin tocar en la maroma.

EL PEOR CONSEJERO, ORGULLO (KOVEI.A COUTA)

I

Los domingos encontraban diversión toda la tarde encerrándose yn u n café» y a l l í , muy cerca u n o del otro, se amaban mirándose iiiAs á su sabor, dicién. dose niil tecnuiMB y mil bobadas, emborrachábanse de T^asión; y ya enoeiididos los faroles, regresabun A sus casas, lameníAndose por el camino de q u e los días de íiesta durasen tan poco. Para Lola, el amor aquel suyo era agua en manos de un sediento: bebía sin límites y s i n cuidarso d e l hartazgo. Sien]])re jiensaba en J u s t o . "^' le reconocía cnalidncles y condiciones dignas <le la epopej'a. J u s t o era el mejor, el m á s guapo, el m á s valiente y carifiOBo de los h o m b r e s iNingún cantor de tirecift pintó.con mayor e n t u s i a s m o A Aqulles, que aquella mncliacha á FU novio! Le quería como quieren las mujeres del pueblos con toda su alma; y para ól teñí i caricias y t e r n u r a , sin cuento, impropias de FÜ e<bicación y estofa.., Al p e n s a r q u e cualquiera otra mujer podía cautivar á aquel q u e ella hacía sayo con lodos los egoíamos de la ¡lasión, sentía mortal congoja, y una, oleada de fuego i n u n d a b a su oiganieni".

m

iLAstima grande q n e l í h e b r a de oro q u e ala los E n c a n t o tle IOB. ojos era Doloros, q u e no parece corazones, eea laa sutil q u e se rouipa al menor esfino q u e la ívaíiiriüeiía quÍHo con ella dür un nicnHíi fuerzo; y lAstiiuft grande q u e el a m o r sea iniicbas Á l a s m:ís beriiiosaa crenciones artisticns. Kra la muveces vencido por ese otro propio, hijo en muchos cliat;ha de las do romi>e y ras^ga, y si en s u s pupilas casOB de la soberbia! relampagueaba el odio, era como destello de puñal q u e ciega y atemoriza; en cambio, si a m a n t e entorEl gran cariño q u e los héroes de este lance novenat)a los pi'irpadOB, un pei.:bo de roca se estremecelesco Pe tenían, desliízose como Bal en el ogua, amarr í a dulcomenie conmovido. gándola; desbizosa por u n a n i ñ a d a , p o r u n empeño fútil, por cuoatión de amor propio, p o r p r u r i t o de Y como no eran de roca los de quienes t a l belleza mujer q u e , escudándose e n la ierquedad, quiere ser a d m i r a b a n , A los ojos de ebicos y grandes Bubiase veiicedorn, no vencida. U n a nube, sin consí cuencias Á llamaradas el ^ozo y traducíase la admiración en al parecer, peto q u e fué en este cielo amoroso nubaeselanniciones, íituis las menos, groseras las máB, en rrón lleno de electricidad, que descargó en torrenteB todas se encerraba u n deseo pecaminoso. de lágrimas por parte de la mujer, en ímiirecaciones Altiva tiorno u n a Heina, eiii bacer caso de los murpor ]iarle d e l boiníire, q u e A to<la costa q u e r í a hacerm u l l o s d e entusiasDio q u e A su paso producía, como se valer como tal á travos de las bojiis de loa árboles produce m ú l t i p l e -susurro el aire, iba T^oía al obrador; q u e bt chica — |No la volveré A ver másl—se j u r ó él. era phincbadora de oücio, a u n q u e por su h e r m o s u r a —I Le olvidaról—se dijo ella. mereciera ser reina. Y se separaron, desbeidio el corazón, pero con el gesto de la,altivez el u n o , con la Bonrisa dtil despreI n c l i n a d o el oiidulantei y escultural b u s t o sobro cio la otra, peiiFando cada cual en q u e volvería el el niveo lieiizo q u e r e c u b r í a la tabla, roja la faz, brique j u r a r a no volver. llantes los ojos, aprisionada la plancha ]ior sus manos de duquesa, Lola papábase el día sacando brillo Esperaba J a s í o que Lola le escribiría; confiaba ¿i las camisolas, y entre planchado y jdancluiKO, si no ¿sta en que Justo iría A su encuentro; y en parecidas Bef^uía el palique con laa compai"\e>as, continniib.t esperanzas pasó el t i e m p o . el canto: el m á s popular y de moda, el más chulo y Amor en caaos tales, es fantasma q u e lo llena todo picante. d e pavor y sombra, desaparece pronto y deja en torno suyo un vago recuerdo tan melancólico, como La tienda era como ermita en despoblado, q u e atardecer de invierno A orilla del m a r . todo el que pasa ee detiene A conteoipbir la vera Guiada por eUlespecho, Lola aceptó el cariño del effiíjie del eanto mUagroBo; n o babJa varón barbaprimer h o m b r e que se le ofreció: s i n p r e g u n t a r l e do ó s i n barbas, q u e no pegase las naricea al cristal quié era, n i el móvil que le guiaba, n i t a m p o c o le del escaparate y se q u e d a r a como eprbobalicado e n preocupó el no sentir hacia el nuevo adorador nada la contemplación de tan lindos irertíles, empleados de lo que la llevara á aceptar al J u s t o . Le bastaba el e n labor tan prosaica. que fuera otro hombre el q u e la vengara inconscienH a b í a quien apretaba el paso, como el q u e rehuye te del despecho sufrido. un peligro; bahía quien, menos cauto, ee paraba en Y con el n u e v o galón e x t r e m ó la'í roimo.?erías y . , firme, y, después d e bacer visajea y gestos aduiirativos, que le valían chistes por parte de l a s planchadoras, esperaba la salida del obrador de la ciuda<laacabó por amarle como a m ó A J u s t o ; misterio éste nilft, y be aquí q u e cuando ésta aparecía en la calle psicológico que n a d i e podrá explicar, pero q u e en la con el pañuelo de seda rojo y el mantóji de luna vida se repite con h a r t a frecuencia. color ceniza encubriendo el tentador cuerpo, el tenorio sentiaae t u r u l a t o , y ei osaba pegarse A las falIV das y mosconear simplezas, cosechaba al vuelo v n a do calaba/as que h a b r í a para proveer A todas las Lft casualidad quiso q u e Lola y Juaío se encontraconliteriaa del reino; q u e aei era Lola de espléndida ran en la calle. e n el dar v franca en el trato miando la incógnita Al reconocerpe, ambos palidecieron. del amor la salía al encuentro; las mieles de sus laJ u s t o fué el primero q u e rompió el silencio. bioa de cereza trocAI>aiise en hieles, y destrozaba —Tenemos q u e nablar, Lolacon u n a risa ó un chiste el sentible coj'azón del que —(De iiadül Todo acabó entre nosotros replicó la A la zflgaiba d e t r á s d e l s u y o . flludidii, terciándose arro.^antemeníe el m a n t ó n q u e envolvía su c u e r p o . — iEscuchal—suplicó el joven II — iBastante t e h e escuchado otraa vecesl—volvió A re])licar Lola. Al mirar á aquel h o m b r e q u e tembloroso le pedía correajiondieae A s u cariño, Lola experimentó una — ¡Te h a de pesarl—rugió el h o m b r e . — |;\y. q u é 8u.stot—exclamó la moza con acento de aeneaciÓD para ella desconocida, mezcla de complab u r l a , ulejAndose. cencia y temor; u n dulce ahogo q u e destruía las fraJusto se quedó parado en medio de la acera. Con ses de réplica y la empujaba á decir q u e sí ú a q u e l loa ojos inyectados y un temhloreo en todo el cuerpo, sumiso pretendiente. como jamás sintiera, vio alejarse A l a mujer d e s ú s J u s t o — l l a m á b a s e a s i el h é r o e - a u j e t ó con l a s caamores; lágrimas de rabin híciéronie ver todo nublodenas (leí carino el corazón de Lola. so: aihi resonaba en sus oídos el sarcasmo ú l t i m o . Todas las noches, á la salida del obrador, se veían U n a idea horrible, q u e germinaba en su m e n t e , le ftmbos novios: se daban l a s m a n o s , estrechándoselas dio eacalofrio. m u t u a m e n t e , y, luego, despacito, hablándose á me—IAntee q u e de otro, la matol.. d i a voz, iban calle arriba; él l a pintaba su a n h e l o amoroso, así, A su modo, con naucho .sentmuen o y poca retorica, q u e n o ee obligación en u n carpintero a de saber adornar las irasea como u n Dante; pero la frase salía de los labios, nacida de lo más hondo. No había más que íijarae en las pupihia del muchacho, incendiadas por hi paaion, bjas en el rostro de Lola q u e , confiada y felix, dejaba asomar a s u s l u m i n a r e s todo lo q u e sentía en aquellos ratos de palique. —sCuondo nos casemos.. » E r a la frase e t e r n a de ambos, la q u e resumía todos BUS ideales, toda su felicidad para lo porvenir. A c o m p a ñ a b a n la ñ'aae con u n suspiro, y fe miraban finaiosos, llenos d e r u b o r . •y sin BobBL cómo, BUS manos se entrelfizaban de m a n e r a misterioBn, A h u r t a d i l l a s de los t r a n s e ú n t e s , que no reparaban en que la felicidad cruzaba á su lado, encarnada e n aquella airosa mujer de pañuelo A la cabeza y e n a q u e l m o d e s t o obrero.

F u é la persecución tenaz, loco el empefio; guiaba el ánimo la venganza por el inaiilto recibido. La vist a de Lola v i n o á e x h u m a r el a m o r suyo, q u e cobraba más vida, mayor intenaidad q u e n u n c a . Lo q u e J u s t o creía m u e r t o para s i e m p r e , resucitaba ahora con delirioa y deseos jamás sentidos. Odiaba y adoraba: sentía celos horrorosos y pegábase á la mujer como si fuera su sombra: u n a sombra medrosa q u e estremecía A Lola. Agrá lecía é.*ta q u e e n aquellos días n o e s t u v i e r a en la corte BU nuevo adorado... iQnién sabe lo que podría suceder, A encontrarse los rivftlesl., —íDéjame e n paz. Juatol - l e decía t o n acento de rabia. — iNol iTienes q u e volver á ser m i novial—repetía él con terquedad de monomaniaco, acercándose a ú n más A la muchacha q u e , con geato de miedo y asco,

le rehuía, achocándose matei'iaUnentc Alas fachadas de los ediücios q u e formaban á t o lo lo largo d e l a acera. — iVéte, por Diosl —volvía á suplicarle con loa ojos llenos de lágrimas. Y como suprema razón, con la voz afónica, le decía: — ¡Todo ha terminado entre nosotros!,, iNo soy n a d a tuvol.. Una fai'de, la máa espléndida y perfumada de laa tardes do primavera, antes q u e el sol Irnspusiera el horizonte, salió Dolores d e l obrador, y allí, cerca d e la puerta, se encontraba al flcecho J u s t o , tembloroso, con las manos metidas en los bolsillos de la a m e r i cana. La palidez de BU rostro contrastaba con la blancura del cuello de su camisa. Venia veatídocomo e n los ílias d e Gesta, cuando ll>acon su novia, —|] olal—dijo con acento i n t r a d u c i b i e , cerrándole el paso. T.JL joven se quedó parada, s i n saber q u é decir: en sus ojos se leía el miedo. — ¡Lola!—insistió J u s t o , avanzando su rostro de m u e r t o hacia el ció su exm-via. — ¡Quél ¿vas A comerme?.. —i'or última vez, Lola; ¿me quieres? — iKo! —Piénsalo bien. —Lo tengo pensado. — Mira q u e v a s á ser causa d e l a perdición d e los dos. — Aunque lo sea. —Por ú l t i m a vez... — iTe digo q u e n o ! . . iKunca!. Antes seré u n a de esas mujeres. . illeliratel . Me d a s asco... iDéjame papar, ó pido socorrol.. ]', i n t e n t ó desviar á J u s t o . Este, impasible, murmuró: —íTó lo quieres?... iSeal En su diestra; brilló un revólver... Sonaron dos tiros y u n grito luego otro tiro. U n a porción de curiosos rodeaba el trecho de acera e n d o n d e agonizaban u n h o m b r e y u n a mujer; el h o m b r e tenia los brazos extendidos hacia la m u jer: en su rostro había u n a sonrisa de triunfo. La mujer conservaba a ú n la mueca de espanto e n su faz lívida. E n el corro, la ú l t i m a fila d e curiosos, h a b l a b a n contando d su capricho lo acaecido: en la p r i m e r a tila reinaba lúgubre Bilencio; había q u i e n t e n í a l o s ojos e m p a ñ a d o s por las l i g r i m a s ; q u i e n volvía la cara con terror. Ya er.a noche cuando llegó el Juzgado. I^a luna e n v i a b a s u s rayos A la casa á cuyo p i e yacían los cadáveres . I l u m i n a b a i n e r t e m e n t e el enjabelgado rojo de la fachada, arrancaba destellos de plata á la cristalería del balconaje, pero n o iluminaba aquel trozo de acera q u e sirvió de escenario al final draaiAtico. Diríase q u e la melancólica l u z del satélite n o q u e ría a h u y e n t a r laa sombras q u e envolvían A aquel amor muerto. ALHJÁKDKO LáBHUBIERA.

LA GUERRA EN ORIENTE El, THATAnO ruí l'AK F u i m o s de los primeros en a n u n c i a r á nuestros lectores la conclusión del t r a t a d o de paz entre el Japón y China, l i e aquí las bases acordadas entre los dos imperios, en el convenio ürmado el Ifi de este mes, después de u n a conferencia de cinco horas e n t r e los plenipotenciarios de ambos países. Artículo 1.** Se reconoce la i n d e p e n d e n c i a d é Corea. .• A r t . 2,0 E l J a p ó n conservará l a s plazas conquistadas. Art. 8.0 También coji-fieruara el Japón dos territorios situados al E s t e del río Liao. Art. 4." La isla Formoaa perlenecerA al Japón á perpetuidadArt. 5." China pagatA el Japón u n a indemnización de cien m i l l o n e s de d u r o s . Art. C,o E n t r e China y el Tapón se establecerá u n a alianza ofruaiva y defensiva. Hay q u e observar q u e l a palabra conservnra. aplicada A las plazaa conquistadas por los japoneses, y A loe territorios situados e n Mandchuria, entre LiaoH o y Corea, no quiere significar la propiedad perpe: •, L c i n j M' . nifica lo q u e dice el nrt. 4.® respecto Á l^'ormosa, q u e se cede por completo al imperio d e l Mikado, Según noticias poateriofea, parece n o confirmarse la fi.a cláusula, rtiíerente A una alianza ofensiva y defensiva entre China y J a p ó n .

F i n a l de u n a discusión; — [Vaya, vaya, concluyamos! ¿xV q u é voy A segair discutiendo, »i e s u s t e d u n animal? —Diatingamos ¿Soy amigo de usted porque eoy u n a n i m a l , ó soy u n a n i m a l p o r q u e aoy amigo d e

usted? 2C3


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KUEVO MUNDO

MOiiÜS

rRONTEKlZOS.—Et,

HANTÚN DR I.A P U N T I D A , S Í D I - M U H A J A N E D .

lÜi: f</lú;/ra/'ifi inalaiUtíitca por

liADIOS, MADRID! El sastre no SÜ cnuteula con que soy BO figurín, y ¡m tmpcFia en quo ]o pague; Lucas, ind voy de Sladrid. {Bretón de loa Herreros.) Ln verdad e s q u e e n la villa y c c r t e (]eí«g Españas se vft haciendo imiJOBÍble la vida; sobre lodo para la l i t t r u t n r a y el arte dramáticOB. De loa tres actores, d e mérito i n d i e c u t i b l e y u n á n i m e i n e n t e reconocido, con q u e hoy cuenta el teatro español: María 7\ibau, Emilio Mario y Antonio Vico, u n o solo, Mario, lia conaeguido—realizando verdaderos prodigios d e laboriosidad y d e inteligencia y haCÍDIHIO a d e m á s sacriflcioa de todos géneros,— pasar en M a d r i d la t e m p o r a d a completa, y c u m p l i r con seriedad, como bai:e s i e m p r e , todos s u s compromiEos. 3/(ina Tiihau, y su esiioso Ceferíno l'atencin, b a n conseguido lioura y provecho e n el teatro JPrincijml de Barcelona. Antonio Vico b a viajado por América, y en verdad que n o debe d e haber quedado muy contento de au expedición, entre artífitica é industrial, t i en eÍL'clo son suyas las palabras q u e u n noticiero le a t r i b u y e . 4N0 vuelvo al Nuevo Mundo, dijo, a u n q u e en el M u n d o Viejo tuviese q u e comer pamtaB.> ( ] ) t i Mis noticias, sin embargo, eran m u y satisíactorias y m u y halagüeñas para el a r t e putiio. H a b i a n m e escrito amigos imrticulares, desde varios p u n t o s d e América por donde el insigne Antonio Vico h a pasado, q u e en todas partea había sido nuestro giau artista m u y a p l a u d i d o y m u y agasajado. E n fin, mejor sabrá él mismo q u é tal le b a ido, q u e esos amigos A quienes me refiero; y c u a n d o el houjbre dice que n o volverá por aquellos países, razones poderosas tend r á para decirlo y p a r a pensarlo, s i es q u e lo piensa, y si es q u e lo dice, p u e s la verdad es q u e yo no se lo lie oídoí y d e los corresponsales d e algunos diarios m e fío poco, pnes m u c h a s veces oyen c a m p a n a s y n o saben dónde. Y conste q u e no a l u d o á nadie, ni ciuiero ofender & nadie, n i digo n a d a q u e pueda d a r Djotivo para el m á s insigniílcanle comunicado, y conste asim i s m o q u e s i , li pesar de todas eetaa salvedades, sobi'iiviene el comunicado, me hago el m u e r t o , desa p a r e í c o uor el foro y n o vuelvo á decir sobre el asiin to: «esta boca ea mía.» P o r q u e , l a verdad, si se aclimata la costuuibre de q u e por cada a r t i c u l o buya de i n i c i a r s e u n a polémica, los infelices q u e , poco más, poco m e n o s , n e c e s i t a m o s escribir u n a r t í c u l o diario, y á veces d o s ó m á s , tendríamos q u e perder pote liliqueando el t i e m p o q u e necesitamos para otras .coaaa.

DZ>uisÍHyueróla.)

del arle A, li^s piovfcchoa d e l a ejupresa; es a r t i s t a antes que indiit^iriul; procura, couio cada hijo d e \ei i no (y et:i ía iiubécil si ]io lo procurase) la ganancia diyna y l< ^^ilima q u e coriesi.oude á todo trabajo; |iC!io la pruunrn, en c u a n t o el procurarla no redunda en perjniciu ó en inenuFcabo del arte, al q u e Mario b a consagruiio desude ujuy joven, desde q u e trabajaba al lado del inolvidable Jtilú'in Jioínea, culto fervoroso. Al mísmu liempo que Emilio Mario l u c h a b a como bueno para suylener en a l i o su bandera, peleaba con n o menos entusinsmo María Guci-7-ci-o, esa esperanza d e ayer, <iue boy vemos casi (casi digo, solamente casi), c o n v e i t i d a e n realidud; y (]i;e ain las exageraciones, bien iniencionadas, sin d u d a , y sinceras, de Hua impresionables admiradores, llegaría ruuy pronto, ó quizíL habría llegado ya, á ser gloria d e la española escena. Sea como íucre, pUcemea ennisiásticos y e s t í m u l o cariñoso nn-iece María Guerrero por lo q u e en el teatro Español ba Jiecho, y m i s a ú n por lo q u e b a intentado. La euipresa acometida por la inteligente y eatndiosa acíiíK, ea noble, xjero difícil; justo y digno es q u e los ainautea do bis letms le preeien auxilio con s u concarso v IEI aiiUnen con s u s apláneos, Kaoe dos línicoa uianlenedores en Madrid fie nuest r o a r t e escénico, diirnnte la temporada anterior, esp e r a b a n , por lo (pie se ba visto, con anhelo, con analedad, ln llegada del plazo q u e ponía fin, por ahora, JOSÉ MARTÍ (separatista culano). á sus esfuerzos [ enosos y ÍÍ SUS mal apreciados sacrificios; y h:in huido, como do país apestado, d e este Madrid ii.si;ptanciid y venídoso, pobre con jactancia de adinei'ado, iiue para no confesar s u s escaseces pe Bien está, inuy bien, qu(? si en Barcelona t i e n e n ó cnninrias, liubhi mal de loa espectáculoa teatrales á Vico, teng,ui en la Cunifin A María Tubau; bien está que no ci n c u r r e , poi'queresnllati caroa. i[iiíi si en Valencia aplauden A Mario, aplaudan á .alaría Guerrero en Vnlladolid; bien está q u é d e l o bueuíj diafrutejí todos los españoles, y que a n t e todoa lus [>úblicos puedan lucir s u s a p t i t u d e s y s u s m é ritos los grandeis artistas. Como es bueno quo, d pesar de la invasión d e d i versiones exóiicas, de Circos ecuestres y de operetas ituliaiíaa, tetigamosaquí compañías como la formada por liicardo Morales, y por él dirigida, en l a cual ligaran ariistaa d e tanto valer como yáticbez de Caslilla y Kaiz de Arana, q u e pueden aer ijicluídoa m u y dignatneute t n i r e los mejores artistas del teatro ea¡lañül uontemporáneo. A. SANÜHEZ P J U K Z .

HOMBRES 0 £ LA MANIGUA

tíolicito h u m i l d e m e n t e q u e m e aea perdonada e s t a digresión, n o innecesaria, y prosigo m i s lamentaciones, P a e a como decía, sólo Emilio Mano, e n t r e n u e s tros iirimeroa actores, ha t e r m i n a d o en Madrid u n a campaña Kloriosa, aim d u d a , para el a r i i a t a , a u n q u e pfe9uino(no ha,;o míig q u e presumirlo), q u e n o m u y beneficiosa para el empriisni'io A bien q u e Einiliü Mario, r a r a aüi« en Sil proíoaión y e n s u i n d u s t r i a , a n t e p o n e siempre la gloria al d i n e r o , loa interejea {I1 Posteriormente lian BÍÜO atribuidas, por varios rcpor' ters i'-), daclaracLQUüs clíatiiituí al ínalgne actor; ¡>ero do todas ellas SQ desprendo, en austancia, quo no ha quedado omplet^uiiíat'i satiafuislio de su xiajo. 264

I'ur nilii, por las coiuarciif de J.eviuile, viaja Kmilio Lon su exiíelenle eoiiipiiñfii j en la cinil figura el j a cOlebro Thuillier; lauib¡<.'n üira esperanza d e hace toco Ueinpü, convertida ya en realidad. I'orací'i, hacia las provincias del Xoi le dirigió a a s pa^^us Malía (iucrrero. Vico, de vuelta ya líe AUK'I'ÍCÜ, KO prepara para cu til I >1 ir hu ofreciitdento, hci i:u ¡d eiiibjircarse, de d a r id^niiaa reprcsenlaciones en jiarcelona. Ahiiifl Tubau, que sólo permaneció dos días en Madiiti, te alejó muy luego de nusotros, con dirección al r o n i t n l o do la P e n í n s u l a , y está represen^ huí lo en Lisboa. Ha ffido estji veiüadeía dis¡iereión; n(y parece sino que |jur la corte h a gritado mía v<jz poderosa: ¡Salvehfifí ijUf-lAiedal y cada eiiiprcba y ciida actor b a cogido :'i la v e n t u r a i l camino que ha viento libre, t e ñalaiLdo todos con s u s miuebaa las d i s t i n t a s direc(•iuuea de \A Ro^a (U los vientos. Y en f l u i d a aplaude'ji ccn ejitiit-íae^nio á E m i l i o Mario y bu tonipuñín; y en Lisboa obtiene triunfoa fuvidiuldes y ruidoFOs nuestra compatriota ^ t a i í a T u b a u , la insigne actriz es]:iañüla, y en líarcelona vitorean A Vico, y en ValJadolid celebran á Ma ría (.hit'irero, y por todas paj les ee tiicnteel entuaiiiau.o ) el imior al arte que en Ma<liid íalia; todo lo cual prueba, con esa elociienria incontrastable y casi lirutal d é l o s bei'bos, lo que tantas veces h e repetido; q u e es a b s u r d a l a prelensíi'in d e centralizar el íij^íf; q u e nuestros buenos a m o r t a y nuestros grandes artistas h a r í a n m u y bien procaraiido la deseenii'alización ¡irtíatica y trabajando y e s t r e n a n d o e n Barcebiiia y en Sevilla, en Valencia y en la C o r u ñ a , en Murcia y en Santander; y que ea u n suefio, u n verdadero auefio, el proyecto de r e u n i r en u n a sola compañía A todos loa buenos actoies d e nueairo teatro; sueño veríbideroque s i , por desiiicha, se convirtiese en lealidnd, perjudicaiía lo q u e 310 ea decible los intereses del arte mismo.

JOSÉ MARTÍ.—MÁxrSIO GÓMEZ.— AKTOKIO MACEO

M^XIMO^GOMKZ (sej/araiiüta

mhaiiO).

Son ellos las tres figuras c u l m i n a n t e s del separat i s m o q u e u d l i t a y q u e pelea. Sobresaliendo e n t r e todas las íacultades dH Martí la iiuagtnación vehem e n t e , entra todas bia de (íóinez el juicio sereno y cbiio, y e n t r e todas las d e Maceo el corazón arriesgado y valeroso, loa tros aon hombres de t e m p l a excepcional, tristeniejite matograiloa on esa abominable campaña del odio ensangrentado y fanesto, Joaé Martí eigniüca todo el movimiento a c t u a l , loda la actual intentonn, y por esto su eembianija, niíis que fechas y sucesos, l i a d o consit;nar ideas y i tendencias, l í n el t e m p e r a m e n t o desequilibrado d e


NUEVO

9

MUNDO

Martí, grnn eecritof y oraLioi' ineii<íne, fíintnsia brillante y voUmtíul desbocfldii, está Ut ra,KÓ]i p r i n c i p a l , tal veK la viizóu única de la iusnri'ecuián pi'fseJiLe, Su iiJiaguiaciún vivo e n liis alUirne I.IB HUf preücu' p a c i o n t s , uuiy i)or enuima LJU la venlldíici y A líspfildas lie BU verdadero estado; y j^or ento, am cíegív el momeutcjj ni penpnrlo, ni tiiGcliturlo, deseiicadiMia aobie la ÍBIÍU de Cuba loa liorrorea de u n a y u e r m ¡inttpAtica i'i todos lüfi eleint-ntoB dt'l país. Por esto puedo decirse que eala es urui. g u e r i a da itapovtatííóiii u n a guerra iuipuesta [lor unús cuantoa h o m b r e s , contra toda rnnón, y no yólo contra lodii raKÓn, niño t a m b i é n contra toda propicia circunatalicia. Guerra antipática lú pnis cubano; t^neira s i n ecos en la opinión, la yuefia ¡Martí hace tiempo y a h o r a la lia sugerido á u n uiiJlar d e ilusos q u e cieg a m e n t e le siguen en eu dejuencia. Demencia seductora pora loa exaltados y fanóticosi p u e s q u e se eaconde tras Jaa galas de u n a poderosa imaginacióa y d e u n a Üogoaiaima palabra. Máximo Gi'nnez es uno de los veteranos del separatÍB]uo. Kl cabecilla dominicano frisa en loa sesenta años, y su historia militar está Utiía de valerosaa hazaíias. Como Marti es el «alma ideal,» por así decirlo, de la Bubvereión, Gómez es BU snlunvuiilitar,» el braKO a r m a d o siempre, y s i e m p r e dispuesto piua el ataque, De Maceo dice hoy u n telegrama de l a VnitcdPresiG que se h a suicidado. Si la noticia se conñrraara, se podía asegurar que había acabado la guerra p e n d i e n t e , pues Maceo es, con eu valor siempre e n la brecha, y con su convicción apasionada, uno de los principales íactoies del uio vi miento.

Á 2 Í I 0 M 0 MACEO {separatista

cubano.)

ISLA fORMOSA CDIVHKSIONE3 puPULAEng.)

Tyzack construyó u n pozo d e trescientos pies d e profundidad é introdujo en la induatría cuantos adelantos eran ya conocidos e n E u r o p a . El combustible producido por estas m i n a s se consume con demasiada rapidez, y por esta razón sólo se emplea para f lajea de relativa brevedad. Varioa ríoa cruzan la idla. E n t r e ellos el mAs caudaloso es el rio Negro, y el único navegable CB el Tang-Shin-Khi. Bellísimo y fantástico es el aapecto de la isla. Los primeros navegantes europeos, portugueses y eapafióles, que al cmpeaar el tiglo X V Í hicieron mención de ella en sus viajes, diéronle el t í t u l o de F o r mosa, fascinados por Ja belleza del p a n o r a m a . El clima, a u n q u e tropical, es agradable y s a n o , debido A la influencia del mar y las m o n t a ñ a s . La vegetación, exuberante. Eu las regiones montañosas l i b u n d a n diferentes géneros de palmeras, el árbol del okauEur y el Aloe. E l pino crece en abundancia por todas p a r t í s . E n la porción occidental h a n introdu.;ido loa chinos gran n ú m e r o de phinlaa y Arboles frutales. El arroz se produce en lauta cantidad, que Formosa lleva el título de «Granero de China;» t a m b i é n FO cultiva el maíx, la cebada y el trigo. E l aaúcar, el t é , el afiil y otroa articules, ae exportan en abunríancia. E l principal distrito proiluclor de té es el d e Banka; poro cada día ae e s t i f u d e la producción d e este artículo, que e n c u e n t r a mucha aceptación en América. E n a l g u n a s partes d e la isla t e obtiene café d e buenas condiciones. L a fauna de Formoea n o ha llegado A conocerle por completo, pero PH eabe que el j a b a l í , i l oso, la pantera, el mono y el gato monlés esiaten en a b u n d a n -

lAISÍADEFORMOSA E l tratado de paa entre China y Japón establece en ,inn d e BUS cUUisulaa la ceeión d e la iala Formcea al imperio del Miltado, La proximidad d e esta i E l a á n u e s t r a s posesioues riplarcbipiólfigoltlipino, da interés de actualidad a c u a n t o tenga relación con este íerritoi'io; y nuealros lectores agtadeúerán algunos datos que les permitirán apreciar la importante conquiata obteuida por loa ^''í°ri"i?irroruioBfl, Tahí-auen chino, t e halla siti;aH.- Pn el océano Fncilico, e n t r e Nan bal y Tong huí, ó eea entre el mar del Sur y el del Este. E l eatrccho ,lPVo líien que en en parte imis estrecha tiene u n a s 01 millas, separa A esta isla del territorio chino. s T e x t e n s i ó n e s d e B d e e l 121^lr.. al r¿2-,ñ, ionitud ¿Bte' el punto m á s aeptentrioual es .Toki, q u e «fi encuentra en los 2-3»,19; y ^-1 mfis meiidiona! Sinhai-Slian, ó cabo del Sur, se encuentra en loe 21*>,54, latitud Norte.

y el pacitíüo, diaíruianuose en e u » u e a u s o i u t a inm u n i d a d contra el tiPus, tan frecuente e u los puertos chinoB, desdé Amoy h a s t a el m a r Amarillo. Una cordillera de m o n t a ñ a s , que loa chinos Ihiinan Tnfihan, atraviesa la isla d e Korte A Sur, enconlrAinloFe en esta cordillera algunos p u n t o s d e considerable elevación. Las únicas producciones m i n e r a l e s de la itsla Foritioea son el petróleo, carbón y azufre. Las cuencas carboníferas se hallan al Norte d e la isla, cerca de K e l u n g y Tam-Sln. H a t t a 1877 se veriüeaba la explotación d e las minne por el primitivo procedim i e n t o chino; pero en este año el ingeniero inglés

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FORMOSA.—Tiro CHINO ISSULAK.

cia. Loa viajeros mencionan la existencia de u n a serpiente verde y d e bello aspecto, pero venenosa. A b u n d a el í a i t á n , el jiato y el ganso. Loa ealvajea hacen gran aprecio del } erro, que utilizan mucho e n sus cacerías. El caballo apenue se conoce. Loa ríos y m a r e s próximos ofrecen g i a n variedad de pescados. E u tree clases p u e d e n dividirse los habitanteB do F o r m o s a : loa chinos que piocedetites d e Amoy, i n migraron en la iala, conservando el dielecto de a q u e l distrito; los aborígenes, que casi lian llegado á confundirse con los ciünOH, y loa aborígenes semiciviiizado^. El tatungo es allí u n a costumbre getieraliznda. Mr. C o m e r describe A los naturales de F o r m o s a del modo siguiente; de eatatura mediami, pecho desarrollado y uiiiscular; manos y pies e x t r e m a d a m e n t e grandes, frente redonda, narÍK gruesa y la boca grande y desfigurada por el abuso del hetd. Emijenando por el Norte de la iala, se e n c u e n t r a n las HÍguientes i m p o r t a n t e s poblaciones: Keluug, el antiguo Pe-Klang, puerto próximo d los d i s t r i t o s m i n e r o s ; Tauí-sin, ú Hobiir, puerto con 100 000 h a bitantes; T\va-tu-titt, á i;3 millas del rio Tam-sin c o n 20.000: Men;¡ka, Baugka ó Banca, u n a de Ina ciudades más ilorcuientea por su comercio, con 40.000 habitantes; Heong-aan, T i o n g ' I í a n g , Oulan, Siiikang y Changln^a, capital de un distrito y segunda ciudad de la isla, cuya capital es Taiwanfu, con 100.000 h a bitantea, según los m á s recientes informes. En doa millones de almas t e supoue la población total de la iala, donde, con la dominación china, se ha extendido la inllueneiay c o s t u m b r e s del imperio. Remota debe eer la íecha en Tiie los chinos establecidos en las islas de los l'eecadores empezaron s u s incuraionea en Furmosa. Ilaata principios del s i glo X V I no fué conocida ])or los navegantes portugueses y eí-pafiolee, debiéudoee A los úllimoe e l i n tentó de fundar alli algunos estableciriiientos ó miaiones. Los que primero pusieron el pie en la iala fueron los holandeses. E n lG2-leatahlecieron el fuert e d e Zelandia, en la coala oriental, donde t u v o au origen la ciudad d e Tnlwan, m a n t e n i é n d o s e el establecimiento d u r a n t e treinta y siete aíioa. Al ser expulsada l a dinastía Minj: e n C h i n a , varios partidarios d e éeta se refugiaron en F o r m o s a , de düude arrojaron A los h o l a n d e f e s . Desde entonces tomaron posepión de casi toda l a isla, bajo l a s ordenes d e u n general, r[[ieen laa relacloues europeas toma el n o m b r a de Coxinga. Deade 1G82, e n que los chinos d e F o r m o s a reconocieren al emperador K a n g h i , viene esta isla formando parte <lel I m p e r i o c h i c o . A principios del presente aiglo era ya muy conocida Formosa entre loa europeo?, por laa frecuentes catAslrofes que los barcos sufrían en aquellas costas, y por los peligros q u e sus tripulaciones corrítiu e n tre las ten<IencÍBB antrop('>ffiga« de los aborígenes y la'crueldad, casi tan temible como aquéllas, de los chinos. Uno d e los caFOs, entre muchos, que d á idea d e Ict inhoapitalidad de aq!:el]as c o s t a s , tiene la fecha de 1842. U n barco inglés, Ann, naufragó; las personas que iban A bordo eran c i n c u e n t a y siete; catorce de éstas perecieron t n el naufragio, y las cuarenta y tres reatantes, que pudieron ^alvarfe de l a s furiosas olas, fueron asesinadas en Taíwan porfti[uellos crueles babilantefí. En Ifi7l2 asef^inaroii loa salvajea d e aquellas costas toda la tripulación de u n b u q u e japonés, teniendo China q u e abonar u n a indemnización d e COO.OOO taels para evitar u n a guerra con el J a p ó n . Desde 1877, el iluatrailo gobierno d e Ting h a con. 2fjg


NUEVO MUNDO

10 seguido mejorar c o n s i d e r n b l e m e n t e l n s coatumbreg y t e n d e n c i a s de aquellos linbitanteB. La conetracción d e caminos, lineas telegrAficiía y otras mejomej lia desarrollado loe recursos del paíe, modificando IOB m e d i o s desubaistencifi, y , por ú l t i m o , ee lia conseguido el estudio de u n íerrocnrril q u e , p a r t i e n d o del Norte, llegue hasta el S u r de lo. ishi. E s i n d u d a b l e q u e la d o m i n a c i ó n JapoueBa niodlfi. carA por completo el rí^gimen y coaturabreH d é l a ÍBlal<"orinoaR, anují^ntando BU exceiícional importancia y m u l t i p l i c a n d o los variiuloB recurgop qutí ]Osee a q u e l l a tierra privilegiada.

RECUERDOS DE RICARDO CALVO A! publicar en este nújnero retratos del inolvidable liicurdo Calvo, creemos q u e n u e s t r o s lectores v e r á n con gusto algiin trozo de lo q u e al r e p r e s e n t a r aquellas obras del gran E c b e g a r a y , decía admirablem e n t e el llorado artiüita. E l Camilo de Mar sin orillas, y el Man/redo de En el seno de la wuerie, tuvieron en Hicardo s u creador y su v e r b o . H e a q u í algo de lo q u e por sua labios decía ta m u s a espléndida del d r a m a t u r g o :

Mta.f

SALVADOR TAMAGATA FAKTABIAS I N Q L S S A S

TJías pasadoí- p u b l i c a b a u n periódico inglds la si" g u í e n t e biBtorieta acerca del verdüdero nombre del marlHca! japonés Y a m a g a t a , q u e t a n t a s Tictorian ha conseíruido sobro IOB chinos a\ frente de l a s t r o p a s del Mikado. Decía el citado periódico q u e Yamaíjata ee llamó a n t e e el a r c h i d u q u e Salvador de A u s t r i a , y fundam e n t a b a BU crfencia cu niui el a r c h i d u q u e pasó a l J a p ó n desdo r l Brasil hace algún t i o m p o , q u e permaneció, allí desde e n t o n c e s , y en q u e la táctica de ios japonepes en la g u e r r a h a sido e x a c t a m e n t e la q u e recomendaba el a r c h i d u q u e en sus bien escritas obras •sobro el particular. J^fiade el periódico ing](*s q u e hasta hace alpnnos a ñ o s n o se conoció en el J a p ó n este n o m b r e d e Y n niafíata. Hólo como novela puede tonnaree la noticia anterior. P r e c i s a m e n t e la u l t i m a afirmación q u e , caso de ser cierta podría servir de biiBc al cuento; carece en absoliiio lie fundo tnento. ISl t i t u l o (le principe de Y a m a g a i a pertenece A u n a de las m;W aiuiíiuas fumilias del I m p e r i o , y siempre ha disírulmlo en el .)a])6n de gran prestigio; siendo adejiiiis, dcFde hace uuichos a ñ o s , u n a de l a s familias nobles de m á s influencia en aqufl p a í s ,

LOS FOTÓGRAFOS YANKEES Como negocio lucrativo y como reclamo de primer a m a g n i t u d , merece filarse lo ocurrido hace u a o s c u a n t o s 'lias en Nueva York, "Un tenor alemán acababa de c a n t a r por la centésim a vez el piipel jirini-ipal de Siegfricd. Terminado el primer aclo, tres caballeros, correct a m e n t e vestidos de negro, se presentan en l a escen a . Uuo do filos pronunció en alemán u n largo discurso, y al concluirlo presentó al a r t i s t a , como regalo, u n casco; el otro le ofreció u n a jiitillera. y el terCQTo rogó al pú'ilico q u e n o se m o v i e r a de s u s asient o s , porque t e n i a el encargo d e fotografiar la sala como se encontraba en aquel i n s t a n t e , t o m a n d o así en c o n j u n t o el retrato de todos los a p a s i o n a d o s de Wngner. Los espectadores a p l a u d e n ; l a s s e ñ o r a s p r o c u r a n a d o p t a r l a mejor postura y ensayan la sonrisa m á s graciosa; varios poileroBOS reflectores i n u n d a n l a sala de torrentes l u m i n o s o s , y la m á q u i n a fotográfica reproduce con e x a c t i t u d y en s u s m e n o r e s deta^ l i e s el palón y la concurrencia, c o n t i n u a n d o en seg u i d a la re|irepenlación. Si cuantos estaban presentes c o m p r a n la fotografía, hay q u e confesar q u e los regalos hechos al tenor h a n sido r e p r o d u c t i v o s , como n u n c a lo fueron otros r e g a l o s , pues el teatro Opera Jfouse puede contener ocho m i l p e r s o n a s , y en la noche del suceso h a b l a u n lleno. ,, .•.•".„.•*•..

U n oficial del ejército h a b l a con su novia de las probabilidadeB de gueri'a en E u r o p a . —Dime, le p r e g u n t a ésta: ¿liaala c u á n d o crees q u e p o d r á s seguir, couio ahora, disfrutando de esta época d e ]>az.? — H a s t a q u e m e case. Deseado he desde n i ñ o y a n t e s , si pudo ser a n t e s , v e r u n médico sin g u a n t e s y u u abogado l a m p i ñ o , un r o m a n c e sin orillaB. u n sayón con p a n t o r r i l l a s y u n criollo liberal, y íío lo digo por mal. Cura gracLOFo y p a r l a n d o sus vecinas el doctor, y siendo u n g r a n d e hablador es u n málalae-callnndo; á su m u í a mata a n d a n d o , sentado m a l a el q u e cura, y d BU cura aiguo el c u r a con réquiem y funeral; y no lo digopor mal. F. DE QuBvaDO

266

sin.

ESCENA V

ti<lo do 1A c a s a de hv dorfjclia.

El t i e m p o corro y no vienon. ¿Habri^nme dicho verdad? Será cierto q u e vencidos de esa niña singular los virginales e s c r ú p u l o s . su belleza angelical va á pasar esos dinteles en los brazos de 8atán? A la vez temo q u e venga y (emo si no v e n d r á ; á la veK h i e l o de m u e r t e s i e n t o , y lavEs de u n volcán; me r e p u g n a q u e las luces de esa torpe bacanal a l u m b r e n la palidez de aquella d i v i n a taz, y q u i e r e n m i s ansias locas d e s u s Htenes arrp.ncar, e n t r e risas y e n t r e hiLírimas, por a m a n t e ó por audaz, para gloria de m i s glorias BU corona de azahar.

HACEM,

Don C a m i l o .

CAMILO.

(Volviéndoac) Don TSergante, q u e n i doy n i d i j a m á s con t n n o m b r e de cristiano ó de perro m u s u l m á n , U n o s m e lU m a n l l a c e m , otros m e llamnn Isaac, y a q u í m e llaman Cárdeno, porque algo m e h a n de llamar. P u e s bien, don Carde fio H a c e m , descendiente de A h r a h a m , m e alegro dar con t u s liuesoa, que con t u a l m a n o h a y q u e d a r . ¿(iueréis oro?

HACEM.

CAMILO.

HACEM. CAMILO.

HACEM.

¡NO, por Cristo!

Luego t e n é i s . . ,

CAMILO,

HACJIM. CAMILO.

líACKM.

Voluntad

de tenerlo. Pues entonces... Loa negocios llegarán á su t i e m p o . P o r ahora q u i e r o saber n a d a m á s q u e u n a cosa, q u e decirme tú puedes, buen p e r i l l á n . ¿Y es esa cosa?

CAMILO.

HACEM. CAMILO. HACEM.

CAMILO. HACEM.

CAMILO. HAOEM.

CAMILO. HACEM.

CAMILO.

Il.^CEM. CAMILO. HACEM. CAMILO.

En la costa.. ¿Muy lejos? ]'n-nte al l'alniar, ¿Y cómo q u i e r e s , b e r g a n t e , q u e quien UevJi UL.ndire tal como el q u e llevo, y quien tiene u n r i n c ó n y a u n alj.'o más en aquel e n o r m e e.'^cudo (SeFi!i]ai]do al del palacio.)

HACEM.

CAMILO .

-

que luco sobre el portal, mota el brazo y la tajante en carne de c r i s t i a n d a d , ni por tan j u s t o s niotivos como dijiste poco lia? A u n q u e es v i l l a de c r i s t i a n o s , n o lo l'uerou tiempo atriis. íMoros conversosl Entóneos

cambia el a s u n t o de faz. HACEM. Vos los tratáis como á m o r o s . CAMILO . Lo fueron y lo .serán. Tú en c a m b i o . . . HACEM. Como á cristiiinoB. CAMILO . Y estás m u y en tu lugar. HACEnr. Es decir .. CAMILO ., Que varaos j u n t o s por esta vez nada m á s , y por tratarse de empresa de tnn alta calid.i.d. HACEM, P u e s no alcéis m u c h o la voz, q u e si os oye aquél de allá... C A M I L O . ¿Y quién es aquél? 0 reza, ó d u o n n e , ó llora q u i z á s . HACKM. Quien tiene en aquel escudo c u a n t o os falta. CAMILO . 1 Qué!... ¿Será?.,. HACEM. Vuestro h e r m a n o . C A M I L O . (Con e.Tp1oHÍóii (lo alo^rria;. ¡Vive DiOSl ¡Mi hermanol HACEM. l-Tusto y cabal 1 CAMILO . (Corriundo liaeia Leoimrilo con loa brazos abiertaa.) ¡Leonardol.., Leonardo!... LKON. ¿Quién m e llama? CAMUJO , Los brazos d a á quien los suyos te b r i n d a . LEOH. iCamilol.., Camilol.,. (Corro liacia dt y loa dos licrtnaiios so abrazan fiiurtomoiite.) E n paz: CA^^LO. q u e si apreté con a h i n c o n o fué flojo t u a p r e t a r . (Vo!vu':udoKO luií'ia llacem), Oye t ú , judío, ó moro, ó turco, q u e m e es igual, y ya t u nombre olvidé, vete, observa, y s i liacia a c á v i e n e Leonor... HACEM. Os avisOj CAMILO . Me avisas. HACEM. Pues descuidad. ¿Y de aquello? CAMILO , Si h a y botín de oro y h e r m o s a s . . . ¡al m a r l

Hi v i e n e

Leonor,,, ¿Comprendes? Vendrá,

ACTO SEGUNDO ESCENA

¿ T Ú lo sabes?

!• lí I 31 B 11 .•!

¿Cómo n o ,

si & Lisardo del P u l g a r y al m a r q u é s de Pirocamonte de galas vendí u n caudal esta m a ñ a n a ? La víctima irá lujosa al a l t a r de Babilonia, m a n c e b o . Conque incienso p r e p a r a d , q u e c o r d e r i n o m á s blanco y de má.s dulce balar. n o condujo al a r a i m p u r a con BUB garras Satanás. Cedió al iin (i'iiiisativo.) Casi m e pesa. NO cedió, m a s la t r a e r á n . Su p a d r e m u r i ó en Sicilia, BU m a d r e m u r i ó al llegar, u n a d u e ñ a la a m p a r ó , dice, quB por caridad. Doña dueña ó doña bruja de sus medtofi se valdrá, y entre fuerzas y e n t r e engaños con ella a h í d e n t r o d a r á n , como n o t e n g a dos alas y rejtionte el vuelo audaz, Alas t i e n e , m a s m i s brazos en p l u m a j e plei^arán. | N O tenéis oro y q u e r é i s con Lisardo del Pulgar competí rl Oro, tú t i e n e s . LO tuve:

CAMILO. HACEM.

P u e s lo t e n d r á s , q u e lo m i s m o al abordaje entras en t i e r r a q u e en m a r . (Acorcándoae ÍL él con cierto miatorio). ¿Queréis s e r de la partida? ¿Yo contigo, Barrabás? iMujeres, y sangre, y crol

CAMILO .

Algo es e s o .

HACHM.

¿Mordéis ya? ¿ E S en l a costa?

(

ai'ilf.fíx.

LEONAIIDO, aioropro en el banco, sin reparar en lo qno le rodea; I-Jj\OEM; CAMILO que eale luiosamcnta voaCAMILO.

HACBM. CAMILO.

BEATHIí! y MAKFRtCDO, BciitíidoH Jnnto ¿ la chimenea y muy corea uno de otro. HAKF.

E s t á s triste como n u n c a , y de m i m a n o tu m a n o h u y ó , .sintiendo tal vez repugnancia á mi contacto, B H A T E I Z . E s t o y t r i s t e como s i e m p r e , q u e la tristeza h a tomado asiento on m i corazón con tal imperio y t a l m s n d b , q u e sólo la muerte jiuede dar libertad al esclavo. MAKII". P u e s venga p a r a lo^ d o s , q u e tampoco l a rechazo. BEATRIK. ¿ T Ú morir? ¿X^or quó, Manfredo? ¿Pues n o conseguiste acaso mi amor? ¿Y m i amor n o h a Bido todo lo q u e has codiciado? P u e s vive y goza: ó confiesa q u e del deleite en el vaso ya sólo q u e d a a m a r g u r a , y vergüenza y dosencantoM'ANP. Porque es m e n t i r a tu amor. P o r q u e te tengo en m i s brazos y sólo estrecho u n a fría i n e r t e estatua de m á i n i o l . Y t u ser, t u p e n s a m i e n t o , tu alma, lo q u e yo m á s a m o , hielo escupióndome ai rostro Be escapan bajo m i s laidos, diciendo en voz desdeñosa; cno somos para el bastardo.» B B A T K I Z . No es eso, n o nie c o m p r e n d e a .

MANF.

Q u e sólo á Jainie Las amado; e s t o e a lo q u e yo c o m p r e n d o . B E A T R I Z . Y o te a m é , Manfredo, t a n t o , q u e con ser ,7aia\e t a n n o b l e .


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NUEVO MUNDO j u n t o á la p u e r t a de bronce que cierra el í é u e b r e espacio en q u e fué A morir Roger. Y si sube por acapo, es q u e eBCuchó desde lejos del puente el desplome rápido. Entonces viene.

y con ser lii tíin villmio, h u y ó (le ¿I y ÍHCBÍ' A l i

todo m i fér, arrn.slriido por líi atrjiccióii cU^l abismo que en lu coi-nzóu .labraroiit ó las ^jnrrnp de Sutíin. ó líi h i t l dol (ícsenfrnfio, Y ya veni'iilo mi Imnor, y y a lu í'utppño logrado, uie dijf; pues eBlii dit^ha impura me cuesla i a n l o , apuréniogla, quw th^hf per digna del í n g e l malo, Y quise gozar, vivir, cobrarme d e mi pecado,., y n o p o d e , porgue siempre e n t r e mí pecho y l a s braxos ¡éll ee i n t e r p u s o , ¿Quién? MANF. Jaime. BEATRIZ. Sentí el fuego de f-ns labioD, y su carifiofa voz, ^ y á veceB baeln en uiano recogiendo en luif mejillaa los de^pojoB d e mi llanto. Y'o t a m b i é n . (IVnsutivo.) Mas fué ilusión, MANF. LoB muerto3 jauíiis logruron ni alzar la fúnebre lo-n, ni desgarrar los pudnrios.

BEATIIZ.

MANF.

eii él prütoiMí.i<íii.)

]Impo9¡tilel Kada Be oye, (ApomftiidoHo A la ventaDa, Fuí! un engaño de t u loco pensamiento, ó d e ave Bjilvajf el canto, ó quizá d e h a m b r i e n t o lobo el aullido prolongado. BBAlltlK, ¿No ser.-í Jaime?

MAKF.

MANF.

^^

Bealriz,

¿aún dudas? > I u r i ó m i hermano la noche aquella, después da rec!my.Br tres Bisaltos, Los fugitivos lo dicen, la fama lo ha pregonado, y lo demueHlra su ausencia.,. B E A T E I Z , (Al oído.) Y nosotros lo deseamos. ¿Verdad? MANT. Baataya. Pues oye; BBATEirno fié cómOi n i sé cuándo, pero yo sé q u e vendrá. Alguna vez con espanto le veremos ni volver liacia atvéa el rostro cárdeno. ¡Manfredol iManíredol.., iMirfll (Volviontlo )ii cubüzii y seÜalaDdo au propia sombra-) E s d e tu cuerpo adorado MAKF. la sombra q u e t^ohre el muro esas llamas arrojaron. B K A T B I Z . lY q u é negrn m e parecel MANF. Y' íí m i tu iMHM'f^o, iqué blancol iMalbaya fuegí* que trueca en negriira el íitabastrol B H A T B I Z . PneB «1 fnetíO d e t u amor hizo conmigo otro tanto, (So vuclvDii V i sentar junto al faégo, y quedan eiloncieBos.) j E n q u é piensa?? MAKF. Ko lo s é . E B A T B I Z . •^ iSoD ppnsamienioa t a n vagosl Y t ú , ¿qué üenen? íQaé tengo? MANF. q u e siempre sabor amargo hay en torhi" IHS palabras de t u s labiup y mis labios, ¿Por q u é no eimios felices? (Con deHoapei'acíiSii-)

¿por q u é , di, si nos amamoB? E E A T E I Z . Yo no lo s é . iCaUa! ¡Etcachal MANF.

Ahora s í . (EaiiQí'hHn loa dfis ¡.'nn anKiistla).

BjclTRiz,

F u é u u prolongado gemido.

MANF.

Tíf-nes IRZÓD;

pero es Juann, p]fiá llorando. P a s a u n ilia y otro d í a , sin reposo y s i n descaneo,

Mi h e r m a n o .

B E A T R I Z . Ve á buscarla Quiero v e r l a . MAKF. Será inütil el m a n d a t o . B B A T R I Z . ¿SU presencia te dii miedo? MANF.

¿Miedo yo?

B E A T R I Z . P u e s ve. Te aguardo MAKF. ¿Ella lo sabrá.?... BEATRIZ.

MANF.

¡NO sel

P r u d e n l e ea averiguarlo. (V»ae por la izquierda, Bcguiido término.) ESCENA

VI

MAKFHED0

B E A T E I Z , (Con mipo'-sf.ício.so tciror.)

¿Y HÍ q u e d a n ii sepultos, de u n CEiBtillo íibandonado entre h\B pangricntns ruinas? ¿Y si t a n BÓlo lograron por loBa u n turreón hundido, la ortiga y el jnrnmngo por niortiijn, y *•» f\ pecbo su snngre por eiiitafio'!* Y entonces, d i . ¿uo podrjtn ' unii noche y li los rnyoa d(^ la luna levautarFe?... ¿Qué es fso?, . ¿No hoB eFcuchado? De la noche e n el silencio, el eco triste y lejano, de u n a tronipeta di" pnerra repitió los toques bárbaros. Alguien BP fti-erca al oüBtillo y avisix A los cantellanos. ¡Si fuera Jaime! (Con cspiuit'i. aceruAndoBOá iranfredoylmacttndo

¿Yáqné?

MAKF. (Con míMtprtn.) A preguntar si h a llegado. B E A T E I Z . ¿Si h a llegado? ¿Quién? Kesponde. (Con tpinor. > MAKF. ¿Quién h a de ser? ÍCon repngnanoia.) EítATJlIZ. ¿Él?

' ^

A todos dio eso r e p a r t o , ó buena parle, ó buen lote: Bólo al bastardo, por befa, BU bastardía tocóle. Al Rey su reino y, á m á s , el d e Sicilia, q u e A botes supo gaunr de su lanxa, en eso estamos conformes: pero q u e , aun siendo muy b u e n o s , n o h a n [lodido ser mejores que !OB qu« yo hubiera dado al frente de m i s harones, á t e n e r una corona y u n ejército d e nobles. A mi hermano s u s castillos, y su condado, y su nombre, y, por completjir fiu d i d i a , de mujer t a l los ataores, que por lograrlos he dado, de los inmortales goces del cielo, toda mi parte, si es q u e alguna, en tales doues, á u n bastardo como yo se le guarda y reconoce. A m í , en cambio.,., nada, nada: ni coronas, ni blasones, ni gloria, ni umor siquiera, que d e traidor y d e torpe uo lleve sello maldito y no m a n c h e cuanto toque. Y por si esto no bastase, siempre, de día y de noche, una VOK q u e nunc.n suena y que eternamente í e oye en las largas galerías, en los huecos de las t o r r e s , en los pliegues d e las nubes y e n las frondas d e los bosqaes; voz q u e dice sin cesar: «iCaín, Caín fué más noblel iPor algo Dios y tu padre n o quisieron darte nombrel»

h o m b r e s i n recursos p e c u n i a r i o s , y p a s a n t e p o c o escrupuloso, de a b o g a d o . El hombre encargado d e pagar la pensión, es u n tal Gerard Ü'Brien, que conociendo m u y poco, si e s q u e alguna ve» se había fijado en ella, é la verdadera l'^auny, fué engañado fácilmente por la s u p u e s t a . La complicación q u e origina el Urna es enmarañ a d a y a b u n d a n t e en situaciones cómicas, viéndose e n v u e l t o s en ellas todos los personajes; desde la s u puesta F a n n y . h a s t a el marido divorciado, profesor Barnahaa; y desde la mujer del encargado O'Brien que es u n a braBÜtña ó mejicana m u y celosa y turb u l e n t a , basta el m a r i d o de Fio, Mr. Harwood, cuyas p é r d i d a s en el H i p ó d r o m o tienen la culpa de todo eí i n t r i n c a d o embrollo. H u b o ¡I plausos para actores, y autores, q u e d a n d o convencidos elloB y el público, de q u e l a i m p o r t a ción americana h a empezado con buen p i e en l a a n t i g u a metrópoli, EN I,A ÓPERA CÓMIU *

En epte t e a t r o eigue h a c i e n d o furor la farsa der Mr. Sldney, A Lovíng Legacy, q u e ya loa lectores d e su diario conocen por IHÍM anteriores corresponden' cías. La epcena l l a m a t i v a d e las odaliscas sigue i n t e r e s a n d o , y cada día lleva mAs gente, dcBeasa d e p r e s e n c i a r la consternación q u e s e apodera d e Mr. Grundy cuando oescubre el Legado qce su d t funto h e r m a n o h a hecho á s u hijo.

En este teatro se h a estrenado u n a pieza en u n acto, t i t u l a d a Befare fhe Damn^dn Mr. H e n r y B y a t t , E s u n j u g u e t e ingenioso y conmovedor. Un cabpllero a r r u i n a d o . y c a s i a p u n t o d e desesperar, cede su óUimo p e n i q u e á u n a joven q u e en e l m u e l l e so.'^tiene, á duras penas, u n puestecito d e r e frescos y confitería. La joven, cuya situación m e i e c e s i m p a d a s , fmpieza á prosperar con aquel coito ó inesperaiJo au-vllío, y concluye por hacer u n a fortun i t a , que es la hiise de la felicidad del desesperado getitieman y de l a desvalida j o v e n . Obtuvo la b o n i t a comedia m u c h o s aplausos, y figurará por bastunte tiempo en el cartel d e la Opera Cómica.

ENTREVISTA DE DOS PRESIDENTES El periódico francés Le Gatdoia a n u n c i a como m u y probable la visita ottcial en F r a n c i a , para el próximo otoño, del presidente d e la repiibltca de los Estados Unidos, y añade q u e , á pesar de la reserva q u e pobre este a s u n t o se g u a r d a en la legación de l a avenida Kleber, la noticia puede considerarse cierta. También dice el citado periódico quo la entrevista de loa presidentes será de excelentes resnltados pora las relaciones políticas y comercifllea de ambos pníseB. Si Le Gmdois eeté bien informado, ésta será l a p r i m e r a ocasión en q u e se reúnan los pre-'-idenies d e las dos grandes repúblicas del mundo; la de! Antiguo y la del Nuevo.

PENSAMIENTOS El q u e ofrece el soborno, e s esclavo del q u e l o rehusa.—Demóstenes.

LA VIDA EN LONDRES BN E L B T E A H D

Son m á s loa temores q u e los peligros verdaderos,— Séneca.

«Fanny.»

A nosotros debe l a F o r t u n a el ser u n a diosa.—• Juvenal.

H a s t a l a p r e s e n t e , era América la t r i b u t a r i a d e Inglaterra en el género dramático, sin c o m p e n s a c i ó n alguna. Hoy l a tributaria quiere dejar d e serlo, y ha comenzado con valentía á establecer u n a especie d e cambio internacional. P a r a ello h a escogido la semana d e P a s c u a , monopolizando la novedad teatral, y después d e The Oiré I le/t hekind me, en el Adelphi, y Dclia JSarding en la Comedia, q u e se representará esta tarde, la joveti América n o s h a presentado Fanmjy c u y a p r i m e r a exhibición t u v i m o s anoche en el S t r a n d , Débese esta obra americana á, Mr. George E . Sims y Cecil Kaleigh.

Nadie se acuerda del sol m ¿ s que cuando ee eclipsa.—Séneca. Con ligereza n o puede hacerse n a d a g r a n d e . — ^ í » ' íiliano. Acaricia t u caballo a n t e s d e ponerle la brida.— Árabe. Confía en Dios, pero a m a r r a tu camello.—,4ra¡itf. ; E n t r e personas de h o n o r , l a palabra es u n cont r a t o . — L a Moche.

Fanny es u n trabajo del antiguo género d e comedias q u e parecía ya desterrado en absoluto de E u r o p a . Tímidos los autores en los primeros actos, guardan toda la vis cómica para el ú l t i m o , q u e ea u n tejido magistral de ingeniosos y divertidos recursos, cayendo el telón, al flnaliaar la escena ú l t i m a , e n t r e u n verdadero derroche d e carcajadas. La heroína F a n n y . q u e d a titulo á la comedia, no es u n s e r v i v i e n t e . Murió la infeliz n a d a menos q u e seis meses antes de comenzar la acción, y cocno v i v í a separada de su marido, que n o pensaba verla j a m á i , y ésie le tenía asignada u n a pensión, u n a joven llamada l ' l o , q u e era h e r m a n a d e la difunta, se presenta en perdona á recibir la renta, haciéndoso pasar por la pensionada, y consiguiendo por este medio alivier e n parte la precaria frituación de su marido,

Todos l o s negocios tienen principio, progreeo y fin; el p r i n c i p i o quiere m u c h o seso; el progreso, seso y paciencia, y el fln, d e c u a l q u i e r a manora q u e eea, pide á n i m o sosegado.—Setanti. E s rico aquel q u e recibe m á s de lo q u e conpume, y pobre a q u e l cuyos g a s t o a e x c e d e n á s u recaudación.— Masaiaa. Nuestro orgullo nos p o n e á merced d e a q u e l qu'i q u i e r a t o m a r s e l a molestia d e adularnos.—Xn Bru yére. T/^r.V ~ 267


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NUEVO

MUNDO

€1 t e s o r o del Bajá. (CONTIKÜACIÓN)

—Asuntos lie mi difunto padro me oblignn á u n a e s c u r s i ú n í u e r a de JjOndi'es; yo ]e ruego me disculpa y dispense de mi ayuda personal; pero a q u í está m í amigo Moliimied-lfnbnHBÍ... —No, y o no quiero q u e aepan m i n o m b r e , iníer r u m p i ó y i v a m o n l e el joven n o quiero que m e conozcan por Mohamed-Habafisi; prefiero me llamen H a m m e d E-¿KÍani. —Como i]uiefaB, amigo, dijo EdM-avd. Diré: «Aquí p r e s e n t o á lTa'niiie<l Kzziatii, que lialjla el idioma moiíhrebino y conoce períeclaioente el inglés Mi amigo le auxiliará un c n a n t o yo i)udiera servirle». P u e s , contiiiuó sir Kdward, ti'i eabes bastante inglés por batjerlo aprendido en tus visitas á Gibraltar y d u r a n t e nuestras relücionefi en Tiinger. .V Quedó, p u e s , convenido que Molmmed sería presentado en el m i n i s t e r i o de Negocios Extranjeros al llegar ú, Londres, y q u e obtendría un sueldo enficienlfi p a r a v i v i r e n la capital, desempeñando el cargo de intérprete y traductor del idiomo del Moghreb. IV Cuando la familia del difunto embajador inglés llegó A Londres, sir E d w a r d llevó A Moíiamed-Habassi á casa de suprimo, Walter Carr. en el Temiile, Walter y Mohameil eran ya conocidos por bobeino hallado juntos en a l g u n a s caceríasy expcdicionea con que allá en Tánger celebraba su tío el embajador la preBencia de AVivUer Carr entre la familia d u r a n l e los m e s e s de va(:a':iones. L o i)rimero q u e bicíeron loa p r i m o s p o r el j o v e n m o r o íiii^ ponerle presentable para la sociedad europea. >'ü era posible bacerte pasar jior ingh^g, porque el color de su rostro era como el de uno que lia pasado su vida en la boca de un borno, y aquellos negros ojos tenían la apariencia de eariiones encendidos, tan peculiar de los b o m b r e s de raza ujeridional. Loa ])rim o s se esforzaron, s i n embargo, en dnr A Moliamed el aspecto de un a r m e n i o ó turco acomodado, — Como liara que á u n o le tengan por moro, observó ]'.d\vard. es necesavio afeitiirse la cabeza, taui' ¡I.A PEESKNTAnóS b i e n para pasar jior europeo bay que dejarse crecer el pelo. Amigo Mobamed. necesitas u n a peluca. Y así se bÍKO. El moro se ]HISO u n a peluca negra, las e n t r a ñ a s de la t i e r r a , bac.éndüie e n t r a r eu un conin^ m u j e r e s ! Ho visto en esta gran ciudad t a l n ú m e q u e l e (lió aspecto d e muchachüelo. Pasados u n par do che del ferrocarril subteiTáneo, t-1 e s t r u e n d o de la ro, como j a m á s soñé yo pudiera e x i s t i r e n el m u n d o d í a s , Edwartl le presentó en el m i n i s t e r i o d'i Estado, m a q u i n a r i a y el silbido de las locomotoras, en medio enlero. bajo el n o m b r e de Tlamed Ezziani, literato morisco, de la oscuridad, consiguieron atolondrarle y subyuCuando M o h a m m e d empezó á reflexionar sobre m u y versado en la lectura y e s c r i t u r a del idioma garle de tal modo, que al dejar el tren exclanaó lleno c u a n t o liahía visto, oído y sentido, u n a insidiosa alm o g b r e b i n o ; y allí, por recOmendació]i del bijo del de tristeza y dirigiéndose á BU a c o m p a ñ a n t e Wulter teíación estuvo á punto de verilicarae en él, y el ordifunto embajador en Marruecos, í n é a d m i t i d o como Carr: gulloso y noble semibárbaro estuvo e n peligro de traductor ó intérprete temporero. — iRazÓn tenía mi p a d i e al decir iiue m i espíritu convertirse en el tímido y sutil esclavo de la civiliColocado ya su amigo y protegido, marchó E d w a r d e r a (an apocado como el de uua miijerl zación, al Korte de Inglaterra á los a s u n t o s de teatamoalaría W a l t e r Carr conle^tó con \iiia sonrisa. Seguramente no h a b r á u n moro en t-odo M a r n i e de su padre, dejando á su madre y hermana en El sabia que el joven era bravo y v a l i e n t e basta la eos q u e n o se jnzgno superior á cualquier europeo Londres. teaieridftd, frente á u n oso ó í i e n t c á u n t r e m e n d o y que se ofrezca A su vistn, y el moro de buena familia c o l m i l l u i o jabalí; y sabía l a m i n e n , porque ea sus exAntes de a u s e n t a r s e , p u d o dar á Mobamed una es la c r i a t u r a miis orgullosa del m u n d o ; s i e n t e orpedicionai á Marruecos lo liabia couiprobudo, que la gran noticia, que era por a(|ueUos días la comidilla gnllo por su religión; orgullo ]>or su linaje; se jacta, espingarda y el sable da Mobamed el jüveii, eran de loa círculos políticos: Salla Dudu no b a b i a sido sobre todo, de las glorias de su pasado en E s p a ñ a , terribles para el enemigo, lo mismo en las m o n t a ñ a s a d m i t i d a couio regalo del S u l t á n por el hijo d e la cuando él era el ú n i c o caballero elegante d e E u r o p a , del líiEf como en las l l a n u r a s d-í líleJ Almiar. r e i n a de Inglaterra. i n s t r u i d o en todas las arles y ciencias, y d o t a d o de Con esta noticia suponía lídward quo su amigo se Lo que sobre todas las cosas dejaba estupefacto todas las gi'acias. Todavía en loa actuales t i e m p o s , tranqnilinaría re^ipecto á la s u e r t e de su prometida, al perseguidor de Ben-Aiida, era la m u l t i t u d de mucon BU ignorancia, por nosotros n o c o m p r e n d i d a , y, en efecto, supuso bien; p u e s evitado este peligro, jeres jóvenes y ancianas que Iransitaban jior las caquiere rodearse de estos troKos carcomidos de grann o esperalia Mobamed que Salla tuviera iiingün conlles de Londres con la cara completamente a! de^cndeza lia tiempo eclipsada; y, á pesar de su p o l í t i c a , tratíemiio, hallándose protegida por su parentesco hierto, e v i d e n t e m e n t e sin darse ellas cuenta del de su obediencia y eu h u m i l d a d a n t e las p o t e n c i a s con la espo.^a preterida del b;(]á. asombro q u e p r o d u c í a n e n el hijo ile Alá. Y e.-ífas europeas, el orgullo t i e n e profundas r a í c e s e n BU mujeres eran m a r a v i l l o s a m e n t e bonitas niuchas de Los p r i m e r o s días de su estancia en Londres fue corazón, y sincei'ainente desprecia á todos c u a n t o s ellas, y p a s a b l e m e n t e hermosas la generalidad. Allá ron de asombro y a t o n t a m i e n t o para Mohamed. Han o son ellos. en BU país, n o h a b r í a visto, en lo que llevaba de vida, llábase como aquel príncipe de Persia, del cuento El joven Mohamed-Habaasi, a u n q u e m á s intelim á s de u n a docena de mujeres sin el rostro velado, á r a b e , después de su caminata por los aires en el cagente q u e los d e m á s moros, y a u n q u e de la vida ballo eucunlado. Todos subemoa lo alegre y atractiva . excepto la j u d í a s y negras^ q u e n o e n t r a b a n en cuenInglesa y del poder de Inglaterra s a b í a m á s q u e sus ta; en Gibraltar había visto mujeres ingle;<asy espaque aparece la metrópoli inglesa d u r a n t e el mes de c o m p a t r i o t a s , h a b í a t a m b i é n acariciado todo ese orñolas, p e r o en reducido n ú m e r o , y sin afectarle tanMayo. E l j o v e n Mobamed t e n í a b a s t a n t e a m o r progullo c u a n d o se e n c o n t r a b a e n su país, a u n c u a n d o to como esta m u l t i t u d incesante de mujeres tle todas pio y su tanto de orgullo, para que confesara de plas i e m p r e fué suficientemente político, cordial y amiedades que en Londres v e l a á cada paso; mucliaiihas n o su alegría me/clada de confusión. El sol luciendo go de los europeos. Pero ahora, en Londres, s u s y mujeres de edad en las t i e n d a s , en los restauranlB, todos sus esplendores; el río, que d o m i n a b a desdo ideas variaron por completo. Empezó á perder toda en las calles, en los cochos, en loa trenes, en los ómniBU v e n t a n a , l i t e r a l m e n t e ocupado de fallías, barquinoción de suficiencia propia, de la d e su país y s u s bus; mnjereti de todas edades y condiciones que pii' c h u e l a s y boteclllos da vapor, llevando á bordo banh a b i t a n t e s , de su religión y de sus a n t e p a s a d o s ; s i n lulaban indiferentes por todas parles, y t r a s t o r n a b a n das de uiiisicai los árboles y la hierba de los j a r d i n e s q u e se librara del desencanto parte a l g u n a del apasu cabeza. o s t e n t a n d o los variadísimos matices del color verde, ratoso ediñcio de reglas y t r a d i c i o n e s e n q u e h a b í a y las flores alegrando la vista y e m b a l s a m a n d o el sido educado. W a l t e r Carr le llevó t a m b i é n á varios teatros, y ambiente, a q u í ya n u e s t r o joven moro n o pudo m á s ; las olas De inteligencia viva y s a l í l , cuanto m á s observaba P e r o el brillo del sol, la a n i m a c i ó n del río y el ende la gran población, de aquel mar de revueltos tory connideraba aun los fenómenos ordinarios que sacanto de las flores eran para Mobamed casi n a d a , b e l l i n o s , se enseñoreaban del h a r q u i c h u e l o inexperl u d a b a n d i a r i a m e n t e sus ojos, calles limpias y hercomparado todo ello con la maravilla de la gran p e r t o , a m e n a z a n d o sumirle en insondables abismos, mosas, en vez de i n m u n d o s callejones abiertos e n ciudad AValter Carr observaba, con admiración y gozo las roca v i v a como el lecho de u n t o r r e n t e , y en los q u o delicias, s o b r e s a l t ó s e i n q u i e t u d e s del joven Molíase a m o n t o n a b a n restos corrompidos d e m u l t i t u d d e —.Tamas, j a m á s , declai'ó por fin u n dfa á Walter medj y procuró hacerle explicar cuanto sentía procedencias; el orden en ves del desafuero, la rapiCarr, hubiera yo creiiio, si n o lo veo, en IB existenfía y el asesinato á la luz del din; hombres que trancia de ciudad t a n v a s t a . —lío es posible que mis paliibras digan lo q u e q u i l a y activamente marchan á sus negocios ó plaL a anchura y longitud de las calles le hacían el s i e n t o loh amigo míol dijo M o h a m m e d . iTodo es ceres sin temerse unos á otrOB y, por t a n t o , sin a r m a s efecto m á s descabellado en s e n t i d o de la noción del a q u í g r a n d e y maravilloso, como en P ! i n m e n s o ni precaución alguna, t a n t o m á s modificaba sus naespacio; los carruajes de lujo, los cochee de alquiler, Océanol Yo me siento perdido en él, yo quedo redut i v a s opiniones y prejuicios, y t a n t o m á s d i s p u e s t o los ó m n i b u s y los carretones, todos ellos m a r c h a n d o cido á la nada! P e r o sí pienso en esto; q u e nosotros Sí bailaba para i n c l i n a r s e y reconocer el genio d e l a á gran velocidad a l a izquierda, a l a derecha y al los m u s l i m e s BOmos necios y ciegos en tapar á Ins civilÍRación europea. Se encontraba M o b a m e d e n frente, sin choques, tro])ezones, ni averías, le causa mujeres el rostro y encerrarlas entru paredes- ¿Huparecido caso al do la i'eina de Sabá c u a n d o visitó y h a n el terror, mezclado de alegría, q u e siente la jubiera Alá hecho n u n c a A la mujer hermosa, si E l conversó con Salomón; vencida y d e s l u m b r a d a a n t e v e n t u d al presenciar las fantásticas representaciones tuviera intenciones de m a n t e n e r l a oculta? ¿Por qué magnificencia desconocida para ella, exclamó; «ni la de magia; el continuado y violento ruido de cascos y su belleza no h a de brillar sobre todo el orbe, como m i t a d do lo que r e a l m e n t e es, se m e h a b í a d i c h o ; t u r o e d a s , y las turbonadas incesantes de gente, a t u r . la luz del sol, el resplandor (te la Inna y el fuego d e s a b i d u r í a y t u s riquezas exceden á la fama que llena d í a n BUS oídos y enloquecían su cerebro; la riqueza, las estrellas, llevando la alegria y la satisfacción á el e s p l e n d o r y la inmensidad d e t i e n d a s y bazares los hijos d e loe hombres? lAlabo el n o m b r e de Alá, el m u n d o ensalzándote.» d e s l u m h r a b a n BUS ojos; y cuando le sumergieron en exclamó el joven, e i t a s i a d o ante su obra de hellíaí(Contimiará,) 268


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NUEVO MUNDO vida estudiantil s o b r e t o d o , haber organizado funciones y flestas A porrillo en favor de los pobres?

CARIDAD SIN ORDEN ^/3CKJÍR0SIUAD como la n u e s t r a , corazón como el / \ n u e s t r o , impulfOQ iiotilee. HubliuifH y levaiiI T I E I ' J O S como loa del pueblo espaflül, no los bus. ^ ^ i ^ u é i s en ¡jitrte algunii. Toda idoa luieiui gt-riuiíia en mieptni tierra bendecida; pero como es ]tliinia ufiturnl y eüveBtre.BnJecon nniclio iirüma, pso s í , pero titíBperdiyada, Hin orden, á la b u e n a de Dios, acA u n a espiga y otra A dos kilúnietrOH de distancia.

'^^ r.J,^k/'}k

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En el arrojo patriótico pomos el pueblo de IOB guerrilieros, aisIadoB CtdfB que perdían por estar aisladop cunnto goiialmn yor Pcr víileropoB; en el "valor benéfico, Fonios el pueblo de IOP héroes Biiónimoe; en las explosioneB de cari'*ud, pomos lii patria de las pequefinp PiiBcrioioneF, de IJIF cuPBtncioneB infinita^, de liis fujiciones lí beneficio de eBto y de lo otro, al fin de laf) c u a l e s , y deducidos gastoa, quedan para el beueficifldo 2,50 pesetas por función. Muéveiime á estampar estas consideraciones los hermOBOR rapgos de caridad pública y privada con cjue la nación enlera se apresura á recaudar dinero que alivie, ya que no la pena m o r a l , la triste material aittinclón en que liabribi quedado la mayor parte de las familias de los uAufragos del Reina Regente. Hermopa caridad q u e , convenientemente encanijada, daría ])ara todo y puniíiría u n capital respetable; niientras que así, depordenada y pubrlividida, apenas basta á cnlirir los írnstos, evaporándose la espléndida Ünioana entre lucen, floree y m ú s i c a s , entre picos, I)Bbi8 y axadones. iQu reaicdiol Así somos, y j a m í s consentiríamos que e F E s t a d o , In Talepia> ni personalidad alguna, por ilustre y respetable que fuem, dirijíiese los espontáneos i m p u l s o s de nuestro corazón Ubérrimo y jacarandoeo. Todo movimiento caritativo encuentra abiertas n u e s t r a s j^nvetap y de par en pnr lae pnertap de nuestras casas, que no en balde la desgracia, la miseria y el dolor son en E s p a ñ a gente de confianza y como de la familia; mas el perfecto español no se da por Falisfecho con ]ionor SUR liienes al servicio de la caridad; n e c si til ayudarla t a m b i é n oflcioeamente con sug i n i c i a t i v a s y habilidades. El que es"p0Pta, tiene qne hacer verPOB a l u s i v o s , el m ú e i c o h a de tocar el violín, el piano o l a s caetañuelas; y como edñ músico, poeta y loco, todos tpnemos un poco», de ahí que los dineros de la caridad espnfióla v a y a n s i e m p r e envueltos en versos, sinfonías y locuras. Aquel que en s u v i d a haya leído en público verpos dedicados á las víctimas del terremoto X , de la i n u n d r c i ó n F ó de la epidemia H , qne l e v a n t e el dedo. P e p l o r a r u n a c a l a m i d a d pública, y liacerlo con v e r s o p q u e s o n u n a calamidad p o é t i c a , e s , despaés de todo, u n a yenei'osa aplicación del consabido axiom a de la honieojiatía; SimiUa mmilihus curantur. ¿Quién n o recuerdn, alió en sus j u v e n t u d e s , en la

Cuando alguna de ellas se tramaba, d i s m i n u í a por días la asistencia A claBe; los a l u m n o s andaban distraldoB, Ja voz del catedrático resonabaimuchas veces en el a u l a vacía—A ver, Hr. l'érez, decía el profesor mal buniorado: ¿quiere usted darme Ir lección del día? — Uispense upted; n o eetoy preparado. — r u e s ¿ q u ó ocurre? —Küda, que ayer tuvimos ensayos de rondalla para pedir por las víctimas de los terremotos. Bien m e parece. Ensayen ustedes m u c h o y bien, porque este J u n i o t e n d r á n que repetir la rondalla. — ¡ H a b r á alguna otra calamidad? —Indudabletnente; las víctimas de los exámenes. Como loa organizadorfs de tales fiestas son siempre gente simpática, bien relacionada, joven por lo general y sobre todo entusiasta ó incaiiEable, sacan dinero de las piedras. Ki todo ello llegara íntegro d los pobres ó á las victimas, saldrían de a p u r o s , s i n d u d a a l g u n a . Fero todo cuesta d i n e r o . Si se t r a t a de u n a cuestación pública, h a y que pagar la música, los coches, el local de reunión, infinidad de pormenores y zarandajas. Cuando lo que se arma es u n a función t e a t r a l , el pre^upueatOB de gastos es m á s subido; alquiler de local, luz, dependencia, billetaje, sueldo é. las actrices ó regalo si trabajan gratis, etc., etc. Nada hay tan simpático, tan eepañol, tan generoso y propio de la gente joven, como el trabajo de LUna estudiantina. Pero cuando la c a l a m i d a d e s p ú b l i c a y notoria,

cuando á t o d o s a f e c t a y todos desean remediarla ¿ q u é falta hace pedir con música n i ofrecer a t r a c t i v o s á cambio de la limosna? Lci i m p o r t a n t e y esencial es que todos d e n . Lo peor es que sean pocos á dar y rauchoe á pedir. Pero es cosa corriente y sancionada por el neo qne aquí las mupa" (Talía y Eiiterpe aobre todo) ejerzan para con la caridad el cuasi-contrato de negotiomm gestis. La J u n t a de señoras tal ó cual patrocina u n a función cómica para que el público se ría m u c h o á beneficio de los pobres que lloran E l aristocrático aficionado H cantará en los Btiijonotes el papel de l í a u l y gastará en vestirse u n montón de duros, que n o v e n d r í a n mal B1 fueran derecham e n t e á manOB de los neceeitados. Kn esta y en la otra capital de provincia se organizan licrmesses, que s e g u r a m e n t e producirán u n d i n e r a l ; pero ¿qué q u e d a r á para el pobre d e s p u é s de pagados corpinterOB, luces, tablados, m ú s i c a s , floree y acceíorif s? Si todo el dinero que FO m u e v e , si todo el trabfijo qne se p o n e , si todas las iniciativas que pe derrochan con m o t i v o de u n a p ú b l i c a caljimidad fueran derechas al socorro del pobre, ¡cuan eficaz perla la limosna, q u é cnantiopa, y, sobre todo, qué rápidal A h o r a no se ban dado funciones de toretes; pero hace afios era el n ú m e r o obligado de todo prograoaa con objeto benéfico. Be r e u n í a n unos cuantos chicoB, con tan buen deseo como poca aptitud para el capo; se i u v i t a b a á cuatro peñoritns para que presidieran el espectáculo; se escribía á u n diestro famoso para qne v i n i e r a á dirigir la lidia; los organizadores, la cuadrilla, el público e n t e r o gastaba un dineral, se a b u r r í a sober a n a m e n t e , y al fin de la función resultaba u n producto liquido de 20 pesetas. Algún lidiador salía perniquebrado.

Y n o faltaba entre sus compafieroB quien le propusiera al Ministro para la gran cruz de Beneficencia, Porque, en r e s u m i d a s cuentas; ¿no era cierto que el referido joven había expuesto su v i d a por socorrer á los desamparados? Somos caritativos, pero n o prácticos; peor fuera al revés. H a y a caridad, q u e el orden ya vendrá, con el tiempo* " ^ Y pensemos que al fin y A la postre, Dios estima la limosna, n o por c u a n t i o s a , sino por ser libre, generosa y c a r i t a t i v a m e n t e otorgada, como todas las de n u e s t r o pueblo, menofl utilitario cada vez, y por eso mismo m á s simpático cada día. L U I S IÍOYO V I L A N O V A ,

NOTABLE FENÓMENO mS LAGO IMPREVISTO E n la provincia de Roma, y próximo al pueblo de I^eprignano, se h a formado r e p e n t i n a m e n t e u n lago de i m p o r t a n c i a , producido por surtidores subterrá* neos, de los q u e n i n g ú n conocimiento tenían loa habitantes de aquellos terrenos, ni viajero alguno pudo observar. E l lago tiene u n a circunferencia de m á s de dos tercloB de milla, y las aguas reúnen, la part i c u l a r i d a d de ser sulfurosas. El sitio Be ve favorecido por n u m e r o s a concurrencia del país y otras provincias, q n e acude á VÍBÍtar este n u e v o lago, cuya extensión a u m e n t a por días.

—í=§ííf2C9


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NUEVO MUNDO JAPONESES T MEJICANOS

t i ) I ÍCESE por acá que amenaxan á Filipinas loa I / hijoH del Norte; que eeos ejérciloe y esas es"^""^ cuadras qu» han acorralado y pÍ6oteado á China, van á presentarse en breve por Aparri, donde habrá otro Yulú, y de Aparri caerán sobre Manila, que será otro PortArtur. Grandes y terribles han sido loa triunfos d© los japoneses contra el imperio del Medio. En una do cena de batallas y con un millar de muertos, cuarenta millones ban vencido á cuatrocientos; una nación como Inglaterra en habitantes, á otra más que Europa entera. Tal maravilla militar, que deja atrás las de Alejandro, Cé-ar y Napoleón, ha causado aquí aKombro, estupefacción y alarma profunda. El Japón es otra Prusia, se ha dicho; y esos dominios que en las riberas del PacíSco y Pjclfico adentro tienen algunas naciones de Occidente, corren riesgo inminente de aereada uno otra Alsacia. Ko despreciemos al vendedor; pero no desconozcamos tamooco lo que es el pueblo vencido Grande ha sido la actividad y la resolución del Japón en toda la cainp 'ña; pero en oposición á esa resolución y actividail, la conducta de China no ha podido ser más vergonzosa. >íi gobierno, ni ejército, ni pueblo, ni nación, ni nada de cuanto constituye la vida de una gran colectividad, se ha visto en eso que todavía se llama imperio. El Japón, en tanto, recibe la herencia de grandes territorios, la Corea, bajo cuyo protectorado qued», al parecer, y cuya tranquila posesión le ha de costar no pequeños Kacriticios; los territorios de la Mand churla, de difícil gobierno también, aunque líiisia lo consienta, y esa Foruiosa, isla enorme, cerrada y poblada de razad salvajes en au interior, y de chinos eu las costas, que ha de ser pnra el Imperio del .Sol Naciente, Imeso muy duro de roer. De aquí á un siglo,el Japón no será todavía dueño do esa isla; de aquí á un siglo, tüda\ía luchará con los salvajes de Formoea. Tiene, pues, el vencedor de los chinos sobrado trabajo dentro dij s i casa; tiene sobrado que hacer con sus nu.-va8 adquisiciones, y ro debe de ignorar que en IIoo^' kong, en Macao y Filipinas no encontriiria chinos; no lograría victorias tan fáciles, y seguramente cosecharía derrotas. Vigile el Gobierno, tome prec^iuclones, refuerce allá nuestros medios de defensa; h:iga oir su voz de consejo y adverten'ia en Tolíio; pero no nos entreguemos por acá á lemore-i y sobresaltos que tienen hoy por hoy mucho de fantásiticos. La invaaión de mejicanos en Filipinas, en forma de pef=op, es en estos mouientos la cuestión más grave en nuestro Arcliipiélago oceánico. A G4 llegaba el quebranto á primeros de Marzo, y con este motivo, atiuella opinión mostrábase grandemente excilada y la prensa ]íublicaba artículos que son un lamento y un clamor. «Ha llagado el momento supremo, el sefíalado por los pesiniisfas, dice el Boletín de la Cámara de Comercio; eptamoB en el ün de lo posible » aMiSs de catorce mitlonesde pesos pier 3e el país cada año con el derroi-he de los cambios; mas de todo su numerario perderá en dos años miis de giros como los actuali-s,» dice el Diario de Mttnila. La situación allí es Iiorrible é insoportable, y aquí, en tanto, en el ministerio dícese que el problema se estudia de nuevo. Y dícese que dominan corrientes favorables á ia reacufiíición del peso mejicano en moneda insular, ofreciendo asi una solución al conflicto, que deja el conflicto en pie Porque esa moreda de plata PuErirá depreciación casi idéntica, y el quebranto bárbaro subsistirá indefinidamenle, bncta que un ministro de inteligencia y arranque resnelvü nAa, cneslióti como el comercio de Manila pi<lp; como aquel comei'cio quiere resolverla, sin ayuda de nadie. El nml de Filipinas arranca de la pérdida de su oro snioneclndo; y mienlras ese oro no vuelva, el mal Bubí^istirá. Acoja el Sr Castellano ol PacrÍ6cio que aquel cuinercio se impone: acepte rl emprt'stito para comprar oro, que el comercio <le Manihi Pe compromiíte á pagar. Fuera de esta polución, no hay solución po.'-ible; fueía de esta polución, no hay salva' ci<^n psira aqricl hej-moso pafs, que camina á. su ruina inevitable. QinoQuiAP.

JOYAS LITERARIAS LA VIDA DE LA ALDEA Unos pasan, amigo, Estas noches de Enero Junto al balcón de Cloris Con lluvia, nieve y hielo; Otros, la pica al hombro, Sobre murallas puestos, Hambrientos y desnudos, Pero de gloria llenos; Otros al campo raso, Las distancias midiendo Que hay de Venus á Marte, Que luiy de Mercurio á Venus; Otros en el recÍTito De lúgubre aposento. De Newton ó Descartes Los libros resolviendo; Otros contando ansiosos Sus mal habidos pesos, Atando y desalando Los antiguos talegos. Pero acá lo pasamos Junto al rincón del fuego. Asando unas caBtaflas, Ardiendo un tronco entero, HaVdando de las viñas, Contando alegres cuentos, Kebiendo grandes copas, Comienílo buenos quesos; Y á f e que de este modo No nos importa un bledo Cuanto enloquece á muchos, Que Ferian muy cuerdos Si hicieran en la corte 1-0 que en la aldea hacemos. J 0 9 ¿ CADÍ.SALBO.

EL AMOR MARIPOSA Viendo el Amor un día Que mil lindas zagalas Huían de él medrosas Por mirarle con armas, Dicen que, de picada, Les juró la vengnnza, Y una burla le.-* hizo, Gomo snya, extremada. Tornóse en mariposa, Los hmcitos en alas, Y los pies terneKueloa En patitas doradas, lOhl iQué bien que parecel lOhl iQuó vuelto que vaga, Y ante el sol hace alarde De sil pórpura y nácarl Ya en el valle so pierde, Ya en una flor se para, Ya otra besa festivo, Y' otra ronda y halaga, Las zagalas, al verle, Por sus vuelos y gracia Mariposa le juzgan, Y en seguirle no tardan. Dna á cogerle llega, Y él la burla y se escapa; Otra en pos va corriendo, Y otra simple le llama; Despertando el bullicio De tan loca algazara En sus pechos incautos La ternura más grata. Ya que juntas las mira Dando alegres risadas, Súbito Amor se muestra, Y á todas laa abrasa. Mus tus alas ligeras !En los hombro" por gala Se guardó el fementido, Y así á tollas alcanza. También de mariposa Le quedó la inconstancia: Llega, hiere, y de un pecho A herir otro se pasa. ,

— ¡Antoniol — Sefíora .. —¿Ha sido usted el que ha abierto la jaula del canario? —Sí, señora. —¿Y porqué ha hecho usted aemejante barbaridad? —Porque me parecía que al animalito le faltaba aire. -^ —¿A qué hora seré menos molesto para ir á su casa á leerle mi drama? —A una hora en que yo esté de paseo. 270

JUAN MBLÉIJDBZ VALDÍM.

UNA CARTA DEL PAPA Los periódicos ingleses publican la carta apostólica que Su Santidad León XUI dirige á los católicos del Reino Unido. El Pontífice elogia las manifestaciones rell^osns de los caióliíJOB ingleses, á quienes deseaba enviar una prueba de su nfeclo. Cita loa testimonios de amor que loa Soberanos Pontífices han dado á Inglaterra, desde Gregorio el Magno, y los esfuerzos hechos por aquella nación para resolver cuestiones tan complejas como la social, la de educación religiosa, las de obras benéScaa, descanso dominical, etc.

Hace notar las mnnifestacionea del poderío y de los recnraos de la inición británica, declarando que los esfuerzos de todos no tendrán eficacia, sin la oración y bendición divinas, ayudados por los esfuerzos de la Iglesia católica. Para el triunfo de la causa santa de ésia, cuenta Su Santidad con el «poyo de todos los católicos ingleses, y termina la carta concediendo trescientos días de indulgencia á los que recitaren con devoción la plegaria siguiente: <nOh santa Virgen María, Madre de Dios y nuestra. Reina y Madre clementísima. Dirige tus piadosas miradas á Inglaterra y á todos los que en ti ciframos confiadamente nuestra esperanza. »Por ti fué dado al mundo Jesucristo, nuestro Salvador y nuestra esperanza, y El te ha dado á nosotros para que esperemos todavía más »Inlercede por nosotros, tus hijos, d quienes recibiste y aceptaste al pie de la Cruz. ¡Oh Madre dolorosa! mega, mega por aquellos bernianos nuestros que están separados de nosotros, pura que unidos todos en el verdadt ro gremio de la Iglesia, acaten al Supremo Pastor, Vicario de tu Hijo. ílíuegapor nosotros, querida Madre, para que, mediante las buenas obras, realizada.-* A impulsos de la fe, merezcamos todos ver y alabar á Dios, jumamente contigo, en nuestra celestial morada. Amén >

VICTIMA DE LAS APUESTAS El dueño de un café de París, situado en la plaza de Anvers, ha sido víctima ile su desmedida afición á las apuestas en las carreras de calmllus. Víct'jr Casagne, que es el nondjre del cafetero, tenía un establecimiento, donde cada día pi'osperaba más. De pronto se vio acometido por una terrible pasión de las carreras En pocos meses las economías, laa entradas diarias, todo fué á la caja de apuestas, y Casagne se vio forzado á vender su café en condiciones deeaBtrosaa. Pero continuaba, más que nunca, dominado por eu pasión. Tras del café, vendió el [nobiliario; (raa del mobiliario, las alhajas y las prO|iian ropas. ICl último día que asistió á bis carre as, había podido reunir cien francos, después de veniler los restos que de su antigua posición y bienestar conservaba. Fuese con los cien francos á Lungchamps, y... salió de allí con icuarenta cíntimosl —¿En qué emple;iré estos cuaienta céntimos? se dijo. La desesperación contestó á su preiiunta. Compró carbón, y al día siguiente se encontró el cadáver de Casagne en la pobre buhardilla que le servía de albergue. ¿: j ^ ^

CONSEJOS PRÁCTICOS LA ItONCil'EKA DE LOS OKAnOItKS V CANTANTES.—tW BAltNIK liXOMnuSTIISIJ!.

Se viene usando, para combatir dicha ronquera, el colocaren la boca un trotiito de bt'irax de 1& á 20 centigi'a]nos, haciendo uf^o la víf]iera del día en que haya de cantarse ó de hablar, de 16 c^entigramos de nitrato de fiotasa, en un vaso de Hgna azucarada, ó una infusión de 3 gramos de jüboraridi, y poco aU' tes un gargarismo con 200 gramos de coclTiiiento de cebada, 5 á 10 de alumbre y 10 de miel rosada. Con el importante fln ds preservar las maderas y objetos del fuego, aconseja un jjorióUico americano la composición siguiente; Silicato de sosa 30 partes. Vidrio en polvo 20 — Porcelana en polvo 20 — Piedra en polvo 20 — Cal 10 — Se mezcla la sustancia resultante, interponiéndole agua caliente en siifiriente cíinliílud para obtener un barniz de consistencia apropiada. Nos parece de gran utilidad para los teatios, circos y demás aitioB en que haya temor de incendios. Todas las maderas, ielones y objetos combustibles deben cubrirse con este barniz incombustible, BRILLO PAKA EL P L A K O I I A D O

Aunque la moda ha querido algunas veces pronunciarse contra el exagerado brillo de las pecheras, cuellos y puños de las camíHulas de tmestros elegantes, no ha consejaiido baeer deHiinarecer la costumbre, que caíla dia se extiende mfis, y que el buen aspecto y hasta la economín recomiendan. La composición siguiente da resulia''os magnífl,C08 que, una vea experimeiitadnp, hacen olvidar por completo la que hoy se emplea; y para que pruebe el que guste, se detalla á conlinuación: Blanco de ballena CO gramos. Goma arábiga fiO — GJicarina 120 — Agua 72Ü — La receta no puede ser más económica, y pueden soportarla todus las fortunas. En el momento de servirse de ella, se mezcla medio vaso en un litro de agua, que servirá para diluir el almidón.


NUEVO

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MUNDO

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