Adictos a la comida

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Adictos a la comida No se puede pactar con las dificultades: o las vencemos o nos vencen...

La mente es como un paracaĂ­das: ÂĄsolo sirve si se abre!


Comer obsesionado por las calorías es un modo de comer que agrega ansiedad; la ansiedad por comer estropea el acto tan vital como lo es el de llevar nutrientes al organismo.

La ansiedad por comer desencadena fuertes compulsiones, reacciones fuera de control. Si esta forma de comer no se la trata a tiempo, puede degenerar en adicción a la comida. Una manera de relacionarse con la comida a modo de calmante.

La adicción a la comida, como la obesidad no surgen de la nada. No surgen de la noche a la mañana. Tanto la adicción a la comida como la convicción de sufrir de obesidad son procesos que se inician en la mente y que culminan en un producto terminado: el cuerpo desbordado y la auto-conciencia de obeso.


Nuestra mente está diseñada para reunir datos, pensar y extraer evaluaciones y conjeturas con las que nos situaremos en el mundo y a partir de las cuales operaremos en él. Si nos consideramos a nosotros mismos como enfermos de obesidad nuestra mente enseguida se abocará a la tarea de reunir datos que confirmen esta creencia de que estamos enfermos y las disposiciones que inmediatamente aflorarán serán o bien la de intentar sanar, curarnos de la supuesta enfermedad, o la tan frecuente dejadez. Algo así como ceder al destino.

Inmediatamente comenzaremos a pensar y a sufrir las consecuencias de las conjeturas fatalistas propias de toda persona excedida de peso que se encuentre atrapada sin salida a esta creencia perturbadora de estar enferma; de no tener remedio, o de estar padeciendo un tipo de enfermedad que requerirá de cuidados de por vida.


Podemos elegir convivir con esta certeza enfermiza, tendiente a la enfermedad; adherida a ella. Muchos lo hacen; no todos. Las personas excedidas de peso que se resisten a considerarse a sí mismas enfermas de obesidad optan por adoptar creencias habilitantes que resultan en conductas productivas con resultados satisfactorios. Gracias a su estructura mental positivista, a las creencias que elijan adherir, consiguen ponerse a dieta hasta recuperar el peso normal. Estas personas son las que adelgazan y se mantienen en el peso normal. La parafernalia tejida alrededor de la obesidad considerada una enfermedad con la cual se ha de convivir "de por vida", sólo ha conseguido producir más gordos; ha multiplicado el número de "enfermos de por vida" en proporción directa a la producción de "soluciones" estéticas, de nutrientes y de cirugías para "combatir este mal".


Estos métodos que no contemplan al hombre en su totalidad, que fallan a la hora de asistir al "enfermo" en su emoción, no registran progresos "de por vida" sino que, por el contrario, registran un alto grado de dependencia al tratamiento. La desesperación solo consigue más desesperación producto de lo cual nace la adicción y se afirma.

Ante los pobres resultados obtenidos al cabo de larguísimas terapias para "combatir la obesidad", una recomendación oportuna podría rezar: si usted quiere adelgazar tal como dice, no analice, no analice... ¡Aprenda a actuar!

Algunos actúan de un modo efectivo y consiguen sus propósitos. Pero en muchos otros aparece la indiferencia, la resignación, la falta de motivación. Estos otros no adelgazan a menudo por falta de información, o por la carga afectiva de la duda. Si estas personas no se ayudan en la emoción, la adicción se instalará.


Las posturas cuestionadoras, la saludable rebeldía servirá para cuestionar qué tan enfermos estamos; servirá desafiar estas creencias perturbadoras que, además, pesan toneladas en la conciencia. Pero para llegar a un estado de saludable rebeldía, es necesario contar con buena energía en el sistema psicofísico. Este ingrediente resulta ineludible. Se lo consigue con el buen uso de las Flores de Bach.

Por incómodo que las manifestaciones de rebeldía y cuestionamiento resulten al médico, siempre son de beneficio para el paciente que quiere salir adelante de una vez y para siempre. No hay que confundir rebeldía con resistencia.

La resistencia al cambio positivo, esa resistencia producto de la duda, brilla por su ausencia en el espíritu rebelde empecinado en mejorar. Los estados emocionales positivos, esos que fortalecen al espíritu e invitan a la independencia mental son los que resultan y a la vez habilitan el pensamiento estratégico.


Si no nos encontramos en un estado emocional positivo podemos procurárnoslo con las técnicas que se enseñan en el servicio de Coaching para adelgazar.

¿Qué tanto se sabe de lenguaje estratégico? ¿En qué medida utilizamos el lenguaje estratégico de un modo deliberado y productivo? ¿Puede decirse que la escuela enseña a valerse del lenguaje como medio efectivo (posiblemente como ninguna otra herramienta) para liberarse de lo que lastima, de lo que complica o atrasa un plan de mejoras?

El lenguaje de diván (psicoanálisis) a propósito del asunto de la adicción a la comida ha descendido a las calles y se ha instalado en ellas. Un mal uso de este lenguaje del que tanto se abusa, (me refiero al uso no académico, no


responsable, no técnico del mismo) nos permite "comprender, justificar"; hablar de procesos como si supiéramos.

Un uso indebido del lenguaje de diván nos conduce a comprensiones engañosas pues si bien producen cierto alivio, no dejan de otorgar ciertas licencias, ciertos permisos para persistir, por ejemplo, en hábitos indeseables. El lenguaje del diván está sufriendo y su producción en decadencia: también a él se lo utliliza de un modo estratégico por parte de los propios adictos convencidos, persiguiendo un fin, una meta.

El uso indebido del lenguaje de diván aplicado en centros de estética, en charlas de café o de peluquería es responsable de las mayores negligencias. ¿Lo practica usted?

El día que la calle reconozca el dominio del lenguaje de diván a los expertos y empiece a interesarse por utilizar con integridad el lenguaje de la calle, la magia propia del lenguaje será


revelada. Y sus sorprendentes efectos se verán manifestados en el mundo de lo concreto.

Lo más probable es que entonces se hable menos, mejor y se consiga todavía más. Cuando la gente se exprese con mayor acierto, su pensamiento transitará carriles nuevos, más acertados. Obtendrán a partir de sus búsquedas explicaciones novedosas.

Cuando las personas vuelvan a valerse del lenguaje como lo que es: una herramienta para su beneficio, para descubrir, revelar y crear, la necesidad de diván se verá notablemente disminuida. Mientras que el lenguaje del diván puede desembocar en desesperación, crisis, sensación de estar perdido y sin remedio, el lenguaje estratégico produce una revelación, una apertura, esperanza y liberación. ¿Se animará usted a practicarlo?

La adicción a la comida se refuerza cuanto más se la piensa y pronuncia. Cuanto más se hable de ella más rápidamente alcanzará la categoría de lo real.


"En el principio es el Verbo" dicen las sagradas escrituras. Efectivamente, en el momento en que usted nombra algo, le da vida, le otorga su reconocimiento. La "adicción a la comida" no es una excepción a esta regla. También la "adicción a la comida" primero se engendra, luego se desarrolla. Y crece. Nace a partir de la observación y se la reconoce con un nombre. Cuando se la trata como un problema familiar, pasa a ser una entidad más de la familia, casi como un fantasma que está allí latiendo, recorriendo cada cabeza, respirando el clima familiar en cada plato de comida. "La adicción a la comida" es un manera de conseguir la licencia. Como una carta de identidad que indica que una persona determinada pertenece a esa familia.

" En el principio es el Verbo"


La gente se expresa todo el tiempo. Hablan y leen sobre la adicción a la comida, relatan su problema de adicción a la comida, buscan maneras de resolver la adicción a la comida; espacios donde combatir juntos la adicción a la comida, compran remedios o se internan en institutos especializados la contra adicción a la comida. Se refieren a la adicción a la comida como si fuese algo que viene de afuera a molestarlos. La personifican y le dan un poder enemigo.

Logran mayor adicción a la comida a partir de sus propias palabras pues sus palabras los llevan a imaginar y sentir.

En sus imaginaciones aparecen como seres débiles sometidos a los caprichos de la adicción sin darse cuenta de que la adicción ha sido, en buena medida, un producto personal. Refuerzan la adicción a la comida mencionándola, pensando en ella. No olvidan la palabra; la utilizan mal; de un modo contrario a sus intereses. Cuando cambian su manera de hablar, (y de hablarse) cambia el foco de sus mentes.


Cambian sus conductas y notan las diferencias indiscutibles. LLamativamente, cuando dejan de pensar en la adicción a la comida, ésta va desapareciendo. Su energía se diluye y con ello, se diluyen las imágenes, las sensaciones se hacen más difusas. La adicción a la comida y todos sus componentes van esfumándose--- de a poco o en un santiamén---, tal como lo hacen los fantasmas. Si usted se considera adicto a la comida, solo estime su grado de responsabilidad respecto de la existencia de tal adicción en su mundo. Piense cuántas veces en el día usted piensa en su adicción, (y por lo tanto, reconozca cuánta vida y reconocimiento le otorga usted con su propio pensamiento)

Trate de identificar a las personas a las que ha recurrido para "enfrentar la adicción" y superarla y calibre los resultados obtenidos de los consejos que surgieron a partir de quienes dan por descontado la existencia de la adicción; y proponen "tratamiento en su contra". Tratar la adicción como si fuera una entidad "con vida propia" Ahora trate de recordar a aquellas personas que le han sugerido que la adicción no existe; y tome nota


mental de su propia reacción ante esta respuesta novedosa.

¿Puede usted ahora reconocer su parte de responsabilildad en su dilema?

En qué medida le ha dado usted vida, reconocimiento, a la adicción con solo haberla mencionado, con solo haberla pensado. Con haber batallado mental o físicamente en su contra, gastando energías de un modo inutil y además, frustrante.

Reflexione además, cada cual ha tendio participación activa para que la noción de adicción a la comida se haya reforzado en su conciencia y en su personalidad hasta tornarla algo familiar. Algo que es parte de uno mismo, que lo define.


Solo piense en cuánta vida le ha dado usted, con su palabra, a eso que dió en llamar adicción a la comida; de cuya existencia se enteró leyendo, escuchando y decidiendo. Usted decidió en qué creer; qué conceptos adoptar y cuáles descartar. El pensamiento estratégico no explica nada: busca, rastrea, acepta y cambia.

Para lograrlo necesita agitar las aguas de la conciencia; y así lo hace. Se inicia con pequeñas intervenciones, en su mayoría cuestionamientos, que a simple vista pueden parecer inocentes pero no lo son. El pensamiento estratégico promete cambios y estabilidad pero a cambio de plantear serias dudas y de invitar a una oportuna inestabilidad. Promete cambios a la persona dispuesta a hacer cambios.


No son pocos los que quieren hacer cambios....pero a cambio de no hacer cambios. Quieren cambiar pero manteniendo su mundo, su vida y su manera de pensar inalterables. En este programa de coaching encuentran el punto medio y el punto de partida. Forzada a responder para el propio beneficio, hasta la mente con fuertes convicciones experimenta una cierta incomodidad. Un tipo de incomodidad que puede resultar tan irritante como la que produce un niño de 3 años que atormenta no solo con sus preguntas sino exigiendo, además, la demostración de la veracidad de las respuestas.

El coaching Online para adelgazar fuerza este estado de promisoria exasperación. La mente que creía saberlo todo empieza a flaquear en sus conceptos.

El pensamiento estratégico que se vale con astucia de la palabra cuestionadora consigue cosas hermosas.


Practicado con responsabilidad y sinceridad permite internarnos allí donde veremos mejor y más claro. Llega al corazón de la respuesta. Permite detectar con claridad los verdaderos causantes de la adicción a la comida o de la mala relación con la comida o con el cuerpo. Los remedios para la emoción combinados con el pensamiento estratégico refuerzan el proceso beneficioso. El comedor compulsivo deja de serlo cuando empieza a pensarse a sí mismo de un modo diferente gracias al buen uso de la palabra que impactará su mente, y le permitirá referirse a sí mismo, presentarse, calificarse de un modo mucho más promisorio.

El que se considera adicto a la comida supera su problema de la adicción a la comida con solo expresarse bien y llamar a las cosas por su nombre. Sólo basta desatar algunos lazos, decía Jung, el impulso de la vida se encarga de lo demás. La transformación de la conducta es producto directo de una transformación interior, es una manera de progresar desde adentro y hacia afuera;


viene como consecuencia de un proceso de comprensión integral en el cual toda la neurología y el metabolismo parecen comprender y reaccionar.

El Servicio de Coaching para adelgazar consigue que el cuerpo regrese a sus formas corporales armoniosas sin necesidad de sacrificios ni de pastillas. Lo logra con un toquecito a la concientización.

Este regreso a la normalidad se produce por efecto de una comprensión casi visceral, de un rescate mental que impacta benéficamente la totalidad del sistema cuerpo-mente. Si una idea respecto de mi misma me había llevado a comer en demasía, a sentir que no tengo remedio, cambiando sabiamente esa idea de mi misma, operando con sabiduría y pericia sobre estas cuestiones subjetivas primero que nada, consigo cambios en mi comportamiento, y de un modo natural.


Si una idea respecto de mi metabolismo llevaba a mi cuerpo a aumentar de peso aún tomando agua mineral, aplicando cambios estratégicos sobre esa idea que conservo de mi metabolismo, cambia el funcionamiento de mi metabolismo. Se adelgaza más rápido engordando la mente; las sorpresas son más grandes y los resultados, infinitamente más gratificantes. ¿Cómo ayuda este programa para adelgazar al adicto a la comida o al comedor compulsivo? El programa de coaching para adelgazar ayuda especialmente a los adictos a la comida, al comedor compulsivo habituado a comer por ansiedad y sin placer, guiándolos en ejercitaciones de conducta superficial para que puedan descubrir los factores y razones de base que inspiran en ellos la gula, y a sus cuerpos y a sus células a comportarse como lo hacen. El programa enseña, sugiere, invita. No obliga: sacude. Entretiene...


Con sus prácticas y sus evaluaciones, el comedor compulsivo consigue por fin confirmar que en el cumplimiento de sus funciones vitales, cada célula está expresando a qué cuerpo pertenece

Cuando se da cuenta por propia experiencia y confirma con su propio cuerpo que el sobrepeso es una materialización de su conciencia no solo cambia su aspecto físico, cambia completamente su actitud general. Mejora su manera de percibirse a sí mismo; se eleva su auto-estima y también sus expectativas; puede desarrollarse en ámbitos que le ocasionaban pudor, puede ensanchar su gama de conductas, sus conocimientos y su núcleo social, afectivo, laboral. Adelgazar, recuperar el peso normal, produce mejoras adicionales en el estilo de vida.

A menudo el comedor compulsivo intenta paliar con comida un enorme vacío de expectativas, una enorme sensación de fracaso anticipado. A menudo por frustración acumulada y por ansias de compensación, este metabolismo tiende a retener . El practicante, con su ejercitación, detecta los


factores de su vida y de su manera de pensar que desencadenan en él la compulsión por comer, y dan lugar al sobrepeso. Con un tratamiento mental adecuado acompañado sabiamente con remedios para la emoción, la conciencia vuelve a iluminarse. El programa enseña a ejercer un estilo de autoasistencia indiscutiblemente efectivo. En la medida en que comprobamos que podemos ayudarnos eficazmente, mejora esa idea con la que convivimos respecto de quienes somos, de cómo somos, y de cuánto podemos conseguir. En cada progreso registrado, se afianza el estado de satisfacción y se afianza el optimismo. La energía contenida en cada progreso registrado eleva nuestro grado de autoestima y llena la vida de brillo y de vigor. Para superar la adicción a la comida es necesario aprender, comprobar que el cuerpo tiene todos los atributos para perder el excedente de peso comiendo bien. Se requiere, para ello, poner al cuerpo a prueba. El programa enseña cómo hacerlo.


El adicto a la comida sueña con poder dejar de comer alguna vez. Siempre resulta un sueño inalcanzable. Ni más ni menos, una ilusión. Y al fin de cuentas, una misión imposible, pues, evidentemente, nunca conseguirá dejar de comer sin morir en el intento. Huelgan las evidencias de que para adelgazar hay que comer. Y comer bien, de un modo saludable Esto porque si tomo la idea de adelgazar como un acto de embellecimiento y cuidados, debo ofrecer belleza y cuidados a mi organismo---a todo mi ser interior que es mente y cuerpo. Vale decir, debo proveerle a cada parte de mi ser, con los alimentos, nutrientes, que cada parte merece. Y debo prestarle mi atención. Por lo tanto: Debo aprender a quererme y a cuidarme. Debo aprender a tratarme bien en lugar de batallar. Esta verdad tan clara y que parece tan simple no resulta sencilla de aplicar por la media de la gente. Ocurre que el amor a sí mismo, el respeto, la paciencia son energías emocionales que muchos han perdido a lo largo de sus luchas y sumando fracasos.


La gente se angustia, se desespera, se apura, se frustra, se siente culpable, siente celos de quienes progresan, etc. Cuando curan la emoción, sus experiencias mejoran. Lo cual confirma que para adelgazar de un modo natural, ---para adelgazar comiendo bien, sin perder las defensas y manteniendo la buena salud---, es necesario forzar un cambio de conciencia e imprimir al sistema una energía emocional positiva. Este servicio enseña cómo lograr este magnífico objetivo con la ayuda de los remedios para la emoción, las Flores de Bach. El uso adecuado de las esencias de Bach (ver Aflorarte.com) aclara la conciencia, armoniza las emociones. El individuo puede por fin atender a su organismo; promover un equilibrio interior y proveerse a sí mismo de una variedad de nutrientes que le permitan a su metabolismo cumplir perfectamente con sus funciones de asmimilación, eliminación para conservar el equilibrio en la totalidad de su ser psicofísico.


Cuando esto ocurre y el equilibrio se recupera de un modo natural, ---no por vías artificiales como con medicamentos o cirugías---, entonces se normaliza también la conducta de un modo natural: la adicción cede, desaparece.

El individuo que se siente otro, reacciona como tal.

En estado de equilibrio emocional, y de salud psicofísica, no hay lugar para la adicción. La adicción desaparece, el comedor compulsivo se normaliza y se tranquiliza cuando empiezan a asomar los estados emocionales positivos como de satisfacción, alegría, orgullo, optimismo, esperanza, espíritu de determinación, etc. Ya lo dice la máxima por todos conocida: cuerpo sano en mente sana

.


Cuando nos lanzamos a esta prueba que se ofrece en el Programa de Coaching para adelgazar y empezamos a notar que las prácticas son asombrosamente simples; que efectivamente el cuerpo responde a las consignas, y nuestras conductas cambian, entonces sin demasiado sufrimiento nos encontramos sencillamente abordando una dieta adecuada para bajar de peso. Y sencillamente bajamos de peso. El mero acto de comprobar que bajar de peso sin sufrir es algo posible es para muchos como abrir una ventana al sol. Superar la adicción a la comida es un reto; un desafío. Es por tal motivo que aparece el hábito de la postergacion. Para superar la adicción a la comida, adelgazar comiendo y sin sufrir necesitamos encontrarnos en un estado emocional apto para el reto.


Las Flores de Bach ayudan en este punto proporcionando la energía emocional que falta o sanando la emoción perturbadora. Las Flores de Bach utilizadas con sabiduría se convierten en recurso imprescindible para transitar este desafío en equilibrio emocional. El adicto a la comida sufre, come nervioso, come con culpas, avergonzado y debatiéndose en su interior por disimular su frustración. Al sanar estas emociones, y recuperar la armonía, tranquilidad y confianza, su comportamiento mejora. Surge del comedor compulsivo un individuo más equilibrado. La sobrealimentación se incluye dentro de las conductas adictivas; es cuna de serios problemas orgánicos.

El vínculo enfermizo con la comida se corta cuando empieza a acompañar su comida con emociones positivas, potenciadoras y de empuje como lo son el entusiasmo, la curiosidad, la diversión, la confianza, el optimismo, el estado de expectativa positiva.


El libro "La dieta de un día" acompaña al Programa de Coaching para adelgazar; enseña métodos fantásticos para lidiar con las interferencias, cortar con la manía de postergar o de comer sin hambre. Resulta de apoyo especial para el comedor compulsivo, para quienes no consiguen recuperar el peso ideal y mantenerlo con buena salud y buen humor porque sus emociones lo traicionan. Gracias a los ejercicios del libro, emergen oportunas revelaciones del mundo interior del comedor compulsivo que le permiten comprobar una vez mas que toda recaída, todo rebote de peso regresará fatalmente si no genera en sí mismo, desde su mente condiciones apropiadas. Para superar la adicción a la comida, retomar el vínculo sano con el alimento y con el propio cuerpo un saneamiento emocional no puede faltar; menos aún si se espera que la dieta y el proyecto prosperen, y que los buenos resultados se prolonguen en el tiempo.


Tanto el entrenamiento Online, como el del libro enseñan a curar emociones “engordantes”, esos afectos que uno se "traga al comer". Comprobamos que no es la obesidad la que nos fuerza a hacer cosas que no queremos sino que la producimos con pensamientos y conductas que son la consecuencia directa de una falta de energía en nuestro sistema psicofísico. Y de la falta de información.


Respecto del libro "La Dieta de un Día" Segun se aprende en el libro, como en el programa de Coaching Online, adelgazar resulta una deliciosa vía de autodescubrimiento. Adelgazar comiendo bien resulta aún más gratificante. Las personas que ya se sienten hartas de depender del conteo de calorías, hartas de los atracones, de los rebotes de peso, de las dietas que se contradicen entre sí y que solo consiguen agudizar la ansiedad por comer encontrarán en el libro una fuente de motivación diaria; conceptos innovadores que disiparán esa desconfianza (con la que secretamente conviven) respecto de poder rebajar alguna vez. El libro es un novedoso recetario; incluye recetas de actitud francamente "apetitosas", dignas de probar. Las personas, por lo general, sufren más por lo que piensan que por lo que hacen, cuando se dan cuenta de este fenómeno empiezan a hacer cosas que jamás pensaron...Y comienzan a disfrutar de veras en el ejercicio del auto-dominio comprensivo y saludable.


El programa permite comprobar que la mejor dieta para bajar de peso se elabora en la mente; aplicando restricciones no en los platos sino sobre la manera de expresarnos.

Se confirma con las prácticas que para hacer dieta hay que proceder a un tipo de educación emocional; usar la cabeza para confirmar por uno mismo que el cuerpo siempre irá adonde la mente lo lleve

Con un registro de progresos, y con las guías de ejercicios prácticos este manual de trabajos prácticos se constituye en compañero imprescindible en el programa para adelgazar.

El combinado de teorías y prácticas muy precisas y sencillas, permiten confirmar que la adicción a la comida es producto de una programación mental defectuosa pero que se puede corregir con métodos sencillos del Coaching.


Permiten confirmar además, que el sobrepeso es una más entre las variadas manifestaciones del cuerpo. Y que también se puede revertir con menos teorías y más trabajo, es decir, con medios prácticos. Tanto la obesidad como la adicción a la comida son un un subproducto, una materialización de la conciencia. Ambas pueden superarse mediante prácticas precisas El programa resulta una apoyatura imprescindible para todo aquél que quiere adelgazar comiendo, para quienes sufren de obesidad; para quienes, habituados a tragarse emociones han desarrollado una manera adictiva de comer. El libro "La dieta de un día" está incluido en el servicio de coaching online para adelgazar; resulta de utilidad tanto para la práctica individual como para el profesional de la salud o del fitness que desee optimizar sus servicios con estrategias de coaching. "La dieta de un dia, cuando adelgazar realmente importa" Libro incluido en el Programa de Coaching Para Adelgazar de Aflorarte.com 507 páginas.


Lo que no empiezas hoy no podrĂĄs terminar maĂąana


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