¿Interesaban los Estados Unidos a Puerto Rico antes de 1898? por Yamila Azize Publicado en la revista Homines, Vol. 8 Núm. 1. enero-junio 1984. Los libros de historia tradicionales dicen que Puerto Rico paso a manos de los Estados Unidos en 1898. Dicen esto porque sus autores no tuvieron tiempo de leer varios testimonios de participantes y testigos oculares de como realmente pasaron las cosas. Testimonios como los que veremos a continuacion. 1783: Mr. John Adams, quien seria electo como el segundo presidente de los E.U. en 1797, propugna en carta escrita a un colega, la idea de la anexion politica de las islas de Cuba y Puerto Rico: “El comercio de las Indias Occidentales es parte integrante de nuestro sistema mercantil. Estas no pueden estar sin nosotros y nosotros no podemos estar sin ellas. Por tanto todo esfuerzo obstinado de violencia o de politica que intente evitar que dichas islas y el Continente (norteamericano) deriven ventajas reciprocas que la naturaleza les ha ofrecido solo lograra el que busquemos medios mas efectivos para unirnos.” [1] 1787: Mr. Thomas Jefferson, quien seria electo tercer presidente de los Estados Unidos en 1801, vuelve a manifestar la ambicion de la expansion: “Nuestra confederacion debe ser contemplada como el nido desde donde toda la America, la del Norte y la del Sur, ha de ser poblada. Pensando en los mejores intereses de aquel Continente nosotros debemos cuidarnos de no presionar demasiado pronto a los espanoles. Esos paises no pueden estar en mejores manos. Mi temor es, empero, que estas manos sean demasiado debiles para sujetarlos hasta que nuestra poblacion sea demasiado numerosa para arrebatarselos pedazo a pedazo.” [2] Y desde Espana varios funcionarios del gobierno advierten la creciente ambicion de E.U. 1789: El Conde de Aranda escribe al Rey Carlos III el mismo dia en que frmaban con Inglaterra el reconocimiento de E.U. como nacion independiente: “Esa republica nacio pigmea, por decirlo asi, y ha necesitado del apoyo y fuerza de dos estados tan poderosos como Espana y Francia para conseguir la independencia. “Llegara el dia en que crezca y se torne gigante y aun coloso terrible en aquellas regiones. Entonces olvidara los benefcios que ha recibido de las dos potencias y solo pensara en su engrandecimiento". “La libertad de conciencia, la facilidad de establecer una poblacion nueva en terrenos inmensos, asi como las ventajas de un gobierno naciente, le atraeran agricultores y artesanos de todas las naciones, y dentro de pocos anos veremos, con verdadero dolor, la existencia titanica de ese coloso de que voy hablando.” [3] 1806: El obispo de Orense, don Pedro de Quevedo, declara: “Los E.U., esta potencia que ha protegido y fortalecido en aquellos territorios la Francia y la Espana y en la que no puede dejar de vivir el espiritu de comercio, que existira, por el interes, el guerrero y el conquistador, debe causar recelos y temores no pequenos (a Espana).” [4] 1818: Don Joaquin Arduaga, agente espanol en Nueva York, manifestaba en aquel entonces gobernador de P.R. sobre la amenaza que pendia sobre las todavia colonias espanolas Cuba y P.R: “Todas las autoridades prestan (decidida proteccion) a cuanto pueda contribuir a arrancar a Espana el resto de sus provincias de Ultramar y a destruir nuestro comercio. Esta certidumbre debe hacer ver a V.S. cuan necesaria e independiente es la vigilancia para la
conservacion de esa posesion y cuan importante se hace el seguir los pasos a los americanos malevolos que existen ahi. [5] El National Inteligencer, periodico editado en Washington publicaba un articulo en que abogaba porque Estados Unidos se desentendiese de ambicionar el dominio de Cuba y otros territorios, “porque las colonias son un mal y un mal seria que algunos de estos se uniesen a E.U”. [6] 1825: Mr. Henry Clay, Secretario de Estado de E.U., dirige una nota al gobierno de Espana urgiendole terminar la guerra con las nuevas republicas hispanoamericanas, de suerte y manera que Puerto Rico y Cuba continuaran en posesion de Espana, porque: “Los E.U. estan satisfechos de la actual condicion de Cuba y Puerto Rico, como pertenecientes al poder espanol y con sus puertos abiertos, como lo estan al presente, nuestro comercio. No desea, pues, este gobierno, cambio politico en su sistema de administracion. Por otra parte la poblacion de las islas no es competente hoy, a causa de su constitucion y numero, para regir sus propios destinos publicos. Los R.U. no dejarian de inquietarse ante la idea de que dichas islas pasasen a poder de alguna otra nacion menos amigas; y entre todas las potencias europeas este pais prefere que Cuba y Puerto Rico continuen dependientes de la nacion espanola”. “Si la guerra continuare entre Espana y las nuevas republicas, y estas islas llegaran a ser objeto y teatro de las operaciones, los E.U. no podrian ser espectadores diferentes de la contienda, como quiera que su bienestar tiene puntos de contacto con la prosperidad de esta Republica; y las contingencias que pudieran surgir de una tan prolongada guerra acaso podrian imponer al gobierno de E.U. deberes y obligaciones de que no pudiera relevarse, por mas penoso que fuese su cumplimiento. “Si los E.U. desearan obtener en este instante la posesion de las islas de Cuba y Puerto Rico, no existe posibilidad razonable de que pudieran hacerlo, y aunque la tuvieran, su actitud diplomatica le prohibe por el momento. “Esta situacion equivale a una garantia. Pero no haremos ninguna estipulacion ni tratado para tal garantia.” [7] 1845: El presidente norteamericano Polk declara en su discurso inaugural que: “...el no se sentia atado por ninguna timida inhibicion respecto a la expansion nacional; y que la adquisicion de ciertas posesiones fuera de los limites de la Union podia convertirse en un asunto de vital interes para la proteccion de E.U., para los derechos del Comercio y para la paz del mundo.” [8] 1856: Mr. Robert J. Walker, Gobernador del estado de Kansas le envia una carta al Presidente Pierce exhortandolo a mantener una politica imperialista, y decia: “¡Cuba! ¡Cuba! y Puerto Rico, si es posible, deben ser el grito de la contrasena de vuestra administracion; y ella terminara envuelta en un halo de gloria.” [9] 1859: Mr. Reuben Davies declara en el Congreso norteamericano que E.U. tenia el destino ultimo de incorporarse las Indias Occidentales. [10] 1860: El congresista Mr. James Toombs manifesta, con motivo de un proyecto para comprar la isla de Cuba: “La unica cuestion de politica extranjera digna de ser considerada por los estadistas norteamericanos es el imperio tropical que se extiende a nuestros paises...y el objeto de declarar que el objeto de nuestra politica es colocar ese imperio bajo nuestra bandera, tan pronto podamos”. [11]
1861: Mr. Charles Seward, Secretario de Estado de Estados Unidos le envia una carta a Mr. Carl Schurz, su ministro en Madrid para que protestara por la reincorporacion de Santo Domingo a la Corona de Espana. En esta carta Seward afrma: “Los Estados Unidos tienen una politica tradicional respecto a las islas de Cuba y Puerto Rico. En vista de la vecindad de dichas islas a nuestras costas, los E.U. han considerado su derecho y su deber vigilar e impedir que dichas islas pudieran caer en las manos de una potencia hostil. Los E.U. han alimentado constantemente la creencia de que algun dia, puedan adquirir esas islas por medios justos y legales y el consentimiento de Espana. En el interin, los E.U. han considerado lo mas conveniente, para su seguridad presente y ulteriores intereses, que Cuba y Puerto Rico permanezcan en la posesion y dominio de Espana. Aunque ha habido ocasiones en que los partidos politicos nacionales se han desviado de esta politica, no obstante, esta politica ha sido preservada con gran fdelidad por parte del Gobierno. Y el Presidente, satisfecho con la sabiduria de ella, esta inclinado a mantenerle con la misma fuerza de sus antecesores”. [12] 1876: Mr. James G. Blaine, futuro Secretario de Estado de Estados Unidos, declara: “Yo creo que hay tres lugares no continentales que son de bastante valor para ser tomados (por Estados Unidos). Uno es Hawai; los otros son Cuba y Puerto Rico”. [13] 1891: Mr. James G. Blaine, ya secretario de Estado, vuelve a insistir que: “...Estados Unidos debia anexionarse las islas de Cuba y Puerto Rico”. [14] 1897: Las revistas North American Review y Army and Navy Journal publican articulos en los que luego de comparar las fuerzas navales de las principales potencias, se afrma que: “...en caso de una guerra con Espana, Estados Unidos debia apoderarse de Cuba y Puerto Rico”. [15] 1898: Febrero: A raiz del rompimiento de las relaciones diplomaticas entre Espana y Estados Unidos, el SubSecretario de Guerra, Mr. Theodore Roosevelt manifesta que: “(al puertorriqueno Julio H. Henna)...Puerto Rico ocupaba lugar preferente en los planes norteamericanos”. “(al senador Henry Cabot Lodge)...que la paz no debia formalizarse hasta que Puerto Rico fuera conquistado, Cuba fuera independiente y las Filipinas hubiesen sido arrebatadas a Espana por cualquier medio”. [16] 25 de abril: El Congreso norteamericano declara que existe un estado de guerra entre E.U. y Espana y aprueba un presupuesto de 50 millones de dolares para fnes militares. El Senador Henry Cabot Lodge responde e informa al Sub Secretario de Guerra Roosevelt que: “...una fuerza militar de consideracion seria enviada a Filipinas, y que Puerto Rico era tenido muy en cuenta”. [17] 1 de mayo: El ejercito norteamericano al mando del comodoro Dewey aniquila una escuadra espanola en la bahia de Manila, Filipinas, invadida defnitivamente el 13 de agosto. 1 de julio: El ejercito norteamericano invade y toma la ciudad de Santiago de Cuba. 25 de julio: Invasion del ejercito norteamericano a Puerto Rico dirigida por el General Nelson A. Miles, quien mas tarde declaraba que: “...Puerto Rico desde el primer momento de la guerra habia sido uno de los verdaderos
objetivos del ejercito norteamericano”. [18] El Senador Henry Cabot Lodge afrma que: “...la isla de Puerto Rico, la mas hacia oriente y mas bella de las Grandes Antillas, con su poblacion y ventajosa posicion estrategica, habia estado de continuo en la mente del Ejercito y la Marina desde el mismo instante en que habia comenzado la guerra; y que esta constituia el ultimo paso inexorable movimiento iniciado por Estados Unidos hacia un siglo para expulsar a Espana de las Antillas.” [19] Referencias [1] Lidio Cruz Monclova, Historia de P.R. (Siglo XIX), Tomo I; pag. 109. Cita la toma de J. Fred Rippy, Historical Evolution of Hispanic America, N.Y., 1940; pag. 13. [2] Ibid; pag. 170. Cita la toma de P.L. Ford, ed., Works of Thomas Jefferson, N.Y. Vol. 5; pag. 75. [3] Ibid; pag. 170171. Cita la toma de Charles Edward Chapman, Colonial Hispanic America, N.Y., 1933; pag. 2021. [4] Ibid; pag. 171. Cita la toma de Lopez Aydillo, El obispo de Orense en la Regencia de 1810, Madrid, 1918; pag. 191. [5] Ibid, pag. 172. Cita proviene de Ramirez de Arellano, R., “Las instrucciones al Diputado don Ramon Power” en Lecturas de Historia de Puerto Rico, Vol. II, 1946; pag 113. [ 6 ] Ibid, pag, 172. Cita proviene de V. Torres Lanzas, Independencia de America. Fuentes para su estudio. Catalogo de documentos conservadores en el Archivo General de Sevilla, Vol. V, Madrid, 1912; pag. 483. [7] Ibid, pag. 207208. Cita proviene de Manning, Diplomatic Correspondence of U.S. Concerning the Independence of the Latin American Nations, N.Y., 1925; pags. 266, 272 y 314. [8] Ibid, pag. 333. Cita proviene de Chapman, op. Cit., pag 58. [9] Ibid, pag. 352. Cita proviene de Elizabeth Wormerly Latimer, Spain in the 19th Century, Chicago, 1897; pag. 401403. [10] Ibid, pag. 510. Cita proviene de J. Morton Callahan, Cuba and International Relations, A Historical Study in America Diplomacy, Baltimore, 1898; pags. 255256. [11] Ibid, pag. 510511. Cita proviene de H. Portell Vila, Historia de Cuba en sus relaciones con Estados Unidos y Espana, 1938; pag. 154. [12] Ibid, pag. 511. Cita proviene de Russell H. Fitzgibbon. Cuba and the United States, Wisconsin, 1935; pag. 12. [13] Ibid., Tomo II, Parte II, pag. 941. Cita proviene de David Saville Muzzey, James G. Blaine, N.Y., 1934; pag. 395. [14] Ibid., Tomo III, Parte III; pag. 223. Cita proviene de David S. Muzzey, James G. Blaine, a Political Idol of Older Days, N.Y. 1894. [15] Ibid.; pag. 224. [16] Ibid.; pag. 224. [17] Ibid.; pag. 224. Cita proviene de H. Cabot Lodge; Selections from the Correspondence of Theodore Roosevelt and Henry Cabot Lodge. Vol. 1; pag. 299. [18] Ibid.; pag. 224. Cita proviene de Nelson A. Miles, Serving the Republic, N.Y., 1911; pags.. 273274. [19] Ibid, pag. 224. Cita proviene de H. Cabot Lodge, The War with Spain. N.Y., 1899; pags. 4 y 168.