# 1 Mayo 2013 Medellín- Colombia
Medellín, Colombia 2013
El Archivadero #1 Mayo, 2013 ISSN
Dirección Adriana Ríos Monsalve Contenidos Noé Felipe Cardona Herrera Sarith Elena Feria Holguín Ana María Gallón Ruiz León Humberto García Cuadros Alexander Giraldo Jaramillo Juliana Houghton Castellanos Daniel Eduardo Mercado Gómez Mónica Yaneth Ramírez Ríos Claudia Helena Vásquez Prieto María Alejandra Román Gloria Botero Villa María Trinidad Cano Restrepo
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Diseño gráfico Daniel Eduardo Mercado Gómez Ilustraciones Alexander Giraldo Jaramillo Daniel Eduardo Mercado Gómez Adriana Ríos Monsalve Noé Felipe Cardona Herrera Fotografías Ana María Gallón Ruiz Mónica Yaneth Ramírez Ríos Adriana Ríos Monsalve Agradecimientos Fundación Universitaria Bellas Artes Contacto elarchivadero@adrianarios.com Impreso en Medellín, Colombia
permitido durante 15 días y se los lleve para su casa. Se le indicará a cada persona cuales libros prestará para desocupar al menos un stand completo y de ser posible todos, durante este proceso se hará registro en video y fotografía, además de la observación y anotación en una especie de diario. Luego se diseñará una puesta en escena con el material obtenido mediante el registro. Que no falten datos… La biblioteca tiene más o menos 11.027 libros. Un stand tiene en promedio 260 libros. Necesitamos al menos 100 volunta¬rios que presten 3 libros para desocupar un stand completo. Requerimientos mínimos… 5 personas encargadas de conseguir los voluntarios (20 voluntarios por persona). 2 personas encargada del registro. 3 personas encargadas de la anotación y el registro del diario. A.k.a: Metodología… Para llevar a cabo el desarrollo de la propuesta el grupo se distribuirá unos roles para cumplir las siguientes funciones: Registro fotográfico del flujo de personas que hacen uso de la biblioteca al igual de los momentos en que se efectúan préstamos y actividades, esquematización del espacio para llevar a cabo la propuesta, análisis de antecedentes respecto a la curaduría planteada desde la biblioteca, historia y avances que ha tenido la biblioteca.
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Por Alexander Giraldo Jaramillo y León Humberto García Cuadros Espacio: La biblioteca Gonzalo Vidal está ubicada en el primer piso de la sede Ayacucho de Bellas Artes. Su espacio físico es básicamente un salón rectangular con ventanas a los lados, al lado de la entrada se ubica la recepción donde guardan algunas enciclopedias y otros libros de esa índole, en el medio del salón están dispuestas algunas mesas y unos computadores al final de la sala se disponen los estantes con libros y demás material de consulta. Políticas de préstamo: Los libros se prestan por 15 días y se puede renovar hasta 3 veces cada estudiante puede tener hasta 3 materiales prestados. Actividades: La biblioteca recién ha empezado a realizar diferentes actividades como lecturas en voz alta, ciclos de conferencias y conciertos. Con el fin de incentivar las visitas y darle un nuevo aire a la biblioteca.
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En Cambio frágil hablamos de cambio por el asunto del intercambio que acontece a diario en las bibliotecas transacción de libros, de información, de vivencias además de las modificaciones que sufre constantemente este o cualquier espacio. Con frágil nos referimos en parte a la calidad del material que funda cualquier biblioteca -el papel - también puede leerse desde la fragilidad de una institución sin el espacio físico y los recursos suficientes para cumplir las cualidades de biblioteca universitaria. Ambos términos juegan un papel poli significante pero que no pretenden salir del fenómeno mismo la biblioteca. La propuesta artística consiste en pedirle a la mayor cantidad posible de estudiantes y profesores de Bellas Artes que presten el máximo de libros
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Desde el 2007 yo no daba una cátedra universitaria, y me había pasado los últimos 5 años diciendo que no quería ser docente porque no me gusta empujar gente ni pararme frente a un grupo de muchachos que no están interesados en lo que uno tiene para decir. En noviembre de 2012, luego de haber pasado un poco más de cuatro años en el Museo de Antioquia, recibí una llamada de María Isabel Naranjo, quien ejercía como Coordinadora del programa de artes plásticas de la Fundación Universitaria Bellas Artes para invitarme a ser docente de una clase llamada Curaduría y Museografía. Me encontré entonces ante un gran reto, derribar mis propios prejuicios respecto a la docencia, y superar la inseguridad para transmitir mi experiencia y conocimiento a un grupo de jóvenes. Ya para la segunda clase, todo comenzó a girar dramáticamente para mí. La experiencia resultó ser más enriquecedora de lo que había imaginado. La teoría dice que la curaduría es investigación, pero también es mucho más que eso. El curador es un facilitador y un instigador, alguien que construye con los artistas y no solo a partir de ellos, igualmente una investigación curatorial puede tomar formas distintas a la tradicional exposición. Es así como para esta clase propuse hacer dos ejercicios curatoriales. Uno histórico y otro contemporáneo. Uno terminaría en una publicación, el otro en una exposición. Esta publicación que tiene en sus manos es el resultado del primer ejercicio. Por un interés personal en los archivos y también sobre las historias de las instituciones, precisamente por mi reciente paso por una de más de 130 años de existencia, para esta clase comencé a preguntarme por los soportes de la memoria en Bellas Artes, una institución que hace poco cumplió 100 años de fundación. Así fue que los 11 chicos inscritos en la clase indagaron sobre los edificios, la biblioteca, el archivo, la revista, las publicaciones, el paso del instituto a la Fundación Universitaria, sobre la Sociedad de Mejoras Públicas, la colección de arte, entre otras cosas. Fueron muchas las clases que le dedicamos a discusiones al respecto y de común acuerdo decidimos unir el archivo, la biblioteca y la revista en un solo proyecto de investigación curatorial, por una parte porque los tres tenían el soporte papel como común denominador, por otra parte debido a las historias que habían para contar derivadas de la indagación preliminar y por las posibilidades artísticas que se desataron. Agradezco a los estudiantes de la clase de Curaduría y Museografía del semestre I de 2013, por haberme seguido la corriente, por haberme permitido crear en la clase una especie de Think Tank, y por ser los conejillos de indias en este proyecto que ahora llamamos El Archivadero. Esta publicación pretende ser periódica, sin tiempos definidos y quiere seguir indagando sobre los soportes de la memoria de las instituciones culturales de Medellín, extensible a Colombia.
Por: Sarith Elena Feria Holguín y María Alejandra Román
Desde el año 2000 la biblioteca se ha venido implementando con mobiliario, libros, equipos, etc. En la actualidad cuenta con 8192 Colecciones y 11027 Ejemplares además del sistema SIABUC, software de Colima México.
Adriana Ríos Monsalve. Medellín, junio de 2013
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Por Claudia Helena Vásquez Los archivos son fuente primaria de información, como antecedentes indispensables para la toma de decisiones administrativas y/o para la realización de investigaciones, y son una gran fuente de información primaria para el servicio de consulta para nosotros (los estudiantes), y vendría siendo casi un derecho fundamental, lastimosamente así no se lleva a cabo la cosa. Cuando fui a realizar la consulta e investigación del archivo no me regalaron mayor información, me permitieron revisar el mobiliario del archivo estudiantil vigente en la fundación, tanto a nivel universitario como de cursos , el análisis que hice de ello fue que para cada estudiante estaba su carpeta y dentro de ella toda la información en orden cronológico y en los anaqueles se encuentra una lámina marcada con el nombre de la “dependencia” si es de FUBA artes o de FUBA diseño o de cursos (música y color, deditos al teclado, etc., etc …) Nunca tuvieron tiempo para permitirme entrar a ver la unidad de conservación de archivo, no me aclararon lo relacionado con los inventarios o el tipo de inventario que tienen para conocer la cantidad de documentos que se conserva en el depósito de archivo. No sé si la institución preserva los fondos documentales o si lleva una buena organización de ellos y me atrevo a decir que no nos permiten el acceso a los documentos e información por lo que retrasan la investigación. Nunca me enteré si poseen información en el archivo a nivel administrativo, contable, legal o técnico, ni siquiera histórico o cultural, y a la hora de la verdad no sé con exactitud en qué parte la fundación están ubicados o en qué estado se encuentran. Tan solo, como lo dije anteriormente, me permitieron tener acceso en las oficinas a la parte de archivo estudiantil vigente. A modo de conclusión propongo diseñar formatos de consulta, sugerencias y reclamos
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Dispuesto en papel Y si, seamos claros: la cultura de la información no puede alcanzarse simplemente mediante el establecimiento de políticas y acciones correspondiente a una institución, es conveniente por qué no, una evolución de orden voluntario. La cultura de la información institucional debería estar organizada como: “una configuración indispensable en las sociedades modernas” - dado el papel que juegan las “pequeñas” y “medianas” instituciones con respecto a su información particular (en su adecuada organización y en su crecimiento), hago hincapié en que la información institucional y su acervo histórico es un factor crítico para el desarrollo/crecimiento de cualquier institución - ingrediente que lastimosamente escasea en FUBA o superficialmente, ya que acceder a dicha información histórica es enfrentarse a un drama; situación que “invoca a una abadía junto con sus misteriosos y atesorados libros”, por lo que concluyo que en el caso específico de FUBA el problema lanza más por ese lado – por esa carencia al derecho de la información, obstruyendo su crecimiento; pues es evidente que el derecho a la información subrayado como un derecho/deber, nace para efectuar el ejercicio en plenitud de la libertad expresiva. Para ser más clara y concisa, si se nos autorizara como alumnos: buscar, recibir y difundir información propia de la institución, sin ninguna clase de fronteras – ya fuese : oralmente, por escrito o en forma impresa y artística , o de cualquier otra manera de su elección, se favorecería notablemente un desarrollo en el organismo, siendo este medio el “motor” principal de crecimiento para FUBA .
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Sobre la revista Por Mónica Ramírez Ríos Antes de comenzar este escrito, quiero hacer un llamado de atención a la institución ya por la desinformación de la ubicación exacta de la revista. Después de dos semanas de preguntar en la biblioteca y en el palacio donde me mandaban de una dependencia a otra por fin fue un estudiante de música que pertenece al grupo de investigación de patrimonio histórico quien me supo dar por fin la ubicación de la misma. Las revistas se encuentran ubicadas en el salón 504 de la sede de Ayacucho y están siendo acomodadas en orden desde el primer ejemplar. Con esto se pretende crear un archivo de patrimonio histórico ya que en este salón se encuentran otros documentos de importancia generados también por la Sociedad de Mejoras Públicas. No tengo muy clara la fecha inicial de la revista, ya que como mencioné anteriormente, están apenas siendo organizadas; sin embargo, tengo conocimiento del primer Periódico Progreso que la Sociedad de Mejoras Públicas creó en 1911 cuyo redactor era Miguel Moreno J. y cuya finalidad era informar a la comunidad acerca de los proyectos que tenían para embellecer la ciudad. El ejemplar más antiguo que encontré en el salón 504 de la revista Progreso es de 1930. Esta revista circulaba cada 15 días y tenía un costo de $ 0-10. Por esos días empezó la construcción del Palacio de Bellas Artes y se pidió colaboración de la comunidad haciendo sus donaciones en el empréstito de civismo para recaudar los fondos para todos los proyectos que desarrollaba la SMP. Además de los proyectos, informes de gestión y del dinero que la SMP gastaba, también se publicaban fotografías de la Medellín Antigua, mapas de la ciudad y bocetos de los nuevos proyectos como la construcción de la Plaza de Toros; canciones poemas y fotografías de otras ciudades. El periódico también tenía un espacio para las mujeres llamado Galería Fémina y Mundo femenino en el cual se publicaban fotografías de las señoritas y señoras más influyentes de la época y una serie de recomendaciones para ser buenas amas de casa.
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Por: Ana María Gallón Ruiz y Juliana Houghton Castellanos Desde los inicios de la ciudad de Medellín como modelo de urbanidad y organización se consolidaron algunas asociaciones con el ánimo de promover el progreso y el orden para todos los habitantes de la ciudad. La rápida ascensión en infraestructura y economía resaltó la importancia de institucionalizar varios aspectos; se realizó obra tras obra para el crecimiento de la ciudad y muchas hicieron parte de publicaciones que se realizaron por empresas publicitarias que se crearon desde el año 1930 que promovieron la información de muchos sucesos de la época. Por razones de economía no todas las personas tendrían acceso a la información escrita, a la publicidad y en ocasiones solo artículos informativos con imágenes, evidenciaron momentos importantes para la ciudad al alcance de quien pudiera adquirir el material informativo. Muchas situaciones se dieron con el paso de los años que pasaron desapercibidas pero que fueron parte de periódicos y revistas que publicaron artículos que quedaron en el olvido por la poca importancia que se le dio en el momento, tal vez podría contar un poco de la extensa historia de algunas instituciones tan antiguas como la ciudad misma, existentes aún en el presente como la Sociedad de Mejoras Públicas, sociedad sin ánimo de lucro que pretende desde 1899 promover la fauna, la educación artística, la arquitectura e infraestructura de la ciudad. Son funciones que permanecen impregnadas en las hojas de diarios pasados esperando ser leídas para contar una parte de la historia. Publicaciones, periódicos, invitaciones, fotografías, tarjetas navideñas, clasificados, premiaciones y artículos informativos son algunas de las formas que permanecen aún y que han existido en un periodo de ochenta y dos años (1930 a 2012) para que el tiempo haga presencia sobre ellos y puedan contar su historia. Salen hoy a la luz pública proponiendo la involucración intelectual y física con el material, al mismo tiempo con la obra misma que resalta las fotografías y noticias archivadas tiempo atrás. Visualizar la institución en los momentos de sostenibilidad, cuando una empresa va en ascenso con finalidades de creación y por el contrario, observarla en sus declives constantes, todo con el fin de prestar servicios, servicios que están evidenciados en las publicaciones. La obra pretende que el espectador aporte un sentido desde su propia experiencia, su tiempo, sus inquietudes, en fin debe descubrir la obra para construirla, en ocasiones rememorar la historia que posiblemente vivió, más que simplemente asistir.
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Por: Gloria Botero Villa y Daniel Eduardo Mercado Gómez Un espacio pequeño, agradable para algunos, asfixiante para otros, al que acudimos con la necesidad de hallar lo que se busca, lo que se necesita, donde algunas veces lo encontramos, pero no siempre es lo que necesitamos. Un lugar que nos ofrece algo mas que la lectura, que la reflexión, donde se cruzan estudiantes, profesores y padres de familia. Es allí donde seguramente regresaremos.
La revista era patrocinada por empresas que en la época ya estaban consolidadas como Pilsen, Pielroja, Fabricato, gaseosas Lux, medias Nylon… En 1939 comienza la tercera época con el ejemplar No. 1 publicado en julio donde se muestra un compromiso importante de la SMP para la reforestación de la ciudad. El formato varía con el tiempo y en octubre de 1948 pasa a ser un formato más grande. En enero de 1949 en la conmemoración de los 50 años de la SMP comienza la cuarta época. A pesar de los cambios en su tamaño, seguía siendo el mismo formato de una sola columna con letra pequeña y amplios espacios para publicidad de los patrocinadores. El periódico el Progresivo del Instituto de Bellas Artes, empezó en Noviembre de 2003 con una periodicidad bastante irregular, yo diría trimestral, bajo la dirección de Carlos Vélez. El primer ejemplar constaba de 8 páginas, en la primera una poesía con su respectiva ilustración ambas de estudiantes del Iba, en la segunda página un saludo de bienvenida del Rector, que en ese momento era Fabio Rendón Peláez. El resto del Periódico eran publicaciones (artículos) de estudiantes y profesores, información del Instituto, programaciones académicas e información de convocatorias. Con los años el periódico ha ido aumentando sus páginas y se ha ido convirtiendo en revista. Sólo hasta el año 2012 cuando los estudiantes se apropian de éste con la creación del grupo editorial Fuera Abajo la revista toma un carácter con un formato más acogedor que se nutre con publicaciones de estudiantes y profesores y donde se destacan las noticias más relevantes de la FUBA.
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Sobre la biblioteca Por María Trinidad Cano Restrepo, Directora Biblioteca Gonzalo Vidal La biblioteca fue fundada en 1942 y como homenaje al autor de la música del Himno Antioqueño, se le dio el nombre de “Gonzalo Vidal”. No teniendo posibilidad para sostener una bibliotecaria graduada, en 1943 las alumnas del conservatorio de la Escuela de Música se hicieron cargo de su organización. Aunque la biblioteca carecía de un verdadero tratamiento y organización técnica, respondía a la demanda de información de los usuarios en ese momento, pero por algunas dificultades, la biblioteca se vio relegada a un último plano, dejó de funcionar y el material bibliográfico se tuvo que almacenar en diversos lugares del Instituto, ocasionando así el deterioro de muchos de estos materiales. El señor Olmedo Díaz coordinador del área de música, en ese entonces, le encargó a la señora Ruby Chaux Rugeles, -estudiante de bibliotecología-, la organización de la biblioteca del Instituto, por tal razón, ella en compañía de la señora Lina María Pérez, desarrollaron su proyecto de grado el cual consistía en la creación de la biblioteca del Instituto de Bellas Artes. Después de estar un largo tiempo abandonada y dadas la calidad y cantidad del material bibliográfico existente, en 1991 las directivas del instituto tomaron conciencia del papel que juega la biblioteca en el proceso enseñanza-aprendizaje y en el desarrollo curricular, por todo esto, el Instituto vio la necesidad de abrir nuevamente una biblioteca especializada en artes. Fue así como se desarrolló este proyecto. Teniendo los recursos documentales existentes, en temas relacionados con música, ballet, artes plásticas, etc., se le asignó a la biblioteca un espacio, primero, en el Palacio de Bellas Artes y luego en la sede de Ayacucho, además se adquirió un software especialmente para la automatización del material bibliográfico. En 1992 fue terminado el proyecto y la institución contrató los servicios de la señora Ruby Chaux para trabajar en la biblioteca hasta 1995 en este año fue reemplazada por el señor Gonzalo Vallejo quien estuvo
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al frente de ésta hasta 1999, como el espacio en el que funcionaba la biblioteca en el Palacio era tan reducido y además porque la mayoría de la población estudiantil se encontraba en la sede de Ayacucho, se decidió pasar la biblioteca para esta sede a un espacio más amplio, en donde ha funcionado hasta hoy. La organización técnica del material bibliográfico se hizo manualmente, lo que ocasionó que dicha organización se deteriorará rápidamente, haciéndose necesaria una reorganización, la cual se empezó a hacer en el año 2000 con la bibliotecóloga Gloria Solano Luna y aun se continúa haciendo. Desde que se abrió nuevamente la biblioteca, se ha venido implementando con mobiliario, libros, equipos, etc., tratando de que este siempre en buen
estado y actualizada su información.
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