Zakumi House 2

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Bienvenidos a la edici贸n numero 02, Agradezco infinitamente el apoyo :) ustedes son mi inspiraci贸n. Esta vez compartire algunos one-shot, y les aviso: Tenemos pagina de facebook! Ponagale su like a "Delirios con Zakumi" y esten atentas a la publicaciones. Tambien podran pedir la version PDF para tener en sus celulares, imprimir, etc. Lo que deseen, y asi seguir compartiendo el yaoi.Escribanos sus comentarios, sus quejas, lo que les gustaria incluir, lo que les gustaria conocer ... soy su investigadora (jajaja) y les ofrezco mis delirios. Una vez que todos los fics esten publicados, comenzare con las actualizaciones. Tratare de ser ordenada, para que no haya problemas de lecturas. Les envio un afectuoso abrazo lleno de antidepresivos marca "Zakumi House" para que tengan una gran semana. 隆Gracias por leer! AGRADECIMIENTOS ESPECIALES A: Kitsu, Jessica, Desiree, Bara, Chimmy , Lestat , Azura, Emma , Kini, Camus y Jenny * por razones de seguridad solo se utiliza el apodo o nombre Dissclaimmer: Hunter x Hunter pertenece, integramente, a su autor Yoshihiro Togashi. Las imagenes ocupadas en esta publicaci贸n son propiedad de sus respectivos autores. Estas historias son ficticias, realizadas sin fines de lucro. Se prohibe su venta. Se recomienda compartir con lectores de yaoi que ya conoscan a la autora (xD) NO QUEREMOS LUCRAR, SOLO ENTRETENER. No deseamos agredir los derechos de autor (respetamos su trabajo y lo agradacemos)


Fanfics (por Zakumi) Titulo: Curiosidad

Irumi solo observo el frágil y maltrecho cuerpo del otro, realmente le había costado trabajo capturarlo, le debía el merito siquiera de haberlo entretenido bastante. Y es que aun recordaba su misión: “MATAR A GON FREECS” Su familia había sido categórica al momento de la orden, y ahora que ya lo tenía solo había algo que le impedía cumplir su trabajo: La curiosidad.


La curiosidad de saber ¿porque killua era capaz de abandonar a la familia para andar con este muchachito? ¿Porque le daba la espalda a la tradición de la familia? ¿Qué lo hacia estar dispuesto a morir por el? Y es que hasta Hisoka estaba empecinado en el pequeño pelinegro, esperando su tiempo para matarlo, excepción que no hacia con nadie. ¿Que es lo que lo hace tan especial como para que hasta sus enemigos lo quisiesen? Gon por su parte estaba con los ojos vendados, y maniatado a una silla, asustado y nervioso, sabía perfectamente quien lo había raptado. Sabia que iba a morir, lo que le dolía inmensamente era el tiempo, y es que había tantas cosas que no había alcanzado a hacer, ni a decir. El asesino solo se sentó en el piso para mirarlo, antes de matarlo debía averiguar que tenia el pequeño de especial. Primero miro su piel: era tostada y viva. Diferente a la suya y a la de killua ¿acaso era por eso? Negó con la cabeza. Era muy poco probable ¿tal vez era su cuerpo? extrañamente sugestivo y hermosamente bien formado, como en una lucha entre abandonar la niñez y entrar a la adolescencia. ¿o quizás era su voz dulce y melosa? ¿o su sonrisa? ¿Sus ojos? ¿Su personalidad? Se puso de pie. Solo con mirarlo estaba pensando en cosas demasiado incorrectas. Se acerco dispuesto a matarlo, rodeo con sus manos el frágil cuello del pequeño; pero al sentir su piel, su piel tibia y suave, se detuvo y deslizo una mano por su mejilla. - ¿Qué me vas hacer?-pregunto asustado Gon al sentir la fría caricia en su rostro. - te matare - respondió Irumi sin dejar de acariciarlo - ¿Por qué? – Pero su pregunta no fue respondida. - ¿Por qué?- pregunto agitado y sin contener las lagrimas propias de una situación así- ¿es que acaso te he hecho algo?Irumi sintió algo que no podía permitirse sentir: compasión. Aun así, solo cerró los ojos y comenzó asfixiarlo, sintiendo las lágrimas desesperadas de Gon cayendo en sus manos. -qu...-trataba de decir algo pero su garganta se volvía cada vez mas estrecha sintiendo que estaba a punto de romperse. Trato de hacer algo pero no podía, estaba amarrado a esa silla. No entendía el porque. No lo sabía. “¡No quiero morir...por favor!” Gritaba en su mente. “Solo un poco mas...y podría cumplir su trabajo. Solo un poco mas y ya no existiría ese joven, y killua volvera a ser el de antes” se repetía Irumi


Pero fue entonces que sintió el aroma, el embriagante aroma de Gon, que como suaves caricias tocaban sus sentidos, obligándolo a abrir los ojos. Forzándolo a mirarlo. Soltó el agarre, y volvió a afirmarse contra la pared de la oscura habitación. “¿Qué me pasa?” Fue lo único que pudo preguntarse mientras veía al moreno dando grandes bocanadas de aire recuperándose o intentándolo. Y es que el era un asesino, un asesino sin piedad por nada ni por nadie, sintió un horrible mareo. Ese maldito mocoso era capaz de hacerlo dudar de esa forma. Gon solo trato de recuperar un poco de su conciencia y cuando por fin pudo hablar. -¿estas ahí?- pregunto esperanzado en que no estuviera, esperanzado en que mágicamente todo no hubiera sido mas que un cruel pesadilla. Como respuesta Irumi solo se acerco y deslizo un dedo desde el pecho de Gon hasta sus labios. El pelinegro volteo el rostro negándose a tales insinuaciones. El secuestrador por alguna extraña razón solo pudo pensar en algo: apretó la mandíbula del otro y lo beso. Gon sintió aquellos labios y luego una mordida, una dolorosa mordida que lo hizo sangrar. Ya no podía evitarlo el exquisito sabor metálico de la sangre en su lengua lo estaba incitando. Le desabrocho la chaquetita verde y coló su mano por debajo de la polera. Tocándolo suavemente. Era tibio y deliciosamente suave. sintió una especie de corriente eléctrica en su propia piel. Gon estaba asustado, Se revolvió tratando de resistirse pero por mucho que fuera buen luchador y tuviera agilidad, la diferencias eran muchas y mas aun estando amarrado y a su merced. - no te matare pero me debes un gran favor...no seas mal agradecido- dijo Irumi deslizando su lengua por la mejilla del otro, haciéndolo llorar de nuevo y moverse frenética y desesperada mente, temiendo por la forma en que tendría que pagar. Un golpe en su rostro lo hizo dejar de moverse, dejar de retorcerse. Muy pronto la sensación de miedo entumecía su cuerpo y se mezclaba con las ahogantes y dolorosas caricias del otro. Irumi sabia perfectamente que aquello era mentira, pues lo mataría. Deslizo hábilmente sus manos para desabrocharle el pantalón y metiendo su mano. Comenzó a masturbarlo lentamente. Gon no sabía que le pasaba pero sentía su cuerpo con temperatura y ya no podía negarse a los besos del otro.


Descubriendo el deseo. No paso mucho tiempo y el placer se volvió asfixiante, peor que los golpes. Era demasiado extraño lo que sentía. Miedo y placer, las dos entidades al mismo tiempo Las caricias se detuvieron por instante. Fue entonces que sintió como el otro desamarraba sus piernas. Como el otro le quitaba su pantalón y su ropa interior de un jalón. Como le doblaba las piernas y colocaba algo en su entrada, y aunque no podía verlo, sabía perfectamente que eso no estaba bien, pero su cuerpo adormilado por tantas sensaciones no le ayudaba. Las caricias retornaron. Era doloroso y esclavizante. Trato de no gemir pero sus torturados labios solo continuaban entreabiertos dejando escapar jadeos. La boca de Irumi se junto a la del moreno saboreando los restos de sangre que el mismo había sacado a mordidas. Gon solo cerró los ojos sintiendo un suave movimiento del otro, rozando su miembro con su entrada. Entrando. Dolorosamente. Haciéndolo apretar los dientes por el dolor. Sintiendo que se destrozaba...el dolor era tal que sentía su corazón bajo sus costillas retorciéndose. Irumi jamás había sentido algo así, era deliciosamente estrecho, comenzó a moverse mientras sentía la tibia sangre del otro al entrar y al salir. Los gemidos de Gon retumbaban en la habitación. Y a pesar del dolor. Aquello comenzó a gustarle. Sintiendo una lucha en su vientre, sintiendo que explotaría. Y así fue, con las ultimas embestidas y sintiendo al otro llenando su interior. Termino en un claro y sonoro orgasmo. Ya todo había terminado. Irumi se arreglo la ropa y volvió a besarlo. Lo miro quedar inconciente y totalmente rendido. Y por alguna extraña razón, talvez la misma que lo obligo a tocarlo, le arreglo la ropa y se fue. Permitiéndole vivir.


Titulo: Tu Luz

Siempre había sido un ser sin alma, un maldito bastardo. ¡Siempre! Como una condena tormentosa que jamás lo dejaba ni lo dejaría. ¡Jamás! Siempre todo el mundo se negaría a su compañía. Por ser un maldito asesino sin corazón. Y...Ahora que lo pensaba.... ¿De que servia todo eso?¿el mentirse?¿el pensar que su existencia era


solamente la búsqueda de la muerte? ¿De ser asesinado o asesinar? Para arrancar un dejo de su miseria...De sentirse solo. - No sirve de nada -se recrimino mentalmente, mientras sentía la oscuridad envolvente de su propia existencia. Talvez...Ya era tarde. De las mismas penumbras de la efímera noche crepuscular, vio una luz, una razón encarnada en la perfecta imagen de un muchachito moreno, de ojos ámbar y cabello oscuro. -Gon- susurro al reconocerlo, ya había pasado tiempo desde la última vez que se habían visto, y jamás creyó volver a verlo. El pelinegro sonrió. Sonrió al verlo ¿a el? Un maldito enfermo adicto a la muerte, y se le acerco con una mirada preocupada. ¿Gon estaba preocupado por el? - te ves mal...HisokaJamás creyó que alguien en el mundo se preocupara por el, pero talvez se debía a que ese joven era único y especial. -¿como lo sabes?- pregunto mientras analizaba al joven de 15 años, al parecer. -tus...ojos...me lo dicen- respondió con un leve sonrojo, que se ocultaba en la noche. ¿Talvez era verdad? El mago suspiro con profundidad, estirando el brazo hacia el rostro sereno del pelinegro, que a pesar de invitarlo a la loca idea de matar, lo tranquilizaba. El moreno sintió esa blanca y fría mano en su mejilla acariciándola, y la dejo continuar por su rostro, en cierta forma la anhelaba. La adicción a la sangre se contuvo en su pecho, es que al sentir esa tersa, suave, perfecta piel, todo su ímpetu desaparecía; mas aun al sentir la pequeña mano del menor sobre la suya, indicándole que le gustaba, que las necesitaba también. Cerró los ojos. Porque en el fondo en su frío corazón, su obsesión por el joven Freecs no era otra cosa que AMOR. Y nunca lo hubiese descubierto de no ser por esa calidez del otro sobre su mano, y por la paz, que ilustraban su mirar, al contemplarlo.


¿AMOR? Un sentimiento que jamás creyó merecer...ni sentir. Por lo mismo se alejo y le dio la espalda, sintiendo que sus manos se convertían en dagas, sintiendo que si lo seguía tocando, lo mataría, lo mataría como todo lo que llegaba a sus manos, como todo aquello que deseaba y quería. Porque la muerte era la única forma de entregar amor que el conocía. Hasta esta noche. Donde sintió un corazón palpitante contra su inerte cuerpo, como en un ruego. - abrázame fuerte- susurro Gon al rodear con sus frágiles brazos al pelinaranja, que tuvo que voltear, y mirar de nuevo esos ojos calidos, que a la luz de la luna, se abrían. Esa mirada ámbar que como un amanecer era capaz de ahuyentar las oscuras penumbras de su alma. Solo con mirarlo... Solo con su sonrisa... Solo con su amor... - déjame despertar en tus brazos y escucharte decir que esto no esta bien...- seguía la voz, dulce y sugestiva, del pequeño resonando en sus oídos, indicándole el camino a casa...a la luz. Es entonces que Hisoka mira a los ojos de ese pequeño extraño, y sabe que le pertenece; pero aun así, tiene miedo...miedo del dolor y de toda la sangre que tanto añora ver correr en sus manos. -mi corazón esta muerto-le dice soltando el abrazo, sabiendo que talvez jamás se perdonaría por ser tan sincero -y si te amo....tu amor, sera mi muerte...Gon cae de rodillas y llora profundamente mientras ve al asesino que con la mirada absorta solo arruga el seño.¿Es que acaso no lo merece? ¿No podría intentarlo? El mago no sabe que le pasa a su cuerpo, pero no puede irse aunque quisiera, y se ve obligado a ver el llanto de Gon. Se arrepiente de haberlo despreciado. Se acerca y toma sus manos.


Y le dice, como en un pacto secreto: -Si la muerte es la respuesta a los misterios del amor, entonces, sangra en mi, Gon, sangra para mi... al sonido de un sue単o-. Y solo entonces lo beso.


Titulo: Inalcanzable

Hisoka, 26 años, francés, cuerpo atlético, inquisidores ojos claros, cabello rojo y blanca piel. Con la apariencia de un modelo de revistas, de un metro ochenta y siete de estatura. Trabaja de gourmet y cada mañana se levanta a las 6 y 30 de la madrugada, desayuna, baja desde su departamento por la escalera de incendios, ya que es fanático de hacer deporte y no le gustan los ascensores. Luego sube en su bicicleta, ya que es ecologista acérrimo y demasiado caprichoso como para viajar en bus. Un encantador enigma. Además de ser homosexual, reconocido públicamente, y no importarle la opinión de nadie. Su pareja es un maestro de piano llamado Kuroro, de su misma edad. Todo esto es lo que sabe y ha averiguado, un adolescente de 16 años llamado Gon Freecs.


Un adolescente que vive en el decimotercer piso del edificio A, que queda justo al frente del decimotercer piso del edificio B, lo cual es obvio, y que ambas habitaciones quedan dispuestas una de la otra. Malditamente una frente a la otra. Así que cada noche Gon puede espiar a su vecino. Cada mañana lo ve, y cuando espera el bus...lo vuelve a ver pasar. Y al llegar de clases, espera hasta que el otro llega y realiza su rutina. Talvez si Hisoka cerrara su persiana el no tendría esta inmoral obsesión, y dejaría de soñar con él. Pero ya es tarde. Son las 22:00 de la noche, y esta sentado en frente de su ventana con unos binoculares listos, para no perderse detalle, y se asoma despacio por una pequeña huincha de su persiana americana. Yo te prefiero, fuera de foco, inalcanzable Yo te prefiero, irreversible, casi intocable...

Allí estaba, su vecino inocente, después de ducharse, como todos los días, envuelto en una toalla mientras en el living, por lo que sabia y alcanzo a ver desde el living de su departamento, Kuroro ensayaba en el piano. Allí estaba, mojado y sensual, semidesnudo, secándose el cabello frente a un ventilador mientras hojeaba un libro de cocina. Tan cerca y tan lejos...


Lanza un suspiro, como desganado, y se encamina hacia un biombo. Tus ropas caen lentamente, Soy un espía, un espectador Y el ventilador, desgarrándote... Sé que te excita pensar... Hasta donde llegaré Luego avanza con un pantalón de pijama y vuelve a sentarse frente al ventilador, hojea su libro y desliza, con extrema sensualidad, un lápiz por sus lindos labios, como pensando. Su rostro denota una ligera iluminación y subraya algo. Y entonces, mira hacia allá, donde están espiándolo con un deje de sospecha. El menor, como cada vez que eso pasa, se lanza al suelo...esquivando la mirada y los nervios. ¿Sabrá que lo observo?, se pregunta, como todas las noches que observa ese mismo movimiento. Es difícil de creer, Creo que nunca lo podré saber... Solo así, yo te veré, a través de... Mi persiana americana Espera unos minutos y vuelve al acecho. Lo ve sentado, en el mismo lugar, hojeando el libro y meneando el lápiz al compás de la música del pianista. Un hombre tan culto, inteligente, bello y sensual. Un movimiento llama su atención, Hisoka se pone de pie y avanza hacia la puerta. A los minutos, Kuroro y el francés avanzan besándose y apagando todas las luces. Salvo la lámpara de la mesita de noche. Es una condena agradable, El instante previo es como un desgaste, Una necesidad, Mas que un deseo...


Siente celos de un hombre que no debe ni saber lo que provoca en él. De un vecino al que jamás le ha hablado. De un tipo que es feliz frente a su misma habitación. ¡De un hombre que no debe saber ni que existe! Estamos al borde de la cornisa, Casi a punto de caer, No sientes miedo, Sigues sonriendo, Sé que te excita pensar... Hasta donde llegaré Puede notar la forma en que los otros cuerpos se mueven en un cíclico y orgásmico vaivén. La forma en que ambos cuerpos encajan como cóncavo y convexo, bajo las sabanas. La forma en que ambos danzan, amantes bajo la noche. Es difícil de creer, Creo que nunca lo podré saber... Solo así, yo te veré, a través de... Mi persiana americana Tus ropas caen lentamente, Soy un espía, un espectador Y el ventilador, desgarrándote... Sé que te excita pensar...hasta donde llegaré Amanece, y volvió a soñar con esas caricias que jamás conocerá. Gon freecs se encuentra esperando el bus para ir a clases, en el mismo lugar de siempre. Y lo vuelve a ver pasar, como todas las mañanas, caminando, con su bicicleta a un lado, olisqueando el aire, y esas suaves brisas matutinas que revolean su cabello escarlata. Es difícil de creer, Creo que nunca lo podré saber... Solo así, yo te veré, a través de... Mi persiana americana Le mira atentamente, con el máximo deleite de un masoquista...de un pervertido observador... Hisoka pasa por su lado, con los audífonos de su ipod en sus oídos, sonriendo y entrecerrando los ojos. Gon enrojece, su boca despierta y dice su nombre, tartamudeando.


El tiempo se detiene. El menor cree que le ha escuchado y su corazón se hace pequeñito, un temblor le recorre. Hisoka voltea... ¡y sonríe! Lo que pueda suceder... No gastes fuerzas para comprender... Pero una silueta pasa por su lado, es Kuroro. El hombre a quien va dirigida la sonrisa es simplemente Kuroro. La pareja se va conversando... Y el bus del adolescente llega. Solo así, yo te veré, a través de... Mi persiana americana


PRÓXIMO NÚMERO: Especial Hisoka "ASIGNATURA PENDIENTE"


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