AW Spanish - June 2018

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Misionero asesinado en Papúa, Indonesia

El perdurable don de profecía

La historia de un fracaso

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Un don para toda la vida

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Fotografía de portada Louis Miguel tiene 18 años, y vive en Ciudad de Panamá (Panamá). Ha asistido a la iglesia de San Miguelito desde que era niño. A Louis le gusta alabar a Dios mediante los instrumentos musicales, y le gustaría llegar a ser un violinista profesional. Le gusta además compartir su fotografía: «Algunos escriben su vida en papel. Yo escribo la mía en fotografías».

Creemos en el poder de la oración, y aceptamos pedidos de oración que compartimos en nuestro culto semanal de cada miércoles por la mañana. Envíe sus pedidos a prayer@adventistworld.org, y ore por nosotros mientras trabajamos todos juntos en pro del progreso del reino de Dios.

Enfoque 12 Un don digno de confianza La Palabra 10 En qué creemos 26 Respuesta a preguntas bíblicas Mi Iglesia 18 Perspectiva global 23 Voces jóvenes 24 Sección especial Una fe viviente 20 Fe en acción 27 Salud y bienestar 28 ¿Puedo contarle una historia? 30 Fe en crecimiento 2

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veces, las imágenes y los sonidos de nuestra experiencia con los dones de Dios se vuelven los recuerdos de esos dones, que modelan todo nuestro futuro. Recordamos el gusto de platos especiales durante las fiestas; los cánticos que nos dan valor cuando proclamamos la resurrección de Cristo; el abrazo de un amigo que con su ejemplo nos enseñó qué es la gracia divina. Para mí, el don divino del Espíritu de Profecía para este movimiento que amo siempre estará asociado con las primeras horas de la mañana y el sonido del correr del agua. A los quince años, cuando comencé a sentir que mi corazón recibía la «extraña calidez» del Espíritu, solía pasar unos momentos cada mañana de clases junto a una pequeña cascada cerca de mi casa, leyendo las Escrituras y El camino a Cristo de Elena White, permitiendo que el sonido del agua bloqueara todos los demás ruidos de mi vida adolescente. Descubrí, como lo expresó en cierta ocasión un sabio, «la misma voz que me hablaba mediante el Espíritu de Profecía que la que había hallado en las páginas de las Escrituras». Era una voz tierna y atractiva, que me enseñó a darle mi vida a Cristo y a confiarle mi salvación. Allí, junto al arroyo primaveral, memoricé estas palabras, que me han sido útiles durante más de cuarenta y cinco años: «Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: “Tómame ¡oh Señor! como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo, y sea toda mi obra hecha en ti”».* Mientras mi fe y mi comprensión crecían, llegué a ver que la misma voz que me invitaba también podía aconsejarme. Tenía mucho que aprender como discípulo de Jesús. Llegué a valorar no solo las imágenes de «los incomparables encantos de Jesús» que brinda Elena White, sino también su testimonio claro y directo sobre la importancia de permitir que el evangelio llegue a lo profundo del corazón y mi estilo de vida. Al leer palabras que han movido mi consciencia o que me han llamado al deber, he inclinado la cabeza y agradecido a Jesús de que no dejó a su pueblo para el tiempo del fin –o a mí– sin una testigo de su poder transformador. Y he observado con gozo cómo otros completan el mismo viaje, descubriendo por sí mismos el valor de ese don. Al leer el énfasis especial que esta edición de Adventist World da al Espíritu de Profecía, lo invito a inclinar la cabeza –junto a una cascada, o en su escritorio– y agradecer al Señor junto conmigo por su don perdurable. *Elena White, El camino a Cristo, p. 70.


Instantánea

Más de la mitad de los 65 millones de refugiados en el mundo son niños. No es raro hallar un niño, o un grupo grande de ellos, vagando solos en los inmensos campamentos de refugiados de Bangladés, donde ADRA atiende a miles de refugiados con necesidades mayores. Sepa qué está haciendo ADRA para conmemorar el Sábado Mundial de los Refugiados y cómo puede participar, en ADRA.org/refugees. Fotografía: Arjay Arellano, ADRA Internacional

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Noticias breves

«Jugó un papel significativo para mí. La educación adventista me brindó una educación integral, que me ayudó a equilibrar diferentes aspectos de mi vida». Jerald Pelayo, estudiante adventista de medicina que obtuvo el primer puesto en el examen para obtener la licencia médica de las Filipinas, según la Comisión de Regulación Profesional. Pelayo es el cuarto estudiante adventista de medicina en obtener el primer puesto en los últimos doce años, y ya había obtenido el primer puesto en el examen de enfermería en 2011.

2 años, 1 mes, 6 días La cantidad de tiempo que le llevó a William Ackland de Australia escribir una paráfrasis de toda la Biblia. Ackland comenzó el proyecto a los 74 años, inspirado por un artículo que leyó en Adventist World en el que se contaba de un agricultor de Corea que copió la Biblia a mano seis veces. La paráfrasis se llama The Gift [El regalo], y suma cerca de un millón de palabras.

«Por la gracia de Dios he servido a la iglesia por muchos años y he decidido jubilarme a partir del 1 de agosto». Israel Leito, presidente de la División Interamericana (DIA) desde 1993, al anunciar su jubilación en la reciente sesión de la junta directiva de la DIA. Leito llevó la División de 1,2 a 3,7 millones de miembros, y expandió el número de Uniones de 11 a 24. Los miembros ejecutivos de la DIA votaron elegir a Elie Henry, el secretario ejecutivo del territorio, como nuevo presidente; y a Leonard Johnson, exsecretario ministerial asociado, como secretario ejecutivo.

«En último término, todo depende de la ética de periodistas individuales, y no hay mucho que podamos hacer al respecto». Alice Lichtenstein, profesora de Ciencias y Políticas Nutricionales de la Universidad Tufts, (Massachusetts, EE. UU.), al comentar sobre informes de temas de salud que a menudo resultan erróneos. Al hablar durante el VII Congreso Internacional de Nutrición Vegetariana en Loma Linda (California, EE. UU.), Lichtenstein animó a los asistentes para que lean las noticias de salud con detenimiento y una mirada crítica.

Ingeniero español de los Juegos Olímpicos encuentra a Dios y es bautizado en Corea del Sur Un español que trabaja como ingeniero para la organización de los Juegos Olímpicos encontró a Dios y la Iglesia Adventista y fue bautizado en Corea del Sur, un día antes de la finalización de los Juegos Olímpicos de Invierno en Pieonchang, en febrero de 2018. Alejandro Hernández, de 41 años y proveniente de Madrid (España), dice que una caminata en la naturaleza y un problema en un diente fueron algunos de los sucesos providenciales que lo llevaron a conocer a los adventistas en Corea, lo que lo llevó al bautismo. Fotografía: División de Asia Pacífico Norte 4

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Noticias breves

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¿Qué sucedió cuando se fueron?

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En un estudio del año 2013 llevado a cabo por el Centro de Ministerio Creativo, se les preguntó a exadventistas o a adventistas inactivos de África, Sudamérica, Europa y Norteamérica cómo reaccionó la iglesia cuando dejaron de asistir. (Algunos indicaron más de un medio de contacto). [Fuente: Secretaría de Archivos, Estadísticas e Investigaciones]

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40% Nadie me contactó. 19% Un miembro de iglesia me visitó. 17% Un anciano de iglesia me visitó. 15% Un miembro de iglesia me llamó por teléfono. 15% El pastor me contactó. 10% Un pariente adventista me contactó. 5% Otros medios de contacto.

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«La gracia que han recibido tiene que ser extendida a otros. Hay que arrojar menos piedras y dar más gracia». Bassey Udoh, presidente de la Unión Asociación de Nigeria Oriental al dirigirse a los más de 15 mil adventistas que se dieron cita para el lanzamiento de la iniciativa de evangelismo «Pentecostés 2018» en Nigeria Oriental en enero de 2018. En ese territorio se están planeando grandes campañas de evangelización y se ha publicado un libro de capacitación en evangelismo titulado Misión posible.

«Esto ha sacudido a nuestra iglesia, y toda la nación está traumada por esta masacre». Kern Tobias, presidente de la Iglesia Adventista en la Unión del Caribe, al comentar sobre los asesinatos recientes de miembros de iglesia en Trinidad. Los investigadores dijeron que los asesinatos se produjeron en La Brea, un pueblo en el sudoeste del país. Las víctimas son Michael Scott, de 69 años, un docente de nivel secundario y anciano de iglesia; Abigail Chapman, de 42 años, docente de español en el Colegio Adventista del Sur; su hija Olivia Chapman, de 15 años, y su compañera de clase Michaela Mason, de 14. AdventistWorld.org Junio 2018

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Noticia en detalle

Iglesia Adventista ayuda a los afectados por la intolerancia religiosa

Creyentes nuevos fueron expulsados de sus comunidades, sus casas destruidas.

Libna Stevens, Noticias de la División Interamericana

La Iglesia Adventista de Chiapas (México) está ayudando a las víctimas de la intolerancia religiosa, después de que cuatro familias fueron forzadas a salir de sus hogares, cuando fueron atacados por residentes de San Miguel Chiptip. Agustín Álvarez, que es bautizado, y otros tres hombres fueron expulsados de sus comunidades el 15 de marzo de 2018 después de asistir a reuniones de evangelización en otra comunidad. Sus esposas e hijos fueron forzados a permanecer en Chiptip, dijo Ignacio Navarro, presidente de la Iglesia Adventista en Chiapas. «Estas familias han estado aprendiendo de las verdades de la Biblia, y eso enojó a algunos», dijo Navarro. Después de nueve días de apelar a los residentes, los hombres pudieron reunirse otra vez con sus familias y ahora están alojándose con familiares. «Hemos estado trabajando con los líderes municipales y los funcionarios

del gobierno estatal para requerir que se cumplan las leyes de libertad religiosa –dijo Navarro–. Los hogares de estas familias fueron destruidos. Se han quedado en la calle». No es la primera vez que Álvarez y su familia son forzados a dejar la comunidad en Chiptip. Hace cuatro años, después de que él y su familia se unieron a la Iglesia Adventista, fueron condenados al ostracismo y tuvieron que mudarse a una comunidad cercana. Álvarez y su familia continuaron compartiendo el mensaje del evangelio. «La Asociación y la Unión locales están tomando los recaudos necesarios para ayudar a que estas familias vuelvan a tener vidas normales», dijo Navarro. No está claro si sus casas serán reconstruidas, o si tendrán que reubicarse, pero los líderes de la iglesia les están brindando asistencia física y espiritual. Ted N. C. Wilson, presidente de la

Fotografía: Miriam Clemente, Unión Mexicana de Chiapas 6

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Iglesia Adventista, quien estuvo hace poco en Chiapas para el lanzamiento del programa joven «Un año en misión», animó a las familias afectadas. «Ustedes son en verdad gigantes en Cristo, porque han aceptado la plenitud de la verdad y están dispuestos a morir por la verdad –dijo Wilson–. Mi corazón se regocija al verlos, y al ver la fidelidad que muestran a la Palabra de Dios». Wilson dijo que la iglesia, que tiene su sede en Silver Spring (Maryland, Estados Unidos), los han tenido presentes en oración desde que Israel Leito, presidente de la División Interamericana les hizo saber del problema. Las familias fueron llevadas al Centro de Convenciones y Poliforum en Tuxtla Gutiérrez, mientras que la iglesia celebraba el impacto joven de todo el estado el 24 de marzo. Más de cuatro mil líderes y jóvenes adventistas recibieron a las familias y las felicitaron por su fidelidad. «Queremos que estos creyentes sepan que la iglesia mundial los apoya, que tienen una gran familia de más de veinte millones de personas, y que les damos la bienvenida a la iglesia», dijo Navarro. Las familias recibieron Biblias, presentes y oraciones especiales durante el programa. La iglesia mundial y la División Interamericana ya han destinado fondos para reconstruir sus vidas, dijo Leito. Gracias al testimonio de las familias, tres familias más de la comunidad de Chiptip han decidido apoyarlos y quieren aprender más de sus creencias. Los líderes adventistas informaron que la iglesia seguirá en contacto con las familias, y continuará buscando soluciones que permitan sostener los derechos religiosos en la región.


Noticia en detalle

Misionero adventista es asesinado en Papúa, Indonesia

Vida de joven enfermero de 24 años inspira a otros al servicio.

Teresa Costello, Noticias de la División de Asia Pacífico Sur

Berni Fallery Kunu, un obrero de la salud que cumplía servicios en una zona remota del distrito de Star Mountain en Papúa (Indonesia), fue asesinado el 29 de marzo de 2018. Kunu era enfermero misionero y trabajaba con Aviación Adventista Indonesia (AAI), un servicio de la División de Asia-Pacífico Sur de la Iglesia Adventista. Se había graduado de enfermería en la Universidad Adventista Mount Klabat cerca de Manado (Indonesia), y quería dedicar su vida a servir a los no alcanzados de zonas remotas sin acceso a la atención de la salud. Fue asesinado por lo que se cree fue un grupo de personas de una zona a tres días de camino. Parece haber sido un caso de identidad equivocada. Su cuerpo fue hallado al día siguiente en una tumba a escasa profundidad cerca del río donde aparentemente se estaba bañando cuando fue atacado. Un compañero de tareas salió ileso y acompañó el cuerpo de Kunu hasta la sede de AAI, a un día de viaje. Otros médicos y docentes misioneros adventistas de la región fueron evacuados, y el trabajo en la región se ha detenido. Según los que lo conocían, Kunu sentía pasión por servir a Dios en las zonas más remotas y de mayores desafíos. Estaba haciendo planes de casarse en enero de 2019. Él y su novia, una enfermera que era maestra en otro lugar, pensaban formar un equipo de misioneros después de su boda. Kunu comprendía los peligros de trabajar en zonas remotas, pero le había confiado su vida a Dios y esperaba dedicar el futuro a su servicio. Era conocido por su risa y buen humor y, según su familia, «le encantaba su trabajo y amaba al Señor de todo corazón». La policía comenzó a investigar inmediatamente el incidente, que ha

Fotografía: Familia Kunu

recibido la atención de los niveles más altos del gobierno nacional. «Sentimos profundamente la muerte del joven Berni Fallery Kunu», dijo Nila Mieloek, Ministra de Salud de Indonesia, en una declaración escrita desde Yakarka. «Sé que el Señor recompensará a Bernie cuando regrese a esta tierra –escribió Samuel Saw, presidente de la División de Asia-Pacífico Sur, en un mensaje a la familia–. Gracias […] por criar a este precioso hijo, que era joven pero de espiritualidad madura, y que respondió al amor de Dios con su vida entera». Aunque se pensó que el incidente haría que otros jóvenes se desanimaran de servir como lo hizo Kunu, muchos jóvenes y otras personas se han adelantado después de su muerte

para decir que ellos también quieren servir a Dios como él. El padre de Kunu expresó: «Esta muerte es una gran carga para nosotros como padres, pero sabemos que Berni murió como mártir y en la gloria de Dios. También me gustaría seguir a Dios [con todo mi corazón y mi vida], así como lo hizo nuestro hijo». Debido a la inestabilidad de la región, no está claro cuándo regresarán los obreros adventistas. Cuando lo hagan, sin embargo, puede ser que entre ellos estén varios jóvenes inspirados por el ejemplo de Berni Fallery Kunu. Con información adicional de Darron Boyd y Wesley Szamko.

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Enfoque regional División Transeuropea

«Dejé escapar un largo grito después de superar lo peor de la parálisis. Mis piernas estaban inmóviles, y apenas podía mover una de las manos». El pastor finlandés Mika Forsman, que fue salvado de morir congelado, gracias a su perra y una pareja que pasaba por el lugar. Forsman se cayó y se quebró la cadera en temperaturas bajo cero fuera de su cabaña aislada junto a un lago en Nummela (Finlandia). Incapaz de moverse, estuvo tirando en el suelo congelado durante unos cuarenta minutos. Poco antes de desmayarse, su perra Senni percibió que un matrimonio pasaba caminando y ladró hasta que logró captar su atención.

4500 El número total de personas, incluidos los no miembros, que asistieron a una obra compartida en ocho ciudades de Letonia, sobre la vida de Daniel, el personaje bíblico. La obra fue producida por la Asociación de Letonia. Además de 24 actores jóvenes aficionados también colaboraron otras 35 personas como músicos, técnicos, modistos, cineastas y fotógrafos, secundados por ayudantes. Así dieron vida a «Los secretos de Daniel».

120 Número de asistentes a la conferencia europea de la Red Global Adventista de Internet en Valencia (España). El evento fue patrocinado por la las Divisiones Transeuropea e Intereuropea, y brindó capacitación, diálogo y colaboración centrada en proyectos de medios y de comunicación. (^-)

87.725 Número de miembros de la División Transeuropea al 31 de diciembre de 2017

«[Es una oportunidad] de dar a conocer a Dios en momentos en que la gente está tomando decisiones significativas sobre sus vidas y situación financiera». —Wojciech Orzechowski, empresario polaco y Marek Micyk, director del Departamento de Jóvenes de la Unión Polaca, al comentar sobre los exitosos seminarios sobre bienes inmuebles que da Orzechowski, y que incorporan una dimensión espiritual. En el evento, se ofrece a los asistentes talleres web de base espiritual. Micyk usa un segmento de veinte minutos para inspirar a los presentes, contando cómo pasó de integrar pandillas a andar en los caminos de Dios. Un evento reciente de capacitación reunió a mil participantes.

«Abrazar la libertad religiosa es defender e integrar la dignidad de los seres humanos en nuestras leyes, cultura y estilo de vida. Es adoptar una actitud personal de tolerancia, siendo la tolerancia una expresión de solidaridad con cada integrante de la familia humana». —Rafaat Kamal, presidente de la División Transeuropea, al hablar sobre las lecciones obtenidas de la Reforma, en el evento de Celebración del Parlamento Europeo en Bruselas (Bélgica).

Fotografía: Tor Tjeransen 8

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Perspectiva

Marcos Paseggi, Adventist World

Fotografía: Denys Nevozhai

Cuestión de vida o muerte Lo que los vehículos autónomos me enseñaron de Jesús.

Es una pesadilla recurrente. Nos volvemos frágiles, ancianos o enfermos. Perdemos la autonomía. Otros comienzan a tomar decisiones por nosotros. Nos transformamos en lo que otro quiere que seamos. Nos sentimos menos que humanos, y no podemos hacer nada al respecto. Las personas temen el día en que tengan que dejar de tomar decisiones. Perder el control es fuente de inquieto desasosiego. Es la razón por la que muchos temen más viajar en avión que conducir un automóvil. Por más que las estadísticas digan lo contrario, sentimos que detrás del volante podemos controlar los imprevistos, pero en el asiento del avión, nos sentimos indefensos. ¿UN BOTÓN ÉTICO?

A medida que los vehículos autónomos se tornan más verosímiles, los expertos están analizando las cuestiones éticas que presentarían, en especial después de que algunos medios revelaron que esos vehículos podrían obligarnos a elegir quién sobreviviría a un eventual choque. En el presente, ante un peligro, los conduc-

tores actúan por instinto. En los vehículos autónomos, ese control sería transferido a una computadora con una configuración predeterminada. Un «botón ético» le permitiría a usted «configurar el vehículo para sacrificarse con el objetivo que otros sobrevivan, o […] para sacrificar a otros con tal de salvarse», escribió Abigail Beall en New Scientist.* En términos ideales, se podría cambiar la configuración desde «totalmente altruista» (colocando primero la vida de los demás) hasta «totalmente egoísta» (su vida antes que cualquier otra), con una configuración media que sería «imparcial». Como lo explicaron Beall y otros, sin embargo, no es un plan infalible. ¿Qué pasaría, por ejemplo, si todos escogieran el modo máximo de protección? O: «Si todos escogieran la opción imparcial, el botón ético no sería de ninguna ayuda», escribió Beall. ¿Quién será en último término responsable de la vida o la muerte de otra persona? EN BUSCA DE AUTONOMÍA

En un sentido más trascendente, la Biblia revela que la autonomía humana se perdió hace mucho tiempo. La historia de la humanidad después del Edén relata lo que sucedió cuando agentes morales libres renunciaron a su derecho de elegir libremente y se colocaron en las manos de un enemigo decidido a destruirlos. Se perdió toda autonomía. Otra persona

comenzó a decidir por ellos. Y las perspectivas de supervivencia se volvieron inexistentes. Pero entonces, «el pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; a los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos» (Isa. 9:2). Porque «cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo […] para redimir a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos» (Gál. 4:4, 5). Para salvarnos de nuestra configuración «totalmente egoísta» que nos llevaba a la destrucción, Dios envió a su hijo en modo «totalmente altruista». Su configuración jamás es imparcial, porque quiere lo mejor para nosotros, aun cuando pagó con su vida. Según una oración judía, «en [Año Nuevo] se inscribe y en [el Día de la Expiación] se sella […] quién ha de vivir y quién ha de morir». La posición de la Biblia es diametralmente opuesta. Nos dice que Jesús descendió. Que nació. Que vivió una vida perfecta. Que murió. Que resucitó. Que está intercediendo por nosotros. Que pronto regresará. Jesús nos hizo libres. Libres de escoger. Libres de ser plenamente autónomos. Ni siquiera él puede escoger por nosotros. La vida y la muerte están ahora en nuestras manos. «[Escojamos], pues, la vida» (Deut. 30:19). *Abigail Beall, «Driverless Cars Could Let You Choose Who Survives in a Crash», New Scientist, 13 de octubre de 2017.

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Feature

En esto creemos

El don de profecía

El perdurable don de profecía D

espués de la caída de Adán y Eva en el Edén, el don de profecía se convirtió en un medio importante de comunicación entre Dios y los seres humanos. A lo largo del Antiguo Testamento, hallamos una larga línea de fieles mensajeros del Señor que guiaron, aconsejaron y con frecuencia amonestaron y reprendieron a los israelitas y sus reyes (1 Sam. 13:13, 14; 1 Rey. 18:21; Jer. 7). El don profético no terminó con Malaquías, el último profeta del Antiguo Testamento. Aunque hubo una larga pausa de unos cuatrocientos años entre Malaquías y el nacimiento de Jesús, este don se hizo evidente una vez más en el período del Nuevo Testamento. Los autores del Nuevo Testamento, además de otros individuos mencionados en él, tenían el don profético (Luc. 1:67; Mat. 11:13, 14; Hech. 13:1; 15:32; 21:8-10). Pablo escribió a los efesios diciéndoles que el don de profecía permanecería en la iglesia «hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios» (Efe. 4:13). En el libro de Apocalipsis, por lo tanto, se dice que la iglesia remanente del tiempo del fin tiene «el testimonio de Jesucristo» (12:17) que, explica Juan, es el «espíritu de profecía» (Apoc. 19:10) o el don profético (Apoc. 22:9). De allí que no debería sorprendernos descubrir que, en tiempos modernos,


Dios ha llamado y puede seguir llamando a individuos para que sean sus profetas. Los adventistas del séptimo día creemos que Elena White ejerció el auténtico don de profecía. INSPIRACIÓN

En 2 Timoteo 3:16 el apóstol Pablo escribió: «Toda la Escritura es inspirada por Dios». Los escritores bíblicos a menudo afirmaron que estaban registrando las palabras mismas de Dios, efectuando declaraciones tales como: «Habló Dios a Moisés y le dijo» (Éxo. 6:2); «El espíritu de Jehová habla por mí, su palabra está en mi lengua» (2 Sam. 23:2); «Vino a mí Palabra de Jehová, diciendo» (Jer. 2:1); etc. La palabra «inspiración» describe principalmente la manera o el método que usó Dios para comunicar su verdad a los profetas. En ocasiones, Dios usó visiones y sueños (Núm. 12:6); en otras ocasiones habló cara a cara (vers. 7, 8), o simplemente guio a los escritores mediante el Espíritu Santo para que sus escritos estuvieran en armonía con la voluntad divina. Por ello, el apóstol Pablo declaró: «Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo» (2 Ped. 1:21). En Hechos 2:2 se usa la palabra «soplaba» (del griego phero) para referirse al «viento recio» que descendió sobre los creyentes en Pentecostés. Hechos 27:15 se refiere a una embarcación que era llevada (phero) por el viento, lo que hacía que los marineros no pudieran manejar o controlar el barco. En 2 Pedro 1:21, por lo tanto, el uso de la palabra phero implica que los escritores bíblicos fueron movidos por el Espíritu como un barco es movido por el viento. Estaban bajo su control. PROBAR A LOS PROFETAS

Dado que, a lo largo de la historia, han aparecido muchos falsos profetas, Dios dio algunos criterios mediante los cuales se puede reconocer a los verdaderos profetas. Los más importantes son: 1. Concordancia con la Biblia: Lo que dice un verdadero profeta tiene que estar en armonía con revelaciones previas de la voluntad divina (Isa. 8:20). Esto se aplica por cierto a Elena White; todos sus mensajes se encuentran en armonía con las Escrituras. Ella citaba y se refería constantemente al texto bíblico y recomendaba las Escrituras a otras personas. 2. Profecías cumplidas: Lo que los profetas dicen tiene que cumplirse (Deut. 18:21, 22). Las excepciones son las profecías condicionales (Jer. 18:7-10), tales como las que encontramos en Deuteronomio 28:1, 15 y en la historia de Jonás. Aunque el trabajo de Elena White no consistió primordialmente en predecir el futuro, ella efectuó un número de predicciones que se han cumplido de manera asombrosa. Por ejemplo, el 24 de marzo de 1849, escribió sobre golpes misteriosos que habían comenzado en 1848 en el hogar de las hermanas Fox en Hydesville (Nueva York, EE. UU.): Imagen: Tachina Lee

La vida de los verdaderos profetas tiene que mostrar evidencias de su llamado.

«Vi que los golpes misteriosos de Nueva York y otros lugares provenían del poder satánico, y que tales cosas se volverían cada vez más comunes y se revestirían de un manto religioso, con el fin de inducir a los engañados a sentirse seguros».1 Un año después escribió: «Se me mostró que por los golpes y el mesmerismo, estos magos modernos explicarían aun todos los milagros hechos por nuestro Señor Jesucristo».2 Cien años después, en 1948, el Centennial Book of Modern Spiritualism in America [Volumen centenario del espiritismo en los Estados Unidos] afirmó: «El espiritismo, con sus señales, maravillas, visión y dones de sanación, fue la religión de los apóstoles; de los padres apostólicos y de los cristianos primitivos». Asimismo, expresó que «un médium predijo la muerte de Jesús, cuya breve vida sobre la tierra estuvo llena de los así llamados milagros que, en realidad, son fenómenos espiritistas».3 3. La prueba de los frutos: La vida de los verdaderos profetas tiene que mostrar evidencias de su llamado. En Mateo 7:16 Jesús dijo: «Por sus frutos los conoceréis». Esta prueba lleva tiempo. Elena White vivió y trabajó por setenta años bajo la mirada crítica de millones de personas mayormente escépticas, indecisas, recelosas y en algunos casos abiertamente hostiles. Viajó extensamente y vivió varios años en Europa y Australia, pero el fruto de su vida y labor da testimonio de su sinceridad, celo y piedad cristianas. Fue fundamental para el establecimiento de hospitales, escuelas y casas editoras. F. M. Wilcox, editor de la Review and Herald y asociado de Elena White, escribió en 1933: «Su vida y experiencia cristianas estuvieron de acuerdo con los principios puros, simples y dignos del evangelio de Cristo. Al igual que todo verdadero profeta, en su propia vida fue ejemplo de los principios de verdad que enseñó a otros».4 La conducción divina de la Iglesia Adventista mediante el don de profecía ha sido una bendición para muchos individuos y para la iglesia y sus instituciones. Elena White, Primeros escritos (Mountain View, Cal.: 1962), p. 86. Ibíd., p. 59. Centennial Book of Modern Spiritualism in America (Chicago: The National Spiritualist Association of United States of America, 1948), pp. 115, 68. 4 F. M. Wilcox, The Testimony of Jesus (Washington, D.C.: Review and Herald Publ. Assoc., 1944), p. 35. 1 2 3

Gerhard Pfandl, oriundo de Austria, fue pastor, docente, secretario de campo y director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas. Actualmente disfruta de una jubilación activa en Maryland, Estados Unidos, donde colabora con su congregación local.

Puede leer más sobre En qué creemos en https://www.adventist.org/en/beliefs/ AdventistWorld.org Junio 2018

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Elena White se dirige al Congreso de la Asociación General el 12 de abril de 1901, en el Tabernáculo de Battle Creek, Míchigan, Estados Unidos.

¿LO SABÍA? El tema del cual prefería hablar era la temperancia.

¿LO SABÍA? Su himno favorito era Cariñoso Salvador.

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Enfoque

Un don digno de confianza

¿Quién fue Elena White? Conozcamos más de la mensajera del Señor

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lena White fue una mujer de extraordinarios dones espirituales que vivió la mayor parte de su vida durante el siglo XIX (1827-1915). Aun así, por medio de sus escritos, sigue impactando de manera marcada a millones de personas. Durante su vida escribió más de cinco mil artículos y cuarenta libros. En el presente, si se incluyen las compilaciones de sus cincuenta mil páginas manuscritas, existen en inglés más de cien títulos de su autoría. Elena White es una de las escritoras mujeres más traducidas en la historia de las publicaciones de no ficción, y una de las escritoras estadounidenses más traducidas. Su obra maestra transformadora sobre la vida cristiana, El camino a Cristo, ha sido publicada en más de 165 idiomas. Sus escritos cubren una amplia gama de asuntos que incluye temas de religión, educación, relaciones sociales, evangelismo, profecía, publicaciones, salud y nutrición. Los adventistas creemos que Elena White fue más que una talentosa escritora; creemos que fue designada por Dios como su mensajera especial para atraer la atención del mundo a la Biblia y ayudar a preparar a las personas para la segunda venida de Cristo. Desde que tenía diecisiete años y hasta su muerte setenta años después, Dios le dio cientos de visiones y sueños proféticos. Esas visiones eran de duración variada: desde menos de un minuto a casi cuatro horas. Ella escribió los consejos y la información que recibió para compartirlos con los demás. Por esa razón los adventistas aceptamos sus escritos como inspirados, y aun los lectores casuales reconocen su calidad excepcional. Los adventistas no creemos, sin embargo, que sus escritos sean un sustituto para la Biblia, que es la referencia a partir de la cual se juzga todo lo demás, y el Espíritu Santo es dado para iluminar sus enseñanzas. Al leer las siguientes páginas, aprenderá más sobre la vida y la obra de esta mujer excepcional que, después de cumplir todas las pruebas de un verdadero profeta según la Biblia, ayudó a fundar la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Arthur L. White (1907-1991), nieto de Elena White, fue director del Patrimonio White durante más de cuarenta años. Fotografías por cortesía del Patrimonio White

¿LO SABÍA? Tenía una hermana melliza.


Focus

Elena White para todas las generaciones

Una cosmovisión cristiana integral

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e sido bendecida con las revelaciones más increíbles gracias al don profético de Elena White. Sus escritos inspirados irradiaron una luz nítida en mi camino desde muy temprana edad, lo que me permitió tomar decisiones correctas y oportunas. Ella me ayudó a construir las bases de mi cosmovisión cristiana. Con ella aprendí que el servicio abnegado es la clave de la verdadera felicidad. Me dejó en claro que Satanás es real y poderoso, pero que puedo vencerlo diariamente por medio de Cristo; que Dios tiene grandes expectativas para mí; y que la edificación del carácter tiene que ser la máxima prioridad. También adopté su código de vestimenta: ropa simple y de buena calidad. Sus consejos me animaron a cambiar mis hábitos alimentarios a los dieciséis años. Desde entonces, no he tenido más dolores de cabeza. Es sorprendente cómo las investigaciones actuales confirman lo que ella declaró hace más de un siglo. Quedé impactada cuando leí que en el juicio, Dios me preguntará:

«¿Dónde están los hijos que te di para que los prepararas para mí?», por lo que elegí una profesión que me permitiera quedarme en casa con ellos. Ahora disfruto de ese privilegio. Sus escritos me animaron a orar por el compañero adecuado, con el «sincero propósito de agradar y honrar a Dios». Le pedí a Dios un joven puro, misionero, que amara a Dios, y a quien yo pudiera admirar. Hice de Cristo mi consejero, y él me concedió mi deseo porque es el Creador del matrimonio, un vínculo que afecta la vida aquí en la tierra y en el mundo venidero.

Claudia Blath es traductora profesional y vive con su esposo Marcos y sus dos hijos, Gabriel y Julieta, en Buenos Aires, Argentina.

Un sólido fundamento

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recí en una región remota del sur de México. Nuestra ventana al mundo era una pequeña iglesia rural, donde se reunían menos de cincuenta personas. Cuando un pastor adventista nos visitaba y predicaba (lo que sucedía rara vez), su presencia nos causaba gran gozo. En una de esas ocasiones escuché por primera vez un sermón sobre Elena White. Fue la primera vez que tuve en mis manos un ejemplar de El camino a Cristo. Mediante un cuidadoso estudio de ese libro, nació en mí el deseo de saber más de su autora. Entonces leí varias obras de ella. Suplementar mi estudio de la Biblia con ¿LO esos libros me preparó para lo que terminarían siendo casi cuarenta años de servicio a la iglesia. SABÍA? Cuando era secretario de Unión, una de mis responsaTuvo cuatro bilidades era promover las publicaciones de Elena White varones, entre los creyentes. Presentaba seminarios y respondía las pero dos preguntas de los miembros sobre su vida y obra. Eso fue para de ellos mí motivo de gran satisfacción y crecimiento personal. Con el murieron tiempo, como director del Centro de Investigación White de la antes de División Interamericana, asumí mayores responsabilidades, llegar a la pero mi nueva función me gustó aún más. Ahora que tengo más de ochenta años, he observado cómo adultez. los individuos que leen la Biblia y creen en el ministerio de 14

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Elena White viven los principios que enseña la Biblia y comparten su fe y esperanza en el regreso de Cristo. Asimismo, son fieles mayordomos de sus cuerpos, sus talentos, su tiempo y sus recursos. Son buenos vecinos que bendicen a todos los que los rodean.

Francisco Flores está jubilado, y vive en Montemorelos, Nuevo León, México.


Consejos transformadores

A Veo a Jesús con mayor claridad

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ecuerdo con claridad que cuando me bauticé recibí dos cosas: una Biblia y un ejemplar de El conflicto de los siglos. Supuse que era un libro importante, porque mi pastor me lo había dado. Comencé a leerlo cada noche, y no pude evitar las lágrimas cuando vi la fe de los grandes reformadores. Recuerdo que oré a Dios, pidiéndole que me hiciera al menos la mitad de cristiano que esos hombres. Ese fue el primer libro de Elena White que leí. Desde entonces, he leído toda la serie «El Conflicto de los Siglos». Eso ha fortalecido mi caminar con Cristo, y ha contribuido para que la Biblia cobre vida de maneras que ni puedo explicar. Patriarcas y profetas me ayudó a ver que las historias del Antiguo Testamento son relevantes, no solo para el pasado sino también en el presente. Veo más claramente a Jesús como resultado de los escritos de Elena White, y mi amor por las Escrituras se ha incrementado. No estaba acostumbrado a tener una vida devocional, de manera que fue casi como si el Espíritu de Profecía sostuviera mi mano de bebé cristiano y comenzara a enseñarme la Biblia. No titubeo al decir que no estaría donde estoy en mi vida espiritual de no ser por los escritos atesorados de los profetas de Dios, lo que incluye a Elena White.

lo largo de mi vida, los escritos de Elena White han enriquecido mi experiencia espiritual de manera señalada. También han afirmado mi fe al estudiar la Biblia, porque vi de qué manera la luz menor –sus mensajes de Dios– iluminan la Palabra de Dios. Cuando aún era bastante nueva en la iglesia leí, entre otros, el libro Consejos sobre el régimen alimenticio, como requisito para el curso de Guía Mayor.1 Hice muchos cambios en mi estilo de vida y pronto noté mejoras en la salud. El libro La educación cambió mi forma de pensar sobre la crianza de los hijos. Cuando decidí quedarme en casa con mis hijas pequeñas, ese libro me explicó la ¿LO SABÍA? importancia de instruirlas en el camino por el cual Fabricó debían andar.2 Les enseñé de Jesús, y desde pequeñas sombreros aprendieron a amarlo. para la También aprendí la importancia de la educación adventista y las niñas asistieron a escuelas adventisempresa de tas desde el preescolar hasta la universidad y hasta su padre. participaron de la obra misionera en otro país. Pasados los años, después de leer El colportor evangélico, participé de la distribución de impresos. Los colportores a menudo pueden alcanzar a personas en lugares donde los ministros no pueden llegar. Quedé impresionada al saber que Elena White le transmitió a su esposo Jaime las instrucciones de Dios, diciéndole: «Tienes que empezar a imprimir un pequeño periódico», y el Señor proveerá los medios.3 ¡Qué maravillosa fe tenían! Fue una gran lección para mí –que el Señor siempre provee– y él ciertamente ha bendecido nuestra familia. He crecido espiritualmente como adventista, en parte gracias a los escritos de Elena White. Su obediencia al llamado de Dios me ha animado a seguir también en sus pasos. 1

Marco Topete es coordinador asistente de Ministerios de Publicaciones de la Asociación Sur de California de la Iglesia Adventista. Vive con su esposa Lisa en Tujunga, California, Estados Unidos.

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youth.adventist.org/Resources/Leadership-Training/Master-Guide Véase Prov. 22:6. Elena White, El colportor evangélico, p. 1.

Jamiela Oliphant trabaja desde la sede de su asociación de «Meals on Wheels» en Sudáfrica. Está casada con Reuben, que es pastor, y juntos tienen dos hijas adultas, un yerno, y un nieto.

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Enfoque

La luz menor que apunta a la luz mayor Elena White y la Biblia

¿LO SABÍA? Disfrutaba de andar en carro a la luz del sol.

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na pequeña jovencita de diecisiete años con graves problemas de salud tomó una pesada Biblia familiar, la levantó por encima del nivel de su cabeza, y comenzó a citar pasajes de sus páginas, mientras estaba en visión. Uno de los propósitos de esa experiencia fue enfocar la atención de las personas sobre el valor y la importancia de las Escrituras. Sucedió en el mismo comienzo de los setenta años de ministerio de Elena White, durante los cuales elevó y recomendó la Biblia como la Palabra de Dios. REVELACIÓN E INSPIRACIÓN

La Palabra es denominada santa porque el Espíritu Santo iluminó e inspiró a los autores humanos al momento de escribir. Les reveló la verdad eterna de Dios, que los profetas tenían que presentar a las personas como comunicación divina, usando sus propias palabras. Pedro lo expresa con claridad: «Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo» (2 Ped. 1:21). Algunos escritores bíblicos llevaron a cabo cuidadosas investigaciones antes de tratar de comunicar el mensaje de Dios. Uno de ellos fue el doctor Lucas, que escribió el tercero de los evangelios (Luc. 1:1-3). El mismo Espíritu que inspiró a los escritores bíblicos también iluminó e inspiró a Elena White, revelándole mensajes mediante muchos sueños y visiones proféticos. De conformidad con los ejemplos bíblicos, usó sus propias palabras, y en ocasiones hizo sus propias investigaciones, para presentar los mensajes divinos con fidelidad, primero en forma oral y después escribiéndolos para su generación y el futuro. Así es que el mismo agente divino estuvo obrando en ambas instancias, con un solo y único propósito: hacer que las personas vuelvan a Dios y a sus actos salvíficos. Es importante notar que las obras escritas de Elena White no añaden nada nuevo al canon bíblico (los 66 libros de las Escrituras). El canon está completo. Muchos profetas del Antiguo y Nuevo Testamentos contribuyeron a escribir la Biblia, como por ejemplo Isaías, Daniel, Amós y Juan, entre otros. Ellos son llamados los profetas canónicos. Al mismo tiempo, profetas como Natán, Elías, Ana y muchos otros cuyas palabras proféticas no fueron incluidas en el canon como libros separados, son llamados profetas no-canónicos. Sin embargo, todos ellos fueron usados por Dios con un propósito especial en un momento y lugar específicos. Dios llamó a Elena White para que preparara al pueblo del tiempo del fin para los cercanos eventos finales de la historia, y para que los usara para el progreso de su reino. SEÑALAN A LA LUZ MAYOR

A lo largo de su vida, Elena White escribió más de cinco mil artículos de revistas y unos cuarenta libros. Aun así, ella consideraba que sus libros eran una «luz menor» que lleva «a los hombres y mujeres hacia una luz mayor»,1 que es la Biblia. Así es que la riqueza de sus escritos, que se ocupan de diversos temas espirituales y de estilo de vida, no debían sustituir a la Biblia o minimizarla, «sino exaltarla, y atraer los ánimos a ella».2 En muchos de sus escritos, usó en repetidas ocasiones la misma frase, a saber, que «la Biblia y solo la Biblia» debería ser nuestra regla de fe, nuestra consejera, nuestro credo, el vínculo de unión, etc. Ella misma obtuvo de la Biblia el conocimiento del Creador y Dios omnipotente, que se entregó por

Imagen: Ben White

Dios llamó a Elena White para que preparara al pueblo del tiempo del fin para los cercanos eventos finales de la historia. amor a la raza humana y quien volverá para completar el plan ¿LO de salvación. SABÍA? Elena White compartió Sus últimas generosamente con otros estas palabras buenas nuevas cristocéntricas fueron: «Yo por medio de sus obras escritas, sermones, presentaciones y vida sé en quién en general. Sus escritos, que he creído». elevaron a Cristo, tienen que ser vistos a través del prisma del amor eterno de Dios y el tema del gran conflicto entre Cristo y Satanás, en el que Cristo sale vencedor. Aunque esas contribuciones invalorables a la iglesia no remplazan a la Biblia ni deberían ser aplicadas como la regla de fe del creyente, no deberían ser dejadas de lado como secundarias si los cristianos quieren crecer y desarrollarse espiritualmente. Mediante su vida y ministerio incansable, Elena White no solo ensalzó a la Biblia sino que llamó a que otros hicieran lo mismo. Además de sus voluminosas publicaciones, ella elevó a Cristo en todos sus sermones y presentaciones ante audiencias grandes y pequeñas de Norteamérica, Europa y Australia. Durante su última presentación ante los delegados de la Asociación General en 1909, ella tomó la Biblia, la levantó, y realizó un poderoso llamado, diciendo: «Hermanos y hermanas, os encomiendo a este libro».3 ¿Cómo respondemos a su llamado en la vida diaria? Elena White, en Review and Herald, 20 de junio de 1903. Elena White, Testimonios para la iglesia (Doral, Fl.: Asociación Publicadora Interamericana, 1998), t. 5, p. 624. 3 Informado por W. A. Spicer, entonces secretario de la Asociación General, en The Spirit of Prophecy in the Advent Movement (Washington, D.C.: Review and Herald Pub. Assn., 1937), p. 30. 1 2

Anna Galeniece, D.Min., es profesora asociada de Teología Aplicada y directora del Patrimonio White en la Universidad Adventista del África, en Nairobi, Kenia.

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Perspectiva mundial

Un don fundamental Más necesario que nunca

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illiam era ingeniero, agricultor y comerciante. Había nacido en Irlanda, pero emigró a los Estados Unidos alrededor de 1870. Él y su esposa Isabella vivieron en Filadelfia, donde trabajó como ingeniero construyendo locomotoras. Después de unos años se trasladaron al oeste, a los bosques de secuoyas del norte de California, para dedicarse a la explotación forestal. Finalmente se establecieron cerca de Healdsburg, donde William cultivó árboles frutales, se dedicó a la ganadería y abrió una tienda de ramos generales. El matrimonio tuvo cuatro hijos: William Jr., Ray, Nathaniel y Walter. En algún momento, Isabella se hizo adventista del séptimo día, pero su esposo, un hombre bueno y moral, no estaba interesado en la religión. En 1905, cerca de Healdsburg, se levantaron tiendas para un encuentro de la Iglesia Adventista. Isabella y sus hijos asistieron, y ella invitó a su esposo para que la acompañara el sábado por la mañana. Para su deleite, él aceptó. Cuando William ocupó su lugar, la oradora comenzó a presentar la maravillosa verdad de Cristo, compartiendo la necesidad de que todos los pecadores tengan un Salvador y le permitan que transforme sus vidas. La oradora hizo un fervoroso llamado y, para sorpresa y gozo de Isabella, William se puso de pie y pasó al frente, entregando su corazón al Señor. Estudió entonces el precioso mensaje adventista durante un año. Cerró su tienda los sábados y le confió el futuro a Dios. Fue bautizado y más tarde llegó a ser el primer anciano de la iglesia adventista de Healdsburg. Cristo transformó su vida. William e Isabella Wilson fueron mis bisabuelos, y la oradora que predicó con tanto fervor era Elena White. Después del fallecimiento de Jaime White, Elena se trasladó a Healdsburg y vivió cerca del Colegio de Healdsburg, el precursor del actual Colegio Unión del Pacífico. Mi abuelo Nathaniel recordaba que Elena White visitaba su hogar cuando era niño, y con dedicación les contaba historias a él y sus hermanos mientras ellos permanecían sentados a sus pies. La familia Wilson le debe mucho del conocimiento de este precioso mensaje adventista a la actividad directa, práctica y evangélica de Elena White. Para mi familia, los escritos de ella tienen un valor personal aún más grande debido a esta historia. En el presente, creo de todo corazón en el ministerio profético de Elena White por muchas razones, pero en especial porque ensalza a Cristo. «Nuestra fe aumenta al mirar a Jesús, que es el centro de todo lo atractivo y hermoso. Cuanto más contemplamos lo celestial, tanto menos vemos cosas deseables o atractivas en lo terreno. Cuanto más continuamente fijamos el ojo de la fe en Cristo en quien están centradas nuestras esperanzas de vida eterna, tanto más crece nuestra fe».1 Imagen: Ryoji Iwata


EL ESPÍRITU DE PROFECÍA

Algunos podrían preguntarse por qué se le llama «Espíritu de Profecía» a los escritos de Elena White. Según Apocalipsis 19:10, el «testimonio de Jesús es el espíritu de profecía». El «testimonio de Jesús» son sus mensajes proféticos dados a su pueblo por medio de los profetas a lo largo del tiempo. En Efesios 4:11-13, vemos que el don de profecía permanecería en la iglesia hasta el fin del tiempo.2 El hecho de que el testimonio de Jesús o «Espíritu de Profecía» es mencionado en conexión con la iglesia remanente de Dios para el tiempo del fin (véase Apoc. 12:17) indica que Jesús hablaría de manera especial a su pueblo en estos últimos días. Es el mismo Espíritu que inspiró a los profetas anteriores de Dios con mensajes para su pueblo. ENSEÑANZAS DEL CIELO

En la Iglesia Adventista, aceptamos a Elena White como sierva y profeta moderna del Señor. Esta iglesia no estaría donde está sin la orientación especial dada por Dios a través de Elena White. A pesar de ello, no describimos al Espíritu de Profecía como parte de la Biblia o igual a ella. Como lo indicó Elena White, el Espíritu de Profecía nos tiene que llevar a la Biblia. Ha sido inspirada, sin embargo, por la misma inspiración divina que la Biblia, dado que es el testimonio de Jesús. «Mediante su Espíritu Santo, la voz de Dios nos ha venido continuamente en forma de amonestación e instrucción, para confirmar la fe de los creyentes en el espíritu de profecía –escribió Elena White–. La instrucción que fue dada en los primeros días del mensaje ha de ser retenida como instrucción segura de seguir en estos días finales».3 El Espíritu de Profecía fue dado para alimentar y ayudar al movimiento de Dios para los últimos días, dándole enseñanzas del cielo. Este consejo ha sido fundamental para establecer las instituciones de publicaciones, salud, educación, ayuda humanitaria y medios. Orienta la obra pastoral, de evangelización, misionera y administrativa de la iglesia. El Espíritu de Profecía ofrece instrucciones para todos los aspectos de la vida, incluida la teología, el estilo de vida, la salud personal, la familia, el hogar, los jóvenes, las relaciones interpersonales y la mayordomía personal, entre otros. Como resultado de la orientación del Espíritu de Profecía, la Iglesia Adventista no es tan solo otra denominación, sino un movimiento nacido del cielo con un destino especial, una misión y mensaje que proclamar, según se encuentra en Apocalipsis 14:6-12. El Espíritu de Profecía es uno de los más grandes dones dados a la Iglesia Adventista por Cristo mismo. Es por ello que el diablo está tan decidido a destruir la influencia de la Biblia y el Espíritu de Profecía. «Se encenderá un odio satánico contra los testimonios – escribió Elena White–. La obra de Satanás será perturbar la fe de las iglesias en ellos por esta razón: Satanás no puede disponer de una senda tan clara para introducir sus engaños y atar

a las almas con sus errores si se obedecen las amonestaciones y reproches del Espíritu de Dios».4 UNA DE LAS MAYORES AMENAZAS

Una de las más grandes amenazas contra el Espíritu de Profecía no es necesariamente la animosidad sino la amenaza de la indiferencia.

Una de las más grandes amenazas contra el Espíritu de Profecía, sin embargo, no es necesariamente la animosidad sino la amenaza de la indiferencia. Muchos miembros no conocen sus escritos, no los leen o simplemente los ignoran. El diablo sabe que, si puede hacer que el pueblo de Dios se mire a sí mismo y sus opiniones en lugar de mirar a Cristo, él logrará producir disensión, desunión y tensión. Esta es una de las más grandes herramientas contra la misión de la Iglesia Adventista. Hemos sido llamados a compartir la Palabra de Dios con todo su poder mediante la conducción del Espíritu Santo. En este llamado celestial, seremos confrontados con personas que estarán en desacuerdo con nuestro mensaje y misión. Puede ser que nos sintamos desanimados por la apatía de otros dentro de la iglesia. No importa lo que enfrentemos, sin embargo, no deberíamos trabajar en forma independiente, separados de la iglesia. Permanezcamos unidos con nuestra iglesia local y la familia de la iglesia mundial, más allá de sus imperfecciones. Mantengamos al Señor y su misión siempre delante de nosotros. Ensalcemos a Cristo y su Santa Palabra. Creamos en el Espíritu de Profecía. Al hacerlo bajo la conducción del Espíritu Santo, experimentaremos el reavivamiento y la reforma. Dios hará su obra para preparar plenamente a su pueblo para los eventos extraordinarios que están por producirse. El Espíritu de Profecía es tan relevante hoy como cuando fue escrito. Es exacto, elevador, educativo y poderoso porque señala a Cristo y a la Santa Biblia. Es en verdad el testimonio de Jesús. Elena White, En los lugares celestiales (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1968), p. 129. Véase Gerhard Pfandl, «The Gift of Prophecy: Another Facet of God’s Care for His Church», http://bit.ly/giftofprophecy. Elena White, Mensajes selectos (Mountain View, Cal.: Pacific Press Pub. Assn., 1966), t. 1, p. 41. 4 Ibíd., p. 48. 1 2 3

Ted N. C. Wilson es presidente de la Iglesia Adventista. Puede consultar artículos y comentarios adicionales de la presidencia en Twitter: @PastorTedWilson, y en Facebook: @ Pastor Ted Wilson.

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Fe en acciรณn

La historia de un fracaso Dime la historia de Cristo KELSEY BELCOURT

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elsey, ¿te gustaría hablar de tu proyecto misionero?» Tragué saliva, esperando que las emociones latentes no me delataran. Los bebés muertos . . . los niños abandonados y famélicos . . . el agujero negro de necesidades respecto del cual, parecía, nada podía hacer . . . la dinámica misionera complicada e inquietante . . . Pienso en la optimista enferma de tuberculosis que está en el hospital a largo plazo y sin ningún familiar. Me resulta una inspiración. Sí, podría hablar de ella. «Está bien», digo tentativamente, y me pongo a armar un PowerPoint lleno de imágenes. Pero el resto . . . bueno . . . Trato de reprimir las emociones. Del resto me encargaré más tarde. Me encontraba de paso en mi país por unas pocas semanas antes de regresar al África. Por cierto, podía sonreír y compartir la historia inspiradora que la iglesia estaba esperando. Completo mi presentación a los tumbos, y la gente me agradece. GRÁBALA EN MI CORAZÓN

Varios meses después, regreso a casa en forma permanente. Estoy exhausta. Rechazo una invitación para hablar en la Escuela Sabática. ¿Compartir mi historia? Pienso. Estoy traumada. No creo que realmente quieran escuchar mi historia. No saben lo que están pidiendo. Las cajas de cartón donde se enviaron nuestros guantes, convertidas por las parteras en improvisados ataúdes para colocar bebés que ni siquiera fueron llorados. El muchachito epiléptico de doce años que tuvimos que dejar en la calle porque sus padres lo habían abandonado y no podíamos atenderlo. La madre soltera que no pudo quedarse con el bebé porque su jefe no se lo permitía. Me llevó un año darme cuenta de que era Imagen: Yuvraj Singh

una prostituta. Dijo que provenía de una zona rural. ¡Y era tan joven! O quizá quieran oír cómo casi me negué a darle algo a nuestra empleada doméstica, que me había dicho que sus sobrinos estaban muertos de hambre, hasta que nuestro gerente financiero me animó a pasarle a escondidas algo de crema de maní y leche en polvo. O de todas las personas que murieron porque no teníamos suministros básicos como bolsas para la sangre y dispositivos de entubación. O de cuán agotadora puede resultar la visita de grupos misioneros con proyectos breves cuando, llegan y esperan que los misioneros que ya están en el lugar trabajen tiempo extra para responder a todos sus planes e ideas. Además de las vastas e inagotables necesidades –de la gente con la que trabajaba, de nuestra organización y su falta de fondos, de nuestros propios limitados recursos– estaba la desafortunada dinámica interpersonal complicada y discordante de los misioneros. El campo misionero atrae personalidades fuertes, con opiniones igualmente fuertes, y los coloca en espacios limitados. ¿Quieren que comparta un brillante informe misionero mientras están cómodamente sentados en los bancos de la iglesia mientras mis amigos allá en África están muriendo de hambre? ¿Y cuando ni siquiera podemos llevarnos bien para ayudarlos? El fracaso me pesaba demasiado. Era demasiado generalizado. La idea que tienen las iglesias del campo misionero es demasiado romántica. No podía hacerlo. Jamás me había sentido tan desamparada en toda la vida, y contar mi experiencia me resultaba imposible. Durante los siguientes dos años sigo luchando. Procuro usar mis recursos con responsabilidad y, en ocasiones, me preocupo cuando veo cuánto me molesta un baño que no se descarga automáticamente. Pero no puedo hacer nada: mi salud no es buena, y no puedo volver al campo misionero. Mis padres se divorcian, y fallecen buenos amigos. El vacío que había sentido en África parece estar replicándose en mi corazón. Me voy hundiendo bajo un manto de angustia, mala salud, dolor y frustración, mientras el mundo que me rodea parece egoísta y ajeno a mis necesidades. DIME LA HISTORIA PRECIOSA

Cierto día, mientras avanzo por una carretera, de regreso a casa después de escuchar un sermón sobre el amor de Dios, miro al cielo y exclamo con enojo: «Dios, si realmente te interesas en mí, ¿por qué no me envías alguien que me pueda dar un abrazo?» ¿Pero qué estoy diciendo? Me quedo atónita. Qué atrevido decirle algo así a Dios, el Rey del universo. Y cuán similar es mi frase a lo que dijo Satanás en Mateo 4: «Si eres hijo de Dios…». A pesar de ello, Dios responde mi oración. Mi amiga Shama llega de sorpresa a mi casa ese sábado por la tarde. Se queda toda la semana, me abraza, me consuela cuando estoy triste, y me ayuda con las cosas de la casa. Cuando le cuento mi historia, me escucha. Entonces me pregunto: ¿Por qué Dios respondió a mi oración furiosa, tan mal expresada? ¿Será que estaba esperando que le dijera lo que realmente sentía? Más tarde, Dios envía a otros amigos y ayudantes, y comienzo a aprender. Que está bien sentirse triste ante la muerte y el abandono. Que escuchar historias a veces ayuda tanto como el alivio material que creí que era tan necesario. Esto, debido al quebrantamiento del alma humana, aun cuando el sincero deseo de ayudar a otros pueda crear una dinámica confusa y complicada. Pero a pesar de nuestra discordia y falencias, Dios honra el deseo de nuestros corazones. Me llama a aprender de él, para que pueda alcanzar la plenitud que AdventistWorld.org Junio 2018

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¿Qué estaba haciendo? Había muchas necesidades que ni siquiera podía atender.

me permita enseñarle a otros a que hagan lo mismo. LA MÁS DULCE QUE ESCUCHÉ

Parece que esa amiga de años quiere hablar conmigo. Es sábado de tarde en un congreso de la iglesia, y ella se acerca para conversar en el vestíbulo. Menciona que acaba de regresar del campo misionero. —¿De verdad? –le pregunto–. ¿Y quiere la gente que cuentes tu historia, y quedaste muy traumada? —Bueno… sí –me contesta, sorprendida. —Sí, eso me pasó cuando regresé de África –le digo–. La gente quería saber de todo lo que había hecho, pero yo estaba tan traumada que sentía que no tenía nada que compartir. ¿Qué había estado haciendo? Había tantas necesidades que no había podido atender, y una dinámica tan complicada… Ella sonríe. —Bueno, si quieres contármelo, estoy dispuesta a escucharte –le digo. Durante las siguientes horas, me cuenta su historia. No es igual a la mía, pero la temática es similar: Sentirse impotente y mal preparada para amar y servir a otros. La historia no tiene un final feliz; es difícil trabajar con otros misioneros; parece ser un fracaso. Y entonces, repentinamente, lo entiendo. 22

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Dime de todas sus obras, De su tristeza y dolor; Pues sin hogar, despreciado, Anduvo el Salvador.1 Jesús vivió una vida de amor y servicio al prójimo. Siempre había entendido que la norma del ministerio era hallar gozo y satisfacción en esa vida de amor y servicio. No obstante, ¿qué pasa si –aunque el amor finalmente triunfara– aun la perfección parece fracasar? ¿Y si el verdadero éxito en el ministerio a veces aparece como un fracaso aparente? Imagino que Jesús sintió el profundo puñal de la angustia al pensar en la muerte de su primo en prisión y de su amigo Lázaro (Mat. 14:10-13; Juan 11:34-36). Se habrá sentido triste y rechazado cuando las autoridades de una ciudad le pidieron que se fuera de allí, cuando su deseo era sanar a los que estaban sufriendo (Mar. 5:17). Habrá estado desilusionado y frustrado porque vez tras vez, sus motivos eran malinterpretados (Luc. 9:54-56; Juan 6:15). Habrá estado profundamente herido por la traición de los más próximos a él (Juan 18:17). Su historia alcanza el punto culminante cuando los que vino a salvar se vuelven contra él y, cargando la culpa, la vergüenza y el quebranto, pierde la vida. (Sal. 69:20, 21). No parece haber sido un gran éxito. No obstante, cuando veo mi historia a través de la historia de Jesús, todo tiene sentido. Soy un ser humano quebrantado que experimenta una multitud de emociones y fracasos. Jesús vino a estar aquí conmigo, a conocer mi experiencia, y a ser mi hermano en el sufrimiento. Mediante su historia, puedo acceder a una fe y esperanza que no me pertenecen y comprender que, aun ante el fracaso aparente y el dolor inmenso, hay un panorama más abarcador de triunfo que Dios ha prometido obrar en mi vida. La naturaleza misma de la esperanza significa que si pudiera verla, no sería esperanza (Rom. 8:24).

¿Cobra una historia menos significado porque el fin no es un éxito aparente, sino solo la esperanza en el triunfo final del amor? Es importante y necesario ir al campo misionero. No es, sin embargo, algo glamoroso o romántico. Allí soy la misma, si bien vivir fuera de mi cultura magnifica mis defectos de carácter y fracasos. Y me pregunto si algunas de las ideas equivocadas que tiene la iglesia sobre las misiones se debe a las historias de grandes triunfos que cuentan los misioneros para asegurar a una iglesia complaciente que el evangelio está, en efecto, avanzando. La realidad es que, sin embargo, los misioneros no siempre pueden ver que el evangelio está avanzando, y que a menudo necesitan aliento. Hay muchos fracasos aparentes. Aunque en el presente no puedo regresar al campo misionero, sigo aprendiendo mucho del tiempo que pasé allí. El campo misionero no es un lugar al que voy o un proyecto que emprendo. Es un estado del ser, que resulta del espacio que Jesús está creando en mi corazón para que su historia pueda brillar. Es la historia de una hermandad en medio de la angustia y el sufrimiento. Es una historia de vergüenza; de fracaso. Y en último término, por su gracia, una historia de sanación y del triunfo de ese amor que se entregó por nosotros. Dime la historia de Cristo; Grábala en mi corazón; Dime la historia preciosa; ¡Cuán melodioso es su son! * Frances J. Crosby, «Dime la historia de Cristo».

Kelsey Belcourt es enfermera, y ha pasado tiempo como misionera en Sudamérica y África. Espera graduarse este mes de la Universidad de California, en Davis, Estados Unidos, con una Maestría de Enfermería Familiar.


Voces jóvenes

Dejad a los niños venir a mí

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Los niños corrían por el pasillo, conversando con entusiasmo mientras se dirigían a los salones donde podían hacer manualidades según sus edades. Pasaron a mi lado, mientras yo cargaba una caja rebosante de papel, plumas y cintas hasta la sala de actividades. Estaba tan entusiasmada como ellos, esperando ver sus demostraciones mensuales de creatividad. Estábamos planeando decorar macetas y ponerles plantas que florecieran en la primavera, además de crear marcadores de libros bordados. Pero sabía que los niños siempre se venían con interesantes variaciones de las manualidades que yo había preparado. Cada mes, mi iglesia organiza un sábado especial, donde se realiza algo parecido a la Escuela Bíblica de Vacaciones, pero que dura solo una tarde. El lema de este año es «Héroes de la Biblia», y está dedicado a las historias de personajes bíblicos como Ester y Daniel. Los voluntarios cuentan la historia de manera creativa, cantan con los niños, y organizan manualidades basadas en esas historias. Las familias y los voluntarios se reúnen al fin de la jornada y comen juntos una comida saludable. El vecindario donde se encuentra la iglesia tiene el número más alto de casas con un solo progenitor y la peor situación de salud de la zona. El programa de la iglesia busca alcanzar a esas familias en aprietos y ponerlas en contacto con los miembros de iglesia y, en último término, con Jesús. Yo hago manualidades con jovencitos de diez a trece años. Vienen de diversos trasfondos culturales: británicos, brasileños y de Europa Oriental, entre otros. Me cuentan de sus escuelas, sus pasatiempos y sus sueños. A veces me hacen preguntas sobre las historias de la Biblia y Dios. Uno de ellos tiene trece años y lo llamo David.1 Viene de una casa con un solo progenitor, y tiene algunos problemas mentales y emocionales, lo que incluye un trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Pero es gracioso

y creativo, y me encanta ver cuánto ha progresado. Cuando comenzó a asistir al programa hace unos años, era muy difícil interactuar con él. No quería saber nada de los grupos de manualidades; por el contrario, daba vueltas por los pasillos o se sentaba en una esquina para jugar con su iPad. Sin embargo, poco a poco, casi imperceptiblemente, David comenzó a cambiar. Vio que los voluntarios se interesaban en él. Conoció a los niños que asistían de manera regular. Y comenzó a conocer a Jesús. Ahora se sienta feliz en mi grupo, aporta nuevas ideas, como crear un tipo de engrudo con pegamento, pintura y brillantina, o fabricar animales extraños con cepillos y pompones. Se la pasa inventando algo. Eso me lleva a pensar en actividades para muchachos llenos de energía, en lugar de tan solo suplir las necesidades de las niñas, lo que naturalmente me cuesta menos. El programa es ruidoso, práctico y poco estructurado. Hay momentos complicados. Y cansa. A veces, es difícil dejar de hacer lo que nos resulta conocido para alcanzar de manera deliberada a las familias de la comunidad, en lugar de quedarnos simplemente con las personas que ya conocemos. No obstante, a pesar de los desafíos, el programa siempre me recuerda del gozo que encuentra Jesús en la simpleza y el entusiasmo de los niños, y en cuánto quiere él que lo conozcan. Jesús valora al niño que está dentro de cada uno de nosotros. Nos dice: «Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino del cielo pertenece a los que son como estos niños» (Mat. 19:14 NTV).2 El nombre ha sido cambiado. El texto bíblico pertenece a la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados. 1 2

Lynette Allcock se graduó en la Universidad Adventista Southern y ahora vive en Watford, Inglaterra, donde es productora y presentadora de Radio Adventista Londres.

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Sección especial

Fuerza suprema Use AW y AR –juntas– para fortalecer su experiencia adventista en el mundo actual. WILONA KARIMABADI

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comienzos de su ministerio, mucho antes de que hubiera un movimiento adventista formal, Elena White recibió una visión en la que se le mostró que ella y Jaime debían producir un pequeño periódico para ayudar a conectar el naciente conjunto de adventistas. En esa visión, vio que esa publicación llegaría a ser como rayos de luz alrededor del mundo. Adventist World puede considerarse por cierto un cumplimiento de esa profecía, pero no exactamente de la manera que usted podría imaginarlo. Verá usted: antes de que surgiera Adventist World, ya existía y sigue existiendo Adventist Review. Su primer nombre fue La verdad presente, un pequeño periódico que los White costearon de su propio bolsillo y que, en un comienzo, Jaime distribuyó a pie entre los creyentes. A lo largo de los años, ha pasado por algunos cambios de nombre y estéticos. Más tarde, de llamarse The Advent Review and Sabbath Herald pasó a ser Review and Herald y, en el presente, Adventist Review. Más allá de la pequeña lección de historia, ¿por qué le contamos esto? Porque estas publicaciones comparten un propósito y un ministerio únicos para esta iglesia y, porque juntas, pueden ser de gran servicio en nuestro camino como cristianos 24

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adventistas del séptimo día. Es muy posible que usted no conozca tanto a la Adventist Review como conoce a Adventist World. Por eso, permítame contarle las diferencias entre las dos publicaciones, ambas vitales, ambas esenciales. ¿QUÉ COSAS SON DIFERENTES?

Tamaño. Lo primero que notará es la diferencia de tamaño entre ambas publicaciones. Adventist World es del tamaño estándar de revista, pero la Adventist Review es más pequeña y robusta, ideal para guardarla en su portafolio o cartera, y lo suficientemente fuerte como para soportar ese tipo de transporte. Esto también hace que sea ideal para compartir. La Adventist Review tiene 72 páginas; es ideal para la lectura distendida del viernes de noche y sábado de tarde. Adventist World tiene 32 páginas que también realzan la lectura de los viernes de noche y sábados de tarde. Al mismo tiempo, lo acompañan durante la semana, porque es ideal para compartir con otros. Profundidad y amplitud. Hemos escuchado que Adventist World y Adventist Review son descritas así: Adventist World es ideal para alcanzar la amplitud del adventismo en términos de su marco geográfico y cobertura de vastos intereses sobre temas fundamentales relevantes para los creyentes en todo el mundo. Adventist Review profundiza esos temas y mucho más, haciendo que sus lectores se detengan, piensen y hasta hagan frente a temas fundamentales para la experiencia adventista en este mundo


26.67 cm. (10.5 in.) 24.13 cm. (9.5 in.)

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cambiante y frenético. Todo esto mientras fomenta la fe en Jesucristo y el mensaje de este movimiento. ¿Gratuitas? Usted recibe Adventist World en forma gratuita, como miembro bautizado de la Iglesia Adventista. En efecto, su nombre en los libros de su iglesia local es lo que nos permite enviársela cada mes. Adventist Review se basa en suscripciones. Cuesta $19,95 dólares por año dentro de los Estados Unidos y $32,95 dólares en otros países. Usted puede pedirla en línea si visita www.adventistbookcenter. com y busca Adventist Review. Le agradará hallar opciones tanto nacionales como internacionales, además de una oferta inicial para que la pruebe. Ambas revistas cuentan también con importantes sitios web (www.adventistreview.org y www. adventistworld.org). Pero seamos realistas: hay algo especial en hojear una publicación nueva y recién impresa, para disfrutarla e indagar en el contenido de sus páginas. Aun en esta era digital, muchos siguen disfrutando la edición en papel. ¿QUÉ COSAS SON IGUALES?

La dedicación a TODOS los miembros de esta iglesia. Ambas revistas están comprometidas con la tarea de brindar alimento espiritual a todos sus lectores, y eso incluye a los niños. Adventist World ha incluido desde hace poco, contenido para niños en una sección de dos páginas llamada «Fe en crecimiento». Adventist Review, sin embargo, ha sido la revista madre de una publicación llamada KidsView [Visión infantil] por casi diecisiete años. KidsView contiene

ocho páginas de relatos, devocionales, manualidades, recetas y un calendario interactivo único. Llega cada mes junto con Adventist Review. Lo bueno es que los lectores jóvenes no tienen que esperar hasta que los grandes terminen de leer la revista: Es una publicación separada, e incluye un atractivo sitio web solo para niños. Es perfecta para compartir. Qué nos motiva. Ambas publicaciones están profundamente arraigadas en Jesucristo y el mensaje adventista distintivo para estos últimos días. Las revistas informan, inspiran y animan a los lectores en su andar personal de fe y propósito. Pero nos aproximamos a esas cosas de maneras diferentes. ¿QUIÉN NECESITA AMBAS?

Seremos honestos: dado que no hay dos lectores iguales, las dos publicaciones no tendrán el mismo atractivo. Sin embargo, nos gustaría que considerara ambas revistas como un paquete total diseñado a sostenerlo como cristiano adventista del séptimo día que navega en este período tan distintivo de la historia de este mundo. A medida que nos acercamos a la tan esperada venida de Jesucristo, tenemos que fortalecer las mentes y corazones con la verdad. Tenemos que desafiar nuestro pensamiento para alistarnos para las pruebas que están ante nosotros; y tenemos que estar firmemente arraigados en el mensaje del evangelio. Creemos que tanto Adventist World como Adventist Review juntas son una «superfuerza» que nos ayuda a hacer exactamente eso. AdventistWorld.org Junio 2018

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Respuesta a preguntas biblicas

Un pacto de amor y lealtad P

¿Cuál es el significado de la ofrenda de alimento (Lev. 2)?

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En comparación con las ofrendas para los sacrificios que se mencionan en Levítico, la ofrenda de alimento es única porque no incluía la sangre. Un estudio de las instrucciones de Levítico sobre cómo ofrecerla nos ayudará a entender su significado e implicaciones teológicas. 1. Naturaleza de la ofrenda: El término hebreo minkhah significa “don, tributo”, dado a un superior como acto de homenaje o gratitud (por ej., Gén. 32:14, 19; 1 Sam. 26:19). También designa a una ofrenda de cereal o de animales (Jue. 6:18, 19; 1 Sam. 2:15-17). En Levítico, es un término técnico para una “ofrenda de grano” voluntaria, que se llevaba sin cocer (Lev. 2:1-3) o cocida (vers. 4-10, 14, 15) como acto de homenaje al Señor del pacto. Si no estaba cocida, se hacía de sémola de trigo acompañada de aceite de oliva e incienso, símbolos de bendiciones, gozo y dedicación a Dios (Deut. 11:14; Isa. 61:3; Sal. 141:2). El sacerdote quemaba sobre el altar un puñado de la sémola mezclada con aceite e incienso, como memorial. La harina podía cocerse como una torta gruesa (Lev. 2:4), o prepararse como delgadas obleas. Otras posibilidades eran cocinarla en una sartén chata como un tipo de torta muy delgada –panqueque– (vers. 6), o freírla en una sartén cubierta (vers. 7). El último tipo de ofrenda de grano cocido estaba compuesto por la primera cosecha de cebada (vers. 14; cf. Éxo. 9:31). La espiga verde era tostada, y se le agregaba aceite e incienso. 2. Significado: He aquí unas pocas reflexiones sobre esta ofrenda. En primer lugar, la ofrenda era un acto de gozosa gratitud, homenaje y adoración al Señor del pacto. Reconocía que Dios era Señor de su pueblo, y que él les proveía en abundancia. La porción que se quemaba en el altar, llamada el “memorial” (Lev. 2:2), no era tan solo una muestra

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en representación de toda la ofrenda, sino también un acto de memoria, lo que significaba que su pueblo no había olvidado la bondad del Señor. En segundo lugar, era considerada “un aroma agradable al Señor” (vers. 2, NVI), es decir, cuando Dios olía la ofrenda no solo la aceptaba, sino que también aceptaba al adorador como socio del pacto, no como un enemigo. El uso de la sal reafirmaba la idea de la permanencia y la importancia de preservar la relación del pacto (vers. 13). En tercer lugar, la harina sin cocer, que los seres humanos ofrecían sin adulterar, expresaba la bondad divina. La harina cocida mostraba la disposición de los adoradores de consagrar su obra y servicio a Dios. En cuarto lugar, la exclusión de la levadura y la miel, símbolos de la muerte y el pecado (véase 1 Cor. 5:6-8; Mat. 16:6, 11), sugiere que Dios no quería que ningún agente de fermentación alterara la relación espiritual de sus seguidores con él. En quinto lugar, dado que era una comida vegetariana, se ha señalado que acaso esa ofrenda hacía referencia a la dieta original vegetariana de la humanidad (Gén. 1:29, 30). En ese caso, señalaría a la dieta humana en el Edén y, a la vez, a la futura coexistencia pacífica de los seres humanos y los animales (véase por ejemplo Isa. 11:6-9; 65:25). Por último, dado que a partir de ese grano se hace el pan, eso nos recuerda que Jesús es el Pan de Vida, que alimenta nuestra vida espiritual y preserva nuestra existencia física (Juan 6:35). Deberíamos honrarlo como el Señor de nuestra vida.

Ángel Manuel Rodríguez ha trabajado para la iglesia como pastor, profesor y teólogo.


Salud y bienestar

La vida temperante Una posición histórica ¿Cómo ha respondido la Iglesia Adventista a la pandemia mundial del tabaquismo?

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os fundadores de la Iglesia Adventista dieron énfasis práctico a evitar las sustancias adictivas, lo que incluía el alcohol, el tabaco, la cafeína y otras drogas. En la década de 1820, José Bates, uno de los fundadores de la Iglesia Adventista, abandonó el uso del tabaco, el alcohol, el té y el café. También dejó de consumir carne. Después de una visión en 1848, Elena White habló decididamente contra los peligros de estas cuatro bebidas. Vez tras vez dio un mensaje de prevención al apelar a una mejor calidad de vida y a la plenitud. Tanto José Bates como Elena y Jaime White defendieron la abstinencia del alcohol y el bienestar integral aun antes de que la iglesia adoptara su nombre formal en 1863. La naciente Iglesia Adventista apoyó la temperancia activa, animando a los miembros y a la sociedad en general para que apoyaran a legisladores y representantes que abogaran por la temperancia. Elena White apoyaba tanto la causa de la temperancia, incluida la prohibición, que animó decididamente a todos para que usaran sus influencias: «¿Votaremos por la prohibición? Sí, todos y en todas partes y quizá algunos se asombren si les digo que, de ser necesario, voten aun en sábado por la prohibición si no pueden hacerlo en otro momento».1 En repetidas ocasiones, enfatizó la importancia de participar defendiendo y votando por la temperancia. En 1881 reiteró: «La parálisis moral que domina a la sociedad tiene una causa. Las leyes sostienen un mal que mina sus mismos fundamentos. Muchos deploran los males que saben existen ahora, pero se consideran libres de toda responsabilidad en el asunto. Esto no puede ser. Cada persona ejerce una influencia en la sociedad».2 Instó por el cambio mediante la pluma, la voz y el voto.

Imagen: Brittany Perry

Durante los años de su existencia, la Iglesia Adventista ha servido de manera activa a las comunidades con planes para dejar de fumar. La primera institución adventista de salud –el Instituto Occidental de Reforma Prosalud, fundado en 1866– estaba libre de tabaco. La Universidad de Loma Linda fue la primera escuela de medicina libre de tabaco (1905). Los profesionales adventistas de salud han desarrollado intervenciones para ayudar a que la gente deje de fumar, comenzando con el «Plan de cinco días para dejar de fumar» en 1958. El programa fue remplazado en 1984 por otro totalmente revisado, ahora titulado «Respire libremente». El programa australiano «Déjelo ya» (1995) incluía terapia de remplazo de la nicotina. En 2014, se lanzó el actualizado «Respire libremente 2». Este es un programa mayormente en línea, que incluye entrevistas motivacionales, e incorpora intervenciones farmacológicas según sea necesario.3 DATOS

El tabaco mata hasta la mitad de las personas que lo usan. En el mundo, el tabaco mata más de siete millones de personas por año. Más de seis millones de esas muertes son resultado directo del uso del tabaco; casi un millón más afectan a no fumadores que son expuestos al humo de otro fumador. Actualmente, alrededor del ochenta por ciento de los mil cien millones de fumadores viven en países de bajos y medios ingresos.4 Estos terribles datos muestran que nuestra labor no está terminada. Tenemos las herramientas. Entonces, ¡manos a la obra! Arthur L. White, Ellen G. White: The Lonely Years, 1876-1891, vol. 3 (Hagerstown, Md.: Review and Herald Publishing Association, 1984), p. 160. 2 Elena White, La temperancia, p. 225. 3 https://www.breathefree2.com. 4 Datos de la Organización Mundial de la Salud sobre tabaquismo, Marzo 2018, http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs339/en/. 1

Peter N. Landless es cardiólogo nuclear certificado y director de Ministerios Adventistas de Salud de la Asociación General. Zeno L. Charles-Marcel es especialista certificado en medicina interna y director asociado de Ministerios Adventistas de Salud de la Asociación General.

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La ferretería de Dios L ¿Puedo contarle una historia? DICK DUERKSEN

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os cimientos habían sido puestos y los voluntarios estaban en camino. En Mkhosana, Victoria Falls, Zimbabue, más de mil niños pronto tendrían una escuela nueva. El acero prefabricado para la construcción había sido enviado desde Minnesota (Estados Unidos). Los contenedores, empacados hasta el techo con veintisiete tamaños diferentes de acero y todos los tornillos, las tuercas y los destornilladores viajaron por tierra hasta Baltimore (Maryland), y de allí por mar hasta Durban (Sudáfrica). No había lugar suficiente para los niños en la escuela de Victoria Falls, y aunque algunos asistían hasta el tercer grado, era muy difícil que siguieran estudiando después de eso. Pero la situación de ellos estaba a punto de mejorar. Doce camiones dejaron los doce contenedores en Mkhosana, y los obreros inmediatamente comenzaron a apilar todo bajo los mangos. Los trozos de acero, las tuercas, los tornillos y todas las herramientas tenían que estar donde los voluntarios pudieran usarlos rápidamente para armar la estructura de la escuela. Todo estaba allí. Todo, con excepción de mil tuercas de acero.

El arquitecto había diseñado la construcción para que tuviera ventanas con marcos de acero. Cada ventana tenía que ser atornillada a las paredes con cuatro tuercas: dos por cada tornillo. Es un diseño simple, que aun voluntarios sin experiencia pueden armar rápidamente. Los materiales para las ventanas estaban todos allí, y eso incluía los quinientos tornillos. Pero las tuercas no estaban. Victoria Falls tiene una pequeña ferretería donde se puede encontrar una que otra herramienta. Pero mil tuercas, ¡imposible! El director del proyecto buscó en todos los pueblos cercanos. Nadie tenía tuercas. Fue allí cuando Bob, uno de los supervisores voluntarios, se volvió a Moisés, un zimbabuense de elevada estatura que había sido contratado para trabajar con el equipo, y le pidió ayuda. «Moisés, tú hablas la lengua ‘ndebele, así que te voy a pedir que nos ayudes a solucionar el problema de las ventanas. Ve por favor a la ferretería de Victoria Falls y compra mil tuercas que calcen con estos tornillos». Ambos sabían cuál era el problema, por lo que oraron con fervor antes de que Moisés saliera en esa misión imposible. Moisés sentía el peso del tornillo en su bolsillo mientras caminaba hacia la minúscula ferretería. —Por favor, ¿puedo hablar con la persona de más edad aquí? Un africano muy anciano se aproximó desde una esquina polvorienta del negocio. —¿En qué puedo ayudarlo? —Estoy trabajando para los voluntarios que están construyendo la nueva escuela en Mkhosana, cerca del aeropuerto—esa escuela adventista grande donde tuvimos que ahuyentar a los elefantes. —Conozco el lugar –respondió el hombre–. No creo que puedan construir la escuela en dos semanas, como dicen ellos. —Es un desafío, pero creo que se puede lograr –le respondió Moisés–. Pero tenemos un problema. Moisés introdujo la mano en el bolsillo y sacó el brillante tornillo de acero. —Para sostener las ventanas de las paredes de la escuela, necesitamos mil tuercas Fotografía: Dick Duerksen


que calcen con este tornillo. ¿Podemos encontrarlas aquí? Moisés entregó el tornillo al anciano que lo analizó de cerca, y entonces se lo pasó a uno de los más jóvenes de la ferretería. —Los estadounidenses están locos –dijo el hombre–. Los británicos utilizan el sistema métrico, pero los estadounidenses tienen su propio sistema con tuercas de tamaño estándar. Este es un tornillo estándar, ¡y no he visto nada estándar durante años! No puedo venderle tuercas para ese tornillo. Ni siquiera tengo tuercas o tornillos que podrían remplazarlas. Lamento, pero no puedo ayudarlo. Eso disparó una catarata de conversaciones. Todos querían hablar de los tornillos, las tuercas, el sistema métrico o estándar, los estadounidenses o los británicos, y la posibilidad de que los adventistas terminaran la escuela en dos semanas. —Señor –interrumpió Moisés–. ¿Podría hacerme un gran favor? Fíjese en el depósito si es que no tiene mil tuercas estándar que puedan calzar en este tornillo. ¡Por favor! El pedido de Moisés produjo un conjunto de risas estridentes, hasta que el dueño, con una mirada de desdén, aceptó el desafío de ir a mirar. Después de un buen rato, el dueño regresó al mostrador, miró a Moisés y le dijo: «Tengo algo que contarle». Y comenzó: «Hace sesenta años, un agricultor de Rodesia (llegó a la ferretería y me pidió que le trajera mil tornillos de tamaño 12 estándar. Del tamaño exacto del tornillo que usted me dio. Le dije que sí, y le enviamos una carta al proveedor estadounidense. El proveedor nos dijo que sí, pero que teníamos que comprar los tornillos y las tuercas. El agricultor aceptó, así que hicimos el pedido. Cuando llegó la caja, me contacté con el agricultor. Un par de semanas después vino al pueblo, y me dijo que solo quería los tornillos: “¡Quédese usted con las tuercas!”, me dijo». Todos se agolparon mientras el hombre colocaba varias cajitas de cartón sobre el mostrador. Entonces tomó dos tuercas, y les hizo pasar el tornillo.

«Estas tuercas han estado en el estante del depósito durante más de sesenta años. Lo único que han hecho es juntar polvo. Me había olvidado de ellas». La ferretería quedó en silencio mientras Moisés pagaba. Mientras tanto, Bob, el jefe del proyecto, seguía orando. «Mil tuercas estándar, señor –dijo Moisés sonriendo mientras le entregaba las tuercas a Bob. ¡Imagine cuánto trabajaron los ángeles de la Ferretería Divina para asegurarse de que hoy hubiera mil tuercas en Mkhosana!» Todos comenzaron a hablar al mismo tiempo. —Imaginen –dijo un voluntario–. Los ángeles sabían que iban a faltar las tuercas, por lo que hace sesenta años convencieron a un agricultor que necesitaba comprar mil tornillos (pero sin tuercas), de tamaño 12 estándar. Entonces consiguieron un proveedor estadounidense que solo vendía los tornillos con las tuercas. Y el agricultor aceptó pagar por ambos y ¡y dejar las tuercas en el negocio! Varios comentaron: —Y un agricultor que aceptó pagar por ambos. —¿Cómo habrán hecho los ángeles para que la gente de la ferretería no viera las cajas en ese estante? —¿Y cuántos ángeles habrán estado observando hoy mientras el dueño quitaba las telarañas e iluminaba el estante donde estaban esas cajas? La habitación quedó en silencio, mientras todos seguían pensando en los tornillos, las tuercas y los ángeles. «Si los ángeles cuidaron a estas tuercas durante sesenta años –dijo Moisés–, creo que es seguro confiarle también mis problemas. ¡Incluso, los problemas que ni siquiera sé que tengo!»

Editor Adventist World, es una publicación periódica internacional de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Su editor es la Asociación General, División de Asia-Pacífico Norte de los Adventistas del Séptimo Día®. Editor ejecutivo/Director de Adventist Review Ministries Bill Knott Director de la publicación internacional Chun, Pyung Duk Comisión de coordinación de Adventist World Si Young Kim, presidente; Yukata Inada; Germán Lust; Chun, Pyung Duk; Han, Suk Hee; Lyu, Dong Jin Editores/Directores asociados, Adventist Review Ministries Lael Caesar, Gerald A. Klingbeil, Greg Scott Editores en Silver Spring (Maryland, EE. UU.) Sandra Blackmer, Stephen Chavez, Costin Jordache, Wilona Karimabadi Editores en Seúl (Corea del Sur) Chun, Pyung Duk; Park, Jae Man; Kim, Hyo-Jun Gerenta de operaciones Merle Poirier Editores invitados/Consultores Mark A. Finley, John M. Fowler, E. Edward Zinke Gerenta financiera Kimberly Brown Consejo de dirección Si Young Kim, presidente; Bill Knott, secretario; Chun, Pyung Duk; Karnik Doukmetzian; Han, Suk Hee; Yutaka Inada; Germán Lust; Ray Wahlen. Ex officio: Juan Prestol-Puesán; G. T. Ng; Ted N. C. Wilson Diseño y dirección artística Types & Symbols A los colaboradores: Aceptamos el envío de manuscritos no solicitados. Dirija toda correspondencia a 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600, EE. UU. Número de fax de la oficina editorial: 1 (301) 680-6638 E-mail: worldeditor@gc.adventist.org Sitio Web: http://www.adventistworld.org/ A menos que se indique lo contrario, todas las referencias bíblicas pertenecen a la versión Reina Valera. Revisión 1995. Usada con autorización. A menos que se indique lo contrario, todas las fotografías destacadas pertenecen a © Thinkstock 2017. Adventist World es publicada todos los meses e impresa simultáneamente en Alemania, Argentina, Australia, Austria, Brasil, Corea del Sur, Estados Unidos, Indonesia, México y Sudáfrica. Vol. 14, No. 6

Dick Duerksen, un pastor y narrador que vive en Portland, Oregón, Estados Unidos, es conocido en diversas partes del mundo como un «polinizador itinerante de la gracia».

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Fe en crecimiento

Páginas divertidas para los menores

Mensajeros de Dios Jesús pidió a sus discípulos que cuenten a otros de él para preparar al mundo para su pronta venida. Ese es aún nuestro trabajo, y todos podemos hacerlo de diversas maneras.

Clifford comparte a Jesús

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lifford estaba tan entusiasmado! —¡Mami, mami, quiero compartir a Jesús con mis vecinos! –exclamó con entusiasmo. —¡Maravilloso, hijo! –respondió la mamá–. ¿Pero cómo piensas hacerlo? —El capellán de la escuela dijo que podemos organizar un grupo pequeño en casa e invitar a nuestros amigos y vecinos. ¿Puedo hacerlo? –rogó el niño. La mamá y Clifford se sentaron para decidir qué hacer. —Comencemos con la comida –dijo Clifford. La mamá se mostró de acuerdo. 30

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Clifford se haría cargo de las historias de la Biblia y de enseñar los cánticos de la Escuela Sabática. Planificaron el primer encuentro para un viernes de noche. —Oremos por esto y pidámosle a Jesús que nos dé ideas brillantes para alcanzar a nuestros amigos y vecinos –dijo la mamá con una sonrisa. Prepararon atractivas tarjetas de invitación y fueron por el vecindario de puerta en puerta para invitar a los niños al grupo pequeño de Clifford. Finalmente llegó el viernes de noche. Ni bien sonó el timbre, Clifford salió disparado hacia la puerta. Cuando la abrió, había tres

niñas con una amplia sonrisa. Por un rato, el timbre siguió sonando. «¡Ay, estoy tan feliz de que quince de ustedes se están sumando a mi grupo pequeño cada viernes de noche! ¡Bienvenidos! Vamos a aprender de mi Amigo para siempre; se llama Jesús, y él los ama mucho a todos», dijo Clifford muy contento. Pasaron dos semanas y más y más niños se sumaron al grupo pequeño. Después de unos meses, el grupo llegó a 28 niños. —Me gustan realmente las historias de Jesús. Gracias por enseñarme –dijo Franco, uno de los nuevos amigos de Clifford–. Ilustración: Illustration: Xuan Xuan Le Le


WILONA KARIMABADI

Tesoro bíblico: «De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial» (Mat. 5:16, TLA).*

Veo que Jesús está tratando de cambiarme para que sea mejor. —¡Excelente, Franco! Oraré por ti. Si aceptas a Jesús como tu amigo personal, él puede hacerte una mejor persona en la escuela, y tus padres estarán muy felices –replicó Clifford con confianza. Clifford siguió siendo un rayo de luz para Cristo en su vecindario, haciendo brillar su luz con fuerza al compartir a Jesús con los demás.

Linda Mei Lin Koh es directora del Departamento de Ministerios del Niño de la Asociación General.

Fotografía por cortesía del Patrimonio White

Poderosa mensajera de Dios

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lena White fue una mensajera especial de Dios. Escribió unas cincuenta mil páginas de libros y artículos y miles de cartas, todos ellos con mensajes especiales del Señor para su pueblo.** Amaba mucho a Jesús. Si quieres aprender algunos datos interesantes sobre su vida que acaso no conozcas, ¡sigue leyendo! Elena White nació el 26 de noviembre de 1827. ¿Sabías que tenía una hermana melliza? Se llamaba Elizabeth. Elena escuchó hablar por primera vez de la venida de Jesús cuando era adolescente, de labios de un hombre llamado Guillermo Miller. Cuando tenía solo 17 años, Dios le dio una visión –la primera– acerca de creer en el pronto regreso de Cristo. Tenía casi 20 años cuando se casó con Jaime. Ambos creían que Jesús vendría pronto, y juntos aprendieron que el sábado era el día de reposo. Elena no fue a la escuela secundaria o a la universidad. De hecho, abandonó pronto la escuela debido a su mala salud. Aun así, cuando Dios le dio sus mensajes especiales, pudo escribirlos para contárselos a otros. Al comienzo no le resultó fácil, pero Dios hizo posible que alguien sin muchos años de escuela llegara a ser una escritora poderosa. Fue madre de cuatro hijos; se llamaron Henry, James Edson, Willie y John, que traducidos son: Enrique, Jaime Edson, Guillermo y Juan. Lamentablemente, John murió cuando era bebé. Su hijo Willie fue uno de los que más trabajó con ella en el ministerio. * Las citas de la Biblia pertenecen a La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados. ** El contenido de esta historia deriva del relato de Jerry D. Thomas en Who Was Ellen White? (Nampa, Id.: Pacific Press Pub. Assn., 2017).

James Ellen Elena

Willie Guillermo

Jaime

Edson


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