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6.2 Guía metodológica
ciudadana, escuelas, servicios sociales y culturales...- los habitantes del casco de Candelaria y puntualmente en Igueste. En este sentido cabe insistir en una correcta localización de los equipamientos y servicios públicos. Es decir accesibles al mayor número posible de ciudadanos en un entorno próximo y caminable, que no fuerce a desplazamientos fuera del ámbito urbano más compacto y concurrido, ni lejos de las paradas de transporte público que gocen de mejores frecuencias y máxima cobertura de la población. Como muestra de las capacidades de cálculo de la metodología de análisis se ha estudiado el grado de cobertura de los centros de enseñanza en función de su localización en relación al lugar de residencia de la población entre tres y dieciséis años a una distancia temporal menor de 12 minutos. El resultado del análisis arroja carencias de cobertura en el ámbito urbano de Las Caletillas como enclave con una densidad adecuada que haría razonable la dotación. Por último cabe destacar la débil situación del suelo cultivable, que presenta un grado de abandono medio en el municipio del 75%. Esto es, solamente un cuarto del territorio disponible para el cultivo presenta tal actividad. Esta situación merma también el grado de diversidad potencial de la actividad agrícola y ganadera, que debería buscar sinergias comunes para aprovechar los ciclos de la materia.
6
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EJECUTAR
DISEÑAR TRANS F O R MAR 5
4
PLANIFICAR
1
MEDIR
2
OPINAR
ESC U C HAR
3
COMPARAR
Esquema de proceso de transformación urbana. Fuente: Interpretación a partir de publicación de Paisaje Transversal
6. Agenda Urbana de Candelaria
6.1 Aproximación conceptual1
Como comentamos anteriormente, y según proponen sus enunciados, la Agenda Urbana Española es un documento que busca orientar el sentido de políticas urbanas sostenibles con el objetivo de servir como instrumento para propiciar mejoras en la normativa y planificación, financiación y gobernanza. Pretende de esta manera sentar las bases para planificar e intervenir en las ciudades para dirigirlas a unos escenarios que se contemplen de una manera sincera y efectiva verdaderamente más ecológicos, más justos, más inclusivos y más saludables. Al abrigo de estas premisas se han desarrollado las Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (EDUSI). La integralidad, en este caso, consiste en la inclusión de factores y miradas distintas en los procesos de transformación urbana.
La ciudad es un ente dinámico y complejo más cerca conceptualmente de los procesos biológicos -ecológicos, por tanto- que de la realidad consolidada que percibimos en nuestra cotidianidad. Es por esta razón que debemos profundizar en la necesidad de definir nuevos instrumentos de planificación que vayan más allá del marco urbanístico convencional y para abordar los retos de las ciudades en toda su dimensión, desde la colaboración e integración horizontal de las diferentes realidades que la componen. Estos instrumentos deben ser lo suficientemente flexibles como para plantear objetivos a largo plazo y poder corregir el rumbo de las actuaciones para alcanzarlos en función dela casuística del contexto local y temporal. Esto es, pensar estratégicamente y actuar tácticamente por medio de intervenciones puntuales y sencillas -pero que al mismo tiempo den respuesta situaciones complejas-, que permitan un acercamiento gradual a los objetivos, obteniendo maximizando los resultados con las mínimas inversiones energéticas y económicas. Asimilando en definitiva la funcionalidad y la eficiencia de los sistemas naturales.
Para el alineamiento de las políticas y proyectos urbanos se hace necesario atender a dos aspectos clave de la planificación, tal y como lo hemos expuesto hasta ahora: la integralidad y la participación.
INTEGRALIDAD
Las instituciones internacionales en los últimos años están haciendo un esfuerzo para la promoción de políticas urbanas que atiendan a la complejidad que albergan las ciudades, transcendiendo el marco del urbanismo tradicional. Para que estas políticas se conviertan en instrumentos efectivos de transformación urbana en primer lugar se debe dar el diálogo entre los actores que intervienen en las decisiones territoriales. Y este diálogo se debe producir en dos ejes conceptuales: horizontal y vertical.
1 A partir de notas tomadas del capítulo de Introducción de la publicación "Escuchar y Transformar la Ciudad. Urbanismo colaborativo y participación ciudadana"
La cooperación horizontal alude a la tranversalidad del abordaje de las problemáticas urbanas: sus factores y perspectivas (urbanísticas, sociales, ambientales, económicas...); la integración vertical exige la cooperación entre las diferentes estratos de gobernación institucional incorporando a la ciudadanía desde la base. En nuestro caso particular la isla y los cabildos, como institución de gobierno de la unidad territorial insular, ocuparía el lugar -o uno de los lugares- intermedios entre la municipalidad y el gobierno regional. La integralidad, asimismo, se podría sintetizar en tres ámbitos específicos: la interdepantamentalidad, la transdisciplinariedad y la colaboración entre actores territoriales
INTERDEPARTAMENTALIDAD
Es decir la transcendencia de la división técnica administrativa de las problemáticas urbanas en sectores diferenciados, promoviendo la permeabilidad departamental -por ejemplo en este estudio hemos hecho patente las interdependencias que se producen entre movilidad activa, tipología constructiva y diversidad de la actividad económica-. TRANSDISCIPLINARIEDAD
Esta comprendería la ruptura de los marcos gremiales de abordaje del fenómeno urbano, y por tanto de las políticas orientadas a su intervención a través de la convergencia y la pluralidad de las diferentes miradas analíticas que se dedican a los estudios urbanos -geografía, economía, salud, movilidad, medioambiente...-. COLABORACIÓN Para que los procesos de transformación sean viables deben reunir el mayor grado de aceptación de los agentes que actúan sobre el territorio. Para esto es necesario el impulso desde las instituciones representativas de la población de espacios de trabajo colaborativo que reúnan a los tres colectivos más representativos: la ciudadanía, las administraciones y los proveedores -entendiendo como tales el amplio arco que abarca desde los intereses de sector privado a las instituciones generadoras de conocimiento en innovación-.
PARTICIPACIÓN
Es en el último ámbito de la integralidad, la colaboración entre agentes, donde se encuentran las mayores dificultades de los procesos de planificación, pues muchas veces representan a intereses opuestos. Es por esto necesario la convivencia en espacios comunes donde se pueda dar pie a procesos de generación de confianza entre estos actores, a partir de la exposición compartida de los motivos de unos y otros. El objetivo es tender puentes de diálogo que consigan el máximo grado de compromiso con las medidas acordadas.
Muchas veces, para que el acuerdo entre las partes tenga lugar, es necesaria la intervención de una facilitación intermediada, que canalice las diferentes sinergias hacia la construcción colectiva de un proyecto común de ciudad. Para esto es absolutamente necesario el abandono de las posiciones reivindicativas, sustituyéndolas por estrategias propositivas beneficiosas para las partes. Es aquí donde entran el juego los procesos participativos.
La principal debilidad de estos procesos es la falta de consideración que padecen desde el punto de vista jurídico, siendo relegados a meros periodos de información de decisiones consumadas, sobre las que solamente se puede alegar, sea título individual o colectivo. La participación se debe encarar como un proceso de construcción democrática de la ciudad con el objetivo de definir un urbanismo de carácter colaborativo. En estos procesos también son considerados por su alto grado de innovación como canal de enriquecimiento de los proyectos urbanos, donde se aúna la percepción de la población con la visión técnica de los urbanistas. No obstante, la participación también encierra ciertos riesgos en función de cómo se utilice. Por ejemplo son comunes los procesos de decisión de alternativas cerradas para la solución de determinadas situaciones urbanas, sin que se haya consultado previamente sobre su conveniencia o necesidades previas; o por e contrario la proliferación de procesos participativos sin la adquisición de compromisos de materialización puede conducir al efecto contrario que se pretendía, generando desconfianza entre la población. La participación, en este sentido, debe de valorarse como proceso más que como resultado. Como espacios de reflexión, debate y definición de objetivos comunes para la construcción colaborativa de soluciones y estrategias, y las acciones a implementar para su consecución.
6.2 Guía Metodológica2
La Agenda Urbana Española ofrece algunas herramientas útiles para la redacción de los Planes de Acción Local, que en este documento se ha intentado mejorar, llevando el análisis de los datos municipales un paso más adelante en lo que se refiere a la precisión de su localización y distribución por el territorio. Sin embargo el análisis en sí mismo no es suficiente para la definición de la estrategia, sino que es necesaria la participación de más actores, de más miradas, en el proceso de decisión y definición del Plan de Acción.
A continuación se presenta una propuesta metodológica derivada de la experiencia previa en la redacción del planes de acción en la provincia de Granada. Como propuesta de actuación se proponen cinco etapas estándar a cualquier proceso participativo. Cada uno de los pasos contiene serie de acciones y de herramientas que se deben considerar o modificar en función de las posibilidades de adaptación al contexto y los diferentes actores. Independientemente de que la metodología se estructure en una serie de fases secuenciales, su orden es solamente indicativo, pudiendo simultanearse las acciones indicadas, alterar su orden o alternarlo según las circunstancias. De las fases se exponen las consideraciones más destacadas, recomendando la consulta del documento original para un conocimiento más detallado de los componentes de cada fase. La única excepción a las observaciones anteriores es la fase de Aprobación por parte del pleno municipal del Plan de Acción de la Agenda Urbana, siendo este un acto institucional necesario que simboliza el compromiso con los acuerdos alcanzados, aparte de ser una condición indispensable para poder obtener las subvenciones asignadas al proyecto en un plazo determinado.
2 A partir de notas tomadas de la "Guía Metodológica para la Agenda Urbana en la Provincia de Granada".