Boletín Academia de Historia del Estado Carabobo 2013

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CONTRAPORTADA

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Sumario EDITORIAL ................................................................................................................ 5 DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE DEL PRESBÍTERO LUÍS MANUEL DÍAZ PÁEZ ACTO REALIZADO EL 25 DE MARZO DE 2011, EN LA CASA DE LA ESTRELLA, VALENCIA (Palabras pronunciadas por el Pbro. Luis Manuel Díaz en su incorporación como Miembro Correspondiente de la Academia de Historia de Carabobo) ...................... 6 CONTESTACION DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE EN LA ACADEMIA DE HISTORIA DEL ESTADO CARABOBO DEL PRESBITERO LUIS MANUEL DÍAZ PÁEZ DE PARTE DEL INDIVIDUO DE NÚMERO SILLÓN LETRA "Y" DR. ENRIQUE MANDRY LLANOS, CASA DE LA ESTRELLA, 25 DE MARZO DE 2011 ............................................... 19 DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE DEL INGENIERO EVENCIO DÍAZ PÁEZ, CRONISTA DE SAN JOAQUÍN, ACTO REALIZADO EL 31 DE MARZO DE 2012, EN LA CASA DE LA ESTRELLA, VALENCIA ............................................................................................................... 23 CONTESTACION DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE EN LA ACADEMIA DE HISTORIA DEL ESTADO CARABOBO DEL INGENIERO EVENCIO DÍAZ DE PARTE DEL INDIVIDUO DE NÚMERO SILLÓN LETRA "S" GRAL. EUMENES FUGUET BORREGALES. VALENCIA, CASA DE LA ESTRELLA 31 DE MARZO DE 2012 ............................ 36 DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE DE LA ACADEMIA DE HISTORIA DEL ESTADO CARABOBO DE LA PROFESORA ISABEL RUIZ ACEVEDO , ACTO REALIZADO EL 14 DE ABRIL DE 2012, EN LA CASA DE LA ESTRELLA, VALENCIA .................................................................... 39 CONTESTACION DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE EN LA ACADEMIA DE HISTORIA DEL ESTADO CARABOBO DE LA PROFESORA ISABEL RUÍZ ACEVEDO DE PARTE DEL INDIVIDUO DE NÚMERO SILLÓN LETRA "L" DR. RAFAEL AGUSTIN PINTO PRADA. VALENCIA, CASA DE LA ESTRELLA 14 DE ABRIL DE 201 ................... 45 DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE DE LA ACADEMIA DE HISTORIA DEL ESTADO CARABOBO DEL DR. BERNARDINO MARVÉZ HERNÁNDEZ, ACTO REALIZADO EL 24 DE NOVIEMBRE DE 2012, EN LA CASA DE LA ESTRELLA, VALENCIA ......................................................... 50

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CONTESTACION DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE EN LA ACADEMIA DE HISTORIA DEL ESTADO CARABOBO DEL DR. BERNARDINO MARVEZ HERNANDEZ DE PARTE DEL INDIVIDUO DE NÚMERO SILLÓN LETRA "S" GRAL. EUMENES FUGUET BORREGALES. VALENCIA, CASA DE LA ESTRELLA, 24 DE NOVIEMBRE DE 2012 ......................................................................................................................... 55 DISCURSO PRONUNCIADO POR EL GENERAL RICARDO ALFONZO INOJOSA EN LA CASA DE LA ESTRELLA CON MOTIVO DEL CICLO DE CHARLAS OFRECIDAS A LA JUVENTUD VALENCIANA CON MOTIVO DEL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE VENEZUELA Valencia, 26 de Mayo de 2011 ................................................................................. 58 DISCURSO PRONUNCIADO EL 3 DE JULIO DE 1811 EN LA SOCIEDAD PATRIÓTICA DE CARACAS, POR EL CORONEL SIMÓN BOLÍVAR .................. 61 ENSAYOS FERNANDO PEÑALVER ......................................................................................... 62 HISTORIA DE LA IGLESIA SANDIEGANA ............................................................. 69 EL GREMIO CAÑERO EN CARABOBO, 1875 ...................................................... 77 DOMINGO DE TABORDA Primer diputado porteño al Congreso de 1812 ........................................................ 85 ARTICULOS VALENCIA CAPITAL FEDERAL 1812 ..................................................................... 90 MISCELANEOS VALENCIA DE CIUDAD PROVINCIAL A METROPOLIS ....................................... 91 VIDA DE LA ACADEMIA .......................................................................................... 96

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Editorial Academia es un término antiguo, derivado del nombre de un ciudadano griego preocupado por la cultura: Academo habitante del Ática, en Atenas quien donó sus jardines para que fueran utilizados como escuela, allí Platón instruyó y su "escuela" se denominó Academia. El término corrió con el Imperio Romano y fue utilizado por Carlomagno, en el siglo I y los árabes lo utilizaron en España en Al - Andalus. El Renacimiento y la Ilustración las llevaron al lugar que aún mantienen como entes culturales para proteger determinadas ciencias o artes, unidas a instituciones que nacieron casi juntas como las Universidades.

ración del nuevo miembro o recipiendario y segundo, el Discurso de Contestación el cual a nombre de la Academia constituye una respuesta al primero y debe ser obra de un Individuo de Número. Esperamos que los amigos del Boletín, nos honren con su lectura del producto de aquel instante y disfruten de ese momento tan importante de la Academia y de sus Miembros. Enrique Mandry Llanos Presidente de la Academia de Historia

En América Latina, nacieron en los siglos XIX y XX. La nuestra: Academia de Historia del Estado Carabobo, tiene como antecedentes el Instituto Científico de Carabobo, de las primeras décadas del siglo XX. Creada por la Asamblea Legislativa y ratificada posteriormente por el Consejo Legislativo de Carabobo, es ya del siglo pasado, de ello y de su camino y huella, nos sentimos orgullosos. Hoy nuestro Boletín recoge la parte intelectual y creativa del "Acto de Incorporación" de cada nuevo miembro, ritual obligatorio también para el de la incorporación de Individuos de Número. Consta el ritual académico de incorporación de dos partes, primero, el Discurso de Incorpo5


Boletín de la Academia de Historia del Estado Carabobo Nº 17 - Edición Especial 2012

DISCURSOS DE INCORPORACIÓN DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE DEL PRESBÍTERO LUÍS MANUEL DÍAZ PÁEZ ACTO REALIZADO EL 25 DE MARZO DE 2011, EN LA CASA DE LA ESTRELLA, VALENCIA. (PALABRAS PRONUNCIADAS POR EL PBRO. LUIS MANUEL DÍAZ EN SU INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE DE LA ACADEMIA DE HISTORIA DE CARABOBO)

LA IGLESIA DE VALENCIA EN EL SIGLO XVII: SU PARROQUIA Y SU CONVENTO INTRODUCCIÓN Ante todo quiero expresar mi más profundo agradecimiento a la honorable directiva de la Academia de Historia de Carabobo, en las personas de los respetados académicos Dr. Domingo Alfonso Bacalao y Dr. Enrique Mandri, por este honor que se me tributa al designarme como uno de sus miembros. Asimismo quiero expresar mi gratitud a todos los venerables Individuos de Número, Miembros Correspondientes y Miembros Honorarios, que hacen vida a esta prestigiosa Academia, por su apoyo y deferencia. Desde que conocí en mi juventud, como seminarista, a dos recordados profesores, historiadores e Individuos de la Academia de Historia de Venezuela, ambos ya fallecidos: los padres Cesáreo de Armellada, capuchino, y Hermann González Oropeza, jesuita, he mantenido el inmenso amor a la historia eclesiástica que transmitían ellos en sus sabias enseñanzas; uno en el convento de Las Mercedes en Caracas y el otro en los claustros del Seminario Santa Rosa de Lima. Quisiera aprovechar esta ocasión para hacer un llamado, como lo hizo hace tiempo el reconocido his-

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toriador Germán Carrera Damas, acerca del "rescate de la historia de Venezuela para su pueblo" 1 . Yo diría que es urgente el "rescate de la historia valenciana y carabobeña". Esta convocatoria para reconstruir nuestra historia regional, se requiere nuevamente el despertar del espíritu de la investigación. Todavía hay mucho por investigar y mucho por escribir los hechos del pasado de la Nueva Valencia que aún duermen en los archivos históricos del país y fuera de el. La mayoría de la gente de nuestro pueblo nacido o no en esta ciudad o región no siente el entusiasmo por conocer y celebrar su historia. Un ejemplo de ello, es la celebración del Día de Valencia, que se ha reducido en una mera festividad de compromiso social para una institución, sin la participación activa de otras en la región valenciana y carabobeña. De la misma manera ocurre con la historia eclesiástica carabobeña. Hoy muchos evangelizadores desconocen quienes fueron los que nos precedieron en la fe y tuvieron el mismo ímpetu misionero hasta que llegaron a fundar nuestra Iglesia particular2. Por consiguiente, sin conocimiento del pasado de la vida eclesial regional o parroquial no podemos sembrar con efectividad la semilla del evangelio en esta cultura emergente, donde predomina el relativismo, el olvido remoto de la verdad y la falta de justicia social. La Iglesia como institución sigue siendo "maestra de la humanidad", y su historia es "maestra de la verdad".

Carrera Damas, G. (1975), "Validación del pasado", Ediciones de la Biblioteca, Universidad Central de Venezuela.

"Se entiende por Iglesia particular, que es en primer lugar la diócesis (o la eparquía), una comunidad de fieles cristianos en comunión en la fe y en los sacramentos con su obispo ordenado en la sucesión apostólica. Estas Iglesias particulares están "formadas a imagen de la Iglesia Universal. En ellas y a partir de ellas existe la Iglesia católica, una y única" (Catecismo de la Iglesia Católica, 833). 2

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La presencia de la Iglesia Católica en nuestros pueblos carabobeños ha sido determinante para el desarrollo sano de las comunidades, y al mismo tiempo ha sido defensora de los derechos y deberes de los hombres y mujeres que han hecho y hacen vida en esta región. Y cuando me refiero a la Iglesia Católica es toda la comunidad cristiana, sacerdotes y laicos; es decir todos los fieles cristianos 3 que peregrinan en esta Iglesia particular. Dedico este estudio, que lleva por título: "La Iglesia de Valencia en el siglo XVII: su Parroquia y su Convento", a todos los agentes evangelizadores de la Arquidiócesis de Valencia en el marco de la "Gran Misión Continental", especialmente a los jóvenes seminaristas, futuros pastores de Venezuela que se preparan en nuestro Seminario "Nuestra Señora del Socorro" de Valencia. Este tema de interés tiene como finalidad presentar en grandes rasgos la realidad eclesial de un siglo poco estudiado. Pues, el siglo XVII es el período donde se van acrecentar las bases de una Iglesia encarnada en su población, que luego en el siglo XVIII recogerá sus primeros frutos en la creación de nuevas parroquias. Es el siglo donde va tomando forma y raíces la devoción a Nuestra Señora del Socorro en los hombres y mujeres humildes de la sociedad valenciana4. El siglo XVII va significar para la Iglesia Católica en Carabobo un tiempo para sembrar grandes valores evangélicos, y esto a pesar de la lentitud del crecimiento de su población. Dos centros principales harán posible esta realidad con una vida apostólica dinámica y misionera: primero: la Iglesia parroquial de Valencia, Nuestra Señora de la Anunciación, que será la parroquia matriz del territorio carabobeño durante los siglos XVII y a finales del XVIII; y segundo: el convento de San Buenaventura o el "convento franciscano", -como era llamada en aquel tiempo-, que a mitad del siglo XVII se convertirá en un

centro de atención para los pueblos sin asistencia sacerdotal. A través de los curas misioneros, doctrineros y párrocos se llevarán a cabo la evangelización de los pueblos. La Iglesia de Valencia se trasformará posteriormente en una vicaría donde se extenderá su radio de acción en toda la región carabobeña y fuera de ella. Antes de entrar en el tema, quisiera presentar en primer lugar algunos antecedentes de la Iglesia venezolana en el siglo XVII, especialmente el tema de los sínodos que son fuentes para el conocimiento de la historia eclesial; y en segundo lugar, presento las primeras noticias de la Iglesia parroquial de Valencia, es decir su presencia en los albores de la evangelización, para esto anexo tres documentos inéditos del Archivo de Indias; y finalmente, iremos engrosando en dos personajes que evocan el desarrollo de las construcciones del templo parroquial y del convento franciscano. Para esto estudiamos un expediente de legitimación de la nobleza de los hijos del capitán Agustín Sarmiento de Herrera, quien se esmeró siempre en colaborar y ver un templo digno para la ciudad de Valencia; y un testamento del capitán Rodrigo Alonso Cabañas, quien por su fe y piedad en Dios quiso sufragar los gastos de la fabrica del convento franciscano. Ambos documentos han sido anexados en este trabajo, sus originales reposan en al Archivo Arquidiocesano "Mons. Gregorio Adam". Advierto que este estudio es una primera aproximación para una futura investigación más completa y sistemática. 1.- ACONTECIMIENTOS DEL SIGLO XVII: LA IGLESIA EN VENEZUELA En el siglo XVII, la Iglesia venezolana va vivir un hecho sin precedente la convocatoria y celebración de dos sínodos diocesanos. Se tiene noticia que el primero se realizó en el pontificado de fray Pedro

"Son fieles cristianos quienes, incorporados a Cristo por el bautismo, se integran en el Pueblo de Dios y, hechos partícipes a su modo por esta razón de la función sacerdotal, profética y real de Cristo, cada uno según su propia condición, son llamados a desempeñar la misión que Dios encomendó cumplir a la Iglesia en el mundo" (Catecismo de la Iglesia Católica, 871). 4 Ver mi libro: "Origen de la devoción a Nuestra Señora del Socorro de Valencia" (2010). 3

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de Agreda5, a finales del siglo XVI. Algunos autores han dudado acerca de su realización6; y aunque las actas no han sido localizadas, no significa que no se haya celebrado7. Lo mismo ocurrió con el segundo sínodo, actualmente desconocemos sus actas8. Pero su celebración está exenta de duda. Se celebró en la ciudad de Caracas del 5 al 12 de octubre de 1609, siendo obispo el franciscano fray Antonio de Alcega9. A pesar que su pontificado fue corto, visitó, al igual que el obispo Agreda, todo el obispado donde se percató de la extensión del territorio, la proliferación de ídolos, la pobreza material de las iglesias y la carencia de clérigos10. En cuanto a la pobreza de la Iglesia venezolana sería una nota dominante desde su fundación, ya en las Actas del Cabildo Eclesiástico de Caracas, el 8 de octubre de 1607, mencionaban las dificultades que encontraba el obispo de crear el seminario, conforme al concilio de Trento, "por la mucha pobreza del obispado, poco valor de los diezmos, y escasez de beneficios" (Pérez Vila, 1963, 43). Para este tiempo había 20 curas atendiendo 10 pueblos españoles que existían en la jurisdicción eclesial 11. Volviendo al tema de los sínodos, el autor del tercer sínodo12, el obispo Diego de Baños y Sotomayor13, tampoco tuvo conocimiento de las actas del primer

sínodo. Leemos en el proemio de las Constituciones Sinodales de 1687: Y hallando solo noticias, de que en la primer fundacion de este Obispado se celebró Sínodo, de cuyas Ordenanzas no habia quedado memoria y de la última Congregación Sinodal, que celebró nuestro predecesor el Ilustrísimo Señor Don Fray Antonio de Alzega, con el trascurso de 78 años, era necesario mudar algunas cosas y añadir otras nuevas, por la deformidad que de su observancia hubia en los lugares de este nuestro Obispado y corruptela en lo justamente establecido... El padre Armellada (1981) llega a deducir de este texto, que "muchas de las cosas del III Sínodo fueron repetición de las ordenanzas del II; y también al margen del mismo texto sinodal se ven varias llamadas al texto del II Sínodo" (p.160). Por consiguiente, la única fuente que tenemos por escrita es el del sínodo de 1687, cuyas actas son extensas y minuciosas de artículos que nos describen la realidad social del siglo XVII. En efecto, en el proemio, el tercer sínodo expresaba una enérgica corrección a las corruptelas que presentaba la vida cristiana de la diócesis de Caracas y Venezuela. El estudioso de

Perteneció a la Orden de los Predicadores y fue electo obispo en 1558. Su ministerio episcopal se inició en 1561 y muere en el ejercicio el 13 de mayo en 1579. En 1574, este obispo informaba al rey la convocatoria: "(…) yo proveeré en un sínodo que tengo de tener este verano, tenientes de estas dignidades para poder celebrar el sínodo que a esta causa no lo he celebrado cuatro años ha y viendo que tanto se tardan, usaré de este remedio para poderlo celebrar, que va mucho en que se celebre, porque será el primero que se ha tenido en esta tierra por no estar antes las cosas asentadas, los caminos peligrosos y los pueblos muy derramados" (Maldonado, 1973: 298). 5

El historiador Maldonado (1973) afirma de "no haberse nunca podido efectuar, a causa no sólo del poco personal eclesiástico, como lo dice el mismo señor Agreda cuando se refiere a que no hay dignidades que presidan el dicho Sínodo, sino sobre todo porque faltaba el consenso y la presencia de los Oficiales reales empezando por el Gobernador, quienes representaban al Rey (…)" (p. 305). Asimismo, el franciscano Odilo Gómez Parente en su libro "Los franciscanos en Venezuela" (1997) defiende esta tesis (pp.142-143). El historiador José Llevador Mira (1969) desconoce el primer sínodo, cuando escribe: "El primer Sínodo que se celebró en la provincia de Venezuela fue durante el pontificado del obispo don fray Antonio de Alcega, franciscano, que había sido casado y había ejercido el oficio de Contador de la Real Hacienda en una provincia indiana" (pp. 43-44) 6

Para el historiador capuchino Cesáreo de Armellada (1981) "no cabe duda que sí se efectuó. Y está muy claro que una de las preocupaciones a que iba dirigido era la organización de las doctrinas para los indios" (p. 156). 7

En el segundo tomo de la obra titulada "Gran Recopilación geográfica, estadística e histórica de Venezuela", que fue editado el año de 1889 y autor es el general Manuel Landaeta Rosales, se lee: "de estos trabajos (las constituciones sinodales) se conservaba una copia manuscrita en el archivo arzobispal hasta hace algunos años". Ahora bien, en "El Catálogo general del Archivo Arquidiocesano de Caracas", publicado en 1964, el padre Jaime Suriá comenta que "de Antonio de Alcega se conservan algunos documentos, pero ninguna noticia del sínodo diocesano que realizó y cuyas constituciones fueron el Derecho hasta el obispo Baños y Sotomayor…" (p. 26). 8

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Fue electo obispo el 12 de diciembre de 1605, después de ser Contador de la Hacienda Real en Yucatán (México)

En carta desde la ciudad de Trujillo, el 2 de junio de 1608, informa este obispo de 1114 santuarios destruidos personalmente y otros 400 destruidos por comisión suya; y propone la división del obispado y la creación de un seminario (AGI., Santo Domingo, 193). 10

Estos pueblos eran: Santa Ana de Coro, El Tocuyo, Nueva Segovia (Barquisimeto), Trujillo, Zamora, Carora, San Pablo de Nirgua, Nueva Valencia, Santiago de León de Caracas y Caraballera. 11

El obispo Baños y Sotomayor hizo convocatoria el 26 de junio de 1686, y en la Santa Iglesia Catedral de Caracas se congregaron para determinar el Sínodo, el 2 de julio de 1687. El 31 de agosto del mismo año, se apertura oficialmente el sínodo. 12

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Obispo de Santa Marta y promovido obispo de Caracas y Venezuela, el 10 de abril de 1683. Muere en la misma ciudad el 15 de mayo de 1706.

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este sínodo, Gutiérrez de Arce, resumen en breves palabras el deterioro social: La moral pública debía estar desquiciada. Préstamos usurarios, concubinatos, trato inhumano con los esclavos, atentados a su libertad matrimonial y a la de los indios, parece que se encontraban a la orden del día en españoles y criollos; entre los naturales abundaban las bigamias, los perjurios, los tratos carnales prenupciales, las borracheras, los adulterios con conyugicidio, los ensalmos juratorios supersticiosos, etc., en los negros era frecuente el amancebamiento. El mismo culto se encontraba viciado con chanzonetas irrespetuosas en las misas solemnes, danzas de negras, mulatas e indias en las procesiones, bailes en las casas particulares con ocasión de festividades religiosas, peligrosas procesiones, faltas de respeto a los templos con ocasión de romerías y juegos de toros, alhajamiento profano de las imágenes, etc. (1975: 44-45). Este desenfreno de la sociedad del siglo XVII no va impedir a los obispos, sacerdotes y misioneros a llevar a cabo el proceso de evangelización. El obispo Alcega puso todo su dinamismo y tesón por crear escuelas de gramática en las ciudades, y así mismo de imponer una sana regulación de la vida de los naturales en las encomiendas. Por la prematura muerte de este obispo, el 10 de mayo de 1610, estos proyectos se desvanecen. Pero por designios de Dios, en el pontificado del obispo fray Gonzalo de Angulo se logrará a concretar la defensa de los naturales y a proyectar la fundación de nuevas poblaciones14. Como es sabido, la gobernación de Venezuela, conocida también como provincia de Caracas, fue creada el 27 de marzo de 1528; y en el período de 1616 al 1621, podemos destacar el ejercicio de la jefatura al capitán Francisco de la Hoz

Berrío, quien tuvo una estrecha amistad con el obispo Angulo. De este capitán comenta el historiador Ambrosio Perera: Representaba maravillosamente al conquistador americano del siglo XVII que completó en el nuevo continente la grandiosa obra del progenitor hispánico. Era no solo católico de fe inconmovible… sino además persona de una sincera y sólida piedad y de una profunda devoción sacramentina, todo lo cual ha debido influir en su ánimo para llevarlo a poner toda su autoridad de gobernante y todos sus desvelos de cristiano a favor de lo que estaba llamado a dar las mayores garantías a la evangelización de los naturales… (1955: 32). A partir de estas décadas, el poblamiento de la provincia de Venezuela se debe en gran parte por la acción de ambas autoridades civil y eclesiástica. Estas buenas relaciones llevaron a una gran empresa humanizadora para los nuevos pueblos naturales. Esto quizás gracias a la residencia del obispo en la ciudad de Caracas. Ya sabemos, que la primera sede episcopal venezolana se asentó en 1531 en la ciudad de Santa Ana de Coro, pero por la proximidad del mar, siempre fue arremetida por los asaltos de los piratas. Esto llevaría a los obispos a trasladar la sede a la ciudad de Santiago de León de Caracas, en 1637. Es interesante conocer las razones por la cual se realizó dicho traslado, según las Actas del Cabildo Eclesiástico de Caracas, con fecha 7 de marzo de 1638; expresaban que: …por su naturaleza -de la ciudad-, habitada de muchos vecinos y forasteros, rica y abundosa de trigo, maíz, cacao, corambre, y otros frutos; de apacible y saludable temele, y de muchos y buenos oficios, con estudio público de gramática y dos con-

Perteneciente a la Orden de los Mínimos. Presentado por Felipe III en junio de 1617; Paulo V expedía la Bula de Institución canónica el 20 de noviembre del mismo año, siendo despachadas las ejecutoriales por el rey el 5 de febrero de 1618, y está en Caracas en 1619. Muere en el ejercicio el 25 de marzo de 1633. Es interesante el trabajo realizado por el padre Carlos Rodríguez Bouquet, titulado: "Fray Gonzalo de Angulo (1617-1633). Obispo defensor de los indígenas". Universidad Santa Rosa de Lima. Boletín CIHEV. Año XV. Nº 24. EneroDiciembre 2003. Ver también: Donis Ríos, M., "Fray Gonzalo de Angulo: Poblador de la Provincia de Venezuela": En Boletín CIHEV. Año XI. Nº 20. Enero-Junio 1999, 34-116. 14

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ventos donde se leían artes y teología, y donde residía el Gobernador y oficiales reales…y se acordó que en virtud de ella se tomase la posesión de esta Santa Iglesia constituida en catedral de este mismo día 7 de marzo, bajo el mismo título de Señora Santa Ana... (Pérez Vila, 1963:105106). Al analizar este texto, presumimos que Valencia no gozaba de esos privilegios. Tiene que esperar hasta finales del siglo XVIII, cuando se notan algunos cambios. Escribe el obispo Mariano Martí 15, que la ciudad "es grande, y después de la de Maracaibo, tal vez la mayor de esta provincia… es esta ciudad más cómoda para vivir que otras…" 16. Ya se tenía dos colegios, un hospital y un convento, y además una parroquia bien atendida por varios sacerdotes del clero secular. Durante el siglo XVII, los valencianos soñarán para la ciudad un templo parecido al de Caracas, pero tardará mucho. Sin embargo, se le va cumplir el sueño con la llegada de los frailes misioneros franciscanos, con una larga tradición en la evangelización en el territorio venezolano, y su presencia se remonta antes de la creación de la primera diócesis. Desde el tiempo de la fundación se llamaba diócesis de Venezuela y de Santa Ana de Coro, y al trasladarse la sede a la ciudad de Caracas, se llamaría diócesis de Caracas y Venezuela. No podemos olvidar que la Iglesia venezolana nació signada por un ideal que se ha denominado patronato regio, al cual la Corona o el Estado pretendía mantener sometida y subordinada a la Iglesia en su misión evangelizadora, situación que perduró después de la Independencia y en la época Republicana17.

2.- VALENCIA EN LOS ALBORES DE LA EVANGELIZACIÓN Ya hemos escrito en otra oportunidad que los primeros evangelizadores en tierra carabobeña fueron del clero secular18. Desde los orígenes de Valencia esta presencia significaría un estilo propio en la conformación de la Iglesia parroquial bajo la advocación de Nuestra Señora de la Anunciación. A partir de aquí, esta parroquia se despliega por toda la región valenciana como único centro parroquial en el siglo XVII, hasta que llega a crearse a principio del XVIII las parroquias: San Agustín de Guacara, que venía actuando como tierra de encomiendas; y en el eje occidental de Carabobo, San José de Canoabo, que pertenencia a la vicaría de Nirgua. En cuanto a la Iglesia parroquial de Valencia, en dos documentos inéditos que reposan en el Archivo de Indias, con fecha 5 de enero de 1562, conocemos su realidad social y eclesial a finales del siglo XVI. Son dos cartas con el mismo contenido donde los alcaldes y regidores de la ciudad le otorgaban poder al señor Gonzalo de los Ríos, vecino de la ciudad de Barquisimeto, para suplicar ante la corona varias consultas, y suplicaban: 1- que no se lleve del oro que los vecinos della fundieren e sacaren de minas mas de la veyntena parte por treynta años atento a que las minas son muy pobres y la tierra estar muy neçesitada por los robos de françeses y hultimamente el del tirano lope de Aguirre que en la dicha governacion fue desbaratado. 2- que su magestad le haga merçed de diez mill pesos librados en el cabo de la vela para propios de la dicha çiudad atento a las cavsas suso dichas e que no tiene ningunos.

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Obispo en Puerto Rico y promovido al obispado de Caracas y Venezuela en 1769. Después de 22 años de intenso apostolado, muere el 20 de febrero de 1792.

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Martí, M., (1969), Documentos relativos a su visita Pastoral de la Diócesis de Caracas 1771-1784, II, Libro Personal, Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, Caracas, 27.

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"La mentalidad del Nuevo Código de las Leyes de Indias influyó en los hombres de pensamiento de la Primera República" (González Oropeza, 1977: 45).

Ver el trabajo del autor: "Orígenes de la devoción a Nuestra Señora del Socorro de Valencia" (2010). La publicación de los informes de los obispos Ballestero y Agrada por Monseñor Maldonado (1973) nos lleva a la conclusión que los primeros evangelizadores en el Estado Carabobo fueron del clero secular, ya que no se menciona a ningún religioso del clero regular. Según el obispo Agrada en el pueblo de Borburata siempre hubo sacerdote secular pagado de la Caja Real, hasta que se despobló por las invasiones de los franceses (Cf. pp. 105-355). 18

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3- mill liçençias para poder pasar esclavos a yndias. 4- que en la dicha çiudad aya dos sacerdotes atento a la neçesidad que dellos tiene y por que muchas vezes no se dize misa ni se administran los sacramentos por no aver mas de vno y estar enfermo. Con esta amarga experiencia de los continuos saqueos de los piratas franceses, y para completar con la tragedia que ocasionó el paso del tirano Lope de Aguirre, los vecinos de Valencia, que habían trabajado en las minas por 30 años, pedían beneficios del oro extraído de su tierra y manos esclavas para el trabajo. En cuanto a los años de trabajos en las minas volvemos a la cuestión fundacional de la ciudad. ¿Qué ocurrió en 1555 que la historiografía ha tomado como fecha de fundación? 19 Posiblemente en ese año fue elevada el pueblo de la Nueva Valencia al rango de ciudad, porque ya la población existía antes de esa fecha 20. Asimismo, la Iglesia parroquial, que estaba atendida por sacerdotes diocesanos, ya hacía vida pastoral 21. Volviendo al texto citado, es posible que aquellas peticiones fueron escuchadas cuando leemos el informe del obispo Agreda, con fecha de emisión el 23 de agosto de 1574, la ciudad: … tiene como diez vecinos españoles y está como treinta leguas de Barquisimeto,… cuatro o cinco de estos vecinos españoles de esta Nueva Valencia son los más ricos de toda esta gobernación, porque en su

comarca tienen muchas y muy buenas minas de oro y en ellas muchos negros e indios que lo sacan y es tierra toda ella de mucha labranza y crianza, de mucho pescado y miel y grandes sabanas para ganados, en solas las minas tengo un sacerdote que enseñe la doctrina y administre a la gente que está en ellas los sacramentos (Maldonado,1973: 300-301). Este texto es muy iluminador para conocer los primeros pobladores de la ciudad de Valencia recién fundada. Ya a finales del siglo XVI, la ciudad tenía diez vecinos o familias españolas, sin contar los aborígenes y los negros que eran traídos de otras partes del territorio para trabajar como esclavos en las minas. A finales del siglo XVII había aumentado la esclavitud en Valencia. Esta ciudad siempre fue considerada como pueblo de españoles. Por consiguiente, podemos deducir que en un principio en estas tierras no hubo una población aborigen homogénea preestablecida. Y más aún cuando dice el obispo Agreda que "tiene pocos indios y esos lo van acabando unos indios caribes que andan por allí cerca, cruelísimo…". Es probable que por las luchas o contiendas que existían entre los naturales se dispersaran por el territorio carabobeño, específicamente en las zonas de Guacara, los Guayos, San Diego y Yagua. Y además se sumaba la presencia cruel de algunos encomenderos. Llama la atención, que la Nueva Valencia, según el obispo Agreda, arranque desde sus orígenes con un

La hipótesis tradicional se fundamenta en el texto de Oviedo y Baños: "Noticioso al mismo tiempo el Gobernador de Villasinda de la abundancia de indios que había en la comarca de la laguna de Tacarigua [Valencia], y la conveniencia que ofrecía la hermosura y fertilidad de su terreno para poder poblar en ella una ciudad, y animado aún más con la esperanza de que sujeto y reducido aquel entorno podría de servir de escala para emprender con más facilidad la conquista de Caracas que intentaba ejecutar; juntó el mayor número que pudo de soldados de las tres ciudades de Coro, Tocuyo y Nueva Segovia [Barquisimeto] y nombrando por cabo a Alonso Díaz Moreno, vecino que entonces era de la Borburata, lo despachó con orden de que poblase una ciudad en las cercanías de la laguna; diligencia en que puso tanto cuidado Alonso Díaz, que aunque los indios y procuraron estorbarla a fuerza de sus armas, vencidos siempre y desbaratados por el valor de Alonso Díaz, dieron lugar a que atravesada la provincias, y reconocido el mejor sitio, fundase el mismo año de cincuenta y cinco la ciudad de Nueva Valencia del Rey en un hermoso llano… donde se conserva hasta hoy". Historia de la Conquista y Población de la Provincia de Venezuela, Academia Nacional de la Historia, Caracas, 1967, 223-224. (Nota introductoria de Pedro Grases), Edición Facsimilar de la de Caracas, 1924 de Domingo Navas Spínola que a su vez es reimpresión al facsímil de la de Madrid, Imprenta de D. Gregorio Hermosilla, en la calle de los Jardines Ano MDCCXXIII. 19

En una Relación que presenta el tercer obispo de la provincia de Venezuela, fray Pedro de Agreda (1561-1580), a la Corona española, con fecha 3 de diciembre de 1567, menciona que al hacer visita pastoral a la ciudad de Valencia, subraya "que había más de 27 años que no se habían confirmado" los vecinos de esta ciudad. Esto nos lleva a deducir que en el año 1540 ya existía la población de Valencia. Esta fecha lo confirma el fraile carmelita Antonio Vásquez de Espinoza (1570-1630), autor de las crónicas Compendio y descripción de las Indias Occidentales, donde describe que "la ciudad de la Nueva Valencia fundó el capitán Villasinda el año de 1540". Pocos historiadores han hecho referencia a este intrépido cronista colonial. Él mismo cuenta en su obra, que estuvo 14 años en las Indias, por el año 1608. 20

Recordemos los datos del Hermano Nectario en su libro "Orígenes de Valencia": "el 10 de octubre de 1555, le fueron consignadas a la Iglesia de Valencia trescientos pesos, procedentes del tanto por ciento que percibía la Real Corona sobre las herencias y bienes dejados por los difuntos, lo que es prueba que existía la Iglesia antes del año 1555" (1970: 27) 21

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potencial económico muy envidiable en relación con los otros pueblos, pues "cuatro o cinco de estos vecinos españoles de esta Nueva Valencia son los más ricos de toda esta gobernación". Además, la ciudad de Valencia tendrá una particularidad que la hace una población heterogénea y multiétnica; es decir, un pueblo donde se van a concentrar muchos hombres y mujeres de diversa condición social y racial venidos de muchos lugares de la gobernación de Venezuela22. Aunque a principio del siglo XVII, el crecimiento de la población fue muy lento 23. La económico de la ciudad recaía, en un principio, en la explotación mineral, y después, muy pronto, en la actividad agrícola, ganadera y pesquera. Esto ayudará que a finales de siglo XVII en Valencia la mayoría de la población sea mestiza. El avasallante mestizaje "constituye nuestra identidad biológica y cultural" (Vilda, 1999: 36). En los inicios de la evangelización carabobeña siempre hubo sacerdotes seculares ya sean de origen español o portugués24. En un informe enviado por obispo Agreda al rey, con fecha 17 de enero de 1576, menciona el fallecimiento de dos sacerdotes: … un clérigo que fue Cura en la Nueva Valencia y en Borburata, cuando estaba poblada, llamado Andrés Blanco; dejó unas labranzas que montarán como 250 pesos a la iglesia de la Nueva Valencia, conviene porque la iglesia es muy pobre que vuestra Majestad mande por su real Cédula que estas labranzas se paguen a la dicha iglesia en la caja del Nuevo Reino. También murió en la dicha Nueva Valencia otro sacerdote que allí fue cura llamado Vasco Fernández, el cual dejó por heredero a Alonso Cabello, vecino de allí con título que lo procedido de ellas lo diese a

unos parientes pobres que dejó. (Maldonado, 1973: 327). Este testimonio nos vuelve a confirmar de la presencia del clero secular en los orígenes de Valencia, aunque fueron escasos desde el principio. La Iglesia parroquial de la Nueva Valencia, como el resto de la provincia de Venezuela, padece la extrema pobreza material. Tenemos el caso del cura doctrinero de los valles de Guacara y los Guayos, don Pedro Galindo de Aillón, que describía la situación que vivían los naturales en el valle de Yagua, pertenecientes a la encomienda del capitán Joseph Vásquez de Rojas: …poblados en el valle de Yagua, y sin iglesia en que asistirles; esta encomienda fue considerable, y por los malos tratos de los encomenderos, irán migraciones a la costa de la mar; se hayan hoy en estado de acabarse pues los varones no pasan de veinte y estos la mitad huidos, con que por su tenicidad parece no tener fuerzas bastantes para fabricar iglesia, y cosa mia, con los más adorantes soy de parecer no hay inconveniente para agregarlos a esta de Guacara, como también no le hay en que todos estos pueblos se uniesen, antes resultará en servicio de Dios.…(AAV: A45,C26, D1). Este texto pertenece a una carta enviada al Arcediano de la Iglesia Catedral de Caracas, comisario del Santo Oficio de la Inquisición del Puerto de La Guaira, Juez Provisor y Vicario General del obispado, don Miguel Núñez y Guzmán, con fecha 6 de diciembre de 1673. Se presenta la preocupación de la Iglesia por la defensa y dignidad de los naturales. Asimismo el deseo de unir a la población para construir una sola comunidad con su templo como signo visible de la evangelización.

El estudio realizado de los libros matrimoniales de la Iglesia parroquial de Valencia que datan desde 1660 nos señalan la procedencia de algunas familias de origen española, portuguesa, irlandesa… También sobre el aumento de la esclavitud negra en la misma ciudad. 22

Así lo indica el historiador Torcuato Manzo Núñez en su libro "Historia del Estado Carabobo": "La ciudad de Valencia se desarrollaba a un ritmo tan lento que 1634 el Gobernador Juan de Meneses, que la visitó seis años antes, de paso por la fundación de Nirgua, informaba que la Nueva Valencia tenía menos de setenta vecinos… entre 1600 7 1607 el número de personas blancas que había en Valencia era apenas de una veinte, de las cuales siete u ocho eran encomenderos y tenían bajo su explotación trescientos indios" (1981: 57). 23

El obispo Agreda hace mención en una carta dirigida al rey, con fecha 6 de enero de 1576, del padre Juan Calado que había sido designado por el propio monarca como cura perpetuo de la Iglesia de Valencia. También informaba en la misma carta, no haberle dado colación a este cura, porque el gobernador no la había presentado, argumentando ser portugués. 24

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Para esta fecha la Iglesia parroquial de Valencia estaba encargado por el licenciado Gerónimo Riveros, curo propio y vicario foráneo, y Juez Eclesiástico de la misma ciudad y Nirgua. A mitad del siglo XVII, los curas de Valencia ejercerán la función de vicario, y al mismo tiempo, el oficio de juez eclesiástico, cuyas funciones era administrar justicia y hacer cumplir las Constituciones Sinodales25, es decir que hacía las veces de obispo. Esta vicaría comprendía en su jurisdicción en 1690, además de la Iglesia parroquial de la ciudad, los pueblos de doctrinas Turmero, Los Guayos, San Diego y Guacara; y además las capellanías de haciendas en los valles de Mariara, Agua Caliente, Ocumare, Patenemo, San Esteban, Guaiguaza, Morón y Urama (Cf. AGI, Real Audiencia de Santo Domingo, legajo 197). Conocemos un notable cura quien ejerció este oficio a finales del siglo XVII: don Agustín de Palma. De los libros más antiguos sobre matrimonios de la Iglesia parroquial de Valencia del año 1660 encontramos estampada su firma como cura y vicario. Sabemos que 1669 era cura de la Catedral de Caracas, y el 17 de agosto del mismo año, fue elevado a la dignidad de Tesorero, dada en Madrid por la Cédula Real, en fecha 28 de octubre de 1668. En un informe del obispo Diego de Baños y Sotomayor, sobre el estado que se hallaba el Seminario Santa Rosa de Lima de Caracas, figura como profesor de moral (Figuera, 1965: 165). Luego, el 26 de agosto de 1671, se le dio colación y posesión como Chantre, cuya real presentación tiene como fecha el 25 de junio de 1669. El 28 de junio de 1678, se le dio posición como Arcediano, habiendo recibido la colación el 8 de febrero de ese mismo año, en la ciudad de Coro. El 14 de marzo de 1682, fue

electo como Provisor y Vicario General, dejando el cabildo. El 1 de diciembre de 1684, fue elegido como Juez de Diezmos con facultades para el desempeño de la judicatura y nombrar subalternos. Y el 22 de noviembre de 1687, fue elegido un nuevo Juez de Diezmos por su fallecimiento. Otro cura que se destaca a finales del siglo XVII fue don Andrés Arias Altamirano, quien participó activamente en las secciones del III Sínodo Diocesano de 1687. Para el año 1670, el Cabildo Eclesiástico de Caracas le da colación como segundo cura de Valencia y hace la profesión de fe ante el Cabildo el 17 de diciembre de aquel año y luego se traslada a Valencia como beneficiado de la Iglesia parroquial de la ciudad. En la vida parroquial de Valencia tuvieron muchas influencias las cofradías, grupos de seglares que manifestaban su devoción y fe católica en medio de la sociedad. La más antigua fue la de Santa Vera Cruz. Sus constituciones fueron aprobadas por el obispo de Caracas y Venezuela, Juan Manuel Martínez de Manzanillo (1580-1592), en 1586; y le siguen las Cofradías: Espíritu Santo, creada en 1616, y el Santísimo Sacramento, en 1660. Debemos destacar que estas cofradías no sufrieron modificaciones en sus constituciones durante el siglo XVII. De la cofradía del Espíritu Santo, cuyos miembros cultivaran y fomentarán la devoción a la Virgen del Socorro, se modificaran sus constituciones en 1723, con el nombre cofradía "Espíritu Santo y Nuestra Señora del Socorro". El primer templo parroquial construido en la Nueva Valencia debió ser hecho de pajas o de bajareque, como los demás templos de la Diócesis de Coro y Venezuela. El obispo Juan Manuel Martínez Manzanillo26 en 1582 informaba al rey, que "todas

Entre las obligaciones que tenía el vicario y juez eclesiástico en las Constituciones Sinodales encontramos: "Tendrán cuidado nuestros vicarios de inquirir como viven los doctrineros y clérigos de su distrito; y siendo necesario, vayan en persona à remediar lo que le pareciere conveniente "(318). "En cada un año hagan los Vicarios parecer ante si a los sacerdotes à examen de ceremonias y de los defectos de la misa, è inquieran, si faltan al cumplimiento de la obligación del rezo, y cómo y de qué suerte; y hallando defecto culpable, los suspendan de decir misa; y a los que hallaren defectuosos en el rezo, los harán acompañar con otro sacerdote hábil, de quien puedan aprender hasta tanto que estén perfectamente enterados en el modo de rezar; y si así no lo hicieren, el tal sacerdote que le enseñe dé cuenta al Vicario para que aplique el remedio conveniente" (319). "Asimismo mandamos, que en cada un año todos nuestros Vicarios y jueces eclesiásticos, hagan sumaria breve, sobre el estado en que se hallan las memorias, aniversarios y capellanías; sobre la puntualidad de los sacerdotes en celebrar las misas de su obligación y sobre los recorrido de los tributos; sobre si se han pagado ò no; y en todo ponga suma diligencia, para se administren y corran: y si hubieren faltado fincas, ò estuvieren deterioradas ò hubiere faltado los fiadores, ò no se hubieren padago los corridos, procedan según derecho, obligando à todos: pena de que no haciéndolo así se le hará cargo por las mas leves omisiones" (320). "Cada Vicario de su partido enviará un sacerdote en cada un año à esta ciudad, que llegué à tiempo, que luego que se consagren los Santos Óleos, los lleve à dicho vicario, para que los reparta entre los Curas de su distrito: y los costos, que causare el dicho sacerdote, se paguen" (321). 25

De la Orden de los Predicadores. Estaba de superior en la Provincia de Santa Cruz, cuando fue nombrado obispo en 1580, y tomo posesión canónica en 1581 y gobierno el obispado hasta el 1 de enero de 1592. 26

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las iglesias de esta gobernación y obispado de Venezuela son de paja y madera embarradas por de fuera, excepto la de Santiago de Leon que es de teja y se está cayendo" (Maldonado, 1973: 444). A pesar del aparente desarrollo económico en la ciudad de Valencia, a finales del siglo XVII, siempre hubo retraso en su construcción, ya sea por el poco interés de los curas y de los fieles, o por la falta de cumplimiento de los mayordomos o albañiles, o por los continuos saqueos de la ciudad, como el caso de la invasión de los corsarios franceses en 167727. 3.- EL CAPITÁN AGUSTÍN SARMIENTO DE HERRERA Y EL TEMPLO PARROQUIAL DE VALENCIA En los avatares de la historia de la construcción del templo parroquial de Valencia nos encontramos que los fieles cristianos gozarán de un templo "durable y decente"28 ya avanzado del siglo XVII. Es decir, de un templo de piedra y no de bajareque. Pero en los primeros años de este siglo, el templo parroquial era modesto. Un gran bienhechor de esta obra va ser el capitán Agustín Sarmiento de Herrera, nacido en la Gran Canaria. Su padre era don Diego de Sarmiento, Alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición en la Isla Canaria y hermanos del Marqués don Agustín de Herrera y Rojas, primer Marqués de Lanzarote y Buenaventura29. El expediente que hemos hecho mención es una copia con fecha del 20 de marzo de 1789, y es una recopilación de varios testimonios que nos remontan hasta 1602. Encontramos que los testigos declarantes en tierra Canaria, quienes conocieron a

don Agustín de Herrera y a su familia, manifestaban que: (…) los tiene por cristianos biejos limpios de toda mala rasa, y macula de moros ni judios ni es el dho Dn Agustín de los prohividos para poder pasar a las Yndias, sabe que son todos gente muy principal, y tenidos por cavalleros hijos Dalgo, y por tales respetados, tiene por cosa sierta que el dho Dn Agustín de Herrera es soltero no ha oido que se haya casado ni dado palabra (…). Estas aclaratorias eran los requisitos indispensables para embarcarse a estas tierras americanas. Sin esos privilegios no podrían alcanzar los beneficios del yugo de la corona. Estos testimonios tienen como fecha el 24 de diciembre de 1602. Es posible que este Agustín de Herrera pisara tierra venezolana por el Puerto de La Guaira en 1603. Contrajo matrimonio en la ciudad de Caracas con Leonor de Pacheco y Acosta, el 3 de agosto de 1604, quien era natural de la misma ciudad, hija del conquistador capitán Juan Fernández de León, quien acompañó a Vicente Díaz Pereira y Diego de Lozada a la fundación de Valencia y Caracas. Un año después, el 11 de agosto, en la ciudad de Santiago de León de Caracas, su hermano Fernando de Saavedra presentaba los recaudos de la hidalguía de su familia al Teniente General de la Gobernación de Venezuela, el licenciado Francisco Rodríguez de Toro.

Un dato importante que llama la atención en un documento sobre la construcción del templo parroquial lo expone el albañil Blas Vicente, referente a la invasión de los corsarios franceses en la ciudad de Valencia: "con la invasión q[ue] iso en esta si[u] d[ad] el enemi[go] franses el año de setenta y siete (1677), abiendo q[ue]mado [en] esta suidad numero de casas en el quemo tambien la mia en laqual se q[ue]mo todo lo q[ue] llebo rreferido..." (A1-Carp. 1-doc. 17). Esto nos indica que la ciudad de Valencia a pesar de estar alejada de la costa no escapó de los saqueos de los feroces filibusteros. 27

"Las Iglesias Parroquiales que se hicieren en Pueblos de Españoles, sean de edificio durable y decente, y la costa que en ellas se hiciere se reparta y pague por tercias partes: la una de nuestra hacienda Real: la otra á costa de los vecinos Encomenderos de Indios que hubiere en ella y su comarca: y si en los términos de la Ciudad, Villa ó Lugar estuvieren incorporados algunos Indios en nuestra Real Corona: Mandamos que también contribuya (…) Declaramos y mandamos, que la parte con que han de contribuir los vecinos Encomenderos para fábrica de las Iglesias Parroquiales, se ha de entender con los vecinos y moradores encomenderos de cada Pueblo, siendo Parroquianos y recibiendo en las Iglesias que se tratan de fabricar los Santos Sacramentos, y no en otra forma. (…) todos los Pueblos de Indios, así los que están incorporados en nuestra Real Corona, como los encomendados á otras cualquier personas, se edifiquen Iglesias donde sean doctrinados y se les administren los Santos Sacramentos, y para esto se aparte de los tributos que los Indios hubieren de dar á Nos y á sus Encomenderos cada año lo que fuere necesario, hasta que las Iglesias están acabadas (…) " Tomo I, libro I, título segundo: De las Iglesias Catedrales, y Parroquiales. Recopilación de Leyes de los Reinos de las Indias, Edición facsímil por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales y el Boletín Oficial del Estado, Madrid, 1998. 28

Cf. Lobo Cabrera M., y Bruquetas de Castro F., (1995), Don Agustín de Herrera y Rojas. I Marqués de Lanzarote, Servicio de publicaciones del Cabildo de Fuerteventura y Lanzarote. 29

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El 20 de mayo de 1617, don Agustín de Herrera junto su hermano piden nuevamente a las autoridades de la ciudad de Caracas testificación de que son hijos hidalgos. Pronto se muda a la ciudad de Valencia, donde nacerán algunos de sus hijos. Había sido encomendero de los aborígenes que estaban ubicados en Guacara. Fue Teniente de Gobernador de Valencia, y adquirió el compromiso de aportar materiales y peones para la construcción del templo parroquial. Y esa inversión era deducible de los diezmos que estaba obligado a pagar en su encomienda. El contrato de dicho capitán comprendía la demolición del primitivo templo y la construcción de la nueva que se siguió modificando y reformando. Todo lo relativo a aquella fabrica cuenta un expediente que reposa en la Academia de la Historia (Cf. Donación Villanueva, segunda parte, Nº 410). Ante los sucesos del 11 de junio de 1641, de un violento terremoto que destruyó la catedral de Caracas y que también arruinó el templo de Valencia; el obispo Manzanillo junto el Cabildo Eclesiástico de Caracas, aprobaron el 7 de diciembre 1660, un contrato para las respectivas repararaciones de los templos parroquiales. Ya para 1664, el capitán Herrera había comenzado la obra de construcción de un nuevo templo de tejas y paredes de rafa, pues se había decidido tumbar el viejo templo de pajiza y bajareque. El año siguiente, el licenciado Gaspar Sánchez de los Reyes, Vicario Foráneo de la Iglesia parroquial de Valencia, fue llamado por el obispo fray Alonso Briceño30, que estaba residenciado en Trujillo, para que informase sobre la vida pastoral. Y antes de salir, por ante el Notario Público Domingo López de Serpa, intimó al licenciado Agustín de Palma, mayordomo de la fábrica y al encargado capitán Herrera de que "acudan sin omisión y con la brevedad posible en la prosecución de la dicha fábrica". En 1668 el padre Andrés Arias Altamirano tomó declaraciones al maestro de obra, Bernabé Barran-

co, acerca de la construcción del templo y hacía constar el costo de ladrillos, cal, tejas y piedras. Es posible que este trabajo constituyera las bases, donde se haría un proyecto de culminación con el maestro de carpintería don Blas Vicente Núñez, bajo la tutela del capitán Antonio Pérez Saavedra, mayordomo de aquel tiempo de la Iglesia parroquial de Valencia31. Es muy significativo el trabajo realizado por el capitán Herrera, en cuanto que es el primer templo de piedra y tejas que se inició en 1664. A partir de esa fecha, los curas párrocos juntos con los mayordomos de fábrica procuraran embellecer el templo. Del mencionado expediente, también encontramos un testimonio de un hijo del capitán Herrera, Juan Sarmiento de Herrera, Alférez mayor y nacido en Valencia, que pretendía presentar al Consejo de Castilla la solicitud de marquesado de Lanzarote y Buenaventura, testificando que era hijo legitimo de dicho capitán, y nieto de don Diego Sarmiento de Rojas y Sandoval, su abuelo paterno, quien era hermano del marques don Agustín de Herrera. Esta parte del expediente sería un trabajo aparte que se podría hacer. También en el expediente se menciona a dos sacerdote de la Iglesia parroquial de Valencia: Primero al licenciado Diego Guerrero de Torres, cura y vicario y juez eclesiástico, y tutor de las constituciones de la Cofradía del Espíritu Santo en 1616, donde se cultivó la devoción a la Virgen del Socorro. Sabemos que entró a Venezuela en la armada de Domingo Vera, como capitán de infantería, y luego fue nombrado por el rey Comisario Proveedor general. Estuvo por El Dorado y en la isla de Margarita, y a consecuencia de muchas aventuras quedó tullido. Llegó a la ciudad de Valencia en 1598. Después de una larga reflexión decidió hacerse sacerdote. En 1600 el obispo Salinas lo ordena al ministerio presbiteral y lo asigna en Valencia. Presta el

De la Orden Franciscana, obispo de Nicaragua (1644-1659), y es promovido a la Diócesis de Caracas y Venezuela, el 15 de septiembre de 1659. Entró en la ciudad el 14 de julio de 1661. Murió en la ciudad de Trujillo el 2 de diciembre de 1668. 30

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Cf. Hernández Peralta, F., (2003), El carpintero de la catedral de Valencia Blas Vicente Núñez, Obra inédita sin publicar.

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servicio de visitador de los pueblos San Sebastián de los Reyes y San Juan de la Laguna de Uchire, nombrado por el padre Pedro Graterol, el 12 de diciembre de 1604, quien ejercía la gobernación de la diócesis. El historiador Caracciolo Parra nos dice que ejerció el curato en Valencia casi toda la mitad del siglo XVII32. En 1635, bajo su protección y autorización abre el estudio de Gramática en la ciudad. En 1643 tenía más de 75 años de edad. El otro sacerdote es el licenciado Gaspar Gutiérrez de Sotomayor. Poco sabemos de él. Estaba acompañando al padre Diego Guerrero, y durante cinco años ejerció la docencia como preceptor de Gramática (latines), y además enseñó "canto llano y órgano", pues era un buen músico, según informe enviado al Consejo de Indias, el 26 de julio de 1636 33. En 1643 tenía 45 años de edad. En fin, la labor del capitán don Agustín de Herrera fue determinante para la construcción del primer templo de piedra y ladrillo en la ciudad. Ya a finales del siglo XVII, entre los años 1668 y 1681, los valencianos procurarán levantar un templo parecido a la Iglesia parroquial de Santiago de León de Caracas34. El capitán Herrera murió en Caracas, el 28 de noviembre de 1695.

de estudio de Gramática y nuevo estilo de evangelización y catequesis. La entrada los franciscanos a la ciudad también significaría el inicio de la formación intelectual y cultural de las familias valencianas y carabobeñas. En el capítulo 3, de las segundas constituciones de la provincia franciscana de Santa Cruz de Caracas, 1538, con el titulo: "Del estudio de las letras", mandaba: "Que en el convento más conveniente… siempre haya estudio de Gramática y, por consiguiente, de Arte si se pudiere hazar, guardando siempre el da la Gramática que nunca se dexe…" (Gómez: 1997, 839). Este convento fue la última fundación franciscana en la Gobernación de Venezuela durante el siglo XVII; y tiene como fecha 18 de septiembre de 163435. La ciudad de Valencia ya solicitaba en 1630 la presencia franciscana, y parece que no era la primera vez, pues manifestaba que ya tenía hecha casa y una ermita para los religiosos. El historiador franciscano Lino Gómez Canedo nos da a entender, posiblemente, el motivo de dicha fundación: No sé a que indios se referían los franciscanos de Caracas en 1631, cuando, al condenar ante el gobernador Núñez Melián (Francisco; 1630-1637) las aprehensiones de indios en los Llanos con el pretexto de campañas contra los caribes, le excitan a que envíe predicadores apostólicos a más de mil indios que están mansos y humildes ocho leguas de la Valencia, que piden el bautismo y fundar en contorno de su situación sus pueblos... (1974: 297).

4.- EL CAPITÁN RODRIGO ALONSO CABAÑA Y EL CONVENTO DE SAN BUENAVENTURA La población valenciana siempre anheló durante mucho tiempo la presencia de los misioneros franciscanos. No era suficiente la labor del clero diocesano, por la extensión del territorio. Es la primera vez, que llegan en nuestro territorio una orden religiosa tan entrenada en el campo de la evangelización. Las familias valencianas querían que se estableciese un convento que serviría como centro

Era urgente la presencia de los frailes franciscanos para predicar los naturales que moraban en los llanos próximos a la ciudad. Recordemos que el des-

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Parra, C., (1932), La Instrucción en Caracas 1567-1725, Parra León Editores, Caracas, 101 y 127

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Cf. AGI. Indiferente General, 2999.

Existen en el Archivo Histórico "Mons. Gregorio Adam" tres documentos sobre esta tema: el primero está fechado el 13 de enero de 1668, faltándole el primer folio; el segundo está datado del año 1671, del cual, por estar incompleto, no nos es posible conocer el día y el mes en que fue dado; y el tercero, tiene como fecha el 5 de mayo de 1681. Respectivamente les corresponde las cotas: A1-Carp. 1-doc. 8, A1-Carp. 1-doc. 12 y A1-Carp. 1-doc. 17. 34

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plazamiento de estos grupos aborígenes estaba motivado por evadirse de la crueldad de los encomenderos o conquistadores. Era necesaria esta presencia para reforzar la labor que venían haciendo los curas doctrineros, pero eran insuficientes para las demandas y dificultades que presentaban las encomiendas. A finales del siglo XVII había más de 30 encomiendas en Valencia, en comparación del año 1582 que había 5; y esto a pesar que partir de 1696, la corona había intentado abolir este régimen 36. Al construirse el convento franciscano era garantía de salvaguardar las vidas de los naturales y se buscaba a aprovechar una evangelización cristiana y humanista. Uno de los bienhechores de la construcción de este convento va ser el capitán Rodrigo Alonso Cabañas, quien se comprometió a construirlo el 5 de abril de 1650, a cambio de varias condiciones, entre ellas la celebración perpetua de dos misas semanales a su intención. Este capitán murió el 19 de octubre 1669. Era natural de la Fuente del Maestre, villa de la Extremadura, en los reinos de España. Fue mayordomo de la cofradía "Nuestra Señora de la Limpia Concepción y del Rosario" en la Iglesia parroquial de Valencia. En el mencionado testamento del capitán Rodrigo Alonso, otorgada el primero de septiembre de 1668, presentaba su última voluntad. Recordemos que el testamento era un documento notarial el cual un individuo manifestaba y hacía asentar su voluntad sobre aspectos materiales y espirituales. De ahí que se debía leer por los herederos o albaceas después de la muerte del testador. En fin era un documento con valor jurídico y espiritual. Acerca de la construcción del convento franciscano: el testador declaró haber hecho de su costa y de sus bienes, el convento del Seráfico

San Francisco de esta ciudad de Valencia, con la siguiente aclaratoria: al tiempo cuando lo empezó a fabricar, otorgaron escritura él y el Padre Fray Miguel Maestre, que a la sazón era Guardián, y aunque las dichas escrituras otorgadas fueron y se llevaron a los Capítulos que celebraron, nunca jamás hubo resultas de ello, hasta que llegó el Muy Reverendo Padre Fray Pedro de Aponte, Ministro Provincial, y anuló y dio por ninguna y de ningún valor esas escrituras, por lo cual desde entonces quedó desobligado de hacer dicha fábrica, pero mirando a ser una obra tan piadosa y del servicio de Dios, prosiguió en ella sin obligación ninguna y por amor a Dios; y que si los Padres Guardianes no quisieran decirle Misa, no tenían obligación de ello por cuanto lo hecho y lo por hacer, lo hizo y lo haría por Dios. Al mismo tiempo dispuso que toda la cal y ladrillos que se hallaren en su casa, lo dieren al dicho convento. Este texto es muy revelador; su otorgante afirma haber colaborado en la construcción del convento, pero fue anulado el contrato que lo comprometía37. El contrato existe en el Archivo Diocesano de Caracas. Según Lino Gómez Canedo, dicho documento contiene, como mencionamos arriba: "Obligación de Rodrigo Alonso Cabañas para hacer a su costa dicho convento con varias condiciones y entre ellas dos misas cantadas en cada semana que se le deben aplicar perpetuamente los lunes y los sábados; en 5 de Abril de 1650" (1974: 297). Más adelante, el autor nos dice que esa fecha fue construido otro convento mejor, quizás es a lo que hace referencia en el testamento.

Actualmente se conservan en el Archivo Histórico de Caracas, en el Cajón del Convento de Valencia, la Licencia del Ordinario para la fundación de dicho Convento, del 12 de noviembre 1634; un legajo encuadernado de escrituras antiguas del referido convento; una cláusula del testimonio de Bartolomé Ayllada del 10 de marzo del 1661, y una razón de las Memorias Perpetuas del mismo Convento, elaboradas por el Padre Fray Juan Sedeño, con fecha 18 de febrero de 1699. "En el Archivo de la Provincia, Cajón del convento de Valencia, figuraba en primer lugar "licencia del ordinario para la fundación de dicho convento en 12 de diciembre de 1634"" Gómez Parente, O, (1997), Los Franciscanos en Venezuela. Labor educativa y cultural durante los años de la colonia. UCAT, Caracas. 35

A finales del siglo XVI, en el pontificado del obispo Martínez Manzanillo en un informe con fecha 30 de enero de 1582 al rey, indicaba: "Hay otro pueblo de españoles que llaman la Nueva Valencia, que es de cinco encomenderos; hay sola una doctrina, en la cual está un clérigo (…) no hay hospital ni capellanía alguna" (Maldonado, 1973: 4444). Las Cédulas despachadas en 1720, 1735, 1776, 1777 y 1801 consiguieron suprimirlas en algunos lugares de América Cf. Mira, 1977: 94-155. 36

Este texto va a desdecir al historiador Jesús Maduro, cuando afirmaba, en su libro "Anales de Carabobo Apuntes" (1982): "que fué concluido otro de mejores condiciones, edificados á expensas de don Rodrigo Alonso Cabañas, por contrato celebrado con los padres del convento… Por este contrato se obligó Cabañas á construir un convento…" (44). 37

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Los primeros religiosos fundadores del Convento fueron: fray Juan de Gálvez y fray Manuel Álvarez. Es a partir de 1638, cuando el nuevo convento es elevado al rango de Guardianía, siendo nombrado como su primer Guardián fray Ildefonso de Mora. Quizás el segundo Guardián haya sido el padre fray Miguel aestre. En 1647, este padre dio fe como Guardián del convento por las honras fúnebres realizadas por el alma del Príncipe D. Balthazar Carlos, hijo de Felipe IV. En cuanto al Ministro General fray Pedro de Aponte, tenemos como dato que ejerció dicho cargo desde 1651. En este convento falleció el padre fray Juan Bautista, el 25 de septiembre de 1671. Debemos mencionar la muerte trágica del padre fray Bartolomé de la Rosa, siendo provincial, fue asesinado por un hermano de religión, con el nombre Alonso Carrasqueño, sacerdote, el 19 de noviembre de 1684. También fallecieron los padres Juan Carrillo y José Lozano, en 1690; y en 1692, el padre José Jiménez 38. A MODO DE CONCLUSIÓN Hasta aquí este recorrido histórico. El estudio eclesiástico del siglo XVII, sigue siendo un tema para investigar con más hondura y dedicación. Muchos sacerdotes y misioneros, religiosos y seglares siguen apareciendo anónimos en nuestra historiografía. Lo cierto es que para este siglo, la Iglesia parroquial de Valencia vivió este período como un momento decisivo para echar raíces y sembrar lo que luego va recoger en los siglos posteriores. Es una parroquia viva y encarnada en las comunidades y cofradías, donde muchos fieles sin condiciones de clases social y racial enconarán su santificación. Todas las actividades y situaciones que ocurrían en la geografía carabobeña se ventilaban en la Iglesia de Valencia, pues como hemos visto, el párroco ejercía además de la cura pastoral, la función de vicario y de juez eclesiástico. Esto hizo que la parroquia fuera la Iglesia por mucho tiempo la "Iglesia principal o Iglesia matriz de la ciudad", hasta que en 1922 fue elevada al rango de Catedral y finalmente 38

como Basílica Menor. De ahí que en sus actividades pastorales encontramos más de dos sacerdotes que acompañaban al cura rector. Gracias a la presencia del convento de San Buenaventura en Valencia, a finales del siglo XVII, muchas vacantes en las iglesias de los pueblos de doctrina fueron asistidas diligentemente por los frailes franciscanos. Sabemos que algunos pueblos de Carabobo fueron atendidos por otras órdenes religiosas, como los frailes dominicos, agustinos, entre otros, pero no se establecieron como orden religiosa en nuestra Iglesia valenciana. Es decir que la primera orden religiosa que se implantó en Valencia fue la de los frailes franciscanos. Muchos de los fieles de Valencia vivirán la espiritualidad franciscana creándose la Tercera Orden de seglares. En nuestro archivo histórico abundan en la sección testamentaria las peticiones del testador de vestir el traje de San Francisco, como el caso del capitán Rodrigo Alonso Cabañas que pidió "que fuese enterrado con el Hábito del Padre san Francisco". Esta Espiritualidad enriquecerá la fe de los valencianos. Hoy lamentablemente el convento no existe, como tampoco la presencia de los frailes, pero su espiritualidad en los seglares subsiste en muchos corazones en la Tercera Orden Franciscana. Quedaron huérfanos, como escuché en boca de un fraile capuchino, pero la Iglesia de San Francisco sigue siendo para los valencianos el templo acogedor de la sencillez de aquel que inspiró a los primeros misioneros al llegar a Valencia en el siglo XVII.En fin, la parroquia de Valencia y el convento de San Francisco, fueron en el siglo XVII los dos faros que guiaron la fe cristiana a la población carabobeña.

"Necrología de la Provincia de Santa Cruz de la Española y Caracas desde el año 1617 hasta en año 1700". Cf. Gómez Parente, O, (1997), Los Franciscanos en Venezuela, 913-922.

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Boletín de la Academia de Historia del Estado Carabobo Nº 17 - Edición Especial 2012

CONTESTACION DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE EN LA ACADEMIA DE HISTORIA DEL ESTADO CARABOBO DEL PRESBITERO LUIS MANUEL DÍAZ PÁEZ DE PARTE DEL INDIVIDUO DE NÚMERO SILLÓN LETRA "Y" DR. ENRIQUE MANDRY LLANOS, CASA DE LA ESTRELLA, 25 DE MARZO DE 2011

Quiero agradecer a la junta Directiva de la Academia de Historia del Estado Carabobo, el haberme designado para contestar el discurso de Incorporación del distinguido amigo Presbítero Don Luis Manuel Díaz, con quien he tenido el gusto de trabajar en esa maravillosa obra que es el Seminario Arquidiocesano de Valencia, donde conociéndolo se conocen unos dotes humanísticos y espirituales muy altos, unidos a una gran humildad, pudiéndose decir para describirlo que es de conocimientos agustinianos y de una humanidad franciscana. Constituye para mí un honor el contestar el Discurso de Incorporación del Presbítero, Licenciado Don Luis Manuel Díaz, a quien felicito y le doy mi más calurosa bienvenida. Hombre joven, hombre de Iglesia, Profesor de nuestro Seminario Mayor Arquidiocesano "Nuestra Señora del Socorro de Valencia" del cual es vicerrector y quien maneja con el orden y la disciplina científica que lo caracteriza el Archivo Arquidiocesano "Monseñor Dr. Gregorio Adam" Su curriculum tal como hemos visto nos revelan al hombre identificado con su credo, con su patria a través de la formación de jóvenes al sacerdocio, lo cual nos revela su visión de pastor y de maestro, pero no solamente el Padre Díaz, se ha dedicado a la noble y difícil misión espiritual a la cual llegó con una solida vocación sacerdotal, sino también, se nos revela como un enjundioso historiador que se ha nutrido además de su formación universitaria, con la visita a importantes archivos, donde mediante su formación científica como historiador a buscado donde se debe buscar, ha indagado e interpretado como se debe indagar e interpretar y mediante su sentido de crítica y creatividad a publicado una se-

rie de obras donde se evidencian datos de gran importancia histórica. Entre los archivos que ha visitado en sus investigaciones quiero destacar por su importancia el Archivo General de Indias, en Sevilla, esto confiere a sus resultados un especial respeto, está demás decir que ha escudriñado en todos los archivos importantes de Venezuela. Sigue el Padre Díaz, la tradición de muchos de sus colegas sacerdotes, algunos investigadores de la Academia Nacional, admirados por él y referidos en su discurso, como son los padres Cesáreo de Armellada, Capuchino y el jesuita Herman González Oropeza, yo me permitiría incluir entre los religiosos que han escudriñado nuestros viejos papeles a el Hermano Nectario María de los Hermanos Cristianos, quien marcó buena parte de la historiografía dedicada a la enseñanza de nuestra juventud y ha producido también muchas obras valiosas resultado de sus ingentes investigaciones. Sabemos que los cuadros y fotografías siempre son más pequeñas que al hombre que retratan y que las descripciones literarias sólo esbozan las personalidades que describen, con estas limitaciones hemos tratado de dibujar a nuestro nuevo académico, no sin antes dejar las palabras de presentación de un amigo y hermano en el sacerdocio: "El padre Luis Manuel fue y ha sido Un excelente estudiante e investigador; lo que lo ha convertido ahora en un académico de amplia cultura y formación. Siempre ha sido amante de la historia; se ha preparado en esta área dentro y fuera del país; ha escrito obras que tienen que ver con la historia religiosa y eclesiástica de Valencia y de Carabobo…" Son las palabras del Señor Rector del Seminario Nuestra Señora del Socorro. Presbítero Licenciado Joel de Jesús Núñez 19


Flautes, Quien es también Presidente de la Organización de Seminarios de Venezuela. También me apoyaré en las palabras del común amigo y académico Dr. Don Julio Centeno Rodríguez, quien en su carácter de prologuista nos dice: "Ha sabido poner en práctica ese universo de conocimientos epistemológicos adquiridos que lo conducen a evidenciar la verdad verdadera que se encuentra escondida en viejos infolios que reposan en archivo, dentro y fuera del país, en cada trabajo que pacientemente realiza en el campo de la investigación histórica sin ningún tipo de vanidad, lo han convertido en una de las firmas más consultadas y respetadas de la historiografía regional" El Padre Díaz ha tomado muy en serio su interés por la historia y dentro de lo que tiene cercanía a sus intereses espirituales ha indagado en la historia eclesiástica, rama especial, que pudiésemos incluir dentro de la historia regional especializada, aun que dejamos por sentado que la historia de la Iglesia no es posible conocerla, sino se conocen los factores sociales, es decir los elementos humanos que se encuentran en su cercanía temporo espacial. La Iglesia como institución ha tenido una importante dualidad, la una, lo que yo considero como la parte de Institución jurídica y por la otra la parte teológica. La Iglesia como poder jurídico, es en algunos aspectos criticada en muchas de sus trascendentes actuaciones, así algunos historiadores, le restan valor a la Iglesia como Poder para actuar como mediador y juez de los grandes conflictos humanos del pasado, debemos recordar que es la Iglesia la única institución que queda a la cabeza de occidente después de la caída del Imperio Romano de Occidente, de allí que la partición del Nuevo Mundo, entre España y Portugal luego del descubrimiento en 1492, y ratificado en el tratado de Tordesillas en 1494, tiene la validez de lo que sería hoy una decisión de las Naciones Unidas. De esto se trata cuando hablamos del estudio integral de la historia, situar los hombres en su tiempo y en su lugar, estudiar el tipo de sociedad y cuáles son sus prácticas sociales, estudiar los documentos y 20

todos los datos al respecto de la investigación, establecer una crítica de los resultados y un juicio según nuestro criterio de cómo fueron los hechos. Como vemos la historia no puede ser valorada en una forma simplista, pues, la visión del hecho histórico, es muchas veces muy limitada y nos lleva a errores de apreciación lamentables. El ejemplo que he dado de la partición de América por el Papa Alejandro VI, legitima la propiedad de España y Portugal del Nuevo Mundo y cualquier discusión que hiciéramos de este caso, tendríamos que establecerlo y comprenderlo con una óptica del siglo XVI. La historia de Venezuela está indisolublemente unida a la Iglesia Católica, la fundación de ciudades, la evangelización y la educación son logros que sin ninguna duda se deben en sus inicios a esta institución, esto me lleva a pensar que es muy difícil establecer una historia eclesiástica aislada de la sociedad, y una historia donde no aparezca la Iglesia. Se queja nuestro recipiendario del poco interés de los hombres por su pasado, el olvido de nuestra historia, es una amnesia colectiva que obliga al hombre a repetir siempre los mismos errores, también es más fácil inventar una historia que se amolde a los deseos de los gobernantes y a sus prácticas de gobierno muchas veces tiránicas y dictatoriales, así ha pasado muchas veces en nuestra patria, donde los gobiernos caudillistas, pretendían ser representantes y herederos de las glorias de nuestros libertadores. ¡Que falta nos han hecho los conocimientos verdaderos de nuestra historia! Creo que fue el Doctor Uslar quien decía: que quien no conoce de donde viene, no puede saber hacia dónde va. El historiador está obligado a buscar la verdad, y la verdad se busca con métodos científicos, de investigación, comparación y crítica de los resultados, el historiador tiene que conocer los resultados de otros historiadores y la historia general de las relaciones de sus temas de estudio, esa es la búsqueda de la verdad, de la verdad en contra del relativismo-del cual se queja el padre Díaz- donde pareciera que la realidad no existe en forma absoluta, sino las relaciones que la imaginan. Existen dos verdades que


debemos buscar los hombres, una es Dios, la que no admite discusión y la otra, la verdad de los hombres, la verdad del creador de la filosofía de la historia, el obispo de Hipona, San Agustín, quien sabiamente nos dice "La verdad es lo que es"

algunos casos de minimizar la cuestión de crueldad y canibalismo y de los caribes, como tampoco es posible negar la crueldad de algunos encomenderos, hechos contra los que activamente vemos que luchó la Iglesia.

El padre Díaz, nos presenta hoy un muy importante estudio, sobre la Iglesia en Valencia en el siglo XVII, sabemos que el obispado de Venezuela nació en la ciudad de Santa Ana de Coro y que por motivos de seguridad, sobre todo por el peligro de los ataques piratas fue mudado a Caracas en 1637, cambió que quedo en las actas del Cabildo Eclesiástico de la ciudad de Santiago de León de Caracas el 7 de marzo de 1638.

Importantes aportes realiza la investigación presentada sobre la Iglesia valenciana del siglo XVII y su ulterior desarrollo, no exento de múltiples problemas, económicos, de guerras con piratas y fenómenos naturales como el terremoto de 1641.

Valencia, fue en sus inicios muy pobre, y como vemos cada vez más, fue una ciudad que nació de hecho, no de derecho, fue creciendo lentamente muy relacionada con su iglesia, con su Iglesia Matriz y con el Convento de san Buenaventura, fundado por los franciscanos. Nos describe, como se inicia la iglesia parroquial y como va creciendo la institución con nuevas parroquias como San Agustín de Guacara, que era una tierra de encomiendas y San José de Canoabo. Hay una serie de datos muy importantes entre ellos destacamos que en un documento encontrado por el padre Díaz en el Archivo de Indias en Sevilla, nos dice que en comunicación enviada por vecinos de la Nueva Valencia al Rey de España el 5 de enero de 1562, donde entre otros súplicas a la corona, manifiestan tener 30 años trabajando unas minas de oro, aparentemente muy poco productivas, piden ser exceptuados de ciertos impuestos, esto nos daría una población activa en 1532. Dato muy importante para la cuestión fundacional de Valencia. Es igualmente importante la información de la crueldad de los indios caribes, se ha tratado en

La Iglesia de Valencia tuvo como vemos dos pilares de desarrollo su Iglesia Matriz y el Convento de San Buenaventura y fueron faro para dirimir problemas de la ciudad y para la cultura y educación de la población. Podemos decir que la Iglesia ha mantenido su prestigio de institución comprometida con la ciudad y siempre estuvo a la altura de las necesidades y las circunstancias. Felicitamos nuevamente al padre Luis Manuel, y sabemos que la academia gana un gran investigador, que seguirá los pasos de esos grandes sacerdotes miembros de la Academia como Monseñor Luis Eduardo Henríquez, y nuestro Cardenal, quien ocupa el sillón A de la Academia. Esta felicitación la hago extensiva a los familiares del Padre Díaz, a sus amigos, a la ciudad de San Joaquín, a sus hermanos sacerdotes y a sus discípulos en el Seminario. Pido hoy a los señores asistentes que aprovechando la presencia de tantos hombres de la Iglesia, pidamos al SEÑOR una oración por la Iglesia, su Arzobispo, sus Ministros, sus Seminaristas y por la Academia, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo nos guie y nos ilumine. Tuyo es el Poder Señor, tuya es la gloria, ten piedad y misericordia de nosotros. Así sea. Amén. Muchas Gracias Señores.

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Nuestra Se単ora del Socorro, patrona de Valencia

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Boletín de la Academia de Historia del Estado Carabobo Nº 15 - Edición Especial 2010

DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE DEL INGENIERO EVENCIO DÍAZ PÁEZ, CRONISTA DE SAN JOAQUÍN, ACTO REALIZADO EL 31 DE MARZO DE 2012, EN LA CASA DE LA ESTRELLA, VALENCIA

La Familia Saubens

Aproximación histórica del resplandor y ocaso del apellido Saubens en San Joaquín (Trabajo de investigación genealógica relativa a Mateo Saubens) INTRODUCCIÓN En conversaciones con la señorita María del Socorro García, o señorita Cocó, como también la llamaban; que junto a la señorita Camacho, fueron las guardianes de las memorias del acontecer parroquial en las últimas décadas del pasado siglo XX. García nos decía que se recordaba de la existencia de una lápida cuya inscripción figuraba un apellido Saubens, sin recordarse el nombre. Esta lápida estaba ubicada donde hoy están las imágenes de San José y la Virgen de Coromoto, en la nave lateral derecha de Santa Iglesia Parroquial de San Joaquín. La señorita Cocó, cofrade de la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen, era -quienes la conocimos-, de una memoria admirable, a sus 80 años de vida, protagonista por más 60 años de vida activa en el servicio parroquial; era para no tener la menor duda de ese recuerdo. En ese momento de la conversación andábamos con la inquietud de saber un poco más de la vida y obra del padre Saubens, párroco de San Joaquín, a quien se le atribuía la fundación del pueblo de San Joaquín. La afirmación de García aumentó nuestra inquietud, pero más tardes verificamos que la lápida no era del padre Saubens, ya que había fallecido en la ciudad de Caracas, sino que se trataba del padre biológico don Mateo Saubens o, uno de sus descendientes. Desde entonces hemos venido atando cabo con informaciones dispersas en los diferentes archivos históricos, no sólo del padre Saubens, sino también de Mateo Saubens y sus descendencias. De esta inquietud nace las dos razones que me llevaron adelantar la investigación histórica de árbol genealógico de don Mateo Saubens, y que en esta

especial ocasión presentamos: la primera, por ser él el padre biológico, como ya lo dijimos, del Pbro. Br. José Damián Saubens, segundo párroco de San Joaquín de Mariara, entre los años de 1794 y 1825, y fundador del pueblo de San Joaquín de Mariara; segundo, don Mateo fue un destacado médico cirujano en el antiguo hospital de la ciudad Valencia durante la segunda mitad del siglo XVIII; precisamente en este mismo inmueble que hoy nos cobija, donde funcionó el único instituto asistencial que tuvo la ciudad durante el siglo XVIII (Archila, 1961:498), y que actualmente sirve de sede a esta honorable corporación carabobeña de la Academia de Historia. El nombre de Mateo Saubens no es desconocido para la historiografía y del estudio histórico de la medicina colonial en Carabobo y Venezuela. Su nombre figura en la lista de los médicos que ejercieron, en el siglo XVIII, la medicina en Venezuela. (Archila, 1961:561) A continuación revisaremos algunas referencias bibliográficas que, al mismo tiempo, nos permitirá más adelante, a hacer una somera revisión en virtud de las nuevas informaciones encontradas con referencia a Mateo Saubens y su hijo José Damián. Debemos comenzar con el trabajo del eminente médico sanitarista e historiador Dr. Ricardo Archila, quien al tocar el tema del Hospital de San Antonio de Padua de la Nueva Valencia del Rey, en su libro Historia de la Medicina en Venezuela, hace referencia de Mateo Saubens basado en un documento manuscrito que reposa en el Archivo General de la Nación. El documento consiste en una correspondencia enviada por Mateo Saubens al Teniente de 23


Justicia Mayor de Valencia y fue rubricada el 23 de septiembre de 179439. Archila (1961) lo resume de la siguiente manera: "Por el año de 1764 o 1765 encontrándose navegando como cirujano mayor de la Real Compañía Guipuzcoana, don Mateo Saubens fue llamado por el mayordomo del Hospital de Valencia y sirvió entonces como médico del instituto por espacio de tres años, al cabo de los cuales renunció. En 1770, por disposición del señor Márquez de la Torre, Gobernador y Capitán General de la Provincia, volvió desempeñar el mismo cargo, al frente del cual duró más años, pues, para 1794 todavía lo ejercía"… pp. 499-50040. Esta información la recoge el libro Los Hospitales en Carabobo, del reconocido académico Dr. Fabián de Jesús Díaz, miembro fundador de esta institución. Además, lo reflejan todos aquellos historiadores e investigadores que han tratado el tema de la historia de la medicina en Carabobo. Por tanto, es una obligación mencionar el nombre de Mateo Saubens en la lista de los médicos cirujanos que estuvieron laborando en el antiguo Hospital de Valencia. Como podemos ver son poco las informaciones que tenemos sobre la persona de Mateo Saubens. Con relación al Pbro. José Damián Saubens, será Manzo Núñez (1972) quien tendrá el mérito de darlo a conocer y presentar las primeras reseñas biográficas. El presente trabajo no pretende agotar el tema sino contribuir al conocimiento histórico con los aportes investigativos encontrados en las fuentes primarias, y que aún esperan por ser ordenado y dados a conocer. Se divide en tres partes, la primera los hemos

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llamado: Don Mateo Saubens (1722-1813). Médico cirujano en la Valencia de la segunda mitad del siglo XVIII; la segunda parte, El Pbro. José Damián Saubens (1765-1829). Fundador del pueblo San Joaquín de Mariara; y la última parte, la familia Saubens y sus descendientes en San Joaquín. Mi más sincero agradecimiento por su valiosa colaboración a la secretaria de la Oficina del Cronista de San Joaquín, Elizabeth Del Valle; al ciudadano concejal Faustino Montes, presidente del Concejo Municipal de San Joaquín; al Cronista y Académico Dr. Julio Centeno Rodríguez, por la revisión del borrador de este trabajo; y, al General Eumenes Fuguet Borregales, vicepresidente de la Academia de Historia de Estado Carabobo, por su discurso de contestación que dentro de poco pronunciará. A la memoria de nuestro hermano cronista Ramón Mejías, dedico. PRIMERA PARTE Don Mateo Saubens (1722 - 1813). Médico cirujano de la ciudad de Valencia en la segunda mitad del siglo XVIII 1.1 De origen francés Al sur de Francia existe un pequeño pueblo llamado Fos41, situado en el departamento de Alto Garona, en el Pirineo Central, zona fronteriza con España; en ese lugar, nació el médico cirujano Mateo Saubens, el primer día del mes de octubre de 1722. En el expediente de licencia de hábito 42 se encuentra dicha afirmación:…"natural del lugar de Fos, en los Reynos de Francia"…, hoy ese lugar es una de las 22 comunas del Cantón de Saint-Beat. Fos

Véase anexo: Documento Nº 2

En cuatro ocasiones, en la obra Historia de la Medicina en Venezuela, se menciona el nombre de Mateo Saubens y en la página 228 aparece el mismo resumen con algunos adiciones del documento: "Por el año de 1764 o 1765, encontrándose navegando como Cirujano Mayor de la Real Compañía Guipuzcoana, fue llamado por el mayordomo del Hospital de Valencia, que lo era el Maestre de Campo don Antonio Landaeta, y sirvió entonces como médico de dicho hospital por espacio de tres años, al cabo de las cuales renunció. 40

En 1770, por auto y disposición del Señor Márquez de la Torre, Gobernador y Capitán General de la Provincia, volvió al mismo cargo del citado hospital al frente del cual duró muchos años, pues, para 1794 todavía lo desempeñaba (percibía 150 pesos anuales por concepto de sueldo). Además, fue cirujano del Batallón de Blancos y del Batallón de Pardos de la misma plaza. En 1794 pidió se le relevara de sus obligaciones profesionales en dicho Batallón y como médico y cirujano del referido hospital".(AGN, Gobernación y Capitanía General, T. LII, fs. 122 y 191). Por error involuntario de transcripción, en la publicación La Parroquia Eclesiástica de San Joaquín, editada en 1997 por el Centro Socio Cultural y Alcaldía de San Joaquín; aparece Tos en vez de Fos (véase en la p.19). 41

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El documento es una limpieza de sangre que se le hace a los padres de José Damián Saubens, requisito para poder vestir hábito clerical (AHAC, Carpeta 9 Ec, s/f).

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cubre una extensión territorial de 18, 2 Km2 y tiene de habitantes 253 personas (2007); es decir, que tiene una densidad poblacional de 14 habitantes/Km 2. A sus habitantes se les llaman Fosois, Fosoises43. Sus padres fueron Don Juan Saubens y Doña Petrona Sumastre, quienes los llevaron ante la pila bautismal, el segundo día de su nacimiento, para recibir el Santo Sacramento, cumpliendo de manera estricta las recomendaciones de la Iglesia Católica en la época medieval. Los padres de Mateo Saubens pertenecían a la parroquia de Melles y Fos, de la hoy desaparecida Diócesis de Comenge. Las características geográficas de Fos, cuya economía rural basada en la agricultura, de clima templado influenciado por el mar Mediterráneo; además, de encontrarse en frontera española, influenció en la formación y destino asumido por Mateo Saubens, tras la búsqueda de nueva perspectiva de seguridad y mejora social. El horizonte sería hacia el lado de la frontera española, al oeste donde se encontraba la provincia de Vizcaya. Con relación del apellido Saubens,44 el patronímico es bastante común en el departamento de Alto Garona45. El origen del nombre, según una leyenda, llamado así desde el año 1532 a las personas que al huir de la batalla de MURET, gritando "SAOUBATS" que significa "Salvarnos" en occitano, para escapar y cruzar el río Garona. 1.2 Cirujano de Navío de la Real Compañía Guipuzcoana

La Compañía Guipuzcoana de Caracas creada en 1728 por decreto real, había establecido el interés higiénico, así como por la salud de los tripulantes de los barcos que venían a la provincia de Venezuela. Esta inquietud correspondía a la mentalidad e interés científico que se iniciaba en España. Aun cuando no hemos podido confirmar, Mateo Saubens debió realizar los estudios en el Real Colegio de Cirugía de la Armada, creado en Cádiz en el año 1748, bajo la influencia de los cirujanos franceses en la corte española. Recordemos, que fueron los cirujanos escoceses, ingleses y franceses quienes marcaron la pauta en el estudio de la cirugía. Esta institución educativa nació bajo la protección de la Armada, y principalmente para mejorar la preparación de los cirujanos navales, no solamente en su formación teórico-práctico quirúrgico, sino además en los conocimientos médicos. La Cirugía y la medicina eran profesiones distintas en aquellos momentos, y la formación de la primera era, generalmente, empírica; mientras que los médicos eran universitarios, por tanto mejor instruidos. La excusa para esta formación médico-quirúrgica en la persona de los cirujanos navales, fue que en las largas travesías a ultramar surgían actuaciones tanto médica como quirúrgica, pero los navíos tan sólo estaban obligados a llevar cirujanos, razón por lo cual éstos habrían de preparase también en aspecto médico, ya que con frecuencia había de atender situaciones urgentes para los que no estaban formados (Martínez Pérez, 2002). Esa fue la formación que tenía Mateo Saubens, un cirujano ilustrado especializado en las ciencias de la salud, quien contratado por la Real Compañía Guipuzcoana, toca el puerto de Puerto Cabellos, y de ahí vendría a la ciudad de Valencia. 1.3 Vecino de la ciudad de Valencia Durante el siglo XVIII la ciudad de Valencia tendrá tradición de tener como encargado de la salud pública a médicos cirujanos de origen francés. Se tiene conocimiento del médico francés Baltazar Sigaluz

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También es el nombre de una comuna francesa en el departamento de Alto Garona

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http://gw1.geneanet.org/in?lang=es;pz=cedric+marc+pierre;nz=saubens;ocz=0;m=N;v=SAUBENS;t=A

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que desde 1730 residenciaba en la ciudad (Contreras, 2011). En 1755 se encuentran los médicos Francisco Bruno, Pedro Frontañier y Juan Cloper. Mateo Saubens debió llegar en los primeros años de la década del año 60 del siglo XVIII. Hay un importante dato sobre él que lo recoge Mariano Martí que dice: …"el Médico o cirujano es don Mateo Sambens [Saubens], de nación francés, pero parece español"… (p. 418). En una sociedad colonial, de una severa estratificación social, donde el color de la piel era determinante para ocupar su condición racial; parecerse a un español, era ser una persona blanca; esto significaba la aceptación en la escala más alta de la sociedad valenciana. Y es como esta manera puede relacionarse con la elite capitular de la segunda mitad del siglo XVIII.

hijo quien le da la santa sepultura: Su restos reposan en la Santa Iglesia Parroquial de San Joaquín.

Mateo Saubens casó con María Bolaño

Francisco

Valentín

1.4 Fallas y más fallas en el Hospital de Valencia en el año 82

Su trabajo de médico cirujano lo hacía un hombre público, conocido por todos, sin importar la condición social, ya que como paciente todos eran iguales. Pero, las relaciones con la elite dominante valenciana lo lleva a vincularse con uno de los apellidos más importantes de la ciudad: la familia Bolaños - Vásquez. Contrae matrimonio con doña María Bolaños, hija legítima del Capitán Juan Bolaño y Doña Rita Rosalía Vásquez. La esposa de Mateo Saubens era…"una de las señoras principales"…de la ciudad de Valencia. Para 1790, la familia Saubens se encuentra registrados en la matricula parroquial habitando una casa de la calle 10 de la ciudad. En esta ciudad practicó la medicina por mucho tiempo hasta que es sustituido por otro francés don Pedro de Deo. Sus hijos nacieron en esta ciudad, en ella enviudó para luego trasladarse a San Joaquín de Mariara. En Valencia logró tener algunos bienes, como una hacienda de algodón con tres esclavos, ubicada en el sitio de "El Cambur" (Troconis de Veracoechea, 1971). Sus últimos años los pasó junto a su hijo mayor Pbro. José Damián Saubens y demás familia que también se habían mudado a San Joaquín. En el año 1813 muere a la nonagenaria edad de 91 años, y va ser su 26

A mediado del siglo XVII se construyó el primer hospital de Valencia con el nombre de San Antonio de Padua, ubicada en el cruce de la calle Real (hoy Colombia) y la calle de la Beneficencia (hoy Soublette). Es la casa más antigua de Valencia, construida de tapias y rafas, y de techo de cañas y tejas, caracterizada por la sencillez de los hospitales de la época colonial (Díaz, 1980). Sin pretender extendernos sobre la historia de la Casa de la Estrella, pero si con la intensión de situarnos físicamente al referirnos sobre un aspecto que toca al antiguo hospital y al médico cirujano Mateo Saubens. Mateo Saubens señala en la carta enviada al Teniente de Justicia Mayor de Valencia, de fecha 1794, lo siguiente: "En el año de setenta, estando ya de Mayordomo, el actual Dn Luiz Vindeboxhel [sic], y de Teniente Justa Dn Andrés de Sojo, por auto y disposición del Señor Marques de la Torre, Governador, y Capn Gral de esta Provincia fui compelido ha bolber a la asistencia de dho Hospital


como assi lo execute hasta que en el año de ochenta y uno, o, ochenta y dos, intenté la dejación de él"…(f. 191). La fecha precisa de tentativa de renuncia al cargo de médico cirujano es el año 82; recordemos que esta carta lo realiza a la edad 72 años, cuando la memoria y los recuerdos se hacen dudosos, de allí la imprecisión que encontramos en algunas fechas. Sin embargo, la fecha de 1782 será para él una de las etapas difíciles de olvidar, pues ese año coincide con la Santa Visita Pastoral del Obispo Mariano Martí, y con la crisis que se encontraba el hospital tras algunas fallas que venía teniendo bajo la Mayordomía de Luis Vindenvoxel. El Obispo Mariano Martí visitó el hospital de Valencia, el 23 de marzo de 1782; los detalles se recogen en el Tomo II, Libro Personal, Documentos relativos a su Visita Pastoral de la Diócesis de Caracas, del año 1998, publicado por la Academia Nacional de la Historia. Aun cuando no se menciona las fallas recurrentes del hospital, en el Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Caracas, Sección Obras Pías, reposa un extenso documento, generado de la visita Pastoral, encabezada por una relación que realiza el médico cirujano Mateo Saubens (véase el anexos), lo cual dicha relación responde a los motivos o causales de su intento de separación del cargo en el año 82. Antes de comentar las fallas que, desde el punto de vista, el médico Mateo Saubens reconocía en el hospital de Valencia, recordemos el doble sacerdocio: el de la Religión y de la Medicina, representado por el cura y el médico católico cristiano. Según Debreyne (1852), el sacerdocio médico es una necesidad secundaria (la primaria seria el sacerdocio del cura), dispensador competente de los medios que la Providencia pone a su disposición, para los fines que ella ha determinado; por tanto, el hombre elegido para satisfacerla no es una persona cualquiera. Es un hombre prudente, llamado a fin que se haga un sabio y juicioso empleo de los medicamentos. Además, es necesario tener presente que según la mentalidad de la época el ministerio del médico era una profesión necesaria, instituida y autorizada por

un oráculo del Espíritu Santo. En suma, es un hombre con principios religiosos, con virtudes morales, desprendido y con espíritu de abnegación y sacrificio en el arte sublime de la medicina. Es decir, vivir para los demás, sobre todo por los más necesitados, los más pobres; siguiendo el sublime lenguaje de Hipócrates, "son iguales todos los enfermos, como lo son todos los hombres en presencia de Dios". Sin embargo, debemos reconocer que el enfermo que más sufre, o que está expuesto a más peligro, debe ser cuidado y aliviado antes que otro, sea cual fuere. De igual circunstancia, es justo dar la preferencia al pobre, porque el rico hallase en mejor condiciones de guardar que el indigente. Mateo Saubens consecuente con los principios de la Caridad cristiana que lo anima actuar de conformidad a su formación profesional, comienza su relación como sigue:…“en cumplimiento de mi obligación; descargo de mi conciencia por la Caridad, y protección de los pobres enfermos de él”… señalando además que después los tres o cuatro años de haberse incorporado como médico cirujano la asistencia a los enfermos, por parte del Mayordomo, se había venido de más a menos, llegando a la miseria. En el desarrollo de la relación, se queja de las siguientes fallas que dibuja con el pincel mágico de la palabra lo que sucedió en este mismo espacio que hoy nos congrega: 1.- La intromisión y abuso del Mayordomo de atreverse a recetar a los enfermos, y a contradecir lo mandando en el correspondiente facultativo médico. 2.- Que cuando los enfermo estaban en agonía, tenía orden de dar como alimento, cuando más media gallina, algún bizcocho cada 24 horas, algunos atoles malformados; además, que dicho atol no fuera de harina o arroz, sino de maíz; y que no había de ser de huevos ni azúcar, sino con papelón. 3.- El nocivo consumo de agua procedente del cerro de cal que pasa al estanque del Convento San Buenaventura, generando enfermedades, tales como diarreas, dolores y crecida del estómago. Para la solución de este problema había propuesto el consumo del agua del río, siendo inútil tal sugerencia. 27


4-. La paga de los sirvientes incluso la del cirujano era mala, en cambio recibían alimentos, nunca recibían "plata efectiva". 5. El comportamiento del Mayordomo no tenía límite ni siquiera respetaba el pago del cura que realizaba en el hospital las Misas dominicales. Las causas de las deficiencias que tenía el hospital, señala Saubens, que el Mayordomo daba…"por disculpa que no tiene rrl [real]"…, lo más curioso de las fallas es la afirmación que nunca las camas habían tenido colchones y que tenían una sabanitas llamadas Crudillo, sin contar con las mudas para poderla lavar. La interesante descripción de las diversas fallas habían perdurado ya que el Mayordomo…"de modo que es una lástima, y para cubrirse de todo, tiene Dn [Don] especial de persuadir a los superiores"…, y Saubens culmina la relación señalando lo siguiente: …? Yo espero del benigno y caritativo corazón, de V.S [Vuestra Señoría] se ha de ha de valer de estos pobres, y alcanzarles algún rremedio, que así de Dios rresiba el premio, a quien rruego fue la vida a V.Sa pr dilatado años, para amparo de los pobres". Al final venció el mal, y la percepción acertada de Saubens: la capacidad persuasiva del Mayordomo logró que se mantuviese en el cargo, a pesar de las diferentes irregularidades, en detrimento de una mejor asistencia a los pobres. Para el año de 1800, el Mayordomo Luis Vindenvoxel se encuentra enfermo, y deja un poder para que su hijo Gerónimo los sustituya del cargo (Cubillán Fonseca, 1980). SEGUNDA PARTE El Pbro. José Damián Saubens (1765 - 1829). Fundador del pueblo de San Joaquín de Mariara

2.1 El Pbro. José Damián Saubens, segundo Curapárroco de San Joaquín de Mariara Hablar del padre Saubens, párroco de San Joaquín de Mariara (1794-1825), es hablar de la parroquia eclesiástica de San Joaquín hoy Nuestra Señora del Carmen; y además, es también una valedera excusa para hablar de los orígenes del pueblo de San Joaquín. Una explica la existencia de la otra; pero en medio de ellos está la figura de un cura que supo ser jefe y pastor de su parroquia, ser padre de sus feligreses; ser el ojo que ve, o sea, que conoce a todo sus feligreses y se fija en ellos sin cesar; ser el oído que oye los sentimientos que ocurren, las dificultades que surgen, las demandas, murmuraciones, etcétera. El Padre Saubens se preocupó de la Iglesia, de la gente, de la administración de la parroquia, de los pobres, de las obligaciones de su ministerio, de la santificación propia y de la de sus feligreses; ser el corazón que late y palpita por todo sus hijos espirituales, por los buenos, por los tibios, por los indiferentes, por los malos…, corazón que late y palpita mirando a su presente y a su porvenir; ser el pie que camina, pie que tantas veces recorrió de día y de noche toda su parroquia, sin importarle las distancias. Han transcurrido más de doscientos años, y aún permanecen sus grandes legados, tanto material como espiritual: la comunidad parroquial bien constituida con una fe sembrada en su pueblo, mediante el permanente culto y devoción a Nuestra Señora del Carmen46; la edificación de la Iglesia Parroquial, irrefutable joya arquitectónica que evidencia nuestro origen colonial. Y finalmente, la fundación del pueblo de San Joaquín, cuya identidad nos enorgullecemos de ser sanjoaquineros. En la carta de Santiago en el Nuevo Testamento nos reseña que una fe sin obra está muerta. Para el padre Saubens su mayor prueba de fe está en la Iglesia material y en el pueblo que logró fundar.

El 26 de junio de 1811 se da licencia para la Erección de una Cofradía, bajos la invocación y título de Nuestra Señora del Carmen, y de las Benditas Ánimas del Purgatorio. Esta afirmación se encuentra en la Sección de Cuenta y Cofradía, Carpeta Nº 74, del Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Caracas. 46

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El padre Saubens nació en la ciudad de Valencia (Venezuela), el 27 de septiembre47 de 1765, día de los Santos San Cosme y San Damián; según el Santoral Católico. Es el hijo primogénito del matrimonio de Mateo Saubens y Doña María Bolaño. Realizó a temprana edad sus estudios religiosos, que culminó en el oficio eclesiástico de Cura de Alma, su vida es ejemplo de tenacidad y constancia, en tiempos difíciles, en ver construido pueblo e Iglesia. Su cuerpo reposa en la ciudad Caracas, falleció siendo Cura-párroco de la Iglesia de San Pablo en el año de 1829.

Abuelos

Padres

Hijo

Antes de llegar a ser párroco de San Joaquín, estuvo en la parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria del pueblo de Tarmas, ubicada en Vargas, en el Litoral próximo a Caracas. Ejerció el oficio de cura doctrinero durante tres años y tres meses (17891793). En ella había encontrado la Iglesia totalmente deteriorada y sin ornato interior, y un vecindario todo disperso cuyos habitantes vivían como fugitivos. Por tal motivo, el padre Saubens manifiesta que:…"he procurado esforzarme en el fomento del pueblo, animándolos a poner sus casas en pobla-

do; como efectivamente así se ha verificado"… (AHAC, Carpeta Nº 86, Doc. Nº 3). Esta experiencia pastoral lo marcó definitivamente en su vocación de servicio que había optado vivir, desde aquel momento, en que decidió consagrar su vida a Dios. En ella descubrió las dotes que la Providencia le había regalado, pues tratar de ordenar una comunidad hostil, requería de paciencia y mucha capacidad de persuasión para logra con heroicidad tal cometida empresa. Además, la pasantía en Tarmas puso en práctica su talento de constructor; por ende, no sólo cumplió sus obligaciones espirituales, sino que también en lo material logró reconstruir la Iglesia parroquial, construir la casa del cura y un corral para el cementerio. Todo esto sería su mejor carta de presentación para sus futuras aspiraciones por optar a una nueva parroquia que estuviera vacante. Y de hecho sucedió así, cuando concursando por el curato del Valle de Mariara, los examinadores Sinodales48 no vacilaron en considerarlo de "hábil e idóneo", para ejercer el oficio eclesiástico del mencionado valle, cuya parroquia era solo de nombre. El padre Saubens tenía 29 años cuando compadeció delante los Examinadores Sinodales, en el Palacio Episcopal, con el objeto de optar por la Parroquia del valle de Mariara. La determinación de este examen y los resultado, desde luego no fueron al azar, para el cargo se requería no solamente de un Cura de Alma, sino que también de un animador y entusiasta persona con cierta experiencia en el ajetreo de organizar una población dispersa. Y el padre Saubens bien llenaba toda expectativa, por la circunstancia que presentaba, en ese momento, la Parroquia San Joaquín de Mariara, creada canónicamente el 18 de noviembre de 1782; es decir, que había transcurrido 12 años, y los moradores del lugar aún vivían dispersos y, tampoco habían logrado construir la sede parroquial.

En carta enviada, en 1788, al señor Obispo de Caracas con motivo de la solicitud para participar en el Concurso de oposición de la Parroquia de los Pueblos de Morón y Apargatón, el padre Saubens señaló lo siguiente: ... "me hallo en la actualidad sin haver cumplido veinte y tres años (aunqe el día veinte, y siete de este presente mes de sepe se verifica el cumpto de dhos veinte, y tres años de edad)"… (AHAC, Sección Parroquia, Carpeta Nº 89, f. 312v). 47

La primera institución de los Examinadores Sinodales se ha de atribuir al Concilio de Trento. Su función era examinar con los Obispos, los candidatos a las parroquias, en la aplicación dela disciplina de los Concursos de Oposición. 48

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Desde el mismo momento de tomar posesión canónica49 de la parroquia se da inicio en su vida, la realización de sus más grandes obras, y que le dedicará la mitad de luminosa existencia, y que al final le consagrase con el título meritorio de Fundador del pueblo de San Joaquín. El 21 de octubre de 1793, el Gobernador y Capitán General de la Provincia de Caracas y Venezuela, Brigadier Pedro Carbonell, cumpliendo con el procedimiento ordinario del Patronato Regio50 da el debido consentimiento a lo señalado en la misiva enviada por el Obispo Viana, donde le señalaba la oposición efectuada y la elección del Pbro. Br. José Damián Saubens para el servicio cural de Mariara. Transcurridas varias semanas, la máxima autoridad civil envía al Palacio Episcopal el auto firmado, ratificando el nombramiento del nuevo párroco. Seguidamente, el señor Obispo en su plena facultad, procedió a formalizar dicho nombramiento, el cual fue remitido, el 23 de noviembre de ese mismo año, por su secretario Don Marcos José Soto. La posesión canónica se concretó el 15 de enero de 1794, con la presencia del Cura51 doctrinero del pueblo de Guacara, don Pedro de Osio, quien junto al cura entrante, se dirigieron al sitio y oratorio de Cura, como sede provisional del curato de San Joaquín de Mariara. Recordemos que aún la parroquia no tenía su templo; sin embargo, el padre Saubens no espero mucho tiempo en buscar una solución, y debía empezar por elegir un nuevo sitio, que no presentarse los inconvenientes naturales del sitio de Mariara, lugar éste, indicado inicialmente por el Obispo Mariano Martí. 49

Según el Derecho Canónico, los beneficios52 una vez erigido pueden experimentar transformaciones, como por ejemplo, el proceso que consiste en cambiar la sede del beneficio de un lugar a otro distinto, siempre cuando estuviera en la jurisdicción parroquial, llamado Traslación. Esta modificación la experimentó la parroquia San Joaquín de Mariara, las cuales no fueron simples caprichos personales, cambiar el sitio de Mariara por lo de Agua Calientes y Punta Zamuro. Toda la actuación estuvo siempre apegada a la legislación canónica vigente de la Iglesia Católica. Frente a esta nueva situación que se le presenta al padre Saubens, decide enviar al señor Obispo un extenso informe53, señalando que: "Mas como aquella asignación de sitio se hiso en el año de ochenta y dos, en que, aún no se reconocían mejores lugares para la fundación de Ygleca y Pueblo, qe el ya demarcado, pr no estar entonces del todo desmontados; consideraron sin duda los dhos Comisionados ser mejor el que se halla señalado; pero en el día que están todos presentes, se encuentran dentro del mismo Valle otros de más ventajosas proporciones, en qe sin faltar a la Superior dispocición de erigir dha Ygleca en el mencionado Valle, se lograría la mejor utilidad así para la fábrica, como para los feligreses, porque en el curso de doce años, que no se ha puesto la Ygleca en el sitio elegido por dhos Comisionados, se han reconocido los incombenientes conciderables, qe se hallan en él, para la fundación, qe se pretende"…(AHAC, Sec: Parroquia, Carp. Nº 86, fs. 59-60v) Esta relación fue firmada el 21 de enero de 1795; es decir, a seis días de haber asumido sus responsabilidades parroquiales.

Entiéndase por Toma de posesión de una parroquia, el acto o actos externos por las cuales el párroco comienza a ejercer el Cura de Alma.

Como una somera referencia, indicamos que el Patronato Regio es el derecho de presentación, que consiste en la facultad que le es otorgado al patrón para designar al candidato a un cargo eclesiástico. El Gobernador de la Provincia como representante de la Corona española, ejercía el cargo de Vicepatrono. 50

En la publicación Documento Relativo a su visita Pastoral de la Diócesis de Caracas (1771-1784) del Obispo Mariano Martí, Tomo V (Providencia), pp. 196-197; se afirma que en visita pastoral al pueblo de San Juan Bautista de Carache, ejecutada el 28 de julio de 1777, notifica el pronunciamiento de S.S PIO VI, en su Breve Apostólica, la autorización al Conde de Tovar de celebrar la Eucaristía en sus cinco oratorios privados, entre ella la de la hacienda Cura. 51

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Se entiende siempre por "beneficios" a la Parroquia eclesiástica, según los cánones de los beneficios eclesiásticos.

Para el proceso que fuera objeto la Parroquia San Joaquín de Mariara, en el año de 1795, se debió elaborar un minucioso Expediente de Traslación con los tramites siguientes: Justificación de la causa canónica, audiencia de los interesados como el párroco, escritura autentica de la traslación firmada por el Ordinario (Obispo) y por el Canciller o Notario, en el cual se expresara todos los hechos o antecedentes que conllevó realizar dicha traslación. 53

El grueso documento reposa en el Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Caracas, de ahí las conclusiones históricas que nos basamos en el estudio de la parroquia y los orígenes de San Joaquín.

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En ella se deduce las siguientes conclusiones: 1º, Ratifica el año de la erección canónica de 1782 de la parroquia de Mariara; 2º, La parroquia se denomina "de Mariara" por ser el nombre del valle y parte de la jurisdicción parroquial señalada por el Obispo Mariano Martí; 3º, El padre Saubens reconoce los inconvenientes naturales, y se empeña en fundar la Iglesia en el lugar más adecuado; y, 4º, Se habla de fundación del pueblo, elemento que inicialmente el Obispo Mariano Martí desea obviar, "hágase allí o no se haga pueblo". Siguiendo la misma documentación, encontramos que los inconvenientes que justifica dicha traslación son las siguientes: 1º)…"el río se halla sumamte inmediato, y siendo aquel terreno bastantem te bajo"…(íb.) 2º) …"la circunferencia del serros tan inmediatos, así por el Naciente, como por el Norte, constituyen a aquel lugar sumamte oprimido para la extención de vecindario, pues solo la distancia de dos quadra qe median dentro del sitio, y los serros no puede ser suficiente para la fundación de un Pueblo considerable [negritas nuestra]" (íb.). Debemos subrayar que hemos sido los primeros en cuestionar la fecha de fundación de San Joaquín, debido a la inconsistencia conque el historiador don Torcuato Manzo Núñez presentaba sus estudios realizado en el Archivo Histórico de Caracas; sin embargo, yendo más adentro sobre el tema fundacional, encontramos afirmaciones tan clara como la segunda justificación que nos lleva a ratificar la apreciación acertada del mencionado historiador. Por tanto, nos corroboran -de alguna manera- a disipar toda duda que pudo haberse creado por la conclusión del académico Manzo Núñez, que ciertamente, la determinación del sitio de la sede parroquial fue la fundación del pueblo de San Joaquín de Mariara, y eso es lo que pensaba realizar el padre Saubens a principio del año de 1795. Después de argumentar las razones para la escogencia del nuevo sitio, el padre Saubens suplica al señor Obispo nombrar comisionados que, co54

nociendo los mencionados inconvenientes, tomaran la decisión definitiva sobre el sitio de la sede parroquial; e igualmente, pide nuevo prorrateo por la cantidad de 250 pesos para la congrua y oblata. Al concluir su exposición, expresa que en su extensión territorial se encuentra 15 o más haciendas de caña de azúcar y añil. La demarcación definitiva recayó en el sitio de Punta Zamuro, en acto efectuado el 03 de diciembre de 1795. En consecuencia,…"Se puede dar como fecha de fundación de San Joaquín el 3 de diciembre de 1795; y por su fundador al Pbro. José Damián Saubens"… (Manzo Núñez, 1981:181). 2.2 Análisis crítico de la Fundación de San Joaquín de Mariara El problema fundacional de los pueblos en Carabobo lo inició el destacado Cronista de Montalbán, don Torcuato Manzo Núñez, quien utilizando fuentes primarias hizo un gran esfuerzo por explicar los orígenes de los distintos pueblos de la geografía carabobeña. Tenía la correcta percepción histórica de que "El sistema de poblamiento hispano no concebía la vida civil sin estar ligada a la religiosa"… (González Oropeza, 1993:62). Los primeros resultados de su investigación histórica sobre San Joaquín los presenta en su artículo de prensa54, donde señala que según la posición de la Academia Nacional de la Historia, la fundación sería la misma fecha del auto de erección,…"Pero ocurre circunstancias que nos permite fijar como fecha más exacta de tal acontecimiento el 3 de diciembre de 1795". (Manzo Núñez, 1972). La debilidad que demuestra el historiador es que la fecha fundacional es una decisión que no lo fija el investigador, olvidando la mentalidad histórica de cada época; además, la concepción de la fundación lo deben dictar los protagonistas del hecho social. Por tanto, debemos tener presente es la percepción de que tal hecho social es un hecho histórico; es decir, un acto transcendente para la vida social. Esta

Manzo Núñez tenía un artículo semanal en el diario El Carabobeño, llamado Abrevadero. Realizó a partir del 29 de junio de 1972, las cuatro entregas con el título San Joaquín de Mariara.

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realidad es muy parecida a lo que constituye la llamada "Región histórica"55 que existe independientemente de la voluntad del investigador, pues no es una simple aplicación metodológica, ya que dicha región histórica lo dicta las demarcaciones impuestas desde los tiempos coloniales bajo criterios político-administrativos y eclesiásticos. Surge, en consecuencia, la siguiente pregunta: estaba consciente el padre Saubens y los demás vecinos que, el acto del 03 de diciembre de 1795 era la fundación del pueblo. Recordemos, que el acto del 03 de diciembre de 1795, fue la elección del sitio para la construcción de la Iglesia y la formación del pueblo. La respuesta es afirmativa, pues desde el año 1620 las autoridades civiles y eclesiásticas habían unido esfuerzos para fundar pueblos de indios56. Esta afirmación lo ratifica el investigador Barroso Alfaro (2002), con relación a la fundación del pueblo de Turmero el 27 de noviembre de 1620, que en forma sencilla eligieron el lugar de la Iglesia, cuyo hecho religioso revestía una importancia que marcaba el despegue oficial del pueblo como entidad poblacional jurídica. Igual afirmación lo señala con la fundación de Ocumare de la Costa…"de común acuerdo debían elegir el sitio preciso donde se levantaría la Iglesia. Este acto material, simple y sencillo, constituía el hecho mismo de fundación, el acta de nacimiento de un pueblo"… (Barroso Alfaro, 2004:7). Una demostración de tal conciencia fundacional lo encontramos cuando en el año de 1802, el procurador don Andrés Mosquera, en representación de los vecinos de la nueva fundación del pueblo de San Joaquín de Mariara, para gestionar la creación del Tenientazgo de Mariara, afirma que: "Aunqe esta fundación de este Pueblo cuenta muy pocos años, y qe apenas se cumplen ocho qe tubo principio, ha llegado pa la fha de hoy a propagase con ventajas: indecibles, tanto en las labores, como en el número de habitantes, qe según el rol de su Matricula, se

comprehenden dentro del Distrito muy cerca de tres mil almas, y más de novecientos peones libres en las treinta y ocho o treinta y nueve haciendas q se cultivan de [roto: Añil], Café y Algodón". (AGN, Sec. Empleados de la Colonia, T.XXXVII, año 1802, fs.10-10v). Por tanto, la fecha fundacional de San Joaquín, como los demás pueblos de Carabobo, no debe ser solamente un ejercicio intelectual donde el investigador tiene que deducirlo del proceso histórico, sino que también debe tener conciencia histórica de dicho proceso, en la comprensión de las ideas e inquietudes según la época estudiada. Los cronistas, investigadores e historiadores debemos debatir sobre este importante asunto de las fundaciones de los pueblos y continuar el camino iniciado por Manzo Núñez. Para dar inicio a dicha discusión presentamos gráficamente el siguiente diafragma de flujo de los procesos fundacionales: INICIO

ERECCIÓNCANÓNICADE LAIGLESIA PARROQUIALO IGLESIADELPUEBLODE DOCTRINA. AUTODEELECCIÓNDELSITIO

ELECCIÓNDELSITIODONDESE LEVANTERÍALAIGLESIA ACTODEFUNDACIÓNDELPUEBLO

¿HAY ACUERDOEN LAELECCIÓN DELSITIO? ACTOFALLIDO

¿HAY EVOLUCIÓN MATERIALY ESPERITUAL? ELACTODEFUNDACIÓNTIENESU TRASCENDENCIA

ACTOFALLIDODEFUNDAR

NOSEFUNDOELPUEBLO

FUNDADOELPUEBLO FIN

Para el estudio de la historia de San Joaquín de Mariara, es sumamente importante tener en cuenta la "Región Histórica de Mariara" formada con la creación de la Parroquia eclesiástica en 1782. Desde el punto de vista eclesiástico, dicha región histórica se mantendrá hasta 1957; y desde el punto de vista civil hasta 1959, cuando se creó el municipio Diego Ibarra (Mariara). 55

El 10 de agosto de 1619 el Rey de España Felipe II, desde Lisboa, entonces ciudad española, dirigió al Obispo de Caracas Gonzalo de Angulo una Real Cédula, en ella se quejaba de que las autoridades civiles de la Provincia de Venezuela no cumplían sus órdenes, en que no fundaban pueblos en aquellos lugares donde hacía tiempo se habían establecido encomienda. En tal sentido el Rey encargaba al Obispo caraqueño que tomara el grave asunto en sus manos. 56

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Diagrama de flujo del proceso fundacional del Pueblo San Joaquín de Mariara. Es aplicable para los pueblos que se fundaron en el siglo XVII, XVIII y primeras década del siglo XIX. TERCERA PARTE La familia Saubens y sus descendencias en San Joaquín

durante todo el siglo XIX fue muy conocido, y que sólo perduró por casi un siglo para que se perdiera en la memoria y en el tiempo. La extinción del apellido Saubens se debe principalmente a que solamente el apellido paterno se transmitió (véase anexo Nº4). En la investigación que presentamos sobre los descendientes de Mateo Saubens se puede verificar que las familias conformadas tenían en su mayorías hijas o, en algunos casos, no tuvieron hijos. FAMILIA SAUBENS-VARGAS

3.1 San Joaquín en el siglo XIX y principio del XX San Joaquín de Mariara será -desde un principiojurisdicción capitular de Valencia, hasta 1860 cuando pasamos a depender de manera administrativa de Guacara. Durante todo el siglo XIX y hasta mediado del siglo XX su vida será netamente rural, cuyos habitante vivían de una economía basada en las actividades agrícolas y pecuarias. Los descendientes del Mateo Saubens vivieron de la herencia del padre Saubens: una porción de tierras en El Ereigüe utilizada para la cría de ganado y otro lote de tierra a orilla del lago de Valencia. Los estudios educativos no pasaban de las primeras letras, no había otra alternativa de los que se quedaban aquí, de realizar actividades propias de una economía rural. La sociedad sanjoaquinera giraba en torno a la Iglesia parroquial. Durante ese tiempo aparecerán varias generaciones de la familia Saubens, entre ellos: Saubens-Vargas, Saubens-Añes, Saubens-Alvarado y AguilarSaubens. 3.2 La familia Saubens en San Joaquín: Resplandor y ocaso del apellido Saubens Nos cuesta creer, que una vez que son creados los apellidos no persistan eternamente en un lugar, pero la realidad es que un apellido se crea y transcurrido una o varias generaciones, desaparece. Este hecho ocurrió con el apellido Saubens en San Joaquín, que

Valentín Saubens casó con María Angela Vargas

María Valentina Joaquina del Carmen (1804)

FAMILIA SAUBENS Paula Saubens

Nicolasa (1876)

Eduardo (+1875, Párvulo)

FAMILIA SAUBENS-AÑES Martín Saubens casó con María de los Reyes Añes

Manuel (+1908)

Martín (+1962, Párvulo)

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FAMILIA SAUBENS-ALVARADO

Referencias y Fuentes A. Fuente Documental

Placido Saubens casó con Magdalena Alvarado

María del Carmen (18691884)

Adela (1872)

Modesta Ortencia del Carmen (1881-1884)

Archivo General de la Nación (AGN): Sección: Gobernación y Capitanía General, Empleados de la Colonia. Ulpiana (1870)

FAMILIA AGUILAR-SAUBENS Ulpiana Saubens casó con Sotero Aguilar (1907)

Cruz María (1907)

CONCLUSIONES Al finalizar, esperamos haber cumplido con la utilidad social que tiene el oficio de historiar a los hombres que, no es más que el querer contribuir a crear una conciencia histórica, en el hombre de hoy. En el transcurso de la investigación hemos valorado la importancia que tiene el estudio genealógico donde la reconstrucción de la familia nos permite humanizar la historia. Cada miembro familiar fue de carne y hueso, con inquietudes y aspiraciones; unos más que otros con grandes contribuciones sociales que, por falta de memoria el tiempo olvidó; sin embargo, la historia reivindica y debe dar honor a quien honor merece. El caso del padre Saubens es una deuda que por derecho, justicia y equidad tenemos los sanjoaquineros, porque debemos darle a cada quien lo que le corresponde. Asimismo, el proceso de fundación de San Joaquín escritos en aquellos hoy papeles amarillentos es un material que aplicando la historia comparativa puede ayudar a comprender las fundaciones de otros pueblos en Carabobo. 34

Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Caracas (AHAC): Secciones: Parroquia, Obras Pías. Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Valencia (AHAV): Libros Parroquiales de San Joaquín de Mariara. B. Fuentes Bibliográfica y Hemerográfica Archila, Ricardo. (1961): Historia de la Medicina en Venezuela: Época Colonial. Carcas: Tip. Vargas Barroso Alfaro, Manuel. (2002). Turmero en los Documentos Inéditos. Turmero: Editorial Candelaria, S.R.L. Barroso Alfaro, Manuel. (2004). La fundación de Ocumare. Turmero: Editorial Candelaria, S.R.L. Cubillán Fonseca, Luis. (1980). Materiales para la Historia de la "Casa de la Estrella". Valencia, Venezuela. Contreras, Juan Carlos. (2011). El Cabildo de la Nueva Valencia del Rey. Valencia: Universidad de Carabobo. Díaz, Fabián de Jesús. (1980). Los Hospitales en Carabobo. Valencia: Tipografía Paris en América, S.A. Debreyne, J.C. (1852). El Sacerdote y el Médico ante la Sociedad. España, Barcelona: Imprenta de Pons y Ca. Manzo Núñez, Torcuato. (1981). Historia del Estado Carabobo. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República. Manzo Núñez, Torcuato. (1972). San Joaquín de Mariara. El Carabobeño, p.4 Martínez Pérez, José. (2002). La Medicina ante el Nuevo Milenio: Una Perspectiva Histórica. España: Universidad de Castilla-La Mancha.


Martí, Mariano Obispo (1998). Documentos relativos su visita Pastoral de la Diócesis de Caracas: Tomo II. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia.

González Oropeza, Hermann, s,j.(1993). La Iglesia en la Venezuela Hispana. Curso de Formación Sociopolítica, Nº 32, Centro Gumilla, Caracas.

Troconis de Veracoechea, Emilia. (1971). Las Obras Pías en la Iglesia Colonial Venezolana. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia.

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Boletín de la Academia de Historia del Estado Carabobo Nº 15 - Edición Especial 2010

CONTESTACION DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE EN LA ACADEMIA DE HISTORIA DEL ESTADO CARABOBO DEL INGENIERO EVENCIO DÍAZ DE PARTE DEL INDIVIDUO DE NÚMERO SILLÓN LETRA "S" GRAL. EUMENES FUGUET BORREGALES. VALENCIA, CASA DE LA ESTRELLA 31 DE MARZO DE 2012

Discurso de Contestación y bienvenida al Ingeniero Evencio Díaz Familia Saubens Aproximación histórica del resplandor y ocaso del apellido en San Joaquín Acabamos de oír con atención al ingeniero Evencio Díaz con un emotivo discurso de Incorporación como Miembro Correspondiente de esta Corporación, con el tema: "La familia Saubens, aproximación histórica del resplandor y ocaso del apellido Saubens en San Joaquín". El interés del tema planteado es evidente, no sólo por tratarse de dos insignes servidores públicos en estas tierras de gloria y esperanzas, sino también por lo inédito del tema escogido y desarrollado. Alto honor que me brinda la Junta Directiva de la ilustre Academia de Historia del estado Carabobo, para contestar y dar la cordial y fraterna bienvenida al ingeniero Evencio Díaz, Cronista Oficial del municipio San Joaquín. Responsabilidad que asumo como un deber gremial que imponen los estatutos, y la satisfacción personal por la amistad que nos une a través de tantas actividades de índole histórico. El trabajo presentado, es una excelente y detallada investigación sobre el doctor Mateo Saubens, su hijo el presbítero José Damián fundador de San Joaquín y otros familiares con el apellido Saubens en San Joaquín. El elocuente pensador, político, y orador romano Marco Tulio Cicerón, dejó a la posteridad una gran verdad: "La historia es el testimonio de los pueblos, de los tiempos, es luz de la verdad, de la memoria y nuncio de la antigüedad". El apreciado recipiendario ha hecho gala en esta cita con nuestro pasado, de un exhaustivo escudriñamiento histórico, con una impecable presentación, cubriendo las expectativas planteadas por el distinguido auditorio, ávido de pene36

trar y conocer el pasado como clave del presente. Desempolvar libros para investigar y buscar la verdad, es derecho de todo hombre libre. Posiblemente hoy despertamos a nuestros muertos, pero también es importante desvelar a los vivos, para que puedan internalizar el significado del pretérito. La historia no acabará nunca de escribirse, además el glorioso libro de los anales patrios, dispone de muchas páginas en blanco, que nos motiva investigar en las fuentes para llegar a la verdad verdadera, tal como lo viene realizando en forma callada pero efectiva el recipiendario, quien nos describe en esta magnífica exposición, la útil y suficiente información con características poco conocidas y divulgadas. La historia no es una página que se pasa en un viejo libro, sin detenerse a pensar los efectos que la conforman con relación al futuro que vivimos. El ingeniero civil Evencio Díaz, forma parte de la juventud profesional estudiosa, preocupado e interesado por aprender y enseñar; viene realizando una meritoria labor tanto como Cronista oficial del terruño natal, como al frente de otras instituciones históricas, tales como la Sociedad Bolivariana de Venezuela y la Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela como Presidente fundador del capítulo San Joaquín. Su exitosa labor profesional e histórica le ha permitido ser reconocida con varias distinciones honoríficas. El brillante trabajo investigativo presentado, consideró tres aspectos fundamentales: la primera referida al doctor Mateo Saubens: Médico cirujano en la Valencia de finales del siglo XVIII; la segunda parte está relacionada con El Presbítero José Damián Saubens, fundador del pueblo San Joaquín de Mariara, y la última parte trata sobre la familia Saubens en San Joaquín. Por cierto Saubens es una población y comuna francesa, en la región de Mediodía-Pirineos, departamento de Alto Garona.


Evencio Díaz nos ha dejado en su exposición que: (cito): "el Doctor Mateo Saubens nacido el 1ro de octubre de 1722 debió realizar los estudios en el Real colegio de Cirugía de la Armada, creada en Cádiz en el año 1748, bajo la influencia de los cirujanos franceses en la corte española. La Cirugía y la medicina eran profesiones distintas en aquellos momentos, y la formación de la primera era, generalmente, empírica; mientras que los médicos eran universitarios, por tanto mejor instruidos. Esa fue la formación que tenía Mateo Saubens, un cirujano ilustrado especializado en las ciencias de la salud, quien contratado por la Real Compañía Guipuzcoana, desembarca en Puerto Cabello, y de ahí vendría la ciudad de Valencia, ejerciendo como médico cirujano en 1755". (Fin de la cita) Precisamente en este augusto lugar se sancionó la Constitución de 1830; convertido en ese momento histórico en el Hospital de San Antonio de Padua, ubicado en el cruce de la calle Real -hoy Colombia, y la calle de la Beneficencia -hoy Soublette". La historia hospitalaria valenciana tiene sus inicios a mediados del siglo XVII, con la fundación del referido centro hospitalario, el cual disponía en 1768 de nueve camas, bajo la dependencia de las autoridades eclesiásticas. En el hospital ejercieron los galenos Diego Pereira, Juan Sabeuny, Mateo Saubens y Pedro de Deo entre otros profesionales proporcionadores de salud. Cuando se iniciaron los estudios de medicina en el Colegio Nacional de Carabobo, se transforma en institución académica y con la denominación de "Hospital de Caridad" en 1852, a él asistían los estudiantes a realizar sus pasantías hospitalarias. Recordemos que en el hospital San Antonio de Padua se utilizó por primera vez el microscopio en Valencia. El Dr. Mateo Saubens, fue también Cirujano del Batallón de pardos y blancos de "la ciudad del Cabriales", renunció a su cargo en 1794. Es interesante apreciar que paralelamente al ejercicio de la medicina el doctor Saubens, como bien nos lo indica el Ingeniero Díaz, también aplicaba

principios de Caridad cristiana en beneficio del prójimo, que aplicaría más adelante su hijo el presbítero José Damián. En 1753, es decir dos años antes de ejercer en Valencia el doctor Saubens, nace en Puerto Cabello José Francisco Molina Sierra; considerado el primer médico graduado en Venezuela en la Real y Pontificia Universidad de Caracas en 1785. Molina Sierra es el segundo protomédico en sustitución de su profesor, el médico español Lorenzo Campins Ballester, fundador de los estudios médicos y protomédicos en Venezuela a partir de 1777. Molina, ejerció la docencia hasta sus últimos días de vida terrenal en 1788. Durante tres años regentó la Cátedra Prima de Medicina, siendo reemplazado en la función pedagógica por Felipe Tamariz y luego por Joaquín Hernández; los protomédicos o maestros de la medicina existen como una institución de origen romano, aplicada cuando no existían las facultades para tal fin. Fueron sustituidos a partir del 24 de junio de 1827, cuando el Libertador mediante decreto, denomina Universidad Central de Venezuela a la Real y Pontificia Universidad de Caracas activada en diciembre de 1721, Bolívar designó como primer rector al sabio Dr. José María Vargas. El Pbro. José Damián Saubens, segundo Cura-párroco de San Joaquín de Mariara, durante el período comprendido desde 1794 hasta 1825, supo ser guía y pastor de su parroquia, La investigación realizada por el Ingeniero Evencio Díaz nos informa que (cito): "El Padre Saubens se preocupó de la Iglesia, de la gente, de la administración de la parroquia, de los pobres, de las obligaciones de su ministerio, de la santificación propia y de la de sus feligreses; ser el corazón que late y palpita por todo sus hijos espirituales, por los buenos, por los tibios, por los indiferentes, por los malos…, corazón que late y palpita mirando a su presente y a su porvenir; ser el pie que camina, pie que tantas veces recorrió de día y de noche toda su parroquia, sin importarle las distancias. Han transcurrido más de doscientos años, y aún permanecen sus grandes legados, tanto material como espiritual: la comunidad 37


parroquial bien constituida con una fe sembrada en su pueblo, mediante el permanente culto y devoción a Nuestra Señora del Carmen". (Fin de la cita). Monseñor Luís Eduardo Henríquez, primer Arzobispo de Valencia, en su discurso con motivo del sesquicentenario de la muerte del Libertador el 17 de diciembre de 1980 dijo: "El hombre hace la historia, pero al mismo tiempo es hecho por la historia y vive de la historia" No podemos pasar por alto la figuración del sacerdote guacareño Tomás Sandoval, involucrado con otros sacerdotes, artesanos, comerciantes y militares en el movimiento emancipador de los protomártires José María España y Manuel Gual, conocido como de Gual y España, a ejecutarse el 16 de julio de 1775, día de la Virgen del Carmen, el prelado Sandoval fue apresado y enviado a las cárceles de Cádiz donde fallece. Evocamos igualmente en esta ocasión a monseñor Francisco Ibarra, nacido en Guacara el 19 de septiembre de 1726, fallecido en Caracas el 19 de septiembre de 1806, primo de los próceres Andrés y Diego sus venerados restos se encuentran en el Panteón Nacional desde el 9 de noviembre de 1880, donde se encuentran igualmente los prelados José Félix Blanco, Ramón Ignacio Méndez y José Vicente de Unda, tío tatarabuelo del distinguido doctor Enrique Mandry Llanos nuestro Presidente. Monseñor Ibarra fue Rector de la Universidad de Caracas entre 1754-1758. Primer obispo de Guayana 1791 y primer arzobispo de Venezuela en 1804. Evencio Díaz como Cronista oficial del municipio San Joaquín, nos ha brindado una nueva faceta de algunos de los primeros pobladores de la progresis-

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ta región del oriente carabobeño, con una sindéresis y profunda investigación, que alimenta sustancialmente los cimientos de la historia regional y municipal; precisamente la razón de existir de la Ilustre Academia de Historia del estado Carabobo, ufanados de estar a la vanguardia de las instituciones regionales similares. Con este magnífico y laborioso trabajo investigativo, producto de la fecunda labor que desarrolla el recipiendario en las fuentes, recordamos el coro del Himno de la digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela: El pasado pulido tesoro Que a la historia da brillo en la acción Y cual faro de luz ilumina El futuro de nuestra nación. Apreciado consocio Evencio Díaz, al darle la fraterna y cordial salutación de bienvenida de la Docta Corporación, es recibido con alto honor y espíritu de compañerismo; nos sentimos contentos y honrados de contarlo como uno de los nuestros, siéntase como en casa propia. Quiero ratificarle la satisfacción que experimenta su ingreso, y manifestarle lo mucho que se espera de su: laboriosidad, conocimientos e iniciativas, para fortalecer las columnas de esta ilustre institución rectora de la historia del estado Carabobo, afán que nos motiva en el cumplimiento de lo previsto en el reglamento vigente. En nombre de la Junta Directiva, individuos de número y miembros correspondientes, sea usted bienvenido a la digna Academia de Historia del estado Carabobo. Señores.


Boletín de la Academia de Historia del Estado Carabobo Nº 15 - Edición Especial 2010

DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE DE LA ACADEMIA DE HISTORIA DEL ESTADO CARABOBO DE LA PROFESORA ISABEL RUIZ ACEVEDO , ACTO REALIZADO EL 14 DE ABRIL DE 2012, EN LA CASA DE LA ESTRELLA, VALENCIA

Señor Doctor Enrique Mandry Llanos, Presidente de la Academia de Historia del Estado Carabobo. Señores Miembros de la Junta Directiva de la Academia de Historia del Estado Carabobo. Distinguidos Individuos de Número y Miembros Correspondientes de esta Honorable Academia. Señoras y Señores invitados a este Acto UN PROYECTO COMERCIAL PARA EL ORIENTE VENEZOLANO DEL SIGLO XVIII A lo largo del siglo XVII los capitales de algunas potencias europeas como Inglaterra, Francia o las Provincias Unidas; se fueron concentrando en la formación de empresas comerciales transoceánicas las cuales, por tocar los intereses de sus propias naciones, gozaron del apoyo de sus gobiernos. La corona española, en cambio, consideró que para mantener cohesionadas sus vastas posesiones se necesitaba un fuerte poder central que se encargara de regular todo lo concerniente a la actividad económica mercantil. Por ello, aunque hubo diferentes propuestas para la formación de varias empresas de este tipo57, jamás se obtuvo la aquiescencia real y se optó por continuar con el sistema de remisión de flotas y galeones hacia las Indias Occidentales, sistema este que, con sus altos y bajos, fue practicado a lo largo de doscientos años: desde la sexta década del siglo XVI hasta el año de 1789 cuando se abrieron definitivamente todos los puertos indianos al libre comercio.

No obstante esto, la entrada de una nueva casa reinante en España, los constantes enfrentamientos bélicos, la necesidad de recursos monetarios y de contacto entre el poder central y la periferia; obligó a los monarcas a hacer sus concesiones sobre esta materia sin menoscabar su autoridad. Así, en el momento inicial se consintió que esta modalidad la practicaran dos empresas extranjeras bajo el convenio de introducir negros. El primer contrato fue adjudicado a los franceses el 27 de agosto de 1701 con una duración de 10 años, mientras que el segundo se efectuó con los ingleses el 26 de marzo de 1713 como producto de las negociaciones y pactos establecidos al finalizar la Guerra de Sucesión Española. Ya abiertas las puertas al desarrollo de este tipo de empresas, se fue conformando una amplia gama de ellas en las ramas comercial, industrial y financiera58. En el caso de las comerciales, que es el que nos ocupa, se admitió la creación de las siguientes: la de Montesacro el 01 de febrero de 1714, la de Colorado y Melero en agosto de 1722, la Guipuzcoana de Caracas el 25 de septiembre de 1728, todas estas tres empresas con intereses totales o parciales en el territorio de la actual Venezuela. En abril de 1734 se fundó la de Galicia, en 1740 fue aprobada la de La Habana, el 04 de mayo de 1755 se le concedió el beneplácito a la de Barcelona y en 1785 se creó la de Filipinas. Ahora bien, no todas estas empresas fueron tan exitosas ni duraderas como la de Caracas, incluso, algunas otras sólo quedaron en el papel tal como ocurrió con la que hoy trataremos. Sin

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Hussey, Ronald: La Compañía de Caracas, 1728-1784. Banco Central de Venezuela, Caracas, 1962. Pág. 9.

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Rico Linage, Raquel: Las Reales Compañías de Comercio con América: Los órganos de gobierno. Escuela de Estudios Hispanoamericanos, Sevilla, 1983. Pág. 16.

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Origenes y causas de las conductas violentas en los venezolanos

embargo, antes de analizar su proyecto de constitución, se hace necesario realizar ciertas precisiones. En primer lugar, debido al propio sistema centralista español, tal como lo apuntan Córdova-Bello59 y Rico Linage60, el poder real español fue el eje sobre el cual giraron estas empresas porque aunque la iniciativa procediera de los particulares, éstos siempre se apoyaban y subordinaban al mandato de la Corona. En segundo lugar, eran compañías de carácter accionario y de responsabilidad limitada. Por último, pero muy importante, es que todas funcionaban mediante la obtención de algunos privilegios que el rey les otorgaba a fin de que estas gracias les permitieran alcanzar un margen de beneficios superior al de cualquier otro particular que practicara la misma actividad. Dicho esto, pasemos ahora a reseñar el documento del proyecto de la compañía. Se trata de un manuscrito desarrollado en ocho folios sin numerar, con marcas de agua y en los que se emplea el anverso y el reverso de cada página, excepto en la última. No se encuentra fechado pues parece ser un borrador o una transcripción de otro documento, mas ha de haber sido redactado durante la cuarta década del siglo XVIII o, cuando mucho, en los primeros cinco años de la siguiente década ya que al expedirse la Real Cédula de la Creación de la Compañía de Barcelona, ésta recibió a Margarita como parte de su área comercial y, además, el documento menciona la contrata inglesa como algo aún activo y ésta se venció el 1743 aunque se renovó en 1748 pero 2 años después se le dio término pagando lo adeudado. Su autor es Don Manuel Bázquez de Riba Deneyra y Medrano quien actuó por sí y a nombre de Don Joseph Pabia. Como título identificativo o clasificatorio para las instancias organizativas archivísticas se le adjudicó el errado nombre de "Memorial sobre Comercio con Venezuela, Margarita y Trinidad. Siglo XVIII".

Su estructura es similar a la de otros documentos de esta naturaleza, es decir, posee un preámbulo en el cual se presentan los suplicantes del privilegio real y luego se procede a ofrecer las razones de su petición y a delimitar el área que pretenden cubrir comercialmente. Posteriormente, viene el cuerpo del articulado en donde a través de veintiún capítulos comienzan a desglosar de manera general, las obligaciones, los privilegios, organización y capital de la Compañía. Para una mejor comprensión de lo estipulado se hace necesario distribuir por áreas lo pautado: 1. Región Comercial: los autores del documento se encontraban interesados (Capítulo 2) en atender las gobernaciones de Cumaná (en la que estaban incluidas para ese momento las provincias de Cumaná, Barcelona y Guayana) y, por otro lado, las gobernaciones de Margarita y Trinidad. Para ello, le hacían notar al monarca que toda esa área carecía de un contacto permanente con la metrópoli pues tenía treinta años sin que arribara a sus costas algún navío de registro. De modo que, necesariamente, se abastecían por intermedio del comercio ilícito con las potencias extranjeras. Además, la pesquería de perlas estaba abandonada y, para hacer más perentoria su petición, señalaban que ese territorio lo único que ofrecía era un gasto considerable a la Real Hacienda por cuanto debía pagar, con fondos de otras cajas, al personal de Hacienda, a los sacerdotes misioneros y a la tropa. Pero ellos consideraban que esa situación cambiaría de ser practicado un comercio continuo entre Cádiz y esa región indiana, por lo que se debía formar una empresa con la solidez financiera necesaria como para hacer atractiva la remisión de embarcaciones hacia esos parajes. 2. Duración del Contrato: en el Capítulo 1, se establecía que la permanencia de la Compañía se-

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Córdova-Bello, Eleazar: Compañías Holandesas de Navegación, agentes de la colonización neerlandesa. Escuela de Estudios Hispanoamericanos, Sevilla, 1964. Pág. 9.

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Rico Linage, Raquel: Ob. Cit. Pág. 20.

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ría de veinte años contados desde el día en que se emitiera la real cédula de su erección pero que podría ampliarse su permanencia si, una vez cumplido el plazo, se consideraba que su labor era necesaria y que la Empresa había cumplido en la totalidad o en parte con lo estipulado. 3. Financiamiento de la Sociedad: igual que en otras empresas, se señalaba (Capítulo 3) la necesidad de establecer un fondo. En este caso, de quinientos mil pesos escudos de 128 cuartos, recabados éstos a través de la venta de acciones de cuatrocientos pesos cada una y pagaderas en dinero contante o en vales que debían hacerse efectivos al iniciarse las operaciones comerciales. Aunque también, una vez tasado su valor, podían admitir a las embarcaciones y a los pertrechos. En cambio, no estaba permitido el pago mediante la entrega de mercancías a excepción de aquellas pertenecientes a los habitantes de las provincias de América que estuvieran interesados en las acciones. Un punto relevante es que establecía que se podía admitir como asociados tanto a españoles como a extranjeros, ello quizás porque uno de los suplicantes (Don Joseph Pabia) era de origen genovés. Como el negocio era arriesgado ya que la zona del giro era poca atractiva, los interesados se comprometían (Capítulo 4) a que una vez concedido el beneplácito real, podrían remitir una embarcación pagada con sus propios capitales de modo que al retornar a Cádiz, las utilidades quedasen como parte del fondo y así generar la confianza necesaria para entusiasmar a otros inversionistas. Igualmente, decían (Capítulo 5) que si pasado un tiempo aún no se completaba el fondo de los quinientos mil pesos a pesar de haber dejado las utilidades del primer retorno, se continuaría el comercio con la finalidad de ir aportando por cada tornaviaje el 50% de su utilidad hasta cubrir los quinientos mil pesos estipulados. Pero si con lo obtenido gracias a la venta de acciones se llegaba a cubrir las tres cuartas partes del fondo, entonces, sólo se tomaría el 25% de las utilidades.

4. Sistema de Gobierno: los órganos de gobierno no estaban abiertamente definidos en espera, posiblemente, de que procediera la aprobación real para así formular las Ordenanzas de la Compañía en donde se pautaría este aspecto. Desde luego, lo que sí estaba completamente claro era que como iba a ser una empresa bajo la protección de la Corona, entonces, el monarca debía dar su aprobación final a lo que se decidiera en junta de accionistas. En fin, se establecía a través del Capítulo 7 que una vez creada la Compañía y formuladas sus reglas, los asociados debían reunirse y escoger a los directores, al contador y factores para Cádiz y América y, posteriormente, presentar la lista al rey para que él diera su aprobación. Así que como, en última instancia, el cargo procedía del rey, sólo él a través de sus ministros podía practicar la remoción de cualquiera si procedía alguna causa justa y, por supuesto, esa sería una decisión inapelable e indiscutible. En cuanto al sueldo del personal (Capítulo 8), éste sería señalado en la Junta de Accionistas. Como representante del rey en las Juntas y como persona que debía proteger la Empresa, conocer de los delitos internos procediendo en las causas civiles y criminales así como en las causas mercantiles, se establecía (Capítulo 9) que el rey debía nombrar a su Protector o Juez Conservador en el Ministro o Ministros que él creyera conveniente. De igual modo, también en América habría un Juez Conservador (Capítulo 10) que debía recaer en un gobernador por ser la más alta autoridad. Pero, en vista de que en el ámbito del giro comercial había tres gobernadores (el de Cumaná y los de las islas de Margarita y Trinidad), proponían que la designación recayera en el de Cumaná, al menos en el primer viaje. Y para el caso de la pesquería de perlas en Margarita, al de esta isla. 5. Privilegios Fiscales: como compensación especial hacia los primeros inversionistas, en el Capítulo 15 se demandaba la exoneración del costoso Derecho de Toneladas durante los primeros 41


diez años del convenio, luego de los cuales se debería pagar 25 pesos por cada una. También y para todo lo largo de la permanencia comercial, pedían la exención total de los impuestos de Almirantazgo, Seminario (San Telmo), Avisos, Iglesia, Avería y cualquier otro cobro. Aunque sí se comprometían al pago de lo estipulado por el Consulado de Cádiz. En el Capítulo 16 se planteaba la necesidad de que los géneros y tejidos españoles llevados a Cádiz por la propia Compañía para conducirlos a América, no debían pagar impuesto a la entrada en aquel puerto de Cádiz, con el compromiso de demostrar que efectivamente procedían de los reinos de España y no del extranjero. Para compensar estas dispensas se avenían a satisfacer todos los tributos pautados para las Indias según el Real Proyecto de 1720. Dado el tipo de negocio involucrado era factible que la Compañía emplease otros barcos no propios de ella para surtirse de mercancía, por lo que planteaba que no le cobrasen los derechos de salida. Aunque sí los pagaría si transportaba frutos americanos que no se produjeran en las provincias de su giro comercial, productos tales como la lana de vicuñas o la cochinilla. 6. Otros Privilegios: extrañamente, por tratarse de una compañía comercial, los suplicantes mostraban interés por la explotación perlífera, quizás como un medio rápido de obtención de recursos para la Empresa o, incluso, para afincarse en esa actividad más que en la comercial. El caso es que demandaban a través del Capítulo 12, la posibilidad de llevar una embarcación con todos los aparejos necesarios como para practicar esa actividad y, además, pedían la descarga del pago correspondiente al diezmo por un período de diez años. Por intermedio de los Capítulos 2 y 14 demandaban dos gracias fundamentales para este tipo de empresas de la época: el monopolio o negocio exclusivo aplicado en la región designada y el resguardo de las costas para evitar el comer42

cio ilícito o, en otras palabras, la competencia con las naves extranjeras. Para la primera concesión proponían que no se autorizase a españoles o extranjeros el despacho de ningún navío de registro desde Cádiz ni tampoco al que usualmente se le concedía a los canarios. En lo que respecta al resguardo costero, pretendían enviar una balandra armada y al capturar las embarcaciones del comercio ilícito, se practicaría lo que habitualmente se hacía en estas situaciones, o sea, el reparto de la presa. En este caso, se debía calcular el valor (excluyendo el costo del armamento) y dividir equitativamente las ganancias entre los oficiales, la tropa y un tercer monto que se reservaría para la construcción de las fortificaciones adecuadas para combatir el fraude comercial en los puntos más concurridos por los contrabandistas. Ahora bien, dado que a fin de cuentas era la Real Hacienda la mayor perjudicada por la defraudación, entonces, suponían que ella debía costear el armamento para su combate. Otro privilegio (Capítulo 17) al que aspiraban era el de poder introducir unos 400 a 800 negros pagando la mitad de su valor a la Real Hacienda para que le trabajaran a la Compañía en lo que ella requiriese y, particularmente, en las labores de buceo en las pesquerías de perlas. Esta contratación no debía afectar la del asiento inglés. Por el Capítulo 18 se solicitaba que a sus oficiales de marina se les tratara en la forma equivalente a como se hacía con los de la Armada Real. Igualmente, que se guardasen las preeminencias correspondientes a los empleados de la Empresa ya fueran los factores o los dependientes. En el Capítulo 20 se planteaba la posibilidad de fabricar las embarcaciones en América, extrayendo de Europa y sin pagar impuestos las herramientas, clavos, velas y demás aparejos. En el último capítulo (Capítulo 21) se pedía una gracia muy particular para uno de los suplicantes o principal asociado que era la de otorgar la carta de naturalización a Don Joseph Pabia quien, aunque actuaba como vasallo real pagando to-


dos los impuestos, aún le faltaban los últimos trámites para ser considerado como tal y formar parte del cuerpo de Cargadores a Indias y de cuya fortuna dependía en gran medida el devenir de la Empresa. 7. Productos Comerciables: el asunto de la transacción de mercancías se encuentra establecido en el Capítulo 11 por medio del cual se señalaba que el buque o tonelaje de las embarcaciones no quedaba preestablecido sino que se determinaría en el momento de despachar la mercancía desde Cádiz. Estos productos podían ser: licores, harinas, lozas y tejidos finos (sedas, lanas, tafetanes, etc.) y tejidos bastos (como las crehuelas). Los que se intercambiarían por oro, plata, cueros, azúcar, carey, palos de tinte, aceites balsámicos, sebo, cacao y cualquier otro producto local de modo que sus transacciones no se circunscribieran al pago monetario debido a la escasez de metálico que había en estas provincias. Por demás está decir, que todas las mercancías trasladadas a un lado u otro de su giro, debía estar completamente registrada por los Oficiales Reales del puerto respectivo. 8. Otras regulaciones: por intermedio del Capítulo 13, la Compañía ofrecía sus embarcaciones para trasladar anualmente diez familias de las Islas Canarias para que poblaran las riveras del río Orinoco y la zona costera del Cabo Codera por ser estas regiones las más deshabitadas y mayormente propensas a las incursiones de los piratas y contrabandistas. La conducción de las familias no iba a tener ningún costo ni para la Real Hacienda ni para las propias familias que se animaran a la aventura sino, al contrario, se les daría las herramientas (machetes, hachas y azadas) y el grano (maíz) necesario para mantenerse mientras fundaban un pueblo y, luego, se les daría los ornamentos precisos para el oficio eclesiástico. Otra actividad a que se obligaba la Empresa (Capítulo 5) era la de transportar los documentos de la Real Hacienda. Esto es, sin cobrar el flete siempre y cuando no le restara espacio a la mercancía

pues, de ser así, se llegaría a un acuerdo con los Ministros de Hacienda. Por otro lado, si lo que debía transportar eran armas y pertrechos necesarios para defender los territorios indianos, entonces, no se haría cobro alguno pero la Casa Comercial sólo se encargaría de transportarlos y nunca de desembarcarlos o conducirlos por tierra a otro destino. Un punto que habría que acotar es que este proyecto en su Capítulo 16 dejaba entreabierta la posibilidad de realizar alguna travesía fuera de la ruta asignada siempre que el viaje resultara útil. Por último, en el Capítulo 19 se manifestaba el interés porque se convenciera a los naturales de las provincias americanas a emplear la caña para producir azúcar en vez de aguardiente. De este modo, la Compañía podría comprar ese rubro y vender mayor cantidad de caldos metropolitanos. Incluso, se ofrecían a construir un ingenio en algún terreno baldío o privado tras comprárselo al dueño. Con los datos anteriormente reseñados se puede realizar un breve estudio comparativo entre el Proyecto de la Compañía y las Reales Cédulas de Erección de las Compañías Guipuzcoana y de Barcelona. Pero, para este ejercicio hay que hacer hincapié en que el documento en estudio es tan sólo un proyecto mientras que los otros dos son escritos formales refrendados por el monarca, Felipe V en el primer caso y Fernando VI para el otro. En segundo lugar, y como consecuencia de lo dicho previamente, en las dos Cédulas Reales aparecen mejor especificados los derechos y obligaciones, así como el proceso de embarque y desembarque de mercancías. Aclarado esto, se puede decir que en los tres documentos se señala como causa de la creación de la empresa, la necesidad de restablecer el comercio con la región asignada. Luego, cada empresa tenía marcada un área comercial específica con posibilidades de hacer tanteos en otras áreas previa autorización real. Pero en ninguno de los dos documentos oficiales se otorgó el monopolio (la Guipuzcoana lo ob43


tuvo en 173261), cuestión que sí aparece planteada, como ya se vio, en el Capítulo 2 del Proyecto. En cuanto al resguardo marítimo pedido en el Proyecto, éste aparece bien estipulado a lo largo de varios capítulos de la Cédula de la Compañía de Caracas, mas resulta inexistente en la de Barcelona. La conformación de los órganos de Gobierno que apenas se señalan en el Proyecto, no reciben ninguna atención en la Real Cédula de 1728 pero sí está bastante especificado en la de Barcelona. Ahora bien, el cargo de Juez Conservador es materia relevante en los tres documentos, así como el status que deben gozar los oficiales navales y personal de las Empresas. En lo concerniente al capital de fondo y valor de las acciones, únicamente se obvia en la Real Cédula de la Guipuzcoana. En cambio, el punto de las embarcaciones a utilizar en el tráfico no se menciona en el documento de la Compañía Catalana. Una actividad común aunque no muy especificada en el documento de la de Barcelona, sería la de introducción de negros y colonos. Para finalizar estas comparaciones, sólo resta agregar que únicamente en el Proyecto es en donde se habla de un tiempo de duración del contrato.

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Hussey, Ronald: Ob. Cit. Pág. 79.

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CONCLUSIONES: 1. El Proyecto estudiado posee características similares a las pautadas para el establecimiento de empresas comerciales formales. 2. Se trata de un Proyecto bastante ambicioso porque abarca mayores prerrogativas que, incluso, la empresa más exitosa de este tipo tal como lo fue la Guipuzcoana. 3. Si se pone atención a la pobreza de la región a servir por la Empresa Proyectada y a la cantidad de actividades y compromisos que decía iba a cumplir, entonces, parece que el fondo de 500 mil pesos resultaba muy escaso. No quisiera concluir sin realizar una observación. Se ha considerado siempre a la región Oriental como una zona marginal pero vemos que dos grupos (el del Proyecto y el de la Compañía de Barcelona) se interesaron en hacer sus negocios en esa zona. En segundo lugar, los monarcas estaban conscientes y apremiados por el retraso, así que para solventarlo le extendieron el giro hacia allá a la Compañía de Barcelona y luego a la Guipuzcoana. En tercer lugar, quienes nunca perdieron de vista a esa región fueron los negociantes extranjeros. Muchas Gracias


Boletín de la Academia de Historia del Estado Carabobo Nº 15 - Edición Especial 2010

CONTESTACION DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE EN LA ACADEMIA DE HISTORIA DEL ESTADO CARABOBO DE LA PROFESORA ISABEL RUÍZ ACEVEDO DE PARTE DEL INDIVIDUO DE NÚMERO SILLÓN LETRA "L" DR. RAFAEL AGUSTIN PINTO PRADA. VALENCIA, CASA DE LA ESTRELLA 14 DE ABRIL DE 2012

Enrique Mandry Llanos, Presidente de la Academia de Historia del Estado Carabobo, Miembros de la Junta Directiva, Individuos de Número, Miembros Correspondientes, Familiares y amigos de la recipendiaria, amigos todos, señoras, señores: En este momento de especial significación, estamos recibiendo en nuestra Corporación como Miembro Correspondiente a una nueva académica, la Profesora Isabel Ruíz Acevedo una persona con sobresalientes características morales, personales y profesionales, quien hoy asume el reto de formar parte de una institución que crece día a día en su afán de divulgar y proteger el acervo histórico de Venezuela y en especial de nuestro estado Carabobo, ganando el aprecio y respeto de una sociedad, que reconoce lo que ha significado la Academia de Historia en la vida cultural del Estado. Y algo que me llena de satisfacción y creo que a muchos de los compañeros presentes, es observar en estos tiempos el cambio sustancial que han logrado dos de las instituciones más queridas y defendidas por nosotros: la Universidad de Carabobo y la Academia Historia del Estado Carabobo. Dicho cambio ha consistido en una mejor y creciente relación entre ambas. Recuerdo cuando en los pasillos y aulas de la Maestría de Historia de la Facultad de Educación de la Universidad de Carabobo, se oían de parte de algunos alumnos y profesores comentarios sobre Academia Historia del Estado Carabobo, por considerar que sus integrantes conformaban un coto cerrado y excluyente. Sin embargo, esta matriz de opinión no afectó en su esencia a esta Academia, debido al espíritu de rectitud y honestidad de sus académicos. Por el contrario, fueron abriendo cada vez más las puertas de su institu-

ción para recibir a los alumnos de las Escuelas de Educación y Maestría de Historia de la Universidad de Carabobo y a los investigadores de otras instituciones y universidades nacionales y regionales, así como la incorporación como miembros correspondientes e individuos de número, de destacados investigadores y docentes de esa y otras importantes casas de estudios superiores. Y hoy vemos la incorporación de otra valiosa universitaria egresada de esa casa de estudios como lo es nuestra recipendiaria Isabel Ruíz Acevedo, hecho este que solidifica cada día más y más el vínculo con nuestra centenaria e ilustre Universidad de Carabobo. En la actualidad la Academia continúa prestando su ayuda y colaboración a los estudiantes de la Universidad de Carabobo y otros entes educativos de la región central que así lo requieran, contribuyendo en la formación de los nuevos historiadores quienes, como Isabel Ruíz, son el futuro de los estudios históricos en nuestro país. Y digo esto por varias razones; conozco la trayectoria universitaria de la Profesora Ruíz Acevedo, desde hace varios años, tanto en las aulas de la Maestría de Historia de la Universidad de Carabobo como en las del Doctorado de Historia de la Universidad Católica Andrés Bello, así como en el desarrollo como coautora de la obra "Carabobo en tiempos de la Junta Revolucionaria 1945-1948" en donde contribuyó con un excelente ensayo denominado "19451948: un Periodo en Cuatro Planos", en donde desarrolla de excelente manera un estudio sobre el contexto histórico de Valencia y Carabobo durante esa época. Siempre fue y sigue siendo una profesional dedicada y acuciosa investigadora. La recipendiaria, inició su preparación 45


profesional en la Universidad de Carabobo obteniendo el título de Licenciado en Educación, Mención Ciencias Sociales en 1984. En el año 2005, obtuvo el título de Magíster en Historia de Venezuela de la Universidad de Carabobo y en este momento se encuentra en fase final de redacción de tesis doctoral, para optar al título de Doctor en Historia de la Universidad Católica Andrés Bello. Desde 1986 hasta el presente ha desempeñado la carrera docente, en la ilustre función de PROFESORA DE AULAS (FORMADORA DE JUVENTUDES) en las áreas de ciencias sociales, en instituciones educativas tales como Unidad Educativa "San Francisco Javier" Fe y Alegría, La Concordia, Valencia, Unidad Educativa "Nuestra Señora del Pilar" Valencia, Unidad Educativa "Francisco Lazo Martí", Valencia y en la Unidad Educativa, "Andrés Bello" en los Guayos, ciertamente una significativa y bella labor. Ha sabido mezclar con sabio equilibrio las labores docentes y las de investigación: sin que las unas devoren a las otras, sino que por lo contrario ha logrado que se complementen y en buena ley se potencien, pues hoy no se puede concebir al investigador sin la docencia y al docente sin la investigación: la investigación mantiene vigente un permanente contacto con las fuentes y las búsquedas de caminos nuevos y así la docencia se revitaliza y se presenta con los visos de una auténtica experiencia, que da una jerarquía que permite transmitir a los discípulos vivencias imborrables. El ensayo que hoy la profesora Isabel Ruíz Acevedo presenta para incorporarse a esta Academia está centrado en una coherente línea de investigación dentro del área de la Economía Colonial venezolana: denominado "UN PROYECTO COMERCIAL PARA EL ORIENTE VENEZOLANO DEL SIGLO XVIII". Destaca como desde mediados del siglo XVI hasta bien avanzado el siglo XVIII, la monarquía española, decidió establecer sociedades mercantiles - compañías privilegiadas- con el objetivo de mantener el control económico (comercial, industrial y financiero) en sus vas46

tos dominios; régimen restrictivo de la libre actividad comercial que duró por casi 200 años, hasta que en 1789, se abrieron todos los puertos coloniales al libre comercio. Una compañía privilegiada era una compañía comercial cuyas actividades gozaban de la protección del Estado mediante un privilegio. La actividad de estas compañías era diferente de la de las guildas de comerciantes de la Edad Media, como la Hansa, y se identifican más con las grandes corporaciones capitalistas, excepto por funcionar en régimen abiertamente monopolístico. El capital necesario para el funcionamiento de las compañías privilegiadas las hace al alcance sólo del Estado y de la asociación de muchos capitalistas individuales, con lo que se establecen para éstos condiciones de responsabilidad limitada similares a las de las modernas sociedades anónimas. Su prehistoria puede rastrearse hasta la Italia del siglo XIV, cuando sus mercaderes operaban en el Levante mediterráneo, conociéndose compañías comerciales de Pisa, Génova, Venecia y Florencia. También pueden considerarse precedentes los consulados comerciales de las ciudades de las Coronas de Castilla y Aragón durante la baja Edad Media (denominado Consulado del Mar en la Corona de Aragón), o la citada Hansa, que reunió a las ciudades del Báltico y dominó el comercio del norte de Europa. Pero encontraremos un avance significativo hacia sistemas comerciales privilegiados que se beneficien de las dimensiones de una economía nacional sustentada en un Imperio colonial, hasta la apertura de la economía-mundo en el siglo XVI, con el establecimiento en la fachada atlántica de Europa Occidental de las monarquías autoritarias del Antiguo Régimen (Portugal, España y Francia), y especialmente en sus rivales económicos, sociales e ideológicos: las Provincias Unidas (Holanda) e Inglaterra. La política comercial que se funda en ello, basada en el proteccionismo, se denominará mercantilismo, y para justificarlo surgirán las primeras elaboraciones teóricas de la economía como ciencia moderna


(metalismo, bullonismo, colbertismo...). Portugal y España mantuvieron monopolios comerciales para los puertos de Lisboa y Sevilla (Casa de la Contratación) respectivamente, aunque los verdaderos beneficiado del sistema colonial ibérico eran los artesanos del norte de Europa, la ciudad de Amberes, y los banqueros italianos o alemanes (Fugger) que financiaban la política exterior de los Habsburgo. La famosa poesía de Quevedo (Don Dinero) refleja esta percepción en los contemporáneos: Nace en las Indias honrado donde el mundo le acompaña viene a morir en España y es en Génova enterrado. El saco de Amberes hizo desplazarse las actividades bancarias y de intercambio a Ámsterdam y Londres. De hecho, el cambio de siglo del XVI al XVII vio cambiar el eje de la economía de la Europa del Sur a la Europa del Norte. Las primeras compañías comerciales que cumplen con el término de compañías privilegiadas, operando en mercados coloniales y gestionadas con procedimientos cuasicapitalistas, a la vez que son protegidas en su actividad por un Estado moderno que defiende sus intereses, con los que en la práctica se identifica, son las holandesas: VOC (compáñía de la lejanía o de las Indias orientales) y la WIC (compañía de las Indias occidentales). A ellas se añadieron compañías inglesas (Compañía Británica de las Indias Occidentales, Compañía de las Indias Orientales, los Merchants Adventurers, esta basada en una guilda de creación anterior), francesas (de las Indias Orientales y Occidentales, Compañía del Missisipi) danesas, suecas, rusas (Compañía Ruso-americana), alemanas... Las compañías españolas se crean a partir del siglo XVIII por aplicación de los criterios de la nueva dinastía Borbón, que trae la política colbertista, más acorde con los planteamientos de la monarquía absoluta, e intentarán recuperar el decayente comercio americano, desbaratado por el Tratado de Utrecht, que concedía privilegios a In-

glaterra (navío de permiso, asiento de negros...). La ruptura parcial del monopolio de Sevilla (ahora desde el puerto de Cádiz) beneficiará a la Compañía Guipuzcoana de Caracas, que recibe la concesión del cacao de Venezuela; luego a una lista de puertos y por último se abrirá un teórico comercio libre, que no llegará a tener tiempo de asentarse antes de la Independencia americana. También existirá una Compañía de Filipinas. El sistema de compañías de comercio privilegiadas, comenta Marchena, fue desarrollado en España con excesivas limitaciones y muy tardíamente, cuando el resto de Europa ya andaba de retirada. Estas compañías, antes que otra cosa.,- compañías privilegiadas- que se movieron en el ámbito de un comercio protegido de mercados cautivos, aportando cierto grupo de particulares, los capitales necesarios y abonado cuantiosas sumas a la Real Audiencia a cambio de la exclusividad. En este sentido, con respecto al territorio que hoy ocupa Venezuela, el 25 de septiembre de 1728 se crea uno de estos entes mercantiles, la llamada y bien conocida "Compañía Guipuzcoana" y en 1755 otra no tan conocida como lo fue la "La Real Compañía de Barcelona", con area de influencia en la isla de Margarita y en oriente de Venezuela. La recipendiaria se ocupa en su estudio de analizar y explicar la forma de constitución, características y funcionamiento de estas sociedades de comercio, abordando como refererencia la Real Compañía de Barcelona" y finalmente concluir como éstas no fueron siempre tan exitosas ni duraderas como lo pretendía la Corona Española y que más bien luego de su desmontaje se mejoro el intercambio comercial entre las colonias y la metropoli, en este sentido comenta Brito Figueroa (109:1972) lo siguiente: "La implantación de la libertad de comercio favoreció el tráfico comercial de las provincias orientales y de otras comarcas del territorio venezolano con Cataluña; en 1799, de un total de 5.321.668 reales, valor de las mercancías exportadas a 47


Barcelona, siendo años antes durante la vigencia del control de las compañías mucho menor". Notamos como la estructura jurídica de estas sociedades mercantiles, son muy similares a sus contemporáneas reguladas por el Código de Comercio Venezolano vigente. Definitivamente cabe señalar que anteceden a nuestras sociedades comerciales modernas en su constitución ya que las mismas deben establecer, su area de influencia o domicilio, tiempo de duración, financiamiento de la sociedad o sea el Capital Social, Sistema de Gobierno o Administración, Privilegios Fiscales o Régimen Tributario, todas estas características esenciales de nuestros entes mercantiles vigentes. Vemos como el proceso de crecimiento de la economía colonial venezolana de las últimas décadas del siglo XVIII, y la implantación de la libertad de comercio por parte de la metrópoli, coincide con medidas de la Corte Borbónica, respecto a la ordenación política, económica, judicial, administrativa, eclesiástica y territoriales para lo que hoy constituye Venezuela, que hasta ese entonces estaba sometido a diversas y complejas jurisdicciones. Veamos en orden cronológico estas resoluciones: a) La creación por Real Cédula del 8 de diciembre de 1776, de la Intendencia de Caracas, con jurisdicción sobre las provincias de Venezuela, Cumaná, Guayana, Maracaibo e islas de Margarita y Trinidad, o sea en toda la extensión del Estado actual, con la excepción de Trinidad. b) El 8 de septiembre de 1777, por Real Cédula de Carlos III, se creaba la Capitanía General de Venezuela, agregando las provincias de Cumaná, Guayana y Maracaibo e islas de Trinidad y Margarita, erigiendo a la ciudad de Caracas como su capital. c) El 13 de junio de 1786, se crea la Real Audiencia de Caracas, por el mismo monarca. En ella se ratifica la jurisdicción de la Capitanía General e Intendencia de Caracas y dispone la instalación de la Audiencia de Caracas para evitar a los habitantes de las provincias, recurrir en apela48

ción de sus negocios a la Audiencia de Santo Domingo, a la cual pertenecía Venezuela desde tiempos de la conquista. d) Se crea el Real Consulado de Caracas el 3 de junio de 1793, siendo el primer Consulado establecido en Hispanoamérica en la segunda mitad del siglo XVIII, síntoma evidente del reconocimiento de la necesidad de organizar una provincia pujante y en desarrollo. e) Por último se registró, la Bula del Papa, de fecha 24 de noviembre de 1803, por la cual se hizo la creación canónica del Arzobispado de Caracas, con jurisdicción en todo el territorio que en lo temporal estaba sujeto a la Intendencia, la Capitanía General y a la Audiencia. Este grupo de documentos le dan a la Venezuela española estructura institucional y legislativa. Son instituciones que significan el reconocimiento de mayor personalidad e importancia, ya que con su creación se hace más efectivo y expedito el manejo y gobierno del país. Al respecto comenta, los historiadores Juan Marchena y Juan Carlos Garavaglia (101:2005), en su trabajo " América Latina de los Origenes a la Independencia: La Sociedad Colonial Ibérica en el siglo XVIII", lo siguiente: " Venezuela mostró un fuerte desarrollo de su economía - hacia afuera- basada en la producción agrícola…… , Aquí las reformas borbónicas parece que tuvieron mayor éxito, o al menos se aplicaron medidas para favorecer más rápidamente estas exportaciones". El trabajo que hoy hemos oído con especial interés en este solemne acto de la Incorporación de la Profesora Isabel Ruíz Acevedo, constituyen una particular relevancia en la historiografía venezolana, pues es un fiel indicador de que los estudios históricos entre nosotros han entrado de lleno en una interesante y novedosa etapa de su evolución que podríamos sintetizar en la búsqueda y apertura de nuevas áreas y líneas de investigación, especialmente en lo que se refiere al campo de la historia de los hechos económicos de nuestra historia colonial, rompiendo


esa idea que han querido difundir algunos medios de difusión del hecho histórico inclusive algunos historiadores, en cuanto a que la historia colonial de Venezuela no es parte de nuestra historia o simplemente se le da una importancia marginal y que nuestra historia comienza desde la Independencia ; igualmente en la utilización de novedosos métodos de investigación, poniendo énfasis especial en el riguroso análisis crítico de las fuentes y por último en la presencia siempre de un análisis y discusión de los hechos sucedidos desde perspectivas y orientaciones modernas, proyectando siempre la Historia como una disciplina seria, formativa y esencial para la comprensión de los fenómenos sociales.

Es por ello que la Academia siente hoy que enriquece sus filas con una estudiosa de primer orden y estamos seguros de que nuevos y fecundos frutos de la pasión investigadora de la Profesora Ruíz se verán en plazos breves. Profesora Ruiz, amiga Isabel: En nombre de mis colegas académicos y en el mío propio me es grato darle la más cordial y calurosa bienvenida a nuestra mesa de trabajo donde estamos seguros contribuirá con su laboriosidad ejemplar y su brillante talento a las ingentes tareas de esta Institución.

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Boletín de la Academia de Historia del Estado Carabobo Nº 15 - Edición Especial 2010

DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE DE LA ACADEMIA DE HISTORIA DEL ESTADO CARABOBO DEL DR. BERNARDINO MARVÉZ HERNÁNDEZ , ACTO REALIZADO EL 24 DE NOVIEMBRE DE 2012, EN LA CASA DE LA ESTRELLA, VALENCIA

Ciudadano Presidente Dr. Enrique Mandri Llanos y demás miembros de la ilustre Academia de Historia del Estado Carabobo, Individuos de Número y miembros correspondientes de la Docta Corporación. Distinguidos Familiares de Don Torcuato Manzo Nuñez Por la gracia de Dios todo poderoso, y ante la grata luz de la presencia de Uds., Frente a la Respetable Imagen de la pléyade de académicos, que nos precedieron en el tránsito a la Eternidad, agradezco a todos, y a cada uno, de los integrantes de esta Augusta Institución, permitirme desde hoy día, formar parte de tan calificada Membrecía, lo cual asumo, con profunda humildad, alegría, responsabilidad y compromiso. Con vuestra anuencia, honorable Asamblea, quiero dedicarle este discurso, a quienes entre otros, desde hace mucho tiempo, querían verme ocupar este sitial de honor: los Excelentísimos Académicos y amigos a Dios gracias, aquí, entre nosotros: Licenciado Luis Cubillan Fonseca y la profesora Mary Acuña Parra, a los Drs Domingo Alfonzo Bacalao, José Ramón López Gómez, Cira Bracho de López Gómez y a los entrañables amigos el eminente Dr. Efraín Ynaudí Bolívar y Hely Saúl Pérez Q.E.P.D.s y con mi más puro y grande amor, dedicarlo a mi Señora Esposa, Gloria, a mis hijos, Miguel, Jorge, Ruben, Ana Matilde, Luis Bernardino y, a nuestros once nietos: Bendición del Señor, y por un llamado Supremo del Alma, vaya ésta, mi oración, a ése venerado giron de mi sangre y mis entrañas: Juan Luis, y, a mi hermano y buen Padre Luis Marvéz, quienes ahora me acompañan y bendicen, desde los predios Santos De La Mansión Eterna. 50

Ahora, señoras y señores, para no excederme del tiempo permitido, presentaré a Uds. en estrechas líneas, la Semblanza de mi íntimo, y mentor, Don Torcuato Manzo Núñez, de quién tuve el privilegio, de ser su ahijado, su amigo, y en sus horas postreras, su más humilde médico de cabecera. Según uno de sus Biógrafos, "cual brote germinando de un semillero de erudición, nace en Montalbán, el 21 de Mayo de 1914, el niño, Torcuato Manzo Núñez. Es en el Cálido y Cristiano hogar, de Don Julio Manzo Pérez y Doña Natividad Núñez Tortolero, muy distinguido matrimonio, de profunda convicción y practica espiritual, donde vé Torcuato la primera luz, y donde asimila en sus primera infancia, el verdadero concepto, de la vida en familia, y, a la cual, consagraría la suya con frenesí y entrega. Y con esas bases de hogar y de familia, a la edad de 7 años, según el propio Torcuato: "Aprendí a leer, escribir y contar, en la única escuela del pueblo, Regentada en aquellos años, por mi tío político Francisco Marvéz Correa, recia figura, del magisterio, que sabia Enseñar y Educar". Y veía con orgullo, el tío maestro, como se destacaba el estudioso y disciplinado sobrino, el cual, luego, bajo la dirección del gran amigo de su Señor Padre, su Excelencia Monseñor Francisco Antonio Granadillo, Primer Obispo de Valencia, es traído a los 12 años de edad, al recién abierto Seminario de la Ciudad, en La Pastora, donde el Dignatario Prelado, encomienda la educación del púber, al Sacerdote Lazarista, Amelio Placencia, procedente del Perú. Para entonces, Rector del Seminario. En esta Institución, con su responsabilidad característica, continua Torcuato, su sólida formación general y de alto contenido cristiano, aprobando satis-


factoriamente, dos años de Retórica, uno de Filosofía, y el Latín con mención Sumacumlaude. A los 19 años de edad, con los pies sobre la Tierra y la mirada puesta en el Cielo, consiente Torcuato, de que "a Dios se busca y se llega por caminos infinitos", decide retirarse del Seminario, pero jamás de la Iglesia. Y con su hábito al estudio y apego al trabajo, cabalgando sobre el firme corcel de la Virtud, avanza en la conquista del mundo ciudadano, y con la energía y transparencia de sus sueños juveniles, va Torcuato, veredero por las calles de Caracas, ofreciendo en venta, las primeras máquinas calculadoras llegadas al País, otra veces, cobrando el Servicio de Agua correspondiente al Acueducto Capitalino. Poco más tarde, acercándose a su nata vocación de enseñar, a la vez que fortalece sus talentos, se desempeña como maestro, en el Colegio Atenas, Frente a la Plaza de la Pastora. Y con alto amor por la verdad, la Justicia, la Paz y la Libertad, con valentía y patriotismo, junto a la juventud caraqueña y la población sensata de Venezuela, lucha Torcuato por la salida del Gobierno del Tirano de turno, que brutalmente oprimía al país, el llamado Sátrapa de la Mulera, Juan Vicente Gómez. Y nunca jamás aceptaría, ceder al miedo que se siembre, para que exista un pueblo, con alma de esclavo y mente de mendigo. En 1934, da a conocer sus famosos cien sonetos: sutil panoja de sus sentimientos y sus inquietudes, que desde los 14 años, ya inspiraban su alma de poéta. En 1935, un año por cierto, antes de fundarse el Hospital "Luis Pérez Carreño" de la Ciudad, es nombrado Torcuato, Preceptor de la Escuela "José Félix Sosa", con lo cual se dá inicio, a las Escuelas Graduadas del Distrito, bajo la Dirección del insigne y austero Educador Montalbanero, hoy merecidamente, Epónimo del Liceo del pueblo: Bachiller. José Andrés Castillo, en cuya fundación fué Torcuato, indiscutible piedra angular, y su primer profesor Adhonorem, de Literatura y de formación Social, Moral y Cívica.

Algo más tarde, dice el poeta "el llamado telúrico me llevó a renunciar el cargo de preceptor y empecé a trabajar la Tierra, en terrenos arrendados". En 1939, en Capilla privada de la emblemática Catedral de Valencia, el Excelentísimo Señor Obispo Monseñor Gregorio Adam, amigo y guía del Novio, une a Torcuato Para siempre en Sagrado Matrimonio, con la distinguida y agraciada Srta. Carmen Filomena Henríquez, su paisana y Eterna Dulcinea, con quien Procrea entre 1940 y 1955, amadísima descendencia, en la cual sembró la pareja, el sentido de Ciudadanía y responsabilidad, y ellos, han respondido con sus buenas conductas y acciones: Antonio Julio, Economista, Articulista de opinión en diarios nacionales y extranjeros, Carmen Cecilia, Abogado y Artista Plástico, autora del Oleo más auténtico del rostro de su señor Padre, Miguel Eduardo, productor del campo, ameno Columnista y hábil Aviador, Yolanda, Educadora Normalista, Carlos Enrique, Docente, graduado en Zootecnia, Torcuato José, Ingeniero Químico, Asesor Empresarial, José Francisco, Economista Agrícola, lamentablemente fallecido en plena juventud, igual que María Elena en la primera infancia. Este agricultor, como con gran placer y satisfacción se identificaba Torcuato, hombre de agudo intelecto, exquisito y elocuente orador, de solida Formación Humanística, no se encierra en el campo que amaba con pasión, sino que despliega una constante y titánica labor, pedagógica, cultural, económica, social y política, siempre en permanente búsqueda por solucionar la problemática que afecta al individuo, a la familia, a la comunidad y a los pueblos, y se convierte Torcuato, sin descuidar sus surcos, en aguerrido Adalid, de todos los movimientos, que impulsen el desarrollo sustentable de Montalbán, poblaciones vecinas, Carabobo y todo el País. En 1943, ya en tierras propias, comienza a fundar su hacienda en Montalbán, donde durante 40 años "ensayo todos los cultivos tropicales y algunas frutas exóticas", y como hasta en las cosas más sencillas, Torcuato se acercaba a Dios, sus haciendas llevan respectivamente el nombre Sacrosanto de Santa Ana y Santa María la Abuela y la Madre de Cristo 51


El Redentor, el Hombre de la más sublime Filautia, es decir amor a sí mismo, no por ególatra, sino por la perfección de ser Deidad Divina y amarnos como Dios nos ama, para que no nos mantengamos en la muerte.

procurando siempre la enmienda y la rectitud del ciudadano.

Dominaba Torcuato la Botánica, especialmente las variedades de plantas medicinales, de las cuales hacia, para propios y extraños, el uso adecuado y oportuno, para lograr con éxito, el efecto terapéutico deseado. Muchas veces envió especímenes a otras latitudes, para que se investigaran en laboratorios confiables las propiedades curativas de las plantas, un ejemplo especifico, el efecto germicida del Gamelote, y en la coagulación de la sangre, estudiado por la Biólogo Dra. Audrey B. Colson, con la cual y acompañado de su Excelencia Fray Cesario de Armellada, viajaron a la Gran Sabana y sus alrededores, en misión de estudio de nuestra flora tropical.

A todos y a las más relevantes personalidades, aunque Torcuato lo quisiera, no le pasaba desapercibido, así, para el Presidente Dr. Rafaél Caldera: fué Torcuato Molde para la Fragua, y para una respetuosa y apasionada admiradora: Prócer Campesino de Postín y para el Sapientísimo, cultor de Valencia, Alfredo Fermín, Torcuato fué el Moderno Patriarca.

Debo recordar, que Torcuato ejerció por un año la Secretaria del Archivo Arquidiocesano de Caracas, por ausencia temporal de Fray Cesario. Entre 1939 - 1943, ejerce el Cargo de Diputado a la Asamblea Legislativa del Estado Carabobo, por dos periodos, y varias veces desempeña la Presidencia de dicha Cámara. Para el periodo 1943 -1947, es electo Diputado por Carabobo al Congreso Nacional, truncada la gestión en 1945- por la llamada Revolución "gloriosa" del 18 de Octubre. En ambas ocasiones, como en muchas otras, dictó Torcuato, verdadera Cátedra del ejercicio democrático de la política, de la Vida y de tolerancia a la disidencia. Y cuando el Legendario y Egregio Dr. José Rafaél Pocaterra, fué Presidente del Estado Carabobo, su amigo Manzo Nuñez, ejerció con acierto, la Jefatura Civil de Montalbán y la de Guacara, y cuando el autor del histórico Canto a Valencia, fué Ministro del Trabajo, ocupó Torcuato, una Comicionaduria del Despacho. En estos cargos, este caballero de pensamiento plural, con muchas sindéresis, aplica la Justica con más caridad que castigo, pero sin permitir impunidad, 52

Y de los errores de los gobiernos, donde actuó, incorruptible, jamás participó, Torcuato, con complicidad moral.

En su relevante y fructífera existencia, este Gran Venezolano del siglo XX, excepcional y múltiple, entre los 20 y 66 años de edad, fué presidente: de la Asamblea Legislativa, de la Cámara Agrícola de Venezuela, Seccional Carabobo, de la Junta Electoral del Edo; de la unión Nacional de Cultivadores de Tabaco de Venezuela, con sede en Maracay, del Banco de Desarrollo Agropecuario - de la Asociación de Escritores de Venezuela seccional Carabobo, del primer congreso Venezolano de Escritores, realizado durante su gestión, de la Asociación de Ejecutivos de Carabobo, del Club de Leones de Valencia y del de Montalbán y Gobernador del Distrito Leonistico E2. Directivo Nacional de la Cámara Agrícola, Directivo y fundador del Banco de Sangre de Valencia y del de Valle de la Pascua y de la Sociedad Antituberculosa de Valencia, de la Sociedad de Escritores y Artista de Carabobo, Fundador y primer Presidente, de la Sociedad Amigos del Árbol de Valencia - miembro de la Junta Nacional de Fruticultura. Primer Cronista de Montalbán, donde deja discentes, de invalorable calidad intelectual literaria y humana, profesor de cooperativismo de la Escuela de Agronómica Salesiana de la Ciudad, y muchos más. En la actividad periodística, se inicia, en Montalbán, donde publica el periódico El Látigo en 1932 y el Peñón en 1940. Y desde entonces trabajó como Corresponsal, Reportero Parlamentario, y Columnista del prestigioso diario El Carabobeño, en este


Rotativo, se leyó interdiario en 1947 su columna "desde mi Atalaya" con el pseudónimo Inocente Cordero. La cual aparecía también en el periódico Gato Líder de Valencia. Después de 1967 sostuvo por años la cotizada columna Abrevadero, de donde extrae material para dos libros, Abrevadero I, Abrevadero II. En el campo bibliográfico, además de Cien Sonetos, es Autor de Confidencias, y del folleto Lira Lionística, en poesía, este último con el seudónimo León GalanT. En prosa publicó: Diócesis de Valencia Tomo I, del Tomo II, están extraviados los Originales; algún día aparecerán, en el esplendor de su autenticidad. Oratoria de Provincias (discursos), Los Orígenes de San Carlos de Austria y, más de 15 folletos de interesantes historias, y La Historia del Estado Carabobo, decretado Texto Oficial, para la enseñanza de la Historia Regional y de la Patria, durante el Gobierno del Dr. Luis Herrera Campins. Firmaba el decreto el Dr. Rafael Fernández Heres, Ministro de Educación. Los más autorizados historiadores, escritores, poetas, académicos de Carabobo y muchos críticos, dieron a esta Obra, la más calurosa bienvenida, y destacaron su valor, su importancia, y su trascendencia para la Cultura Nacional. Torcuato, amaba a los niños con delicada sensibilidad, y con cariño ofrecía a los jóvenes oportunidades de crecer y de ser. Mecenas y practicante del deporte, respetuoso de la Ley Natural, apasionado caminante y excursionista, celoso ambientalista, scout siempre listo. Y fué la casa de Torcuato, santuario para la cultura y para los consultantes, espacios, cual el Partenón, Abiertos al Pueblo y al Sol. Y recorrió Torcuato la Geografía Venezolana, cual haz de luz itinerante, diseñando horizontes, dejando en cada pueblo, a sus instituciones y, a su gente, la esencia misma de su Sabiduría, la cual compartía con sus interlocutores, en la exacta dimensión, de la Cornucopia, de su bondad, humildad y gentileza, con que lo vió Venezuela, hasta en el último rincón,

haciendo Patria. Y más allá, en diversas e importantes misiones, viajó Torcuato: por todo Centro, Norte y Sur América y gran parte del Viejo Continente. Así podemos ver a este prohombre, en siete países de Europa, en estudio de mercado para los tabacos Venezolanos - en Bogotá delegado a la instalación de la Organización de Cooperativas de América, a Lima, Perú, en la delegación Venezolana del VI Congreso de la Sociedad Bolivariana - a las Islas Canarias, al Primer Congreso Mundial de Habla Española, a cinco convecciones mundiales, en EE.UU y Canadá, como miembro de Clubes de Leones y muchos otros. Este incansable trabajador, a temprana edad comprendió, que el tiempo es el producto natural no renovable que más pierde el hombre, y él no estaba dispuesto a perder el suyo, por eso, además de lo mencionado, se desempeño como Individuo de Número de la Sociedad Venezolana de Historia Eclesiástica, Miembro Correspondiente de la Academia de la Historia, por el Estado Cojedes, de la Academia Venezolana de la Lengua, por Estado Carabobo, Tesorero del Centro de Historia del Edo Carabobo, é Individuo de Número de esta Academia Sillón Letra "E". Miembro del Centro Bolivariano de Valencia, Presidente de la Fundación del Libro Carabobeño. Con sobrada razón, en una Editorial, del reputado diario Notitarde, se preguntaba el distinguido Sr. Miguel Giménez Márquez ¿qué fué lo que no fué este Noble Señor? Como era de esperarse señores, por su brillante obra, fue Torcuato objeto de un sinfín de Reconocimientos y Condecoraciones, entre otras: Orden Sol de Carabobo en el grado de Gran Oficial (Primera Clase). Francisco de Miranda, orden San Silvestre conferida por el Vaticano, Mérito al Trabajo, Cruz del Ejército Venezolano, Llave de la Ciudad de Maracay, Cámara de Comercio Valencia, Medalla de gratitud Scout, varias Medallas de Apreciación, y 100% de la Asociación Internacional de Clubes de Leones, y centenares de placas y diplomas nacionales e internacionales. 53


Epónimo de una Escuela Estadal en la Población de Chirgua y de la biblioteca Municipal de Montalbán. Develada su fotografía en la Ilustre Cámara Municipal del Distrito Montalbán. Por estas razones, amigos, sería deseable, que el 21 de Mayo del 2014 cuando se cumple el Centenario del Nacimiento de quien de hecho lo es, en Montalbán se Oficialice la Condición de hijo ilustre de Torcuato y en esta, su Academia, realizar un acto de evocación a su memoria y a su fructífero Legado. Y ahora, haciendo un paréntesis, por un acto de lealtad y solidaridad, hago mía esta oportunidad para sugerir muy firme y respetuosamente, que en el próximo Enero, en el primer año de su despedida, se rinda homenaje a quien brillante y exponencialmente, enalteciera para siempre a esta Academia, y quien fuera sin duda alguna, uno de los más grandes exponentes de la Ciencia y el Humanismo Venezolano del Siglo XX : Efrain Inaudi Bolívar, Padre de la Perinatología de Venezuela.

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¡Jamás podrá ser olvidado Don Torcuato Manzo Nuñez!, SEMBRADOR de EXCELENCIA, símbolo de progreso, cultura y caridad, quien vivió, para el bien con ardor juvenil, hasta el último aliento de su provecta edad, después de soportar con Estoicismo de Varón Contemplativo, las garras felinas de penosa enfermedad, que nunca doblegó su inquebrantable fé, el 27 de Septiembre del 1988, Serenamente, Transcendió Al Silencio de la paz Eterna, donde ahora descansa, en la Luz Infinita del Reino de los Justos. Gracias, General Fuguet por su sincero estímulo y por contestar mis sencillas palabras. "Honrar Honra" Gracias Amigos por asistir Muchas gracias. Bernardino Marvéz Hernández


Boletín de la Academia de Historia del Estado Carabobo Nº 15 - Edición Especial 2010

CONTESTACION DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE EN LA ACADEMIA DE HISTORIA DEL ESTADO CARABOBO DEL DR. BERNARDINO MARVEZ HERNANDEZ DE PARTE DEL INDIVIDUO DE NÚMERO SILLÓN LETRA "S" GRAL. EUMENES FUGUET BORREGALES. VALENCIA, CASA DE LA ESTRELLA, 24 DE NOVIEMBRE DE 2012

Cumpliendo las disposiciones reglamentarias establecidas por la ilustre Academia de Historia del estado Carabobo, de ofrecer las palabras de contestación y bienvenida a un nuevo recipiendario, con mucha honra y satisfacción asumo este encargo, no solo de cumplir un deber gremial, sino por tratarse del apreciado doctor Bernardino Marvez Hernández, galeno excepcional, adornado de una brillante y dilatada hoja de servicios; un verdadero libro abierto sin egoísmos, a quien me unen lazos de amistad, de intercambio de ideas y de un constante aprendizaje. De una reconocida actividad profesional, dedicación al estudio, abnegación, vocación de servicio y amplia sensibilidad humana; en su persona conjugamos: al médico, al poeta, al escritor, al honorable servidor público, al responsable padre de familia y al entrañable amigo, cuyo norte es ser útil antes que ser importante. En esta mañana nos ha presentado su trabajo de incorporación como Miembro Correspondiente: "Don Torcuato Manzo Núñez, Sembrador de excelencia", magnífica apología, que con suma atención acabamos de escuchar; esta elocuente pieza oratoria con sus matizadas expresiones a las cuales nos tiene acostumbrado; es un significativo retrato personal y espiritual de Don Torcuato Manzo Núñez, su padrino, dilecto amigo y guía; egregio paisano, que le dio proyección a las múltiples y eficientes funciones públicas y privadas, entre ellas a esta institución rectora de la historia del estado Carabobo -correspondiéndole el Sillón letra "E" como Individuo de Número fundador. El Dr. Bernardino Marvez, vio la luz primera en la pintoresca Montalbán de donde es "Hijo Ilustre", con la connotación de ser un título solicitado por todas las fuerzas vivas del municipio; igualmente posee la "Orden de la Ciudad".

En la Biblia en Juan 4-44 se lee: "porque Jesús mismo dio testimonio de que el profeta no tiene honra en su propia tierra"- fin de la cita; se refiere a la conocida sentencia: "nadie es profeta en su tierra"; en este caso el Dr. Bernardino rompe esa axioma al ser reconocida meritoriamente su efectiva labor en el lar nativo. Con una sólida formación profesional, científica e investigativa; egresa con el título de médico cirujano con Diploma de Honor en Clínicas Pediátricas, en la Universidad de los Andes, con posgrado en la Escuela de Graduados en la Universidad de Chile y en la Universidad Andrés Bello de esa hermana República. Ejerció en los Hospitales José Francisco Molina Sierra y Adolfo Prince Lara de Puerto Cabello; es el fundador de la Cirugía Infantil de esos centros hospitalarios. Designado Jefe Emérito del Servicio de Cirugía Pediátrica del Hospital Universitario Dr. Ángel Larralde conocido como Hospital Carabobo. Durante 36 años se desempeñó en el Estado Mayor Especial del Destacamento Nro. 25 con sede en Puerto Cabello; no podía excluir su benéfica actividad como médico adhonoren de Hogares Sta. Ana en la población de Aguirre. Permítanme evocar en esta oportunidad, a otro galeno, destacado por su desempeño profesional y humanitario en beneficio de los más desposeídos, su lema: "No me meto en los bolsillos las lágrimas de los pobres", me refiero al calaboceño Francisco lazo Martí, reconocido también como un brillante escritor, autor de "La Silva Criolla", superado a nivel nacional, solo por Don Andrés Bello, Padre de la Gramática Americana, quien después de 400 años, corrige la Gramática Castellana de su autor, el sevillano Antonio Nebrija presentada a los reyes católicos en 1492, año de salida del descubridor Cristóbal Colón, y por el marabino Rafael Ma55


ría Baralt, Primer Hispano en ingresar como Individuo de Número en la Real Academia de la Lengua española el 15 de septiembre de 1853. La prolífica pluma del Dr. Bernardino Marvez, ha dado origen a varias obras; es maravillosa su amplia capacidad de improvisar en prosa y verso, diríamos que la cualidad esencial de su inspiración, es la sencillez y fluidez de sus palabras que les permiten llegar a todo tipo de auditorio, satisfaciendo a los críticos más rigurosos, con su expresión diáfana y elegante. Innumerables son sus poemas dedicados a la vida, al gremio de la salud que tanto quiere, a la historia y a lo sublime. En una ocasión que nos trasladábamos desde Valencia hasta San Joaquín en una actividad institucional, tuve la suerte de escucharle una poesía de su cosecha, recitada desde la salida de su residencia hasta la llegada a nuestro destino. La musa inspiradora lo impulsa escribir la letra de los himnos de: La Sociedad Venezolana de Cirugía Pediátrica, de la Fundación Ambiental de Venezuela Kathy Phelps, de la Asociación de Escritores del estado Carabobo, de la Biblioteca Dr. Guillermo Mujica Sevilla, de la Asociación Panamericana de Cirugía Pediátrica con música del renombrado porteño Ítalo Pizzolante y del Himno de nuestra institución aprobado por unanimidad; gracias Dr. Bernardino por este imperecedero regalo. Los valiosos servicios prestados en su fructífera trayectoria profesional, le han sido recompensados con diversos reconocimientos nacionales, estadales y municipales, verbigracia: Orden Sol de Carabobo en su 1ra.clase, Orden Mérito al Trabajo del Colegio de Médicos de esta entidad, placas, botones y diplomas. Escogido Padrino de la VII promoción de cirujanos pediatras de la Ilustre Universidad de Carabobo y VI promoción del Hospital Ángel Larralde. Se desempeñó con lujo como Miembro del Tribunal Disciplinario, Secretario de Actas y Vicepresidente del Colegio de Médicos del estado Carabobo. Es miembro de nueve sociedades científicas y culturales; nuestro recipiendario, es muy solicitado como Orador de Orden en diferentes actos de tipo oficial y gremial; es Orador vitalicio de la Sociedad Venezolana de Ultrasonido en Obstetricia y Ginecología. 56

Felizmente casado con Doña Gloria Maritza Dávila Hernández, procrean seis hijos, destacados profesionales. En esta impecable presentación sobre Don Torcuato Manzo," sembrador de excelencia". Ha mostrado en forma amena y sintetizada, las múltiples facetas, legado e hidalguía del ilustre homenajeado, cubriendo las expectativas planteadas por la distinguida audiencia reunida en este augusto salón, testigo mudo del nacimiento de la República en 1830, cuando el Congreso sancionó la Constitución el 22 de septiembre, con vigencia de 27 años. Instalación utilizada desde 1664, año de su construcción, para albergar al Hospital San Antonio de Padua. Esta vetusta edificación es declarada Monumento Histórico Nacional en 1980 según Gaceta Oficial Nº 31.930. Imagino la satisfacción del Dr. Bernardino Marvez con su brillante discurso ofrecido en este significativo acto de incorporación como Miembro Correspondiente, sustentado en la materialización de sus investigaciones, recuerdos, vivencias y conversaciones con los más allegados a Don Torcuato Manzo Núñez; de su presentación tomamos: "Este agricultor, como con gran placer y satisfacción se identificaba Torcuato, hombre de agudo intelecto, exquisito y elocuente orador, de sólida formación humanística, no se encierra en el campo que amaba con pasión, sino que despliega una constante y titánica labor pedagógica, cultural, económica, social y política, siempre en permanente búsqueda de la problemática que afecta al individuo, a la familia, a la comunidad y a los pueblos…recorrió la geografía venezolana cual haz de luz itinerante diseñando horizontes dejando e cada pueblo a sus instituciones y a su gente, la esencia misma de su sabiduría". Fin de la cita. El Dr. Bernardino como afectuosamente lo tratamos los que tenemos ese honor, nos ha dejado como punto de enseñanza que: "La vida no cuenta los pasos, sino las huellas que ella deja". Recordamos que una empresa tabacalera honra la memoria de Don Torcuato con una beca donada a la Universidad de los Llanos Ezequiel Zamora en Barinas para el desarrollo de la agricultura. Como también es importante mencionar la obra


"Historia del estado Carabobo" editada por la presidencia de la República en 1981 con atinados enfoques regionales, la cual merece su reedición. Don Simón Rodríguez, "Precursor de las escuelas técnicas en América", denominado por el Libertador "El Sócrates de Caracas", nos dejó una gran verdad: "Los hombres no nacen cuando empiezan a ver la luz del nacimiento, sino cuando ellos empiezan a brillar con luz propia". Dr. Bernardino Marvez, nos solidarizamos con usted en relación a los merecidos homenajes propuestos para Don Torcuato Manzo Núñez y para el egregio doctor Efraín Inaudy Bolívar en su fechas aniversarias. Ilustre consocio, al darle la cordial y fraterna bienvenida en nombre de la Junta Directiva, Individuos de Número y Miembros Correspondientes, le transmito la satisfacción de tenerlo como uno de los nuestros. Siéntase como

en casa propia; mucho esperamos de su laboriosidad, conocimientos e iniciativas. Deseo concluir con la I estrofa del Himno de esta ilustre Academia de Historia del estado Carabobo, obra de su autoría: Ante Dios nuestro señor y su grandeza Por los pueblos su sino y trascendencia Conservar, dar espacio a la historia Razón vital de nuestra academia Con la verdad consagrar su memoria Señores Eumenes Fuguet Borregales Gral. de Bgda. Individuo de Número Sillón Letra "S"

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DISCURSO PRONUNCIADO POR EL GENERAL RICARDO ALFONZO INOJOSA EN LA CASA DE LA ESTRELLA CON MOTIVO DEL CICLO DE CHARLAS OFRECIDAS A LA JUVENTUD VALENCIANA CON MOTIVO DEL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE VENEZUELA Valencia, 26 de Mayo de 2011

05 DE JULIO DE 1811 Apreciados y Distinguidos Alumnos Mi presencia en esta tribuna, se debe a la gentil invitación que me hiciera el distinguido e ilustrísimo Académico, abogado Dr. Domingo Alfonso Bacalao Octavio, Presidente de la Academia de Historia del Estado Carabobo con motivo de imprimir en el talento de la juventud valenciana los hechos más importantes ocurridos durante el apoteósico desafío librado por lograr nuestra independencia. INTRODUCCIÓN Hoy, ustedes y yo, vamos a transportarnos 200 años atrás dentro de nuestra historia biográfica. Lo intentaremos para investigar, escudriñar y disfrutar las razones y motivaciones que condujeron a nuestros héroes a consolidar la independencia de nuestra Patria ¡Venezuela!

1797 Con ideas similares Juan Bautista Picornell, Manuel Gual, José María España y otros criollos en Caracas y La Guaira a mediados de 1797 conducen una conspiración con la intención de destituir a las autoridades españolas y formar un estado independiente con las provincias de Caracas, Cumaná, Guayana y Maracaibo pero igualmente fueron descubiertos y enjuiciados. El General Francisco de Miranda también realiza dos expediciones en 1806 con el fin de penetrar a tierra firme. Todos estos movimientos son considerados como referencias políticas que condujeron a los sucesos de 1810 y 1811. ACONTECIMIENTO EN ESPAÑA 1809

Si queremos imprimir en nuestras mentes y gravar para siempre los acontecimientos ocurridos por lograr nuestra independencia, es necesario conocer los sucesos y contratiempos que antes y durante la gran epopeya se vieron obligados a sortear nuestros independentistas para lograrlo.

El 22 de enero de 1809, Napoleón entra a España con un gran ejército y ocupa casi todo el norte del país. Los españoles ayudados por los ingleses obtuvieron algunos triunfos importantes como el de Talavera donde lograron vencer a cinco (5) Cuerpos de Ejército. España con este triunfo, daba un ejemplo soberbio al Universo. No obstante nuevas victorias de los franceses le permitieron en marzo de 1810 sitiar a Cádiz con lo que por segunda vez, España parecía conquistada.

1795

1809

ANTECEDENTES EN VENEZUELA Apremiados por el deseo independentista no podemos olvidar los intentos conducidos por José Leonardo Chirinos, Juan Bautista Picornell y Manuel Gual. José Leonardo Chirinos incrustado en la Serranía de Coro en 1795 apoyado por negros y zambos proclama la República, la Libertad de los esclavos y la suspensión de los impuestos. Lamentablemente su intento fue dominado por el gobierno. 58

PROVOCACIÓN Y DESAFIO DE NAPOLEON BONAPARTE Para la época, el Rey Carlos IV que gobernaba en España, se hizo impopular por su complicidad con la política imperialista de Napoleón Bonaparte que gobernaba en Francia. Debido a este comportamiento, el 19 de marzo el pueblo español se amotinó y obligó a Carlos IV abdicar el trono a favor de su hijo Fernando VII (Príncipe de Asturias). Napoleón


no reconoce tal designación sino que sigue reconociendo a Carlos IV como Rey de España y mediante amenazas y presiones, obliga a Fernando VII abdicar en su favor para luego nombrar a su hermano José Bonaparte, Rey de España. TENDENCIAS CARACAS

SEPARATISTAS

EN

Cuarenta y cuatro días más tarde, el 02 de Mayo, el pueblo español se reveló y estalló una revolución armada en Madrid que se extendió a toda España y la Provincia de Sevilla le declara la guerra a Napoleón. Debido a esta situación y posterior invasión de España, comenzaron en Caracas a desarrollarse tendencias separatistas. Las reuniones más activas se celebraban en la Cuadra de Bolívar a orillas del rio Guaire. El joven Bolívar animaba las reuniones planteando frecuentemente asuntos de estado y la necesidad de la independencia. Definitivamente la victoria de los franceses sobre España, produjo el estallido revolucionario en todas las colonias americanas. 1810 DESTITUCION DE EMPARAN Al conocerse los acontecimientos ocurridos en España, en la Provincia de Caracas, se convocó al Ayuntamiento a una reunión extraordinaria para discutir los sucesos de España. La reunión se llevó a efecto el 19 de abril de 1810 donde el Capitán General Don Vicente Emparan, representante de la Corona española, fue obligado a renunciar y se nombró una Junta Suprema Conservadora de los derechos de Fernando VII que asumió el mando. Desgraciadamente este movimiento no contó con el apoyo suficiente. La mayoría del pueblo sometido por largos años a España no tardaría en pronunciarse a su favor. Esta Junta aunque se proclamó sostenedora de los derechos de Fernando VII, fue en realidad la génesis de la revolución que daría la independencia a Venezuela. El 02 de junio Bolívar, ya con el grado de Coronel y Luis López Méndez, en calidad de Diputado y Don Andrés Bello como secretario, fueron enviados a Londres a buscar apoyo del gobierno ingles. La mi-

sión a pesar de los claros puntos expuestos por Bolívar a Lord Wellesley sobre la necesidad de la independencia, no obtuvo ningún resultado. 1810 ESTABLECIMIENTO DEL CONGRESO El 11 de Junio de 1810 la Junta Suprema Conservadora de los derechos de Fernando VII convoca elecciones en todos los pueblos sometidos a su régimen. La Alocución y el Reglamento fueron redactados por Juan Germán Roscio. Según la Alocución, la Junta Suprema no representaba propiamente a todos los pueblos venezolanos ya que sus actuaciones eran provisionales. La Junta consideró, entones, que la reunión de los diputados provinciales solo incluía la representación de la Capital, Cumaná, Barcelona y Margarita, pero ciudades y pueblos del interior, quedaban sin voz y voto. Gracias a la divina providencia, las Provincias de Cumana, Barcelona, Margarita, Barinas, Mérida y Trujillo, se sumaron a la de Caracas y reconocieron la Junta de Gobierno sostenedora de los derechos de Fernando VII. Con tal precedente, la Junta estableció elecciones de dos grados y un Reglamento que impedía reuniones tumultuarias. 1.- Nombramiento de electores por parroquias a razón de un elector por 500 habitantes y otro más por exceso de 250. 2.- Los electores parroquiales elegirían los diputados principal y suplente, a razón de uno por cada 20.000 habitantes y uno más por el exceso de 10.000. Los votantes debían tener 25 años o estar casados y vivir en casa abierta. Si vivían sirviendo en una casa ajena deberían disponer de por lo menos dos mil pesos en bienes muebles o raíces. Este tratamiento se hacía para asegurar el dominio de la aristocracia criolla. El número de diputados alcanzó a 42 por las siete provincias venezolanas donde hubo elecciones. Las Provincias de Coro, Margarita y Guayana se declararon en favor de España. Los Corianos apresaron a los comisionados que había enviado Caracas para invitarles a unirse a ellos. 59


Caracas reaccionó enviando tropas al mando del Marqués del Toro quien enfrenta las fuerzas de Don José Ceballos, comandante militar de Coro. Así se inicia la lucha entre españoles y americanos que duraría más de 20 años 1811 La Junta Conservadora o Cuerpo Conservador de los derechos de Fernando VII que luego se va a llamar CONGRESO NACIONAL por boca de los revolucionarios, se reunió el 02 de Marzo de 1811 en la casa del Conde de San Javier y luego las sesiones continuaron en el Convento de San Francisco. El primer presidente de este Congreso fue el Dr. Felipe Fermín Paúl Instalado el Congreso, la Junta Suprema declinó ante él, sus poderes. El Cuerpo procedió a elegir un Poder Ejecutivo compuesto por tres miembros que se turnaban mensualmente para el ejercicio de sus funciones. El 28 de Marzo fueron elegidos para el Poder Ejecutivo a Cristóbal Mendoza, Juan de Escalona y Baltasar Padrón. También se eligieron suplentes del poder ejecutivo, Secretaría de Estado, Secretaría de

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Guerra y Marina, Secretaria de Gracia y Justicia, de Hacienda, Cancillería y otros. Se procedió a formar un consejo para asesorar al gobierno. Se constituyó la Alta Corte de Justicia y se tomaron otras medidas de carácter político-administrativo. El Congreso nombró comisiones para reparar la constitución y los códigos civiles y penal, así como para establecer la ley sobre la libertad de prensa y la relativa a la provisión de beneficios eclesiásticos DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA DE VENEZUELA El Congreso ya elegido por los revolucionarios el 02 de marzo con la representación de siete (7) provincias confederadas, se reunió el 05 de julio de 1811 decretando la Independencia de Venezuela. Esta declaración se basaba en que el pueblo era de hecho, independiente de España desde la renuncia forzada de Emparan el 19 de abril de 1810. DENUNCIAS DEL LIBERTADOR Para Confirmar una vez más, la estatura política del Libertador, vale la pena recordar las denuncias que Bolívar hizo públicas, tres días antes de la declaración de nuestra independencia.


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DISCURSO PRONUNCIADO EL 3 DE JULIO DE 1811 EN LA SOCIEDAD PATRIÓTICA DE CARACAS, POR EL CORONEL SIMÓN BOLÍVAR

No es que hay dos Congresos. ¿Cómo fomentaron el cisma los que conocen más la necesidad de la unión? Lo que queremos es que esa unión sea efectiva y para animarnos a la gloriosa empresa de nuestra libertad; unirnos para reposar, para dormir en los brazos de la apatía, ayer fue una mengua, hoy es una traición. Se discute en el Congreso Nacional lo que debiera estar decidido. ¿Y que dicen? Que debemos comenzar por una confederación, como si todos no estuviésemos confederados contra la tiranía extranjera. Que debemos atender a los resultados de la política de España. ¿Qué nos importa que España venda a Bonaparte sus esclavos o que los conserve, si estamos resueltos a ser libres? Esas dudas son tristes efectos de las antiguas cadenas. !Qué los grandes proyectos deben prepararse con calma! Trescientos años de calma ¿no bastan? La Junta Patriótica respeta, como debe, al Congreso de la Nación, pero el Congreso debe oír a la Junta Patriótica, centro de luces y de todos los intereses revolucionarios Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana: vacilar es perdernos. Que una comisión del seno de este cuerpo lleve al Soberano Congreso estos sentimientos.

1812 A comienzo del año 1812 estallan movimientos subversivos contrarios a la independencia en las ciudades de Coro y Guayana. Para la fecha el gobierno constituido, presentaba problemas en el manejo de la cosa pública. Tampoco supo manejar las rentas y no se ocupó de organizar un ejército disciplinado para defenderse. Pero lo peor de todo, fue la inestabilidad política ya que no contaba con la confianza del pueblo. La mayoría tenía tendencia a favor de la Corona Española. VALENCIA CAPITAL FEDERAL Para el 15 de febrero de 1812, el Congreso se había disuelto y se nombra a Valencia Capital Federal. Efectivamente el 21 de marzo, se reúne el Congreso en Asamblea Extraordinaria y se elige el nuevo Poder Ejecutivo recayendo los cargos en los ciudadanos: Francisco Javier Ustariz, Fernando Toro y Francisco Espejo. Para finalizar recordemos que el Acta de nuestra Independencia fue firmada en el Palacio Federal de Caracas por los congresistas el 07 de julio de 1811, el primero de nuestra independencia. El documento estuvo por años extraviado hasta que fue encontrada en la ciudad de Valencia. Muchas gracias por haberme acompañado en este acto.

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FERNANDO PEÑALVER Rafael Agustín Pinto Prada Individuo de Número de la Academia de Historia del Estado Carabobo , sillón letra "L"

Del Oriente a la Valencia del Rey Había nacido por allá en el Oriente de Venezuela en costero pueblo de Píritu, centro de unas famosas misiones de capuchinos aragoneses, en la provincia de Barcelona, en el año de nuestro señor de 1765, no conociéndose en nuestra historiografía el día exacto de su venida al mundo. Fruto de la legítima unión de Pedro López de la Fuente Peñalver Ortiz y Francisca Luisa Pellón Candía, descendientes de ricos terratenientes del oriente venezolano. Al calor del hogar recibió su primera educación, que probablemente hubo de continuar en los reputados conventos de Píritu o de Barcelona, además posiblemente haya realizado estudios en Santo Domingo y Trinidad, ya que dominaba tanto el idioma inglés como el francés. Desde muy joven Fernando se dedicó al comercio y mantuvo relaciones con comerciantes de La Guaira y Puerto Cabello, situación que le llevo en un futuro a radicarse en tierras carabobeñas por allá hacia los 1800, donde el clima y la luz de la villa del Rey lo seducen, la tierra es buena para la siembra. En los aledaños de la actual capital de Carabobo, se decide por la agricultura fundando la conocida hacienda "Los Aguacates". Y se hace agricultor, con más o menos buena fortuna. Su trato es respetuoso y cordial para con las gentes entre quienes se mueve, Pronto se gana el afecto y estima de los valencianos. El barcelonés austero, sobrio; sabe dar oportunos consejos, sin que esto quiera decir que es un consejero de profesión, lo que estaría reñido con el buen gusto de que siempre hizo gala, tanto en su vida privada como en sus actividades públicas. Su familia llegó a ser una de las más ricas de la región. 62

Humboldt se hospedó en la hacienda que tenían en Guacara en 1800. El alemán escribió: Fernando: educado como su hermano, igual de flaco, pero más alto y creyéndose un Adonis, engreído, los primeros días hablaba de Raynal, Enclyclopédie, libertad para los humanos. Pero luego salió a relucir toda la bajeza humana. El portugués decía que había que fundar una república blanca, en un tiempo en que la República Francesa, como no se duda, ha vuelto a introducir la esclavitud y cuando Francia está en guerra con España; en la República blanca no les dan ni a los mulatos libres derechos, los esclavos sirven a sus amos de rodillas, estos venden los hijos de los primeros. ¡Ese es el resultado de la Ilustración Americana! ¡Prohibid vuestra enciclopedia y vuestro Raynal, gente desvergonzada! Peñalver Un Caballero Excepcional Halla en Angostura hoy ciudad Bolívar en la casona donde celebró sus sesiones el Congreso de Angostura, los pensamientos de Peñalver pululan frente al sonoro Orinoco, mientras se está reuniendo el Congreso más trascendental de toda la historia venezolana. Bolívar dice: "Séame permitido llamar la atención del Congreso sobre una materia que puede ser de una importancia vital. Tengamos presente que nuestro pueblo no es el europeo, ni el americano del norte; que más bien es el compuesto de África y América que una emanación de la Europea; pues hasta la España misma deja de ser europea por su sangre africana, por sus instituciones y por su carácter. Nacidos todos del seno de una misma madre, nuestros padres, diferentes en origen y en san-


gre, son extranjeros, y todos difieren visiblemente en la epidermis: esta desemejanza trae un reato de la mayor trascendencia"

Juan Germán Roscio, Francisco José Yanes, Andrés Bello, Simón Rodríguez y Cristóbal Mendoza, entre otros, Peñalver era un hombre de esta casta.

Allí están, entre otras figuras gloriosas, al lado de Bolívar, un Juan Germán Roscio, un Diego Bautista Urbaneja, un Fernando Peñalver. En este sentido comenta José Gil Fortoul (1954:67), lo siguiente: "Entre todos, estadistas y jurisconsultos notables, Peñalver ejercía la mayor influencia sobre Bolívar, a quien no sólo tuteaba sino que solía también contradecirle e imponerle su sensato dictamen".

Ese abril de 1810, Peñalver, como la mayoría de los hombres de talento de Venezuela, no vacilan un solo instante en adherirse fervorosamente a la construcción de la patria. Para estos tiempos Fernando contaba con cuarenta y cinco años, edad en que generalmente los hombres de aquellos tiempos no estaban prestos a abordar contratiempos y sinsabores, no obstante él siente su deber patriota en el alma y quiere una Venezuela que alumbre con luz propia en el concierto de las naciones libres. Sin dudarlo se traslada a Caracas desde sus haciendas, para dar comienzo a una lucida vida pública y la Nueva Valencia del Rey le ve partir decidido y firme hacia su destino que no es otro que lucha por la patria.

Es así como un individuo de la calidad moral y ética como Fernando Peñalver desempeña un rol de trascendencia en el Congreso de Angostura. Bolívar le oye. Bolívar lo consulta. No es Peñalver ningún novato en asuntos parlamentarios, sus pasantías por el Congreso y la Constituyente de 1811, lo han curtido en su calidad como legislador. Además de su indiscutible bagaje cultural y de su sobresaliente inteligencia, él es de los que vienen de los orígenes de la República. Es una figura destacada en los acontecimientos que se desarrollan desde el 19 de abril de 1810 y que finalizan con la firma del Acta de Independencia. Atendiendo al llamado de la Patria Las importantes nuevas vuelan con el viento, hasta llegar a los ,más apartados rincones de un territorio con una velocidad sorprendente. Es así como en la Venezuela de comienzos del siglo XIX, cuando las carreteras prácticamente no existían eran bien difícil conocer con prontitud las noticias importantes. No obstante, pronto llegó a Valencia y los oídos y vista de Peñalver el hacendado ilustrado, la buena nueva de los sucesos de Caracas del 19 de abril de 1810. Peñalver para ese momento, es uno de esos hombres de nuestra patria influenciado por las ideas de la ilustración, definiendo en ellos un carácter ante todo libertario y republicano, fundamental en la creación de la nación venezolana. Estos hombres eran esencialmente civiles, intelectuales y profesionales de diversas áreas del saber, médicos, abogados, filósofos, educadores, teólogos, nombres tales como

Luego de desarrollados los acontecimientos del 19 de abril en Caracas, dos día después ya Peñalver esta en actividades patrióticas. Recibida la noticia, se puso en marcha, al frente de un grupo de valencianos y dio un paso al frente en apoyo a la Republica naciente. Desde aquel momento, Valencia abraza con fervor la causa de la Independencia, a pesar de los problemas generado por un pequeño grupo de la sociedad valenciana que ocurrirían en 1811 con el desconocimiento de la independencia. Aún así para este momento en 1810, Valencia elige a Fernando Peñalver como Diputado al primer Congreso Constituyente de Venezuela. Ya instalado el Congreso en Caracas, Peñalver interviene el 25 de junio de 1811, aludiendo la situación política de la península y sobre la disolución de los pactos entre el pueblo español y el Monarca, a consecuencia de la renuncia y cautiverio de Fernando VII. Ha sido tal presión ejercida por la "Sociedad Patriótica", que el 3 de julio el Presidente del Congreso expresa "ya es momento de tratar sobre la independencia absoluta". Desde luego, Peñalver está de acuerdo. En sus adentros siempre ha estado de acuerdo con los miembros de la Sociedad Patriótica, en sus ideas independentistas. El 5 de julio de 1811, volvió a reunirse el Congreso en la capilla de la Universidad, donde hoy funciona el Concejo Municipal de Caracas. Antonio Nicolás 63


Briceño dice que "aunque las discusiones sean públicas, sea secreta la votación, para impedir los involuntarios excesos que el pueblo en sus entusiasmo puede cometer contra el decoro de este lugar sagrado por su anterior destino y sagrado por el que ahora tiene". Fernando Peñalver, como es de imaginar, se opone a la insinuación de Briceño sobre votación secreta. Intervienen algunos diputados; pero Peñalver hace uso de la palabra nuevamente y expone: "Convengo en que se respeten las instrucciones que nos hayan dado nuestros comitentes; pero también debe respetarse la pluraridad del Congreso. Queden pues en libertad para seguir sus instrucciones los que las tengan contrarias a la Independencia, y no de voto sobre ella. Creo fútiles los peligros que se nos presentan; pero aunque fuesen sólidos y efectivos, no por eso debemos desmayar, sino doblar nuestra energía para vencerlos. Siempre habrá inconvenientes, y es bien sabido que para ser libre un pueblo, basta que quiera serlo." Tras largo y encendido debate contradictorio, finalmente la mayoría se pone de acuerdo y ese día culmina con la declaración de nuestra Independencia. Es oportuno recordar que Fernando Peñalver presidió en un turno el Congreso de 1811. El 11 de julio de 1811, comenzaron los movimientos reaccionarios contra la naciente república. Ese día numerosos canarios se amotinaron cerca de Caracas, dando vivas a Fernando VII y mueras a los patriotas , pero la cosa no paso de ahí, pues los canarios fueron dominados fácilmente. No obstante , el mismo 11 los grupos reaccionarios de Valencia se levantan en armas. El Poder Ejecutivo en uso de sus funciones dadas por el Congreso, envía tropas a Valencia, al frente de las cuales marcha el marquez del Toro. Luego de un mes de combates los patriotas recuperaron Valencia. Adiós a la Primera República y la llegada de la Guerra Mil ochocientos doce, un mal año para la revolución de independencia, lleno de calamidades, Monteverde, y su agresividad terrible; los realistas 64

de Coro y Maracaibo triunfantes. En ese momento en Caracas, todo es destrucción y desolación, a causa del terrible terremoto del 26 de marzo. La Guaira, San Felipe, Barquisimeto, El Tocuyo, Mérida y otras poblaciones venezolanas fueron víctimas del sorpresivo movimiento sísmico. Sostiene nuestra historiografía que sólo en Caracas murieron más de diez mil personas. La situación se hace desesperante y caótica para aquellos hombres que luchan por la independencia. El Congreso es disuelto, y Miranda es nombrado Generalisimo y dictador, otorgándole poderes extraordinarios. Aún así pese a todos los esfuerzos, Miranda otrora vencedor en grandes campos de batalla, es vencido y se diluye la primera república. Los representantes más connotados y significativos de la naciente república van a la cárcel. Las mazmorras y calabozos de la prisión de La Guaira se honran con sus prisioneros. Allí están Miranda, Escalona, Ustaríz y otros. Allí, encadenado se encuentra Fernando Peñalver, quien luego, en unión de otros compañeros de ideales, es transportado a Puerto Cabello. Son padecimientos sin fin; pero lo que predomina es la voluntad y el deseo de hacer de Venezuela una tierra libre y soberana. Mientras Bolívar avanza hacia Venezuela con triunfos en el Magdalena y de Manuel Piar en Maturín, el año 13, Peñalver obtiene la libertad indultado por las Cortes de Cádiz y finalmente logra reunirse con el Libertador en Valencia, después de la derrota de los españoles en Taguanes, en el avance triunfante de la Campaña Admirable. Con esos vaivenes de estabilidad para los patriotas que constituyeron esos primeros años de guerra, una vez más los españoles se recuperan, y Bolívar, comprendiendo que era imposible defender a Caracas, emprende la retirada hacia el oriente del país, seguido de miles de emigrados que huyen de las atrocidades de Boves, cuyo solo nombre inspira pavor. Allí va Peñalver, siempre fiel a Bolívar, como pocos, y en esta emergencia demuestra una vez más el recio temple de su espíritu y su entrega plena por la causa republicana. Mucha gente perece en el camino. Los acosan el hambre, las enfermedades y los


realistas. Los que llegan a Cumaná se embarcan cuando pueden hacerlo, unos hacia Margarita, otros hacia las Antillas. Pero de seguro que en ninguno ha desmayado el ideal. Por el contrario ahora son más patriotas que nunca. Fernando Peñalver, parte a tierras extrañas, entonces las islas de Saint Thomas y Trinidad son el destino del desterrado Peñalver. Está pobre. En la lucha a perdido como muchos otros sus bienes de fortuna. En el destierro conserva el animo y la esperanza de volver a la patria. La vuelta a la patria, Angostura y el Correo del Orinoco En el año 17, la suerte cambia para los patriotas, se muestra muy favorable para la Independencia. Al tanto de la victoria de nuestras armas en Oriente, Guayana y los Llanos, Fernando Peñalver emprende el regreso a la Patria. Entra por el Orinoco, acompañado de sus ideas y de una poderosa arma una imprenta. En esa imprenta de a editar el "Correo del Orinoco", máximo vocero de la Independencia; órgano de expresión escrita de la causa. A poco de su llegada a Guayana, Peñalver es nombrado Intendente, Consejero de Estado y miembro interino del Consejo de Gobierno en ausencia del Jefe Supremo. Contribuye a la convocatoria del Congreso de Angostura. Bolívar le reconocerá siempre en público, y en un carta dirigida al propio Fernando repetirá lo que antes ha dicho verbalmente a sus amigos. El Libertador reafirma su amor a Venezuela y a sus hombres buenos, a través de Fernando, que está identificado con él. Y de paso aprovecha para enviarle un recado a Páez. Emisario a Londres y el Congreso de Cúcuta Al poco tiempo de instalado el Congreso de Angostura, Peñalver es enviado en comisión a Inglaterra, en unión del general Vergara: van en solicitud de auxilios de aquella nación para continuar la guerra de Independencia. Durante ocho meses reside Fernando en Londres. Su misión es de suma importancia y la está cumpliendo cabalmente, con la responsabilidad que se le caracteriza. Más al vencerse los

ocho meses, es relevado por el Dr. Zea. Retorna a Venezuela. En Angostura vuelve al seno de la representación nacional. Quizás aquí él es más importante y útil que en Inglaterra. Los mese de estadía en Londres los ha invertido bien y a satisfacción de Bolívar. Era 1820, y el gobierno de Angostura le enviaba a Inglaterra a solicitar un empréstito de tres millones de pesos. Allí se encuentra con Luís López Méndez. López Méndez, después de ocupada Guayana por los patriotas en 1817, había organizado expediciones de voluntarios y remitido al país elementos de guerra, con lo cual comprometía con una fuerte suma el tesoro de la República. Peñalver iba precisamente a resolver este asunto en que la Patria aparecía endeudada y sin dinero con que pagar. Más tarde el propio Bolívar habría de lamentarse por haber hecho retornar a Peñalver, ya que Zea, científico más que administrador, no dio con los mimos excelentes resultados de el hombre de Piritu. En 1821 Fernando Peñalver es elegido por la provincia de Cumana, para que la represente ante el Congreso colombiano que iba a reunirse en Cúcuta. Como es de suponerse, Peñalver acepta tal distinción, y helo aquí nuevamente preparado al servicio de la libertad. Llega a Cúcuta, asiste al Congreso y es objeto de la franca admiración de los congresistas y del pueblo. Es más: ocupa la tercera Presidencia del mencionado Congreso, el primero de Colombia. Estando todavía Peñalver muy ocupado con las labores del Congreso de Cúcuta, cuando es llamado urgentemente por Bolívar a Caracas. Llega a Caracas y Bolívar lo pone al frente de la Dirección de Rentas de Venezuela, empleo en el cual estuvo hasta que el cargo fue suprimido. Recuérdense los años de comerciante y de agricultor de Fernando, labores que abandona por la lucha por la Independencia; más véase siempre en funciones administrativas para las cuales tiene una enorme capacidad, siendo Bolívar el primero en así reconocérsela. Es, pues, hábil y honesto en materia política, excelente parlamentario y buen administrador de los bienes nacionales. 65


Al abandonar - por eliminación del cargo - la Dirección de Rentas de Venezuela, Fernando Peñalver desea sinceramente retirarse de toda actividad política; se siente cansado; los años avanzan, pero el descanso todavía no llegará. Primer Gobernador de la Provincia de Carabobo Volverá a Valencia, a quien representó como diputado por allá en 1811, pero no retirado de la vida pública, sino a ponerse al frente de la Gobernación de la Provincia de Carabobo, en 1824 de manera interina y en 1825 el vicepresidente Santander lo ratifica en el puesto. Peñalver, como Gobernador de Carabobo y hombre fiel a Bolívar y respetuoso de las leyes de Colombia, sostiene en Valencia con la lealtad que le caracteriza, la Constitución y el Gobierno legítimo, pese a las pasiones turbulentas y caóticas del momento. Se trata de la llamada "Cosiata". La idea de separar a Venezuela de Colombia se manifiesta con hechos graves. El Senado a suspendido a Páez de su cargo de comandante militar y lo ha sustituido por Escalona. Llamado urgentemente a Bogotá, el héroe llanero se pone en camino hacia aquella ciudad seguidamente. Pero, al llegar a Valencia, la municipalidad de esta ciudad, obligada por un motín, hace que Páez reasuma el mando, pese a los esfuerzos de Peñalver. El Libertador se pone en acción para sofocar la rebeldía. Llega a Maracaibo y desde esta ciudad escribe a Páez y anuncia su llegada a Puerto Cabello donde arriba el 01 de enero de 1827, expide un decreto por el cual confirma a Páez la autoridad civil y militar de Venezuela. Páez va a recibir a Bolívar. Juntos entran en Valencia, donde se halla Peñalver. Y juntos finalmente - Bolívar y Páez - hacen su entrada como buenos amigos en la ciudad de Caracas. En estos tiempos la salud de Peñalver se torna delicada, tanto es así que fue elegido diputado a la Convención de Ocaña, y no pudo asistir por esta causa. Además, este cargo de Gobernador de Carabobo le causa muchos sinsabores. El es ajeno a las intrigas. Nunca ha sido hombre de maquinaciones y componendas. Su rectitud es de todos conocida. Resuelve renunciar, y así lo hace. 66

El Hogar y la Familia Durante su estadía en Trinidad, Fernando se había casado con Juana Peñalver y Peñalver, una sobrina suya, en la que tiene su única hija María Francisca. Fue un matrimonio sin luna de miel, pues como hemos dicho antes, Peñalver no abandona un solo instante la lucha por la Independencia. Recién casado, se le encuentra comprando armas en Saint Thomas y Trinidad, adquiridas con lo que le queda de su propio peculio, y se las envía a Bolívar. En carta fechada el 6 de agosto de 1817, que Peñalver conserva en sus archivos, el Libertador le dice: " Mi querido amigo: Oportunamente he recibido las dos apreciables de usted, el 23 de junio y el 24 de julio, en que se contrae usted casi exclusivamente a las contratas que pueden celebrase para proveernos de armas y municiones…..". Y, más adelante: "Trabaje usted, amigo, en inspirar confianza a esas gentes, y en procurarnos los medios únicos que nos faltan para ver libre a nuestra patria". En tales circunstancias nace María Francisca. El 1 de septiembre de 1817, Bolívar le escribe nuevamente. En esta carta le exige encarecidamente que regrese a la patria y que traiga una imprenta para contrarrestar los ataques que lanzan los españoles contra la causa republicana desde las columnas de la Gaceta de Caracas. Dice así un párrafo de tal correspondencia: "Sobre todo, máneme usted de un modo u otro la imprenta, que es tan útil como los pertrechos". Peñalver hace un desesperado esfuerzo económico, comprometiendo lo que restaba de su fortuna, y compra la imprenta. Más no la envía sino que viene con ella. Y trae a su mujer y a su hijita recién nacida. La vida privada de Peñalver parece estar signada con la tragedia. En 1821, se halla en Cúcuta, donde realiza una admirable labor; pero su felicidad hogareña se enturbia con la muerte de su esposa. El matrimonio ha durado poco más de cinco años. María Francisca ha quedado huérfana. Ante esta desgracia, Bolívar, que se halla en Barinas, toma la pluma y escribe a su amigo una carta que más que pésame


y cumplido es un mensaje doloroso de solidaridad en el drama íntimo.

usted cuánto me agradaría tener ahora a Peñalver, aquí, conmigo, a mi lado.

También se sabe por esta carta de Bolívar, el estado de pobreza y de privaciones en que había vivido últimamente Fernando. La familia de Peñalver, como es natural, ha sufrido las consecuencias. Recordemos que sus padres eran ricos terratenientes orientales emparentados con nobles familias del centro de Venezuela.

Entre tanto, Fernando trata de revivir su vieja hacienda de Los Aguacates. Y es objeto de la veneración de los valencianos.

Fernando era autodidacta. Es decir, por sus propios medios se ilustró en materia política, en economía y en leyes. Para 1828 Peñalver ya con 63 años se siente cansado, su única alegría es María Francisca. Por ella siente deseos de vivir muchísimos años más. Po unos meses se instala Fernando y María Francisca en su casa del centro de Valencia, muy cerca al punto donde en la actualidad está la Plaza Bolívar de esta ciudad. La Separación de Venezuela de la Gran Colombia y sus últimos años en la política Con profundo pesar Fernando ve la ruptura de la Gran Colombia. Es la disolución del sueño más amado de Bolívar. Piensa en el Libertador. Sabe ahora que está enfermo y que se encuentra de reposo en Santa Marta. En la mañana del 4 de junio de 1830, Sucre es asesinado, mucho sufre Bolívar - esto lo sabe más tarde Peñalver- , y ni siquiera puede realizar su proyecto de irse al exterior, por falta de recursos pecuniarios y por la enfermedad que empieza a devorarle. El 1 de diciembre llegó a Santa Marta: tan débil estaba físicamente el Libertador que hubo que cargarlo para recostarlo en su última morada. Conversando con Reverend, dedicará un recuerdo a Peñalver. Dice, con voz que se le apaga: Es el mejor padre, el mejor amigo, el más honesto ciudadano. Fue tierno esposo. Bello modelo de virtudes públicas y privadas, Peñalver es hombre de modales cultos, trato dulce y afable…. Pero el doctor le aconseja descansar y le señala la conveniencia de no hablar mucho, en beneficio de su salud. No obstante Bolívar agrega: - No sabe

María Francisca le hace más dulces las horas, cuando con su compañía sueña con su futuro y se reconforta. En el año 1831, Peñalver es elegido por la Provincia de Carabobo como Senador al Congreso de Venezuela. Una vez más Valencia da pruebas de su integridad revolucionaria, de su profundo respeto a los hombres de valer. Pero ya la salud de Don Fernando está muy decaída. Los años de hambre, de privaciones, de persecuciones; la muerte de su esposa en la mayor pobreza, han minado su organismo, y el hombre enérgico de la emigración a oriente ya no es ni su sombra. Tiene sesenta y seis años. Peñalver y su último viaje En medio de una Venezuela cada vez más agitada por las pasiones políticas, llega el mes de mayo del año de 1837. Don Fernando, en gran ciudadano Peñalver, se halla en cama desde hace días. Amigos y parientes cercanos le rodean. Toda la buena gente valenciana se preocupa por la salud del ilustre patriota, del venerable anciano, símbolo verdadero de honestidad y decoro. El 07 de mayo de 1837 es una fecha que no debe borrarse de la conciencia de los venezolanos: serenamente, con los pies livianos, Fernando Peñalver, hace su último viaje. En el cielo de los próceres, donde Bolívar su entrañable y comprobado amigo le espera. Sus restos reposan en el Panteón Nacional. FUENTES BIBLIOGRÁFICAS ALMARZA, Ángel.19 de Abril de 1810 último acto de fidelidad al Rey de España. Editorial Libros Marcados. Caracas. 2010. DICCIONARIO BIOGRÁFICO DE VENEZUELA. Editores Garrido Mezquita y Compañía. Madrid. 1953. 67


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Ensayos

Boletín de la Academia de Historia del Estado Carabobo Nº 15 - Edición Especial 2010

HISTORIA DE LA IGLESIA SANDIEGANA Julio César Centeno Rodríguez (Cronista Oficial de San Diego) Individuo de Número Sillón Letra "I" de la Academia de Historia del Estado Carabobo

PRESENTACIÓN Leída la historia sucinta del templo sede de la Parroquia San Diego de Alcalá y Nuestra Señora de la Candelaria, alzado en el hermoso Valle de San Diego, inscrita por Julio César Centeno Rodríguez, cronista oficial de San Diego, quiero destacar lo acucioso y preciso de su investigación, apegada a las fuentes documentales, información que con especial cuidado obtuvo en los archivos de las Arquidiócesis de Caracas y Valencia. Esta sencilla historia, refresca nuestro espíritu y nos hace querer cada día más a nuestra Iglesia Católica, engalanada por el trabajo y esfuerzo de muchos hombres y mujeres, quienes a través de los siglos nos han dejado un precioso legado imperecedero de fe cristiana, amor a la gente y al terruño.

+ REINALDO DEL PRETTE LISSOT Arzobispo de Valencia NUESTRA MADRE: Origen de una Devoción Reiteradamente hemos afirmado que uno de los tesoros arquitectónicos que se registran en las páginas del álbum colonial del estado Carabobo, es nuestro histórico templo San Diego de Alcalá y de la Candelaria, que se encuentra enclavado en pleno corazón del casco histórico de San Diego, frente a la Plaza Bolívar, eternamente vigilado por las cumbres del legendario Maco Maco, en la intersección de las calles Cumaca y Sucre. Tal es su aquilatado

valor patrimonial -como testigo y espejo de una época- que fue declarado Monumento Histórico Nacional por la Junta Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación, según Resolución de fecha 28 de julio de 1960, publicada en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela, Nro. 26.320, de fecha, martes 2 de agosto de 1960(1). La referida arquitectura, como hemos podido comprobar en el Archivo Histórico Arquidiocesano de Valencia, que en la actualidad funciona en el Archivo Mons. Dr. Gregorio Adam, con sede en el Seminario Mayor Arquidiocesano Nuestra Señora del Socorro, situado en la Urbanización San Antonio de la otrora hacienda Monteserino del Municipio San Diego; fue construido a principios del año 1755 por el cura doctrinero de San Diego de Alcalá y San Antonio de Padua de Los Guayos, Lcdo. Joseph Manuel Grezala y Aguirre, bajo la advocación de Nuestra Madre(2), que según investigaciones realizadas, podemos confirmar que se trata de Nuestra Madre María, bajo el título canario de la Candelaria, como apreciaremos más adelante. Para la construcción del emblemático recinto, donde se concentra con mística fe cristiana el pueblo creyente, para elevar sus oraciones a la patria sagrada del infinito, el Lcdo. Grezala y Aguirre, comisionó a un sinnúmero de personas para recolectar limosnas "tanto por las calles de la costa y sus contornos, como por los llanos hasta Guanare"(3) e impuso a los vecinos blancos, pardos e indios, una colaboración espontánea en dinero, sin más interés que ser la Casa de Dios(4). 69


Nótese, como veremos en el párrafo que transcribiremos, que dicha colaboración espontánea, se transformaba, leoninamente, en una sanción penal de carácter monetario, violando coercitivamente la voluntad de los colaboradores en la mano de obra para la construcción de la Iglesia: Algunas de las cuadrillas le dijeron al dicho declarante que por la semana que ellos faltaban al trabajo, les cobraba el dicho Padre Grezala a razón de dos reales por día(5). Sanción que consideramos onerosa, si tomamos en consideración que el salario semanal que para la época ganaba un obrero era un peso macuquino (6), es decir, ocho reales de plata (2 tostones*). Se desprende del documento que hemos venido desglosando, que la fábrica de la Iglesia, en su etapa inicial, salió prácticamente gratis, como constataremos en las siguientes citas: que la fábrica de la Iglesia Nuestra Madre no ha tenido ni tiene como es público, otro costo que el que pudieran hacer a los maestros de obra. Sin más costo que el de los Maestros y que muchos de estos le han dicho, al dicho declarante que no fueron pagos por entero. Ni han tenido más costo que el de los maestros de la obra y no sabe si están pagos por entero(7). Estas pruebas testimoniales del juicio realizado contra el Lcdo. Grezala y Aguirre, nos aseguran que el costo de la obra fue realmente ínfimo, y a ellas debemos agregar, que la madera utilizada para la construcción, fue arrastrada por tres yuntas de bueyes desde La Cara Cara(8) gratuitamente, al igual que las piedras y la arena, que con certeza provenían del Cúpira y el San Diego. Durante la evacuación de pruebas de testigos, del juicio contra el Lcdo. Grezala -quien también levantó las primeras actas de entierro que conocemos, 1748 - 1753(9) - sorpresivamente encontró la 70

muerte a finales de 1755, cerrándose en consecuencia la causa; dejándonos como preciado legado la obra por él iniciada: Origen de una devoción. ENTREGA DEL TEMPLO NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA Y EL SEÑOR SAN DIEGO En 1760, gracias a la capacidad de trabajo y el tesón que le imprimió a la obra el cura interino de los pueblos San Diego y Los Guayos, Lcdo. Don José Alfonso de Armas, el templo quedará prácticamente concluido en su totalidad, como se confirma en el inventario levantado por el referido sacerdote, relativo a los bienes pertenecientes a la Santa Iglesia del glorioso San Diego de Alcalá de la jurisdicción de la Nueva Valencia del Rey. Y para nuestro contento, pudimos despejar, en la parte in fini del documento, una incógnita histórica, que se fue tejiendo en el telar del tiempo, referente a la advocación del templo desde sus orígenes, pudiéndose comprobar que estaba bajo la protección de Nuestra Señora de la Candelaria y el Señor San Diego(10). Con anterioridad a la construcción del inmueble, el templo pajizo que existía era conocido como Iglesia del Valle de Don Diego (cacique o principal que le dio nombre al valle), como apreciaremos más adelante en documento que presentaremos. El Lcdo. Don José de Armas, en su condición de cura doctrinero de San Diego y Los Guayos, construyó el bautisterio; coro alto de dos escaleras, con su ventana a la calle; tres escaleras a la torre con su tablero; entejó media iglesia, con 2.000 tejas fabricadas en un horno reparado por él; colocó tres puertas nuevas con sus aldabas y una serie de mejoras, entre las que se cuentan, los aleros de la iglesia(11). Finalizanda la obra, la entregó con todos sus haberes, el domingo 23 de noviembre de 1760 a los naturales de San Diego, especialmente a José Hilario Álvarez, indio tributario, firmando como testigos del Acto, Don Bartolomé José Norzagaray, Don José Victorino Hernández y Luis López(12).


VISITA PASTORAL DEL OBISPO MARIANO MARTÍ Durante los días comprendidos del 3 al 7 de noviembre de 1781, llega al valle de San Diego en Visita Pastoral, el ilustre Obispo de la Diócesis de Caracas o Venezuela, Dr. Don Mariano Martí (Bráfim; 24/12/1721 - Caracas; 20/02/1792), proveniente del Curato de Guacara, donde recoge las inquietudes planteadas por el cura doctrinero de Guacara, Don Lorenzo Lovera(13), de que existen dos anexos de Guacara, el uno, San Diego y el otro, San Antonio de Los Guayos, y que él personalmente no los puede asistir por la distancia y el número considerable de parroquianos y tiene un Teniente Cura que atiende los dos pueblos; de ahí que sea necesario nombrar un cura para cada pueblo, para beneficio de los indios y demás fieles. A la vez solicita, se le prive del cargo de ocuparse de San Diego y Los Guayos(14). Efectivamente, el ilustre prelado, atendiendo la petición del padre Lovera, así lo proveyó y firmó en el pueblo de Los Guayos el día 7 de noviembre de 1781(15). Con motivo de haver hecho dimición el Cura de Guacara, de los supradichos dos pueblos de San Diego y Los Guayos, y haverse pedido por los vecinos del pueblo de San Diego la desmembración de éste, y atendida la necesidad de haver en cada uno Ministro propio, se proveyó auto en 7 de Noviembre de 81, señalando sus respectivos términos a cada pueblo, y mandado remitir el mismo auto en dos testimonios, el uno al Señor Vice Patrono, para que se sirva acceder a la separación de dichos pueblos y erección en Parroquias distintas y separadas de Guacara y otro al Señor Proveedor para que proceda a evacuar las demás diligencias(16). El texto citado ha conducido a distintos historiadores a confirmar, de forma errónea, que la fecha de erección canónica de la parroquia eclesiástica de San Diego de Alcalá, es el día 7 de noviembre de 1781.

La fecha correcta es 22 de noviembre de 1785, según Decreto del Obispo Martí (17), desmembrándose, conjuntamente con la de San Antonio de Los Guayos, como sufragánea de la parroquia matriz de Guacara, perteneciente al vicariato de Valencia. En documento que hemos consultado, que reposa en el Archivo Histórico Arquidiocesano de Caracas, fechado en 1785, encontramos los límites de la parroquia a que hace mención el obispo Martí, en el auto ut supra citado: Por el oriente el Portachuelo de San Diego y cumbre de Macomaco, lindero del Curato de Guacara; al poniente el sitio de la Calera, inclusive, lindero del Curato de la ciudad de Valencia: al norte el pie del cerro de Patanemo, lindero del Curato de este nombre; y al sur la mitad de la distancia entre este pueblo (Los Guayos) y la de San Diego, el Curato de San Diego, consiste en dos leguas de oriente a poniente, y cuatro de norte a sur (18). Por el alto valor histórico-documental, que representa el inventario levantado por el ilustre Don Mariano Martí, referente a los bienes de la Iglesia y el estado como se encontraba durante su Visita Pastoral, realizada 21 años después de la entrega del templo por el licenciado Don José de Armas a los naturales de San Diego, de inmediato pasamos a presentarlo: Esta iglesia es baxo la invocación de San Diego de Alcalá, de una nave, con techo de cañas y texas, su suelo enladrillado, con tres puertas, sus paredes de tapia y rafas, el Presbyterio empezado a poner tablas debajo de las cañas, un retablo de la Madre de Dios colateral, a la banda del Evangelio, y otro que se está empezando a la banda de la Epístola. No está colocada su Divina Majestad. No hay cementerio y he mandado a hazerlo. La Sacristía, tras el Prebysterio, no muy provista de ornamentos y alajas. Hay coro alto. El cañón de esta iglesia no está desproporcionado. Hay 71


Baptisterio al entrar a la iglesia por la puerta principal, a la banda del Evangelio, en el mismo cuerpo de la Iglesia. Tiene diez varas y cuarto de ancho y treinta y dos de largo, de las cuales ocupa cinco el Presbyterio distinguido del cuerpo de la iglesia con un arco grande de ladrillos y gradas en el nacimiento. En sus costados hay dos grandes ventanas y en el cuerpo de la Iglesia hay tres puertas grandes, la una al frente y las dos en los costados, todas con sus respectivos arcos de ladrillos y la del frente con fachada mediana. El techo tiene buenos tirantes y las paredes fuertes estrivos. A espalda del Presbyterio está construida la sacristía con los mismos materiales que la Iglesia ocupando todo el ancho de ésta. Tiene alhacena y puerta para salir a la Iglesia y a un solar. Las paredes están encaladas por dentro y el suelo enladrillado, si bien que está algo malo. La fuente batizmal que consiste en un pilarito de ladrillo con plato de loza, que sirve como vase, está colocado en un ángulo de la Iglesia acia la puerta principal y al lado del evangelio, cercado de varanda alta y cubierto de tablas con sus cerraduras y llave. En la esquina exterior del mismo lado hai construida una pequeña pero bien formada torre de ladrillo, donde se mantienen las campanas, y en el primer cuerpo de los dos que tiene hai puerta por donde se entra al Coro, que está formado de tablas y vigas, sobre la puerta del frente por la parte de adentro. En la Iglesia sólo hai dos altares, el mayor, y otro dedicado a Nuestra Señora de la Candelaria, ambos pobremente adornados. No está colocado el Santísimo Sacramento y toda la explicada fábrica es nueva y fuerte(19). Esta descripción que hace el distinguido visitante a la bucólica comarca de aquellos viejos días, nos refleja el alto significado histórico-colonial de esta iglesia del siglo XVIII, que resistió la furia del te72

rremoto que azotó al país el Jueves Santo de aquel nefasto año 12 para la naciente República, que dejó en ruinas el templo de la parroquia hermana de Los Guayos (20) y otras iglesias del territorio nacional. También nos dejó anotado el Obispo Martí, en su Diario de Visita, que lo más antiguo que encontró en el templo fue un Libro de Bautismo (hoy desaparecido) iniciado el primero de febrero de 1704(21). Nosotros hemos tenido más suerte al conseguir después de más de dos siglos de aquella visita, un documento más viejo, en el Libro Nro. 1 de Matrimonio de la Parroquia de Valencia, primera parte (1600 - 1689) Acta de Casamiento de Españoles, folio 21, donde está asentado un matrimonio realizado por el Pbro. Andrés Arias Altamirano en la Iglesia del Valle de Don Diego, el 14 de noviembre de 1678(22). Documento que desvirtúa que San Diego fue fundado el 20 de febrero de 1694, cuando fue elevado, al igual que Guacara y Los Guayos, a Pueblo de Indios, por el Maestre de Campo, Gobernador y Capitán General de Venezuela, Don Francisco de Berrotarán. Asimismo, echa por tierra, la posición sustentada por algunos historiadores, que su fundación se debe al Maestre de Campo Don Juan Ibarra en 1704. A consecuencia de la erección canónica de San Diego (22/09/1785) fue designado como primer cura párroco el Br. Don Esteban Ignacio de Quero, quien tomó posesión como cura doctrino en propiedad en 1786, correspondiéndole abrir, por vez primera, los Libros Parroquiales: Bautismo, 12 de abril de 1786, Gobierno, 14 de abril de 1786, Matrimonio, 10 de mayo de 1786 y el Libro de Defunciones, a pesar de su búsqueda, no lo hemos podido encontrar(23). NUEVA ERA Durante el breve pastorado parroquial del Lcdo. Pbro. Eleazar Aguilar, el viejo santuario fue remozado por el Ministerio de Justicia en 1963. A finales de los años 70, cuando la parroquia era servida por el Pbro. Giuliano Salvini; el celo episcopal que siempre tributó a su amada Diócesis el quinto Obispo y primer Arzobispo de Valencia, Mons. Dr.


Luis Eduardo Henríquez Jiménez, lo conducen a efectuar una nueva refacción a la anciana construcción y coloca -como también lo hizo en el templo de Los Guayos- un retablo de madera tallada adquirido en la República de Ecuador e instala el altar, que aún luce el templo, que se encontraba en la emblemática hacienda La Cara Cara(24), propiedad de los Giménez Torres, con quien estaba unido monseñor por vínculos de consanguinidad. Durante el año 2008 por gestiones del Pbro. Benito Ramírez, ante el Alcalde Vicencio Scarano Spisso, se introduce en el templo una innovación al instalar equipos de aire acondicionado de forma imperceptible a la vista del público, para así conservar las líneas coloniales del sagrado recinto. Durante ese año (2008), el retablo y el altar fueron pacientemente restaurados y embellecidos con baño de hojilla de oro, por las manos orfebres de la artista plástico guanareña Belén Girard. Ambas piezas fueron presentadas al público, por primera vez, antes de la celebración del Santo Oficio eucarístico matinal, en honor a San Diego de Alcalá, el sábado 15 de noviembre de 2008, momento que quedó grabado para las páginas de la historia en una hermosa placa metálica, donde destaca, a todo color, el Escudo de Armas de San Diego y que hoy se encuentra adornado el interior del sacro lugar, colocada sobre un atril al lado del altar mayor. Al momento de escribir este aporte al estudio de la Santa Iglesia sandiegana (sept. 2011), las coloniales puertas presentan el esplendor de sus días aurorales, al ser exquisitamente restauradas por un equipo dirigido por el maestro Fernando de Tovar; de nuevo, gracias al concurso brindado por el ciudadano Alcalde Vicencio Scarano Spisso, que supo escuchar el pedido del pastor del condado, Pbro. Benito Ramírez y el clamor de toda la feligresía. OYENDO LA VOZ DE LA HISTORIA El día 2 de febrero de 2002, en la celebración del Santo Oficio eucarístico, concelebrado, al aire libre, en la Plaza Bolívar de San Diego por el señor Arzobispo de Valencia, Mons. Dr. Jorge Urosa

Savino y los sacerdotes Víctor Raúl Urbina Bardales (cura párroco de la parroquia San Diego de Alcalá y de la Candelaria) y Miguel Alfredo Jiménez Flores (cura párroco de la parroquia La Misericordia del Señor), se leyó el decreto emanado del hoy purpurado príncipe de la Santa Iglesia de Cristo, Jorge Cardenal Urosa Savino, fechado el 31 de enero de 2002; donde coloca a la parroquia eclesiástica San Diego de Alcalá, bajo la protección de Nuestra Señora de la Candelaria y en lo adelante será conocida como PARROQUIA DE SAN DIEGO DE ALCALÁ Y DE LA CANDELARIA, cuya fiesta se celebra con gran solemnidad el día 2 de febrero de cada año(25). El Decreto en referencia, debidamente refrendado por el Vice-Canciller de la Arquidiócesis de Valencia, Pbro. Luis E. Padrón, surgió en atención a la solicitud que le formulara el 15 de enero de 2002 a Mons. Urosa Savino, el Pbro. Víctor Raúl Urbina Bardales, venerable cura párroco de San Diego(26), que supo recoger la voz de la historia y el sentimiento mariano que palpita en el alma sandiegana desde sus albores como pueblo de Cristo. ILUSTRES VISITAS ARZOBISPALES A LA COMARCA SANDIEGANA Con antelación a la creación canónica de la Diócesis de Valencia -luego del fallido intento cuando el Soberano Congreso creó la Diócesis de Carabobo en 1873- según la Constitución Apostólica Manus ab Unigenito, dada en la Ciudad Eterna por el Sumo Pontífice Pío XI, el 12 de octubre de 1922, y por la ley venezolana de División Territorial Eclesiástica(27), promulgada el 5 de julio de 1922, cuando aún el Vicariato de Valencia formaba parte de la Arquidiócesis de Caracas o Venezuela; la parroquia eclesiástica San Diego de Alcalá, se vio honrada con la Visita Pastoral de los siguientes prelados(28): - Mons. Ignacio Fernández Peña (13/feb./1845). - Mons. Silvestre Guevara y Lira (16/sept./1857). - Mons. José Antonio Ponte Sancinenca (07/jul./ 1879) y (07/enero/1883). - Mons. Críspulo Uzcátegui (18/feb/1887), (21/dic./ 1888) y (25/marzo/1895). 73


- Mons. Felipe Rincón González (21/oct./1917). Luego de la creación canónica de la Diócesis valentina, la Parroquia San Diego de Alcalá (hoy San Diego de Alcalá y de la Candelaria), con relativa frecuencia se ha visto honrada con la Visita Pastoral de todos nuestros Obispos y luego Arzobispos, al alcanzar la Diócesis de Valencia la categoría de Arquidiócesis Metropolitana, mediante la Bula Papal Quo Gravius, emanada de Su Santidad Pablo VI, el 12 de noviembre de 1974 y según Decreto del eminentísimo Dr. José Cardenal Quintero; leído el 2 de febrero de 1975, antes de la celebración eucarística, presidida por el señor Cardenal, en la Santa Iglesia Basílica Catedral Metropolitana Nuestra Señora del Socorro de Valencia a las 10 de la mañana(29). - Mons. Francisco Antonio Granadillo (1923-1927). - Mons. Salvador Montes de Oca (1927-1934). - Mons. Gregorio Adam Dalmau (1937-1961). - Mons. José Alí Lebrún Moratino (1962-1972). - Mons. Luis Eduardo Enriquez Jiménez (19721990). - Mons. Jorge Liberato Urosa Savino (1990-2005). - Mons. Reinaldo Del Prette Lissot (10/04/2007). SACERDOTES QUE HAN SERVIDO LA PARROQUIA SAN DIEGO DE ALCALÁ Y DE LA CANDELARIA (30) 1786 1791 1797 1844 1846 1850 1856 1857 1862 1863 1865 1869 1870 1887 1891 74

Esteban Ignacio de Quero. Fermín Hernández. Ramón Vides. José Joaquín Yanes. Juan A. Pereyra. José Manuel Hernández. Juan Hernández (Los Guayos). Miguel Padrón. José de Andrés. Manuel A. Michelena (Los Guayos). José Manuel Hernández (Naguanagua). Joaquín Arístides. Rafael María Díaz. José María Uzcátegui. Francisco Rodríguez González.

1895 Luis A. Ochoa. 1926 José Isaías Sánchez. 1927 Benito Cordón. 1928 Miguel Ángel Feo (Administrador Parroquial). 1932 Víctor Julio Bellera Arocha. 1936 Luis Rotundaro. ------ Claudio Michelena. 1938 José María Tellería. ------ Ramigio Alarcia. ------ Manuel Bouzas. 1950 Juan Venturazzo. 1955 Gonzalo Sánchez. 1962 Guzmán Alvarez. ------ Joaquín Betancourth. 1963 Eleazar Aguilar. ------ Fabio Martínez. 1966 Lucia Srara. ------ Edigio Bucelletti. 1976 Giuliano Salvini. 1981 William Guerra (Vicario Ecónomo). 1982 Pitter Fernández (Vicario Ecónomo). 1983 Diego Padrón (actual Arzobispo de Cumaná). 1989 José Sotero Valero (Administrador Parroquial, Obispo Emérito de Guanare). 1990 Víctor Raúl Urbina Bardales (Administrador Parroquial). 1990 Tulio Luis Ramírez Padilla. 1994 Oscar Corona (Administrador Parroquial). ------ Carlos Torreiro. 1996 Kafka Pirela (Administrador Parroquial). ------ Víctor Raúl Urbina Bardales. 2006 Benito Ramírez (actual párroco desde 18/08/ 2006). PARROQUIA LA MISERICORDIA DEL SEÑOR Ahora bien, como todos sabemos, son muchas las aguas del Cúpira y el San Diego que han regado el hermoso valle, desde aquellos remotos amaneceres cuando el ilustre peregrino catalán, Don Mariano Martín nos dispensó su Visita Pastoral; dejándonos anotado en su Diario según la Matrícola o Padrón por él levantado, que la población de San Diego apenas alcanzaba la cantidad de 794 habitantes (31) (blancos, pardos e indios).


Población que con el transcurrir del tiempo se ha ido multiplicando, especialmente en los últimos años, como se constata en el presente cuadro estadístico de los diversos censos realizados en San Diego: Años 1846 1873 1881 1891 1920 1926 1936 1941 1950 1961 1971 1981 1990 2001

Habitantes 1.584 1.933 2.405 2.244 1.652 2.085 2.018 2.023 1.963 2.716 4.522 19.910 37.273 59.241

Este crecimiento demográfico que se ha generado en San Diego, al unísono con el desarrollo arquitectónico y urbanístico, que de la noche a la mañana han convertido a San Diego en una auténtica metrópolis; gracias al trabajo y el apoyo que en todo momento la Alcaldía y el Concejo Municipal han brindado a la empresa privada, condujo al señor Arzobispo Metropolitano de Valencia, Ilmo. Mons. Dr. Jorge Urosa Savino, tomando en cuenta la cantidad de habitantes que tenían que ser servidos en sus necesidades religiosas por un solo sacerdote, con fecha 6 de enero de 2002, a crear la parroquia eclesiástica La Misericordia del Señor, cuya sede parroquial es la Santa Iglesia Jesús de la Divina Misericordia, ubicada en la Urbanización El Morro I(32). Para regir los destinos de la nueva parroquia, fue certeramente designado como primer cura párroco el Pbro. Miguel Alfredo Jiménez Flores, por un lapso de seis años, pero dada la labor pastoral desarrollada en beneficio de la feligresía, todavía se encuentra conduciendo los destinos de la parroquia, donde

en verdad se le quiere y se le respeta, por ese auténtico don de gente de que está revestido, la paciencia de Job para lograr las metas y la humildad seráfica que lo identifica. LINDEROS DE LA PARROQUIA LA MISERICORDIA DEL SEÑOR(33) La nueva Parroquia está comprendida dentro de los siguientes linderos: NORTE: Desde el cruce de la Av. Don Julio Centeno con la acera norte de la Av. 73-A (punto A) en línea recta hacia el Oeste, hasta la fila de La Galera (punto F). Luego atravesando la Av. Don Julio Centeno desde el punto A hacia el Este continuando hacia el Norte por dicha avenida hasta la calle E-3, conocida como Avenida Principal de Valle Verde (punto B) y luego en línea recta desde allí hacia el Este hasta los actuales límites de la Parroquia San Diego de Alcalá con la Parroquia de Yagua en la fila de los cerros de La Sanchera (punto E). SUR: La orilla sur de la Autopista Regional del Centro desde los límites actuales de la Parroquia San Diego con la Parroquia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa de Yagua (punto C), hasta los límites actuales con la Parroquia San Blas (punto D). ESTE: Los límites de la actual Parroquia de San Diego con la Parroquia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa de Yagua (punto C), siguiendo hacia el Norte por la fila de los cerros de La Sanchera hasta el encuentro con el punto Norte de los límites con la Parroquia de San Diego (punto E). OESTE: Los límites actuales de la Parroquia San Diego con la Parroquia de San Blas desde la intersección de la Autopista Regional del Centro en su límite más Sur (punto D) siguiendo hacia el Norte por la fila de La Galera hasta encontrar el punto Norte de los límites con la Parroquia de San Diego (punto F). REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS (1) Gaceta Oficial de la República de Venezuela, Nro. 26.320. 2 de agosto de 1960. Caracas. 75


(2) Archivo Histórico Arquidiocesano de Valencia (en lo adelante se citará: AHAV). Expediente de Acusación contra el Pbro. Joseph Grezala y Aguirre sobre la fabricación de la Iglesia del pueblo de San Diego. 1755. (3) AHAV. Doc. cit. (4) AHAV. Doc. cit. (5) AHAV. Doc. cit. (6) Sthor, Tomás. Monedas de Venezuela. Ediciones de Petróleos de Venezuela. Gráficas Armitano. Caracas. 1980. p. 85. * Tostón.- Moneda de plata de cuatro reales. En la Casa de Monedas de Caracas, sólo hubo dos acuñaciones de estas piezas (1819 y 1820). (7) AHAV. Doc. cit. (8) AHAV. Doc. cit. (9) AHAV. Archivo 1. Carpeta 1, Documento 2. (10) AHAV. Archivo de Monseñor Adam. Sección Juzgado Eclesiástico. Causa de Pedro Tamarón. Capellanías. (11) AHAV. Doc. cit. Ibídem. (12) AHAV. Doc. cit. Ibídem. (13) Vila, Pablo. El Obispo Marti: Interpretación Humana y Geográfica de la larga marcha pastoral del Obispo Mariano Martí en la Diócesis de Caracas. Vol. 2. Universidad Central de Venezuela. Caracas. 1980. (14) Archivo Histórico Arquidiocesano de Caracas (en lo adelante se citará AHAC). Sección Parroquia Los Guayos. Doc. Nro. 3. 1785. (15) AHAC. Doc. cit. (16) Marti, Mariano. Documentos Relativos a su Visita Pastoral de la Diócesis de Caracas, 1771 1789. Tomo VII. Academia Nacional de la Historia. Caracas. 1969. (17) AHAC. Sección Parroquial. Carpeta Nro. 58. Informe presentado por el Dr. Ambrosio Perera a la Academia Nacional de la Historia, en sesión del 2 de febrero de 1967. Caracas. 76

(18) AHAC. Sección Parroquia Los Guayos. Doc. Nro. 3. (19) Martí, Mariano. Op. cit. (20) AHAC. Sección Parroquia Los Guayos. Doc. Nro. 13. (21) Martí, Mariano. Op. cit. (22) AHAV. Documento inserto en el Libro Nro. 1 de Matrimonios de la Parroquia Valencia, primera parte (1660-1689). Actas de casamiento de españoles, folio 21. (23) AHAV. Libros de Bautismo, Gobierno y Matrimonio de la Parroquia San Diego de Alcalá, abiertos en 1786. (24) Entrevista a la escritora Lina Giménez Torres por la periodista Yatzú López. El Informador del Valle. Edición Tercer Aniversario. Septiembre de 2001. (25) Díaz, Luis Manuel. Notas para la Historia de la Arquidiócesis de Valencia. p.p. 649-650. Clemente Editores, C.A. Valencia. 2002. (26) Díaz, Luis Manuel. Op. cit. Ibidem. (27) Manzo Núñez, Torcuato. Diócesis de Valencia, Noticias sobre su erección y datos para la historia de sus parroquias. Tomo I. p. 11. Ediciones Oficina Central de Información (OCI). Imprenta Nacional. Caracas. (28) Díaz, Luis Manuel. Op. cit. p.p. 432, 434, 439, 440, 442, 446. (29) Díaz, Luis Manuel. Op. cit. p. 671. (30) AHAV. Libros de Matrimonio, Bautismo y Defunción. (31) Martí, Mariano. Op. cit. (32) Díaz, Luis Manuel. Op. cit. p. 645.


Ensayos

Boletín de la Academia de Historia del Estado Carabobo Nº 15 - Edición Especial 2010

EL GREMIO CAÑERO EN CARABOBO, 1875 Jaime Ybarra, Miembro Correspondiente de la Academia de Historia del Estado Carabobo Los primeros pasos En 1875 los agricultores de Carabobo dedicados al cultivo de la caña de azúcar, notaban el abatimiento que experimentaba dicho rubro agrícola. Debido al estado de postración económica que afectaba a este gremio, en el mes de agosto de ese año, se reunieron en Valencia alrededor de 30 agricultores62 en la casa del señor Francisco Llanos63, en virtud de la crisis que pendía sobre los hombros de estos industriales. Este sector de la sociedad pretendía fijar una casa agrícola en Valencia, dotada de capital, que sirviera de entidad crediticia y suministradora de diversos insumos agrícolas.

Evidentemente, los agricultores sacaríferos hacían un llamado a la conformación de un gremio estable que rigiera su funcionamiento por una normativa. Veían la necesidad de aunar esfuerzos, al igual que "(…) hacerse hombres influyentes moral y políticamente en sus respectivas localidades 66". (Negritas nuestras). Más allá de agremiarse con el propósito de luchar por sus intereses, los mismos anhelaban incidir sobre la vida política carabobeña. Además de obrar, (…) como grupos de defensa gremial y de presión ante los poderes públicos, en medio de las difíciles condiciones por las que atravesaba el país, asolado por profundas contradicciones y conflictos sociopolíticos, con gobiernos inestables que no garantizaban la paz necesaria para la expansión de las actividades económicas67 (…)

Para ello, era menester (…) que se constituyan en sociedad permanente, con reuniones semanales, que fijen sus estatutos, que escriban sus reglamentos y los cumplan al pié64 de la letra que vivan armonizados en todo y para todo como de ello depende su propio bienestar, que tomen parte activa en las cosa públicas y no vivan en el aislamiento egoista en que muchos de ellos se han recluidos. En una palabra, que se convierta en potencial social, en grémio verdadero, y no en partes heterogéneas diseminadas sin rumbo ni concierto65. 62

El establecimiento de estas organizaciones patronales, grupos de defensa y presión, surgen a finales del siglo XIX, formándose antes que las organizaciones sindicales68. En este contexto histórico, los aspirantes a conformar el gremio cañero de Carabobo, actuarán como una organización en pro de defensa de sus socios, serán grupos de presión que solicitarán de los gobiernos medidas económi-

"Industria cañera", La Voz Pública, 3 de agosto de 1875, Nº 168, de ahora en adelante citaremos L.V.P.

Fue uno de los industriales dueños de establecimientos cañeros ubicados en las márgenes de la Laguna de Tacarigua. Véase: Luisa Galíndez. Historia de Valencia (siglo XIX). Valencia, Editorial Alfa Gráfica, 1984, p. 93. 63

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Respetaremos la grafía original de la época.

65

Doc.cit, nro. 168

66

Ibíd.

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Vid. "Organizaciones patronales". Diccionario de Historia de Venezuela. Fundación Polar, Caracas, 2da. Edición, 1997, TIII (T.S.) p.428.

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Ídem.

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cas y sociales que redunden en beneficios para sus agremiados69. Razones para agremiarse Diversas consideraciones formularon los industriales con el fin de salvaguardar sus pretensiones. Tenían la firme convicción de que crear una casa de consignación o banco administrador no resolvía la situación decadente de la industria cañera. El malestar que atravesaba la agricultura cañal, radicaba en la escasez de instrumentos jurídicos que reglamentaran el trabajo en las diversas unidades de producción. Una señal del caos laboral presente en los predios, fue la falta de un horario de trabajo y la fijación de un salario a los jornaleros, lo que derivó en que la fuerza de trabajo ganaran sueldos desproporcionados70 y, que dedicaran poco tiempo a las faenas agrícolas71. La desorganización laboral descrita se apreciaba al comparar las actividades de la agroindustria azucarera carabobeña con la del continente europeo. Sobre otras latitudes o países civilizados manifestaban que "(…) los grémios están sometidos á reglamentos escritos o tácitos, pero existen esos reglamentos. En Europa están fijas las horas de trabajo y determinado el salario. ¿Por qué no ha de poderse aquí lo mismo?72". El desequilibrio salarial y la realización de la jornada laboral a destajo existían dada la carencia de una ley del trabajo que permitiera a estos productores fijar la remuneración a los labriegos encargados del proceso productivo en la industria azucarera. Deseaba este sector de la sociedad unificar los salarios y normar los quehaceres en las plantaciones y, de esta manera, obtener más utilidad. No obstante, re69

glar el régimen laboral parecía una quimera, debido a que los preceptos utilizados en el siglo XIX eran heredados de tiempos coloniales. La mayoría de los trabajadores del país estaban sometidos a Ordenanzas sobre Jornaleros y Sirvientes en los Códigos de Policía. Este sistema laboral no contemplaba reivindicación alguna, ni seguridad social para la mano de obra. Será en el siglo XX, con el surgimiento de la explotación petrolera, cuando se produzcan cambios importantes y una nueva cultura del trabajo 73. A la par de estas aspiraciones, se mantenía latente la idea de establecer una casa agrícola o especie de entidad financiera en la ciudad de Valencia, con capital aportado por cada uno de los agricultores. Por ello, a través de un comunicado, hacían un llamado a (…) todos los agricultores asociados, y los que no siéndolo quieran formar parte de esta liga de la industria, remitirán sus frutos á la casa-que cobrará por depósito, venta y garantía- 10 por ciento sobre el precio de cada carga de aguardiente y de papelón y sobre cada quintal de azúcar blanco, y 5 por ciento sobre el azúcar mascabado y papelón que se exporte74. (Negritas nuestras). La casa agrícola, al igual de ser como una especie de entidad bancaria, también fungiría como centro de acopio de los subproductos de la caña de azúcar, a la vez que se encargaría de las transacciones comerciales destinadas al mercado externo e interno. Entre sus atribuciones estaba la de ofrecer créditos a sus asociados, montantes que no deberían exceder del 20 por ciento del capital inscrito por parte de cada afiliado. Claro está, los fondos disponibles

Ibídem, p. 430.

En la segunda mitad del siglo XIX venezolano, manifestaba el Diario de la Guaira de 1881, se había creado una especie de "aristocracia del peonaje". De acuerdo con esa caracterización, algunos agricultores extraían peones de otras haciendas ofreciéndoles más dividendos, a efectos de que éstos prefirieran este beneficio y optaran por estas nuevas unidades de producción. Esta actitud competitiva se generaba por el miedo a quedar sin fuerza de trabajo que se producía en algunos hacendados. "Se afirmaba [el mismo diario] que los peones recibían alrededor de ocho reales diarios, lo cual constituía un elevado costo para los hacendados". Cfr. Catalina Banko. De trapiches a centrales azucareros en Venezuela. Siglos XIX y XX. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 2009, p.57. 70

71

Doc.cit, nro. 168

72

Ibíd.

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Léase: Rafael Cartay. Fábrica de ciudadanos (la construcción de la sensibilidad urbana, Caracas 1870-1980). Caracas, Fundación Bigott, 2003, pp. 203-204.

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Véase en: "Comunicados", L.V.P., Valencia 6 de agosto de 1875, Nº 171.

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para estas operaciones mercantiles provenían del porcentaje con el que se pechaba a los derivados del procesamiento de la caña de azúcar: aguardiente, papelón, azúcar refinada y mascabada, depositados en la casa agrícola por parte de los distintos agricultores de Carabobo75. Por supuesto, el acuerdo entre los asociados para contar con una organización que se atribuyera estas potestades, no fue cuestión de azar. La adquisición de estas obligaciones residía en que dichos miembros dictarían (…) las reglas de la casa, y una Junta directiva vijilará su estricto cumplimiento. Toda reforma, que en el curso de la negociación quiera introducirse, necesitará del voto de la mayoría representada por la aquiescencia del administrador. A falta de esta, la reforma no podrá ser sancionada sino por el voto de las dos terceras partes76. La entidad que debía instaurarse fijaba los dictámenes para el buen funcionamiento en el seno de la misma. Al mismo tiempo, disponía de un cuerpo directivo para que se encargara de dar fiel aplicación a las formalidades legales que reglaba las actuaciones de dicho consorcio. Para la buena marcha de la casa agrícola bastaba con seguir las pautas; para lograr una modificación se requería contar con la anuencia de la mayoría. Las ventajas de la navegación A fin de indagar las causas del estado paupérrimo de la industria sacarina quienes aspiraban constituirse como gremio azucarero visualizaban el panorama. A la par de unificar los salarios, organizar la faena agrícola, tener una casa agrícola suministradora y consignataria, era de vital importancia, lograr dis-

minuir la crisis que embargaba a esta empresa e implementar la navegación del lago Tacarigua. A la sucursal valenciana de La Voz Pública acudió (…) el señor Naphegyi á notificarnos de que piensa establecer la navegación por vapor en el lago Tacarigua, así como el transporte por locomotoras de Villa de Cura a Magdaleno, de Valencia al Javillo, de algunos puntos de Aragua al punto de Maracay. Con este motivo habrá mañana [12 de agosto de 1875] a las 8.am. en la casa del señor Presidente del Estado una reunión de agricultores y comerciantes, que esperamos será numerosa porque va á tratarse de , un asunto que á todos ellos conviene altamente77. El ingeniero Naphegyi estaba consciente que utilizar la tecnología de la época generaría beneficios a la industria sacarífera. En el tiempo que este ciudadano húngaro informaba a dicho medio de comunicación regional, con respecto a instituir el uso del vapor y la locomotora, asimismo el provecho que esta empresa generaría a Valencia y sus áreas adyacentes, cobraba auge la etapa de preindustrialización en Venezuela (1870-1914). En este período hubo una relativa estabilidad política y económica que contribuyó con cierto progreso material del país 78. Sin embargo, los esquemas tecnológicos cañeros modernos hicieron su aparición en Venezuela en el período inicial (1820-1870), tiempo en el que se funda la primera refinería de azúcar en Maracay en 184479; se introduce la máquina de vapor aplicada al trapiche en la hacienda El Charral en Valencia en 185280 y "(…) la primera nave a vapor en el lago de Valencia en 1857(…)"81. Asimismo, la primera centrífuga a la producción de azúcar en la misma hacienda en 185982.

Ibíd. Ibíd. 77 "Navegación del lago Tacarigua", cfr. L.V.P., Valencia, miércoles 11 de agosto de 1875, Nº 175. 78 Vide. Gerardo Lucas. La industrialización pionera en Venezuela (1820-1936). Caracas, Universidad Católica Andrés Bello, 1998, p. 23. 79 Ibídem, p.20 80 Ibídem, p.21 81 Ídem. 82 Ibídem, p.22. 75 76

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Conocidos estos adelantos tecnológicos por Napheghy promovieron en él la idea (…) de establecer la navegación del lago Tacarigua por medio del vapor y que los frutos provenientes de Aragua y Guárico, así como los que recoja en las margenes del lago procedente de las haciendas vendrán al puerto del Javillo, para de ahí ser traídos a esta ciudad por locomotoras ó llevados a Puerto-Cabello, segun convengan y dispongan los dueños de esos frutos83. Aunado a la navegación del lago Tacarigua que beneficiaría a los productores de caña de azúcar de Aragua, Guárico y Carabobo, Napheghy también tenía previsto el transporte vía terrestre que uniera algunas de estas regiones centrales del país con Puerto Cabello, a objeto de realizar las exportaciones del rubro, así como también cubrir el mercado interno. Precisada esta ruta, se dibuja el hinterland que en ese entonces existía, producto de diversas transacciones comerciales de estas tres entidades federales. Raquel Pérez Henríquez nos comenta sobre la factibilidad de establecer relaciones comerciales entre Aragua, Guárico y Carabobo, afirma que estas transacciones se facilitaban por haber existido en el lago de Tacarigua instalaciones portuarias históricas, tales como: (…) El Jabillo a San Antonio, en la desembocadura del rio Los Guayos y el más cercano a Valencia; La Boquilla en San Joaquín, el cual para comienzos de siglo había desaparecido; La Cabrera, cerca de Mariara, donde había una estación de ferrocarril; el puerto de Guayamure antes llamado El Arenal, cerca de Maracay; el

puerto de Punta Larga cerca de Magdaleno, también tempranamente desaparecido y el puerto Boca de Rio en Guigue84 (…) De lo aseverado por Pérez se infiere que existía un conocimiento previo sobre el establecimiento de algunos puertos en los márgenes del lago de Tacarigua que se habían extinguido. Sin embargo, esta noción fue pábulo a objeto de promover en los empresarios de la caña de azúcar, la viabilidad de explotación de esta ruta. Fue por ello que se emprendieron planes para el uso de la navegación a vapor por esta cuenca hidrográfica. Un proyecto a favor de la clase dominante La formación de un dinamismo económico cañero no se constituyó por mera casualidad. El desarrollo de fuerzas productivas tanto en Valencia como en Maracay, permitió que una clase social adinerada, con el apoyo de la élite gobernante, planeara el aprovechamiento de ese histórico hinterland 85. Instituir a futuro la navegación por el lago de Tacarigua, significa que (…) "las clases poderosas crean su propia región, en términos de totalidad social, [y] conforman [una] localidad geoeconómica dependiente "86. En este sentido, se había formado un maridaje entre la clase gobernante y la élite productora. Cuando en ocasiones hubo intento fallidos por causas diversas, con respecto a las convocatorias que hacía Naphegyi a reuniones de comerciantes y agricultores, se convenía en comisionar (…) á los señores doctores Bermúdez Cousin87 y Canuto García y Einar Staal, José Arroyal y Eduardo Fröhlke para [que] tratasen con los gremios agrícolas y mercantil de Valencia y les pusiesen de mani-

"Navegación del Lago", L.V.P., viernes 13 de agosto de 1875, Nº 177. Raquel Pérez Henríquez. Las comunicaciones en el Lago de Valencia (1850-1930). Trabajo de Grado (no publicado) para optar a título de Magíster en Historia de las Américas, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, 1988, p. 147. 85 Ramón Santaella Yegres. Región y localidad geoeconómica dependiente. Caracas, Universidad Central de Venezuela, 1980, p.12. 86 Ídem. 87 Pedro Bermúdez Cousin fue gobernador de Carabobo en 1872, asimismo desde 1873 hasta 1875. Cfr. Oswaldo Feo Caballero. Memoria censal y toponímica del estado Carabobo. Valencia, Ediciones del gobierno de Carabobo, 1991, p.31. 83 84

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fiesto los propósitos y aspiraciones del señor Naphegyi88. (Negritas nuestras). Los vínculos de solidaridad entre la clase política de la época con los sectores de la producción carabobeña no se hacían esperar. Al recibir Naphegyi el respaldo de los entes gubernamentales de Carabobo crecían sus afanes por abrir nuevos horizontes a la industria azucarera carabobeña, por tanto, decidió establecer (…) con dinero propio, un vapor remolcador con grandes lanchas de carga; pero exige de los señores comerciantes y agricultores un depósito de 20.000 venezolanos, del cual no haría uso sino tan luego que haya establecido y comenzado á funcionar el vapor. Esos 20.000 venezolanos vendrian á ser como una especie de auxilio o garantía para la empresa y los suscritores á esa suma podrian reembolsarla con los mismos productos de la navegación89. El interés de este inversionista fue tan pronunciado que se atrevió a plantear el inicio de la navegación de lago de Tacarigua con dinero de su propio peculio, irrespetando, incluso, los canales regulares de funcionamiento que había impuesto la casa agrícola. Dicho innovador esgrimía como mecanismo de convicción al sector agricultor, con el propósito de implementar el ansiado periplo lacustre, que éste favorecería al colectivo azucarero con una disminución (…) al importe de los fletes en un cincuenta por ciento90 (…). Costos que resultaban elevados por la precariedad del sistema vial, el cual trajo como consecuencia que el cultivo de la caña de azúcar operara en función del mercado interno y que se circunscribiera a cubrir la demanda local91. Con un medio de acarreo más expedito como el que se pen-

saba poner en práctica, beneficiaría, disminuyendo considerablemente los costos de transporte, a quienes se enrolaran en esta halagadora empresa. A este carácter activo e infatigable del empresario, respondió el presidente del estado Carabobo Pedro Bermúdez Cousin con un espaldarazo a la iniciativa trazada. Por ende Decreta Art. 1. El gobierno de Carabobo auxilia a la empresa de navegación por vapor de la Laguna Tacarigua que se propone realizar el señor Naphegyi, con la cantidad de tres mil venezolanos anuales por el término de cuatro años, y por mensualidades anticipadas de doscientos cincuenta venezolanos 92. La actitud de Bermúdez Cousin de socorrer a la industria cañera, le depararía ganancia de adeptos políticos en futuros procesos eleccionarios, dado a que debía lograr el apoyo de ciertos sectores con bienes de fortuna; de aquellos que tenían acceso al sistema electoral implantado y gozaban de la facultad de elegir y ser elegidos. Es así como Cousin busca la protección de las sociedades liberales eleccionarias de Carabobo al sentirse fustigado por la acusaciones que se ciernen sobre él por parte de León Colina, quien en la campaña electoral de 1872, lo acusa de haber limosneado, coaccionado y comprado el sufragio al pueblo93. A estos señalamientos de Colina responde Cousin en los siguientes términos: ¿Dónde están esos pronunciamientos por la candidatura de Colina, que poblacion ha dejado oir su voz? (…) Por la candidatura de Bermúdez (…) responden los grémios de artesanos, esos virtuosos obreros de la paz; de agricultores, los mas nobles y desinteresados motores de la opinión;

Doc.cit nro. 177. Ídem. 90 Ídem. 91 Gastón Carvallo. El proceso histórico de la agricultura venezolana. Caracas, CENDES-Fondo Editorial Tropykos, 1995, P. 67. Para profundizar al respecto, léase: Josefina Ríos de Hernández y Nelson Prato. Las transformaciones de la agricultura venezolana (de la agroexportación a la agroindustria). Caracas, Fondo Editorial Tropykos- CENDES, 1990. 92 "General Pedro Bermúdez Cousin Presidente del Estado Carabobo", en L.V.P., Valencia jueves 9 de septiembre de 1875, Nº 199. 93 "Fantasma y solo fantasma", véase en: El Ciudadano, Valencia octubre 6 de 1872, Nº 10. 88 89

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de comerciantes, los mas vivamente interesados en el afianzamiento del órden. Responden los profesores, responden todos los carabobeños, que unanimemente aclaman a Bermúdez94. Su respuesta al caudillo falconiano demuestra los vínculos que se habían creado entre Cousin y estos círculos económicos de poder regional, respaldo que lograba como producto de las atenciones que dicho mandatario estadal brindaba al sector comerciante y agricultor. Se sentía tan solvente y correspondido por estos hombres amantes del progreso, que en su derecho a réplica en contra de Colina, manifiesta: "¿Habremos comprado tanto hombre independiente como los Meza, los Uslar, Muñoz, González, Machin, Castrillo, Portocarrero, Malpica, Dr. Meza, Landaetas, (agricultores), Reverones, Igarza, López, Arvelo, y mil mas de lo gremios del trabajo, que forman en nuestra 'Sociedad Liberal' Fantasia!95"? Por supuesto, era imposible comprar conciencia a quienes formaban parte interesada del bando liberal carabobeño, a quienes incluso tenían contacto con Guzmán Blanco, como el caso de los Landaeta, agricultores absentistas valencianos, que tenían posesiones en Montalbán y que fueron visitados a esa jurisdicción por el Ilustre Americano el 28 de octubre de 1874. En esta fecha, José Antonio Landaeta recibió en su hacienda Montero al primer magistrado, disfrutando con éste de un día de campo en unión de todos sus amigos liberales montalbaneros 97. Estos sectores privilegiados o grupos dominantes de la economía regional conformaron una estructu-

ra ideológica que en nuestra historiografía regional define como La Valencianidad98: "(…) antiguas familias valencianas [que formaban] parte del bloque histórico en el poder y que (…) comparte con la burguesía interna, los sectores transnacionales, la alta jerarquía burocrática y los sectores agroindustriales y comerciales de la región" 99. En el país, todos estos círculos de poder regionales estuvieron relacionados o en sintonía con lo que Germán Carrera Damas denomina de formulación del proyecto nacional"(…) entendido como marco ideológico en el cual y por medio del cual la clase dominante ejerce su control y dirección de la sociedad100 (…)" En fin, fueron aspiraciones de ciertos sectores de la sociedad que se llevaron a feliz término, enmarcadas en el programa que instauró el Estado Liberal, y que sirvió como brújula a la clase dominante venezolana. La postración del gremio La angustiosa situación por la que el gremio cañero estaba atravesando, no fue óbice para que éstos buscaran una solución a sus calamidades. Por ello, constituían una asociación activa que formaba parte de la discusión de los proyectos que juzgaban los redimiría de una futura bancarrota. Las circunstancias desesperantes que experimentaba este sector, las atribuían al "(…) notabilísimo desequilibrio entre la producción y el consumo (…) aquí como en todas partes tiene que caer el precio cuando es mucha la producción y poca la demanda; y viceversa (…)101"

Ibíd. Ibíd. 96 Para el año de 1870 José Antonio Landaeta fue dueño de la hacienda Montero ubicada en Montalbán de Carabobo. Cfr. "Landaeta José Antonio protocoliso un oficio relativo a sus bienes y propiedades [1870]", Registro Subalterno de Montalbán, folio 2 (fte.), serie 22, protocolo nº 8, octubre de 1870. En los primeros años del siglo XX, los Landaeta seguían haciendo sus operaciones mercantiles en Montalbán, en ese entonces "Felipa García de Landaeta, José Ygnacio, José Antonio y Manuel Felipe Landaeta, la primera en calidad de heredera de su legítimo esposo Manuel Antonio Landaeta, hermano unilateral de los demás otorgantes (…) coherederos de la posesión 'Montero' (…)" suscribían un arrendamiento de dicho predio con el señor Lucas Moreno. Véase: "Protocolo 1º correspondiente al 2do trimestre del corriente año; perteneciente a la Oficina de Registro Subalterno de Registro del Distrito Montalbán, año 1905", Registro Subalterno de Montalbán, serie 25, folio 20 (fte.). 97 Jesús Enrique Briceño. Nociones hidrogeográficas del estado Carabobo. Valencia, 1978, pp. 411-412. 98 Véase: Armando Luis Martínez. ¿Qué es la valencianidad? (y otros estudios de historia regional). Valencia, Universidad de Carabobo-Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico, 2003. 99 Ibídem, p.26. 100 Germán Carrera Damas. Una nación llamada Venezuela. Caracas, Monte Ávila Editores, 4ta. Edición, 1991, pp. 91-92. 101 "La industria sacarina", L.V.P., Valencia martes 13 de octubre de 1875, folio 227 (vto.). 94 95

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Pese a esta realidad que los embargaba, éstos se negaban a beneficiarse de alguna medida proteccionista. (…) es decir, á que el gobierno nacional fije una especie de prima a favor del agricultor por cada quintal de azúcar mascabado que exporte, para estimular así la salida del fruto. Con todas nuestras fuerzas nos hemos pronunciado contra semejantes pretensiones y hemos llegado hasta decir a ciertos agricultores amigos nuestros que ni siquiera inicien tal pensamiento (…) la prima para la exportación no le daría á la industria sacarina sino base de artificial existencia, porque si un gobierno fuese capaz de establecerla, contrariando los principios económicos, otro gobierno conocedor de sus deberes tendria forzosamente que derogarla102. Desestimar ampararse en un sistema proteccionista diametralmente opuesto a los principios del librecambismo, constituía no gozar de la legislación protectora que se dispuso a lo largo del siglo XIX, en dicha centuria existieron leyes como la de 1821, 1834, 1841, 1856 y 1858, que establecían no permitir la introducción al país de los productos derivados de la caña de azúcar103. Los gobiernos de Antonio Guzmán Blanco también abogaban por los cultivadores de la caña quienes estaban afectados por los problemas estructurales de la agricultura venezolana. Es por ello que (…) se exhortaba a los presidentes de los estados a promover el cultivo de la caña e informar al gobierno acerca de los avances alcanzados104". En este sentido, el gobierno de Guzmán Blanco en 1870 abolió los impuestos a los azúcares exportados al extranjero, asimismo, los que se transportaban de un puerto a otro de la República 105. Con el

Héroe de Abril se mantuvo en pie el régimen proteccionista, pero con más flexibilidad al vigente en los inicios del siglo XIX106. No obstante, estas medidas económicas tomadas por el Ilustre Americano en pro de defender los intereses del gremio cañero valenciano, esta asociación dejaba su suerte en mano de las leyes del mercado. Expectativas frustradas Todos estos planes lamentablemente fracasaron. El proyecto de Naphegyi de navegación a vapor del lago de Tacarigua, sumado a la red de locomotoras que anhelaba poner en funcionamiento en la carretera hacia el occidente del país quedó en el papel. Las ilusiones se perdieron de una vez por todas cuando (…) [Naphegyi] de manera intempestiva abandonó el país, por comentarios de prensa local existen indicios de que había recibido dinero de acaudalados carabobeños, dejó inconclusas las obras de Aguascalientes, incumpliendo de esta forma el contrato que tenía con el gobierno nacional y frustrando las esperanzas de muchos venezolanos107. A modo de conclusión Indudablemente existió en 1875, en el entonces estado Carabobo, un gremio de la caña de azúcar enlazado con el poder político constituido. Ese nexo creó en dicha agrupación una suerte de autoreconocimiento de clase social prestigiosa que se consideraba por encima de las demás. Esta autovaloración fue promovida por parte de los medios impresos, empresas editoriales que también formaron parte de un monolítico maridaje entre los representantes del poder público regional, los círculos económicos agrícolas y los círculos periodísticos de nuestra entidad federal. De esta asociación cañal privilegiada quedan algunos cabos sueltos que

Ibíd. Catalina Banco, ob.cit., p. 48 y ss. 104 Ibídem, p. 54. 105 Ídem. 106 Ibídem, p.55. 107 Raquel Pérez Henríquez, Ob.cit., p. 94. 102 103

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atar. En este sentido, es necesario hacer estudios ulteriores a objeto de ampliar esta modesta investigación, con la finalidad de conseguir nuevas pistas que nos permita estudiar este fenómeno histórico, a fin de aproximarnos a la cabalidad. FUENTES BÁSICAS CONSULTADAS I. DOCUMENTACIÓN DE ARCHIVOS A. En el Registro Subalterno de Montalbán, estado Carabobo "Landaeta José Antonio protocoliso un oficio relativo a sus bienes y propiedades" 1870, folio 2."Protocolo 1º correspondiente al 2do trimestre del corriente año; perteneciente a la Oficina de Registro Subalterno de Registro del Distrito Montalbán, año", 1905, folio 20. B. En la Biblioteca Casa Páez, ciudad de Valencia, estado Carabobo Fuentes hemerográficas "Industria cañera", La Voz Pública, 3 de agosto de 1875, Nº 168 "Comunicados", La Voz Pública Valencia 6 de agosto de 1875, Nº 171. "Navegación del lago Tacarigua", La Voz Pública Valencia, miércoles 11 de agosto de 1875, Nº 175. "Navegación del Lago", La Voz Pública, viernes 13 de agosto de 1875, Nº 177. "General Pedro Bermúdez Cousin Presidente del Estado Carabobo", en La Voz Pública, Valencia jueves 9 de septiembre de 1875, Nº 199. "Fantasma y solo fantasma", véase en: El ciudadano, Valencia octubre 6 de 1872, Nº 10. "La industria sacarina", La Voz Pública, Valencia martes 13 de octubre de 1875, folio 227. II. SECUNDARIAS Bibliográficas BANKO, Catalina. De trapiches a centrales azucareros en Venezuela. Siglos XIX y XX. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 2009. CARRERA DAMAS, Germán. Una nación llamada Venezuela. Caracas, Monte Ávila Editores, 4ta. Edición, 1991. 84

CARTAY, Rafael. Fábrica de ciudadanos (la construcción de la sensibilidad urbana, Caracas 18701980). Caracas, Fundación Bigott, 2003. CARVALLO, Gastón. El proceso histórico de la agricultura venezolana. Caracas, CENDES-Fondo Editorial Tropykos, 1995. BRICEÑO, Jesús Enrique. Nociones hidrogeográficas del estado Carabobo. Valencia, Ejecutivo del estado Carabobo, 1978. FEO CABALLERO, Oswaldo. Memoria censal y toponímica del estado Carabobo. Valencia, Ediciones del gobierno de Carabobo, 1991. GALÍNDEZ, Luisa. Historia de Valencia (siglo XIX). Valencia, Editorial Alfa Gráfica, 1984. LUCAS, Gerardo. La industrialización pionera en Venezuela (1820-1936). Caracas, Universidad Católica Andrés Bello, 1998. MARTÍNEZ, Armando Luis. ¿Qué es la valencianidad? (y otros estudios de historia regional). Valencia, Universidad de Carabobo-Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico, 2003. RÍOS DE HERNÁNDEZ, Josefina y PRATO, Nelson. Las transformaciones de la agricultura venezolana (de la agroexportación a la agroindustria). Caracas, Fondo Editorial Tropykos- CENDES, 1990. SANTAELLA YEGRES, Ramón. Región y localidad geoeconómica dependiente. Caracas, Universidad Central de Venezuela, 1980. TRABAJOS NO PUBLICADOS PÉREZ HENRÍQUEZ, Raquel. Las comunicaciones en el Lago de Valencia (1850-1930). Trabajo de Grado (no publicado) para optar a título de Magíster en Historia de las Américas, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, 1988. OBRAS REFERENCIALES "Organizaciones patronales". Diccionario de Historia de Venezuela. Fundación Polar, Caracas, 2da. Edición, 1997, TIII (T.S.).


Ensayos

Boletín de la Academia de Historia del Estado Carabobo Nº 15 - Edición Especial 2010

DOMINGO DE TABORDA, Primer diputado porteño al Congreso de 1812

José Alfredo Sabatino Pizzolante Individuo de Número de la Academia de Historia del Estado Carabobo Veintiocho años toma a los porteños alcanzar su condición de ciudad, pues muchas eran las necesidades que su condición de Tenientazgo, dependiente administrativamente de la Ciudad de Valencia, le impedía solventar. Las gestiones las inicia el Procurador Manuel Antonio Martínez quien se dirige a la Real Audiencia de Caracas en 1783, logrando cinco años más tarde que el puerto fuera elevado a la categoría de Diputación, pero dependiente de su vecino valenciano. En 1804 nuevamente se le encomienda a don Rafael Hermoso reiniciar las gestiones, fracasando pues al ser consultado el Teniente Justicia Mayor señala a Caracas que no hay suficientes personas capaces de desempeñar los cargos públicos. Puerto Cabello apoya decididamente los acontecimientos de Caracas (abril de 1810) y la declaración de independencia (5 de julio) a la que se suma entusiastamente cuatro días más tarde. La recompensa: el otorgamiento del Título de Ciudad el 5 de agosto de 1812, que se recibe allí algunos días más tarde. A lo largo de esos años que se inician con la petición de los porteños en 1783 y se extienden hasta la caída de la Primera República, un nombre salta a la vista, el de don Domingo Taborda.

en las discusiones de trascendental interés para organizar la incipiente república. Se reunía ya en Caracas el Congreso que había iniciado sesiones en marzo de ese año, y allí se apersona el 29 de agosto don Simón Luyando en nombre y con poder de la ciudad de Puerto Cabello, "pidiendo un diputado para aquel partido capitular", independiente del de Valencia que se encontraba representada por tres diputados don Luis Cazorla, don Juan Toro y don Fernando Peñalver, lo que hacía necesario discutir el mecanismo de designación del diputado porteño, esto es, si se procedía a la designación de uno nuevo, o era elegido en reemplazo de uno de los representantes por Valencia; prevalecería la tesis de la elección por los electores parroquiales entre los tres diputados. Sin embargo, no necesitaría estar representado el puerto por un diputado, ya que haciéndose oír nuevamente, en la en la sesión del 27 de septiembre Luyando solicita la agregación del pueblo de Ocumare de la Costa a la ciudad de Puerto Cabello, además de someter a la consideración del cuerpo constituyente una nueva representación "suplicando la determinación del Supremo Congreso, relativa a que la ciudad de Puerto Cabello eligiese por su representante uno de los tres que tenía el departamento de Valencia", acordándose en esa oportunidad que el nombramiento era provisional y que el nuevo Congreso elegiría libremente sus diputados.

1. Luyando se apersona en Caracas

2. Taborda es designado Diputado ante el nuevo Congreso

Tan pronto a Puerto Cabello se le concede su Título de Ciudad, el 5 de agosto de 1811, se convierte en cabildo autónomo empeñado en tener voz propia

El 6 de marzo de 1812 se instala solemnemente en Valencia el Congreso, y el 21 de ese mismo mes se leen y aprueban las credenciales del honorable don 85


Domingo de Taborda, electo diputado por el partido capitular de la ciudad de Puerto Cabello, "después de lo cual entró, prestó juramento constitucional y tomó posesión de su empleo". El 4 de abril de 1812 Taborda se opone a conceder poderes absolutos al Ejecutivo salvando su voto, viendo truncados sus tímidos pasos como legislador al cesar el Congreso en sus funciones el 6 de abril de ese mismo año. Se convierte así don Domingo Taborda en el primer diputado porteño ante el cónclave de notables que se erigía en la unánime voz de las provincias. ¿Quién era Domingo Taborda? ¿Qué sabemos de él? Ya en 1807 aparece en la relación de los 123 blancos que habitaban el Pueblo Exterior, que acompaña el expediente enviado a Caracas para solicitar su elevación a ciudad. Andrés Aurelio Level en sus Ligeros Apuntes identifica a Taborda como "un patriota hijo y vecino de Puerto Cabello", que tomó parte en la liberación de su país con su persona y bienes. Se desempeñó, además, como Capitán de Milicias de su Majestad, ya retirado antes de los sucesos del 19 de abril, lo que nos lo presente quizá como un personaje que podría rondar los cincuenta años de edad, nacido hacia la sexta o séptima década del siglo XVIII. Por aquel tiempo (1810-1811) Domingo Taborda ya participaba activamente en la Junta Patriótica que opera en Puerto Cabello y que se reunía en la casa de don Pedro Herrera. Su homóloga caraqueña había sido fundada por Miranda, Bolívar y el francés Pedro Antonio Leleux como una organización revolucionaria entre cuyos objetivos estaba lograr la declaratoria de independencia y el establecimiento de un régimen republicano y democrático. Gracias a la declaración que el 14 de noviembre de 1811 rinde José María Asencio, en el juicio de infidencia que se le sigue al Capitán Juan José Liendo, preguntado sobre las andanzas de este último en el movimiento de Caracas (19 de abril de 1810) lo señala como uno de los asiduos asistentes a las tertulias de la sociedad que tenían lugar en la casa de Herrera, y en las que participan Gabriel Salom, Ra108

Academia Nacional de la Historia (ANH), "Causas de Infidencias", Tomo II, pág. 25.

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fael Hermoso, los hermanos José Antonio y Ramón Landa, Rafael Martínez, el presbítero José Antonio Robles, el oficial veterano J. Jiménez y Luis Latouche, reuniones a las que sabemos también asistiría el hermano de Germán Roscio, el presbítero José Félix Roscio, cura párroco y vicario foráneo del puerto. A finales de septiembre de 1810 nuestro personaje resulta electo como Diputado en las elecciones parroquiales celebradas para la constitución del Cuerpo Conservador de los Derechos de Fernando VII; con base al reglamento elaborado en julio de 1810 por la Junta de Caracas, entre los meses de agosto y septiembre los distintos pueblos, villas y ciudades se movilizan para realizar la elección y nombramiento de los electores parroquiales que posteriormente seleccionan los diputados que la representarían en el Cuerpo Conservador que se reúne en Caracas en marzo de 1811. Entre los electores parroquiales electos en el Tenientazgo de Puerto Cabello, entonces dependiente de Valencia, se encontraban diez electores por Goaigoaza, Borburata, Patanemo y Aguas Calientes, a saber: Pablo de Aramburrri, Rafael Hermoso, Rafael Martínez, José Félix Roscio, Gabriel Salom, Carlos Reyna, Pedro Vicente Rolinchón, Martín de Urloa, Juan José Orta y Domingo Taborda recayendo la elección en este último. Sin embargo, algún opositor tuvo a su postulación tal y como sucedió con el presbítero José Félix Roscio, quien al ser interrogado en el juicio por infidencia que se le sigue en diciembre de 1812, se defiende ante las autoridades españolas diciendo no ser bien visto en el puerto, al punto de no haber sido nombrado elector parroquial de este pueblo cuando tal nombramiento recaía hasta en hombres ordinarios manifestando, además, que cuando asistió como elector del pueblo de Goaigoaza hizo los mayores esfuerzos para que no se reunieran los votos en don Domingo Taborda "por ser sujeto de conducta desarreglada, de cuyas resultas el confesante sufrió bochornos y vejámenes en el mismo acto de las elecciones de parte de los partidarios de Taborda". 108


Domingo Taborda actúa como Fiel Ejecutor de la diputación porteña y con tal carácter firma el acta que se levanta el 9 de julio de 1811, en la que sus miembros Pedro de Herrera, José Lázaro Arreche, Gabriel Salom, Rafael Hermoso, José de Ornellas, José Francisco Arraiz y Bruno Perdomo, junto un número importante de sus habitantes se adhieren a la independencia que días atrás se declaraba en Caracas. Los acontecimientos independentistas presumimos lo devuelven a la acción militar, así no es de extrañar que el 12 de agosto cuando se recibe en el puerto el despacho con el Título de Ciudad de 1811 no esté presente, pues como se lee en el acta que al efecto se levanta se le señala "ausente en servicio de estado". En efecto, a finales del mes de agosto y principios del siguiente Taborda al mando de una división de 100 hombres se encontraba tras el pirata Gabazo en las costas falconianas, al que termina derrotando como se da cuenta en una extensa relación aparecida en la Gaceta de Caracas del 13 de septiembre de 1811. 3. Taborda retoma sus tareas en el ámbito castrense Su desempeño le vale un ascenso: el 9 de septiembre de 1811 el Supremo Poder Ejecutivo en la persona de don Juan Escalona, Presidente en turno, le concede el grado de Teniente Coronel. Las fuentes parecen sugerir que al cesar las actividades del Congreso en abril de 1811, Domingo Taborda retoma sus tareas en el ámbito castrense como Comandante de Artillería en la Plaza de Puerto Cabello, cargo que desempeña cuando Simón Bolívar es designado como su Comandante Militar en abril de 1812. Tomás Pérez Tenreiro señala que el comercio no era el mejor en ese momento, Bolívar toma algunas medidas en beneficio de aquél, abriendo el puerto y reavivando la plaza para aprovisionarla. Aún así, había algunas inconformidades en las filas militares. Refiere que Bolívar tendrá que desenvainar su espada para contener la insolencia de Taborda quien tuvo que ser sometido a la fuerza, pasando en calidad de arrestado a La Guaira. Domingo Taborda tenía sus seguidores en la ciudad. Así, en carta fechada el 25 de junio de 1812,

Manuel María de las Casas se dirige al General Francisco de Miranda pidiendo su indulto en nombre de la municipalidad porteña y la Junta Patriótica. No obstante, el Generalísimo quizá por respeto a la autoridad de Bolívar u ocupado en asuntos más importantes no parece prestar atención a esta solicitud, ello a pesar de que Taborda no le resultaba desconocido y parecía tener gran admiración por Francisco de Miranda. En las cartas que nuestro personaje le dirige el año 1812 se dirige a aquél llamándole "mi venerado generalísimo", "mi amado compatriota" y "mi venerado y apreciado generalísimo", lo que no es óbice para que el Teniente Coronel de Milicias Taborda permanezca detenido en La Guaira desde donde escribe a Miranda el 14 de julio de 1812, explicando que había sido arrestado por seis meses en La Guaira, remitido a esta plaza desde Puerto Cabello el 20 de junio de 1812. Se quejaba de que el comandante Simón Bolívar le diera "ni un corto tiempo" para acudir a su casa por ropa y dinero para sus gastos tan solo lo que tenía encima, además de 30 pesos que le dio un amigo suyo al embarcarse para ese puerto el 20 de junio de 1812, desembarcándose allí cinco días más tarde. Se quejaba Taborda de que como el 30 de junio había sido tomado el castillo San Felipe por Francisco Fernández Vinoni, cito: "no he podido tener auxilio de mi casa, ni ropa, ni de dinero, habiendo consumido ya el poco que traje". Temía Taborda que habiendo sido tomada la plaza por los enemigos, "habrán despojado mi casa á su antojo, ya que no han podido vengar en mi persona sus agravios, y hé aquí que me hallo en un castillo, sin dinero, no prendas en que hacerlo, desnudo y muriéndome de hambre, en un país en que los víveres no se hallan ni aun por los más altos precios". Concluía el remitente pidiendo a Miranda que le rebajara la condena a un tercio, solicitando además que el tiempo que se acordara el arresto se entendiera extendido a toda la villa "que lo cumpliré inviolablemente bajo mi palabra de honor, con que me he conducido siempre, y de este modo podré siquiera disfrutar la mesa de un amigo, que movido á caridad me ha franqueado en su casa 87


y de cuyo beneficio no puedo gozar aquí, Gracia que espero de vuestro benigno corazón".109 Se sabe, sin embargo, que perdida la Plaza de Puerto Cabello y caída la Primera República con la capitulación de Miranda, Domingo Taborda es remitido a tierra porteña como huésped de su fortaleza. Lo anterior lo afirmamos porque el 8 de marzo de 1813 llega al castillo don José Francisco Velasco, Comisionado General de la Audiencia, a los fines de practicar la visita a los presos allí detenidos, pontones que sirven de cárcel en la bahía y cárcel pública, dejando constancia de la presencia de Domingo Taborda, "preso en este el doce de Agosto ultimo haviendo (sic) benido de la Bóveda Guaira con pasaporte del sor (señor) Capitán General; está con grillos, y su causa pendiente en la comisión". Una nota deja constancia de que todos los individuos presos en los pontones se encontraban unos con grillos, otros con grilletes y otros con grilletes y cadenas110. Nos resulta una ironía que ese día en el que Velasco practica la visita (8 de Marzo de 1813) es con el que fecha Francisco de Miranda su célebre Memorial dirigido a la Audiencia de Caracas, y que escribe desde las mazmorras del Castillo San Felipe. Indudablemente Taborda y su amado generalísimo se encontrarían nuevamente allí, pero en circunstancias muy diferentes. 4. Tras las huellas de Taborda Lamentablemente no ha sido posible localizar a la fecha el expediente contentivo del juicio por infidencia que se le debió haber seguido a Domingo Taborda (Pudo ser el caso de que nunca se inició luego de retomada Caracas por Simón Bolívar en 1813), así que resulta difícil saber qué ocurrió con nuestro personaje, pues la última referencia que tenemos de aquél corresponde a principios de 1813 al parecer Domingo Taborda junto a otros reos que se encontraban en el Segundo Pontón del castillo tratarían de escapar. De ello tenemos información con ocasión de una declaratoria instructiva que se toma para investigar 109 110

el intento de fuga en que estarían involucrados además de nuestro personaje, también don Juan Antonio Rodríguez, Francisco Salias, don Vicente Pulido y don Rafael Sanz. En la declaración que rinde el 9 de enero de ese año Manuel de Somarriva afirma haber escuchado de un tal Martín Fernández, citamos: "que por allí andava entre los presos un run run de que hivan aquellos y no savia si algunos mas, y que las consecuencias serian de que los otros infelices padecieran por ellos (…)". Según el declarante había escuchado decir a Taborda que había órdenes de Monteverde de no soltar a nadie, y que serían enviados todos a Puerto Rico en una fragata, por lo que no "havia mas remedio sino el ver como cada uno se escapava como podía y meterse en un monte hasta que Dios quisiese se transquilizare esto, y ver si podían volver a sus casas por que allí quedavan desnudos y sin dinero", lo que habrían de hacer a nado "el que no le tubiese miedo a los Tiburones", o de noche con el bote del pontón que podía acomodar diez o doce hombres. Las declaraciones de Somarriva, sin embargo, son contradichas por el mismo Martín Fernández quien manifestó al ser interrogado sobre los planes de Taborda que: "lejos de proyectar fuga que el declarante sepa, le dixo habra como de doce a quince días que si pensaban esos monicatos que el hera algún hombre sin honor estaban mui equivocados porque el por el honor estaba preso y por el havia de salir…". Sea como fuere los cierto es que Taborda, Rodríguez, Sanz, Alzuru, Pulido y Salias fueron trasladados del Segundo Pontón a una bóveda del castillo, manifestando Juan Campos (Ayudante de la Plaza) quien se encargó de su traslado que al momento de cambiarles los grillos a Alzuru, Tavorda y Sanz "les salió la chaveta al primer golpe", lo que demuestra que estaban en falso y a Rodríguez le salió más fácil que sacarse su zapato. Manifestando Taborda su incorformidad al decir que más valiera

Archivo General de la Nación (AGN), Causas de Infidencias, Años 1812-1813, Tomo XVIII, Expediente No. 1.

Archivo General de la Nación (AGN), Causas de Infidencias, Años 1812-1813, Tomo XVIII, Expediente No. 1.

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que lo pasaran en el acto por las Armas, que verse como se veía.111 Parecía, entonces, que Manuel Taborda después de todo sí intentaba escapar junto a sus compañeros,

todo ello en resguardo de su vida y el futuro incierto que le aguardaba, el mismo que le deparaba andanzas cuyos detalles aún estar por escribirse.

Causas de Infidencias "Documentos Inéditos relativos a la Revolución de la Independencia". Caracas, Archivo Nacional, 1917, tomo 1. Edición dirigida por Laureano Vallenilla Lanz.

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Artículos

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VALENCIA CAPITAL FEDERAL 1812 En diciembre de 1811, al ser aprobada por el Congreso la Constitución Federal, este mismo cuerpo dictó disposiciones para su aprobación por las asambleas provinciales y para la elección de un nuevo Poder Ejecutivo compuesto también de 3 miembros. Entre tanto, el que venía existiendo desde marzo de 1811 continuó activo durante los primeros meses de 1812. Como el Congreso había acordado trasladarse a la ciudad de Valencia (que quedaba convertida en capital de Venezuela en lugar de Caracas), el Poder Ejecutivo manifestó en varias oportunidades, en enero y febrero de 1812, su negativa a establecerse en dicha ciudad, lo cual suscitó una controversia entre los 2 poderes. Finalmente, el Congreso se trasladó a Valencia, donde reanudó sus sesiones el 16 de marzo de 1812. Pero de los miembros del Triunvirato sólo Mendoza viajó desde Caracas a la nueva capital. De todos modos, realizadas la elecciones en las provincias, el Congreso escogió el 21 de marzo entre las 9 personas que habían recibido el mayor número de sufragios a los integrantes del nuevo Poder Ejecutivo. Fueron éstos Fernando Rodríguez del Toro, Francisco Javier Ustáriz y Francisco Espejo; como suplente quedó Francisco Javier Mayz. Las dificultades creadas por el terremoto del 26 de marzo de 1812 y la crisis político-militar abierta por el avance de las fuerzas realistas al mando de Domingo de Monteverde, hicieron prácticamente nula la actuación de este segundo Triunvirato. Ni Toro ni Ustáriz llegaron a ir a Valencia, y no fue sino el 3 de abril cuando Francisco Espejo pudo presentarse en esa ciudad y juramentarse junto con el suplente Mayz (que era diputado) para dejar constituido el Triunvirato con sólo 2 de sus miembros. El día 4, el Congreso acordó conferir al Poder Ejecutivo de la Confederación facultades extraordinarias, y se puso en receso el 6 de abril de 1812. El 23 de ese mes el Poder Ejecutivo, mediante una comunicación del secretario de Guerra y Marina, José de Sata y Bussy, nombró a Miranda 90

generalísimo de las Fuerzas Armadas de la Confederación "…con absolutas facultades (...) para salvar nuestro territorio invadido por los enemigos de la libertad…", según se le decía. Miranda aceptó. El Poder Ejecutivo se estableció en La Victoria. Fernando Rodríguez del Toro, quien aún se resentía de la herida recibida en la batalla de Valencia en julio de 1811, se separó del Triunvirato, y fue sustituido por Juan Germán Roscio. El 19 de mayo se celebró en la hacienda de la Trinidad de Tapatapa, en Maracay, una conferencia a la cual asistieron, además del generalísimo Miranda, el letrado Roscio, representante del Ejecutivo Federal, Francisco Talavera, del Ejecutivo de la provincia de Caracas, y José Vicente Mercader por la Cámara de Representantes de la misma provincia. Miranda, escribe Parra Pérez, "…recibió expresamente y además de todas las facultades delegadas por el Congreso al Ejecutivo Federal, la de tratar directamente con las naciones extranjeras y de América…" El Triunvirato cesó en sus funciones, pero Roscio y Espejo permanecieron como consejeros al lado de Miranda, quien asumió ese día el gobierno de la Confederación de Venezuela. El 23 de abril de 1812, el Triunvirato Ejecutivo designó a Francisco de Miranda generalísimo del Ejército, en un intento por salvar la República acosada por la grave situación creada por la rebeldía de las provincias de Maracaibo, Coro y Guayana; la aparición en la escena de Domingo de Monteverde y su arrollador avance hacia Caracas, unido a la confusión creadas ante el terrible terremoto ocurrido en la Semana Santa, ponía a prueba la capacidad del Triunvirato. Lamentablemente para la naciente República este nombramiento de Miranda no logra salvarle y pocos meses después, éste capítula ante Monteverde y sella la caída de la Primera República. Rafael Agustín Pinto Prada Individuo de Número de la Academia de Historia del Estado Carabobo Sillón letra "L"


Misceláneos

Boletín de la Academia de Historia del Estado Carabobo Nº 15 - Edición Especial 2010

VALENCIA DE CIUDAD PROVINCIAL A METROPOLIS María Cora Páez de Topel Individuo de Número de la Academia de Historia del Estado Carabobo , sillón letra "J"

El 25 de Marzo de 2012, con motivo del 457 aniversario de la fundación de Valencia, pronuncié el discurso que sigue en la Casa Páez, invitada por la Junta Directiva de la Sociedad "Amigos de Valencia" presidida por la Prof. Subdelia Páez de Sevilla, que me permito transcribir para el Boletín de nuestra docta Academia de la Historia de Carabobo. Hoy estamos celebrando con júbilo el 457 aniversario de la fundación de Valencia y es propicia la ocasión para citar a José Rafael Pocaterra: "Esa madrugada de Marzo, la hueste se empuja en el troche y baja por una quebrada, orillan una agua donde saltan peces y suben por toda la orilla. Vienen ciento cincuenta andaluces con Díaz Moreno". En sus "Obras Selectas", la poetisa María Clemencia Camarán escribió: "Si nos remontamos al 25 de Marzo de 1555, día de la Anunciación y Alfa de la vida de Valencia, recordaremos que la fundación de esta ciudad no fue un vano capricho colonizador, sino cumplimiento de un mandato real, previsor y providente". Y continúa más adelante diciendo: "La Nueva Valencia apareció sobre el suelo elegido con la destinación de las ciudades que van gloriosamente al porvenir y que se afirman en la historia". Para querer a Valencia hay que vivirla, caminar sus calles, recorrerla en todas sus direcciones y relacionarse con su gente, como también hay que leer sobre el pasado para conocer su historia, remontándose imaginariamente a los días iniciales de la fundación hasta los hechos más gloriosos, funestos y trascendentales de su evolución histórica. Fueron hombres visionarios aquellos primeros pobladores que, al encontrarse con el fértil valle bañado por las aguas del Lago Tacarigua, no vacilaron en tomar

posesión del territorio plantando la cruz en nombre de Dios y de la Corona, como lo exigían los Reyes Católicos a aquellos valerosos conquistadores del Nuevo Mundo: Alonso Arias de Villasinda, Alonso Díaz Moreno, Alonso de Ojeda, Diego de Ordaz, Juan de Villegas, Vicente Días y tantos otros nombres que quedaron para siempre guardados en las páginas de la historia de las fundaciones venezolanas. En el libro "Recado Histórico sobre Valencia" relata el Cronista Rafael Saturno Guerra como era la ciudad de la Nueva Valencia del Rey en los últimos años de la Colonia, escribiendo que estaba situada hacia el Sur - Poniente, o sea por los lados del antiguo Hospital Civil y El Calvario. La parroquia Catedral se denominó desde los tiempos más remotos hasta hace pocos años "Parroquia de la Anunciación de Nuestra Señora" y que la parroquia de Candelaria surgió a fines del siglo XVIII y su templo fue construído por los canarios, así como que la región de Candelaria y la de El Palotal eran conocidas como Pueblo Nuevo. Continúa el Cronista ofreciendo interesantes relatos de la época, tales como que en 1849 y 1854 la Diputación Provincial legisló sobre arquitectura civil, conteniendo las Ordenanzas de esos años importantes detalles sobre la anchura y delineamiento de calles, construcción de casas y edificios, nomenclatura y otros. Como vemos, las Ordenanzas en esos años eran estrictas para mantener el ordenamiento correcto, especificando que: "en ninguna población podrá construirse edificio alguno que destruya la delineación recta de la calle, ni formarse en los frentes o partes laterales de las casas obra alguna que embarace el tránsito, ni se volarán las ventanas más de una tercia de vara". Así tam91


bién se prevenía a los dueños de los edificios o casas para que las repararan o tumbaran, si estaban ruinosas o en mal estado. Los vecinos estaban en la obligación de empedrar el frente de sus casas. Si en el siglo XVI se fundó la ciudad de Valencia, quedando bien determinada la estructura urbana base para la jurisdicción municipal y todavía trescientos años después la legislación sobre el trazado de las calles, la construcción de las nuevas edificaciones, la limpieza y el ornato eran tan rígidas de parte de la Diputación Provincial, es en el siglo XX cuando el progreso mal concebido comienza a destruir el patrimonio arquitectónico colonial, representado en las hermosas mansiones de la época, de estilo andaluz y sólida construcción con materiales nobles como la piedra, el ladrillo y la rafia. El Palacio Municipal situado en plena Plaza Bolívar, en donde estuvieron inicialmente las Casas Consistoriales, el viejo mercado de la calle Constitución, el antiguo Hospital Civil, esquinas y calles emblemáticas de la provincia desaparecieron o están ruinosas, convertido el centro de Valencia en una especie de mercado persa, buhoneros por doquier y locales comerciales de factura barata en calles rotas regadas de basura. Valencia, no obstante, es un polo de atracción por sus bondades naturales y su privilegiada ubicación geográfica en el centro - norte del país, la fertilidad de su suelo, la abundancia de agua y la cercanía de Puerto Cabello, llegando a ser hoy día la tercera ciudad de Venezuela. Desde los primeros años de la República, en 1830, comienza la ciudad su proyección futura motorizada por próceres militares y civiles, intelectuales y empresarios con visión de futuro. El Gral. José Antonio Páez hizo de Valencia el mayor centro político del país, disputándole la capital a Caracas en 3 ocasiones. El crecimiento demográfico que arrojan los resultados de los Censos de Población ordenados por la Oficina Nacional de Estadística obligan a reformar la Ley de División Político - Territorial del Estado en los sucesivos períodos administrativos y así tenemos que en 1832 Valencia contaba solamente con una Parroquia, en tanto ya para 1846 aparece Valencia dividida en dos Parroquias urbanas: Candela92

ria y Catedral, la primera con 10.152 habitantes y la segunda con 7.823 habitantes. Dos años después, la Diputación Provincial de Carabobo decreta la división de Valencia en 4 Parroquias urbanas: Candelaria, Catedral, El Socorro y Santa Rosa. En 1849 se crea la Parroquia urbana de San José y más adelante la de San Blas, sumando entre todas una población cercana a los 30 mil habitantes. Por la dinámica poblacional crecen en su territorio diferentes desarrollos manufactureros, que comienzan a definir su carácter de ciudad industrial. En 1855 surgieron las primeras industrias artesanales, tales como fábrica de aceites y de fósforo, tenerías, talabarterías, textiles, refinerías de azúcar, fundiciones, fábrica de sombreros y sacos. Una década después se crea una Sociedad Mercantil que compraba y exportaba café, así como una que comerciaba cacao. Para fines del s. XIX Valencia extendía su influencia hacia los valles de Aragua, hacia Puerto Cabello y hacia San Carlos. Operaban también en esos años las dos estaciones ferroviarias con autovías y trenes para facilitar el transporte interno y hacia Tejerías, Caracas y Puerto Cabello: el ferrocarril Inglés en la avenida Bolívar, a la altura del Rectorado y el Alemán en el Parque Humboldt. Tanto el horario como el estado de los trenes eran rigurosos, por lo que es algo también de lamentar que el auge del automóvil en las primeras décadas del s. XX haya hecho que las autoridades de la época desmantelaran esos medios de transporte que cumplían una función tan útil, por lo que se utilizan todavía en ciertas ciudades europeas y norteamericanas. Continuando con el auge industrial, se funda en 1910 la compañía Telares de Carabobo y en 1913 la Compañía Anónima Electricidad La Cumaca, cuyo propietario y promotor fue Don Guillermo Degwitz, comprando CADAFE posteriormente la propiedad. En 1936 el empresario Temístocles López fue promotor y primer presidente de la Unión de Industriales de Valencia. Se cierra de esta manera la primera etapa de la industrialización de Valencia. El número de Parroquias que conformaban el área urbana de Valencia se mantuvo inalterable hasta el


año 1964, cuando se incorporan las Parroquias antes foráneas de Los Guayos, Naguanagua, San Diego y Tocuyito, con un incremento notable de la población en la medida en que la ciudad se expandía y se hacía atractiva. El extraordinario crecimiento demográfico rebasó los límites de la urbe al extenderse hacia zonas rurales y otras jurisdicciones político - territoriales del estado Carabobo, considerando la Asamblea Legislativa establecer una zona urbana definida en sus verdaderos linderos metropolitanos, para facilitar la proyección de los programas urbanísticos, educacionales, ambientales e industriales de esas áreas. Dos hechos relevantes a mediados del siglo pasado contribuyeron a impulsar el desarrollo de la capital carabobeña: la reapertura de la Universidad de Carabobo en 1958 y la creación de la Zona Industrial en 1960, poniendo a nuestra ciudad a la vanguardia de los adelantos científicos, humanísticos, tecnológicos y empresariales del mundo moderno. La etapa democrática que también se inició en esos fulgurantes años contribuyó a despejar el camino del progreso, para que los hombres y mujeres forjadores de esas grandes luchas encontraran campo propicio para sus realizaciones. Numerosas personas provenientes de otros estados, estudiantes, técnicos, profesionales y obreros, fijaron residencia aquí en busca de superación personal, oportunidades de trabajo y creación de riqueza. La iniciativa privada fue un antecedente determinante en este proceso, estimulada por la visión de futuro de hombres como Humberto Celli, a la cabeza del Concejo Municipal y Luis Nuñez Pérez, en representación de los empresarios, quienes tuvieron la responsabilidad de conducir el proceso de industrialización. De esa manera, la descentralización nació en Valencia, dando un ejemplo los carabobeños de la incansable lucha contra el centralismo, que hoy todavía continúa negándonos los recursos que se requieren para seguir impulsando el desarrollo. Otro factor determinante en el aumento de la población fue el abrir nuestras fronteras a miles de colonos provenientes de Europa, que huían de los horrores de la II Guerra Mundial y de la persecu-

ción nazi, política llevada a cabo por la Junta Revolucionaria de Gobierno presidida por Rómulo Betancourt, en 1945. En el Trompillo, del Central Tacarigua, la Sociedad Amigos de los Inmigrantes fundada por ese insigne valenciano que es Oswaldo Feo Caballero, les brindó un hogar y poco a poco se fueron insertando a la sociedad carabobeña, lo que sin duda ha dado resultados beneficiosos, al haber aprovechado la capacidad de trabajo de los extranjeros con mayor preparación y conocimiento en el fomento de la industria, la agricultura y las artes, como también ha sido beneficioso el cruce genético, al aumentar y mejorar la escasa población diseminada en un extenso territorio, así como el intercambio cultural. Otras migraciones provenientes de Asia y de los países árabes llegaron para quedarse, con lo que la mezcla racial se ha intensificado, así como ha crecido en nuestra ciudad el número de habitantes. La presión del rápido crecimiento de la población y la actividad fabril incrementaron el comercio, abriendo sus puertas numerosos negocios y tiendas que empezaron a instalarse en el. casco urbano, alterando la arquitectura colonial para construir locales comerciales, destruyendo fachadas y derribando parte de la estructura de las antiguas casonas con el fin de sacarle mayor provecho económico, sin que las autoridades municipales de esos años prohibieran el daño que comenzó a hacerse del patrimonio arquitectónico español originario de nuestros primeros pobladores. Cuando muchas de esas casas dejaron de ser vivienda, al irse perdiendo las condiciones de vida apacible y segura en el centro de Valencia, sus dueños las fueron abandonando para mudarse hacia los nuevos desarrollos que ya comenzaban a levantarse hacia el Norte y sus límites adyacentes. La zona denominada Camoruco Viejo, que llegaba hasta el Rectorado de la Avenida Bolivar, sufre también una transformación, al ser derribadas algunas construcciones, entre ellas el antiguo Colegio de Lourdes y el Asilo de Huérfanos, en la calle Arismendi c/c Av. Bolívar. Desde 1934 comienzan a fundarse las urbanizaciones La Alegría, Las Acacias, la Carabobo, la Majay, Guaparo, Los Sauces, El Viñedo, El Trigal, segui93


das posteriormente por La Viña, Prebo, El Parral y otras, en las que las familias pudientes fijan residencia buscando un estilo de vida más moderno y más confortable. Otras familias con menos posibilidades económicas se fueron hacia el Sur, estableciéndose muchas de ellas en tierras ejidas o de menor costo. Las densidades más altas de población se localizan en las zonas de barrios, donde proliferan los ranchos al Sur-Este y Sur - Oeste de la ciudad, producto de las invasiones como consecuencia de las migraciones del campo a la ciudad, cuando miles de ciudadanos de las zonas rurales se radican en Valencia atraídos por las fuentes de empleo que la naciente industrialización les ofrecía. En el año 1960 se construye la Urb. Industrial Carabobo, con capital privado, la Zona Industrial Municipal Sur y la Zona Industrial Norte. Por esos años, se fundan también los clubes sociales, algunos de ellos constituidos por las colonias extranjeras arraigadas en Valencia. Surgen también desde mediados del siglo pasado los institutos tecnológicos, como la Universidad Tecnológica del Centro (UNITEC), el Colegio Universitario de Administración y Mercadeo (CUAM), el Instituto Universitario de Tecnología Industrial (IUTI), el Instituto Universitario de Tecnología (IUTEPAL), el de Nuevas Profesiones y más adelante las universidades Santiago Mariño, la José Antonio Paez y la Arturo Michelena, haciendo a nuestra ciudad mucho más interesante para las nuevas generaciones de venezolanos. El Censo de Población efectuado el 20 de Octubre de 1981 por la Gobernación del estado Carabobo, que regía el Ing. Raúl Gómez, determinó que por cuanto en la ciudad de Valencia se ha producido un extraordinario crecimiento demográfico y urbano que ha rebasado los límites naturales de la ciudad, extendiéndose a zonas anteriormente consideradas rurales y pertenecientes a otras jurisdicciones político-territoriales dentro del Estado, formándose en la actualidad una unidad urbana indisoluble, se tendrá por Area Metropolitana de Valencia la superficie comprendida por la totalidad de las Parroquias: Candelaria, Catedral, El Socorro, Independencia, Los Guayos, Miguel Peña, Naguanagua, Rafael 94

Urdaneta, San Blas, San Diego, San José, Santa Rosa y Tocuyito, Parroquias urbanas que forman la ciudad de Valencia y la totalidad de la Parroquia foránea Tacarigua, del Municipio Autónomo Carlos Arvelo y de los Municipios Autónomos de Guacara, San Joaquín y Diego Ibarra, sin que sufran desmedro en sus funciones político administrativos y jurisdiccionales. Posteriormente es incorporada al Area Metropolitana la Parroquia urbana Güigüe, del Municipio autónomo Carlos Arvelo, para conformar lo que se denomina la Gran Valencia. Finalmente, en una nueva reforma a la Ley de División Político-Territorial, el gobernador Henrique Salas Römer aprobó la resolución emanada de la Asamblea Legislativa del estado Carabobo, procediendo a insertar en la Gaceta Oficial de fecha 16 de enero de 1994 la creación de los Municipios Naguanagua, Los Guayos, San Diego y Libertador, estipulando en el Art. 10 de las disposiciones Transitorias que: "una vez que sean juramentadas sus autoridades electas, la Asamblea Legislativa propiciará la iniciativa para la creación del Distrito Metropolitano Valencia, de conformidad con lo previsto en el artículo 25 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal". Debo señalar, haciendo honor a los méritos de los académicos de la historia regional, que la mayor parte de los datos aportados para la documentación sobre la creación de las Parroquias y Municipios, los tomé del libro de Don Oswaldo Feo Caballero "Memoria censal y Toponímica del Estado Carabobo". El crecimiento de Valencia va a continuar extendiendo sus fronteras hacia Maracay, en el Centro-Norte y hacia San Carlos, en el Suroeste, puesto que el valle ofrece los beneficios que atrajeron inicialmente a los antiguos pobladores: situación geográfica privilegiada, montañas, agua y tierra fértil, aparte de contar con personas laboriosas y con ciudadanos esclarecidos dispuestos a defender a la ciudad de todas las agresiones que en determinados períodos históricos han pretendido perjudicarla. El crecimiento urbano no se detiene, dándole paso la provincia a la metrópolis, en la medida en que se intensifica la construcción de viviendas unifamiliares y


multifamiliares en altos edificios de apartamentos y conjuntos residenciales, los modernísimos y funcionales centros comerciales ubicados en áreas de gran afluencia de público, las franquicias de comida rápida, de la salud y de artículos variados, así como otros avances sociales que nos insertan en la masificación y globalización de las grandes ciudades, en las que los encuentros con las amistades son casuales, las actividades culturales simultáneas y todos andan de prisa. Es menester, no obstante, hacer la salvedad que en esta avanzada transformación urbana, las autoridades de los institutos de infraestructura vial nacional, regional y municipal han quedado rezagadas en cuanto a la ampliación y construcción de nuevas avenidas y autopistas. Por último, el Censo de Población efectuado a finales del año 2001 arrojó una población para la Gran Valencia de 2.858.750 habitantes.

nar la II y III etapa del Metro, para sanear las aguas del Lago de Valencia y descontaminar los embalses que nos surten de agua potable, para recuperar el Ateneo junto con su valiosa colección de arte, para recobrar nuestros símbolos patrios y tener seguridad en nuestras calles, plazas y parques.

Vientos de renovación democrática recorren Venezuela en este año 2012 y una ráfaga de aire refrescante se va acercando hacia Valencia, despejando las nubes negras que tienen empañado el progreso. Hay un camino que los valencianos vamos a transitar para quitarnos el peso de la centralización y poder manejar nuestros propios recursos, para culmi-

Memoria Censal y Toponímica del estado Carabobo, de Oswaldo Feo Caballero.

Bajo la advocación de nuestra patrona, la Virgen del Socorro, los tiempos que se avecinan serán de signo positivo, augurado un porvenir de nuevas realizaciones en esta hermosa ciudad de Valencia que hoy, 25 de Marzo de 2012, está cumpliendo 457 años de fundada. Señores. María Cora Paez Capriles de Topel. Miembro Numerario de la Academia de Historia del estado Carabobo. Sillón letra "J". BIBLIOGRAFÍA Crónicas Valencianas, de Oswaldo Feo Caballero.

Recado Histórico sobre Valencia, de Rafael Saturno Guerra. Gaceta Oficial del Estado Carabobo, Extraordinaria No. 494 de fecha 16 de Enero de 1994.

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VIDA DE LA ACADEMIA

Junta Directiva de la Academia de Historia del Estado Carabobo periodo 2011-2013. De izquierda a derecha María Cora Páez de Topel, Enrique Mandry Llanos, Eumenes Fuguet Borregales, José Manuel Riera Torres, Julio Centeno Rodríguez y Rafael A. Pinto Prada

Conferencia del Profesor David Ruiz Chataing sobre el ilustre prócer valenciano Miguel José Sanz en el marco del foro: "Valencia Capital Bicentenaria 1812-2012", efectuada el 05 de mayo de 2012 en la Casa de la Estrella- Valencia

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FORO: "A 50 AÑOS DEL PORTEÑAZO" efectuado el 09 de junio de 2012 en la Casa de la Estrella de Valencia

En la Casa de la Estrella se realizó, el día 9 de junio de este año, una excelente actividad promovida por la Academia de la Historia del Estado Carabobo. Me refiero al foro "A 50 años del Porteñazo: Una Reflexión Histórica. 1962-2012". Una de las grandes virtudes de esta actividad es acercarse a un hecho de la reciente historia del país, buscando una mirada interpretativa, más justa y apropiada, desde diferentes ángulos y vertientes ideológicas y personales, sin excesivas pasiones y complacencias. El evento, del cual, dicho sea de paso, la Oficina del Cronista Universitario fue copatrocinante, se realizó en un ambiente de madurez, narrando los hechos sin desviaciones ideológicas inapropiadas, es decir tal como lo dijo uno de los ponentes "buscando la objetividad en los hechos, aunque las interpretaciones sean subjetivas". Tuvimos la oportunidad de escuchar a varios académicos: a Enrique Aristigueta, con un buen análisis político; a José Ramón López

Gómez con un recuento humano y vivencial; a Asdrúbal González con claras consideraciones ideológicas; a Luis M. Díaz con un excelente relato biográfico del padre Luis M. Padilla y a José A. Sabatino P. con reflexiones apropiadas e inéditas referencias históricas. Es justo decir, que la Academia ha venido desarrollando este año una excelente labor de divulgación histórica. Bastaría recordar otro foro realizado en mayo, "Valencia, Capital Federal Bicentenaria 1812-2012". Creemos que las motivaciones intelectuales expresadas por el presidente de la Academia, Enrique Mandri y el equilibrio y profundidad demostrado por el secretario Rafael Pinto, en ambos eventos, son unos buenos soportes para consolidar a la Academia de Historia del Estado Carabobo como el escenario apropiado para una seria discusión histórica. Referencia: Individuo de número Iván Hurtado León, Cronista de la Universidad de Carabobo.

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