AW Español - Febrero 2017

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Publicación internacional de los adventistas del séptimo día

Vol. 13 No. 3

14 De puesta de sol a puesta de sol 20 Recuerdos sabáticos en todo el mundo 28 Una cuestión de justicia

Una renovada relación de

amor

En un mundo frenético, es hora de redescubrir el sábado


Vol. 13 No. 3

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S E C C I Ó N

E S P E C I A L

La unidad, pasado y presente

Mark A. Finley

El Espíritu Santo es indispensable.

14 De puesta de sol a puesta de sol C R E E N C I A S

F U N D A M E N T A L E S

Stephen Chavez

No seamos legalistas a la hora de guardar el sábado.

N O TA

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D E

TA P A

Una renovada relación de amor

Gerald A. Klingbeil

El sábado es tan antiguo como la creación, pero eso no le resta ninguna importancia.

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P E R S P E C T I VA

M U N D I A L

Un día de descanso y alegría

Ted N. C. Wilson

Qué lástima que solo sea sábado una vez por semana.

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V I D A

A D V E N T I S T A

Recuerdos sabáticos en todo el mundo

Cada año tenemos 52 oportunidades de hacer del sábado algo especial.

26 La palabra segura de la profecía D E S C U B R I R E L D E P R O F E C Í A

D O N

Valdecir Simões Lima

Dios jamás deja a su pueblo sin orientación.

D E PA R TA M E N T O S 3 I N F O R M E

M UNDIA L

3 Informes de noticias 5 Noticia principal

7 S A L U D M U N D I A L La insuficiencia cardíaca 28 R E S P U E S T A

PREG U N TA S

A B Í B L I C A S

29 E S T U D I O B Í B L I C O El poder para obedecer I N T E R C A M B I O 30

D E

I D E A S

Una cuestión de justicia

spanish.adventistworld.org

www.adventistworld.org: Disponible en línea en doce idiomas

Publicado por la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

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I M A G E N

D E TA PA :

S T E F A N

K U N Z E


Sanados por el sábado

S

1 Abraham

Heschel, The Sabbath: Its Meaning for Modern Man

INFORME MUNDIAL

Profesor de filosofía halla el adventismo por medio del

D E

L A

A S N

mensaje de salud

N O T I C I A S

i el mero deseo lo hiciera realidad, me gustaría estar cada sábado de mañana en la ribera occidental de Galilea, observando cómo el alba pinta el cielo del otro lado de las colinas orientales. Mucho antes de visitar el lago, había estado allí mil veces en mi imaginación, caminando por mi cuenta –aunque nunca solo– por esa zona húmeda donde el pequeño oleaje acaricia los pies y la mente del caminante. Jamás imaginé el séptimo día sin transitar –a menudo sin decir palabra– junto a este lago donde Jesús sanó, restauró, aquietó y calmó. Todas las cosas adquieren la forma y el tamaño apropiados ante la clara luz del sábado por la mañana, ya sea en Galilea o Galway, Betsaida o Buenos Aires. Cuando dejamos de lado la pesca y las protestas, aprendemos nuestro verdadero tamaño e importancia: nos unimos al Señor para recordar que «somos polvo», pero que «la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que lo temen» (Salmos 103:14, 17). En sábado, recordamos que «el mundo ya ha sido creado» y que «sobrevivirá sin ayuda del hombre».1 El sábado es el gran renovador del pueblo adventista, la contraparte necesaria de todos nuestros llamados a la misión, el deber, el sudor y el servicio. En sábado, Jesús nos llama a recordar la gracia: la gracia que nos creó, nos llamó, nos salvó y nos transformó. Mediante nuestra adoración, descanso y tiempo juntos, nos decimos mutuamente que nuestros mejores esfuerzos son, en el mejor de los casos, un acto de gratitud por la manera en que nosotros mismos hemos sido sanados. Al leer las páginas de este número de Adventist World, lo invito a orar por la restauración sabática que Jesús promete a todo aquel que camina a su lado cada séptimo día, mientras aguarda con ansias su aparición gloriosa.

Francisco Rozas Bravo se unió a la Iglesia Adventista del Séptimo Día después de asistir a clases en un centro adventista en su comunidad.

U

n exprofesor de filosofía de la Universidad Católica de Chile se ha unido a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, después de que un centro de influencia de su vecindario ofreciera cursos de cocina saludable y la oportunidad de estudiar violín. Francisco Rozas Bravo pasó por muchos años junto al templo adventista, sin que le llamara la atención. Cierto día, él y su esposa estaban regresando a casa después de hacer compras, cuando notaron un cartel que ofrecía un «curso de cocina saludable», para el cual el matrimonio decidió registrarse. Se encontraron entonces con un joven graduado de la Universidad Adventista de Chile, que convenció a Rozas para que se apuntara en un taller de violín que se ofrecía en el mismo centro. El joven llegó a ganarse la confianza de Rozas, y finalmente le ofreció estudios bíblicos. Rozas sabía mucho de religión, porque había estudiado muchas filosofías religiosas a lo largo de los años, completando un programa en la Universidad de Chile que le significó el reconocimiento académico en el área. Después de estudiar y ser parte de la congregación, Rozas fue bautizado el 3 de diciembre de 2016, el día en que se llevó a cabo un seminario de jóvenes que destacó las experiencias de jóvenes adventistas chilenos que participaron del programa «Un año en misión». Los centros de influencia iniciados en 2016 en Santiago (Chile) organizaron actividades y cursos para ayudar a la comunidad. Más de quinientas personas han participado de actividades relacionadas con salud, alimentación, educación, capacitación informática y música. –Gabriel Gamboa/ASN

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INFORME MUNDIAL

Caleb Adeogun, l íder adventista, fallece a los 84 años

C

aleb Oyelayo Adeogun, el primer africano elegido secretario ejecutivo de su División y el primer nigeriano secretario y más tarde presidente de la Unión Misión de su país, pasó al descanso el 2 de diciembre de 2016, a los 84 años. Caleb, el hijo mayor de un converso y pastor adventista pionero en Nigeria, llamado Joseph Adeyemo Adeogun, sirvió a la Iglesia Adventista toda su vida. Se graduó en la Universidad de Ibadán (Nigeria), y más tarde en la Universidad Andrews, donde cursó una maestría en lengua inglesa. Adeogun ocupó diversos cargos en la denominación: enseñó en la Escuela Adventista de Ede, y fue secretario y

rector interino del Colegio Terciario Adventista de África Occidental, que había sido fundado, entre otros, por su padre. Hoy día, esa institución es conocida como Universidad Babcock, y es una de las más destacadas instituciones educativas de Nigeria. Caleb Adeogun cumplió funciones más adelante como primer secretario nigeriano y más tarde presidente de la Unión Misión de Nigeria de la Iglesia Adventista. En 1990, pasó a ser secretario ejecutivo de la División de África y Océano Índico. Ted N.C. Wilson, presidente la Iglesia Adventista mundial, trabajó en África Occidental durante el tiempo en que Adeogun era presidente de la

Adventistas ven con buenos ojos

ley internacional de libertad religiosa en EE.UU.

U

na legislación convertida en ley por el entonces presidente de los Estados Unidos Barack Obama representa un muy necesario paso adelante en los esfuerzos globales por combatir la persecución religiosa. Dwayne Leslie, director asociado del Departamento de Relaciones Públicas y Libertad Religiosa (PARL por su sigla en inglés) de la Iglesia Adventista mundial, dice que el impacto de la nueva ley es

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en potencia significativo. Incrementa el énfasis sobre cuestiones de libertad religiosa dentro de la política exterior de los Estados Unidos, como el requerimiento de que todos los diplomáticos reciban capacitación en libertad religiosa; la orden de llevar registro de la represión religiosa en el mundo; y la asignación de un mayor estatus a la secretaría del embajador general de libertad religiosa internacional.

Caleb Adeogun Unión Misión Nigeriana. Por correo electrónico, rindió tributo a su excolega: «El pastor Adeogun fue un experimentado líder de la iglesia de Dios en Nigeria y en la División de África CentroOccidental. Fue un privilegio trabajar con él mientras estuve en ese territorio hace algunos años. Estamos agradecidos por la dedicada labor del pastor Adeogun y su esposa». Entre los sobrevivientes se encuentran su esposa, Elizabeth; sus hijos Moyosore Ajayi, Caleb Olugbenga Adeogun, Ayotunde Adeogun, Oyinkansola Ajetunmobi, James Adeogun y Comfort Kenya; once nietos y dos hermanos. –Adventist World

«En años recientes, hemos visto la devastación de las comunidades cristianas de Oriente Medio, junto con la creciente violencia religiosa en muchas partes del mundo, desde Nigeria hasta Pakistán y los países de Asia Central –dijo Leslie–. Como adventistas, creemos que cada persona, más allá del lugar en que viva, tiene derecho de adorar (o no adorar) según su conciencia. Los gobiernos tienen la responsabilidad de reconocer y también proteger esa libertad fundamental». La sanción de la ley, conocida como Ley de Libertad Religiosa Internacional Frank R. Wolf, se produjo en los últimos momentos legislativos de 2016, y fue aprobada por unanimidad de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos


después de su sanción anterior por parte del Senado. Fue el último paso de un esfuerzo de cinco años por sancionar la ley. El presidente Obama la convirtió en ley el 16 de diciembre de 2016. Ganoune Diop, director del Departamento de Relaciones Públicas y Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista mundial, dice que el apoyo a una legislación de este tipo dentro del sistema político de cada nación es una parte central de este departamento. «Aquí en la sede central de la iglesia mundial, y también en cada una de sus trece Divisiones, los líderes del PARL tienen el mandato de monitorizar la legislación y defender cambios legales que incrementen las protecciones a la libertad religiosa para

Niños venden

I R L A

Frank R. Wolf, exrepresentante del Congreso de los Estados Unidos, habla en ocasión de la Cumbre Internacional de Libertad Religiosa 2016 en Washington D.C.

todas las personas”, destacó. Añadió que esto es parte fundamental de los más de 150 años de compromiso de la Iglesia Adventista con la promoción de la libertad religiosa como derecho humano fundamental. La ley lleva el nombre del excon-

gresista de los Estados Unidos Frank Wolf, un legislador conocido por sus incansables esfuerzos, durante más de dos décadas, de proteger a las minorías religiosas en diversas partes del mundo. –Bettina Krause, Asociación Internacional de Libertad Religiosa

Andrew McChesney,

familia. La escuela adventista, que cuenta con más de trescientos estudiantes desde el Jardín de Infantes hasta el nivel secundario, tiene que rechazar a cuarenta estudiantes por año por falta de espacio, por lo que necesitan cuatrocientos mil dólares para levantar una nueva edificación de tres pisos, dijo Müller. En Kirguistán hay unos setecientos adventistas. El país mayormente musulmán tiene seis millones de habitantes, y limita con China y tres de las exrepúblicas soviéticas: Kazajistán, Uzbekistán y Tayikistán. Müller dijo que sus hijos incorporaron el espíritu misionero al escuchar sus presentaciones en las iglesias y sus oraciones diarias en el culto de familia, pidiendo la ayuda divina. Dijo, sin embargo, que no quería que vendieran aviones de papel en la calle, por lo que les sugirió que lo hicieran en el campus de la escuela.

Misión Adventista

aviones de papel en Kirguistán

Los dos se convierten en improbables y exitosos recaudadores de fondos

C

hristian Müller, que al momento de la entrevista era voluntario adventista en la exrepública soviética de Kirguistán, se sorprendió al ver que sus dos hijos estaban vendiendo aviones de papel en la calle, delante de su casa. Los niños –Lucas, de siete años, y Tomás, de seis– habían llevado una mesa hasta la acera, la habían decorado con flores coloridas y la habían cubierto con los avioncitos de fabricación propia, que ofrecían a diez soms kirguíes (unos quince centavos de dólar). Los muchachitos querían donar el dinero

para los nuevos salones de clase de la Escuela Cristiana Heritage de Tokmok, una ciudad de unos cincuenta mil habitantes ubicada a una hora y media de Biskek, la capital del país. «Los niños se entusiasmaron mucho con el proyecto –dijo Müller, que en ese momento era director de desarrollo de la institución– por lo que decidieron juntar fondos». Los muchachitos habían escuchado que su padre hablaba sobre el proyecto en iglesias de Argentina, su país natal, y también de Estados Unidos y España, durante las vacaciones anuales de la

Despega la venta de aviones

Los muchachitos fueron entonces a ver a la cajera de la institución, una kirguisa nativa. Ella aceptó comprar dos avioncitos de papel por veinte soms

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INFORME MUNDIAL

La misión es lo primero

«Me alegra que comprendan la misión que tenemos como familia –dijo Müller–. Para mí es especial, porque

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A D V E N T I S TA

percibí que no estaba solo en mi trabajo. Todos estábamos comprometidos con el mismo objetivo». La institución ya ha recolectado casi todos los fondos necesarios para los nuevos salones de clase, que espera inau­gurar para el comienzo del nuevo año escolar, en septiembre próximo. Ahora están comenzando a juntar fondos para otra edificación: un centro multifuncional donde los estudiantes podrán asistir a clases de educación física bajo techo, durante los fríos meses de invierno. El centro también contará con un gran auditorio para reuniones de los estudiantes que además será usado como centro de influencia, con una escuela de fútbol para cien niños desfavorecidos, y brindará instalaciones

Un equipo de construcción trabaja en el edificio de aulas para el que Lucas y Tomás Müller juntaron fondos.

Parte de la Ofrenda del Decimotercer Sábado del cuarto trimestre de 2017 será usada para la construcción de un centro multifuncional en la Escuela Cristiana Heritage en Tokmok (Kirguistán), que forma parte de la División Euroasiática. A D V E N T I S TA

(equivalente a treinta centavos de dólar). Entonces los niños fueron a ver a su padre. «Vinieron a venderme sus aviones, y les dije: “Está bien, les compro uno”», dijo Müller en una entrevista en su hogar, en el campus de la institución. Los niños, sin embargo, le dijeron: «No, para ti no son diez soms, sino veinte dólares. Tú eres extranjero». En Kirguistán, se suele cobrar bastante más a los extranjeros que a los locales. Los esfuerzos de los muchachitos no terminaron con los aviones de papel; construyeron también una caja de cartón que querían dejar en una tienda local para recolectar dinero para la escuela. A su padre le gustó la idea, pero les sugirió que era mejor colocar la caja en la misma escuela. «Les dije que pidieran permiso al director –dijo Müller– y él pensó que era buena idea». Cuando los muchachitos recibían dinero de parte de sus parientes en ocasiones especiales, lo aportaban al proyecto de la escuela en lugar de gastarlo en juguetes o caramelos. Lucas perdió dos dientes y a la noche los colocó bajo la almohada. Al día siguiente, entregó los veinte dólares más los cinco pesos argentinos que encontró bajo la almohada, para el fondo de construcción.

M C C H E S N E Y / M I S I Ó N

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A N D R E W

que permitan llevar a cabo eventos de la Unión Misión del Sur de la Iglesia Adventista, cuyo territorio incluye a Kirguistán. La Ofrenda del Decimotercer Sábado del cuarto trimestre 2017 ayudará a cubrir trescientos de los cuatrocientos mil dólares que costará el proyecto. Lucas y Tomás Müller, mientras tanto, han contribuido unos ciento cincuenta dólares al proyecto de los salones de clase. Los niños tenían una alcancía casera, donde colocaban soms en billetes y monedas. «No necesito comprar más juguetes, porque Dios me ha dado muchos juguetes», dijo Lucas en una entrevista. El entusiasmo de los niños por la escuela ha fortalecido la fe de muchos, entre ellos, la de Konstyantin Kampen, director de educación de la Unión Misión del Sur. «Cuando vi cómo se estaban sacrificando esos niños, me di cuenta de que terminaríamos el proyecto –dijo–. Si Dios puede tocar el corazón de los niños, también tocará el de los adultos».

A N D R E W

Tomás (izq.) y Lucas Müller (der.), junto a su alcancía, en su hogar en Tokmok (Kirguistán).


La

S A L U D

M U N D I A L

insuficiencia

cardíaca Los síntomas y su tratamiento Peter N. Landless y Zeno L. Charles-Marcel

Mi esposo tiene 55 años, y hace un año le colocaron un estent en una arteria coronaria. Entendemos que ahora está curado de su afección cardíaca. Hace poco notó que le faltaba el aire al subir las escaleras; ¿puede deberse tan solo a la falta de estado físico?

L

a falta de aire al subir las escaleras puede deberse a la falta de estado físico. Sin embargo, en el caso de su esposo, tiene que ser un diagnóstico de exclusión: es necesario buscar otras causas, en especial conocer la progresión de la afección coronaria. Más allá de la intervención, ya sea un tratamiento médico (medicamentos como la aspirina y las estatinas), la angioplastia coronaria transluminal percutánea (ACTP), la colocación de estents, o la cirugía a corazón abierto con baipás de la arteria coronaria, la afección de la arteria coronaria jamás se cura. Puede ser detenida, o parcialmente revertida, pero la propensión permanece, y se necesitan tratamientos intensivos y cambios permanentes en el estilo de vida. Las intervenciones claves incluyen el ejercicio periódico y una dieta vegetariana equilibrada y saludable. Triste es decirlo, pero menos del treinta por ciento de los individuos que reciben un diagnóstico que implica un riesgo de muerte –el caso de un ataque cardíaco, el accidente cerebrovascular o el cáncer– lleva a cabo cambios de estilo de vida a largo plazo, a pesar de que esos cambios promueven más años y una mejor calidad de vida. En el caso de su esposo, cualquier nuevo síntoma tiene que ser tomado en serio. Su agitación reciente al hacer esfuerzos requiere evaluar su afección coronaria. Es necesario descartar la progresión de la enfermedad y establecer que es seguro que emprenda un programa supervisado de ejercicios con un incremento gradual de la intensidad.

Se pueden llevar a cabo numerosas pruebas, lo que incluye el electrocardiograma estándar (ECG), el electrocardiograma de esfuerzo (ergometría), la prueba de esfuerzo nuclear con isótopos (que no está disponible en todos lados), la ecocardiografía de esfuerzo (que es más común y no depende de la limitada vida de los radioisótopos), la tomografía computada (TC) para buscar calcificaciones de la arteria coronaria, y la angiografía/ angiografía computada. Cada una de estas pruebas tiene su lugar y, según su disponibilidad, puede ser útil para confirmar el estado de la afección coronaria en cualquier momento específico. El ecocardiograma puede ser particularmente útil. Puede ayudar a detectar la función y la eficiencia mecánica del corazón al medir lo que denominamos la fracción de eyección (FE). En los individuos que tienen una cicatriz del músculo cardíaco o un músculo sin suficiente oxígeno (isquemia), la función ventricular (la acción de bombeo) es menor. Estos estudios pueden mostrar anormalidades en zonas específicas del músculo cardíaco que no funcionan de manera eficiente ya sea por tener cicatrices o por falta de oxígeno. Puede resultar muy útil para orientar investigaciones e intervenciones adicionales. Otros síntomas que hay que tener en cuenta son el dolor de pecho, la falta de aire que despierta de noche a la persona, la hinchazón de los tobillos que empeora hacia el final del día, la fatiga generalizada y las palpitaciones

(la conciencia creciente de los propios latidos). La congestión pulmonar puede manifestarse con tos y silbido del pecho e incrementar la falta de aire. Si están presentes esos síntomas, es necesario excluir el diagnóstico de insuficiencia cardíaca. La razón por la que enfatizamos una posible insuficiencia cardíaca se debe a la historia de afección de las arterias coronarias que tiene su esposo. Es necesario excluir otras razones como las afecciones pulmonares, el hipertiroidismo y la anemia, por nombrar algunas. El mensaje esencial es que su esposo vea a un médico tan pronto como sea posible para recibir un diagnóstico definido. Las mejores prácticas médicas y los cambios saludables en el estilo de vida son claves para la calidad de vida y la longevidad. Un estilo de vida saludable puede prevenir muchas afecciones peligrosas. ¿Por qué no disfrutar la vida más abundante, lo que incluye la plenitud en Jesús? «[Oramos] para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente» (3 Juan 2, NVI). n

Peter N. Landless es cardiólogo nuclear y

director de Ministerios Adventistas de Salud de la Asociación General.

Zeno L. Charles-Marcel es especialista

en medicina interna y director asociado de Ministerios Adventistas de Salud de la Asociación General.

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P A N O R A M A

M U N D I A L

Un día de

descanso y alegr Ted N. C. Wilson

H

ace no mucho, recibí una pregunta en mi página de Facebook que decía: «¿Tengo que guardar el sábado para ser salvo?» La pregunta es similar a otras que acaso usted ha escuchado o se ha preguntado: «¿Podemos ir a nadar en sábado?» «¿Se puede cocinar en sábado?» «¿Se puede ir a comer a un restaurant en sábado?» «¿Está bien ______________ (ponga usted el verbo que quiera) en sábado?» Los adventistas no tenemos un libro de reglas que especifique cada detalle de cómo santificar el sábado. Al igual que en todas nuestras creencias, recurrimos a la Biblia como la base de nuestra creencia y práctica. En el principio

«En el principio creó Dios los cielos y la tierra» (Gén. 1:1). Después de seis días de crear el mundo y todo lo que está en él, «vio Dios todo cuanto había hecho, y era bueno en gran manera» (vers. 31). Pero aún faltaba una cosa: el descanso. En verdad, el descanso santificado solo proviene del Creador. «Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos. El séptimo día concluyó Dios la obra que

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En el presente y por la hizo, y reposó el séptimo día de todo cuanto había hecho. Entonces bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación» (Gén. 2:1-3). Note en este pasaje el sólido énfasis en Dios como Creador. Nos recuerda tres veces «la obra que hizo», y vincula el sábado como un día bendecido y santificado por el que creó todas las cosas. Cuando nos acordamos del sábado para santificarlo (Éxo. 20:8), reconocemos a Dios como Creador, como quien no solo nos creó, sino que hizo todo lo bueno. El salmista combinó de manera hermosa la creación y la adoración cuando escribió: «Porque Jehová es Dios grande, el gran Rey sobre todos los dioses. En su mano están las profundidades de la tierra y las alturas de los montes son suyas. Suyo también el mar, pues él lo hizo, y sus manos formaron la tierra seca. Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová, nuestro hacedor» (Sal. 95:3-6). Pablo vincula este salmo con el sábado en Hebreos 3 y 4. En el capítulo 3, cita directamente Salmos 95:8-11: «Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba,

como en el día de Masah en el desierto, donde me tentaron vuestros padres, me probaron y vieron mis obras. Cuarenta años estuve disgustado con la nación, y dije: “Es pueblo que divaga de corazón y no han conocido mis caminos”. Por tanto, juré en mi furor que no entrarían en mi reposo». En Hebreos 4, ese descanso es vinculado con la fe, la salvación y el sábado. «Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado […]. Pero los que hemos creído entramos en el reposo […], pues en cierto lugar dijo así del séptimo día: “Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día”. […] Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios, porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas» (vers. 1, 3, 4, 9 y 10). En Cades Barnea, en la frontera con Canaán, casi una generación entera de israelitas se rehusó a entrar porque no creyó en la promesa divina de que les daría la victoria sobre los cananeos. Un poco después, cuando Dios les dijo que jamás entrarían a Canaán sino que morirían en el desierto por causa de su


ría

La mayoría de los milagros de curación de Jesús fueron llevados a cabo en sábado .

eternidad incredulidad, se rebelaron otra vez con la palabra de Dios y procuraron por sus propias fuerzas ganar los territorios de los cananeos. Al igual que en otras ocasiones (ver 1 Cor. 10:1-13; Gál. 4:22-31), Pablo vio una lección del Antiguo Testamento en conexión con la justificación por la fe. El sábado simboliza el descanso de nuestros esfuerzos de obtener la victoria sobre el pecado y aceptar la justicia de Cristo y el poder del Espíritu Santo. Ese descanso sigue a disposición de los que creen y aceptan las maravillosas promesas de Dios. Jesús y el sábado

Jesús devolvió el verdadero significado al sábado como día de restauración y sanación, como un día para la re-creación. En el maravilloso libro El Deseado de todas las gentes, leemos que Jesús vino «para librar al sábado de esos requerimientos gravosos que hacían de él una maldición en vez de una bendición».1 La mayoría de los milagros de curación que hizo Cristo, fueron en sábado. Uno de los muchos ejemplos conocidos es el del paralítico en el estanque de Betesda (Juan 5).

El hombre había estado paralítico durante treinta y ocho años, y anhelaba ser sano, aunque había perdido las esperanzas. El corazón amante de Jesús fue tocado. Después de una breve conversación, Jesús le dijo: «Levántate, toma tu camilla y anda» (vers. 8). Cuando el paralítico obedeció, su fe fue recompensada, y fue sanado. El hombre estaba muy feliz, pero los líderes religiosos no se alegraron, y se rehusaron a aceptar el milagro. Por el contrario, condenaron al hombre por cargar su lecho en sábado. Al comentar ese incidente, Elena White escribió: «Jesús les declaró [a los líderes religiosos] que la obra de aliviar a los afligidos estaba en armonía con la ley del sábado. Estaba en armonía con la obra de los ángeles de Dios, que están siempre descendiendo y ascendiendo entre el cielo y la tierra para servir a la humanidad doliente».2 Cristo honró el sábado no solo en su vida sino en su muerte. Fue crucificado el sexto día, y el séptimo descansó en la tumba, así como sus seguidores «descansaron el sábado, conforme al mandamiento» (Luc. 23:56). Al hablar de los eventos futuros Jesús instruyó a sus seguidores diciéndoles: «Orad, pues, que vuestra partida no sea en invierno ni en sábado» (Mat. 24:20), indicando así la perpetuidad de la santidad del sábado en el Nuevo Testamento y en el futuro. En el umbral de la eternidad

A medida que nos acercamos al umbral de la eternidad, el santo sábado del Señor será un factor decisivo en los

eventos del tiempo del fin. Durante más de cien años, la mayoría del mundo ha ridiculizado y relegado la idea de Dios como Creador. La verdad de su Palabra –la Biblia– ha sido atacada sin descanso. Durante más de mil años, su sábado santo y santificado ha sido pisoteado por un poder religioso cuya herida mortal casi ha sanado por completo (véase Apoc. 13). Esta batalla del tiempo del fin abarca mucho más que una discusión sobre lo que podemos o no hacer. Es una batalla por nuestra lealtad, nuestra fe y obediencia. ¿Creemos realmente que Dios es nuestro Creador? ¿Confiamos realmente que su Palabra es verdadera? ¿Estamos dispuestos a seguirlo y adorarlo en el día que él apartó y santificó? Ahora es tiempo de acercarnos al Señor del sábado (véase Mar. 2:28). Ahora es momento de descubrir el gozo de tener una relación con él, y experimentar la bendición de descansar en él como nuestro Creador, Redentor y Amigo. Cuando lo conozcamos de esta manera, aguardaremos con ansias pasar con él su día apartado y santo, no solo en este mundo, sino por la eternidad (Isa. 66:23). n 1 Elena

White, El Deseado de todas las gentes, p. 176.

2 Ibíd.

Ted N. C. Wilson es

presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

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S E C C I Ó N

E S P E C I A L

Mark A. Finley

la

unidad,

PRIMERA PARTE

pasado y pres

Un movimiento divino unido en misión Esta es la primera parte de dos artículos sobre la unidad de la iglesia. La segunda parte aparecerá en el número de abril de Adventist World. –Los editores.

L

a unidad de la iglesia se encuentra en el centro mismo del evangelio y es de gran importancia para Dios. Sin unidad, la iglesia es impotente para proclamar plenamente el evangelio al mundo. Lo que es peor, se convierte en una contradicción de la verdadera naturaleza del evangelio. Jesús reveló la importancia de la unidad en su oración intercesora final: «Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo

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conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado» (Juan 17:23). Una de las más grandes evidencias del poder del evangelio es la unidad de la iglesia. Cuando personas de diversos trasfondos, culturas, idiomas y disposiciones se unen en Cristo por medio del Espíritu Santo, el mundo lo nota. Con iluminación divina, Elena White lo expresó así: «Solamente en la medida en que estuvieran unidos con Cristo, podían esperar los discípulos que los acompañara el poder del Espíritu Santo y la cooperación de los ángeles del cielo. Con la ayuda de estos agentes divinos, podrían presentar ante el mundo un

frente unido, y obtener la victoria en la lucha que estaban obligados a sostener incesantemente contra las potestades de las tinieblas. Mientras continuaran trabajando unidos, los mensajeros celestiales irían delante de ellos abriendo el camino; los corazones serían preparados para la recepción de la verdad y muchos serían ganados para Cristo».1 El modelo del libro de Hechos: Una iglesia unida

Uno de los ejemplos más llamativos de una iglesia unida en el Nuevo Testamento se encuentra en el libro de los Hechos. Aunque había diferencias de trasfondo y cultura y, en ocasiones, I L U S T R A C I Ó N :

J E F F

D E V E R / B R E T T

M E L I T I


ente y mensaje

debates acalorados, en su misma esencia, la iglesia del Nuevo Testamento exhibió unidad. Esa unidad no era una unión vaga, indefinible y pluralista, según la cual cada uno toleraba las perspectivas personales de los demás para cumplir un objetivo etéreo más abarcador; por el contrario, era una unidad de fe arraigada en la persona, el mensaje y la misión de Jesucristo. Unidos en la centralidad del amor de Cristo

Los discípulos estaban unidos en su amor por Cristo. Estaban comprometidos con él, y su vínculo de unión se había forjado en él. Estaban unidos en

un cuerpo a pesar de sus diferencias, porque habían sido atrapados por su amor, redimidos por su gracia y capacitados por su Espíritu. Elena White usa una expresión interesante para describir esto: «El nombre de Cristo había de ser su consigna, su divisa distintiva, su vínculo de unión, la autoridad para su curso de acción y la fuente de su éxito. Nada que no llevara su nombre y su inscripción había de ser reconocido en su reino».2 El nombre de Cristo era su «vínculo de unión». En otras palabras, eran uno en una unión indisoluble con Cristo. El predicador cristiano A. W. Tozer lo expresa así: «¿Se le ha ocurrido alguna vez que cien pianos afinados con el mismo diapasón se afinan automáticamente unos con otros? Quedan al unísono por estar afinados, no entre sí, sino a otro estándar, al que tienen que seguir en forma individual. Por ello, cuando hay cien adoradores juntos, y cada uno mira a Cristo, están en el corazón más cerca unos de otros de lo que podrían estar si se volvieran una “unidad” consciente,

si apartaran los ojos de Dios para esforzarse por alcanzar una comunión más estrecha».3 Al estar afinados con Cristo, los discípulos quedaron afinados mutuamente. Cristo es el gran unificador. Al hablar de que Cristo salvó la brecha entre los judíos y los gentiles, el apóstol Pablo declaró enfáticamente: «Él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación» (Efe. 2:14). El apóstol añade que en Cristo, «todo el cuerpo [está] bien concertado y unido entre sí» (Efe. 4:16), y le ruega a la iglesia de Corinto que «no haya divisiones en el cuerpo» (1 Cor. 12:25). Cuando los corazones son uno en Cristo, no pueden estar muy lejos los unos de los otros. Unidos en la centralidad del mensaje de Cristo

A menudo se pasa por alto que cuando Jesús oró por la unidad de su iglesia, oró diciéndole al Padre: «Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad» (Juan 17:17). La unidad de la iglesia del Nuevo Testamento se basaba

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S E C C I Ó N

E S P E C I A L

en un compromiso común con la verdad revelada de Cristo. Los creyentes del Nuevo Testamento aceptaron la verdad de enseñanzas tan centrales como la revelación de autoridad de las Escrituras, la salvación por la fe, el ministerio del Espíritu Santo, la segunda venida de Cristo, el sábado, y la muerte, resurrección y ministerio sacerdotal de Cristo. Fueron hechos uno mediante la Palabra profética de Dios, unidos en la verdad y comprometidos con la revelación divina de su voluntad. En Hechos 2:41 y 42, Lucas describió la unión de los creyentes del Nuevo Testamento: «Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados, y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones». Note dos expresiones significativas: (1) «los que recibieron su palabra»; y (2) «perseveraban en la doctrina de los apóstoles». Ambas implican una aceptación y un compromiso con las verdades inmutables y eternas de las Escrituras. La unidad de los creyentes del Nuevo Testamento se basaba en el compromiso común que tenían con las enseñanzas de Jesús. Charles Spurgeon habló de unidad en la verdad con palabras directas: «Un coro de voces ecuménicas sigue insistiendo con la unidad. Lo que dicen es: “Los cristianos de cualquier matiz y creencia necesitan unirse en una organización visible, cueste lo que cueste […]. ¡Uníos, uníos!” Esa enseñanza es falsa, temeraria y peligrosa. Solo la verdad tiene que determinar nuestras convergencias. La verdad está antes que la unidad. La unidad sin verdad es peligrosa. La oración de Jesús en Juan 17 tiene que ser leída dentro de todo su contexto. Miren lo que

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No podemos renunciar a la verdad para lograr esta unión, porque el medio mismo por la cual ha de ser alcanzada es la santificación de la verdad . dice el versículo 17: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”. Solo los santificados mediante la Palabra pueden ser uno en Cristo. Enseñar otra cosa es traicionar el evangelio».4 Elena White estaría de acuerdo con Spurgeon. Al comentar sobre la oración de Jesús en Juan 17 en pro de la unidad, escribió: «No podemos renunciar a la verdad para lograr esta unión, porque el medio mismo por la cual ha de ser alcanzada es la santificación de la verdad. La sabiduría humana puede cambiar todo esto, creyendo que la base de esa unión es muy estrecha. Los hombres quisieran buscar la unión mediante la conformidad con las opiniones populares, mediante un compromiso con el

mundo. Pero la verdad es la base divina para la unidad de su pueblo».5 La iglesia del Nuevo Testamento estaba unida mediante un mensaje profético de la verdad presente. La presentación magistral de Pedro en Hechos 2 reveló con claridad a Jesús como el Mesías prometido. En Hechos 8, el estudio bíblico profético sobre Jesús que hizo Felipe mostró el cumplimiento profético de Isaías 53, y esto llevó al etíope a decidirse por Cristo. Asimismo, la predicación profética de Pablo en Tesalónica durante tres sábados consecutivos (Hech. 17) tocó los corazones de los judíos. La verdad como está en Jesús, proclamada proféticamente, unió a la iglesia en una misión común. La verdad une. Hay I L U S T R A C I Ó N :

J E F F

D E V E R / B R E T T

M E L I T I


algo más abarcador y más grande, que supera nuestras opiniones personales o aun nuestras convicciones individuales. La verdad de la Palabra revelada por el Espíritu suplanta todo lo demás. Cuando el pueblo de Dios se una en Cristo para proclamar la Palabra profética de Dios con el poder del Espíritu Santo, la tierra se verá iluminada con la gloria de Dios. Una vez más, en esta generación, Dios ha encomendado a su pueblo un mensaje profético y de la verdad presente. Dios nos ha dado iluminación divina sobre lo que sobrevendrá al pueblo de Dios en el tiempo del fin. En nombre de la verdad, ingresarán gradualmente al pueblo de Dios errores y falsedades sutiles. Elena White escribió: «El enemigo de las almas ha procurado introducir la suposición de que había de realizarse una gran reforma entre los adventistas del séptimo día, y que esa reforma consistiría en renunciar a las doctrinas que están en pie como las columnas de nuestra fe y que había de comenzar un proceso de reorganización. Si se efectuara esta reforma, ¿qué resultaría? Los principios de verdad que Dios en su sabiduría ha dado a la iglesia remanente serían descartados. Sería cambiada nuestra religión. Los principios fundamentales que han sostenido la obra durante los últimos cincuenta años serían considerados como error […]. Se escribirían libros de una nueva orientación. Se introduciría un sistema de filosofía intelectual».6 El mensaje bíblico de Cristo nuestra justicia, a la luz de los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12, unirá al pueblo de Dios para la proclamación final de la verdad. Unidos en la centralidad de la misión de Cristo

La iglesia del Nuevo Testamento se unió con pasión unívoca para com-

partir a Cristo y el mensaje del evangelio con el mundo. Las preferencias y opiniones personales pasaron a un segundo plano frente a la proclamación del mensaje de la cruz. Lo que eclipsaba todo lo demás era un mundo necesitado de la gracia salvífica de Cristo, y la certeza de la Palabra transformadora. Dos citas clásicas del libro Los hechos de los apóstoles describen con poder el enfoque de la iglesia primitiva: «La Iglesia es el medio señalado por Dios para la salvación de los hombres. Fue organizada para servir, y su misión es la de anunciar el evangelio al mundo».7 «Poniendo aparte toda diferencia, todo deseo de supremacía, se unieron en estrecho compañerismo cristiano. Se acercaron más y más a Dios, y al hacer esto, comprendieron cuán grande privilegio habían tenido al poder asociarse tan estrechamente con Cristo […]. Los discípulos sentían su necesidad espiritual, y clamaban al Señor por la santa unción que los había de hacer idóneos para la obra de salvar almas. No pedían una bendición simplemente para sí. Estaban abrumados por la preocupación de salvar almas. Comprendían que el evangelio había de proclamarse al mundo, y demandaban el poder que Cristo había prometido».8 El propósito predominante de la iglesia del siglo I era ganar a los perdidos para Cristo. Eso superaba cualquier ambición personal y empeño humano en busca de posición o poder. Estaban dispuestos a sacrificar sus ambiciones más caras para mantener un enfoque unificado de la ganancia de almas. La iglesia del Nuevo Testamento se unió a Cristo cuando sintió pasión por la pasión de él: pasión por salvar a los perdidos. La organización eclesiástica estimuló esta unidad, brindando una estructura para crecer en la verdad de su Palabra y fomentar su proclamación.

Unidos en la centralidad de la iglesia de Dios

A lo largo de todo el Nuevo Testamento, Jesús enfatizó la naturaleza divina de la iglesia. Cuando Pedro confesó que Jesús era el Hijo divino de Dios, el Salvador replicó: «Sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no la dominarán» (Mat. 16:18). La iglesia no es una institución burocrática creada por el hombre. Es un movimiento divino levantado por Dios. Su propósito es alimentar y fomentar la vida espiritual de cada creyente, y equipar a cada persona para que use sus dones para la proclamación del evangelio por medio del servicio sacrificado por los demás. La iglesia es «el cuerpo de Cristo» (1 Cor. 12:27), «la grey de Dios» (1 Ped. 5:2), el «pilar y fundamento de la verdad»,9 y un «templo santo».10 Es «el medio señalado por Dios para la salvación de los hombres. Fue organizada para servir, y su misión es la de anunciar el evangelio al mundo».11 n 1 Elena

White, Los hechos de los apóstoles, p. 74.

2 Ibíd., p. 23. 3 A. W. Tozer, The

Pursuit of God, p. 90. H. Spurgeon, «The Essence of Separation», citado en The Berean Call, 1 de julio de 1992, p. 4. 5 Elena White, Gospel Workers, p. 391. 6 Elena White, Mensajes selectos, t. 1, p. 238. 7 Elena White, Los hechos de los apóstoles, p. 9. 8 Ibíd., p. 30. 9 Elena White, Palabras de vida del Gran Maestro, p. 34. 10 Elena White, Los hechos de los apóstoles, p. 223. 11 Ibíd., p. 9. 4 Charles

Mark A. Finley se jubiló en 2010 como vicepresidente general de la Iglesia Adventista después de casi cuarenta años como pastor, evangelista y líder del ministerio de medios. En el presente, es asistente del presidente de la Asociación General. Vol. 13 No. 3 | Adventist World

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C R E E N C I A S

F U N D A M E N T A L E S

De

Stephen Chavez

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a

¿Qué diferencia hacen unos pocos minutos?

E

l sol estaba por desaparecer mientras Dennis* conducía su viejo camión lleno de leña para hacer la última entrega del día. Al escuchar el sonido del camión que subía trabajosamente hasta la casa en la cima de la colina, el dueño, Oscar, salió al patio. Se dirigió a Dennis, que ya comenzaba a descargar diciendo con énfasis: «Le dije que dejara la leña antes de la puesta de sol». Dennis miró a su alrededor. «Bueno, no pude llegar antes. Tuve un problema con el camión. Afortunadamente, aún hay luz suficiente para descargar la leña antes de que oscurezca». Oscar, que desde hacía poco era adventista, entró a la casa y regresó con una Biblia. –Deje de descargar –le dijo–. Es mi sábado, y nosotros no trabajamos en sábado. –Bueno, no es mi sábado –replicó Dennis. Oscar estaba listo. Abrió su Biblia en Éxodo 20, y leyó: «Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas (vers. 9, 10). Usted es el extranjero que está dentro de mis puertas –dijo Oscar–. No quiero que trabaje en mi propiedad en sábado». Dennis protestó diciendo que el camión cargado de leña no iría de regreso a su casa. Dijo que tenía que descargar, porque al día siguiente tenía otras entregas. Oscar no cedió. No solo Dennis se fue sin descargar la leña, sino que regresó unos días después para aprender más del sábado. Quiso saber por qué hay que recordar ese día, y por qué la

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Biblia dice que Dios «bendijo el sábado y lo santificó» (vers. 11). Oscar tenía razón: el sábado comienza a la puesta de sol. Pero podría haber sido más considerado. Después de todo, Jesús dijo al referirse al sábado: «¿Quién de vosotros, si su asno o su buey cae en algún pozo, no lo saca inmediatamente, aunque sea sábado?» (Luc. 14:5). No todo «trabajo» está prohibido en sábado. Pocos meses después de ese episodio, tuve el privilegio de bautizar a Dennis en la Iglesia Adventista, y todo gracias un creyente celoso de los extremos del sábado. Dennis, sin embargo, siguió aprendiendo que el sábado no solo se refiere a un día; también implica relacionarse con Dios, y tener un día de veinticuatro horas para enfocarse exclusivamente en esa relación. Un tiempo juntos

Todo el que ha estado enamorado sabe que sentir un interés romántico en otra persona influye sobre lo que hacemos. Puede ser que la cita sea el miércoles, pero usted no espera hasta el ese día para decidir dónde ir, qué ropa se pondrá y lo que hará. Está pensando en esos detalles cada día hasta que llega el miércoles. Lo mismo sucede con el sábado. Para recibir el máximo beneficio de guardarlo, no esperamos hasta el viernes de noche para planificar cómo y con quién pasar ese día. Guardar el sábado no es accionar un interruptor: ahora es sábado, ahora ya no. Es por el contrario un estado mental que influye sobre nuestras elecciones a lo largo de la semana. Desde el comienzo de los tiempos –en la semana de la creación– cada día nuevo se inició a la puesta de sol: «Y fue la


El sábado es el don de Dios para nosotros, un momento para el descanso y la restauración de nuestra conexión con Dios y los demás. Nos recuerda la creación de Dios y la gracia de Cristo. El benéfico Creador descansó el séptimo día después de los seis días de la creación, e instituyó el sábado para todos los hombres como un monumento de la creación. El cuarto mandamiento

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de la inmutable ley de Dios requiere la observancia del séptimo día como día de reposo, culto y ministerio, en armonía con las enseñanzas y la práctica de Jesús, el Señor del sábado. El sábado es un día de deliciosa comunión con Dios y con nuestros hermanos. Es un símbolo de nuestra redención en Cristo, una señal de santificación, una demostración de nuestra lealtad y una anticipación de nuestro futuro eter-

tarde y la mañana del primer día» (Gén. 1:5). Cuando Dios terminó su obra, bendijo el día séptimo y santificó el tiempo que va desde la puesta de sol del sexto día de la semana hasta la puesta de sol del séptimo. Es por ello que adoramos al Señor desde la puesta de sol del viernes hasta el sábado de noche; es el día que Dios bendijo y apartó con ese propósito específico. A pesar de ello, no tenemos que esperar hasta la puesta de sol del viernes para iniciar la experiencia sabática. Podemos usar los días y las horas que culminan en el sábado para prepararnos para esas veinticuatro horas relajadas y tranquilas junto al Creador. Cuando se pone el sol el sábado por la noche, no necesitamos hacer un cambio brusco y pasar directamente a nuestras actividades seculares. Acaso técnicamente ya no sea sábado, pero aún podemos reposar en la atmósfera de nuestra experiencia sabática. Descanso y más descanso

En su sabiduría, Dios sabía que la humanidad necesitaría un día de la semana para descansar y recargar las energías. En efecto, la semana de siete días es el legado universal de esa realidad. Y aunque el séptimo día de la semana de la creación fue el séptimo día de Dios en el planeta, fue el primer día de Adán y Eva. Dios les ordenó que descansaran aun antes de comenzar a trabajar, indicando así que aunque el trabajo es importante, el descanso lo es todavía más. Vivimos en una cultura obsesionada con el trabajo, el estatus y los logros. ¿Cuántos de nosotros realmente sabemos cómo descansar? En sábado, aun nuestros dispositivos digitales –si así lo permitimos– conspiran con interrumpir la

no en el reino de Dios. El sábado es la señal perpetua de Dios del pacto eterno entre él y su pueblo. La gozosa observancia de este tiempo sagrado de tarde a tarde, de puesta de sol a puesta de sol, es una celebración de la obra creadora y redentora de Dios. (Gén. 2:1-3; Éxo. 20:8-11; 31:13-17; Lev. 23:32; Deut. 5:12-15; Isa. 56:5, 6; 58:13, 14; Eze. 20:12, 20; Mat. 12:1-12; Mar. 1:32; Luc. 4:16; Heb. 4:1-11).

comunión que Dios quiere que tengamos con él y las demás criaturas. El mandamiento divino de observar el sábado nos resulta intrigante por su vaguedad: «Acuérdate del sábado para santificarlo […]. No hagas en él obra alguna» (Éx. 20:8, 10). No nos dice, sin embargo, qué deberíamos hacer. Jesús pasó los sábados adorando a Dios en la sinagoga. También sanó a otros. Podemos imaginarlo fácilmente caminando por las colinas o junto a la ribera del mar. Es probable que lo rodearan no solo los que querían escuchar lo que tenía para decir, sino también los que disfrutaban de estar en su presencia. Es difícil imaginar que alguien dijera, o siquiera pensara: Cómo quisiera que terminara el sábado para volver a trabajar. Jesús dijo: «El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado» (Mar. 2:27, NVI). El sábado jamás tuvo el propósito de ser un ejercicio de legalismo, sino una delicia (Isa. 58:13). Por ello, es trágico hacer del sábado una carga en lugar de una bendición. Cuando entendemos correctamente el sábado, podemos apreciarlo y disfrutar nuestra relación con Cristo mucho antes de la puesta del sol del viernes, y mucho después de la puesta de sol del sábado. n *Los eventos narrados son verídicos, aunque los nombres usados son ficticios.

Stephen Chavez es editor asistente de ADVENTIST WORLD.

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N O TA D E TA PA Gerald A. Klingbeil

Una renovada relaciĂłn de

amor

En un mundo frenĂŠtico, es hora de redescubrir


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os adventistas damos el sábado por sentado. Sabemos que es el don especial de Dios, ofrecido a la humanidad en la creación. Sabemos que el séptimo día está antes del domingo (y muchos idiomas así lo reflejan). Sobre la base de la interpretación profética, algunos escriben con pasión sobre leyes y persecuciones relacionadas con el sábado y el tiempo del fin. A pesar de ello, ¿qué significa realmente «santificar el sábado» para la familia mundial de la iglesia, que refleja realidades y prácticas culturales diferentes? Entre 2005 y 2009, con mi familia vivimos en el campus del Instituto Adventista Internacional de Estudios Avanzados (AIIAS), en las Filipinas. Atesoramos muchos recuerdos inolvidables de esos años en un campus realmente multicultural. Entre esos recuerdos, se destaca uno. Los sábados siempre eran sumamente especiales en el campus. La naturaleza internacional de los estudiantes y el personal de AIIAS hacía que los sábados fueran aún más intrigantes. Algunos disfrutaban de recibir el sábado en grupo al aire libre, frente a sus viviendas; otros preferían momentos tranquilos en el jardín de oración que había en el campus. Algunos dejaban el campus el sábado por la mañana para atender pequeñas congregaciones de la zona; otros pasaban la tarde con sus hijos, participando de diversos juegos en el campo de fútbol. La actitud prevaleciente era: «Si veo que en sábado usted hace algo que me parece extraño o raro, le preguntaré por qué lo hace». Es una buena premisa a la hora de repasar juntos cinco principios claves relacionados con el sábado según la Biblia.1

el sábado

P O K

R I E

1. Ecos de la creación

«En el principio» es una poderosa manera de comenzar una historia. Desde el mismo comienzo, las Escrituras nos recuerdan que el tiempo es parte de una combinación creadora de Dios. Él habla en el tiempo, y la creación se produce

en el tiempo. La tarde y la mañana conforman el primer, segundo, tercer día, hasta llegar al sexto (Gén. 1:5, 8, 13, 19, 23, 31). Dios queda maravillado de su obra, y el narrador bíblico nos dice que después de crear al ser humano en el día sexto, Dios miró lo que había hecho, y he aquí «era bueno en gran manera» (vers. 31). Dios, sin embargo, aún no ha terminado. Aunque lo entusiasma ver lo que ha creado, algo más aguarda ser completado. El séptimo día de la creación es único, tanto en las formas verbales que usa como en el énfasis que ofrece. Dios termina su obra, descansa y, al hacerlo, bendice y santifica (Gén. 2:2, 3). El sábado representa el punto culminante de la creación, y es una invitación a descansar junto al Creador. El descanso divino comunica que su creación ha sido consumada, que es completa y perfecta, que es todo lo que necesitamos. La plenitud es una característica clave de la creación divina antes de la caída, y cubre todas las relaciones. El descanso sabático de Dios es asimismo una expresión de su amor apasionado. Dios quería pasar tiempo con sus criaturas. En el Edén, Dios se da exclusivamente un día de cada siete para disfrutar de la comunión con la humanidad. Avancemos hasta el Sinaí. El mandamiento del sábado en Éxodo 20:8-11 es el mandamiento más extenso, y emplea una estructura sintáctica particular. La invitación inicial a recordar se asemeja al vocabulario de Génesis 1 y 2 y la santidad que resulta de estar en comunión con el Creador. La presencia de Dios santifica el sábado. La creación nos recuerda su actividad santificadora y nuestro anhelo de comunidad. Esto se aplica a todas las culturas y en todo momento. 2. Libres al fin

El sábado comenzó con la creación, pero abarca más que ella. El mismo Dador de la Ley nos ayuda a comprender esta dimensión mayor en

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N O TA D E TA PA

Deuteronomio 5:12-15. En una llanura de Moab, Moisés exhorta a Israel hacia el fin del deambular por cuarenta años por el desierto (Deut. 1:1-5). Usa la historia de Israel como herramienta didáctica, ayudando a que una nueva generación recuerde y comprenda. Resulta intrigante que la razón que se da para guardar el sábado en Deuteronomio 5:15 no es la creación sino la liberación divina de Israel de la esclavitud en Egipto. En las Escrituras, la redención es una parte integral del sábado. En efecto, Deuteronomio 5:15 representa una contextualización consciente para una nueva generación, que torna explícito lo implícito.2 En la creación no hubo amo o esclavo. Toda la creación dependía de igual manera del Creador, y derivaba su vida del Hacedor divino. Tanto el hombre como la mujer fueron creados a imagen de Dios (Gén. 1:27) y, después de la caída, los dos (y el resto de la creación) necesitaban ser redimidos. El sábado es el gran igualador. Todos nos sentamos alrededor de la mesa de la gracia divina y gozamos de la comunión de los redimidos. La posición social, el sexo y las diferencias étnicas se vuelven irrelevantes. Dios nos ha sacado –a todos– de «Egipto», y lo ha hecho «con mano fuerte y brazo extendido» (Deut. 5:15). La nueva generación de israelitas necesita recordar a Egipto, la esclavitud y los actos poderosos de Dios. Al entrar en la Tierra Prometida, se convierten en la «nueva creación» de Dios. Imagine tan solo qué sucedería si cada sábado pudiéramos recordar que hemos sido liberados de nuestros Egiptos y Babilonias de adicciones, odio, egoísmo y justicia propia. La frase «He sido redimido» sería mucho más que tan solo el título de un conocido himno. El sábado nos libera de los intentos equivocados de generar justicia y santidad en nuestro interior. ¿Podemos oír las buenas nuevas de las Escrituras, que nos susurran que realmente podemos descansar en él?

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3. ¿Qué hacer con el extranjero?

4. ¿En qué puedo servirle?

La creación y la liberación son principios fundamentales de la teología bíblica del sábado pero, ¿qué decir del extranjero? Éxodo 23:12 brinda una respuesta provechosa. Los estudiosos han llamado al contexto más abarcador de este pasaje el «Libro del Pacto», dado que detalla un número de leyes que gobiernan las relaciones humanas. Esas leyes se relacionan con el altar, los esclavos, la violencia entre los seres humanos, la propiedad, la restitución, la igualdad ante la ley, los años sabáticos y las fiestas anuales (Éx. 20:19-23:33). Éxodo 23:12 habla específicamente del sábado, e incluye una referencia importante al «extranjero» (en hebreo, ger). En una sección que trata con las cuestiones prácticas que afectan al pueblo de Dios, ¿por qué Dios habría de incluir otra referencia al sábado que mencione específicamente el «extranjero»? El efecto del sábado descrito en Éxodo 23:12 puede darnos la pauta. Las personas y los animales debían descansar para tomar refrigerio. El verbo hebreo usado aquí describe que la renovación se produce cuando uno recupera el aliento mientras descansa. En efecto, el sustantivo que usa la misma raíz significa «vida» o «ser viviente», y ya aparece en Éxodo 23:9. Todos necesitamos recuperar el aliento para llegar a ser, una vez más, «seres vivientes». El descanso sabático es parte de la terapia divina para los estresados, agobiados y preocupados trabajólicos. A pesar de ello, Éxodo 23:12 no se enfoca realmente en ellos. El texto se enfoca en los animales, el «hijo de tu sierva» y «tu extranjero». Éxodo 23:12 nos dice que Dios se preocupa por los atribulados, los marginados y los extranjeros. En muchas partes del mundo, cada vez hay más refugiados y «extranjeros». Haremos bien en recordar el cuidado especial que tiene Dios por ellos, y el estrecho vínculo que existe con el sábado.

Existe un vínculo estrecho entre el sábado y el compromiso de servir a otros. A veces olvidamos esa importante parte de la teología del sábado, como sucedió con los habitantes del antiguo Israel. El profeta Amós escribió con pasión sobre la desconexión entre el descanso sabático y las prácticas abusivas contra los pobres y los afligidos (Amós 8:5, 6). Israel había olvidado que la justicia de Dios está estrechamente relacionada con la creación y redención que nos involucra a todos. Isaías 58 destaca ese importante elemento del sábado. El capítulo contrapone la adoración verdadera con la falsa. El profeta, haciéndose eco de la voz de Dios, se pregunta por la desconexión de buscar y acercarse a Dios, al tiempo que se ignora hacer justicia y se oprime a los marginados (Isa. 58:2, 3). Ayunar y orar no son buenos remplazos del servicio humilde y las contribuciones desinteresadas. La adoración sabática, aparentemente, no puede ser una búsqueda egoísta de la felicidad, sino que debería enfocarse en los sueños y la voluntad de Dios para este mundo. La búsqueda de «nuestra voluntad» (o nuestros «propios intereses» [vers. 13, NTV]) equivale a «profanar el sábado» (vers. 13, NVI)3. Las agendas humanas no forman parte del ideal del sábado divino. Por el contrario, se nos invita a buscar a los que pasan por momentos difíciles, están cautivos, tienen hambre, están desnudos y caminan en las tinieblas, cuyos nombres nadie parece recordar. En efecto, si somos honestos y nos miramos sinceramente en el espejo, vemos que está hablando de nosotros, ¿no es así? Apocalipsis 3:17 nos dice que creemos que estamos bien, aunque en realidad somos desgraciados, miserables, pobres, ciegos y desnudos. Creemos que nos está yendo bien, pero no podemos ver nuestra verdadera condición. Nos falta la gracia y nos sobra un impulso autogenerado.


Dios sigue activo, y cada nuevo sábado llega a ser una señal de su presencia, gracia y futuro . ¿Qué sucede cuando reconocemos la invitación implícita del sábado de servir a otros? Isaías 58 menciona dos veces la idea de «delicia». El Antiguo Testamento no usa a menudo la raíz hebrea de esa palabra. Isaías 58:13 contrasta el placer humano con las delicias centradas en Dios. En lugar de buscar la gratificación egoísta, Dios nos invita a experimentar la delicia plena de descubrir su gracia creadora y sustentadora mientras ministramos a los oprimidos de la sociedad. 5. ¿Puede ver la señal?

En una era de aplicaciones para telefonía celular y GPS, prestamos cada vez menos atención a las señales y los mapas. Pero estos son necesarios (y no solo cuando la conexión satelital está cortada o no tenemos cobertura). Las señales identifican ubicaciones y eventos importantes, a la vez que señalan algo mucho más abarcador. Éxodo 31:12-17 incluye una contribución única a la teología del sábado bíblico: «En verdad vosotros guardaréis mis sábados, porque es una señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico» (Éx. 31:13). Guardar el sábado no es una actividad recreativa opcional. Es, por el contrario, una orden divina que representa una señal entre Dios y su pueblo, para ayudar a que la humanidad entienda la verdadera santificación. Los estudiosos han reconocido hace mucho el vínculo estrecho entre el sábado y el Santuario. Ambos enfatizan la comunión entre lo divino y humano, y la comunidad, en

el tiempo y el espacio (Éx. 25:8). Ambos fueron dados por Dios, y reflejan sus características divinas. En Éxodo 31:12-17, sin embargo, se presenta otra dimensión. El sábado es la señal de un pacto perpetuo (vers. 16, 17) que está arraigado en la creación. En el Antiguo Testamento, las Escrituras mencionan tres señales del pacto (el arco iris [Gén. 9:12, 13, 17]; la circuncisión [Gén. 17:11]; y el sábado [Éx. 31:13, 17; Eze. 20:12, 20]). De los tres, el sábado es el menos visible a los ojos, y necesita de una respuesta humana consecuente. La señal del sábado nos ayuda a «conocer» (Éx. 31:13) al Creador, Redentor y Santificador. Es como una bandera levantada cada siete días, un recordatorio que nos ayuda a no olvidar. Los adventistas siempre hemos señalado que el mensaje del primer ángel de Apocalipsis 14:6 y 7 señala el sábado. El lenguaje del texto refleja claramente el lenguaje del cuarto mandamiento (Éx. 20:11). En cierto sentido, el sábado se convierte en el subtexto de la historia de Dios, en contraste con la historia del dragón del Apocalipsis. El amante Creador es contrastado con el airado acusador, que quiere sembrar dudas sobre el carácter de Dios. En el mensaje del primer ángel, «el sábado –escribe el investigador adventista Sigve Tonstad– transmite el mensaje de la participación duradera y fiel de Dios en la realidad humana».”4 Dios sigue activo, y cada nuevo sábado llega a ser una señal de su presencia, gracia y futuro.

Miremos hacia atrás… y hacia arriba

Casi hemos llegado al final de nuestra travesía por el sábado. La creación y la redención yacen en sus mismos cimientos; la misión, el servicio y la declaración pública son matices adicionales que reflejan el carácter perfecto del Dador de la Ley. La búsqueda, sin embargo, no ha terminado. Muy a menudo nos hemos distraído en las complejidades de lo que se puede o no hacer en sábado, pasando por alto sus principios fundamentales, que nos desafían a «descansar en él». En lugar de vivir a cada instante los principios del sábado, con frecuencia nos hemos especializado en establecer un canon de conductas sabáticas apropiadas. Imagine qué pasaría si esos principios influyeran en toda nuestra vida, no solo en la manera de guardar el sábado. Hebreos 4:1-6 habla de otro descanso. Es el descanso de nuestra propia justicia, de nuestros propios intentos insuficientes de ser verdaderamente santos, y de nuestro egocentrismo. Si comenzamos a ver con más claridad al Señor del sábado (Mar. 2:28), también seremos atraídos hacia aquel que vino a salvar a los perdidos, los cansados y los quebrantados. n 1 Para escribir este artículo, me he beneficiado de manera significativa de la investigación de Mathilde Frey, «The Sabbath in the Pentateuch: An Exegetical and Theological Study» (disertación doctoral, Seminario Teológico Adventista, Universidad Andrews, 2011), y Sigve K. Tonstad, The Lost Meaning of the Seventh Day (Berrien Springs, Mích.: Andrews University Press, 2009). 2 Véase Gerald A. Klingbeil, «The Sabbath Law in the Decalogue(s): Creation and Liberation as a Paradigm for Community», Revue Biblique 117, no. 4 (2010): 491-509, esp. 506. 3 Los textos bíblicos que dicen NTV pertenecen a la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados. Los que dicen NVI, pertenecen a La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1986, 1999, 2015 de Biblica, Inc.® Usada con autorización. 4 Tonstad, pp. 479, 480.

Gerald A. Klingbeil es editor asociado de ADVENTIST WORLD, y anhela el descanso definitivo en Jesús que brinda el sábado. Vol. 13 No. 3 | Adventist World

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V EI D D V A O CAI D O V NE AN L T I S T A

Recuerdos

Acaso no exista lo que solemos llamar un sábado «típico». Al igual que una gema preciosa, el sábado tiene muchas facetas que reflejan el amor, el gozo y la comunión que disfrutamos con Dios y con nuestros prójimos. Lo invitamos a disfrutar esta muestra de la familia adventista de diversas partes del mundo. –Los editores

EN

D I V I S I Ó N D E AS I A PAC Í F I C O S U R

Dando luz... y fruto

D I V I S I Ó N D E L PAC Í F I C O S U R

La celebración de la salvación El 29 de abril de 2011 siempre será uno de mis sábados más recordados. Hasta le di un nombre especial: «La celebración de la salvación». Fue la fecha de mi bautismo; un viernes de noche cuando entregué públicamente mi vida a Cristo. Fue también mi primera oportunidad de compartir el «incomparable amor» del Salvador con personas cercanas que aún no conocían a Dios. También pude celebrar con la comunidad la noticia de que me dedicaría tiempo completo a trabajar en el ministerio pastoral. Mi experiencia con el sábado ha tenido sus altibajos, pero puedo en verdad celebrar el día sagrado de descanso y apreciarlo según la intención original de Dios para ese día. Lo entendí

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cuando un pastor amigo me desafió a buscar a Cristo y su amor en el sábado, en lugar de ver el sábado como una limitación y restricción. Descubrí el deseo de Dios de conectarse deliberadamente conmigo, animándome a pasar tiempo con mis seres queridos y contribuyendo al crecimiento de la comunidad del Señor. Ahora soy pastor de una iglesia donde Dios ha seguido revelándose cada sábado, ayudándonos a crecer como familia en su amor.

Bernard Deojee vive en

Sídney (Australia), y hace poco ha pasado a una función de voluntario en el ministerio. Junto con su esposa Caryn, ha establecido una iglesia comunitaria para cultivar relaciones con exmiembros y nuevos amigos y familias.

Adventist World | Vol. 13 No. 3

El sábado es un día de descanso. También es un día para compartir con otros la Palabra de Dios y su amor. Como estudiante universitaria, un sábado tuve la oportunidad de realizar una visita a un hospital para enfermos de sida en Lopburi (Tailandia), con mis profesores y amigos. Fue una gran manera de compartir la Palabra y el amor de Dios. Ese día ha llegado a ser uno de mis sábados más memorables. Después del culto, viajamos casi dos horas hasta el hospital. Cuando ingresamos a la zona de pacientes, la atmósfera era sombría. Vi tristeza y dolor en muchos de los enfermos. Les habíamos llevado frutas. Les hicimos masajes, compartimos algunos versículos de la Biblia, y procuramos hablarles en tailandés e inglés. Como

ninguna de las dos es mi lengua materna, la comunicación no era fácil. De alguna manera, sin embargo, nuestra presencia les brindó luz, consuelo y esperanza. Si mostramos amor y somos bondadosos con otros, nuestra vida adquiere mayor sentido. Necesitamos estar agradecidos por los milagros que Dios obra en nosotros cada día. No importa qué problemas tengamos en el presente, podemos hallar valor y fortaleza en Dios para enfrentarlos. Cada nuevo sábado me recuerda esto.

Linh Nguyen Thi Phuong

es profesora en la Universidad Internacional de Asia Pacífico en Muak Lek (Tailandia), y disfruta de enseñar Ciencias Contables y de compartir la Palabra de Dios con sus estudiantes.


sabáticos

TO D O E L M U N D O D I V I S I Ó N AS I ÁT I CA D E L PAC Í F I C O N O RT E

La fe y la libertad Perdí toda confianza en la humanidad cuando el médico dijo: «Pronto va a morir; ya no podemos hacer nada por él». Estas palabras le dijeron a mi madre respecto de mi padre, cuando yo tenía dieciséis años. Solo la Palabra de Dios fue mi consuelo en esa terrible época solitaria y desastrosa. Cuanto más

la leía, más gozo sentía mi mente angustiada y más se disipaban las tinieblas. La culpa, el enojo y las pasiones malignas que me habían atormentado perdieron su fuerza, y hallé sanación y perdón en Jesús. Me di cuenta de que no tenía que llevar la carga del pecado, porque Dios ya

D I V I S I Ó N E U ROAS I ÁT I CA

Un sábado memorable en Rusia Era invierno, y todo estaba cubierto de hielo y nieve. Ese sábado, mi mamá, mi hermanita y yo tomamos un autobús a la iglesia, porque mi padre –que entonces era director de Ministerios Jóvenes, Comunicaciones y Misión Global de una de las Uniones de la División

Euroasiática– estaba de viaje y se había llevado el automóvil. Después de la iglesia, nos dirigimos a la parada de autobús, que estaba del otro lado de las vías. Vi que venía el autobús y comencé a correr sin mirar a los costados. Por ello, no noté que se acercaba un tren a toda velocidad.

me la había quitado. Esa experiencia me preparó para las pruebas que enfrenté en el servicio militar. Cuando llegó el viernes, tuve que escoger entre las tradiciones humanas y el mandato solemne de Dios. Tenía que capacitarme en el uso de armas. Rehusarme implicaba el riesgo de ir a la cárcel. Mi conciencia no estuvo en paz hasta que entregué plenamente mi voluntad al mandato divino de descansar en sábado. Como resultado, estuve en

Escuché que mi mamá gritaba, pero las vías estaban cubiertas de hielo y eran resbalosas, por lo que no atinaba a saltar. Mi hermana, que iba atrás de mí, se aferró a la mochila que yo cargaba en la espalda y me empujó a un lado. Un segundo después, el tren pasó a toda velocidad. Mi hermana me salvó la vida, y Dios envió a su ángel guardián para protegerme. Cada vez que recuerdo ese encuentro cercano con la muerte, mi corazón se

prisión por catorce meses. Durante ese tiempo, me dediqué a llevar a Cristo a otros prisioneros que buscaban un cambio de corazón y una renovación moral. Los hábitos que adopté allí siguen iluminando mi vida de ciudadano libre.

Jaehwa Shim es presidente de JAERIM, un movimiento inspirado en GYC de jóvenes adventistas de Corea del Sur que busca capacitar a cada miembro de iglesia para la misión en su iglesia local.

llena de gratitud a Dios por su bondad y amor. Dios me dice: «No temas, porque yo estoy contigo» (Isa. 41:10). Esas palabras me dan confianza y me recuerdan la bondad, el cuidado y el amor de nuestro buen Señor.

Larisa Liberanskaya es

adventista de quinta generación, secretaria y traductora del Departamento de Ministerios de Publicaciones y de la Asociación Ministerial de la División Euroasiática.

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V I D A

A D V E N T I S T A

Entrega, cánticos, servicios y amor: eso hace que cualquier sábado sea maravilloso para mí . — DA LY N E BA P T I ST E , N A I RO B I , K E N I A

D I V I S I Ó N S U DAS I ÁT I CA

Aguardo al Señor del sábado Cuando tenía unos doce años, comencé a recibir lecciones bíblicas dos veces por semana. Nunca antes ni después tuve acceso a lecciones que me llegaran tanto al alma. Desde la estatua de Daniel 2 hasta rompecabezas matemático de los 2300 días; de la maravilla de la cruz hasta los tres ángeles de Apocalipsis 14, las novedosas verdades iluminaron mi alma hasta el asombro. ¿De dónde vengo? Esa pregunta sobre el origen de la vida siempre fue un enigma envuelto en misterio. Dos de esas lecciones me explicaron el misterio y la solución al enigma: «Acuérdate del sábado para santificarlo […]. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar […]. Por tanto, Jehová

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bendijo el sábado y lo santificó» (Éxo. 20:8-11). El Señor me creó, y el sábado llegó a ser un marcador eterno en el tiempo y en la historia de que no soy un accidente producto de un largo proceso evolutivo. Pasé el primer sábado después de ese descubrimiento en un pequeño salón alquilado en Kolar Gold Fields, un pueblo de la India, junto con otras seis personas que habían hecho un descubrimiento similar. Ese sábado, hace ya sesenta y cinco años, comenzó mi fascinación con Cristo. Ese día sigue siendo el sábado más memorable de mi vida.

John M. Fowler guarda

el sábado, y aguarda la segunda venida del Señor de ese día santo.

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D I V I S I Ó N D E Á F R I CA C E N T RO - O R I E N TA L

Un sábado de comunión ¡Música! ¡Risas! ¡Historias! Rosas y una cruz. Al entrar al Centro de Conferencias Brakenhurst en Nairobi (Kenia), sentí el aroma del pan sin levadura y el jugo de uva. El Colegio Adventista Maxwell concluía una Semana de Oración con el orador invitado, el pastor Dwain Esmond. Era viernes de noche y todos estábamos reunidos para una memorable experiencia de adoración. Los sonidos que llenaban la sala eran para mí un anticipo del cielo. Recuerdo que dejé mi rosa blanca sobre la inmensa cruz, y pensé en la bondad y las promesas de Dios: «Dios puede hacer realidad lo que exactamente ha prometido hacer». Mi rosa sobre la cruz me recordó el sacrificio de Cristo por mí. También simbolizaba

la paz. En sábado, siempre anhelaba la paz. El sábado de mañana continuó nuestra maravillosa comunión, y la tarde abundó en programas misioneros. Me uní a un grupo que visitó un refugio de mujeres, donde fuimos bien recibidos por muchas mujeres y niños. Ellas cantaron con nosotros, a veces en suajili, mientras los niños aplaudían y danzaban. El sábado terminó con un maravilloso culto vespertino y un hermoso bautismo. Entrega, cánticos, servicios y amor; eso hace que cualquier sábado sea maravilloso para mí.

Dalyne Baptiste es directora de la Escuela Primaria Maxwell en Nairobi (Kenia).


D I V I S I Ó N D E Á F RI CA MERIDIONAL Y OCÉANO ÍNDICO

Un sábado distinto en el extremo sur La pequeña congregación de Monte Vista se encuentra en Ciudad del Cabo (Sudáfrica). Me siento honrado por ser uno de los ancianos de esa iglesia. Hace poco, un culto sabático en una fría mañana de invierno nos recordó que unos pocos pueden servir a otros. Ese sábado nos ocuparía­ mos de las necesidades de otras personas; no de las nuestras. Después de orar en la iglesia, nos dirigimos hasta el centro de la ciudad,

donde bajo los puentes viven muchas personas sin hogar. En esa fría mañana formamos un círculo y comenzamos a cantar himnos. La sospecha se transformó en una actitud receptiva cuando los presentes escucharon cánticos que no habían oído en mucho tiempo. Comenzaron a acercarse y unirse al círculo; otros permanecieron lejos, escuchando. Niñitos de hermosas sonrisas salieron de rincones escondidos donde nadie tendría por qué vivir.

D I V I S I Ó N D E Á F R I CA C E N T RO - O C C I D E N TA L

Un feliz sábado para todos Uno de los mejores sábados de mi vida fue cuando mi familia visitó la iglesia adventista Seabrook, en Lanham (Maryland, EE. UU.). Como líderes de la comunidad adventista liberiana, viajamos mucho los fines de semana, y no siempre hallamos cultos amenos para nuestros niños.

Ese sábado en Seabrook, sin embargo, todo fue diferente. Después de un programa de Escuela Sabática sumamente interactivo en el que los niños cantaron, jugaron con ovejas y aprendieron del rey David, fuimos a la Iglesia de los Niños en el Centro Adventista de Aprendizaje

Los cánticos, los versículos bíblicos y las oraciones tocaron sus corazones. Muchas veces paso por el lugar, por lo que sentí vergüenza de no notar jamás detrás de sus rostros a personas necesitadas. Compartimos paquetes de alimentos y ropas usadas con esos nuevos amigos que luchan por sobrevivir. Al mediodía, les servimos una deliciosa sopa de verduras y pan. Comenzamos a conversar y a reír ante los desafíos comunes de la vida y el hecho de que todos procuramos hallar el camino bajo la gracia abarcadora de Dios. Mientras el sol invernal descendía y el frío llenaba

el aire, llegó el momento de regresar a realidades diferentes. Esa experiencia sabática tocó algo profundo en mi ser, y me ayudó a darme cuenta de que la Palabra de Dios es para todos sin excepción. «Señor, perdónanos por favor. Perdona que sentimos como si tuviéramos derechos exclusivos sobre tu Palabra. Enséñanos a compartir el gozo de tu sábado con todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, mientras aguardamos tu pronto regreso».

Temprano de Seabrook. Hicimos grandes esfuerzos para planificar el programa: todos recibieron una etiqueta con sus nombres y un sello en sus manos antes de ingresar al salón. Además de muchas actividades entretenidas para los niños, un orador invitado habló de los desafíos de ser ciego. Aprendimos cómo los ciegos pueden leer en Braille, cruzar la calle con un bastón blanco, y sobrevivir con solo cuatro sentidos (el oído, el

tacto, el gusto y el olfato). Ya han pasado más de dos años, pero mis hijos aún recuerdan muchas lecciones de ese día, lo que incluye entonar y representar las acciones del cántico «Mi Dios es tan grande, tan fuerte y poderoso; no hay nada que él no pueda hacer». Esperamos volver a visitar pronto esa iglesia.

Nqobile Nicholas Damane

trabaja como director en la Municipalidad de Ciudad del Cabo. Está casado con Thembi, y es padre de Lino y Khanya.

Johnetta Flomo es oriunda

del Condado Montserrado, en Monrovia (Liberia).

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E P A Í R A I TDUV ED N ET P R TOAF E C Í A V SI D I S

Un viernes de noche, mi esposo anunció: “Mañana vamos a tener un sábado de aventura” . – SY LV I A R E N Z , A L S BAC H - ­H Ä H N L E I N , A L E M A N I A

D I V I S I Ó N I N T E R E U RO P E A

Un culto diferente Los sábados suelen ser días ocupados para la mayoría de las familias pastorales. Las expectativas de los miembros son elevadas; los niños a menudo ocupan un segundo lugar. Muchos fines de semana mi esposo, que trabaja en el Centro Europeo de Medios «Stimme der Hoffnung», tenía que visitar iglesias distantes para predicar y capacitar a los

miembros. Rara vez pasábamos sábados con él. Un viernes de noche, mi esposo anunció un plan especial: «Mañana vamos a tener un sábado de aventura. Tendremos otro tipo de culto». Después de un abundante desayuno, fuimos hasta cerca de una hermosa colina y comenzamos a caminar por la pradera. ¡Había tanto que descubrir en la naturaleza de

D I V I S I Ó N T R A N S E U RO P E A

Recuerdos de Irlanda Un nuevo país, un nuevo huso horario, y un sábado en tierra extraña. Mi esposo y yo acabábamos de salir de Irlanda, dejando atrás afectos y familiares, para estudiar en el Instituto Weimar, en California (EE. UU.). Después de renunciar a mi trabajo de enfermera, aguardaba con ansias un nuevo desafío y un nuevo capítulo en mi vida. Sin siquiera desempacar

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las maletas, nos quedamos dormidos hasta que sonó el teléfono de mi esposo. Le siguieron voces apagadas y entonces un silencio sepulcral. Era una mala noticia pero, ¿qué había pasado? Cuando mi esposo se recuperó de la conmoción, me enteré de que mi suegra, allá en Irlanda, había fallecido repentinamente. Era el sábado 6 de agosto

Adventist World | Vol. 13 No. 3

Dios! Entonces descansamos en un banco de madera, y entonamos algunos himnos. Nuestras oraciones parecían diferentes. Hablamos con Jesús como si él estuviera allí mismo con nosotros y, por cierto, así era. Nos sentíamos muy cerca de Dios y unos de otros. Antes de irnos de allí, cada niño recibió una navaja que incluía muchas herramientas. «La Biblia es una herramienta similar con muchas respuestas a nuestras preguntas –dijo mi esposo–. Puede ayudarnos a resolver nuestros problemas. La cruz

blanca en el costado de la navaja debería recordarnos que tenemos un Amigo en el cielo. Confiemos en él y usemos esa amistad así como utilizarán esas herramientas para las situaciones de la vida». Jamás olvidamos esa importante lección compartida en ese sábado especial.

de 2011, y no conocíamos a nadie en el campus. No teníamos amigos o parientes que nos consolaran. ¿Adónde ir en busca de consuelo cuando fallan todos los sistemas de apoyo? Mi esposo fue al bosque del campus para hablar con el Señor. Allí Dios envió a un docente jubilado para alentarlo e invitarnos a unirnos a su familia para los cultos sabáticos en la convención de ASI, en la ciudad de Sacramento. «Pasen este sábado con mi familia», nos dijo. Dios nos había enviado una nueva familia para brindar-

nos su apoyo. Ese sábado experimentamos el amor de la familia de la iglesia mundial, el amor de extraños, y la paz de un sábado sumamente especial pasado en una tierra extraña, pero con un Dios conocido que siempre nos cuida y consuela.

Sylvia Renz es escritora,

madre de tres hijos y esposa de pastor. Vive en Alemania. Hace poco, dejó de trabajar en la Escuela Bíblica por Correspondencia de «Stimme der Hoffnung», y disfruta la jubilación y de jugar con su nietecito.

Betty O’Rourke es enfermera jubilada. Tiene cuatro hijos adultos, nietos, y es esposa de un pastor que atiende tres distritos en Irlanda Occidental. Hace poco aceptó el cargo de promotora de salud de la Misión Irlandesa.


D I V I S I Ó N N O RT E A M E R I CA N A

El tercer sábado de mi padre D I V I S I Ó N S U DA M E R I CA N A

Decidí servir al Señor Dado que no puedo mirar al presente desde la ventajosa perspectiva del futuro, no tenía idea de que el templado día de primavera sería mi sábado más memorable. Desde que nací, mi madre me había llevado fielmente cada sábado a la iglesia adventista de nuestro pequeño pueblo. Ahora estaba decidida a no posponer más mi bautismo. Dos años habían pasado desde que mamá me había aconsejado esperar. No fue una decisión fácil para una tímida jovencita de catorce años. Hasta el día de hoy, en mi familia, los hijos adoptan la religión del padre. Mi padre, que es luterano, jamás había sido miembro activo de su iglesia, pero esperaba que, siguiendo sus pasos, yo también fuera luterana. Por ello, esa semana de noviembre, cuando lo invité a mi bau-

tismo, sus calmos modales dieron paso a un estallido de ira tan hiriente que me hizo temblar como una hoja. Amaba mucho a mi padre, pero me mantuve firme de parte de Jesús. Aprendí que «es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres». Mi abuela se enojó aún más, de manera que dejé de invitar a los demás parientes. Finalmente fui bautizada durante una simple ceremonia, en ese sábado de sentimientos encontrados. Sin saberlo, había alcanzado una importante encrucijada en mi vida. No puedo imaginar dónde estaría ahora de no ser por esa decisión para la eternidad.

Claudia Blath es esposa de pastor, madre de dos hijos casi adolescentes, y traductora independiente. Escribe desde Buenos Aires (Argentina).

D I V I S I Ó N I N T E R A M E R I CA N A

El sábado es familia Mi mejor sábado era cualquier sábado que pasaba con mi familia en casa de los abuelos. Aunque lo he procurado, no puedo recordar un sábado especial

que se presente como el más destacado. Sin embargo, cada sábado que pasé en diálogos profundos y risas alrededor de la mesa con mis primos, tías, tíos,

En 1942, mi padre, Max Torres, abrió una tienda de comestibles en Magdalena (Nuevo México, EE. UU.), con sus propios ahorros y dos mil dólares que le prestó un tío. El negoció floreció y dio ganancias desde el comienzo. Un año después, papá se unió a la Iglesia Adventista y decidió cerrar en sábado. Fue una decisión muy difícil, porque la mitad de los clientes solía hacer las compras el sábado por la mañana. Mi padre temía quedar en bancarrota. El sábado siguiente, papá nos llevó a la iglesia en un pueblo vecino y regresó a Magdalena después de la puesta de sol, con la intención de abrir el negocio esa noche. Para su disgusto, su padre y hermanos habían mantenido abierta la tienda todo el día. El sábado siguiente sucedió lo mismo. El tercer sábado, la tienda permaneció cerrada todo el día. En ese entonces

amigos y familia inmediata a la hora del almuerzo, ha quedado grabado en mi corazón. Me encantaba escuchar las diversas perspectivas que tenía para compartir cada persona. Me estimulaba el intelecto y me hacía sentir muy querida y especial. Como resultado de esos momentos juntos –que iban acompañados

yo solo tenía cuatro años, pero recuerdo vívidamente ese sábado de noche. Cuando mi padre estacionó su vehículo frente al negocio, vi un buen grupo de clientes esperando que se abrieran las puertas. Escuché que papá decía: «Dios bendiga a esta gente; podré seguir vendiéndoles las provisiones». Entonces vi que corría hasta la tienda para abrir las puertas. Los clientes lo siguieron mansamente hasta adentro. Le dijeron que lo admiraban por ser fiel a sus convicciones, y le aseguraron que le seguirían comprando provisiones. Al año siguiente, las ventas se duplicaron, y mi padre devolvió todo el dinero que le habían prestado.

Rudy Torres trabajó como

pastor en los estados de California, Washington y Maryland, en Estados Unidos. Actualmente está jubilado.

de la excelente comida de mi abuela– hasta hoy me encanta conversar y pasar tiempo con otras personas. Para mí, eso es lo que significa el sábado.

Marguerite Samuel es mamá, y fundó y dirige una organización de música coral denominada Ministerios Journey.

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D E S C U B R I R

E L

D O N

D E

E

l endurecimiento del corazón ante la Palabra de Dios ha provocado diversos tipos de conductas erróneas: la idolatría, la sensualidad, el egocentrismo, la lucha desenfrenada por el poder, la indiferencia ante el sufrimiento ajeno y la ignorancia del sábado, entre otras. Por ello, el mundo ha enfrentado muchas de sus crisis más grandes. Pero por cada gran crisis, Dios ha tenido personas que dieron sus mensajes, delineando los pasos para llegar a disfrutar de seguridad espiritual. Este principio fue expresado por el profeta Amós: «Porque no hará nada Jehová, el Señor, sin revelar su secreto a sus siervos los profetas» (Amós 3:7). Permítame repasar de qué manera Dios guio a su pueblo en cuatro grandes crisis de la historia. Es posible ver su conducción providencial durante el diluvio, la liberación de su pueblo de Egipto, en tiempos de idolatría, y en la demostración última de amor por la humanidad, lo que lo llevó a permitir que su único Hijo, Jesucristo, viviera y muriera por nosotros.

Cuatro momentos fundamentales de la historia

El diluvio. La Biblia dice: «Vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos de su corazón solo era de continuo el mal» (Gén. 6:5). El versículo 11 añade la acusación condenatoria de que la tierra se había «corrompido» y estaba llena de «violencia». El secularismo se había arraigado tanto en el pueblo que Dios implementó acciones drásticas para contener la marea de pecado y degradación. A pesar de ello, Dios no lo hizo sin anunciar primero su decisión a los que vivían en la tierra. Llamó a Noé como profeta, para advertir al pueblo de la destrucción venidera. Después de que Noé predicó ciento veinte años (Gén. 6:3), Dios destruyó el mundo.

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P R O F E C Í A

la

Valdecir Simões Lima

palabra segura de l a

profecía En la historia humana, a Dios nunca le faltó un vocero

La liberación de la cautividad egipcia. Después de siglos de cautividad en Egipto, llegó el momento de la liberación. La gente se volvió a Dios y clamó bajo el yugo de la esclavitud (Éxo. 2:23). Dios decidió librar a su pueblo del yugo que los agobiaba, y escogió a Moisés como profeta y líder para anunciar su plan y dirigir la liberación del pueblo. Advertencias contra la idolatría. Después de llegar a la Tierra Prometida, el pueblo siguió desobedeciendo a Dios. El amor divino aún no era parte de su ser, y la idolatría era rampante. Canaán estaba llena de ídolos. El pueblo adoraba «la obra de sus manos […], lo que fabricaron sus dedos» (Isa. 2:8). En respuesta, Dios escogió diversos profetas para alejar a su pueblo de la idolatría. Es importante notar que Dios no solo usó hombres para esa tarea; también usó mujeres. Llamó a una profetisa llamada Débora, y la usó como su instrumento para alejar al pueblo de la idolatría. La primera venida de Cristo. El mundo necesitaba la primera venida del Mesías. El pueblo necesitaba saber

y comprender la verdadera naturaleza del reino de Dios. El Espíritu del Señor descansaría sobre el Mesías, y él reinaría con sabiduría y poder, porque revelaría al Padre (Miq. 5:2; Isa. 11:1, 2). El pueblo debería haber estado preparado para recibirlo, pero no conoció la hora de su venida. Por medio de Juan el Bautista, supieron que había llegado el tiempo de recibir a ese poderoso Rey. Juan les imploró que se arrepintieran de sus pecados, en lugar de buscar cómo justificarse proclamando su linaje religioso (Mat. 3:8-11). Para anunciar la primera venida de Cristo y para preparar al pueblo para esa ocasión especial, Dios envió varios profetas: Miqueas, Isaías, Juan el Bautista y también a Ana. A lo largo de la Biblia vemos un patrón y a su vez una doble condición para navegar las crisis con seguridad: buscar a Dios con todo el corazón, y creer a sus profetas (Jer. 29:13; 2 Crón. 20:20). Así es como nuestro Líder soberano protegió a su pueblo de la destrucción, y le dio oportunidades de comenzar de nuevo después de grandes calamidades.


La

restauración de la verdad

CAÍDA DILUVIO

EGIPTO

ACAB/ JEZABEL

PRIMERA VENIDA

BABILONIA

1844

SEGUNDA VENIDA

NOÉ

MOISÉS

ELÍAS

DANIEL

JUAN EL BAUTISTA

ELENA WHITE

Destrucción

Cautividad

Apostasía

Exilio

Formalismo

Todas las demás

Otra crisis, otra voz

¿Hay algo en nuestra era que justifique la presencia de un profeta? ¡La respuesta es un sí enfático! Esta doble condición de buscar a Dios y creer a sus profetas es aún una línea maestra que se repite a lo largo de la historia. Creemos que la segunda venida de Cristo está cercana. También esperamos otra crisis antes del regreso de Cristo. Si las crisis pasadas nos indican algo, ¿por qué Dios dejaría de enviar un profeta para preparar ahora a su pueblo? La segunda venida de Cristo es el evento más grande de la historia humana desde la muerte y la resurrección de Cristo. Antes del regreso de Cristo, muchas de las devastadoras realidades que precedieron a su primer advenimiento se repetirán a mayor escala y con mayor destrucción. Cristo mismo declaró que la conducta de la humanidad y los eventos que precedieron al diluvio se repetirán antes de su segunda venida (Mat. 24:37, 38). El fin de los tiempos verá una convergencia de las características que marcaron previas crisis históricas. En esta ocasión, los eventos se producirán

en forma simultánea. Seremos testigos de paralelos entre las conductas de los que vivieron en el pasado y los que viven en el presente. Hay amplia razón de creer que la idolatría es un mal que acosa a nuestra era. Hay pocas advertencias sobre la necesidad de evitar esa práctica. Así como hay ídolos literales, la gente tiene que ser advertida sobre todo lo que se interponga entre la humanidad y Dios, ya sea el secularismo en todas sus formas o la adoración de la bestia y su imagen. Todo lo que nos haga pensar en otra cosa que no sea la adoración a Dios merece reprobación (Apoc. 14:9, 10). El pueblo de Dios le servirá de todo corazón. Una de las características del remanente es la observancia de los «mandamientos de Dios» y el «testimonio de Jesús» (Apoc. 12:17), definido en Apocalipsis 19:10 como el Espíritu de Profecía. Dios nos ha enviado una profetisa a quien necesitamos prestar atención. El rechazo de los profetas de Dios en momentos cruciales de la historia siempre ha tenido serias consecuencias para el profeso pueblo de Dios, porque el rechazo de un profeta implica, según Lucas 10:16,

el rechazo hacia aquel que lo envió. Elena White fue iluminada por Dios. Inspiró al pueblo de Dios en el tiempo del fin hacia caminos más seguros de conducta cristiana. Tenemos que respetar su relevancia y tomar en serio sus enseñanzas. Somos responsables de creer, vivir y proclamar esta luz. La Iglesia Adventista está encaminada en una dirección definida. Sin duda, el Espíritu de Profecía es parte de este movimiento, en momentos en que hace frente a los días más críticos de la historia humana. Una vez más, Dios ha provisto un camino para guiar y librar a su pueblo. Un día cercano, Cristo regresará a buscar a los suyos. Que Dios nos ayude a buscarlo con todo el corazón, y escuchar a sus profetas, para que estemos listos para su pronto regreso. n

Valdecir Simões Lima es profesor en la Universidad Adventista de Brasil en las carreras de Teología y de Comunicación Social. Vol. 13 No. 3 | Adventist World

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R E S P U E S T A S

A

P R E G U N T A S

B Í B L I C A S

Una cuestión ¿Por qué Dios de escogió salvar a la raza humana, pero no a Lucifer y sus ángeles?

justicia

La pregunta parece estar basada en la falsa suposición de que Dios no procuró salvar a Lucifer. Acaso se quiere preguntar por qué Dios no envió a su Hijo para salvar a los ángeles caídos. Aunque el conflicto cósmico es un tema central de la teología bíblica, no hay una exposición detallada de su origen en la Biblia, lo que hace difícil saber todo lo que Dios hizo por la hueste celestial al comienzo del conflicto. Todo lo que puedo hacer es compartir parte de lo que pienso en relación con su pregunta. 1. La justicia y el amor: El pecado no fue creado, ni llegó a la existencia. Es en efecto la negación tanto de la creación como de la existencia. Implica la adopción de la «descreación» por parte de criaturas inteligentes, que escogieron la nada de la no existencia a la vez que reclamaban el derecho irracional de existir en forma independiente de Dios. No había razón para la rebelión de un grupo de seres celestiales. Por lo tanto, Dios actuó con justicia al condenarlos. Al mismo tiempo, actuó con amor al no permitir que la «descreación» superara totalmente su buena creación. La integridad del juicio divino contra los ángeles rebeldes será incluso reconocida por ellos al final del conflicto cósmico (véase por ej. Fil. 2:10, 11). 2. La singularidad del pecado de Lucifer: Solemos entender el pecado como una condición (es decir, la naturaleza pecaminosa) o como un acto (es decir, la violación de la Ley). En el caso de Lucifer y sus ángeles, estamos frente a la expresión más extraña del pecado y el mal, que aún no están presentes, sino que se están gestando dentro de los ángeles. Eso altera la naturaleza de ellos de una manera radical, porque la descompone. Esa anomalía caótica fue desintegrando un segmento de la creación divina y se expresó en rebelión contra la voluntad del Creador. Aún no existía un poder externo que tentase a las criaturas al pecado. Estamos frente al momento en que se originó el pecado y el mal. No fue la condición de Adán y Eva. Sin embargo, el pecado de ellos fue tan inexcu­sable como el de Lucifer, y mereció el mismo castigo. 3. Resolución y revelación: Dios hizo todo lo que pudo para salvar no solo a Lucifer y sus ángeles sino también a

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Adventist World | Vol. 13 No. 3

la raza humana. La Biblia indica un diálogo constante con los ángeles rebeldes, en un intento por persuadirlos de que su curso de acción dañaría el orden cósmico y también los afectaría. Dios procuró abortar el origen del pecado. Por medio de su Hijo –el Mediador entre Dios y su creación (Col. 1:15)– Dios les reveló su infinito amor. Dado que habían estado tan cercanos a Dios, experimentaron de manera particular su amor y cuidado por todas sus criaturas. También se dieron cuenta de que el Hijo de Dios, que parecía haber sido uno más entre ellos –el Arcángel (Dan. 10:21; 12:1; Jud. 9; 1 Tes. 4:16; Apoc. 12:7)– no era otro que su Creador (Col. 1:16). Esa magnífica revelación presuntamente hizo que muchos ángeles devolvieran su lealtad a Dios, y debería haber puesto fin a la insurrección, pero no fue así. Se puso entonces en marcha un proceso judicial para examinar las pruebas y los argumentos, pero la decisión del tribunal fue clara: «Desde el día en que fuiste creado tu conducta fue irreprochable, hasta que la maldad halló cabida en ti» (Eze. 28:15, NVI). Satanás fue hallado culpable. Una vez que la naturaleza de autocorrupción del pecado (o del mal) anuló la creación de la bondad de la naturaleza de Lucifer y sus ángeles, ya no hubo nada que Dios podía hacer para salvarlos. Habían rechazado la revelación divina del amor de Dios por ellos. Dios otorgó la misma opción a la raza humana. La revelación más gloriosa del amor de Dios por los pecadores, por medio de su Hijo –que se hizo uno de nosotros mediante la encarnación– nos ofrece la posibilidad de regresar para ser leales a Dios y vivir. El pecado y el mal casi han erradicado la imagen de Dios en nosotros, pero ese proceso puede ser interrumpido si vemos en Cristo la revelación más majestuosa de su amor, que condena con justicia a las criaturas rebeldes y salva a los pecadores arrepentidos (Rom. 3:25, 26). n

Ángel Manuel Rodríguez se ha jubilado, después de trabajar para la iglesia como pastor, profesor y teólogo.


E S T U D I O

B Í B L I C O

Mark A. Finley

El

poder

para

obedecer

D

esde el mismo comienzo, la obediencia por amor ha sido una prueba de lealtad a Dios. Lucifer logró que una tercera parte de los ángeles desobedeciera a Dios (Apoc. 12:3, 4, 7-9). Afirmó que el gobierno de Dios y sus leyes eran injustos. Satanás describió a Dios como un gobernante autoritario que poco se interesaba en su creación. Siempre ha afirmado que la obediencia limita nuestra felicidad, y que la desobediencia mejora la vida. Mintió de esa forma en el cielo, y lo repitió en el Edén (Gén. 3:1-5). En la lección de hoy, descubriremos que la obediencia a la Ley de Dios brinda el más grande gozo y el mayor deleite al pueblo de Dios. También descubriremos la asombrosa verdad de que Dios no solo nos llama a obedecer, sino que también nos da el poder para hacerlo.

1

¿Cuál fue la actitud de David hacia la Ley de Dios? ¿Cómo se compara esto con la actitud de Jesús respecto de la voluntad de Dios? Compare Salmos 40:8 con Juan 8:29 y Hebreos 10:7. David sintió que la Ley de Dios era su fuente de verdadero gozo. En el Salmo 1, escribió sobre el que es fiel a Dios: «En la Ley de Jehová está su delicia y en su Ley medita de día y de noche» (vers. 2). En el Salmo 119 añadió: «Si tu Ley no hubiera sido mi delicia, ya en mi aflicción hubiera perecido» (vers. 92). El Cristo eterno colocó en el corazón de David el deseo de obedecer, así como Jesús tuvo también el deseo de obedecer durante toda su vida terrenal.

2

Lea Deuteronomio 8:1, 6, 7, 11 y 28:1. ¿Qué está diciendo Dios a Israel en estos versículos? ¿Limita realmente la obediencia a la Ley de Dios nuestra felicidad y libertad?

3

¿Vino Jesús acaso a anular la Ley? ¿Es legalista sentir el deseo de guardar la Ley de Dios? Compare Mateo 5:17 con Romanos 3:31. I M A G E N :

L D S

M E D I A / J E R R Y

H A R S T O N

El Nuevo Testamento lo deja absolutamente en claro: Jesús no vino para destruir la Ley; vino para cumplirla. Cumplir significa darle pleno significado. En Colosenses 4:17, el apóstol Pablo aconsejó a un discípulo llamado Arquipo que cumpliera su ministerio. Por cierto, no le dijo que lo dejara sin efecto, sino que le diera pleno significado, que lo completara. Le pidió que perseverara y jamás se diera por vencido.

4 ¿Es posible obedecer la Ley de Dios? ¿Es suficiente la gracia de Dios para que los cristianos venzan los pecados conocidos? Descubra la respuesta en Romanos 5:20, 21; 1 Juan 5:4; y Apocalipsis 14:12. 5 ¿Cómo es posible obedecer a Dios? ¿Dónde se origina el poder para obedecer? ¿Obedecemos por nuestra propia fuerza de voluntad? Lea Efesios 2:8-10; 3:15, 20. Somos salvados por gracia y solo por gracia. Por fe recibimos el perdón de Dios. En Cristo, estamos ante Dios como si nunca hubiéramos pecado. La misma gracia que nos justifica también nos santifica. La misma fe que nos da perdón también nos da poder para obedecer.

6 ¿Qué promete Dios a cada creyente que se acerca a él con fe? Compare Hebreos 8:10 con 1 Tesalonicenses 5:23. Dios promete hacer por nosotros lo que jamás podemos hacer por nosotros mismos. En Cristo, el don de la salvación nos pertenece. Él coloca su Ley en nuestra mente para que la conozcamos, y la coloca en nuestro corazón para que la amemos. Por medio de su Espíritu, Dios nos da poder para obedecer y deleitarnos en sus caminos. Ese es el milagro del evangelio. n

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May-Ellen Colón

Principios guiadores para la

observancia del sábado erísticas correspondientes Los principios que siguen están basados en el carácter de Dios, y brindan un fundamento de nuestras reglas y prácticas sabáticas. Dios nos ayudará a reflexionar y vivir su carácter cuando procuremos transformar esos principios en acciones.

1

DESCANSAR

Guardar el sábado significa descansar del trabajo, las cargas de la vida y las preocupaciones y distracciones seculares. (Éxo. 16:28-30; 20:9, 10; 23:12; 34:21; Neh. 13:15-22; Jer. 17:27; Luc. 23:54-56). Relación divina con el principio 1:

Dios es el paradigma del descanso. «Solo en Dios halla descanso mi alma» (Sal. 62:1, NVI). Por medio de Cristo, Dios ofrece descanso a todo aquel que acude a él (Mat. 11:28). Jesús mismo descansó en sábado (Gén. 2:1, 2).

2

CELEBRAR

Guardar el sábado significa celebrar la creación del mundo (Gén. 2:1-3) y nuestra redención (Deut. 5:15). Por ello, la atmósfera de ese día debería ser de celebración, gozo y deleite (Sal. 92; Isa. 58:13). Relación divina con el principio 2:

Dios celebra y se regocija. Celebró la creación (Gén. 2:1-3; Prov. 8:27-31), y se regocija cuando las personas se allegan a él (Deut. 30:9; Isa. 62:5; Sof. 3:17; Luc. 15). Celebrará también en la Cena de bodas del Cordero (Apoc. 19:7-9).

3

SANAR

Guardar el sábado significa fomentar la sanación, el alivio, la liberación y la renovación. Toda acción que nos dañe ya sea a nosotros u otras personas, implica quebrantar el sábado

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Adventist World | Vol. 13 No. 3

(Isa. 58; Mat. 12:9-15; Mar. 1:21-28; Luc. 4:38, 39; 13:10-17; 14:1-6; Juan 5:1-18; y Juan 9).

de nuestra relación con los demás (Juan 13:34, 35; 17:20-23).

Relación divina con el principio 3:

Guardar el sábado implica disfrutar, estudiar y experimentar el mundo que Dios ha creado (Sal. 92:4, 5; 111:2-4; Rom. 1:20).

Dios es sanador (Éxo. 15:26; Sal. 103:3; 147:3; Mat. 4:23; Hech. 10:38). Trae salvación en sus alas (Mal. 4:2).

4

ADORAR

Guardar el sábado significa participar de la adoración corporativa dedicada a Dios junto con la familia de la iglesia (Lev. 23:3; Isa. 56:1-8; 66:22, 23; Mar. 1:21; 3:1-4; Luc. 4:16; 13:10; Heb. 10:25; Apoc. 14:7). Adorar juntos alienta y facilita tanto la comunión espiritual como social entre nosotros como humanos, y entre nosotros y Dios. Relación divina con el principio 4:

Dios desea la adoración corporativa (Isa. 66:22, 23). Mientras estuvo en esta tierra, Jesús asistió y dirigió cultos de adoración (Luc. 4:16).

5

TENER COMUNIÓN

Guardar el sábado significa cultivar relaciones con la familia y los amigos (Mar. 1:29-31; Luc. 14:1). Gracias al don del sábado, Dios nos brinda tiempo para la comunión con toda la familia, y aun con los animales (Éxo. 20:8-11). Relación divina con el principio 5:

Los miembros de la Trinidad son relacionales (Juan 15:15). La relación de Dios con nosotros es el fundamento

6

DISFRUTAR

Relación divina con el principio 6:

Dios es el Creador, y aprecia su creación, que denominó buena «en gran manera» (Gén. 1:31). En la creación, Dios se llenó de satisfacción, regocijándose en el mundo que creó y deleitándose en el género humano (Prov. 8:31, NVI).

7

SERVIR

Guardar el sábado significa servir a otros con amor y dar buen testimonio de Dios (Isa. 58:7-10; Mat. 12:12; Mar. 3:4; Luc. 6:9; 13:12, 16). Relación divina con el principio 7:

Jesús es siervo y pregonero de buenas nuevas (Luc. 4:18-21; Fil. 2:5-11). Él anduvo haciendo el bien (Hech. 10:38).

May-Ellen Colón es

directora de Servicios Comunitarios Adventistas Internacional, enlace especial de Servicios Comunitarios con ADRA Internacional, y directora asistente de Escuela Sabática y Ministerios Personales de la Asociación General.

J E R E M Y T H O M A S

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P E X E L S

Con caract a la persona de Dios


INTERCAMBIO DE IDEAS «He aquí, vengo pronto . . .» Nuestra misión es elevar a Cristo, uniendo a los adventistas de todo el mundo en creencias, misión, vida y esperanza.

Cartas Más allá de las palabras

Una nota de agradecimiento a Bill Knott por su editorial de Diciembre 2016 titulado «Más allá de las palabras». Espero que no le moleste, pero lo usé para compartir pensamientos con el grupo Escribas Cristianos, de Dayton (Ohio, EE. UU.). He tenido el privilegio de producir el boletín de ese club de escritores durante muchos años. Las palabras de Knott parecieron las justas para transmitir el mensaje deseado de inspiración a nuestros escritores en vísperas de la Navidad y el Año Nuevo. Mis mejores deseos para él y todo su talentoso y fiel equipo. Lois Pecce Ohio, Estados Unidos La paradoja de la unidad y la variedad

Disfruté de leer «La paradoja de la unidad y la variedad» (Noviembre 2016), de Richard Aguilera. Creo que «Dios ama a cada ser humano, más allá de las diferencias superficiales, sea de atuendo, peinado, música o estilo de oración. Tenemos que comprender que tenemos el sagrado cometido de amar y servir a otros, y de compartir las buenas nuevas de esperanza y salvación».

Al igual que un Padre amante, Dios quiere a su familia unida. No podemos cumplir lo que Dios quiere que hagamos si nos rehusamos a reconciliarnos unos con otros. En su oración más ferviente, la noche antes de ser crucificado, Jesús le rogó a su Padre que uniera a sus seguidores: «Para que todos sean uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste» (Juan 17:21). Larry Valorozo La Haya, Holanda Tenemos que discernir entre la inocencia y el mal de la cultura, aceptando la primera y rechazando el segundo. Los que están comprometidos con las verdades bíblicas no terminan divididos, porque tienen el mismo objetivo. Jesús produce la verdad pura, y la unidad real es el producto que resulta solo de aquellos que la aceptan. La verdad es una prioridad mayor que la falsa unidad (Amós 3:2, 3; 2 Cor. 6:14, 15, 17; El conflicto de los siglos, pp. 42, 43). Ken Lemky Columbia Británica, Canadá Aguardo con ansias que llegue ADVENTIST WORLD

Cada mes aguardo con ansias la publicación de Adventist World. La devoro de la primera a la última página. En uno de los números especiales, incluyeron un folleto de GLOW para recortar y entregar. Quiero participar de los esfuerzos de evangelización. ¿Cuándo recibiremos el próximo? M arie-Pierre Crostella Cranves-Sales, Francia

Editor ADVENTIST WORLD es una publicación internacional de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, editada por la Asociación General y la División de Asia-Pacífico Norte de la Iglesia Adventista. Junta editora Ted N. C. Wilson, presidente; Guillermo Biaggi, vice presidente; Bill Knott, secretario; Lisa Beardsley-Hardy, Williams Costa, Daniel R. Jackson, Peter Landless, Robert Lemon, Geoffrey Mbwana, G. T. Ng, Daisy Orion, Juan Prestol-Puesán, Ella S.Simmons, Artur Stele, Ray Wahlen, Karnik Doukmetzian, asesor legal Editor ejecutivo Bill Knott Gerente editor internacional Pyung Duk Chun Comisión coordinadora de ADVENTIST WORLD Jairyong Lee, presidente; Pyung Duk Chun, Suk Hee Han, Yutaka Inada, German Lust, Dong Jin Lyu Editores de Silver Spring, Maryland, EE. UU. André Brink, Lael Caesar, Gerald A. Klingbeil (editores asociados), Sandra Blackmer, Stephen Chavez, Wilona Karimabadi Editores de Seúl, Corea Pyung Duk Chun, Hyo Jun Kim, Jae Man Park Directora de operaciones Merle Poirier Editores invitados Mark A. Finley, John M. Fowler Consultor E. Edward Zinke Gerente financiera Kimberly Brown Asistente administrativa Marvene Thorpe-Baptiste Junta administrativa Jayriong Lee, presidente; Bill Knott, secretario; Pyung Duk Chun, Karnik Doukmetzian, Suk Hee Han, Yutaka Inada, German Lust, Ray Wahlen, Exoficio: Juan Prestol-Puesán, G. T. Ng, Ted N. C. Wilson Dirección y diseño gráfico Jeff Dever, Brett Meliti Consultores Ted N. C. Wilson, Juan Prestol-Puesán, G. T. Ng, Guillermo E. Biaggi, Mario Brito, Abner de los Santos, Dan Jackson, Raafat A. Kamal, Michael F. Kaminskiy, Erton C. Köhler, Ezras Lakra, Jairyong Lee, Israel Leito, Thomas L. Lemon, Solomon Maphosa, Geoffrey G. Mbwana, Blasious M. Ruguri, Saw Samuel, Ella Simmons, Artur A. Stele, Glenn Townend, Elie Weick-Dido A los colaboradores: Aceptamos el envío de manuscritos no solicitados. Dirija toda correspondencia a 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600, EE. UU. Número de fax de la oficina editorial: 1 (301) 680-6638 E-mail: worldeditor@gc.adventist.org Sitio Web: http://www.adventistworld.org/ A menos que se indique lo contrario, todas las referencias bíblicas pertenecen a la versión Reina Valera. Revisión 1995.

Pautas para las cartas: Envíelas por favor a letters@ adventistworld.org. Las cartas tienen que ser claras, con una extensión máxima de cien palabras. Incluya el nombre del artículo y la fecha de publicación. Coloque también su nombre, el pueblo o ciudad, el estado o provincia y el país desde donde nos escribe. Los envíos serán editados por razones de espacio y claridad. No todas las cartas serán publicadas.

ADVENTIST WORLD es publicada todos los meses e impresa simultáneamente en Alemania, Argentina, Australia, Austria, Brasil, Corea, Estados Unidos, Indonesia y México.

Vol. 13, No.3

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