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Dr. Martín Andrade Muñoz

“NICE TO MEET YOU MR. FOSTER”

ENcuENTRO cON El aRQuiTEcTO MÁS FaMOSO dEl MuNdO

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Por: Dr. en Arq. J. Martín Andrade Muñoz

En el talk show El Hormiguero de la televisión española Antena 3, recientemente la presentadora Nuria Roca mencionaba que ella siempre había deseado conocer a Norman Foster, situación que había logrado días atrás. El resto de los panelistas le preguntaban sobre la experiencia vivida, y ella emocionada y sonriendo confesó que solamente pudo cruzar un “nice to meet you Mr. Foster”. Y toda la mesa soltó la carcajada. Ese programa me hizo recordar que justamente a mí me pasó lo mismo con Norman Foster cuando lo conocí en Berlín en el XXI World Congress of Architecture, organizado por la Unión Internacional de Arquitectos el UIA Berlín 2002. Resulta que el congreso estuvo colmado de grandes personalidades del firmamento internacional de la arquitectura, pero la gran estrella era sin lugar a dudas Norman Foster, aunque también desfilaron algunos de los arquitectos más apreciados profesionalmente hablando.

Fue un gusto estar en la ponencia del mítico Frey Otto que desde mi época de estudiante se convirtió en el ideal de la auténtica revolución arquitectónica con las estructuras, por sus atractivas propuestas de “velarias”, “redes de cables” “neumáticas”, los sistemas “tensegrity” entre otras novedades de los años setenta. Frey Otto nos acercaba al futuro. Ahora las velarias son comunes y todos las conocemos, pero gracias al maestro José Mirafuentes, supimos de las primeras velarias para el pabellón alemán de Montreal, o la gran cubierta con redes de cables de las Olimpia-

das de Munich, instalaciones que por cierto tuve la oportunidad de conocer días después del congreso.

La enseñanza de Frey Otto prevaleció más allá de mi etapa estudiantil, ya que en 1980 se dio la oportunidad de contratar al Arq. José Mirafuentes para desarrollar para las instalaciones de la Expo industrial, en el nuevo Parque de la Feria Nacional de San Marcos. Mirafuentes a su vez me pidió colaborar con él en tan ambicioso proyecto, ya que para ese entonces (1980), las velarias de Aguascalientes fueron las más grandes del país. El proyecto se desarrolló en base a paraboloides hiperbólicos unidos por otros a manera de enlace, la velaria se diseñó festivamente con rayas de llamativos colores amarillo rojo y verde y fueron muy apreciadas en su tiempo, lamentablemente en lugar de conservarlas, años después fueron retiradas y nunca se repusieron.

Otra gran estrella del congreso fue el norteamericano Peter Eisenman, quien llegó retrasado y un tanto molesto por los inconvenientes que tuvo en el viaje, por lo que hubo necesidad de reprogramar su participación. Eisenman mostró su ambicioso proyecto justamente para la ciudad de Berlín, a un lado del Reichstag, se trataba del Memorial del Holocausto en una enorme superficie de 19 000 mts., ahí colocó 2711 bloques de hormigón de 0.95 x 2.0 metros, pero de altura variable, desde 20 centímetros hasta a 4 metros y que recuerdan las tumbas de un inmenso cementerio en referencia al Holocausto judío cometido por la Alemania nazi. En el inter tuve la oportunidad de saludar a Eisenman quien amablemente me firmó un autógrafo doble muy original, ya que utilizó dos plumas a la vez.

La presidenta de la Unión Internacional de Arquitectos era la mexicana Sara Topelson, misma que había conocido unos años antes, cua ndo la invité a venir al ELEA en Aguascalientes,

Sarita como era popularmente conocida, me reconoció y coincidimos en muchos eventos, gracias a ella pude conseguir lugar en la selecta excursión para visitar la Bauhaus de Dessau, una extensión del congreso sumamente codiciada por los participantes. También coincidimos en la invitación que nos hizo Jorge Navarrete el entonces embajador de México en Alemania para que la delegación mexicana visitase la embajada diseñada por Teodoro González de León, de la cual me he referido con anterioridad. También nos encontramos en otras presentaciones durante el congreso, como fue la intervención de la mexicana Louise Noelle, o el costarricense Bruno Stagno, a quienes también había tenido oportunidad de conocer en Aguascalientes por invitación nuestra. A lo largo del congreso desfilaron importantes ponentes de diferentes países, por ejemplo, de habla hispana se distinguieron: el chileno Mathías Klotz y la colombiana Silvia Arango quien por cierto ejemplificó su ponencia con el parque Xochimilco obra de Mario Schjetnan, pero fueron muchos otros de países del todo el orbe.

En los tiempos libres aprovechamos a recorrer Berlín además de visitar la ciudad y sus museos, y por supuesto no podíamos dejar de conocer la atracción arquitectónica del momento, el famoso domo del Reichstag apena inaugurado dos años antes (1999) y que era la referencia obligada de Norman Foster. Así que el interés por saludar al reconocido arquitecto más famoso del mundo, se potenció con

“Fue un gusto estar en la ponencia del mítico Frey Otto que desde mi época de estudiante se convirtió en el ideal de la auténtica revolución arquitectónica.”

“Eisenman mostró su ambicioso proyecto justamente para la ciudad de Berlín, a un lado del Reichstag, se trataba del Memorial del Holocausto.”

la visita. Aprovechando la buena disposición de Sarita le pedí de favor, que me consiguiera poder saludar a Norman Foster, que era la atracción del Congreso. Sarita me dijo que haría todo lo posible porque hasta a ella le costaba trabajo acceder a la luminaria.

El evento central del Congreso se llevó a cabo en las antiguas instalaciones del ferrocarril, mismas que se encontraba en el lado este de la ciudad, porque al caer el muro de Berlín solo quedaron funcionando las instalaciones ferrocarrileras del lado occidental. En una de las antiguas naves se otorgaría la medalla de oro al arquitecto seleccionado, y justamente Norman Foster sería quien encabezaría la entrega. El evento fue sumamente original ya que incluía una visita al museo de sito, la ceremonia principal con algunos ponentes, en un antiguo taller conservado de manera original (mucho menos intervenida que nuestras instalaciones del ferrocarril, con el objeto de preservar la memoria histórica)

y finalmente en otra sección un banquete para todos los asistentes.

Pues bien, Foster llegó con un séquito impenetrable al que era difícil acercarse, era la clausura del congreso y la estrella era él: De lejos pude observarlo, pero para mi sorpresa, me encontré con Sarita Topelson, y volví a pedirle que me ayudara para poder saludar a Foster, sonriendo me dijo ante mi insistencia: mira, voy a acompañar a Norman Foster en la plataforma cuando se entregue la medalla de oro al ganador, te sugiero que me abordes al momento de bajar del estrado, a ver que se pude hacer. Efectivamente llegó Foster y Sarita junto con otras personalidades de la UIA para revelar quien eran al ganador. En esa ocasión el premio fue para Renzo Piano, quien lamentablemente no se encontraba presente y no pudo asistir por tener otro ineludible compromiso, por lo que Foster tuvo que bajar con las manos ocupadas con la presea y el diploma. Al bajar me acerqué como me habían indicado. Yo traía dos cámaras, una para diapositivas que cargaba “Lo más importante es la anécdota vivida y lo que se queda en el tiempo, y que nos permite madurar para ver desde otra perspectiva las ilusiones juveniles. Creo que sería más importante tratar de estudiar la relación entre Frei Otto y Norman Foster,”

siempre y otra enorme (digital de disquete), y pedí que con esa cámara nos fotografiaran a la hora del encuentro. Pues Foster y Sarita bajaron y efectivamente ella me presentó con el arquitecto, señalándole que yo era un arquitecto mexicano. Foster sonrió y efectivamente solo cruzamos un “Nice to meet you Mr. Foster”, quien amablemente me contestó “Nice to meet you too” y sonriente siguió su camino. Me había sucedido lo mismo que a Nuria Roca jajajá. Para decepción mía, la cámara con la que me fotografiaron –y que era una novedad digital de entonces, usaba disquetes y tardaba segundos en recargarse para la próxima fotografía-, por supuesto que falló a la hora de nuestro encuentro. Solo registró el inicio y fin de la entrevista. Aunque para mí “egoteca” realice un fotomontaje con el momento central, justo como si estuviéramos dialogando, jejeje. Con el tiempo solo queda la anécdota, en realidad a nadie le importa si lo vi o no lo vi, tenga o no tenga registro de ese encuentro. Lo más importante es la anécdota vivida y lo que se queda en el tiempo, y que nos permite madurar para ver desde otra perspectiva las ilusiones juveniles. Creo que sería más importante tratar de estudiar la relación entre Frei Otto y Norman Foster, con respecto al uso de las nuevas estructuras en la arquitectura, que las banalidades de una fotografía o una cacería de autógrafos. Pero esa perspectiva solo el tiempo la otorga.

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