VII Seminario Latinoamericano de Investigación en Comunicación Foro de Presidentes de Asociaciones de Investigadores de la Comunicación en América Latina
Carta de La Paz: El pensamiento crítico latinoamericano
Este documento fue firmado en la ciudad de La Paz con motivo del VII Seminario Latinoamericano de Investigación en Comunicación y propone como marco un amplio programa de consenso y acciones institucionales que se desarrollarán en los próximos años. Tales acciones continúan una serie de iniciativas ya en curso, y promueven otras nuevas, que tienen como objetivo el diálogo fraterno para la construcción de una comunicación democrática y emancipadora al servicio de los pueblos de América Latina: 1. Los profundos cambios en la vida social, económica y política de las últimas décadas reconfiguran gran parte de la geopolítica mundial, lo que implica un nuevo reparto de poder, el reposicionamiento de los actores sociales y políticos, la aparición de nuevas conexiones, y en definitiva, la creación de una zona de incertidumbre en la que las antiguas posiciones se ponen en tela de juicio. 2. También las antiguas bases epistemológicas y teóricas, moldeadas a partir de la experiencia de un mundo eurocéntrico, pierden su marco sociológico con una realidad cuya compresión se dificulta con estos supuestos. La coexistencia de diversos entornos culturales y económicos, difíciles de adscribir a un principio jerárquico de totalización, pone en cuestión el conocimiento hegemónico que muestra la existencia de otras matrices epistemológicas, a las que debemos prestar atención. El conjunto de categorías derivadas del análisis de la función, ya no periférica, ocupada por América Latina en el modo de 1
reproducción ampliada del capital, y un entorno de nuevas sensibilidades sociales, se vuelven esenciales para una mejor comprensión de lo global. 3. Desde hace tiempo se viene afirmando la centralidad, económica y política, de la comunicación y la cultura, hasta el punto de constituir un nuevo paradigma social, como afirma gran parte de la literatura. Un segmento importante del proceso de producción se extendió a sectores "intangibles", donde el llamado "capital simbólico" y sus mercados agregan valor, y la llamada "nueva economía" pone sus fichas en la información y la cultura como un nuevo producto. A la vez, la generalización del financiamiento, nueva matriz desde la que se piensa el sistema de producción, presupone la existencia de una infraestructura eficaz para la información y la comunicación. Por otro lado, las nuevas identidades, las relaciones sociales de poder y nuevas culturalidades, están mediadas por tales sistemas. 4. Tal centralidad pone en tela de juicio los paradigmas de las ciencias de la comunicación todavía en boga en los sectores dominantes de la academia, deudores en gran parte de la parcialidad funcionalista e instrumental. Por lo tanto, el papel del pensamiento crítico en comunicación es superar estas deficiencias mediante la propuesta de modelos teóricos de comunicación más amplios. En este sentido se recupera la dimensión antropológica de la comunicación y la cultura, vinculándolas a los derechos humanos y al desarrollo de una praxis respetuosa de las diferencias en la concepción de lo humano, que tiene como tarea esencial y urgente, ir más allá de la dimensión estrictamente económica con las inevitables consecuencias en las políticas públicas y en la lucha por una sociedad más democrática e inclusiva. 5. La responsabilidad histórica del campo académico de la comunicación se deriva tanto de su carácter intrínsecamente interdisciplinario y transversal, capaz de establecer diálogos
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con las diferentes ciencias sociales, las humanidades, las artes, la tecnología, como de su posición en los procesos de mediación social, manteniendo la particularidad de su objeto: la comunicación humana. En el momento en que su modo de producción está cada vez más mediado por las tecnologías de la información y la comunicación, en el que se confunden los procesos materiales y simbólicos, es esencial que profesionales de los medios de comunicación, profesores, investigadores e intelectuales dedicados a esta materia, se adjudiquen un papel clave en la organización del trabajo intelectual, el que asume una centralidad sin precedentes en las estructuras de poder. 6. América Latina ha contribuido históricamente a la construcción del pensamiento crítico en el área de comunicación. En diversos momentos, intelectuales comprometidos de esta macro-región cultural incidieron en el debate internacional y, en la mayoría de los casos, de manera colectiva. Pese a ello, en muy pocas ocasiones sus trabajos más trascendentales y sus acciones tuvieron el debido reconocimiento por parte de aquellos que se han dedicado a escribir la historia de la comunicación en el mundo occidental. Nos corresponde a los intelectuales latinoamericanos, desde un pensamiento situado, liberado de paradigmas foráneos y enclaves coloniales, contar nuestra propia historia y evaluar críticamente las contribuciones de nuestros predecesores, dejando en claro que se trata de un proceso dialéctico de crítica interna a un pensamiento rico, vivo, capaz de contribuir, tanto al presente como al pasado, desde nuestro nivel de comprensión para hacer frente a los problemas tangibles del momento y al conocimiento de la realidad global que enfrentamos. 7. Alimentados por estas reflexiones irreverentes y propositivas, la identidad y el potencial del pensamiento comunicacional latinoamericano tienen origen en su inserción crítica en la situación histórica de una región marcada por el ideal de la emancipación; y su episteme se sitúa hoy en día como una alternativa real a las formas tradicionales de conocer,
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supuestamente universales, consagradas por el proyecto dominante de la modernidad colonial. 8. En este marco, la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC) ha venido desarrollando en los últimos años, incluso en el espacio Iberoamericano,
acciones
importantes
para
el
diálogo
con
otras
asociaciones
internacionales, regionales o mundiales, tratando de ampliar la capacidad de acción de investigadores de América Latina. Pero estas acciones sólo tienen sentido en la medida en que estén vinculadas a otras iniciativas destinadas a fortalecer las perspectivas de la región, así como el intercambio y las alianzas a través del diálogo interno también con el pensamiento social de América Latina en general. Lo que se pretende es valorizar la producción intelectual del continente y explicar sus características específicas (su carácter crítico, la vinculación con la práctica social, la participación democrática) fruto de fuentes, horizonte histórico e identidad compartidos en la diversidad que nos caracteriza y define nuestra capacidad de contribuir al conocimiento mundial. 9. En este sentido, ha sido fundamental la relación de ALAIC con las diferentes asociaciones nacionales de investigadores que conforman la región, y que han crecido en número y capacidad de acción en los últimos años. En este momento hay diez entidades nacionales de investigadores de la comunicación, algunas muy jóvenes, otras reconstituidas, que se reúnen hoy en el marco de ALAIC para sentar las bases de una tarea compartida para la recuperación y renovación de la proyección del pensamiento crítico en América Latina en el campo de la comunicación, a través de una serie de acciones como seminarios regionales de investigación de la comunicación, creación de una plataforma digital que reúna el pensamiento comunicacional latinoamericano, y la exploración de vínculos que faciliten el trabajo, la producción y la difusión del conocimiento en todos sus aspectos. 4
VII Seminário Latino-americano de Pesquisa em Comunicação Fórum de Presidentes de Associações de Pesquisadores da Comunicação da América Latina
Carta de La Paz: O pensamento crítico latino-americano
Este documento foi firmado na cidade de La Paz por ocasião do VII Seminário Latinoamericano de Pesquisa em Comunicação e propõe como marco de um programa amplo de consensos e ações interinstitucionais que se desdobrarão ao longo dos próximos anos, dando continuidade a varias iniciativas já em curso e promovendo outras novas, as quais, em conjunto, visam o diálogo fraterno na construção de uma comunicação democrática e emancipadora a serviço dos povos da América Latina: 1. As profundas transformações na estrutura social, econômica e política das últimas décadas vêm reconfigurando, em grande medida, o cenário geopolítico mundial, implicando uma nova partilha do poder, o reposicionamento dos atores sociais e políticos, o surgimento de novos agenciamentos, em suma, a criação de uma zona de indeterminação na qual as antigas posições são postas em questão. 2. Também as antigas bases epistemológicas e teóricas, plasmadas a partir da experiência de um mundo eurocêntrico, perdem seu enquadramento sociológico diante de uma realidade que não se permite mais apreender apenas sob tais pressupostos. A coexistência de variadas configurações culturais e econômicas, não passíveis de serem subsumidas a um princípio totalizador e hierarquizante, põe em xeque os saberes hegemônicos, evidenciando a existência de outras matrizes epistemológicas, às quais é preciso dar
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ouvidos. O conjunto de categorias oriundo da reflexão sobre o papel, não mais periférico, ocupado pela América Latina no modo de reprodução ampliado do capital, e das novas sociabilidades e sensibilidades aí acionadas, tornam-se, desta forma, essenciais ao melhor entendimento da realidade global. 3. Há muito se tem afirmado a centralidade – econômica e política – da comunicação e da cultura, a ponto de constituírem, segundo uma parte da literatura específica, um novo paradigma societário. De fato, é certo que parte significativa dos processos produtivos espraiou-se para os setores “intangíveis”, que o chamado “capital simbólico” e seus mercados agregam valor e que a chamada “nova economia” deposita suas fichas na informação e na cultura – as novas commodities, como é igualmente certo que a generalização da financeirização, a nova matriz a partir da qual o sistema produtivo é pensado, pressupõe a existência de uma eficaz infraestrutura de informação e de comunicação. De outro lado, também é certo que novas identidades, relações sociais e de poder e novas culturalidades são mediadas por tais sistemas. 4. Tal centralidade coloca em xeque os paradigmas da chamada ciência da comunicação, em voga ainda em setores dominantes da academia, e devedores, em grande medida, do viés funcionalista e instrumental. Cabe, pois, ao pensamento crítico comunicacional, a superação dessas insuficiências através da proposição de modelos teóricos de comunicação mais abrangentes. Nesse sentido, recupera-se a dimensão antropológica da Comunicação e da Cultura, vinculando-as aos direitos humanos e ao desenvolvimento de uma práxis respeitosa das diferenças na concepção do humano, que tem como tarefa essencial e urgente ir além da dimensão estritamente econômica, com as inevitáveis consequências nas políticas públicas e na luta por uma sociedade mais democrática e inclusiva.
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5. A responsabilidade histórica do campo acadêmico da comunicação decorre tanto do seu caráter inerentemente interdisciplinar e transversal, capaz de estabelecer diálogos com as diferentes ciências sociais, as humanidades, as artes, a tecnologia, quanto da sua posição nos processos de mediação social, tendo em vista a particularidade do seu objeto, a comunicação humana. Num momento em que o próprio modo de produção torna-se crescentemente informático e comunicacional, em que os processos produtivos materiais e simbólicos se confundem, cabe aos profissionais da comunicação, aos seus professores, aos pesquisadores e intelectuais dedicados à área, um papel fundamental na organização do trabalho intelectual em geral, que assume uma centralidade inédita nas estruturas de poder. 6. A América Latina tem contribuído historicamente para a construção do pensamento crítico na área comunicação, como em outras. Em diferentes momentos, intelectuais engajados desta macrorregião cultural incidiram fortemente sobre o debate internacional e o fizeram, no mais das vezes, de forma coletiva. Apesar disso, poucas vezes a sua mais fina reflexão e a sua ação mais consequente tiveram o devido reconhecimento da parte daqueles que se dedicaram a escrever a história da comunicação no mundo ocidental. Cabe a nós, intelectuais latino-americanos, a partir de um pensamento situado, liberado de paradigmas estrangeiros e enclaves coloniais, contar a nossa própria história, avaliando criticamente, por certo, as contribuições dos nossos antecessores, mas deixando claro que se trata do movimento dialético de crítica interna, de um pensamento rico, vivo e pujante, capaz de aportar, hoje como no passado, de acordo com o nosso nível de compreensão atual e frente aos problemas concretos do momento, para o conhecimento da realidade global com que nos defrontamos. 7. Alimentadas por esse pensamento irreverente e propositivo, a identidade e a potencialidade do pensamento comunicacional latino-americano decorre de sua inserção crítica na situação histórica de uma região marcada pelo ideal da emancipação e cuja
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episteme se ergue hoje como uma alternativa real aos tradicionais modos de conhecer, pretensamente universais, consagrados pelo projeto dominador da modernidade colonial. 8. Nesse marco, a Associação Latino-americana de Investigadores da Comunicação (ALAIC) vem desenvolvendo nos últimos anos, inclusive no espaço ibero-americano, importantes ações no sentido do diálogo com outras associações internacionais, regionais ou globais, tendentes a ampliar a capacidade de ação dos pesquisadores latino-americanos. Mas essas ações só têm sentido na medida em que estão vinculadas a outra série de iniciativas, visando fortalecer la perspectiva de la região assim como o intercambio e a aliança mediante o diálogo interno, também com o pensamento social latino-americano em geral. Trata-se sempre de valorizar a produção intelectual do continente e explicitar as suas especificidades (caráter crítico, vinculação com a prática social, compromisso democrático) fruto de uma origem e um horizonte históricos compartilhados, de identidade na diversidade, que nos distingue e define a nossa capacidade de contribuir para o conhecimento mundial. 9. Nesse sentido, tem sido fundamental a relação da ALAIC com as diferentes associações nacionais de pesquisadores da comunicação da região, que cresceram em número e em capacidade de ação nos últimos anos. Neste momento são dez entidades nacionais do gênero, algumas muito jovens, outras reconstruídas, que se reúnem hoje, sob os auspícios da ALAIC, para traçar as bases de uma tarefa unitária no sentido da valorização e da projeção renovada do pensamento crítico latino-americano no campo da comunicação, através de uma série de ações, como os seminários regionais de pesquisa em comunicação, a construção de uma plataforma digital unificada do pensamento comunicacional latinoamericano, a exploração de sinergias que facilitem o trabalho de produção e divulgação do conhecimento e outras semelhantes.
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VII Latin American Seminar on Communication Research Forum of Association of Presidents of Communication Research Associations in Latin America
La Paz Statement: Latin American Critical Thought This document, signed in the city of La Paz, Bolivia, on the occasion of the VII Latin American Seminar on Communication Research, proposes the establishment of a framework for a broad consensus program and institutional actions to be developed in the coming years. These actions are the continuation of a series of initiatives already underway, and it is hoped with them to promote new initiatives aimed at constructing a fraternal dialogue for building democratic and emancipatory communication at the service of the people of Latin America: 1. The profound changes in the social, economic and political spheres of recent decades have brough about profound changes in global geopolitics, thus implying a new distribution of power, the repositioning of social and political actors, the emergence of new linkages, and ultimately, the emergence of a area of uncertainty in which old positions are brought into question. 2. The old epistemological and theoretical foundations, forged in the experience of a Eurocentric world, lose their sociological link with a reality which is difficult to grasp in the light of these assumptions. The coexistence of different cultural and economic environments, hard to ascribe to a hierarchical principle of totalitization, calls into question the hegemonic knowledge which reveals the existence of other epistemological matrices to which we need to pay attention. The set of categories derived from the analysis of function,
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no longer peripheral, occupied by Latin America in terms of the expanded reproduction of capital, and an environment of new social sensibilities, have become essential for a better understanding of the global situation. 3. The economic and political centrality of communication and culture has been a subject of debate for years, to the point at which it constitutes a new social paradigm, as claimed by much of the literature. An important segment of the production process has spread to the “intangible� sectors, where so-called "symbolic capital" and its markets have an added value, and the so-called "new economy" looks to information and culture as new products. At the same time, the spread of the new matrix of financing presupposes the existence of an effective information and communication infrastructure. Furthermore, the new identities, the emerging social relations of power and new cultural forms, are mediated by such systems. 4. Such centrality calls into question the paradigms of communication sciences that are still in vogue in key sectors of academia, largely in thrall still to the functionalist and instrumental bias. The role of critical thought in communication is therefore to overcome these shortcomings by proposing theoretical models of wider communication. In this respect, the anthropological dimension of communication and culture could be recovered by linking them to human rights and the development of a praxis that respects differences in the ways human beings see things. This is an essential and urgent task which goes beyond the strictly economic dimension, with the inevitable consequences for public policies and the struggle for a more democratic and inclusive society. 5. The historic responsibility of the academic field of communication derives from both its inherent interdisciplinary and transversal character, capable of establishing dialogue with the various social sciences, humanities, arts, technology, and their position in social mediation, while retaining the main core of its subject of study: human communication. At a time when modes of production are increasingly mediated by information and 10
communication technologies, equated with material and symbolic processes, it is essential that media professionals, teachers, researchers and intellectuals devoted to this subject, are awarded a key role in the organization of intellectual work which can assume an unprecedented central role in power structures. 6. Latin America has traditionally contributed to the construction of critical thought in the field of communication. At different times, committed intellectuals of this macro-cultural region have influenced the international debate, invariably collaborating with one another. Nevertheless, their influential works and actions have not been recognized by those who have dedicated themselves to writing the history of communication in the Western world. It is the duty therefore of we Latin American intellectuals, eschewing thoughts garnered from foreign and colonial enclaves and paradigms, to start recounting our own story and, by so doing, to critically evaluate the contributions made by our predecessors. In this effort we, of course, need to make very clear that this is a dialectical process involving an internal critique of a long and fruitful process of thought, and it is hoped that with our contribution we will be able to generate a better understanding of the steps needed for addressing the pressing problems of our times and of the reality of the world around us. 7. The identity and potential of Latin American communication thought draw powerfully upon the role that they have played in the history of a region characterised by emancipatory ideals.
Latin American comunication thought stands today as a real
alternative to traditional ways of supposedly universal knowledge consecrated by the dominant project of colonial modernity. 8. In this context, the Latin American Association of Communication Researchers (ALAIC) has been developing in recent years, including in the Iberian-American region, a series of key actions regarding dialogue with other international, regional or global associations, in a quest to expand the capacity for action of Latin American researchers. But these actions have meaning only insofar as they are linked to other initiatives for 11
strengthening the prospects for the region, such as exchanges and alliances both internally and, more generally, in conjuction with other Latin American social thinkers. The aim is to exploit the continent's intellectual production and explain its specific features (its critical nature, links with social practice and democratic participation) that are the result of historical outlooks and a shared diverse identity which typifies and defines our ability to contribute to global knowledge. 9. In this sense, ALAIC’s relationship with national associations of researchers who make up the region has been instrumental. These associations have grown in number and their capacity for action has increased over recent years. At present ten national bodies of communication researchers exist: some are recently established and others that have been reconstituted. All are here today under the aegis of ALAIC with the aim of laying the foundations of a shared task targeted on the recovery and renewal of critical thought in Latin America in the field of communication, through a series of actions involving, for example, the organization of regional communication research seminars, creating a digital platform to bring together ideas on Latin American communication thought, and exploring links to facilitate the production and dissemination of knowledge in all its aspects.
César Ricardo Siqueira Bolaño Presidente de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC)
Esperanza Pinto Presidenta de la Asociación Boliviana de Investigadores de la Comunicación (ABOIC)
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Sandra Liliana Osses Presidenta de la Asociación Colombiana de Investigadores de la Comunicación (ACICOM)
María Elena Meneses Presidenta de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC)
James Dettleff Presidente de la Asociación Peruana de Investigadores de la Comunicación (APEIC)
Lorena Antezana Presidenta de la Asociación Chilena de Investigadores de la Comunicación (INCOM-Chile)
Andrés Cañizales Presidente de la Asociación Venezolana de Investigadores de la Comunicación (INVECOM)
Antonio Hohlfeldt Presidente de la Sociedade Brasileira de Estudos Interdisciplinares da Comunicação (INTERCOM)
La Paz, Bolivia, 27 de septiembre de 2013.
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