Adovea 35

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Adovea Revista Cultural Año X * Nº 35 Especial Fiestas 2006

Encina 2006 Asociación Patrimonio Cultural Villa de Carriches


Adovea Año X

EDITORIAL

nº. 35

Revista Cultural de la Villa de Carriches

¡¡Estamos aquí...!!! Aunque hace ya algunos meses que debíamos haber aparecido ante todos vosotros con los nuevos ejemplares de nuestra Revista Cultural ADOVEA, volvemos ahora a reaparecer con fuerzas renovadas para celebrar juntos las Fiestas en Honor de Santa María de la Encina.

COORDINA Y EDITA: Asociación Patrimonio Cultural Villa de Carriches DIRECCIÓN:

Revista Adovea C/ Real, 21 45532 Carriches (Toledo) Email: adovea@yahoo.es

Web sobre Carriches: http.://es.geocities.com/ villadecarriches/ Depósito Legal: TO-327-1998 Si quieres colaborar en la edición de esta revista puedes hacerlo en

Caja Castilla-La Mancha, Urbana nÀ. 2 Torrijos (Toledo)

C.C.C.: 2105-214261-0012001044

Este paréntesis, que no por anunciado, se ha debido a la falta material de tiempo para su realización y cómo no, la falta de medios económicos para su edición. Después de 9 años de vida con una aparición trimestral, contando nuestra rutina diaria, nuestra propia historia, las mejores y peores noticias, acontecimientos importantes en nuestro pueblo, en la comarca, en nuestro país, tuvimos que tomar la difícil decisión de retrasar la salida de los nuevos ejemplares de la revista hasta las fiestas. Con el dinero que tenemos no da para más. Primero, porque nuestra tirada de ejemplares nunca llega a ser suficiente para los que la solicitan, y segundo porque el presupuesto que tiene la asociación es mínimo. Y gracias, además de todas las personas que han colaborado con pequeños donativos, también a la subvención que nos concedió el Excmo. Ayuntamiento de Carriches. Sin esas aportaciones la revista habría dejado de salir mucho antes. Desde el principio hemos intentado llegar a todos ya que

conocíamos la gran aceptación que tenía la revista, y además debíamos concienciar a la gente de que, aunque la revista es gratuita, cuesta dinero editarla, y entre todos podríamos sacarla adelante. Pero como hemos comprobado, esto no ha sucedido así. Somos conscientes de que no podemos hacer maravillas, que con lo que tenemos sale lo que sale, no se puede estirar más. Intentaremos seguir perdurando en el tiempo, aunque sea en ediciones anuales. Seguimos necesitando de vuestra ayuda, de personas que escriban artículos sobre nuestro pueblo, que nos dejen fotografías, de la colaboración también económica, para poder así editar más ejemplares, y de esta manera, todos puedan tener al menos uno de ellos.

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EDITORIAL No podemos solicitar mucho más, sobre todo a los que sabemos que ya colaboráis desinteresadamente de una manera o de otra, sólo dar las GRACIAS por vuestro apoyo y comprensión. Ahora esperamos que, con la ayuda de todos, encontremos el modo de seguir paseando por este camino de historia y cultura, para que con vuestra colaboración hagamos posible que la Revista Adovea sea DE TODOS Y PARA TODOS. Si quieres colaborar con nosotros te puedes dirigir a nuestra sede en la Calle Real, 21 para entregar algún donativo o hacerlo con un ingreso bancario en

Caja Castilla-La Mancha, Urbana nÀ. 2 Torrijos (Toledo) C.C.C.: 2105-2142-61-0012001044

GRACIAS POR VUESTRA COLABORACIŁN Y cambiando de tema, llegan las Fiestas en Honor de Santa María de la Encina, gran ocasión para reencontrarnos con nuestras tradiciones y recordar con nostalgia nuestros orígenes, son un buen momento para la exaltación de todo aquello que llevamos dentro y que nos identifica como pueblo. Que este paréntesis en el quehacer diario sirva para reponer energías y afrontar el futuro con más ganas e ilusión. Sin más, os animamos a que continuéis y mantengáis este esfuerzo ilusionado y vuestra dedicación. La Señora del Encinar, que siempre guía nuestro camino, hará que todos los deseos personales y profesionales se cumplan. Un cariñoso saludo. Felices Fiestas y...

FELIZ ENCINA 2006 3


ESTUDIO Evolución Demográfica de la Villa de Carriches. Siglos XVI-XX El presente estudio nos va a acercar un poco mejor al estudio de la población de nuestro pueblo desde que nos constan los datos de su población. Para la realización del mismo se han utilizado los datos de padrones municipales, recuentos vecinales, visitas eclesiásticas, etc. localizados en archivos nacionales, provinciales y locales. El periodo que nos ocupa tiene, desde el punto de vista demográfico, varias fases claramente diferenciadas: un ascenso poblacional hasta mediados del s. XX y un descenso claro a partir de esa fecha. Vamos a comentar este estudio a través de los diferentes siglos del periodo estudiado. Durante el siglo XVI existe una expansión demográfica, que alcanza cotas importantes, sin una disminución de población. Las pestes y los males que asolaron toda España habían frenado. Es, por tanto, este siglo un periodo floreciente en todos los aspectos. El esplendor demográfico visto en el siglo anterior sufre un profundo revés en el siglo XVII, ya que la población disminuye a cifras tan bajas como la del año 1646 con 22 vecinos por causas como la peste (por muerte o por emigración). La más importante comienza en 1681 y dura 3 años. También las malas cosechas hacen que la población disminuya. Durante el siglo XVIII se produce una recuperación de habitantes, llegando a su cota máxima en 1774 con 90 vecinos, unas 619 personas. Este ascenso sólo se ve interrumpido con ocasión de las epidemias de viruela. El siglo XIX se va a caracterizar por una serie de alzas y bajas pero en continuo aumento de población.

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Durante los primeros años del siglo XX se produce un aumento demográfico considerable, llegando al máximo de población censado en Carriches en el año 1946 con 923 habitantes. A partir de esas fechas, la


ESTUDIO población va en continuo descenso gracias a la emigración que se produce del pueblo a las grandes ciudades. En la actualidad Carriches cuenta con 300 habitantes, un número muy reducido, con respecto a los que tuvo a mediados del pasado siglo.

1000 900 800 700 600 500 400 300 200 100 1984

1974

1960

1949

1932

1920

1871

1825

1808

1774

1752

1725

0 1660

HABITANTES 120 248 330 66 90 120 90 108 78 200 365 551 564 551 619 407 430 381 373 344 410 459 450 580 716 832 838 880 887 894 881 923 914 921 881 753 753 414 414 317 330 333 305 300 300

1576

VECINOS 40 60 80 22 30 40 30 36 26 50 73 80 82 80 90 59 63 76 75 83 102 114 120 145 143 166 168 176 177 179 176 185 183 184 176 188 188 138 138 159 165 167 153 150 150

AÑO

AÑO 1517 1571 1576 1646 1652 1660 1661 1662 1725 1732 1749 1752 1753 1767 1774 1787 1795 1808 1812 1815 1825 1829 1849 1871 1900 1910 1920 1928 1930 1932 1940 1946 1949 1950 1954 1960 1965 1970 1974 1981 1982 1984 1990 1991 1993

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RECUERDOS

Repasando el mes de... Rebuscando, repasando y recordando los muchos y buenos (eso pienso yo) escritos publicados en nuestra revista en lo que llevamos de siglo, me parece que fuera “ayer” cuando estábamos tan preocupados con el famoso efecto 2.000 que, “al parecer”, hemos superado de la misma forma que logramos olvidar las discusiones sobre las fechas del cambio de siglo y milenio. Iniciábamos los primeros entrenamientos para nuestro cambio de moneda (peseta a euro) y nos sorprendió el 11 de Septiembre con unos hechos que, entonces, creíamos inimaginables. Ahora después de haber sufrido, encarnizadamente, el 11 de Marzo en Madrid y sentido, una vez más, los atentados de Londres, pienso que aquellos hechos,... nos han ido trayendo unas consecuencias que parecen del “país del nunca acabar”. Parece evidente que este siglo XXl nos va a marcar un antes y un después que va a hacer que contemos las cosas desde y a partir de una acción concreta y determinada. Así, estamos sumergidos en un mundo turbulento. Lleno de enredos. Fraccionado en mil pedazos por las ideas radicales de unos pocos que, peligrosamente, cada vez van siendo más. En medio de esta incertidumbre, surgen hombres con grandes sentimientos. Acompañados de grandes ilusiones, dramas, contradicciones... buscando posibilidades de vivir un mundo mejor.

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RECUERDOS En este camino tortuoso e indeciso. LLEGA AGOSTO. El mes del descanso y el trabajo a la vez. El mes en que Carriches ofrece a los Carrichanos, a los que están y los que vienen, a los que se afanan en las labores propias de la recolección y a los que disfrutan de sus vacaciones, la posibilidad de enderezar ese camino tortuoso convirtiéndolo en una autovía fluida con un destino común, donde la tolerancia, la aceptación del otro, del semejante, se funden en un abrazo de amor con Nuestra Madre de la Encina. Llega “el mes de la Encina”. Llega Nuestra Fiesta. Ella, LA ENCINA, es el referente marcando un antes y un después en la vida de Carriches. La fiesta de la Encina es el motivo por el que los Carrichanos se unen en un mismo objetivo: es el momento del reencuentro, del perdón, de la comprensión, de la convivencia, de la aceptación, del recibimiento,... Es el momento de unir nuestras voces, las de ahora, las de siempre, las de todos, para no olvidarnos del mundo y recordar que debemos seguir alerta. ¡¡Feliz Recuerdo para todos!!

...AGOSTO, “MES DE LA ENCINA” 7


SUGERENCIAS

Nuestra propia Fiesta Por fin ha llegado el día más importante para nuestra Villa y sus vecinos, en el que se mantiene la tradición, desde hace más de 5 siglos, de venerar la sagrada imagen de Santa María de la Encina. La fiesta de La Encina es una gran manifestación religiosa Carrichana que, generación tras generación, hemos sabido mantener hasta nuestros días. En Carriches, la Virgen es plegaria, oración y especial mediadora con su hijo Jesús ante multitud de nuestras situaciones adversas. Año tras año, las fiestas se vienen significando por una aclamación de nuestra cultura, manteniendo sobre todo, el valor religioso por encima del más lúdico, encontrando actos como la ofrenda floral, la misa, o la salve. Pero desde luego es durante la procesión cuando todos los Encineros se llenan de auténtico fervor por ella, y acompañan su imagen por las calles de su querido pueblo. Pero esta devoción también se vive en esas calles con los adornos, banderas y guirnaldas que se colocan algunos días antes. Qué mejor manera para acompañar nuestras fiestas que engalanar nuestras ventanas y balcones con colchas, mantones, banderas, flores, etc.

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SUGERENCIAS Querido amigo y convecino de Carriches: adorna tu casa cuando llegue la fiesta; coloca las banderas en los balcones, las colchas, los mantones. Y no sólo por donde Santa María de la Encina pase en procesión, sino también otras calles, la plaza “del cura”, lugar de mayor concentración de gente durante las fiestas. En general, todo un pueblo viviendo con fe y espíritu de diversión las principales fiestas de Carriches, en honor de su Santa Patrona y Señora de esta Villa.

NUESTRA GENTE 10a Semana Cultural Durante los días 26 al 30 de Junio de 2006 la asociación de mujeres “Paraíso” de Carriches ha celebrado el 10º Aniversario de su fundación con una Semana Cultural, en la que celebraron: charla-coloquio, proyección de película , la tradicional degustación gastronómica y como colofón el gran espectáculo de teatro y actuaciones, donde todos pudimos disfrutar del buen trabajo y la Desde la Revista Adovea queremos felicitarles por su labor, el entusiasmo y cariño que ponen en todas las actividades que organizan. La recompensa llega siempre con el trabajo bien hecho.

gran profesionalidad de nuestras mujeres.

Asociación de Mujeres PARAÍSO 9


ACTUALIDAD Restauración del Trono-andas de Santa María de la Encina Hace ya varios meses desde que se planteara la restauración del tronoandas de la Virgen, ya que su estado era muy deficiente. Dado que durante el año se debía desmontar el arco varias veces dependiendo del vestido que se pusiese a la Virgen, el trono se había desprendido en algunas partes, faltaban otras desde hace muchos años y los oros estaban deteriorados. Se puso en conocimiento del cura párroco, que dispuso se pidieran presupuestos para su arreglo, solicitando claro está, ayuda a todo el pueblo. Fue entonces cuando una familia del pueblo se ofreció para correr con todos los gastos del proceso: la familia Fernández-Rumbero con Timoteo y Gabina a la cabeza. El proceso se ha desarrollado en Madrid y ha consistido en: ♦

Limpieza del panel superior de purpurina, sacando todos sus oros y restaurando todas sus faltas. También del resto de las andas, emplasteciéndolas y dando el bol para después dorarlo.

Consolidación de las maderas y reforzado de las mismas.

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Realzamiento de las columnas del arco, con dos peanas del


ACTUALIDAD mismo estilo, talladas y doradas. Para que la Virgen no rozara en dicho arco con la corona se han elevado las columnas 16 centímetros. ♦

Se ha realizado una peana de hierro, forrada de madera tallada, estucada y dorada, con un lateral abatible para atornillarse a la carroza. ♦

Se ha colocado bajo la base de la imagen una nueva peana de madera dorada, de 6 centímetros de grosor para las nuevas sujeciones a las andas y peana de hierro. ♦ Se han colocado 4 embellecedores tallados y dorados que sujetan el arco a la peana de las andas. ♦

Por este motivo, el próximo día 2 de Septiembre, festividad de Santa María de la Encina, se procederá a sacar la imagen en procesión sobre las nuevas andas restauradas, en manos de su pueblo. Desde la Revista Adovea, agradecer a todas las personas que han colaborado en esta restauración por su ay uda. La Virge n sa brá recompensarlo.

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COLABORACIONES “Yo he venido para dar vida” por Juan Carlos Carvajal En un parque, una madre juega con su hija pequeña. La tez negra de la madre y mulata de la niña desvelan un capitulo nuevo en una historia azarosa que bordea el hambre y la promesa, la aventura y la esperanza, la soledad y el amor. Ahora, entregadas al juego, todo problema parece desaparecer. La risa abierta de la madre y la risueña de la niña conjuran cualquier amenaza. Su “corre que te pillo” va más hacia el futuro que huye del pasado. La niña parece gozarse con la miel que liba de la amargura que la madre ha pasado. En el metro, dos jóvenes se arrullan. Sentados, ella pone su pierna sobre las de él. Él reposa su cabeza en el hombro de ella. Los dedos de sus manos se entrelazan al tiempo que se esquivan, y sus labios se relevan entre los halagos y los besos. Abrazados, a veces sus miradas se pierden donde se desdibuja el horizonte del amor y del deseo. El tiempo se suspende y, con carantoñas y lisonjas, se entregan de corazón al latido indescriptible que ha tomado posesión de ellos. Acera arriba, acera abajo, un anciano pasea por una de las calles de la ciudad. Con boina calada y bufanda cruzada debajo de la chaqueta, con bastón de bambú en mano derecha y zapatillas de felpa en los pies, su presencia se hace inevitable. Su figura enjuta y su lívido rostro señalan la mella de la enfermedad. Su andar cansino es una invitación al saludo y al diálogo. Nada pasa en la calle donde no repose sus ojos. Nada que él no observe y despierte su memoria… La vida late por doquier. La vida toma posesión de nosotros y palpita en cada uno sin hacer distinción de razas, de clase social o de cultura. La vida seduce y hace brotar el amor entre los sexos. La vida atraviesa y modula el vigor de las edades y puja en la enfermedad y, aun, en la muerte. La vida es un espectáculo en su espontaneidad y en su potencia. Su calidoscópica manifestación, a veces delicada, otras poderosa, siempre sorprendente y maravillosa, es un reclamo que nos porta más allá, que nos lanza en brazos de la misma vida, si la vida no estuviera amenazada y en peligro. Nadie conoce el futuro incierto del juego de la madre con su hija; nadie la historia de desamor de los jóvenes que se arrullan; nadie el vigor del latido de vida que palpita en el paseo del anciano… Nadie conoce el ritmo futuro de su propia vida. Nadie puede pautar los avatares

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COLABORACIONES que van a entretejer su existencia. Cada uno tratamos de interpretar la música que nos marca la propia vida. Cada uno nos entregamos a la porción que nos toca en herencia. Inútil tratar de poseerla, de negociar para asegurarla. Cuando nos parece haberla cogido entre las manos, la vida se nos escapa como el agua. Como torrente embravecido, es ella la que ciegamente nos arrastra. La vida es un milagro, pero la vida misma es una autentica amenaza. Tan débil y delicada, tan sorprendente y azarosa, tan incierta y limitada, la vida, nuestra vida, nos encara con los peligros que a ella misma la amenazan. La vida semeja, a veces, un campo de minas… Yo he venido para dar la vida a los hombres y la tengan en plenitud La vida, esta vida, no da lo que promete. Y, sin embargo, el hombre está hecho para la Vida. Jesús es el Señor de la vida. Por medio de Él, Dios nos da la vida, esta vida. Por medio de Él, nos promete la vida, su Vida. Jesús ha venido para darnos la vida y manifestar que cada chispa de alegría, que cada latido de amor, que hasta cada paso tembloroso es un autentico regalo del Dios, del Dios de la vida. Pero también ha venido para alentar en nosotros el deseo de vivir: ¡de Vivir!, y para introducirnos, atravesando toda amenaza y toda incertidumbre, en la Vida de Dios. La vida, nuestra vida, nos pide entrega; pero nos solicita que nos entreguemos al Dios de la Vida y a su Hijo Jesús. La vida es un regalo; pero más regalo es Aquel que por medio de una vida caduca se nos regala. Toda incertidumbre, todo peligro, toda amenaza que acecha la vida desaparece confiados en el Señor en cuyas manos está la vida. Ninguna risa, ningún beso de amor, ninguna entrega se pierde, sino que encuentra su plenitud en Aquel que es la Vida.

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NUESTRA HISTORIA Carriches y su devoción por Santa Ana La devoción a Santa Ana es más popular y más antigua que la de San Joaquín. El 25 de julio del año 550 se dedicó una basílica dedicada a Santa Ana en Constantinopla, la actual ciudad turca de Estambul. Desde entonces, las iglesias orientales celebraron su fiesta en esa fecha. Siglos más tarde, y a raíz de las cruzadas, la onomástica se difundió en Occidente, pero la celebración no se colocó en el mismo día, sino en el siguiente, el 26. Finalmente, en 1584 la fiesta quedó fijada para toda la Iglesia, tanto en los países orientales como en los occidentales. El culto de San Joaquín se introduce hacia el siglo XIV, época en la que también se populariza el culto de San José, y se consolida dos siglos más tarde. La fiesta se celebraba primero el 20 de Marzo; luego, en 1738 se trasladó al domingo siguiente al 15 de Agosto (Asunción de la Virgen); y finalmente, a principios del siglo XX, el Papa Pío X la fijó en el día siguiente de la Asunción, el 16 de Agosto. Pero ... a raíz de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, en 1969, se unió la conmemoración de los padres de María en una única fiesta, la del 26 de Julio. Una decisión acertada. ¿Y en nuestro pueblo? En principio, desconocemos en qué fecha comienzan los vecinos de Carriches a mostrar una especial devoción por Santa Ana. Durante la 2ª mitad del siglo XVI el culto a esta santa aumenta considerablemente en nuestra comarca por ser considerada como abogada contra “la piedra”, como nos cuentan los vecinos de Domingo Pérez en las Relaciones de Felipe II del año 1576.

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NUESTRA HISTORIA En ese punto, nos encontramos una singular relación entre la creciente devoción por Santa Ana y la romería que desde Val de Santo Domingo llegaba hasta nuestro pueblo para venerar la imagen de Santa María de la Encina. Es por todos conocido que en este pueblo se venera a Santa Ana con gran devoción y que, sobre lo que se suponen las ruinas de un castillo templario y una abadía de monjes, levantaron una gran ermita en su honor en lo alto del cerro de su mismo nombre durante el siglo XIII. Los vecinos de Val de Santo Domingo arraigaron, si cabe aún más, la devoción por la imagen de Santa Ana en Carriches, quedando relegada, incluso, la imagen de Santa María de la Encina en una nueva ermita que se construyó junto a la antigua. Pero con la prohibición del Arzobispado de Toledo de salir “la procesión a cualquier iglesia o hermita que ellos escogieron dentro de ¼ de legua desde su lugar” la devoción por Santa Ana fue disminuyendo, hasta llegar a perderse la imagen de la Santa. En recuerdo de aquella devoción, cuando el mayordomo mandó construir el nuevo retablo en la ermita de la Encina dejó claro que debían poner “una imagen decente y proporcionada de la Señora Santa Ana para conservarle el culto que la han dado los vecinos de este lugar”. Y así se hizo, como podemos ver hoy en día en el retablo de Santa María de la Encina, dentro de la ermita del Cerco, en Carriches.

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EN EL RECUERDO

Los Juegos Populares Los juegos, y especialmente el deporte, se han convertido a lo largo de la historia en una constante durante el proceso de civilización desarrollado por el hombre. El ser humano, en sus diferentes etapas de la vida, necesita una cierta actividad física complementada con aspectos lúdicos y competitivos. Dicha actividad se manifiesta especialmente en el niño, quien de forma natural la realiza como medio de desarrollo físico y psíquico. Tanto el juego como el deporte tienen las siguientes funciones: ♦ ♦ ♦

Función social: relación entre personas. Función higiénica: mejora de la salud y estado físico. Función competitiva: para demostrar la destreza y superar dificultades. Función terapéutica: se liberan tensiones.

Todas estas funciones educativas se aplican en todos los deportes y encuentran un marco ideal en los juegos populares, como expresión directa de nuestra

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cultura popular. Desgraciadamente, muchas de estas manifestaciones culturales se han ido perdiendo con el paso del tiempo, aunque ha llegado el momento de recordar algunos de estos juegos. Recordar en este punto que estos juegos pueden tener varias versiones, cambiar alguno de los nombres de los juegos, posiciones, etc, sin por ello tener que variar el fin del mismo. La Colá Es un juego de salto, lo que después de denominó “jugar al burro”. Se trazaba una valla en la arena que delimitaba la zona de salto. Los niños lanzaban desde una raya un “tejo” intentando aproximarlo lo más posible a la valla. El que lo hiciera más cerca de la valla sería “la madre”, a la que seguirían por orden el resto, siendo “el burro” el último.


EN EL RECUERDO “La madre” es quien manda las diferentes suertes del juego, sin pisar la valla ni tocar de ninguna manera al “burro”. Frota el bote Para jugar era necesario un gran espacio y lugares donde esconderse, en nuestro caso en los alrededores de la iglesia y ayuntamiento. Se necesitaba un bote vacío de conservas o una lata de refresco que se colocaba en el suelo sobre una marca que era “la casa”. Se sorteaba quién se la quedaba y se situaban todos junto al bote y “la madre” golpeaba fuertemente el bote, intentando desplazarlo lo más posible para dar tiempo a todos a esconderse. El que se la queda tiene que buscarlo y llevarlo a “la casa”, intentando después buscar al resto de jugadores sin perder de vista el bote. Si encuentra a alguno de los jugadores deberá correr a la casa y gritar “frota el bote por...fulanito” y el tal “fulanito” se la quedaba. Deberá encontrar a todos los demás con cuidado de que alguno de ellos corriera a la casa para dar una patada al bote y así salvar a los “quedados”. El Mocho Consistía en un palo de madera cilíndrico con ambas puntas afiladas, de unos 10 cm., que se golpeaba con unas palas de madera de 60 cm. aprox. El número de jugadores solía ser de 3 o 5, eligiéndose por sorteo quién se la quedaba. Se trazaba un círculo y se dividía en 2 o 4 partes dependiendo del número de jugadores. Cada uno se situaba en su demarcación, botando el mocho por una de sus puntas y golpeándolo en el aire hasta 3 veces consecutivas. Si algún jugador fallaba se le penalizaba con “patecla” y el siguiente golpe lo había de dar colocándosela entre las piernas para botar el mocho. El que se la queda deberá coger el mocho al vuelo y eliminar al lanzador, de lo

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EN EL RECUERDO contrario lo lanzará tantas veces como rivales tenga intentando introducirlo en algún sector del círculo contrario. Si es así será el nuevo “quedao”. Las Cuatro Esquinas Solía jugarse en el cruce de dos calles, aunque el lugar por excelencia en Carriches para jugar era el cruce de la Calle Real con La Plaza, “las cuatro calles”. Jugaban cinco personas. El que se la quedaba se colocaba en el centro, mientras los demás se subían a las características piedras de esquina. Cuando el jugador del centro veía pasividad en los demás a la hora de cambiarse de una piedra a otra, contaba hasta diez, quedándosela cualquier otro jugador. El Escondite Este juego de niños y niñas se realizaba en grandes espacios con grandes posibilidades para buscar un lugar seguro. En Carriches el mejor lugar era la pradera. El número de jugadores era ilimitado, sorteándose a quien le tocaba contar. Se apoyaba en una pared, cerraba los ojos y se ponía a contar. Mientras los demás se escondían convenientemente. El “quedao” se ponía a buscar hasta que encontraba a algún rival, corriendo hasta la pared para decir: “por Fulanito”, quedando eliminado. Cabía la posibilidad de ser salvado por algún compañero si llegaba a la pared y decía: “por mí y por todos mis compañeros y por mí, el primero”, volviendo el “quedao” a empezar a contar. Los Pelotazos Un número indeterminado de jugadores en un espacio suficiente (solíamos jugar en la plaza) para poder correr o esconderse y una pelota de goma.

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EN EL RECUERDO Dos personas se la “quedaban”, una frente a otra del terreno de juego, debían lanzar la pelota “a dar” a otros jugadores. Si la pelota, antes de tocar el suelo era recogida por el jugador, éste se convertía en nuevo lanzador. La Zapatilla por detrás Los jugadores participantes forman un corro y se sientan en el suelo. El jugador que se la queda lleva una zapatilla escondida en la espalda, mientras recita: A la zapatilla por detrás, tris, tras, ni la ves ni la verás, tris, tras, ¡Mirad “p´arriba”, que caen judías!, ¡Mirad “p´abajo” que caen garbanzos! ¡A dormir, a dormir, que vienen los Reyes Magos! Los jugadores cumplen las órdenes del que recita y, mientras, éste aprovecha para colocar la zapatilla detrás de alguno. El que la encuentre saldrá corriendo detrás del que la colocó, quien intentará ocupar el lugar del corredor.

Nuevo libro de la historia de Carriches

Historia de la Imagen de Santa María de la Encina que se venera en su ermita extramuros de la Villa de Carriches (Toledo)

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Santa MarĂ­a de la Encina


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