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Editorial

TIM BURTON

"Es difícil encontrar la lógica en muchas cosas. Por eso no puedo analizar las cosas demasiado, porque a menudo no tienen sentido."

Tim Burton es un director de cine, escritor, productor y diseñador estadounidense, así como uno de los autores más destacados y con sello propio de la cinematografía actual desde que comenzara su andadura en los años 80. Es conocido por crear un cine muy característico plagado de elementos góticos, mundos imaginarios y personajes inadaptados. Todo un genio del séptimo arte que supo poner su sello de identidad y crear un estilo propio y reconocible. Tim Burton nació el 25 de agosto de 1958 en California, y ya desde su infancia creció como un niño inadaptado que tenía como hobbies leer comics y ver películas de terror, siendo su mayor ídolo el actor Vincent Price. Su gran oportunidad vino cuando Disney le contrató a comienzo de los 80 como animador. A lo largo de su extensa filmografía, Tim Burton ha creado auténticas obras de arte teniendo su época de esplendor en la década de los 90, y entre sus filmes más conocidos se encuentran Eduardo Manostijeras, Pesadilla antes de Navidad o Big Bish.

EDITA Alabrent Ediciones, S.L. DIRECCIÓN Jordi Arnella jordi@alabrent.com

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Glòria Arnella marketing@alabrent.com

REDACCIÓN Javier López javier@alabrent.com

PRODUCCIÓN

Cartiflex no se identifica necesariamente con las opiniones de sus colaboradores y entrevistados © Cartiflex 2022 para todas las fotos y textos elaborados por la redacción de la revista

Optimización del flujo en la planta de producción

La palabra clave que debe tenerse en mente al realizar una distribución de planta es flujo de trabajo. El hecho de que una distribución de planta permita disponer de un flujo de trabajo eficiente tiene un impacto importante en la productividad de la empresa y, por lo tanto, en la rentabilidad.

Como todo impresor sabe, la dinámica del flujo de trabajo de una planta de impresión es compleja, ya que cada departamento interacciona con muchos otros. Por ejemplo, en un momento dado, el departamento de impresión puede estar recibiendo planchas del departamento de preimpresión, papel del almacén, puede estar entregando hojas impresas al departamento de encuadernación y recibiendo órdenes de fabricación desde administración. Y, así, podríamos encontrar muchos otros ejemplos.

Un nivel complejo de interacción

Este complejo nivel de interacción entre departamentos, así como el hecho de que todo se realice internamente dentro de los departamentos, hace que desarrollar una distribución de planta eficiente también sea complejo. No obs- tante, los propietarios de empresas gráficas pueden realizarlo más fácilmente si siguen los principios básicos para una buena distribución de planta que describimos a continuación:

- Principio nº 1: Una buena distribución de planta siempre se desarrolla partiendo de los aspectos generales y avanzando hacia los específicos, nunca a la inversa.

Para cada uno de los departamentos que participan en un proceso de impresión, existen dos distribuciones que deben considerarse: la “distribución general”, que considera cómo encajan los diferentes departamentos dentro de la distribución general de planta, y la “distribución específica o interna del departamento”, que establece aspectos como por ejemplo dónde se ubicará cada equipo, cuáles serán los movimientos internos, etc.

El proceso de diseño de la distribu- ción siempre debería empezar desde una perspectiva de conexión entre departamentos en lugar que desde un plan interno para un departamento específico. Hacerlo desde este último punto de vista es parecido a dibujar un paisaje empezando por una de las esquinas del papel e ir realizando el esbozo sin tener una composición general de la imagen a dibujar. Cuando se llega a la esquina opuesta del papel se tiene un dibujo distorsionado y mal compuesto. Y, con frecuencia, también se olvidan cosas.

Cada elemento de la distribución influencia y es influenciado por muchos otros elementos. Así pues, un sistema coordinado (en nuestro caso, una distribución de planta eficiente y productiva), sólo puede conseguirse cuando se han determinado y posicionado los elementos en función de un plan general. En el lenguaje de los diseñadores, esto suele denominarse “entorno de trabajo” o “planificación general”.

- Principio nº 2: La distribución o planificación general debería tenerse en cuenta en cada una de las etapas del proceso.

Las opciones de distribución disponibles en cualquier momento dado del proceso se determinan (y, a su vez, vienen determinadas) por las decisiones tomadas previamente. Así pues, para evitar problemas, debe tenerse la seguridad de que cada decisión que se toma en cualquier momento encaja en el plan general previsto.

Esto no significa necesariamente que la planificación inicial deba ser totalmente rígida, sino todo lo contrario. Si cambian las circunstancias de la empresa (por ejemplo, se compra un equipo nuevo no previsto o se toma la decisión de diversificar la producción), debería revisarse y reajustarse la planificación general.

Nuevas circunstancias

No obstante, las nuevas circunstancias deberían evaluarse teniendo en cuenta cómo afectan al conjunto global de la empresa o a su plan de expansión y no únicamente al departamento directamente involucrado.

- Principio nº 3: Debe considerarse todo y prestarse la misma atención a todos los departamentos de la empresa.

En el estadio de planificación de la distribución de planta, debe ponerse exactamente la misma atención en cada área de la planta. Muchas empresas ponen toda su atención y esfuerzo en diseñar el área de impresión y las áreas muy visibles de la empresa como, por ejemplo, la entrada principal y las oficinas y, en cambio, apenas tienen en cuenta otras operaciones como por ejemplo los envíos o la recepción de trabajos.

Esto es un error. Si se tiene en cuenta que el área de recepción es un punto crítico en el que se originan muchos de los flujos de trabajo de la empresa y que la salida de trabajos es el punto en el que el producto parte hacia el cliente, se hace evidente que a estas áreas debe prestársele tanta atención como a las anteriores comentadas.

En general, dada la complejidad del flujo de trabajo de una empresa de impresión, puede llegar a ser desalen- tador encontrar el punto en el que empezar al planificar una distribución lógica. Pero puede estar más claro si, antes de llegar al estadio de diseño de la distribución, se dedica el tiempo suficiente a analizar cuidadosamente cómo las diversas funciones dentro de una empresa afectan e interaccionan con otros elementos.

Inicio de la planificación

Como ejercicio para empezar a realizar una distribución de planta, puede ayudar pensar en un cabo del que puede tirarse, hacerse un nudo, enrollarse o dársele cualquier forma. Cuando se tira de uno de los extremos del cabo, cambia completamente la forma. La distribución de una planta es parecida. Cuando cualquier cosa cambia como, por ejemplo, la adición o eliminación de un equipo, la contratación de más personal, etc., todas las otras cosas se ven afectadas.

A pesar de que cada empresa tiene sus características específicas, existe en general una cierta lógica en el movimiento de las personas y del producto en el entorno de las operaciones de impresión. Entender esta lógica, que se describe a continuación, puede ayudar a tomar buenas decisiones en el diseño de la distribución:

- El cliente (o el mercado) determina el producto.

- El producto determina el almacenaje (incluyendo el envío y la recepción) y los equipos (de preimpresión, impresión, postimpresión, etc.)

- La localización de los equipos determina el flujo de trabajo del material y del personal.

- El flujo de trabajo determina la localización de la preimpresión, de las oficinas y de la entrada de los trabajadores.

- La entrada de los trabajadores determina la localización de las zonas de descanso, de los vestuarios, de la cafetería y de recursos humanos.

- Las oficinas determinan la localización de la entrada principal.

Una vez que se tienen claras estas relaciones, es muy útil preparar una lista de todos los componentes individuales que comprende cada área. Por ejemplo, la lista para una empresa de impresión comercial podría ser la que damos a continuación:

- Entradas y salidas: entrada, salas de reuniones para los clientes, contabilidad, ventas, coordinación de servicios al cliente, áreas de trabajo generales, oficinas, varios (centralita telefónica, suministros de oficina, áreas de descanso, archivos, área de fax, área de correo).

- Preimpresión: preflight digital, oficinas (para supervisores, producción, planificación), varios (suministros, archivos, servicios auxiliares).

- Producción: máquinas de imprimir, máquinas de acabados, fulfillment, servicios de valor añadido.

- Almacenaje: de materias primas, productos semielaborados y productos elaborados.

- Envíos / Recepción: oficinas, área de etiquetado, área de transporte.

- Zona de residuos: colectores manuales o neumáticos, compactación.

- Área de soporte a la producción: mantenimiento (almacenaje de recambios), almacenaje de solventes, equipos de soporte (compresores, sistemas de climatización, etc.), cargadores de baterías.

- Servicios a los trabajadores: vestuarios / baños principales, cafetería, áreas de formación / descanso; recursos humanos.

Una vez se dispone de una lista de este tipo, puede utilizarse como punto de referencia para comentar la distribución internamente entre los miembros del equipo de diseño de la distribución. Un ejercicio muy útil consiste en poner los elementos individuales en fichas. Si lo que se está haciendo es construir o remodelar completamente la empresa, puede utilizarse una ficha para cada una de sus áreas principales. Si lo que se está es reorganizando un departamento, lo que hay que hacer es poner cada uno de los elementos internos de ese departamento en una ficha separada.

Con las fichas preparadas, éstas pueden colocarse de forma que tengan sentido, pensar sobre su distribución, comentarlo con los miembros del equipo del proyecto, analizar cómo influye el diseño en el movimiento interno de las personas y del material, etc.

También es muy útil pedir, al realizar este ejercicio, la opinión de las personas de cada departamento, ya que conocen muy bien la dinámica del flujo de trabajo que se está considerando. Siempre debe tenerse presente que una buena distribución permite un buen flujo de trabajo, mientras que una mala distribución dificulta una alta productividad.

En base a los resultados obtenidos en estos intercambios de opiniones puede rehacerse la colocación de las fichas hasta obtener una distribución de planta que tenga sentido en el entorno de la empresa.

Una vez se ha conseguido esto, el siguiente paso es considerar la escala. Una forma de hacerlo es cortando trozos de papel o de cartulina a escala de la superficie que se considera que necesita cada departamento. Entonces se colocan los trozos según la distribución que se ha determinado previamente.

Al hacerlo, se hará evidente que las áreas no pueden ser cuadradas. Para conseguir una distribución en la que los departamentos encajen bien manteniendo las adyacencias necesarias, deberán modificarse las formas cuadradas, tanto en longitud como en anchura. Estas dimensiones pueden ajustarse y reajustarse hasta obtener la configuración adecuada.

Probablemente, el esfuerzo y el tiempo dedicados a la planificación de la distribución antes de realizar cualquier nueva construcción o remodelación es el mejor esfuerzo que puede hacerse, ya que permite desarrollar una distribución de planta que maximiza la eficiencia del proceso de producción, dando así a la empresa una valiosa ventaja competitiva

Por ejemplo, un departamento que necesite unos 240 m 2 , puede tener unas dimensiones de 12 x 20 metros o de 15 x 16 metros o cualquier otra. Debe intentarse que ninguna de las dimensiones sea más del doble de su anchura o longitud correspondiente, para evitar formas excesivamente alargadas, que no son adecuadas para un buen movimiento interno de los materiales.

Distribución específica

Una vez que se ha realizado la distribución general de los departamentos y que se tienen sus adyacencias y sus formas, ya pueden determinarse las configuraciones internas de los departamentos para ver cómo colocar todos los equipos.

Al hacer esto deben tenerse en cuenta las columnas que pueda haber en la zona, que normalmente suelen estar colocadas a distancias que oscilan entre los 7 y los 14 metros, formando una cuadrícula, aunque existe cierta flexibilidad en la distancia entre columnas.

Una forma práctica de trabajar sobre la distribución interna de los departamentos consiste en dibujar la cuadrícula de columnas de la planta sobre un material transparente y colocarlo sobre la distribución general de planta para determinar el espacio necesario para los equipos en cada departamento.

Al calcular los requisitos de espacio necesario para los equipos, es importante también tener en cuenta los pasillos para la manipulación del material, lo que puede suponer entre un 12 y un 15% del área de planta, así como el área de operación completa de cada equipo y no únicamente sus dimensiones, como por ejemplo plataformas, mesas de trabajo, etc.

Una vez se tiene todo esto en cuenta se traza sobre la distribución el espacio necesario para cada equipo, prestando especial atención a los requisitos del flujo de trabajo.

Finalmente, el último paso en el proceso inicial de diseño consiste en determinar si la distribución planificada es lo suficientemente flexible como para permitir una cierta expansión en el futuro.

Una forma de planear futuras expansiones consiste en incorporar en el diseño áreas con un número mínimo de particiones interiores. Estas particiones son simples de planificar y poco costosas y pueden utilizarse para el almacenaje hasta que se precise su futura utilización, momento en que pueden convertirse fácilmente en áreas de producción o de administración adicionales.

No obstante, es importante llegar a un balance entre lo que es la empresa actualmente y sus posibles necesidades futuras de expansión. Obviamente, no puede planificarse un espacio de almacenaje ilimitado, por lo que lo mejor es adaptar los espacios próximos a las áreas que se prevén de futuro crecimiento.

Probablemente, el esfuerzo y el tiempo dedicados a la planificación de la distribución antes de realizar cualquier nueva construcción o remodelación es el mejor esfuerzo que puede hacerse, ya que permite desarrollar una distribución de planta que maximiza la eficiencia del proceso de producción, dando así a la empresa una valiosa ventaja competitiva.

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Diseño e impresión

En la mayoría de ocasiones la imprenta no es la que realiza el diseño del trabajo que acaba produciendo, pero son procesos muy vinculados entre sí. Es algo curioso que siendo procesos tan dependientes uno del otro, no se lleven nada bien y es de todos conocido la casi permanente animadversión que hay entre estos dos procesos.

Desde que estoy en consultoría, realizo mediaciones entre algunos diseñadores e impresores, y viceversa, y procuro implementar en ambos lo que comúnmente llamaríamos comunicación.

Puesto que veo que no es fácil mejorar estas relaciones, he querido escribir un artículo que pueda dar un poco de ayuda y entendimiento a ambas partes. La frase que resumiría el artículo sería: “llamar, preguntar/explicar y llegar a unas pautas y acuerdos de la forma de trabajar”.

Puede llamar el diseñador cuando no sabe, o el impresor cuando recibe algo incorrecto, pero lo importante es hacerlo y ponerse de acuerdo. Cuando estamos en la parte de diseño y creación de un original, sea para el sector que sea: editorial, comercial, gran formato o Packaging, es muy importante conocer sobre qué material y en qué sistema se imprimirá este original.

El soporte donde vayamos a imprimir y el sistema de impresión marcarán las características de creación de este diseño. Esta información es la primera que se ha de pedir y exigir desde el departamento o estudio de diseño antes incluso de empezar a realizar el diseño.

Con esto podremos saber qué espacio de color tenemos para usar y podemos retocar las imágenes según la absorción del papel, para buscar el mejor resultado. Podremos averiguar si es posible usar o no tintas planas, colores especiales, acabados, etc.

Si no tenemos estos datos, es posible que trabajemos el doble, quizá hemos planteado tintas que no podemos usar, diseñamos colores que no se podrán reproducir y al final tendremos que adaptar el diseño, con el tiempo que esto implica.

Según el tipo de trabajo será recomendable conocer mas información no sólo en creación sino también en forma de trabajo: si es mejor trabajar por capas e incluirlas en el momento de cerrar el archivo, o quizá añadir marcas de corte, o incrustar perfiles, etc.

Todos estos parámetros son de sobra conocidos por el impresor, pero, aunque puede haber un estándar bas- tante bien definido, hay un dicho que nos describe muy bien como sector: cada maestrillo tiene su librillo, y por suerte, o por desgracia, esto es cierto.

Encontramos impresores a los que les iría bien que todo se lo enviaran en CMYK con un perfil concreto, con cruces de corte, en PDF/X-1A; o impresores que prefieren documentos abiertos o PDF/X-4, sin conversión de color, manteniendo capas…

Cada impresor tiene unos equipos diferentes: en preimpresión usa aplicaciones concretas para interpretar los archivos y realizar el proceso de producción; en impresión los equipos de impresión pueden ser de diferentes tecnologías: convencional: donde puede haber offset, flexografía, huecograbado… cada una con características diferentes; en digital podemos encontrar tóner, inyección de tinta…

No será lo mismo imprimir sobre un material blanco o tener que imprimir el blanco por el tipo de material de soporte, la luminosidad de ese blanco, la porosidad, el brillo, acabados posterio- res, etc., todo ello hace que el efecto final del diseño creado pueda variar enormemente.

De ahí la gran importancia en conocer esta información antes de diseñar. Aunque a veces nos encontramos que sabiendo quien imprime o quien diseña, no nos atrevemos a llamar para preguntar, o para explicar la mejor forma de trabajar.

También hay casos en las que diseñador e impresor son desconocidos. Me refiero a que es la propia Marca que solicita este producto la que contrata a ambos, pero entre ellos ni se conocen, ni tan siquiera saben quien lo está realizando.

Si alguno pregunta, puede encontrarse sin respuesta, porque hay veces en que la Marca no tiene interés en ponerles en contacto. Estos casos suelen perjudicar directamente al impresor y al departamento de preimpresión porque, ante cambios, errores o necesidades de modificar elementos, se han de apañar con lo que tienen.

Aquí es el impresor el que tiene que conseguir el contacto con el diseñador. Ha de explicarle a la marca los motivos de tener una buena comunicación para que el proyecto de impresión salga lo mejor posible. Sobretodo en el entorno de Packaging, he visto muchos archivos que llegan hechos un desastre a preimpresión: pdf sin capas, perfiles mal asignados, etc.

Cuando hemos podido verificar el original que tiene el diseñador, hemos visto que lo ha creado correctamente y sólo una mala praxis en el momento de guardar el archivo le ha hecho perder toda esa información existente. Esto conlleva un trabajo exhaustivo en preimpresión para adaptar al sistema de impresión, definir las tintas técnicas, etc.

Los frenos que tiene la imprenta por convencer a la marca para que le deje hablar con el impresor pueden ser internos: quizá es el comercial que no quiere insistir en preguntar a la marca, puesto que quizá eso haga tambalear la relación que tienen como empresa. Pero no es cierto, todo, bien explicado, se entiende y además demuestra un interés de cooperar y mejorar que suelen mejorar las relaciones. Mis consejos a ambas partes:

Equipo de diseño: crear una lista de todo lo que tenéis que averiguar antes de empezar a diseñar:

- Soporte donde se imprimirá, si se imprime que quizá es web y también debes saberlo.

- Sistema de impresión genérico: convencional, digital…; ambos.

- ¿Posibilidad de tintas planas? ¿Cuantas?

- Necesidades especiales: blanco de base, acabados en barniz, stampings, troquelado, etc.

- Si hay troquelado, pedir el troquel. Equipo de preimpresión:

- Explicar al departamento comercial la importancia de poder hablar con el impresor. Enseñar el trabajo a realizar que, seguramente el propio diseñador ya lo haya hecho correctamente, y sólo sea un tema de cierre.

- Crear si hace falta un manual de instrucciones, aunque no siempre tiene éxito. A todos nos da pereza leer un manual.

- Si hay contacto con el diseñador, y nos ha enviado algo incorrecto, llamarle y explicarlo de forma educativa.

Hemos de recordar que compartir el conocimiento nos hace avanzar de forma mas ágil.

Nadie es mas sabio por saber mas de lo suyo.

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