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Prevención del riesgo en instalaciones deportivas públicas y privadas

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San Joaquín

San Joaquín

unque la práctica del deporte puede suponer un riesgo para deportistas y no deportistas, los expertos consideran que toda persona debe poder acceder a la instalación deportiva y desen- volverse en ella sin dificultad, sin que suponga un riesgo para su integridad física. Los riesgos en el deporte se clasifican en dos:

Sólo existe en momentos o circunstancias específicas, como la forma en que un jugador aborda a otro.

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Riesgos de situación: existen permanentemente en el entorno del deporte y surgen de problemas en las insta- laciones deportivas (espacios donde se desarrolla la práctica físico-deportiva), en el espacio deportivo y en el equipamiento deportivo (porterías, canastas, equipo de postes y redes, aparatos para gimnasios, etc.), donde las personas pueden sufrir lesiones e incluso perder la vida.

Riesgos de situación en México

En una reciente investigación, luego de revisarse las notas de prensa en México entre 2010 y lo que va de 2023, se encontró que al menos 39 personas perdieron la vida mientras practicaban fútbol, por la caída de la portería (véase figura 1) sobre la cabeza, el cuello, el abdomen o el estómago; la mayoría de los decesos ocurrieron por traumatismo craneoencefálico.

Los decesos son más elevados en hombres (89.74%) que en mujeres (10.26%). En cuanto a la edad, el porcentaje más alto se registra en quienes oscilan entre los 6 y 11 años, personas que cursan la educación primaria (45%); le sigue el rango de 15 a 17 años (21%), en etapa de bachillerato, y entre 12 y 14 años (16%) en enseñanza secundaria, porcentaje éste similar al de adultos que perdieron la vida. Las entidades federativas con cifras más altas son en Puebla con cuatro, seguido por Baja California, Hidalgo, Oaxaca, Sonora y Sinaloa con tres, Chihuahua, Coahuila, Guanajuato y Veracruz con dos, y 12 estados con un solo caso. Los accidentes ocurrieron en centros escolares durante el recreo o en la clase de educación física; en escuelas de fút- bol durante la sesión de entrenamiento, partidos amistosos o competencia oficial y ligas deportivas; también en casas de campo y centros vacacionales. Los sucesos acontecen tanto en instalaciones deportivas públicas como privadas. Entre las causas, la portería no se encontraba anclada al suelo o adolece de sistema antivuelco, suele tratar de porterías móviles o portátiles.

Cada vez son más los estudios biomecánicos para revisar las consecuencias mortales de las porterías tradicionales de fútbol hechas de acero, comparadas con las fabricadas con nuevos materiales como aluminio, para evitar que su caída provoque consecuencias mortales. Recientemente, la Federación Internacional de Fútbol Asocia ción (FIFA) aprobó incluir en las Reglas de juego de futsal, para aplicar a partir de la temporada 2020/2021, donde las porterías dispongan de un sistema estabilizador que impida su vuelco.

En el baloncesto también se han suscitado accidentes, aunque en menor medida, por la caída de la canasta. Para evitarlos se debe llevar a cabo la inspección periódica del equipamiento deportivo, aplicar el programa de mantenimiento o clausurar el uso de la cancha hasta obtener la aprobación de expertos en el tema.

También se documentan múltiples casos en que personas sufrieron alguna lesión en la instalación deportiva por obstáculos como estructuras de luminarias y de techos, muros de contención, alambrados, europanel, rejas, etc., que se hallan a escasos centímetros de las líneas que delimitan el campo o cancha de juego.

Investigación

En un estudio pionero en el país, investigadores del Departamento de Políticas Públicas del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas de la Universidad de Guadalajara y la Universidad Pablo de Olavide, de España, llevaron a cabo el estudio “Análisis y evaluación de la seguridad y riesgos en espacios y equipamiento en instalaciones deportivas municipales en el área metropolitana de Guadalajara”. Entre los hallazgos se pueden citar los siguientes:

1. La cancha deportiva que predomina en las unidades deportivas públicas es la po- livalente, destinada para jugar baloncesto y fútbol sala, en contraste con la monovalente, exclusiva para baloncesto, que es menor.

2. Tras inspeccionar 194 espacios deportivos (canchas), se observaron discrepancias en las dimensiones entre las canchas polivalentes y las monovalentes. La superficie del juego oscila entre 18.20 y 31.50 m de largo por 10 a 18 m de ancho, con una media de 26.58 m de largo por 14.59 m de ancho. En relación con las canastas, fueron revisadas 388 para obtener la altura del aro y el tablero. La altura entre el suelo y el aro fluctúa entre 2.40 y 4.98 m, con una media de 3.09 m; el tablero es de 2.34 a 3.10 m, con una media de 2.76 metros.

3. Para el caso del fútbol se inspeccionaron 73 campos y 146 porterías. El largo oscila entre 69 y 104 m, y el ancho entre 42.20 y 70 m. La media de los campos de fútbol 11 de gestión pública municipal tiene una medida de 88.94 m de largo por 56.26 m de ancho. Finalmente, los marcos de la portería tienen un mínimo de 5.75 m de ancho, con un máximo de 7.16 m; la altura de 2.39 a 2.42 metros.

La variante en las medidas se debe al escaso espacio de que dispone el lugar para la distribución del espacio deportivo, lo que obliga a tomar erróneas decisiones como la reducción del espacio entre la línea de delimitación y el primer obstáculo.

Para el caso del baloncesto, a partir de las líneas que delimitan el espacio deportivo el 27% de las canchas tienen algún obstáculo a menos de un metro; el 37.6% lo tienen a 1-2 metros, y sólo el 35.4% tienen un espacio superior a los 2 metros. Así, el 64.6% de las canchas tiene un nivel de riesgo de alto a muy alto.

El 12.50% de los campos de fútbol presenta obstáculos a menos de 1 metro, y en el 13.58% de los campos el espacio libre fluctúa entre 1 y 2 metros, lo cual significa que uno de cada cuatro campos de fútbol (26.08%) presenta un nivel de riesgo de alto a muy alto.

Luego de la inspección del 67% de las instalaciones deportivas de gestión pública municipal en el Área Metropolitana de Gua- dalajara (Guadalajara, Zapopan, San Pedro Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco, El Salto, Juanacatlán, Ixtlahuacán de los Membrillos y Zapotlanejo), se concluye que no se cumple con los planes de desarrollo, particularmente por la diversidad de medidas en los espacios deportivos.

A menudo, con el propósito de cumplir las normas de las federaciones deportivas, se priorizan los espacios deportivos (cancha o campo) con medidas oficiales y se resta importancia al limitado espacio que queda a partir de las líneas que delimitan el campo o cancha, lo que supone un riesgo para usuarios, jugadores y atletas (véase figura 2).

En otros casos se opta por colocar la superficie del espacio deportivo a una altura diferente respecto al nivel del suelo

(véanse figuras 3 y 4), con lo que se incrementa la posibilidad de accidentes (véase figura 5).

No todo espacio deportivo tiene que contar con las medidas establecidas para competencias oficiales. Las medidas deberían establecerse de conformidad con el propósito de la instalación deportiva (deporte recreativo, federado, formativo, escolar).

Deporte profesional

El fútbol profesional en México no se encuentra exento del riesgo deportivo. En el Estadio Gregorio ‘Tepa’ Gómez y Nemesio

Díez Riega, la distancia entre la línea de banda y lateral con la tribuna es reducida. En la cuarta categoría del fútbol argentino en 2015, un jugador de 21 años perdió la vida al sufrir un golpe en el cráneo al chocar contra el muro que encuentra a escasos centímetros en pleno partido

Normas de seguridad

Para el estudio del que aquí se da cuenta se revisó la normativa UNE-EN para los equipamientos de baloncesto y fútbol, debido a que México no tiene reglamentos en la materia. Los resultados indican que el porcentaje general de cumplimiento de la normativa sería del 43.17±12.08 para las canastas de baloncesto y el 29.85±10.14 para las porterías de fútbol. Es necesario que en México se desarrolle una normativa técnica propia para incluir en el catálogo de la Norma Oficial Mexicana (NOM) de obligado cumplimiento para regular la seguridad del espacio y equipamiento de las instalaciones deportivas.

La falta de una normativa específica sobre la materia afecta a las personas que sufren daños mientras practican algún deporte y deja impune al propietario (público y privado), al constructor, al fabricante y al instalador del equipamiento deportivo. Las autoridades responsables de imputar a una persona o empresa de las consecuencias de sus actos, con obligación de reparar los daños, no cuentan con los elementos para emitir fallos o sentencias, dado que los peritos judiciales no disponen de normas o dictámenes de inspección sustentados.

En España, algunos expertos destacan la responsabilidad de- rivada de la compra negligente de equipamientos deportivos que no respetan las normas y recomendaciones de seguridad. En la actualidad las porterías de tubo de acero están descontinuadas, lo mismo que los ganchos tipo garfio para sujetar la red, y son sustituidos por nuevos materiales acordes con la norma UNE-EN.

Conclusiones

Este artículo pretende sensibilizar a los diversos actores de la industria de la construcción sobre los riesgos de situación que existen permanentemente en el entorno del deporte, relacionados con el espacio, el equipamiento y las instalaciones deportivas. La construcción de instalaciones deportivas ha de comenzar con la adecuada distribución del espacio, de acuerdo con el tipo de práctica (deporte recreativo, educativo, federado). Se debe evitar la colocación de obstáculos (lámparas, muros, bordes, alambrados) cerca de las líneas que delimitan el campo o cancha de juego; en caso de que el espacio sea menor de 2-3 metros (fondo y lateral), debe protegerse con materiales para reducir el impacto. Tiene que seleccionar porterías de fútbol, canastas de baloncesto y estructuras para voleibol que cumplan con normas de seguridad, e incluso solicitar al fabricante el instructivo de manejo, seguridad y mantenimiento. El deporte, como derecho fundamental, requiere nuevas Políticas Públicas en materia de seguridad para el equipamiento y las instalaciones deportivas.

Nuevo Premio Pritzker 2023

ada año desde 1979 un arquitecto es reconocido con el Premio Pritzker, considerado el premio Nobel de la arquitectura. El premio fue fundado por Jay A. Pritzker con el objeto de reconocer en vida a un arquitecto que haya contribuido con su obra al enriquecimiento de la humanidad sin importar su lugar de origen, credo o raza. El premio consiste en una medalla de bronce y los nada despreciables 100 mil dólares americanos que le son entregados en una ceremonia especial, muchas veces presidida por el jefe de estado del país anfitrión. Este 2023 correspondió al británico David Chipperfield, un arquitecto que ha construido en muchas partes del mundo.

David Chipperfield nació en Londres en 1953 y estudió en la Universidad de Kingston y la Architectural Association School of Architecture de Londres y obtuvo su título de arquitecto en 1977. Se inició trabajando en los despachos de afamados arquitectos como Douglas Stephen, Richard Rogers y Norman Foster, adquiriendo gran experiencia en grandes encargos, pero sobre todo los dos últimos arquitectos fueron enormemente influyentes en su formación aparentemente asimétrica con tendencia hacia el clasicismo diferente a la línea tecnológica de esos despachos, pero que confluyen en una idea social de la arquitectura. Dice Chipperfield de Foster que para un edificio de los años 70`s persuadió a la empresa para priorizar el entorno del trabajo, y de Rogers tomó el sentido de responsabilidad del arquitecto.

A partir de 1984 abrió su propio despacho llamado David Chipperfield Architects y comenzó su carrera diseñando interiores comerciales en Londres, Alemania, París, Tokio y Nueva York.

Chipperfield empezó en 1980 como joven radical diseñando pequeños trabajos de interiorismo para una tienda en Londres del diseñador Miyake y ya que no le hicieron caso en su propia ciudad obtuvo sus primeros encargos hasta Japón, entre otros el Museo Gotoh en Chiba, Japón (1988-1991).

Su primer gran proyecto en Inglaterra fue el River and Rowing Museum en Henley-on-Tharmes (1989-1997). Al igual que tantos de sus contemporáneos, Chipperfield se desarrolló a escala internacional, fuera de su propio país, haciéndolo a contracorriente, sin recurrir al virtuosismo formal tan característico del fin de milenio. El mismo año de 1997 en que terminó su museo fluvial de Henley-on-Thames, una de sus escasas obras británicas en esta época, empezó su paciente rescate del Neues Museum en Berlín (1993-2009), recuperando un edificio abandonado tras la Segunda Guerra Mundial mediante una recomposición material más inteligente y sofisticada que aparente. El proyecto -firmado a medias con Julian Harrap- devolvió su espíritu original al edificio, destinado a atesorar antiguos tesoros como el busto de Nefertiti, usó murales y mosaicos antiguos detalladamente restaurados y donde hacía falta incorporar materiales nuevos, eligió aquellos que evocaban la antigüedad del edificio, con un imponente resultado. Tardó una década en concluirse y le valió el Premio Mies van der Rohe de 2011.

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