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La herramienta para mejorar la calidad de vida en México
l urbanismo “moderno” llega a México durante el porfiriato, a finales del siglo XIX y principios del XX. En esa época comenzaron cambios en las carreteras y caminos, además surgieron nuevas poblaciones en torno a distintas actividades económicas.
Pero, legalmente la planificación urbana llegó en 1976, con la Ley General de Asentamientos Urbanos. Esta surge con la idea de ordenar y controlar el crecimiento descontrolado en las ciudades principales de México.
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Desde la década de los ochenta los mexicanos residen principalmente en los centros urbanos, por tanto, se necesitaba cierto orden. Se estima que solo el 20% de los ciudadanos mexicanos vive en zonas rurales, el resto reside en centros urbanos. En ONU Habitat indican que “En las próximas décadas, buena parte del crecimiento demográfico en México será urbano. Esto significa que el país pasará de contar con 384 ciudades a 961 en 2030, en las que se concentrará 83.2% de la población nacional y en donde muy probablemente, sea la población pobre la que predominará”.
Al crecer las ciudades se estima que las distancias serán más grandes, por tanto, los tiempos y costos de los trayectos de la población serán más largos. Lo que, a su vez, significará más puntos negativos, como costos sociales. Si se siguen usando los autos eso creará más problemas medioambientales, por contaminación, así
como la desigualdad social y económica. Además, indica la ONU, que aumentarán los asentamientos irregulares. Esto por la falta de oferta de espacios residenciales bien ubicados. Las personas al vivir en sitios inadecuados sufrirán riesgos diversos.
La metropolización es probablemente el fenómeno socioespacial de mayor relevancia en la actualidad y para el futuro. La desigualdad socioeconómica es uno de los grandes problemas de la población en las grandes metrópolis como Ciudad de México.
La pobreza urbana, los problemas viales y de circulación, así como poblaciones en riesgo y vulnerabilidad son los grandes inconvenientes del crecimiento desmedido de la población en zonas urbanas.
A esto se le suman los daños ecológicos causados por los desechos de la población, la deforestación, entre otros.
La respuesta a todos estos problemas sería el urbanismo sustentable.
Algunos estudios internacionales colocan a Monterrey como una de las mejores ciudades en México en cuanto a calidad de vida. Es la 110 de las 231 ciudades estudiadas. Esta es la urbe industrial del país, con economía fuerte y clima agradable. Por otra parte, la Ciudad de México es el número 128 a nivel mundial. Aunque ninguna de las dos se ubica entre las primeras 100 del mundo, sí son de las mejores de América Latina. Por tanto, sí hay puntos a destacar en el país.
Al mencionar la calidad de vida se toma en cuenta el acceso a servicios, transporte, desarrollo económico, posibilidades de esparcimiento, precios de propiedades, salarios, medioambiente, salud, entre otros detalles.
Aspectos como el medio ambiente en México resultan negativos. Porque el alto nivel de industrialización del país ha resultado en una alta contaminación del aire, agua y suelos. Aspectos que afectan en gran medida a la población.
Cada vez se hace más necesaria una mejor planificación de las ciudades. Y se requiere tomar en cuenta la sustentabilidad, la economía y la población de las ciudades. La arquitectura sustentable y la construcción verde son tendencia en México.
Se requiere de la aplicación de procesos técnicos y científicos, considerando el uso de la tierra, el diseño, los recursos naturales, el transporte y la infraestructura.
Los urbanistas son capaces de predecir el crecimiento de la población, de conocer las zonas, mapas, analizarlos para identificar las necesidades de transporte, demanda de comida, servicios de salud y sociales.
Además, toman en cuenta el impacto del uso de la tierra, es básico entender la relación entre la demografía, geografía y economía. El gran reto en México, señalan expertos, es jugar con la demografía y los recursos en los grandes conos urbanos, donde se concentra la mayor parte de la población en búsqueda de una mejor calidad de vida.