Aw january 2015 spanish

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Publicación internacional de los adventistas del séptimo día

Vol. 11 No. 1

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Ahora

puedo ver

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Probado y

aprobado

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¿Cuántas son

demasiadas?


Vol. 11 No. 1

N O TA

D E

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TA P A

12 Ahora puedo ver D E V O C I O N A L

Cuando excavamos Laquis

Gerald A. Klingbeil

La arqueología arroja una luz mucho mayor sobre las historias de la Biblia.

Si tan solo viéramos las cosas así como Dios las ve.

14 Testigos del amor de Dios C R E E N C I A S

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PA N O R A M A

M U N D I A L

Ted N. C. Wilson

Recordemos el pasado mientras miramos al futuro.

F U N D A M E N TA L E S

Traspasemos la antorcha de la verdad

Myron Madden

Denis Kaiser

Ser profeta no implica solamente predecir el futuro.

22 La mensajera de Dios:

D E S C U B R A M O S E L E S P Í R I T U D E P R O F E C Í A

Cómo comenzó todo

James R. Nix

S A L U D

Dios usó a una mujer.

William Hayden

Elijamos «adicciones» saludables.

24 Probado y aprobado

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Abstinencia

S ervicio

adventista

Mikhail E. D. Byng

Cuando se saben las respuestas, pero no se tienen palabras para expresarlas.

D E PA R TA M E N T O S 3 I N F O R M E

M UNDIA L

3 Noticias breves 6 Informe de noticias 21 Iglesia de un día

26 R E S P U E S T A

PRE G U N TA S

A B Í B L I C A S

I N T E R C A M B I O 28 D E

I D E A S

¿Cuántas son demasiadas?

spanish.adventistworld.org

www.adventistworld.org: Disponible en línea en once idiomas

Publicado por la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

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Adventist World | Enero 2015

F o t o g r a f í a d e p o r ta d a d e G e r a l d A . K l i n g b e i l / A d v e n t i s t

W o r l d


Desenterrar el futuro

INFORME MUNDIAL

Un pastor y un anciano adventistas

asesinados en dos días

Gu a t e m a l a

Hombres armados los atacan en Guatemala y las Filipinas

PASTOR FALLECIDO: Cientos de miembros de iglesia asisten al funeral de pastor Noé González, asesinado en Jalapa (Guatemala).

d e

n el fondo, muchas controversias tienen que ver con el futuro. Esto puede parecer extraño a los que han dedicado sus vidas a analizar los datos y el significado del pasado. ¿Cuáles fueron las causas económicas de la violenta Revolución Francesa de fines del siglo XVIII? ¿Qué relación hubo entre el comercio del algodón en los Estados Unidos y la catástrofe de la esclavitud afroamericana en los inicios del movimiento adventista? ¿Qué fuerzas políticas y sociales generaron la carrera armamentista que terminó en el incidente de Sarajevo de 1914? A primera vista, todos parecen argumentos (o al menos discusiones) del pasado, como si el pasado fuera una secuencia ordenada de eventos lineales. Los historiadores y hasta los estudiantes, suelen favorecer una u otra teoría. Saben, sin embargo, que en realidad están discutiendo la validez de sus perspectivas para interpretar eventos futuros, brindando signifi­ cado a situaciones aún no acontecidas. Hasta los recién casados que discuten si el tubo de pasta dental tiene que ser apretado desde abajo o desde cualquier parte negocian, en efecto, la ecuación de poder entre ellos para el futuro. ¿Mandará uno y el otro se someterá? ¿Hallarán esa armonía para la cual el Señor creó al hombre y la mujer? Por ello, las controversias en la nota de tapa de este mes, a cargo del editor asociado y estudioso del Antiguo Testamento Gerald Klingbeil, no son simples argumentos sobre lo que significan los fragmentos de la antigua Laquis para lo que algunos consideran, desa­ fortunadamente, la ciencia polvorienta de la arqueología del Antiguo Cercano Oriente. Son, en efecto, controversias sobre el futuro de la fe, en especial de la fe en el registro histórico de la Biblia. Si, como lo revelan de manera creciente hallazgos arqueológicos como los de Laquis, la Biblia presenta un relato confiable y protegido por Dios de un doloroso pasado, entonces podemos confiar en la promesa de que cuidará a su remanente en los tiempos de zarandeo que, según esas Escrituras, nos aguardan pronto. Lo invito a leer esta edición de Adventist World mientras eleva una oración para su futuro: «Señor, ayúdame a seguir confiando en ti, y a seguir comprometido con tu Palabra».

U n i ó n

E

■■ Un pastor y un anciano perdieron la vida en ataques armados en Guatemala y las Filipinas en espacio de dos días, lo que pone de relieve el peligro que enfrentan los obreros de la iglesia en algunas zonas del planeta. Asaltantes enmascarados atacaron al pastor Noé González y su esposa el pasado 23 de octubre cuando regresaban en motocicleta después de reuniones de evangelización en el poblado de Hierbabuena, en Guatemala oriental. González, de 54 años, recibió cuatro disparos, y su esposa Oralia fue golpeada en la cabeza y dejada por muerta. Sin embargo fue atendida en un hospital y obtuvo el alta poco después. Un día antes, asaltantes enmascarados abrieron fuego sobre seis personas que se aprestaban a abordar un vehículo en la provincia filipina de Zamboanga del Norte, provocando la muerte del anciano de iglesia Ramil Ansong, de 29 años, y su padre José, de 50. Las otras cuatro personas del grupo, incluida la madre de Ansong, escaparon ilesos, según informes de los medios locales. Diversos medios de las Filipinas informaron que Ansong era pastor adventista, pero la División de Asia Pacífico Sur aclaró que era anciano de iglesia. Los ataques a pastores adventistas son raros, pero no desconocidos. «Nos entristecen los ataques violentos a pastores adventistas –dijo Derek Morris, secretario asociado de la Asociación Ministerial de la Iglesia Adventista mundial, que capacita y apoya a los pastores–. En momentos tan difíciles, podemos hallar aliento en las palabras de Jesús en Mateo 5:10:

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INFORME MUNDIAL

Gu a t e m a l a

Nueva Zelandia: Tribunal apoya el descanso sabático ■■ Una empresa de Nueva Zelandia tendrá que pagar los salarios que perdió un adventista despedido por rehusarse a trabajar en sábado. Mark Meulenbroek fue despedido en septiembre de 2012 de Vision Antenna, en la ciudad de Invercargill, después de rehusarse a trabajar los sábados. Meulenbroek, trabajaba en esa empresa desde 2004, y pidió los sábados libres después de regresar a la Iglesia Adventista, que había abandonado a los dieciséis años. El Tribunal de Revisión de Derechos Humanos –parte del Ministerio de Justicia de Nueva Zelandia– halló que Meulenbroek había sido «despedido por causa de sus creencias religiosas», y le otorgó cuarenta mil dólares neoce­ landeses (unos treinta y un mil dólares estadounidenses) en concepto de

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S u d a m e r i c a n a

■■ Casi doscientos mil adventistas de América Central y el Caribe han reci­ bido certificados después de completar horas de capacitación en cursos para aprender a dar estudios bíblicos, llevar a cabo una serie de evangelización o aprender a compartir a Jesús con los niños, entre otros temas. La iniciativa, que duró todo el año y fue organizada por la División Interamericana de la Iglesia Adventista

S a l i n a s / D i v i s i ó n

“Bienaventurados los que padecen per­ secución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”. En Guatemala, la muerte de González se produjo en medio de un incremento de la violencia que preocupa a los líderes denominacionales. «Queremos que vivan cada día en presencia de Jesús, para que estén preparados para lo que pueda ocurrir –dijo Guenther García, presidente de la Iglesia Adventista de Guatemala, en una declaración dirigida a los ciento diecisiete pastores del país–. No se desalienten por la maldad, injusticia y depravación que enfrentan al proclamar las buenas nuevas de salvación». González, a quien sobreviven su esposa y cuatro hijos adultos, fue el cuarto pastor adventista que pierde la vida en Guatemala en los últimos treinta y tres años. –Andrew McChesney, editor de noticias, Adventist World

Curazao: Gran graduación

M a g d a

U n i ó n

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EN LA OBRA DE DIOS: El pastor Noé González, en la región montañosa de Guatemala oriental, donde ministró durante más de diez años.

salarios perdidos, costas legales y estrés emocional. La Iglesia Adventista de Nueva Zelandia celebró el fallo de fines de octubre. La resolución del tribunal «representa una victoria para todos los que buscan vivir activamente su fe y ser fieles», dijo Damien Rice, presidente de la Asociación Sur de Nueva Zelandia. –Linden Chuang, South Pacific Adven­ tist Record

CURSO CONCLUIDO: Un miembro de iglesia sonríe después de recibir en Willemstad (Curazao) un certificado de educación para la salud de parte del Departamento de Ministerios de Salud de la División Interamericana.


el primer artículo serio sobre China y sus misiones fue escrito en 1874 por George Amadon, un editor de Review and Herald. Amadon creía que la referencia a la «tierra de Sinim» en Isaías 49:12 señalaba a China, una idea cuestionada por los investigadores bíblicos de la actualidad. Más allá de eso, dijo Allen, los adventis­ tas «estaban comenzando a pensar de manera innovadora» para compartir el evangelio en tierras lejanas. –Michael W. Campbell, AIIAS

China: Misión en expansión Perú: Se expande TV adventista ■■ Aunque China no sea mencionada en la Biblia como un destino misione­ ro, según creían antes algunos adven­ tistas, la fe sigue floreciendo en una comunidad fracturada que es mayor­ mente autóctona y desconocida para el resto del mundo. Es por ello que un grupo de unos cien líderes y estudiosos adventistas asistieron hace unos me­ ses a una conferencia en Hong Kong, la primera de su clase, para tratar de obtener una mejor comprensión de la iglesia de China que, se cree, tiene unos quinientos mil miembros. «La comisión evangélica indica ir a todo el mundo, lo que incluye a la China», dijo Bob Folkenberg Jr., presi­ dente de la Unión Misión de China. Edward Allen, profesor de religión del Colegio Superior Union, destacó que

S u d a m e r i c a n a

AL AIRE: Erton Köhler, presidente de la División Sudamericana, aprieta simbólicamente el botón de un control remoto el pasado sábado 1 de noviembre, para marcar así el lanzamiento de Nuevo Tiempo TV en un canal de cable de Lima (Perú).

■■ Con un control remoto en su mano, el presidente de la División Sudame­ ricana lanzó la expansión del canal de televisión adventista Nuevo Tiempo en Perú, en un estadio de Lima donde se habían congregado cuarenta mil miem­ bros de iglesia. Erton Köhler, apretó simbólicamente el botón del control remoto para inaugurar el lanzamiento de Nuevo Tiempo en el canal local de cable 571, el pasado 1 de noviembre. El lanzamiento marca la expansión local del canal con sede en Brasil, que en diciembre de 2013 comenzó a transmitir por primera vez en formato abierto en esa ciudad de diez millones de habitantes, y cuya programación ya está dando resultados. Un matrimonio fue bautizado a fines de octubre de 2014

D i v i s i ó n

en el «Año de la educación no formal», busca mantener el rápido incremento de la feligresía en la región, una de las de mayor crecimiento en el mundo. «La preparación que han recibido les ayudará a entender lo que espera el Señor, porque él está listo para que den todo de sí», dijo Israel Leito, presidente de la División Interamericana, a los quinientos graduandos que asistieron a una ceremonia especial en Willemstad, la capital de la isla. Myriam Guerrero, de sesenta años, fue una de las quinientas personas vestidas con indumentaria académica que recibió los certificados de educa­ ción no formal. Guerrero completó dos cursos de cuarenta horas sobre cómo preparar una campaña de evan­ gelización y cómo dirigir una clase de Escuela Sabática. «Este tipo de evento es una motivación para que los miem­ bros nos involucremos más en servir a la iglesia», dijo Guerrero. –Libna Stevens, División Interamericana

después de convencerse de que Dios quería que guardaran el sábado. «La influencia de la Iglesia Adventista de Perú es cada vez mayor con la adición de este canal a la televisión por cable, y el crecimiento de la iglesia en el país es una fuente de inspiración para los adventistas de toda Sudamérica», dijo Köhler. –Felipe Lemos y Rosmery Sanchez, División Sudamericana

Bahamas: Primer ministro solicita un centro de salud ■■ Los líderes de la Iglesia Adventista han estado inaugurando centros comu­ nitarios de salud en diversas partes del mundo, pero no todos los días un primer ministro hace un llamado personal para que se inaugure uno en su país. Perry Christie, primer ministro de Bahamas, ha pedido a la Iglesia Adventista que inaugure un centro de bienes­tar y salud, después de escuchar un informe sobre esos centros adventistas. «Ustedes cuentan con una historia extraordinaria de compromiso con las mejores prácticas de salud. En este informe, se habla del éxito de los programas que tienen, pero también implica que tenemos que avanzar y crear un centro de bienestar en las Bahamas», dijo Christie a los líderes de la iglesia local en Nassau, la capital del país. Al hablar durante la asamblea cuatrienal de la Iglesia

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Adventista en la Asociación Sur de Bahamas, comprometió el apoyo del gobierno para abrir un centro en el país. Leonard Johnson, presidente de la Iglesia Adventista en la Unión del Caribe Atlántico, que incluye las Bahamas, dijo que la iglesia estaba analizando estable­ cer su propio centro de salud. –Comunicaciones de la Unión del Caribe Atlántico

Iglesia Adventista en Rumania, equiparó el potencial del centro médico con la parábola de Jesús de la pequeña semilla de mostaza que se transformó en un gran árbol. «Desde sus comienzos, la Iglesia Adventista ha atendido las necesidades del alma y del cuerpo», dijo Munteanu al inaugurar la clínica. En 2009, los adventistas alquilaron un salón en el edificio para llevar a cabo los cultos sabáticos, y comenzaron a soñar y orar para adquirir más instala­ ciones y operar allí un centro médico, dijo Adrian Bocaneanu, iniciador del proyecto y presidente de la Iglesia Adventista en Rumania entre 1995 y 2005. «Así es como comenzó todo: con oraciones y mucha esperanza», dijo. –A. Horja y G. Isvan, Noticias de la EUC

India: Se celebra centenario ■■ Los feligreses del estado de Kerala, en el sudoeste de la India, celebraron el centenario de la llegada del mensaje adventista gracias a la obra de un colportor. Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial, se dirigió

a fines de octubre a los cuatro mil presentes en el centro de convenciones de Thiruvananthapuram, la capital del estado, enfatizando que los adventistas desean servir a Dios al responder a las necesidades de la sociedad. John Rathinaraj, presidente de la División Sudasiática, contó cómo ingresó el adventismo en la región, cuando el colportor Suvshesha Muthu se trasladó de lo que hoy es el estado vecino Tamil Nadu. En octubre de 1914 Muthu vendió varios libros, entre ellos, Quién cambió el sábado, La verdad presente, y El camino a Cristo a un capitán del Ejército de Salvación llamado M. Abel. Abel se convenció de que el sábado era el día de reposo y, después de varios meses de estudios bíblicos, fue bautiza­ do. Para 1915, dejó el Ejército de Salva­ ción y comenzó a predicar el sábado y sobre el pronto regreso de Cristo. Hoy día, la iglesia de la región cuenta con treinta y siete mil miembros, veintisiete instituciones educativas y un hospital con una escuela de enfermería. –Pothen Kurian, División Sudasiática

S u d a s i á t i c a

PRESENTACIÓN DEL PRIMER MINISTRO: Perry G. Christie, primer ministro de las Bahamas, se dirige a los presentes en la asamblea cuatrienal de la Asociación Sur de Bahamas de la Iglesia Adventista, en Nassau, el pasado 2 de noviembre.

ATC U

INFORME MUNDIAL

■■ Rumania ha inaugurado el primer centro médico adventista, una expansión clave del sistema de salud de la iglesia en Europa, cumpliendo así un sueño de los feligreses que en el pasado alquilaron un salón del edificio para los cultos sabáticos. El centro médico Premed, una insti­ tución de un millón de dólares ubicada en un edificio remodelado que adquirió la Iglesia Adventista, es la primera institución de ese tipo en Bucarest, la capital del país. Allí se ofrece una gama de servicios de salud: desde medicina general a clases de cocina saludable. Marius Munteanu, presidente de la

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D i v i s i ó n

Rumania: Clínica de un millón de dólares

VESTIMENTAS TÍPICAS: El líder de la Iglesia Adventista mundial Ted N. C. Wilson, vestido de indumentaria tradicional india, habla durante la celebración del aniversario de la iglesias en Thiruvananthapuram, capital del estado de Kerala.


Andrew Mc Chesney, editor de noticias, Adventist World

Un nuevo plan de

lectura de la Biblia

2015

El nuevo blog «Creed a sus profetas» incluirá capítulos de la Biblia y citas de Elena White

R

«

evividos por la Palabra», un blog que está siendo usado por decenas de miles de adventistas para leer toda la Biblia, no terminará cuando alcance el libro de Apocalipsis en julio próximo. En su lugar, el blog será relanzado bajo el nuevo nombre «Creed a sus profetas» y pasará a incluir citas de Elena White, una de las fundadoras de la iglesia. Los que siguen el plan de estudio de cinco años, que cubre los 66 libros de la Biblia, también leerán siete de los libros más populares de Elena White: El camino a Cristo, Palabras de vida del Gran Maestro, y los cinco tomos de la serie «El conflicto de los siglos». «Creo que será una maravillosa ben­ dición», dijo Derek Morris, editor de la revista Ministry y uno de los organiza­ dores de los planes de lectura diaria. Morris, que anunció el nuevo plan este otoño durante el Concilio Anual –uno de los importantes encuentros administrativos de la iglesia– dijo que recibieron muchísimos pedidos de conti­ nuar con «Revividos por la Palabra», aun mucho antes de que el blog alcanzara el Nuevo Testamento, en noviembre pasado. «La gente nos dice: “Que no termi­

ne”. Tal vez podemos volver a leer la Biblia con algunos textos del Espíritu de Profecía –dijo Morris–. Por eso, creo que Dios está al frente de esto, y que estamos siguiendo lo que nos indica». «Revividos por la Palabra», que fue lanzado en 2012, agrupa cada uno de los 1189 capítulos de la Biblia con una breve reflexión escrita por un líder o laico ad­ ventista. Se espera que para julio próxi­ mo, cuando finalice la lectura durante el Congreso de la Asociación General de San Antonio (Texas, EE. UU.), unas cien­ to cincuenta personas hayan contribuido con las reflexiones del blog. Algunas reflexiones de «Revividos por la Palabra» volverán a publicarse bajo el nuevo plan de lectura, para apo­ yar a los lectores que se las perdieron la primera vez. No obstante, White se convertirá en la «bloguera» principal, en los días en que sus escritos contengan un pensamiento sobre el capítulo que se está leyendo. Además del capítulo y la reflexión, la gente leerá un capítulo por semana de los libros de White. «Nuestro objetivo principal es inspirar a la mayor cantidad posible de adventistas para que participen de un proceso diario de lectura de la Biblia, así

A W

para

NUEVO PROGRAMA DE LECTURA: Una captura de pantalla de la página principal de «Creed a sus profetas», un sitio web donde se compartirá un nuevo plan de lectura diaria de la Biblia a partir de julio de 2015. como la serie “El conflicto de los siglos”, El camino a Cristo, y Palabras de vida del Gran Maestro”», dijo Mark Finley, evangelista y uno de los organizadores del proyecto. También explicó que «Creed a sus profetas» toma su nombre de 2 Cróni­ cas 20:20, que expresa: «Creed en Jehová, vuestro Dios y estaréis seguros; creed a sus profetas y seréis prosperados». El plan «Revividos por la Palabra» ani­ ma a los adventistas para que lean la Biblia todos los días, y fue iniciado con el objetivo de crear una comunidad por Internet. Los lectores pueden incluir sus comentarios después de cada reflexión diaria. «Algunos blogs que andan por allí son sumamente negativos –dijo Finley–. Pero en “Revividos por la Palabra”, se ve claramente que adventistas se animan mutuamente con comentarios positivos y edificantes. Alguien de África anima a alguien de Sudamérica, que hace lo propio con alguien de Europa. Fomenta la fraternidad, por lo que sentimos que no podíamos ponerle fin». n

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P A N O R A M A M U N D I A L

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H e r a l d a n d R e v i e w Pu b l i c a d o r a

Jesús es el mejor ejemplo de una vida impulsada por la misión. A los doce años tenía una clara comprensión de su misión. Al regresar a Nazaret ya de adulto, compartió su misión con los de su pueblo. En la sinagoga, se le dio el libro de Isaías. Él buscó el texto donde se describe la misión del Mesías, que comienza con las palabras «El Espíritu del Señor está sobre mí» (Isa. 61:1, 2). Al explicar ese pasaje (que era una profecía sobre sí mismo), Jesús «habló del Mesías como del que había de aliviar a los oprimidos, libertar a los cautivos, sanar a los afligidos, devolver la vista a los ciegos y revelar al mundo la luz de la verdad».1 Los corazones de los oyentes se conmovieron, y «respondieron con fervientes amenes y alabaron al Señor».2 El gozo terminó abruptamente, sin embargo, cuando Jesús anunció: «Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros» (Luc. 4:21). Cuando comen­ zaron a entender el significado de sus palabras, los presentes se ofendieron profundamente. «Ellos, israelitas, hijos de Abrahán, habían sido representados como estando en servidumbre. Se les hablaba como a presos que debían ser librados del poder del mal; como si habitasen en tinieblas, necesitados de la luz de la verdad. Su orgullo se ofendió, y sus recelos se despertaron».3 Como sus ideas sobre la misión del Mesías no concordaban con la verdad revelada por Jesús, procuraron matarlo.

Traspasemos la

antorcha de la

verdad

C o l l i n s / C a s a

Impulsados por la misión

Ted N. C. Wilson

K r e i g h

l comenzar un año nuevo solemos hacer resoluciones. Esta costumbre tiene una larga historia. Hace miles de años, los israelitas, temblando al pie del Sinaí, resolvieron: «¡Haremos todo lo que Jehová ha dicho!» (Éxo. 19:8; 24:3, 7). Desafortunadamente, como suele pasar, esa resolución no duró demasiado. Por otro lado, muchos han descubierto que dedicarse a la misión puede producir resultados duraderos y eternos.

Dedicado a la misión

A lo largo de su vida terrenal, la misión de Cristo de buscar y salvar a los perdidos fue el foco de todo lo que hizo. Cuando cumplió con su misión terrenal, dirigió palabras de despedida a los discípulos, que conocemos como «la Gran Comisión» (Mat. 28:19, 20). Después del Pentecostés, los primeros seguidores de Cristo llevaron adelante la Gran Comisión y transformaron por completo el mundo. Pero no pasó mucho antes de que Satanás se dedicara a su misión, buscando confundir, desa­ lentar, neutralizar y destruir a la iglesia cristiana primitiva. Para mediados del siglo II, se había instaurado una falsa forma de cristianismo, que ya no ense­ ñaba ni observaba las simples verdades de Cristo. Los seguidores fieles de Dios, según lo predicho en Apocalipsis 12:6,

tuvieron que huir «al desierto» por 1260 años. Durante esa era oscura, muchos perdieron la vida por su fe, porque de­ fendieron con firmeza la verdad bíblica. La misión de la Reforma

Hacia el fin de esa era, reformadores tales como Wiclef, Hus, Jerónimo, Lutero, Zwinglio, Berquin, Tyndale y otros comenzaron a llamar la atención hacia las verdades bíblicas distorsio­ nadas o escondidas durante siglos. Cuando la gente pudo tener la Palabra de Dios en sus propios idiomas, comenzaron a emerger las verdaderas enseñanzas de Cristo. Personas de poca o mucha pro­ minencia pública formaron parte del gran movimiento reformador que se extendió por el cristianismo, otorgán­ dole el propósito original de Dios para


VISIÓN DEL ARTISTA: A lo largo de los siglos, el pueblo de Dios siempre se ha beneficiado del testimonio de sus testigos fieles.

su iglesia basado en la justificación por la fe: El plan de gracia que nos justifica, nos santifica mediante el crecimiento diario por el Espíritu Santo y, en último término, nos glorifica, todo ello me­ diante Jesucristo, nuestro Salvador. Una misión profética

A partir de ese gran movimiento de Reforma Protestante surgió la Iglesia Adventista con una misión profética basada en Daniel 8:14, Apocalipsis 12:17; 14:6-12; 18:1-4; 19:10 y otros textos. Esa misión continuó la reforma al invitar a la gente para que regresara a la verda­ dera adoración a Dios, enfocándose en Cristo y en la verdad que se encuentra tan solo en la Biblia. Los adventistas hemos entendido por mucho tiempo que nuestro carácter y misión singulares se basan en las profecías de los libros de Daniel y Apocalipsis, específicamente en los mensajes de los tres ángeles de Apoca­ lipsis 14. Una comprensión teológica correcta de esas profecías producirá un enfoque correcto de la misión. La teología y la misión adventistas son inseparables: nuestra misión centrada en Cristo se ve impulsada por nuestro mensaje cristocéntrico. ¿Somos únicos los adventistas?

Negar el mensaje especial que Dios nos ha dado y afirmar que no somos diferentes de otros cristianos es una de las maneras más rápidas y efectivas de neutralizar la misión de la Iglesia Adventista. En el mundo actual, 2180 millones de personas se identifican como cristianas, y se estima que hay unas 41 mil deno­ minaciones y organizaciones cristianas.4 Por supuesto, al igual que los adventistas, esos cristianos de diversas denomi­ naciones aman a Cristo y aprecian su sacrificio en la cruz. Entonces, ¿qué nos hace diferentes? Muchos hacen sincera­ mente esa pregunta, y deberíamos estar preparados para responderla.

Una misión de verdad

La mayor parte de los adventistas de primera generación dirán que escogieron ser adventistas porque «hallaron la verdad». Jesús mismo conoce los anhelos del corazón humano, y gran parte de su misión terrenal incluyó sanar y enseñar. Otra palabra para «enseñanza» es «doc­ trina», y en el centro mismo de cada una de nuestras 28 Creencias Fundamentales o doctrinas se encuentra Jesucristo. Los judíos se preguntaban por qué Jesús sabía tanto, y él «les respondió […]: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la vo­ luntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta» (Juan 7:16, 17). En su carta a Timoteo, Pablo instruye al joven ministro para que sea «nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que [ha] seguido», y que se ocupe de «la lectura, la exhortación y la enseñanza». Entonces amonesta a Timo­ teo diciéndole: «Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen» (1 Tim. 4:6, 13, 16). La misión dada por Dios

Entonces, ¿cuál es nuestra misión como adventistas? Es «hacer discípulos a todas las naciones, comunicar el evange­ lio eterno en el contexto de los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12, llevarlos a aceptar a Cristo como su Salvador personal, y unirse a su iglesia remanente, discipulándolos para que lo sirvan como Señor, y preparándolos para su pronto retorno. Procuramos cumplir esta misión bajo la conducción y mediante la capacitación del Espíritu Santo por la predicación, la enseñanza, la curación y el discipulado».5 ¿Está este movimiento destinado simplemente a convertirse en una de muchas denominaciones religiosas? La respuesta es un resonante «¡No!». Esta iglesia remanente fue llamada y formada por Dios en un momento específico de

la historia para proclamar el último mensaje de advertencia al mundo. Algunos podrían afirmar que en el mundo actual de sensibilidades políticas, los mensajes de Apocalipsis 14 no son apropiados para presentar abiertamente nuestra misión. Pero los mensajes de los tres ángeles constituyen el llamado final de Dios, para ayudar a que todos se preparen para encontrarse con Cristo. «En un sentido muy especial, los adven­ tistas del séptimo día han sido colocados en el mundo como centinelas y trans­ misores de luz. A ellos ha sido confiada la tarea de dirigir la última amonestación a un mundo que perece […]. Una obra de la mayor importancia les ha sido confiada: proclamar los mensajes del primero, segundo y tercer ángeles. Ninguna otra obra puede ser comparada con esta y nada debe desviar nuestra atención de ella».6 Todo adventista, más allá de su edad, sexo, raza o nacionalidad es llamado a compartir la verdad tal como está en Jesús, frente a un mundo que perece. Ha llegado el tiempo cuando todos debe­ mos trabajar unidos. Todos tienen una parte que cumplir en la proclamación del mensaje final de Dios. Hablaremos más de esto en el futuro. Como nos recuerda el lema del próximo Congreso de la Asociación General 2015, «¡Leván­ tate! ¡Resplandece! ¡Jesús viene pronto!» Esa es su misión y la mía. n 1 Elena

White, El Deseado de todas las gentes, p. 204.

2 Ibíd. 3 Ibíd. 4 «General Statistics and Facts of Christianity», de: Christianity. about.com. 5 De la «Declaración de misión de la Iglesia Adventista», votada por la Junta Directiva en el Concilio Anual en Silver Spring (Maryland, EE. UU.), el 13 de octubre de 2009. Por la declara­ ción completa, visite adventist.org y busque bajo «declaración de misión». 6 White, Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 17.

Ted N. C. Wilson es

presidente de la Iglesia Adventista.

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SALUD

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omencé a consumir cafeína hace unos veinte años. Todo se inició en forma «inocente». Por supuesto, sabía lo que había escrito Elena White sobre el tema, y sin embargo… La consumía de tanto en tanto: cuando conducía muchas horas, después de una noche difícil, o para recuperarme de la diferencia horaria después de un vuelo. Era una vez cada dos meses, ¿o acaso una vez al mes? No lo recuerdo, pero sé que no era mucho. Tiempo después comenzó a ser una vez a la semana. Como un premio, para sentir energía. Los cafés «gourmet» se estaban poniendo de moda; eran parte de la cultura. Todo el mundo pasa por allí. Nos juntábamos varios amigos, todos adventistas, e íbamos juntos. Podíamos hablar, relajarnos, y llenarnos de cafeína, lo que por cierto nos daba el impulso que necesitábamos para regresar al trabajo. Soy pastor ordenado. Muchos de los que me acompaña­ ban también lo eran. En ocasiones pensaba: No debería hacer esto, pero en realidad no quería dejarlo. No veía la necesidad. Después de todo, era un café con leche, y fíjese usted, hasta con leche de soja. Sin darme cuenta, comencé a beber café todos los días. Uno por la mañana, tal vez algo en la tarde, como para no perder las energías durante el día. También me ayudaba mucho en el púlpito. Y así lo hice durante años. Ya ni pensaba en ello. Después de todo, no podía ser tan malo: muchos adventistas también lo hacían. Leía informes médicos sobre el café, y aunque algunos advertían no consumirlo en exceso, la mayoría enfatizaba que era inocuo, y hasta proclamaban sus aparentes virtudes: menor probabilidad de sufrir de Alzheimer, o cosas así. Justo lo que necesitaba escuchar. Cuando las ratas de laboratorio consumían cafeína y contraían una terrible enfermedad, me tranquilizaba pensando que en proporción, tendría que

inyectarme once litros por día para igualar lo que le daban a esos frenéticos roedores. Puedo dejarlo cuando quiero

Pasó el tiempo. Me decía: Puedo dejar el café cuando quiera. Pero no quería dejarlo. Me habían contado de las terribles jaquecas y lo mal que uno se siente por unos días cuando deja la cafeína. No quería pasar por eso. ¿Por qué preocuparme? Si no era más que café… Después de unos veinte años, sin embargo, percibí que estaba bebiendo mucho más que antes. Necesitaba un café tan solo para sentirme «normal». Creo que se llama «tolerancia», la realidad de que el cuerpo, que se acostumbra al estimulante, necesita más y más para sentir el mismo efecto que antes. En los primeros tiempos, tomaba un pocillo y me sentía totalmente eufórico. No recuerdo cuándo fue la última vez que había sentido euforia con un café. Ahora solo me mante­ nía despierto, dándome energía, al menos por un rato. Un efecto que noté ya al comienzo es que me afectaba el sueño. Antes, apoyaba la cabeza en la almohada, y en diez minutos quedaba dormido por siete horas. Hace dieciocho años que no dormía de esa manera. Comienza la pesadilla

Entonces decidí dejar el café. Veinte años es suficiente, pensé. Me sentía cada vez más viejo. Tenía algunos problemas de salud; no sabía si se debían a la cafeína o no, pero reco­ nocía que durante mucho tiempo, había estado bebiendo demasiado café. Ya era hora. Más de una vez deseé no haber comenzado, pero recriminármelo no era suficiente para tomar la decisión de abandonar el hábito. Siempre terminaba diciendo: ¿Cuál es el problema? ¡Si es solo café! Entonces, de un momento para el otro, dije: «Se acabó».

Abstinencia Confesiones de un adicto a la cafeína William Hayden

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Pensaba tomarme unos días libres; no iba a trabajar como de costumbre durante dos semanas, y creí que era el momento ideal. Me preparé para las jaquecas y unos días de sopor, nada más. Poco podía imaginar lo que sucedería. Poco después de dejar el café comencé a sentirme mal del estómago. Como ya había andado mal por unos días, pensé que era una descompostura pasajera. Pero me puse peor. Sentía náuseas, me dolía el cuerpo y estaba exhausto. Lo atribuí a la indisposición estomacal. Después de dos días, comenzó el dolor de cabeza. Aquí está –pensé–. Justo lo que necesito mientras trato de recuperarme del estómago. Pero estaba decidido a dejar. Las jaquecas desa­ parecieron pronto. Aunque me dolía el estómago, no sentía ninguno de los síntomas de abstinencia esperados. Esto es fácil. Ni siquiera extraño el café. Para entonces me sentía tan enfermo que ni siquiera el café me atraía. Después de unos cuatro días, estaba destruido. No tenía apetito y sentía unas terribles náuseas. Y no podía dormir. Creo que por dos noches no pude pegar el ojo ni un segundo. Entonces comenzó la pesadilla real. Me abrumaba la ansiedad. Jamás había sentido ataques de pánico; ahora sufría uno tras otro. Pensaba en un problema, en cualquiera, y sentía que se me endurecía el pecho mientras dejaba escapar un fuerte suspiro. Una y otra vez me sobrecogía el pánico, alojándose con fuerza en la cabeza y el pecho. No tenía idea qué me estaba sucediendo. Durante casi treinta y seis horas, sentí que estaba volviéndome loco. ¿Qué me sucedía? Sabía que a menos que algo cambiara pronto, me quitaría la vida o terminaría en el manicomio. El mayor estrés se debía a que no sabía qué me sucedía. ¿Por qué estaba tan enfermo? ¿Por qué sentía esa ansiedad increíble? No podía ser la falta de cafeína, ¿no? Solo el dolor de cabeza era resultado de la abstinencia. Salí de la cama, entré en Internet y, para mi gran asombro, después de buscar bajo «síntomas de abstinencia de cafeína», vi que era exactamente lo que me estaba pasando. El síntoma más común es el dolor de cabeza, pero no es el único, y no

un buen susto Los medios populares y aun científicos suelen proclamar los beneficios de la cafeína. Algunos destacan que todo el mundo parece usarla para levantarse por la mañana, mantenerse alerta durante el día y trabajar hasta altas horas de la noche. La cafeína parece ser el sustento farmacéutico de la productividad posmoderna. Por muchos años, aun como profesor y director de departamento en una universidad adventista,

todos lo sufren. Leí sobre abstinencia severa, y me di cuenta de que sufría exactamente eso. ¿Qué pensaba, que después de dieciocho años de consumir esa droga en forma casi diaria, podía dejarla con nada más que un simple dolor de cabeza? Me da tanta vergüenza decirlo, pero estaba pasando por terribles síntomas de abstinencia. Era la terrible angustia que sentía en cuerpo y mente. Me sentí aliviado después de investigar. Al menos ya sabía qué me estaba sucediendo. Al mirar hacia atrás, puedo agradecer al Señor porque no relacioné mis síntomas con la falta de cafeína hasta que había pasado lo peor, porque de haberlo sabido, habría vuelto a consumirla, y recargada. Cuando me di cuenta de lo que me sucedía, había pasado lo peor. Pero fue terrible. Realmente terrible. Realmente mala

He estado varios meses sin cafeína. Aún no me siento totalmente el mismo que antes, pero cada día estoy mejor (¡gracias a Dios!). Jamás imaginé cuán mala era la cafeína, hasta que pasé por esa terrible experiencia. Lo invito a aprender de mi experiencia. Si no ha comenza­ do a beber, ¡no lo haga! No ponga como excusa que muchos lo hacen. Muchos consumen alcohol; eso no lo convierte en apropiado o saludable. Si consume con moderación, ¡déjelo! Cuanto más café consuma, más querrá seguir bebiéndolo, y más difícil se le hará dejarlo. La cafeína es una droga, y las drogas son adictivas. Solo los empresarios cafeteros se atreven a negar cuán adictiva resulta; todos los demás lo reconocen. Si consume mucha cafeína, vaya reduciendo su consumo. Puede hacerlo de golpe, pero prepárese. Aunque cada organis­ mo es diferente, y acaso no sufra lo que yo sufrí, podría sufrir síntomas aún peores. Quizá necesite ayuda profesional. No es solo café; es cafeína, una droga poderosamente adic­ tiva. Dios quiere algo mejor para usted. n

William Hayden es un seudónimo.

Bruce Solmner fui parte de ese grupo. Entonces, una noche, después de dieciséis horas de trabajo y mucho café, mi pulso descendió a 38 latidos por minuto y terminé en una ambulancia y en la unidad de emergencias cardíacas. Después de varios análisis, el cardiólogo concluyó que la cafeína era la principal causa de una serie de contracciones ventriculares prematuras, o latidos sumamente anormales. Dejé de tomar café inmediatamente, y las contracciones desaparecieron. Hace poco,

sin embargo, hice la prueba de beber 400 ml de una bebida estimulante. En menos de quince minutos, las contracciones regresaron. Aunque el mundo acaso deba su productividad a la cafeína, esta puede no ser la sustancia inocua que proclaman los medios populares y científicos. Ahora duermo mejor, mis estados de alerta son más estables, y experimento emociones menos agresivas. Quizá el mundo estaría mejor si conociera los riesgos de este estimulante, en apariencia tan inocuo.

Bruce Solmner es un seudónimo.


D evocional

Ahora puedo Myron Madden

A

ntes pensaba que el mundo se veía borroso. Pasaba horas mirando mi mano, preguntándome por qué parecía la estática de la televisión, por más que la sentía suave y sólida. La niebla omnipresente era uno de los grandes misterios de la existencia, pero jamás la cuestioné. Era una parte normal de la vida diaria. El mundo era, por naturaleza, borroso, así como siempre había sido, y como lo sería hasta el día de mi muerte. Mis calificaciones de primer grado cambiaron esa situación. Eran malas calificaciones, y mi madre me regañó de manera tal que me quedara claro cuán desilusionada se sentía. «¡Es tan injusto! –le reclamé, cruzándome de brazos–. ¿Cómo esperas que me vaya bien cuando ni siquiera puedo ver el pizarrón?» Mi madre me miró confundida, y pocos minutos después estábamos en camino al oftalmólogo. Después de unas pruebas, este me dijo que era «más ciego que un topo». ¿Ciego? –recuerdo que pensé–. ¿Cómo es posible? ¿No ven los demás igual que yo? Mientras analizaba la situación, el médico me colocó colocó lentes. Pestañeé un par de veces, y entonces dejé escapar un grito ahogado. En un instante, mi mundo cambió para siempre. «¡Todo es tan brillante!», exclamé mientras cruzaba el umbral de mi casa. Me sentía como si estuviera viendo por primera vez. Todo me parecía claro y flamante. Todo estaba igual, pero se veía diferente. «¡Miren el fregadero! ¡No sabía que era tan brillante! ¡Y hasta la basura parece brillante!» Estaba tan entusiasmado que no noté que mi madre me seguía por detrás, con lágrimas en los ojos. Su hijo había estado «ciego», pero por primera vez podía ver.

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Rodeados

«¡Eliseo! ¡Levántate!» Eliseo giró sobre su colchoneta, casi sin reaccionar al frenético llamado de su siervo. –¡Mi señor! ¡Por favor! ¡Levántese! Eliseo se sentó y miró a su siervo. El hombre estaba bañado en sudor y temblaba. –¿Qué sucede? El siervo tomó a su señor de la manga y lo ayudó a incorporarse. Sin decir palabra, lo llevó afuera para que lo viera por sí mismo. En un instante, Eliseo pudo ver la razón de tanto temor. Un ejército con caballos y carros rodeaba toda la ciudad. Eliseo sabía que el ejército sirio había venido por él. Dios le había estado dando los planes de batalla del rey de Siria, que Eliseo retransmitía al rey de Israel. El rey enemigo segura­ mente había descubierto quién era el informante, y había enviado a sus hombres para asegurarse de poner fin a los soplones. Todos podían ver que Eliseo y su siervo estaban atrapados. No había escapatoria, y era cuestión de tiempo antes que el ejército atacara. –Mi señor, ¿qué podemos hacer? –No hay razón de tener miedo –respondió Eliseo con una sonrisa–. Nosotros somos más que ellos. El siervo miró boquiabierto y confundido. Eran solo dos hombres contra cientos. ¿Había contado mal? ¿O Eliseo estaba loco? Eliseo miró la expresión de su siervo y sonrió. El hombre le recordaba a él en sus tiempos de aprendiz junto a Elías.


El pecado ha enturbiado nuestra visión, y percibimos a Dios en forma borrosa .

se vio alterada, porque comencé a ver la mano divina detrás de todos los sucesos. Todo era exactamente igual, pero diferente. La claridad espiritual no se basa en saber, sino en ver. Por supuesto, sabía que Dios estaba obrando en mi vida, pero eso no significa nada si somos incapaces de ver lo que está haciendo. Lentes espirituales

Acercándose al siervo, Eliseo comenzó a orar: «Padre, por favor, abre sus ojos para que pueda ver». El siervo abrió los ojos y quedó boquiabierto. En un instante, había aparecido otro ejército, pero era un ejército diferente. Este tenía caballos y carros de fuego, y superaba por mucho al ejército sirio. El siervo miró rápidamente de izquierda a derecha, incapaz de creer lo que veía. El ejército de ángeles había estado rodeándolos todo el tiempo. No había existido razón de temer. El siervo dejó escapar un suspiro de alivio. Había estado ciego, pero por primera vez, ahora podía realmente ver (2 Rey. 6:8-17). Visión espiritual

La ceguera espiritual y la ceguera física se parecen mucho: jamás nos damos cuenta cuán mala es nuestra «visión» hasta que podemos ver. Mientras estaba en la universidad, pensé que mi visión espiritual era perfecta. Sabía muchísimo de teología, estaba completamente seguro de mi fe, y creía que Dios estaba obrando en mi vida. Todo cambió después de que uno de mis profesores me desafió a profundizar en la Biblia. No quería que solo la leyera, sino que estudiara cada capítulo, versículo por versí­ culo, saboreando cada palabra como si proviniera de la boca misma de Dios. Acepté el desafío, creyendo que sería algo trabajoso y nada más. Sin embargo, algo extraordinario sucedió. Cuanto más profundamente estudié las Escrituras, y más esfuerzo puse en comprender lo que leía, más me acerqué a Dios. De repente, leer la Biblia dejó de ser solo una tarea; se convirtió en una manera de pasar momentos de calidad con mi Padre. Pronto me volví más dependiente de Dios en la vida diaria, y pasé más tiempo comunicándome con él durante el día. Entonces, después de hacer de Dios una parte integral de mi vida, él me abrió los ojos. Comencé a ver realmente que Dios estaba obrando en mi vida. Vi que estaba presente en cada decisión, en cada éxito, y en medio de cada fracaso. Las historias bíblicas que antes habían sido poco más que devocionales, ahora cobraron vida brindándome aplicaciones reales para mi vida espiritual y per­ sonal. Mi percepción del dolor, la angustia, el gozo y el amor

A menudo atribuimos la ceguera espiritual a los incrédulos y a los que son incapaces de ver a Dios. Pero muchos de nosotros seguimos ciegos. Escuchamos hablar del amor de Dios, pero no logramos verlo ni sentirlo. Comprendemos el concepto de un Dios omnipotente y lo enseñamos a otros, pero no hemos experimentado un encuentro personal con Dios. No importa cuán buena creamos que es nuestra visión espiritual, todos nacemos ciegos. El pecado ha enturbiado nuestra visión, y percibimos a Dios en forma borrosa. Y aunque jamás lo veremos perfectamente sino hasta su regreso, sí podemos mejorar nuestra visión deficiente. Dios está ansioso de abrirnos los ojos. Quiere que veamos la luz que brilla en un mundo oscuro, y anhela que seamos testigos de la manera en que está obrando para transformar nuestros senderos escabrosos en una llanura (Isa. 42:16). Él añora revelarnos sus planes y darnos una vislumbre de su carácter perfecto (Jer. 29:11-14). Todo lo que nos pide a cambio de esos lentes espirituales es que lo busquemos de corazón (Deut. 4:29). Para ver la obra de Dios en nuestra vida, necesitamos conocerlo. Al escudriñar con diligencia las Escrituras, podemos aprender de ese Dios al cual servimos. Mediante sus palabras podemos obtener una visión más nítida de quién es él. Y no tenemos por qué detenernos allí. Sí, Dios promete estar cuando clamemos a él en oración, pero también quiere dialogar con nosotros, preguntar y responder (Éxo. 33:11). Es fácil pedir bendiciones y hablar con Dios, pero solemos estar menos dispuestos a esperar y escuchar. Buscar a Dios significa meditar en sus palabras, pero también implica dedicar tiempo a escuchar lo nuevo que tiene para decirnos cada día (Jer. 33:3). No se conforme con lo borroso. Dios quiere abrirle los ojos, para que vea el mundo según su propósito original. Y una vez que se los abra, al igual que Eliseo, usted también podrá abrir los ojos de otros, para que también ellos vean la gloria plena del Altísimo. n

Myron Madden hizo una pasantía en

Adventist World durante el verano 2014.

Vol. 11 No. 1 | Adventist World

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C reencias

fundamentales

NÚmerO 18

M

i inserción a la vida y obra de Elena White (1827-1915) estuvo lejos de ser ideal cuando de adolescente, comencé a asistir esporádicamente a la iglesia en la Alemania Oriental comunista. Aunque algunos objetaban firmemente su ministerio profético, otros empleaban sus escritos para lanzar invectivas contra los «pecadores en manos de un Dios airado».1 Acaso usted pueda identificarse con mi experiencia de conocerla como una anciana que parecía disfrutar de criticar a la gente, señalándola con el dedo. Sin embargo, Elena White siempre se sintió incómoda de transmitir los mensajes de reprobación que Dios le había dado para personas específicas, porque creía que eran demasiado duros.2 Cuando comencé a descubrir sus escritos por mí mismo, vi que la mayor parte de ellos no pertenecía a la categoría de amonestación o reproche sino que ayudaba a comprender las Escrituras, acercarse más a Jesús, enten­ der el conflicto entre el bien y el mal, disfrutar de una vida sana y satisfactoria en este mundo, y anticipar la vida en la Tierra Nueva. Aun los nueve tomos de Testimonios para la iglesia no contienen solo amonestaciones a personas e iglesias específicas con problemas concretos en circunstancias determinadas, sino también material biográfico y útiles consejos. Sin embargo, hasta gran parte de las reprensiones en estos libros puede resumirse de la siguiente manera: Ame más a su cónyuge, a su familia, a los demás creyentes y a sus prójimos. Es verdad que por lo general, no nos gustan las amonestaciones y reprensiones. Recordemos que en tiempos bíblicos, los profetas de Dios con frecuencia sufrieron persecución y hasta el martirio (Luc. 11:46-51; Hech. 7:52; Rom. 11:3). Sin embargo, culpar

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Adventist World | Enero 2015

Testigos del

amor de

Dios

a los profetas por los mensajes es hacer caso omiso al objetivo, dado que solo son un instrumento divino para comunicar mensajes que se originan en Dios. Naturaleza y propósito del ministerio profético

Cuando conocí más de las experien­ cias de los profetas bíblicos y de la vida y obra de Elena White, comencé a apre­ ciarlos como individuos que no estuvie­ ron libres de cometer errores, pero que querían someterse a la conducción del Espíritu Santo y su influencia santifica­ dora. Descubrí que además de predecir eventos futuros y lanzar tremendos mensajes de advertencia, los profetas de la Biblia recordaron al pueblo de Dios de sus acciones poderosas, milagrosas y gloriosas en la historia. También enfatizaron la necesidad de recordar los dichos y las enseñanzas de Dios en el pasado, y mostraron al

Denis Kaiser

pueblo la Palabra de Dios ya conocida (Isa. 8:20). El relato de victorias y fracasos revela que las victorias espi­ rituales solo pueden crecer a partir de una conexión estrecha y viviente con Dios. Sus mensajes buscaron despertar la confianza en la conducción divina, producir una relación más cercana y fiel con el Señor, y señalar a Jesús como el sustituto prometido y el Mesías divino-humano. Amor recíproco

Tales llamados solo tienen sentido si la audiencia prevista posee libertad de elección. De no ser creados con libre albedrío, seríamos meros robots, incapaces de amar y experimentar satisfacción y realización. Solo la liber­ tad de elección y la gracia santificadora hacen posible el amor recíproco entre Dios y su pueblo. Las Escrituras nos dicen que Dios es la fuente última del amor (1 Juan 4:7, 8). Los profetas


bíblicos proclamaron con frecuencia el amor continuo de Dios por su pueblo (Isa. 54:10; 63:7; Jer. 31:3; Lam. 3:22; Dan. 9:4; Miq. 7:20), y llamaron al pueblo a cultivar el mismo amor por Dios, más allá de los sacrificios y las ofrendas (Ose. 6:6; 10:12; 12:6; Miq. 6:8; Zac. 7:9). A veces olvidamos que el cumplimiento forzado es contrario al carácter divino, y no puede producir nuestra respuesta de amor. Como Dios nos ama, trata de hacer todo lo posible para ganarnos y salvarnos. La muerte de Jesucristo en la cruz es obviamente la expresión más grande y asombrosa de su amor por nosotros (Juan 3:16). Los profetas fueron sus instrumentos para revelar­ nos su carácter, sus propósitos y sus mensajes. Aunque en ocasiones fueron mensajes duros, no debemos olvidar que se originaban en un Dios de amor que anhela salvarnos y estar en comunión recíproca. Aun su intensa ira es una demostración de su santo amor. Dios se interesa en el bienestar y destino eternos de sus hijos (Isa. 54:8; Jer. 32:18; Lam. 3:32; Joel 2:13; Miq. 7:18). Los profetas a menudo describieron la relación de Dios con su pueblo en términos de una relación de amor íntimo, equiparando a Dios con un esposo que ama a su esposa (Jer. 3:20;

11:15; 31:32; Os. 2:19) y un padre que ama a sus hijos (Isa. 63:16; Jer. 3:19). Por ello, los mensajes de advertencia y reprobación que Dios envía por medio de sus profetas son en realidad cartas de un esposo amante, de un padre afectivo que no quiere vernos perecer sin procurar todos los medios posibles de recuperarnos y salvarnos, atrayéndonos con sus «lazos de amor» (Os. 11:4). Pasión por Cristo y las Escrituras

Cuando comencé a leer los escritos de Elena White, me di cuenta de que no buscaba atraer a la gente hacia sí sino hacia las Escrituras. Al comienzo de su ministerio expresó: «Os reco­ miendo […] la Palabra de Dios como la regla de vuestra fe y práctica».3 Años después, mientras levantaba la Biblia, exclamó ante los delegados al Congreso de la Asociación General 1909: «Hermanos y hermanas, los encomiendo a este Libro».4 Sus escritos se enfocan en las Escrituras, y aplican los principios bíblicos a circunstancias específicas. Asimismo, me fascinó otro aspecto clave de sus escritos: su descripción de «las inconmensurables profundidades» y los «incomparables encantos» del

El don de

profecía

Uno de los dones del Espíritu Santo es el de profecía. Este don es una de las características de la iglesia remanente y se manifestó en el ministerio de Elena White. Como mensajera del Señor, sus escritos son una permanente y autorizada fuente de verdad, y brindan consuelo, dirección, instrucción y corrección a la iglesia. También establecen con claridad que la Biblia es la norma por la cual tienen que ser evaluadas todas las enseñanzas y toda experiencia. (Joel 2:28, 29; Hech. 2:14-21; Heb. 1:1-3; Apoc. 12:17; 19:10).

amor del Salvador.5 En el primer capítulo de su libro El camino a Cristo, comienza diciendo: «La Naturaleza y la revelación a una dan testimonio del amor de Dios».6 Comenzó y concluyó su obra maestra espiritual y literaria, la serie «El conflicto de los siglos», con las palabras «Dios es amor».7 El libro central de esta serie, El Deseado de todas las gentes, revela la expresión última del amor de Dios: Jesucristo, nuestro Sal­ vador y Amigo, quien es la realización de todas nuestras esperanzas, deseos y expectativas. La pasión por las Escrituras y el amante Salvador que hallé en los escritos de los profetas bíblicos tam­ bién me resultaron claramente visibles en los escritos de Elena White. Me han ayudado a acercarme a Jesús y a llegar a ser testigo del amor de Dios. Suele resultar más fácil aceptar los consejos y las amonestaciones de alguien que sé que me quiere y se inte­ resa por mí. n 1 La frase pertenece al título del famoso sermón de Jonathan Edwards. Véase Sinners in the Hands of an Angry God (Boston: Kneeland and Green, 1741). 2 Elena White, A Sketch of the Christian Experience and Views of Ellen G. White (Saratoga Springs, Nueva York.: James White, 1851), pp. 63, 64. 3 Ibíd., p. 64. 4 Citado en W. A. Spicer, The Spirit of Prophecy in the Advent Movement (Washington, D.C.: Review and Herald, 1937), p. 30. 5 Elena White, Testimonios para la iglesia, t. 1, pp. 146, 152; ídem, Spiritual Gifts (Battle Creek, Mich.: James White, 1858), t. 1, pp. 210, 211; cf. Peter M. van Bemmelen, «The Matchless Charms of Christ: Theological Significance of This Phrase in Ellen White’s Writings», en Christ, Salvation, and the Eschaton: Essays in Honor of Hans K. LaRondelle, ed. Daniel Heinz, Jiří Moskala y Peter M. van Bemmelen (Berrien Springs, Michigan.: Old Testament Department, Seventh-day Adventist Theological Seminary, Andrews University, 2010), pp. 231-240. 6 Elena White, El camino a Cristo, p. 9. 7 Elena White, Patriarcas y profetas, p. 11; ídem, El conflicto de los siglos, p. 657.

Denis Kaiser proviene de Alemania, y actualmente es doctorando en Estudios Adventistas y Teología Histórica en el Seminario Teológico de la Universidad Andrews. Vol. 11 No. 1 | Adventist World

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e x p e d i c i ó n

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L a q u i s ]

N O TA D E TA PA

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R a g o v sk i / Cu a r t a

ENTRE BOLSAS DE ARENA: Una vista general de la Zona A de la «Cuarta expedición a Laquis». Las bolsas de arena ayudan a estabilizar los cuadrados de excavación.

Gerald A. Klingbeil

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a mañana estaba silenciosa. Las nubes cubrían el tell1 al que habíamos trepado, pero pronto, los rayos de sol comenzaron a atravesar la neblina. En solo media hora, el sol transformaría una mañana agradable en un día caluroso y húmedo. En ese momento, sin embargo, el aire aún era fresco, y reinaba el silencio. En efecto, el personal y los voluntarios de la cuarta expedición a Laquis, provenientes de la Universidad Adventista Southern, en Tennessee (EE. UU.), escuchaban con atención los momentos devocionales antes de que las vigorosas excavaciones, las pesadas cargas, el tamizado cuida­ doso y la meticulosa documentación transformaran el silencio de la mañana en otro día ocupado sobre el montículo.

¿Por qué excavamos?

Los adventistas siempre hemos estado interesados en la investigación arqueológica. En efecto, la mayoría

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Recuperar el pasado nos habla del Dios del futuro de los estudiosos que trabajan con la arqueología del Antiguo Cercano Oriente (lo que incluye excavaciones en Israel, Jordania, Líbano, Siria, etc.) reconocen el destacado papel de los arqueólogos adventistas que trabajan en el campo. A partir de las excavaciones de la Universidad Andrews en Tell Hesbón (Jordania) en 1968, lideradas por Siegfried Horn, las excavaciones a cargo de arqueólogos e instituciones adventistas siempre han estado a la vanguardia de la investigación y tecno­ logía arqueológicas. Desde sus comien­ zos, estos excavadores reconocieron la importancia de un enfoque multidisci­ I m a g e n

d e

f o n d o

d e

plinario, y empezaron a mirar más allá de los restos, los artefactos y las piezas de cerámica. Esta cuidadosa integración de todo tipo de datos (incluidos los restos de huesos, flora y fauna, resul­ tados de sondeos, etc.) sigue siendo la marca distintiva de los proyectos arqueológicos adventistas.2 ¿Por qué invertir fondos importantes en saber más del pasado?, puede preguntarse usted. En primer lugar, la arqueología bíblica se enfoca en las tierras de la Biblia durante los tiempos bíblicos. Aunque el término «arqueo­ logía bíblica» quizá ya no está en boga (la mayoría de los estudiosos ahora G e r a l d

A .

K l i n g b e i l / A d v e n t i s t

W o r l d


Gerald A. Klingbeil/Adventist World

E d d i e

A p p o l l i s / Cu a r t a

e x p e d i c i ó n

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L a q u i s

Izquierda AL ALCANCE DE LA MAÑO: La voluntaria Kiersta Mackey sostiene un asa de una vasija de almacenamiento que porta el sello del rey. Arriba MENSAJE DE LAS VASIJAS: Los directores de la excavación y sus ayudantes interpretan los hallazgos de alfarería del día para establecer una cronología del lugar.

hablan de «arqueología del Antiguo Cercano Oriente» o «arqueología siriopalestina», Yossi Garfinkel, uno de los tres codirectores de la expedición y profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, cree que «arqueología bíblica es el término más apropiado». El énfasis sobre la realidad de la historia y los eventos bíblicos narrados en las Escrituras se fundamenta en una disciplina que constantemente busca iluminar el pasado distante. Daniella Hasel, una voluntaria adolescente, lo expresa en pocas palabras: «Vemos que la historia bíblica en sumamente real». Son personas reales, lugares reales, encuentros reales con un Dios que es­ cogió un grupo de personas que vivió en una franja relativamente reducida de tierra de Asia y África, para hablar al mundo de la salvación y las respues­

tas a todos esos interrogantes que nos quitan el sueño. Otro voluntario llamado Malcolm Douglas, que es pastor de una iglesia adventista de Arizona, lo resume muy bien: «La arqueología no comprueba la Biblia, pero ayuda a validar lo que cree­ mos respecto de ella». En otras palabras, la arqueología no es solo una empresa científica. Parece conectarse con la misión de la iglesia, «dando nueva vida a la Palabra de Dios para su pueblo», destaca Martin Klingbeil, uno de los codirectores de la expedición y director asociado del Instituto de Arqueología de la Universidad Adventista Southern. ¿Por qué Laquis?

Tell Laquis es uno de los principales sitios de Israel, y cubre aproximada­ mente 12,5 hectáreas. De hecho, los arqueólogos nos dicen que en tamaño, era la segunda ciudad de Judá durante el período bíblico. Ubicada en Sefelá,

una región meridional que conecta las llanuras costeras de Palestina con los terrenos más elevados que rodean a Jerusalén, fue un lugar muy importante durante el período de la monarquía israelita. El lugar fue identificado en 1929, y ha sido el foco de tres grandes excavaciones. La cuarta expedición a Laquis se interesa particularmente en el primer período de Judá, luego de la monarquía de David y Salomón, un período sobre el cual se ha debatido acaloradamente durante los últimos veinte años.3 Como la tercera expedición a Laquis a cargo de un equipo arqueológico de la Universi­ dad de Tel Aviv (Israel) en las décadas de 1970 y 1980 produjo una cronología revisada de Israel, los directores de la cuarta expedición sintieron que Laquis era la clave para clarificar esas impor­ tantes cuestiones cronológicas. «Una de las razones para venir aquí –dice Michael Hasel, codirector de la

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N O TA D E TA PA

LO NUEVO Y LO ANTIGUO: Dos jovencitos voluntarios, David y Matthias Klingbeil, observan cómo Daniel Pérez usa su unidad de GPS para preparar un plano del milenario lugar.

Gerald A. Klingbeil/Adventist World

E d d i e

A p p o l l i s / Cu a r t a

e x p e d i c i ó n

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EL CUADRO COMPLETO: Los directores de la excavación Yossi Garfinkel (izquierda) y Michael Hasel (al centro) comparten algunos de los importantes hallazgos con su exprofesor William Dever, de visita por el lugar.

expedición y director del Instituto Ar­ queológico de la Universidad Adventista Southern– es clarificar la datación de la Edad de Hierro, porque el sitio fue ex­ cavado cuando aún no existían métodos de datación de alta precisión». Aunque la mayoría de los excavadores se dedicó a los niveles superiores, los inferiores, donde se encuentran restos de la histo­ ria temprana de Judá, no habían sido expuestos de manera sistemática. El momento más famoso de Laquis en la historia bíblica está documentado en relieves de un palacio asirio de Nínive. En el año 701 a.C., Laquis fue conquis­ tada por el rey asirio Senaquerib, que tomó la ciudad altamente fortificada después de construir una imponente rampa de asedio que aún está visible. La historia es relatada en una gran serie de relieves que pueden verse en el Museo Británico de Londres, y también es mencionada en 2 Reyes 18:14, 17; 19:8; y en Isaías 36:2 y 37:8.

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Casi 130 años después, las fuerzas babilónicas destruyeron la ciudad otra vez (Jer. 34:7), un acontecimiento men­ cionado en un ostracon, un fragmento de vasija con una inscripción en tinta, hallado durante la primera expedición a Laquis en la década de 1930. El texto menciona una serie de atalayas que en apariencia se comunicaban por fuego, y refleja la ansiedad que habrá sentido el pueblo que vivió bajo la última invasión babilónica. «Entonces se sabrá que esta­ mos observando las señales [de fuego] de Laquis según el código que mi señor nos ha dado, porque no podemos ver a Azeka».4 La última referencia bíblica a Laquis se encuentra en Nehemías 11:30, donde se describe un asentamiento judío de los que regresaron de Babilonia después del exilio. Más allá de las fronteras

Laquis nos recuerda la participación de Dios en la historia. Cuando las

Escrituras nos dicen que Dios «despertó […] el espíritu de Ciro» (Esd. 1:1) para que su pueblo pudiera finalmente regresar a Jerusalén y reconstruir el templo y la ciudad, en realidad habla de la soberanía de Dios en la historia humana.5 En último término, Dios está en control y, en ocasiones, él «entrega» a Jerusalén en manos de Nabucodonosor (Dan. 1:2), lo que nos hace pensar en sus planes y propósitos. Dios ve más allá de las fronteras y líneas étnicas. Cuando necesita actuar, puede mandar a un Nabucodonosor o a un Ciro. Excavar Laquis también significa excavar en la historia divina. Vemos la realidad de la intervención divina manifestada en fragmentos de cerámica, muros y artefactos. Comenzamos a conectar los puntos históricos, culturales y religio­ sos, y a captar una vislumbre del cuadro completo. La cuarta expedición a Laquis, sin embargo, no solo se interesa en la

L a q u i s


Vi a

Dios en TONOS DIVERSOS: El color de cada estrato es clasificado con detenimiento para establecer los tipos y colores de la tierra.

acción

Chantal J. Klingbeil

Gerald A. Klingbeil/Adventist World

historia antigua y la participación divina en los asuntos humanos. Tam­ bién quiere afirmar la cooperación internacional, y busca fomentar la participación de los investigadores ad­ ventistas provenientes de instituciones ubicadas en contextos no occidentales. Martin Klingbeil recuerda su primera excavación arqueológica en el Proyecto Llanuras de Madaba allá por 1998, cuando enseñaba en la Universidad Adventista de Bolivia. Una de las instituciones adventistas patroci­ nadoras le otorgó una beca y lo invitó a trabajar como supervisor de sección. «Fue una experiencia esclarecedora que me ayudó a mejorar mi enseñan­ za», recuerda. Al regresar con algunos objetos que habían sido liberados por el encargado de registros de la excava­ ción, preparó una pequeña exhibición con sus estudiantes. «El entusiasmo de la comunidad al ver y tocar esos hallazgos tuvo un gran impacto y un

Había escuchado las historias de los inicios al alba, del polvo, el exigente trabajo físico y los fascinantes descubrimientos, pero jamás había participado de una excavación. Era la primera vez, y sí, requería trabajar mucho y levantarse muy temprano, ¡pero era maravilloso! La historia bíblica adquirió toda una nueva dimensión mientras manipulaba trozos de alfarería que alguien Gerald A. Klingbeil/Adventist World había usado hace miles de años. Cavar hasta un nivel de destrucción hacía que cobraran vida todas las advertencias de los profetas. Podía ver la acción de Dios en la historia. Sorpresivamente, en la excavación también vi que Dios obra en nuestra vida personal. Recuerdo, por ejemplo, el día en que un grupo de jóvenes voluntarios israelíes vino a colaborar con la excavación. En nuestra sección nos asignaron a Mary, una extrovertida joven de dieciséis años. Esa mañana me tocaba trabajar con los cubos, por lo que solo podría captar parte de los diálogos mientras transportaba cubos con tierra para tamizar o descartar. Mientras todos trabajaban para raspar las paredes de la sección y cargar los cubos, Mary se dio cuenta de que éramos un grupo muy diverso: había gente de Bolivia, México, Alemania y los Estados Unidos. Parecía muy perpleja de encontrarnos juntos, y estaba tratando de determinar qué teníamos en común. Uno acababa de terminar la escuela secundaria; los otros eran universitarios, aunque de diversas carreras; yo era la persona de más edad del grupo. Desconcertada, Mary procuró averiguar qué nos había llevado a cavar allí. Finalmente, descubrió que todos éramos adventistas. Entonces comenzó a hacer preguntas. Jamás había oído hablar de los adventistas. Descubrió que guardábamos el sábado. Contuve el aliento. ¿Qué le dirían los voluntarios de mi sección? Aunque judía de nombre, Mary dejó en claro que la observancia del sábado le parecía muy restrictiva. Entre uno y otro viaje, escuché que una estudiante de la Universidad Adventista Southern le contaba a Mary cuánto significaba el sábado para ella, y cuánto le gustaba pasar ese tiempo con Dios, su familia y sus amigos. Otros también compartieron su experiencia con Dios y lo que significaba para ellos. Me sentí muy orgullosa de los jóvenes del grupo. En el descanso para comer algo de sandía, Mary me preguntó si teníamos un lugar de reunión en Jerusalén porque, me dijo, le gustaría visitarlo. Disfruté mucho de mi incursión demasiado breve a los tiempos y lugares de la Biblia. Allí pude ver que Dios estaba obrando, algo que sigo viendo en el presente. Después de la excavación en Laquis, espero con ansias para ver qué hará Dios en el futuro.

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N O TA D E TA PA

UN HALLAZGO: Segundo Correa, profesor de la Universidad Adventista de Bolivia, excava un nivel de destrucción babilónico.

E d d i e

A p p o l l i s / Cu a r t a

e x p e d i c i ó n

a

E d d i e

L a q u i s

A p p o l l i s / Cu a r t a

e x p e d i c i ó n

a

L a q u i s

A VISTA DE PÁJARO: Las imágenes tomadas por un vehículo aéreo no tripulado brindan una vista maravillosa de la zona de excavación.

poderoso efecto multiplicador». Sobre la base de ese objetivo, la Uni­ vesidad Adventista Southern se esforzó por recolectar fondos para ayudar a que instituciones de otros continentes llegaran a ser miembros del consorcio. «Les brindamos un paquete viable», explica Klingbeil. En ese sentido, la cuarta expedición a Laquis también es una excavación pedagógica, porque per­ mite que los voluntarios experimenten una amplia variedad de tareas asociadas con la investigación arqueológica. Asimismo, los temas diarios a cargo de profesores, y las excursiones de fin de semana a sitios importantes de Israel y Jordania, contribuyen con la experien­ cia del personal y los voluntarios. Como resultado, los sesenta y dos integrantes del equipo de excavación

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2014 en Laquis provenían de catorce países: Alemania, Argentina, Austria, Bolivia, Brasil, Canadá, Corea, España, Estados Unidos, Inglaterra, México, Perú , Sudáfrica y Venezuela. Keldie Paroschi, una joven que estudia teología en la Universidad Adventista en San Pablo (Brasil), resume su experiencia: «Es divertido; implica mucho trabajo. Me entusiasma descubrir qué hay en esas historias enterradas que vamos descubriendo». Melissa Farrow, de Tennessee (EE. UU.), disfrutó en especial de los cultos y las excursiones que crean conexiones

con Dios, el prójimo y las Escrituras. Michael Sokupa, profesor de Nuevo Testamento en el Colegio Superior Helderberg (Sudáfrica), apreció la combinación de arqueólogos experi­ mentados con voluntarios. Cree que la función pedagógica de la expedición puede transformar los programas académicos en Sudáfrica. «En el futuro, esperamos contar con algunas asignatu­ ras y hasta un programa que podamos ofrecer juntamente con Southern –dijo–. Acaso este sea el punto de par­ tida para las instituciones del África, porque hasta el momento, ninguna institución adventista del continente posee ese tipo de programa». Realmente asombroso

Otro caluroso día ha llegado a su fin. El silencio ha regresado a Tell Laquis. Una gloriosa puesta de sol baña la colina con tonos dorados y púrpuras.


Iglesias de un día

1 El

tell es un montículo artificial que se acumuló durante muchos siglos de habitación humana, en períodos de ocupación al que siguieron otros de abandono. 2 Estos proyectos incluyen continuar con el Proyecto Llanuras de Madaba en Jordania (que abarca Tell Hesbón, Tell ’Umayri y Tell Jalul, y es apoyado por la Universidad Andrews y la Universidad de La Sierra, junto con otras instituciones adventistas), la exca­ vación en Khirbet al-’Balul, en Moab, a cargo de la Universidad Adventista Friedensau (Alemania), así como trabajos anteriores de la Universidad Adventista Southern, en cooperación con la Universidad Hebrea de Jerusalén en Tel Hazor (entre 2003 y 2007), y Khirbet Qeiyafa (Israel; entre 2007 y 2013). 3 Se puede leer más sobre esta controversia en Michael G. Hasel, «Another Battle Over David and Goliath», Adventist Review, 25 de febrero de 2010, pp. 18-21. 4 Dennis Pardee, «Lachish Ostraca», en Context of Scripture: Archival Documents From the Biblical World, ed. por William W. Hallo (Leiden: Brill, 2002), t. 3, p. 82. 5 El motivo de que Dios «despierta» o «mueve» a personas, in­ cluidos los líderes, es un punto importante de la teología bíblica. Isaías 41:2, 25 y Jeremías 51:1, 11 emplean el mismo término hebreo para referirse a Ciro, el futuro conquistador de Babilo­ nia, que es nombrado inclusive en Isaías 44:28; 45:1.

Gerald A. Klingbeil es

editor asociado de Adventist World y un entusiasta excavador del pasado; junto con su esposa Chantal, disfrutaron de una semana memorable con el equipo de la cuarta expedición a Laquis en julio pasado.

R i c h a r d

Los voluntarios y el personal de la expe­ dición han terminado de lavar sus reci­ pientes. Mañana será otro día de duro trabajo bajo un sol caluroso y, quizá, apasionantes descubrimientos. Mañana, en esta y muchas otras excavaciones de Israel y otros países se seguirá ahondan­ do en lo profundo de la historia. Al igual que hoy, mañana, los frag­ mentos y los restos arquitectónicos nos hablarán sobre personas reales que vivieron en un mundo real. Cherie Lynn Olson, recién graduada de Southern y una de las cuatro supervisoras de zona en Laquis, lo expresó bien: «Creo en la Biblia, y he pasado estudiándola toda la vida. Pero participar de esto le añade un nuevo nivel realmente asombroso al estudio. Ahora puedo hablar de cosas que realmente vi. No se puede expresar con palabras el efecto que eso ha tenido sobre mí». n

Du e r ks e n

Iglesia Gratitud

Izquierda MEJOR QUE NADA: Antes de la llegada de los voluntarios de Maranatha, los feligreses de Kibeto (Angola), usaron los mejores materiales que tenían a su disposición para construir un templo. Derecha CAMINO ESCABROSO: Los materiales para construir el templo en Kibeto tuvieron que ser transportados de a poco y con cuidado. ¿Cuánta gente se necesita para que una iglesia sea realmente una iglesia? Pregúnteselo al anciano de iglesia José Manuel. «Se necesitan solo dos personas para tener una congregación, aunque es bueno tener al menos treinta o cuarenta. Pero sin un templo, es difícil que los creyentes sigan permaneciendo fieles». La iglesia de Manuel se encuentra más allá de un bosquecillo de baobabs en la aldea de Kibeto en Angola. Hace veinticinco años que hay un grupo de creyentes en Kibeto. En ocasiones, un grupo pequeño, y en otras, ha alcanzado los treinta o cuarenta miembros. Ahí fue cuando la congregación se trasladó de debajo de un árbol gigante –un baobab– a su nueva iglesia. Ellos mismos levantaron el templo: las paredes, el techo, los bancos y el púlpito. Entonces llegó el viento, que voló el techo y arrancó parte de las paredes de acero. Los miembros reforzaron estas últimas, pero el calor del terrible sol de Angola se hacía insoportable dentro de la estructura. Uno por uno, los feligreses regresaron a la sombra del baobab. Mientras tanto, a miles de kilómetros, en Ecuador, los adventistas celebraban la finalización exitosa de más de doscientos veinte templos construidos por Maranatha, con dos grandes celebraciones sabáticas, una en Guayaquil y otra en Quito. «Hemos recibido tanto –dijeron los miembros– que queremos dar lo mejor a Dios, y pedirle que use nuestros dones para levantar un templo en algún otro lugar del mundo». Los miembros de Ecuador vendieron sus cosechas, cabras y posesiones de gran valor personal. Sus ofrendas alcanzaron para cubrir el costo de una «Iglesia de un día» con paredes aislantes de cemento, bancos de madera y un techo reforzado para la congregación de Kibeto. El nuevo templo de Kibeto será en verdad la «Iglesia Gratitud». ¡Y se llenará en poco tiempo! ASI y Maranatha Volunteers International financian e implementan los proyectos «Iglesias de un día» y «Escuelas de un día». Desde 2009, se han levantado más de mil seiscientas construcciones de este tipo en diversos países. Estas historias nos llegan gracias a Dick Duerksen, el «narrador» de Maranatha.

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LEGADO de LUZ

PRIMERA PARTE: 1827–1860

Los primeros años

ELENA GOULD

WHITE James R. Nix

La mensajera de Dios:

Cómo

comenzó todo

RETRATO FAMILIAR: Jaime y Elena White posan con su hijo Guillermo en 1857. Esta es la fotografía más antigua que se conoce de la joven familia.

Una mirada a la vida y el legado de Elena White

A

fines de 1845, Elena Harmon, de solo dieciocho años, escribió al editor de una expublicación millerita adventista de Cincinnati (Ohio). En su carta compartió los puntos destacados de la visión que Dios le había dado un año antes, en diciembre de 1844, la primera de cientos de visiones y sueños proféticos que recibió durante su vida. Poco podría haber imaginado que esa carta sería la primera de miles de artículos, libros y folletos que escribiría durante los siguientes setenta años, hasta su muerte en 1915. La mayor parte de ese tiempo fue conocida como Elena White, después de contraer matrimonio con Jaime White en 1846. Durante 2015, cuando se cumple el centenario de su muerte, la Iglesia Adventista recordará el impacto de su asombrosa vida, incluido su legado espiritual. Los comienzos

Elena y su hermana melliza Elizabeth (conocida como «Ella» y «Lizzie» en la niñez), fueron las menores de los ocho hijos de Robert y Eunice Harmon. La familia vivía en Gorham (Maine), cuando nacieron las niñas el 26 de noviembre de 1827, pero más tarde se mudaron a Portland (Maine). Cierto día, cuando tenían nueve años, caminaban por un pequeño parque hacia su hogar, cuando una compañera algo enojada les arrojó una piedra, que impactó de lleno en el rostro de Elena. Al accidente la afectó por el resto de su vida. En un comienzo, se pensó que Elena no sobreviviría. Cuando finalmente se recuperó un poco y decidió regresar a la escuela, la mano le temblaba tanto que no podía sostener la pluma. Y cuando procuraba leer, las palabras se le combina­ ban todas juntas en la página. Por ello, su educación formal

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llegó a su fin; de allí en más estudiaría por su cuenta. Los padres de Elena eran metodistas, y cuando ella cumplió catorce años también se unió a esa iglesia. Cuando Guillermo Miller, un granjero convertido en predicador bautista, compartió en Portland sus conclusiones de que Cristo regresaría a la Tierra a más tardar en 1844, al fin de la profecía de los 2300 días de Daniel 8:14, Elena se entusiasmó por esa perspectiva. Como resultado de sus nuevas creencias, la familia fue expulsada de la feligresía metodista. Más allá del chasco

Cuando Jesús no regresó en 1844 según lo esperado, Elena y muchos otros se sintieron terriblemente chasqueados. Fue en­ tonces que Dios le dio la primera visión, que mostraba al pue­ blo de Dios caminando por un sendero estrecho hacia la Santa Ciudad. Jesús iba adelante y, si mantenían los ojos fijos en él, se le aseguró que llegarían al destino celestial. La visión animó a todo el grupo, y a partir de allí, ensalzar a Cristo se convertiría en uno de los sellos distintivos del ministerio de Elena. Después de sus primeras visiones, Dios le pidió que com­ partiera –tanto en forma oral como escrita– lo que se le había mostrado. Pero debido a su timidez y a que sus manos aún temblaban cuando escribía, su tarea parecía imposible. Dios, sin embargo, le prometió que si aceptaba el llamado de ser su mensajera, estaría con ella cuando hablara, y al escribir le sostendría la mano. Sin muchas ganas, aceptó la invitación. Y Dios cumplió lo que había prometido. Elena contrajo matrimonio con Jaime White, un joven que había sido ministro millerita. La pareja tuvo cuatro hijos: F o t o g r a f í a :

C o r t e s í a

d e l

Pat r i m o n i o

W h i t e


SEGUNDA PARTE: 1860–1868

TERCERA PARTE 3: 1868–1881

Los años de desarrollo de la iglesia

Los años de encuentros capestres

Henry Nichols, James Edson, William Clarence, y John Herbert, que nacieron entre 1847 y 1860. El menor de los niños falleció en 1860 cuando solo tenía tres meses. Poco después de casarse, la nueva pareja aceptó el sábado como día de reposo, que les fue presentado por José Bates, un capitán de navío retirado que también había sido predicador millerita. Los comienzos del ministerio

En 1848, Dios le dijo a Elena en visión que su esposo debía iniciar una publicación. Aunque en un comienzo sería pequeña, se le dijo que con el tiempo sería como rayos de luz que rodearían el planeta. Ese mismo año, Dios también le informó que los adventistas podrían tener mejor salud si se abstenían del tabaco, el té y el café. La salud recibiría un gran énfasis durante todo su ministerio. En especial durante 1848 y 1849, Elena y su esposo se unieron a José Bates y a otros para ayudar a compartir las doctrinas bíblicas fundamentales de lo que años después llegaría a ser la Iglesia Adventista. Aunque las doctrinas adventistas resultaron todas ellas del estudio de la Biblia, en ocasiones Dios escogió guiarlos en la búsqueda de la verdad, por medio de las visiones que le daba a Elena. No obstante, ninguna doctrina adventista básica se originó de sus visiones. El primer número de The Present Truth [La verdad pre­ sente], la publicación que inició Jaime White, vio la luz en 1849. Dos años más tarde se publicó el primer libro de Elena White, que hoy forma parte de Primeros escritos. La escritora, de solo veintitrés años, lo concluyó instando a sus lectores a que leyeran la Biblia. Jaime y Elena viajaban constantemente. Los tiempos eran difíciles. Había solo unos pocos guardadores del sába­ do, ninguna estructura organizada, y hasta algunos críticos de las visiones de Elena, por lo que parecía muy improbable que el naciente movimiento sobreviviera. Aun así, Jaime continuó publicando artículos y más tarde libros, en un comienzo pequeños, pero cada vez más grandes a medida que pasaba el tiempo. Jaime, Elena y otras personas también predicaban y presentaban diversos temas. A pesar de los grandes desafíos, durante esos años, Elena y Jaime viajaron a trece estados y a lo que hoy es la provincia de Quebec (Canadá).1 Asimismo, primero mediante imprentas comer­ ciales y más tarde con una prensa de propiedad del grupo, Elena publicó veintiséis artículos y cartas bajo su nombre,2 además de ser autora de catorce volantes, folletos y libros o partes de ellos. Además de viajar a sus compromisos de predicación y presentaciones, los White se mudaron a diversos lugares de Maine y Connecticut, y pasaron períodos más prolongados en Saratoga Springs y Rochester (estado de Nueva York). En 1855, se trasladaron a Battle Creek (Míchigan) donde, por primera vez, fueron dueños de una casa. Tenían una vida sumamente ocupada.

Dios le prometió a Elena que si aceptaba el llamado de ser su mensajera , estaría con ella cuando hablara, y al escribir le sostendría la mano. Visiones de parte de Dios

En una reunión general llevada a cabo en Battle Creek en 1855, los pioneros reunidos registraron oficialmente que re­ conocían que las visiones de Elena White provenían de Dios y que, por lo tanto, sentían la obligación de prestarles atención. En 1858, mientras ella y Jaime viajaban por Ohio, a Elena se le mostró lo que llegó a conocerse como “el gran conflicto”, la continua lucha cósmica entre Cristo y Satanás. La visión fue publicada por primera vez unos meses más tarde en el primer tomo del libro Spiritual Gifts [Dones espirituales]. Aunque en 1855 los creyentes erigieron una pequeña casa editora en Battle Creek, esta no pudo ser registrada le­ galmente, dado que no existía una organización oficial, y los creyentes tampoco tenían un nombre que los identificase. A fines de 1860, se dieron los primeros pasos para registrar legalmente la entidad, y se escogió el nombre «adventista del séptimo día». En visión, Dios le dijo a una jovencita de diecisiete años que compartiera lo que se le había mostrado. Es interesante que en la última visión que recibió Elena en 1860, una vez más, el Señor volvió a decirle que ella y su esposo tenían que compartir sus testimonios con otros.3 Durante el resto de su larga vida, la mensajera del Señor siguió compartiendo la orientación que Dios le daba para su iglesia. n 1 Connecticut, Illinois, Indiana, Iowa, Maine, Massachusetts, Míchigan, Nueva Hampshire, Nueva York, Ohio, Pensilvania, Vermont, Wisconsin, y Canadá Oriental (Quebec). 2 Dos cartas publicadas en el Day-Star; seis artículos o cartas en The Present Truth; tres en la Second Advent Review and Sabbath Herald–1851 Extra; y quince en la Second Advent Review and Sabbath Herald. 3 Elena White, Spiritual Gifts (Battle Creek, Mích.: James White, Steam Press, 1860), t. 2, p. 299; Elena White, Testimonios para la iglesia, t. 1, pp. 225, 226; Arthur L. White, Ellen G. White: The Early Years (Hagerstown, Md.: Review and Herald Pub. Assn., 1985), t. 1, pp. 433, 434.

James R. Nix es director del Patrimonio

White, en Silver Spring (Maryland, EE. UU.).

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S ervicio

A D V E N T I S T A

Probado y

aprobado

Mikhail E. D. Byng

Aprendí a confiar en Dios en

N

ací y crecí en la isla de Trinidad, en el Caribe. Fui bautizado en la Iglesia Adventista a los ocho años. De niño, mi padre me enseñó a servir a Dios por medio de la palabra hablada. Era, y sigue siendo, un predicador. Siete meses después de cumplir diecinueve años, recibí una beca para estudiar en la Universidad de Belgrado, en Serbia. Después de orar durante semanas, decidí que era la voluntad de Dios, y acepté la oportunidad. He estado en Belgrado, la capital de Serbia, por más de dos años. Aunque hay iglesias adventistas allí, la mayoría de la población pertenece a la Iglesia Ortodoxa, y es difícil hablar de Dios y de religión. He tratado de hablar directamente pero, en la mayoría de los casos, mis intentos han sido infructuosos. Sin

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embargo, una experiencia me mostró una manera en que es posible testificar, una forma de ministerio ejemplificado por los seguidores de Dios a lo largo de la Biblia. ¿Entrará eso en el examen?

Cierto día, teníamos un examen oral en la universidad. Muchos estu­ diantes estaban nerviosos, tanto los serbios como los extranjeros. Al ver cómo evaluaban a los primeros, notamos que el profesor estaba de mal talante. Aun los estudiantes que parecían responder correctamente salían mal, y nosotros, los extranjeros, estábamos perplejos. Además de responder bien, tenía­ mos que hacerlo en serbio. Aunque habíamos estudiado serbio por solo ocho meses, se nos dijo que el examen sería en esa lengua.

Al sentarme en el salón de clases pensé en las historias que había apren­ dido en la Escuela Sabática sobre los grandes personajes de la Biblia. Pensé en Moisés en la corte de faraón; Daniel y sus tres amigos en el palacio de Nabucodonosor; Ester y Mardoqueo en la corte de Asuero; y en cómo Dios había resuelto los desafíos que enfren­ taron cuando ellos confiaron en él. Mientras pensaba en estas cosas, me llegó un mensaje de texto de una hermana de mi iglesia, que había sido mi maestra de Escuela Sabática y me había visto crecer. El mensaje decía: «Que un carbón encendido del cielo toque tus labios para que puedas dar el mensaje de Dios». En ese momento me excusé de la clase, fui al baño y trabé la puerta. Me arrodillé y oré. Pedí simplemente sabiduría, como lo hizo Salomón.


a u t o r d e l C o r t e s í a

Traté de seguir confiando en que Dios me daría el éxito .

COMPAÑEROS EN LAS TRIBULACIONES: El autor (derecha) posa con otros dos estudiantes internacionales: Hoan, de Vietnam, y Thulisani, de Sudáfrica.

tierra extraña «Dios –oré–, más allá de lo que suceda aquí en Serbia, te pido que me ayudes a honrar y glorificar tu nombre. Que mi éxito o fracaso sea usado para tu gloria». Al salir del baño, seguía nervioso por el examen. Tenía dudas de que siquiera podría decir algo. Pero traté de seguir confiando en que Dios me daría el éxito. ¿Ese fui yo?

Mientras los estudiantes iban saliendo, algunos felices por su éxito, y otros tristes por los malos resultados, el profesor preguntó: «Da li imanekiyos?» («¿Hay alguien más?») Me puse de pie, junto con otro estudiante de Gabón. Le indicamos que queríamos responder. El profesor nos permitió escoger una tarjeta de un mazo, con preguntas en el anverso.

Entonces nos dio diez minutos para apuntar algunas ideas y organizar las respuestas. Con una oración en el corazón, escogí una tarjeta. Tenía cuatro preguntas. Después de que el otro estudiante procuró sin éxito responder sus preguntas, me acerqué al escritorio del profesor y comencé a leer lo que había escrito, procurando explicar los diversos conceptos en serbio. Mientras hablaba, me costaba creer que en realidad, estaba explicando las diversas teorías y dando ejemplos. ¡Mis palabras realmente tenían sentido! En ese momento me di cuenta, aun mien­ tras hablaba, que era testigo de la ac­ tividad de Dios en mi vida. La misma mano que había guiado a Moisés en el desierto, a José en Egipto, y a Daniel en Babilonia cuando testificaron por Dios, el Creador del mundo, estaba conmigo en ese preciso momento. Para cuando terminé, me había convertido en un claro testigo del poder divino. El profesor me dio la mano y me dijo: «¡Felicitaciones!» (me lo dijo en inglés). Me puso un nueve (en la escala de uno a diez). No lo podía creer. Mientras caminaba con mis amigos a la estación de autobuses, los demás me acribillaron a preguntas. Hoan, de Vietnam, preguntó: –Mikhail, ¿cómo hiciste? –Fue Dios –le respondí–. No fui yo. Hoan hizo una pausa y dijo: «¿Estás hablándome de religión?».

No le interesaba el diálogo. Me explicó que en Vietnam, la mayor influencia religiosa es el budismo. Hoan sentía que la religión estaba llena de rituales sin sentido que no le interesaban. «Hoan –le dije–. El Dios del que te hablo es mayor que la religión; es el Creador del mundo». Hoan no estaba convencido. Lo invité a acompañarme a la iglesia adventista de Belgrado, pero aún no ha aceptado la invitación. Sin embargo, somos buenos amigos y siempre pro­ curo dar a Hoan y a los demás un buen ejemplo cristiano, ya sea en el ámbito académico o en las interacciones diarias. Pronto me di cuenta del mensaje que me estaba enviando Dios. Al Señor le importaba menos mi éxito académico que el ministerio de mi fe en él. Mi ejemplo y ministerio cristianos por Hoan y otros fue más importante para Dios que la buena nota que me había sacado. El examen había sido tan solo una herramienta para mostrar el poder de Dios, así como la educación es solo una herra­ mienta para prepararnos mejor para el servicio al Maestro. n

Mikhail E. D. Byng vive en Belgrado

(Serbia), y trata de seguir los pasos de su padre Dwight, que ha dedicado su vida a compartir el mensaje de la Palabra de Dios.

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R espuestas

a

preguntas

bíblicas

¿Cuántas ¿Por qué los reyes de Israel tuvieron tantas esposas?

son

demasiadas?

Supongo que su pregunta se refiere a la relación de Dios con esa práctica, y a la motivación de los reyes de tener tantas esposas. Más allá de los deseos corruptos de las pasiones humanas, existían otras razones sociales y políticas. Resumiré la voluntad de Dios sobre el tema, examinaré el propósito de casarse con tantas mujeres israelitas y, finalmente, exploraré la razón por no tener esposas reales israelitas. 1. La voluntad de Dios: Parece ser que siempre fue la intención divina designar en algún momento de la historia de su pueblo un rey sobre la nación. Con ese fin, Dios dio legislación que definía la designación y la función del rey (Deut. 17:14-20). Hasta cierto punto, el rey tenía que funcio­ nar como modelo de la nación, estudiando la ley, confiando en el poder divino y el propósito de Dios para el matrimonio. La ley establecía con claridad: «Tampoco deberá tener muchas mujeres» (vers. 17). En otras palabras, no debía tener un «harén real». Dios esperaba del rey lo que esperaba de todo hombre israelita: tener una esposa. En este sentido, la monarquía israelita le falló al Señor. 2. Las muchas esposas de David: La práctica real de tener muchas esposas se introdujo en Israel principalmente por medio de David. Este rey tuvo al menos nueve esposas, y no menos de diez concubinas. No está clara la función de sus concubinas. Estaban al servicio del rey para brindarle hijos (2 Sam. 20:3), y acaso hayan sido responsables del mantenimiento del palacio (15:16). En el Antiguo Cercano Oriente, la capacidad sexual del rey era parte de su imagen real, y tener muchas esposas transmitía esa idea. David estaba siguiendo las prácticas culturales de la época. Tam­ bién tomó varias israelitas como esposas. Pueden haber sido hijas de israelitas influyentes y poderosos cuyo apoyo, creyó David, sería útil para consolidar su reino. Eran matrimonios de motivación política. Aunque la mayoría de sus esposas eran israelitas, parece ser que tomó una esposa extranjera que era princesa: «Maaca, hija de Talmai,

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rey de Gesur» (2 Sam. 3:3). Este matrimonio tenía motiva­ ción política, y sirvió para fortalecer la influencia de David como rey entre las naciones cananeas. 3. Las esposas extranjeras y la idolatría: Lo que David inició, Salomón prácticamente lo institucionalizó: «Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas» (1 Rey. 11:3). Acaso muchas de sus concubinas, si no todas, eran israelitas, pero las esposas probablemente eran extran­ jeras, hijas de reyes con quienes Salomón hizo pactos. Así se entendían los casamientos reales en el Antiguo Cercano Oriente. Tales matrimonios consolidaron la monarquía salomónica y contribuyeron a relaciones pacíficas entre él y las naciones circundantes (por ej., Sidón, Moab, Amón). Todo matrimonio político podía dañar seriamente la integri­ dad del rey y –en el caso de las extranjeras– llevar al rey a la idolatría (Deut. 17:17; 1 Rey. 11:2). Cuando se acordaba ese tipo de matrimonio, en el acuerdo estaba implícito que la princesa seguiría adorando a su dios en el palacio de su marido, en este caso, el palacio de Salomón. Acaso algunas se hicieron israelitas, pero no lo sabemos. Cada esposa tenía sus propias doncellas y, a menudo, un líder religioso que la asistiera. El esposo debía brindarle un lugar de adoración para ella y su séquito. Siguiendo esta práctica pagana, «edificó Salomón un lugar alto a Quemos […], y a Moloc […]. Lo mismo hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses» (1 Rey. 11:7, 8). Estas son prácticas políticas y religiosas típicas del Antiguo Cercano Oriente, que contribuyeron directamente con la caída del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento. Siempre es bueno escuchar lo que dice la Palabra de Dios, en especial ante prácticas culturales que tienden a apartarnos del Señor. n

Ángel Manuel Rodríguez y su esposa viven

en Texas, Estados Unidos.


GLOW: Iluminando el mundo

*Elena White, El colportor evangélico, p. 5.

2

1

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El sábado me da una razón para interrumpir todas las búsquedas terrenales de la semana. Como es una orden divina, no da lugar a transigir por causa de un proyecto urgente en el trabajo, o cualquier otra cosa. Eso impide que el descanso sabático se convierta tan solo en una buena intención futura. Es una orden divina que debo obedecer, por lo que la cumplo con alegría y dejo todo lo demás para los otros seis días, como Dios lo pide. Descubrí la verdad que encierran las palabras de Jesús: Él creó el sábado por causa del hombre (Marcos 2:27). Es decir, el sábado no es algo que Dios nos hace, sino algo maravilloso que hace para nosotros. En nuestra era frenética, atesoro todas las bendiciones positivas que puedo experimentar porque en su amor, Dios me ha dado el sábado. Entiendo que puede parecerle extraño que yo vaya a la iglesia en sábado. Pero ahora ya sabe que lo hago porque estoy decidido a seguir lo que dice la Biblia, porque amo a Jesús como mi Creador y Salvador, y porque he descubierto la bendición que encierra ese día. Usted también puede disfrutar de esa maravillosa experiencia. Si quiere saber cómo hacerlo, o desea tener más información al respecto, póngase en contacto con GLOW, que lo ayudará.

¿Está listo para una aventura? Una de las cosas más apasionantes que podemos hacer como cristianos es compartir el maravilloso mensaje que Dios nos ha dado, y una de las maneras más simples de hacerlo es repartiendo folletos. Hace no mucho, un hombre adquirió varios folletos religiosos. Uno de ellos, que hablaba sobre lo que sucede después de la muerte, terminó en otro país. Allí el folleto fue pasando de una persona a otra, hasta que terminó en las manos de un pastor bautista que lo tradujo al francés y lo leyó ante ochenta personas que asistían a un funeral. Otra joven dejó uno de los folletos sobre una mesa. El capellán de una cárcel pasó por allí y lo leyó. Tiempo después, solicitó más de dos mil folletos para los novecientos presos de esa cárcel. Otra mujer entregó con timidez un folleto a la persona que viajaba junto a ella en el autobús. Para su sorpresa, el hombre le dijo: «Justo estaba orando para que Dios me diera una señal si él no quería que me suicidara. Creo que esta es la señal». «No sabemos cuáles pueden ser los resultados de entregar un solo folleto que contiene la verdad presente»* Por ello, una vez más le preguntamos, ¿está listo para una aventura? En la revista de este mes, hemos incluido un folleto de GLOW que usted puede cortar, doblar y entregar. Al hacerlo, pasará a formar parte de más de un millón y medio de adventistas de todo el mundo que harán lo mismo. Dedique tiempo a orar para que Dios lo guíe hacia un encuentro especial, o le dé una idea creativa. Entonces, entregue el folleto, o déjelo en un lugar donde alguien lo pueda recoger. Adventist World imprimirá periódicamente un folleto de GLOW a lo largo del año. Cada vez que usted comparta uno de esos folletos, envíe la historia de su experiencia a Adventist World. Puede hacerlo por correo electrónico a nelson@puconline.org. Sea tan creativo como pueda, y su historia podría aparecer en una edición futura de Adventist World.

nos llevan a recordar el amor que sentimos por nuestros seres queridos, así también el sábado nos recuerda el amor de Dios y nuestra completa dependencia de él para esta vida y la venidera. Tercera razón: La experiencia. La tercera razón por la que guardo el sábado es que he respondido a la invitación de Jesús de probar y ver si su Palabra es verdadera. A menudo, Dios nos invita a que lo probemos. Una de esas instancias se encuentra en Malaquías 3, donde nos desafía a darle una décima parte de nuestros ingresos. A los que aceptan el desafío, promete derramarles su bendición. El sábado también incluye un desafío. Dios nos invita a darle la séptima parte de nuestro tiempo. Si lo hacemos, promete bendecirnos. «Si […] llamas [al sábado] delicia […], entonces te deleitarás en Jehová» (Isaías 58:13, 14). Cada semana, experimento esa bendición sabática. Descansar en sábado me restaura física, mental, social y espiritualmente. Me quita el estrés de las cargas de la vida. Disfruto de tiempo ininterrumpido con mi familia y amigos, lo que mantiene vivas las relaciones. La adoración con otros creyentes me llena de energía. Adquiero mayor entendimiento e inspiración al estudiar la Biblia y escuchar los sermones.

Historias de


Para muchos, asistir a la iglesia en sábado parece estar en oposición a la tradición dominical del cristianismo. Usted se preguntará por qué están tan confundidos que van a la iglesia en el «día equivocado». Entonces, ¿por qué yo, al igual que otros millones, escogemos el sábado en lugar del domingo? Analice las siguientes razones, que podrían sorprenderlo. Primera razón: La Palabra de Dios. Voy a la iglesia en sábado porque a diferencia del domingo, es una enseñanza bíblica. Aunque Dios aprecia ser adorado todos los días de la semana, separó el séptimo día como una jornada especial de reposo. El sábado es el séptimo día, y fue dado a la humanidad en la creación, unos dos mil años antes del surgimiento del pueblo judío (Génesis 2:1-3). Jesús dijo que «el sábado fue hecho por causa del hombre», no solo de los judíos (Marcos 2:27). En la creación, Dios llevó a cabo tres acciones deliberadas para hacer del séptimo día un día singular respecto de los otros seis: reposó, lo bendijo y lo santificó (Génesis 2:2, 3). Es algo sumamente significativo.

Por qué voy a la iglesia en sábado En primer lugar, necesitamos descansar del trabajo y dedicar tiempo a la reflexión. Dios nos programó así. Por eso dedicó el séptimo día de la creación para que la humanidad pasara un tiempo especial con él. En segundo lugar, Dios derramó sobre el séptimo día una bendición especial que no otorgó a los otros seis. Por último, Dios estableció un límite alrededor de ese período de veinticuatro horas y lo designó como un día plenamente dedicado a una relación con él. Si analizamos cada versículo de la Biblia que habla sobre el sábado, hacemos varios descubrimientos asombrosos. Durante todo el Antiguo Testamento, el pueblo de Dios disfrutó de esa bendición –recuerde que hasta Abrahán, los judíos no existían (Génesis 11:26); Jesús honró el sábado guardándolo cada semana (Lucas 4:16); los discípulos lo guardaron (Hechos 18:4, 11; 16:13); y será guardado en el cielo y la Tierra Nueva (Isaías 66:22, 23). La Biblia presenta un ciclo inquebrantable de observancia sabática desde la creación del hombre hasta la Tierra Renovada. Entonces, ¿por qué la mayoría de las iglesias cristianas guarda el domingo? Por la tradición. Verá usted, la Biblia jamás registra que Dios cambió el día de reposo del sábado al domingo. El único cambio en la Ley de Dios que mencionan las Escrituras es procurado por un astuto ataque desde adentro de la iglesia (Daniel 7:25). Ese cambio se produjo mucho después de que murieron los discípulos. Para los siglos III y IV, la historia registra que algunos cristianos estaban guardando el día pagano del domingo en Roma y otros lugares donde la iglesia comenzó a transigir para evitar las persecuciones. Cuando la iglesia de Roma adquirió mayor poder político y se convirtió en la Iglesia Católica Romana, sancionó oficialmente el domingo como día de reposo. Aun hoy, señala ese hecho histórico como prueba de que su autoridad y tradición son superiores a las claras enseñanzas de las Escrituras (ver www.glowonline.org/dan7/). Segunda razón: El amor. Guardar el sábado no es legalismo. «Si me amáis, guardad mis mandamientos» (Juan 14:15). El sábado es el día de adoración según la Biblia, es el cuarto mandamiento, jamás ha sido cambiado por Dios sino por el hombre, y Jesús mismo guardó el sábado por amor a Dios. Hay muchas razones por las cuales amo y obedezco a Jesús. Dos de las principales: es mi Creador y Redentor (Juan 1:1-3; Tito 2:14). Jesús

creó la Tierra en seis días y descansó el séptimo. El sábado es el monumento oficial o señal entre él y su pueblo de que es el Creador (Éxodo 31:17). Y justo antes del regreso de Cristo, un mensaje divino llama a que todos adoren «a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas» (Apocalipsis 14:7). Cada vez que me acuerdo del sábado para santificarlo, honro a mi Creador, reconociéndolo como el que sostiene mi vida en sus manos (Éxodo 20:8-11). Jesús no solo nos creó, sino que también nos redimió del pecado. El sábado es una señal especial de salvación: «Y les di también mis sábados, para que fueran por señal entre yo y ellos, para que supieran que yo soy Jehová que los santifico» (Ezequiel 20:12). Abstenerse del trabajo secular una vez a la semana nos recuerda que no podemos trabajar para ganar nuestra salvación eterna, porque es un don de Dios, y que dependemos plenamente de él (Hebreos 4:4-10). Si no puedo confiar en que Dios se hará cargo de mi sustento una vez por semana, ¿cómo podré decir que confío en que me dará la vida eterna? Cada sábado me recuerda el amor que Jesús nos ha dado mediante la creación y redención. Así como los aniversarios son momentos que

I N T ER C A M B I O D E I D E A S

Pedidos y

agradecimientos

Les pido que oren por algunos jóvenes de Malaui, que se están apartando de Dios y usando alcohol y drogas. Oren para que regresen al Señor. Malyson, Malaui Oren por favor para que Dios me provea de un cónyuge. Oren también para que pueda cursar las asignaturas específicas que necesito para medicina, dado que todo depende de los costos y el cronograma, y de los constantes cambios en los requisitos de admisión. Stacia, Estados Unidos

Estoy pasando por crisis en mi matrimonio, la salud y las finanzas. Pido que Dios me guíe y haga un milagro en mi vida. Patricio, Chile

Oren por favor para que mi amiga acepte a Cristo como su Salvador durante las próximas reuniones de evangelización. María, Indonesia

Les pido que oren por el hijo adolescente de un amigo, que es adicto a los juegos en la computado­ ra. Su familia está muy angustiada por ello. Elia, Argentina

Trabajo para un ministerio en el que hay obreros pero no fondos. Por favor, oren por esto. Shiful, Bangladés

Por favor, oren para que mi profesor cambie la clase del sábado a otro día. ¡Muchas gracias! Harby, Filipinas

Soy pastor y estoy atravesando problemas de salud. Oren por favor por mí. Stephen, Uganda

Oren por favor para que mi amiga abra la mente y el corazón a la verdad del sábado. ¡Gracias! Choi, Francia

Oraciones y alabanzas: Envíe sus pedidos de oración y agradecimientos por las oraciones contestadas a prayer@adventistworld.org. Sea breve y conciso; dígalo en cincuenta palabras o menos. Los envíos serán editados por razones de espacio y claridad. No todos serán publicados. Incluya por favor su nombre y su país. También puede enviar sus pedidos por fax a: 1-301-680-6638; o por correo a Adventist World, 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600 U.S.A.


Espero que esto ayude a aclarar ese dato erróneo en un artículo por lo demás excelente. Victor Hulbert, director de Medios y Comunicaciones, Unión Asociación Británica Watford, Hertfordshire, Inglaterra La batalla

Cartas Una corrección a un buen artículo

Disfruté mucho de leer el artículo de Denis Kaiser titulado «¿Amar al enemigo?» (Agosto 2014). Fue un trabajo de in­ vestigación excelente, bien organizado, emocionante y oportuno. Les hago una pequeña corrección a la leyenda de la fotografía de la página 19 donde se ve a los adventistas del III Cuerpo Oriental de No Combatientes, que fue posicionado en Francia. Traba­ jaban mayormente como estibadores en los puertos y, durante los primeros dieciocho meses, pudieron guardar el sábado sin problemas. En noviembre de 1917 nombraron a un nuevo coman­ dante, y todo cambió. Fueron juzgados por el consejo de guerra, sentenciados a seis meses de trabajos forzados y enviados a prisión. Allí fueron golpeados –algunos casi hasta la muerte– por rehusarse a trabajar en sábado. Es una historia impresionante de fidelidad bajo circunstancias extremas. Aunque en la fotografía aparecen en uniforme, nunca trabajaron desactivando bombas. (Creo que esta fue una opción en la Segunda Guerra Mundial). Su valiente postura en la Primera Guerra Mundial llevó a una mejor comprensión con las autoridades militares británicas en la Segunda, donde los adventistas fueron exentos del servicio militar siempre que trabajaran en tareas de importancia nacional (en tierra, en las minas o como médicos).

Agradezco a Adventist World y a Ted N. C. Wilson por la sucinta e importante lección de historia sobre la herencia de pacificación de nuestra iglesia («La batalla», Agosto 2014). Este artículo fue un útil recordatorio sobre la razón por la cual la iglesia ha cultivado este valor fun­ damental, y los problemas que presenta la postura contraria para la iglesia mundial. A menudo, el patriotismo ha so­ brepasado los vínculos de comunión. Como hermana de tres jóvenes que han escogido estar en las fuerzas armadas y que han tomado parte en guerras recientes, aprecié también el análisis de Denis Kaiser (en el artículo «¿Amar al enemigo?») sobre cómo podemos amar de manera práctica a nuestros enemigos durante tiempos de guerra. En mi propia vida y también como ciudadana, necesito recordar que todos mis próji­ mos son hijos amados de Dios, y que soy llamada a mostrarles un amor ético, aun cuando actúen como mis enemigos. Muchas gracias por publicar estas evaluaciones tan bien pensadas, cristo­ céntricas y de acervo histórico, sobre el llamado a ser pacificadores. Lisa Clark Diller C hattanooga, Tennessee, Estados Unidos

Un destello de luz

Disfruté de leer el artículo de Curtis Rittenour titulado «Un destello de luz» (Diciembre 2013). Ese artículo me recordó que Dios es un Padre solícito y amante que resuelve las dificultades de sus hijos cuando están en problemas. Gaius Emmanuel Lagos, Nigeria Muestras de aprecio

Me siento muy animada cada vez que leo la revista. Gracias por sus oraciones; estoy orando por ustedes. ¡Gracias! Becky Moraa Nairobi, Kenia Soy lector de Adventist World. Me gusta mucho esta revista. Espero que sigan escribiendo artículos extraordi­ narios para edificación del alma. ¡Dios los bendiga! Ludovic Eugene Haití

Revividos por la Palabra Un viaje de descubrimientos a lo largo de la Biblia Dios nos habla por su Palabra. Únase a los creyentes de más de 180 países que están leyendo un capítulo de la Biblia por día. Si desea descargar la Guía de Lectura, visite RevivedbyHisWord.org, o apúntese para recibir el capítulo diario de la Biblia por vía electrónica. Si desea participar de esta iniciativa, comience aquí: 1º de febrero de 2015 • Hechos 3

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Tres remedios

La UNICEF estima que alrededor del 25 por ciento de los niños menores de 5 años son bastante más bajos que la altura media para su edad. La organización recomienda los tres siguientes remedios:

agua pura alimentación adecuada servicios sanitarios apropiados En las últimas dos décadas, estos factores han ayudado a reducir la mortalidad de los menores de 5 años en un cincuenta por ciento. Fuente: The Rotarian

Hace

E

44 años

l 26 de enero de 1971, el emperador etíope Haile Selassie I inauguró oficialmente en Adís Abeba (Etiopía) el Hospital Adventista Empress Zauditu Memorial. La Unión Misión de Etiopía había operado un hospital en esta ciudad desde 1932. En ocasión de la coronación de Selassie, el 2 de noviembre de 1930, la Unión Asociación Escandinava de la Iglesia Adventista le envió saludos. En respuesta, el emperador expresó el deseo de otorgar un presente a la misión adventista. Selassie, que conocía las necesidades del pueblo y la obra médica misionera adven­ tista, pidió a la iglesia que operara el nuevo hospital, que recibió el nombre de su prima y predecesora en el trono, la emperadora Zauditu. El doctor George Bergman fue su primer director médico. Después de la muerte de Selassie en 1975, el hospital fue nacionalizado, y ahora es operado por el Ministerio de Salud de Etiopía. Es el principal hospital del país para la aplicación de la terapia antirretroviral en el tratamiento del HIV/SIDA.

I m a g e n p o r c o r t e s í a A r c h i v o s d e l a GC

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d e

lo s

Adventist World | Enero 2015

1 8 de cada

Según la Organización Mundial de la Salud, el número de muertes en 2012 que fueron causadas por la contaminación del aire. La ciudad con aire más contaminado es Delhi (India). Fuente: National Geographic/newstatesman.com

Con tan

solo caminar Según una nueva investigación, caminar puede reducir un cuarenta por ciento el riesgo de morir de cáncer cerebral. La distancia mínima necesaria para verse beneficiado es de veinte kilómetros por semana. Fuente: Men’s Health/Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley


5O

PALABRAS O MENOS

Mi

promesa bíblica favorita

n Dios

me habla profundamente al corazón cuando afirma que enjugará toda lágrima de nuestros ojos (Apoc. 21:4). Esto me llena de esperanza. ¡Qué día maravilloso será cuando disfrutemos para siempre de gozo, amor, paz y felicidad con Cristo! –Karla, Paraíba, Brasil

n El

año pasado, este texto me ayudó en momentos difíciles. Es una promesa verdadera y preciosa: «No hay como el Dios de Jesurún, quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda, y sobre las nubes con su grandeza» (Deut. 33:26). –Elenara

n Con

una promesa como esta no hace falta sentir temor: «No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia» (Isa. 41:10). –Antonio, Río de Janeiro, Brasil

n Esta

promesa me ha animado a seguir confiando en el Señor en espera de la victoria: «Porque aún un poco y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe […]; los que tienen fe para preservación del alma» (Heb. 10:37-39). –Joel, Villavicencio, Colombia

Para la próxima, díganos en 50 palabras o menos cuál es su himno favorito. Envíelo por favor a letters@AdventistWorld.org. En el título coloque «50 Words or Less».

«He aquí, vengo pronto . . .» Nuestra misión es elevar a Cristo, uniendo a los adventistas de todo el mundo en creencias, misión, vida y esperanza.

Editor ADVENTIST WORLD es una publicación internacional de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, editada por la Asociación General y la División de Asia-Pacífico Norte de la Iglesia Adventista. Editor ejecutivo Bill Knott Editor asociado Claude Richli Gerente editor internacional Pyung Duk Chun Junta editora Ted N. C. Wilson, presidente; Benjamin D. Schoun, vice-­ presidente; Bill Knott, secretario; Lisa Beardsley-Hardy; Daniel R. Jackson; Robert Lemon; Geoffrey Mbwana; G. T. Ng; Daisy Orion; Juan Prestol; Michael Ryan; Ella S. Simmons; Mark Thomas; Karnik Doukmetzian, asesor legal. Comisión coordinadora de ADVENTIST WORLD Jairyong Lee, chair; Akeri Suzuki, Kenneth Osborn, Guimo Sung, Pyung Duk Chun, Suk Hee Han Editores de Silver Spring, Maryland, EE.UU. Lael Caesar, Gerald A. Klingbeil (editores asociados), Sandra Blackmer, Stephen Chavez, Wilona Karimabadi, Kimberly Luste Maran, Andrew McChesney Editores de Seúl, Corea Pyung Duk Chun, Jae Man Park, Hyo Jun Kim Editor en línea Carlos Medley Directora de operaciones Merle Poirier Editores invitados Mark A. Finley, John M. Fowler Consultor E. Edward Zinke Gerente financiera Rachel J. Child Asistente administrativa Marvene Thorpe-Baptiste Junta administrativa Jayriong Lee, presidente; Bill Knott, secretario; P. D. Chun, Karnik Doukmetzian, Suk Hee Han, Kenneth Osborn, Juan Prestol, Claude Richli, Akeri Suzuki, Exoficio: Robert Lemon, G. T. Ng, Ted N. C. Wilson Dirección y diseño gráfico Jeff Dever, Brett Meliti Consultores Ted N. C. Wilson, Robert E. Lemon, G. T. Ng, Guillermo E. Biaggi, Lowell C. Cooper, Daniel R. Jackson, Raafat Kamal, Geoffrey Mbwana, Armando Miranda, Pardon K. Mwansa, Michael L. Ryan, Blasious M. Ruguri, Benjamin D. Schoun, Ella S. Simmons, Alberto C. Gulfan, Jr., Erton Köhler, Jairyong Lee, Israel Leito, John Rathinaraj, Paul S. Ratsara, Barry Oliver, Bruno Vertallier, Gilbert Wari A los colaboradores: Aceptamos el envío de manuscritos no solicitados. Dirija toda correspondencia a 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600, EE.UU. Número de fax de la oficina editorial: 1 (301) 680-6638 E-mail: worldeditor@gc.adventist.org Sitio Web: http://www.adventistworld.org/ A menos que se indique lo contrario, todas las referencias bíblicas pertenecen a la versión Reina Valera. Revisión 1995. ADVENTIST WORLD es publicada todos los meses e impresa simultáneamente en Alemania, Argentina, Australia, Austria, Brasil, Corea, Estados Unidos e Indonesia.

Vol. 11, No. 1

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* El doctor James Gulley es jefe del Servicio de Oncología Médica del Instituto Nacional del Cáncer en Maryland, el centro de investigación clínica oncológica más grande del mundo. Ha sido autor de más de 180 trabajos científicos y ha jugado un papel central en el desarrollo de la vacuna del cáncer de próstata.

Cada mes, Adventist World llega hasta las manos inquisitivas de este médico. El doctor James Gulley* se mantiene conectado con la familia adventista de todo el mundo gracias a Adventist World. Usted también puede mantenerse en contacto con la familia de la iglesia. Solicite revistas al Departamento de Comunicaciones de su región si su iglesia aún no distribuye Adventist World en forma periódica y gratuita. También puede leerla en Internet en once idiomas diferentes en www.adventistworld.org.

Una familia Un mundo Adventist World.


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