Spanish april 2014

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Publicación internacional de los adventistas del séptimo día

Vol. 10 No. 4

infierno

El cuadro teológico completo 14

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¿Quién

tiene la culpa?

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La única esperanza de Laodicea


Vol. 10 No. 4

N O TA

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D E

TA P A

Del infierno a la esperanza

Claude Richli

Hace veinte años, Ruanda fue destruida por un genocidio. Hoy día, el país y la iglesia disfrutan de un renacimiento.

8 Cómo funciona la iglesia P A N O R A M A

M U N D I A L

Ted N. C. Wilson

Cuál es su lugar en el cuerpo de Cristo.

12 Por sus llagas fuimos curados D E V O C I O N A L

Gerald A. Klingbeil

Escuchemos la historia que nos cuentan el cojo y el ciego.

1 4 El cuadro teológico completo C R E E N C I A S F U N D A M E N T A L E S

Lothar Wilhelm

¿Cómo se formaron nuestras creencias fundamentales? ¿Y por qué tenemos 28?

22 La Enciclopedia Elena White D escu b rir el de P rofec í a

D on

Denis Fortin y Jerry Moon

Por fin, un libro de referencia sobre una mujer destacada y su ministerio a la iglesia.

24 Como una semilla de mostaza la

H I S T O R I A

A D V E N T I S T A

Geoffrey Mbwana

La División de África Centro-Oriental comenzó pequeña, pero con el tiempo, las cosas cambiaron.

D E PA R TA M E N T O S 3 I N F O R M E

M U N D I A L

3 Noticias breves 6 Informe de noticias 10 Historias de GLOW

11 S alud M undial Nuevas pautas para la hipertensión

27 E S T U D I O BÍB L I C O La única esperanza de Laodicea

26 R espuestas

I N T E R C A M B I O 28

pre g untas

a b í b licas

D E

¿Quién tiene la culpa?

spanish.adventistworld.org

www.adventistworld.org: Disponible en línea en once idiomas

Publicado por la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

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Adventist World | Abril 2014

I D E A S


El poder de la resurrección

M

i maestro me dijo dos frases llenas de sabiduría: 1. Jamás subestimes la inmensidad de la maldad humana. 2. Jamás subestimes el poder del evangelio para vencer la inmensidad de la maldad humana. El estado quebrantado de los seres humanos pecaminosos está a la vista en todos los aspectos de la vida. En el patio de juegos, los niños discuten y se quejan, peleando por trozos de plástico y tela que llaman «juguetes». En el trabajo, los colegas se engañan y burlan entre sí, determinados a trepar por la escalera laboral que les promete éxito y riquezas. En extremos disputados del planeta, las bombas y las armas emergen para solidificar las afirmaciones de soberanía y «nación». Aun en la iglesia, somos testigos del pecado del orgullo y los prejuicios, que tanto dolor causan a los que Cristo vino a salvar. Como lo expresó tan bien el apóstol: «Si solamente para esta vida esperamos en Cristo, somos los más dignos de lástima de todos los hombres» (1 Corintios 15:19). El cristianismo, sin las buenas nuevas de la resurrección de Cristo y el poder de su resurrección en nuestra vida, no es nada más que un optimismo infun­ dado frente a hechos mortales. Sin embargo, el evangelio que somos llama­ dos a predicar y vivir nos impulsa a reconocer que el Señor resucitado quiere que sus discí­ pulos experimenten su poder transformador desde ahora, en su desempeño y relaciones. Por su gracia, los que aman las controversias cambian de retórica. Por su poder, los enemigos se perdonan. Inspirados en su ejemplo, hombres y mujeres alejan la marea del mal para vivir con amabilidad, generosidad y fidelidad. «Cada uno de nosotros es una historia de gracia», dijo el poeta. En su conjunto, las incontables vidas sanadas y restauradas por la muerte y la resurrección de Cristo dan al mundo una visión francamente esperanzadora del mundo venidero. Al leer la nota de tapa de este mes sobre la recuperación y la restauración después del horror y la violencia, resolvamos vivir, como resultado de la gracia, una de esas vidas basadas en la resurrección.

INFORME MUNDIAL

Monteiro visita la

Asociación General y

agradece el apoyo recibido ■■ El pastor adventista Antonio Monteiro, quien hace poco fue liberado de una prisión de Togo, agradeció al personal de la sede central y a los miem­ bros de la Iglesia Adventista por su apoyo, al hablar durante el culto del pasado 18 de febre­ ro en la Asociación General, en Silver Spring (Maryland, Estados Unidos). El programa fue parte de la visita de una se­ mana que Monteiro realizó a la región junto con su esposa Madalena y dos de sus hijos, Anderson y Alessandro. LIBRE AL FIN: Después de casi dos años En una entrevista con la en prisión, Antonio Monteiro (izq.) saluda Adventist Review, Monteiro a Ted N. C. Wilson, presidente de la –que fue liberado de prisión Asociación General, después de hablar en en enero después de veintidós el auditorio de la sede central de la iglesia. meses tras las rejas– explicó las similitudes entre su experien­ C l a u d e R i c h l i cia y el relato bíblico de José: «Jamás habría imaginado que saldría de mi celda para visitar la Asociación General. Después de la lucha viene la corona», dijo. Cuando llegó por primera vez a Togo como misionero, Monteiro sintió la responsabilidad de ayudar a que la iglesia fuera más conocida en el país. Desafortunadamente, sus ideas iniciales de visitar a funcionarios de gobierno para que conocieran la iglesia no llegaron a buen puerto. Pero ahora, después de dos años en los que su calvario atrajo la atención de los medios nacionales, reconoce que Dios usó esas circunstancias para cambiar la percepción de la iglesia en el país. También en Cabo Verde, su país natal, el caso de Monteiro recibió mucha atención. Como resultado, pudo visitar al presidente del país, al ministro de Justicia y a otros ministros que intervinieron en su favor, agradeciéndoles por su ayuda y compartiendo con ellos algunas de las enseñanzas de la iglesia. Mientras estuvo en prisión, Monteiro no permaneció inactivo por­ que sintió que los presos eran en realidad su congregación. Dos veces a la semana organizaba reuniones de oración y daba estudios bíblicos a

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Colegio Superior Fulton inaugura nuevo campus ■■ Una nueva era comenzó en el Co­ legio Superior Fulton, en Fiyi, cuando unas seiscientas personas se reunieron para celebrar la apertura del nuevo campus de Sabeto. Entre los invitados estuvieron Ted N. C. Wilson, presidente de la Asociación General, y Filipe Bole, ministro de Educación de Fiyi. El proyecto, que demandó más de diez millones de dólares, está cerca de ser completado. Las clases comenzaron el 10 de marzo. Los nuevos edificios, que incluyen casas para el personal y los alumnos (240 estudiantes y veinte unidades para casados), salones de clase, un edificio de administración y un centro multipropósito, ya están terminados. Después de varias disputas legales con terratenientes en el viejo campus de Taivelu, en 2007 se tomó la decisión de trasladarse. Aunque se esperaba inaugu­ rar el sitio en marzo de 2010, como dijo sonriendo Stephen Currow –rector de la institución– es mejor tarde que nunca, y agregó: «Hoy tenemos 1420 días de atraso en la inauguración del nuevo campus… pero hemos llegado». Currow agradeció a Waisea Vuniwa, expresidente de la Misión de Fiyi, quien halló el lugar actual. El proyecto recibió la ayuda de una ofrenda del decimo­ tercer sábado y de una donación de un millón de dólares.

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El presidente de la División Transeuropea se jubila ■■ Bertil Wiklander, presidente de la División Transeuropea, informó a los presidentes de las Uniones y al personal de la División que planea jubilarse el 31 de julio de 2014. Wiklander anunció su decisión el pasado 12 de febrero en un mensaje devocional, durante dos días de capaci­ tación en liderazgo. «He disfrutado de mi trabajo y las muchas personas que conocí en diversas partes del territorio. Dejaré mis responsabilidades con gratitud a Dios y a mis colegas». Antes de llegar a la División Trans­ europea, Wiklander trabajó en Suecia, su país natal, como director de la Escuela Ekebyholm, secretario ejecutivo y más tarde presidente de la Unión.

N o t i c i a s d e

La decisión de trasladarse tuvo oposición; sin embargo, el nuevo sitio a solo quince minutos del aeropuerto internacional de Nadi, posee una ubicación perfecta para recibir a los estudiantes que llegan de lejos. Los directivos de la institución reconocieron a Barbara Allen, quien asistió en nombre de su fallecido esposo Graham, que fue el gerente de proyectos de esta nueva sede. Su sobrino Greg Allen juntamente con Mike Dickson asumieron su cargo cuando Graham perdió la vida en un accidente de ciclismo. Entre los distinguidos visitantes estuvieron el ministro de Educación de las Islas Salomón, representantes de las tribus dueñas de las tierras, y directivos de la División del Pacífico Sur, la Unión del Transpacífico y la Misión de Fiyi. –Jarrod Stakleroth

R e d

un grupo de quince a veinte personas. Además distribuyó Biblias, así como decenas de revistas Adventist World. Cuando Monteiro dejó la prisión, el «Pastor Maranata», como era conocido, dejó también tras sí muchas vidas transformadas por su ministerio y el poder del Espíritu Santo. –Claude Richli

A d v e n t i s ta s

INFORME MUNDIAL SERVICIO DISTINGUIDO: Bertil Wiklander, presidente de la División Transeuropea durante los últimos 19 años, anunció su intención de jubilarse a fines de julio.

En los últimos diecinueve años, Wiklander mostró gran entusiasmo por dar a conocer a Dios en el ambiente secular. Asimismo, durante su liderazgo la División pasó por dos restructuracio­ nes territoriales. Resultó apropiado que el anuncio se hiciera durante la capacitación en liderazgo, porque Wiklander es un defensor de desarrollar líderes y brindar oportunidades para que las personas prueben nuevas ideas. –TED NEWS

ADRA Rumania lanza campaña contra violencia doméstica ■■ ADRA Rumania lanzó una nueva campaña contra la violencia doméstica. Las campañas recientes de ADRA han buscado motivar a las mujeres abusadas para que actúen y denuncien el hecho ante las autoridades. La campaña fo­ menta las conductas positivas y recono­ ce a los hombres que «aman, atesoran y protegen» sus familias como sus bienes más preciados. «¿Qué es un hombre verdadero? ¿Cómo podemos reconocerlos pública­ mente para mostrar que los violentos no son lo normal? Esas preguntas fue­ ron el punto de partida de la campaña


AD R A

R u m a n i a

actual», dijo Sorin Goleanu, director de ADRA Rumania. Para reconocer a los hombres verdaderos, ADRA Rumania diseñó como símbolo, una bufanda azul que las mujeres, amigos o familias pueden regalar a los hombres como símbolo de aprecio, para fomentar conductas positivas, solícitas y respetuosas hacia sus seres queridos. Esta bufanda especial lleva una etiqueta con el men­ saje de la campaña, y reconoce que el que la usa es un hombre verdadero. «La campaña fue recibida con entu­ siasmo por los socios de ADRA, entre los que estuvieron Carrefour, Sano Vita (la compañía de alimentos saludables más grande de Rumania) e institu­ ciones públicas –dijo Goleanu–. Fue vista por Internet más de 36 mil veces,

recibió el apoyo de casi veinte medios nacionales y locales, y nos llevó a distribuir 250 mil folletos en cincuenta puestos de las tiendas Carrefour, en veintiún pueblos y ciudades. Esto hizo que el mensaje fuera dado a un nivel que las campañas anteriores de ADRA Rumania no habían logrado». La última campaña ofrece maneras creativas y efectivas de combatir este fenómeno generalizado en el país. La campaña también presentó maneras prácticas de ayudar, e información de contacto para los afectados –se incluyó una dirección electrónica, un número telefónico de emergencia, e información sobre los servicios que brinda el centro. Desde 2009, ADRA Rumania ha ofrecido un refugio de emergencia para las víctimas de la violencia do­ méstica, la «Casa ADRA». Las mujeres que denuncian hechos de violencia doméstica ante las autoridades reciben alojamiento, alimentos y asistencia médica de emergencia. Entre los servicios se destacan la consejería individual y de pareja, la asistencia social y asesoramiento legal. –Sorin Goleanu, noticias de la EUD

Adventistas piden que alianza dominical no discrimine

EL AMOR NO ES VIOLENCIA: Voluntarios de ADRA Rumania distribuyeron materiales sobre violencia doméstica en los centros comerciales de más de veinte comunidades del país.

■■ Una alianza que promueve el equilibrio laboral y la cohesión social en Europa reiteró en Bruselas (Bélgica) en enero pasado un llamado a gozar de domingos libres de actividades laborales. La Alianza Dominical Europea, una coalición de alianzas nacionales, gremios, organizaciones civiles y comunidades religiosas establecida en 2011, está avanzando en el Parla­ mento Europeo, aunque sigue preocu­

pando a los defensores de la libertad religiosa. En la Segunda Conferencia sobre Domingos Libres y Trabajo Decente, la alianza buscó comprometer a los actua­ les y futuros miembros del Parlamento Europeo, pidiéndoles que promuevan el «respeto» al domingo como «día de descanso» y la garantía de horas justas de trabajo. Más allá de los argumentos econó­ micos, las minorías religiosas europeas (entre ellos, los musulmanes, los judíos y los adventistas del séptimo día), están preocupados porque la propuesta po­ dría infringir la libre expresión religiosa, a pesar de su loable objetivo de reducir el estrés y el trabajo excesivo. «Millones de europeos pertenecen a minorías religiosas que podrían verse afectadas por las aspiraciones de la Ley Dominical Europea», dijo Liviu Olteanu, director de Relaciones Públicas y Libertad Religiosa de la Iglesia Adven­ tista en la División Intereuropea. En una comunicación del pasado 21 de enero, la División apoyó la postura de Hannu Takkula, un finlandés que es miembro del Parlamento Europeo y que se ha pronunciado en contra de los domingos libres. «La legislación jamás debe discri­ minar por motivos religiosos. Una ley que establezca el domingo como día libre de actividades laborales haría precisamente eso –dijo Takkula en una comunicación reciente–. La libertad re­ ligiosa y de creencias está en el centro mismo de los valores europeos […]. La Unión Europea tiene que garantizar que cada uno celebre el día de descan­ so de sus convicciones», añadió. John Graz, director de Relaciones Públicas y Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista mundial, dijo que le agrada que Takkula y otros miembros del Parlamento asuman una clara

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INFORME MUNDIAL postura contraria. «Animamos a todos los legisladores a que protejan los derechos de todos, lo que incluye a los que no observan el domingo como día de descanso». En 2011, Raafat Kamal, director de Relaciones Públicas y Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista en el norte de Europa, dijo que los adventistas «apoyan la idea de un día de descanso para equilibrar la vida privada y laboral. Al mismo tiempo –agregó–, queremos que los que no observan el domingo también sean respetados». Ahora, Olteanu hace un llamado directo al Parlamento Europeo para que «no interfiera en cuestiones de libertad religiosa y libertad de con­ ciencia, al proponer o sancionar leyes que afecten la libertad religiosa de las minorías». Olteanu pidió a los adventistas europeos que oren por la situación y se pongan en contacto con sus respectivos candidatos o miembros del Parlamento para luchar por sus libertades religiosas. «Deberíamos involucrarnos con sabiduría, equili­ brio y una actitud positiva para ser embajadores de libertad, esperanza y paz, amando a los demás pero bus­ cando siempre promover y defender la libertad religiosa de todos», dijo Olteanu. –Red de Noticias Adventistas

Universidad Adventista ilumina la ciudad con «Centros de influencia» ■■ «Medellín iluminada» es el nom­ bre del proyecto lanzado el pasado 1º de febrero de 2014 en la iglesia de la Universidad Adventista de Colom­ bia (UNAC), en la ciudad de Medel­ lín. El proyecto fue presentado como la acción social y de evangelización

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más importante de la universidad para 2014. El objetivo es establecer centros de influencia en la ciudad con el propósito de atender las necesida­ des de la comunidad y crear un clima que permita compartir un mensaje de esperanza. «Muchas personas están esperando que les demos un mensaje de esperan­ za y salvación. Mediante esta iniciativa buscamos crear centros de influencia que nos lleven a establecer vínculos de amor y de amistad con la gente, para que entonces puedan hallar en Cristo a su Salvador personal –dijo Abaham Acosta, rector de la institución–. Después de establecer estos centros, un segundo objetivo es establecer iglesias en zonas de la ciudad donde aún no hay presencia adventista». Durante el lanzamiento del programa, los presentes también se enteraron de los avances del proyecto misionero «Levántate y conquista». Iniciado hace un año, la iniciativa invita a estudiantes a contribuir con su tiempo y talentos para compartir el evangelio en poblaciones de la provincia de Antioquía donde no hay presencia adventista. Los primeros frutos pudieron ser vistos en la vida de los que ya decidieron seguir a Jesús y fueron bautizados. Aunque el proyecto fue idea de la UNAC, combinará los esfuerzos de la Unión Colombiana del Norte y la Aso­ ciación Centro-Occidental, además de apoyar los planes de evangelización que tiene la Unión para el año. «En nuestra región los pastores están totalmente comprometidos con el objetivo de alcanzar a la ciudad de Medellín para Cristo –dijo Gonzalo Cardona, presidente de la región su­ doccidental–. Estamos trabajando en especial con grupos pequeños, y ahora estamos incorporando el maravilloso plan de la universidad adventista». –Shirley Rueda

E

l 7 de enero de 2014, Run Run Shaw falleció a la edad de 106 años. Aunque los medios enfatizaron su obra y legado como pionero cinematográfico que, junto con su hermano, llevaron a Kung Fu a la pantalla grande, la Universidad de Loma Linda y la Iglesia Adventista lo recuerdan como un filántropo y humanitario en el mundo de la salud. Gracias a sus contribuciones se concibió y construyó el Hospital Sir Run Run Shaw, inaugurado en 1994 en la provincia de Zhejiang (China). El hospital transformó la oferta de salud de lo que entonces era una comunidad pobre. «Desde un recuerdo de la infancia y el aprecio por la atención médica de calidad hace casi cien años hasta el moderno hospital actual, la conexión entre Loma Linda y Run Run Shaw es legendaria –dice Richard Hart, rector de la Universidad de Loma Linda–. Nos agrada habernos asociado con la Fundación Shaw para desarrollar un magnífico hospital estilo occidental en el pueblo natal de Run Run Shaw. Con el rápido crecimiento de China, esperamos que este modelo siga dejando su marca en todo el país en los años venideros». A comienzos de la década de 1990, Run Run Shaw, un magnate cinema­ tográfico de Hong Kong que soñaba construir un hospital de estilo occiden­ tal en su China natal, brindó financia­ ción parcial al gobierno provincial de Zhejiang para la construcción de un hospital en Hangzhou, la capital provincial. Su único pedido fue que para operarla se asociaran con la Iglesia Adventista. Años antes, la madre de Run Run Shaw había sido tratada por el doctor Harry Miller, un médico adventista, en un hospital progresista de China, y quedó muy impresionado por la atención compasiva e integral que se


FILÁNTROPO DE LA SALUD: Sir Run Run Shaw, (derecha), habla durante la apertura del hospital que recibió su nombre. Una de las condiciones de su construcción fue que se asociara con la Universidad de Loma Linda.

Un i v e r s i d a d

d e

L o m a

L i n d a

Se recuerda a

Nancy Yuen y James Ponder, Universidad de Loma Linda

un Run Shaw SHayirunR hospital que lleva su nombre

brindaba a todos los niveles de la socie­ dad, desde funcionarios de gobierno a jornaleros. Como resultado, se propuso que un día ofrecería la misma clase de atención a su comunidad. «Jamás olvidó la excelente atención que su madre había recibido», dice Joan Coggin, quien fue vicepresidenta de asistencia global del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Loma Linda. Cuando Run Run Shaw inició los planes de construir un hospital, solicitó la participación de la Iglesia Adventista y de Loma Linda. La ceremonia de corte de cintas del nuevo hospital se llevó a cabo el 9 de mayo de 1994. En sus primeros tiem­ pos, el hospital de cuatrocientas camas ofreció servicios avanzados en todas las especialidades médicas que se practican en los Estados Unidos. La institución recibió la acreditación internacional de

la Comisión Conjunta en diciembre de 2006. Fue el primer hospital de China en lograr este tipo de reconocimiento y éxito, y fue reacreditado en 2009 y 2013. Hoy día, el hospital cuenta con mil doscientas camas y atiende a más de seis mil pacientes por día. Jan Zumwalt, directora asociada del Instituto de Salud Global y de asuntos internacionales del Centro Médico de Loma Linda, estuvo en el hospital cuando fue visitado por Run Run Shaw. Recuerda que «no quería llamar la atención. Había nacido en la provincia donde se encontraba el hospital, y en esa época la zona era muy pobre. «Para él era muy importante que la gente de Hangzhou se beneficiara con la mejor atención que incluyera educación, instalaciones y equipos mo­ dernos. Estaba muy impresionado por lo que experimentó durante su visita»,

comentó Zumwalt. En la celebración del décimo aniversario del hospital, Zumwalt recuerda a un colega que des­ cribió cuán importante era el hospital para Run Run Shaw, explicando que de los muchos proyectos filantrópicos que había apoyado, este le brindaba la mayor satisfacción. Run Run Shaw obtuvo su fortuna vendiendo filmes de artes marciales. En sus últimas décadas se ganó el respeto como filántropo. En 2002 creó el Premio Shaw, que es reconocido como el Premio Nobel de Asia. En 1977, la reina Isabel II lo invistió como caballero por su apoyo continuo a la Cruz Roja. Además del hospital, Run Run Shaw compartió generosamente cientos de millones de dólares para proyectos filantrópicos en Asia, Gran Bretaña y los Estados Unidos. Lo sobreviven su esposa Mona Fong, y cuatro hijos. n

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P A N O R A M A

M U N D I A L

Cómo

la igle funciona Comprendamos su unidad, estructura C

uando viajo y me encuentro con miembros de la iglesia en diversas partes del mundo, a veces me preguntan sobre la estructura y organización de la Iglesia Adventista. ¿Cómo se hacen los cambios, y quién tiene autoridad para hacerlos? ¿Qué es lo que une a la iglesia? ¿Cómo funciona la iglesia? Aunque podría dedicar buen tiempo a analizar esas importantes cuestiones, en esta columna analizaremos cómo y por qué se reconoció oficialmente la iglesia. El mes próximo nos ocuparemos, de manera práctica, de las cuestiones de autoridad, unidad y de la diferencia que usted puede marcar en la iglesia. Pequeños comienzos

Cuando observamos la Iglesia Ad­ ventista actual, que tiene 18 millones de miembros y está bien organizada, que está presente en 208 países represen­ tados en trece Divisiones y un campo adjunto, decenas de miles de iglesias, miles de escuelas, cientos de hospitales y clínicas y numerosas casas editoras, entre otras instituciones, es difícil imaginar que hace poco más de 150 años no existía nada de esto. No había nada, con excepción de unos pocos creyentes que «escudri­ ñaron en procura de la verdad como un tesoro escondido»,1 tal como escribió Elena White al referirse a esos primeros años. Y agregó: «Solíamos reunirnos, con el alma cargada, orando que fuéramos hechos uno en fe y doctrina, porque sabíamos que Cristo

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CONGRESO MUNDIAL: Adventistas de todo el mundo se reunieron en congreso en la ciudad de San Francisco (California, Estados Unidos), en 1936. Fue el último congreso antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. no está dividido […]. Las Escrituras se abrían con reverente temor […]. Ascendían fervientes súplicas al cielo para que Dios nos ayudara a estar completamente de acuerdo, para que pudiéramos ser uno como Cristo y el Padre son uno».2 Mientras los pocos creyentes adventistas estudiaban la Palabra de Dios y oraban con diligencia, llegaron a ser de una mente y espíritu, y sus cifras crecieron gradualmente. Al principio se reunían en hogares privados, en cocinas grandes, en graneros, bajo los árboles y en escuelas. Al poco tiempo, con la

bendición de Dios, lograron edificar «humildes casas de culto».3 La organización, fundamental para la misión

A medida que el grupo crecía, se hizo evidente que «la organización era indispensable para proporcionar sostén al ministerio, para dirigir la obra en nuevos territorios, para proteger tanto a las iglesias como a los ministros, de los miembros indignos, para retener las propiedades de la iglesia, para publicar la verdad por medio de la prensa, y para muchos otros objetos».4


Ted N. C. Wilson

sia y autoridad Había sin embargo algunos que se oponían a una organización oficial, porque temían que podría llevar a un credo cerrado como el que habían experimentado en las iglesias que habían dejado atrás, o a una complicada estructura que inhibiría su misión. No obstante, pronto se dieron cuenta de que la estructura organizada era muy importante e inspirada por el cielo, como lo indicó Elena White. Al enfrentar la controversia, los cre­ yentes una vez más buscaron al Señor «con ferviente oración para entender su voluntad», y les «fue dada luz por su Espíritu en el sentido de que debía haber orden y disciplina cabal en la iglesia: la organización era esencial […]. El orden es la ley del cielo, y debe ser la ley del pueblo de Dios en la Tierra».5 Orden. Eso no significa que todos se comportan como autómatas, que se mueven sin pensar. Pero implica sumisión a la Palabra de Dios, la conducción del Espíritu Santo, los consejos del Espíritu de Profecía y las decisiones colectivas de la iglesia mun­ dial en sus cuerpos representativos como lo son la Junta Directiva de la Asociación General y los Congresos de la Asociación General, que producen orden para que la misión pueda ser llevada a cabo. Por ello, aunque algunos se oponían con firmeza, los pioneros adventistas decidieron avanzar con el estableci­ miento de una organización oficial, con la seguridad de que el Señor los estaba guiando en su providencia.

Hitos organizacionales

Al recordar el año pasado el 150 aniversario de la Iglesia Adventista, rememoramos algunos de sus hitos organizacionales. En 1860, se formó una asociación publicadora y se escogió el nombre oficial de la iglesia. En 1861, se organizó la primera Asociación de un estado (Míchigan), y durante los años siguientes aparecieron varias más. En 1863, delegados de las Asociaciones de los diversos estados se reunieron en Battle Creek, establecieron la Asociación General, votaron una constitución y eli­ gieron un presidente y otros directivos. En ese primer Congreso de la Asociación General, se votaron también muchos reglamentos importantes, como por ejemplo un procedimiento para pagar un salario regular a los ministros, que saldría de un fondo de «contribuciones sistemáticas». Se estableció que los ministros llevaran una credencial oficial, que los identifi­ caría como «voceros del movimiento». Asimismo, se instituyó que los llamados ministeriales fueran procesados por las dos Asociaciones involucradas, en lugar de que el ministro pasara de una Asociación a otra por su cuenta o según el deseo de la iglesia local. Bendiciones de la organización

Mediante el proceso de organiza­ ción y estructura, pudieron verse las bendiciones de Dios, y la iglesia siguió creciendo. Se organizaron escuelas donde los estudiantes fueron educados en armonía con la Palabra de Dios, y se establecieron instituciones de salud que serían una bendición para muchos. Elena White dijo que estos progresos eran una «obra misionera del orden más elevado». Asimismo, la iglesia se dio cuenta de la importancia de dar el mensaje del tercer ángel no solo al país donde había surgido (los Estados Unidos), sino a

Europa y a otros continentes, esta­ bleciendo así una importante obra misionera que diseminó el mensaje adventista por todo el mundo. Hoy día, misioneros de varios continentes trabajan en diversas regiones de la iglesia mundial. Cuando el movimiento creció, se establecieron más iglesias, se formaron más Asociaciones, se construyeron más escuelas, hospitales y casas editoras, y se formaron más Uniones para supervisar la misión de la iglesia en regiones determinadas, en armonía con los regla­ mentos establecidos por los Congresos de la Asociación General o por su Junta Directiva entre un congreso y otro. Hoy día, la iglesia tiene 122 Uniones, y más de 500 Asociaciones y Misiones. Un fundamento espiritual y bíblico

Es importante recordar que la organización de la Iglesia Adventista se basa en un sólido fundamento espiri­ tual y bíblico. En lugar de improvisar rápidamente un plan por conveniencia propia, los pioneros de la iglesia pidie­ ron en oración y reflexión la sabiduría divina, y mediante la clara conducción que recibieron de las Escrituras y el don profético, decidieron establecer la organización. La iglesia es en verdad una organiza­ ción espiritual, y así debe ser. Todo tiene que basarse en la Palabra de Dios y los maravillosos consejos que recibimos del Espíritu de Profecía. La iglesia es objeto de la atención suprema de Dios. Él po­ dría haber usado otros medios para dar el mensaje a los miles de millones de habitantes de la Tierra, pero ha escogido usar a su iglesia, es decir, a usted y a mí. Para lograr la misión que Dios nos ha dado, los líderes y los miembros necesitamos ser parte de un enfoque muy espiritual al estudiar la Biblia, seguir los consejos del Espíritu de Profecía,

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P A N O R A M A

M U N D I A L

orar con fervor y prestar oídos a la conducción del Espíritu Santo. Por ello son tan importantes el reavivamiento y la reforma, no solo para los miembros locales, sino también para los ministros, líderes, personal de la Asociación General, de las Divisiones, Uniones y Asociaciones. Se aplica a todos, porque todos somos pecadores al pie de la cruz. Cristo tiene que ocupar el primer y el mejor lugar. Tenemos que enfocarnos en la justicia de Cristo y nuestra sumisión a él, y entonces, su poder en nosotros hará crecer este movimiento para el tiempo del fin.

Historias de GLOW: Iluminando el mundo GLOW (por sus siglas en inglés, «Iluminando el mundo»), es una iniciativa misionera que se originó en California (Estados Unidos), pero que se está extendiendo a otras Divisiones. Se basa en la idea de que los miembros de la iglesia aprovechen toda oportunidad que se les presente para repartir folletos en forma gratuita. Los folletos se imprimen actualmente en 45 idiomas. Aquí compartimos una breve experiencia de una vida alcanzada por GLOW:

No es un fin en sí mismo

Aunque la organización es impor­ tante, necesitamos ser cuidadosos para no permitir que se convierta en un fin en sí mismo. El propósito del orden y la organización es cumplir la misión última de la iglesia de proclamar los mensajes de los tres ángeles y anunciar la segunda venida de Cristo. Todo lo que hacemos necesita ser filtrado por medio de esa perspectiva. El próximo mes analizaremos cómo funciona la iglesia hoy, y cómo podemos involucrarnos para producir cambios. Ningún miembro de iglesia debería sentirse separado o aislado de la estructura eclesiástica, como si careciera de voz. Y nadie debería sentirse intimi­ dado por un determinado cargo. Es im­ portante recordar que todos nosotros, a cualquier nivel, vivimos en una relación de siervos de la iglesia de Dios. n 1 Testimonios

para los ministros, p. 24.

2 Ibíd. 3 Ibíd., p. 26 4 Ibíd. 5 Ibíd.

Ted N.C. Wilson es

presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

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CUBA: Los padres de María estaban planeando un viaje a Cuba para visitar a su familia, por lo que ella preparó varios regalos para sus parientes. El Señor la impresionó para que incluyera un folleto de GLOW para su tía. Juntamente colocó una carta, en la que le agradeció por los buenos momentos que había pasado en su casa cuando era niña. Su primo Edgar había fallecido cuando tenía solo tres años. María le explicó a la tía no creyente que cuando Jesús regrese, devolverá los niños fallecidos a sus madres. «Le dije que imaginaba cuán terrible era el dolor de perder un hijo, pero que seguramente sería maravilloso cuando Jesús lo resucitara –contó María–. Como ella no es creyente, le pregunté a quién le gustaría que el ángel entregue a su hijito. Para mí sería un honor recibirlo». El folleto de GLOW en español se titulaba «¿Hay esperanza después de la muerte?» La madre de María le contó a su regreso que la tía lloró después de leer la carta y el folleto. Entonces tomó la decisión de asistir a la iglesia. Estas historias son compiladas por Nelson Ernst, director de GLOW de la Unión Asociación del Pacífico (Estados Unidos). Si quiere saber más sobre GLOW, visite sdaglow.org. Para ver testimonios sobre GLOW, visite vimeo.com/ user13970741.

I m a g e n

d e

R i c a r d o

C a m a c h o


S alud

mundial

Nuevas pautas para la

hipertensión Peter N. Landless y Allan R. Handysides

La enfermera me dice que tengo alta presión y que debería tratarme. No recuerdo mis registros. Me siento bien y no quiero tomar medicamentos el resto de mi vida. ¿Hay alguna otra opción? Mi madre tenía alta presión, y sufrió un accidente cerebrovascular a los sesenta años.

E

s una pregunta muy importante. Es fundamental que usted entienda el problema de la hipertensión para tomar las mejores decisiones relacionadas con su salud. La hipertensión es conocida como el «asesino silencioso». Esto se debe a que uno puede tener alta presión y no ser consciente del problema. El primer síntoma –un accidente cerebrovascular– puede ser muy severo e incapacitante, como tristemente sucedió con su ma­ dre. Su historia familia es preocupante. En la mayoría de los casos no sabemos la causa exacta de la hipertensión, pero hay pruebas de que tiene un componente genético relacionado con diversos genes. Asimismo, los factores denominados ambientales también desempeñan un papel. Entre ellos están el cigarrillo, el alcohol, la obesidad, el sedentarismo y el estrés descontrolado. ¡Tiene que conocer su presión diaria! Debería tener un registro diario de su presión arterial para saber cuándo hacer los cambios que sean necesarios. Hace poco se han revisado las pautas para el tratamiento de la hipertensión. La presión arterial se registra con dos medidas, y 120/80 mm de mercurio es lo considerado normal. La cifra mayor tiene que ver con la presión generada por la contracción del corazón cuando la sangre es bombeada a los vasos sanguíneos y circula en el cuerpo. La menor es la diastólica, y es la que man­ tiene la actividad muscular en los vasos

sanguíneos más pequeños (arteriolas). Representa la presión en el sistema vascular cuando el corazón está en la fase de descanso y está siendo llenado de sangre para la próxima contracción. La presión arterial elevada en forma continua produce esfuerzo y daño musculares, así como daños a los vasos sanguíneos y los riñones. Los vasos sanguíneos del cerebro suelen dañarse, lo que produce un accidente cerebro­ vascular (zonas de muerte cerebral de­ bido a la hipertensión sin control). Aun la arteria más grande, la aorta, puede lesionarse. Esto puede ser fatal. El diagnóstico de hipertensión suele ser hecho sobre la base de tres registros tomados en ocasiones diferentes. Esto ayuda a saber qué tratamiento se necesita. Por eso es muy importante que vuelva a la clínica para que le hagan controles y comience un tratamiento. El tratamiento se divide en dos aspectos: estilo de vida y medicación. Los cambios en el estilo de vida son fundamentales. Incluyen el ejercicio periódico, la pérdida de peso para alcanzar el peso ideal, cambios en la dieta, y la abstención de tabaco y alcohol. Se ha demostrado científicamente que una dieta rica en verduras y frutas, y baja en grasas saturadas y sal, ayuda a reducir la presión sanguínea. Al comenzar a hacer ejercicio, es importante consultar con su asesor médico para asegurarse de que usted no tiene problemas en ir incrementando la actividad física.

Hay diversos medicamentos para la hipertensión, y se aconseja seguir varios pasos en el tratamiento. Los individuos que tienen una hipertensión moderada podrían necesitar dos o más medica­ mentos. Es importante tomar fielmente los medicamentos cuando sea necesario. Es también absolutamente esencial im­ plementar cambios en el estilo de vida. El objetivo: Las nuevas pautas de la Comisión Nacional Conjunta recomiendan que en pacientes mayores de 60 años, el objetivo sea mantener la presión por debajo de 150/90. Entre los 30 y 59 años, menor a 140/90.* Aconsejamos a todos que desarro­ llen un estilo de vida saludable, tengan o no hipertensión. En caso de sufrirla, los cambios de estilo de vida, el control periódico y de ser necesario los medica­ mentos, son esenciales para prevenir las consecuencias indeseables y a menudo catastróficas de la hipertensión descontrolada. n * JAMA. doi:10.1001/jama.2013.284427. Publicado en línea el 18 de diciembre de 2013.

Peter N. Landless es cardiólogo nuclear certificado y director del Departamento de Ministerios de Salud de la Asociación General.

Allan R. Handysides es ginecólogo

certificado y exdirector del Departamento de Ministerios de Salud de la Asociación General.

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D evocional

E

n la vida, hay cosas que no podemos reparar. Por más que lo intentemos. Hay momentos que no podemos recuperar. Hay palabras que no podemos borrar o decir de otra manera. Mi esposa y yo habíamos estado casados por poco más de un año cuando decidí construir un escritorio para mí. Éramos estudiantes casados, y vivíamos en un apartamento en el Colegio Superior Helderberg (Sudáfrica), en una pequeña sala atestada por nuestra biblioteca y unas sillas, y un dormi­ torio donde apenas entraba una cama y un escritorio con una tosca computadora. Mientras estudiaba, jamás había podido aprender carpintería, pero me había hecho amigo del profesor que la enseñaba en la escuela secundaria de Helderberg. Durante el receso de verano, gentilmente dedicó tiempo a iniciarme en los misterios de este oficio. Comenzamos de cero, con simples tablas que había que cortar, cepillar y, finalmente, reducir al tamaño deseado. Durante dos semanas, dediqué ocho horas diarias para usar mis manos y aprender algo nuevo. La tarde llegaba a su fin, y ese día había trabajado más duro que otros. Estaba por terminar de usar una poderosa garlopa eléctrica. Estaba cansado, y durante una fracción de segundo perdí la concen­ tración. Mi mano resbaló de la tabla y toqué con dos dedos el filo de la garlopa. Al comienzo no me dolió, pero vi saltar la sangre en todas direcciones. Mi hermano y el carpintero me llevaron apresuradamente al hospital. Después que el cirujano limpió la zona y miró el daño, me dijo que tenía que sacarme lo que quedaba de la punta del meñique izquierdo, lo que incluía la uña y algunos fragmentos de hueso. Cuando regresé a casa esa noche, reflexioné en esa verdad: En la vida, hay cosas que no podemos reparar. El Mesías sanador

La última semana del ministerio público de Cristo comenzó con un espectáculo. La gente se agolpaba junto a los caminos que llevaban a Jerusalén. Jesús, el sanador de Galilea, estaba llegando montado en un pollino. Las multitudes exclamaban «¡Hosana!», agitaban ramas de palmera y espar­ cían sus túnicas en el camino que llevaba del Monte de los Olivos a la ciudad. Jesús era el «Hijo de David», y la profecía se estaba cumpliendo delante de los ojos de la multitud (Zac. 9:9; Sal. 118:26). Toda Jerusalén parecía convulsionada (Mat. 21:10). Los discípulos apenas podían soportar la expec­ tativa. Por fin, el Maestro ocuparía el lugar que se merecía. Jesús avanzó con decisión hacia el templo. Era la casa de su Padre (Luc. 2:49), pero el lugar estaba envuelto en el estrépito de los cambistas, los gritos de los mercaderes de animales para el sacrificio, y las miles de personas que regateaban en busca del mejor precio. El atrio exterior parecía un establo. Todos

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Por sus

llagas fuimos

curados Gerald A. Klingbeil

Ar t e :

J a m e s T i s s o t


estaban dedicados a hacer negocios, y nadie se daba cuenta de que el verdadero Cordero estaba entrando al atrio. De pronto, todos los ojos se volvieron hacia él. En un instante, Jesús dejó de ser el carpintero de Nazaret. «La divinidad fulguró a través de la humanidad, invistiendo a Cristo con una dignidad y gloria que nunca antes había manifestado», escribió Elena White.1 Imaginemos esto: mientras avanza por el atrio, Jesús cita las Escrituras (Isa. 56:7; Jer. 7:11), amplificando las voces proféticas de generaciones pasadas. La casa de oración, transformada en cueva de ladrones, se vacía con rapidez (Mat. 21:12, 13). Jesús da vuelta las mesas, las monedas se desparraman y los animales escapan de sus rediles. Nadie cuestiona la autoridad de este Hombre. Nadie puede detener al Hijo de Dios. Imagino que después que cientos de pies corrieron en retirada, cundió el silencio. Entonces, se oyeron unos pasos vacilantes. La explicación curiosa de Mateo 21:14 nos señala la verdadera misión de Jesús: «Y en el Templo se le acercaron ciegos y cojos, y los sanó». Lo más probable es que esto haya sucedido en el atrio de los gentiles. La tradición judía prohi­ bía que los discapacitados ofrecieran un sacrificio «delante del Señor». Los textos de la comunidad judía de Qumrán iban aún más allá y excluían a todos los tullidos, aun del reino mesiánico futuro.2 Los cojos, los ciegos y los sordos no podían ingresar a los atrios interiores porque eso incorporaba impurezas e imperfección al ámbito divino. Jesús no presta atención a esa idea. Su ministerio de sanidad invita a todos a la presencia del Padre. Tiene tiempo para los marginados, los enfermos, los indignos, los forasteros y los niños (Mat. 21:16). Al purificar el templo y sanar a los enfermos, Jesús señala más allá de la belleza y arquitectura imponente del edificio para enfatizar su propósito último. Los pecadores, que necesitan perdón y restauración, son redimi­ dos por el sacrificio del verdadero Cordero de Dios. Por sus llagas

Días después, las multitudes que exclamaban «¡Hosana!» comienzan a gritar «¡Crucifícale!». Tres cruces sobresalen por sobre el camino que lleva a Jerusalén. El poderoso Sanador ha muerto; la mayoría de sus discípulos ha huido, aunque algunos permanecen consternados al pie de la cruz. El Mesías descansa en el sepulcro. Sin esperanza pero llenas de determinación, algunas mujeres van hasta la tumba. Aún no lo saben, pero el cuerpo de Jesús no necesita los ungüentos que le traen. La tumba vacía las llena de aprehensión. Pero sus espe­ ranzas, sueños y expectativas renacen cuando los ángeles anuncian la resurrección de Cristo. ¿Pueden verlas corriendo de regreso a la ciudad para dar las buenas nuevas a todo el

mundo? Los símbolos sacrificiales del templo pierden su razón de ser. El verdadero Cordero de Dios ha portado las cargas de todo el mundo. ¡Y está vivo! Somos curados

De pronto, entienden el texto de Isaías 53: «Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores […]. Mas él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nues­ tros pecados […] y por sus llagas fuimos nosotros curados» (Isa. 53:4, 5). Los discípulos, y los que siguen en sus pisadas a lo largo de los siglos, finalmente lo entienden. El Sanador no solo quería restaurarles la vista, el oído o la capacidad de caminar y hablar. Más allá del problema aparente, Jesús se enfocó en el problema real. Se hizo cargo de nuestros pecados, de esos actos malos y nocivos, de esos pensamientos y motivaciones, sean pequeños o grandes. Cargó sobre sí nuestras iniquidades y «justificó a muchos» (v. 11), a todos los que, primero con turbación pero más tarde con decisión, corrieron a sus brazos abiertos para ser sanados. La mañana de la resurrección es un buen recordatorio del ministerio sanador de Cristo. Mi meñique izquierdo aún carece de uña y, en ocasiones, cuando el clima cambia, me duele un poco. Aunque es un excelente tema para iniciar un diálogo con los niños, también me recuerda la necesidad de verdadera sanidad y restauración. Al igual que el cojo, el ciego y el tullido, que corrieron hasta Jesús cuando purificó el templo, yo también sigo corriendo a sus brazos. Mi contra­ dictorio sentido de justicia necesita recordar constantemente que su sacrificio es suficiente, que el Sanador no necesita mis débiles intentos de automedicación espiritual. Y sí, mientras en esta vida existan cosas que no podemos reparar, sabemos que hay Uno que sí puede hacerlo. Su gracia es abundante. Su perdón, incondicional. Su restauración, plena. Su llamado implica entrega. Sus afirmaciones son absolutas. Su victoria, abundante. Y lo transforma todo. n 1 Elena

White, El Deseado de todas las gentes, p. 541. 2 D. A. Carson, «Matthew», en The Expositor’s Bible Commentary, ed. Frank E. Gaebelein, doce tomos (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1984), t. 8, p. 442.

Gerald A. Klingbeil es editor asociado de

Adventist World. Vive en Silver Spring (Maryland, Estados Unidos) con su esposa y sus tres hijas.

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C reencias

fundamentales

Lothar Wilhelm

Preámbulo de las creencias fundamentales

El cuadro completo Comprendamos el preámbulo de las creencias fundamentales

T

«

emed a Dios y dadle gloria». Los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis comienzan con este crucial llamado (Apoc. 14:7). La gloria de Dios es de interés central para todos los que son fieles a él durante el tiempo del fin. Pero acaso nos preguntemos: ¿Cómo dar gloria a Dios? Tenemos que dar gloria a Dios en todos los aspectos de la vida: en nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Esto se basa en el respeto por la Palabra de Dios. Los adventistas expresamos nuestra reverencia especial por las Sagradas Escrituras en el preámbulo de las creencias fundamentales, donde se describen las enseñanzas bíblicas de particular im­ portancia para el tiempo del fin.

Las Escrituras y las creencias fundamentales

La introducción a las Creencias fundamentales es muy significativa, porque en ella se afirma que solo la Biblia es la regla (el credo) de la fe y la vida.1 Aunque la Biblia contiene enseñanzas, su diversidad de historias y relatos, leyes y poesía, amonestaciones y promesas no puede ser condensada en un credo o dogma mediante el cual definir la fe. Los que aceptan toda la Biblia como la Palabra de Dios y como la única guía de fe tienen por lo tanto que reconocer la distinción entre las Sagradas Escrituras en sí, sus enseñanzas, y la comprensión de esas enseñanzas. Las Sagradas Escrituras como Palabra de Dios son in­ mutables. Aun así, una comparación de diversas versiones muestra la amplitud de significado de los diversos textos. Las verdades bíblicas son intemporales. Sin embargo, las circuns­ tancias, el pensamiento y la conducta de las personas cambian con el tiempo. Las enseñanzas bíblicas pueden por lo tanto

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satisfacer los requisitos del tiempo al tener diversos enfoques o un diferente nivel de importancia. Cuando la iglesia de Dios no se enfoca en un solo conjunto de declaraciones y exalta toda la Biblia como norma de fe, hay espacio para cambios necesarios en la comprensión de sus enseñanzas. Los adventistas del séptimo día afirman que las Sagradas Escrituras contienen importantes enseñanzas que pueden ser comprendidas, descritas y afirmadas por la iglesia. En los ar­ tículos de nuestras Creencias fundamentales se describe cómo entendemos esas enseñanzas. Sin embargo, esto no excluye nuevas perspectivas para un momento específico o formula­ ciones doctrinales más adecuadas en relación con las verdades bíblicas eternas. Por lo tanto, el texto de las Creencias fundamentales puede ser cambiado «cuando la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, sea llevada a una comprensión más completa de la verdad bíblica o encuentre palabras más adecuadas para expresar las enseñanzas de la Santa Palabra de Dios». Los credos y la historia adventista

La historia de la iglesia ilustra numerosos ejemplos donde los creyentes se vieron obligados a seguir un credo específico. Ese credo fue hecho entonces la norma de la ortodoxia. En términos prácticos, a menudo fue puesto por sobre las Escri­ turas. Los que no estaban de acuerdo con el credo podían ser excomulgados y condenados como herejes. Los pioneros adventistas conocían la historia de la iglesia, y por ello rechazaron un credo escrito fijo, sobre la base de la reverencia que sentían por la Palabra de Dios. Ya en 1847 Jaime White había escrito: «La Biblia es una revelación perfecta y completa. Es nuestra regla de fe y práctica».2


No hay excusa para que alguno tome la postura de que no hay más verdades para ser reveladas En 1861, cuando se reanudó la discusión sobre la for­ mulación de un credo en conexión con la organización de la primera Asociación General, John Loughborough publicó sus «Cinco pasos hacia la apostasía». «El primer paso hacia la apostasía es tener un credo que nos diga qué creer. El segundo, es hacer de ese credo la prueba de hermandad. El tercero, es juzgar a los miembros por ese credo. El cuarto, es denunciar como herejes a los que no aceptan ese credo. Y el quinto, comenzar a perseguir a esas personas».3 Cuando las creencias individuales llegan a ser la norma de fe, existe el peligro de que la verdad de la Biblia se vea limita­ da: podemos limitar la Palabra de Dios y olvidar que somos llamados a buscar la verdad presente. Por ello, en 1859 Elena White escribió: «No llevéis vuestro credo a la Biblia, para leer las Escrituras a la luz de ese credo. Si halláis que vuestras opinio­ nes se oponen a un claro “Así dice Jehová”, o a cualquier orden o prohibición que él haya dado, obedeced la Palabra de Dios antes que las afir­ maciones de los hombres. Que toda controversia o disputa sea resuelta con un “Escrito está”».4 Más tarde escribió: «No debemos pensar: “Bueno, tenemos toda la verdad, compren­ demos los principales pilares de la fe, y podemos descansar en ese conocimiento”. La verdad es progresiva, y debemos cami­ nar en una luz cada vez mayor».5 «No hay excusa para que alguno tome la postura de que no hay más verdades para ser reveladas, y que todas nuestras exposiciones de las Escrituras carecen de error. El hecho de que nuestro pueblo haya tenido ciertas doctrinas por verdaderas durante muchos años no es prueba de que nuestras ideas sean infalibles. La antigüedad no convertirá al error en verdad, y la verdad no tiene proble­

Preámbulo Los adventistas del séptimo día aceptan la Biblia como su único credo y sostienen que ciertas creencias fundamentales son las enseñanzas de las Sagradas Escrituras. Esas creencias, tal como se expresan a continuación, constituyen la comprensión y expresión de la Iglesia sobre las enseñanzas de las Escrituras. Estas declaraciones pueden ser revisadas en un Congreso de la Asociación General, cuando la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, sea llevada a una comprensión más completa de la verdad bíblica o encuentre palabras más adecuadas para expresar las enseñanzas de la Santa Palabra de Dios».

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mas en ser imparcial. Ninguna verdadera doctrina perderá algo como resultado de la investigación rigurosa».6 Regreso a las Escrituras

Como ninguna creencia puede ser tomada como prueba de ortodoxia en desmedro de todas las Escrituras, la Iglesia Adventista tiene una apertura que puede protegerla contra las rigideces dogmáticas y la estrechez ideológica. Eso coloca una responsabilidad especial en los líderes, los pastores y en cada creyente, porque las discusiones sobre los cambios necesarios pueden amenazar la unidad de la iglesia. Por ello, todos los creyentes son llamados a escuchar con espíritu de humildad el consejo del Espíritu de Profecía: «La Biblia y solo la Biblia, ha de ser nuestro credo, el único vínculo de unión».7 «No podemos asumir la postura de que la unidad de la iglesia consiste en ver cada texto de las Escrituras en exactamente la misma forma. La iglesia puede aprobar resolución tras resolución para acallar toda divergencia de opiniones, pero no puede forzar la mente, para así desarraigar la disensión. Esas resoluciones pueden encubrir la discordia, pero no pueden sofocarla y establecer la armonía perfecta. Nada puede perfeccionar la unidad en la iglesia aparte del espíritu paciente como el de Cristo […]. Las grandes verdades de la Palabra de Dios están expresadas con tanta claridad que nadie necesita equivocarse a la hora de comprenderlas. Cuan­ do como miembros individuales amemos a Dios por sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, no habrá necesidad de trabajosos esfuerzos para estar unidos, porque el resultado natural será la unidad en Cristo».8 n 1 También en la última versión de la Enciclopedia Adventista, esta declaración permanece sin cambios: «Los adventistas no poseen un credo formal […]. Consideran que toda la Biblia es su credo». The Seventh-day Adventist Encyclopedia (Hagerstown, MD: Review and Herald Publishing Association, 2002). 2 A Word to the Little Flock, p. 13; The Seventh-day Adventist Encyclopedia. 3 Protocolos del congreso de la Asociación General del 5 de octubre de 1861 en Battle Creek. Informe en la Review and Herald, 8 de octubre de 1862. J. Loughborough expuso más sobre estos puntos en 1907, en el libro The Church, its Organisation, Order and Discipline, en especial en el capítulo 15 titulado «Submission versus creed, power and force», pp. 76, 77. 4 Advent Review and Sabbath Herald, 13 de agosto de 1859; Ellen G. White Writings, DVD-Rom Comprehensive Research Edition, 2008. 5 Advent Review and Sabbath Herald, 25 de marzo de 1890. 6 Advent Review and Sabbath Herald, 20 de diciembre de 1892; Counsels to Writers and Editors, pp. 33, 35. 7 Advent Review and Sabbath Herald, 15 de diciembre de 1885; Mensajes selectos, t. 1, p. 487. 8 Elena White, Manuscrito 24, 1892: Manuscript Releases, t. 11, 1990 MR No. 898 – Ms. 24, 1892, pp. 1-9. The Ellen G. White 1888 Materials, t. 3, pp. 1091-1093.

Lothar Wilhelm es pastor jubilado, expresidente de Asociación y director departamental de Unión. Vive con su esposa Erika en Celle (Alemania). Durante muchos años presidió la comisión de traducción del Manual de iglesia para la División Intereuropea. Vol. 10 No. 4 | Adventist World

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N O TA D E TA PA

Derecha: FAMILIAS ENTERAS DESAPARECIERON: El doctor Jesse Tabaranza, cirujano en el Hospital Mugonero, y el pastor Josué Rusine, presidente de Ruanda Occidental, examinan los nombres de familias asesinadas durante el genocidio.

Del infierno

Claude Richli

a la

Ruanda, veinte años después «En el infierno no quedan demonios –dijo el misionero–. Todos están en Ruanda». Este fue el título de la nota de tapa de la revista Time del 16 de mayo de 1994.1 Recuerdo el escalofrío que sentí cuando miré esa portada en la primavera de ese fatídico año. Mi padre y mis amigos habían sido misioneros en la Universidad Adventista de África Central (AUCA) en Mudende, por lo que no podía ser indiferente a la situa­ ción de ese hermoso país, encerrado entre las montañas del África Central. En efecto, nadie que tuviera sangre en

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las venas podía serlo, con excepción quizá de los poderes occidentales, que apenas reaccionaron mientras el país se sumergía en un espasmo de odios tri­ bales y destrucción. ¿El resultado? Casi un millón de muertos durante cien días sangrientos conocidos simplemente como «el genocidio». Justo diez años después, durante la primera semana de abril de 2004, viajé a Mudende como parte de una delegación de la recientemente establecida División de África Centro-Oriental. Nuestra tarea consistía en dar recomendaciones sobre qué hacer con el campus totalmente en

ruinas. Me paré allí, en medio de lo que la revista Time había denominado «los campos de matanzas de Ruanda», en lo que había sido una institución adventis­ ta, en el edificio de ciencias donde más de mil personas que se habían refugiado allí fueron asesinadas a machetazos por una turba enloquecida. Treinta y dos estudiantes de la universidad habían perdido la vida. El lugar, situado en la ladera oriental de las montañas Virunga, a más de dos mil metros sobre el nivel del mar, suele estar envuelto en neblinas. Ahora, me parecía que ese lugar siempre tendría

L a s f o t o g r a f í a s p e r t e n e c e n a C l a u d e R i c h l i a m e n o s q u e f i g u r e o t r o a u t o r .


F o t o g r a f í a

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A.

S e b a h a s h y i,

AU C A

Arriba: EDIFICIO EN RUINAS: El antiguo bloque académico central en Mudende, en 2004. Siguiente: EN EL VIEJO CAMPUS: Algunos de los miembros de la comisión de estudio sobre el futuro de Mudende inspeccionan el viejo campus en 2004. De izquierda a derecha: Profesor Mutuku Mutinga con el autor, y el rector Jozsef Szilvasi. Izquierda: EL FLAMANTE CAMPUS: El bloque académico central de la Universidad Adventista de África Central cerca de Kigali.

que luchar por disipar las sombras del pasado. En efecto, parecía que el país aún no había procesado la tragedia. Un manto de pesadumbre parecía cernirse sobre el paisaje. Los campos no estaban cultivados. Tocones negros eran testigos silenciosos de los bosques arrasados. Las casas estaban en ruinas. Kigali, la capital del país, parecía aletargada: el tráfico estaba ausente. Y los por naturaleza reservados ruandeses, seguían procesando el dolor, desmo­ ralizados por pérdidas incalculables. Familias enteras habían desaparecido. ¿Podría el país, y la iglesia, que tanta

satisfacción había sentido con el cam­ pus de Mudende, procesar la tragedia y pasar del infierno a la esperanza? Poco sabía yo que Dios ya tenía los actores que llegarían a ser los arquitectos del renacimiento de la iglesia en ese país. Arquitectos de esperanza

Llegaron desde los cuatro continentes. El primero, cuyo carácter y determina­ ción había sido probado como presi­ dente de la Unión Húngara después del régimen comunista, escuchó en 2001 el llamado de Dios para ir a Ruanda. Jozsef Szilvasi, acompañado por su

esposa Suzsana, aceptó ser el nuevo rector de la universidad. En ese entonces, su oficina operaba desde un pequeño campus de Kigali llamado Gishushu. Cuando Szilvasi llegó y vio la condición patética del campus, casi toma la decisión de regresar a su país. El lugar no se parecía en nada a un campus uni­ versitario, sino más bien a una escuela primaria carente de instalaciones. La biblioteca tenía el tamaño de una sala de una casa promedio. En su oficina apenas entraba un pequeño escritorio, un estante para libros, y una silla adicional. La institución tenía solo 320

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N O TA D E TA PA FINANZAS SÓLIDAS: Angie Pagarigan, vicerrectora financiera, restauró la solidez financiera de la AUCA.

ARQUITECTO PROFESIONAL: Dominique Pagarigan, arquitecto de la AUCA, planificó y supervisó la construcción de todos los edificios.

CONSTRUCCIÓN EN PROCESO: Abel Sebahashyi, rector de la AUCA, durante la inspección de la construcción en Gishushu.

alumnos. A pesar de recibir numerosas amenazas de muerte, Szilvasi decidió quedarse, porque tenía una visión. En 2004, con parte de los doscientos mil dólares que la iglesia había obtenido como compensación por los daños causados a Mudende –cuando sirvió de campo de refugiados del Alto Comisio­ nado de las Naciones Unidas después del genocidio– Szilvasi adquirió una hermosa propiedad que la ciudad de Kigali puso a su disposición en la colina de Masoro, justo enfrente del aeropuer­ to internacional. Ese mismo año, Dios impresionó el corazón de Dominique y Angie Pagarigan, un joven matrimonio de Filipinas. Dominique era arquitecto, y Angie, gerenta financiera del Hospital Adven­ tista de Manila. Ella acompañó a su

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esposo a Ruanda para enseñar contaduría, mientras él trazaba planes sobre qué construir en la nueva propiedad. Aun­ que entonces no lo sabían, ellos, junto con los Szilvasi, habrían de establecer los cimientos de lo que llegaría a ser no solo el renacimiento de la universidad, sino también de toda la iglesia de Ruanda. El camino, sin embargo, estuvo lleno de obstáculos. La primera gran decisión fue determinar qué hacer con el campus de Mudende. El punto de inflexión

El 13 de mayo de 2004 se llevó a cabo un encuentro histórico en el hotel Novotel de Kigali. La junta directiva de la División de África Centro-Oriental llevó a cabo sus reuniones de mitad de año, y el punto más importante de la

agenda fue recibir el informe de una comisión de estudio para determinar el futuro de Mudende. Bajo el liderazgo de Mutuku Mutinga, un profesor universitario de Kenia, fue presentada la recomendación de aceptar el ofrecimiento del gobierno que quería comprar el deteriorado campus, y volcar ese dinero al nuevo campus de Masoro. Sin embargo, hubo una fuerte oposición. Muchos recordaban los «días gloriosos» de Mudende. Habían estudiado o trabajado en el lugar. Los que habían muerto allí eran sus cono­ cidos. ¿Cómo podían dar la espalda a una parte tan importante de sus vidas y de la historia de la iglesia en Ruanda? Las súplicas para que se diera otra oportunidad a Mudende se volvieron fervientes, y el tono, apasionado. Finalmente, Geoffrey Mbwana, por entonces presidente de la División y de la junta2, y un hombre dotado de mano equitativa y cabeza fría, pidió que se resumieran los argumentos y se pasara a votación. Todos aguardaron el escru­ tinio final conteniendo la respiración. Las recomendaciones de la comisión fueron aprobadas por unos pocos votos. f o t o g r a f í a : T. Tj e r a n s o n,

N O R U C


EN RÁPIDO CRECIMIENTO: Cuando esté terminada, la iglesia adventista Galilaya, en Ruhengeri, tendrá capacidad para más de dos mil personas.

El camino ahora estaba abierto para un futuro completamente nuevo. Un nuevo futuro

¡Y qué futuro es este! Ahora visito un campus transformado. El nuevo rector, Abel Sebahashyi, un ruandés que fue parte de la comisión inicial sobre el futuro de Mudende, me da la bienvenida a su espaciosa oficina con vista a un campus embellecido, poblado de edifi­ caciones que llenan de alegría a la igle­ sia. Fueron diseñadas y construidas por el arquitecto Pagarigan; por su parte, su esposa Angie cuidó meticulosamente cada detalle del financiamiento. En 2006, Angie se convirtió en la gerenta general, encargada de restaurar las bases financieras de una situación caótica. Como lo expresó Sebahashyi, «durante cuatro años, tuvo que practi­ car “arqueología”: los libros contables no eran confiables; los sistemas de contabilidad, inexistentes; el flujo de caja, escaso. Pero finalmente, pudimos ahorrar dinero y construir este hermoso campus y el nuevo campus de Gishus­ hu, sin endeudarnos». La «escuela primaria» que estaba allí fue demolida y remplazada por un gran edificio aún en construcción, con 24 salones de clase para los crecientes departamentos de Tecnología de la Información y Administración. El número de estudiantes ha pasado de 320 a 3200. Se han añadido nuevos programas a los departamentos de Educación y Teología, además de Ingeniería en Sistemas, Matemática, Economía, Geografía y Ciencias de la Salud, que incluirá Medicina.

En Ruanda,

Claude Richli

1.000 .000 de personas guardan el sábado

Son las 9.30 de este último sábado de enero en Kigali, y los caminos están prácticamente vacíos, con excepción de uno que otro policía. Mi conductor, el pastor adventista Karangwa Nephtal, me ha advertido que sería difícil llegar a la iglesia sin que nos parasen. Y de hecho, así fue. En cuestión de cinco kilómetros, nos pararon tres veces para preguntarnos siempre lo mismo: –¿Es usted adventista del séptimo día? –Así es. –Muéstrenos su credencial. Sin dudarlo, el pastor les mostró la credencial que le ha dado la iglesia, que confirma que es adventista. Si no la hubiera tenido, habría sido detenido al costado del camino hasta las 11.00. Hoy es «Umuganda», el día nacional de labores comunitarias. Una vez por mes, toda la población tiene que dedicar un sábado por la mañana al servicio voluntario para construir casas sociales o escuelas, limpiar caminos y espacios públicos, recoger desperdicios, plantar árboles y arbustos, y mejorar en general el medio ambiente. Aparte de las iglesias adventistas, todo está cerrado. Nadie, con excepción de los servicios de emergencia y los adventistas, puede andar por los caminos. Los adventistas tienen que trabajar, en cambio, el domingo por la mañana. Cuando el gobierno introdujo el programa en 2006, se le dijo a la iglesia que diera credenciales a sus miembros. En un mes, 980 mil personas solicitaron la tarjeta solo en Kigali, así como cientos de otros miles fuera de la capital. No todos ellos estaban en la nómina de miembros, pero todos afirmaban guardar el sábado. No todos asisten a la iglesia, pero han aprendido del sábado porque crecieron en una familia adventista, y se abstienen de trabajar en ese día. En el presente, la iglesia de Ruanda dice contar con «solo» 604 mil miembros. Pero sabemos que al menos el doble afirma ser adventista. Según las estadísticas del gobierno, el 11,1 por ciento de los 12 millones de habitantes del país es adventista. Eso implica que hay más de 1,3 millones de personas que guardan el sábado, lo que convierte a la región en una de las mayores concentraciones de adventistas del mundo.

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N O TA D E TA PA

NUEVA SEDE: La nueva sede de la Unión Misión de Ruanda, en pleno proceso de construcción, en Kigali.

Desarrollos futuros

Hace pocos meses, Sebahashyi y Ndahayo Claver, el actual vicerrector académico, fueron citados por el Minis­ tro de Educación del país. Después de felicitarlos por su trabajo y agradecerles por la educación de calidad que brinda la universidad, hizo un pedido en nom­ bre del gobierno. Les solicitó que hagan planes de comenzar la primera Facultad de Medicina en Ruanda. El gobierno ayudaría ofreciendo pasantías, becas y otros respaldos. Aún hay que recolectar cuatro millones de dólares, pero los planes siguen adelante para abrir las puertas a la primera cohorte de 45 estudiantes en septiembre de 2015. Otro arquitecto

«El renacimiento de la universidad fue el renacimiento de la iglesia», dice Hesron Byilingiro, un hombre humilde a pesar de tener impecables credenciales

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académicas. Byilingiro nació en Ruanda pero estudió muchos años en Estados Unidos. Posee dos Maestrías (Teología y Administración) y un Doctorado en Ministerio, los tres de la Universidad Andrews, en Míchigan. Podría haber tenido un futuro brillante en cualquier lado. En su lugar, a diferencia de muchos otros, juntamente con su esposa Anna escogieron regresar en 2003 a su país natal, donde Hesron asumió como tesorero asociado de la Unión. Pasó sus dos primeros años estableciendo sistemas y procedimientos que le garan­ tizaran a la iglesia un futuro financiero saludable. En 2005, se convirtió en pre­ sidente de la Unión Misión de Ruanda. Al finalizar una tarde soleada en Kigali, lo acompañé hasta un edificio en construcción. Tiene nueve pisos y subi­ mos al techo, desde donde percibí que está rodeado de embajadas y a solo una cuadra del centro de Kigali. Estas serán


ROSTROS DEL MAÑANA: Los niños del campus de la escuela adventista en Ruhengeri pueden aguardar un futuro brillante en un país renovado.

las nuevas oficinas administrativas de la iglesia en Ruanda. Varias oficinas se alquilarán de manera que se generarán ingresos para desarrollos futuros: es­cue­las que serán el semillero de la universidad, clínicas para dar salud a la población, e iglesias. Cuando Byilingiro analiza los planes, este individuo de hablar suave se torna inusualmente animado. Cuenta de Gitarama, en el centro del país, donde se construyeron nuevas oficinas para tener mayor presencia. «Pero eso no fue sufi­ ciente –dice–. Dijimos: agreguemos una escuela secundaria, para influir en la mente de los jóvenes. Y ahora, ya hemos completado 24 salones de clase». Tam­ bién hay dos residencias estudiantiles con capacidad para ochocientos niños. «Queremos que los niños conozcan nuestra doctrina y misión –explica Byilingiro–. Entonces, supimos que se vendía un terreno. Así es que nos apresu­ ramos a comprar esa tierra. Hablé con el alcalde y le dije que la universidad la usa­ rá como una extensión de la institución». »Pagarigan ya ha trazado el plan maestro. Por ello, cuando tengamos esa sede universitaria –la escuela secundaria

y la sede de la Misión– puedo anticipar que la presencia de la iglesia en la ciudad será muy fuerte». En un recorrido por el país, Byilingiro me muestra la nueva escuela de enfer­ mería, junto al hospital adventista de Mugonero, listo para ser ocupado tan pronto como el gobierno lo certifique. En Gisenyi, cerca de la frontera con la República Democrática del Congo, me muestra las nuevas oficinas, así como una gran escuela secundaria. Es una propiedad bien ubicada que fue adquirida con la ayuda de un laico y cuenta con un depósito que había sido alquilado por una congregación de otra denominación. Cuando los miembros se enteraron de que los adventistas habían adquirido la propiedad, algunos se molestaron, pero otros quisieron conocer las enseñanzas de la iglesia. Al fin de una campaña de evangelización en las instalaciones, 140 personas pidieron el bautismo y se unieron a la iglesia. Ahora, en el lugar funciona una congregación floreciente. En Ruhengeri, nos detenemos a visi­ tar la iglesia de Galilaya, organizada hace solo un año. Tiene 324 miembros, pero

planea llegar a dos mil en pocos años. La construcción de un nuevo edificio está bien avanzada. En la misma ciudad, se están construyendo dos iglesias más, con capacidad para al menos dos mil perso­ nas; y se están dando los últimos retoques a una escuela para 1400 estudiantes. Gerard Karasira, graduado de la uni­ versidad y ahora presidente de la iglesia en Ruanda Septentrional, me recibe y me muestra las nuevas oficinas. Es un moderno edificio de tres pisos que cuenta con su propio servidor y sistema contable SunPlus, en conexión con la Unión y la Asociación General. En abril de 2014, se cumplirán exac­ tamente veinte años desde el genocidio; el contraste es grande. Entonces, el odio casi destruyó por completo el país. Hoy día, la nación progresa, y la iglesia también. La población ha aprendido a perdonarse y a trabajar en forma conjunta. La corrupción ha disminuido, se ha restaurado la ley y el orden, y se ha reconstruido la disciplina.3 El país realmente funciona. Está llegando a ser un modelo para África. Y dentro de Ruanda, la iglesia se está convirtiendo en fuente de inspiración, fortaleza espiritual y desarrollo intelectual. n 1 Véase también «Why? The Killing Fields of Rwanda», Revista TIME, http://content.time.com/time/magazine/article/ 0,9171,980750,00.html#ixzz2rUsszqKi. 2 Geoffrey Mbwana es ahora uno de los vicepresidentes generales de la Asociación General en Silver Spring (Maryland, Estados Unidos), función que ejerce desde 2010. 3 Véase el recuadro.

Claude Richli es editor ejecutivo asociado de Adventist World.

Vol. 10 No. 4 | Adventist World

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D escu b rir

el

D on

de

L

a reciente publicación de la Encyclopedia Elena White (en inglés*) representa aproximadamente trece años de sueños, planificación y trabajo. La obra se apresta a ser uno de los recursos más útiles sobre Elena White, a la vez que historia y teología adventistas.

P rofec í a

de salud, y cofundadora de la Iglesia Adventista –actualmente con unos veinte millones de adherentes adultos en el mundo– sigue siendo desconoci­ da para el público en general. Knight imaginó el libro como la obra de referencia por excelencia sobre Elena White, escrita para eruditos, estudiantes, laicos y el público en general. La imaginó dividida en dos grandes secciones: artículos generales y entradas alfabéticas, con artículos firmados y revisados por pares. Ade­ más, pensó añadirles bibliografías que

La

Al establecer prioridades, se dio cuenta de que la Enciclopedia Elena White sería mayormente un volumen editado, donde gran parte del trabajo sería delegado a otros. En noviembre de 2000, nos consultó si estábamos dispuestos a coeditar la obra. Ofreció ser editor consultor, pero prefería delegarnos responsabilidades editoriales –conseguir autores, editar sus escritos, elegir una publicadora– hasta la concreción final del proyecto. Aceptamos de buena gana, sin darnos cuenta cuánto esfuerzo y tiempo demandaría.

Denis Fortin y Jerry Moon

nciclope EElena White Un nuevo recurso para la

Breve historia del proyecto

George Knight comenzó el pro­ yecto a fines de 1990. En ese entonces, Knight era profesor de Historia Ecle­ siástica en la Universidad Andrews, en Berrien Springs (Míchigan). Cierto día leyó un aviso sobre la Enciclopedia C. S. Lewis e imaginó preparar una obra similar sobre Elena White, una destacada mujer del siglo XIX. A pesar de las miles de páginas publicadas por ella y sobre ella, no existía una fuente abarcadora a la cual recurrir para acceder fácilmente a información espe­ cífica. A pesar que Elena White fue una escritora prolífica, exitosa reformadora

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remitieran –de ser posible– a especia­ listas en cada tema. También consideró importante que el lenguaje usado fuera accesible para el público en general. Al analizar los índices y contenidos de las obras existentes sobre White y la historia adventista, Knight comenzó una lista tentativa de los artículos necesarios. Promovió la idea con los líderes de la casa publicadora Review and Herald y se aseguró la cooperación del Patrimonio White. Ese era el estado del proyecto a principios del 2000. Pero Knight se acercaba a la jubilación y vio que tenía demasiados libros que escribir o editar.

Este volumen no solo ha sido escrito por expertos en el área, sino también revisado por personas desde diversas perspectivas… una visión equilibrada de los consejos de Elena White. Llevó 14 años y la colaboración de casi 200 expertos, que escribieron siete artículos principales y unos 1300 artículos breves . –George Knight, extraído de un folleto de promoción de la obra.


Desde el comienzo, el propósito fue brindar una referencia fácil de usar y entender para una persona que careciera de conocimientos previos, pero que resultara al mismo tiempo informativa y útil para los especialistas. La enciclopedia, que fue escrita por unos doscientos autores de todo el mundo, no solo ofrece una guía conci­ sa pero comprensiva de los abundantes recursos ya publicados sobre Elena White, sino que presenta una cantidad considerable de investigaciones nuevas. Los lectores hallarán información con­ fiable, a menudo presentada desde una nueva perspectiva. Para garantizar la exac­ titud de los datos presentados, todo el manuscrito fue analizado y criticado por destacados estu­ diosos, revisado adicionalmente por los editores, y finalmente editado una vez más por la Review and Herald. Una obra de esta magnitud no podría haberse hecho realidad sin el apoyo y la ayuda de muchas personas: numerosos autores, personal editorial y de secretaría, asistentes de posgrado de la Universidad Andrews, y colegas de diversos centros de investigación, incluidos el Centro de Investigación Adventista de la Universidad Andrews, y el Patrimonio White y la Secretaría de Archivos y Estadísticas de la sede central de la Asociación General en Silver Spring (Maryland, Estados Unidos). El personal editorial de la Review and Herald contribuyó significativamente gracias a su pericia, a la vez que dando apoyo y ánimo a lo largo de todo el proyecto.

dia iglesia

Cómo usar la enciclopedia

La Enciclopedia Elena White está organizada en tres grandes secciones, que el lector puede distinguir fácil­ mente. La primera abarca artículos introductorios sobre Elena White, que incluyen la historia de su vida, los principales temas de sus escritos, los principios de interpretación, los recur­ sos de investigación, su teología, y una bibliografía de fuentes secundarias. La primera sección presenta los artículos más extensos en una sola columna, con notas finales. La segunda sección es la biográfica, que incluye las personas con las cuales White interactuó, intercambió corres­ pondencia, o de quienes escribió. En la sección temática se encuentran unas pocas figuras históricas que no fueron sus contemporáneos, tales como Martín Lutero y Juan Calvino, junto con un segmento sobre su relación teológica con Elena White. Los artícu­ los son más breves y hay numerosas fotografías. La tercera sección, y la más extensa, contiene artículos sobre una diversi­ dad de temas, que varían en extensión (desde menos de cien palabras hasta algunos miles). En orden alfabético y en formato de doble columna, se incluyen entradas sobre temas o enseñanzas de Elena White, libros que escribió, eventos y lugares históricos, e instituciones con las que se relacionó. Cada artículo de las secciones biográficas o temáticas está ordenado alfabéticamente por un encabezado en negrita. Dentro de cada uno, se dan las referencias entre paréntesis, usando abreviaturas estándares de los escritos de Elena White. Los asteriscos (*) identifican temas o individuos sobre los cuales existe un artículo separado. Algunos artículos también incluyen referencias cruzadas con un «Véase también». Y cada uno concluye con el nombre del autor. Los artículos sin firmar pertenecen a los editores. La

Elena White ha sido la persona más influyente de la historia adventista, y aun así, existe mucha información errónea sobre lo que escribió y la razón de hacerlo… Este libro es para personas que quieren obtener una mejor comprensión de su vida y obra . –George Knight, extraído de un folleto de promoción de la obra.

mayoría de los artículos sin firmar de la sección biográfica pertenecen al editor asistente Michael Campbell, profesor asistente de Estudios Históricos y Teológicos del Instituto Adventista Internacional de Estudios Avanzados de las Filipinas. Además de brindar acceso directo a una vasta cantidad de información sobre Elena White, esperamos que esta sistematización del conocimiento actual estimule un renovado interés e investigaciones sobre esta influyente líder y escritora religiosa del siglo XIX. n * La versión en español llevará cierto tiempo, pero ya está encaminada.

Denis Fortin y Jerry Moon son profesores de Teología en el Seminario Teológico Adventista de la Universidad Andrews. Vol. 10 No. 4 | Adventist World

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La

historia adventista

Geoffrey Mbwana

Pat r i m o n i o

W h i t e

la División de África C e n t r o - Or i e n t a l

L. R. Conradi

Como una de

semilla mostaza Los adventistas en la División de África

E

l crecimiento de la Iglesia Adventista en la División de África CentroOriental, que incluye once países de las regiones oriental y central del continente, ilustra el poder del evangelio de Jesucristo, según se expresa en la parábola del grano de mostaza. Según Jesús, «después de sembrado crece y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra» (Mar. 4:32). Para fines del año 2013, la Iglesia Adventista en esta región llegó a 2.648.520 miembros bautizados, que se congregan en más de 11.549 iglesias a cargo de 2090 ministros ordenados. La proporción de un pastor por cada 1257 miembros bautizados ha llevado a que los líderes movilicen, capaciten y equi­ pen a los laicos para que participen con entusiasmo en la misión de Jesucristo. Más de quinientos mil estudiantes asisten a más de dos mil escuelas, cole­ gios y universidades adventistas, entre las acreditadas por la denominación y los gobiernos. La gente ha recibido

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con gran aprecio los servicios de salud que ofrece la iglesia en seis hospitales y ciento treinta clínicas rurales. Cada año, un ejército de más de seis mil col­ portores distribuye en la región grandes volúmenes de salud y publicaciones religiosas. El Santo Espíritu de Dios está ciertamente obrando en la vida de los creyentes de esta región del mundo. El comienzo de la obra

En el rico suelo africano de las religiones tradicionales, que enfatizan la veneración a los ancestros, los espíritus y la superstición, la semilla del mensaje adventista fue sembrada hacia fines del siglo XIX. Los primeros adventistas llegaron al continente desde los cuatro puntos cardinales. La puerta de entrada oriental a este gigante pero por entonces desconocido continente fue Tanganica (en la actualidad, Tanzania). La Iglesia Adventista de Alemania era el grupo adventista más fuerte del siglo XIX. Su dinámico líder, L. Conradi, inició y mantuvo una sólida obra misionera en diversas partes del mundo.

Dado que el Imperio Alemán había adquirido una colonia en África Orien­ tal, los adventistas germanos enviaron misioneros a lo que se conocía entonces como el África Oriental Alemana, que incluía lo que hoy en día es Tanzania, Ruanda y Burundi. Conradi recolectó cinco mil dólares para enviar los primeros misioneros a la región. El dinero provino de contribu­ ciones individuales de los miembros de Europa y Estados Unidos, así como de algunas instituciones de la iglesia. El 22 de octubre de 1902, Conradi presentó una solicitud al gobierno alemán para enviar misioneros a Tanganica. En diciembre del mismo año, Gustav Adolf von Gotzen, por entonces gobernador de África Oriental Alemana, se encon­ traba de vacaciones en Alemania. Con­ radi fue a hablar con él y pronto recibió una respuesta favorable. Primeros misioneros

Abraham Enns, un jardinero con preparación ministerial, y Johannes Ehlers, un impresor que trabajaba


Centro-Oriental para la Iglesia Adventista de Alemania, fueron designados como los primeros misioneros. El 22 de octubre de 1903, los dos abordaron un buque de vapor llamado «General» en dirección a África Oriental, dejando tras sí a Rosa, la espo­ sa de Ehlers, y a la prometida de Enns. Para ahorrar, viajaron en tercera clase. La intención original era iniciar la obra cerca del Lago Victoria en el norte de Tanganica, esperando trasladarse por el lago para tener fácil acceso a las esta­ ciones misioneras. Pero al llegar a Dar es-Salam (ahora la capital financiera y ciudad más grande de Tanzania) el 9 de noviembre de 1903, fueron invitados a cenar con el gobernador, quien les dijo que fueran al noreste de Tanzania. El 25 de noviembre, enviaron un telegrama a la iglesia de Alemania informando que ha­ bían establecido el primer centro misio­ nero en el sur de los montes Pare, para el grupo étnico de los wapare. Se instalaron en un hermoso valle al que denominaron «Friedenstal» (Valle de paz). Los nuevos misioneros hicieron mucho más que predicar: iniciaron

escuelas y clínicas. Las escuelas atra­ jeron a un importante número de estudiantes wapares, aunque algunos líderes se oponían a ello. La filosofía educativa adventista, que enfatizaba la importancia del trabajo manual y la industria, recibió muchas felicitaciones de parte del gobierno. En Kihuro, una de las escuelas, los alumnos cultivaron y cosecharon al año siguiente casi cinco mil kilos de algodón, por el que obtuvieron seis­ cientos dólares. El gobernador visitó la escuela y donó libros por ciento cincuenta dólares, expresando en una carta: «He notado con satisfacción la eficiencia y el progreso de la escuela misionera de Kihurio». Los primeros seis conversos wapares fueron bautizados recién el 4 de abril de 1908. De entre ellos se capacitó a obreros ministeriales y maestros. A medida que la obra crecía, los misio­ neros extranjeros, acompañados de los wapares, viajaron a regiones cercanas al Lago Victoria, en las zonas de Mwanza y Mara, donde abrieron otros centros misioneros, escuelas y clínicas. Cuando comenzaron las guerras mundiales, la obra de la iglesia se vio seriamente interrumpida. Varios misio­ neros alemanes y conversos perdieron la vida; otros fueron reclutados por el ejército. Al concluir la guerra la mayo­ ría de los misioneros alemanes fueron encarcelados u obligados a dejar el país, porque los británicos asumieron el control de la región. La transición del gobierno alemán al británico, hizo que las jóvenes instituciones quedaran sin misioneros extranjeros. Muchas de las institu­ ciones sufrieron destrucciones. Sin embargo, los conversos africanos continuaron la tarea. De las veintiséis escuelas que iniciaron los alemanes, quince continuaron operando durante la guerra. Se mantuvieron los edificios

e instituciones gracias a individuos que habían estudiado en esas mismas escue­ las. Los conversos wapares continuaron la obra de enseñar y predicar sin salario alguno. La gente del lugar apreciaba mucho sus servicios. «Los maestros wapares trabajaron aun mejor que los mismos misioneros. Nos mostraron amor, y hasta compartían sus ropas con nosotros», dijo un destacado líder del gobierno que recibió sus servicios. Aun­ que la guerra culminó en 1918, durante mucho tiempo fue imposible volver a enviar misioneros. Para 1922, la iglesia de Tanganica tenía 266 miembros bautizados, dieci­ séis estaciones misioneras, seis iglesias y cuarenta y tres escuelas con 2370 estudiantes. Aunque la iglesia continuó enfrentando inmensos desafíos durante y después de la Segunda Guerra Mun­ dial, la obra no se detuvo. Para 1960, la iglesia había comenzado 176 escuelas en las regiones septentrionales del país. Para diciembre de 2013, Tanzania informó 477.273 miembros bautizados, con escuelas, una universidad, cuarenta y cinco clínicas, un hospital, y un nuevo hospital más espacioso en proceso de construcción. Debido a su rápido cre­ cimiento, la obra ha sido organizada en dos unidades administrativas: la Unión Asociación del Norte de Tanzania y la Unión Misión del Sur de Tanzania. En verdad, el reino de Dios es como una semilla de mostaza. Sigamos sembrando entonces el evangelio de Jesucristo. n

Geoffrey Mbwana es uno de los vicepresidentes de la Asociación General de la Iglesia Adventista, y expresidente de la División de África Centro-Oriental. Vol. 10 No. 4 | Adventist World

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R espuestas

a

pre g untas

b í b licas

¿Quién tiene ¿Por qué dice Pablo que el pecado entró al mundo por Adán, cuando en realidad Eva fue la primera en pecar?

La participa­ ción de Eva en la entrada del pecado al mundo ha sido motivo de discusión desde la antigüe­ dad. Las publicaciones judías tienden a ignorar su papel, aunque en ocasiones la acusan del problema del pecado. También hallamos la idea de que Adán fue culpa­ ble de su transgresión y, por ello, responsable por la entrada del pecado. Hoy día, la explicación más común es que en la teología paulina, Adán representa a la raza humana y, por ello, su conducta afectó a todos. Analizaré algunas evidencias bíblicas, la naturaleza del pecado de Adán, y entonces daré sugerencias adicionales para que usted estudie el tema. 1. Adán y Eva: Eva es mencionada en solo dos pasajes del Nuevo Testamento: 2 Corintios 11:3 y 1 Timoteo 2:13, 14. Pablo dice a los corintios: «Temo que, así como la serpiente con su astucia engañó [exapataō, «llevar a que alguien acepte falsas ideas»] a Eva, vuestros sentidos sean también de alguna manera extraviados [phzeirō, «arruinados, corrompidos»] de la sincera fidelidad a Cristo» (2 Cor. 11:3). Los falsos maestros son como la serpiente, y los creyentes podrían ser como Eva. No deberían seguir el ejemplo de ella. Su pecado consistió en dejarse apartar de su compromiso con Dios. Esto produjo su corrupción interna. Su pecado no fue inevitable y, por lo tanto, tuvo que responsabilizarse de él. En 1 Timoteo 2:13, 14, Pablo ilustra el peligro de escuchar a falsos maestros refiriéndose a la experiencia de Eva. Cuando fueron creados, Adán fue creado primero y Eva después. Pero Eva fue «engañada» (apataō, «engañar», «confundir»). Se contrasta la prioridad en la creación con la primacía en pecar para indicar que el engaño no es inevitable. Adán no fue engañado, por lo que Eva no tenía por qué pecar. Por ello, el engaño que sufrió, y en este caso el de los efesios, son inexcusables. 2. El pecado de Adán: A pesar de que se afirma el pecado de Eva, Pablo afirma que el «pecado» (hamartia, «pecado», «maldad») vino al mundo por Adán (Rom. 5:12). Su pecado es llamado una «ofensa» (vers. 15; paraptoma, «delito»), porque comió del fruto, y un acto de «desobediencia»

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la

culpa?

(vers. 19, parakoē, «indisposición de escuchar»), porque violó una orden divina. Pero el pecado que entró en el mundo no es el mismo que el pecado cometido por Adán. Pablo perso­ nifica el pecado como un poder maligno que, como resultado del pecado de Adán, entró al mundo para regir con poder mortal (6:12). Por ello, Pablo usa a Adán para designar la condición natural de la raza humana: en la condición adánica caída de la raza humana, todos perecerán (1 Cor. 15:21), pero en el nuevo Adán, todos hallarán la vida. El contraste es signi­ ficativo: En Adán, la vida culmina en la muerte, mientras que la muerte de Cristo termina en vida mediante la resurrección. La vida natural, representada por la de Adán, perecerá, mientras que el poder vivificador de Cristo trae nueva vida (vers. 44-49). Al mal que vino al mundo se opone Cristo, que vino del cielo para derrotarlo. 3. Adán y el dominio: Las ideas de Pablo se basan en Génesis 1:28 (Rom. 6:16; 8:18-23). Aquí dejo una sugerencia para considerar: Según el Génesis, Dios encomendó el dominio del planeta tanto a Adán como a Eva. Para que el pecado domine el mundo, era necesario que ambos some­ tieran el dominio que tenían sobre él. El pecado de Eva no alcanzó para que se perdiera ese dominio. Mientras uno de ellos permaneciera fiel al Señor, el pecado y el mal no podrían haber ejercido dominio sobre el mundo. Aunque Eva pecó primero, solo cuando Adán pecó, el pecado/el mal entró al mundo y lo esclavizó. Los resultados de la transgresión de Adán fueron en cierta manera más serios que los de Eva. Pablo está en lo cierto al afirmar que el pecado es un poder dominante que entró al mundo por Adán. Pero gracias sean dadas a Dios por el Nuevo Adán, Cristo Jesús, quien nos libra del poder esclavizador del pecado (Rom. 6:8-11), y quien finalmente liberará a la misma creación (Rom. 8:18-23). n

Ángel Manuel Rodríguez fue director del Instituto de Investigaciones Bíblicas hasta su reciente jubilación.


E studio

b í b lico

Enr i c o

C a cc i a

La

única esperanza de Laodicea Mark A. Finley

L

a antigua ciudad de Laodicea estaba a unos 160 kilómetros de Éfeso, en un cruce muy transitado de los cuatro puntos cardinales. La ciudad era un gran centro comercial, bancario, educacional y médico. Cuando Cicerón viajó por la zona, cobró sus cartas de crédito en Laodicea. En el año 61 d.C., un sismo devastó la ciudad, y aunque Roma ofreció ayuda para reconstruir sus ruinas, los independientes y orgullosos habitantes de Laodicea se negaron. Prefirieron reconstruirla por su cuenta. Laodicea era una ciudad rica y sofisticada. Es evidente que en esta atmósfera de dinero y materialismo, los creyentes cayeron en la tibieza. No renunciaron a su fe; pero ya no sentían pasión por ella. No estaba muertos espiritualmente, sino dormidos. La carta a la iglesia de Laodicea es un llamado sincero a incorporar una renovada experiencia espiritual.

1 Lea Apocalipsis 3:14. ¿Qué tres títulos de Jesús usó el apóstol Juan para presentar el mensaje a Laodicea? Los tres títulos utilizados son significativos. Laodicea es la última de las siete iglesias. Jesús es el «Amén», con un mensaje final para la iglesia antes de su regreso. Es el «testigo fiel y verdadero», que conoce los secretos más profundos de nues­ tros corazones, pero jamás nos abandonará. Él es fiel cuando nosotros somos infieles. Es el «Principio de la creación de Dios». Esta expresión puede resultar un poco confusa. No significa que Jesús fue creado en primer lugar. La palabra original para «Principio» puede ser traducida como «el que comenzó, o el iniciador de». Jesús es el iniciador de toda la creación. El todopoderoso Cristo de la creación habla a los laodi­ censes, prometiéndoles obrar el milagro de la recreación en sus vidas y alentar en ellos una nueva vida espiritual.

2

Lea Apocalipsis 3:15-17. ¿Cuál es el diagnóstico espiritual que hace Jesús de Laodicea? Los creyentes de Laodicea no son fríos ni calientes, sino tibios. ¡Qué símbolo apropiado! La ciudad de Hierápolis estaba a solo unos diez kilómetros, y desde allí, manantiales de agua caliente fluían hasta Laodicea por un sistema de acueductos. Al llegar, el agua estaba tibia. Los habitantes de Laodicea no habían recha­ zado a Jesús ni se habían rebelado contra sus enseñanzas, pero se mostraban complacientes, apáticos y despreocupados.

3

¿Cómo veía la iglesia de Laodicea su condición espiritual? ¿En qué difería su visión de la de Jesús? Lea Apocalipsis 3:17. La percepción de nuestra propia condición ante Dios difiere de la realidad. Podemos vernos como justos y santos. Pero Dios, que conoce el corazón, ve algo completamente diferente.

4 ¿Cómo describe la Biblia la naturaleza humana separada de la justicia de Cristo? Lea Isaías 64:6; Jeremías 17:9; Romanos 3:10, 11, 23. 5 ¿Qué consejo le da Jesús a la iglesia de Laodicea? Apocalipsis 3:18. Los creyentes afirmaban ser religiosos, pero no lograban en­ tender la esencia de la verdadera espiritualidad (Juan 9:39-41). Según las propias declaraciones de Jesús en Lucas 4:18, él vino a dar «vista a los ciegos». El apóstol Pablo oró para que el Espíritu Santo diera a la iglesia «espíritu de sabiduría», para que los ojos del entendimiento fueran abiertos (Efe. 1:17, 18). Solo el Espíritu Santo puede darnos el discernimiento espiri­ tual para entender nuestra verdadera condición ante Dios y aceptar su justicia por fe.

6 Lea Apocalipsis 3:19. ¿Por qué Jesús dio este mensaje de fuerte amonestación a su pueblo? 7 Lea Apocalipsis 3:20, 21. ¿Qué anhela hacer Jesús, y cuál es su promesa? Jesús anhela tener una comunión estrecha con nosotros. En el hermoso simbolismo de una cena en Oriente Medio, Jesús se muestra a sí mismo sentado con nosotros a la mesa, com­ partiendo nuestra conversación, escuchando nuestros anhelos y animándonos. Esos momentos especiales con Jesús son demasiado buenos como para perdérnoslos. Los que entran en esta comunión, tendrán el gozo de sentarse con él en su trono y de regocijarse con él por la eternidad. n

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INTERCAMBIO DE IDEAS Por el contrario, se dedicó a “lo más importante de la Ley”: a la justicia, la igualdad, la misericordia, la inclusión y el amor.

Cartas La misión en Australia

Gracias por los informes de Sandra Blackmer sobre la obra de la iglesia en Australia, titulados «El servicio que realmente importa», y «Salud y esperanza para todos» (Febrero 2014). Gratifica leer cómo los adventistas están dedicados a alcanzar a una de las sociedades más seculares del mundo. Me pregunto por qué muchos de nosotros aún no estamos dando pasos definidos y deliberados para alcanzar a los miembros de nuestras comunidades con programas prácticos que informen, ayuden e inspiren. Acaso estos artículos nos animen a dejar de lado las excusas y usar los talentos que Dios nos ha dado con ese propósito. Jan Smith H ermosa Beach, California, Estados Unidos Encuentros transformadores

En relación con «Encuentros transfor­ madores» (Febrero 2014), celebro que

Pedidos y

–Keisha Welsh, Dagenham, Londres, Inglaterra

Frauke Gyuroka tuvo el valor de hacer la fundamental pregunta: «¿Qué hace que tengamos un estilo de vida cristiano?» Sigue una sección que parece indicar que lo que comemos y vestimos son criterios con los cuales responder esa pregunta. No obstante, como señala correc­ tamente Gyuroka, la norma real de la validez de nuestra experiencia cristiana es hasta qué punto nos hace semejantes a Cristo. Jesús dijo muy poco sobre la dieta y la vestimenta, más allá de reprender a los fariseos por su preocu­ pación con ellas. Por el contrario, se dedicó a «lo más importante de la Ley»: a la justicia, la igualdad, la misericordia, la inclusión y el amor. Si la iglesia demostrara hoy con más claridad estas últimas características, probablemente tendríamos mayor cre­ dibilidad ante la sociedad. Keisha Welsh Dagenham, Londres, Inglaterra Idea misionera para posmodernos

Leí el informe de Claude Richli titulado «Conferencia en Montenegro examina cómo alcanzar a los posmodernos» (Enero 2014). Tengo una idea de cómo alcanzar a los europeos. Muchos aquí piensan en hacer el bien, comer sano y

ayudar a detener el cambio climático. En todos los periódicos se puede leer sobre proyectos ecológicos; la salud y el medioambiente son temas importantes. ¿Y si incorporamos esto en la iglesia? Si nuestros predicadores de Europa incorpo­ raran esos temas, la gente se vería influida positivamente para usar, por ejemplo, el transporte público. Es una manera de ser cristianos auténticos, ayudando a la población del planeta. El segundo efecto positivo sería que los adventistas podrían testificar a los que encuentran en los trenes u otros transportes públicos. Werner Prandstätter Austria Floyd Morris, presidente del Senado de Jamaica

Me inspiró mucho el informe sobre Floyd Morris («En Jamaica, adventista ciego es nuevo presidente del Senado», Agosto 2013), quien hizo historia al ser el primer discapacitado visual en ser presidente del Senado de Jamaica. En los anales de la historia, muchas veces personas fieles a Dios fueron elegi­ das para puestos sensibles de gobierno. José, el hijo de Jacob, estuvo preso por un delito que no cometió, pero fue designa­ do primer ministro de Egipto y segundo del monarca. Daniel el profeta cumplió

agradecimientos

Estamos pasando por problemas fami­ liares muy serios. Mi esposa detesta a los adventistas, y parece que estamos luchando con demonios reales en nues­ tro hogar. Oren por favor por nosotros. Dios nos ayudará. Dan, Noruega

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Por favor, oren por mi liberación. Me siento muy avergonzado de algunas cosas de mi pasado. Pierre, Canadá

Les pido que oren por favor por este momento en que tenemos que decidir cómo cuidar mejor de nuestra madre anciana. Ann, Estados Unidos

Oren por favor por mi matrimonio y por mi suegra. Oren para que yo demuestre un corazón perdonador. Awino, Kenia

Por favor, oren para que apruebe las entre­ vistas de evaluación en mi nuevo colegio. Masereka, Uganda


tres períodos durante décadas de buen gobierno, gracias a sus valores éticos piadosos y su excelente desempeño. Morris se encuentra en una posición única. Sus desafíos no son impedimento para gobernar, y creo que inspiran a otros discapacitados y también a los que no lo son. El informe fortaleció mi fe en el enorme poder e infinito amor de nuestro Padre celestial. Larry R. Valorozo Holanda

¿En qué

lugardel

mund

se encuentra?

Hermosa revista

Corrección

Michael Sokupa, el autor de «Sendas misioneras» (Febrero 2014), apareció erróneamente en algunas ediciones internacionales de Adventist World con un título que no le corresponde. Sokupa es en realidad profesor de Nuevo Testa­ mento e Historia de la Iglesia, y director del Centro White del Colegio Superior Helderberg. Nos disculpamos por el error. –Los editores Pautas para las cartas: Envíelas por favor a letters@ adventistworld.org. Las cartas tienen que ser claras, con una extensión máxima de cien palabras. Incluya el nombre del artículo y la fecha de publicación. Coloque también su nombre, el pueblo o ciudad, el estado o provincia y el país desde donde nos escribe. Los envíos serán editados por razones de espacio y claridad. No todas las cartas serán publicadas.

Tengo un amigo de muchos años que aparentemente necesita un trasplante de corazón. Oren por favor para que se sane, y para que Dios haga lo que es mejor. Carol, Estados Unidos Soy estudiante de medicina. Oren por favor para que Dios me ayude en los

RESPOSTA: En Mugonero, en Ruanda occidental. El Museo del Genocidio se encuentra a la derecha, y las oficinas del campo eclesiástico a la izquierda. En el fondo, el hospital y la nueva escuela de enfermería.

Felicitaciones por tan hermosa revista. Adventist World nos alienta, nos man­ tiene informados y nos inspira. El Espíritu Santo ciertamente la usa para incrementar nuestra fe, la que «ha sido dada una vez a los santos». Que Dios los bendiga. Miguel Augusto Rivas Guayaquil, Ecuador

Revividos por la Palabra Un viaje juntos explorando toda la Biblia Dios nos habla mediante su Palabra. Únase a otros creyentes de más de 180 países que están leyendo un capítulo de la Biblia por día. Para descargar la Guía de lectura diaria de la Biblia, visite RevivedbyHisWord.org, o apúntese para recibir el capítulo diario de la Biblia por correo electrónico. Para participar de esta iniciativa, comience aquí: 1º De mayo de 2014 • Isaías 66

años de estudio que me faltan y que también me use para servir con su amor y bondad, en mi labor futura. Samuel, Sierra Leona Oren por favor por mi hijo y mi nuera. Ambos creen que no es problema vivir en adulterio. H. H., Austria

Oraciones y alabanzas: Envíe sus pedidos de oración y agradecimientos por las oraciones contestadas a prayer@ adventistworld.org. Sea breve y conciso; dígalo en cincuenta palabras o menos. Los envíos serán editados por razones de espacio y claridad. No todos serán publicados. Incluya por favor su nombre y su país. También puede enviar sus pedidos por fax a: 1-301-680-6638; o por correo a Adventist World, 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600 U.S.A.

Vol. 10 No. 4 | Adventist World

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INTERCAMBIO DE IDEAS

Hace

95 años

El 30 de abril de 1919, el Instituto Indus­ trial abrió sus puertas en una pequeña casa alquilada de Miraflores, un suburbio de Lima, la capital de Perú. H. Lundquist hacía las veces de director y único docente. Cuando se corrió la noticia de la apertura de la escuela, Agustín Alva y dos de sus primos llegaron desde Contumazá (Cajamarca). Ellos, más otro joven de Laraos, un pueblo aislado del departamento de Lima, eran los únicos alumnos. Alva fue el primero en graduarse, y más tarde entró al ministerio. Todos los integrantes de las siguientes clases de graduandos (1928 y 1930) llegaron a ser misioneros adventistas. Hoy día, el Complejo Educativo Adventista Unión tiene tres sedes, entre ellas, el campus de Ñaña, donde se encuentra el colegio secundario y la Universidad Peruana Unión.

Crecimiento asombroso 85 Algunas algas gigantes, crecen hasta 60 centímetros por día.

60

El bambú puede crecer más de 85 centímetros por día. Fuente: Smithsonian

30

Adventist World | Abril 2014

centímetros de crecimiento por día

Tiene que ser el

Ejercicio Los medallistas olímpicos viven un promedio de 2,8 años más que la población en general. Fuente: British Medical Journal/Men’s Health

Calcio Las mujeres que consumieron hasta mil miligramos diarios de calcio durante diez años, mos­ traron un índice de mortalidad 22 por ciento más bajo. Además de los productos lácteos, entre las buenas fuentes de calcio se encuentran los porotos o frijoles secos y las verduras de hoja verde. Fuente: The Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism/ Women’s Health


«He aquí, vengo pronto . . .»

5O

Nuestra misión es elevar a Cristo, uniendo a los adventistas de todo el mundo en creencias, misión, vida y esperanza.

PALABRAS O MENOS

Mi libro de la

Biblia favorito

n Siempre

me atrajo el Apocalipsis. No lo entendía hasta que un vecino me invitó a un Seminario del Apocalipsis. Asistí toda la semana. Además de aprender más sobre los tiempos finales, me encontré realmente con Dios y fui bautizada en la Iglesia Adventista. – Patricia, Buenos Aires, Argentina

n Mi

libro favorito es Hechos de los Apóstoles. Me fascina la historia del encuentro de Pablo con Cristo cuando iba en camino a Damasco. Nuestro Dios es misericordioso. – Nathalie Beauelus, Puerto Príncipe, Haití

n Me

encanta el libro de Deuteronomio. Me dice que tengo que amar al Señor, y que debería seguir sus mandamientos e instrucciones. La promesa divina es: «Andad en todo el camino que Jehová, vuestro Dios, os ha mandado, para que viváis, os vaya bien y prolonguéis vuestros días en la tierra que habéis de poseer» (Deut. 5:33). – Pauline, Harare, Zimbabue

Para la próxima, díganos en 50 palabras o menos cuál es su promesa bíblica favorita. Envíe su contribución a letters@AdventistWorld.org, y en el título coloque «50 palabras o menos».

Editor ADVENTIST WORLD es una publicación internacional de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, editada por la Asociación General y la División de Asia-Pacífico Norte de la Iglesia Adventista. Editor ejecutivo Bill Knott Editor asociado Claude Richli Gerente editor internacional Chun, Pyung Duk Junta editora Ted N. C. Wilson, presidente; Benjamin D. Schoun, vice-­ presidente; Bill Knott, secretario; Lisa Beardsley-Hardy; Daniel R. Jackson; Robert Lemon; Geoffrey Mbwana; G. T. Ng; Daisy Orion; Juan Prestol; Michael Ryan; Ella S. Simmons; Mark Thomas; Karnik Doukmetzian, asesor legal. Comisión coordinadora de ADVENTIST WORLD Jairyong Lee, chair; Akeri Suzuki, Kenneth Osborn, Guimo Sung, Pyung Duk Chun, Suk Hee Han Editores de Silver Spring, Maryland, EE.UU. Lael Caesar, Gerald A. Klingbeil (editores asociados), Sandra Blackmer, Stephen Chavez, Wilona Karimabadi, Mark A. Kellner, Kimberly Luste Maran Editores de Seúl, Corea Pyung Duk Chun, Jae Man Park, Hyo Jun Kim Editor en línea Carlos Medley Directora de operaciones Merle Poirier Editor invitado Mark A. Finley Consultor E. Edward Zinke Gerente financiera Rachel J. Child Asistente administrativa Marvene Thorpe-Baptiste Junta administrativa Jayriong Lee, presidente; Bill Knott, secretario; P. D. Chun, Karnik Doukmetzian, Suk Hee Han, Kenneth Osborn, Juan Prestol, Claude Richli, Akeri Suzuki, Exoficio: Robert Lemon, G. T. Ng, Ted N. C. Wilson Dirección y diseño gráfico Jeff Dever, Brett Meliti Consultores Ted N. C. Wilson, Robert E. Lemon, G. T. Ng, Guillermo E. Biaggi, Lowell C. Cooper, Daniel R. Jackson, Geoffrey Mbwana, Armando Miranda, Pardon K. Mwansa, Michael L. Ryan, Blasious M. Ruguri, Benjamin D. Schoun, Ella S. Simmons, Alberto C. Gulfan Jr., Erton Köhler, Jairyong Lee, Israel Leito, John Rathinaraj, Paul S. Ratsara, Barry Oliver, Bruno Vertallier, Gilbert Wari, Bertil A. Wiklander A los colaboradores: Aceptamos el envío de manuscritos no solicitados. Dirija toda correspondencia a 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600, EE.UU. Número de fax de la oficina editorial: 1 (301) 680-6638 E-mail: worldeditor@gc.adventist.org Sitio Web: http://www.adventistworld.org/ A menos que se indique lo contrario, todas las referencias bíblicas pertenecen a la versión Reina Valera. Revisión 1995. ADVENTIST WORLD es publicada todos los meses e impresa simultáneamente en Alemania, Argentina, Australia, Austria, Brasil, Corea, Estados Unidos e Indonesia.

Vol. 10, No. 4

Vol. 10 No. 4 | Adventist World

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