Mochileros Turismo alternativo • Bosque del Cañoncillo, trujillo • Huayllay, bosque de imaginación • Las aguas benditas de Huancahuasi, Churin • Residencial zoologico de Huachipa • La Encantada: tierra de artistas de barro • Una mirada a la tríbu Asháninka
El edén de
Chanchamayo Belleza pura en medio de la jungla peruana
Equipo Editado por: Mochileros Editores - Lourdes Rubio Ramirez - Pamela Caballero Quispe - Alejando Arzola Editora Fotográfica - María Zegarra Santiago Diseño y diagramación - Armando López Faya Redactores - Alejandro Arzola - Armando López Faya - Jose Chau Cossio - Lourdes Rubio Ramirez - María Zegarra Santiago - Pamela Caballero
Contenido
Editorial Mochileros nació con la misión de promover la curiosidad, dirigir la atención y encaminar al potencial turista hacia las zonas conocidas. La intención es mostrar al turista que existen espacios geográficos en el Perú que aún no han sido explotados en todo su esplendor. La revista se apoya en fotografías digitales de los lugares turísticos. Otra intención que Mochileros alberga en sus salas de redacción es que debemos eliminar estereotipos fijados por el público hacia lugares turísticos en fechas determinadas: carnavales, fiestas patronales y demás, mostrando que el Perú cuenta con infinidad
de zonas turísticas que visitar los 365 días del año. No perseguimos un fin lucrativo. Nuestro producto existe gracias a la colaboración de empresas que apoyan esta posición y quienes tienen la firme posición de que el turismo en el Perú se debe seguir explotando, porque aún hay más que mostrar. ochileros se ha dado cuenta del llamado boom gastronómico, es por ello que muestra gastronomía del territorio peruano, desde un tamal en Supe, hasta un rico ceviche. La revista está elaborada con diferentes matices, con una diversidad de tipos de turismo, lo que la hace única en su género impreso. Esperamos que sea de su agrado, y que colabore con el desarrollo del turismo interno.
04 - Bosque del Cañoncillo 07 - Huayllay, bosque de imaginación 10 - Las aguas benditas de Huancahuasi 13 - Pachacamac y lo que hay detrás 14 - El edén de Chanchamayo 18 - Olas, sabor y diversión 20 - Una mirada Asháninka 22 - Residencial zooligoc de Huachioa 24 - La Encantada: tierra de artistas de barro 27 - El tamal de Supe 28 - Churin también es gastronomía 29 - Piura: una delicia en cada esquina
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Turismo de aventura
Bosque del Cañoncillo Por:Alejandro Arzola Me dirijo a la provincia de Pacasmayo en busca de un oasis, ¿oasis?; el único recuerdo que viene a la mente de un oasis es aquel que se ubica en Ica. Más tarde comprendería que no solo se trata de un oasis cualquiera en el cual solo se podría ver un pequeño espejo de agua sino de un lugar llamado Bosque el Cañoncillo, un bosque y un oasis a la vez. Voy a bordo de un colectivo el cual me llevará a Pacasmayo, el camino a través de un paisaje desértico al norte de Trujillo es mi acompañante perfecto, en estos momentos fijo la mirada en un gigante de arena formado por la erosión del viento, dos parpadeos más y estoy contemplando los sembríos verdes que rodean la hacienda Casa Grande famosa por el azúcar que producen. ¿Sería este abrupto cambio natural una señal de lo que me esperaría después? Llego al cruce de San José en Pacasmayo ubicado en el Km. 692.5 de la Panamericana Norte, invadido con un afán aventurero y un letrero al frente de la plaza donde estoy puedo ver un panel señalándonos el nombre del Bosque el Cañoncillo y algunos datos geográficos indicándome que estoy cerca. No voy
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acompañado de un guía, solo me queda preguntar. Es medio día y aquí en el norte del país es hora del almuerzo, no hay casi nadie en los alrededores.
La caprichosa sabiduría de la naturaleza una vez más nos regala un hermoso paraíso, Tecapa distrito de la provincia de Pacasmayo en la Libertad es el escenario perfecto para el bosque de ensueño. Uno de los conductores que hacen colectivo me indica que hay dos combis que me pueden llevar a Tecapa Distrito de Pacasmayo donde se encuentra mi destino, hoy es sábado y solo sale una a las 11 de la mañana; Al frente de la plazuela se ubica un restaurante, la dueña del recinto me invita a servirme algo muy amablemente, yo le agradezco y le pido una botella de agua, no dudo en preguntarle de cómo llegar a Tecapa ella voltea la mirada y le pregunta a Don Abanto si va de regreso a su casa, y el responde que sí. Don Abanto es un hombre ya de 65 años y de piel cobriza matizada por el sol y la tierra
que trabaja desde toda su vida, el junto a un joven de 18 años que maneja una mototaxi se ofrecen a llevarme, espero pacientemente. Poco después me encontraba conversando junto a Don Abanto, en una mototaxi camino a Tecape, después de tan alegre y placentera conversación puedo dar fe de que el poblador norteño es alegre, y abierto al foráneo. Surge en mí una preocupación. Don Abanto es ya un hombre de edad, yo no conozco el bosque ¿como haría yo para caminar y descubrir los encantos del bosque si no conozco la ruta y voy solo, como evitar perderme? Muy amablemente me dice que su vecino me acompañará ya que los pobladores del lugar siempre estas dispuestos a guiar al turista en el monte. A primera vista no puedo divisar más que un letrero anunciando la entrada al bosque. Anthony va delante de mí y comienza mi descubrimiento, diez pasos más y me encuentro en medio de algarrobos tan viejos que se retuercen en la arena pesada y blanca, se retuercen como reptiles, reptiles tratando de cazar a su presa, en alusión al animal rey de este lugar el Cañán.
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El cañán es una lagartija que habita desde siempre en este bello paraje, junto a otras especies como el zorro costeño. En cuanto a las variedades de aves he podido toparme con algunas de ellas como lo son: la cuculí, la tortola, el chisco, el tordo, la putilla, los patos, y el perico. Anthony me conduce por un camino pesado en el que la arena por momentos vuelve dificultoso el andar en el bosque, entre algarrobos, plantas de uña de gato y otras especies, logro levantar la vista y divisar el comienzo de un lago, pocos pasos después me encuentro frente a una enorme laguna, la cual conjuga perfectamente con unos tupidos árboles en la orilla contraria al borde de un pequeño cerro que sirve
de marco para tremendo goce de nuestros sentidos, en especial el de nuestra vista. El nombre de esta laguna es Gallinazo y es una de las más grandes. Habiendo recorrido gran parte del contorno de esta laguna rápidamente nace en mí el deseo de seguir explorando este hermoso bosque, tomamos el camino de regreso y nos desviamos hacia el este del bosque. A través de mi recorrido Anthony me cuenta que en estos últimos años ha aumentado la cantidad de turistas que vienen a hacer el recorrido de este paraíso en este lado del país, gracias a ello su distrito, Tecapa y sus pobladores, tiene la oportunidad de generarse ingresos debido a que la mayoría de pobladores conoce el
bosque y siempre están dispuestos a guiar al turista, además del incremento en las ventas en las pequeñas bodegas. A esta altura del recorrido ya las piernas comienzan a jugarme una mala pasada el camino cada vez se hace mas difícil debido a las dunas que hay que subir y bajar, además del abrasador sol norteño. Poco después me encuentro en una zona muy tupida de árboles que se prestan para apaciguar el cansancio gracias a las hermosas copas de árboles que me brindan sombra y una ligera corriente de aire, tesoro invaluable a estas alturas. Tras un breve descanso sobre un algarrobo cuyo tronco se extiende por el suelo, me topo con el rey del Bosque, esta Lagartija de cresta media rojiza y cuerpo verde se escabulle rápidamente por las raíces de estos árboles ya que aquí forman sus madrigueras. A través de mi recorrido llega el momento en el que me quedo sin aire y sin palabras. Estoy al borde del tercer lago unos patos silvestres muy tímidos y escurridizos me dan la bienvenida, al otro lado del lago se impone el cerro el Espinal cuyas laderas bañadas por arena blanca se asemejan a la caída de una catarata. La flora, la fauna y todo ser vivo que habita en La Laguna El Cañoncillo parecen cumplir cada uno un rol establecido, no queda otra opción que sentarse a la orilla o sobre un algarrobo a contemplar la belleza de este paraíso. *
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Crónica de viaje
Huayllay, bosque de imaginación
Por: Pamela Caballero Caminar por un bosque de piedras no se parece en nada a la caminata por cualquier bosquecillo. Y caminar en Huayllay a mas de 4310 msnm por el bosque de piedras más alto y extenso del mundo, con las nubes de techo, es mucho más que una travesía inolvidable. A las nueve y media de la noche de un sábado cualquiera, cuando el bullicio se apodera de Lima y las personas salen a divertirse, miro por la ventana del ómnibus aquellas casas pertenecientes al distrito que tiene a Manco Capac como principal monumento histórico, y se van quedando atrás cada vez con mayor velocidad y oscuridad mientras me recuesto en mi asiento de 25 soles intentando conciliar algo de sueño, después de todo llegaré a Cerro de Pasco en 7 horas, según me informaron en la agencia, y tendré que mantenerme de pie aunque el frío y la altura me quieran tumbar a la cama. Han pasado más de tres horas y no logro descansar, cristales empeñados que borrosamente me muestran montañas de piedras iluminadas por la luna llena que apareció esa noche; no logro escuchar con claridad el ruido del exterior, se me tapan los oídos por momentos mientras escribo a oscuras iluminada apenas por los camiones que pasan al lado del ómnibus, escribo sin saber siquiera lo que anoto tan solo lo que mi mente me indica. Estamos subiendo cada vez más. Al rato observo un letrero que me indica que estoy en San Mateo de Huanchor, un distrito ubicado a más de 3185 msnm reconocido por su compromiso con la ecología. A pesar del calor intenso que se siente en el ambiente, el sueño me va ganando, por fin me estoy durmiendo pienso alegremente; piedras, piedras, paredes de piedras son lo último que logro ver antes de que mis ojos se cierren y mi sueño se entremezcle con los ronquidos de los demás pasajeros. Allá voy Huayllay. Podía sentir el frío en mis adentros, cuando uno baja del ómnibus lo primero que te impacta de Pasco es el frío intenso. No hay casaca ni chullo que calme ese gélido clima. Tiritando de frío busqué un hotel donde hospedarme, el sueño
BOSQUE. Caprichosas formas de piedra da la bienvenida al visitante.
CAMELIDO DE PIEDRA. LLama que pastorea bajo un el cielo razo en el bosque de piedras de Huayllay
me vencía, la cabeza me reventaba, el aire me faltaba. “No hay habitación” me repitieron muchas veces mientras volvía a caminar por la ciudad más alta del mundo y me repetía que nunca más viajaría un feriado. Quería volver a casa, a Lima ploma pero mucho más cálida hasta que encontré una habitación. Mientras subía hasta el tercer piso creía que escalaba una montaña, abatida llegue a la cama. Dormí cinco horas.
Luego de comprarme una pastilla que acabara con el soroche y las nauseas decidí embarcarme a Huayllay no sin antes comprar algo de provisiones para el camino y que mejor que una Pachamanca. Sin darme cuenta el terminal terrestre donde había llegado estaba a una cuadra del hospedaje, la misma distancia que me separaba del paradero de colectivos a Huayllay. 40 kilómetros y 7 soles me separaban cada vez menos de mi destino.
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Crónica de viaje
PAQUIDERMO DE PIEDRA. Caprichosa formación con forma elefante.
PEZ DE PIEDRA. Formación de piedra con forma de pez.
Cielo despejado y un frío menos intenso tal vez por la caminata es lo que se siente en el Bosque de piedras de Huayllay. Una pequeña niña se me acercó ni bien bajé del auto, sí tenía que pagar una mínima colaboración por el mantenimiento. Al parecer ella y su familia habitaban la pequeña casita que estaban en la entrada del Santuario. No me atreví a preguntar en ese momento. Estaban en medio de una pachamancada. Caminaba unos pasos y tenía que detenerme, si bien en Lima he podido caminar por horas sin sentir menor molestia. Aquí, mi corazón latía tan intensamente mientras caminaba que
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no creí que los tambores que escuchaban provinieran de mi pecho. Me faltaba el oxígeno mientras observaba “El caracol”, aquella figura de piedra que simplemente deja a una maravillada y se pregunta: ¿De verdad que la mano del hombre no ha intervenido? El Santuario está constituido en un 90% por rocas de origen volcánico. El 10 % restante los conforman rocas de origen sedimentario. Y es que, la región central del Perú en el paleozoico, (hace 300 millones de años) fue parte del fondo marino. Sin aliento seguí recorriendo el camino y me encontraba con demás figuras como “el Pez”, “el Pensador”, “la Tortuga”, “el Perro”.
Huayllay es simplemente un bosque de imaginación, donde el tiempo se detiene y uno se olvida de sus problemas. A pesar de la cansada caminata uno quiere seguir descubriendo más y más este majestuoso bosque de piedras, admirar su flora, fauna y restos arqueológicos. . Sin señal en el celular, sin música que escuchar, estas montañas emanan vibra y vida de sus cuerpos inertes. Fue así que durante 3 horas de caminata con paradas incluidas para el almuerzo, retomar fuerzas para seguir caminando y capturar alguna que otra foto, el cielo fue dejando su claridad para tornarse plomo, nubes oscuras me avisaban que lo mejor era regresar a Cerro de Pasco, después de todo, la temporada en la que había viajado no era la idónea y mi indumentaria la adecuada para enfrentar cualquier tipo de precipitación meteorológica. Decidí hacerlo cuando empezaron a caer las primeras gotas de lluvia, ligeras como una garúa limeña, sin embargo, sabía que no era lo único que vendría. Deseaba más que nunca sentir la lluvia en mi rostro pero el granizo me devolvió a la realidad. Debía apurarme. Corría sin que nada más me importase, tendría que esperar el auto en la carretera y quien sabe por cuánto tiempo, ya había comprado mi pasaje de regreso a Lima y aunque faltaban seis horas no tenía idea cuando volvería la calma. Apenas podía ver y respirar, cuando el cielo gris empezó a sonar; guardé mi celular y cámara en mi mochila húmeda, al menos allí estarían mejor protegidas, pensaba. Sabía que se
Crónica de viaje asomaba una tormenta y yo no tenía donde refugiarme. Mi corazón latía con mayor potencia. Mi casaca estaba mojada, mi pantalón húmedo y mi chullo cubierto de nieve. Me estaba congelando literalmente y no tuve mejor idea que tocar la puerta de la pequeña casita en la entrada del Santuario. Alcibiades Cristobal Vicente, dueño de la casa, ha vivido desde que nació en el Santuario antes con sus padres y ahora con su esposa y tres hijas que aún comían su Pachamanca. - ¿Demorará aún la lluvia?, le pregunto sirviéndome un poco de café para entrar en calor. - Uy eso depende, a veces dura días enteros y otras unas horas. “Unas horas”, me repetí en la mente; no tenía ese tiempo. Por la ventana pude divisar el relámpago y oir el sonido del trueno al instante, no fueron los únicos que sentí durante las dos horas de pequeño alojamiento que me brindaron en la sala de su casa. “Tenemos una cabaña que siempre alquilamos a los turistas, lamentablemente al ser un Santuario, no se nos permite realizar mayores construcciones”, me comenta apenado. Lo entiendo de alguna manera, nació y creció allí, pero ese pedazo de tierra donde vive no le pertenece. Advierto que el granizo ha parado y la lluvia apenas es una leve garúa. El momento de despedirme de esa familia y de ese mar de piedras es el preciso. Me lamento por no haber llegado a las aguas termales, ni visitado todos los complejos de arte rupestre, ni que decir de todas las figuras de piedras. Me lamento por no haber traído la ropa necesaria así pasara tan solo un día en este departamento donde caminar es un desafío y si es en Huayllay es doblemente difícil. Me arrepiento de haber pensado en algún momento: “¿Qué hago aquí?”. Mientras me acomodo en los asientos del primer piso del ómnibus que me llevará a casa, me duermo tranquilamente todo el viaje, sin sobresaltos llego a Lima y me doy cuenta que valió la pena pagar casi el doble de mi billete de ida con tal de regresar sin dolor de espalda debido a la caminata. El frío dio paso al costado para que el bochorno empañara las lunas de nuevo. Lima la ploma me quita el frío, propio de la altura. Escucho decir a algunos pasajeros que ya no volverán a Pasco por la gélida temperatura. Dicen y dicen lo mismo. Yo por mi parte, dormí tranquilamente en el asiento, recordando a cada instante el viaje, en la lluvia impactando mi rostro y en la desconexión con el mundo que tanto había buscado. *
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Turismo de salud
Las aguas benditas de Huancahuasi
Por:Armando López
La comunidad campesina de Huancahuasi, situada a 3350 msnm en la provincia de Oyón, rosando fronteras con Pasco, tiene aguas benditas. Aguas que no son santas, pero que sanan. Consideradas entre las mejores del Perú por ser capaces de curar el reumatismo, la parálisis muscular y la sinusitis, las aguas naturales de Huancahuasi sí hacen milagros. Para llegar a este pueblo es preciso partir de lima hacía Churín en un viaje de cuatro a cinco horas dependiendo de que tan habilidoso sea el conductor en las carreteras, ya que la mayor parte del camino es de trocha. En la actualidad existen muchas empresas que brindan el servicio. Entre ellas destacan Espadín, Beteta, Apóstol Santiago y Estrella Polar por contar con todas las de la ley. Estas agencias, alineadas una tras otra en una larga fila, están ubicadas en el óvalo
de Infantas, específicamente a un lado de la transitada panamericana norte, en el distrito de los Olivos. (Cruce de las avenidas Alfredo Mendiola y 02 de Agosto). Parten todos los días en horarios diurnos y nocturnos ofreciendo sus pasajes, no sin antes regatear, un promedio de dieciocho y treinta y cinco soles por cliente. Ya vez que no es necesario tener una millonaria bolsa de viaje para conocer el Perú, claro siempre y cuando no viajes durante fechas especiales Con tú pasaje en el bolsillo y mochila en la espalda solo queda subir al bus. Si viajas de noche es recomendable descansar durante el trayecto y guardar energías para los baños, ya que la mayor parte del camino verás poco o nada por la ventana. Por el contrario, si viajas de día haz todo lo posible para estar del
lado de la ventana, abastecer de buenas canciones tu reproductor musical y ajustarte el cinturón de seguridad, ya que verás blancos desiertos, ríos multicolores y profundos precipicios que parecerán interminables. No te preocupes la ruta es segura. Churin será el primer destino antes de llegar a Huancahuasi. Partiremos de este balneario lleno de misterio y tradición en una combi todo terreno que se ubica en la plaza de esta ciudad por quince soles. Si te gusta la aventura prepárate, ya que el vehículo subirá por escarpados, pasará por cataratas y correrá por mesetas, siempre acompañados por las tibias aguas del rio Checras al margen izquierdo, durante dos doras en un trayecto seco y de trocha, que al principio será difícil, pero que al final valdrá la pena. Una vez en el pueblo, la hospitalidad será BAÑO CURTIVO. Entrada a los baños termales de Huancahuasi creados durante la gestión de Alberto Fujimori.
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Turismo de salud lo primero que resaltará. Los pobladores ofrecerán sus productos como la papa con huevo, la trucha frita y el agua de muña. Los niños que te rodearán querrán llevarte de la mano hacia los baños. Al final tendrás que escoger a uno. Y cuando estén frente al lugar te mirará y te dirá “la entrada cuesta dos soles señor” señalándote hacia la puerta donde el cuidador de turno aguardará sonriente. Después, dando brinquitos, regresará al pueblo por otro turista. Las aguas medicinales de este pueblo son consideradas entre las mejores del Perú, por ser capaces de curar enfermedades articulares como el reumatismo, la poliartitis reumática crónica y deformante, la anquilosis de las articulaciones, así como la obesidad, el asma bronquial y también como terapia para rehabilitar la poliomielitis. Es que estas aguas compuestas por minerales como el hierro que devuelve el color a la piel y oxigena las células, el zinc que cicatriza heridas y colabora con el buen funcionamiento del sistema inmunológico, y el cobalto principal componente de la vitamina B12, hacen que el cuerpo humano sí o sí recargue sus energías. El nacimiento de estas aguas que radica en las mismas entrañas de la tierra alcanzan los 55 grados centígrados de temperatura, tan calientes que si metieras un huevo crudo se sancocharía. Por esa razón, los lugareños han construido picisinas para enfriarlas a 40 o 37 grados, ideales para darse un chapuzón. Ahora, si vas a meterte no debes permanecer más de 20 minutos, no hagas movimientos bruscos dentro del agua y sobre todo cuando salgas del baño procura descansar y beber agua de muña. De esta manera evitarás mareos y dolor de cabeza. Ten en cuenta que estás en los altos picos del relieve peruano. Huancahuasi, que sabe explotar muy bien sus recursos, está bien organizado. Todos los hombres de la localidad se turnan en la atención de los baños termales, mientras que las mujeres venden productos en sus puestos. Uno de los encargados es Jesús Huamán Landa. Él aún recuerda la fecha en la que estos baños fueron inaugurados. Antes de eso, la agricultura, ganadería y; si había suerte, la venta de truchas, eran su único sustento. Sin embargo, ahora con el apoyo del turista recaudan mil quinientos soles quincenales que son utilizados para implementar las escuelas y aportar en el desarrollo social del pueblo. Por ese motivo, cuando se llega al lugar las posas están limpias y en muy buen estado. La historia de este pueblito andino de
TERMALES. Posa presidencial de 37 a 35 grados centrigrados.
CATARATA. Gruta tallada en la misma roca y por donde fluye el agua caliente que alimenta los baños de Huancahuasi.
escarpada geografía y de casi inaccesible acceso, se remonta al primero de mayo de 1997, cuando un menudito nipón que aseguraba ser peruano, en busca de aguas calientes, llegó al lugar. Ese personaje de ojos jalados fue Alberto Fujimori quien, motivado por la afición de la tradición japonesa por las aguas calientes, construyó lo baños y una carretera. El resultado se
puede apreciar hoy. La zona ha mejorado y los turistas llegan de todos lados del Perú en busca de este oasis serrano de propiedades curativas. Huancahuasi es un pueblo que ha aprendido el significado e importancia de atender bien al turista. Es una comunidad que trabaja unida para su propio futuro. Por esa razón, en época de verano los turistas no dudan en venir a aliviar sus dolores Ellos saben que serán bien atendidos.*
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Historia y Arqueología
Pachacamac y lo que hay detrás
Por: Pamela Caballero A pesar que hace años (en el colegio) había visitado el santuario arqueológico de Pachacamac, no recordaba con exactitud cómo llegar, mucho menos que carro tomar o en que paradero bajarme. Ubicado en el Km. 31 de la antigua panamericana sur, en el departamento de Lima, es actualmente el complejo arqueológico más grande de la ciudad con 460 hectáreas. Pachacamac ha sido el más importante santuario de la costa durante más de 1500 años, sobre todo por haber sido un acertado oráculo en la prevención del futuro. Lamentablemente luego de la caída del Tawantinsuyo, este santuario permaneció abandonado, hasta nuestros días. Lo primero que uno aprecia al ingresar, es El Museo de Sitio de Pachacamac. Inaugurado en 1965, se exponen los principales restos arqueológicos recuperados en las ruinas del lugar. Los pioneros en la investigación en Pachacamac fueron el alemán Max Uhle, Julio C. Tello y Arturo Jiménez Borja, éste último fue quien fundó el Museo de Sitio. Existen dos maneras de recorrer todo el santuario, a mi parecer lo mejor es dejar El Templo del Sol para el último. ¿Por qué? Ya lo explicaré más adelante. Sin
embargo, el Acllawasi es el inicio de la bifurcación del camino. Este edificio estaba netamente destinado para las mujeres dedicadas al culto. Si bien no se puede ingresar a las ruinas, debido al delicado estado en que se encuentran conservadas, uno puede apreciar con claridad las pirámides con rampas que son edificios elevados donde se accede mediante una escalera central ubicada frente a un gran patio. Su funcionamiento fue más que todo de carácter administrativo. Mientras camino observo muchos autos pasando por nuestro lado, algunos sonríen amablemente, otros me dejan atrás empolvándome toda; sin embargo, eso no es un impedimento para seguir el camino. Fue así que pasé por la Casa de Los Quipus, el Templo Viejo, construido bajo la técnica de “librero” y adobes rectangulares. Este templo tiene una forma trapezoidal compuesta por plataformas a desniveles. A su costado se encuentra el Cementerio Max Uhle, un área con funciones funerarias que lo convierten en el cementerio más importante del Santuario y colinda a su vez, con el frontis del Templo Pintado. Un edificio de planta rectangular construido con adobitos. Lo
más resaltante de este edificio pintado con colores rojo y amarillo es que, según algunos cronistas, éste edificio constituyó el verdadero Oráculo de Pachacamac y permaneció en funcionamiento hasta la llegada de los españoles al santuario. Por fin luego de dos horas de caminata me dirigí al Templo del Sol. A este edificio de forma trapezoidal, donde se resalta la maravillosa vista que tiene uno del mar, se ha identificado sacrificios humanos dedicados al Sol y diversas ofrendas, muy finas de estilo Inca Imperial. En el templo más alto del santuario, la brisa del mar se percibe en el rostro. Bajo lentamente las escaleras, para no resbalar ante un posible deslizamiento. Después de todo, era el único edificio que permitía un ingreso del público en general, tal vez, esto era para evitar que las personas escriban en el adobe y lo maltraten. Nunca se sabrá, nunca. Al final del recorrido, un perro peruano es la atracción para los turistas. Padres con hijos, turistas jóvenes y adultos entran y salen de las ruinas ubicadas en Lurín. El lugar es una guía de conocimiento, un momento con la historia del Perú, una valoración a lo que tenemos y un espacio en el tiempo para venir acompañado, sobre todo si es por la familias.*
Vista desde Pachacamac. Vista panorámica desde las ruinas de el templo del sol.
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Especial turistico
El edén de Chancha La majestuosidad que encierra nuestra selva central
DURMIENTE Ronsoco de la selva peruana durmiendo la siesta.
CATARATA GIGANTE. Bayoz, catarata de con tres caídas de agua
Por: María Zegarra Si el Perú es siempre un descubrimiento, la visita a la provincia de Chanchamayo lo es en grado superlativo. Conocida como la capital cafetalera de nuestro país ante los ojos del mundo, esta localidad con sus diferentes distritos nos da a conocer la gama de recursos que nuestra selva central ofrece. Partiendo de Lima, cruzamos por una ruta serpenteante; la carretera central, con aproximadamente ocho horas de trayecto, donde a partir de la sexta hora de recorrido, aproximadamente, podremos encontrar a cada lado de la carretera una variedad de vegetación, la cual nos va indicando la llegada al edén, que tiene el centro del Perú. Mi mente debatía si la temperatura en la que nos encontramos era de 37 a 39 grados c., los rayos solares trataban de convencerme de que eran realmente 42 ª.
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Chanchamayo, o rio torrentoso es el significado que se le atribuye en quechua, debido a que toda su extensión consta de una mezcla de ríos que realzan su belleza. Dentro de su geografía tenemos para elegir un estimado de once circuitos turísticos para poder explotar, donde el viajero encuentra su verdadera esencia, pudiendo entrelazarse con la cultura, aventura, ecosistema, convivencia con los pobladores y los recursos que la zona brinda. Uno de los tours que podemos encontrar es el del Perene, al cual se le denomina de esta forma porque los lugares que recorre encierran el caudal del rio que lleva este nombre. La aventura inicia llegando a la capital de Chanchamayo: La merced, que se encuentra situada a 319 km partiendo de lima, hacia los bordes del perene donde encontramos uno de los puentes
más relevantes, Quimiri, que cuenta con una antigüedad de más de 104 años de fundado, lo particular de este puente a parte de la antigüedad que tiene es que la gran entrada que tiene esta hecha en base a piedras talladas con calicanio y con cascara de huevo. Este río es la unión entre las chacras de los pobladores y su acceso a la ciudad. A tan solo unos metros de ubicarse el puente Quimiri, podemos detenernos un momento, para apreciar el perfil del indio durmiente. Según cuentan los pobladores, antiguamente había una princesa que estaba enamorada de un esclavo, y este amor era correspondido, pero las jerarquías que imperaban en esos tiempos, no permitían que su amor pudiera prosperar, por ello, la doncella decide escaparse con su ser amado, sin percatarse de que su padre sabía lo que planeaba hacer, y para interrumpir sus deseos, la encierra y el
Especial turistico
amayo PEQUE PEQUE. Turistas en peque peque, lancha nativa.
esclavo nunca llega a enterarse de lo que pasó y esperó a su amada en la orilla del río por días con la esperanza de que en algún momento pudiera llegar quedando su silueta absorbida por los cerros que existen en esa área. Uno de los puntos claves que brinda este tour es apreciar el encuentro de los ríos chanchamayo y paucartambo que dan como desembocadura al perene. Dejando atrás a la merced, vamos ingresando hacia pichanaki, donde arribaremos a una de las dos comunidades nativas aún sobrevivientes en la zona. La comunidad Pampa Michi, nos recibe con gran afecto y cariño, al momento en que el auto se encuentra descendiendo para ubicarnos dentro de esta aldea. Desde que bajamos del carro la hospitalidad se deja sentir, nativos se nos acercan y nos conducen hacia una de sus aldeas, donde nos empiezan a vestir como ellos, e inclusive
a pintar figuras en el rostro, pues para ellos la cantidad de líneas que tengas está relacionado con la cantidad de parejas que puedas tener. Mientras una de las representantes de la aldea nos cuenta como es la convivencia que ellos manejan y como están constituidos, nos habla también de su estilo de vida y de como deben adaptarse a cada paso que se dé en la cuidad para poder también alcanzar el desarrollo. En este lugar podrás interactuar con ellos, bailar, reir, participar de cánticos que se comparten en el momento, inclusive admirar la cercanía con los animales que viven dentro del recinto, de igual forma encontramos no solo turismo vivencial sino también de aventura a través del canopi que es la trenza de hilos de fierro que van de una extremo de un cerro de 19 metros de alto por 500 de largo, donde la adrenalina recorre tu cuerpo al momento de suspenderte en el aire, lo cual hace de esta visita una experiencia inolvidable. Siguiendo la ruta de nuestra aventura, ingresaremos a Yurinaki que es un pueblo alejado ubicado a 31 km, de la ciudad del Perené, el cual, también corresponde a la ciudad de Chanchamayo, en él tendremos acceso a las dos cataratas que realzan la belleza de esta zona. Una de ellas es la catarata de Bayoz, que tiene tres caídas
VELO DENOVIA. Espectacular caída de agua en medio de la selva de Chanchamayo.
que al unirse nos hacen connotar su hermosura. A unos cuantos kilómetros de distancia de Bayoz podemos ubicar otra catarata conocida como el velo de novia, y quizá a muchos el nombre nos lleve hasta Tingo María, pero este manantial
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Especial turistico
NATIVOS. Grupo asháninka durante una reunión social.
está ubicado en la selva central, tiene una altura de 60 metros, los cuales hacen que nuestras pupilas agradezcan su existencia por la majestuosidad que encierra. Luego de haber disfrutado de un refrescante baño dentro de la catarata Bayoz, que es la más accesible en cualquier temporada del año, se retorna hacia el centro de Pichanaki en donde podremos disfrutar de la variedad de la gastronomía que posee. Como plato fuerte encontramos el cebiche de doncella, que es la especialidad de esta localidad. En cada uno de los restaurantes aquí
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situados, se va a poder encontrar que la comida a disfrutar es preparada al instante, y el turista tiene la opción de dar una paseo en bote mientras espera la llegada del delicioso aperitivo. El paseo que se propone consta de 10 minutos, en donde podemos apreciar una mezcla de ríos impresionante, pues aquí encontramos la unión del rio pichanaki con el rio perenè, en donde podemos apreciar que a pesar de encontrarse dentro del mismo caudal no logran mezclarse, se aprecia de color verde al rio que lleva el nombre del lugar y uno de los brazos del
perene luce de color marrón. A distancia se puede visualizar este fenómeno, pero la experiencia es mucho más especial cuando damos el recorrido en bote mientras el ocaso nos ilumina. Luego de valorar la hermosura de nuestras riquezas naturales y a la vez de las bondades que nuestra gastronomía ofrece, vamos de retorno a la merced, haciendo un último paseo por una mini planta de procesadora de café. Como ya anteriormente se mencionó, Chanchamayo es conocida como la cuna del café en nuestro país, este tour nos educa sobre una de las formas de desarrollo y a la vez de turismo. Se trata de la procesadora Highland Coffee, cuya función radica en procesar el café orgánico para poder exportarlo directamente hacia Europa, donde admiran y respetan la calidad de este producto peruano. Sin embargo no solo se centran en el café, sino también en diversos productos elaborados a base de frutas como mermeladas, néctares, cocteles, un abanico de productos para hacerlos conocidos a nivel nacional e internacional. Con este recorrido, nuestro tour se va deslizando y se oculta, así como el sol en pleno atardecer, donde a pesar de su lejanía, en nuestra ceja de selva no deja de mostrar su presencia al sentir un aire fresco y cálido que nos recuerda que nos encontramos entre plantas y frutales, que aumentan nuestro deseo de retornar.*
Crónica de viaje
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Playas
Olas, sabor y diversión Por: Alejandro Arzola Sin lugar a dudas el norte del país no solo se caracteriza por el rico sabor de su comida sino también por las hermosas playas que bordea su litoral. Ante la promesa de un verano intenso Las playas de la La Libertad – Trujillo son una opción para los amantes del mar y las olas. A una hora y media de Trujillo se encuentra el balneario de Pacasmayo cuyas playas ofrecen a los visitantes la posibilidad de realizar diversas actividades como la pesca y el buceo.
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Esta playa cuenta con un muelle el cual puede ser recorrido en su totalidad. La construcción del muelle se dio debido a la alta actividad pesquera de la provincia. Pacasmayo cuenta con un malecón a través del cual puedes observar la playa desde pequeñas casetas construidas con motivos decorativos, al caminar por el malecón podrás toparte con vendedores de artículos conmemorativos al lugar. Cabe mencionar la ubicación de cómodos hoteles y hostales ubicados estratégicamente frente
al mar ofreciéndole una vista espectacular de todo el balneario. Si eres amante del surf y las buenas olas no puedes dejar de visitar Puerto Malabrigo en Chicama. Esta playa es reconocida porque en ella se forma la ola más larga del mundo desde el margen izquierdo, brindándole al surfista una experiencia sin igual al domar estas olas. La playa cuenta con unas peñas en la orilla en las cuales se alojan diversos mariscos.
Playas
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1. VISTA PUERTO. Hermoso atardecer en el puerto de Huanchaco, Trujillo 2. VISTA PLAYERA. Vista desde la playa Huanchaco en, Trujillo 3 PUERTO HUANCHACO. Entrada a los baños termales de Huancahuasi creados durante la gestión de Alberto Fujimori. 4 CASONA ANTIGUA. Antigua casona de estilo colonial con balcón largo. Situada cerca a la playa
3 Ante la promesa de un verano intenso, el norte del país se presta como una de las mejores opciones para disfrutar del sol, el mar y playa
El visitante puede aprender a extraerlos con la ayuda de los pobladores, personas expeditas en el tema, además de aprender el arte de capturar cangrejos sin ser pellizcado por sus intimidantes pinzas. En este puerto no podemos dejar de mencionar la comida, existen diversos hogares que sirven de restaurantes a la hora del almuerzo, el turista podrá degustar de exquisitos potajes como el cangrejo reventado o un rico ceviche de zuco, un tipo de pescado característico de la zona. Es decir en Chicama comes del mar a la olla. Mención aparte merece el hermoso balneario de Huanchaco, destino obligatorio por todo aquel que visita esta parte del litoral costeño. Un ícono representativo de este lugar son los caballitos de totora, los cuales eran usados antiguamente por los Mochica para pescar, hoy en día el visitante tendrá la oportunidad de vivir la experiencia de pasearse en uno de ellos. Huanchaco en los últimos años ha desarrollado a nivel económico en su mayoría por el fomento del turismo, es por ello que hoy en día podemos ver hoteles y hostales para todas las economías. Los restaurantes ubicados estratégicamente frente al mar ofrecen lo mejor de la carta deleitando con sus platos el exigente paladar de los turistas tanto nacionales como extranjeros.
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Huanchaco también ofrece una diversidad de opciones en cuanto a diversión nocturna se trata, establecimientos para todas las edades reúnen los requisitos para hacer de su salida una noche de alegría y diversión frente al mar. Y como perderse la experiencia de vivir un amanecer o un ocaso en el muelle. La propuesta está hecha; si desea disfrutar de sol, playa, diversión y buena comida no dude en visitar La Libertad – Trujillo.*
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Vivencial
Una mirada Asháninka
Misterios, tradición y cultura de una comunidad nativa en lo profundo de la selva peruana. Por: María Zegarra Una de las bondades que nos brinda nuestra selva central, es la convivencia que podamos adquirir dentro de los diversos circuitos turísticos que optemos por disfrutar. Pampa Michí, es una comunidad nativa que se encuentra tan solo a 18 km, partiendo desde la merced, en donde lo peculiar de su nombre lo deben a uno de sus antepasados, quien al ver que las demás comunidades, en ese entonces, elegían el nombre de un colonizador de esa zona, para su aldea, el decide por el señor Michael, , pero al no saber pronunciar bien, en lugar de decir Michael decía Michí y de ahí queda con ese nombre. Es la única comunidad que se encuentra aún dentro de la geografía de chanchamayo, y a la vez, la que más tradición y raíces mantiene en comparación a las otras aldeas. Inclinándonos por el lado izquierdo de la carretera, viniendo desde la merced, vamos en descenso, para poder ingresar a un mundo muy distinto al de la ciudad, donde las hojas de plátano y las chozas del mismo material nos abren paso a un nuevo estilo de vida. Mientras más sea la cercanía con el centro de la aldea podemos apreciar que un grupo de los pobladores se acercan a cada uno de los visitantes diciéndoles avirò que en su lengua natal significa hola, mientras ellos nos vas deslizando hacia una de sus chozas nos van traduciendo cada una de las palabras de bienvenida que nos dicen y a la vez nos van regalando cordialidad a cada paso. Una vez que nos encontramos situados en su aldea ellos de forma afectuosa se nos acercan con túnicas o cushmas, que son las vestimentas que los caracterizan, y a la vez te colocan collares, vinchas, e inclusive hacen marcas en el rostro con corteza de achote pudiendo hacer diferentes diseños como líneas en el rostro, algo que para ellos significa la cantidad de parejas que puedas tener. Una vez que ya nos encontramos listos y nos sentimos más asha´s que nunca, nos conducen al centro de su recinto principal,
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RONDA ASHÁNINKA. Ánimado grupo de danzantes Asháninkas bailan para los turistas.
PUEBLO ASHÁNINKA. Vista área de las viviendas de paja de la comunidad selvatica.
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en donde, según la jerarquía una de las autoridades nos da la bienvenida. zEl nos indica como es la forma de vivencia en la que ellos se encuentran, pues pasar ser mas de 230 habitantes en esta aldea deben cubrir cada una de sus necesidad, gracias a diversos apoyos en el ámbito educacional consiguen becas, las cuales se les otorga a los más leídos, como dicen ellos, con la condición de que luego
regresen e inculquen todo lo aprendido. Encontrándose a disposición de poder contestar cualquier duda, consulta o curiosidad de los visitantes. Luego de haber compartido con nosotros su peculiar estilo de vida, nos llenamos de ritmo a través de su danza, pues ahora nos conducen hacia el patio central, en donde, hacen aparición otros nativos quienes con una sonrisa en los labios nos tienden la mano para iniciar el baile, con instrumentos que ellos mismos laboran Tras la calidez que del lugar y añadiendo la simpatía que nos brindan luego de unas cuantas danzas podemos, cambiarnos, para poder sentirnos más cómodos, y de esa forma poder ingresar a cada uno de los búngalos que tienen donde exponen su artesanía, en la diferentes formas para lograr subsistir, ahí podemos apreciar entre collares, bolsas, carteras, correas, etc. que nos permitan poder llevarnos un recuerdito de la comunidad. Dentro de este recinto que está situado a orillas de perene, podemos también poner en práctica un deporte para todos aquellos que son amantes del riesgo y la aventura, a través del canopi. Este deporte consiste en que tenemos una cuerda de más de 30 hilos de fierro que están sujetas a una extremo de uno de los cerros hacia otro,
en donde con ayuda de un arnés podemos deslizarnos sobre 18 metros de altura por 500 de largo, obteniendo una adrenalina tal vez nunca antes imaginada. Si en un momento deseamos saber un poco mas de estos pobladores de las zonas más alejadas, podemos optar por dos días y una noche dentro de la comunidad, donde en las noches se da una vivencia mística, manifestándose con una fogata donde los habitantes van a realizar rituales a favor del hombre y su constancia por la sobrevivencia. También podemos disfrutar de su gastronomía con el desayuno que brindan en base a frutas que son cosechadas en la localidad, brindándole al turista una variedad de potajes que tal vez no puedan saborear en una mesa de cuatro tenedores, pero si contar con una experiencia única e inolvidable. Para todos los que buscan un turismo vivencial, conocer las raíces de la gente que permite que aún contemos con identidad, tenemos aquí una buena opción, donde la interacción nos permite no solo dar una mirada a una cultura quizá desconocida para muchos sino también cada vez sentir orgullo de lo que tenemos, y que en estas comunidades alejadas es donde se sienta la verdadera esencia de nuestro país.*
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Zoologico
Residencial zoológico de Huachipa 1
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FOTOGRAFÍA
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Pamela Caballero
1. RAYAS. Tranquilas cebran pastorean bajo la sombra. 2. FELINO. Estilizado otorongo en pose fotográfica perfecta. 3. REPTIL. Cocodrilo peruano descansando en su habitad artificial.
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4. AVES. Ejemplar de un bello negro de un bello cisne
Por: José Chau Se tiene le idea de que un zoológico es donde habitan diversas especies de animales, en paz y lejanos del bullicio de la ciudad, de la contaminación del hombre y de la carente responsabilidad con los parques y reservas nacionales. Antes, se pensaba que el zoológico era un lugar frío, donde los animales deambulaban estresados entre cuatro paredes. Sin embargo, una marcada diferencia se empezó a vivir desde la década de los 90, cuando el Zoológico de Huachipa que abrió sus puertas y empezó a cobijar a especies de animales.
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Comen tres veces al día. Duermen cómodamente y, encima, son visitados a diarios. Qué mejor lugar para vivir. Las aves, reptiles y mamíferos, habitan en extensas áreas, protegidos y alimentados de la mejor manera. Mis pies tocan el polvillo de tierra que sobra en el piso. La entrada al parque es algo accidentada, un motivo más que hace de esta experiencia única, pero eso no me preocupa, sé que por unas horas estaré en un mundo que me abstraerá de la convulsionada rutina.
El lado izquierdo del Río Rímac, exactamente, en la avenida Las Torres s/n en el gigantesco distrito de Ate Vitarte, se erige el zoológico. Un hombre apoyado en la reja me solicita mi ticket, con una muestra fidedigna que he pagado y que no soy un colado a la cita. tro de los motivos que hacen único a este parque de animales, que alberga a más de 200 especies, entre reptiles, aves y mamíferos, es que cuenta con áreas bien diferenciadas que hacen que la visita sea dinámica, entretenida e interesante.
Zoologico
5. LEONA. Huachipa tiene ambienes especiales para felinos y especies.
6. BESO PINGUINO. Pinguinos de Humbolt en encuentro amoroso para nuestras cámaras.
7. TIGRE BLANCO. Huachipa tiene la única especie de tigre blanco del Perú.
4. PESERA. El zooligo de Huachipa también alberga variedad de peces y animales marinos.
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7 Única en el país. Cuenta con un centro de crianza de cachorros de cada especie. Un niño, de short, polo blanco y un chupete rojo, tira del pantalón de su mamá, una señora robusta que carga una mochila. La lleva a otra zona: la Granja Interactiva. Aquí los visitantes podemos interactuar con las especies de corral. Mi asombro se incrementa cuando llego al Acuario, habitan más de 60 peces y reptiles. Los que se llevan el show son los pingüinos, siempre tan graciosos, acrobáticos y espontáneos. Un trozo de tierra, con frondosos árboles
y una casita colgada de uno de ellos, rodeado de agua y todo cercado por una reja, habitan las aves. No están dentro de una jaula, ni tapados con plásticos, están en su estado natural, libres, literalmente. El sol es fuerte. Rebota sus rayos en el agua cristalina donde un juguetón tigre chapotea. Los animales descansan sin perturbaciones, sin excitados visitantes que con el palito de helado lo arremetan contra la reja incitando al animal a moverse. No. Nada de eso. La tarde cae. El sol se oculta detrás del comedor. EL hambre se manifiesta y el
cansancio lo complementa. El estado del visitante es de cansado, pero satisfecho, a la vez. Al salir del parque, paso por el centro de investigación para lo amantes de los métodos científicos para hallar nuevos datos. Ha sido una somera narración de lo que se puede encontrar en este zoológico. Huachipa abre sus puertas para mostrar las maravillas que se pueden lograr gracias a un sacrificado y verdadero compromiso con los animales en general. Vale la pena darse una vuelta, ensuciarse los zapatos con tierra y ser picado por uno que otro mosquito. *
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Social
La Encantada: tierra de artistas de barro Por: Lourdes Rubio
El talento se oculta bajo un sol abrasador y algunas casitas de abobe a lo largo de un trecho arenoso. Llegar al distrito de La Encantada no es un viaje a lo que muchos estén acostumbrados, pues no tiene las comodidades del caso, pero lo cierto es que nadie sale de allí sin llevarse al menos un recuerdito. Todo empieza en una estación de buses ubicada en la Av. Sánchez Cerro a escasas cuadras del centro de la ciudad de Piura. La única línea que llega a la provincia de Chulucanas lleva el nombre de Transportes Dora y el pasaje cuesta
VIVIENDA. Muchas de las casas de esta zona son de material noble y de una sola planta.
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3 nuevos soles. Un bus parte cada 20 minutos pues también sirve como traslado para personas que viven en chacras cerca de la carretera a las cuales les resulta mucho más económico optar por este medio. El trayecto en bus dura una hora, son las 11.30 de la mañana y la temperatura se eleva a los 30º centígrados, es hora punta y parece que un ventilador automático de aire caliente se activa y empieza a soplara tu alrededor; aquel sol de mediodía de un clima moderado para estar en primavera, que primero te impacta con su brillo,
te cautiva con su resplandor pero que amodorra hasta el más joven y pone a dormir a cualquiera, es el causante de observar en el camino pasto color amarillo marchitado por el sol, ríos secos consecuencia de las escasas lluvias en el norte del país y viviendas humildes construidas con esteras, todas invasiones rodeadas de criaderos de terneros, ovejas y vacas, animales famélicos y de aspecto sediento cuyas necesidades no distan mucho de las de sus dueños. 60 minutos después llegamos a la provincia de Chulucanas, la plaza es un lugar pulcro rodeado
Social de vegetación, en el centro se erige la estatua del caballero de los mares mirando hacia la iglesia, orgullo piurano que realza aun más el paisaje. A una cuadra de allí se aglomeran filas de mototaxistas quienes se jactan de tener el único medio de transporte para llegar al distrito de La Encantada y por 10 soles recorrer el escenario bucólico apto para temerarios. El camino es accidentado, a lo largo se bifurcan senderos estrechos cubiertos de arena y se divisan chacras a los costados, por lo cual no es sorprendente cruzarse con rebaños de terneros. A los 20 minutos se asoman, en el horizonte, viviendas muy humildes, construidas con material noble y de solo una planta, esto nos indica que llegamos a nuestro objetivo. Para diferenciarse sus fachadas están pintadas de colores llamativos y llevan un nombre que resalta sobre las demás.La Encantada es algo así como la fábrica de la cerámica de Piura. Los centenares de piezas producidas son vendidas en las ferias de Chulucanas así como también en Catacaos y Lima donde naturalmente los precios incrementan hasta el triple de su valor, es por eso que resulta muy económico comprarlo directamente de las manos de los artistas. Lo peculiar de este lugar es que los artistas nos reciben en sus propias casas- talleres, que no son como las del común de las personas, ya que sus pasillos están llenos de repisas donde exponen sus mejores trabajos. Han reemplazado los sillones de la sala por aparadores de metal y en algunas ocasiones la mesa del comedor por vitrinas transparentes. En el patio trasero encontramos el taller y los implementos están a la vista de cualquier curioso. En el caso de los más pobres utilizan un gran horno hecho de adobe; una especie de pozo rectangular que se
CERAMICA. Variedades de productos elaborados por los pobladores.
expone al sol. Es común encontrar a los artesanos trabajando en las afueras de sus casas, sentados a la sombra, puliendo sus moldes con piedras lisas de mar, retocando con pintura algún jarrón o en los interiores de sus viviendas torneando la cerámica en frío. Todos se muestran amables, risueños, dispuestos a enseñar su técnica, exhiben orgullosos diplomas y no se resisten a contar una que otra leyenda de los significados de sus esculturas, que aseguran pueden traer suerte, abundancia e incluso plenitud sexual. La casa más visitada es la de Max Inga, reconocido ceramista cuyo trabajo es valorado por usar técnicas tradicionales y propias en la que destaca su trazo continuo y nítido. En las paredes se exhiben docenas de diplomas y reconocimientos a su labor como el mejor ceramista de Chulucanas, quien hasta el último momento de su vida dedicó doce horas diarias a explotar su talento, legado que ahora sus hijos administran y sobre todo atesoran. Ninguno de estos artistas fue a la universidad para aprender a esculpir, su técnica es autodidacta, la aprendieron de sus padres y permanecerá de generación en
ARTESANA. Lugareña trabajando en las afueras de su vivienda
generación hasta que su trabajo sea valorado por el esfuerzo y dedicación de los hijos de una tierra de talentos en barro. Solo en el 2005, la cerámica de Chulucanas exporto más de un millón de dólares a EEUU y Europa. Es lamentable que quienes llevan el arte en las manos tan solo reciban un ínfimo porcentaje de las ganancias y aun sigan viviendo en condiciones precarias. Visitar Chulucanas y La Encantada es conocer y disfrutar del turismo vivencial, pero sobretodo valorar el talento de nuestros paisanos, y juntos lograr que esta cuna de artistas sea reconocido en el mapa turístico a nivel mundial. Mochileros 25
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Gastronomía
Todo el sabor del norte chico del Perú en un tamal • El tamal de Supe es un producto gastronómico que Chile y Venezuela ya lo disfrutan. Su preparación y sabor hace que sea irresistible. Y a pesar de que se prepara en toda sudamerina, el de Supe es el mejor. Por: José Chau Una mesa redonda. Las agujas marcan las once de la mañana. Junto a una taza de café amargo, en un pequeño plato tendido, yace un bulto, cubierto de hojas de plátano y ajustado con pabilo. Al develarlo, se parte en dos mitades, del centro, aparece un trozo de chancho. El extremo superior derecho, se desmorona un trozo y cae una aceituna. Con la mano derecha se atrapa un pan francés, con la izquierda se empuña el tenedor, provisto de un pedazo. Se debe saborear, masticar y sentir. Es en lo que voy pensando mientras libero a mi ventana de la cortina color azul. Es un sábado cualquiera, 8:30 de la mañana, reclino mi asiento, me coloco el cinturón de seguridad, escucho un ronquido, destapan botellas y arrugan plásticos de golosinas. El bus se abre paso por el Centro de Lima, entre sus calles angostas y esquinas grises, toma un rigor al andar cuando desemboca en la Panamericana Norte, vía que me llevará a mi destino. Existen diferentes versiones y países, pero todos a base del maíz, sin embargo existe uno que marca la diferencia, por su calidad, sabor, producción y desarrollo. En Supe, pequeño distrito de la provincia de Barranca, nació el mejor tamal del Perú. No solo se vende con el pan caliente los fines de semana, sino que es exportado a Chile y Venezuela. En el bus, un aviso indica que niños a partir de cinco años pagan su pasaje y con derecho a asiento, lo que me indica que Carlitos tiene menos de esa edad, pues está descolgado del respaldar del asiento de su papá, yo detrás y él anima
TAMAL. Supe, Barranca, exporta su tamal a paises de Sudamérica.
mi viaje: hace muecas, agita sus manos, hace sonidos onomatopéyicos y hasta arroja saliva. Tiene cabello negro, polo blanco manga corta y un pantalón verde. El pobre suda sin cesar. Son las 11:30 de la mañana. A Huacho llegué y pienso que el tamal de Supe es un sello característico del norte chico del país. Con sus 22 grados centígrados de temperatura, sus playas y sus platillos con mariscos, no compiten con la delicia que puede resultar devorar esta maza de maíz relleno con chancho, y es que eso lo saben muy bien los huachanos. Lidia es una comerciante que hace más de 20 años viaja de Supe a Huacho, un tramo de 25 minutos aproximadamente, cargando su canasta cargada de tamales calientes. En un fin de semana, vende más de 250 tamales. Ella no es una gran productora, apenas le alcanzan las manos. El esposo, las hijas y hasta la cuñada ayudan en el amasado, empaque y servidera del producto. EL frontis de la panadería Maritza es el punto de venta de doña Lidia. Sentada en su pequeño banco, con su rostro sonriente y un pedacito de tamal para degustar, son sus armas que usa los sábados y domingos de los 365 días del año para vender. Desde hace unos meses, está siendo
exportado de las manos de la empresa norteña D´Karlos, que vio la fórmula más favorable para que puedan llegar al destino sin dañar al producto: tamales de Supe enlatados al vacío. Sin perder su favor, frescura, calidad y aroma. Unos minutos me bastó para darme cuenta que el tamal de Supe tiene una gran demanda, huachanos y limeños se confunden frente a la mirada de doña Lidia: “Deme tres”... “Lidia, me llevo dos”. Una de las cosas que lo hace especial a este tamal, dentro de sus similares, es su envoltorio: usa hojas de plátano, algo que le brinda un sabor diferenciado. Cae el sol en el fondo de la avenida 28 de Julio, la principal de Huacho. Los taxis tocan sus cláxones, doña Lidia recoge sus cosas y me dice que se tiene que ir a su casa, se le va a pasar el colectivo que la llevará a su querido Supe, y a mí me dejará el bus.*
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Gastrnomía
Churin también es
Gastronomía
Por: Armando López Para el turista experto Churin, ubicado a 210 km al noreste de Lima, no solo es un destino de relax debido a las termales y curativas aguas de manantial que brotan de su suelo, sino también para comer. Es que otra de las actividades que impulsa el turismo en esta zona, además de su tierna y suave carne, es la crianza y venta de truchas. Un platillo marino que si quieres probar como realmente se merece solo podrás hacerlo en mitad de la sierra, entre cerros y ríos. Está claro que en Churin no hay océanos debido a que no es una zona costera. Sin embargo, se come pescado. ¿pescado? ¿Jurel, Bonito, Caballa? ¡No! Truchas. Riquísimas y fresquitas truchas que te sirven en un plato enorme acompañado de arroz y paltas. Y uno de esos lugares donde probarlas es la pisigranja El Rancho, un restaurant campestre ubicado a 20 minutos de caminata desde el pueblo, en la comunidad de Ayarpongo, en Churin. En Lima, es cierto, venden truchas pero están más congeladas que Walt Disney esperando ser revivido por la criogénica. Por esa razón vine a este pueblito, ya que aquí hasta se mueven en tu plato. Vine bajo recomendación de un amigo, que por cierto es gordito (se ‘papea bien) para probar la sazón de
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esta pisigranja que aseguran es buena. Soy muy incrédulo por las cosas que me recomiendan, pero empecé a creer cuando vi el preciso momento en el que cazaban al pez, una especie de trucha conocida por el nombre de arco iris que se resistía a ser mi almuerzo. Luego de quince minutos de espera sin cancha serrana ni chicha de jora en la mesa para engañar a las tripas, decidí asaltar, en una rápida incursión, la cocina para reclamar el por qué de la demora. Llevata tiempo esperando. Cuando uno piensa en las cocinas de los restaurantes se las imagina sucias y llena de bichos. Sin embargo, la cocina de Luisa, la Chef de turno, cambió mis prejuicios. Fue a ella, quien se movia de un lado hacia otro moviendo dentro de ollas, soplando la braza y sirviendo platos, por qué demoraba tanto. Primero se sorprendió por el simple hecho de que yo estaba irrumpiendo en su reino, y segundo me dijo (escribo con letrasgrandes) QUE TENIA QUE ESPERAR MI TURNO. Al final regresé a la mesa con mucho más apetito y alucinando con la arco iris trucha. Hambriento y con mis tripas hacindo coro al canto delos pajarillos, me quede mirando el cielo repleto de nubes blancas No había de otra, solo esperar. Tiempo que se prolongó por cinco minutos. Ahí recostado a pata suelta sobre la silla,
siendo atacado por los mosquitos y, samaqueado por el viento helado tube que esperar largo rato más. Fueron veinte minutos de larga espera que parecieron una eternidad. Al final fue la propia Luisa quien, plato en mano, vino a mi mesa. Me miró, dibujó una sonrisa en su rostro y me habló de cosas que no recuerdo. Solo miraba a la trucha y ella a mí: nos comunicamos en un solo lenguaje, el hambre. Lo único que llege a oír fue un “la casa invita”. me Había ivitado una Chicha de jora. Cuando me incorporé para darle las gracias ya había regresado a a sus dominios, la cocina. A comer. Si la preparación del plato costó veinte minutos, lo mínimo a invertir en su degustación debía ser largo. De la clásica frase “Así como rápido viene, rápido se vá” solo pedo toamr el rápido sevá, ya que solo demoré cinco minutos en comer. Estaba tan hambriento que si criasen ballenas en esta zona me las hubiese comido fritas o a la plancha. Y como dicen que después del gusto viene el disgusto, ha sacar la billetera y a pagar con sencillo. Llamé al mesero que de seguro debió haber ser hijo de Luisa y le pedí la cuenta. Cuando escribía en su libretita, yo suplicaba a todos los dioses habidos y por haber que este capricho no me dejase en esteritas, sin embargo cuando al sostener el recibo quede boquiabierto, ya que en la boleta solo decía quince soles. Le pregunté que por qué tan barato para tan buena cominda. El muchacho, me respondió que porque no era temporada. Luego de una fugaz conversa con el moso, me hizo una acotación certera, que si venía durante los fines de semana largo además de no encontrar sitio donde sentarme, me costaría el doble o incluso el triple. Así que ya se que para el próximo 28 de julio
Gastronomia
Piura: una delicia en
cada esquina Por: Lourdes Rubio
El radiante sol piurano de mediodía que irrumpe por nuestra ventana desde tempranas horas de la mañana, nos indica que es tiempo de levantarse después de un viaje agotador, tomar un baño y salir a recorrer calles y plazas en busca de algo que satisfaga nuestro apetito. Caminar por el centro de la ciudad, visitar tiendas, pasearse por plazas y avenidas es claro relajante pero el clima es cruel y de repente se experimenta la necesidad de ingerir alguna bebida que sea capaz de aliviar nuestra sed. Frente a la plaza de armas del centro de Piura encontramos la más famosa heladería juguería de la ciudad “El Chalan”. Si de refrescar nuestra garganta se trata, este lugar es nuestra mejor opción, su especialidad son las cremoladas, que por cierto podemos encontrar en todos los sabores, desde frutas como la fresa, naranja, tamarindo y el oriundo norteño mango ciruelo, hasta chicha, algarrobina, sangría, y ponche. Una vez calmada la sed, nuestro siguiente objetivo es encontrar un restaurante que nos ofrezca comida típica del lugar que logre cubrir nuestras expectativas de visitantes capitalinos. El norte del Perú se caracteriza por el picante de sus ceviches y la sazón de sus potajes exóticos a base de condimentos dulces y salados. En el centro de la ciudad de Piura, específicamente en la cuadra 1 de la calle Libertad ubicamos la picantería “La Santitos” que no es sino uno de los más reconocidos restaurantes de comida típica del lugar. Nuestra primera hazaña se tituló “ronda criolla”, excelente presentación de un plato a base de variedad de chicharrón de pescado y ceviches entre los cuales incluía conchas negras, de pescado y tiradito, suculento deleite que confirmó que el norte es del ceviche. El plato de fondo consistió en un “piqueo del chef” recomendado por la casa: majao de yuca, que consta de yuca machacada aderezada con cebolla y ají, con trozos de chicharrón, que mezcla una
RONDA CRIOLLA. Presentación a base de diversad de ceviches.
PIQUEO DEL CHEF. Potaje con condimentos dulces y salados.
variedad de sabores jamás antes puestos juntos en un mismo plato; acompañada de seco de chavelo; a base de plátano bellaco triturado y sazonado con cebolla, ají limo y tomate de sabor apetitoso. El toque final fue un rociado de carne de cerdo deshilachada frita de un gusto exquisito jamás antes percibido por mis papilas gustativas. La bebida acompañante fue un “clarito” servido en poto, trozo de calabaza secada al sol en forma de vasija pequeña que es un preparado a base de maíz, específicamente recogido del proceso de elaboración de la chicha de jora, es decir, a los dos días de fermentación se retira el néctar obtenido
hasta el momento, se endulza y se pone a refrigerar para luego ser servido como acompañante de las comidas. Posee un sabor y una textura refrescante, apropiado para contrastar con los enérgicos sabores de la comida norteña. La última parada del día nos lleva a adentrarnos en el mercado de la ciudad, ¡Cómo ir a Piura y no comprar chifles para llevar! La especialidad de la casa y el piqueo favorito por tradición. Encontramos bolsas de todos los tamaños y en dulces y salados, crocantes, frescos y capaces de satisfacer un antojo de media tarde. Es así como termina nuestro recorrido gastronómico. Próxima parada… quien sabe.*
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