ÁGORA Nueva colección
EDICIÓN ELECTRÓNICA DE ÁGORA-PAPELES DE ARTE GRAMÁTICO
Año I. N. 4 Especial monográfico
Primavera-Verano 2014
ANTONIO MACHADO
ÁGORA DIGITAL ÁGORA-PAPELES DE ARTE GRAMÁTICO EN EDICIÓN ELECTRÓNICA
PORTADA: AGUSTÍN CALVO GALÁN CONSEJO EDITORIAL Y REDACCIÓN: ANNA ROSSELL, DIONISIA GARCÍA, FRANCISCO JARAUTA, FRANCISCO JAVIER DÍEZ DE REVENGA, JOSÉ LUIS MARTÍNEZ VALERO, ANDRÉS SALOM. COORDINA: PEPA MUÑOZ COMUNICACIÓN: BEATRIZ MONTERO DEL AMO DIRIGE: FULGENCIO MARTÍNEZ Este y otros números de Ágora digital los puedes leer y descargar en: http://es.calameo.com/accounts/2827296 Los textos han sido publicados también en el blog diario de Ágora digital: www.diariopoliticoyliterario.blogspot.com
EDITA: Taller de Arte Gramático
Caesar non est supra grammaticos
Depósito Legal: MU-0195-1998 ISSN: 1575-3239 Email: agoradeartegramatico@gmail.com Los textos publicados en Ágora son inéditos (salvo indicación expresa) y su copyright, así como el de las ilustraciones que sean originales, es propiedad de sus autores. Ágora no se responsabiliza de las opiniones expresadas por ellos. EL TITULO, DISEÑO Y CONTENIDOS DE ESTA REVISTA ESTÁN PROTEGIDOS LEGALMENTE: LOS TEXTOS Y LAS ILUSTRACIONES ORIGINALES NO PUEDEN SER REPRODUCIDOS EN OTRO MEDIO SIN LA AUTORIZACIÓN DE LOS AUTORES DE LOS MISMOS.
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PRESENTACIÓN En este número especial doble de Ágora digital dedicamos, un monográfico a Antonio Machado, con motivo de cumplirse en febrero de este año el 75 aniversario de su muerte en Collioure. Hemos querido evocar las circunstancias del éxodo y la muerte del poeta; pero también lo valioso del pensamiento y la poesía de Antonio Machado para la hora actual. El monográfico se pensó para publicarse en la primavera, pero, como en Soria, y en toda España, actualmente, “Primavera tarda” -como dijo el mismo poeta. Agradecemos a todos los colaboradores, tanto sus artículos y poemas originales e inéditos, como los ya publicados en otros medios. Y especialmente, hemos de agradecer a Agustín Calvo Galán su portada y poemas visuales especialmente creados para este monográfico.
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monográfico antonio machado
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SUMARIO 3
PORTADA: AGUSTÍN CALVO GALÁN PRESENTACIÓN DEL ESPECIAL MONOGRÁFICO EN HOMENAJE A ANTONIO MACHADO
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POEMA VISUAL DE A. CALVO GALÁN. HOMENAJE A ANTONIO MACHADO EN EL 75 ANIVERSARIO DE SU MUERTE
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1/ ARTÍCULOS/ JUAN DE MAIRENA José Luis Martínez Valero: Hora de España.
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Fulgencio Martínez: Antonio Machado en la guerra, un ejemplo de fe en los valores humanos.
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2/ POEMAS EN HOMENAJE A ANTONIO MACHADO Ángel González: Camposanto en Collioure.
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Dionisia García: Reflexiones/ Soneto (dos poemas de El vaho en los espejos). El cantor (inédito).
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Antonio Gracia: Retrato (a la manera de Antonio Machado). (inédito)
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Francisco Domene: El Uno y el Todo (Cavilaciones frente a la carátula de un CDROM). (inédito)
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Ángela Mallén: Kormákr Ögmundarson. (inédito)
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Enrique Villagrasa: Tres poemas de Lectura del mundo.
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Andrés Acedo: Generación del desencanto. (inédito)
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Alfredo Pérez Alencart/ Miguel Elías: Retrato (poema y cuadro).
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Pilar Quirosa-Cheyrouze: Remembranza. (inédito)
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Mariana Colomer: Purificación.
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María de los Ángeles Lonardi: Palabra en el tiempo. (inédito)
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José Manuel Ramón: Noche continua.
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Javier Lostalé: Nubes (inédito).
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3/ ÉXODO, CAMINO Y MUERTE. ARTÍCULOS EN HOMENAJE A ANTONIO MACHADO Manuel Juliá: Estos días azules.
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Francisco Javier Díez de Revenga: El último Machado.
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Antonio Gracia: Caminos de Machado.
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Poema visual de A. Calvo Galán
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HOMENAJE A ANTONIO MACHADO EN EL 75 ANIVERSARIO DE SU MUERTE
poema visual de agustín calvo galán
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ARTÍCULOS / JUAN DE MAIRENA
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Homenaje a Antonio Machado/1. JUAN DE MAIRENA
HORA DE ESPAÑA
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Por José Luis Martínez Valero Catedrático de Literatura. Poeta
En Valencia, enero de 1937, aparece la revista mensual Hora de España, quizá la mejor, la más completa publicación republicana, y acaba en Barcelona, número 23, noviembre de 1938, que, aunque no llegó a manos de sus lectores, algunos ejemplares fueron salvados de la destrucción. Impulsada por Antonio Sánchez Barbudo, Rafael Dieste, Juan Gil-Albert y Ramón Gaya, la impresión está al cuidado del editor e impresor de la Generación del Veintisiete, Manuel Altolaguirre. Tras el prólogo del primer número, al que llaman Propósito, con el que se justifica el título: una hora de España de trascendencia incalculable. Acaso su hora más importante. En su página siete, figura Consejos, Sentencias y Donaires de Juan de Mairena y de su maestro Abel Martín, colaboración que se repite hasta el último número, donde se reúnen de modo asistemático y fragmentario, tal como la vida, las ideas de Antonio Machado sobre pedagogía, filosofía, retórica, política, poética, dramática,…,que hoy conocemos como Juan de Mairena.
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josé luis martínez valero
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El destino hizo que lo dicho en esos días, alcanzase un sentido profético que supera al mismo decir. Convendría revisar el primer aforismo con el que abre una colaboración que se corta, pero no termina, porque su palabra sigue viva. He aquí el texto: Nunca peguéis con lacre las hojas secas de los árboles para fatigar al viento. Porque el viento no se fatiga, sino que se enfada, y se lleva las hojas secas y las verdes. La página se completa con una viñeta del pintor Ramón Gaya, que muestra un jardín destruido. En primer plano, el árbol desgarrado, sin duda por una explosión, enmarca una fuente que mana continua, al fondo lo que parece una tapia derruida. No son ruinas nobles, en las que crece el jaramago, inspiración para poetas, sino producto de la violencia. La silueta de un pájaro acude a la fuente, como si la naturaleza fuese superior a aquella historia. Recorramos el texto, la primera palabra: nunca, semeja un no, que hiciese eterno. Nunca peguéis con lacre. El lacre, que sella, para utilizarlo preciso servirse del fuego, ¿se trata de una alusión al momento presente?... quién va dirigido? Especie de prohibición, destinada a los que tratan rescatar lo inservible.
se es ¿A de
¿Qué es lo que no debe ser unido? Las hojas secas, aquellas que ya no forman parte de la vida del árbol, pues su misión ha concluido. Es preciso dejar ciertas cosas, que lo viejo no lastre el presente. ¿Qué rechaza? España no sólo es un campo de batalla, también es revolución, de ahí que establezca este principio: no queráis retener lo que la vida ha abandonado, porque con ello conseguiréis fatigar al viento. ¿A qué viento se refiere? Quizá al de la historia, que siempre erosiona, quizá a su otra versión, el olvido. Para inmediatamente decir que: el viento no se fatiga, es imposible, nunca se cansa, aunque algunos interpreten las calmas como esa humana necesidad de reponer fuerzas, cuando en realidad el viento sólo se enfada, y, si lo hace, aumenta su potencia, ocurre cuando el vendaval de la historia arrasa todo lo que encuentra, las hojas verdes junto a las hojas secas, coloca en el mismo plano lo inútil y lo útil, lo bueno y lo malo. El texto podríamos entender que se formula como un consejo, aunque su contenido, si atendemos a un plano simbólico, lo clasificaríamos como sentencia, que aún no ha alcanzado el carácter lapidario, circunstancia que lo aproxima al donaire, por la gracia del viento. Estas páginas heterogéneas continúan el Juan de Mairena, publicado en 1936, muestran la complejidad de la existencia, esa neblina en que se mueve quien piensa y que, como el humo de un cigarro, envuelve la cabeza de Pablo Serrano, en este paseo de Baeza, desde donde Machado contempla el alfanje roto del Guadalquivir, que ahí abajo reluce y espejea. ___________ [1] El artículo de José Luis Martínez Valero fue publicado en folleto para celebrar la VIII semana machadiana, del 27 de Febrero de 2014, Baeza, 75 aniversario de la muerte de Antonio Machado.
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ARTÍCULOS
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ANTONIO MACHADO EN LA GUERRA, UN EJEMPLO DE FE EN LOS VALORES HUMANOS Por Fulgencio Martínez. Profesor de Filosofía
El
22 de febrero de 1939 moría en Collioure (Francia) el poeta Antonio
Machado. En una de sus últimas prosas, escritas en Valencia durante la guerra de España, Machado reflexiona sobre el papel de los poetas y los intelectuales. Escribe Machado un texto casi dramático, en circunstancias excepcionales -bajo un bombardeo del ejército franquista. El texto se recoge en la segunda parte de su libro Juan de Mairena, una de las cumbres de la prosa y de la filosofía española. Los poetas, dice, mantienen una "vela, en plena alarma" y apagón -con esa imagen se describe también a sí mismo Machado, en 1938, en plena guerra, cuando envía un comunicado a París, para el "Congreso por la paz y contra los bombardeos de las ciudades abiertas" que allí a la sazón se celebraba y al que Machado no pudo asistir por imperativo de la guerra. "Occidente parece cada día más desorientado. Cada día, en verdad, sabemos menos por donde va a salir el sol". (p. 203, "Juan de Mairena", ed. Cátedra). "Escribo a la luz de una vela, en plena alarma, y son estas mismas aborrecibles bombas que están cayendo sobre nuestros techos, las que me
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fulgencio martínez
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inspiran estas reflexiones". (p. 208, op. Cit). En esos términos se expresa Machado y va desgranando las actitudes del poeta y la del filósofo abstracto ante la situación de guerra, a la vez que asienta su fe poética y humana en el amor y en los valores sociales. El filósofo está tentado a pensar que la guerra "perturba el ritmo de sus meditaciones", pero si ella le pilla "desprevenido de categorías para pensarla, esto quiere decir mucho en contra" de las meditaciones del filósofo y del deber de "revisarlas y de arrojar no pocas al cesto de los papeles inservibles" (p. 130. op. cit). La proximidad de la muerte -cuyo pensamiento trata de poner lejos de sí el filósofo- se hace patente en ese caso. Y con él, la angustia existencial y el descontento radical del ser humano. Pero es, para Machado, precisamente, ese descontento la "única base de nuestra ética", como seres finitos, relativos y necesitados de otro ser. "Si me pedís una piedra fundamental para nuestro edificio, ahí la tenéis". (p. 110, op. cit). Pero piedra, más bien, para el edificio de una creencia comunitaria, fraterna, antes o por encima de la metafísica y el concepto racional, un acuerdo en valores vivos que presida el diálogo posible de dos conciencias-mónadas autónomas y complementarias. Para desmontar el fracaso existencial del amor, Machado evoca la lapidaria sentencia de Negrín: "Las más de las veces al vencedor lo hace el vencido". (p. 199. op. cit). Esa frase la recuerda Machado a propósito de "superar" una voz de sutil encantamiento que hace disminuir, en el alma, las alas que se despiertan en ella hacia lo trascendente y empujan al yo solipsista más allá de los valores individuales, egoístas. Parece ser que sin motivo nada ni nadie se mueve, y que si antes una cultura no educa en nosotros esos valores, nuestras convicciones últimas no serán removidas. En Machado, su pensamiento al igual que su corazón le llevaban a la ética del respeto y el amor a la única humanidad verídica, que él no ve muy lejos del pueblo, y, por consiguiente, a superar cierto pesimismo nihilista, esa tristeza metafisica que le amenazó desde el principio y le acompañó, trágicamente, hasta el final. En la lucha contra el pesimismo se da una correspondencia entre Mairena y el propio Machado, no pretendida y por ello dramática para el lector
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que conoce la muerte del poeta unos meses después. Los últimos años de la vida de ese apócrifo machadiano, que muere en 1909, se ocuparon en una reflexión sobre la muerte, así como, en el final de Machado, éste escribió el texto en que el pensador reflexiona sobre la muerte a poco tiempo de la suya. La escisión en el alma no puede ser menos trágica, porque Machado es consciente de que "por miedo a la muerte huye el pensamiento de su punto de mira" (p. 86, op. cit) y se priva, por ende, de una revelación del ser, que solo se da en el existir humano. El otro no será ¿una última forma de eliminar la muerte, que podría desvelarse como un otro inmanente, instrumento, no fin, mío? "Toda creencia es creencia en lo absoluto. Todo lo demás se llama pensar" (p. 140. op. cit). Machado posee arraigada la convicción sobre la existencia de un tú esencial, libre, de un ojo que es, no porque yo lo mire, sino porque me ve; y al final vuelve hacia la confianza en esa consciencia divina, totalizadora, que representa el tú de cualquier hombre -de un ser humano que hoy nacerá y en donde se refundirá el todo de las conciencias anteriores, incluida la de Antonio Machado. Ese tú es tambien "Dios", pero, evidente es, no el Dios bíblico -que desde el pasado absorbe y regurgita presente y futuro; sino un Dios hacia el futuro; y no es tampoco el seno de los místicos, donde se aquieta y reposa la conciencia vigilante. Diríamos que es, en Machado, un dios de filantropía cuya existencia necesariamente se haría real por la realización futura de su esencia en el hombre. Una fe racional, tan compleja y madura, requiere más análisis, necesitaría pasar por su prueba ontológica y prepararse un nuevo tiempo de "fe idealista". Como elucubra Mairena: "Algún día resurgirá -decía mi maestro- la fe idealista... la creencia... en el verdadero ser de lo pensado. Y el argumento ontológico que deduce la existencia de Dios de su esencia o definición... puede reaparecer. Para ello bastará con que se debilite la fe kantiana... en la no intuitividad del intelecto". (p. 79. op. cit). Se precisaría, pues, desconfiar de la construcción objetiva basada en los sentidos y en la lógica racional; se obligaría el escéptico a preguntarse si acaso es que no cree en su propia
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muerte por no poder racionalizarla, pensarla o tener una representación sensible de la misma. (p. 80. passim. op. cit). Lo que constituye una creencia es "la casi imposibilidad de creer otra cosa, su hondo arraigo en la conciencia" (p. 82. op. cit). Si es así, mientras la creencia está viva (independientemente de que sea la creencia verdadera o falsa), es capaz de sostener razones tanto verdaderas como falsas. Las creencias
conforman
valores
y
un
fondo
constante
de
elecciones
y
experiencias. Por cierto que la "ingente experiencia del Cristo todavía en curso" es "precisamente en Roma" donde no se la ve nunca. (p. 128, op. cit).1 Una nueva educación en la fe de los valores fraternos cambiaría el fondo metafísico humano y nuestras percepciones e ideas. Ello requiere un ascesis, casi el heroísmo del fuerte que sabe hacerse más fuerte cuanto más "esgrime el látigo contra sí mismo" (p. 132. op. cit), y más fuerte aún cuando siente como suyos los yerros ajenos.
Machado culmina su reflexión metafísica en estas líneas muy profundas de consideración hacia el prójimo, hacia el otro: 1 Sobre el Dios de la filantropía de Machado, su concepto de pueblo y el catolicismo del pueblo español habría que profundizar más. El pueblo español tiene un fondo de valores arraigados que no son despreciables si se convierten en solidaridad y no ceden a la tentación del egoísmo. Cree Machado en un Dios de la filantropía, aun no realizado del todo, pero cuya existencia necesariamente se haría real mediante la realización futura de la esencia humana. Alguien podría decir que ese Dios de Machado es una creencia idealista, pero, para Machado, las creencias son realísimas, “conforman valores y un fondo constante de elecciones y experiencias”. Requiere un esfuerzo entender su credo en "la ingente experiencia del Cristo todavía en curso” y su ironía hacia lo que representa el Papado. ¿Qué escribiría Machado hoy?, ¿diría que, con el nuevo Papa, la Iglesia se orienta otra vez hacia Cristo? Pues la Iglesia no ha de quedarse fuera de ese nuevo ímpetu que se necesita para los tiempos presentes. Reafirmar los valores de la compasión, en el sentido profundo de la palabra, y la solidaridad, valores que derivan de la creencia en la pertenencia a una misma humanidad, en progreso ilustrado hacia la realización de su esencial real, es tarea colectiva, que suma. El mensaje de Machado, en efecto, se centra en la necesidad de una verdadera educación en los valores fraternos, desde la cual cambiar nuestros pensamientos egoístas y deprimidos moral y metafísicamente, con el objeto de superar la sociedad injusta y las barreras que confinan a los individuos, víctimas, en el fondo, de un error ontológico sobre el que se monta la sociedad burguesa y del que el capitalismo saca beneficio.
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fulgencio martínez
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"Nuestros yerros esenciales son hondos, y es en nosotros mismos donde los descubrimos. Si acusamos de ellos a nuestro prójimo... estableceremos con él una falsísima relación, desorientadora y descaminante. (...) Cometemos dos faltas imperdonables: la antisocrática, no acompañando a nuestro prójimo para ayudarle a bien parir sus propias nociones, la otra, mucho más grave, anticristiana", es decir, la profunda ironía de Cristo hacia los lapidadores: quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. (p. 131.op. cit). Porque, metafísicamente, el yo es alteridad, comunidad de yo humanos, como el ser es radicalmente incompleto en su unidad y soledad sin la alteridad del pensamiento que trae siempre a pensar lo otro.
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poemas en homenaje a antonio machado
2/ POEMAS EN HOMENAJE A ANTONIO MACHADO
CAMPOSANTO EN COLLIOURE
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ÁNGEL GONZÁLEZ
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Aquí paz, y después gloria. Aquí, a orillas de Francia, en donde Cataluña no muere todavía y prolonga en carteles de "Toros à Ceret" y de "Flamenco's Show" esa curiosa España de las ganaderías de reses bravas y de juergas sórdidas, reposa un español bajo una losa: -paz y después gloria. Dramático destino, triste suerte morir aquí -paz y después...perdido, abandonado y liberado a un tiempo (ya sin tiempo) de una patria sombría e inclemente. Sí; después gloria. Al final del verano, por las proximidades pasan trenes nocturnos, subrepticios, rebosantes de humana mercancía: manos de obra barata, ejército
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ÁNGEL GONZÁLEZ
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vencido por el hambre -paz...otra vez desbandada de españoles cruzando la frontera, derrotados -...sin gloria. Se paga con la muerte o con la vida, pero se paga siempre una derrota. ¿Qué precio es el peor? Me lo pregunto y no sé qué pensar ante esta tumba, ante esta paz -"Casino de Canet: spanish gipsy dancers", rumor de trenes, hojas...-, ante la gloria ésta -...de reseco laurel— que yace aquí, abatida bajo el ciprés erguido, igual que una bandera al pie de un mástil. Quisiera, a veces, que borrase el tiempo los nombres y los hechos de esta historia como borrará un día mis palabras que la repiten siempre tercas, roncas. “Camposanto en Collioure”, de Grado elemental. Poemas (Edición del autor). Ángel González, Cátedra, Madrid.
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DIONISIA GARCÍA
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EN EL CENTENARIO DE ANTONIO MACHADO. DOS POEMAS DE DIONISIA GARCÍA, PERTENECIENTES A SU LIBRO EL VAHO EN LOS ESPEJOS (1976)
I Reflexiones Le preocupó el camino; caminante cansado, bien lo supo, lo sintió en el pesar de su melancolía cubriendo siempre el verso. Ya no es polvo dorado su andadura; es recuerdo que brota lleno de soledades, para llegar ¿a dónde? Dos figuras se alejan, apostando sus cuerpos en hiélico abandono: angustia y desamparo en esa hora injusta del olvido.
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DIONISIA GARCÍA
Sólo la inquieta sombra en jugueteo inútil se aproxima, vacila, para y vuelve: compañera de sol, ingrata a medias; sólo de cantos lleno en un eco profundo de coordinada música: con él se fue el impulso de tardes sucesivas que aguardaron, llenas de plenitud, su nacimiento, su inmanencia prendida a las palabras: «la palabra en el tiempo», con identidad justa y profunda consciencia de la Historia. Horizontes letales aminoran el paso, se quiebra la esperanza y es preciso seguir, guardándose en la huída de las noches sin hora; capacidad doblada sin el aprecio amigo, sin las gozosas luces que lluevan de ternura los últimos albores. Después serán los días de los himnos triunfales, como recuerdo estéril de un tiempo ya prescrito, como remordimiento de un final sin abrazo.
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DIONISIA GARCÍA
II Soneto Nunca se vio la tierra tan querida ni la colina humilde, que, latente, buscaba en su existir, mudo y ausente, el buen cantar de alguna voz dolida. El olmo seco siente la subida en savia vertical, de brote ardiente, que triste maduró sin ser presente en esa primavera verdecida. Roquedas, sierras, encinares, chopos, están en su relato con hondura para arrancar al yermo su paisaje: páramo de blancura, prietos copos donde el invierno crece y aun perdura, siendo el estío pobre de ropaje.
Dionisia García EL VAHO EN LOS ESPEJOS, 1976
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DIONISIA GARCÍA
DIONISIA GARCÍA EL CANTOR
Vivió desde la voz de su conciencia, y así fueron los versos el emblema y la hondura. Su amor esparciría generoso: el hombre a su cuidado estuvo siempre. Amaneceres claros, tierras broncas de vinosos colores, castaños y amarillos, recibirán el bien de la mirada. Sus amores tardíos benefician al corazón, que sabe y está solo en el ir y venir de diferentes tiempos. La imagen del poeta, cercana y apacible, quedará entre nosotros, con los dones de su voz luminosa, engrandecida y única. Al borde del camino, humildes margaritas. Aún verdes las espigas cereales cuando el adiós apremia inesperado. En su huida, el cantor pisa tierra extranjera. Se adivina en sus ojos una chispa de luz que impulsa la esperanza de ser en otros mundos, ajeno a su final en desconsuelo.
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antonio gracia
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ANTONIO GRACIA Retrato (a la manera de Antonio Machado) Inédito
Antonio
Gracia es autor de La estatura del ansia (1975), Palimpsesto (1980), Los ojos de la metafora (1987), Hacia la luz (1998), Libro de los anhelos (1999), Reconstruccion de un diario (2001), La epopeya interior (2002), El himno en la elegia (2002), Por una elevada senda (2004), Devastaciones, suenos (2005), La urdimbre luminosa (2007). Su obra está recogida selectivamente en las recopilaciones Fragmentos de identidad (Poesia 1968-1983), 1993, y Fragmentos de inmensidad (Poesia 1998-2004), 2009. Ha obtenido el “Premio Fernando Rielo", el "José Hierro Alegria", el "Paul Beckett de la Fundacion Valparaiso", el “Veron Gormaz” y el Premio de la Critica de la Comunidad Valenciana. Es, también, Premio “Gabriel Sijé” de cuentos y novela corta (1972 y 1979). Sus ultimos titulos poéticos son Hijos de Homero, La condicion mortal y Siete poemas y dos poematicas, de 2010. En 2011 han aparecido las antologias El mausoleo y los pajaros y Devastaciones, suenos. En 2012, La muerte universal y Bajo el signo de eros. Mantiene el blog: http://antoniograciaoniria.blogspot.com.es/
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Antonio gracia
Retrato (a la manera de A. Machado)
Yo soy sólo mis sueños y no he de morir nunca porque no me cumplí, y tengo que cumplirme. Será en un cuerpo amado; tal vez en un combate rebelde y luminoso; quizá en mi corazón. En él guardo un abismo constelado que lleno con soledad hermosa, la templanza ganada día a día fluyendo hacia el silencio. En mi serenidad no cabe el desvarío ni la tristeza oscura: solamente la luz de aquel que nada espera porque todo lo tiene con sólo conjurar un nombre puro. Cuánta delectación es el sosiego, y qué felicidad saberse en paz con todo tras el desasimiento innumerable. Olvidar el pasado y no amar el futuro, aprender de las cosas y enseñarme a mí mismo fueron los horizontes que rigieron mi vida. Lucho para ser digno de mis sueños. Mi voluntad no admite la desesperación. Mucho me dio la noche y me dieron los libros; y en la escritura hallé la redención dorada. Ojalá haya sabido legar algo a los hombres, pues, al fin, hay en mi alma dulce misantropía. Vivo como si fuera a despedirme; pero en toda despedida hay un retorno igual que en cada encuentro hay un adiós.
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FRANCISCO DOMENE EL UNO Y EL TODO (Cavilaciones frente a la carátula de un CD-ROM)
Inédito Con Antonio Machado, que quiso definir “ese mundo que no es ni objetivo ni subjetivo, ese tercer mundo en que todavía no ha reparado suficientemente la psicología: el mundo de los otros yos” (De anotaciones en el cuaderno de Lo complementarios. 1925)
Hay quienes aseguran que es un juego mil veces más potente que las consolas de dieciséis bits, y que no acaba nunca, a menos que la muerte exista. (Aunque, si llegas al final, tal vez merecerá la pena.) Su diseño exclusivo permite disfrutar de percepciones tridimensionales, dentro de un cierto entorno mítico: sonido, olfato y gusto logran un excitante procesamiento en paralelo —el sabor de la sangre, el olor de la sangre, o el sonsonete de la frustración, se juzgan como insuperables—. Contiene perspectivas únicas y texturas ocultas, asombrosos y adictivos mapados y múltiples arranques. Puedes reproducir recuerdos —todo recurso es válido— y utopías, leyendas, de la máxima calidad.
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FRANCISCO DOMENE
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Todos sus riesgos son originales, y te brinda los límites más altos de jugabilidad. Cada día, cualquier momento, puede ser descontrolado, tan endiabladamente íntimo como público. La decisión es tuya. Sólo tienes que enfrentarte al sistema.
Francisco Domene nació en Caniles, Granada, en 1960. Es Licenciado en Filosofía y Letras, especialista en Arqueología e Historia Antigua, y trabaja como profesor de Historia. Ha residido en Almería, Toledo y Menorca, antes de regresar a Baza (Granada), donde ha establecido su residencia en los últimos años. Poeta y narrador, ha sido coordinador del Aula de Poesía del Ayuntamiento de Almería y director de la colección "Ríomardesierto". Colabora habitualmente en revistas de literatura e historia. En poesía, ha publicado Libro de las horas (1991), Propósito de enmienda (1992), Insistencia en las horas (1993), Falso testimonio (1999), Arrabalías (2000), El cristal de las doce (2001). Es autor también de narrativa; sus últimas obras en este género: Cuentos y leyendas de los dioses griegos (2010), Arañas en la barriga (2011), Ninfas, faunos, unicornios y otros mitos clásicos (2012). Ha obtenido, entre otros, los premios Ciudad de Irún, Antonio Machado (por Paisaje), Blas de Otero, Oliver Belmás y Ciudad de Burgos.
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ÁNGELA MALLÉN Inédito
Kormákr Ögmundarson Siete barcas de colores en un puerto congelado. La aurora boreal sobre una carretera para salir del mundo. Yo quisiera llevarte a esa tierra distante que se parece a un alma extraviada en el mar, llevarte de la mano por todo lo imposible: géysers en un desierto de nieve, valles sin un solo árbol, el sol de medianoche.
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Yo quisiera marchar para Islandia contigo. Desnudarte en una habitación perfumada por una chimenea. Rozaría tu piel como si fuera yo la sombra de un pájaro ártico, y como si pudiera sobrevivir a tocarte. Te diría: escuchemos la algarabía lejana, porque estamos en el límite frío del mundo y todo se ha vuelto cielo boreal.
Ángela Mallén nació Alcolea del Río (Sevilla). Es Poeta y narradora. Licenciada en Psicología. Vive entre Austria y en el País Vasco. Obtuvo el Poesía “Leonor de Córdoba”, con Courier -Los trenes del sur- (2003).Ha publicado también Los caminos a Karyukai (2005), Palabra de elefante (2007), La noche en una flor de baobab (2009).
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enrique villagrasa
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ENRIQUE VILLAGRASA POEMAS DE LECTURA DEL MUNDO
A Antonio Machado, estos poemas de Lectura del mundo
I Allí deja de ser allí cuando es aquí. Explicar el poema no se puede: es volver a escribir.
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Es el lector quien reescribe, da fe y el poema es. En cuanto que leído el poema es pensado, por tanto se puede decir: ¡hágase! En cuanto que pensado el poema es escrito, por tanto se puede decir: ¡imprímase! Si el poema es metáfora, de qué es metáfora el poeta: de una cuarta persona gramatical (…una cuarta persona gramatical que sería la instancia de discurso de la persona poemática, que casi nunca coincide con la real. Siles dixit)
VII Es posible una poesía de silencios como es posible la física de partículas. La poesía puede ser el líquido transparente que lo llene todo. Navega libre el porqué. Los arcanos habitan todos los versos. Las partículas tienen masa, no color y el campo electropoético produce olas. Y todo son veloces bosones de Higgs.
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enrique villagrasa
La palabra escrita es moldeada por el lector. Pero, todo tiene un significado errante. La poesía es la magnitud que nos descubre. La belleza del poema es igual a sus versos multiplicados por la velocidad de la luz al cuadrado: el poeta Einstein podría decir.
VIII Estos días azules y este sol de infancia Antonio Machado
La página vacía acoge al veloz verso. Tradición e interpretación errante tras de sí, tras el surco de la palabra en el espejo: única encarnación de la imagen individual, cual ejercicio de recreación, íntimo y singular. ¿Qué poema no brota de la necesidad?: el poeta sabe que corre en la noche oscura, también sabe que el día claro existe y confía en que cuando esté en la pista sabrá reconocerla, ganarla, cual Frankel. El lector tiene catorce infinitas caras. Toda carrera es el texto más absoluto. El escritor confía(do), reescribe la senda. ¿Brilla el sol: misterio (in)finito, tal vez?
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enrique villagrasa
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Enrique Villagrasa González nació en Burbáguena (Teruel), en 1957. Reside en Tarragona. Periodista y lector de poesía. Ha escrito varios libros de poemas. Han sido traducidos algunos de sus poemas al árabe, croata, chino, francés, húngaro, inglés, italiano, portugués, rumano, ruso. Colabora como crítico en revistas literarias. Su último libro es Lectura del mundo (Isla de Siltolá, 2014).
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ANDRÉS ACEDO GENERACIÓN DEL DESENCANTO
Soledades y Campos de Castilla guardan recuerdos extraños y alegres de nosotros, los lectores que fuimos. Éramos aún ayer todos adolescentes. Cuando vino el desencanto buscábamos una lápida donde tomar aire; hacíamos el poema como se hace el amor, con exactos gestos desentrenados. Pasó también ese tiempo. LLega hasta hoy y hasta mañana la voz del poeta que una vez dio a nuestro vivir refugio. Aunque vamos solos después de oírlo, no vamos solos, nos acompaña él "con las lluvias de abril y el sol de mayo". Inédito
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ALFREDO PÉREZ ALENCART / miguel elías
ALFREDO PÉREZ ALENCART/ MIGUEL ELÍAS
RETRATO DE MACHADO. MIGUEL ELÍAS
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alfredo pérez alencart / Miguel elías
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ALFREDO PÉREZ ALENCART RETRATO POR MACHADO
Tras la cuerda floja, el equilibrio de unas lágrimas de las que todavía participo ajustando el corazón, aquí, donde el crepúsculo recuerda otros caminos de marcha amordazada remontando exilios, paisajes que se aman con otro desgarro más hasta que reviva la muerte. Única Castilla blanqueando cráneos mientras enloquecían quince lustros de ayer, revuelos, fronteras despertándose apenas… En este páramo rindo vasallaje a los versos fecundados por el hombre que, huyendo de las bestias, aún hoy descansa en la intemperie, hasta helarse.
Alfredo Pérez Alencart, catedrático de Derecho del Trabajo y poeta hispano-peruano. Ha publicado varios libros de poemas (en la editorial Verbum), algunos en colaboración con Miguel Elías en las ilustraciones. Nuestro agradecimiento a la página web de Salamancartv, así como al poeta y al pintor, ambos profesores de la Universidad salmantina. http://www.salamancartv.com/cultura/antonio-machado-en-el-75-aniversario-de-su-muerte/
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PILAR QUIROSA-CHEYROUZE
PILAR QUIROSA-CHEYROUZE
Antonio Machado, Soledades, galerías y otras poemas
Inédito
REMEMBRANZA A Antonio Machado, desde estas soledades
Fue aquel viaje de invierno, instalado en la senda de la memoria. Aquellas sombras parapetadas en la umbría, tan lejos el huerto, la tibieza del sol y el limonero.
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PILAR QUIROSA-CHEYROUZE
El exilio de un tiempo incivil, las noches en Colliure, fiel reflejo de la nostalgia. Tanto quisimos, tras conocer tu palabra exacta, aquella que sembraba de azules la travesía, escribiendo y reescribiendo el pulso de la Historia. Silencios que, a retazos, hoy nos habitan como ráfagas de aire, humanismo y aprendizaje de vida, en esta rueda transitada por fragmentos de verdad y de belleza.
Almería, 2014.
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MARIANA COLOMER
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MARIANA COLOMER PURIFICACIÓN
Nuestra casa es un lugar de sombras, cuando no perdonamos, cada vez que el amor negamos a los nuestros. Sólo entonces los seres protectores que vienen de la Luz parecerán ausentes. Al Arcángel Miguel invocaremos. En un cuenco poned benjuí, mirra, laurel pulverizado y también estoraque. Encended un carbón vegetal. Haced un ramillete con laurel, ruda y romero muy bien adornado con cinta del color de las violetas. El agua bendecida no olvidéis. Por la senda derecha, el humo ocupará cualquier rincón. El ramo que habéis hecho barrerá la oscuridad en puertas y paredes. Pronunciad las palabras que avisen a Miguel para que él os defienda. Abrid de par en par la casa y perfumadla con el agua que enaltece Tu nombre.
del libro SALIR DE MÍ (HUERGA Y FIERRO, MADRID, 2012)
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PILAR QUIROSA-CHEYROUZE
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Mariana Colomer (Barcelona, 1962) es licenciada en Filología Hispñ en la especialidad de literatura por la Universidad de su ciudad natal. Ha publicado Crónicas de altanería, 1999; La gracia y el deseo, 2003, que incluye también, la 2ª edición revisada de su primer poemario; Libro de la suavidad, 2008, y Salir de mí, 2012. Parte de su obra ha sido traducida al inglés y catalán, y por Emilio Coco al italiano ( La grazia e il desiderio, 2003), y se la ha incluido en numerosas antologías y estudios. Ha codirigido la exposición y el libro Tan mortales, tan divinas. 32 mujeres creadoras. Diálogo entre poesía y artes plásticas y audiovisuales, 2005.
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MARía de los ángeles lonardi
MARÍA DE LOS ÁNGELES LONARDI PALABRA EN EL TIEMPO
Te han despedido las encinas y el limonero pero aún el aroma a tomillo revolotea en el cielo. Oigo el eco que trae tu nombre y nace el verso. Duerme Sevilla tu sueño. También Castilla conoció tu sombra y te dejó marchar. Sólo alimentabas el sueño de una España nueva: querías con todas tus fuerzas
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maría de los ángeles lonardi
que de una vez floreciera. Algo clásico...algo romántico... Héroe de tu hora dibujando en el viento blandiste tu espada de puro verso y mostraste al mundo tu corazón abierto. No muy lejos, Leonor espera el reencuentro... y te marchaste viajero incansable hacia tu cielo poeta, la tierra de más allá “ligero de equipaje, como hijo de la mar” tal como querías, sin más. Pero tu voz se distingue entre las voces y a pesar del tiempo que transcurre implacable tu voz vuelve y se hace escuchar. Un coro de grillos cantando a la luna compone tu música y me trae versos sencillos pareados, cargados de fuerza inquebrantable. Como tu huella perenne y serena quisiera mi letra perdurar: “sin perseguir la gloria/ ni dejar en la memoria de los hombres mi canción”. y esos mundos sutiles amados por tu desdicha como una flor marchita reflejan tu poesía. Todavía hoy suena el eco prodigioso de tu voz inacallada en los paisajes que pinta el sol bajo el cielo azul que te mirara. Tus huellas marcan el camino: Caminante eterno Caminante de Proverbios y Cantares
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MARía de los ángeles lonardi
de un tiempo que fue. De un ayer que sigue vivo. En el crepúsculo, la tarde remolonea y palpita tu recuerdo en la letra de la memoria y de la idea.
Inédito
María De los Ángeles Lonardi nació en Larroque, Provincia de Entre Ríos, Argentina en 1970. Es Profesora y escritora. Desde 2002 se radicó en Almería y continúa relacionada con las Letras. Ha obtenido los premios Literarios: "Por Una Memoria Viva de Madres de Plaza de Mayo, Certamen Internacional", en Rosario; el Concurso Nacional "Ayacucho 2001" en Buenos Aires; y Primer Premio Poesía Asociación "Juan de Uceda". Es Socia Fundadora de la Sección Gualeguaychú de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE). En 1997 publicó Amores y en 2005 Entre Calamidades y milagros. Ha sido incluida en varias Antologías publicadas en Argentina.
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josé manuel ramón
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JOSÉ MANUEL RAMÓN NOCHE CONTINUA A la memoria de Alberto Ramón
...Madre,
¡el pájaro amarillo!
¡Las mariposas negras y moradas! Antonio Machado.
Se duele de los ojos de un nuevo misterio y del tiempo de las manos se duele del arraigo de su frágil tempestad y de la noche Su gesto enfermo dase a la incógnita es fuga de luz cual golondrina Quiere arrebatar lo humano a la apariencia y abatido se disipa en las bandadas de negras mariposas que cristalizan el anochecer.
(De La senda honda, próximo a editar en Devenir Poesía).
Jose Manuel Ramón (Orihuela, 1966) es autor de Génesis del amanecer y La senda honda, entre otros libros de poesía.
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JAVIER LOSTALÉ
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JAVIER LOSTALÉ
Javier Lostalé, nacido en Madrid en 1942, poeta y reconocido periodista, durante años director del programa de radio La estación azul, y actualmente crítico literario en dicho programa, ha publicado, entre otros libros, La rosa inclinada, La estación azul (este último de poemas en prosa), Hondo es el resplandor, Tormenta transparente. En 2014 la editorial Renacimiento ha publicado una antología de su obra poética: Azul relente.
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javier lostalé
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NUBES No tienen memoria las nubes, su tránsito de espejo en vuelo se consuma en libertad de luz cambiante. Apenas necesitamos levantar los ojos para sentir el leve peso de sus formas, tan ignorantes de nuestro desvelo como de la soledad pequeña de unos pasos. Ángeles insomnes de claridades y tormentas queman las nubes el pecho adolescente con su sofoco tibio de pajar. Y si un viento de sombras las cruza tiemblan navíos fantasma en cada ventanal mientras al fondo manos maternas se posan en un silencio azul. Oro de sueños siempre en vilo depositan las nubes en el corazón más solitario, y el nadador cruza el río en su propia constelación cegado. A su paso las torres resumen la tensión íntima del paisaje, y entre valles el aire más alto irradia su secreto. En su luciente desvanecimiento las nubes nos ignoran, pero hay en ellas un fugitivo soplo carnal que nos anuda sin tiempo ni destino a la universal pulsación de lo aún no concebido. Inédito
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ARTÍCULOS EN HOMENAJE A ANTONIO MACHADO
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3/ ÉXODO, CAMINO Y MUERTE. ARTÍCULOS EN HOMENAJE A ANTONIO MACHADO
ESTOS DÍAS AZULES por MANUEL JULIÁ
Estos días azules y este sol de la infancia…Pongo puntos suspensivos desde una perspectiva trascendentalista. Y me imagino la triste escena. El tiempo frío, lluvioso, con una humedad que traspasa paredes, muebles y carne y se aloja después en los huesos. Una pulmonía que ya le venía acompañando mucho antes. Una honda tristeza y un sentimiento de desarraigo. Una pena profunda por esa parte humana que se vuelve vil, violenta, insensible, cruel.
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manuel JULIÁ
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¡Atrás quedaban tantos recuerdos lejanos y cercanos! Tanta lucha en un país cainita en el que el mundo de los privilegios no quería ser derrotado por la razón. Sus últimas colaboraciones habían sido en una revista editada en Valencia, Hora de España, que pretendía mantener en aquel vertedero de angustia un chispazo de cultura. Exiliándose llegó a una pensión en una pequeña ciudad francesa con su madre y otros acompañantes. Oía la lluvia desde la cama llena de sudor. Miraba el aire gris de afuera con unos ojos que ya tenían más muerte que vida. Unos ojos pequeños y achinados que habían estudiado el tiempo en Bergson, y la poesía en autores cultos y en la voz que dicen los labios anónimos de la calle. Llegó con dos heridas, la de la muerte y la de la vida. Llegó con la sola herida del recuerdo que tenía días dichosos y amargos, sones en francés de los que manaban sílabas de Verlaine y un aire llegado del existencialismo, que como un moderno Séneca, supo convertir en sabiduría. Todas las ideas complejas que había sintetizado en pocos versos o frases comenzaron a dejarle para vivir su propio futuro. Algún día llenarían estadios y vivirían con la música de lo eterno. Hoy es siempre todavía, debió pensar con la muerte agarrada a la garganta. Converso con el hombre que siempre va conmigo, quien habla solo espera hablar con Dios un día, debió decirse aquel republicano que escribió uno de los poemas más bellos que puedan escribirse a una monja. Ya estaba acostado con la muerte y quizá entonces pudo conocerla. En una pensión lejana, en un día de perros… Y entonces, en algún momento, debió escribir lo que alguien rescató del bolsillo de su abrigo. Estos días azules…Dicen que es lo último que escribió. Otro día lejano expresó el dolor por la muerte de un ser amado con los cuatro versos más desgarradores de la literatura española. Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería. Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar. Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía. Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar. Hacía mucho frío afuera, y también adentro. Antonio Machado soñaba con un patio de Sevilla, un huerto claro y un limonero que el sol vuelve un espejo de oro. Ayer hizo 75 años de su muerte y un grupo de poetas lo recordamos en su casa de Segovia.
Manuel Juliá es escritor y periodista. Blog del escritor: http://www.manueljulia.com/articulos/759/estos/dias/azules
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francisco javier díez de revenga
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Antonio Machado, en 1936.
EL ÚLTIMO MACHADO POR FRANCISCO JAVIER DÍEZ DE REVENGA
Los últimos días de Antonio Machado, en enero y febrero de 1939, transcurrieron en el pueblecito francés de Colliure, muy cerca de Perpiñán, donde el poeta murió el 22 de febrero, y en cuyo cementerio permanecen sus restos, junto a los de su madre, Ana Ruiz, muerta el día 25. Habían salido de España, en enero de 1939, y habían cruzado la frontera, el día 27, andando debido al embotellamiento de vehículos que se había producido en la carretera fronteriza en Port Bou. Antonio tenía sesenta y tres años, y estaba enfermo del corazón y de los pulmones; su madre era una menuda anciana que cumpliría, el 4 de febrero, los ochenta y cinco años. Habían partido de Barcelona, su último lugar de residencia, el día 22 de enero, dado el avance en Cataluña de las tropas del general Franco. Un mes justo de vida le quedaba a Antonio y sería el más penoso y triste de su existencia porque todo lo perdieron, y cuando llegaron al Hotel Quintana, de Colliure, nada tenían. Les acompañaban José Machado, el hermano de Antonio, su esposa Matea, y el escritor español Corpus Barga, que habían encontrado en la frontera y que les ayudó a llegar hasta el hotel. Todo esto lo relata con detalle en su último libro, recién publicado, el hispanista francés, buen amigo de Murcia, Jacques Issorel, catedrático emérito de la Universidad de Perpiñán. Se titula el volumen Último viaje y último verso
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francisco javier díez de revenga
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de Antonio Machado, y recopila en él algunas investigaciones anteriores, entre las que destacan diversas entrevistas grabadas en los años setenta y mantenidas con testigos de los últimos días de Antonio en Colliure. El volumen lo ha publicado en Santander la colección «22 de febrero», con motivo del 73º aniversario de la muerte del gran poeta español. Había desarrollado Machado una actividad intensa durante la Guerra de España, primero en Valencia, a donde fue evacuado con su familia por el gobierno republicano desde Madrid en otoño de 1936. Sus artículos en la prensa de esos años eran sensatos, emocionantes y muy respetados por todos. Los últimos meses, en Barcelona, desde abril de 1938, no impidieron que su labor continuara. Como señala Issorel, «sigue escribiendo textos admirables en verso y en prosa y nunca se niega a satisfacer las muchas solicitudes que recibe de revistas y periódicos: “Ahora que está uno tan viejo, tiene más ganas de trabajar que nunca. Yo no paro”, confiesa a Eduardo de Ontañón». El volumen de Jacques Issorel recoge también su trabajo sobre el último verso de Antonio Machado, el que desde hace muchos años cierra las obras completas: «Estos días azules y este sol de la infancia». Tras la muerte de Antonio, su hermano José halló en el bolsillo de su gabán un modestísimo papel en el que había escritas algunas anotaciones, entre ellas este hermoso verso alejandrino, que, tal como analiza Issorel, es un prodigio de expresividad, ya que une a su condición de verso perfecto con una excelente calidad acústica (los dos hemistiquios en que se puede dividir comparten la misma cadencia rítmica con sus acentos en primera, tercera y sexta sílabas), y con su paralelismo morfosintáctico en la construcción de ambas mitades (demostrativo-sustantivo-complemento). El verso recupera la memoria de Machado desde un presente luminoso (estos días azules) en la costa mediterránea del Midi francés, en un febrero anticiclónico, con el recuerdo del pasado, del sol de la infancia, tan presentes (infancia y sol) en su poesía. La significación léxica y semántica de ambos tiempos, expresados en las dos mitades (estos días y aquella infancia: presente y pasado) quedan vinculados a sensaciones luminosas representadas por el azul de un cielo despejado y por el sol de la Andalucía de la niñez. Con un expresivo quiasmo, que cruza días e infancia con azules y sol, representaciones intelectuales del tiempo con las representaciones sensoriales de la luz y del color. No hay en la historia de la literatura española un verso igual, un verso que él solo pueda evocar con tanta intensidad la añoranza y la recuperación de una infancia dichosa y cálida en un momento final de una vida agotada, pero sensible a la luz de un cielo azul limpísimo. Los grandes motivos de Antonio Machado, el día, el sol, la infancia y el color azul, se concentran en este verso final para recoger en el último momento de su existencia el impulso final de toda su poesía, siempre tan vital y tan evocadora de los recuerdos, tema central en la lírica machadiana. artículo publicado en La Opinión de Murcia, viernes 16 de marzo 2012
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antonio gracia
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ANTONIO GRACIA Caminos de Machado
1. Fue Antonio Machado un hombre de su tiempo, con todo lo que eso significa de honesto para el hombre y, a veces, perverso para el arte. Siente como un romántico -es decir: como en todas las épocas, según Rubén-, piensa como un noventayochista y escribe al margen de lo que ocurre en la escritura del mundo en el que vive. Esto, no obstante, no lo ancla en el pasado ni en su presente porque su verbo sabe hallar el sentimiento universal contra el que no pueden los academicismos creyentes ni las vanguardias descreídas. 2. Todo autor, si no pretende mitificarse -con lo que suele ridiculizarse- habla mejor de sí mismo que de cualquier otro tema por la simple razón de que es el que mejor conoce. Esto le ocurre a Machado: sus poemas mejores son aquellos en los que su amor doliente y su soledad sufrida son paseados por su pluma por los senderos melancólicos. Caminos y nostalgia suelen ir de la mano, sea esta de Leonor o de otra abstracción venerada igualmente: Yo voy soñando caminos de la tarde. ¡Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!... ¿A dónde el camino irá? (…) En el corazón tenía la espina de una pasión; logré arrancármela un día: ya no siento el corazón. Unos caminos por los que dialogar consigo mismo para seguir siempre buscando a Dios entre la niebla.Y para recuperar a la amada, pequeña diosa muerta apenas inmersa en la infancia del amor y apenas anudada al corazón del solitario paseante:
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ANTONIO GRACIA
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Soñé que tú me llevabas por una blanca vereda, sentí tu mano en la mía, tu mano de compañera, tu voz de niña en mi oído como una campana nueva... ¡Eran tu voz y tu mano, en sueños, tan verdaderas! Caminos que a veces conducen inevitablemente al mismo lugar del que se partió, que es uno mismo, porque nadie puede huir de lo vivido si no es reviviéndolo de nuevo para matarlo con la misma espada con que intentó matarnos: Yo contemplo la tarde silenciosa, a solas con mi sombra y con mi pena. (...) Caminos de los campos ... ¡Ay, ya no puedo caminar con ella! Paseos expresados tan limpiamente y con tan claro estilo que parecen no haber sido recreados por el estilista que negocia con su propio espíritu para arrojar los fantasmas en las lindes de las sendas recorridas antes y después del hecho exorcizado: un poema tan frágil y estremecedor, y de tan misteriosa claridad, como el titulado “A José María Palacio” no desdeña la estructura férrea, a pesar de su aparente espontaneidad -la naturaleza espontánea de una obra es el resultado de la eficacia de su naturaleza cultural-, pues está construido sobre un encadenamiento de pregunta-respuesta, precedido del encabezamiento cotidiano de una carta que acaba insertándose a su término y dejando un zarpazo emocional inesperado al hacer la muerte su incursión repentina en el texto y convertir el paseo y la visión del paisaje en imprevista elegía:
Palacio, buen amigo: ¿Está la primavera vistiendo ya las ramas de los chopos del río y los caminos? En la estepa del alto Duero, Primavera tarda, pero ¡es tan bella y dulce cuando llega! (...)
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antonio gracia
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Palacio, buen amigo: con los primeros lirios y las primeras rosas de las huertas, en una tarde azul, sube al Espino, al alto espino donde está su tierra. Sendas, senderos, caminos, álamos y cipreses, bagajes en la pupila errante del paisaje interior que rutila en la mente y que se reverbera sobre el horizonte hasta asolar, ascetizar, purificar, desvanecer, mistificar: Soledad, sequedad. Tan pobre me estoy quedando que ya ni siquiera estoy conmigo, ni sé si voy conmigo a solas viajando. Caminos que se vuelven efluvios manriqueños, arroyos en el tiempo, imágenes que viven por sí mismas, independientes ya de lo que representan. La vida es como un río que atraviesa montañas, valles, años, que hurga entre la materia hasta encontrar su surco; y cuando se devana entre las torrenteras y cae convulsa, acrisolada y terca, se topa con los riscos, aunque al final su cauce se suaviza en la paz: Caminante, no hay camino; se hace camino al andar. Caminos por los que se llega al punto de partida, en donde se divisa lo que en el alma truena desde que la andadura comenzó, porque ninguna naturaleza divina puede sustituir lo que se ha vivido, sentido y aun sufrido con la carne y la sangre de la naturaleza humana: ¿Y vio el rostro de Dios? Vio el de su amada. No en vano se canta lo que se pierde.
EN EL 75 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE ANTONIO MACHADO
Poema visual de Agustín Calvo Galán