Estimados colegas. Quisiera agradecer la oportunidad de presentar algunos aspectos relacionados con mi propuesta de trabajo como candidato a Vice director del Departamento de Medicina Crítica de ALAT. Sobre mi carrera puedo decir que he recibido la formación en Medicina Intensiva en Uruguay, contando con mas de 10 años de experiencia de práctica clínica en varios centros de terapia intensiva, incluyendo la actividad docente tanto en Cuidado Critico como Fisiopatología junto al Dr. Javier Hurtado, orientada a la investigación de la patología respiratoria en medicina intensiva. He completado mis estudios en investigación biomédica durante 3 años en Northwestern University (Chicago, USA), obteniendo mi PhD con el Dr Iasha Sznajder. A mi regreso a Uruguay he enfocado mi investigación sobre el efecto de la hipercapnia sobre el tejido pulmonar, como se puede observar en las diferentes publicaciones y presentaciones a congreso que conforman mi CV. Al mismo tiempo he tenido el honor de ocupar la presidencia de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva durante dos años, intentando promover el desarrollo de la especialidad en mi país. Creo que las diferentes etapas de mi carrera me han permitido conocer la especialidad integrando los aspectos asistenciales con la investigación traslacional y el componente gremial. De esta manera mi propuesta de trabajo intenta englobar estos aspectos junto a la firme convicción de que ALAT tiene mucho para aportar a la mejora de la Medicina Intensiva en el continente. Desde sus comienzos, la Medicina Intensiva en Latinoamérica ha tenido una sostenida expansión. Esto ha ocurrido debido a una demanda creciente en la asistencia a pacientes críticos, incluso con las asimetrías económicas, sociales y culturales que pueden observarse en nuestros países. Es así, que existe una progresiva y sostenida demanda de intensivistas calificados para cubrir puestos de trabajo que implican un gran compromiso y una continua formación clínica, científica y académica. En una reciente publicación en el AJRCCM (1) hemos analizado parte de esta realidad en 3 países de Latinoamérica. Si bien existen diferencias entre estos países, es evidente que los intensivistas atraviesan un periodo de sobrecarga laboral y stress relacionado con sus condiciones de trabajo. Esto ha conducido al denominado “burn-out” de los reportes anglosajones junto con un progresivo desinterés de las nuevas generaciones en la practica de la Medicina Intensiva. ¿Que puede hacer una sociedad científica para revertir estas situaciones? Sin dudas que el papel integrador de ALAT, formador de recursos humanos y de desarrollo científico es insustituible a la hora de plantearnos este desafío. Ha sido ampliamente demostrado que la integración de programas de investigación clínicos y básicos a la formación de recursos asistenciales no solo mejora la practica clínica, sino que constituye un objetivo estratégico de la especialidad (2). Estos programas permiten atraer jóvenes ávidos de mejorar su formación científica y su posicionamiento académico. Pero al mismo tiempo actúa como elemento renovador frente a la rutina y stress asistencial. De esta manera es posible diversificar la tarea asistencial, plantear desafíos intelectuales, atraer jóvenes a la especialidad y alcanzar la siempre añorada masa critica de investigadores latinoamericanos (3). Por este motivo mi propuesta se basa en tres principios conductores: 1. Fortalecimiento de la interacción entre centros de medicina intensiva y de investigación aplicada con los recursos existentes (REDINLAT por ejemplo) y aumentar la comunicación virtual (foros, chat, videoconferencias, etc). 2. Estimular la participacion de centros en trabajos clínicos ambiciosos (el estudio PLATINO es un ejemplo a seguir), convocando a los diferentes lideres de Medicina Intensiva con que contamos en el continente. 3. Promover instancias de formación a jóvenes intensivistas para desarrollo de proyectos de investigación (clínica y traslacional) promoviendo el intercambio con estancias en centros de referencia, apoyando programas de Maestría y Doctorado. Sin dudas que estas líneas de trabajo reflejan un rumbo a tomar, pero recogen mucho de lo que se ha desarrollado en los últimos años. Sin embargo, debemos redoblar esfuerzos para continuar avanzando en esta dirección, no solo en defensa de nuestra especialidad, sino para beneficio de los miles de pacientes que anualmente cursan patologías graves y que merecen ser asistidos por un sistema cada día más profesional, humano y en búsqueda permanente de la excelencia, como propone ALAT desde su fundación.
1.- Estensoro, E, Barbas C and Briva, A. Picking up the pieces for a better future of Critical Care Medicine in 3 SouthAmerican countries. AJRCCM (article in press) s doi:10.1164/rccm.201207-1333CP. 2.- Deutschman C.S., Ahrens T, Cairns ChB, et al, Multisociety Task Force for Critical Care Research. Key Issues and Recommendations. CHEST 2012; 141(1):201–209 3.- Garcia CRS, Parodi AJ, Oliva G. Growing Latin American Science Science 30 November 2012: Vol. 338 no. 6111 p. 1127