OXLAJUJ
Trece sueños y una matriz común. Trece danzas, alrededor del ukux ka y ukux ulew, Trece riachuelos, rodeando la Pamqá de Dios. Trece Ajq´ij, intermediarios del Ajau. Trece meses de veinte días, según el calendario maya, trece esperanzas trece vasijas que envuelven un tesoro eterno. Trece caminantes a recorrer ciudades que salen al paso de Dios. Diriamba, Darío, Ataco, Acajutla, Antigua, y otros más, en esta geografía del espíritu. Trece luceros que despuntan el alba, y la osa menor, su cola apuntar: hacia el Sol Mayor. Es tiempo de la memoria, de aquel trece histórico. “La Mora Limpia”, “El detalle”, el pueblo y su cantar. Los tímpanos de la iglesia, quieren romper. Muy cerca del latido la tau, carne quiere ser. Adentro de una alforja,
la biblia, el tecomate, y una promesa por cumplir. Forasteros y peregrinos en este mundo, Trovadores de un Dios menor. El espíritu en harapos, para la pobreza cumplir, La seducción del atardecer: besos, caricias, la sangre viva del cristo de hoy. La humana castidad vivir. Bandera de libertad, consigna del reino y la bienaventuranza mayor: ¡Dios está con los pobres¡ ¡El Espíritu, su operación obedecer! Aún somos trece caminantes, trece jornaleros, todos en la faena del reino, en distinto surco por sembrar. Soñar el pan tibio y la mesa por compartir invitados todos, al banquete de un tal Jesús, todos contra el hambre luchar. Aquí están de nuevo, estas trece tortillas, en la mesa común.