AW Spanish 2013-1005

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Publicación internacional de los adventistas del séptimo día

Vol. 9 No. 5

El

comien zo de un

movimiento E D I C I Ó N

La

E S P E C I A L

C O N M E M O R A T I V A

historia adventista La organización temprana del adventismo


Vol. 9 No. 5

8 «¿Quiénes somos?» P A N O R A M A

M U N D I A L

Ted N. C. Wilson

Nuestra identidad determina la misión.

12 Cita con el destino D E V O C I O N A L

Gerald A. Klingbeil

El profeta Daniel, un protagonista de la historia.

14 El conflicto cósmico C R E E N C I A S

N O TA

16

n

D E

TA P A

Aleta Bainbridge

El comienzo de un movimiento

Dios corrió un gran riesgo cuando otorgó a sus criaturas la capacidad de escoger.

El reloj de Dios revela su plan Alice Voorheis

n

n Avanzando

n

Se concretan los planes

Alberto R. Timm

A D V E N T I S T A

James R. Nix

Un hombre prometedor que terminó mal.

hacia la organización

Stanley D. Hickerson

22 Moisés Hull

H E R E N C I A

l movimiento comienza E a avanzar

Benjamin Baker

F U N D A M E N T A L E S

2 4 El don de la orientación profética D escu b rir el de P rofec í a

D on

Merlin D. Burt Los ministerios adventistas actuales de publicación, salud y educación le deben mucho a Elena White.

D E PA R TA M E N T O S 3 I N F O R M E

M U N D I A L

3 Noticias breves 6 Informe de noticias

11 S alud M undial Vivir con salud R E S P U E S TA 26

P R E G U N TA S

A BÍB L I C A S

¿Primogénito o primero?

27 E S T U D I O BÍB L I C O Dos mil años después, seguimos esperando I N T E R C A M B I O 28

D E

I D E A S

www.spanish.adventistworld.org

www.adventistworld.org: Disponible en línea en trece idiomas

Publicado por la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

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Adventist World | Mayo 2013

I m a g e n d e t a p a d e l a NA S A / N O AA / G S F C / S u o m i NPP / V I I R S / Nor m a n K u ri n g . Mo d ific a d a d i g i t a l m e n t e .


L

os registros afirman que ese jueves de mañana, hace ciento cincuenta años, solo sumaban veinte. Todos eran hombres, y estadounidenses. Casi todos los delegados eran pastores: solo había dos laicos. De los veinte, tres apostatarían y dejarían la iglesia en la siguiente década. Otros tres llegarían a ser presidentes de la organización que acababan de crear. Dos serían editores de la revista Advent Review and Sabbath Herald (ahora la Revista Adventista), la publicación hermana de Adventist World. Prácticamente todos ellos tendrían luchas financieras, tanto personales como en la iglesia que habían fundado. Aun cuando la estructura que establecieron no solo sobrevivió sino que floreció, casi todos los demás aspectos de su existencia han cambiado. Los hombres ahora suman menos del cuarenta por ciento de la feligresía, y los estadounidenses, solo el seis. Los pastores y todos los demás empleados de la iglesia suman menos del dos por ciento de los miembros. El monto anual de diezmos y ofrendas que dan los miembros supera los mil millones de dólares, y ese valor se ve multiplicado en templos, hospitales, instituciones educativas y equipos misioneros. Aunque varias «asociaciones por estado» habían existido antes del 21 de mayo de 1863, los adventistas de esa época y de las generaciones subsiguientes han señalado ese jueves como el día del nacimiento de la iglesia que ahora circunda el globo. Es una iglesia presente en más de doscientos países, que sobrepasa los diecisiete millones de miembros bautizados, y que cuenta con los sistemas educacionales, médicos y de publicaciones protestantes más grandes del mundo. Otros millones se incluyen como parte de este movimiento mundial, como familiares o amigos de los miembros. «La influencia de este encuentro no puede sino ser bueno», escribió Urías Smith, de treinta y un años, quien fue elegido secretario (segundo directivo) de la Asociación General, solo cinco días después del encuentro. Su cuidadosa predicción ahora parece demasiado modesta: Dios ha bendecido tanto a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que cada día se unen más personas a la iglesia, de las que fueron bautizadas el día de Pentecostés. Al leer las historias de la conducción divina en esta edición especial de Adventist World, recuerde cómo Dios ha tomado cosas pequeñas –la vasija de una viuda, cinco piedritas de un arroyo, o cinco panes y dos peces– para hacer grandes cosas que parecían imposibles.

INFORME MUNDIAL

«Día mundial de la juventud»,

el más

grande evento de la iglesia en los

medios sociales

Izquierda: MARCHA EN SUDÁFRICA: Jóvenes marchan en las calles de Alberton (Sudáfrica) el pasado sábado 16 de marzo, como parte del «Día mundial de la juventud» organizado por la Iglesia Adventista. Derecha: SERVICIO EN FILIPINAS: Jóvenes y niños se alistan para un día de actividades de servicio, el pasado 16 de marzo en San Pablo City (Filipinas). Cientos de miles de jóvenes adventistas participaron en diversas partes del mundo en un día especial de actividades comunitarias.

■■ El «Día mundial de la juventud» que se llevó a cabo el sábado 16 de marzo pasado fue la movilización internacional más grande de los adventistas del séptimo día en los medios sociales, según Gilbert Cangy, director de Ministerios Juveniles de la Iglesia Adventista mundial. Cientos de miles de jóvenes adventistas participaron en las actividades comunitarias, y los departamentos de Ministerios Juveniles de diversas partes del mundo informaron sus actividades de servicio en vivo a través de Hope Channel en Australia, Alemania y Estados Unidos. Más de ochenta mil jóvenes se conectaron en los medios sociales como Facebook y Twitter, y más de cuatro millones de personas mencionaron la iniciativa en Internet. Los jóvenes adventistas faltaron ese día al sermón y se movilizaron para dar una muestra de cristianismo práctico. «Para los jóvenes adventistas del mundo fue un momento histórico de unificación –dijo Cangy–. En esencia, no fue algo que nosotros hayamos hecho: simplemente nos pusimos a disposición para que Dios nos use como sus manos y sus pies, para hacer su obra. Y fue muy inspirador ver los resultados». Cientos de jóvenes de España participaron en una así llamada «multitud instantánea» en uno de los centros comerciales más grandes de Madrid. En Inglaterra, los jóvenes sirvieron como misioneros en hogares de ancianos y hospitales. Otro grupo transformó su iglesia en un refugio para mujeres abusadas. Véase la página 4

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TED

N e w s

INFORME MUNDIAL Los jóvenes adventistas de Tanzania respondieron a un llamado urgente para donar sangre. En Puerto Rico, los jóvenes oraron por los automovilistas en una avenida muy transitada. En Sudáfrica, los jóvenes prepararon el desayuno para los funcionarios policiales. Un titular del periódico Guyana Times dijo: «Jóvenes adventistas inspiran esperanza mediante el servicio a la comunidad». «Fue maravilloso ver que el Departamento de Ministerios Juveniles asumió el liderazgo en la movilización de toda la iglesia de esta manera», dijo Daryl Gungadoo, ingeniero de distribución y redes de Radio Mundial Adventista Europa y uno de los organizadores del evento. El próximo «Día mundial de la juventud» está planificado para el 15 de marzo de 2014. –informe de la División Intereuropea y la Red de Noticias Adventistas

En Hungría, Wilson celebra el centenario de la iglesia en el país ■■ Miles de adventistas y simpatizantes dieron la bienvenida a Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial, en una visita pastoral de diez días por Europa. La última parada fue en Hungría, y se produjo durante la semana en que los adventistas celebraron el centenario de la ex Unión Duma, que más tarde recibió el nombre de la Unión Asociación de Hungría. El adventismo llegó por primera vez al país a mediados de la década de 1860, cuando M. B. Czechowski, un sacerdote católico polaco que se hizo adventista, expandió el grupo de observantes del sábado de Suiza a Hungría y a otras partes de Europa.

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Derecha: CON LOS MIEMBROS: Ted Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial (izquierda) y su esposa Nancy (centro a la derecha), conversan con feligreses de Hungría después de la celebración de la organización formal de la Iglesia Adventista en el país. Izquierda: ENCUENTRO CÍVICO: Representantes de la Iglesia Adventista se reúnen con funcionarios del gobierno húngaro para analizar la protección de los derechos de las religiones minoritarias en el país. György Hölvényi, ministro de estado para Religiones (centro a la izquierda), flanqueado por dos asociados. (Derecha, desde atrás): Tamás Ocsai, presidente de la Unión Asociación de Hungría de la Iglesia Adventista; Ted Wilson; y Bertil Wiklander, presidente de la División Transeuropea.

La celebración del pasado domingo marcó también el lanzamiento del proyecto “La gran esperanza” en el país. La iniciativa de la iglesia mundial busca llevar «esperanza a cada hogar» al animar a los adventistas para que compartan ejemplares del libro La gran esperanza con sus amigos y vecinos. «No es lo que puede hacer la iglesia, sino lo que pueden hacer los miembros para llevar esperanza a cada hogar de Hungría», dijo Tamás Ocsai, presidente de la Unión Asociación de Hungría. La gran esperanza es una adaptación moderna del libro El conflicto de los siglos, de Elena White, una de las fundadoras de la iglesia. En el libro se destaca la fidelidad a Dios a lo largo de la historia, de un pueblo que incluye a los valdenses y otros grupos pequeños que preservaron una forma auténtica de cristianismo durante la Edad Media. «La Iglesia Adventista del Séptimo Día es la última iglesia remanente de Dios –dijo Wilson–. Él está preparando a su pueblo para algo muy inusual, y

tenemos que compartir con la gente el amor de Jesús de una manera agradable. Ojalá puedan salir de este lugar llenos de esperanza para el futuro». En la tarde, Wilson y una delegación de los principales directivos adventistas de Hungría y de la División Transeuropea se reunieron con György Hölvényi, ministro de estado de Religiones, Minorías y Asuntos Sociales. Wilson bosquejó el alcance de la denominación protestante de diecisiete millones de miembros, y agradeció a los funcionarios húngaros por su labor en la promoción de la libertad religiosa en el país. El encuentro se produjo un año después de que los legisladores húngaros votaron restaurar el estatus oficial de la Iglesia Adventista en el país. La medida se produjo luego de meses de incertidumbre, después de que se aprobó en 2011 la «Ley de iglesias», que suspendió el registro de unos trescientos grupos religiosos minoritarios, incluida la Iglesia Adventista. Las iglesias fueron invitadas a volver a solicitar el estatus


oficial bajo parámetros más estrictos. El gobierno dijo que la ley fue parte de esfuerzos más abarcadores de evitar grupos religiosos falsos que exigían los derechos y privilegios extendidos a las iglesias legítimas. Durante el encuentro, el ministro Hölvényi reiteró el compromiso de Hungría con la protección de los derechos de las minorías religiosas. «La intención del gobierno no es excluir ningún grupo de las actividades religiosas», dijo Hölvényi, enfatizando la función clave de la Asociación Internacional de Libertad Religiosa en la protección de la libertad de creencias en todo el mundo. –informe de Jóhann E. Jóhannsson, de tedNEWS , y la Red de Noticias Adventistas

En Beirut se inaugura Centro Comunitario Adventista ■■ La Universidad Adventista de Oriente Medio inauguró el mes pasado un centro comunitario fuera del campus. De esta manera los administradores de la institución ahora están ofreciendo servicios a sus vecinos, luego que durante mucho tiempo solo luchaban por conservar la institución en medio de la guerra civil en el Líbano. El Centro Comunitario «Por la vida», a solo dos kilómetros del campus, ofrece clases de salud, cocina, arte, música e informática. Ya más de seiscientas personas participaron en clases de salud patrocinadas por un grupo de visitantes del Centro Weimar de Salud y Educación, de los Estados Unidos. «Estoy absolutamente emocionado por el nuevo centro –dijo Leif Hongisto, rector de la institución–. No sabíamos que la gente lo apoyaría dando una aceptación tan cálida. Dios está realmente

bendiciendo estos emprendimientos para reconectar esta comunidad con sus primeros habitantes», dijo al referirse a la comunidad adventista que en 1939 habitó la zona por primera vez en tiempos modernos. La apertura del centro atrajo decenas de partidarios, entre los que se encontraba Antoine Kaysar Jbara, el alcalde de la Municipalidad de Jdeidet-Bauchrieh-Sed. La ceremonia fue cubierta por los medios. El centro surgió después de que el año pasado, Hongisto llevó a cabo una caminata de salud de cinco mil metros. Este evento comunitario se corresponde con la conciencia creciente que hay en el país sobre temas de salud. «La gente se da cuenta de que históricamente hemos adoptado la vida sana», dijo Hongisto al referirse al compromiso de larga data de la Iglesia Adventista con la vida saludable. La universidad misma está experimentando un resurgimiento después de años de reconstrucción. El campus

quedó en ruinas después de la Guerra Civil en el Líbano entre 1975 y 1990. Homer Trecartin, actual presidente de la Unión de Oriente Medio y Norte de África de la Iglesia Adventista, dice que el campus ha experimentado un cambio notable desde la época cuando él trabajó allí como secretario-tesorero del territorio. «Deberían haber visto el campus cuando lo visité hace doce años. La mayoría de las casas aún estaban destruidas por las bombas, y las aves y otros animales vivían en ellas. En la residencia estudiantil había un solo estudiante y apenas unos pocos profesores eran adventistas». La reconstrucción comenzó hace una década. «Ahora es un lugar hermoso, y da gusto visitarlo», dice Trecartin al referirse al campus, que tiene vistas a Beirut y el Mar Mediterráneo. La institución ahora cuenta con doscientos cincuenta estudiantes provenientes de veintitrés países. –informe de Jason Lemon y Ansel Oliver/ ANN

Arriba: POR LA VIDA: El Centro Comunitario «Por la vida» está ubicado en la planta baja de un edificio de diez pisos, a unos dos kilómetros del campus. Derecha: COLINA DEL SÁBADO: La Universidad de Oriente Medio está ubicada en la Colina Sabtieh, nombrada en homenaje a adventistas que se establecieron en la zona en 1939. El campus tiene vistas C o n t hacia i n u e dla ociudad n next page de Beirut y el Mar Mediterráneo.

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INFORME MUNDIAL

Mark A. Kellner, editor de noticias

Secretarias de iglesia

NUEVO TEMPLO: La nueva iglesia adventista de Nova Mutum Paraná, en el estado de Rondonia, lista para su inauguración. El templo fue construido gracias a los esfuerzos de recolección de fondos de secretarias de iglesia de Brasil.

financian y ayudan a En el nuevo poblado de Nova Mutum Paraná (Rondonia, Brasil), los adventistas ya tienen una iglesia

M

ientras un importante proyecto hidroeléctrico está transformando el paisaje del estado de Rondonia, en el noroeste de Brasil, el recién inaugurado templo adventista en el poblado de Nova Mutum Paraná, creado hace solo dos años, promete cambiar el ambiente espiritual del lugar. La nueva iglesia, inaugurada en un culto especial el pasado 24 de febrero de 2013, brindará sus servicios a una aldea creada debido a la construcción de la represa hidroeléctrica Jiraú, que embalsará las aguas del río Madeira. Se espera que las cincuenta unidades generadoras de la planta produzcan 3750 megavatios de energía eléctrica para la región y otras partes de Brasil, mediante una red nacional de distribución.

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Los desplazamientos causados por la construcción motivaron el establecimiento de Nova Mutum Paraná, a unos 120 kilómetros de la capital del estado. Según informes de los medios, en el pueblo vivían unas 1600 personas cuando fue inaugurado en enero de 2011. La nueva ciudad está diseñada para albergar hasta seis mil residentes. Antes de la inauguración de la iglesia, los adventistas tenían que viajar hasta el siguiente distrito y solo podían congregarse los sábados. Ahora también pueden hacerlo durante la semana, dado que no necesitan viajar largas distancias para llegar a una iglesia. Los fondos recolectados por un grupo de secretarias cubrieron los

costos del nuevo templo, que fue construido con la ayuda de voluntarios de la Asociación de Amazonas Occidental, que abarca los estados de Rondonia y Acre. Los directivos regionales de la Iglesia Adventista dicen que esta es la primera congregación establecida como resultado directo de la dadivosidad de las secretarias. El nuevo edificio, que respeta la arquitectura del pueblo, lleva el logotipo de la Iglesia Adventista en su fachada, lo que atrae la atención de los vecinos. La capacidad para cien personas, se vio superada cuando llegaron ciento cincuenta visitas para la ceremonia inaugural. Muchos vecinos no adventistas también asistieron. El culto inaugural contó con la presencia de Magdiel Pérez Schulz,


F o t o g r a f í a s

p or

cor t e s í a

d e

l a

Divisi ó n

S u d a m e ric a n a

PRIMER CULTO: Magdiel Pérez Schulz, secretario de la División Sudamericana, predica en el culto inaugural. En la primera fila están sentados dos candidatos bautismales. La iglesia adventista de Nova Mutum Paraná (Rondonia, Brasil), estuvo atestada durante la ceremonia inaugural.

SECRETARIAS DE LA IGLESIA: Un buen número de las secretarias de iglesia que ayudaron a financiar el nuevo templo, estuvieron presentes en la inauguración.

secretario de la División Sudamericana; Sergio Alan, secretario de la Unión del Noroeste Brasileño; Moisés Batista, presidente de la Asociación de Amazonas Occidental; los secretarios de otras dos Asociaciones, Marcelo Miranda y Fernando Ríos; y Abdoval Cavalcanti, secretario de la Asociación de Amazonas Occidental. «Es con gran placer que inauguramos esta iglesia construida con los recursos de las secretarias de iglesia de la Asociación del Amazonas Occidental. Sin duda, esta iniciativa animará a que en otros lugares hagan lo mismo», dijo Batista. Pérez Schulz explicó que las secretarias se comprometieron a donar un promedio de cincuenta dólares para que se pudiera construir el templo. La construcción demandó una inversión total

de treinta mil dólares. También informó que hasta el momento, ha habido quince bautismos en la iglesia, en especial después de reuniones de evangelización. Cinco personas fueron bautizadas en la ceremonia inaugural. Asimismo, destacó el hecho de que «aunque el trabajo de las secretarias es más administrativo o burocrático, acciones como esta muestran el compromiso con la misión del evangelio». Sheila do Nascimento, secretaria del distrito de Santa Inés, en el estado de Acre, dijo que el proyecto le resultó inspirador: «Todo el trabajo que hicimos para juntar fondos para el templo valió la pena. Juntamos mucho más de lo que esperábamos. Fue una respuesta de gente que promueve oportunidades para que otros conozcan la esperanza

bienaventurada que tenemos los adventistas». El establecimiento de iglesias es un importante énfasis en la División, que anima a los miembros a establecer nuevas congregaciones de manera sistemática. El objetivo es tener nueve mil nuevas iglesias para fines de 2015. El deseo no es solo establecer iglesias, sino que estas desarrollen un sólido liderazgo, autonomía administrativa y énfasis misionero. En 2011 se iniciaron 1658 nuevas congregaciones en Sudamérica, y en 2012, 1302. Se estima que en el territorio nace una nueva iglesia cada seis horas y cuarenta y tres minutos. –Colaboraron con informes Jeane Barboza y Felipe Lemos, División Sudamericana

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P A N O R A M A

M U N D I A L

somos?

E

n 1863 Estados Unidos estaba en medio de una despiadada guerra civil. En los campos de batalla corría la sangre, mientras un hermano peleaba contra otro, convencido cada uno de que Dios estaba de su lado. Para el fin de la guerra, había fallecido el dos por ciento de la población (seiscientos veinticinco mil hombres, lo que hoy equivaldría a seis millones de personas). Durante esa época de agitación y división nacional, algo extraordinario sucedió en la ciudad de Battle Creek (Míchigan), en el norte del país. En lugar de pelearse, hermanos de varios estados se reunieron para organizar una denominación única y oficial: la Iglesia Adventista del Séptimo Día. El nombre «Adventista del Séptimo Día» había sido elegido más de dos años antes, el 1 de octubre de 1860, en Battle Creek. Durante los años siguientes, las iglesias de siete estados se organizaron territorialmente; la primera fue la Asociación de Míchigan, en 1861. Por invitación de la Asociación de Míchigan, los representantes de las demás Asociaciones se reunieron del 20 al 23 de mayo de 1863 en Battle Creek para organizarse oficialmente como denominación. Se adoptó una constitución, se eligieron directivos y se definieron las funciones y responsabilidades de la Asociación General y sus autoridades. Esa fue una experiencia muy diferente a la que habían experimentado los creyentes en el segundo advenimiento menos de dos décadas antes, cuando con ojos llorosos vieron concluir el 22 de octubre sin que Cristo hubiera regresado a la tierra.

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Por qué es importante Verdades bíblicas fundamentales

Aunque el chasco fue amargo, un pequeño remanente de creyentes no abandonó su fe. Con humildad y oración, escudriñaron las Escrituras, y durante los siguientes quince años el grupo creció mientras organizaba una serie de conferencias bíblicas. Al estudiar, comenzaron a comprender verdades bíblicas ignoradas durante siglos: n la reafirmación de la segunda venida literal de Cristo, que sería vista en todo el mundo; n el ministerio de Cristo en un Santuario celestial literal, donde el 22 de octubre de 1844 comenzó el juicio investigador; n el sábado como séptimo día de reposo de Dios, que tiene que ser recordado y santificado; n la muerte como un «sueño» hasta el regreso de Cristo; n los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14 que serían escuchados en todo el mundo: proclamar el «evangelio eterno», anunciar el juicio, llamar a todos a adorar al Creador, identificar la caída de la «Babilonia» espiritual, advertir a todos que eviten la «marca de la bestia» e identificar al pueblo de Dios

para el tiempo del fin como «los que guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús» (vs. 12). Este pueblo remanente tendría «el testimonio de Jesús» (Apoc. 12:17), y ese «testimonio de Jesús es el espíritu de profecía» (Apoc. 19:10). Ese don de orientación profética fue reconocido en las visiones y escritos de Elena White y validado como una fuente de orientación continua para la iglesia remanente. Ninguna iglesia existente aceptaba estas esenciales verdades bíblicas. Pasado y presente

Estos importantes descubrimientos espirituales, junto con el imperativo de proclamarlos al mundo, llevaron a organizar oficialmente la Iglesia Adventista del Séptimo Día el 21 de mayo de 1863. La nueva iglesia tenía unos tres mil quinientos miembros esparcidos en varios estados del noreste de los Estados Unidos. Hoy somos una denominación mundial con más de diecisiete millones de miembros, que se reúnen en 73.526 iglesias y 67.276 grupos en 208 países, que trabajan y publican en 924 idiomas y dialectos, con 1,7 millones de estudiantes en 7883 escuelas. La iglesia sirve a millones mediante sus 172 hospitales y


Ted N. C. Wilson

recordar sanatorios, 133 hogares de ancianos, 238 clínicas y dispensarios, y 36 orfanatos.1 Alabamos a Dios por las maravillas que ha hecho. No obstante, al celebrar el 150 aniversario de la Iglesia Adventista, antes que glorificar o deleitarnos en el pasado, nos damos cuenta de que no queremos seguir festejando aniversarios, sino que anhelamos ir al hogar. Ahora es el momento apropiado de rexaminar lo que llevó a los creyentes adventistas a organizar la iglesia hace un siglo y medio, y determinar si esas razones pertenecen al pasado, o si siguen siendo relevantes. El panorama religioso del siglo XIX

Para mediados del siglo XIX, ya existía una variedad de denominaciones cristianas en el mundo desarrollado y en territorios administrados por las naciones occidentales. El protestantismo estaba floreciendo en Europa, en los territorios británicos y alrededor del mundo, y también en Estados Unidos, donde se establecieron numerosas entidades presbiterianas, congregacionales, luteranas, episcopales, de conexión cristiana, bautistas y metodistas. El catolicismo también ocupaba bastiones en

Europa, América Latina y parte de Asia y Norteamérica, donde los católicos eran una minoría creciente. La primera iglesia católica de Battle Creek (Míchigan), fue establecida por inmigrantes irlandeses y alemanes en 1863. Cuando los adventistas se reunieron, su intención no era formar otra denominación sino estudiar la Biblia y seguir lo aprendido. Sin embargo, al ir descubriendo importantes verdades bíblicas –incluida la orden de proclamar al mundo los mensajes de los tres ángeles– y guiados por una serie de visiones que recibió Elena White en la década de 1850 respecto del «orden evangélico», los creyentes entendieron que para llevar adelante con efectividad la misión dada por Dios era necesario organizarse oficialmente. Para mayo de 1863, los adventistas tenían un claro panorama de (1) quiénes eran: el remanente especificado en Apocalipsis 12 y 14; y de (2) cuál era su misión: proclamar al mundo los mensajes de los tres ángeles. Aunque la iglesia continuó aprendiendo y creciendo a medida que se revelaban y mediante el don profético otorgado a Elena White se confirmaban más verdades, jamás perdió de vista el centro de nuestra identidad, según lo establece Apocalipsis 12:17. ¿Una crisis de identidad?

¿Son hoy tan claros nuestra identidad y propósito como lo eran hace ciento cincuenta años? ¿O es posible que nuestro énfasis se haya desdibujado y que ya no estemos seguros si tenemos un propósito o una misión única? Hace unos años, alguien me preguntó cuál era el más grande desafío que enfrentamos. Pensé por un momento, y

entonces respondí que uno de nuestros mayores desafíos era mantener viva la visión como iglesia de que somos un movimiento singular. El individuo me miró y me preguntó: «¿De verdad? ¿Lo somos?» Y entonces dijo: «Yo soy primero cristiano, y después adventista del séptimo día». Por supuesto, somos cristianos adventistas del séptimo día, pero tenemos una tarea especial que otros no están haciendo. ¿Es «singular» lo mismo que «mejor»?

¿Qué lugar ocupamos como movimiento singular? La iglesia remanente de Dios. ¿Significa esto que somos mejores que los demás? Por supuesto que no. Todos necesitamos el poder justificador y santificador de Cristo. Estamos en deuda con Cristo por la salvación y su gracia y justicia abarcadoras. No obstante, somos también un movimiento único, el pueblo del Libro, un movimiento profético, un pueblo que cree en las profecías de Daniel y Apocalipsis. Creemos en los hitos proféticos de la historia, que fueron predichos antes de que sucedieran y que nos llevan a comprender quiénes somos y qué lugar ocupamos en la historia de la tierra. Daniel 8:14 revela la verdad vital de lo que sucedió en 1844, y que el mensaje del Santuario, que abunda en las Escrituras, es un mensaje poderoso y significativo para el mundo a lo largo del tiempo, y aún más durante los últimos días de este mundo. Nuestro llamado

Vivimos en el momento más increíble de la historia de la tierra. Hemos sido llamados para proclamar el mensaje de salvación de Dios mediante Cristo

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P A N O R A M A

M U N D I A L

Ahora es el momento apropiado de rexaminar lo que llevó a los creyentes adventistas a organizar la iglesia hace un siglo y medio, y determinar si esas razones pertenecen al pasado .

y su justicia. Necesitamos saber quiénes somos si queremos dar ese mensaje con el poder del Espíritu Santo. Necesitamos comprender por qué estamos aquí como movimiento adventista. Necesitamos entender nuestro llamado especial de parte del Señor. No asumimos esa identidad de una manera egocéntrica o egoísta, sino que comprendemos humildemente que la Iglesia Adventista del Séptimo Día cumple los requisitos del pueblo remanente de Dios según se identifican en Apocalipsis 12:17, y sabemos que esa iglesia terminará en unión y fortaleza. «Se me ha instruido que diga a los adventistas de todo el mundo –escribió Elena White en 1908–, que Dios nos ha llamado como un pueblo que ha de constituir un tesoro especial para él. Él ha dispuesto que su iglesia en la tierra permanezca perfectamente unida en el Espíritu y el consejo del Señor de los ejércitos hasta el fin del tiempo» (Mensajes selectos, t., p. 458). Somos una iglesia hermosamente diversa, pero unida por Cristo y este precioso mensaje bíblico. Somos una familia internacional de cada rincón del globo que proclama la gracia de Dios,

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unida por el Espíritu Santo y nuestras creencias bíblicas fundamentales. Un gran privilegio

Tenemos el gran privilegio de pertenecer a algo mucho más amplio que tan solo otra denominación o ente eclesiástico: pertenecemos a un movimiento nacido en el cielo y llamado por Dios en el tiempo del fin con un propósito único. Somos una iglesia que ha atravesado y seguirá atravesando grandes desafíos, como lo anticipan las profecías bíblicas y los escritos del Espíritu de Profecía. Somos una iglesia que no se basa en tradiciones o razonamientos humanos, sino que depende completamente en la Palabra escrita de Dios como su único fundamento, y en la Palabra Viviente, o sea, Jesucristo. Somos una iglesia que no deriva su poder de sí misma, sino que acepta plenamente la amonestación del Señor en Zacarías 4:6: «No con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos». Jamás nos avergoncemos

Miembros de la iglesia remanente de Dios, jamás sintamos vergüenza de ser adventistas. Millones de personas

en todo el mundo aguardan que los adventistas se pongan de pie y compartan claramente los preciosos mensajes bíblicos sobre los cuales se fundó nuestra iglesia. Dios hizo que surgiera el movimiento adventista para dar los mensajes de los tres ángeles. Tenemos el mandato celestial de predicar el evangelio eterno y la justicia de Cristo, de proclamar con valor la caída de la religión apóstata de Babilonia, y de advertir al mundo que no reciba la marca de la bestia sino el sello de la marca eterna de la autoridad divina: el sábado como día de reposo. ¡Jesús viene pronto! Pronto veremos en el oriente una pequeña nube negra de la mitad de la palma de una mano. Pero crecerá y crecerá, y se hará cada vez más brillante. Todo el cielo estará presente para el clímax de la historia de la tierra. Por un milagro celestial, todos lo verán al mismo tiempo. Y allí sentado en medio de millones de ángeles estará aquel a quien hemos esperado: no el Cordero humilde y quebrantado; no el Sumo Sacerdote sino el Rey de reyes y Señor de señores, Jesucristo nuestro Redentor. Entonces miraremos y diremos: «Este es el Dios que hemos esperado». Cristo mirará y dirá: «Bien hecho, siervos buenos y fieles. Entrad en el gozo de vuestro Señor»; y subiremos a encontrarnos con el Señor en el aire para estar con él para siempre en su hogar. ¡Ese será el fin maravilloso de la travesía adventista! n 1 Estadísticas de http://www.adventistarchives.org/quickstatistics-on-the-seventh-day-adventist-church.

Ted N. C. Wilson es

presidente de la Iglesia Adventista Mundial.


S alud

mundial

con salud

No es un concepto nuevo Allan R. Handysides y Peter N. Landless

Soy un adventista recién bautizado, pero aun no entiendo ni creo plenamente que la salud física influye sobre mi espiritualidad. ¿No es suficiente con evitar los alimentos impuros y el alcohol?

L

a plenitud en sí no se alcanza por ingerir alimentos saludables, hacer ejercicio, ser moderados y modestos. La fuerza de Dios se hace perfecta en la debilidad. Esto significa que no podemos jactarnos de nuestras propias fuerzas u obras. Nos ayuda a recordar que aunque deseable, la salud física es un medio para un fin, no un fin en sí mismo. Cristo dijo: «Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia» (Juan 10:10). Eso puede ser realidad aun entre los más quebrantados físicamente. La salud no es un rito de pasaje en esta vida. Por importante que sea, Jesús enfatizó el equilibrio: «No temáis a los que matan el cuerpo pero el alma no pueden matar» (Mat. 10:28). Por su gracia, podemos tener plenitud en medio del quebrantamiento. En el Antiguo Testamento, Dios consideró que era apropiado dar instrucciones a su pueblo sobre la vida saludable –incluida la dieta, la higiene y la conducta sexual. Las leyes levíticas buscaban ser preventivas y distintivas. Mientras estuvo en la tierra, Jesús sanó enfermedades físicas y mentales, y vinculó el perdón del pecado con el bienestar y la vida abundante. Elena White recibió la primera visión de salud de parte de Dios en junio de 1863. Entonces comenzó a aconsejar a la naciente Iglesia Adventista sobre la vida sana. La característica destacada de su mensaje inicial fue la «relación entre el bienestar físico y la salud espiritual o

santidad».1 A lo largo de su vida, ella fue el canal de información que dio forma a la filosofía y el énfasis de salud de la iglesia. Mucho antes de que surgieran evidencias médicas sobre los peligros de fumar, Elena White se pronunció con fuerza sobre este y otros asuntos, como el uso del alcohol y los medicamentos venenosos con arsénico y mercurio. También desalentó firmemente el consumo de té, café y estimulantes, así como el consumo de carne. Estas son prácticas que siguen siendo apoyadas por la Iglesia Adventista. Asimismo ella promovió un uso juicioso de productos lácteos, en una época cuando se desconocía la vitamina B12. También animó a consumir agua pura (por dentro y por fuera), aire puro, hacer ejercicio y tener descanso adecuado; promovió la temperancia, la fe, la exposición adecuada a la luz solar, la integridad y el apoyo social. La revista Time informó el resultado positivo del Estudio Adventista de Salud, describiendo los resultados como la «ventaja adventista».2 Se vio una reducción significativa en la mayoría de los tipos de cáncer y en cirrosis hepáticas. Estudios subsiguientes han mostrado un incremento significativo de la longevidad en los que siguen el estilo de vida adventista. En 2005, la revista National Geographic destacó en forma muy favorable los beneficios del estilo de vida adventista, señalando a la ciudad de Loma Linda, en California, como «zona azul», lo que equivale a una de las áreas del mundo donde la gente

goza de mayor longevidad y mejor calidad de vida. Estos resultados positivos han sido tan convincentes que se han destinado millones de dólares del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos para llevar a cabo el Estudio Adventista de Salud 2, con un énfasis especial en las diferencias de afecciones malignas entre los adventistas y la población general. También está diseñado para brindar datos sobre los efectos de la vida saludable en la espiritualidad, y es representativo de la combinación y diversidad étnica que es una bendición para la Iglesia Adventista. Mediante varias fuentes, Dios nos ha dado orientación constante sobre cómo ser saludables, felices y santos. La salud y el bienestar tienen que ser usados para servir a los demás (Juan 9:4). Hay muchas evidencias que pueden ayudarnos a tomar buenas decisiones, de manera de vivir alabando al Creador, que con tanto amor nos regala la vida. n 1 D. E. Robinson, The Story of Our Health Message (Nashville: Southern Pub. Assn., 1965), p. 77. 2 Time, 28 de octubre de 1966.

Allan R. Handysides es ginecólogo certificado y director del Departamento de Ministerios de Salud de la Asociación General.

Peter N. Landless es cardiólogo certificado

especialista en cardiología nuclear y director asociado del Departamento de Ministerios de Salud de la Asociación General.

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D evocional

L

a vida en Jerusalén no era lo que había sido. Los últimos años habían tenido muchos altibajos, e inestabilidad extrema. A pesar de ello, ¿qué lugar ocupaban en esa situación las promesas de Dios? ¿No era este el lugar que Dios había prometido que habitaría su pueblo (2 Crón. 23:23)? ¿No le había asegurado a David que sus descendientes estarían en el trono para siempre (2 Crón. 22:10)? Estas promesas parecían irreales, si consideramos que alrededor de Jerusalén el mundo ardía en llamas que estaban acercándose peligrosamente a la ciudad. El pueblo de Judá había amado al rey Josías. Aunque fue coronado cuando era

Cita

con el

Gerald A. Klingbeil

destino

Dios está detrás de los eventos de la historia

muy joven, inició una reforma sustancial (2 Rey. 22–23): el Templo había sido restaurado; la Ley de Dios, ignorada por décadas, había sido redescubierta y proclamada; el pueblo había renovado su pacto con el Señor. Las cosas habían mejorado, y Josías hasta había logrado extender los límites de Judá, el reino del sur, llegando a zonas que habían sido el reino del norte de Israel (cf. 2 Rey. 23:15-20). No obstante, ahora, después de una sucesión de reinos breves y desastrosos bajo reyes mediocres e impíos, Jerusalén estaba siendo asediada. El gran imperio asirio estaba al borde del colapso. Babilonia, el nuevo poder del este, había ido carcomiendo a velocidad récord los despojos del imperio venido a menos. El príncipe heredero, Nabucodonosor, con su ejército y aliados, se había extendido hasta Palestina y buscaba conquistar Jerusalén, la ciudad escogida de Dios. ¿Cómo encontrarle sentido a la luz de las promesas divinas? ¿Dónde estaba Dios cuando más se lo necesitaba? Grandes enigmas

Imagino que estos y otros interrogantes se arremolinaban en la mente de los jóvenes prisioneros llevados a Babilonia en

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el año 605 a. C., el «tercer año del reinado de Joacim, rey de Judá» (Dan. 1:1). Era la ciudad y el templo de Dios. ¿Cómo pudo Daniel escribir: «El Señor entregó en sus manos [de Nabucodonosor] a Joacim» (1:2)? Un rey pagano había atacado al pueblo del pacto, a la ciudad escogida de Dios, y a la dinastía de David, escogida por el Señor mismo. ¿Hay alguna manera de hallar sentido cuando las cosas no salen como esperamos? ¿Cómo entender nuestra historia personal (y ni hablar de la historia mundial) cuando nos sentimos como marionetas cuyos hilos son manejados por los poderosos?

Adventist World | Mayo 2013

Una verdad desagradable

El libro de Daniel no es tan solo un libro profético lleno de imágenes apocalípticas del tiempo del fin. Daniel también presenta de manera singular una filosofía de la historia que es bíblica y, en ocasiones, profundamente desconcertante. En el libro de Daniel, Dios se muestra activo: Entrega a Jerusalén en manos de Nabucodonosor (1:2), pero también pone a Daniel y sus amigos en gracia para con el jefe de los funcionarios del rey (1:9). En último término, es Dios quien da conocimiento, inteligencia y entendimiento a los cuatro jóvenes de la corte babilónica (1:17). Por ello, desde el mismo comienzo, Daniel destaca un punto clave de este importante libro: Dios, el Creador del universo, está a cargo de la vida, los problemas, el tiempo, el futuro y aun los reyes paganos. Dios usa a un rey pagano para castigar a su pueblo; al mismo tiempo, prepara a su pueblo para servir e influir sobre ese rey pagano en beneficio de su reino. Las historias de Daniel 2-6 nos resultan muy familiares. Dios está siempre en control: ya sea ante un sueño olvidado de una inmensa estatua, un horno de fuego con cuatro personas en su interior, un

F o t o g r a f í a

p or

cor t e s í a

d e l

M u s e o

d e

P é r g a m o

( B e r l í n ,

A l e m a n i a )


rey que enloquece y es restaurado, la escritura de un mensaje divino en la pared de un palacio lleno de gente que no presta atención a las «señales de los tiempos», o el desafío de ser fiel a las convicciones ante la persecución. En ocasiones, los cristianos han perpetuado el mito de que una vida con el Maestro solo significa éxito, bendiciones y riquezas. Las historias del libro de Daniel nos dicen otra cosa. El pueblo de Dios sufre y es incriminado por sus convicciones (Dan. 3 y 6). Sus caminos no siempre son calmos, y no siempre todo tiene un final feliz. Aun así, y a pesar de los desafíos que Sadrac, Mesac y Abednego o el mismo Daniel

¿Hay alguna manera de hallar sentido cuando las cosas no salen como esperamos? enfrentan, siguen comprometidos con el Dios que obró en sus corazones y transformó sus mentes. Nos preguntamos, sin embargo, si sus decisiones reflejan las actitudes y convicciones generales de los israelitas deportados. ¿Habrán sido realmente los únicos que no se inclinaron ante la estatua (Dan. 3)?1 En control

¿Qué significa cuando afirmamos que Dios está en control de la historia? ¿Podemos verificar esa verdad teológica en nuestra propia vida? ¿Es Dios responsable de Hitler, Stalin, Pol Pot y Nerón; seres que asolaron el planeta y causaron tanto dolor y aflicciones? Para hallar sentido a esta importante pregunta necesitamos ver el cuadro completo del conflicto cósmico que se abate tras las escenas de la historia. A partir de la primera acusación de Lucifer y la semilla de duda que sembró, este conflicto se refiere al carácter de Dios. ¿Es Dios un titiritero, al igual que Satanás en el Edén, que usó a la serpiente y a nuestros primeros padres para atacar a Dios (Gén. 3)? ¿Cómo puede un Dios omnipotente y todopoderoso dar un espacio para tomar decisiones y entonces

respetar esas decisiones pero, al mismo tiempo, llevar adelante su plan de salvación? Daniel 2 ofrece algunas claves útiles. Nabucodonosor, el rey de Babilonia, tuvo un sueño perturbador pero no podía recordarlo. Llamó entonces a sus astrólogos y adivinos y les pidió que le contaran el sueño y su interpretación, pero nadie pudo hacerlo. Nadie, con excepción de Daniel. Es probable que Daniel fuera inteligente y creativo. Aun así, no podría haber relatado el sueño y dado su interpretación por su cuenta. Tanto él como sus tres compañeros dedicaron una noche a la oración (2:17–19). Mientras clamaban por la orientación divina y esperaban en Dios, Daniel recibió una visión donde se detallaba el sueño y su significado. Su alabanza ante la providencia de Dios ofrece el mejor resumen de una filosofía bíblica de la historia: «[Dios] muda los tiempos y las edades, quita reyes y pone reyes; da la sabiduría a los sabios y la ciencia a los entendidos. Él revela lo profundo y lo escondido, conoce lo que está en tinieblas y con él mora la luz» (2:21, 22). Dios está en control, también del panorama general de la historia mundial. Permite que un rey pagano destruya el templo y la ciudad que ha escogido, pero todo es parte de un plan mayor. Quiere salvar al obstinado Judá; quiere alcanzar a la orgullosa Babilonia; quiere recuperar a la humanidad perdida dentro del contexto de la batalla cósmica. Y estuvo dispuesto a pagar el precio más alto para lograrlo. Daniel a menudo luchó con los detalles del plan divino (cf. Dan. 9:1-23). Aun así, conocía personalmente al Salvador y le confiaba su vida a Dios. Había visto la mano de Dios en su vida y, para él, era suficiente. Lejos de su hogar, en un ambiente pagano y extraño, y a pesar de sus interrogantes, entendía que Dios estaba en control. El Señor todavía anhela ocupar un lugar diario en nuestra existencia. Si permitimos que Dios controle nuestras vidas por completo, estas ya no serán tan solo una cita con el destino. n 1 Si pensamos que Nabucodonosor parece haber citado a todos los líderes provinciales de su reino (Dan. 3:2), es razonable asumir que el rey Joacim de Judá también se encontraba presente.

Gerald A. Klingbeil es editor asociado de

la revista ADVENTIST WORLD y disfruta de ver la mano de Dios en la historia. Vive en Silver Spring (Maryland, Estados Unidos), con su esposa Chantal y sus tres hijas.

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C reencias

fundamentales

NÚMERO 8

L

as historias son el lenguaje del corazón. Nunca dejamos de disfrutar de una buena historia. Los relatos nos permiten aprender importantes lecciones y hallar respuestas a los grandes interrogantes de la vida. La mayoría de las grandes historias del mundo muestran la tensión entre el bien y el mal, apareciendo como dos poderosas fuerzas en oposición continua. Toda vez que el bien triunfa sobre el mal, nos distendemos y recuperamos la tranquilidad. La Biblia nos remonta a los orígenes de ese gran conflicto entre el bien y el mal, y nos presenta los responsables. Nos abre una ventana por la cual podemos ver la lucha en el contexto de la realidad cósmica. Profundiza nuestra comprensión de las cuestiones relacionadas con el conflicto. No se dedica a explicar el mal o a probar la existencia de Dios, sino tan solo nos cuenta cómo comenzó el mal, cómo opera y cómo llegará a su fin. El bien, por el contrario, no tiene comienzo ni fin porque emana de Dios, quien simplemente es (Sant. 1:16; Éxo. 3:14). Él es el Creador soberano del universo y la esencia misma del amor (Jer. 32:17; 1 Juan 4:5). El relato bíblico comienza en el cielo, donde habitan Dios y los ángeles. Se inicia en un universo donde el mal está ausente, habitado por seres nobles creados a imagen de Dios, que con libertad plena siguen en perfecta armonía sus leyes de amor. Al frente de este universo dinámico y eficiente está Lucifer, un ser de perfección plena.

El

Aleta Bainbridge

ConflictO cósmico Un lugar en el plan divino para el universo

Libertad de elección

Antes de continuar con la historia tenemos que entender algo. Dios permite que cada ser creado inteligente tenga la capacidad de razonar y tomar decisiones. Solo de esta manera pueden ellos desarrollar su potencial pleno como individuos, y cultivar relaciones únicas con el Creador y sus prójimos. Dios sabía que este don tan preciado de la libre elección conlleva un peligroso riesgo: la posibilidad de que alguien tome una mala decisión e impulse al universo al caos de la anarquía. A pesar de ello, Dios, que es auténtico, no puede permitir que los resultados dicten sus acciones. Por el contrario, actúa de acuerdo con sus honestas intenciones. Si hubiera ajustado sus acciones para producir el resultado esperado, esto lo convertiría en un dictador que manipula los eventos en beneficio propio. El misterio de la iniquidad

Escuchemos el lamento desgarrador de Dios cuando Lucifer deserta: «¡Cómo hiciste esto! –se lamenta–. ¿Cómo es que en tu corazón tomaste esa terrible decisión, oh estrella de la mañana, mi hijo del alba? Yo te ungí, te puse junto a mi trono, para que trabajes junto a mí. Eras mi amado, el modelo de la perfección. ¿Cómo permitiste que tu corazón se

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llenara de violencia? ¿Por qué caíste tan bajo?» (Paráfrasis de Isa. 14:12–15; Eze. 28:14, 15). El surgimiento del mal es totalmente irracional; es tan inexplicable como inexcusable. La Biblia nos da un indicio de cuál es su causa de fondo: «A causa de tu hermosura te llenaste de orgullo. A causa de tu esplendor, corrompiste tu sabiduría» (Eze. 28:17, NVI). Satanás remplazó a Dios con el yo en el trono de su corazón. Se puso celoso del Hijo de Dios y terminó codiciando el trono divino. Engañó entonces a una tercera parte de los ángeles y, ya como Satanás, y adversario, acusó falsamente a Dios ante todo el universo. La rebelión se transformó en guerra y él y sus ángeles fueron expulsados del cielo (Apoc. 12:7–9). Satanás introdujo el espíritu de rebelión en esta tierra recién creada y, cuando logró que Adán y Eva desobedecieran a Dios, reclamó la tierra como suya (Job 1:6, 7). Dios le


permitió llamarse a sí mismo el «príncipe de este mundo» (Juan 14:30). Ese fue el comienzo del reinado de terror del maligno en nuestro bello planeta, que se convirtió así en el reality show del universo (1 Cor. 4:9). Aunque sabemos poco de los orígenes del conflicto, sentimos cada día su presencia en nuestros corazones. En efecto, el significado de la vida humana gira en torno a esa batalla. A mediados del siglo XIX, Dios abrió una ventana a una nueva generación que arrojó clara luz sobre las verdades de su Palabra y los temas del gran conflicto cósmico, que en sus últimas fases se tornaría terriblemente feroz. Las personas que fueron llamadas a proclamar este mensaje especial para el tiempo del fin a «toda nación, tribu, lengua y pueblo» (Apoc. 14:6) adoptaron un nombre que encierra los principales temas del conflicto entre Dios y Satanás en escasas palabras. Adventistas del séptimo día

Las acusaciones de Satanás contra Dios se refieren a su carácter, su ley y gobierno y su soberanía. Al adorar a Dios en sábado, su pueblo proclama su lealtad a Dios como Creador del universo, Soberano y Redentor. Al final de la semana de la creación, Dios celebró su obra completa y perfecta de la creación instituyendo el sábado, un monumento sagrado en el tiempo (Gén. 2:1, 2). Para los seres humanos de todas las eras, es un recordatorio de que solo él como Creador es digno de adoración. Entonces, un viernes de tarde, el Hijo de Dios dio su vida por los pecados del mundo. Ese momento cambió la historia. Al lado de la cruz vemos en acción el amor y el egoísmo, esas poderosas fuerzas opuestas. Conocemos sus intenciones. El egoísmo hace todo lo posible para destruirnos. El amor hace todo lo posible para

El gran

salvarnos. La vida de Dios es el precio pleno de rescate para todos (1 Tim. 2:6). Una vez más, Dios descansó en sábado para recordarnos que, como nuestro Redentor, solo él merece nuestra lealtad. «Adventista» es una palabra que anuncia esperanza a un mundo condenado. El Dios que adoramos es un Dios que «viene» a nosotros. No permanece alejado mientras sufrimos en tierra enemiga. Se nos dice que en el momento exacto (Gál. 4:6), «el Verbo se hizo carne» (Juan 1:14) y llegó a la tierra para compartir la suerte de los seres humanos mortales. Él vendrá por segunda vez como «Rey de reyes y Señor de señores» (Apoc. 19:11–16). Nos sacará del sepulcro y de nuestra existencia mortal y pecaminosa, y nos llevará a su hogar celestial, para que podamos ser sanados de nuestras heridas y cicatrices de guerra. Su regreso significa la erradicación de todo vestigio de pecado, una nueva creación (Apoc. 22:1), y su reinado eterno como Soberano indiscutido del universo. Los redimidos vivirán con él para siempre en paz y armonía. La historia del bien y del mal comienza con la perfección y termina con la perfección. Es por cierto la mejor historia de todos los tiempos. n

Aleta Bainbridge es coordinadora de

«Socias en el ministerio» de la Asociación del Gran Sídney (Australia), y trabaja estrechamente con su esposo Garth, quien es secretario del Departamento Ministerial. El matrimonio tiene cuatro hijos y ocho nietos.

conflicto

L

a humanidad entera se encuentra envuelta en un conflicto de proporciones extraordinarias entre Cristo y Satanás en torno al carácter de Dios, a su Ley y a su soberanía sobre el universo. Este conflicto se originó en el cielo cuando un ser creado, dotado de libre albedrío, se exaltó a sí mismo y se convirtió en Satanás, el adversario de Dios, e instigó a rebelarse a una porción de los ángeles. Introdujo el espíritu de rebelión en este mundo cuando indujo a pecar a Adán y a Eva. El pecado de los seres humanos produjo como resultado la desfiguración de la imagen de Dios en la humanidad, el trastorno del mundo creado y posteriormente su completa devastación en ocasión del diluvio universal. Observado por toda la creación, este mundo se convirtió en el campo de batalla del conflicto universal, a cuyo término el Dios de amor quedará finalmente vindicado. Para ayudar a su pueblo en este conflicto, Cristo envío al Espíritu Santo y a los ángeles leales para que lo guíen, lo protejan y lo sustenten en el camino de la salvación. (Apoc. 12:4–9; Isa. 14:12–14; Eze. 28:12–18; Gén. 3; Rom. 1:19–32; 5:12-21; 8:19–22; Gén. 6–8; 2 Ped. 3:6; 1 Cor. 4:9; Heb. 1:14).

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N O TA D E TA PA Alice R. Voorheis

El

reloj de dios

revela su plan 1843-1847

E

l estudio de la historia bíblica me convence de que Dios tiene un plan. Desde la creación, el reloj divino ha mostrado su mano guiadora en los eventos mundiales. Desde los patriarcas hasta el nacimiento de Jesús, cada vez que surgieron necesidades, Dios tuvo mensajeros fieles para proclamar «la verdad presente». Durante el tiempo de los apóstoles y reformadores, más mensajeros fieles predicaron la verdad divina. A fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, se escuchó una vez más el reloj de Dios. ¿Quiénes eran esos nuevos mensajeros? ¿De dónde venían? En su mayoría, eran recios habitantes de Nueva Inglaterra, en el noreste de los Estados Unidos.

Nuevos mensajeros

Desde su hogar en Low Hampton (Nueva York), el predicador bautista Guillermo Miller proclamó que la profecía de los 2300 días de Daniel 8:14 terminaría en 1843 o 1844. Sintió que debía contar al mundo que Cristo vendría pronto y que todos debían prepararse.

En el estado de Maine, Jaime White, un maestro de 21 años, aceptó el mensaje de Miller y, en enero de 1843, dejó la casa de su padre en un caballo prestado para predicar «la verdad presente». En Washington (New Hampshire), Rachel Oakes-Preston, una bautista del séptimo día, compartió la validez e importancia del sábado con el pastor Frederick Wheeler. Pronto un grupo pequeño de adventistas milleritas comenzó a observar el día especial de Dios. El capitán de navío retirado José Bates, de Fairhaven (Massachusetts), escuchó «la verdad presente» que proclamaba el grupo; decidió también predicar, y llegó a ser conocido como «el Apóstol del Sábado». Casi medio millón de personas que esperaban el pronto regreso de Cristo, aceptaron y compartieron gozosos que el 22 de octubre de 1844 Cristo regresaría a la tierra. Cuando el día pasó sin novedades, la alegría se transformó en angustia y tristeza. Muchos habían vendido sus granjas, cerrado sus negocios y arreglado sus cuentas, esperando ser trasladados al cielo. Ahora tendrían que enfrentar las burlas

y prepararse para un duro invierno. Uno de esos chasqueados creyentes era Hiram Edson, de Port Gibson (Nueva York), quien también había estado proclamando «la verdad presente». Edson invitó a algunos amigos para orar en su granero, rogando a Dios que les diera una respuesta que explicara por qué Jesús no había regresado. Dios les respondió. A la mañana siguiente, Edson cruzaba su maizal para visitar a otros chasqueados creyentes cuando entendió que Jesús había entrado al Lugar Santísimo del Santuario celestial para completar su obra de expiación por los pecados de la humanidad. Esto debía suceder antes de su regreso, y el estudio de Hebreos 8 y 9 les clarificó una nueva «verdad presente». En diciembre de 1844, Elena Harmon, una joven de diecisiete años de Portland (Maine), recibió una visión de Dios donde vio a un grupo de creyentes en un senda estrecha de la tierra al cielo. Aunque débil y tímida, aceptó el llamado divino de ser su mensajera especial, revelando lo que se le había mostrado. Esta era la nueva «verdad presente»; por el resto de su vida, escribió, habló y guio a los creyentes del advenimiento. Los mensajeros se unen

Mientras Elena Harmon viajaba en 1845 por toda Nueva Inglaterra, compartiendo los mensajes divinos, conoció al joven predicador millerita Jaime White, que con valentía proclamaba «la verdad presente» del pronto regreso de Cristo. A menudo, ambos coincidían en las mismas reuniones y, al trabajar juntos,

6 de junio de 1844: En Londres (Inglaterra) se funda la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA)

1 de junio de 1843: Sojourner Truth comienza su carrera como activista antiesclavista

1843-1847

Fechas históricas adventistas en contexto

A m e n os q u e s e i n d i q u e l o co n t r a rio , t o d a s l a s fo t o g r a f í a s p or cor t e s í a d e l P a t ri m o n io W h i t e .

1843: Gráfico millerita o adventista temprano de los 2300 días/años.

Diciembre 1844: Elena White recibe su primera visión en Portland (Maine)


Benjamin Baker su amistad creció. José Bates predicaba con fervor «la verdad presente» del sábado. Al convencerse de que sería útil tener un librito o folleto para los interesados, en 1846 publicó una obra de 48 páginas titulada El sábado, una señal perpetua. El 30 de agosto de 1846, Elena Harmon y Jaime White se unieron en matrimonio y ministerio. Cuando en noviembre del mismo año, Jaime, Elena y José Bates estuvieron presentes en una «Conferencia del advenimiento» en Topsham (Maine), se combinó la labor de estos tres cofundadores de lo que llegaría a ser la Iglesia Adventista del Séptimo Día. El año 1847 los encontró trabajando en Nueva Inglaterra, enfatizando el mensaje del tercer ángel. Bates publicó otra obra titulada Los hitos y la esperanza del segundo advenimiento: Una perspectiva interconectada del cumplimiento de las profecías en el pueblo peculiar de Dios desde 1840 a 1847. De a poco, pero con certeza, Dios reunió a las personas y piezas correctas para dar su mensaje final de gracia y salvación. Jesús vendría pronto. Es lo que creían de todo corazón. n

La educadora ya jubilada

Alice R. Voorheis vive en Collegedale

(Tennessee, Estados Unidos), y ha dedicado su vida a la preservación y promoción de la herencia adventista. Voorheis es editora y exdirectora de Ministerios de Herencia Adventista.

El

movimiento comienza a avanzar 1848-1853

I

magine un tiempo en el que la Iglesia Adventista del Séptimo Día –que actualmente tiene más de diecisiete millones de miembros que se reúnen en setenta y un mil iglesias y sesenta y seis mil grupos en cada continente y en casi cada país del mundo, con un total de casi mil idiomas y dialectos– aún no existía. Imagine en cambio un pequeño grupo de casi todos jóvenes de escasos recursos, diseminados en el noreste de los Estados Unidos, recientemente destrozados frente a una esperanza por la que habían dado todo. Imagínelos uniendo las piezas sobre el ministerio de Cristo, la verdad bíblica y la función que tenían en la historia. Tenga en cuenta sobre todo que para esos individuos, el futuro no era tan seguro e inevitable como parece serlo para nosotros, al mirar hacia atrás más de un siglo y medio después. Los comienzos

Es el año 1848. El movimiento millerita se caracterizaba por predicaciones fervientes, preparación urgente, testificación constante, estudio

interminable, oraciones extendidas, y un tremendo chasco que aún estaba fresco en la memoria. Algunos milleritas –José y Prudence Bates, los recién casados Jaime y Elena White y otros– descubrieron entre sí el deseo común de salir de esa frustración más sólidos y auténticos. Viajaron entonces incansablemente día y noche, verano e invierno, por los montes y los valles, por veces más enfermos que sanos, para visitar a los exmilleritas y a todos los interesados en las verdades bíblicas, mientras consolaban, fortalecían y enseñaban. Durante ese fértil período se redescubrieron verdades olvidadas de las Escrituras, que unieron al creciente movimiento –en ese momento liderado por el diligente Jaime White, de veintisiete años, y su esposa Elena, de tan solo veintiuno. Asimismo ella era bendecida por Dios con visiones poderosas que guiaron a los creyentes. Estas verdades unieron a los fieles, y la comprensión de ellas arribó desde lugares diversos e intrigantes: de tres

26 de febrero de 1848: Karl Marx y Friedrich Engels publican el Manifiesto comunista. J o h n

M aya l l

J u n

1848-1853

1844: Rachel Oakes Preston, que era bautista del séptimo día, hace que un grupo de milleritas de Washington (New Hampshire) acepte el sábado como día de reposo.

Noviembre 1846: Se lleva a cabo importante conferencia adventista en Topsham (Maine).

Abril 1848: «Amigos del sábado» comienzan a reunirse en el estado de Nueva York y la región de Nueva Inglaterra en «Conferencias sobre el sábado».

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N O TA D E TA PA

cartas escritas por George Storrs a un amigo y transformadas en un folleto sobre los la situación de los muertos que inconscientes, aguardan el llamado de Cristo hasta su venida; de un campo de maíz y calabazas donde Hiram Edson tuvo una epifanía sobre el ministerio intercesor de Cristo en el Santuario celestial; de la infatigable Rachel Oakes Preston, que era bautista del séptimo día y anunció cuál era el verdadero día de reposo a un boquiabierto Frederick Wheeler en un abrupto y cómico encuentro. Más y más profundo

En la primavera de 1848, se celebró la primera de una veintena de conferencias, donde los creyentes se reunieron a escudriñar la Biblia, para determinar sus creencias. Estos encuentros, llevados a cabo en graneros, casas y otros sitios de Nueva Inglaterra y del estado de Nueva York, a menudo fueron categóricamente contenciosos, caracterizados por argumentos estridentes y extendidos, donde se blandían creencias estrafalarias. Aun así, y en forma providencial, de esas sesiones poco prometedoras comenzó a emerger un sistema doctrinal como si fueran las etapas de un cuadro, hasta que la obra se fue formando y embelleciendo gradualmente a medida que la comprensión colectiva se hacía más profunda. La palabra impresa

Ese mismo año, la joven Elena White tuvo una visión en la que vio el 23 de enero de 1849: Elizabeth Blackwell es la primera mujer de los Estados Unidos en obtener el título de médica.

Otoño 1848: Después de la visión de Elena White donde ve los efectos dañinos del tabaco, té y café, José Bates hace un llamado a los creyentes para que abandonen el tabaco: «Las pipas y el tabaco están desapareciendo rápidamente de la vista […]. Nada tiene que ser demasiado estimado o precioso que no pueda abandonarse para ayudar a la causa» (Light Bearers to the Remnant, p. 106).

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Adventist World | Mayo 2013

futuro alcance mundial del aún diminuto movimiento. Vio que su esposo debía «imprimir un pequeño periódico y repartirlo entre la gente». Aunque «al principio sería pequeño», tendría éxito, y brillaría como «raudales de luz» que circundarían el globo.1 Esto debe haberles parecido totalmente imposible porque, al momento de esa revelación, Jaime y Elena White no tenían hogar ni dinero, y los creyentes sumaban unos cien. Aun así, marido y mujer obedecieron y en julio de 1849 publicaron una revista de ocho páginas titulada La verdad presente, precursora de cientos de publicaciones periódicas y decenas de miles de números que circundaron y siguen circundando el planeta. Gracias al alcance de la página impresa y al número creciente de evangelistas hombres, mujeres y niños, la que llegaría a ser la Iglesia Adventista del Séptimo Día pasó de cien creyentes en 1848 a unos dos mil para 1852. ¿Organizar o no organizar?

Sabbath Herald, pero las discusiones reales se iniciaron cuando los White comenzaron a presionar sobre el tema, dado que las cargas del creciente movimiento descansaban más pesadamente sobre ellos. Los exmilleritas, sin embargo, miraban con desconfianza las estructuras eclesiásticas como las que habían abandonado y donde habían sido maltratados, y por ello se resistían a la organización. Nadie podría haber imaginado que una devastadora guerra civil habría de impulsar finalmente al naciente movimiento hacia la organización formal. n 1 Elena

G. White, Notas biográficas, p. 137.

Benjamin Baker posee un doctorado en historia, y es archivista asistente en la sede central de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Silver Spring (Maryland, EE. UU.).

Como resultado del cada vez mayor número de adeptos, se necesitaba algún tipo de organización. A comienzos de la década de 1850, no existía un sistema o plan para responder responsablemente a las necesidades de los creyentes, administrar las finanzas, reconocer el liderazgo ministerial o legalizar la posesión de propiedades. Esa necesidad fue destacada cada vez más en la publicación oficial de la iglesia, The Second Advent Review and 13 de noviembre de 1851: Se establece una línea telegráfica entre Londres y París.

Julio 1849: Comienza a publicarse The Present Truth (ahora llamada Adventist Review).

1852: Los adventistas adquieren su primera imprenta, en Rochester (Nueva York).


Stanley D. Hickerson

Avanzando hacia

la organización 1854-1859

A

través de los ojos de tres creyentes, observamos cómo entre 1854 y 1859, Dios impulsó a su pueblo hacia la organización. La unidad de la familia: Henry Nichols White (1847-1863)

Cuando Henry White tenía unos diez meses, Clarissa Bonfoey se hizo cargo de cuidarlo para que sus padres estuvieran libres de viajar.1 Pocos meses después, fue enviado al hogar de los Howland, en Topsham (Maine).2 Frances, la hija de 19 años de la familia, cuidó cinco años al niñito, y sus padres solo lo vieron unas pocas veces durante ese período. El pequeño casi ni conocía a sus propios padres, y esto fue una prueba terrible para ellos. En 1854, Henry se reunió con la familia en Rochester (Nueva York). Pero junto con sus padres y sus dos hermanos menores, Henry compartía su hogar con una gran «familia» de los que trabajaban para la Review and Herald. Sus padres trabajaban incesantemente, a menudo entre dieciséis a dieciocho

horas diarias, lo que les dejaba poco tiempo para la vida familiar.3 En 1855, los White, junto con el personal de oficina, se trasladaron de Rochester a Battle Creek (Míchigan). Allí, por primera vez, Henry tuvo el privilegio de experimentar una vida familiar más normal. La familia incluía una o dos niñas mayores que los ayudaban con las tareas domésticas y el cuidado de los niños, y de vez en cuando los abuelos; pero Henry ya no tenía que compartir su hogar con una decena de impresores, correctores, cajistas y encuadernadores. Es verdad que sus padres seguían haciendo extensos viajes, pero él y sus hermanos ahora tenían un hogar propio. Elena White mencionaba que «desde que nos trasladamos a Battle Creek, el Señor volvió favorables nuestras condiciones adversas».4 Parte del plan de Dios en relación a la organización eclesiástica incluía la unidad y la seguridad de las familias. Al guiar a su iglesia hacia la organización plena, el Señor dio a Henry White y sus hermanos un lugar que pudieron identificar como su hogar.

Seguridad financiera: Mary Jane (Walker) Loughborough (1832–1867)

En 1851, Mary Jane Walker contrajo matrimonio con el joven John Norton Loughborough. John era pintor de casas y los fines de semana predicaba para los adventistas del primer día. También se dedicaba a vender trabas para ventanas. Alrededor de un año después, Mary y John aceptaron el sábado como día de reposo y se unieron a los creyentes de Rochester (Nueva York). John sintió que era su deber dedicarse a la predicación pero Mary estaba preocupaba por las finanzas de la familia. Con sentimientos encontrados, se despidió de su esposo cuando él comenzó a viajar y predicar en diversos pueblos del oeste del estado de Nueva York. Pronto los períodos de separación se hicieron más extensos porque comenzó a viajar a otros estados (Ohio, Míchigan, Illinois y Wisconsin). A manera de «pago», John recibió un sobretodo, unos cajones de manzanas y papas, algo de carne y de vez en cuando, uno que otro dólar. En 1856, frustrados y desanimados, Mary y John dejaron Rochester y se mudaron a Waukon (Iowa), donde John comenzó a trabajar en la construcción. Pero en una dramática acción, Dios envió a Jaime y Elena White, quienes los animaron a regresar al ministerio. Mary esta vez

17 de noviembre de 1855: David Livingstone llega a ser el primer europeo en ver las Cataratas de Victoria en lo que hoy es la frontera entre Zambia y Zimbabue.

1854-1859

Primavera de 1855: Primer lugar de reuniones adventistas construido en Battle Creek (Míchigan), y llamado «Casa de oración».

B ib l io t e c a S m i t h so n i a n a

24 de noviembre de 1859: El naturalista inglés Charles Darwin publica El origen de las especies.

Vol. 9 No. 5 | Adventist World

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N O TA D E TA PA sintió el llamado y, con lágrimas, le pidió a John que volviera a ser un predicador. El 16 de enero de 1859, la iglesia de Battle Creek votó un plan de «Benevolencia sistemática»,5 que proporcionó una manera de brindar remuneración a los predicadores. Dios siguió guiando a su iglesia hacia la organización, lo que brindó seguridad financiera a Mary y a muchas otras personas como ella. Confianza mutua: José Bates (1792–1872)

«Papá» Bates fue uno de nuestros pioneros de más edad. Había sido capitán de barco y también había poseído uno, por lo que estaba acostumbrado a mandar. Por eso, a veces le costaba dar a los líderes jóvenes –en especial a Jaime White– todo el respeto que se merecían. Junto con otros predicadores, en ocasiones se sintió tentado a trabajar en forma independiente y, acaso sin quererlo, a veces socavó la obra de sus colegas.

No obstante, en su corazón, Bates confiaba en la conducción divina. En 1855, lideró una conferencia en la que votaron recomendar un cambio en el comienzo y finalización del sábado. En lo personal, Bates había promovido la idea que se tomara las seis de la tarde como la hora correcta, pero gentilmente aceptó la decisión de la conferencia de recomendar que fuese la puesta de sol. El pastor John O. Corliss recordó a Bates con estas palabras: «En él encontré a alguien de corazón tierno, que sabía cómo arreglar lo que estaba mal sin hacer gran alboroto».6 La organización, que estaba en los planes de Dios, iba por buen camino. Aunque a menudo fue una lucha, en esos primeros años Dios comenzó a crear una iglesia que fomentó una atmósfera de confianza y cooperación mutuas. n 1 Elena

White, Christian Experience and Teachings, p. 118. White, Notas biográficas, p. 131. White, Spiritual Gifts, t. 2, p. 204. 4 Notas biográficas, p. 174. 5 The Advent Review and Sabbath Herald, 3 de febrero de 1859, p. 84. 6 Review and Herald, 16 de agosto de 1923, p. 8. 2 Elena 3 Elena

Stanley D. Hickerson trabaja actualmente en el Proyecto Cartas y Manuscritos del Patrimonio White, y vive en Míchigan, Estados Unidos.

Se concre los

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1860-1863

L

os primeros adventistas se opusieron inicialmente a todo tipo de organización por encima de la iglesia local. En sus mentes aún resonaban las palabras de George Storrs, un predicador millerita que a comienzos de 1844 escribió: «Ninguna iglesia puede ser organizada por invención humana, porque se convierte en Babilonia en el momento mismo que se organiza». Dos factores principales, sin embargo, llevaron a los primeros adventistas a finalmente establecer una estructura organizacional que pudiera integrar las congregaciones esparcidas en un ente armonioso. Un factor estuvo dado por los desafíos prácticos como resultado del crecimiento numérico y la expansión geográfica del movimiento. Para comienzos de la década de 1860, ya había varias congregaciones que observaban el sábado, diseminadas por toda Nueva Inglaterra y hasta en estados lejanos como Iowa y Wisconsin. Sin duda avanzarían hacia el congregacionalismo y las disputas doctrinales.

12 de abril de 1861: Se inicia la Guerra Civil en los Estados Unidos, cuando tropas confederadas abren fuego en Fort Sumter.

1860-1863

16 de enero de 1859: Las familias pastorales como la de John y Mary Loughborough comienzan a recibir apoyo financiero cuando la iglesia de Battle Creek vota un plan de «benevolencia sistemática».

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1 de octubre de 1860: El congreso de la Asociación General en Battle Creek (Míchigan) toma el siguiente voto: «Acordado, Que nos llamemos adventistas del séptimo día».

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Alberto R. Timm

ta n

tistas del séptimo día». Tiempo después, Elena White declaró que “no podríamos elegir un nombre más apropiado que el que concuerda con nuestra profesión, expresa nuestra fe y nos señala como pueblo peculiar […]. El nombre adventista del séptimo día presenta los verdaderos rasgos de nuestra fe, y convencerá la mente inquisidora».1

lanes

Las primeras estructuras

Otro importante factor que estimuló el proceso de organización fue la comprensión doctrinal de la unidad de todos los creyentes (Juan 17:20–23; 1 Cor. 12:12–30; Efe. 4:11–16), que solo podía hacerse realidad mediante un modelo de organización eclesiástica capaz de funcionar dentro de cada congregación y por sobre todas ellas. Por ello, después de la elección de líderes específicos para las congregaciones locales (durante la década de 1850), el proceso de organización continuó cuando los delegados de esas iglesias ayudaron a elegir los líderes regionales y finalmente los líderes generales. La elección del nombre

Un elemento esencial del proceso de organización fue la selección de un nombre oficial para la obra de publicaciones y, por extensión, para la denominación misma. El 1 de octubre de 1860, el Congreso de la Asociación General de Battle Creek (Míchigan), tomó el siguiente voto: «Resuelto, Que nos llamemos adven-

El primer paso en el establecimiento de una organización eclesiástica más allá del nivel local fue en octubre de 1861, cuando se estableció la primera Asociación –en Míchigan– con una comisión conformada por J. N. Loughborough, Moses Hull y M. E. Cornell. En 1862, se organizaron otras seis: Iowa Sur (16 de marzo), Iowa Norte (10 de mayo), Vermont (15 de junio), Illinois-Wisconsin (27 de septiembre), Minnesota (4 de octubre) y Nueva York (25 de octubre). El 25 de enero de 1863, las dos asociaciones de Iowa se fusionaron en una sola. El proceso de organización culminó con el establecimiento de una Asociación General para coordinar y supervisar las actividades de las Asociaciones. Entre el 20 y 23 de mayo de 1863, delegados de Nueva York, Ohio, Míchigan, Wisconsin, Iowa y Minnesota se reunieron en Battle Creek, Míchigan, para formular un acta constitutiva de la Asociación General y para elegir sus directivos. Se adoptó una forma representativa de organización eclesiástica, por la que los delegados

de las diversas Asociaciones habrían de elegir a los directivos de la Asociación General en forma anual. Jaime White fue elegido por unanimidad como primer presidente de la Asociación General, pero rechazó la nominación para evitar malentendidos sobre sus intenciones de establecer la organización. Finalmente, en su lugar fue elegido John Byington. Urías Smith y E. S. Walker fueron elegidos secretario y tesorero respectivamente. La junta directiva quedó conformada por J. White, J. Byington, J. N. Loughborough, J. N. Andrews y G. W. Amadon. Así fue que para mediados de 1863, la Iglesia Adventista tenía tres niveles de organización: Congregaciones locales, Asociaciones y la Asociación General. Las Uniones y las Divisiones serían incorporadas a comienzos del siglo XX. Trabajando unidos

Elena White vio la estructura organizacional como indispensable para la iglesia en todas sus etapas, lo que incluía los días finales en este mundo. Ella advirtió: «Algunos han sostenido que a medida que nos acercamos al fin del tiempo, cada hijo de Dios actuará independientemente de cualquier organización religiosa. Pero el Señor me ha indicado que en esta obra no es posible que cada hombre sea independiente. Las estrellas del cielo están todas bajo el imperio de la ley. Cada una influye sobre la otra para que haga la voluntad de Dios y el conjunto presta su obediencia común a la ley que controla su acción. Así también, para que la obra del Señor progrese en forma segura, sus hijos deben trabajar unidos».2 n 1 Elena

White, Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 204.

2 Ibíd., t. 9, p. 207.

Octubre 1861: En Míchigan se organiza la primera Asociación de la iglesia, con una comisión compuesta por J. N. Loughborough, Moses Hull y M. E. Cornell.

20-23 de mayo de 1863: Los delegados de los diversos campos organizan la Asociación General en Battle Creek (Míchigan)

Alberto R. Timm proviene de Brasil, y hace poco se unió al equipo del Patrimonio White como director asociado. Está casado con Marly y tienen tres hijos. Vol. 9 No. 5 | Adventist World

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H erencia

adventista

l 20 de septiembre de 1863, una congregación de Manchester (New Hampshire, Estados Unidos), se sorprendió mucho cuando el pastor anunció que ya no iba a predicar más, y que regresaría a su hogar en Indiana.1 Moisés Hull, un orador inmensamente popular, enérgico polemista y escritor, estaba abandonando el ministerio adventista. La mayoría de los miembros se enteraron de la apostasía de Hull cuando leyeron una noticia que apareció el 5 de enero de 1864 en la Advent Review and Sabbath Herald (ahora llamada Adventist Review), donde se anunció que Hull se había hecho espiritista.2 A esto le siguió una descripción en la revista que apareció justo después de un encuentro llevado a cabo por Hull en Battle Creek, donde por primera vez defendió el espiritismo.3 Pero, ¿quién era ese popular orador que tan rápidamente pasó de promover el adventismo a abogar activamente por el espiritismo? Sus comienzos

Moisés Hull nació en 1835 en Ohio (Estados Unidos), siendo el séptimo de dieciséis hermanos.4 En la familia había tres pares de mellizos, y Moisés y su hermano Aarón eran uno de ellos. Aarón falleció pocos años después.5 Su padre, el doctor James Hull, era miembro de la Iglesia Bautista. Años después, Moisés sería recordado como «más bien bajo, de contextura firme, de andar muy erecto […]. Tenía cabeza grande, facciones regulares y sonrisa fácil».6 Asimismo, se destacaba que al cantar poseía una «clara voz de tenor».7 Moisés se casó por primera vez a los diecinueve años, pero su esposa falleció dos meses después.8 Pronto se volvió a casar, esta vez con Elvira Lightner, de dieciséis años.9 Juntos tuvieron cuatro hijas; la última de ellas nació menos de tres semanas antes de que él anunciara que abandonaba la Iglesia Adventista.10 Moisés se hizo adventista en 185711 después de haber estado asociado con otras tres iglesias,12 y de haber predicado para una de ellas cuando tenía apenas dieciséis años.13 Poco después de aceptar el sábado como día de reposo, comenzó a predicar sobre su nueva fe. Desde entonces hasta que apostató en 1863, en la Review aparecieron muchos informes de Hull. Evangelista y polemista

En agosto de 1858 Hull fue ordenado al ministerio, probablemente por Jaime White.14 Los dos parecen haberse encontrado por primera vez el mes anterior cuando White viajó a Iowa City (Iowa), donde Hull y J. Waggoner estaban organizando conferencias.15 Meses antes, Hull había unido fuerzas con Waggoner para conducir reuniones de evangelización en Iowa.16 Antes de no mucho, el recién ordenado Hull comenzó a evangelizar solo en varios estados. Con el tiempo,

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Adventist World | Mayo 2013

C or t e s í a

James R. Nix

Moisés ull H De pastor adventista a espiritista

además de predicar, participó también de debates públicos, algo en lo que se destacaba. Aunque Hull solía ganar sus debates debido al mérito de sus argumentos, no tenía tanto éxito a la hora de convencer a la gente de dejar sus iglesias para unirse a los observadores del sábado. Es interesante que en 1901, muchos años después de hacerse espiritista, Hull reconoció, al participar en un debate, que «los debates rara vez ganan conversos o responden interrogantes».17 Comienzan las dudas

Hull asistió a dos importantes conferencias llevadas a cabo en Battle Creek (Míchigan). La primera fue en 1860, donde se escogió el nombre «Adventista del Séptimo Día». En la segunda, en 1863, se organizó la Asociación General.18 Durante esos años, Hull comenzó a debatir con los espiritistas. Elena White y otros le advirtieron que no lo hiciera, pero él d e l

C e n t ro

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I n v e s t i g a cio n e s

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U n iv e rsi d a d

A n d r e w s


MOISÉS HULL: Hull fue un evangelista y polemista durante los primeros años del movimiento adventista.

siguió adelante. En un debate en octubre de 1862 en Paw Paw (Míchigan), donde por su propia elección fue sin la compañía de ningún otro ministro, Hull quedó confuso y finalmente reconoció ante su oponente que se iba a hacer espiritista. Su oponente lo instó a que pensara seriamente en su decisión antes de actuar.19 Poco tiempo después de ese debate varios líderes adventistas se reunieron con Hull en la casa de J. Loughborough, en Battle Creek, para orar por el vacilante ministro. Esa noche, Dios le dio una visión a Elena White en la que recibió un mensaje para Hull.20 Se le mostró que el predicador estaba «parado al borde de un temible abismo, listo para saltar». Se le dijo: «Si salta, será un acto definitivo; su destino eterno quedará sellado».21 Las oraciones parecieron ayudarlo. En enero de 1864, la Review publicó una carta abierta de su autoría. En parte, admitió haber debatido en Paw Paw con W. Jamieson, o más precisamente con «un demonio que profesaba ser el espíritu del Sr. Downing, que hablaba por medio de W. Jamieson». Hull entonces añadió: «Ahora dudo que sea apropiado discutir con esos espíritus».22 Lo cierto es que cuando Hull admitió que su debate no había sido con W. Jamieson sino con un demonio que afirmaba ser el espíritu de un tal Sr. Downing, sabía precisamente lo que hacía. Por cierto, había leído los comentarios de Elena White sobre el espiritismo,23 pero también había trabajado estrechamente con J. Waggoner, autor de una de las primeras grandes obras adventistas sobre el tema.24 Además, el mismo Hull había escrito un pequeño folleto sobre ese asunto.25 Cambio rotundo

Después del Congreso de la Asociación General de 1863, Hull fue enviado a evangelizar en Nueva Inglaterra con Loughborough. Una vez más regresaron sus dudas, tanto así que en septiembre, dejó la Iglesia Adventista y se hizo espiritista.26 Junto con él llevó a su esposa,27 sus cuatro hijas,28 y su hermano mayor Daniel,29 un laico que en el pasado había trabajado con Moisés en las tareas de evangelismo.30 Durante sus años de espiritista, Moisés Hull no solo publicó varios trabajos31 y escribió libros y folletos,32 sino que también dejó a su esposa para convivir con Mattie Sawyer, una médium espiritista.33 Su abierta defensa del «amor libre» causó tanto escándalo que durante un tiempo los mismos espiritistas dejaron de apoyarlo.34 A partir de 1902, fue el primer presidente del Instituto Morris Pratt, una institución educativa establecida para preparar a médiums espiritistas.35 Muchos años antes, Elena White le había escrito: «Si usted fuera un hombre devoto y piadoso cuando está en el

púlpito y fuera de él, una poderosa influencia acompañaría su predicación».36 Es triste saber que esto no sucedió. No obstante, el resumen más claro de lo que podemos aprender de la vida de Hull es algo que él mismo dijo por 1860: «Puede que caiga por el camino, pero si es así, siempre estaré agradecido de que la Ciudad cuesta muy poco para los que la alcanzan».37 n 1 J. N. Loughborough, Rise and Progress of the Seventh-day Adventists (Battle Creek, Mich.: General Conference Association, 1892), p. 252. 2 Advent Review and Sabbath Herald, 5/1/1864, p. 45. 3 Advent and Sabbath Herald, 12/1/1864, p. 56. 4 The Psychic Era, Marzo 1902, p. 2; The Greatest Debate Within a Half Century Upon Modern Spiritualism (entre Moisés Hull y W. F. Jamieson, 1904), p. 4. (Este es un relato autobiográfico escrito por Moisés Hull). Daniel Hull habla de un año distinto (Moisés Hull [1907], p. 13). Allí afirma que su hermano menor nació en 1836. 5 The Psychic Era, Marzo 1902, p. 2; The Greatest Debate Within a Half Century, p. 4. 6 Victoria Barnes, comp., Centennial Book of Modern Spiritualism (1948), p. 128. 7 Youth’s Instructor, 22/11/1938, p. 3. 8 D. Hull, p. 22; The Psychic Era, Marzo 1902, pp. 6, 7. 9 Según información hallada en ancestry.com, contrajeron matrimonio en 1854. 10 Según información hallada en ancestry.com, Alfaretta Hull nació el 2 de septiembre de 1863. 11 D. Hull, p. 22. 12 Seventh-day Adventist Encyclopedia ([Hagerstown, Md.: Review and Herald Pub. Assn., 1996], t. 10, p. 718) afirma que ya había sido miembro de dos iglesias, pero no toma en cuenta que durante un breve período posiblemente fue también metodista (véase D. Hull, p. 19). 13 The Psychic Era, Marzo 1902, p. 4. 14 Advent Review and Sabbath Herald, 23/9/1858, p. 140. 15 Advent Review and Sabbath Herald, 5/8/1858, pp. 92, 93. 16 Advent Review and Sabbath Herald, 27/5/1858, pp. 12, 13; 22/7/1858, p. 76. 17 The Greatest Debate Within a Half Century, p. 103. 18 Advent Review and Sabbath Herald, 23/10/1860, pp. 178, 179; 26/5/1863, pp. 204-206. 19 Pacific Union Recorder, 6/6/1912, p. 2; Advent Review and Sabbath Herald, 19/4/1906, p. 9. 20 Loughborough, pp. 246-248, 251; Pacific Union Recorder, 13/6/1912, p. 1. Véase también Elena White, Testimonios para la iglesia, t. 1, pp. 376-386. 21 E. White, Testimonios, t. 1, p. 377. 22 Advent Review and Sabbath Herald, 27/1/1863, p. 69. 23 Véase Elena White, A Sketch of the Christian Experience and Views of Ellen G. White (Sarasota Springs, N.Y.: James White, 1851), p. 47; ídem, Supplement to the Experience and Views of Ellen G. White (Rochester, N.Y.: James White, 1854); ídem, Spiritual Gifts (Battle Creek, Mich.: Steam Press, 1858), t. 1, pp. 173-179. 24 J. H. Waggoner, Nature and Tendency of Modern Spiritualism, seg. ed. (1860) (la primera edición fue publicada en 1857, antes de que Hull y Waggoner trabajaran juntos). 25 Moisés Hull, Infidelity and Spiritualism (1862). 26 Pacific Union Recorder, 13/6/1912, p. 1; Loughborough, pp. 251, 252. 27 Elvira L. Hull, carta en Woodhull and Claxton Crucible, 6/9/1873, p. 5; véase también la fotocopia de un manuscrito inédito de la colección del autor: Alice Thompson Edwards, «My Memories of Moisés Hull», p. 7 (partes del manuscrito aparecieron en Youth’s Instructor, 22/11/1938, pp. 1, 3, 10, 13). 28 D. Hull, p. 40. Está implícito, pero no expresado explícitamente. En otros lugares he hallado declaraciones que afirman que algunas de sus hijas estaban involucradas en el espiritismo, aunque ciertamente no las cuatro. 29 Advent Review and Sabbath Herald, 28/7/1868, p. 16. 30 Advent Review and Sabbath Herald, 20/10/1859, p. 176. 31 Julia Schlesinger, Workers in the Vineyard (1896), pp. 56, 57. 32 Ibíd., pp. 57, 58. Tengo conocimiento de once libros y ocho obras menores (de menos de cien páginas) que escribió Hull como espiritista. 33 Mattie Hull, Wayside Jottings (1888), pp. xv, xvi; véase también Youth’s Instructor, 22/11/1938, p. 13. 34 D. Hull, pp. 40-42. 35 Ibíd., pp. 67-70; véase el sitio web del Instituto Morris Pratt. 36 E. White, Testimonios, t. 1, p. 382. 37 Advent Review and Sabbath Herald, 29/3/1860, p. 149.

James R. Nix es director del Patrimonio White, en Silver Spring (Maryland, Estados Unidos). Vol. 9 No. 5 | Adventist World

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reed en Jehová, vuestro Dios y estaréis seguros; creed a sus profetas y seréis prosperados» (2 Crón. 20:20). La Biblia enseña que Dios guía a su pueblo mediante el don profético. Los adventistas creemos que Dios guio el establecimiento de los primeros ministerios importantes de la iglesia mediante las visiones y sueños de Elena White.

Esta publicación sirvió para convencer a los adventistas de la importancia del sábado a la luz del pronto regreso de Cristo. En 1850 fue remplazado por la Advent Review and Sabbath Herald, que continúa hasta el presente como la Adventist Review. La extensiva obra publicadora de la Iglesia Adventista del Séptimo Día se debe en gran parte a las visiones proféticas de Elena White.

El ministerio de las publicaciones

El año 1848 fue una época de encuentros entusiastas para los creyentes adventistas que se reunieron en conferencias para estudiar y comprender por primera vez la importancia del sábado para el tiempo del fin, y su conexión con el sellamiento del pueblo de Dios. El 17 y 18 de noviembre de 1848, los presentes estaban luchando por entender esa conexión en una conferencia de estudio en el hogar de Otis Nichols, en Dorchester (Massachusetts). Esa convocatoria fue la continuación de un encuentro de octubre anterior en Topsham (Maine), donde habían estudiado el sellamiento de Apocalipsis 7 en el contexto de los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14. Estaban tratando de entender cómo quería Dios que compartieran el sábado en el contexto del evangelio eterno. En ese encuentro, Elena White tuvo una visión. Cuando terminó de recibirla, se volvió a su esposo y le dijo: «Tengo un mensaje para ti. Debes imprimir un pequeño periódico y repartirlo entre la gente. Aunque al principio será pequeño, cuando la gente lo lea te enviará recursos para imprimirlo y tendrá éxito desde el principio». Y entonces hizo esta sorprendente predicción: «Se me ha mostrado que de este modesto comienzo brotarán raudales de luz que han de circundar el globo».1 Esa y otras visiones subsiguientes hicieron que Jaime White comenzara a publicar La verdad presente en julio de 1849.

El

El ministerio de salud

Durante las décadas de 1850 y 1860, los adventistas enfrentaron un desafío particular. Al igual que los otros habitantes del país, muchos sufrían enfermedades transmisibles

donde la

orientación p rof é t i c a Merlin D. Burt

Visiones y sueños que impulsaron los principales ministerios 24

Adventist World | Mayo 2013

HArr y

A n d e rso n / R e vi e w

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H e r a l d

P u b l is h i n g

Associ a t io n


y afecciones derivadas del estilo de vida. Muchos morían de tuberculosis, cólera, difteria y neumonía, entre otras enfermedades. Los principios de higiene y aseo eran mayormente desconocidos. La dieta contenía mucha carne, grasas y fuertes especias, lo que producía afecciones vasculares, cardíacas y deficiencias nutricionales. Entre 1848 y 1865, Elena White recibió cuatro visiones sobre la reforma prosalud. En 1848 se le mostraron los efectos dañinos del tabaco, el té y el café.2 El 12 de febrero de 1854 tuvo una visión sobre la importancia de la higiene, la temperancia y los peligros de los alimentos muy condimentados o refinados. «Vio que entre los santos algunos se habían provocado la enfermedad al satisfacer el apetito. Si deseamos buena salud, debemos prestar atención especial a la salud que Dios nos ha dado, negarnos al apetito enfermizo y comer más alimentos naturales con poca grasa».3 La visión que tuvo el 6 de junio de 1863 en el hogar de los Hilliard en Otsego (Míchigan) fue la más influyente sobre los adventistas. Esta visión expandió lo que se le había mostrado antes y, entre otras cosas, promovió el vegetarianismo, la abstinencia del cerdo y el vínculo entre la salud y la dependencia del poder divino. El 25 de diciembre de 1865 recibió una cuarta visión en Rochester (Nueva York), con instrucciones de que los adventistas debían establecer sus propias instituciones de salud. Aunque benefició a los adventistas, lo vio como un ministerio de sanidad para el mundo. Escribió: «Una institución de esa naturaleza, debidamente dirigida, sería el medio adecuado para presentar nuestros puntos de vista a muchos a quienes sería imposible alcanzar por medio del procedimiento usual de predicación de la verdad […]. Al ser puestos así bajo la influencia de la verdad, algunos no solo obtendrán alivio de enfermedades corporales, sino que hallarán un bálsamo sanador para sus almas enfermas por el pecado».4 En respuesta a estas visiones, los adventistas comenzaron a adoptar un nuevo estilo de vida y una manera diferente de compartir los mensajes de los tres ángeles. El mensaje de salud llegó a ser la «mano derecha» del evangelio. La conducción divina mediante las visiones y sueños dados a Elena White produjo este nuevo énfasis. El ministerio de educación

Antes de la década de 1870, la mayoría de los adventistas recibían poca educación formal, pero tenían mucho entusiasmo por leer la Biblia y entender su mensaje. Ese enfoque basado en la Biblia brindó un énfasis particular en la lectura y el pensamiento claro. En 1872, Elena White publicó el Testimonio 22, que ahora forma parte de Testimonios para la iglesia. En visión se le mostró la importancia de la educación cristiana adventista. En un artículo de casi cincuenta páginas, presentó diversos principios de la educación apropiada. Esto incluyó temas tales como la importancia de enseñar a los niños y jóvenes a pensar por sí mismos y a tomar decisiones

morales, el uso apropiado del tiempo, y la necesidad de cultivar a la totalidad de la persona en las áreas: física, mental, moral y espiritual. También vinculó los principios de salud con la educación y concluyó el testimonio con estas palabras: «El gran objetivo de la educación es capacitarnos para usar las facultades que Dios nos ha dado de tal manera que representemos mejor la religión de la Biblia y promovamos la gloria de Dios […].Necesitamos un colegio donde a los que acaban de entrar en el ministerio se les puedan enseñar por lo menos las ramas corrientes de la educación y donde también puedan aprender más perfectamente las verdades de Dios para este tiempo».5 Este mensaje llevó en 1874 al establecimiento del Colegio de Battle Creek, el primero de una red mundial de colegios superiores y universidades. Durante la década de 1890, se dio énfasis a la educación primaria y secundaria. Hoy día, los adventistas damos un énfasis especial a la educación, y operamos el más grande sistema educativo protestante del mundo. Al igual que con las publicaciones y la salud, la educación ha influido notablemente la manera en que los adventistas compartimos el evangelio. Esto se produjo gracias a la conducción profética de Dios mediante las visiones que orientaron los escritos de Elena White. El don de la orientación profética

A veces, como adventistas y personas bendecidas por los ministerios de publicaciones, salud y educación de la iglesia no nos damos cuenta que Dios fue el que estuvo detrás del establecimiento y desarrollo de estos ministerios. Tanto le interesan las personas y la tarea de compartir con efectividad un mensaje de esperanza para un mundo moribundo, que dio una orientación directa mediante visiones y sueños. No es de extrañar que los adventistas apreciemos los escritos de Elena White. Quizá la respuesta más útil es leer sus libros. El ministerio de curación y La educación presentan la mayoría de los principios tanto de salud como de educación que se le mostraron en visión. n 1 Elena

White, Notas biográficas, 1915, 137. White, «Present Truth, and Present Conflicts: Or, the Duties and Dangers of Our Time», Advent Review and Sabbath Herald, 8 de noviembre de 1870, p. 164; Elena White al «Hermano y hermana Howland» 12 de noviembre de 1851, Carta 8, 1851. 3 Elena White, «Reproof for Adultery and Neglect of Children», 12 de febrero de 1854, Manuscrito 1, 1854. 4 Elena White, Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 432. 5 Elena White, Testimonios para la iglesia, t. 3, p. 178. 2 Jaime

Merlin D. Burt es director de la sede del Patrimonio White ubicada en la Universidad Andrews, en Berrien Springs (Míchigan, Estados Unidos). Vol. 9 No. 5 | Adventist World

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R espuestas

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preguntas

b í b licas

¿Primogénito ¿Qué significa que Cristo es llamado el

o primero?

Los que niegan la divinidad de Cristo suelen usar este ver«primogénito de la sículo, diciendo que él creación» (Col. 1:15)? fue el primer ser creado por Dios. Para responder a esto, analizaré el uso del término «primogénito» en el Antiguo Testamento, su uso en el Nuevo Testamento, y su aplicación a Cristo. 1. El primogénito en el Antiguo Testamento: En esta sección de la Biblia se suele usar el término para referirse a los primogénitos animales y humanos. Ambos pertenecían al Señor porque les había conservado la vida durante la muerte de los primogénitos en Egipto (Éxo. 13:15). El primogénito de los animales limpios era sacrificado al Señor, mientras que los impuros tenían que ser redimidos (Éxo. 13:13a; Lev. 27:26, 27). Los primogénitos humanos también debían ser redimidos (Éxo. 13:13b, 15). Más tarde, los levitas fueron ofrecidos al Señor para trabajar en el santuario en lugar de los otros primogénitos de Israel, redimiéndolos en forma permanente (Núm. 8:16-18). El primogénito de los humanos era «el principio [del] vigor» (Gén. 49:3), refiriéndose al poder procreador del padre. Desde la perspectiva de la madre, el primogénito era «todo el que [abría] matriz» (Éxo. 13:2). La significación de los primogénitos humanos descansaba acaso en el hecho de que el primer hijo sería el líder de la familia después de la muerte del padre. Recibía una doble porción de la herencia y la honra y el respeto de la familia (Deut. 21:17). El título «primogénito» enfatizaba lo primero como símbolo de lo mejor, señalando por lo tanto la singularidad del hijo y su preminencia sobre el resto de la familia. Esto llevaba a entender el término en forma separada de la idea del nacimiento. Por ello, Israel era el «primogénito» del Señor (Éxo. 4:22), porque era el «especial tesoro», un «reino de sacerdotes y gente santa» de Dios (Éxo. 19:5, 6). David también es llamado el primogénito porque es «el más excelso de los reyes de la tierra» (Sal. 89:27). 2. El primogénito en el Nuevo Testamento: Jesús es llamado el primogénito de María (Luc. 2:7), el que abrió la matriz. Otros pasajes del Nuevo Testamento usan el título

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«primogénito» en forma metafórica. Según Hebreos 12:23, hay una «congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos». Es otra manera de decir que el Israel de la fe es el primogénito del Señor. Respecto de Cristo, él es el «primogénito entre muchos hermanos» (Rom. 8:29), señalando así su posición preminente entre los redimidos por su gracia y constituidos por él como sus hermanos. Cristo es también «el primogénito de los muertos» (Col. 1:18; Apoc. 1:5). Se usa este término para indicar que él es el único que venció el poder de la muerte y puso su victoria a disposición de todos. 3. El primogénito de la creación: El contexto de Colosenses 1:15 indica claramente que cuando se aplica a Jesús, el término «primogénito» señala su preminencia en la creación y su poder o soberanía sobre ella. En primer lugar, el pasaje se refiere al origen de la creación, no de Jesús. Él trajo todo a la existencia y es antes que todas las cosas (vv. 16, 17). En segundo lugar, es descrito como el comienzo, como el que creó en el principio (Gén. 1:1). La creación tuvo un comienzo, pero él no. En tercer lugar, Jesús es también «el primogénito de los muertos» (v. 18). Se contrasta aquí el comienzo de la creación libre de la muerte y la obra escatológica de Cristo, que venció el poder de la muerte. Como primogénito de los muertos, tiene poder sobre la muerte. En cuarto lugar, el propósito divino en todo esto fue «para que en todo [Cristo] tenga la preminencia» (v. 18). Como Creador y Redentor, Jesús ocupa el primer lugar en el cosmos. Es el supremo gobernante por el cual subsisten todas las cosas (v. 17). Por último, Cristo es la imagen misma de Dios, porque la plenitud de Dios habita en él (vers. 15, 19). Por lo tanto, su supremacía se basa no solo en su obra, sino en la naturaleza misma de Dios. n

Ángel Manuel Rodríguez actualmente está jubilado después de una vida de servicio a la iglesia como pastor, profesor y teólogo.


E studio

b í b lico

Mark A. Finley

Dos mil años después,

seguimos esperando J

usto antes de ascender al cielo, Jesús dejó a sus discípulos esta promesa reconfortante: «Y si me voy y os preparo lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo esté, vosotros también estéis» (Juan 14:3). Eso sucedió hace dos mil años. La promesa no se ha cumplido; Jesús no ha venido. Los creyentes fieles han anticipado su regreso durante siglos. Algunos hasta llegaron a poner fechas. En todas las instancias, se han visto profundamente chasqueados. ¿Por qué no ha venido Jesús? ¿Por qué se ha visto retrasado su regreso? ¿Qué está esperando? Este mes, descubriremos algunas respuestas al respecto.

1 Según Mateo 24:36, ¿quién es el único que sabe el momento exacto del regreso del Señor? El cielo no ha revelado el momento exacto del regreso de Cristo. Supongamos que los discípulos hubieran sabido que faltaban dos mil años para su retorno. Por cierto, habrían estado muy desanimados. Dado que no sabemos cuándo volverá, tenemos la motivación diaria de estar preparados.

2 Según el apóstol Pablo (1 Timoteo 2:3, 4), ¿cuál es el anhelo del corazón de Dios? Para Dios no hay nada más importante que la salvación de aquellos que Cristo vino a salvar. Él anhela que cada ser humano acepte el sacrificio de Cristo en el Calvario y sea salvado en su reino para siempre.

3 Lea 2 Pedro 3:9, 10. ¿Qué deberíamos pensar de las promesas de Dios en relación con el regreso de Cristo? ¿Han fallado? Las promesas de Dios no han fallado. El apóstol Pedro ofrece una clave esencial para el retraso de nuestro Señor. Una de las razones por las que no ha regresado es porque Dios «es paciente […], no queriendo que ninguno perezca». Dios aguarda y sufre como resultado del pecado de este mundo. Hace todo lo que puede para salvar a todos los que sea posible. fo t o g r a f í a :

C R EAT I O N S WAP

4

Lea Mateo 24:14 y Apocalipsis 14:6, 7. Según estos versículos, ¿qué tiene que pasar antes del regreso de Cristo? Cuando todos hayan tenido una oportunidad razonable de aceptar a Cristo y el mensaje del fin, y de tomar una decisión final e irrevocable a favor o en contra de Cristo, él regresará. Lea también Apocalipsis 22:10-12.

5 Lea Marcos 4:26-29 y Apocalipsis 14:14-20. ¿Qué otros factores contribuyen al retraso del regreso de Cristo? En el Nuevo Testamento, la segunda venida de Cristo está ligada con el concepto de cosecha. Jesús regresará cuando la cosecha esté madura. Los frutos manifiestos del Espíritu Santo en la vida del pueblo de Dios revelarán el carácter amante de Cristo ante el mundo y todo el universo. El amor de Dios será revelado por medio de su iglesia. El poder transformador y la gracia abundante del Cristo viviente será expuesta en su plenitud por el pueblo de Dios ante todo el universo (véase Efe. 3:8-12). El egoísmo, la codicia y el orgullo del maligno quedarán plenamente revelados. Se trazarán claras líneas entre el amor y el odio, entre el egoísmo y el servicio desinteresado. Todo el universo verá que los caminos amantes de Dios son los mejores.

6 Lea Tito 2:11-14. ¿Qué impacto tiene hoy en nosotros la esperanza del pronto regreso de Cristo? 7 Lea 1 Juan 3:1-3. ¿Cuál es el resultado final del amor que Dios nos ha dado? ¿De qué manera ese amor puede cambiar nuestra conducta? Cuando tomamos la decisión consciente de aceptar a Cristo, llegamos a ser hijos e hijas de Dios. Somos justificados y salvados por su gracia. Seremos santificados y transformados por su amor si continuamos caminando diariamente con él. Por más imposible que parezca esto, él nos transformará a su semejanza y nos capacitará para que revelemos su carácter ante el mundo. De comienzo a fin, la redención es un milagro de la gracia maravillosa y transformadora de Dios. n

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INTERCAMBIO DE IDEAS

El

E

Cristo de la senda

n septiembre de 1989, el Patrimonio White comisionó al reconocido artista adventista Elfred Lee para pintar un mural de 10 por 2,70 metros basado en la primera visión de Elena White. En esta visión, el pueblo adventista viajaba por una senda derecha y angosta hacia la Nueva Jerusalén: «Detrás de los que ya andaban había una brillante luz, que, según […] dijo un ángel [a Elena White], era el “clamor de medianoche”. Esta luz brillaba a todo lo largo del sendero, y alumbraba los pies de los caminantes para que no tropezaran». Si la gente mantenía sus ojos en Jesús, que los guiaba a la ciudad, estaban seguros. Si no lo hacían, tropezaban y caían a la oscuridad.1 El mural, titutado El Cristo de la senda angosta está compuesto por tres paneles. El primero ilustra personas, eventos, instituciones y actividades de la historia adventista en el siglo XIX. En el segundo, Jesús es la figura dominante, lo que enfatiza que Cristo es el único medio de salvación y la fuente de autoridad de la iglesia. Sus brazos extendidos indican su invitación amante para que todos lo acepten como Señor y Salvador. El segundo panel también ilustra la Biblia, los Diez Mandamientos, los tres ángeles de Apocalipsis 14, y los escritos inspirados de Elena White. El tercer panel se enfoca básicamente en personas y sucesos del siglo XX.2 El mural fue descubierto el 22 de octubre de 1991, y es exhibido en el área de recepción del Patrimonio White, en la sede central de la Iglesia Adventista en Silver Spring (Maryland, Estados Unidos). Se cree que es la pintura más grande de este tipo en la iglesia. 1 Elena

White, Primeros escritos, p. 14. extraída del folleto «El Cristo de la senda angosta», producido por el Patrimonio White. 2 Información

1. Jesucristo 2. Los Diez Mandamientos 3. Los tres ángeles 4. La Biblia 5. Los escritos de Elena White 6. Guillermo Miller (1782-1849) 7. La caída de las estrellas (12 al 13 de noviembre de 1833) 8. Elena White (1827-1915) 9. La visión de los rayos de luz (18 de noviembre de 1848) 10. El Santuario celestial 11. El templo de Washington (Nuevo Hampshire, Estados Unidos) 12. José Bates (1792-1872) 13. Rachel Oakes Preston (1809-1868) 14. Frederick Wheeler (1811-1910) 15. Urías Smith (1832-1903) 16. Annie R. Smith (1828-1855)

Si desea saber más sobre el mural y los individuos representados en él, visite teachers.ellenwhite.org/mural/mural.htm

17. Michael Belina Czechowski (1818-1876) 18. John N. Loughborough (1832-1924) 19. Martha D. Amadon (1834-1937) 20. Stephen N. Haskell (1833-1922) 21. Jaime White (1821-1881) 22. John Byington (1798-1887)

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23. Goodloe Harper Bell (1832-1899)

24. La prensa manual de Washington (1852) 25. Instituto Occidental de Reforma Pro Salud 26. El edificio de la Review and Herald 27. La Casa Publicadora de Noruega (establecida en 1882) 28. El Tabernáculo de Battle Creek (dedicado el 20 de abril de 1879) 29. El Colegio de Battle Creek (fundado en 1874) 30. La Sociedad de Misioneros Vigilantes (organizada el 8 de junio de 1869) 31. El Sanatorio de Battle Creek (1877-1902) 32. Luther Warren (1864-1940) 33. Evangelismo en tiendas 34. J. N. Andrews (1829-1883) y sus dos hijos adolescentes Mary y Charles 35. La doctora Kate Lindsay (1842-1923) 36. El doctor John Harvey Kellogg (1852-1943) 37. William H. Anderson (1870-1950) 38. La iglesia de Minneapolis (Minnesota, Estados Unidos, construida en 1888)


angosta D a rr y l T h o m p so n ;

C o p y ri g h t

© 2 01 3 ,

E l l e n

G .

W h i t e ®

39. Ellet J. Waggoner (1855-1923)

53. Elmshaven (1900-1915)

66. Eva B. Dykes (1892-1986)

78. La lancha Luzeiro («El lucero»)

40. Alonzo T. Jones (1850-1923)

54. Colegio Madison (1904-1964)

41. Sunnyside (1896-1900)

55. Edward A. Sutherland (1865-1955); Sally (Bralliar) Sutherland (1871-1953)

67. Dedicación del Sanatorio de Loma Linda (15 de abril de 1906)

79. Harold M. S. Richards (1894-1985)

68. John A. Burden (1862-1942)

80. La obra de radio y televisión

69. El doctor Newton Evans (1874-1945)

81. El Centro Médico de la Universidad de Loma Linda (inaugurado en 1967)

42. Colegio de Avondale (fundado en 1897) 43. Abram La Rue (1822-1903) 44. Arthur G. Daniells (1858-1935) 45. Pitcairn (botado en 1890) 46. Sanatorio de Skodsborg (establecido en 1898) 47. Universidad Oakwood (establecida en 1896) 48. Charles M. Kinney (1855-1951) 49. Anna Knight (1874-1972) 50. El barco «Lucero de la mañana» (1894) 51. Jaime Edson White (1849-1928) 52. Incendio del Sanatorio de Battle Creek (18 de febrero de 1902)

56. Sanatorio de Sidney (establecido en 1903) 57. Compañía de Alimentos Saludables Sanitarium (fundada en 1897) 58. Sanatorio de Loma Linda (fundado en 1905)

70. El doctor Percy T. Magan (1867-1947) 71. Guillermo C. White (1854-1937) 72. Arthur L. White (1907-1991) 73. Progresos de la Misión Adventista

82. La iglesia Pioneer Memorial 83. 1, 2, 3: Las estatuas del buen samaritano, en Loma Linda, California

74. Fernando Stahl (1874-1950); Ana (Carlsen) Stahl (1870-1968)

84. La sede central de la Asociación General (inaugurada oficialmente el 3 de octubre de 1989)

62. William A. Spicer (1865-1952)

75. El doctor Harry W. Miller (1879-1977)

85. La paloma del Espíritu Santo

63. Frank L. Peterson (1893-1969)

76. Los aviones misioneros

64. G. E. Peters (1885-1965)

77. Leo B. Halliwell (1891-1967); Jessie (Rowley) Halliwell (1894-1962)

59. Marcial Serna (1860-1935) 60. La obra de las publicaciones 61. William H. Green (1871-1928)

65. L. Flora Plummer (1862-1945)

Es t a t e ,

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I n c .


INTERCAMBIO DE IDEAS

cifras

La Iglesia Adventista del Séptimo Día en el mundo.

Adventistas por habitante

: 407 1 Miembros Miembros . .

17214 683 Al 30 de junio de 2011

2.900.945.610

Centros de medios

Casas publicadoras

173

1.668.754 Estudiantes en instituciones adventistas

Hospitales y sanatorios

Adventist World | Mayo 2013

(2010)

14

20

Fábricas de alimentos 30

Diezmos y ofrendas

US$

209

63

181

de países

232

Finanz as

US$

Total

Presencia adventista

Instituciones

Per cápita

Educ ación

7.883

Instituciones educativas adventistas


“He aquí, vengo pronto . . .”

Iglesias de un día Escuela Secundaria Raymond Memorial

ANTIGUO Y NUEVO: Mani Kerketta (derecha), uno de los primeros estudiantes de fo t o g r a f í a s : R ic h a r d D u e rks e n Raymond Memorial, recuerda las condiciones primitivas donde se llevaron a cabo las primeras clases. Esos recuerdos casi quedaron eclipsados cuando a comienzos de este año se dedicaron los nuevos edificios. La Escuela Secundaria Raymond Memorial brinda educación adventista a más de mil doscientos estudiantes en el pueblo de Falakata (Bengala Occidental, India). Raymond Memorial, la primera escuela secundaria adventista de la India, abrió sus puertas en 1949. La mayoría de los estudiantes vivía en tiendas en el borde de los terrenos del colegio, que incluían doscientas cuarenta hectáreas de selva virgen. «Nos pagaban para ir a la escuela –recuerda Mani Kerketta, integrante del primer grupo de estudiantes–. Pasábamos el resto del día abriendo caminos en la selva». Maranatha Volunteers International llegó por primera vez a Raymond Memorial en 1999, construyendo iglesias en la zona y colaborando con las necesidades de construcción de la escuela. En enero de 2013, un equipo de Maranatha de seis países se unió para construir las primeras ocho de dieciséis «Aulas de clase de un día» para la Escuela Primaria Raymond Memorial. El día de la dedicación de esas ocho aulas se reunieron en el campus todos los estudiantes –la mayoría de familias hindúes y musulmanas– para una celebración de la educación y la esperanza. Más del ochenta por ciento de los empresarios de la comunidad envían a sus hijos a Raymond Memorial. «Por supuesto, nuestros hijos van a Raymond –dice el suministrador local de electricidad–. Es la mejor educación en la zona. Allí se enseñan valores reales». «Iglesias de un día» es un proyecto en colaboración entre la Iglesia Adventista, Servicios e Industrias de Laicos Adventistas (ASI) y Maranatha Volunteers International. Estas historias llegan hasta usted gracias a Dick Duerksen, el «narrador» de Maranatha.

Nuestra misión es elevar a Cristo, uniendo a los adventistas de todo el mundo en creencias, misión, vida y esperanza. Editor ADVENTIST WORLD es una publicación internacional de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, editada por la Asociación General y la División de Asia-Pacífico Norte de la Iglesia Adventista. Editor ejecutivo Bill Knott Editor asociado Claude Richli Gerente editor internacional Chun, Pyung Duk Junta editora Ted N. C. Wilson, presidente; Benjamin D. Schoun, vice-­ presidente; Bill Knott, secretario; Lisa Beardsley-Hardy; Daniel R. Jackson; Robert Lemon; Geoffrey Mbwana; G. T. Ng; Daisy Orion; Juan Prestol; Michael Ryan; Ella Simmons; Mark Thomas; Karnik Doukmetzian, asesor legal. Comisión coordinadora de ADVENTIST WORLD Lee, Jairyong, presidente; Akeri Suzuki; Kenneth Osborn; Guimo Sung; Chun, Pyung Duk: Han, Suk Hee Editores de Silver Spring, Maryland, EE.UU. Lael Caesar, Gerald A. Klingbeil (editores asociados), Sandra Blackmer, Stephen Chavez, Wilona Karimabadi, Mark A. Kellner, Kimberly Luste Maran Editores de Seúl, Corea Chun, Pyung Duk; Chun, Jung Kwon; Park, Jae Man Editor en línea Carlos Medley Directora de operaciones Merle Poirier Control de calidad/Coordinadora de medios Jean Boonstra Editor invitado Mark A. Finley Consultor E. Edward Zinke Gerente financiera Rachel J. Child Asistente administrativa Marvene Thorpe-Baptiste Asistente del editor Gina Wahlen Junta administrativa Jayriong Lee, presidente; Bill Knott, secretario; P. D. Chun, Karnik Doukmetzian, Suk Hee Han, Kenneth Osborn, Juan Prestol, Claude Richli, Akeri Suzuki, Exoficio: Robert Lemon, G. T. Ng, Ted N. C. Wilson Dirección y diseño gráfico Jeff Dever, Brett Meliti Consultores Ted N. C. Wilson, Robert E. Lemon, G. T. Ng, Guillermo E. Biaggi, Lowell C. Cooper, Daniel R. Jackson, Geoffrey Mbwana, Armando Miranda, Pardon K. Mwansa, Michael L. Ryan, Blasious M. Ruguri, Benjamin D. Schoun, Ella S. Simmons, Alberto C. Gulfan Jr., Erton Köhler, Jairyong Lee, Israel Leito, John Rathinaraj, Paul S. Ratsara, Barry Oliver, Bruno Vertallier, Gilbert Wari, Bertil A. Wiklander. A los colaboradores: Aceptamos el envío de manuscritos no solicitados. Dirija toda correspondencia a 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600, EE.UU. Número de fax de la oficina editorial: 1 (301) 680-6638 E-mail: worldeditor@gc.adventist.org Sitio Web: http://www.adventistworld.org/ A menos que se indique lo contrario, todas las referencias bíblicas pertenecen a la versión Reina Valera. Revisión 1995. ADVENTIST WORLD es publicada todos los meses e impresa simultáneamente en Alemania, Argentina, Australia, Austria, Brasil, Corea, Estados Unidos e Indonesia.

Vol. 9, No. 5

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Cada mes, Adventist World llega a las manos de este atleta. Abel Kirui* lee ADVENTIST WORLD para estar en contacto con la familia adventista de diversas partes del mundo. Usted también puede estar conectado con la familia de la iglesia de la misma manera. Póngase en contacto con su departamento de comunicaciones si es que su iglesia no distribuye ADVENTIST WORLD con regularidad y en forma gratuita.

*Abel Kirui, de Kenia, obtuvo el Campeonato Mundial de Maratón de Berlín en 2009 y de Daegu en 2011. También obtuvo la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Una familia. Un mundo. Adventist World.


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