MUJER CON ABANICO Virginia Botello Serrano
Klimt, Gustav. Mujer con abanico, 1918
MUJER CON ABANICO Virginia Botello Serrano Era un sábado primaveral y como todos los sábados de todas las semanas, de todos los meses, María fue a visitar a su abuela, una anciana entrañable que todavía conservaba algo de la belleza y serenidad propias de las bellas cordobesas, de rasgos raciales y morunos. -María, hija mía ¿cómo lo has pasado en Viena? - Ay, abuela, vengo encantada. Es una ciudad de ensueño, con sus majestuosos palacios, y esos jardines tan primorosos. Y la ópera, y los museos....!! Ah, que curioso!! Fuimos a visitar la Sala Velvedere y me emocioné con un cuadro de Klimt, un pintor austríaco, muy querido y admirado allí, como aquí en Córdoba nuestro Julio Romero de Torres… Me quedé con la boca abierta, es un cuadro de una mujer bellísima, parece una auténtica andaluza....y lo más curioso es que la cubre un mantón de flores igualito
que el tuyo, ese tan hermoso que cubre el arcón. Y sostiene un abanico idéntico al que está en el cajón de la cómoda de tu alcoba… Todo en ella me recuerda a nuestra tierra. Su pelo negro azabache recogido en un moño, ni muy puesto ni muy chafado. La seda colorida y alegre que le cae y tapa el pecho, acaricia su delicada piel, sus brazos y hombros desnudos. Sus ojos tan oscuros y profundos que te hablan, sus labios rojos que te besan…! Me dirás que estoy loca, pero creo que esa mujer se parece a ti.
Cuando María contempló reflejada en el espejo de la sala la imagen de su abuela , ya no albergó ninguna duda.......Y más cuando vió que le brillaban los ojos y una lágrima se deslizaba por su mejilla y que una sonrisa asomaba a sus labios. Ahora todo encajaba ....la leyenda a pie del cuadro rezaba así: Mujer con abanico, 1930, Crdba. Virginia Botello Serrano, diciembre 2020