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Ana Arteaga

DANDO “NUEVA VIDA” A LAS CONSTRUCCIONES

“Lo que más me inspira ahora es pensar en las necesidades de quien requiere la obra, como puedes darle a alguien lo que requiere sin ir a otro lugar”.

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Ana Arteaga, es una mujer que desde muy pequeña quiso ser arquitecta, hoy ha logrado ejercer esa carrera de manera independiente. Egresó de la Universidad de La Salle Bajío y aunque en un principio pensó en regresar a su lugar de origen, finalmente se quedó en León.

“Al principio trabajaba para otros arquitectos, hoy me he especializado en costo y en construcción; considero que mi area de especialización ha sido también la remodelación profunda de edificios, cambiando el uso original que tenían, por ejemplo, haciendo de un edificio de oficinas un hospital, dándole una segunda vida y en muchas ocasiones dejándolo irreconocible e interesante”.

Comentó también que le motiva el sentirse autosuficiente y sin limitaciones, logrando sobresalir sin depender de alguien.

“Lo que más me inspira ahora es pensar en las necesidades de quien requiere la obra, como puedes darle a alguien lo que requiere sin ir a otro lugar”.

La Arq. Arteaga dio a conocer que el primer proyecto que concursó fue un auto lavado y aunque muchos pudieran pensar que en ello no hay un gran reto, agrega que ha diseñado varios, incluso fuera del país. “En una ocasión, para un concurso, mostré el diseño de un auto lavado realizado en Cali Colombia y me decían que era un proyecto muy interesante y me di cuenta que mi labor es cambiar la perspectiva de lugares cotidianos a través de mis proyectos. También remodelé un Hotel en el centro, que antes era un edificio de oficinas y ahora tengo el reto de transformar un edificio muy conocido en una clínica”.

Señaló que le gustaría aportar su experiencia para que más mujeres puedan salir adelante, ya que el sector de la construcción, generalmente está dominado por hombres y sabe que mostrarse segura, en cualquier ámbito, evitará que alguien logre intimidarle.

“He tratado de romper paradigmas, de estar presente en las obras, de organizar equipos de trabajo y ganarme el respeto de éste, además de estar presente y al pendiente de mi familia. Yo no veo a los hombres como competencia, yo los veo como parte de mi equipo”.

Por último, señala que si pudiera darle un consejo a Ana Arteaga de 15 años le diría que luche por sus sueños sin miedo y ese mismo consejo lo haría extensivo a todas las mujeres.

“No tengan miedo, sean las mejores”.

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