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Carlos Alberto Charles Cruz
Haciendo un mundo mejor
Ingeniero Civil por azares del destino, Carlos Alberto Charles Cruz, disfruta el sentido transformador de la profesión, el como en un lugar donde no existe nada puede convertirse en una edificación en beneficio para la sociedad.
“En mi adolescencia, me gustaba mucho la literatura, la filosofía y la historia, me gustaba mucho leer”, posteriormente en preparatoria el hermano de un amigo suyo ya era Ingeniero Civil, “Se me hizo cool, sus planos, su casco, su chaleco, me pare- ció muy divertido, por eso ahora como profesor invito mucho a mis alumnos a reflexionar sobre la carrera, porque yo la encontré al azar y me ha sido muy gratificante”.
Ya como universitario, aún desconocía varios aspectos de su carrera, por lo que fue probando en varias de las áreas que abarca la ingeniería civil, para encontrar en la cual se sintiera mejor identificado, primeramente probó en los laboratorios de Mecánica de Suelos.
“Tanto el ingeniero José Ignacio Rincón, y el ingeniero Edmundo Vaquera, muy amablemente me recibieron en los primeros semestres, sin todavía haber cursado estas materias”, posteriormente incursionó en la topografía; “fue un verano de mucho calor y mucho cansancio y dije aquí no es”, de ahí el ingeniero César Lozano, le dio la oportunidad como calculista estructural. Así, continúo para enfocarse a su especialidad.
Una vez que encontró su área de desarrollo, identificó que faltaba conocimiento técnico, si bien existía gente con experiencia, notó ese cierto rezago en lo teórico y en lo conceptual, “aproveché esa coyuntura y me decidí a fundar mi empresa de servicios de consultoría en el ramo geotécnico para aprovechar mis conocimientos y ponerlos al servicio de los proyectos dándoles un valor agregado”.
Pero el camino no fue nada fácil, pues el gran reto al que se enfrentó fue abrirse camino, “Terminando mis estudios de posgrado, era lógico que no me conocían, tuve que tocar muchas puertas y eso era muy frustrante, el mayor reto fue no desfallecer y no derrotarse ante la negativa de muchos, con el clásico luego te atiendo, no gracias, yo te llamo, eso es difícil de manejar, pero ahora son 14 años desde su fundación y con mucho orgullo puedo decir que hemos participado en grandes proyectos, no sólo en Monterrey, sino también en otras partes del país y eso es muy bonito”.
En cuanto a lo académico, mencionó que el reto es constante, pues se tienen que ir actualizando periódicamente las estrategias de enseñanza, el más reciente ejemplo, fue con la pandemia, donde todo el mundo se reinventó “La pandemia nos enfrentó a una situación desconocida, teniendo que desarrollar un poder de adaptación y a la vez un sentido de solidaridad que quizás se nos había olvidado”.
Otra actividad, donde tiene participación importante el ingeniero Carlos Alberto Charles, es como gremialista, a la cual considera como “Una extensión natural de ese crecimiento profesional” donde se puede interactuar y encontrar objetivos comunes. “Tuve la suerte de qué me invitó el Doctor Daniel Salas, llevo como siete años en el Colegio de Ingenieros Civiles, y he participado en dos consejos directivos”.
Agregó la importancia del trabajo que hacen los organismos de profesionistas, promoviendo la capacitación de sus socios. Reconoció que aún hay mucho que hacer para lograr mejores oportunidades de trabajo y tener una mayor participación e impacto dentro de la sociedad.
Para los jóvenes que están pensando en crear su propia empresa, el mensaje fue claro, no querer correr, sin antes caminar.
“Primero tienen que recabar un poco de experiencia, aprender, y qué mejor que emplearse al menos un par de años y así ya aprenden, al menos si se equivocan no tiene tanto impacto económico o de otro tipo, nada mejor que aprender de errores ajenos, que dicen son los más fáciles de digerir”.
Esa experiencia, menciona, les dará la posibilidad en su momento de poder ofrecer un servicio de calidad. “Yo fui aprendiendo ciertas estrategias empresariales para poder desarrollar bien mi negocio, que al final de cuentas no es ciencia oculta, es un trabajo de calidad, a tiempo, cumpliendo con el alcance requerido y el costo acordado, entonces lo más sencillo es lo más seguro y aparte no hay que inventar el hilo negro, simplemente hay que enfocarse en que no se brinquen los pasos y todo va llegar a su tiempo”.
Finalmente, Carlos Alberto Charles afirmó que ser un ingeniero civil para él, es aplicar la ciencia y la tecnología en beneficio de la sociedad, cuidando el medio ambiente, “transformas, beneficias y ayudas sintiéndome muy orgulloso de ser parte de ese esfuerzo de querer hacer un mundo mejor”.