The New Yorker June 2020

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ACTUALIDAD

Sin respeto no hay juego steban Ibarra, presidente de la ONG Movimiento Contra la Intolerancia, lleva décadas luchando contra el racismo en el deporte español. Una tarea nada sencilla y que en algunas ocasiones no cuenta con la ayuda necesaria, como señala en la entrevista con ‘Compromiso Empresarial’. Casi quince años después, este “problema” no ha desaparecido; sí de la mayoría de las disciplinas deportivas, pero no del fútbol. En la temporada 2016/ 2017, la Comisión Estatal contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte abrió 1.076 expedientes sancionadores, 13 de ellos por xenofobia y racismo. “Es una realidad enquistada en los clubes de máxima categoría que han generado una subcultura ultra que vive de una aceptación social de las hinchadas”, señala Ibarra. Una violencia latente también ahora en las redes sociales. Según el estudio realizado por la Cadena SER en el marco de la campaña #SinRespetoNoHayJuego, un 19,6% de los comentarios durante los encuentros de fútbol son violentos. Ibarra explica que «el primer paso para solucionar este problema es reconocer su existencia» y considera que se ha ido «agravando con la indolencia de las autoridades y la connivencia de muchos clubes. El estado no puede ponerse de perfil con este problema». Son muchos ya los jugadores (nombres como Dani Álves y Raheem Sterling, entre otros) y, en general, deportistas, los que sufren este tipo de acosos por razones de raza. A ello, se suma la ideología, origen, creencias, orientación sexual, etc. Por ello, se promulgó en nuestro país la Ley 19/2007, de 11 de julio, contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. Esta ley propugna como objeto de tutela principal lo que se conoce como “Fair Play”. El “Fair

E

Ibarra considera que los profesionales del mundo jurídico tienen “un enorme déficit” de formación en esta materia y es categórico al aseverar que “el límite de la libertad de expresión es el discurso del odio.”

Play”, en castellano juego limpio, es uno de los valores principales que se han de proteger en el deporte. La Unión Europea propugna este valor a través de la réplica por las instituciones de sus estados miembros y, especialmente, por el Comité Olímpico Internacional y órganos de índole semejante. El punto de partida en nuestro país nace en la Ley 10/1990 del Deporte. Por lo tanto, no es hasta el 15 de octubre de ese mismo año, cuando se hace efectiva dicha consciencia de que hay que proteger ciertos valores. Y no solamente en el deporte profesional, sino también en el amateur ya que el deporte es considerado valor universal. Un derecho público y, principalmente, educativo, lo que repercute en la erradicación de cualquier forma de violencia, incluida tanto la verbal como aquella otra más sutil. Cabe destacar el papel que protagonizó la Conferencia Mundial, organizada por las Naciones Unidas, contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las formas conexas de Intolerancia que se celebró en el año 2001. Gracias a esta conferencia se sentaron las bases de un problema que asolaba al deporte desde hace décadas. Ésta propugnaba, haciendo incluso mención en la propia exposición de motivos de nuestra Ley 19/2007, lo siguiente: “Urge a los Estados a que, en cooperación con las organizaciones intergubernamentales, con el Comité Olímpico Internacional y las federaciones deportivas internacionales y nacionales, intensifiquen su lucha contra el racismo en el deporte, educando a la juventud del mundo a través del deporte, practicado sin discriminaciones de ningún tipo y dentro del espíritu olímpico que requiere comprensión humana, tolerancia, juego limpio y solidaridad”. Concluyendo, se podría decir que cualquier signo de violencia en el deporte supone una lacra para el mismo. Uno de los objetos principales de tutela para este tipo de leyes es la de proteger el “fair play” y a los propios jugadores.

“Falta voluntad de luchar a fondo contra el racismo y la violencia en el deporte”

8 www.thenewyorker.com


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