El día a día es parte de una continuidad in nita del ser hu- mano; el tiempo transcurre como si fuera un tiempo personal; y este es compartido cuando otra persona interactua con nosotros.
Sin embargo hay pequeños momentos del tiempo que nos toca hacer contacto con otras personas, que cuyos o cios o que- haceres de su vida nos hacen mirarlos por encima de su realidad.
Personajes que nos permiten abrir sus puertas y nos in- vitan a pasar a su espacio íntimo; tal como son se muestran, sin penas ni verguenzas; rodeados por virgenes, cristos y san- tos, donde el cobijo de sus anhelos y esperanzas cae sobre ellos.
El que vende periódicos, el franelero, el boleador de zapatos entre otros, son y seguirán formando parte de nuestra vida, no importan que tanto transcurra el tiempo.