Adovea
Asociación Patrimonio Cultural Villa de Carriches
Revista
Año XII * Nº 42 -ENERO-MARZO 2009
S e m a n a S a n t a
en Carriches
EDITORIAL
Semana Santa
De entre las diferentes celebraciones festivas que se suceden en nuestro pueblo, la Semana Santa tiene un significado muy especial. Junto al fervor religioso que acompaña estas fechas, donde se conjuga tradición y arte, la Semana Santa en Carriches se ha convertido en una nueva reunión de la familia y los amigos, de aquí y de fuera, en torno a las celebraciones de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. La Semana Santa es una oportunidad muy especial para acoger a todos nuestros visitantes con los brazos abiertos, dispuestos a ofrecerles lo mejor de nuestra hospitalidad. También de conocer un poco mejor nuestro pueblo, con las mejores imágenes en procesión por las silenciosas calles de Carriches, y donde es fácil comprender los valores que han convertido la Semana Santa en parte esencial del calendario. Son valores que nos hablan de tradición, de historia, de arte, de emoción, de sentimientos..., son valores que pueden palparse perfectamente en el ambiente de estos días, que cada uno vive desde sus más íntimos sentimientos, religiosos o profanos, pero con la dulce sensación de participar en estas celebraciones. Carriches tiene que apostar decididamente por la potenciación de estas fiestas en todos los ámbitos. Creemos que son parte muy importante de nuestro patrimonio cultural y social, reconociendo el gran esfuerzo que en estos días realiza la parroquia. Animamos a la participación en todos los actos para que la Semana Santa de Carriches crezca cada año y cada vez sean más quienes vengan a conocerla.
Año XII
nº. 42
COORDINA Y EDITA: Asociación Patrimonio Cultural Villa de Carriches
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Revista Cultural de la Villa de Carriches
Domingo de Ramos "Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús envió dos de sus discípulos, y les dijo: entrad en la aldea que está enfrente de nosotros, y luego que entréis en ella, hallareis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo. Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decir que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá. Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron. Y unos de los que estaban ahí les dijeron: ¿Qué hacen desatando el pollino? Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron ir. Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino. Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas! Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce" (Mateo 21, 1-11). La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos, donde se une el triunfo de Cristo (aclamado como Mesías por los habitantes de Jerusalén y hoy, en el rito de la procesión de los Ramos por todos los cristianos) y el anuncio de la Pasión, con la proclamación de la narración evangélica en la Misa. Los ramos son el signo de la participación gozosa en el rito procesional, expresión de la fe de la Iglesia en Cristo, Mesías y Señor, que va hacia la muerte para la salvación de todos los hombres. Las ceremonias litúrgicas de ese día comienzan en la plaza con la bendición de los ramos, principalmente de olivos, aunque también pueden encontrarse palmas. A continuación comienza una procesión, la única en la que no se saca ninguna imagen a la calle, desde la plaza hasta la parroquia. Allí comienza la Santa Misa, donde se leerá la Pasión, preámbulo de todos los actos que rememoran la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
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Jueves Santo -«Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?» Jesús le replicó: -«Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.» Pedro le dijo: -«No me lavarás los pies jamás.» Jesús le contestó: -«Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.» Simón Pedro le dijo: -«Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.» Los oficios de Semana Santa llegan el Jueves Santo a su máxima relevancia litúrgica. Ese día se inicia el llamado Triduo Pascual que culminará en la Vigilia que conmemora, en la noche del Sábado Santo la Resurrección de Jesucristo. Dentro de los oficios del día, adquiere un destacado simbolismo el lavatorio de pies que realiza el sacerdote y en el que recuerda el gesto que realizara Jesús antes de la Última Cena con sus apóstoles. Finalizados los oficios vespertinos, el Santísimo Sacramento se traslada del Sagrario al "Monumento", altar efímero que se coloca exprofeso para esta celebración, quedando el Sagrario abierto. Igualmente, el altar es despojado de todo tipo de ornato. Por la noche, se celebra la procesión de la Pasión, con las imágenes de Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Santísimo Cristo de la Fe y Ntra. Sra. de los Dolores.
Cerca de la medianoche se mantiene la adoración del Santísimo en el Monumento, celebrándose la llamada "Hora Santa".
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Viernes Santo Mirad el árbol de la Cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo. VENID A ADORARLO El Viernes Santo se conmemora la Muerte de Jesús de Nazaret. La Semana Santa llega a uno de sus días más trascendentales, en el que son numerosas las manifestaciones tradicionales de devoción popular a lo largo de todo el mundo. Junto a la Vela del Santísimo, que tiene lugar en la iglesia, se celebra el Vía Crucis (literalmente el camino de la Cruz), donde a través de catorce estaciones se rememoran los pasos de Jesús camino a su muerte. En los oficios del día se conmemora de una manera sobria y solemne la Pasión de Cristo. Se lee el relato completo de la Pasión según San Juan, en cuya lectura participan varias personas. Luego tienen lugar las peticiones, hechas hoy de manera solemne por la Iglesia, el Papa, los clérigos, fieles, gobernantes e incluso por los no católicos, los judíos y los ateos. Después tiene lugar la veneración del Árbol de la Cruz, en la cual se descubre en tres etapas el crucifijo para la veneración de todos. Terminada esta parte, se procede a distribuir la Comunión a los fieles con las Sagradas Formas reservadas en el Monumento el día anterior (Jueves Santo) ya que, siguiendo una antiquísima tradición, no se celebra la Eucaristía. Por la noche, la Procesión del Santo Entierro, con las imágenes de la Santa Veracruz, el Santo Sepulcro y Ntra. Sra. de los Dolores.
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Sábado Santo Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria, te alabamos, te bendecimos, Te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso. Señor Hijo Único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre, Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestras súplicas, Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros, porque solo Tú eres santo, solo Tú, Señor, solo Tú, Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo y en la Gloria de Dios Padre. Amén.
El Sábado Santo (antiguamente Sábado de Gloria) es el segundo día del Triduo Pascual, que concluye con las segundas Vísperas del Domingo de Resurrección culminando así para los cristianos la Semana Santa. Tras conmemorar el día anterior la muerte de Cristo en la Cruz, se espera el momento de la Resurrección. Es la conmemoración de Jesús en el sepulcro y su Descenso al Abismo. Una vez ha anochecido, tiene lugar la principal celebración cristiana del año: la Vigilia Pascual. En la Vigilia Pascual, se celebra una liturgia muy especial, y lo hace con la máxima solemnidad. Empiezan los oficios con el templo a oscuras, encendiéndose y bendiciéndose un fuego en la plaza de la iglesia. De ese fuego se enciende el Cirio Pascual, una enorme vela que simboliza a Cristo Resucitado. Acto seguido, los fieles encienden sus velas propias de la llama del Cirio. Llegados al presbiterio, se coloca en el centro del mismo, junto al altar, se encienden todas las luces del templo y se canta el Exsultet, o pregón pascual antiguo himno alusivo a la noche de Pascua que proclama la gloria de la Resurrección de Cristo. Luego continua con la Liturgia de la Palabra, en la que se leen siete relatos del Antiguo Testamento, intercalados con salmos y oraciones. Tras estos se entona el Gloria, junto con repique de campanas. Se procede a la lectura de una carta apostólica del Nuevo Testamento. Tras esta lectura y previo al Evangelio se entona de manera solemne el Aleluya, y se procede a leer el Evangelio. Tras la homilía tiene lugar la Liturgia Bautismal, en la cual se bendice el agua de la pila bautismal y se cantan las Letanías de los Santos. También, los fieles presentes renuevan sus promesas bautismales, tomando de nuevo la luz del cirio pascual, y se los asperja con agua bendita. Finalmente, se continua la Misa con la liturgia eucarística bajo las dos especies.
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Pascua de Resurrección El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto. » Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.
El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para todos los cristianos, que conmemoran la Resurrección de Jesús, el hecho que da sentido a toda su religión. Cristo triunfó sobre la muerte y con esto abrió las puertas del Cielo a los creyentes. En la Misa dominical se recuerda de una manera especial. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo Resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando se conmemora la subida de Jesús al Cielo. Por la mañana se celebra la procesión del Encuentro, denominada así por simbolizar el encuentro de Cristo con su Madre. Esta procesión consta más bien de dos, una de mujeres que llevan a la Virgen y otra de hombres con el Cristo Resucitado. Salen de la iglesia y se encuentran frente al Ayuntamiento, donde se realiza la quema del Judas, que simboliza al apóstol traidor que vendió a Cristo. Se encargan de su fabricación los quintos del pueblo, el viernes por la noche, para lo cual cada uno aporta lo que puede en prendas de vestir. Se rellena de paja y cohetes y se guarda hasta el Sábado Santo, en que se prepara el palo donde se atará al apóstol traidor. Desde que se tocan las Campanas de Gloria no dejan de dispararse cohetes hasta el amanecer del Domingo que se coloca para que todo el pueblo pueda verlo. Se le quema en el instante en que se encuentran las dos procesiones.
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