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LA GRAN MURALLA CHINA
no de los proyectos militares más extensos construidos en la historia. A lo largo de más de 21 kilómetros, la Gran Muralla China simula la estructura de un dragón serpenteante a través de un mar de nubes.
Fue el primer emperador de China, Qin Sri Huang, quien pensó en alzar una fortificación para defender sus territorios de los pueblos nómadas. Buscando proteger al imperio recientemente unificado, orquestó la construcción más ambiciosa que se había visto en Asia hasta el momento.
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Hace más de 2 mil años, lo llamó Wanli Changcheng: la Gran Muralla China.
La idea original de Qin Shi Huang era defender su territorio de las oleadas invasoras que llegaban desde el norte. En gran medida, estaban compuestas por pastores nómadas, que se aprovechaban de la bonanza que el país recientemente unificado traía a la región. Llegó un punto en que las revueltas campesinas se volvieron incontenibles.
Por ello, en el año 220 a.C., se inició la construcción de lo que sería una extensa fortaleza, al noroeste de la actual China. A lo largo de dos milenios, la muralla se siguió construyendo hasta el sur de Mongolia, según documenta Britannica. Hoy en día, es la construcción mejor preservada de la Dinastía Ming (1368-1644)
La Gran Muralla China consta de numerosos muros. Algunos de ellos son paralelos entre sí. La estructura serpentea de este a oeste, desde el Monte Hu hasta el suroeste de la provincia de Liaoing. A lo largo de 21 kilómetros. Se estima que una cuarta parte del muro consiste únicamente de barreras naturales, como lo son ríos y cadenas montañosas.
A través de los siglos, largas secciones de la muralla han quedado en ruinas o desaparecido por completo. Por el excelente estado de conservación en el que se encuentran otros segmentos, fue catalogada como Patrimonio de la Humanidad en 1987. Incluso en la actualidad, documenta la UNESCO, «la Gran Muralla es la estructura militar más grande del mundo«.
La Gran Muralla China está construida de ladrillo y piedra, principalmente. La estructura conecta una serie de torres de control, que servían para alertar a las autoridades de cualquier sospecha de invasión rápidamente. Los mensajes se corrían de voz en voz ante ataques de tropas mongolas.
Para prevenir que los ataques se desplegaran al interior del territorio, cada torre contaba con un arsenal de al menos 30 soldados. Las más nutridas tenían equipos de hasta 50 efectivos. Todos vivían ahí mismo. Al interior, había comida y recursos suficientes para alimentar y mantener a cada uno de ellos, como si fueran pequeños castillos, que podían resistir asedios prolongados.
Gran parte de la edificación que se tiene en la actualidad fue producto del trabajo que se hizo en el tiempo de Hongzhi (1487-1505). A nivel estético, la idea era que la construcción simulara un dragón serpenteante, que cruzara a través de un mar de nubes.
Con el paso de los siglos, la Gran Muralla perdió su función original. En la actualidad, la estructura se conserva como uno de los iconos arquitectónicos y arqueológicos de China. De la misma manera, se ha convertido en un símbolo de orgullo nacional para el pueblo chino.