MAY FOTOGRAFA
May, circulaba con su coche todoterreno por un camino lleno de baches, quería hacer las fotografías de la naturaleza que tanto sueña cuando está en la ciudad y deseando disfrutar de un bello fin de semana. Miraba por el espejo retrovisor como daba botes su cámara de fotografía en el asiento trasero y disminuyo la velocidad del coche para evitar que se cayera del asiento, aunque también estaba preocupada por su equipo médico que llevaba en el portamaletas. Porque May era muy aficionada a la fotografía, pero en realidad en la ciudad era una extraordinaria enfermera.
En uno de los baches PUFFF PUFFF el coche se paro, salía humo del motor, May sabía mucho de la mecánica del cuerpo humano pero no de mecánica de coches, necesitaba pedir ayuda urgentemente, el camino por el que circulaba entre montañas no estaba nada transitado y su móvil estaba sin cobertura, así que cogió su equipo de fotografía y empezó a caminar en busca de algún lugar donde encontrar gente que pudiese ayudarla. Después de dos horas de caminata al fondo del valle vio como salía humo de la chimenea de una casa de lo que parecía un pequeño pueblo, sonriendo y animada se acercaba a las casa que parecía habitada. TOC TOC llamo con la pesada aldaba que colgaba en la puerta de madera robusta y vieja.
-¿Quién es? Se oyó una voz que salía del interior. - Me llamo May y se me ha averiado el coche cerca de aquí, por favor podrían ayudarme. May escuchó unos pasos que se acercaban lentamente y enseguida CRAC CRAC la cerradura de la vieja puerta sonaba para abrirse y en la sombra apareció la silueta de una anciana con una cara repleta de felicidad que la sonreía tras las gafas -Por supuesto señorita. La dijo la anciana. - ¡¡ Paco!! Llamo alzando la voz. Es mi marido le grito porque está un poquito sordo, sabe los años, le dijo a May. Paco se acercaba despacio a la puerta preguntando -¿Quién es Inma?
- Es una joven que necesita ayuda porque se la ha averiado el coche en el camino. ¡¡ ves ya te decía yo que tienen que arreglarlo que los tractores lo destrozan!!. Paco muy serenamente, con la calma que proporciona la edad le dijo a May, -Señorita en este pueblo solo vivimos nosotros dos no sé como podemos ayudarla. Entonces Inma le dijo a Paco. -Llama a Paquito quizás pueda acercarse con el tractor y traer el coche hasta aquí remolcándolo. Paco se dirigió al portal de la casa y descolgó el viejo teléfono de la pared y marcó un número CLIN CLIN CLIN CLIN CLIN CLIN . May escuchaba como Paco decía
-Paquito hijo vente con el tractor que aquí hay una señorita que se le ha estropeado el coche y necesita ayuda. -Enseguida voy , lo que tarde en llegar papá Mientras Inma la decía a May -Paquito es nuestro hijo que como todos los del pueblo se han marchado a Nalimo es un pueblo que está cerca y es muuuucho más grande . Cuando llego Paquito con el tractor May se subió en él con una gran alegría, no porque fuesen a por su coche, si no porque nunca había subido en un tractor y estaba ilusionadísima. Como tenían que volver muy despacio por los baches del camino y con el coche remolcado,
May iba contemplando como el sol se escondía tras las altas montañas del horizonte y le hacía fotografías viendo como llegaba la noche. Paco e Inma los estaban esperando, habían preparado una sabrosa cena a base de ricas verdura del huerto que cuidaban con tanto cariño. -May, dijo Paquito, no te puedes marchar que ya es de noche , lo mejor es que te quedes a dormir esta noche con mis padres y mañana vendré con un amigo mecánico para que arregle tu coche y ya te marchas tranquilamente cuando quieras May no lo dudo, pues no tenia donde ir a esas horas. Terminada la cena Paquito se marcho y May entro en la habitación que Inma la había
preparado para esa noche. May estaba sorprendida por el silencio y asomada a la ventana se quedo mirando la luna llena que iluminaba el paisaje como si fuese una brillante farola. Se quedo dormida abrazada por la paz del lugar, pero a media noche unos lamentos la despertaron -¡Ay Ay Ay! Se quejaba Inma May se levanto corriendo y entro en la habitación donde vio como Paco cogía de la mano a Inma. -¿Qué te pasa? La preguntaba. May salió deprisa a su coche y saco del maletero su maletín de enfermera y entro a curar a Inma
dándola la medicación que necesitaba para sus dolores. -Paco vete a mi habitación, le dijo May, yo me quedo cuidando esta noche a Inma Y May se sentó al lado de Inma la cogió de la mano y toda la noche estuvo cuidando de ella. acordándose de cómo lo hacía con su madre, mientras miraba al cielo buscándola entre las estrellas tintineantes. KIKIRIKI KIKIRIKI KIKIRIKI, el gallo del corral de Paco anunciaba un nuevo día. Inma y May continuaban cogidas de la mano cuando abrieron los ojos y con una sonrisa se dieron los buenos días. -Gracias May no sé que me diste anoche pero fue mano de santo, he dormido muy bien,
o quizás haya sido el calor de tu mano cariñosa la que no me ha dejado despertar en toda la noche. -Me alegro Inma de que estés bien, pero ahora tenemos que desayunar que tengo que marcharme. - Nooo, quédate con nosotros, pasa el fin de semana en esta casa mientras te arreglan el coche. - Además vendrá Paquito y te enseñará los bellos parajes de este pueblo y disfrutarás haciendo bonitas fotografías. -Bueno pero yo te ayudo que has pasado muy mala noche la dijo May. Cuando llego Paquito se llevo a May a recorrer los bellos parajes del pueblo, caminaron bajo los
árboles que proporcionaban una densa sombra en un íntimo bosque, se sentaron en la orilla del arroyo que serpenteaba entre rocas vestidas de musgo, corrieron por campos de amapolas sintiendo su aliento primaveral, vieron a los ciervos y liebres corretear por el campo como si jugasen con ellos al escondite, se subieron a las altas rocas para ver el pequeño pueblo a lo lejos y se tumbaron en ellas adivinando figuras y caras en las nubes que les miraban desde el cielo. May con su cámara de fotografía no dejaba ningún lugar ni ningún animal sin fotografiar estaba ilusionada con las fotografías que estaba haciendo y que ya estaba deseando enseñar a sus amigos de la ciudad.
Pasado el fin de semana y con el coche arreglado May se despidió de Inma, Paco Y Paquito prometiéndoles que volvería muy pronto a visitarlos. Cuando May llego a la ciudad estaba deseando ver todas las fotografías que había hecho y de enseñárselas. Todos sus amigos se ilusionaron con lo que estaban viendo tanta belleza en la naturaleza, los animales saltando y corriendo en libertad , las aguas cristalinas del arroyo, los campos rojos de amapolas y los rayos del sol atravesando las copas de los arboles del espeso bosque. Y las fotografías, las fotografías de Inma, Paco y Paquito, que feliz se sentía May viendo
las caras de esas buenas personas que también la cuidaron y ayudaron. Pasadas dos semanas May volvió a visitarles pero esta vez no iba sola, muchos de sus amigos decidieron acompañarla, casi todos iban vestidos de blanco y las chicas se adornaron el pelo con las flores que recogían en la orilla del camino Paco e Inma hicieron en el corral de su casa una gran comida para todos, después Paco les acompaño por las calles del pueblo enseñándoles las casas y los huertos que estaban abandonados. Los amigos de May se comprometieron a volver y dar vida a tanto abandono y así fue como todos los fines de semana Paco e Inma recibían la
visita de un grupo de jóvenes que poco a poco volvieron a dar vida al pueblo llenándole de jardines, huertos, luz en las ventanas e incluso como algunos amigos de May tocaban la guitarra, la flauta y el violín, decidieron hacer un festival de música en el prado abandonado que tenia Paco y utilizaron el remolque del tractor de Paquito como escenario, vino mucha gente de otros lugares y con el dinero recaudado arreglaron las calles del pueblo. Por la orilla del arroyo unos pequeñajos corretean ahora tras los barquitos artesanales de madera que les hace Paco con la navaja que afila en una piedra redonda de pedernal. May y Paquito se comprometieron a arreglar la
casa de su su abuelo, llenar el jardín de rosas amarillas y poner un columpio de niños. Y así fue como una avería en el coche de May se convirtió en un gran arreglo para un pueblecito apunto de desaparecer.