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AEA

ASOCIACIÓN ESCUELA DE AUTO-REALIZACIÓN

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Le he pedido que, de aquí en adelante Él sea en mí una transparencia, una realidad cada vez más clara, más nítida.

Quién soy yo para Él: Soy esa transparencia infinitamente clara, nítida, pura. Así son para Él, todos los seres y todas las cosas.

Para mí, los seres y las cosas no son en mi conciencia nítidas, transparentes, ni vivas.

Estas cosas están fuera de mí; es decir, no existen para mí.

Mi Dios, mi Cristo: os pido que seáis en mi conciencia una transparencia clara, nítida, plena… así como “yo” esta insignificancia, esta partícula infinitesimal de átomo es para Usted mi Dios, mi Cristo.

He pedido a la Virgen Bendita, a cada uno de los grandes maestros, a la santa a quien más quiero Teresita del Niño Jesús, que sean en mi conciencia, transparencias claras, nítidas.

¡Esta es la vida eterna, nada más que ese estado de conciencia permanente de la presencia de ese Bendito Dios en mí!

¡Dios mío, es mi oración!

Que cada día en la meditación se haga más claro y nítido ese estado de transparencia suyo en mí.

¡Gracias, Dios mío!

Padre CÉSAR A. DÁVILA G.

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