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EL CÓMATE NAVAL DEL
PAPUDO EL 26 D E N O V I E M B R E
D E 1865
SUS CAUSAS Y CONSECUENCIAS POR
D. VÍCTOR M. CONCAS Y PALAU CAPITÁN DE
LA
DE
ARMADA
FRAGATA ESPAÑOLA
MADRID IMPRENTA DEL MINISTERIO DE MARINA
18tí6
A MIS COMPAÑEROS
Dedicamos estas páginas de la historia contemporánea dela Marina militar á los únicos que pueden apreciar el valor de la enseñanza que encierran. Se trata ele un buque que no debió construirse, porque ya existían otros muchos semejantes á él, repudiados por todo el Cuerpo de la Armada, buque que no debió tomarse como bueno de primera intención, sin probar siquiera mejorar su andar: y por último, de un buque tal, que de aceptarse, no debió jamás ser comisionado para ninguna clase de operaciones militares, sino con extraordinaria mesura. Pero de un lado, los elementos políticos: del otro, los Departamentos velando por sus Arsenales; y hasta una-mayoría respetable de los Cuerpos de la Marina por el afán de aumentar el material naval, sin dar su debido valor á la calidad de los buques, ejercen presiones tan abrumadoras, que obligan á que se dé por bueno cuanto se logre hacer, sea ó no conveniente, arrollando esa opinión cuantos obstáculos se le ponen por delante, y obligando al Gobierno mismo, muy frecuentemente, á ceder ante intereses pequeños de localidad, los grandes y sagrados ele la Patria. Tratamos, como cuantos nos han precedido en escritos de índole semejante al que nos ocupa, de que se tenga presente, que no siendo posible en casos tales buscar en el origen la responsabilidad de los hechos, y necesitando las sociedades una víctima, ésta lo será siempre el desgraciado Comandante,
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quien, como en el caso que relataremos, puede ser el menos responsable de todos: y por eso dedicamos estas líneas á los que pueden verse más de una vez en la necesidad de fortalecer su ánimo, contra aquellos que, como decía el eminente Ingeniero inglés, Mr. líeed, merecen ser llevados al exterminio y destrucción que -para oíros lian preparado. No es de hoy lo que publicamos; fué escrito en 1882, en cuya fecha no lo dimos á la estampa por considerarlo prematuro. Sin embargo, en aquellos días escribía la Historia de la guerra del Pacifico el Sr. Novo y Colson, quien reconocía igualmente eme el plazo era muy corto para aquella publicación, siendo esto causa de que lo que debia resultar más interesante para un Oficial de Marina, como es la descripción de las operaciones militares de la escuadra, es lo que aparece más pálido, sin que se realce en lo que merece la titánica campaña de aquellos buques, ni la gran figura del Mayor general D. Miguel L o b o , sin duda superior á las de Pinzón, Pareja y quizás á la de Méndez Núñez, cosa que no podía escribirse entonces, y que aun ahora mismo se haría con dificultad. No obstante, Novo escribió su libro con notable imparcialidad y muy sano criterio, lo que no impidió que en Chile fuera comentado por el vehemente hombre político D. Benjamín V i cuña Mackenna, á punto que allí pasa por buena la creencia de que colaboró con N o v o en la redacción de aquella Historia. Por nuestra parte, no vacilamos en afirmar que semejante pretensión, suposición ó travesura, carece por completo de base y que no tiene la menor justificación; y aunque es verdad que tendría que consultar documentos de Chile, consulta precisa y lógica á un trabajo de esa índole, la parte de las operaciones está tomada de notas y diarios de navegación, cuyo estilo nos es, en más de un caso, conocido como de las propias fuentes citadas espontáneamente por el autor. Todo esto no prueba más sino la ya dicha dificultad de escribir historia de hechos tan recientes; por eso, como dejamos dicho, estas líneas, que no son sino una página de la guerra del Pacífico, no se pudieron publicar cuando fueron escritas, y aun hoy, si salen á luz, es bajo la amistosa amenaza de un digno Almirante de presentar queja al Ministro de Marina si no se pu-
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blieaba el manuscrito, y al que empeñamos entonces palabra de que el 26 de Noviembre de 1895, en que se cumplirían treinta años del Combate del Papudo, pondríamos manos á la obra, aunque considerábamos que ese plazo de treinta anos, que podrá parecer suficiente, no lo es para que los muchos que aún viven de aquella época, no lean entre líneas nombres y cosas, como es inevitable en toda historia contemporánea. Aunque al referir los hechos de aquella época tendremos forzosamente que ocuparnos de Chile, lo liaremos en lo más estrictamente indispensable, para seguir la hilación de los sucesos que se relacionan con el hecho concreto de que nos ocupamos, pues si bien durante nuestra contienda con el Perú, la conducta de Chile distó mucho de ser la de una nación amiga, y al consentir ciertas publicaciones obraba como un país que en nada estimase su decoro, no eran motivos suficientes, ni había el menor interés positivo para provocar un conflicto por parte ele España; pero una vez llevada á cabo la agresión por la escuadra española, fuera con razón ó sin ella, no podemos menos de aplaudir y reconocer en justicia la varonil entereza con que Chile entero rechazó la afrenta, como debe hacerlo siempre un pueblo que tiene conciencia de su propio valer. Y de esto precisamente arranca para la Marina la mayor gloria de la campaña del Pacífico, pues aquellos buques españoles tuvieron que luchar contra un enemigo, que aunque de fuerzas inferiores, pudo oponer las dificultades que originan la unánime opinión ele todo un pueblo y las simpatías ele las repúblicas vecinas, aislando ele todo socorro á nuestras naves, mientras que por parte de España, la guerra era tan puramente oficial, que de ella sólo tenía noticias el Ministerio de Estado, sin que tomase la menor parte la pública opinión; y fueron precisos hechos ele extraordinaria resonancia para que la inmensa mayoría de nuestro pueblo se enterase de qué, allá, en lejanos mares, un puñado de españoles, careciendo ele todo, sostenían muy alto el honor de la patria. Así, pues, repetiremos aquí una vez más que nuestro objeto principal es traer con esta sangrienta lección un argumento más á la tesis que defendemos, que no es otra sino demostrar á nuestros compañeros que ciertos buques no deben cons-
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truirse; que si se construyen, no deben admitirse, y que si se admiten, no deben jamás emplearse en funciones de guerra; pues los buques de guerra, grandes ó pequeños, cada uno en su clase debe reunir las condiciones militares que le son precisas. Como lo escrito lleva ya algunos años, y en este intervalo ha variado mucho la índole de las construcciones de nuestros Arsenales, nos es preciso fijar las ideas sobre el particular-, sin lo quepodrían parecer injustos algunos juicios del fondo de este libro. En efecto, después de la poco afortunada construcción de las goletas, que dejaron de repetirse de 1862 á 63, dieron nuestros Arsenales una colección de magníficas fragatas, que nada tenían que envidiar á las mejores de sus similares de toda Europa, siendo esta la etapa más brillante de aquellos establecimientos, que llegaron á producir barcos con excepcional rapidez y á su debido coste; pero todo esto decayó como por encanto á raíz de la revolución de Septiembre de 1868, y cuando en 1882 escribíamos las páginas que hoy publicamos, se construían algunos buques de hierro sin ninguna condición militar, al parecer con el solo objeto práctico ele sostener aquellos establecimientos. A combatir tal estado de cosas respondía el fondo de cuanto exponíamos entonces; pues hoy es preciso reconocer, que aunque con no pocos esfuerzos por parte de la Armada, se van consiguiendo señaladas mejoras, y que el oscuro y verídico cuadro que pintamos en nuestra conclusión era antes que el Destructor, el Pelayo y el Reina Regente inauguraran la nueva Escuadra, por cierto tan rudamente combatidos por los elementos de siempre, que bastaría que lo recordásemos para que rebosara la razón de lo que decimos, sin necesidad de más argumentos. Para convencer á nuestros compañeros del resultado práctico de lo que sostenemos, y de lo que puede alcanzar la convicción profunda del deber, citaremos un buque recién salido de uno de nuestros Arsenales, cuya máquina, construida por una factoría particular, fué motivo de una contienda con el Comandante, que ha dejado memoria en la localidad, y cuyo Jefe, que contó con el único y solo apoyo personal del Comandante general del Arsenal, si logró su objeto fué á costa de
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una decidida hostilidad y de enemistades sin cuento; pero el buque, al mando de otro Jefe, hizo el viaje de Cartagena á Filipinas con más anclar que el de prueba y sin parar una vez. Otro buque en las mismas condiciones y con sus máquinas de los mismos talleres, ha tardado meses en ir de Cádiz á Canarias, y no dudamos que se habrá escrito y dicho de oficio todo lo conveniente; pero el Comandante del primero era un Oficial de la Coradonqa y los surcos de la metralla enemiga le habían grabado en el alma convicciones de que no es posible desprenderse. Y si puede servir de ejemplo y aun de escarmiento, anótese que la primera víctima de este último buque lleva trazas de serlo su primer Comandante. No seguiremos en ese terreno, pues como hemos reconocido, no es posible hacer historia contemporánea; pero nos sirve para recordar que un nuevo factor en la industria particular ha venido á agravar el poblema con irresistible empuje. Nadie más interesados que los Oficiales de Marina en vigilar por'los intereses de la patria, pues sea cual fuere la causa, somos los llamados á responder de los resultados. No le valió al Teniente de navio D. Luis Fery su envidiable historia y su mucho navegar, con todo y ser mucho lo que se navegaba entonces. Fery, cuando tuvo la desgracia de caer prisionero con la goleta que mandaba, era uno de los Oficiales mejor y más merecidamente reputados de nuestra Armada: desde su salida del Colegio naval, ni un solo día de destino había tenido en tierra; empezó sus servicios dando la vuelta al mundo en la corbeta Ferrolana, notable expedición que duró desde 1849 al 52; pasó luego á las Antillas, en el activo servicio que se hacía entonces en todo el seno mejicano; regresó á la P e nínsula para tomar parte en la campaña de África, en la que. siendo el segundo Comandante de otra goleta, La Rosalía, naufragó en el memorable temporal que cortando las comuicaciones con la escuadra, comprometió á nuestro ejército, sobre Cabo Negrón, en el campamento que se llamó el Campamento del Hambre. En esa terrible noche condujo Fery á la mitad de la dotación de la goleta, descalzos y ateridos por el frió de aquel crudo invierno, al campamento español, en el que es-
vir r
tuvieron á punto de ser recibidos á tiros por un batallón que los tomó por enemigos, debiendo su salvación al grito de Viva la Reina, que dio Fery exponiéndose solo, delante de su gente. Seguidamente le fué conferido el mando de una cañonera, con la que operó en el río de Tetuán hasta la terminación de la guerra. Marchó otra vez á la Isla de Cuba en la fragata Blanca, y á su bordo concurrió á las expediciones de Méjico y de Santo Domingo; regresó á la Península en 1862, para embarcar en la fragata Resolución, buque de la insignia del Almirante Pinzón, con la que salió para el Pacífico, en Agosto de aquel año. A l llegar á Montevideo, y vacante el mando de la goleta Cooadonga, por su justa reputación de Oficial distinguido fué Fery nombrado Comandante de dicho buque; con él se hizo á la mar, y apenas dejadas las aguas dulces del Plata, empezaron á dar las calderas señales ele inutilidad; pasó el Estrecho ele Magallanes, y por los Canales de Sarmiento llegó á Valparaíso, viaje en aquella época de reconocida dificultad, y más tenienelo en cuenta la clase ele buque con que fué llevado á cabo. En unión ele la Escuadra, recorrió después la costa Sur del mar Pacífico, y separado de ella efectuó otro notabilísimo viaje por las inhospitalarias costas de las repúblicas del centro de América, donde se acreditó ele hábil diplomático á la par que de buen Oficial ele Marina. Después, y al inaugurarse la primei'a campaña del Pacífico, esto es, la guerra del Perú, efectuó con la goleta una admirable operación marinera, así reconocida por propios y extraños, cual fué el rescate de la barca española Heredia ele entre las baterías peruanas, entregándola al buque capitana ele nuestra escuadra; los meses que siguieron de permanencia en las islas Chinchas; los del interregno ele paz epie precedieron á la guerra con Chile, y durante ésta, sin un día de descanso, prestó muy señalados servicios é hizo largas é incesantes navegaciones, y cooperó al bloqueo ele las costas chilenas, hasta el desgraciado combate del 26 ele Noviembre de 1865, motivo primordial ele este escrito y razón del por qué ahora no nos detenemos á detallarlo. Procesado y absuelto por el Consejo de guerra de Oficiales
generales, absolución á que dio mayor fuerza la acordada del Tribunal Supremo de Guerra y Marina, volvió Fery á los barcos, y en ellos reanudó sus brillantes servicios, á los que le daba lugar la insurrección de Cuija de 18(59; en aquellas costas hizo tres campañas seguidas, mandando el cañonero Vigió,, y los vapores D. Juan de Austria, Clmrruca, Venadilo y una de las divisiones de cañoneros; capturó á Goicuria, á los hermanos A g ü e r o , presuntos jefes de la revolución, apresó las embarcaciones inglesas Bátanla y Miterpe, y sobre todo, los depósitos de cera que en Cayo Romano tenían los rebeldes, siendo notable la defensa de la ciudad de Manzanillo, que le valió el empleo de Coronel de Infantería de Marina. De r e greso á la Península y ascendido á Capitán de navio, fué atacado de una parálisis general que le sumió en una lenta agonía, en que sólo regía su cabeza, donde se había reconcentra do la vida que faltaba al resto de su persona. Tal es la historia arrancada de su notable hoja de servicios; pero nosotros debemos agregar algo más, porque lo escrito no pinta, ni al hombre, ni al soldado, y menos puede dar idea del martirio sufrido por un hombre de bien. Después del fallo del Consejo de guerra, fué Fery bien recibido en la Armada: la goleta Oomdonga, como todas sus similares, era por todos conocida, á la vez que él lo era como buen Oficial; por lo tanto, sólo quedó el sentimiento de lo ocurrido, y su vuelta al servicio fué en condiciones tan favorables como muy pocos las hubiesen alcanzado, gracias también á sus notables servicios, que bastaban para barrer la menor sombra de duda; pero Fery tenía la idea fija, tenaz y persistente del hecho de la Oovadouga, y con la creencia del deber de un apostolado, levantaba su voz sin consideración á los riesgos que afrontaba, con la excitación que tendría un hombre cuerdo al que los que le oyeran, no teniendo razones que oponerle, tratasen de hacerle pasar punto menos que por loco. Cuantos buques de los destinados á la Armada carecían de condiciones precisas para la guerra, dábanle ocasión al desgraciado Comandante de la Coradonga para recordar y advertir á graneles y chicos que de ese modo se caminaba en derechura á casos idénticos al que él más que nadie lamen-
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taba. Pero nada como el huracán que se desencadenó contra Fery, cuando en 1869 dijo la insigne verdad de que los cañoneros de Ericson adquiridos para vigilancia de la Isla de Cuba, que resultaron con un anclar de seis millas, ó poco más, no servían para perseguirá los filibusteros, que andaban el doble. ¡Calcúlese la situación de un hombre en tales condiciones al que después del mando de la Covaclonga le dan el de un cañonero de fondo plano, inútil para la mar y de velocidad de tortuga! Aquellos cañoneros fueron producto de una generosa dádiva del comercio; pero aceptado con más entusiasmo que buen juicio militar el programa que impusieron los clonantes de que con aquel dinero se construyera un crecido número, resultaron deficientes, como no podía menos de ser, convirtiéndose en instrumentos de descrédito para la Marina y potros de horribles sufrimientos para sus dotaciones; y eso que para Fery y para sus antiguos Oficiales era claro como la luz del día, era incomprensible hasta para los propios Comandantes de los buques, que ascendidos á Jefes de nueva creación y halagados por el mando, eran los primeros que motejaban al que decía la verdad; que por cierto no tardaron en tenerla que implorar muchos entre accidentes y fracasos. De aquellas luchas continuas, y no de la Covcidonga, por más que en el fondo se dibujara siempre su lúgubre silueta, es de donde arranca la desgracia y la prematura muerte de Fery; es verdad que él, nada cauto é intemperante en el hablar, no sólo por carácter, sino también exacerbado por el dolor y por creerse con sobra de razón, no midió jamás las formas, la conveniencia ni la oportunidad para emitir sus juicios, llegando con sus constantes censuras de deberes no cumplidos respecto á los vicios y defectos del material flotante, á todo y á todos, sin excepción. L a s amarguras que le produjeron tales circunstancias, las resistencias que encontraba, las ofensas de más de un corazón menguado que en venganza se atrevía á avivar con sorna el recuerdo de la Covadonr/a, fueron las causas que arrojaron á aquel leal servidor de la patria y de la Marina á un carrito donde inválido esperaba la hora en que el Señor le concediese
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el descanso que la metralla enemiga le negó el 26 de Noviembre de 1865. Sirva esta dura lección de la humana injusticia de recuerdo inolvidable á todos nuestros compañeros, á los que rogamos reserven su juicio hasta que hayan recorrido las páginas todas que ocupan este relato, que seguramente no les parecerá entonces exagerado cuanto llevamos dicho: y si algún día al tratarse del material naval pudiera servirles lo escrito para fortalecer su ánimo en las contiendas que los intereses y conveniencias de particulares ó localidad han de presentarles, habremos logrado con estas líneas hacer algo útil en favor de la Marina y del país, que es nuestra mayor aspiración. De justicia es, que antes de cerrar este preámbulo, puesto que en él abogamos por la mejora en las construcciones navales, tributar nuestro más sincero aplauso y más respetuosa gratitud al Sr. Ministro de Marina, Vicealmirante D. José María de Beránger, que tanto se ha distinguido al luchar por el buque terciad, no arredrándole y sabiendo resistir en su elevado puesto las tremendas influencias que buscan los que por móviles de particular conveniencia se oponen á su benéfica gestión, señalada siempre por la aspiración de que los buques que saliesen á navegar sean la última palabra de los adelantos navales. Madrid 26 de Noviembre de 1895. V Í C T O R M.
CONGA?.
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EL COMBATE NAVAL
DEL
PAPUDO EL 26 DE NOVIEMBRE DE 186;»
SUS C A U S A S
Y
CONSECUENCIAS
I Vte L a noticia de la p é r d i d a do la g o l e t a CoDadonr0ei\ con la corbeta chilena Esmeralda
vicíis.
desigual
combate
el 26 de N o v i e m b r e de 1865, afectó
p r o f u n d a m e n t e la opinión pública de España y el s e n t i m i e n t o de todo e l Cuerpo
de la A r m a d a ,
llevados uno y otro más de impresiones, q u e de
criterio de la m e n o r i n d a g a c i ó n . L l e g ó por fin el día e n que, después de a m a r g u r a s sin cuento, los que fuimos prisioneros v o l v i m o s á España; c u y a ocasión p a r e c í a la más a p r o pósito para hacer luz sobre el siniestro; pero ¿cómo hacerlo si e n esc i n t e r v a l o las m a y o r e s y más hondas heridas eran de m a n o de nuestros p r o pios Jefes y compañeros? P o r otra p a r t e F e r y , nuestro C o m a n d a n t e , que era el único que por su estado de carrera y p o r su edad podía
hacerlo,
era refractario por c a r á c t e r á c o g e r l a p l u m a , hasta para su c o r r e s p o n dencia particular, y c o m p r e n d i ó la i m p o s i b i l i d a d de luchar contra e l fallo inconsciente de la opinión; así q u e , pronunciada la sentencia absolutoria del Consejo de g u e r r a , quedó sobre F e r y y sus c o m p a ñ e r o s de infor tunio una sombra de duda, i n t e r r o g a t o r i o p e r m a n e n t e , q u e aún está h o y por contestar, con tanto m á s m o t i v o cuanto e l notable fallo del T r i b u n a l S u p r e m o de G u e r r a y Marina no se hizo p ú b l i c o y sí solo el resultado, lo que se c r e y ó
bastante para c i c a t r i z a r heridas ajenas: reserva tanto m á s
sensible cuanto el p r i m e r T r i b u n a l m i l i t a r de l a nación se c r e y ó en el deber
de c o m p l e t a r lo deficiente de la defensa y lo m á s deficiente aún
del proceso. En los largos ocios de la prisión, m e d e d i q u é á r e c o g e r datos, q u e aún
14 después lie recurrido con g u s t o al verlos leídos con afán por muchos c o m pañeros,
q u e amantes, c o m o todos, del
honor del Cuerpo, hallaron en
ellos la c o n t e s t a c i ó n . que buscaban. Nada, pues, inás natural, que al ser n o m b r a d o oficial del Ministerio de Marina diea y siete años después, acudiera y o al a r c h i v o de Marina á buscar la e x p l i c a c i ó n de muchos e n i g m a s y la afirmación de ideas, que a l g u n a s v e c e s consideraba c o m o hijas del calor de los diez y n u e v e años en q u e las escribí; y cuál no sería m i asombro y s e n t i m i e n t o al verlas superadas en los mismos n e g r o s colores con que por p r i m e r a v e z habían lacerado nuestros s e n t i m i e n t o s . Dos circunstancias ocurrían en aquel m o m e n t o : el Capitán de n a v i o D . L u i s F e r y , C o m a n d a n t e que fué de la Covadonga, c o m p l e t a m e n t e paralítico,
m u y enfermo y
acababa de retirarse del servicio (1), y de la
historia de la g u e r r a del Pacífico se l l e v a b a n publicadas las p r i m e r a s e n t r e g a s . A pesar ele considerar por m u c h o s conceptos p r e m a t u r a esta historia, era un hecho; y considerando que la Marina necesitaba de la Co • oadonya
a l g o m á s que un
incidente.xlc-una historia g e n e r a l , creí que
era l l e g a d a la hora de decir a l g o ; y creí t a m b i é n que debía contar con el consentimiento de m i a n t i g u o Comandante;
pero F e r y , con razones de
ocasión, de peso indiscutible y que no son para escritas, pues nada tenía que v e r con la Covadonga,
m e r o g ó e n c a r e c i d a m e n t e q u e no lo hiciera,
e n v i á n d o m c en su l u g a r todos sus papeles para que otro
día los a p r o v e -
chara. ¿Era su m e m o r i a la que m e encomendaba? Si tal es, acepto tan sagrado c o m o penoso l e g a d o ; con tanto más gusto cuanto en esa sang r i e n t a lección, q u i e n tiene más q u e aprender, es la Marina. M u é v e m e además á t o m a r la p l u m a , la circunstancia de que habiendo sido el Oficial más m o d e r n o de la g o l e t a Covadonga,
caí g r a v e m e n t e h e -
rido por la p r i m e r a andanada del e n e m i g o , y apenas curado de p r i m e r a intención, m e h i c e conducir á cubierta, desde donde presencié el c o m b a te hasta el fin, sentado sobre la l u m b r e r a de la c á m a r a de Oficiales, sostenido por el g a v i e r o m a y o r A m a r o Peraza, desventurado m a r i n e r o que c a y ó , á su v e z , al ú l t i m o tiro. P o r esta circunstancia no pude acudir al puente á acordar la rendición, por lo que fui e l i m i n a d o de la causa al elevarse aquélla á plenario, no c o m p r e n d i é n d o m e el Consejo de g u e r r a que jxizgó á mis compañeros, y
en el que, si no estuve
materialmente,
comparto gustoso su responsabilidad moral; y aunque el carácter Guardia Marina, apesar de ser habilitado de R e a l orden, m e
de
excluía
t a m b i é n por ordenanza de la j u n t a en cuestión, m e c o m p l a z c o en repetir que entonces, ahora y s i e m p r e hubiese v o t a d o a b s o l u t a m e n t e con ellos. A s í , pues, sin responsabilidad oficial y sin otras circunstancias de parentesco, m u y respetables, de algunos de m i s compañeros, creo h a l l a r m e en la m e j o r situación y en el deber de escribir para los Oficiales de la A r m a d a , q u e son los únicos que pueden pesar el v a l o r de sucesos que no son m á s q u e resultados lógicos de causas concretas que los produje-
(!)•
F a l l e c i ó en F e r r o l ol 8 d e S e p t i e m b r e d e IS86.
15 ron, sucesos que se r e p e t i r á n cuantas v e c e s v u e l v a n
á presentarse
las
mismas circunstancias.
IT Condiciones en que se emprendió la guerra Declarada la g u e r r a á C h i l e , y pales, es preciso r e c o n o c e r guerra en serio,
bloqueados sus cuatro puertos p r i n c i -
que por nuestra p a r t e no se e m p r e n d i ó la
ni se c r e y ó nunca que l l e g a r a á t o m a r tal aspecto. P a r a
convencerse de ello, basta observar que la Escuadra
l l e g ó á la costa de
Chile sin carbón, con pocos v i v e r o s y hasta sin haber r e e m p l a z a d o , más que con
los que se salvaron de la fragata q u e m a d a Triunfo,
las m u n i -
ciones consumidas en ejercicios y saludos durante tres años. De no haber r e c i b i d o la Escuadra carbón en los mismos puertos de C h i l e , pudo haberse visto c o m p r o m e t i d a , y ahí quizás se puede buscar la razón del por qué el A l m i r a n t e
Pareja dejó salir de puerto los buques de g u e r r a c h i -
lenos Esmeralda
y Maipú,
y el por qué t a m b i é n en V a l p a r a í s o se dejó
hacer carbón á la Escuadra apesar de estar presentado el I n d u d a b l e m e n t e no se creía en una c a m p a ñ a seria,
ultimátum.
cuando á la l l e g a d a
á Chile no se tenía un c o n v o y o r g a n i z a d o , apesar de la lección
de la
c a m p a ñ a de las islas Chinchas, donde se hizo necesario, y eso que se contaba con las islas como base de operaciones; y de no haberse éste form a d o por sí m i s m o con las presas que, i g n o r a n t e s del bloqueo,
fueron
c a y e n d o á la boca de los puertos, y que por la índole a g r í c o l a del país fueron dando lo necesario en los p r i m e r o s m o m e n t o s , es m u y
posible
que se hubiera tenido que variar, por c o m p l e t o la forma de la guerra ó producir la retirada i n m e d i a t a . Por último dato: el b l o q u e ó s e e m p r e n d i ó dejando á la espalda la r e v o lución del Perú, c u y a bandera era contra
el tratado de paz con España
de ?~ de Enero de 186,', conocido por el t r a t a d o Y i v a n c o - P a r e j a , que t e r minó la ocupación de las islas Chinchas. El V i c e a l m i r a n t e m e n t e en i n t e l i g e n c i a con el Coronel
estaba r e a l -
Prado, que acaudillaba la r e v o l u -
ción, y es cierto que éste le había ofrecido que respetaría
el tratado en
todas circunstancias; pero de todos es sabido que las r e v o l u c i o n e s van s i e m p r e más allá de lo que p r e t e n d e n sus caudillos, cosa que no podía pasar desapercibida á un h o m b r e d é l a talla m i l i t a r y política del A l m i rante español, y dicho se está que no debió considerar g r a v e la empresa contra Chile, cuando dejó problema de tal entidad en los puertos del P e r ú , únicos (pie podían servirle de retirada y de base de
operaciones.
A u n q u e y a oscuros los horizontes para la Escuadra si no e m p r e n d í a la ofensiva
e n é r g i c a m e n t e , no se vaciló en sostener, á costa de la propia
sangre, el deseo de no l l e v a r las hostilidades más allá de lo e s t r i c t a m e n »
16 .te necesario. En .efecto; en l a caleta
de P l a y a A n c h a ,
casi del
mismo
puerto de V a l p a r a í s o , y en c u y a s alturas había un cuartel de infantería, estaban varadas unas balleneras, q u e anticipándose á nuestros cruceros, daban instrucciones y aun papeles falsos á los buques m e r c a n t e s q u e r e calaban al puerto; así, que el que menos, v a c i a b a su a g u a d a , con lo que había que p e r m i t i r l e fondear y c o m u n i c a r con tierra, que era lo que se deseaba. L o s botes de la corbeta
Vencedora,
que
p r o t e g i d o s por ésta
fueron á destruir aquellas balleneras, se v i e r o n d u r a m e n t e atacados por la fuerza de infantería que acuartelaba en la altura de la caleta, y
si lo
consiguieron, fué después de cruzar las bayonetas con las de los c h i l e nos y
de p e r d e r dos hombres j u n t o á las disputadas
Mientras tanto, la
Vencedora,
embarcaciones.
á tiro de fusil, c o n t e m p l a b a la lucha i m -
pasible, con la señal izada pidiendo permiso para r o m p e r el fuego desde que se inició la resistencia, señal que no arrió hasta
después de haber
v u e l t o al fondeadero de la Escuadra, sin que para nada contestara la Cap i t a n a , con asombro de cuantos la c o n t e m p l á b a m o s , que no nos
expli-
cábamos por q u é estaban callados los cañones de la corbeta, que
pudie-
ron haber t e r m i n a d o la r e f r i e g a en un m o m e n t o . ¡No se (pieria tirar el primer No
cañonazo!
pretendemos
hacer
la historia de la c a m p a ñ a del Pacífico; que
a p a r t e de ser trabajo m u y superior á nuestras fuerzas, lo consideramos h o y de todo punto p r e m a t u r o ; pero al pretender escribir a l g u n a s líneas que a l g ú n día puedan servir para la historia de la Marina, t e n e m o s que hacernos c a r g o del carácter de ciertos acontecimientos, por cuanto la presa de la Covadonga
fué lo que dio carácter á la lucha y lo que
pudo
c o n v e n c e r á nuestras fuerzas que si por nuestra p a r t e no habíamos t o m a do la g u e r r a en serio,
nuestros e n e m i g o s , con mejor acuerdo, desde el
p r i n c i p i o la habían e m p r e n d i d o con toda su alma.
i ir Salida de la «Covadonga» P o c o más de mes y m e d i o l l e v a b a la Escuadra de b l o q u e o , y la ineficacia de éste no podía ser m á s e v i d e n t e . L o s chilenos habían abierto otros cuatro puertos cercanos á los b l o queados, y ayudados por todos los extranjeros, t a n t o por los p a r t i c u l a r e s establecidos en la república, como por los Cónsules, D i p l o m á t i c o s y A l m i r a n t e s , habían reducido las hostilidades más á una molestia moral que á la m a t e r i a l con la que se quería i m p o n e r condiciones. Es más; bajo la errónea base que hemos referido de q u e las cosas no l l e g a r í a n á m a y o r e s , no se habían preparado espías, i n t e l i g e n c i a ni m o d o de t e n e r noticias de n i n g ú n g é n e r o ; así que á los pocos días del bloqueo,
17 la bloqueada ora la Escuadra, c u y a posición so hizo m u y difícil, pues de e x t r e m o á e x t r e m o del bloqueo mediaban doscientas leguas, sin más com u n i c a c i ó n que una quincenal por m e d i o do los vapores correos ingleses, subvencionados por el e n e m i g o y á los que solamente causábanlas m o lestia, y por c o n s i g u i e n t e perfecta y n a t u r a l m e n t e hostiles. R e s u l t a d o de tal i m p r e v i s i ó n , fué que en la Escuadra sólo se conocía de Chile la silueta de las p l a y a s marcadas en las cartas de n a v e g a r y el derrotero de F i t y Roy. Durante ese mes y m e d i o se había formado el c o n v o y de que
hemos
hablado, el que se hallaba todo en V a l p a r a í s o al cuidado de la insignia, menos el v a p o r Matías
Cansino,
que armado en guerra a u x i l i a b a al b l o -
queo de C o q u i m b o . El bloqueo estaba en una situación que podríamos l l a m a r
n o r m a l , sin
más c o m p l i c a c i ó n que haberse declarado las v i r u e l a s en la f r a g a t a
Villa
d e s g r a c i a d o buque que y a en la c a m p a ñ a de Chinchas había
de Madrid,
tímido á bordo la g a n g r e n a
hospitalaria; y c u y o buque, para l i m i t a reí
c o n t a g i o , había dispuesto una presa c o m o hospital, en que l l e g ó á tener un considerable n ú m e r o de atacados. Los buques estaban repartidos del modo s i g u i e n t e : la f r a g a t a con la insignia, y las g o l e t a s Vencedora
de Madrid
paraíso con el c o n v o y : la fragata Bereiujuela tías Comino
en C o q u i m b o ; la Blanca,
y Cooadonya
Villa en V a l -
con el vapor apresado
en Caldera, y la Resolución
Maen la
Concepción. L l e g ó en esto á Valparaíso el correo de L i m a , anunciando el a v a n c e decisivo de la revolución que capitaneaban el Coronel Prado y Capitán de navio Montero, que á m a r c h a s forzadas iban sobre L i m a . A d e m á s , las comunicaciones del B r i g a d i e r Méndez "N'úñcz indicaban que por la conducta del Ministro de España en el Perú no podía obrar
con la e n e r g í a que se
r e c o m e n d a r a al A l m i r a n t e . Era, pues, m u y posible que la r e v o l u c i ó n , á c u y o triunfo se decía habían contribuido p o d e r o s a m e n t e l o s auxilios del Gobierno de S a n t i a g o , nos declarara la g u e r r a , y que si la a c o r a z a d a mancia
Nu-
no le i n t e r c e p t a b a la salida, zarpara la Escuadra peruana con
r u m b o al Sur. L a Fsouadra del Perú se c o m p o n í a de las fragatas Amazonas rimac,
del tipo de nuestra Blanca;
de las corbetas Unión
y
Apu-
y América,
ex-
celentes buques, recién construidos en F r a n c i a , armados con 14 cañones rayados y de un andar superior á 12 millas, conocido de nosotros por un r e g a t e o que una de ellas sostuvo con la Numancia
en el estrecho de Ma-
gallanes, y además del Loa,
buques m e n o r e s
1 úrnbez
y Sachaca,
En
total, 119 cañones suceptibles de salir á la m a r . Estas fuerzas, y a solas, y a unidas á las de Chile, podrían m u y bien c o m p r o m e t e r nuestras fragatas diseminadas, sin m e d i o de socorrerse ni de saber el p e l i g r o que les a m e nazaba y á las que podían atacar una por una con e l e m e n t o s tan i n m e n s a m e n t e superiores. A
tan
alarmantes nuevas, reunió el V i c e a l m i r a n t e
D . José Manuel
Pareja á los Jefes que había en Valparaíso para oír su consejo, 2
acudien-
18 do el M a y o r g e n e r a ! Capitán de navio T). M i g u e l L o b o , el C o m a n d a n t e do la Villa
de Madrid,
Capitán de n a v i o D. Claudio A l v a r g o n z á l e z , y
los
Tenientes de navio D . Pedro Pastor y L a n d e r o , Secretario del A l m i r a n t e ; P a t e r o y F e r y , Comandantes de la Vencedora
y
Coradon¡/a
respectiva-
m e n t e . Discordes estuvieron los Jefes referidos sobre las medidas c o n v e n í a t o m a r . Opinaba el A l m i r a n t e (pie la fragata Resolución á Valparaíso á unirse ala
Villa
de Madrid,
bo á Caldera á unirse á la Blanca,
y la Beren¡/nela,
que
pasara
de C o q u i m -
con lo que las fragatas quedaban de
dos en dos, y . dada la superior instrucción de la Escuadra, se consideraban suficientes para batir la flota aliada
D e este m o d o se l e v a n t a b a el b l o q u e o
de la Concepción, y á C o q u i m b o se e n v i a b a la Coradonya, cada se perdería
chico IJ malo,
un buque
que si era
g a n a n d o t i e m p o para
ata-
recibir
el p r ó x i m o correo; de m o d o que si resultaba cierto lo que se t e m í a , se o p e . raría Blanca
una
concentración
y Berenguela
hacia el Sur, r e c o g i e n d o de paso las fragatas
á la Coradontja:
y en caso contrario, una de esas
fragatas r e l e v a r í a á esa g o l e t a , con lo que no se levantaría
más que
el
bloqueo de un p u e r t o . A s í opinaron todos los Jefes, salvo F e r y , que solicitó no dar su voto, pues era la v í c t i m a designada, y el M a y o r g e n e r a l y Secretario, que sost u v i e r o n la necesidad de reunir todas las fuerzas y c a m b i a r el curso de las hostilidades. Por fin, accedió el M a y o r g e n e r a l á la opinión del A l m i rante, quedando solo el Secretario, que sostuvo t e n a z m e n t e su opinión, fundándose en que no se podía perder ni un bote por el errado c o n c e p t o que en España se tenía de las condiciones del conflicto, con lo que v e n dría en masa c o n t r a í a Marina la opinión
pública do la nación toda al
m e n o r c o n t r a t i e m p o , por justificado (pie fuera; añadiendo
una razón de
m u c h a más fuerza en aquellos m o m e n t o s ; cual era, que si el buque v a l í a poco, el caer prisioneros en poder del e n e m i g o , ó imposibilitaría á la E s cuadra de t o m a r medidas e n é r g i c a s á que las circunstancias podían oblig a r , ó en el
caso posible de un acto de salvajismo por p a r t e de los c h i l e -
nos, t o m a r í a la g u e r r a un aspecto aún más g r a v e del que con tantos sacrificios quería e v i t a r el A l m i r a n t e . A c e p t a d o por fin el p r i m e r plan y contando que sólo la casualidad p o día dar un m a l encuentro á la Vencedora, á buscar la f r a g a t a Resolución, la corbeta chilena Esmeralda
que debía ir á la Concepción
faltaba sólo p r e v e r el ataque posible de contra
la Coradoni/a,
que debía
quedar
sola en C o q u i m b o , para lo que fué, ó debió ser, de g r a n auxilio la opinión del T e n i e n t e de n a v i o D. L u i s F e r y , C o m a n d a n t e de este ú l t i m o b u q u e . E n t r e los g r a v e s sucesos que v a m o s refiriendo nada de tanta dencia c o m o lo que v a m o s á decir. En efecto: como hemos
trascen-
expuesto, la
Escuadra no tenía comunicación, espías, ni confidencias en t i e r r a de n i n g ú n g é n e r o : hacía m u c h o que no había estado en Chile; las n a v e g a c i o nes todas se habían hecho de altura; los antiguos Comandantes que l l e varon las fragatas en lh63, habían sido relevados, y el que m á s de los Oficiales conocía las calles de V a l p a r a í s o y las avenidas del t e a t r o de la V i c toria en la plaza de su n o m b r e . Sólo F e r y era el único ruejo
Comandan-
19 te, el único que había corrido la costa y el único de toda la Escuadra que conocía á Chile. En efecto; t e n í a nuestro querido Comandante
condiciones tan o r i g i n a -
les c o m o e x c e p c i o n a l e s ; j a m á s hemos conocido una persona más r c í r a e taria á c o g e r la p l u m a ; tanto, que s e g u r a m e n t e que escribió en su vida; fué preciso del c o m b a t e
son contadas las cartas
hacerle escribir ó escribirle el p a r t e
casi al l l e g a r á España, después de 18 meses, c o m o basta
leer aquel d o c u m e n t o para a d i v i n a r que está escrito entre varios; no h u bo m e d i o que c o g i e r a la p l u m a para su defensa, ni en otra ocasión
pa-
ra un g r a v e asunto en (pie t o m ó parte; pero en c a m b i o , su amor al estudio, su fabulosa
m e m o r i a y el espíritu de análisis y observación
raya-
ban en lo inverosímil. R e c o r d a m o s como e j e m p l o un día en que lo serv í a m o s de intérprete en islas Chinchas, para r e c o g e r un centenar de h o m bres (pie, después de engancharse para el Perú, se sublevaron y o b l i g a r o n al b u q u e á desembarcarlos en aquellas islas, en que sin d i r i g i r l e s la p a labra conocía de p r i m e r a intención la nacionalidad de cada uno: cien veces le hemos visto adivinar la profesión de personas á quienes veía por p r i m e r a v e z , y en a l e g r e s apuestas á que estas condiciones daban
personales
lugar, le hemos visto acertar la profesión de padres y maridos
con sólo dejarle d i r i g i r b r e v e m e n t e la conversación á las señoras. No e x trañará, pues, que d i g a m o s q u e g r a c i a s á ese espíritu de observación, Eery
conocía el interior de Chile, de lo que se servía con frecuencia el
M a y o r g e n e r a l L o b o , Jefe e m i n e n t e , a l m a y v i d a de aquellas fuerzas: de modo que consideramos su pérdida personal m a y o r que la de la pequeña goleta
que mandaba. A nuestro j u i c i o , y dada la situación de la Escua-
dra, era quizás la única persona c u y o s servicios eran i r r e e m p l a z a b l e s . Podrá parecer e x a g e r a d o el desconocimiento que atribuimos e x i s t í a en la Escuadra sobre C h i l e ; pero basta lijarse en que en aquella costa el escorbuto
diezmó
nuestras
tripulaciones, y c o m o no puede atribuirse á
falta de e m p u j e á los que después dieron á la patria el heroico delirio del Callao, es preciso r e c o n o c e r que desconocían que tenían á la m a n o lo que necesitaban. agricultura
De todos es sabido que nosotros dejamos á Chile con una floreciente,
la fiebre del oro en
que creció después de un m o d o fabuloso durante
California, c u y o g r a n e r o fué Chile durante muchos
años, y que á la sazón sostenía un c o m e r c i o de cereales con
Australia
v e r d a d e r a m e n t e colosal, y aun con Europa. Ese país, sin e m b a r g o , c a r e cía e n t o n c e s de telégrafos, caminos, ejército i m p o r t a n t e , y toda la oposición que pudo hallarse en tierra durante los primeros meses hubieran sido algunos milicianos, en la s e g u r i d a d que en la m a y o r p a r t e de Chile se podía estar cinco ó seis días sin verse atacado por fuerzas r e g u l a r e s . Tan l ó g i c o era que se hicieran e x a c c i o n e s al e n e m i g o , que el Gobierno de Chile t o m ó cuantas precauciones pudo: i m p l a n t ó r á p i d a m e n t e el t e l é g r a fo en los distritos agrícolas de la costa, repartió su caballería, etc., e t c . En el p u e r t o del Papudo, donde, después de prisioneros, fuimos desembarcados, se nos encerró dentro de un inmenso a l m a c é n de frutas y q u e tanto necesitaba la líscuatlra; el m a r
vegetales,
batía el edificio 3" toda la de-
20 tensa eran 25 milicianos: la estación ríe ferrocarril más p r ó x i m a estaba 30 leguas de terrenos en M I m a y o r í a montañosos Para c o g e r l o no había más.. .. que saberlo. Una de dos: ó no se sabía lo que había más allá de la orilla del m a r , ó el escorbuto es una falta m i l i t a r que empanaría por sí sola toda la gloria de la campaña, lo (pie no es v e r dad ni puede serlo. V o l v i e n d o al Consejo que se celebraba en la fragata
Villa
de
Madrid
y á Fery-, expuso éste con rigurosa e x a c t i t u d los caminos, t e l é g r a f o s , v í a s férreas y canales que había de C o q u i m b o á S a n t i a g o ) ' de S a n t i a g o á Chiloe, donde se sabía que estaba la. corbeta, Esmeralda:
m a r c a n d o los
medios más rápidos de comunicación que el Gobierno chileno podía plear y contando con el andar de la Esmeralda,
em-
que era conocido, sobre
el plano y c o n c i e n z u d a m e n t e , expuso que, podía p e r m a n e c e r 15 días fuera de V a l p a r a í s o sin t e m o r a l g u n o , contando para ello con que el e n e m i g o no conocería el m o v i m i e n t o sino hasta estar la g o l e t a en C o q u i m b o , y que v i n i e n d o el correo del N o r t e , los buques de Caldera t e n d r í a n
noticiasen
unos doce días, por lo que podía estar fuera de todo a p o y o la
Cocadony/r
durante 15 ó 18 (lías sin la m e n o r dificultad. A p r o b ó todo el A l m i r a n t e y resolvió que la Coradonja C o q u i m b o , en donde debía quedar con el vapor Matías Bcrentjuela,
que la
de C o q u i m b o pasara á Caldera á unirse con la ¡¡lauca,
y que
fuera á la Concepción y viniera en c o n v o y con la
Resolu-
la Vencedora ción,
marchara á
Cousiño:
dejando l e v a n t a d o el bloqueo de aquel puerto. Por ú l t i m o , que si pol-
las noticias resultaba cierta la actitud hostil del Perú, que la Blanca Bereivjvela
viniesen á todo v a p o r á Valparaíso, r e c o g i e n d o á la
ija; y si no, que la Blanca
nos relevara, con lo que la
Covadomja
estar en Valparaíso para antes del día 20 A fin de que esto se
y
Coradonpodía
realizara,
creemos que se autorizó á los Comandantes de las fragatas de Caldera á abrir un saco de lona donde v e n í a la correspondencia de la Escuadra desde Panamá á c a r g o especial del Capitán del v a p o r correo. Que todo esto se trató, es c i e r t o , ciertísimo; mil veces lo oímos á F e r y al espirar los 18 días y de modo que se nos quedó g r a b a d o
referir para
m i e n t r a s dure la v i d a . A h í están los hechos que hablan bien alto, pues todo se verificó
acorde con este pilan. A h í
está lo que dice el defensor
( d o c u m e n t o n ú m . 8), que era uno de los Comandantes de las f r a g a t a s . Que las órdenes se dieron acorde con cuanto hemos relatado, es e v i d e n t e , pues si no, los hechos no se hubieran verificado; poro que esas
órdenes,
además de á t i e m p o fueron tan precisas, claras y t e r m i n a n t e s c o m o era. necesario para una combinación en que no se podía perder nada, es casi seguro que no, pues allí están las de la Cooa.donija
( d o c u m e n t o n ú m . 1),
que no pueden ser más deficientes. N o h a y más que leerlas para ver que no se apreció la combinación de F e r y , y que no se pensó sino en la p o s i b l e salida de la Escuadra peruana. Sobre todo y ante todo, léanse esas líneas y se verá lo que tantas v e c e s hemos r e p e t i d o : no se quería
tirar
el primer
cañonazo.
Muchos años hemos tenido en nuestro poder una
nota dictada al r e -
21 cuerdo de las órdenes de salida de la. Coradowja, m e r o 1 van í n t e g r a s al final, y
que en d o c u m e n t o n ú -
no las creíamos posible hasta que las v i -
mos comprobadas por la copia oficial que consta en el a r c h i v o del Ministerio y firmadas de puno y letra del propio A l m i r a n t e . Léanse y nos e x cusan de comentarios; nada de c o m b i n a c i ó n , nada
de regreso, nada de
escuadra chilena ni peruana, sólo la autorización pura r e c h a z a r
los
ata-
ques que pudiera d i r i g i r con lanchas el Gobernador de • ' o q i ú m b o , y para eso con parsimonia. ¡Original autorización para un buque de guerra hasta en plena paz! Pobres líneas en que inspirarse el C o m a n d a n t e al que se mandaba, por lo menos, al sacrificio de la escuadra peruana! ¡Qué consuelo para el Comandante de la Coradonya
des-
al v e r que su General, que
en tal aprieto lo ponía, no consagraba bajo su firma la (¡normo responsabilidad que podría caberle! ¡Y cuánta, falta han hecho estas líneas á F e ry, á sus compañeros y á la misma Marina! Desconocemos, con la e x a c t i t u d que sería de desear, cuáles fueran las órdenes comunicadas á los Comandantes de las fragatas Berenyacla cia do que nada a m a g a b a por aquel lado, l l e g ó la Blanca para
y
pero es lo cierto que al recibo del correo del L'erú y en la c r e e n -
Blanca;
r e l e v a r á la Coradonya,
{¡ata, Blanca
lleijú
cho día 3, en IJUC lo /dimos
con cuatro lo más
á Coquimbo
acorde con el plan del día 2. Pero días de retraso
tarde
debíamos
ser
á la combinación relerados
el
lajradel
IS,
di-
cuando
el 33. 101 correo en cuestión se retrasó por los sucesos del Perú,
y en l u g a r de l l e g a r á Valparaíso sobre el 17, c o m o correspondía al correo del 2, vino una semana más tarde (creemos que el 21); se cruzó de noche con la Esmeralda,
cpie la reconoció c r e y e n d o era la goleta á quien bus-
caba, lia pues e v i d e n t e que las instrucciones de las fragatas eran deficientes, pues no sólo no era. posible tal retraso en el r e l e v o , hubiera ó no c o rreo, sino que bastaba la. i r r e g u r a l i d a d del e x a c t í s i m o v a p o r de la mala inglesa para haber operado el consabido m o v i m i e n t o pues sobraba eso sólo para
indicar
de
concentración,
la tempestad que venía avanzando
desde el norte. Insistimos en esto, para sacar ahora á luz otro d o c u m e n t o desconocido de nosotros por espacio de 17 anos, d o c u m e n t o que á pesar de
tenerlo
o r i g i n a l en nuestras manos, no l l e g á b a m o s á poder leer i n t e g r o , á tal punto nos parecía imposible, del
m i s m o modo que hoy no l l e g a m o s á
c o m p r e n d e r l o ; d o c u m e n t o que si no justifica, por lo menos e x p l i c a la d u reza con que después nos trató el Ministerio de Marina, liste es el parte oficial de la pérdida de la Coradonya, S. M. por el Comandante de la Villa
de Madrid,
documento
dado al Gobierno de que m u e r t o el A l m i r a n -
te, quedó m a n d a n d o en Valparaíso, como más a n t i g u o ( d o c u m e n t o m i mero «Por
2). Dicen así sus párrafos más importantes: las copias (pie el finado Comandante g e n e r a l de esta Escuadra
«acompañó «comisión
con c o m u n i c a c i ó n de - del actual, se enterará V . E. de la confiada con aquella fecha
«puerto de C o q u i m b o
á la g o l e t a
Coradonya
para el
P o s t e r i o r m e n t e , y por noticias fidedignas de la
«costa del Perú respecto á los buques sublevados peruanos, y á la corbeta
« c h i l e n a Esmeralda,
hizo salir para Caldera una de las presas que tenía
»en esta bahía con la orden para la Berenguela «ese puerto y para que la Blanca
de que p e r m a n e c i e s e en
pasase al do C o q u i m b o á fin de que r e -
egresase aquí la Coradongo « T a l e s son las noticias que se han podido tener, g r a c i a s á la v e n i d a do «dicho Cónsul á bordo, de tan l a m e n t a b l e suceso: tanto más de sorpresa «para nosotros, cuanto que por más noticias, creíamos ala
Esmeralda
en
«la costa del P e r ú hacia las islas Chinchas, y por otro que estaba al Sur »de Chile, en tierra, reparando las averías de una varada, e t c . » ¿Y los acuerdos de la j u n t a de Jefes del día 2? ¿Cómo no dicen nada de ello el Comandante de la capitana y el M a y o r g e n e r a l ,
que por
fuerza
t u v o que entender en ese d o c u m e n t o , habiendo sido los dos vocales de esa j u n t a de g u e r r a y responsables m i l veces más q u e F e r y de la pérdida de la Coradonga?
¿Quizás porque no
se escribió? N o
lo sabemos:
pero
escrito ó no, era un acto oficial, un m o v i m i e n t o preconcebido, que pudo salir mal, como en la guerra salen tantas cosas, hasta para el m á s a f o r t u nado; pero que daba al hecho la e x p l i c a c i ó n
natural y l ó g i c a que le hu-
biera quitado la i m p o r t a n c i a que ha tenido, al suponerse poco menos que perdíamos un buque de g u e r r a sin e x p l i c a c i ó n plausible, dejando cada uno forjara una á su manera, en el concepto do que
que
había de ser
menos m a l a que la verdadera, ¿lira esto quizás para salvar la responsabilidad del desgraciado General? ¡Qué error tan g r a n d e ! ¿No se calculaba que bastaba q u e la opinión pública de España i n t e r r o g a r a un poco para p r e g u n t a r por qué estaba la Coradonga
24 días fuera de todo a p o y o y
que si no se contestaba con el Consejo del día 2, esa m i s m a responsabilidad r a y a b a en lo criminal? N a d a podía perjudicar más (pie el silencio á la honra del A l m i r a n t e , del Comandante de la g o l e t a y del Cuerpo de la A r m a d a ; y si el t r á g i c o fin del p r i m e r o selló en su t u m b a todos los c a r gos, quedaron mal parados los otros dos. N o es esto, sin e m b a r g o , l o q u e más nos ha e x t r a ñ a d o de este d o c u m e n t o , sino esa presa que fué á l l e v a r las órdenes á Caldera para efectuar el r e l e v o . N a d a hallamos do eso en las completas m e m o r i a s que t e n e m o s de ese t i e m p o ; los últimos buques que cruzaron la costa fueron la f r a g a t a Falcan,
del c o n v o y , el b e r g a n t í n g o l e t a apresado Paquete
de
Tongog,
que al mando del A l f é r e z de n a v i o D. Joaquín L a z a g a salió de C o q u i m b o para Caldera el 5 de N o v i e m b r e . L a Escuadra no tenía más presa de v a por que el Matías
Cousíño,
que estaba c o m o a u x i l i a r del bloqueo de Co •
q u i m b o , y c u y o buque salió el 25 de N o v i e m b r e para Caldera con objeto de avisar como puerto el más p r ó x i m o al Perú y el más á sotavento del alíseo y de la corriente del cabo. Esa presa, que no se nombra, debió ser de vela, y para nada la cita el Comandante de la m i s m a Blanca,
que nos
relevó, defensor más tarde en el Consejo de g u e r r a ; ese Oficial que debió l l e v a r órdenes tan g r a v e s , tan
aficionados
sa para
nosotros,
c u y o n o m b r e no se dice, y
somos á citar n o m b r e s ,
nosotros
han sido v e r d a d e r a
más que pudo serlo la captura de la Coradonga,
que
sorpreque
al fin y al cabo nosotros hemos tardado 17 años en
conocer este detalle;
del c o m b a t e del Papudo se o y e r o n los cañonazos en la capitana, y la m a rinería m u r m u r a b a que se nos atacaba m u c h o antes de que se supiera la triste realidad. Mas no bastan estas consideraciones; el Gobierno del General P e z e t en el Perú c a y ó el 0 de N o v i e m b r e , en que fué proclamado el Dictador lirado; por consiguiente, lo más pronto que pudo saberse en Valparaíso era el 12 ó 13, en el supuesto de que i n m e d i a t a m e n t e hubiera salido un v a por á toda v e l o c i d a d , y q u e antes que á nadie hubiera ido á decírselo al General Pareja. Lejos de eso, al Gobierno del Perú, que sólo declaró la guerra después, bajo la presión de sus partidarios, no le c o n v e n í a p o n e r se en comunicación con Chile; asi que lo p r i m e r o que, trató fué de g a n a r t i e m p o , llenando de atenciones y seguridades á la l e g a c i ó n de España en L i m a , y no debía l l e g a r tan pronto á c o n o c i m i e n t o de la Escuadra, c u a n do el 30 de N o v i e m b r e se l l a m ó sublevados á los buques peruanos, lo que habían dejado de serlo desde el día 6. Pero aun así, aun suponiendo la. Escuadra
hubiera tenido la presa con las g a v i a s enjlineadas
que espe-
rando al vapor, y que aquélla hubiera salido á la luz del día, para que la hubiera apresado cualquier v a p o r armado en g u e r r a , destacado de los puertos inmediatos, suponiendo que el alíseo de
aquella costa
hubiera
soplado más de lo acostumbrado, el b u q u e no podía estar en Caldera h a s ta el 1(5 ó 17, c u y a rigurosa e x a c t i t u d nos e x i m e de más consideraciones. Si la idea del A l m i r a n t e hubiera sido la de quedarse con la del m o v i m i e n t o , hubiera l l a m a d o á sí al vapor Median
dirección
Cousiño,
como
después lo e n v i ó al N o r t e con tal objeto; así q u e , aun en el supuesto (pie errara, nada sería tan g r a v e para la m e m o r i a del General de la loscuadra, como la existencia de esa presa que no se n o m b r a y de la que por p r i m e ra v e z hemos oído hablar después de tantos años. Mas si i n c o m p r e n s i b l e Villa
de Madrid,
puede ser el lenguaje
del C o m a n d a n t e de la
lo es más aún el del m i s m o General, que en c o m u n i c a -
ción al Gobierno, de 15 de N o v i e m b r e , da cuenta de la comisión ('oradonga
de la
en un oficio de cinco líneas en q u e se l i m i t a á r e m i t i r el
liarte del viaje, de V a l p a r a í s o á C o q u i m b o , cuando la comisión no era el ir á C o q u i m b o , sino el estar allí sola á correr el riesgo que se c r e y ó n e c e sario corriera para los planes de la g u e r r a . Sea nuestro carácter i m p r e sionable, sea que el t r á g i c o fin del A l m i r a n t e echó sobre su respetable y g r a n figura un velo de perdón, es lo cierto que nadie se acordó más que de acumular
c a r g o s sobre el infortunado
tuvo que responder, no sólo al cómo bién al por t/ué se perdió
Comandante de la g o l e t a , que
se perdió
la Coradonga,
la Coradonga,
sí que t a m -
que á voz en g r i t o pedía toda Es-
paña, y á l o q u e , nadie contestó ni ha contestado todavía, pues bajo
tan
profundo silencio se ocultó que había estado 24 días fuera de todo a p o y o , la m a y o r parte del t i e m p o quieta en una costa en que había fuerzas e n e m i g a s m u y superiores. El c o m b a t e del 20 de N o v i e m b r e estaba previsto desde el día 2; nada de sorpresa, ni para nosotros, ni para los altos Jefes de la Escuadra, aun-
que lo d i g a la c o m u n i c a c i ó n que hemos trascrito; nada de n u e v o ;
nada
de imposible: la operación estuvo bien p r o y e c t a d a : si después no se e j e cutó con la e n e r g í a debida, no se culpe á la g o l e t a , que era harto p e q u e ña y el r i e s g o harto g r a v e , para que descuidara ni un punto del
papel
que se le confió. Y si a l g u n a prueba faltara para demostrar que el plan del día '2 no se ejecutó con la e n e r g í a debida, la t e n d r í a m o s en (pie el 2(5 de N o v i e m b r e la g o l e t a
Vencedora
y la fragata
Resolución
no habían
l l e g a d o aún á V a l p a r a í s o ; de modo que mientras al N o r t e se hacía
una
concentración de fuerzas en Caldera, al Sur podían ser las f r a g a t a s atacadas una a u n a , incluso la capitana, que no sólo estaba sola, sino que no podía m o v e r s e sin abandonar el c o n v o y , el que si se perdía i m p l i c a b a la retirada i n m e d i a t a . El malhadado b l o q u e o s e g u í a siendo la sombra n e g r a de nuestras o p e raciones, y la indecisión en l e v a n t a r el del p u e r t o de la Concepción d e b i ó ser forzosamente la causa de esto i n e x p l i c a b l e retardo; así que al Sur p o dían los buques seguir siendo atacados. O la c o m b i n a c i ó n del N o r t e era inútil y c o m o tal el sacrificio de la Cooadont/a,
ó es i n c o m p r e n s i b l e
que
la concentración acordada de las fuerzas del Sur sobre Valparaíso no
hu-
biera tenido efecto. Sólo estaba en Valparaíso la
Ma-
fragata
Villa
de
drid el 26 de N o v i e m b r e , y en el religioso silencio de la misa que se c e l e braba en aquel
d o m i n g o , se o y e r o n los cañonazos del c o m b a t e
en q u e
desesperados y sin n i n g u n a esperanza luchábamos sólo por el honor m i litar; y sin duda el a l m a de los muertos en la r e f r i e g a , aún c a l i e n t e s sus despojos, corrieron á la Villa,
á decir que aún era t i e m p o de socorrernos:
la f r a g a t a andaba 15 millas; poco más de 30 nos separaban; nuestro
afán
era ir al Sur; nuestra esperanza, v e r los topes de la fragata; ¡ah, si los h u biéramos visto! Sin e m b a r g o , la Villa
no podía m o v e r s e , estaba sola; t e n í a
á su c a r g o el c o n v o y , que era la única base de operaciones de la Escuadra, y uno de dichos buques c a r g a d o de virolentos, y el cañoneo se t o m ó por un ardid de g u e r r a para t o m a r y Madrid
q u e m a r dicho c o n v o y .
L a Villa
de
no podía m o v e r s e ; así se lo decía el Gobierno de Chile al C o m a n -
dante de la Esmeralda
al darle las instrucciones para atacarnos y d e -
cirle que era el único buque de la Escuadra española que le superaba e n anclar
y tenía razón en ambas cosas.
¿Cómo era, pues, posible, si la operación hubiera sido t o m a d a en s e r i o , q u e los buques del b l o q u e o de la bahía de la C o n c e p c i ó n no e s t u v i e r a n y a en Valparaíso, teniendo que recorrer el t r a y e c t o doble de 80 l e g u a s en 24 días? Los cañonazos oídos en la misa s e g u í a n vibrando y m a n t e niendo en manifiesta e x c i t a c i ó n á los ochocientos veteranos que t r i p u l a ban la capitana, que i g n o r a n t e s de combinaciones y descuidados del c o n v o y , sólo m u r m u r a b a n : ¿Por q u é no se había ido al luego? M u r m u r a c i ó n que c r e c i ó de punto y que por un m o m e n t o l l e g ó á la c á m a r a de Oficiales al saberse el desastre, d o m i n a d o i n m e d i a t a m e n t e ante lo g r a v e de la situación por los mismos Oficiales y por los veteranos que l l e v a b a n
seis
años en las filas. Así se lo hemos oído referir á actores de aquellas escenas, y creemos que ahí, más bien que á otras combinaciones, h a y
que ir á
25 buscar la razón del triste fin del A l m i r a n t e ,
c u y o pundonor pecaba de
exagerado. L a doblez en la conducta del Gobierno español para el A l m i r a n t e de la Escuadra,
descrita por N o v o en su Historia
de la ¡/tierra
del
Pacifico,
pudo c i e r t a m e n t e preocupar á aquél, pero no amilanarle, como se supone, pues el A l m i r a n t e
f a r o ja era hombre de probado corazón y hecho á las
torcidas luchas de la política: la pérdida de la Coradoruja
t a m p o c o , pues
para él era suceso p r e v i s t o : lo i m p r e v i s t o era la sensación que ésta p r o dujo en sus subordinados, que hasta entonces y por circunstancias (pie no son de este l u g a r , lo idolatraban m u c h o más de lo g e n e r a l , mirándolo c o m o la cabeza y el corazón de todos: esa sensación, i n m e d i a t a , hecha t a n g i b l e por el eco de los cañonazos, t e n i a que herir en el corazón del General la cuerda del s e n t i m i e n t o , que es sin duda la que aconseja al h o m b r e más disparates L a j u n t a de Jefes á bordo de la Villa
de Madrid
tenía
l u g a r en la
tarde del 2 de N o v i e m b r e de 1805, demorándose a l g u n a s horas la sa ida para que y o , que c o m o Oficial más m o d e r n o r e e m p l a z a b a al Contador que faltaba á bordo hacía meses, a r r e g l a r a unas cuentas
u r g e n t e s de efectos
traídos del Callao. A la inedia n o c h e l l e g á b a m o s á bordo el C o m a n d a n t e y y o , y minutos después salíamos para C o q u i m b o .
IV IJO golcla «tüovndonga»
L a g o l e t a Covadomja, todas ellas, un m a l
del conocido tipo de nuestras g o l e t a s , era, c o m o
buque de m a r y peor de g u e r r a . Su andar en las
pruebas fué de 6 á 11 m i l l a s ( d o c u m e n t o níiiii. 10), medidas no se
sabe
cómo, por más que lo ancho del c o n c e p t o de la cantidad de 0 á 11 es bast a n t e e x p r e s i v a para todos los que sabemos que esas pruebas se hacían, sobre todo entonces, más para h a l a g a r á d e t e r m i n a d a s personas que para e x i g i r l e s responsabilidad. Es m á s : la prueba se verificó el 5 de A g o s t o de 1861, y sólo por un Oficial de I n g e n i e r o s subalterno en el A r s e n a l , que fué lo único de ((lie se dio cuenta al Gobierno, sin más formalidad. Su p r i m e r artillado fué de tres cañones; pero para su viaje al R í o de la Plata, se le dejaron sólo los dos del centro, que eran b o m b e r o s de 68, montados en el montaje usual de colisa, que si pesado es en puerto, es inmanejable en la m a r con b a l a n c e y en las circunstancias ordinarias en que debe usarse. L a s portas, que no tenían menos de tres metros de abertura, dejaban c o m p l e t a m e n t e indefensos los sirvientes, y por fin, las largas correderas l i m i t a b a n el c a m p o de tiro á unos 45", de los que tenía m a l c a m p o de t i r o
26 de retirada la colisa do popa, por tropezar la corredera con la escotilla de las calderas, y m a l o de caza el de proa por tropezar con la cocina, según creemos recordar. El aparejo de la g o l e t a era s u m a m e n t e l i m i t a d o ; pero fuera por lo larg o de los palos machos, fuera por sobra de estabilidad, lo cierto era q u e balanceaba
furiosamente y que hasta calada la v e r g a de t r i n q u e t e , el
aparejo l i m p i o le f a t i g a b a bastante. L a g o l e t a podría haber
andado las 11
millas; pero si así fué no se
conocía, pues á pesar de ser el buque n u e v o , no pasaba nunca de 6 m i l L s á máquina y
v e l a en las mejores circunstancias; y
le
5 á
por fln, las
calderas, que estaban en m a l í s i m o estado, acababan de hacer al b u q u e deficiente. En efecto; al declararse la g u e r r a á Chile, estaba la Covadonya
en Co-
bija, p r o t e g i e n d o la casa española de A r t o l a , en c u y o sitio r e c i b i ó la orden de salir para el Callao, con objeto de repostarse de v í v e r e s para la. Escuadra y unirse después á a q u é l l a en las costas de Chile. Salió la g o leta de Cobija con un andar de 4 á 5 millas, que era todo lo que p e r m i t í a n sus calderas, hasta el 11 de S e p t i e m b r e , que á la una y m e d i a de la tardo, se desfondó por c o m p l e t o la caldera de proa, vaciándose y p r o d u c i e n d o el conflicto
c o n s i g u i e n t e . Con la otra caldera y la monzón fresca l l e g a -
mos al Callao el 15 por la tardo. En el Callao se reconocieron las calderas por el m a l o g r a d o T e n i e n t e de navio de I n g e n i e r o s D. Eduardo Y r i o n d o , por dos Oficiales de la goleta, y Maquinistas de la Numaneia
y del m i s m o b u q u e . El resultado fué
que
los fondos de las calderas estaban en m a l í s i m o estado y que no se podían c o m p o n e r bien á bordo, p o r q u e lo peor estaba en la parte que descansaba sobro los durmientes de madera que las sostenían. El B r i g a d i e r M é n dez N u ñ e z , C o m a n d a n t e de la Niunaneia
resolvió, de acuerdo con la c o -
misión de que formé parte, que puesto que la caldera de proa no podía trabajar de n i n g ú n modo, que se asegurasen planchas á los fondos, de forma curva, rellenando el interior con masilla hecha con limaduras de hierro y cubriendo todo con una capa espesa de
cal hidráulica,
hasta
donde lo p e r m i t i e r a el que no so q u e m a r a n los ceniceros; que á la c a l d e ra de popa se le renovara la cal hidráulica que y a tenía, y
que si salía
bien la. compostura p r o y e c t a d a para la otra caldera, se hiciera lo m i s m o con la de popa, si las u r g e n c i a s de la g u e r r a lo p e r m i t í a n , Así se hizo, quedando listas ambas calderas, con un g a s t o de 800 p e sos e m p l e a d o s en la referida compostura. Probada la caldera de proa, se v i o que podía funcionar con 12 libras de presión, aunque perdiendo a l g u na a g u a por el fondo. L l e g ó nuestro trasporto Marqurs
de la
Viciaría
y nos trajo
la
orden
de salir para Chile, c o m o lo verificamos el ¡0 de Octubre. A l día s i g u i e n te y á pesar de n a v e g a r sin e x t r a c c i ó n n i n g u n a , perdían ambas calderas tanta agua, que reunidos en junta, el C o m a n d a n t e y Oficiales de la g o l e ta acordamos rebajar el peso de la v á l v u l a de seguridad á 12 libras, de lo que se dio debida cuenta al A l m i r a n t e , con lo que quedó la g o l e t a
con
27 un andar m e d i o de 4 á 5 millas: y no estará de más decir que todo menos a l e g r í a reinó en la referida j u n t a . Esc era el estado de la g o l e t a que iba á hacerse c a r g o del bloqueo
de
C o q u i m b o , c u y o b u q u e no podía servir á la Escuadra más que de estorbo al n a v e g a r juntos y de un constante cuidado en cuanto se hallara destacado.
BLOQUEO
DE
COQUIMBO
Dejamos á la g o l e t a saliendo de Valparaíso rumbo á C o q u i m b o
á las
doce de la n o c h e del 2 de N o v i e m b r e de 1805. H i c i m o s el viaje á toda v e locidad con v i e n t o y corriente favorable, l l e g a n d o á C o q u i m b o el 4 á las ocho de la mañana; se c o m u n i c a r o n las órdenes á la fragata
Berenguela,
que m e d i a hora después salía para Caldera. Quedó la Covadonga.
blo-
queando el puerto de C o q u i m b o y el de la Herradura, precioso p u e r t e c i to en el que durante nuestra dominación se pensó en crear un c o m p a r t i e n d o el bloqueo con la g o l e t a el vapor apresado Matías ño, armado con un cañón de las lanchas de la Bei'r>n<juela
Arsenal, Cousí
y puesto al
m a n d o accidental del segundo C o m a n d a n t e de la goleta A l f é r e z de n a v i o D. F é l i x Gurrea. El Matías
Con sino,
que hoy pertenece á la A r m a d a
chilena, era un
buen buque de carga, preparado para llevar mineral de cobre, y de un andar de 8 m i l l a s . D i c h o b u q u e fué
d e v u e l t o á sus propietarios bajo un
p r e t e x t o al salir la Escuadra del Callao; pero r e a l m e n t e , s e g ú n creemos, por servicios prestados por su Capitán en las e x p e d i c i o n e s de los canales de Chiloe. Nada de particular ocurrió á los dos buques durante el bloqueo de Coq u i m b o : sólo que pasados el 10 y 20 cu que según el plan debíamos estar y a en Valparaíso, la i n t r a n q u i l i d a d de F e r y
fué extraordinaria; nos dio
conocimiento de lo ocurrido el día 2, que hasta entonces i g n o r á b a m o s ; y se tomaron medidas extraordinarias, como para un combatí! i n m e d i a t o : entre otras, el C o m a n d a n t e y segundo reconocieron las cercanías de v a rias rocas ( « L o s pájaros n i ñ o s » ) que h a y en la punta del p u e r t o , y al r e d e dor de la cual podíamos sostener un c o m b a t e e n menos desfavorables circunstancias. Con razón t e m í a F e r y , pues sobre el 20 (desconozco la fecha e x a c t a ) l l e g ó al puerto de, T o n g o y , á unas 22 millas al Sur de C o q u i m b o , la corbeta c h i l e n a Esmera/da,
desde donde m a n d ó p r e g u n t a r si estába-
mos solos, para atacarnos di- noche, según t e x t u a l m e n t e se dice en la m e moria presentada el 10 de S e p t i e m b r e de 1860 a l a s Cámaras chilenas por el Ministro de aquella república
A l objeto, fué á bordo de la g o l e t a Don
Carlos AValker y Martínez, chileno y e m p l e a d o en C o q u i m b o , con el p r e t e x t o de una comisión oficial para poner á flote el b e r g a n t í n
facilitada por el Cónsul Washington,
norteamericano
de aquella nación, que h a -
28 bía e m b a r r a n c a d o , para que no fuera apresado por nuestras fuerzas; pero por lo visto, c r e y e n d o la Esmeralda
s e g u r a su presa, no se dio prisa y dio
l u g a r á que el día 22 llegara del N o r t e la fragata Blanca,
que
acorde
con el plan del día 2, v e n í a á relevarnos en el concepto de que nada a m a g a b a á la Escuadra por el lado del P e r ú . L o s servicios del
Cónsul n o r t e a m e r i c a n o no se l i m i t a r o n á prestar su
n o m b r e para la visita do W a l k e r y Martínez, sino que e n v i ó al v a p o r de g u e r r a de su nación
Wa/eróe.
que se hallaba en C o q u i m b o , ¡i avisar á la
la llegada de la Blanca,
Esmeralda
m i s m a Esmeralda
s e g ú n supimos después á bordo de,la
por su p r i m e r Contramaestre.
Ese b u q u e de guerra
el
Waferce;
do una nación a m i g a , había e m p e -
zado por entrar de n o c h e en un punto bloqueado y sobre una c o n d u c t a c o m p l e t a m e n t e e n e m i g a ; el día que estuvo W a l k e r á bordo estuvo m i n a d o con tal profusión, que unido á la referida visita y
ilu-
á fogatas q u e
se veían en los montes, nos h i z o estar toda la n o c h e en m o v i m i e n t o y sobre los cañones, esperando un ataque, del q u e y a no dudábamos un m o m e n t o . Por fin, al salir el vapor a m e r i c a n o , dijo que iba al N o r t e , y c o m o puso proa al Sur, lo atribuímos á la torpeza que desde la entrada había demostrado
el Comandante del buque, pero nunca á lo que iba á c o -
meter. A p e n a s l l e g a d a la ¡¡hinca,
se desencadenó un furioso t e m p o r a l del SO.,
imposible de v e n c e r para la g o l e t a , y que nos i m p i d i ó la salida hasta el 25 á las siete de la mañana, calmado y a el t i e m p o , poro s i g u i e n d o
muy
gruesa la mar del polo, que no falta nunca en aquella costa. N a v e g a m o s á toda v e l o c i d a d , pues preocupaba
al C o m a n d a n t e la tra
vesía, y a m a n e c i m o s sobre la costa rumbo á Valparaíso. A las n u e v e do la m a ñ a n a se v i o humo por el SSO., y l l a m a d o s al puente por el C o m a n dante todos los Oficiales, no tardamos en reconocer que era un b u q u e de alto bordo que venía de v u e l t a encontrada. Mucho antes de reconocer el casco, la sospecha era tal, que se
acordó
abrir las cajas de las v á l v u l a s de s e g u r i d a d y s o b r e c a r g a r éstas, c o m o se hizo en seguida, por más que fuera m e d i d a inútil, por cuanto al a u m e n tar la presión se perdía más agua por el fondo de la caldera, y n e c e s i t a n do m a y o r
a l i m e n t a c i ó n , bajaba en seguida el vapor.
A p e n a s s<' pudo d i s t i n g u i r el aparejo, no nos cupo duda de que t e n í a mos delante á la corbeta chilena Esmeralda,
pues era el único buque de
su tipo que no cruzaba sobres y tenía los mastelerillos de j u a n e t e capados por las espigas. E f e c t i v a m e n t e , m a r c h a y en que la Villa
el e n e m i g o
de Madrid
tenía
tal confianza
en su
no podía m o v e r s e , que nos dejó p a -
sar delante de T o n g o y , nos rebasó de noche y nos esperó en nuestra d e rrota cerca de V a l p a r a í s o , do donde no podíamos recibir socorro. L a Esmeralda-
era una corbeta de alto bordo construida en I n g l a t e r r a ,
que montaba 18 cañones de á :i2 cortos y dos W i t h w o r t h á c a r g a r por la culata, c u y o andar era de 11 '/, millas en la época de que
tratamos, se-
g ú n se dijo en las mismas instrucciones que le dio su G o b i e r n o . lira la Esmeralda
m u y alterosa de borda: en suma, una f r a g a t a p e q u e -
COMBATE DEL
I A P U D O
46 Je Xoi'u-mirc di' W么'芒
29 ña, y desdi! l u e g o el m a y o r en su elase de todos los buques de las otras naciones que, á la sazón estaban en el Pacífico. Se hizo zafarrancho con el detalle y cuidado que. p e r m i t i ó el t i e m p o so brado de que so dispuso y del lance serio que j u s t a m e n t e esperábamos; y de común acuerdo resolvimos no v a r i a r de r u m b o , dirigiéndonos á V a l paraíso á toda velocidad, sin reparar en averías, puesto que
distábamos
sólo 3") m i l l a s . Así se ordenó al p r i m e r maquinista; pero el plan, que era sensato en cualquier b u q u e , era pura ilusión en la g o l e t a , (pie
difícil
m e n t e podría l l e g a r á las seis millas por b r e v e s m o m e n t o s .
V №1 cómbale «le! l*a¡>u<Io Unas cuatro m i l l a s separaban á ambos buques, cuando la
Esme r alda
izó la bandera inglesa, que contestamos con la nuestra, y puso d e c i d i d a m e n t e la proa á la g o l e t a . Y a más cerca, nos consultó l ' e r y , soñando una esperanza, si c r e í a m o s que caso de ser una corbeta de la estación in glesa, se ofendería al vernos esperarla en actitud hostil: contestamos uná nimes que no, pues lo p e q u e ñ o del b u q u e justificaba la p r e c a u c i ó n : así que le apuntamos los dos cañones por el costado de estribor, y e s t r e c h á n donos la mano, nos ordenó que fuéramos cada uno á nuestro sitio.
Eran
las diez (le la mañana; el día estaba hermoso; el v i e n t o SO. bonancible y sólo quedaba la m a r tendida del mismo SO., aun engruesada por el últi mo t e m p o r a l . L a Esmer alda
avanzaba r á p i d a m e n t e con su bandera inglesa izada,
puestos los tapabocas do su artillería, y dirigiéndose ala leta, a l c a n z ó l a banda para
popa de la g o
aleta de babor, á pesar de tener ésta todo el t i m ó n á la
caer sobre estribor y no perder á la corbeta del
tiro de las apuntadas colisas. L'na v e z sobre la aleta, afir mó imjlesa
sa
c a m p o de bande ra
con un cañonazo con bala y tapabocas, que c a y ó á pocos m e t r o s
de la popa, seguido i n m e d i a t a m e n t e de toda la andanada de estribor, que barriii á cuantos estábamos á popa, escolta de banderas, g e n t e de la ca ña de respeto, t i m o n e l e s y al Oficial, que era y o . ¡Se había tirado el p r i m e r cañonazo, que tanto r e p u g n a b a al A l m i r a n t e ! L o tiró el e n e m i g o , y es l ó g i c o q u e lo tirara cuando le c o n v i n i e r a . A los que caímos al p r i m e r tiro nos tocó ser las p r i m e r a s v í c t i m a s , y á la Conadoni/a
la v í c t i m a final
de tan inconcebible error m i l i t a r . L o * dos timoneles, uno atravesada la pierna de un astillazo y el o t r o con
una sin p i e l , fueron á curarse por turno y
siguieron en su puesto
basta el fin del c o m b a t e (posición 1). Mientras tanto, m e t í a la g o l e t a todo su t i m ó n á babor y c a m b i a b a de banda las pesadas colisas; pero de más m a r c h a y mejor g o b i e r n o el ene
30 m i g o , c o g i ó la aleta de estribor (posición 2), y d e s c a r g ó i m p u n e m e n t e la segunda andanada, arriando la bandera i n g l e s a é i z á n d o l a chilena, tapando la p r i m e r a a l a segunda en el m o m e n t o de cubrirse su costado con 11 b l a n c o h u m o do la segunda descarga. Ya caía á su v e z la g o l e t a sobre estribor, y al c a m b i a r la colisa de proa, la mar del 8 0 . , que al atravesarnos nos hacia balancear furiosamente, la descentró, tardando v e i n t e m i n u t o s en poder hacer uso de ella, lo que o b l i g ó á F e r y á dejar un cañón á cada banda, quedando así aún á menos fuerza de la poca de que disponíamos. maniobra, la m e t r a l l a
reducidos
En el e m p e ñ o de la
del e n e m i g o , franco el paso por la ancha porta,
nos d i e z m ó la desamparada dotación de la colisa
E n t r e otras bajas, allí
m u r i ó el preferente A n t o n i o Rosas, al q u e un p r o y e c t i l arrebatí) la c a b e za y cuyos pedazos
hirieron l e v e m e n t e al A l f é r e z de navio J á c o m e , Co-
m a n d a n t e de la batería, y al Guardia
marina
fiustamante,
que en ella
estaba. El e n e m i g o había v u e l t o á la aleta ríe babor (posición 3), en donde nos descargó la t e r c e r a andanada sin que pudiéramos hacerle entrar en el c a m p o de tiro, puesto el t i m ó n á la banda hacía y a t i e m p o . Visto por E e r y que no era posible desalojar á la Esmeralda to, aun á riesgo de un abordaje, siguió el m o v i m i e n t o
de su p u e s -
sobre babor, y
al
recibir la cuarta andanada, pudimos contestarle el p r i m e r cañonazo disparado por la colisa de popa. Desde el p r i n c i p i o del c o m b a t e se había entablado éste á una distancia de 150 á 200 metros, circunstancia no sólo desfavorable,
por las
malas
condiciones de la g o l e t a , sino que d o m i n a d a por c o m p l e t o desde la bierta del e n e m i g o , ni aun podíamos en nuestros m o v i m i e n t o s
cu-
arriesgar
un abordaje, pues á boca de j a r r o hubiera sido barrida antes nuestra descubierta tripulación. Tan cerca era el combatí!, que dos veces fueron á popa nuestros trozos de abordaje con sus Oficiales Gurrea y C i n c ú n e g u i , sin que el e n e m i g o lo intentara, c o m o desde luego hizo bien, dada la i n contestable superioridad que tenía sobre su adversario. D u r a n t e
esta
parte del c o m b a t e , el e n e m i g o sostenía un v i v í s i m o fuego de fusil á pesar de lo que no nos produjo n i n g u n a baja: el de cañón era de doble p r o y e c til, de bala y m e t r a l l a
malísimamente
d i r i g i d o , sin lo que no hubiera
quedado un h o m b r e v i v o de la dotación de la g o l e t a Covadoivja.
Se e x -
plica, sin e m b a r g o , a l g o de ello; pues obligados nosotros á m a n t e n e r la proa al SO. por el estado de la m a r y por el afán de acortar la distancia á Valparaíso, la Esmeralda
tenía que atravesarse y balanceaba al p r e -
sentarnos su c a m p o de t i r o . Dejamos á los dos buques en la (posición n ú m . 4.) Visto el resultado y que habíamos podido tirar un cañonazo, trató F e r y
de e m p r e n d e r
c o m b a t e del conocido m o d o de dar la v u e l t a redonda; pero la nos l l e v a b a más de 6 millas de marcha, y
el
Esmeralda
era un sueño el pensar dis-
poner del c o m b a t e : así que cambiando de aleta, siguió el i m p u n e
ca-
ñoneo: vista c u y a inutilidad, pusimos la proa á Valparaíso, nuestra ú l t i ma esperanza.
31 I m p u n e m e n t e siguió la Esmeralda
cañoneándonos de aleta á aleta,
v i e n d o caer nuestra g e n t e sin objeto, ni la más r e m o t a esperanza, y sin que en todo el c o m b a t e pudiéramos disparar más que tres tiros; de ellos dieron dos, uno á proa y otro en la botavara, como al desaparecer del c a m p o de tiro de nuestras mal trazadas portas. L a colisa de proa
vio
morir á un fogonero, que r e l e v ó á Rosas, y cambió tres cabos de cañón, uno de ellos el Condestable Campos con una horrible herida en la cara, sin poder tirar un solo tiro, á pesar de haber picado los aparejos del bote, (pie tapaba p a r t e de sus fuegos, y c u y o bote acribillado á balazos se sum e r g i ó en seguida. I m p o s i b l e , era, pues, pensar en
salvación humana; después de 50 m i -
nutos de lucha, t e n í a m o s 25 bajas entre muertos y heridos y casi todo el resto m a g u l l a d o s ; sólo podíamos seguir a u m e n t a n d o el n ú m e r o de m á r tires, pues no podíamos tirar un tiro. ¡Se nos había dado un buque que no podía batirse en la mar! L l a m ó F e r y á los Oficiales, y acudieron al puente Currea, Jácome y C i n c ú n e g u i , pues y o
m e hallaba
imposibili-
tado sobre la l u m b r e r a de la cámara con el g a v i e r o m a y o r Pereira, que m e había sostenido y que entonces estaba espirando j u n t o á m í . A c o r d a ron lo que no había más r e m e d i o que acordar, la rendición; pero no i n m e d i a t a , sino cuando el buque no pudiera Al
caer en poder del
enemigo.
efecto, corrió Gurrea á la m á q u i n a para echar el buque á p i q u e , y
así dio orden al maquinista, y e n d o en seguida con C i n c ú n e g u i á la cámara del C o m a n d a n t e para arrojar al agua toda la d o c u m e n t a c i ó n , l i bros de señales, etc., e t c . Por desgracia.
L a r r i s , el p r i m e r maquinista, era inglés y no aplicó á
su deber cuanto correspondía á la honradez de su c o m p r o m i s o . Se p r o c e dió á abrir el condensador; pero esa faena, tan sencilla en todos t i e m p o s y por la que
tantos buques se han visto en p e l i g r o , no es fácil funcio-
nando la m á q u i n a , pues por cada a g u j e r o que dejaban los tornillos, salía un chorro de a g u a h i r v i e n d o que achicharraba á los fogoneros, y la p r e sión de la bonilla de aire torciendo la p l a n c h a desprendida por un lado, hacía m á s difícil el destornillarla por c o m p l e t o . El t i e m p o era precioso, pues seguía el combate, ó mejor dicho, el cañoneo, y el segundo maquinista,
que lo era el 4.°, D. Jaime D o m e n e c h ,
propuso quitar los grifos de i n y e c c i ó n y s e g u r i d a d , que era lo l ó g i c o , á lo que no sólo se n e g ó abandonando D o m e n e c h
L a r r i s , sino que t u v i e r o n un serio
altercado,
la m á q u i n a por un m a l entendido espíritu de
subordinación. A l l l e g a r á cubierta D o m e n e c h , quien m e profesaba p a r ticular afecto por haber cursado j u n t o s las p r i m e r a s letras, m e c o g i ó en brazos y m e
l l e v ó á la cámara, en donde le di m i l l a v e de la caja para
que la e n t r e g a r a al C o m a n d a n t e : al v o l v e r á m i lado y c o n t a r m e lo ocurrido con el p r i m e r
maquinista, lo e n v i é corriendo al segundo
Coman-
dante. Gurrea y U n e ú n e g u i , que habían acabado de arrojar al a g u a los documentos: se tiraron á la m á q u i n a
Era t a r d e .
Por más que había seguido la m á q u i n a en m o v i m i e n t o , la m a r c h a era todavía menor, una v e z abierto el condensador: el m o v i m i e n t o en la c u -
biorta al arrojar al agua papólos y a r m a m e n t o , no podía pasar desapercibido al e n e m i g o , que estaba á tiro de pistola; así que, sin cesar de hace]' fuego, se abarloó y á la voz i n t i m ó la rendición. Se arrió la b a n d e r a ; ] ero para g a n a r t i e m p o , se picaron los aparejos del p r i m e r bote, único que quedaba, y fué .Tacóme á la Esmeralda
con un p r e t e x t o : inútil r e -
medio, pues del costado del e n e m i g o v i n o un bote con un p r i m e r T e niente, unos 40 hombres y maquinistas, bote que l l e g ó al costado de la g o l e t a , casi sin a r m a r remos. A l l l e g a r el e n e m i g o á bordo, el casco estaba acribillado á balazos; uno en el t i m ó n , toda la maniobra cortada y perdidos todos los botos: r e s p e c to á la m á q u i n a , estaba
abierto el g r i f o de seguridad de popa, todos los
grifos pequeños; pero e l condensador aún no estaba, y se trabajaba en el otro g r i f o de seguridad y los de las calderas, á pesar de lo cual, el e n e m i g o estuvo dos días sin dominar el agua, c o m o no lo hubiera d o m i n a d o á ser español el p r i m e r m a q u i n i s t a . Las bajas habidas fueron las de la relación s i g u i e n t e :
Heridas
NOMBRES
Clases
Alférez de Mar. Guardia Marina habilitado. . . Guardia Marina Escribiente.... Tercer Contramaestre Segundo Condestable Aprendiz naval.. Cabo de mar. . . ídem. ídem Preferente . . . . ídem ídem ídem Marinero ordin. ídem ídem ídem Grumete. . . . . ídem ídem Fogonero Soldado ídem ídem 0
0
D. Juan Jácome.
Contuso
U. Víctor M. Concas. . . Herido grave con fractur D. Joaquín Bustamante Contuso D. Emilio Mendoza.. . . Muerto
Estado al v o l v e r ;1 E s p a ñ a
Curado. Curado. Curado.
Manuel Fernández.
Contuso
Curado.
Juan Rafael Campos. José Baños Amaro Peraza Melchor García José Ftiul Antonio Rosas José Gualde Francisco Moran. . . . Francisco Ferres. . . . Baltasar Pousada.. . . Evaristo Suárez. . . . . Nicolás Sebastián.. . . Fernando Suárez. . . . Domingo Martínez. . . Ramón Pascual Valeriano Juan Francisco Juli Pedro Bernaza Tiburcio Gómez José Méndez
Herido grave Herido Muerto Herido grave Herido y contuso Muerto Herido con fractura. .. 1 lerido grave Herido Herido grave Herido Herido 1 lerido. Herido Herido Herido Muerto Herido con fractura. . . Herido Herido
Cu rado. Curado. t
Curado. Curado, t Incurable. Curado. Curado. Curado. Curado. Curado. Curado. Curado. Curado. Curado, t Incurable. Curado. Curado
33 Se e m p e z ó en seguida el trasbordo de la tripulación, e m p e z a n d o por los heridos; el único bote disponible era id p r i m e r bote, no sin
grandes
averías, por lo que sólo pudimos caber el Médico de la g o l e t a L ó p e z Bornal, P e r a z a y y o , como los heridos más g r a v e s , y dos marineros b o g a n d o ; los demás fueron
trasladados en botes de la corbeta. E n t r e ambos bu-
ques, y m o v i d o s por la gruesa y ancha m a r del Pacífico, nuestro
estro-
peado p r i m e r bote se llenó de a g u a hasta las bancadas, flotando g r a c i a s á ser de pino. L a impresión del agua, que y o pude resistir por mi poca edad, acabó con el pobre g a v i e r o , m i buen c o m p a ñ e r o desde el p r i n c i p i o de la acción, que e x h a l ó el ú l t i m o suspiro, dejando caer su cabeza sobre mis rodillas. N o puedo seguir estas líneas dedicadas á mis compañeros, sin
mani-
festar mi a d m i r a c i ó n , mi inmensa g r a t i t u d , y los más m e r e c i d o s e l o g i o s al Médico y querido a m i g o L ó p e z Bernal, al que en medio del c o m b a t e y entre un montón de heridos, debí una cura admirada por cuantos facult a t i v o s he conocido, curación que sólo podía hacerse en aquel m o m e n t o , y la que me salvó la v i d a y la m u t i l a c i ó n . L o m i s m o que y o pueden cir de él todos los heridos, pues todos salieron de á bordo con la cura, y todos recordarán
de-
primera
m i e n t r a s v i v a n al que fué modelo de serenidad
en el c o m b a t e , y s i e m p r e notable por su saber y cariñosa a b n e g a c i ó n . A l subir á bordo tenía la Esinerulda
cubierta la artillería de una b a n -
da, c o l g a b a un bote suyo, m e t í a con la v e r g a el que ine condujo desde la g o l e t a , tenía tropa en las bordas, algunos hombres v i g i l a n d o nuestra g e n te, apesar de estar amarrada, lo que unido á la m a r i n e r í a que t e n í a en la Cov/ahinija
y botes en el agua, hacía suponer una numerosa dotación.
I n m e d i a t a m e n t e la Esmeralda
se d i r i g i ó al p u e r t o del Papudo, en el que
desembarcamos á eso de la una de la tarde.
Vi Consideraciones El resultado del c o m b a t e de 26 de N o v i e m b r e de 18o5 os el único que podía esperarse de las circunstancias en que se presentó, siendo una d e mostración práctica, que el andar y
las condiciones e v o l u t i v a s
de los
buques sirven, en p r i m e r t é r m i n o , para preparar los combates, y en últ i m o t é r m i n o , para resolverlos. D e s g r a c i a d o del m i l i t a r
que tenga
que
resignarse á a c e p t a r los combates donde, cuando y c o m o quiera presentárselos el e n e m i g o , y
quisiéramos saber de nuestros compañeros, si
creen que otra puede sor la suerte de los varios buques que se han dado por buenos con una m a r c h a di- ocho millas en las pruebas, que no son aceptables ni para buques m e r c a n t e s , de m á q u i n a e c o n ó m i c a , y s i m p l e m e n t e de c a r g a . En m u y
parecidas circunstancias t u v o l u g a r en esos m i s m o s m a r e s 3
34 el c o m b a t e de P u n t a A l i g a m o s , el 8 de Octubre de 1879, y tan parecidas, que fué b u q u e
chico contra g r a n d e , m e n o r andar contra m a y o r ,
menos
artillería contra más, m a l tiro de popa contra e x c e l e n t e de proa, y hasta creo que el
C o m a n d a n t e de la blindada Crochane
les de la Esmeralda
era uno de los Oficia-
en el c o m b a t e del P a p a d o ; nada t i e n e , pues, de e x -
traño la i d e n t i d a d de maniobras en ambos combates, los m i s m o s m a r e s , las m i s m a s circunstancias, y hasta de una parte el m i s m o personal. A u n la a n a l o g í a en la posición de ambos buques, pues una v e z c o g i d a la popa del Huáscar
por la
de
Crochane,
m a y o r andar, no le q u e d a b a ni el r e -
curso de atravesarse para usar con d e s a h o g o su artillería, pues se e x p o nía á quedar á m e r c e d del espolón del contrario, c o m o la p e q u e ñ a donga
no podía arriesgarse á un abordaje de su e n e m i g o , tan
Cova-
superior
en g e n t e , borda y a r t i l l e r í a . En ambos casos, lo m a l o del c a m p o de tiro por la p o p a no pudo c o m pensar las m a l a s condiciones del buque, y si b i e n el Huáscar buque, r e l a t i v a m e n t e
era mejor
hablando, y la diferencia de m a r c h a era i n s i g n i f i -
cante en c o m p a r a c i ó n de la que existía en el c o m b a t e del 2 0 de N o v i e m bre de 1865, t a m b i é n
pudo hacer más fuego, aunque mal d i r i g i d o , en lo
q u e pudo m u y bien influir lo p e q u e ñ o del m o n i t o r de 1.100 toneladas, al que le molestaba la m a r del SO., que no falta nunca en aquella costa, y c u y a m a r no había de sentir tanto su m a y o r adversario. En todos los p a r tes oficiales consta que fué la blindada Crochane y no la escuadra chilena; de la blindada Blanco
lo que rindió al Encalada,
Huáscar,
se dice que
m a n i o b r ó mal y que hasta estorbó; es decir, que lo rindió la m a r c h a superior, si bien con la fortuna del
C o m a n d a n t e G r a u de m o r i r dentro de su
torre, suerte que los malos tiros de la Esmeralda
n e g a r o n á E e r y , apesar
de no tener torre que le cubriera y estar solo y al descubierto, hasta sin su corneta de órdenes, que m a n d ó á cubierta para librarlo de una m u e r t e segura. P a r e c e r é apasionado en a l g u n a de m i s observaciones; pero los sucesos q u e quedan por relatar y o n p a r t i c u l a r los de nuestra l l e g a d a á España, justificarán la insistencia en demostrar
que los buques que anclan seis
millas no sirven para la g u e r r a , circunstancia que p a r e c í a no tenerse en cuenta, dada la actitud con que nos r e c i b i e r o n nuestros T o m e m o s ahora
algunos
compañeros.
datos del e n e m i g o . El Ferrocarril,
oficial del Gobierno de Chile, decía así en su sección
oficial del
periódico número
de 2 4 de A g o s t o de 1 8 6 5 : « V A L P A Ü A Í S O , A g o s t o 2 1 d e ' 1 8 6 6 . — S r . Ministro: L a comisión n o m b r a d a para p r a c t i c a r el e x a m e n y r e c o n o c i m i e n t o en la m á q u i n a del v a p o r Covadonga,
ordenado
por A", s. en nota
fecha 4 , n ú m
1.600, m e ha infor-
m a d o con fecha del 2 0 lo que s i g u e : « L o s que suscriben, e n c a r g a d o s de i n f o r m a r sobre las causas que influ, y e n en el poco
andar
de la g o l e t a á v a p o r
Covadonga.
son de
opinión:
que atendido al poco v u e l o ó v u e l t a de la hélice en proporción á su diám e t r o , hace que el escape de a g u a sea m u y g r a n d e , y por c o n s i g u i e n t e , sería c o n v e n i e n t e refundirla,
c o r r i g i e n d o ese defecto. Por otra p a r t e , el
35 mal
estado
de los fondos
sión del vapor
sino hasta
de las calderas 12 libras
no permite
por p u l g a d a
aumentar
la
pre-
cuadrada, defecto eme
habría que r e m e d i a r cuanto antes. Corregidos los defectos indicados, el b u q u e g a n a r í a , en la opinión de los informantes, un 30 por 100 en su a n d a r . — F i r m a d o . — G a l v a r i n o R i v e r o . — Manuel T. T h o m s o n . — C a r l o s S. Morey. - Eduardo H i j a t . » Comunicólo á V . S. para su conocimiento y en contestación á su citada nota.—Dios g u a r d e á V . tí. muchos años.—,T. R a m ó n L i r a .
A l Sr. Minis-
tro de M a r i n a . » Este era el r e c o n o c i m i e n t o que se hizo en V a l p a r a í s o al l l e g a r la g o leta á dicho punto después de la retirada de nuestra Escuadra desde el Callao, en M a y o de aquel año; r e c o n o c i m i e n t o y observaciones que si se hubieran hecho por nosotros y á su t i e m p o , nos hubieran e v i t a d o la catástrofe. Esto es, después de todo, lo que se ha hecho q u i n c e años después á un buen n ú m e r o de nuestras g o l e t a s , que g r a c i a s á su n u e v a h é lice, han andado siete m i l l a s . Merece t a m b i é n que copiemos un párrafo de la m e m o r i a que el M i n i s tro de Marina de Chile presentó á las Cámaras de su país el 10 de S e p t i e m b r e de 1860; dice así: « O t r o tanto, dice el Comandante de la ralda,
hizo la Covadonya,
Esme-
esto es: d e s p l e g ó el pabellón español, echó
abajo su falsa murada, presentó su costado de estribor y nos esperó sobre la m á q u i n a en son de c o m b a t e ; » párrafo
que servirá de contestación á
los que c r e y e r o n que nos hallaron tan desprevenidos,
i'ero lo m á s nota-
ble de esta m e m o r i a eran las instrucciones que se dieron á la
Esmeralda,
en que se expresaba detallada y m i n u c i o s a m e n t e el andar de las fragatas, diciéndole que sólo podía alcanzarle la Villa
de Madrid,
pero que estaba
imposibilitada de m o v e r s e de Valparaíso, cuidando del c o n v o y , que era la base de operaciones de la Escuadra. Siento haber perdido este docum e n t o , con otros, entre ellos el parte oficial del C o m a n d a n t e de la ralda,
Esme-
á causa de haber y o naufragado el año 1874, en la costa de i bina:
pues si el C o m a n d a n t e "Williams y Rebolledo izó la bandera inglesa para c o g e r un puesto que no podíamos disputarle, en cambio nos hizo justicia al referir la lucha. Cesaríamos aquí los comentarios si el asunto de la bandera inglesa que izó la Esmeralda
no hubiera m o t i v a d o un artículo en La Época
paraíso que escribió el C o m a n d a n t e que fue de la Esmeralda,
de V a l -
hoy A l m i -
rante W i l l i a m s Rebolledo, c u y o escrito, especie de libelo, no m e r e c e ser contestado, aunque nos o b l i g u e á discurrir a l g o sobre los sucesos y p e r sonas á (pie nos referimos. A raíz del c o m b a t e , el C o m a n d a n t e W i l l i a m s hizo justicia á F e r y , así como su segundo Thomson, que m a r i n ó el buque con tal delicadeza y d i g n i d a d , que bien podemos calificarlo c o m o el más c u m p l i d o de los caballeros, y c u y o c o m p o r t a m i e n t o para con nosotros no o l v i d a r e m o s nunca, y c u y o Sr. Thomson llevó su decoro hasta hacer que un m a q u i n i s t a i n g l é s de la Esmeralda,
que p a r e c e se había
tido a l g ú n concepto ofensivo para el C o m a n d a n t e y Oficiales de la donya,
permiCova-
fuese con él m i s m o á dar una e x p l i c a c i ó n á un piloto m e r c a n t e
36 al servicio de la Marina, que fué hecho prisionero después,
diciéndole
que n i n g ú n Oficial chileno era capaz de decir que no habíamos
llenado
nuestro deber y que éramos unos c u m p l i d o s m i l i t a r e s . El hecho de haber sido atacados con bandera
i n g l e s a era p ú b l i c o en
todo el m u n d o , y hasta so l l e g ó á t r a t a r e x t e n s a m e n t e por el Ministro de R e l a c i o n e s E x t r a n j e r a s de F r a n c i a el 12 de Julio de 18157, al contestar una interpelación en las Cámaras, h e c h a por Mr. L a r r a b u r e . Sin e m b a r g o , la defensa hecha por el Capitán de n a v i o 1). Juan T o p e t e ocasionó un a r t i culo del C o m a n d a n t e W i l l i a m s en El
Mercurio,
que es la mejor confe-
sión. A p a r t e de decir que la corbeta andaba seis m i l l a s , pues a l g o había de decir, a g r e g a b a : « E l t i m o n e l e n c a r g a d o de esta comisión (de c a m b i a r » l a b a n d e r a ) , y que se encontraba bajo el p i c o de mesana, no había n o ufado que al sustituir los pabellones, el nuestro había quedado á m e d i o «izar, y habiéndolo a d v e r t i d o el Contador, que se hallaba en su puesto »on el alcázar, m e lo hizo observar, por lo que r e c o n v i n e s e v e r a m e n t e al «timonel,
haciéndolo
izar en el acto hasta el t o p e . Este
« l u g a r m o m e n t o s antes de r o m p e r el f u e g o
incidente t u v o
» Se v e bien claro dónde
está la v e r d a d . Mas todo esto es poco para lo e s c r i t o por el Sr. W i l l i a m s con m o t i v o de la parte referente á la g o l e t a Covadonga,
en la historia del Sr. N o v o : y al
contestar, lo hace con a r g u m e n t o s tan burdos, c o m o q u e la andaba más que la Esmeralda,
Conadonga
de m o d o que sus t r i p u l a n t e s se dejaron
m a t a r y c o g e r por p l a c e r : n i e g a su t r i p u l a c i ó n , que dice era de 135 h o m bres, cuando por lo menos l l e v a b a 195 (1); hace, una e r r a d í s i m a c o m p a r a ción de artillería, cuando sabe y lo demostró m a g i s t r a l m c n t e , que la artillería de m e n o r calibre es mejor á corta distancia; que fué ni más ni m e nos la táctica de nuestra Escuadra en el Callao, y t e r m i n a con a p r e c i a ciones tan v u l g a r e s como que las balas de los g o d o s no m a t a n . ¿Qué había pasado para que así se expresara el que un día nos tratara mejor que nadie? N a d a m á s fácil de e x p l i c a r , s e g ú n nos dicen de Chile; el Almirante
W i l l i a m s , el que por su reputación so le diera un puesto de
honor en la r e c i e n t e g u e r r a de Chile
con el Perú, fué
separado de su
puesto para dejarlo á un Jefe más animoso; y en situación poco e n v i d i a ble, necesitaba r e v e r d e c e r laureles antiguos, para lo que se le ofrecía la ocasión. Y sin e m b a r g o , bajo la c r í t i c a de la más severa
(1)
Kl
imparcialidad,
Meri'U.rio d e 21 d e M a y o d e 1S67, ni'im. 11.972, d i c e a s i :
'El v a l o r l í q u i d o d o l a Cui-ndontin
f u é p e s o s , 117.288*55, d i v i d i d o s a s í :
-/s l i a r l e s
1 Comanilanti-
'/»
'
"i O d c l n l e *
Vil
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> p r s o s 2.094'44
p e s o s 29.322'13 l-l.fiC.1'07
12 i n d i v i d u o s
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1.221'78
14.C01'07
28
*
C37'44
U.GÍ>1'07
-11
•
357'óii
14,GG1'07
,s
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75
.-,
,
195M8
14.6G1'07
' s
*
30
•
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407'2ñ
14.«G1'07
J
195 i n d i v i d u o s
]iesos 117.28S'55
37 lo ocurrido es m u y l ó g i c o , pues no era posible que demostrara m á s i n d e cisión que la que demostró en el ataque de la Covadonga;
llegó á Tongoy
el 20 y dejó ¡jasar hasta el 22 sin atacarnos, dejando que l l e g a r a n refuerzos; pensaba atacarnos de noche, precaución incalificable contra un buque i n m e n s a m e n t e inferior, q u e de este m o d o era el único c o m o podía escaparse; nos esperó á la recalada á V a l p a r a í s o , sobre el que (piísimos caer de noche, como hubiera sucedido sin la m a r del SO., y donde no nos habría encontrado á no ser la g o l e t a un cangrejo de vapor, y por fin, cuando halló la g o l e t a , porque Dios se la quiso poner delante, se cubrió con la bandera inglesa para acercarse. Por último, perdió la ocasión de l e v a n t a r el b l o q u e o de C o q u i m b o á v i v a fuerza; operación m i l i t a r que h u biera s i d o de inmensa, resonancia y que l l e v a b a consigo la de la Oiradonga
destrucción
y dos buques m e r c a n t e s . N o es posible m a y o r i n d e c i -
sión, y apelaríamos sin cuidado n i n g u n o á cualquiera de los Oficiales de la Marina chilena, que acaban de levantar tan alto su r e p u t a c i ó n de consumados marinos, en demostración de que nada de eso presagiaba un A l m i r a n t e . A h o r a bien; nosotros, aunque nos la n i e g u e , le haremos j u s t i cia: una vez roto el f u e g o , á media j a r c i a de mesana y descubierto a u n m e d i a n o tirador, no escaseó su persona y manejó la corbeta de un m o d o a d m i r a b l e , pues no bastan las superiores condiciones que tenía sobre su adversario para conseguir que no pudiéramos t i r a r l e
un solo tiro
al
cuerpo del buque; se requiere valor, i n t e l i g e n c i a y sangre fría, que nos c o m p l a c e m o s en reconocerle, por más que sean condiciones de un buen C o m a n d a n t e m u y distintas de las anteriores. Los m o v i m i e n t o s tácticos de ese c o m b a t e , c o m o el de Punta A l i g a m o s , creemos que no han sido apreciados en toda su profundidad en n i n g u n a R e v i s t a profesional; y no puede negarse que el C o m a n d a n t e
AVilliams
se adelantó á su t i e m p o , en que no se habían estudiado c o m o h o y los r e cursos de la táctica. • L a cuestión de la bandera, por lo visto (lió t o r m e n t o al Comandante de la Esmeralda,
y se lo dará m i e n t r a s v i v a : con bandera inglesa
tiró su
p r i m e r a andanada, en que caí herido, y al v o l v e r al sentido, vi la bandera inglesa á m e d i o arriar, cubriendo la chilena al m i s m o t i e m p o que
des-
cargaba la segunda andanada. Pero ello es solo una cuestión moral; con bandera y sin bandera sabíamos que era la Esmeralda,
y ¡ a p e s a r de ello,
no quisimos i m i t a r l e ; es cierto (pie se ahorró un par de tiros, pero el r e sultado tenía que ser siempre el m i s m o . El razonamiento que usa en su defensa el C o m a n d a n t e AVilliams, después de confesar que izó la bandera inglesa, es por el estilo del que se pone careta para
herir á otro a l e -
g a n d o que se la quitó antes, y al que cabe p r e g u n t a r : ¿para qué se la puso A".'.' Mas ello nada influyó en el resultado del c o m b a t e , ni se puede atribuir al hecho, cualquiera que sea el j u i c i o que m e r e z c a , más que á irresolución y nunca
á intención
de felonía ni á falta de valor del que
en el c o m b a t e lo demostró tan c u m p l i d o . Si el c o m b a t e del Papudo o c u rrió, no fué por buenas artes de los chilenos, que hicieron m u y bien en a p r o v e c h a r nuestras torpezas, sino porque esc buque se lanzó á la m a r
38 con su sino escrito, c o m o todos los de su clase,-del t i p o de las cinco m i llas: y si los chilenos lo ganaron fué p o r q u e salió del Arsenal de Cádiz y de V a l p a r a í s o perdido por muchos conceptos. Til deplorable hecho de la bandera sólo perjudicó al C o m a n d a n t e F e r y , pues como nadie dijo porqué se perchó
la Covadong/i,
la opinión pública a p r o v e c h ó la ocasión de
aplicárselo á la bandera, suponiendo que, inocente y descuidado, se dejó atrapar poco menos que del m o d o c o m o cae m u e r t a la encendida
vela
bajo el a p a g a - l u c e s del sacristán. I n ú t i l era mostrar los heridos y contar los muertos .y hablar de las cinco millas y de las calderas; eso e x p l i c a b a el cómo había sucedido, pero á la opinión en España, que buscaba el poiqué, le h a l a g a b a más una sorpresa á F e r y que un error del A l m i r a n t e y de sus consejeros, que nadie conocía. F a l t a ocuparnos de un asunto, entonces m u y c o m e n t a d o y que, c o m o es consiguiente, c a y ó sobre la cabeza de F e r y , aunque después le justificara. Y era ello q u e hallaron los chilenos á bordo un v o l u m i n o s o
pliego
que se abrió en S a n t i a g o en Consejo de Ministros, diciendo que era el correo oficial mundo.
del A l m i r a n t e
Pareja,
como así se telegrafió por todo el
El p l i e g o eran las nóminas y relaciones de p a g a m e n t o de las
fragatas Blanca
y Berenijucla
del ú l t i m o trimestre, y que y o había pues-
to dentro de la caja. L a correspondencia fué toda al agua,'no tocándose á la caja, pues semejantes papeles no significaban nada, y p o r q u e así lo ordenó F e r y , con v e r d a d e r a previsión. E n efecto; después de cinco años de salir la g o l e t a de España, la m a r i n e r í a tenía fondos m u y crecidos, que l l e g a b a n á unos diez mil duros: el resto era un saco donde y o
guardaba
las economías de F e r y , Gurrea y m í a s : del Estado no había más q u e 280 pesos fuertes. ¡Pobres marineros, todo lo perdieron! Sin e m b a r g o , no era posible hacer otra cosa, y por lo m i s m o que había cantidad tan
conside-
rable, era más expuesto tocar á dichos fondos en m o m e n t o s de conflicto tan supremo. L o q u e sí se hizo fué, al abandonar el buque, e n t r e g a r al Oficial que lo m a r i n ó las llaves de la caja y las libretas de la g e n t e , d i ciéndole que todo el caudal era de la m a r i n e r í a y que no había nada del Estado. Más tarde les fueron d e v u e l t a s
las libretas.
Se nos dijo q u e podíamos sacar el equipaje, o f r e c i m i e n t o inútil, pues no había t i e m p o , y ni siquiera las alhajas de uso sacamos de nuestros c a m a rotes: á bordo de la Esmeralda,
ofreció
su C o m a n d a n t e la r e m i s i ó n di
1
todo, q u e t a m p o c o t u v o lugar, y en lo que insistimos, pues la desnudez á que l l e g a m o s á hallarnos nos o b l i g ó á acudir al B r i g a d i e r Méndez ísúñez, c u y o n o m b r e no p r o n u n c i a r e m o s nunca con bastante
admiración,
g r a t i t u d y respeto, pues fué el único q u e de opinión propia y c o m p r e n diendo las a m a r g u r a s que nos esperaban,
emprendió
denodadamente
nuestra defensa ante la cruel conducta que para nosotros observó s i e m pre el Ministerio de Marina.
Vií Prisioneros
Desembarcados todos'en el Papudo, fuimos alojados en un inmenso a l m a c é n lleno de v í v e r e s para la e x p o r t a c i ó n , en donde quedamos al c u i dado de una c o m p a ñ í a de c í v i c o s ó milicianos, c u y o Oficial se condujo m u y bien, lo misino allí que en el v e c i n o pueblo de la L i g u a , en donde h i z o e n t r e g a de su custodia. Y por si l l e g a r a á pasar los ojos por estas líneas, deseamos consagrar nuestro recuerdo de g r a t i t u d á la bella dama que, c o m p a d e c i d a de mi j u v e n t u d , se q u i t ó el precioso v e l o de encaje de su sombrero para cubrir m i cara ensangrentada, para l i b r a r m e de las moscas, que no m e dejaban en paz. A l anochecer nos pusimos en m o v i m i e n t o para el interior, q u e d a n d o en el Papudo el Médico con cuatro heridos, (pie en absoluto no podían m o v e r s e . A m í y al condestable ('ampos, que le s e g u í a m o s en g r a v e d a d , nos o b l i g a r o n á seguir, pues t e m í a n a q u e l l a noche un a t a q u e de la 1 scuadra, c o m o si en ella hubiera habido confidencias para saber siquiera que el c o m b a t e había tenido l u g a r . El orden de marcha era: en un coche, único de que se pudo disponer, iban el C o m a n d a n t e ,
Oficiales y Guardias marinas; el condestable y y o
en un q u i t r í n de dos ruedas, y la g e n t e en carretas, una de ellas r e g u l a r m e n t e p r e p a r a d a para los heridos; la escolta iba á p i e . Sería p r ó x i m a m e n t e
la m e d i a noche
cuando l l e g a m o s á la L i g u a ,
pueblo distante unas 7 á b leguas del Papudo: los heridos, todos a g r a v a dos y fatigados; los demás, después de aquel día de horror para nosotros, sin haber probado a l i m e n t o desde el a m a n e c e r . L o s Oficiales y clases fuimos alojados en la sala del Cabildo, y la g e n t e en un g r a n patio al descubierto, de donde quisimos
sacar á los heridos
para traerlos con nosotros, lo que le n e g a r o n á F e r y , con r e p u g n a n t e d u reza. ! res colchones nos proporcionaron: en uno de ellos estaba g r a v í s i m o el condestable Campos, al que el m o v i m i e n t o del quitrín había abierto las heridas: el otro m e estaba destinado, y el tercero iba á s e r v i r de almohada g e n e r a l á todos. Recuerdo de esa sala un hecho que, en m e d i o de este relato, puede servir de solaz para los aficionados á la e c o n o m í a
do-
méstica: la sala estaba lujosamente e m p a p e l a d a , y para q u e los respaldos de las sillas no estropearan el p a p e l , tenían éstas cortados los pies de d e lante, pero de tal modo, q u e era e x a g e r a d a su inclinación. En una de esas sillas fui. m a l aconsejado, á buscar descanso para m i
cabeza,
que sólo
se sostenía por un esfuerzo do voluntad, hasta q u e después de tres ó cuatro t e n t a t i v a s en d e m a n d a del a p o y o que m e n e g a b a n los patriotas respaldos de la sillería chilena, caí sin sentido en el p a v i m e n t o .
40 A m a n e c í a y a cuando recobré el sentido, y recuerdo q u e m e velaba m i querido c o m p a ñ e r o el Guardia Marina E m i l i o L u a n c o , al que cedí un poco de colchón, pues era de suponer que les esperaba m a l día. Apenas amaneció cuando se dio la orden do m a r c h a r ,
que alcanzaba á
todos; pero g r a c i a s á un altercado sostenido por F e r y con el Gobernador, se nos dejó al condestable y
á m í en la L i g u a ,
pues de seguir se nos
condenaba á una m u e r t e cierta. Con nosotros quedó el p r a c t i c a n t e
y
nuestros mejores criados. Salió la columna á p i e : en una carreta con paja iban los heridos, y en un coche los Oficiales q u e cabían. P a r t i e r o n formados del frente del Cabildo; después de abrazarnos t i e r n a m e n t e , los v i m o s m a r c h a r con penosa y creciente impresión, y al desaparecer el ú l t i m o m a r i n e r o por la esquina de la plaza de la L i g u a , Campos y y o nos echamos en los colchones para que no nos v i e r a n llorar L a c o l u m n a de los prisioneros sólo m a r c h ó aquel día (27 N o v i e m b r e 1865), unas dos horas, hasta que se detuvo en la hacienda de la Quebradilla, c u y o dueño, así c o m o el Capitán de la c o m p a ñ í a del n ú m . 4, que se hizo c a r g o de ellos en aquel punto, se c o m p l a c i e r o n en molestarles y en rodearles de toda clase de formas que pudieran ofenderles. El 28 s i g u i e ron su v i a j e , a g r e g a d a la precaución de ir el coche con cuatro
soldados
de caballería para que los prisioneros, y a internados y al pie de los A n d e s , no pudieran volar. Por fortuna, al p i e de la Cuesta del Melón, la c o m p a ñ í a del n ú m . 4 fué r e l e v a d a por una del r e g i m i e n t o
del Buin, 1." de línea,
mandada por Oficiales d i g n o s de serlo, c o m o lo eran el Capitán
Barbosa
y T e n i e n t e García, que se condujeron c o m o caballeros. A l m e d i o día l l e g a r o n todos á la hacienda de D. Juan R a m ó n E c h e v a r r í a , c u y o señor se e x c e d i ó en cuantas atenciones pudo dispensar á los prisioneros:
mandó
e n s e g u i d a carretas que trajeran á la cansada marinería, que aún subía la m o n t a ñ a : las señoras de su familia se e n c a r g a r o n de los heridos; todos fueron bien alojados, cuidando de todo el m i s m o Sr. E c h e v a r r í a y
el
Capitán Barbosa, que dentro de su deber fué para los nuestros un v e r d a dero a m i g o . A l amanecer, y s i e m p r e acompañados del Sr. Echevarría, l l e g a r o n los prisioneros al pueblo de la Calera, en que t o m a r o n el tren para S a n t i a g o , dejando á aquel señor p r o f u n d a m e n t e c o n m o v i d o . L l e g a r o n á la capital, Santiago, á las diez de la mañana, y
fueron
alojados en el
cuartel
de
caballería «Cazadores á c a b a l l o , » sin haber sido molestados por la m u l titud que llenaba la estación y las calles, y para lo que
p a r e c e que
ha-
bía t o m a d o precauciones el Gobierno de la R e p ú b l i c a . L o s heridos que habíamos quedado en la L i g u a no lo pasábamos b i e n , pues quedados contra la v o l u n t a d del Gobernador, nos había
trasladado
á un cuartito que daba á'la plaza, sin más luz que la de la puerta, la que t e n í a m o s que tener abierta, y estar á la e x p e c t a c i ó n pública, so pena de, ahogarnos con el calor del v e r a n o , y a p r ó x i m o en aquellas r e g i o n e s . Peor andábamos de comida, pues s e g u r a m e n t e , como en todas partes sucede, no tenía aquel señor m e d i o de justificar el gasto que le produjese
41 nuestra a l i m e n t a c i ó n ; así que sólo m e e n v i a b a á m í la ración de un e n fermo, y v i s i b l e m e n t e de su mesa, que era de lo que t e n í a m o s que v i v i r todos; y
lo hubiéramos pasado m u y mal si no nos hubiera
socorrido
un j o v e n m a t r i m o n i o que v i v í a en la plaza, y que en n o m b r e de la señora, m e e n v i a b a n
dos v e c e s al día, un abundante r e f r i g e r i o , del que v i -
v í a m o s sanos y heridos. Siento no conocer el n o m b r e de personas tan cristianas, pues solo los vi de, lejos, n e g á n d o s e m e el c o m u n i c a r con ellos. Al mismo
compás iban los m e d i c a m e n t o s , pues ni se nos facilitaron, ni
teníamos
con qué comprarlos, pues ni siquiera había salvado m i reloj
que vender, para c o n v e r t i r l o en cerato ó hilas con que renovar los v e n dajes puestos durante la acción, que después de cuatro días, no se habían podido curar las heridas ni una sola v e z . Hasta un solo colchón dejaron para m í , sin que pudiera conseguir más que un poco di- paja para el condestable Campos, que estaba v i s i b l e m e n t e peor. El día 29 l l e g ó nuestro Médico L ó p e z P e r n a l con los heridos que
que-
daron en el Papudo, los que apesar de los v e h e m e n t e s deseos del Gobernador de la L i g u a , era imposible que s i g u i e r a n su viaje. P o r fortuna, L ó pez P e r n a l t e n í a casualmente duros, e n v i ó á buscar l u t a m e n t e nada
a l g ú n dinero, y con una m o n e d a d o cinco
cerato é hilas, n e g á n d o s e el boticario á dar abso-
porque
la m o n e d a no era
chilena
apesar de que se le
dijo que se quedara con toda, y que diera lo que quisiese; ¡valiente triota! Pero como los heridos más g r a v e s no podían
pa-
quedar sin curar, y
como, por otra p a r t e , L ó p e z se, alarmó al v e r en el estado en q u e nos halló á los demás, después de intentar en v a n o ver al Gobernador,
armó
tal escándalo, que los g r i t o s hicieron salir al c a r i t a t i v o señor que nos mantenía, y que v i v í a en la plaza, quien nos m a n d ó cuanto necesitaba mos, quizás afrontando las iras del patriótico b o t i c a r i o . Desde la venida de L ó p e z Bernal, sin duda por lo que acabamos de relatar, el Gobernador m e j o r ó n o t a b l e m e n t e nuestra mesa, dicho así porque esta es la e x p r e s i ó n castellana, pues mesa no teníamos; pero el ú l t i m o día fué el más notable, pues de despedida nos dio un v e r d a d e r o banq u e t e con mesa y m a n t e l i n c l u s i v e . De todos modos, le a g r a d e c e m o s lo que nos dio, que p o s i t i v a m e n t e era suyo; pero ante todo y sobre todos a] caritativo
m a t r i m o n i o tantas veces citado, c u y o n o m b r e sentimos no
saber para recordarle s i e m p r e con profunda g r a t i t u d , c o m o de q u i e n ha recibido uno la p r i m e r a limosna en días c u y o recuerdo no se borra en la vida, días de postración do espíritu, de g r a v e
e n f e r m e d a d , dura prisión
y verdadera hambre. El 29 de N o v i e m b r e salimos para S a n t i a g o en dos coches, uno de ellos en m a l
estado. E n el bueno
iban el soldado Bornaza y los marineros
Gualdo y Pousada, todos g r a v í s i m o s , además de un cabo de m a r t a m b i é n herido, pero que, podía
cuidarlos: en el coche a v e r i a d o
íbamos el'Médi
co, y o . el p r a c t i c a n t e , condestable, m a r i n e r o G a r c í a herido y un criado, además del
s a r g e n t o de la escolta, que por
nuestra desgracia
era
un
hombre soez ó casi idiota que nos molestó mucho, hasta que v i o que p o día c o m e r y beber á nuestra costa.
A l poco rato so rompió una rueda del coche a v e r i a d o , y c o m o el otro iba adelante y no nos vio, siguió su c a m i n o y l l e g ó á su t i e m p o á la C a l e ra, (pie era la estación del ferrocarril á donde
íbamos destinados. N o s -
otros, después de andar un buen t r e c h o bajo un sol abrasador, a l c a n z a m o s la hacienda de D. Pedro F é l i x V i c u ñ a , en donde fuimos e s p l é n d i d a m e n t e atendidos: allí nos facilitaron una tartana, con la q u e e m p r e n d i m o s el c a m i n o de la Calera, pero con la mala fortuna de caérsenos el caballo y r o m p é r s e l o s arneses, por c u y a caída dieron con la cabeza en el t e c h o de la tartana, que era de m a d e r a , el condestable y el m a r i n e r o García, desatándose á este ú l t i m o una arteria
que l l e v a b a
l i g a d a , debiendo
nue-
v a m e n t e la v i d a á la serenidad y profunda ciencia de L ó p e z B e r n a l . T u v i m o s que s e g u i r á pie; pero a g r a v a d a una contusión de carácter g r a v e en la pierna derecha,
que a d e m á s de las heridas había y o r e c i -
bido en el c o m b a t e , m e caí en m e d i o del c a m i n o sin poder dar un paso. En tristísima situación se halló nuestra p r o v i d e n c i a L ó p e z P e r n a l : G a r cía espirando, apenas podía andar a p o y a d o en él; el condestable e m p e o rando por m o m e n t o s , por el g o l p e en la cabeza, en donde tenía la herida; y o tendido; es v e r d a d que r i é n d o m e , pues apenas tenía v e i n t e años. El criado ¡pie l l e v á b a m o s estaba herido en la m a n o izquierda, de m o d o (pie no podía servir de m u c h o , y de la escolta no había que esperar nada. En tal aprieto. L ó p e z
redujo con
dádivas y amenazas al s a r g e n t o á t é r m i -
nos más razonables, y apenas quitado ese estorbo, los soldados
chilenos
de la escolta se prestaron cariñosos y generosos á cuanto se quiso: en hombros nos llevaron p r i m e r o á la. sombra do un árbol, donde se, curó á García y al condestable caballo
como se pudo, y después me, cedieron á mí un
a m a r r á n d o m e á la silla y a y u d a r o n de. buen g r a d o c o m o buenos
(•amaradas á los que apenas podían m o v e r s e para que tan triste c o n v o y c o g i é r a m o s una casita de c a m p o cercana, m i e n t r a s el coche iba á la hacienda y v o l v í a con nuevos arreos. Por fin l l e g a m o s á la Calera, en donde t u v i m o s q u e pernoctar, pues habíamos perdido el tren. F u i m o s bien alojados; pero t u v i m o s que p r o v e e r á nuestro sustento, á c u y o fin se nos p e r m i t i ó ir á un figón de arrieros en que c o m i m o s y cenamos aquel día y a l m o r z a m o s é h i c i m o s
provisiones
para el viaje al siguiente, incluso el sargento, que seguía v i v i e n d o á c u e n ta nuestra, circunstancias que relato por el hecho
notable á que
dieron
lugar. En efecto: al ir L ó p e z Bernal á p a g a r á la dueña del figón, que c o cinaba en un mal toldado de esteras, le pidió aquélla dos pesos
fuertes
por todo; y c o m o el p r i m e r o le dijera que iba á p a g a r por todos y no por él sólo contestó aquella buena mujer que como Íbamos en desgracia, que su deseo hubiera sido no llevarnos nada; pero, c o m o éramos personas calidad,
de
en tales términos dicho, que por respeto sólo pedía lo que le
habían costado los g é n e r o s que consumimos; lo que, no era posible, por más que el país sea m u y barato. L ó p e z
Bernal le dio una de las últimas
monedas de oro que le quedaban y ambos salimos verdaderamente, c o n movidos de tanta delicadeza, tanta ternura y caridad en una pobre j e r del pueblo.
mu-
43 Por fin, el día 2 de D i c i e m b r e l l e g a m o s a S a n t i a g o de Chile y nos unimos á nuestros compañeros en el cuartel de Cazadores á caballo, sin haber recibido molestia de los curiosos, en particular del bajo pueblo, q u e hallamos siempre más moderado que las personas de otras clases.
VI El cuartel en que estábamos alojados era la a n t i g u a casa de
muías
para el m o v i m i e n t o de pasta y caudales de la casa de la moneda, q u e teníamos en frente, convertida ésta en palacio de Gobierno, y la p r i m e r a en cuartel de caballería, para escolta del Presidente de la R e p ú b l i c a . En el referido edificio estábamos alojados bastante bien, por más que, c o m o el cuartel no pecaba de g r a n d e , teníamos poca i n d e p e n d e n c i a . El Gobierno chileno, desde el p r i m e r m o m e n t o
nos redujo
á la m á s
absoluta i n c o m u n i c a c i ó n , l l e v a d a á un r i g o r inconcebible, del que no puede darse más razón que el t e m o r de que t o m a r a cuerpo l e g a l el hecho cierto de que la Esmeralda
nos había batido con bandera inglesa, cosa
q u e debía tenerle sin cuidado, pues tanto el Ministro do I n g l a t e r r a , c o m o los de los Estados Unidos Mr. Nelson y después K i l p a t r i e k , p a r e c í a n m á s bien dóciles e m p l e a d o s del Gobierno de Chile, que embajadores de naciones neutrales, en paz con España; circunstancias sabidas del mundo entero y sobre todo de nuestros compañeros, que v i e r o n las escuadras i n glesa y a m e r i c a n a dejar libre el c a m p o al a v a n c e de nuestras fragatas, después de a m e n a z a r que se opondrían con la fuerza al b o m b a r d e o de Valparaíso. V o l v i e n d o á nosotros, r e p e t i r e m o s que estaba por c o m p l e t o
prohibida
toda c o m u n i c a c i ó n , y á las personas de cierta entidad á las que no p o dían negárselo, les contestaba el Ministro de la Guerra que deseábamos que no nos molestasen. Desde el p r i m e r día al ú l t i m o de nuestra prisión, se nos prohibió que d i r i g i é r a m o s carta alguna cerrada, y todas eran e n t r e g a d a s abiertas al .Jefe del cuartel, quien las r e m i t í a al Ministro de la Guerra, que, las d i r i g í a después de haber circulado entre sus a m i g o s las que podían e x c i t a r el buen h u m o r e x e n t o de todo s e n t i m i e n t o de nobleza y honradez, cosa que sucedía sólo con las de los pobres m a r i n e r o s ; pues las de los unciales, n i n g u n a l l e g ó á tener una línea que no fuese escrita en forma telegráfica, para que nuestras madres escribieran c o n l á g r i m a s lo que faltaba en cada una de ellas. L e g a j o santo que daba fe de nuestra e x i s t e n c i a y que s e r v í a de m a r t i r i o á pedazos de nuestro propio corazón. ¡Qué diferencia
de conducta con la observada en Fspaña con los p r i -
sioneros chilenos! Ellos t u v i e r o n la Península
por
cárcel:
disfrutaron
de una p a g a dada por nuestro Gobierno para v i v i r donde y como q u i s i e ran, sin i n t e r v e n c i ó n ni molestia de, nadie, y á todos los q u e lo desearon, se les autorizó para visitar la E x p o s i c i ó n de París. ¿Qué se proponía el Gobierno de Chile? ¿Que no diéramos noticias? Sólo podíamos d a r l a s que
44 traían los diarios, y si el Gobierno español las hubiera q u e r i d o , se las h a bría procurado de m i l maneras más e x p e d i t a s que por nuestro conducto. Y c o m o quiera
que h a c e m o s el honor á nuestros e n e m i g o s de no supo
nerles la ruindad de carácter
que era preciso para creer otra cosa, no
(pieda más suposición l ó g i c a , sino que querían que el asunto de la b a n dera no pudiera л е г la luz, sino cuando dejando de ser de actualidad y y a muerto por el t i e m p o transcurrido, p e r t e n e c i e r a sólo á la historia. Dado, pues, que estábamos entre cuatro paredes, t u v o el Gobierno de (.'hile q u e cuidar de nuestra m a n u t e n c i ó n , que contrató para los Oficiales á razón de 13 rs. v n . diarios con un francés dueño de una de las mejores fondas de S a n t i a g o , c u y o señor nos e n v i ó á decir que había t o m a d o la con trata, para corresponder al afecto q u e tenía á muchos Oficiales y Jefes de la Escuadra española que habían v i v i d o en su casa, y bajo n i n g ú n
con
c e p t o para lucrarse, c o m o así fué e f e c t i v a m e n t e , pues no solamente se e x cedió en todo, sino que no hubo deseo que no v i é r a m o s
satisfecho con la
m a y o r esplendidez. L a g e n t e t a m p o c o estuvo m a l en un p r i n c i p i o . Era Jefe del escuadrón el Comandante de Caballería T). Emeterio L e tellier, persona d i g n í s i m a , que se condujo con nosotros cual debe h a c e r lo un noble militar, haciéndonos menos a m a r g o s los p r i m e r o s meses de c a u t i v e r i o , no sólo con su conducta personal, sino arrastrando con su e j e m p l o y quizás
con sus consejos á los Oficiales á sus órdenes, que
por
aquel t i e m p o fueron eco de su d i g n o Jefe. El Coronel del r e g i m i e n t o , que fué después el reverso de la m e d a l l a del Sr. L e t e l l i e r , estaba entonces en la costa con la m a y o r parte de la fuerza. Mientras tanto, no lo pasábamos c i e r t a m e n t e bien, pues, en absoluto, no teníamos más ropa que la puesta, ni dinero con que c o m p r a r
otra,
esperando en vano el equipaje, que todos los días y de todas las m a n e r a s se nos decía que v e n í a de c a m i n o . Corría y a el mes de L e b r e r o de 1800, cuando l l e g o el deseado equipaje, que consistió en la ropa de g a l a y p a n talones blancos, ambas cosas que no usa la Marina de la república, y por fortuna dos sacos de ropa blanca sucia, que por lo visto se había
escapa
do del reparto, y de la q u e puesta en un baúl, sin distinción de dueño
ni
de t a m a ñ o , vestimos hasta l l e g a r á España. El v e r d a d e r o equipaje, libros, alhajas, etc., se quedó en el anunciado c a m i n o , m e r e c i e n d o contarse una pequenez, quizás característica de todo un pueblo: se nos r e m i t i ó un p a q u e t e con todas las fotografías masculina*
de nuestros albums.
Había pasado otro mes, y p r e v i o s repetidos y pomposos anuncios, v i n o el Secretario del Ministro de la Guerra á e n t r e g a r n o s una caja
cuidado
s a m e n t e sellada, q u e contenía las alhajas; respiramos, pues teníanlos el m e d i o de procurarnos dinero vendiéndolas, siquiera para c o m p r a r tos, de que c a r e c í a m o s una m e d a l l a de Á f r i c a
L a referida caja
zapa
contenía, dos golas viejas y
¡Pero no c o m p r e n d í a esa g e n t e que
hubieran
quedado m i l veces más decentes con no habernos e n v i a d o nada, ni
ha
blado nunca de equipaje! H a c í a meses q u e no se fumaba, ni se conocía el uso del j a b ó n , ni
aun
el lujo de los zapatos, que sustituíamos haciendo la tertulia sobre
dos
45 pioles de carnero, cpie era el medio m a s e c o n ó m i c o que por entonces c a l culamos que podía sustituir aquel despilfarro, y
que nosotros sólo
nos
p e r m i t í a m o s para bajar al p a t i o . L a desnudez de la marinería, era e x trema, las enfermedades e m p e z a r o n á l l e v a r nuestra g e n t e al
cemente-
rio; así que no fué posible esperar m á s : L e r y escribió al B r i g a d i e r
Mén-
dez Tsúñez, Jefe de nuestra Escuadra, p i d i e n d o recursos. L a carta fue por m e d i o del Ministro de la Guerra, que la d e v o l v i ó con once m a l e t a s de la m a r i n e r í a , y las libretas de la m i s m a : ropa que se repartió al estilo de lo que hicimos con la nuestra, i n c l u y e n d o en el reparto a l a maestranza, de la que no vino n i n g ú n equipaje en las dos remesas. H u b o p a n t a l ó n que debía servir para cinco individuos
pero no hubo otro r e m e d i o .
Por nuestra fortuna, el 6 de Marzo de 1860, la fragata al vapor chileno Paquete
del Maule
apresó
Blanca
con un Jefe, siete unciales y ciento
v e i n t e individuos de m a r i n e r í a y tropa chilena. Por g r a n d e que fuera nuestra i n c o m u n i c a c i ó n , no h a b r í a n pudido pedir (pie fuéramos visitados por los Oficiales de la f r a g a t a italiana cipe Humberto
imPrin-
y por otros de la Escuadra n o r t e - a m e r i c a n a , pero bajo el
p r e t e x t o de acompañarlos, vinieron de tal modo v i g i l a d o s , que sus v i s i tas nos fueron inútiles para comunicarnos con el Jefe de la Escuadra. Por fin, á fines de Marzo, v i n o á vernos el Comodoro i n g l é s Mr. H a r v e y , b e l l í sima persona, que, c u m p l i d o el t i e m p o de mando, regresaba á su patria. A p r o v e c h a n d o la superior c a t e g o r í a de aquel Jefe, nos d i r i g i m o s por él al Comandante de la Escuadra, si bien en carta abierta, revisada
primero
por el Ministro de la Guerra. Como era consiguiente, a l g o se dijo de cuanto nos ocurriera, pero en los términos necesarios para que salvase
de la
cruel censura q u e le esperaba por el Gobierno de Chile, considerando que, estando interesado en ello el Coinodoro H a r v e y , no se a t r e v e r í a n á detenerla. L a carta fué e n t r e g a d a al B r i g a d i e r Méndez Núñez, que, sin c o m e n t a r i o a l g u n o , la e l e v ó al Gobierno de S. M., por lo que es e v i d e n t e que no se hizo c a r g o ni de nuestro estado ni de la forma o b l i g a d a en que se escribía; lo que hacemos notar, por los notables conceptos que referente á nosotros hizo después aquel m a l o g r a d o A l m i r a n t e . En nuestro concepto, l ' e r y hizo m a l en escribir sobre el c o m b a t e del Papudo, desde el m o m e n t o que no pudo hacerlo con c o m p l e t a libertad, y debió limitarse á pedir recursos, e x p o n i e n d o que, en la más estricta
incomunicación,
no podía hacer otra cosa. Obrando como lo hizo, inspirándose ú n i c a m e n t e en su mejor deseo, sólo alcanzó que en nuestros altos centros se afirmase la idea de que, disfrutando de tales comodidades, no c o m u n i c á b a m o s con el Gobierno p o r q u e no nos daba la g a n a , ofreciéndose i n o c e n t e m e n t e en holocausto á los celos i n e v i t a b l e s (pie iban y a
produciendo
nuestros
compañeros de la Escuadra, celos (pie hizo callar el c o m b a t e del Callao, dejando por único punto v u l n e r a b l e á los de la Covadonija,
indefensos
ante la opinión, q u e sólo se cuidó de j u z g a r , y para nada de discutir; y cuando de ello se trataba, se sacaba á colación la a m b i g u a carta, sin v e r que l l e v a b a tácito el visto bueno del Ministro de la Guerra chileno. Efecto de la carta en cuestión, el 20 de Marzo, y por conducto del C o n -
46 sul a m e r i c a n o en V a l p a r a í s o , Mr. W i l l i a m Clark, nos r e m i t i ó el Comandante g e n e r a l de la Escuadra 1.500 pesos de Chile. Hora era, pues además de que carecíamos de. todo, absolutamente de todo, teníamos una necesidad u r g e n t e á que acudir: desde hacía a l g ú n t i e m p o , sea la ociosidad, sea la tristeza de muchos que sabían que sus familias perecían por absoluta falta de recursos, ello era que
se había desarrollado entre los marineros
una rara e n f e r m e d a d que se manifestaba con una hinchazón de la l e n g u a y otros síntomas g r a v e s que y a
habían producido la m u e r t e á dos m a r i -
neros y al maestro armero; e n f e r m e d a d a g r a v a d a por el horror de nuestra g e n t e de ir al Hospital m i l i t a r , horror tal que pedían m o r i r sin asistencia f a c u l t a t i v a antes que ir á aquel e s t a b l e c i m i e n t o , lo q u e era i n e v i table, pues no teníamos con qué c o m p r a r m e d i c a m e n t o s . En v a n o para combatir aquella aversión se había pedido que el p r a c t i c a n t e nuestro fuese al hospital y que t u v i e r a á su c a r g o nuestros enfermos en sala aparte, como lo concedieron; m a s no se consiguió poner coto al m a l sino cuando L ó p e z P e r n a l se puso á cuidar á los enfermos y heridos, que h i c i m o s v o l ver al cuartel en cuanto t u v i m o s dinero para p a g a r
las m e d i c i n a s ,
por partes i g u a l e s abonamos el C o m a n d a n t e y u n c i a l e s , hasta q u e
que visto
que iba subiendo á una cantidad considerable, se formalizó cuenta, sin contar con lo y a p a g a d o , cuenta q u e se presentó al v o l v e r á España y c u y o p a g o se consiguió con harto trabajo. En este t i e m p o nuestra i n c o m u n i c a c i ó n se hizo un poco más llevadera por haber obtenido permiso para visitarnos el español D. Eladio R u i z , sobrino político del P r e s i d e n t e de la república, y al que debimos muchas atenciones particulares. Se a p r o x i m a b a n para nosotros días de prueba: el b o m b a r d e o de V a l paraíso debía c o n m o v e r la capital, y en la e x c i t a c i ó n habíamos de correr serio p e l i g r o . A p e n a s
anunciado aquél, se notó en S a n t i a g o ese m o v i -
m i e n t o precursor de trastornos, a c o m p a ñ a d o de m o v i m i e n t o de p a t r u llas del por
ejercito, en p a r t i c u l a r en nuestro cuartel; y cuantos pasaban
d e l a n t e de
nuestras v e n t a n a s , entre ellos unas señoras de
fami-
lias m u y p r i n c i p a l e s , se c o m p l a c í a n en m a r c a r n o s con los dedos los días que nos q u e d a b a n para que nos cortaran el pescuezo, con las significat i v a s señales que se prestan á ello: así, que á indicación del C o m a n d a n t e L e t e l l i e r , dejamos de asomarnos á las ventanas Para acabar de a u m e n t a r la natural i n q u i e t u d de nuestra g e n t e , ocurrió á la una de la m a d r u g a d a un eclipse de luna, seguido de un t e r r e m o t o bastante intenso, y c o m o á a l g u n o se le escapara a l g ú n g r i t o i n o p o r t u n o , toda la m a r i n e r í a se arrojó en masa al patio del cuartel, en donde el j o v e n
Oficial de g u a r d i a , con s i n g u l a r serenidad, los tranquilizó,
hasta que a c u d i m o s nosotros para v o l v e r l o s á su alojamiento. Desde aquel m o m e n t o hasta m u c h o después que pasaron aquellas azarozas c i r cunstancias, hicimos
g u a r d i a día y noche dos Oficiales en las cuadras
de la g e n t e . El 31 de Marzo de 1866, desde el a m a n e c e r estaba lleno de un g e n t í o inmenso el ancho paseo que separaba nuestra prisión del palac delio ( ¡ o -
47 b i e n i o , g e n t í o que no creía posible el bombardeo de Valparaíso; y (pie, lo m i s m o que el Gobierno, creía que la escuadra ante la inglesa y a m e r i c a n a
española se d e t e n d r í a
puestas en línea de c o m b a t e ante la plaza,
verdaderos causantes de la continuación de la g u e r r a , pues de no tener esa esperanza, el Gobierno hubiera cedido aquel día cuartos y del
A las n u e v e y tres
con un silencio sepulcral, desde uno de los balcones
bajos
p a l a c i o , se l e y ó al pueblo el parte de que la Escuadra había roto
el fuego: pasado un m o m e n t o de estupor, r e v o l v i ó en masa la m u l t i t u d sobre el cuartel de Cazadores á caballo pidiendo nuestras cabezas, y e n d o el v o c e r í o y el delirio en progresión
c r e c i e n t e y v i n i e n d o á tocar
las
mismas paredes del cuartel en q u e escasamente había unos 125 soldados de n i n g u n a confianza. Estábamos los Oficiales a l m o r z a n d o , en silencio y pensativos
todos,
a u m e n t a n d o lo i m p o n e n t e de la escena la escasa luz de dos velas alumbraban el oscuro
que
c o m e d o r , que por prudencia tenía cerradas t o -
das sus ventanas que daban al e x t e r i o r . Oídos los p r i m e r o s gritos, se l e v a n t ó E e r y , tan serio c o m o las circunstancias lo requerían, y en v o z solemne, que c o m o aquellos m o m e n t o s no hemos de olvidar j a m á s , nos dijo: «Señores: nuestro puesto es con nuestra g e n t e para correr j u n t o s la suerte q u e Dios nos d e p a r e . » Sin decir palabra y c o m o m o v i d o s por un resorte, nos l e v a n t a m o s y bajamos r á p i d a m e n t e la escalera, que en aquel m o m e n t o n i n g u n o de nosotros c r e y ó que v o l v e r í a á subir. Nuestra, presencia en las cuadras de la g e n t e
fué recibida poco m e n o s
que con una ovación: nuestros pobres marineros, tan valientes en el c o m bate y en tantos p e l i g r o s c o m o juntos habíamos corrido, estaban
aterra-
dos ante la m u e r t e salvaje que les esperaba en manos del populacho desenfrenado. L a s cuadras eran un v e r d a d e r o caos; todo hierro visible había sido arrancado, listo para servir; no quedaba ni una traviesa de hierro de una serie de taquillas que había sobre los tinglados en que d o r m í a la m a r i n e r í a ; todo había s e r v i d o para hacer a l g o que se pareciera á un arma, y c o m o si se hubiesen m u l t i p l i c a d o á m e d i d a del deseo, casi todos los marineros se habían procurado un c u c h i l l o . L a voz u n á n i m e , que más que nada expresaba el terror de la situación, era que sabían que iban á morir, pero que v i v o s no los arrastrarían por las calles. Con harto trabajo p u d i m o s calmarlos, pues teníamos en contra los g r i tos de la m u c h e d u m b r e , que á t r a v é s de la puerta y del patio del cuartel l l e g a b a n á nosotros d i r e c t a m e n t e . En
aquellos m o m e n t o s de tribulación había sin e m b a r g o una
figura
que descollaba entre todos; era el C o m a n d a n t e L e t e l l i e r , el q u e se multiplicaba, hablaba de su deber á sus Oficiales, infundía ánimo á sus soldados, y por fin, d i r i g i é n d o s e á nosotros, nos j u r ó m i l v e c e s que antes (le to car á uno solo de los prisioneros pasarían por e n c i m a de su cadáver. En v a n o quería tranquilizarnos, por más que sabíamos que era un b r a v o m i litar y
que c u m p l i r í a su palabra, pues todo aquel m o v i m i e n t o
indicaba
que su temor, c o m o el nuestro, no era del paisanaje, sino de sus propios soldados, c o m o era e v i d e n t e al ver los esfuerzos de los Oficiales Sres. Z ú -
48 ñ i g a y Toi'iin, que con arenga tras arenga trataban de sostener el espíritu de la v a c i l a n t e tropa. Hasta la una de la tarde s e g u i m o s en la m i s m a angustiosa
situación,
aumentando el p e l i g r o en razón de la impresión que producían los partes recibidos de Valparaíso, c u y a importancia nos traía el eco, hasta q u e sabido que la Escuadra v o l v í a al fondeadero, acudió en nuestro socorro D o n Antonio
Varas, Jefe, c o m o p r i m e r Ministro, del partido
montbarista,
e n e m i g o de la g u e r r a con España, el que a r e n g a n d o á la m u l t i t u d , consig u i ó arrancarla de enfrente del cuartel y l l e v a r l a en busca de españoles para conducirlos á la cárcel, donde creía el pueblo q u e su Gobierno ordenaría represalias. •Salvamos, pues, de uno de esos desastres tantas v e c e s i n e v i t a b l e s , cuando se trata de las masas del pueblo enfurecido: y por la p a r t e oficial, según dijo en las Cámaras el Presidente de, la r e p ú b l i c a D. José Joaquín Pérez, no fuimos fusilados por tener la Escuadra los prisioneros del
Maule
en su poder, c u y a claridad nos excusa de c o m e n t a r l o . A l g u n o s días seg u i m o s aún con sobresalto, hasta que el tranquilo y laborioso pueblo de S a n t i a g o v o l v i ó á su estado n o r m a l . Y a e m p e z a b a á susurrarse que la Escuadra iba á dejar á V a l p a r a í s o , y t a m b i é n se decía que íbamos á ser canjeados. Supimos q u e el Ministro i n g l é s , Mr. Thomson, t e n í a instrucciones del Jefe de la Escuadra para p r o p o n e r l o ; pero el Gobierno de, Chile no contestó. Por fin, se recibió en S a n t i a g o una nota del B r i g a d i e r Méndez Núflez proponiéndolo, con tal que se les diera el pasaporte á los españoles que lo solicitaran, á lo que contestaron que rehusaban el canje con condiciones y que el i n c o n d i c i o nal se podría tratar. El Jefe de la Escuadra no contestó, c o m o era m u y l ó g i c o , y después de pasar una circular al cuerpo d i p l o m á t i c o dejando l e v a n t a d o el b l o q u e o del puerto de Valparaíso tarde), se fué á unir con la Numaneia
(14 de A b r i l
1866, por la
al resto de la Escuadra, que, des-
pués de incendiar las presas, se hallaba en alta m a r . A l g u n a s horas después se recibió el parte de S a n t i a g o de que con la oscuridad se había p e r d i d o de vista la flota española. Nuestros c o m p a ñ e ros nos dejaban
G r a v e era cuanto nos había sucedido; pero
estaba
p r e v i s t o : m a s eso no lo creímos nunca: s i e m p r e habíamos a l i m e n t a d o la esperanza de ir al Callao, y la impresión que en nosotros produjo la m a r cha de la Escuadra fué proporcional á lo impensado del g o l p e . N o t u v i mos días peores. ... A u n q u e sea apartándonos a l g o de nuestro relato, diremos en b r e v e s palabras que la prensa chilena aseguró en todos tonos que nuestra E s cuadra
no iría
al
fuerzas produjo una
Callao; así que la v i c t o r i a alcanzada por sensación
nuestras
de pesar tan profunda que no se pudo
ocultar. Pasado el p r i m e r m o m e n t o , y como era atención l ó g i c a al aliado, se celebraron fiestas que fueron p u r a m e n t e oficiales; pero lo más notable que ha pasado desapercibido, y que puede comprobarse compulsando fechas, es que en L i m a se enteraron de que habían g a n a d o , según ellos,
49 cuando supieron las fiestas hechas en S a n t i a g o de Chile, pues entonces celebraron ellos las suyas.
VIII «íiuidiiili' Star» y aThalalia» El G o b i e r n o español había tratado de e n v i a r recursos á la Escuadra del Pacífico, y
las órdenes que al efecto se dieron estaban
perfectamente
calculadas; tal, (pie de haberse c u m p l i d o , habrían l l e g a d o á Valparaíso antes de salir la Escuadra los dos c a r g a m e n t o s de, carbón y v í v e r e s que constituían el citado e n v í o . P e r o , según allí se dijo, había interesado en el asunto un conocido
banquero de poco a g r a d a b l e recordación en los
asuntos de la g u e r r a , y para c u y o s intereses era necesario se fletase la f r a g a t a i n g l e s a Thalaba,
que estaba en la mar, y c u y o b u q u e hubo que
esperar que l l e g a s e , además de descargarlo, m e t e r l o e n d i q u e .y p r e p a r a r lo para el n u e v o v i a j e . A s í , que en l u g a r de fletar dos clippers de, los m u chos q u e estaban listos para salir y de i g u a l Gobierno, se, c a r g ó la Thalaba
capacidad, como ordenó el
con m i l toneladas de carbón y ciento once
m i l raciones, y el resto, consistente en trescientas toneladas de carbón y otras tantas raciones, en la barca h a m b u r g u e s a
Guiding
Salió
Star.
esta ú l t i m a de I n g l a t e r r a el 18 de P o b r e r o de 1806, con considerable r e traso do las órdenes de Madrid y a l g o antes que la Thalaba,
llegando á
V a l p a r a í s o el 18 de M a y o . E n g a ñ a d a por la vista de la corbeta na Viñeta,
prusia-
á la que t o m ó por ser de nuestra Escuadra, entró en el puerto,
en el que, y á la v e l a todavía,
c o m u n i c ó con un bote, que le dijo (pie
a q u é l l a estaba en el Callao, en v i s t a de lo que forzó de v e l a , dando hasta las alas, apesar del v i e n t o frescachón de SO. que reinaba. Fuese d e l a c i ó n del botero, ó que el forzar de v e l a dentro del p u e r t o , y de un modo tan ostensible c o m o i m p r u d e n t e , l l a m a r a la atención, como no podía m e nos d e h a c e r l o , el caso fué que el v a p o r transporte peruano Chalaco, estaba al ancla, e n c e n d i ó y le dio caza, alcanzando á la Guiding
que
Star
á
72 millas de V a l p a r a í s o , después de una caza sostenida, g r a c i a s á las 15 m i l l a s que arrancaba el transporte p e r u a n o y á una hermosa luna que a l u m b r a b a las desplegadas v e l a s del h a m b u r g u é s . L l e v a d o el b u q u e á V a l p a r a í s o y reconocidos los papeles, que l l e v a b a en
forma,
resultó q u e el buque era inofensivo y que un Sr. D . Daniel
Sánchez y S e v i l l a , q u e estaba á bordo, era un pasajero que iba á Chile á asuntos de c o m e r c i o : todo apesar de lo sospechoso de un c a r g a m e n t o de v í v e r e s e n v i a d o desde I n g l a t e r r a á una nación a g r í c o l a de p r i m e r orden. Visto
esto, el
C o m a n d a n t e del Chalaco
Capitán de la Guiding
Star,
llamó
aparte un m o m e n t o al
y m e d i a n t e un sencillo soborno, perfecta-
m e n t e l ó g i c o , y c u y o sistema, dicho sea de paso, e m p l e a d o en nuestras contiendas
c i v i l e s , nos hubiera e v i t a d o m u c h a s cuestiones de carácter 4
5ü internacional, obtuvo que al salir el Capitán de la cámara en que se había celebrado la sesión, dijera e n alta voz que él no t e n í a que ver ni con unos ni con otros: q u e el c a r g a m e n t o era para la Escuadra española; que el Sr. Sánchez era un ü l i c i a l
español al c a r g o de todo, y que e n t r e g a b a
los documentos v e r d a d e r o s . A n a d i ó , además, que detrás v e n í a la f r a g a t a inglesa T/uilabu,
en la m i s m a forma y con i g u a l e s órdenes y c a r g a m e n -
to. Excusado p a r e c e decir que el b u q u e fué apresado i n m e d i a t a m e n t e y que I ) . Daniel Sánchez, piloto g r a d u a d o de Oficial al servicio de la Marina, fué hecho prisionero de g u e r r a . A l desembarcar Sánchez en el m u e l l e de V a l p a r a í s o , fué
insultado
y
apedreado, sin que lo i m p i d i e r a el C o m a n d a n t e de Marina, que lo era el Coronel del r e g i m i e n t o de Caballería, en c u y o cuartel estábamos; y hubiera sin duda p e r e c i d o en manos del populacho, á no darle el brazo el Cónsul peruano, que apreció el hecho como se m e r e c í a . Después de cinco días de estar preso y
m a l t r a t a d o en Valparaíso; á
petición suya, v i n o Sánchez á S a n t i a g o á unirse con nosotros, siendo desde aquel día un h e r m a n o q u e r i d o , y el mejor
c o m p a ñ e r o , honrándo-
nos de v e r l e vestir el uniforme del Cuerpo á que p e r t e n e c e m o s . El 20 de Junio l l e g ó la fragata 1 halaba,
que esperada de antemano,
fué c o g i d a sin dificultad, y conducido t a m b i é n á nuestra prisión el piloto que venía al c a r g o del c a r g a m e n t o . Este sujeto, de más de sesenta años de edad, y de todo punto inútil para semejantes aventuras, era el reverso de la m e d a l l a de Sánchez, y estaba destinado á a u m e n t a r nuestras t r i bulaciones. Después de l a r g a t r a m i t a c i ó n , apesar de estar la presa m u c h o más clara que la de la Guidiivj
Star, la f r a g a t a T/ialaba
fué puesta en libertad,
por la poderosa razón de ser i n g l e s a . Declarado libre el buque, no podía m e n o s de serlo el supuesto pasajero, pues de lo contrario era por parte del Gobierno de Chile confesar de plano la h u m i l l a c i ó n que le había sido impuesta por el Ministro de I n g l a t e r r a ; así, que aunque con a l g ú n t r a b a jo, consiguió libertad y pasaporte el sujeto en cuestión. Para ello m o v i mos t a m b i é n a l g o las pocas influencias de que p u d i m o s disponer en el cuerpo d i p l o m á t i c o , pues se nos ofrecía
un m e d i o i n m e j o r a b l e
l l e g a r al Gobierno el p a r t e oficial; así es, U.ue barriendo
de hacer
verdaderamente
los ú l t i m o s dineros, le p a g a m o s el viaje ha.sta por P a n a m á , para que l l e g a r a más pronto á España. ¿Pero cuál no s.'.ría nuestro asombro cuando rehusó, no sólo l l e v a r el parte oficial, sino que e x i g i ó que las cartas fueran abiertas, añadiendo que si se las p e d í a n no las rehusaría? ¿Qué había pasado? N o lo supimos, ni lo sé t o d a v í a ; pero es necesario que al verse obligados á libertar aquel sujeto, cuidaron de a m e n d r a u t a r l e para que no sirviera de perjuicio; presunción que no puede estar m u y lejos de la realidad, pues sin un m o t i v o de los más poderosos, no era posible que desarrollase tanta e n e r g í a como desarrolló en su n e g a t i v a ,
el que tantas
veces por pusilánime y por prestarse al ridículo, nos había sonrojado como españoles. Enpresunción quedará s e g u r a m e n t e este asunto. Como era natural, á su l l e g a d a á Madrid, no dijo la v e r d a d e r a causa de
nuestro silencio, que se interpretó m a l , c o m o no podía menos de ser, y aun así dimos todo por bien e m p l e a d o , por v e r l o lejos de nosotros (1).
IX Miserias Dejamos nuestra relación en el m o m e n t o que supimos que rehusado el canje, la Escuadra había zarpado de V a l p a r a í s o , y nos quedaban muchos días de la duración
como
interminable
consecuencia, (pie tienen los
de prisión. Á mediados de Junio, y a p r o v e c h a n d o una oportunidad, D. Luis Sada. Cónsul g e n e r a l de Italia, nos e n v i ó á decir que el B r i g a d i e r Méndez N ú ñez le había e n c a r g a d o que nos facilitara recursos. Y a
e x t r a ñ á b a m o s el
abandono de nuestro Jefe; pero el e n c a r g o fué hecho en malas manos, pues él salió el 14 de A b r i l y el recado no l l e g ó sino dos meses después y por un m e r o a c c i d e n t e . N o teníamos nada de la p r i m e r a r e m e s a ; así que le m a n d a m o s á pedir una cantidad, de la q u e sólo nos r e m i t i ó
parte, y
después otra, p r o m o v i é n d o s e un i n c i d e n t e desagradable respecto al g i r o , que m o t i v ó el que no pidiéramos más dinero al v e r el abuso de la ocasión. Para c o l m o de desventuras, sobre la onerosa forma de g i r o , c u y a pérdida p a g a m o s nosotros, pues el Gobierno no podía aceptarlo así, las
oficinas
de Contabilidad, e q u i v o c a n d o sin duda el peso chileno con el b o l i v i a n o , p a g a r o n las letras con un 25 por 100 de rebaja; resultado, q u e
tuvimos
que d e v o l v e r al Sr. Sada 375 pesos y repartir la pérdida entre C o m a n d a n te y Oficiales, pues y a no era posible saber el destino de aquel n u m e r a rio, quedando con cinco pesos por todo recurso, g r a c i a s , m á s que al error de nuestra contabilidad, á la poca caridad con que se nos consideraba desde Madrid. C o m o dijimos antes, en la prisión éramos visitados p o r D . José E l a d i o Ruiz,
sobrino p o l í t i c o del
Presidente de la república,
c u y o Sr.
Ruiz
abandonó á Chile por el D e c r e t o de 28 de M a y o de aquel año, que dio el p l a z o
de un mes para la expulsión de todos los españoles. A l
mar-
c h a r nos dejó á otro español, D. Eduardo Llanos, que se v e í a o b l i g a d o á quedar en el país y
de q u i e n no bastarían todos los elogios
que
puede
atesorar nuestra rica l e n g u a para relatar su m é r i t o , su valor y sus i n e s t i m a b l e s y desinteresados servicios, tanteo á los prisioneros c o m o á todos los españoles. hubo (1)
R e l a c i o n a d o Llanos con lo más escogido de S a n t i a g o , no
español al que no facilitara recursos y
medios de e m p r e n d e r
la
C o m o n u e s t r o o b j e t o es s ó l o r e l a t a r l o s h e c h o s q u e i n f l u y e r o n e n n u e s t r a h i s t o r i a
r e s e r v a m o s el n o m b r e d e l p i l o t o
del
Tlialaba;
c i r c u n s t a n c i a d e s e r v i r e n el C u e r p o g e n e r a l
pero de l a
por
si
casualmente
Armada una
u n Oficial n o p a r i e n t e de ésta, todos del m i s m o a p e l l i d o , n o s p i l o t o n o es p a r i e n t e , n i n a d a t i e u e q u e v e r c o n a q u é l l o s .
se s u p i e r a , la
distinguida
obliga á decir
familia, y que
el
ta
52 marcha; socorrió con a b u n d a n t e m a n o á todos los presos en la policía, socorros que él tenía que buscar, pues entonces aún no tenía la posición q u e disfrutó después; no pasó día sin que v i n i e r a
á visitarnos;
para
lo que era necesario, a l g u n a s v e c e s , tener un corazón m u y bien t e m p l a do. El facilitó y consiguió la l i b e r t a d del piloto de la Tlialaba, m a l se condujo, y fué nuestro a u x i l i o
que
constante y nuestro mejor
tan
amigo
hasta el ú l t i m o m o m e n t o que abandonamos el país, conservando de su amistad recuerdo q u e durará m i e n t r a s v i v a m o s , y por lo que
podemos
decir que i n t e r v i n o en todo cuanto t e n g a m o s que referir de h o y en a d e lante, o m i t i é n d o l o s i m p l e m e n t e
para
no hacer tan monótona la r e l a -
ción. Por este t i e m p o fué r e l e v a d o el P r e s i d e n t e de la república, con c u y o c a m b i o fué dado de baja el C o m a n d a n t e L e t e l l i e r , m o d e l o de m i l i t a r e s y de caballeros, y con él a l g u n o de los Oficiales m á s distinguidos del escuadrón. En aquellos días l l e g ó al cuartel la fuerza que había estado en la costa y con ella el Coronel, que era el m i s m o q u e dejó en Valparaíso que apedreasen á nuestro c o m p a ñ e r o Sánchez: ocurriendo un c a m b i o de c o n ducta tan notable, que no dio l u g a r á transición a l g u n a . Molestados por todos conceptos, para e v i t a r roces, nos v i m o s o b l i g a d o s á c o n v e r t i r la noche en día para pasearnos por el patio á altas horas de la m a d r u g a d a en c o m p l e t a soledad: la m i s m a m a r i n e r í a no salía de sus cuadras, en donde por necesidad tenían que estar acostados, y careciendo de libros y otros recursos para distraerse, v o l v i e r o n á a u m e n t a r las enfermedades de un modo alarmante. A s í r e c i b i m o s con v e r d a d e r o j ú b i l o la orden de nuestro traslado al cuartel de San Isidro, que se verificó el 6 do Julio de 1866. El n u e v o alojamiento era tres casas de p l a n t a baja en comunicación, y de las que los prisioneros ocupábamos dos y la tercera la escolta; t e níamos además dos inmensos corralones en donde pasear y t o m a r el aire y la luz, que sólo á m e d i a s conocíamos hacía y a ocho meses. Separados así de la escolta, y con m e d i o de hacer a l g ú n ejercicio, g a n a m o s consider a b l e m e n t e en el c a m b i o . Y como las i n c o n v e n i e n c i a s del C o r o n e l
que
r e l e v ó á L e t e l l i e r l l e g a r a n á noticias del Gobierno, nombraron u n j e f e especial para el c a r g o de los prisioneros, que lo fué un M a y o r g r a d u a d o de T e n i e n t e Coronel, que estaba de r e e m p l a z o ó retirado, y al q u e e l i g i e r o n exprofeso por ser oriundo de otra república de las sud-americanas, en lo que estuvo poco acertado el Gobierno de Chile, puesto que lo que había q u e escoger era la persona y no la nacionalidad; pues así c o m o el C o m a n dante L e t e l l i e r y sus Oficiales, conocimos m u c h o s Jefes y Oficiales del Ejército, todos chilenos y todos d i g n í s i m o s con nosotros, q u e hubieran desempeñado el c a r g o m u c h o m e j o r que a q u e l m a l h a d a d o sujeto, n e cesitado de dar muestras de chilenismo,
por el m e r o hecho de no serlo.
Nuestro p r i m e r cuidado fué ocuparnos de la m a r i n e r í a .
Bajo la d i r e c -
ción del Médico L ó p e z Bernal, se hicieron pelotas y se o b l i g ó á j u g a r á muchos á quienes el
a b a t i m i e n t o iba v e n ciendo y que casi no
podían
m o v e r s e . Y el segundo m e d i o y más t r a s c e n d e n t a l , acordado entre todos,
fué el de establecer una escuela; así se hizo con febril a c t i v i d a d ; se c o m pró lona y se construyó un toldo para un patio, con lo que t u v i m o s local que nos faltaba: se c o m p r a r o n mesas, bancos, papel, libros, bajo un plan d e t e r m i n a d o y l l e v a d o á cabo por Llanos con fabulosa economía, y
em-
p e z a r o n las clases, que duraban desde las siete de la m a ñ a n a al a n o c h e cer, alternando horas de paseo o b l i g a t o r i o . Por la noche, de ocho á diez, desde una silla colocada e n c i m a de una mesa, los Oficiales y Guardias Marinas leíamos en alta v o z novelas l i g e r a s y morales, entre muestras de a g r a d o de la m a r i n e r í a , q u e pedía se v o l v i e r a á leer lo que más les g u s taba, en particular los sencillos cuentos de Trucha, que se l e y e r o n cien veces. El p r i m e r resultado de este plan fué la salud, que v o l v i ó como por encanto; y a no v i m o s los tristes
rostros de los atacados de n o s t a l g i a ; los
días v o l v i e r o n á tener para nosotros v e i n t i c u a t r o horas y c a n t a m o s v i c toria sobre las enfermedades con q u e en v a n o luchaban antes nuestros pobres marineros. El segundo resultado fué, que al salir de la prisión, salvo cuatro v i e j o s marineros imposibles de reducir, sabían todos leer y escribir: a p r e n dieron las cuatro reglas, 51: decimales, quebrados y sistema m é t r i c o , 28: proporciones y r e g l a de tres, 11, y g e o m e t r í a
práctica, 4. N o
habíamos
perdido el t i e m p o . A d e m á s , se dio á la maestranza clase de g e o m e t r í a , asistiendo casi t o dos á las de la m a r i n e r í a , y por fin, los Oficiales, puestos en m u t u o a u x i lio nuestros conocimientos, t r a t a m o s de perfeccionarnos en idioma, c á l culos, e t c . Por este t i e m p o , la f a c u l t a d l e M e d i c i n a de S a n t i a g o ofreció á nuestro Médico L ó p e z Bernal q u e g e s t i o n a r í a su libertad, la que t e n í a de hecho concedida por las consideraciones de su carrera. Contestó L ó p e z Bernal c o m o debía tan d e l i c a d a atención: pero rehusó, añadiendo q u e sus s e r v i cios podían sernos útiles, .y por consiguiente, q u e no sólo no se m o v e r í a de nuestro lado, sino que correría nuestra suerte, c u a l q u i e r a que fuera. ¿So hubiera entendido
que la l i b e r t a d era el r e g r e s o á España? N o lo
creemos, y se trató entre nosotros, pues nos u r g í a que a l g u i e n dijera la v e r d a d de lo ocurrido y de nuestra triste situación; pero siempre supusimos que se referiría á salir de la estrecha prisión en que v i v í a m o s . D e c u a l q u i e r modo, a l g o más q u e el Médico hubiéranos faltado
á faltar
el
hombre; el que aunque de nuestra edad, fué siempre el poder moderador, y en unión de E e r y , las dos cabezas que l l e v a r o n
adelante la linca de
conducta que no abandonamos j a m á s . E x c u s a m o s
c o m e n t a r los hechos
que tan alto hablan por su propio m é r i t o . Otro a u x i l i o había t a m b i é n venido á nosotros, y fué la Sra. D.
a
Merce-
des Martínez, v i u d a de Yvalker, que, c o m o presidenta de una sociedad de beneficencia, nos estableció una capilla en donde oímos los primeros oradores sagrados de Chile, no c i e r t a m e n t e como muestra de consideración, sino c o m o señal de lo que de nosotros se ocupaba cierto e l e m e n t o de la c a p i t a l . A l l í oímos al presbítero ü . Joaquín L a r r a i n , e m i n e n t e m o r a l i s t a ,
л4 al Sr. Donoso, Monseñor E i z a g u i r r e , y al j e s u í t a español Padre Ü a p d c v i la, todos verdaderas e m i n e n c i a s . l ' e s p u é s q u e nos dejaron solos, se rezaba al anochecer, t e r m i n a n d o con una S a l v e cantada en coro por la d e s g r a c i a d a tripulación de la
Co r adon-
IJO'.. Nada más solemne que v e r aquel centenar de v e t e r a n o s presos sin ser criminales, y á cuatro m i l l e g u a s de la patria, pedir á la Madre de Dios que acortara la hora de abrazar á sus ancianos padres, á sus esposas ó hi jos, que quizás estuvieran p e r e c i e n d o por faltarles ellos. A q u e l l o s rostros tostados, quemados por el sol de los trópicos y
por los hielos del cabo,
marcados muchos por la m e t r a l l a , inclinados en santa r e s i g n a c i ó n , al m i s m o t i e m p o que sus voces repetían el cántico aprendido en la aldea en los apacibles días do la infancia, expresaban su confianza en Dios, que no abandonaría á sus seres queridos, cuando ellos c u m p l í a n tan á conciencia su deuda sagrada para con la patria. Todo era demasiado real para que no fuera profundamente c o n m o v e d o r , y el r e c o g i m i e n t o con que á la des filada se salía do la capilla m a r c a b a á las claras q u e dentro de cada p e c h o había un corazón que latía más deprisa que de ordinario. Era preciso ir desde la capilla á leer los cuentos
de color
de r osa y r e
cordar que al día s i g u i e n t e se iban á hacer los p r i m e r o s palotes ó á c o m e n z a r la tabla de m u l t i p l i c a r para que nuestros pobres marineros c o g i e ran un sueño reparador. L á s t i m a fué (pie el A r z o b i s p o de S a n t i a g o se n e g ó largo t i e m p o á dar el permiso para ponernos la capilla, diciendo q u e era i n d i g n o que se nos tuviera encerrados cuando los prisioneros chilenos tenían á España por cárcel; hasta que c o n v e n c i d o que la resolución de su Gobierno era i r r e v o cable, accedió á la pretensión de la Sra. de M a r t í n e z . Y excusado parece repetir que seguíamos en la m á s absoluta i n c o m u n i c a c i ó n , y que las car tas se e x p e d í a n según el m i s m o i n d i g n o sistema que dijimos al p r i n c i p i o . L o s Padres de la C o m p a ñ í a de Jesús, t o d o s . españoles, nos fueron
de
m u c h o auxilio, no p o r q u e los dejaran c o m u n i c a r g r a n cosa con nosotros, pues siempre los trataron con señalada dureza, hasta el punto de l l e v a r s e una v e z v i o l e n t a m e n t e uno que estaba de visita; pero en c a m b i o nos m a n daron libros por centenares, devotos y profanos, do ciencias y
puramen
t e recreativos, tanto suyos c o m o de personas de su amistad, lo que era para nosotros el mejor recurso en la situación en que estábamos. Y r e p e tidas veces nos ofrecieron dinero, que no a c e p t a m o s . En este t i e m p o , por quejas en el rancho do la g e n t e , se p e r m i t i ó al p r i mer Contramaestre el ir á la
compra, con lo que mejoró aquél
notable
mente. T i e m p o hacía que no se fumaba, ni se p e r m i t í a n lujos de menor dad, cuando el 22 de S e p t i e m b r e de 1866 supimos por la casa
enti
española
de 1). Salvador Vidal y compañía, de Valparaíso, que el C o n t r a a l m i r a n t e Méndez N ú ñ e z apenas l l e g ó á R í o Janeiro, ordenó que se nos dieran
mil
pesos mensuales, de lo que se e n c a r g ó la referida casa, que no queriendo n e g o c i a r con ello, c o m o el Sr. Sada, nos e n t r e g ó 1,0ü5 pesos de Chile, pol los 1.000 pesos españoles correspondientes. Por el m i s m o conducto r e c i b i
mos á m a n o una carta del Sr. üibils, de Montevideo, con un oficio del Com a n d a n t e de la E s t a c i ó n N a v a l del R í o de la Plata, en que nos a n u n c i a ba el g i r o : la c o m u n i c a c i ó n era duplicada, pues la p r i m e r a fué
intercep-
tada por el Gobierno chileno, sin objeto a l g u n o , como no fuera el de causarnos molestias. Creímos poder v i v i r otra v e z sin miseria, cuando supimos que el bierno había desaprobado la conducta del General, y
Go-
que éste no había
dado contraorden, diciendo q u e si el Gobierno no nos lo p a g a b a , que él lo jiagaría; así, que rehusamos las otras mensualidades. E n efecto, el G o bierno español había desaprobado la conducta del General; pero éste se n e g ó á dar c u m p l i m i e n t o
á la R e a l orden, y al contestar con fecha 7 de
N o v i e m b r e decía: «Sería posible que por no poderse llenar t r i v i a l e s «malidades,
se dejara
carecer
«prisioneros de la Covadonya;»
de lo indispensable
for-
á los desgraciados
y s e g u í a más abajo: «pues en mi
con-
« c e p t o , por h u m a n i d a d , por deber y por d i g n i d a d del país, no puede d e j a r s e abandonados á su suerte á nuestros compañeros, h o y prisioneros.» N o lo decimos nosotros, lo dijo el ilustre A l m i r a n t e , abandonados
No
sin rubor pudo leerse en Madrid la comunicación í n t e g r a : y aunque hubo quien tuvo valor de discutirla, c o m o en las corporaciones m i l i t a r e s cuando hablan los hombres de g u e r r a
calla el resto, hubo de
atendérsenos
asignándonos un socorro p e r m a n e n t e , en la forma e x t r a ñ a q u e
veremos
más adelante. Se puede decir que estábamos esperando t r a n q u i l a m e n t e
la hora
canje, m u y contentos con el Jefe del cuartel, cuando en mala hora nos ocurrió hacer un obsequio á Llanos. A p r o v e c h a n d o que había nos marineros habilidosos, y entre los Oficiales,
y
admirablemente
acabada, y capaz de servir de modelo en c u a l q u i e r A c a d e m i a nal, la que fué encerrada en una urna magnífica, g r a c i a s á los m i l pesos. Pero no sabemos c ó m o el Jefe del cuartel se
se
algu-
Gurrea Cincúnegui
Bernal, se procedió á hacer un casco de una f r a g a t i t a ,
del
figuró
profesioúltimos q u e era
para él, y al ver el error, se propuso hacérnoslo p a g a r caro, c o m o lo consiguió. E m p e z ó sin transición á hacernos
las m a y o r e s groserías; cortó r e l a c i o -
nes con nosotros; dejó desde aquel día que la m a r i n e r í a saliera en p e l o t o nes para producir un conflicto, y consiguió que uno, l l a m a d o Joaquín I g l e sias, que era p r e c i s a m e n t e nuestro m a y o r d o m o , y por c u y a razón lo c o n o cía, h i c i e r a una solicitud al Ministro de la Guerra para que los
dejaran
salir. A l a m a n e c e r e n t r e g ó el papel infame, y c o m o fuera á buscar a p o y o entre la g e n t e , despertamos sobresaltados con toda la m a r i n e r í a en nuestras habitaciones, protestando de que ellos no habían autorizado á I g l e sias para nada, costando arrancar de sus manos al c r i m i n a l que, lleno de terror y ensangrentado, había v e n i d o á refugiarse detrás de nosotros. Pero como
no h a y
m a l que no produzca
a l g ú n bien, g r a c i a s á lo
ocurrido, conseguimos, l l a m a n d o á todos al deber, q u e ni un solo m a r i nero v o l v i e r a á salir más del cuartel, lo que no habíamos podido alcanzar antes.
Visto que el p r i m e r m e d i o no había dado resultado, apeló á otro no m e nos ingenioso. A l levantarnos, una mañana, h a l l a m o s el cuartel m a t e r i a l m e n t e sembrado de centinelas, p e r f e c t a m e n t e instruidos en la c o m e d i a que debían representar, pues al p r i m e r paso en nuestras propias h a b i t a ciones le detenían á uno hasta que v e n i a el cabo de la g u a r d i a que, t a m bién aleccionado, tardaba lo más q u e podía; y apenas franco el paso, lo detenía á uno de n u e v o el centinela de la otra puerta, que distaba cinco ó seis pasos do la anterior y q u e había oído todo el i n c i d e n t e ; pues, como y a hemos dicho, el cuartel de San Isidro era sólo tres casas pequeñas, cuy a s habitaciones y patios lo eran tanto, que los centinelas se tocaban al pasearse. R e s o l v i m o s no salir de nuestras habitaciones, c o m o en absoluto lo realizamos hasta el fin, p e r m a n e c i e n d o en aquel horrible encierro siete meses: y estos sucesos ocurrían, cuando en Chile se sabía c ó m o eran t r a tados los prisioneros del
Maule.
L a marinería, al v e r nuestro p r o c e d i m i e n t o , lo i m i t ó , encerrándose en su alojamiento, de donde les o b l i g a m o s á salir á los patios, por t e m o r de que reaparecieran las a n t i g u a s enfermedades. U n a puerta sólo necesitábamos, i m p r e s c i n d i b l e , y era la que conducía al alojamiento de la m a r i nería; y al efecto, nos pusimos de turno los m á s j ó v e n e s para pasar por ella, y á las cincuenta v e c e s seguidas de l l a m a r al cabo, los aburrimos y nos dejaron franco el único paso de que no podíamos prescindir. Pero todavía faltaba a l g o : aquel despreciable sujeto, no podía consentir que nosotros quedáramos siempre tan alto; era preciso, y consiguió h e rirnos en el corazón. Debió i n v e n t a r a l g u n a miserable c a l u m n i a al Ministro de la Guerra, c u y o resultado fué q u e el 16 de Octubre, después de un atropello
indigno,
preparado
por
la c o m e d i a
de los centinelas, E e r y
fué separado de nosotros y l l e v a d o al a n t i g u o cuartel de Cazadores á caballo
en donde el m i s m o Coronel de quien teníamos recuerdos poco g r a -
tos, v o l v i e n d o en su acuerdo, se condujo con E e r y como debía. En O c t u bre t e r m i n a b a p r e c i s a m e n t e la e x p o s i c i ó n de París, en donde estaban el Jefe y un Oficial de los prisioneros chilenos con permiso del Gobierno español, que no hacía sino lo que debía, y por lo q u e nos
felicitamos
como
españoles. A g r u p a d o s alrededor de nuestro segundo C o m a n d a n t e Gurrea, fuimos siempre una roca i m p e n e t r a b l e para los incesantes manejos del Jefe del cuartel, que no cesó de molestarnos de todas maneras. Encerrados en nuestros cuartos, sin recursos, cuando sólo r e c i b í a m o s la comida del Gobierno chileno, y careciendo hasta de agua, q u e
teníamos
que comprar, no sabiendo el paradero ni la suerte de E e r y , pues aquellos días ni á Llanos dejaron entrar, r e c i b i m o s por consuelo á tal situación la incalificable R e a l orden s i g u i e n t e : «Dirección
de Contabilidad.—Impuesta
la R e i n a (q. D . g . ) de dos g i -
ros que sin la debida autorización ha verificado V . en unión del e n c a r g a do de la cuenta y razón de la g o l e t a que fué de su m a n d o Coradonija.
uno
por valor de 1.500 pesos chilenos contra la caja de la Escuadra del Pacífi-
co, y otro de 500 contra el Director del Tesoro público, se ha servido disponer que en lo sucesivo no v u e l v a V . á disponer giros por n i n g ú n concepto, debiendo m a n t e n e r s e en su actual estado de prisionero, y los d e más individuos que están en el m i s m o caso, con los recursos que, si bien de poca consideración, le serán facilitados por el
Gobierno de esa r e p ú -
blica, c o m o s i e m p r e sucedo en todas las naciones con todos los que se v e n en i g u a l situación, Ínterin S. M. se d i g n e resolver lo que estime oportuno sobre la disposición adoptada por el C o m a n d a n t e g e n e r a l de la Escuadra para que m c n s u a l m e n t e le sea e n t r e g a d a la cantidad de 2,000 escudos. Do R e a l orden lo d i g o á V . para su n o t i c i a y
cumplimiento.—Dios
g u a r d e á V . muchos años.—Madrid 24 de A g o s t o de 18(10.—Teniente de n a v i o D. L u i s F e r y . » A n t e s de estos sucesos, se nos había anunciado que visto el c o m p o r t a m i e n t o seguido en España con los prisioneros, se nos iba á dejar en l i b e r tad bajo palabra; y e f e c t i v a m e n t e , el 0 de S e p t i e m b r e vino á vernos el Com a n d a n t e g e n e r a l de armas (Capitán g e n e r a l de p r o v i n c i a ) Sr. Jofre, y nos ofreció, á n o m b r e de su Gobierno, la salida bajo palabra, de dos en dos, á ciertas horas del día, además de un n ú m e r o d e t e r m i n a d o de m a r i nería que señalara el C o m a n d a n t e para que t u v i e r a n la s e g u r i d a d que no producirían conflicto a l g u n o . A g r e g ó aquel señor que era resultado
de
que su Gobierno sabía que queríamos salir. L a proposición, hecha con manifiesta intención de que la rehusáramos, t u v o el resultado que deseaban, pues ó la palabra estaba de más ó eran inútiles los rehenes que q u e daban presos, saliendo
los Oficiales de dos en dos. l e r y contestó dura-
m e n t e que nada habíamos pedido ni dicho, y
T
que semejante
conducta
s e g u i r í a m o s en adelante, y que rehusábamos la oferta hecha en condiciones poco decorosas para nosotros. El Sr. Jofre se retiró
aparentando
irse incomodado; s i g u i e n d o para nosotros el m i s m o sistema de i n c o m u n i cación y el tantas v e c e s referido de la correspondencia. Como era natural, todos, sin e x c e p c i ó n , m i r á b a m o s m a l á nuestro p r i m e r maquinista Harris, que v i v í a solo y m o r a l m e n t e separado de nosotros; y fuera t e m o r de l l e g a r á España, ó ganas de acabar con su difícil situación, se v a l i ó del consabido C o m a n d a n t e del cuartel, que el 17 de D i c i e m b r e lo dejó escapar, saliendo á las cuatro de la tarde á la vista de todos nosotros, que lo v i m o s salir desde nuestras ventanas, a c o m p a ñ a d o por un Oficial. Con dinero que le facilitó una de las l o g i a s á que p e r t e n e cía, l l e g ó á España, en donde, se le abonaron todos los haberes y se le concedieron todas las consideraciones que más tarde se nos n e g a r o n á nosotros. Es v e r d a d que, c o m o el consabido p i l o t o del Tlialaba
dijo, está-
bamos tan bien que no había más que pedir. L a s e x a g e r a c i o n e s del consabido j e f e del cuartel l l e g a r o n por fin á n o t i c i a del Gobierno de Chile, que lo r e l e v ó el 1." de Enero de 1807, desde c u y a fecha, si bien F e r y no v o l v i ó á nuestro alojamiento, sin duda para sostener la medida, lo dejaron pasar con nosotros j u e v e s y
domingos
.58 viniendo en c o c h e y a c o m p a ñ a d o de un Oficial, sin quebrantar un m o m e n t o la consabida i n c o m u n i c a c i ó n . Por fin, el 15 de Marzo, y como resultado de la n e g a t i v a del
Contra
a l m i r a n t e Méndez Muñoz de c u m p l i r la orden que nos dejaba sin r e c u r sos, no pu di enrío el Gobierno
dejar de resolver la d i s y u n t i v a
que
con
tanta i n d i g n a c i ó n presentaba aquél, no atreviéndose á n e g a r l o , l i m i t a ron la cuota, pues no sabían que con tanta d i g n i d a d c o m o nuestro q u e rido A l m i r a n t e , no t o m á b a m o s nada, c r e y e n d o que era de su peculio, y así recibimos otra Real orden asignándonos una mensualidad de 550 p e sos por m e d i o de la casa H u t h G r u n n i n g . L a tal mensualidad v e n í a r e partida de un modo tan cuidadoso c o m o e x t r a ñ o , y por lo q u e no se la dio c u m p l i m i e n t o , sino que se s i g u i e r o n cubriendo las necesidades de todos y l l e v a n d o una cuenta c o r r i e n t e á cada uno, á p a g a r el día que se nos l i quidaran los haberes. El socorro l l e g ó á los 10 meses de caer prisioneros, y de poco ó nada nos sirvió, pues carecíamos de todo y sólo l l e g a m o s á recibir dos mensualidades antes de ser puestos en l i b e r t a d . El 11 de A b r i l v i n o por ñu el Jefe del cuartel á decirnos que
podía-
mos salir sin condiciones, incluso v i v i r fuera si q u e r í a m o s : la g e n e r o s i dad no era mucha, pues y a los periódicos habían anunciarlo el canje h e cho con i n t e r v e n c i ó n del Gobierno francés. A c e p t a m o s , pero no h i c i m o s apenas uso de ello, pues ni ropa t e n í a m o s que ponernos. N o g a n a m o s más sino el que F e r y v o l v i ó con nosotros. Como si la fatalidad nos persiguiera, el correo que traía la noticia
ofi-
cial del canje de prisioneros sufrió un incendio en las A n t i l l a s menores, por lo que perdió el e n t r o n q u e de P a n a m á , y se retrasó 15 días, p r i m e r a vez que sucedía en cinco años q u e l l e v á b a m o s en el Pacífico. Por fin, l l a m ó el Ministro de la Guerra á F e r y y
le anunció el
canje,
a g r e g a n d o que hacía un mes que lo tenía en su poder. N o lo creemos; pero fuera con objeto de molestar ó de parecerlo, la acción no puede ser más pequeña, y puede servir de t i p o . Nuestro e n v i ó á España, debía hacerlo el Gobierno de Chile á cuenta del español, c o m o en España se había hecho con sus prisioneros; mas el picaro n e g o c i o
ya
había i n t e r v e n i d o , y se nos quería e n v i a r en un buque a m e r i c a n o , a r r u m bado por v i e j o , y que se armaba para a p r o v e c h a r el Hete; con este
moti-
vo t u v o F e r y un serio altercado, a m e n a z a n d o con no embarcarse y
ha-
cerlo por su cuenta, con la p r o t e c c i ó n del Ministro de F r a n c i a , que se p e diría, pues su nación había i n t e r v e n i d o en el canje. O b l i g a d o por las circunstancias, accedió á que F e r y
a r r e g l a s e todo,
quedando sólo al Gobierno de Chile el p a g o i n m e d i a t o , que l u e g o
debía
reembolsar de nuestro G o b i e r n o . Dos horas después, salíamos J á c o m e y y o en el tren para con el equipaje que entre todos nos pudieron reunir, para
Valparaíso,
que
mos ir d e c e n t e m e n t e : llevándonos a m p l i o s poderes de nuestro
pudiéraComan-
dante y el corazón de todos. Enojoso sería relatar la v e r t i g i n o s a a c t i v i d a d que pusimos en p r e p a r a r el viaje y la lucha que t u v i m o s que sostener con agiotistas de todo
gé-
59 ñ e r o . E l e g i m o s la barca francesa Casimir
la Quellee,
que podía' hacerse
á la v e l a en seguida, y que aunque de solo unas 600 toneladas, estaba en el mejor estado. Se hizo con la casa consiguataria una contrata escrupulosa, m a r c a n d o m i n u c i o s a m e n t e la cantidad de v í v e r e s y a g u a (pie había ipio dar á los marineros, y c u y o s v í v e r e s r e c o n o c i m o s y pesamos saco por saco. En la a g u a d a t u v i m o s , sin e m b a r g o , un c o n t r a t i e m p o , que efecto t a m bién de n e g o c i o s sucios, nos hizo perder dos días; ello m e r e c i ó una e n é r g i c a protesta de
J á c o m e contra los envases, que t u v i m o s que aceptar,
pues una comisión oficial dijo que eran buenos; mas por fortuna nuestra, se vaciaron al llenarse, teniendo (pie sustituirlos con a l g i b e s de hierro, que era lo que pedíamos. El cambio reducía en g r a n m a n e r a el espacio disponible; pero queríamos salir, y así, acordamos pasar por todo. L a casa consiguataria p a g ó á cuenta del flete, mantas de lana y fajas para la g e n t e , pues Íbamos á pasar el cabo en el r i g o r del i n v i e r n o , y el 27 de M a y o nos hallamos por fin á ílote en la Le Que/lee,
que con i as g a -
vias cazadas, esperaba la l l e g a d a del tren que traía á nuestros c o m p a ñ e ros. El e m b a r c o se hizo con delicadeza p e r m i t i é n d o n o s hacerlo por nuestra cuenta, y el que J á c o m e y y o p r e p a r a m o s en la m i s m a
estación del
ferrocarril sin tener que cruzar la p o b l a c i ó n . Sensible es una v e z más, que las mal dadas instrucciones de nuestro Gobierno nos o b l i g a b a n á ir al H a v r e , donde creímos hallar á los p r i s i o neros chilenos, cuando éstos estaban y a en c a m i n o de su país, y cuando la casa consiguataria de la Le Quellee
se prestaba á que nos dejaran en
Cádiz, para donde era casi todo su c a r g a m e n t o , lo que no fué posible, apesar de los esfuerzos que h i c i m o s para conseguirlo.
X l í egreso á España A l fin, en la m a ñ a n a del 27 de
M a y o de 1867 salimos de V a l p a r a í s o
para el H a v r e de Gracia. El viaje fué tan molesto c o m o podíamos e s p e rarlo y d i g n o de Casimir
figurar
le Quellee
entre nuestras desventuras.
se había
propuesto
hacer
El Capitán de la
el viaje á costa nuestra,
e m p e z a n d o con salir á la mar casi sin tripulación; eso produjo escenas y escándalos sin cuento, como, por e j e m p l o , que los m a r i n e r o s franceses le p e g a r o n una s o l e m n e paliza al piloto y varias v e c e s salieron á lucir los r e v ó l v e r s , dándonos repetidos y continuos espectáculos desagradables. Por fortuna, habíamos previsto todo lo referente á la m a n u t e n c i ó n de la g e n t e ,
marcando
m i n u c i o s a m e n t e la c a n t i d a d de cada electo de ra-
ción, incluso el agua, pues d é l o contrario, los h a b r í a n reducido al t r e m e n do r é g i m e n que
nos cupo á nosotros, soportable sólo porque v e n í a m o s
camino de España. Pero lo más insufrible fué que aquel d i a b ó l i c o C a p í -
60 t a n salió á la m a r sin luces ni m e d i o de i m p r o v i s a r l a s m á s que por b r e ves m o m e n t o s ; así que montando el Cabo de Hornos en el r i g o r del i n v i e r n o y por las más altas latitudes, nos v e í a m o s obligados á v i v i r á oscuras las v e i n t e horas q u e duraban aquellas noches sin fin. Para
que nada faltase, se declararon á bordo las viruelas, de las que
t u v i m o s q u i n c e atacados, m u r i e n d o de ellas, 23 dias antes de l l e g a r á Europa,
nuestro m a y o r d o m o I g l e s i a s , del que hemos hablado en otro
l u g a r y al que apesar de todo lo pasado conservábamos á nuestro lado: influyó para ello el que tenía I g l e s i a s una educación c o m p l e t a y n o t a b l e ilustración y sabíamos que era hijo natural de una persona de alta posición do M á l a g a , habiéndose e n g a n c h a d o como v o l u n t a r i o por disgustos de familia y con un n o m b r e falso: todo ello nos hacía t r a t a r l e con e s t i m a ción particular, tal que apesar de su p e l i g r o s a enfermedad, lo v e l a m o s los mismos Oficiales, i m p i d i e n d o por dos veces que realizara su deseo de atentar contra su v i d a . Sus penas recibieron al fin santa sepultura
en
m e d i o del A t l á n t i c o . Por fin l l e g a m o s al H a v r e el 7 de S e p t i e m b r e de 1867, e x i m i é n d o n o s de la cuarentena por hacer 23 días del ú l t i m o atacado. E n t r a d a en el d o c k la barca que nos conducía, el Capitán, con el q u e s e g u í a m o s en la más c o m p l e t a desavenencia, nos dijo que estaba a p a g a do el fogón y que podíamos m a r c h a r n o s desde l u e g o . Por el p r á c t i c o supimos que la g o l e t a Caridad, taba en el puerto y que nos esperaba, y
de nuestra A r m a d a , es-
como v i m o s á dos m a q u i n i s t a s
españoles saludarnos alborozados desde uno de los muralloncs,
diciendo
que iban á avisar á su C o m a n d a n t e , esperábamos con ansia á aquél,
que
era el p r i m e r c o m p a ñ e r o q u e íbamos á abrazar. En vano lo esperamos: al cabo de cerca de dos horas v i m o s entrar polla p l a n c h a , vestidos de paisano, á un A l f é r e z de n a v i o y un Guardia M a r i na de la Caridad,
y por ellos supo E e r y que el C o m a n d a n t e sabía la l l e g a -
da nuestra y estaba
de paseo. E f e c t i v a m e n t e , en una plaza lo encontró
F e r y pascando, siendo inútiles cuantos esfuerzos hizo para q u e nos r e c i biera á bordo; á lo que se negaba,
porque
nadie
nos
entregaba;
inútil
fué h a c e r l e v e r que la g o l e t a iba por nosotros, que n a d i e sino F e r y era el Jefe nuestro, y que si fuéramos escapados, tenía que recibirnos. N u n c a o l v i d a r e m o s los que allí estuvimos, con cuánta a m a r g u r a nos dijo F e r y , que aquella era la sentencia de sus compañeros. El Capitán de la Le Quellee
nos había e n t r e t a n t o puesto en el m u e -
lle, en donde estuvimos dando el espectáculo desde las diez de la m a ñ a na al
anochecer. Sólo nos quedaban
que nada p u d i m o s dar de
siete duros para 115 hombres, así
c o m e r á nuestros marineros después del café
q u e t o m a r o n por la mañana, pues esc dinero se g a s t ó en poner t e l é g r a m a s al Embajador en París, que para c o l m o de desgracias, estaba en el c a m p o . Por fin, el Capitán del puerto, sin duda c o m p a d e c i d o de nuestra situación, se e r i g i ó en Jefe nuestro é hizo la descada e n t r e g a por m e dio del Cónsul al Comandante de la
Caridad,.
Con el más profundo s e n t i m i e n t o recordamos aquel día, a v i v a n d o
el
61 dolor cada v e z q u e v u e l v e á nuestra m e m o r i a . D u r a n t e una ruda, larga y a c c i d e n t a d a campaña, que no sabíamos cuándo t e r m i n a r í a y
durante
los i n t e r m i n a b l e s días de la prisión, soñábamos con la a l e g r í a de vernos otra ve/, entre los nuestros. Durante los ocios de un viaje
de pasajero,
y a v i v a d a la esperanza por la p r o x i m i d a d , m e z c l á b a m o s el deseo de abrazar á nuestros deudos, con la ansiedad y la duda del r e c i b i m i e n t o y
del
proceso de que íbamos á ser objeto: y de esto F c r y a u g u r a b a m a l ; los j ó venes soñábamos, el Médico callaba. Pero el espectáculo, el abandono, la v e r g ü e n z a en los muelles de un puerto de Francia, r e c a r g a b a á tal p u n to de sombríos colores la p r i m e r a etapa de nuestro regreso, que hubieran hecho pálidos los más tristes presentimientos; y c o m o este horrible e p i sodio no basta relatarlo, se necesita probarlo, pues aunque parezca i n creíble, el C o m a n d a n t e v e s t í a nuestro uniforme, al final v a í n t e g r a la copia del d o c u m e n t o (núin. 5) q u e abrió á la desgraciada dotación de la Covadonga
el portalón de la g o l e t a , á que. tan m a l cuadraba en a q u e l l a
ocasión el nombre de
Cavidad,.
Cra y a de noche, cuando d i v i d i d a la g e n t e en dos g r u p o s y
conducido
uno por C i n c ú n e g u i y otro por mi, fueron admitidos á bordo del buqxie que el Gobierno había e n v i a d o para recibirnos, y allí la m a r i n e r í a t o m ó un rancho i m p r o v i s a d o , después de doce horas de no haber probado alim e n t o . L o s Oficiales fuimos recibidos afectuosamente por los de la g o leta. Bien á nuestro pesar, nos hemos detenido en estos hechos tan sólo por ser p e r f e c t a m e n t e determinados y no tan de apreciación como otros m u chos que a m a r g a r o n nuestra l l e g a d a á España. Después de un viaje penoso en la Caridad,
hecho tal por
exigencias
del s e r v i c i o que sin la menor delicadeza se nos e x i g i ó prestáramos a b o r do, y cosa nunca vista, m a l vestidos de paisano, lo que servirá de demostración' que no r e c a r g a m o s nada; y después de tres días de cuarentena en la Coruña por las consabidas viruelas, apesar de traer p a t e n t e l i m p i a , fuimos recibidos en F e r r o l desde el Capitán g e n e r a l del
Departamento
hasta el ú l t i m o Oficial de un m o d o v e r d a d e r a m e n t e cariñoso, a c o g i d a q u e nunca a g r a d e c e r e m o s bastante, y más, lastimados como
veníamos
del H a v r e . L a f r a g a t a Villa
de Madrid
nos condujo á Cádiz, en donde r e c i b i m o s
del m o d o más rudo la orden de pasar presos á la Carraca. P u d i m o s e v i t a r l a q u e d a n d o en San F e r n a n d o en calidad de arrestados, y
conseguir,
á fuerza de súplicas, que dos de los C u r i a l e s que tenían familia en Cádiz residieran con ellas, con la condición de presentarse d i a r i a m e n t e al F i s cal. ¡Quizás pudiera temerse que nos v o l v i é r a m o s á Chile! L a r e c e p c i ó n que nos hizo Cádiz fué el reverso de la m e d a l l a de F e r r o l , a g r a v á n d o s e por dos circunstancias especiales: la primera era. que nosotros no apreciábamos injustas las recompensas concedidas á los del Pacífico,
m o t e con q u e se parodiaba el de héroes
del Pacífico,
Herod.es como
en a q u e l l a fecha calificaba la nación á la escuadra de Méndez Núñez; y la segunda era, que l l e v a n d o cerca de dos años sin recibir p a g a alguna,
nuestros créditos alcanzaban á cantidad considerable, que a g r a v a b a
la
situación de p a g a s atrasadas de algunos meses en el D e p a r t a m e n t o . El m a y o r cuidado demostrado por los que no podían esquivar nuestra c o m pañía, no era saber los detalles del c o m b a t e , sino si en S a n t i a g o v e s t í a mos de paisano; así que se nos hacían insoportables los días en que tardaba en verse la causa. Esta pasó de, m a n o de varios Fiscales, que no hicieron nada en ella, hasta que el honrado y d i g n o B r i g a d i e r de la A r m a da D. Francisco R a m o s I z q u i e r d o , M a y o r g e n e r a l del D e p a r t a m e n t o , la arrancó m a t e r i a l m e n t e de las manos de aquéllos, y
apesar de? sus m u -
chas ocupaciones, se hizo c a r g o de ella. El n u e v o Fiscal nos l l a m ó á su despacho y nos d i r i g i ó b r e v e s palabras, que fueron m o d e l o de, lo que, es la honradez, el honor y el deber en ciertos casos; nos dijo que nosotros l l e v á b a m o s de seis á siete años sin v e r á nuestras familias, que la m a r i n e r í a l l e v a b a más de seis años de servicio, cuando sólo debió p e r m a n e c e r cuat r o en las filas, y que él no podía consentir, c u m p l i e n d o los deberes que le i m p o n í a n e l uniforme y su conciencia, que la causa estuviera sin e m pezar; que c o m o M a y o r había d e l e g a d o para que un .Tefe, sin m á s ocupación, pudiera tea-minar m á s b r e v e m e n t e , pero visto que no daba resultado, que él c u m p l i r í a su deber, cualquiera que fuese, pero que pronto le v e r í a m o s el fin. Y
así lo c u m p l i ó , pues desde aquel día no pasó uno sin
que á las siete de la mañana hubiera uno de nosotros declarando, hasta las doce de la noche que se dejaba la faena para el día s i g u i e n t e . Por g r a ve que pudiera haber sido el fallo que hubiéramos m e r e c i d o , s i e m p r e habríamos considerado al d i g n o M a y o r g e n e r a l de Cádiz c o m o el tipo
del
compañero y el m o d e l o del caballero q u e c u m p l e los deberes que i m p o n e el vestir un uniforme. Mientras tanto, la m a r i n e r í a seguía presa en la Carraca: aquellos v e teranos tan dignos de respeto, carecían de todo y v e n d í a n p a r t e de su ración para comprar tabaco y j a b ó n . E n v a n o el Comandante g e n e r a l del Arsenal, en e n é r g i c o escrito, r e c l a m ó para ellos la atención superior: en vano lo hicimos nosotros; no se hizo por ellos la m e n o r e x c e p c i ó n , y
con
la m i s m a desnudez regresaron á sus casas. T e r m i n a d o el sumario, y e l i m i n a d o y o de la causa por no haber podido v o t a r en el Consejo que acordó la rendición, se m e p e r m i t i ó el ir á mi casa con licencia, cuando aún seguía en la Carraca presa toda la m a r i nería, que por responsable q u e fuera, nunca podía serlo tanto c o m o uno de los Oficiales, por m á s que por m i s heridas no hubiera i n t e r v e n i d o en la rendición del b u q u e . En todo este t i e m p o , y desempeñando el c a r g o de Contador, ajusté los haberes de todo el personal, que, contra la l e y , se nos p a g ó sólo la m i t a d de lo que correspondía, sin que iludiéramos siquiera defender nuestro d e r e c h o : así acordamos h a c e r l o : no era posible más que resignarse á las circunstancias. Dispuesto por el Gobierno que se dieran las p a g a s de n a u f r a g i o á los individuos de la dotación que fué de la Covadonya,
y sirva de muestra de
persecución, se nos n e g a r o n al Comandante y Oficiales, p o r q u e no era-
ínos individuos:
t u v i m o s eme pedirlo y , c o m o es consiguiente, el Gobier-
no nos reconoció c o m o individuos. H u b o que pedir el p a g o de las m e d i cinas y de los gastos de la escuela, todo, por supuesto, para más adelante y con infinitas humillaciones. Como la m a r i n e r í a , nosotros t a m p o c o m e r e c i m o s la m e n o r e x c e p c i ó n : vimos t e r m i n a r la causa sin más socorro que 30 pesos que se nos dio á cada A l f é r e z de n a v i o , después de veintiséis meses de no haber recibido n i n g u na p a g a r e g u l a r ; la m a r i n e r í a , después de perder sus fondos, economías de seis años, fué licenciada sin recibir nada, para que l l e g a r a n á sus casas sin zapatos siquiera. Y o e n t r e g u é la Contaduría á C i n c ú n e g u i , que residía en Cádiz, por lo que podía sin molestia s e g u i r el curso de la liquidación, y el, c o n v e r t i d o en a g e n t e universal, nos r e m i t i ó los haberes á Oficiales y clases, si bien en Julio de 18(58, hasta c u y a fecha no le p a g a r o n . N o es fácil c o m p r e n d e r el s e n t i m i e n t o que e n c i e r r a n estas líneas para el que las escribe y para sus compañeros de infortunio. Hubo heridos i n curables: pero ni una cruz pensionada ni sin pensionar, aquí que todo se p r o d i g a . ¡Y el resto de la tripulación sin un recuerdo siquiera de la p a tria! Crueldad, desamor, descortesía, fué lo que r e c o g i e r o n aquellos v e t e ranos, á quienes debían respeto inmenso cuantos v e s t í a n el uniforme de la A r m a d a : los infelices fueron á sus casas cubiertos de harapos, y mejor que la l i c e n c i a de un puñado de valientes, p a r e c í a un despido de p o r d i o seros. Sea en buena hora la fiscalización á los Oficiales m i l i t a r e s ; pero los demás, ¿que podían haber hecho de m a l o , después de ser modelos de valor, lealtad y p a t r i o t i s m o sin ejemplo? ¿Que razón ¡jodia haber para d e j a r sin una r e c o m p e n s a , por
e n c i m a de; todo lo ordinario, á nuestro M e -
dico L ó p e z E e r n a l , al que tantos debíamos la vida y el que rehusó la l i b e r t a d para que no c a r e c i é r a m o s de sus cuidados? P e r o , por m á s q u e nos cueste referirlo, sólo para que se v e a cuan poco se c o m p r e n d í a nuestra situación y cuál era el espíritu en Cádiz, pues sin ello, no h a y un Oficial de la A r m a d a que pueda pensarlo: muchos fueron los que consideraron ventajosa
nuestra situación, por las economías que
nos p e r m i t í a traer al cobrar de una v e z tres años de p a g a , como si en ese t i e m p o se v i v i e r a del aire y c o m o si el abandono no nos hubiera o b l i g a d o á acudir á los usureros, en particular á los q u e tenían familia, que, dado sobre la débil g a r a n t í a de un prisionero, apenas si t u v i e r o n los infelices para p a g a r una p a r t e de sus deudas. V o l v i e n d o atrás, diremos que l l e g ó la hora de e l e g i r defensor, para lo que sólo se nos ofrecía el Comandante de una de las fragatas que bloq u e a b a á C o q u i m b o , l e g a l m e n t e inhabilitado para ejercer el c a r g o , pues si era absuelto F e r y , quedaban responsables ante el país el
desgraciado
A l m i r a n t e y los Comandantes de aquellas fragatas, pues no había
más
d i l e m a : ó las órdenes estaban m a l dadas ó fueron m a l obedecidas. Y aquí r e p e t i r e m o s lo que tantas v e c e s hemos
dicho: que la nación, m á s l ó g i c a
que la A r m a d a , p r e g u n t ó por q u é se había perdido la Covadontja
y no el
64 c ó m o se perdió, que y a es sabido que en toda lucha es natural que pierda el que tieny menos fuerza, c u y a lucha se j u z g ó en el Consejo de g u e r r a , quedando aún por contestar la v e r d a d e r a p r e g u n t a al pais. Y á tal punto fué dicho Jefe el único que se ofreció por defensor (1), que t u v o que d e fender á C o m a n d a n t e y Oficiales, c u y a responsabilidad y causa eran m u y distintas, lo que m o t i v ó cien idas y v e n i d a s y otras t a n t a s consultas al A u d i t o r del D e p a r t a m e n t o para q u e pudiera representar á todos. A h o r a bien; el defensor no sólo c u m p l i ó su c o m p r o m i s o de un m o d o por demás tan noble c o m o honroso, sino que fué su e l e c c i ó n fortuna d e n c i a l , pues dio á conocer el v e r d a d e r o m o t i v o del viaje donga
provi-
de la Cora-
en la p a r t e que conocía, d i v i d i e n d o las dos cuestiones del c ó m o y
por q u é se había p e r d i d o la g o l e t a . Gracias á tan d i g n o Jefe, y á ser por tal m o t i v o una de las partes de nuestra propia historia, se p u d o dibujar ésta a l g o , y q u i é n sabe cuál hubiera sido el fallo con otro defensor que no fuera t e s t i g o al m i s m o t i e m p o , pues del v o l u m i n o s o l e g a j o de la Escuadra no r e m i t i ó el G o b i e r n o más d o c u m e n t o para la causa que el parte oficial de F e r y , q u e era p r e c i s a m e n t e el q u e menos falta hacía, y por lo q u e en la causa no había más dato de la tantas v e c e s referida c o m b i n a c i ó n , que l a declaración del C o m a n d a n t e que recibió las órdenes del A l m i r a n t e . El Consejo de g u e r r a celebrado en Cádiz el 7 de F e b r e r o de 186b falló, c o m o no podía menos de ser, la c o m p l e t a absolución del C o m a n d a n t e y Oficiales de la Covadonga,
sin que les sirviera de nota en su carrera.
H e m o s insistido en la defensa ( D o c u m e n t o n ú m . 8), pues apenas c o n o cido el fallo, se publicó aquella en el Diario
de Cádiz,
del que la copia
ron con ansia todos los periódicos de España. Es cierto que para c o n t e n tar la opinión p ú b l i c a en aquella época hubiera sido preciso a l g ú n h e c h o fabuloso (2); pero la v e r d a d es que la defensa no satisfizo, pues el país d e seaba saber e l hecho abstracto. L a defensa no debió publicarse sino a c o m p a ñ a d a
del p a r t e oficial de
F e r y y de la notable acordada del T r i b u n a l S u p r e m o de G u e r r a y M a r i na, que fué el que hizo nuestra más decidida defensa. L a respetabilidad de aquel Tribunal, y lo solemne y e x p l í c i t o del fallo, que í n t e g r o insertamos al final ( D o c u m e n t o n ú m . 9), hubiera satisfecho m á s que la v o z del padrino, que se j u z g ó c o m o de o b l i g a c i ó n ; y como de esta m a n e r a se h u -
rí)
E l S r . B r i g a d i e r D. E n r i q u e C r o q u e r y e l T e n i e n t e d e n a v i o D. L u i s d e C e p e d a , q u e
f u e r o n l o s ú n i c o s c o m p a ñ e r o s c u y a s c a r t a s l l e g a r o n á n u e s t r a s m a n o s en l a p r i s i ó n , n o s lo h a b í a n o f r e c i d o d e s d e
a q u e l l a fecha; pero en esta ocasión, h a b í a circunstancias
que
lo impedían. (2)
La
opinión
p ú b l i c a en
p a r e c e que; n o f u e r o n
España
nos
había
sido
cruelmente
e n e m i g a , y en lo q u e
ajenas las repúblicas sud-amerieanas. E n las Cámaras de Santia-
g o se d i j o e n l a c u e s t i ó n B o g a r d u s : « E l Si'. R o j a s , v e n e z o l a n o , n o d e s e m p e ñ ó o t r a c o m i s i ó n q u e p u b l i c a r en M a d r i d , e n u n p e r i ó d i c o t i t u l a d o El
Espíritu
Púiilico,
unos c u a n -
tos a r t i c u l e s , d é b i l e s , i n s u s t a n c i a l e s é i n s i g n i í i c a n t e s , q u e n o m e r e c e n p o r c i e r t o l a r e c o m p e n s a d e 110 f r a n c o s , c u y a s c i r c u n s t a n c i a s d e b e t e n e r V . S. p r e s e n t e
para no
aceptar
e n m a n e r a a l g u n a e l d e s c a r g o d e l o s liüO.000 f r a n c o s , e t c . , e t c . » E f e c t i v a m e n t e , a q u e l d i a rio nos trató con s a ñ a especial, y r e c o r d a m o s todavía u n a r t í c u l o en q u e d e c í a q u e d o r m í a m o s en s á b a n a s b o r d a d a s por m a n o s
chilenas.
65 hiera modificado el concepto que del hecho t u v i e r o n el Cuerpo de la A r m a d a y la opinión pública, las consecuencias hubieran sido, no sólo i n calculables para todos nosotros, sino que s e g u r a m e n t e habrían hecho otro el entonces p o r v e n i r de F e r y .
XI Conclusión P a r e c e r í a q u e ahí debía haber t e r m i n a d o este drama; pero no ha sido así: el Cuerpo de la A r m a d a ha seguido o y e n d o con s e n t i m i e n t o el n o m bre del fracaso
del 26 de N o v i e m b r e de 1865, y sacado á relucir contra
l ' o r y , y aun contra sus Oficiales cada v e z q u e nos hemos encontrado con a l g ú n e n e m i g o . ¡Quién no los t i e n e ! ¿Y para los demás, c ó m o no había de seguir? ¿No han salido después á la m a r buques y más buques de 6 á 8 m i l l a s de andar? L a Covadonga probó el 5 de A g o s t o de 1861 por un solo y j o v e n Oficial
se
de I n g e n i e r o s ,
que entonces debía l l e v a r de 4 á 5 años de servicios, y d i c e así el p a r t e oficial d i r i g i d o al Gobierno dos días después: « L a m á q u i n a dio de 80 á 94 r e v o l u c i o n e s , y el andar m á x i m o del b u q u e con m á q u i n a y v e l a , fué de 11 millas, y el m í n i m u m con m a r y v i e n t o de proa 6 m i l l a s . » N o cabe m á s i n f o r m a l i d a d , y aprendan los que en las pruebas disputan h o y hasta un d é c i m o de m i l l a : de 6 á 11 es l o que andaba la g o l e t a , y h a y para todos gustos. Y esa g o l e t a no era e x c e p c i o n a l ; a l g u n o de nuestros blindados, y
defecto tan capital ha alcanzado á
no h a y
Oficial de la A r m a d a q u e no
haj*a n a v e g a d o en m u l t i t u d de esos buques que en popa con v i e n t o fresco á m á q u i n a y
v e l a no pasan de las 7 m i l l a s . Y'o m i s m o , con ser el
Oficial m á s j o v e n de a q u e l l a dotación, he m a n d a d o i n t e r i n a m e n t e , 12 años
después, una
corbeta que á toda m á q u i n a dio en las pruebas 4
m i l l a s el día que, después de carenada, salió lista del A r s e n a l : y he m a n dado un cañonero que no pasaba de cuatro y m e d i a . Ese cañonero era el de m á s m a r c h a de todos los de la división, y fué preciso en m i e m p e ñ o demostrar con dos r e g a t a s de diez y seis horas cada una y
compás en
m a n o , que ni el de m i m a n d o ni los otros, q u e eran nada menos q u e ocho ó diez, pasaban de a q u e l l a ridicula m a r c h a ; pero lo que m e desesperaba era que m i s compañeros, todos de superior ilustración á la n i n g u n a m í a , no m e e n t e n d í a n , s e g u í a n con las ilusiones del buque p r o p i o : yo les hablaba en c h i n o . ¡Si hubieran estado en el Papudo, con m e d i a palabra les hubiera bastado! A l final, en d o c u m e n t o n ú m . 10, copiamos í n t e g r o el p a r t e de la p r u e ba del b u q u e , según se dio al Capitán g e n e r a l del D e p a r t a m e n t o por el j o v e n C o m a n d a n t e de la g o l e t a , c u y o p a r t e es más e x p l í c i t o q u e el que se t r a n s m i t i ó al G o b i e r n o . L é a s e y en él se verá la perdonable ilusión del primer mando. 5
(56 Y a el m i s m o Comandante dice que esperaba tener un buque malo, por lo que de sus semejantes había oído; es decir, que las condiciones v e r d a d de esos buques no eran nuevas en la Marina, por m á s que cada uno las o l v i d a r a al tratarse de su
barco.
N o puede tomarse en serio el aserto de que la g o l e t a a n d u v o once m i llas, por más que pudiera ser v e r d a d sólo por un m o m e n t o , en popa con v i e n t o fresco, á toda m á q u i n a y con un poco de entusiasmo por el b u q u e que se ha visto crecer poco á poco y en el que tantas v e c e s h a y que hacer concesiones, á c a m b i o de otras, en el r e p a r t i m i e n t o ; flaco no sólo nuestro, sino de todas las marinas del m u n d o . El resultado más t e r m i n a n t e es que, en popa con v i e n t o fresco, anduvo seis m i l l a s y con el t i e m p o de proa otras seis m i l l a s con q u i n c e libras de presión; es decir, con brisa manejable, pues q u e en popa sólo arrancaba las seis millas á la v e l a . Pero el mejor dato es el e x t r a c t o de la n a v e g a c i ó n de M á l a g a á Río Janeiro, su p r i m e r viaje ( D o c u m e n t o n ú m . 11) 4 m á q u i n a ; el m a y o r andar es de 8'1 millas, si bien no se e x p r e s a el v i e n t o , que debe estar e q u i v o cado, c o m o lo está la p r i m e r a singladura, en que se dice se n a v e g ó á m á q u i n a y v e l a con el v i e n t o por la m i s m a proa. L a s verdaderas s i n g l a duras á m á q u i n a del m e d i o del viaje dan un andar de 4'4, 5 y 5'6 millas por hora. L a s demás á la v e l a no l l e g a n á 8 m i l l a s con v i e n t o fuerza 7, y aún hacemos g r a c i a de que en ese e x t r a c t o no se hace m e n c i ó n de la corriente; pues las distancias son distancias recorridas en la singladura; y esa corriente tira por lo menos de 10 á 15 m i l l a s á favor entre el E s t r e cho y Canarias, donde baja á llenar el v a c í o de la ecuatorial: y después, los alíseos y la corriente ecuatorial m i s m a , se e n c a r g a n de tirar al Oeste en ese viaje. Y , restado esto, ¿Qué andar quedaría á la Coradonga?
Apenas
las 6 millas con buen t i e m p o y m a r en c a l m a . L o m i s m o que el p r i m e r C o m a n d a n t e había
oído
las otras g o l e t a s
de sus semejantes,
en la A r m a d a , á las que califica de buques
que había
malos.
A n t e esto, nuestra situación es la de captarnos la m a l e v o l e n c i a de D e partamentos en masa el día que, después de tantos años, se n o m b r e á a l g u n o de nosotros para formar ocho millas en las pruebas, y
comisión y
dar por buenos buques de
no d e c i m o s con artillería mal
montada,
pues en esto se ha v a r i a d o r a d i c a l m e n t e . ¿Podrá creer a l g u i e n que m i e n tras v i v a a l g u n o de los que fuimos de la Covadonga
sea
capaz de dar su
consentimiento en semejante caso? Sería preciso o l v i d a r tantas penas, sería preciso olvidar el deber, y lo a p r e n d i m o s demasiado
caro para
olvi-
darlo j a m á s . Esa fué la p r i m e r desdicha de F e r y : al v o l v e r al servicio, le dieron el mando de un cañonero de los construidos en l a » A m é r i c a del N o r te, de un andar de seis á siete millas, para p e r s e g u i r buques de m á s de catorce, y el decir esta i n s i g n e v e r d a d , le v a l i ó circunstancias tan e n e m i g a s , que sólo han concluido con su v i d a
L a isla de Cuba los p a g ó : la
Habana en masa los esperaba con razón; t r e i n t a buques debían cerrar la isla, y m u c h o hicieron. ;Pero puede caber duda que diez buques de q u i n ce millas, y unas cuantas lanchas de v a p o r , hubieran servido mil
veces
67 más, y sin tanta fatiga! ¡ Y puede caber d u d a d o que conocíamos el e n e m i g o si t e n í a m o s en nuestra A r m a d a el a n t i g u o blockade-runner naah, que bajo el n o m b r e de C/uirruca,
Sava-
andaba catorce millas constantes
sin forzar su m á q u i n a ! F e r y fué el único que se a t r e v i ó á estrellarse contra aquella masa de ideas, y cuando Cincúnegui y y o , a b o r d o de su gía , uno do los treinta cañoneros,
se lo decíamos, nos m i r a b a
Vicon
asombro diciendo: ¡y Vds. también! A m b o s teníamos razón: F e r y en su idea de que esos buques eran
inútiles para la Marina y para la patria,
y nosotros en que el decir la v e r d a d , le costaría la salud, la carrera y la vida. El hecho
está en la m e n t e de todos; todos sabemos q u e los
filibusteros
en Cuba, los contrabandistas en España y hasta al r e m o los moros en J ó lo, han dejado á nuestros vapores por la popa; pero al l l e g a r el m o m e n t o , ¡ay del q u e lo t o q u e ! En contra v i e n e e n s e g u i d a la prensa local de que se hace eco todo el país, dispuesto siempre á tratar con injusta dureza á sus s e r v i d o r e s : s i g u e n las manifestaciones de los pueblos y de las c o r p o raciones c i v i l e s y la presión del m i s m o Gobierno quizás: y sigue y s e g u i rá m i e n t r a s de un m o d o radical y s a n g r i e n t o no se l l e g u e á entender en España que la Marina es del Estado y que el Estado es la patria. Pero la ofuscación era tan g r a n d e , que l l e g a b a , n o v a á los que habían de m a n dar, sino á los misinos (pie mandaban los buques, que sólo así se c o m prende la censura de que fuimos v í c t i m a s , y sólo así puede l l e g a r á e x p l i carse la conducta del Comandante de la g o l e t a peor
que la Coradonga,
y
buque mucho
Caridad,
con el que no es posible batirse corno no se
este loco, con nada ni con nadie de lo que va por la mar. H o y m a n d o y o ese b u q u e de cinco millas en c a l m a y m a r bonanza ( 1 ) . Dos cosas m u y distintas se presentan: la Corailonga y la Coradonga
perdida por F e r y ,
perdida en la c a m p a ñ a .
L a perdida por F e r y fué un buque de v e l o c i d a d de t o r t u g a y de mal m o n t a d a artillería; los adelantos de la táctica y el cuidado que se pone h o y en la m a r c h a de los buques han v e n i d o á demostrar que estos cuidados sirven para a l g o , y el c o m b a t e de P u n t a A n g a m o s ha probado en qué situación se halla un buque de menos andar cuando otro de m á s m a r c h a y mejor g i r o c o g e tan buena posición. R e g a m o s con nuestra s a n g r e su cubierta, perdiendo cuatro v e c e s m á s tanto por ciento de nuestra g e n t e q u e en el Callao, y si cedimos fué p o r q u e era p e r f e c t a m e n t e inútil y sólo era consumar un asesinato; era la m u e r t e de los mártires y no la del soldado. C u m p l i m o s c o m o leales al Cuerpo d e r r a m a n d o nuestra sangre por sus errores ó debilidades y por el honor de la bandera; c u m p l i m o s después no cediendo un m o m e n t o apesar de vernos tan abandonados; afront a m o s sin pestañear la m u e r t e el día del b o m b a r d e o de V a l p a r a í s o ; senos n e g a r o n nuestros derechos; hubo familias de las nuestras que pasaron h a m b r e ; fuimos al b a n q u i l l o de los acusados, y el p r i m e r Tribunal de la nación, no sólo nos declaró limpios, sino que c r e y ó de su deber hacer
(1)
R e c u é r d e s e q u e e s t a s l l u e a s f u e r o n e s c r i t a s e n 1 8 8 5 . — ( S . del
A
)
nuestra defensa. H i c i m o s lo eme debíamos; F e r y en p r i m e r l u g a r , y después todos sus subordinados, no debemos nada, a b s o l u t a m e n t e nada,
al
país ni á la Marina. ¿Pero pueden todos decir lo mismo? D e n i n g ú n m o d o . Si la
Covadonga
hubiera sido un buque e x c e p c i o n a l , si probado como debió probarse,
y
tratado de r e m e d i a r el defecto de anclar, se hubiera visto el m o d o de c o r r e g i r en lo sucesivo, habría sido un c o n t r a t i e m p o y nada más; pero c o m o aquel b u q u e era uno de tantos de los hechos por nuestros A r s e n a l e s , c o m o siguieron saliendo á la m a r , y c o m o esos buques los construye, los artilla, y damos por buenos nosotros mismos, sin que h a y a servido de e s c a r m i e n to ni el c o m b a t e del Papudo ni las tres campañas que antes h e m o s c i t a do, la Covadonga
la perdieron la A r m a d a que consiente tales buques, y
la nación que consiente que se nos i m p o n g a n . Es de aquellas responsabilidades que alcanzan á todos, c o m o de todos son las glorias, y si h a y a l g u na e x c e p c i ó n , es de aquellos que se han a t r e v i d o á señalar á F e r y c o m o culpable, conociendo c o m o conocemos el m a t e r i a l ; de esos solos, por fortuna en minoría, es la pérdida de la Covadonga,
de F e r y la g l o r i a toda,
que no sólo supo c o m b a t i r l a y buscó la m u e r t e á p e c h o descubierto en el p u e n t e de la g o l e t a el día del c o m b a t e , lo que h a b r í a n hecho todos los Oficiales de la A r m a d a , sino q u e hizo lo más difícil, lo que harían m u y pocos, lo q u e no han hecho los que han dejado pasar por buenos t a n t o s buques: hacer frente
al t o r r e n t e
avasallador do opiniones interesadas,
quizás de los mismos que después son los p r i m e r o s en c l a m a r contra sus v í c t i m a s , hecho que acabó con su e x i s t e n c i a y
con su p o r v e n i r , c o n v i r -
tiéndole j o v e n en un i n v á l i d o que paseaba en un carrito con i g u a l v e l o c i d a d que la g o l e t a que fué de su m a n d o . Sólo, pues, cuando la corporación resuelva d e c i d i d a m e n t e no r e c i b i r buques defectuosos, v e n g a n de donde v i n i e r e n ; cuando se d e s g u a c e n los buques nuevos ó se v e n d a n p o r q u e no reúnan las condiciones de b u q u e de g u e r r a y se cierren ó no se den e n c a r g o s á ios talleres que no puedan p r o d u c i r l o que ofrecen, será cuando la n a c i ó n podrá pedir á la Marina cuenta de sus actos. N o bastan los inmensos sacrificios, los trabajos l e g e n d a r i o s hechos p o r nuestros Oficiales en las últimas c a m p a ñ a s , con buques q u e sólo de tales tienen el n o m b r e ; el país quiere resultados de su fuerza armada, y así no h a y causa que justifique
a c e p t a r un b u q u e
m a l o , por a p r e m i a n t e s q u e
se presenten las circunstancias; lúchese contra todos los que creen que los buques de g u e r r a no se hacen para la defensa del país, sino c o m o un m e d i o de darles trabajo; lúchese contra esa i n c o n c e b i b l e i g n o r a n c i a mar í t i m a de nuestra nación, q u e no da oídos sino á los q u e la e x p l o t a n , que es m a l a n t i q u í s i m o y a señalado con i n o l v i d a b l e s
palabras hace s i g l o
y
m e d i o por el Marqués de la Ensenada; lúchese con fe, que aunque cueste, la luz se hará. Si no podemos tener m á s que un bote, t e n g a m o s solo un bote, c o m o los mejores que e x i s t a n en el mundo; que nadie e x t r a ñ a r á v e r l o retirarse y buscar el puerto ante un acorazado; pero corbetas de 4 m i l l a s , cañoneros de (5 y buques q u e por fuera se p a r e z c a n á otros b u -
69 ques do g u e r r a , no pueden d e c e n t e m e n t e buscar el puerto do r e f u g i o y son otros tantos presuntos desastres. Conocemos cuan sensible es todo lo escrito; pero apelamos al recto, al honrado j u i c i o de nuestros Jefes y compañeros, para que no v e a n en ello ni el dolor de nuestras mortales heridas, ni el desconocimiento de c o n v e niencias que no se podían callar desdo el m o m e n t o que se c o g e la p l u m a para c u m p l i r un santo l e g a d o de uno q u e está en el cielo. Pero al h a c e r , lo, en nuestro afán de trabajar por la p a t r i a y por el noble Cuerpo en que servimos, nos daríamos por satisfechos si c o n s i g u i é r a m o s que los ecos de los cañonazos del Papudo sonaran c o m o sana lección en el corazón de la A r m a d a ,
como
repercuten
aún en el de aquellos á quienes
Méndez N ú í i e z llamaba, con razón, sus desgraciados
compañeros.
DOCUMENTOS
73
Ü'únicro 1 H a y un sello que dice: «Escuadra del Pacífico.» —Tan l u e g o esté V . listo con los frescos y correspondencia para la Berenguela y Blanca á bordo, se pondrá V . en m o v i m i e n t o para el puerto de C o q u i m b o , haciendo allí e n t r e g a de los frescos y correspondencia do ambas fragatas al C o m a n dante de la Berenr/uela. — Hasta nueva orden queda V . e n c a r g a d o del b l o q u e o do aquel punto, debiendo m a n t e n e r l o en su custodia al v a p o r Matías Cousiño, haciendo de él el menos uso posible para el bloqueo y e m p l e á n d o l o desdo l u e g o para cualquier aviso u r g e n t e que t e n g a V . que c o m u n i c a r m e ó comunicar á las fragatas en C a l d e r a . — E l pailebot a p r e sado por la Berenguela, hará V . quede en i g u a l situación q u e ahora se e n c u e n t r a . — E n p r i m e r a oportunidad le será á V . r e m i t i d o carbón para el Matías Cousiño.—Recomiendo á V . la m a y o r v i g i l a n c i a , sobre todo en la noche, y en el caso de que la crecida g u a r n i c i ó n que existe en esa plaza intentase cualquier operación contra esa g o l e t a , haciendo uso para ello de las lanchas q u e tienen en la actualidad varadas, queda V . autorizado para destruirlas y echarlas á p i q u e sin más consideración que la que la h u m a n i d a d c o m p a t i b l e con su seguridad l e p e r m i t a . — Dios g u a r d e á V . muchos a ñ o s . — F r a g a t a Villa de Madrid, puerto de Valparaíso dos de N o v i e m b r e de m i l ochocientos sesenta y cinco.—./osé Manuel Pareja. — Sr. C o m a n d a n t e do la g o l e t a Covadonga.—Es copia.— Pareja. - H a y una rúbrica. Es copia del d o c u m e n t o o r i g i n a l que e x i s t e en este A r c h i v o c e n t r a l do m i c a r g o . — M a d r i d cuatro de Julio de m i l ochocientos ochenta y t r e s . — El A r c h i v e r o , Juan Lasso de la Vega.
X limero '? Escuadra del P a c í f i c o . — E x c m o . Sr.: Por las copias q u e el finado Com a n d a n t e g e n e r a l de esta Escuadra a c o m p a ñ ó con c o m u n i c a c i ó n de dos del actual, se enterará V . E. de la comisión confiada con aquella fecha á la g o l e t a Covadonga para el puerto de C o q u i m b o . — P o s t e r i o r m e n t e , y por noticias fidedignas de la costa del Perú, respecto á los buques sublevados peruanos, y á la corbeta de g u e r r a chilena Esmeralda, hizo salir para Caldera una de las presas que tenía en esta bahía, con la orden para la Berenguela de que permaneciese en ese puerto y para que la Blanca p a sase al de Coquimbo, á fin de que regresase aquí la Covadonga. En efecto, l l e g a d a la Blanca á dicho ú l t i m o puerto (que fué el veintidós, según TIN periódico de Valparaíso, pues las c o m u n i c a c i o n e s de su Comandante las traía el de la Covadonga), salió ésta el v e i n t i c i n c o para esta bahía. — El E x c m o . Sr. C o m a n d a n t e g e n e r a l , por la fecha en que calculaba su salida, la hacía aquí para dicho v e i n t i c i n c o ó para el veintiséis; así es, que l l e g a d o el v e i n t i o c h o , causaba suma inquietud su t a r d a n z a . — E l m i s m o
74 v e i n t i o c h o por la tarde v i n o á bordo el Cónsul de los Estados Unidos, para tratar sobre a l g u n o de los buques apresados, y dijo á S. E., que por n o t i cias que tenía por seguras, había sido apresada la Covadonga por la r e ferida corbeta Esmeralda, de diez y seis cañones, el día veintiséis, después de un c o m b a t e en que aquélla tuvo algunos muertos y un n ú m e r o de heridos que t a m p o c o sabía á punto fijo; que la oficialidad y la g e n t e habían sido desembarcadas en Papudo, puerto unas t r e i n t a m i l l a s al N. de esta bahía, y enviados á S a n t i a g o . — A y e r á m e d i o día v o l v i ó á bordo el m i s m o Cónsul para hablar sobre el p r o p i o asunto del buque presa, y t r a j o un periódico, por el q u e resulta que la Covadonga t u v o ocho muertos y algunos heridos, entre estos últimos un Oficial c u y o n o m b r e se i g n o r a ; que en el c o m b a t e se le había desmontado una coliza; que al ir á r e n d i r se abrieron las v á l v u l a s de K i n g s t o w n para echar á p i q u e el b u q u e , pero no lo l o g r a r o n , y los apresadores d e t u v i e r o n el agua; y por ú l t i m o , que tanto el C o m a n d a n t e como los Oficiales y g e n t e , estaban en S a n t i a g o , en donde eran tratados con m i r a m i e n t o . — T a l e s son las noticias que se han podido tener, g r a c i a s á la v e n i d a de dicho Cónsul á bordo, de tan l a m e n t a b l e suceso; tanto más de sorpresa para nosotros, cuanto que por unas noticias creíamos á la Esmeralda en la costa del Perú hacia las islas de Chinchas, y por otro, que estaba al Sur de Chile, en tierra, r e p a rando las averías de una v a r a d a . — C o m o el finado E x c m o . Sr. no había aún e x t e n d i d o la comunicación referente á este suceso, t e n g o el honor de hacerlo para el superior c o n o c i m i e n t o del Gobierno de S. M. —Dios g u a r de á V . E, m u c h o s a ñ o s . — F r a g a t a Villa de Madrid, en el puerto de V a l paraíso, y N o v i e m b r e treinta de mil ochocientos sesenta y cinco. Excelentísimo Sr.— Claudio AIrargonxález. - ( H a y una rúbrica.) - E x c m o . S e ñor Ministro de Marina. Es copia del d o c u m e n t o o r i g i n a l que existe en este A r c h i v o central de mi c a r g o . — M a d r i d cuatro de Julio de m i l ochocientos ochenta y t r e s . — El A r c h i v e r o , Juan
Lasso
de la
Vega.
Y ii mero ii Señor Don Casto Méndez N ú n e z . — S a n t i a g o 30 de D i c i e m b r e de 1865.— M u y señor m í o : A c a b o de recibir la visita del señor Cónsul de I t a l i a , y por él he sabido que, c o m o suponía, deseaba V . tener noticias nuestras y que se m e p e r m i t í a por su intercesión c o m u n i c a r con V . Me apresuro á darle una l i g e r a n o t i c i a de los sucesos q u e m á s deben interesarle.—Salí de C o q u i m b o el día 25 de N o v i e m b r e á las diez de la m a ñ a n a , a v i s t é una corbeta de v a p o r que n a v e g a b a á m á q u i n a y de v u e l t a encontrada, y á poco, p a r e c i é n d o m e sospechosos sus m o v i m i e n t o s , hice zafarrancho de c o m b a t e . L a corbeta izó bandera inglesa, g o b e r n a n d o s i e m p r e en nuestra demanda, y le conteste con la nuestra: al aproximársenos por nuestro costado de estribor, m a n d é zallar las dos colizas á esta banda y c a r g a r el a r m a m e n t o p o r t á t i l . L a corbeta pasó por la popa, y al estar por la aleta de babor, disparó un cañonazo con bala, al q u e pronto siguió toda la andanada de estribor, arriando el pabellón i n g l é s é izando á poco el c h i l e no. Desde que l l e g u é á tener fundadas sospechas de q u e pudiera ser b u que e n e m i g o el que se a p r o x i m a b a , había dado orden á la m á q u i n a de que estuviesen listos para dar la m a y o r fuerza posible, y así lo dispuse desde el p r i m e r t i r o , con objeto de a p r o v e c h a r todas las ventajas que pudiera p r o p o r c i o n a r m e una superior marcha; pero apesar de forzar la m á q u i n a cuanto fué posible, no pude conseguir obtener una v e l o c i d a d
de más de siete millas, m u y inferior á la de nuestro e n e m i g o , la que m e hizo p r e v e r desde el principio la considerable desventaja con que se iniciaba un c o m b a t e que no podía rehusar. A l v e r q u e se d i r i g í a la corbeta á nuestro lado de babor, mandó c a m b i a r las colizas á esta banda; pero apenas hecha esta faena, r e c i b í a m o s sus fuegos y e n m e n d a b a á b a s car nuestra aleta de estribor, por donde r e c i b i m o s una andanada de b a bor, lista maniobra se r e p i t i ó sin entrar en nuestro sector de tiro, y a p e sar de que puse todo mi e m p e ñ o en m a n i o b r a r de m o d o q u e pudiese ofenderle con m i artillería, pues á este fin dispuse que quedase una c o l i za á cada banda, sólo pude h a c e r l e tres disparos, de los cuales dos dieron en su casco, m i e n t r a s la corbeta disparó sobre nosotros a l t e r n a t i v a m e n t e su artillería, de una y otra banda, seis ó siete v e c e s . — M i situación no p o día ser más desfavorable; pues, como V . c o m p r e n d e r á , el e n e m i g o , de an ilar, nos ofendía i m p u n e m e n t e , e v i t a n d o entrar dentro de nuestro á n g u l o de tiro; en vista de esto, y c o n v e n c i d o de que con p r o l o n g a r por más t i e m p o la acción sólo conseguía sacrificar i n ú t i l m e n t e á una dotación que, con notable v a l o r y s a n g r e fría, sufría el fuego del e n e m i g o , me, creí en el triste deber de arriar la bandera á tres cuartos de hora, p r ó x i m a m e n t e , de e m p e ñ a d o tan desigual c o m b a t e . ' — A d j u n t a r e m i t o á V . una relación de las bajas habidas y del estado en que se e n c u e n t r a n los heridos.—Concluido el c o m b a t e , nos hicieron trasbordar á la Esmeralda, en la que fuimos conducidos al puerto de Papudo, donde desembarcamos y de donde nos d i r i g i m o s á esta capital, en la q u e p e r m a n e c e m o s . — S i esta carta fuera á V . d i r e c t a m e n t e , m e e x t e n d e r í a en hablarle con detención del delicado c o m p o r t a m i e n t o de que desde la Esmeralda hemos sido obj e t o , m u y e s p e c i a l m e n t e los heridos y enfermos, que en todas partes han sido atendidos con esmero, y se les ha p r o p o r c i o n a d o cuanto para ellos ha sido necesario y posible.—I5n la actualidad estamos en el cuartel de Cazadores de á caballo, á e x c e p c i ó n de los dos a y u d a n t e s de m á q u i n a , carpintero y armero, que están en el de A r t i l l e r í a , y de siete individuos que se encuentran en el hospital.—Deseo tener ocasión de dar á V . más circunstanciados pormenores, y , en tanto, queda de V . atento S. S. que sus manos b e s a . — L u i s F e r y . — E s c o p i a . — M é n d e z . Es copia del d o c u m e n t o o r i g i n a l que e x i s t e en este A r c h i v o central de m i c a r g o . — M a d r i d cuatro de Julio de mil ochocientos ochenta y t r e s . — El A r c h i v e r o , Juan
Lasso
de la
Verja.
Yimioro I H a y un sello que d i c e : « C o m a n d a n c i a General de la Escuadra del P a c í fico.»—Excmo. Sr.: H e recibido la Real orden que V. E. m e ha hecho la honra de c o m u n i c a r m e con fecha 6 de Octubre pasado, r e f e r e n t e á la cantidad de 2.000 escudos mensuales que lio dispuesto se libren á los p r i sioneros de la Covadonr/a desde M o n t e v i d e o . — A c a t a n d o c o m o debo la soberana resolución á q u e m e refiero, séamc p e r m i t i d o , Exorno. Sr., a n tes de ponerla en práctica, l l a m a r la atención de V . E., sobre este p a r t i cular, salvo el disponer su c u m p l i m i e n t o si Y . E., después de nuevas c o n sideraciones, asi lo creyese c o n v e n i e n t e . — E l Gobierno de Chile proporcionaba á nuestros compañeros un decente alojamiento y comida, les p e r m i t í a pasear la ciudad, pero nunca les facilitó fondos algunos, ni el T e n i e n t e de n a v i o F e r y lo había solicitado de aquel Gobierno. Por m e dio dé Oficiales extranjeros, l l e g ó á m i noticia q u e no tenían ni con q u é l a v a r la ropa, c o m p r a r tabaco, ni atender á sus diferentes necesidades, y
76 ésta fué la razón por q u é les hice e n t r e g a r c i e r t a cantidad para este o b j e t o , por el Cónsul de los Estados Unidos en V a l p a r a í s o , l o cual fué a p r o bado por el antecesor do V . E. L l e g a d o que hube aquí, y considerando la necesidad de atender á tan respetable atención, di las órdenes que V . E. c o n o c e — VA fundamento de la Real disposición á que m e refiero, son las dificultados que han de presentarse para l l e v a r mi orden al t e r r e n o de la p r á c t i c a y las que se ofrecen para justificar los abonos y las que se suscitarán al l e g a l i z a r l o s en las oficinas de Contabilidad. L a p r i m e r a de d i chas dificultades está salvada, pues según t e n g o manifestado á V . E. con fecha de , una casa respetable de M o n t e v i d e o se ha encarg a d o de hacer e n t r e g a r m e n s u a l m o n t e los 2.000 escudos por m e d i o de su corresponsal, y h o y m i s m o r e c i b o n o t i c i a de haber l l e g a d o el recibo e x pedido por el Sr. F c r y de la p r i m e r a mensualidad, y la segunda lo está t a m b i é n , pues además de que á dicha casa de c o m e r c i o no se hará el abono sino en v i s t a de los recibos del C o m a n d a n t e de la Covadonga, que s i e m p r e serviría de justificante, lo será todavía de más fuerza la distribución q u e h a g a el Contador de aquel buque, s e g ú n se le p r e v i n o . Pero aun suponiendo que así no fuese, ¿sería posible q u e por no poderse l l e nar t r i v i a l e s formalidades se dejase c a r e c e r de lo indispensable á los desg r a c i a d o s prisioneros de la Covadonga? Y o no creo, E x c m o . Sr., que hay a n i n g ú n P a r l a m e n t o español que' dejase de aprobar este gasto, tanto más cuanto q u e será r e i n t e g r a b l e cuando á los prisioneros se les abonen los sueldos que d e v e n g a n . Me es c i e r t a m e n t e m u y sensible opinar en este caso do una m a n e r a m u y distinta q u e la respetable Junta Consult i v a y D i r e c c i ó n de Contabilidad; pero creo m i deber l l a m a r la atención de V . E. sobre este particular, pues en mi concepto, por h u m a n i d a d , por deber y por d i g n i d a d del país, no puede dejarse abandonados á su suerte á nuestros compañeros, h o y prisioneros, s i e m p r e q u e h a y a posibilidad de hacerles l l e g a r recursos para atender á sus indispensables necesidades. R u e g o , pues, á V . E. se d i g n o inclinar el ánimo de S. M. para que p e r m i t a se continúe haciendo el expresado p a g o , y caso contrario, h a c e r m e saber su soberana v o l u n t a d , para hacerlo cesar, lo cual haría con el m a y o r sentimiento, pero satisfecho por haber procurado mejorar la suert e de aquellos desgraciados, por c u y o bienestar m e creo en la o b l i g a c i ó n de v e l a r . — D i o s g u a r d e á V . E. muchos a ñ o s . — F r a g a t a Almansa, en el puerto de R i o Janeiro 7 de N o v i e m b r e de 186.1 — E x c m o . S r . — Casto Méndez Núñez.—Rubricado.— E x c m o . Sr. Ministro de Marina. Es copia del d o c u m e n t o o r i g i n a l que existe en este A r c h i v o central de mi cargo.—Madrid
cuatro de Julio de m i l ochocientos ochenta y t r e s . —
El A r c h i v e r o , Juan
Lasso
de la
Vega.
\imicro 5 H a y un m e m b r e t e q u e d i c e : « M I N I S T E R I O DE E S T A D O . — Dirección de los Asuntos políticos.»—Excmo. Sr.: El Cónsul de España en H a v r e d i r i g i ó al C o m a n d a n t e de la g o l e t a de g u e r r a Caridad, con fecha v e i n t e del a c tual, la s i g u i e n t e c o m u n i c a c i ó n : « E l Comisario do esta Inscripción m a r í t i m a m e d i c e con fecha de h o y lo q u e t r a d u c i d o l i t e r a l m e n t e c o p i o : — T e n g o el honor do p a r t i c i p a r á' V . que la f r a g a t a francesa Casimir Le Qvcllec, e n t r a d a h o y en este puerto, ha conducido de V a l p a r a í s o ciento q u i n c e pasajeros m i l i t a r e s y m a r i n o s españoles, que p o n g o á su disposición, y de los cuales es adjunta lista. Otro pasajero, i g u a l m e n t e e m b a r cado en este b u q u e , ha fallecido cu la m a r el veintidós de Julio ú l t i m o .
77 — D i r i j o a V . adjunta una copia del acta d e defunción del m i s m o . - L o q u e traslado á V . con inclusión de la p a r t i d a de f a l l e c i m i e n t o citada, l e g a l i z a d a por el referido Comisario de esta Inscripción m a r í t i m a , y la firm a de este funcionario l e g a l i z a d a por m í . E n cuanto á la lista de q u e se hace m e n c i ó n , debiendo V . tener otra i d é n t i c a en su poder, q u e le habrá sido e n t r e g a d a por el C o m a n d a n t e de la Covadonya, sírvase V . p r o c e d e r á su confrontación, y estando de acuerdo, d e v o l v é r m e l a , m a n i f e s t á n d o m e si el n ú m e r o de individuos q u e desde l u e g o dispongo pasen del bordo de la fragata Casimir Le Quellee al de la g o l e t a á su d i g n o m a n d o , se halla conforme, y en este caso, e x p r e s á r m e l o de oficio, en justificación del r e cibo y e n t r e g a de los mencionados individuos, que, s e g ú n las órdenes q u e V . tiene del Gobierno de tí. M., ha de transportar á E s p a ñ a . — L l a m o la atención de V . sobre el p r i m e r piloto A l f é r e z g r a d u a d o D . Daniel Sánchez, el cual ha de dar de baja de la m e n c i o n a d a lista en v i r t u d de d i r i g i r s e d i r e c t a m e n t e á Madrid por la v í a de tierra para c u m p l i r , según dice, una comisión del s e r v i c i o . » — Y habiendo contestado á este oficio e l C o m a n d a n t e de la g o l e t a Caridad hallarse conforme la lista formada por el Capitán do la f r a g a t a francesa Casimir Le Quellee, con la q u e obraba en su poder, así c o m o de darse por e n t r e g a d o del n ú m e r o de individuos en ella expresado, salió dicho buque del puerto del H a v r e , con su t r i p u lación y g e n t e de transporte, á las dos de la tarde del día v e i n t i d ó s , d i r i g i é n d o s e al del F e r r o l . — D e Real orden lo d i g o á V . E. para su conocim i e n t o y efectos correspondientes. Dios g u a r d e á V . E. muchos años.— tían Ildefonso veintiséis de A g o s t o de m i l ochocientos sesenta y s i e t e . — L. Arra.iola.—{Hay una rúbrica.) - tír. Ministro de Marina. Es copia del d o c u m e n t o o r i g i n a l que existe en este A r c h i v o central de mi c a r g o . — M a d r i d cuatro de Julio de m i l ochocientos ochenta y tres — El A r c h i v e r o , Juan Lasso
de la
Vega.
fli limero 4»
Combate del Papudo (parte
oficial)
En c u m p l i m i e n t o de m i deber, paso á dar cuenta á V . E. de lo ocurrido desde m i salida do C o q u i m b o hasta q u e desembarqué en el puerto de P a pudo con m i s subordinados en calidad de prisioneros de guerra, reservando para oficio aparte la relación de lo ocurrido desde este ú l t i m o suceso. A consecuencia de orden del tír. Comandante de la fragata Blanca, de r e u n i r m e al E x c m o . Sr. C o m a n d a n t e g e n e r a l de la Escuadra, en el puerto de V a l p a r a í s o , salí de C o q u i m b o el día 25 de N o v i e m b r e de 18G5, á las 7 de la mañana, con buenas circunstancias para e m p r e n d e r el viaje, é hice r u m b o d i r e c t o á V a l p a r a í s o , n a v e g a n d o con las dos calderas, pues el m a l estado de ellas, q u e en varias ocasiones había manifestado oficialmente, hacía i m p o s i b l e q u e trabajara una sola. C o n t i n u é m i v i a j e sin q u e ocurriera nada de notable, y al l l e g a r la n o che, dispuse q u e se hiciera el servicio c o m o de costumbre; es decir, armada y con las armas c a r g a d a s la g e n t e de g u a r d i a y lista, en lo posible, la artillería, pues la m a r tí. ü . no p e r m i t í a l l e v a r l a c o m p l e t a m e n t e destrincada. A m a n e c i ó el día 26 con cielo despejado y horizonte con neblina, c a l m a y m a r del tí. O.; á las í) despejó la neblina y , poco después, cantó e l tope
78 una Fragata de v a p o r , de g u e r r a , por la m u r a de estribor, que n a v e g a b a con r u m b o al K., y pronto se pudo conocer que era una corbeta con m a s telerillos sin e s p i g a para sobre, lo que m e hizo pensar si sería una de las corbetas peruanas L'nión ó América, que tienen dicho aparejo. Cuando estuvo á distancia de cuatro á cinco m i l l a s izó bandera inglesa y se d i r i g i ó hacia nosotros; le contestó con la nuestra. Me pareció sospechosa y m a n d é hacer zal'arrancho de c o m b a t e , que se hizo sin que p r e c e d i e r e t o que n i n g u n o , y e n c a r g u é q u e por las portas no se viesen las armas, por si el b u q u e que m e inquietaba era, lo cual cabía m u y en lo posible, una de las corbetas de la estación i n g l e s a en el Pacífico. A l m i s m o t i e m p o , l l a m é al p r i m e r m a q u i n i s t a y m a n d é poner m a y o r peso á las v á l v u l a s de s e g u ridad para poder forzar la m á q u i n a . A las 10 estaba p r ó x i m a la corbeta y g o b e r n ó á pasar de v u e l t a e n c o n t r a d a por m i costado de estribor: casi c o n v e n c i d o de que tenía e n c i m a un e n e m i g o disfrazado, m a n d é zallar á estribor las colizas, c a r g a r las armas de la brigada, que las t e n í a descargadas y dispuse que la m á q u i n a funcionara á toda fuerza, sin reparar en averías, m a n t e n i é n d o m e siempre al m i s m o r u m b o , pues no d i s t i n g u í a señal a l g u n a de hostilidad; la m á q u i n a l l e g ó á dar unas ochenta r e v o luciones con una presión de q u i n c e libras, dos más (pie el peso de las v á l vulas, y esto cerrando la e x t r a c c i ó n y escapándose por el fondo de las calderas m a y o r cantidad do a g u a y de vapor de la q u e salía antes, que era mucha. Pocos minutos después de las 10, pasó la corbeta por m i costado de estribor, siguió á pasar por la popa y , m e t i e n d o de pronto su t i m ó n á estribor, se colocó por m i aleta de babor, presentándome su costado de estribor. A n t e s de que c o n c l u y e r a su e v o l u c i ó n , había y o c o m p r e n d i d o su intento y m a n d a d o c a m b i a r á babor las colizas; pero aún no habían l l e g a d o éstas á estar en batería, cuando disparó la corbeta un cañonazo con bala y t a paboca é i n m e d i a t a m e n t e toda la andanada, verificando entonces el c a m b i o de bandera, izando la chilena m i e n t r a s arriaba la inglesa, no sin que esta descarga p r i m e r a á q u e m a r r o p a la hiciera un b u q u e con pabellón i n g l é s . Y a no t u v e duda de que era la corbeta chilena Esmeralda. P a i a hacer sus disparos, el e n e m i g o se había colocado á una distancia de m e d i o á tres cuartos de cable, y no bien disparó, cuando m e t i e n d o su t i m ó n á estribor, se d i r i g i ó á nuestra popa con intención, al parecer, de decidir la acción al abordaje, y para r e c h a z a r éste, m a n d é á popa el p r i mer trozo de abordaje al m a n d o del segundo Comandante, A l f é r e z de navio I ) . F é l i x Gurrea, y dispuse, asimismo, (pie el Guardia Marina de primera clase D. Joaquín Bustamante, el g u a r d a banderas y demás g e n t e s de señales que estaban c o n m i g o en el puente, bajasen á cubierta para c u brir bajas; pero sin duda el e n e m i g o no j u z g ó c o n v e n i e n t e e x p o n e r su g e n t e á un c o m b a t e cuerpo á cuerpo, y pasando de l a r g o l l e g ó á la aleta de estribor, g u i ñ ó sobre esta banda y disparó la andanada de babor. L a intención de la corbeta era, pues, batirse de enfilada, y t r a t é de no dej a r m e cañonear i m p u n e m e n t e . Desde que disparó la p r i m e r a v e z su b a n da de estribor y c a m b i ó su r u m b o , m a n d é c a m b i a r á estribor la coliza, y g o b e r n é c o n v e n i e n t e m e n t e para continuar la acción por la banda e x p r e sada. L a coliza de popa l l e g ó á estar en b a t e r í a en el m o m e n t o que r e c i bía la s e g u n d a andanada, pero la de proa r e t a r d ó a l g o su m o v i m i e n t o , p o r q u e se descentró en uno de los g r a n d e s balances que daba el b u q u e . Lijándose en la posición que en este m o m e n t o ocupaban r e s p e c t i v a m e n te ambos buques, se comprenderá lo que ocurrió hasta el fin del c o m b a t e . T e n í a y o el t i m ó n á estribor, tratando de presentar al e n e m i g o esta banda, en la m i s m a los dos cañones, el de proa y a entrado, y poco después en batería el buque lo suficiente para que la corbeta entrase en su ángulo de tiro; pero el e n e m i g o , c o m p r e n d i e n d o m i idea, g o b e r n ó en contra y se colocó por m i aleta de babor, con tal rapidez, que m e probó
79 que su andar era m u y superior al mío, al monos dos ó tres millas, y disparó su t e r c e r a andanada sin que y o pudiera conseguir hacerle l u e g o . L a corbeta, v a l i d a de la superioridad de su marcha, se a g u a n t ó por la m i s m a aleta, e v i t a n d o entrar en el á n g u l o do tiro de las colizas, y conv e n c i d o y o de que m e era imposible presentarle el costado, procure que no m e enfilase c o m p l e t a m e n t e , y con objeto de sorprenderla si podía en un descuido, y contestar á su fuego, dejé á estribor la coliza do popa y c a m b i é á babor la de proa, y sorteando sus guiñadas, t r a t é de p r o l o n g a r la resistencia, única cosa q u e estaba en m i poder, toda vez que el enemig o reunía, á la g r a n superioridad de su marcha, la no menos g r a n d e de su a r t i l l e r í a . V i e n d o que el e n e m i g o continuaba por la aleta de babor, c a m b i é á esta banda el t i m ó n ; i n m e d i a t a m e n t e c a m b i ó el s u y o y pasó á estribor, y á la cuarta andanada que disparó contesté un disparo de la coliza de popa. Las m i s m a s maniobras, poco más ó menos, repetí hasta el fin del c o m bate, durante el cual, a p r o v e c h a n d o los descuidos del e n e m i g o , sólo pude hacerle tres disparos, pues fueron c o m p l e t a m e n t e inútiles cuantos esfuerzos hice para presentarle un costado, y haciendo uso de mis dos piezas poder sostener la acción con la menor desventaja posible. Cincuenta minutos habían transcurrido desde q u e disparó el e n e m i g o el p r i m e r cañonazo, y el m i s m o t i e m p o hacía que nos a m e t r a l l a b a sin que pudiéramos hacer otra cosa que sufrir en silencio y con los brazos cruzados aquel cañoneo. ¡Mi deber en aquellas circunstancias, por triste que fuese, no por eso era á m i v e r menos m a r c a d o , y e x i g í a i m p e r i o s a m e n t e que no se sacrificara i n ú t i l m e n t e á una dotación que con notable s a n g r e fría sufría un fuego al q u e se v e í a en la i m p o s i b i l i d a d de contestar. P r e g u n t é á los Oficiales si creían que habíamos c u m p l i d o con lo que debíamos al buen n o m b r e de España y su bandera; m e contestaron u n á n i m e s que si, y que no podría hacerse más de lo hecho hasta entonces; y v i e n d o por m i parte que era m a t e r i a l m e n t e i m p o s i b l e c a m b i a r los suceso , c u m p l í con el triste deber de arriar la bandera. H e c h o esto, t r a t é de hacer lo posible para que el e n e m i g o no utilizara nuestro buque, y comisioné al 2 ° C o m a n d a n t e para q u e bajase á la m á quina y tratase de echarlo á p i q u e : y apesar de algunos disparos que aún nos e n v i ó la corbeta y de la i n t i m a c i ó n que hizo á la v o z de q u e se parase, continuó la m á q u i n a en m o v i m i e n t o , hasta que h a b i é n d o m e m a nifestado el 2." C o m a n d a n t e la necesidad de pararla para continuar trabajando, m e v i o b l i g a d o á d e t e n e r m e sin p o d e r m e alejar, c o m o m e proponía, de la Esmeralda, para g a n a r t i e m p o y e v i t a r que el e n e m i g o se presentase á bordo, como se presentó i n m e d i a t a m e n t e , i m p i d i e n d o las faenas necesarias para el objetó que intentaba y no dando t i e m p o más (pie para arrojar al a g u a la correspondencia oficial, libros de señales y telégrafos y todo el a r m a m e n t o p o r t á t i l . En el m o m e n t o de presentarse á bordo el e n e m i g o , que desde l u e g o se hizo c a r g o de la m á q u i n a , estaba abierta la v á l v u l a de d e s c a r g a del costado, el g r i f o de la b o m b a de mano, y se acababa de abrir e f d e i n y e c ción de popa; el de proa y el condensador, aunque les faltaba poco, fué imposible abrirlos por el cortísimo t i e m p o de que se pudo disponer. Con la g e n t e de la Esmeralda, venía un p r i m e r T e n i e n t e , dos m a q u i nistas y un Contador, siendo en total unos cuarenta h o m b r e s . El Oficial m e manifestó que podía sacar cada uno su equipaje; pero el t i e m p o que para esto se concedió fué m u y escaso y no fue posible sacar otra cosa que lo que algunos marineros y soldados pudieron poner en un pañuelo. L o s Oficiales de las b r i g a d a s trataron de l l e v a r consigo las libretas que tenían á su c a r g o ; pero no se les p e r m i t i ó . A l l l e g a r á la Esmeralda, su Comandante nos p r o m e t i ó q u e á la p r i m e r a oportunidad se nos remitiría lo que quedaba en la g o l e t a de los Oficiales y tripulación.
80 L a s averías de que á p r i m e r a v i s t a pude h a c e r m e c a r g o , en los pocos m o m e n t o s que p e r m a n e c í á hordo, son: el p r i m e r bote, t a n estropeado que sólo con m u c h o trabajo se podía m a n t e n e r á flote; el segundo tenía un balazo, además de otros destrozos causados por la m e t r a l l a ; el cuarto y el chinchorro m a t e r i a l m e n t e deshechos, y la canoa, eme iba c o l g a d a en los pescantes del palo m a y o r , se fué á p i q u e cuando se arrió durante el c o m b a t e para dar más á n g u l o de tiro á la coliza de popa; el palo m a y o r r e cibió un balazo en el t e r c i o bajo, otro en el t i m ó n , la m a y o r p a r t e de la m a n i o b r a quedó cortada y el casco recibió g r a n número' de balazos, de c u y o p o r m e n o r m e es i m p o s i b l e dar cuenta. En la relación adjunta se e x p r e s a n las bajas habidas durante el c o m b a t e . En cuanto á los daños sufridos por el e n e m i g o , p u d i m o s v e r que se habían a p r o v e c h a d o al menos dos de los tres disparos que se le pudieron hacer, pues t e n í a un balazo en la m u r a de babor y p a r t i d a á tronco la b o t a v a r a ; no he podido saber si t u v o a l g ú n herido. H e c h o c a r g o del b u q u e el p r i m e r T e n i e n t e citado, y después de t r a s bordar p r e v i a m e n t e los heridos, abandoné nuestro p e q u e ñ o buque con el s e n t i m i e n t o q u e es fácil c o m p r e n d e r , y fuimos trasbordados á la Esmeralda, donde p e r m a n e c i m o s hasta q u e nos desembarcaron en el p u e r t o del P a p u d o . R é s t a m e , E x c m o . Sr., hacer presente á V . E., respecto al c o m p o r t a m i e n t o de m i s subordinados, q u e sólo t e n g o m o t i v o s para elogiarlos, pues haciéndoles la debida justicia, debo decir que todos sin e x c e p c i ó n llenaron c u m p l i d a m e n t e su c o m e t i d o , y conforme á lo que e x p o n g o á V . E. al p r i n c i p i o de este p a r t e refiero en otro adjunto lo ocurrido desde que dese m b a r c a m o s en el Papudo hasta la f e c h a . — L u i s Ferij.
8]
i\ LIMER» 7
RELACIÓN de los individuos que han sido muertos, heridos ó contusos durante el combate del 26 de N o viembre.
Heridas
Cluses
NOMBRES
Alférez de n a v i o . . . . Guardia Mar." hab.°. ídem de 1 . a clase . . Segundo Condestable Escribiente. . Tercer Contramaestre Aprendiz habilitado.. Cabo de mar ídem. ídem , Preferente. . . . . . . . . ídem ídem ídem Ordinario ídem ídem ídem Fogonero Soldado ídem .. . ídem
D. Juan Jácome I). Víctor Cuneas D. Joaquín Bustamante Rafael Campos D. Emilio Méndez y Guerrero. Manuel Fernández José Baños Amaro Peraza Melchor García José Foul José Gualde Antonio Rosas Francisco Moran Francisco Ferrer Baltasar Pousada Evaristo Suárez Nicolás Sebastián Fernando Suárez Francisco Juli Pedro Berraza José Méndez Cadena Tiburcio Gómez
Contuso. Herido con fractura. Contuso. Herido grave. Muerto. Contuso. Herido. Muerto. Herido grave. Herido y contuso. ídem con fractura grave Muerto. 1 lerido grave. Herido. Herido grave. Herido. Herido. Herido. Muerto. Herido con fractura grave Herido. Herido.
Es copia.—Méndez —(Hay una rúbrica.) Es copia del d o c u m e n t o o r i g i n a l que
e x i s t e en el A r c h i v o central de
m i c a r g o . — M a d r i d cuatro de Julio de m i l ochocientos ochenta y t r e s . — El A r c h i v e r o , Juan
Lasso
de la.
Vega.
6
K5¿ Húmero H
DEFENSA DEL
COMANDANTE Y OFICIALES QUE DE L A
OOVADONÜÁ
DON JUAN B A U T I S T A T O P E I E, Brigadier la Real ñores
Orden Teniente
D. Félix
Gurrea,
dante y Oficiales
americana de navio D.
de Isabel £>. Luis
Juan
de la Armada, la Católica
Fery
de la goleta
(irán
y defensor
y Alféreces
Jeteóme y D. Joaquín
que fueron
FUERON
Cruz
de
de los Se-
de la propia Cincúnegui,
clase Coman-
Covadonga.
E x c m o s . Sres.: N o es esta, E x c m o s . Sres., la p r i m e r a v e z q u e t e n g o el honor de present a r m e á un Consejo de g u e r r a de Generales, á ejercer el c a r g o de defensor, y sin e m b a r g o , desde (pie los Sres. Comandante y Oficiales que fueron de la goleta Covadonga,
m e anunciaron tan g r a n d e distinción, c o m -
prendí lo difícil que m e sería v e n c e r la turbación que e x p e r i m e n t o
en
este instante: no estoy cortado, sí profundamente c o n m o v i d o . A la captura de la Covadonga,
nube sin pie de la c a m p a ñ a del
Pacífi-
co, va unido c o m o en fúnebre consorcio un doloroso recuerdo que y o trato de alejar, pero que tenaz y superior á la v o l u n t a d , se m e presenta h o y v i v o y p a l p i t a n t e , r e n o v a n d o con todos sus n e g r o s colores los s u f r i m i e n tos que e x p e r i m e n t ó el a l m a e l día que á m i n o t i c i a l l e g a r o n j u n t o s a m bos a c o n t e c i m i e n t o s . Basta lo dicho para c o m p r e n d e r q u e m e refiero á la orfandad en que quedó aquella Escuadra, por la m u e r t e de su d i g n o Jefe el General Pareja (Q. E. G. E . ) . I t a c e d m e la justicia, E x c m o s . Sres., de no i n t e r p r e t a r esa i n v o c a c i ó n ni c o m o á un recurso oratorio e n c a m i n a d o á e m p e z a r c o n m o v i e n d o el ánimo de los j u e c e s para inclinarlos á la c l e m e n c i a , ni menos á la g l o r i f i c a ción de un fin que á m í no m e es dado sino llorar; si presento á vuestra vista los restos de m i querido General, es solo para tributarles en esta ocasión un público t e s t i m o n i o del cariñoso respeto que y o g u a r d o á su m e m o r i a ; es para pedir á W . E E . y á todos los q u e m e escuchan, a l g u nas l á g r i m a s á tan noble infortunio: bien la m e r e c e n ; p e r t e n e c e n al que en v i d a fué t i p o de caballerosidad y dechado de v i r t u d e s : bien la m e r e cen; pertenecen al General, que al dejar el mundo, sólo t u v o presente, en un sublime «adiós.» la honra de la p a t r i a y del Cuerpo en que servia; bien la m e r e c e n , en fin, pues para llorar ante ellos preciso m e ha sido e x h u marlos de su profunda y lejana tumba, donde con tierna solicitud v u e l v o á depositarlos; p i d i e n d o al que todo lo puede, descanso para ellos y ria para su alma.
glo-
83 lin el consuelo que deja s i e m p r e el c u m p l i m i e n t o de un deber, del que nadie en m i posición hubiera prescindido, he encontrado el ánimo que m i s débiles fuerzas m e n e g a b a n para a t r e v e r m e á aceptar la confianza en m í depositada por los señores T e n i e n t e de n a v i o D. L u i s F c r y y A l f é reces de la propia clase D . F é l i x Gurrca, D. Juan .Tacóme y D. Joaquín C i n c ú n c g u i , Comandante el p r i m e r o y Oficiales los demás de la g o l e t a Covadonya,
apresada por la corbeta chilena Esmeralda
en a g u a s de
aquella república el 26 de N o v i e m b r e de 1865, después de un combatí de 1
m u y cerca de una hora. Como la senil,
c o m p r e n d o la impresión que en
t o d o el país debió producir la noticia del suceso; y conociendo lo i m p r e sionable de nuestro carácter, comprendo t a m b i é n la e x a g e r a c i ó n del sent i m i e n t o ; pero lo que ni concibo ni me e x p l i c o es c ó m o de un encuentro casual, de un c o m b a t e sin testigos, en el que sólo la desigualdad de fuerzas era conocida, se pudieron sacar consecuencias tan desfavorables para la Marina, que habrían lastimado para siempre su reputación si a c o n t e c i m i e n t o s posteriores y halagüeños al amor propio nacional, no hubiesen v e n i d o en su defensa á probar que la Marina podrá ser m á s ó menos feliz en sus operaciones, pero q u e el honor del país nunca p e l i g r a en sus m a nos, s i e m p r e q u e este s e n t i m i e n t o no traspase el l í m i t e racional que á la voluntad y el deber del h o m b r e le es dado alcanzar. L a pérdida de la Covadonya
fué una desgracia, no una humillación;
la d e s g r a c i a estuvo en el encuentro; dado éste, el resultado fué una c o n secuencia tanto más i n e v i t a b l e cuanto que el e n e m i g o , desconfiado en m e d i o de su g r a n superioridad, prefirió á las eventualidades de un c o m bate leal la seguridad de un triunfo poco noble y glorioso. R a z ó n , pues, he t e n i d o en l l a m a r « n u b e sin p i e » al r e v é s de la Covadonya,
y , sin e m -
b a r g o , para desvanecerlo y que su sombra no obscureciese g r a n d e s servicios a n t e r i o r m e n t e prestados, precisos fueron los a c o n t e c i m i e n t o s á ¡pie he aludido; sin ellos, desapercibidos hubieran quedado los sufrimientos, a b n e g a c i ó n y p e r s e v e r a n c i a de un b l o q u e o de más de diez meses, hecho á cuatro m i l
l e g u a s del país, sin un puerto a m i g o en todo el l i t o -
ral donde d i r i g i r la vista, faltos á v e c e s y
escasos s i e m p r e de v i v e r o s ,
c o m b u s t i b l e , m u n i c i o n e s y dinero, que nunca l l e g a r o n á recibirse de la Península,
apesar de la insistencia con que se solicitaron; necesarios
fueron, repito, para que al m e n o s por entonces, se operase un c a m b i o en la opinión, que, c o m o sabéis, se manifestó en públicas demostraciones que á todos alcanzaron; sólo fueron s e g r e g a d o s de la c o l e c t i v i d a d los p r i sioneros de S a n t i a g o , para quienes no lucía aún el d i a d o la j u s t i c i a : larg o t i e m p o debía transcurrir t o d a v í a ; pero fuertes en la t r a n q u i l i d a d que da una conciencia l i m p i a , lo han esperado resignados, buscando en el estudio y el trabajo a l g ú n consuelo á su l a r g o c a u t i v e r i o , que. de paso sea d i c h o , ha contrastado n o t a b l e m e n t e con el de los prisioneros chilenos en España; m i e n t r a s para aquéllos todo ha sido r i g i d e z , estos, bajo la fe de su palabra, no sólo han visitado las capitales
de la Península, sino que
su Jefe, el Capitán L i n c h , creo podrá, dar en su país noticias oculares de la E x p o s i c i ó n U n i v e r s a l de 1867.
84 Por fin, h o y , á los dos años cumplidos de sufrimientos físicos y m o r a les, q u e bastarían por sí solos á p u r g a r cualquier falta, aun dado caso q u e la hubiere, v a á ser analizada y j u z g a d a á la luz de los hechos conducta m i l i t a r del Comandante y Oficiales de la Covadonya,
la
deploran-
do el Defensor, con todo su corazón, que presentes no se e n c u e n t r e n aquí los q u e prescindiendo de datos la fallaron de antemano, por bastarles su criterio, formado, es v e r d a d , desde sitios más agradables y seguros q u e el que ocupaban m i s defendidos el 26 de N o v i e m b r e de 1865. Me l i s o n g e o que á ser esto posible y al oír lo que de sí arrojó el proceso, todos confesarían su incalificable
ligereza,
convencidos de que esas heroicidades,
dichas ó escritas al amor de la l u m b r e , tropiezan en el t e r r e n o p r á c t i c o con obstáculos difíciles á v e c e s de v e n c e r . N o trato de historiar; pero c o m o la i m p o r t a n c i a de la ú l t i m a comisión que ejecutó la Covadonya
no resalta en el proceso, el Consejo p e r m i t i r á
que el Defensor llene esta laguna, tanto para hacerla conocer c o m o para probar la imperiosa necesidad en q u e . á fin do e v i t a r m a y o r e s males, se vio el G e n e r a l Pareja de e x p o n e r l a
á los riesgos de un e n c u e n t r o : para
ello será preciso t a m b i é n que el Consejo t e n g a un c o n o c i m i e n t o e x a c t o de la posición que ocupaban nuestras fuerzas el m e s de N o v i e m b r e de 1865, época de los a c o n t e c i m i e n t o s . Bloqueaba el General con la Villa
y g o l e t a s Vencedera
el puerto de Valparaíso, al Sur la Resolución N o r t e la Berenyuela
á C o q u i m b o y la Blanca
y
Covadonya
el de la Concepción, al á Caldera; ocupaba, pues,
la línea una extensión do más de doscientas leguas, y el General, al c e n tro, distaba de sus e x t r e m o s más de cien. L a Numaneia
en el Callao, al
m i s m o t i e m p o que aguardaba el fin del drama, del que dependía la suerte del g o b i e r n o del General
Pezet, observaba, en cuanto le era posible,
los m o v i m i e n t o s de la escuadra peruana, que, iniciadora de la revolución y fiel á su lema, pedía la i n v a l i d e z del tratado P a r e j a - V i v a n c o y la coalición á Chile en su g u e r r a con España; así las cosas, el G e n e r a l Méndez, C o m a n d a n t e entonces de la Numaneia,
a p r o v e c h ó la p r i m e r a
ocasión
que se le presentó para noticiar al General en Jefe la casi seguridad que tenía de que la escuadra peruana, que se hallaba en A r i c a ,
proyectaba,
uniéndose á los buques chilenos, un ataque, p r i m e r o á la Blanca g u i d a m e n t e á la Berenyuela.
y se-
Comprendió el General Pareja la crítica
posición de ambas fragatas, y desde l u e g o p r o y e c t ó su reunión; pero antes quiso oír la opinión de los Jefes que á su alrededor tenía, los cuales, enterados de las circunstancias, u n á n i m e s estuvieron con el parecer del General de despachar i n m e d i a t a m e n t e la Covadonya, renyuela
que reforzase la Blanca.
con orden á la Be-
Y tan no se ocultaron á la alta p e n e -
tración de aquel Jefe los riesgos que ésta iba á. correr, que recuerdo, por oídas, las palabras que pronunció al t e r m i n a r aquella j u n t a : - «Conozco — dijo—la exposición en que v o y
á poner á la g o l e t a ; m u c h o sentiré su
pérdida; pero entre ella y la de una fragata, no puedo titubear: debo sacrificarla.» Y a veis, E x c m o s . Sres., c o m o no fué i m p r e m e d i t a d a , sino absoluta-
85 m e n t e necesaria la salida de la Coradonga,
tan
ligeramente
censurada
por algunos; sin ella, el n u e v o aunque solapado e n e m i g o , no hubiera d e sistido de su intento, al saber la reunión de las fragatas que le o b l i g ó á presentarse en el Callao cuando el ejército triunfante de la r e v o l u c i ó n entraba en L i m a .
Y ¿qué j e f e en sus circunstancias hubiera
titubeado?
N i n g u n o : y para probarlo, h a g a m o s comparaciones con lo q u e en tierra pasa. ¿Dudaría a l g ú n G e n e r a l en jefe, v i e n d o c o m p r o m e t i d a , por e j e m plo, el ala derecha de su ejército por la presencia de un n u e v o e n e m i g o , en e x p o n e r para e n v i a r órdenes de concentración ó reunión á un Oficia' de Estado M a y o r , con una sección de caballería, por el t e m o r de que á la v u e l t a fuese
hecho prisionero? C i e r t a m e n t e no.
está la sección, y en su Comandante, el Oficial
Pues en la
Covadonga
portador de las órdenes
salvadoras de una parte de la Escuadra. ¿Se reunieron la Blanca renguela''
y
Bc-
¿Se desbarató el plan del e n e m i g o e v i t a n d o con ello males i n -
mensos? Pues sintiéndolo m u c h o , bien perdida estuvo la Covadonga.
Este
es el punto de vista bajo el cual y o creo se debió m i r a r su apresamiento, y nunca v e r en él una h u m i l l a c i ó n que j a m á s se debe hacer consistir en . susceptibilidades y en un e x c e s o de o r g u l l o i m p r o p i o de un g r a n p u e blo. ¿Se consideró
h u m i l l a d a la I n g l a t e r r a por los varios reveses que el
año 1812 sufrió en su g u e r r a m a r í t i m a con los Estados Unidos? ¿Pues por q u é hemos de tener nosotros la pretensión de triunfar en combates desiguales? L o que debemos hacer, á i m i t a c i ó n de aquélla, es v e r si en él ha habido a l g u n o de esos actos q u e v e r d a d e r a m e n t e h u m i l l a n ; si en la d e fensa del pabellón se ha e m p l e a d o todo lo que está al alcance del h o m bre; si se han observado todos los preceptos de la L e y , y por ú l t i m o , si en el i m p r e s c i n d i b l e e x t r e m o de la rendición, ha habido la serenidad y d i g n i d a d propias del que hasta la ú l t i m a hora responde
del honor de su
país. Pasemos, pues, á e x a m i n a r esos pormenores, y de ellos d e d u c i r e mos si el C o m a n d a n t e E e r y y
sus Oficiales lo han llenado
cumplida-
mente. L a entrada de la Escuadra peruana en el Callao p e r m i t i ó á la cia observarla más de cerca, por lo que la Blanca ladarse á C o q u i m b o en r e l e v o de la Covadonga, b l o q u e o desde la salida de la Berenguela,
Numan-
r e c i b i ó orden de t r a s -
q u e había sostenido aquel
C u m p l i m e n t ó aquélla la orden
la noche del 20 de N o v i e m b r e , y , con a t e m p o r a l a d o t i e m p o , l l e g ó á su destino la m a ñ a n a del 22. El 23 y 24 el t i e m p o siguió duro, por lo q u e . y en atención al m a l estado de las calderas, ésta no verificó su salida para Valparaíso hasta el 25, y sin otra n o v e d a d que un z a f a r r a n c h o hecho á las dos de la m a d r u g a d a , n a v e g ó hasta las diez del s i g u i e n t e , hora en que el tope cantó una f r a g a t a de vapor por la proa: la prontitud con que se acercó, hizo c o m p r e n d e r que n a v e g a b a de v u e l t a m o n t a d a ; esto es, al N o r t e , pues la g o l e t a lo hacía al Sur: poco rato después, con el a u x i l i o de los anteojos, se d i s t i n g u i ó q u e era una corbeta con el pabellón i n g l é s . D e b o hacer conocer á V V . EE., antes de proseguir,
q u e la
Esmeralda,
de construcción inglesa, es un b u q u e c o m p l e t a m e n t e semejante á las corbetas de esta nación Shear-Water,
Colombiney
Mutine,
de estación
86 entonces en las a g u a s del Pacífico, y que dichos buques c o m u n i c a r o n v a rias veces con los nuestros para e n t r e g a r l e s correspondencia del C o m a n dante de la Escuadra. T o d o esto lo t u v o presente el de la Esmeralda
para
su p r e c o n c e b i d o plan, formado desde que en el P a p u d o supo por el v a p o r i n g l é s Valparaíso
la p r o x i m i d a d de la Conadomja;
de él eran, á no d u -
darse, las luces m e n c i o n a d a s en la n o c h e anterior; este v a p o r entró en C o q u i m b o , allí supo la p a r t i d a de la g o l e t a , v o l v i ó á salir á las ¡.ocas h o ras, y con su superior andar la vio y propasó en la noche, noticiándolo sin duda algunos pasajeros al C o m a n d a n t e de la Esmeralda, plicando su tripulación, salió al encuentro
de
E x c m o s . Sres.: ¿qué objeto se propuso el Capitán
aquélla.
que, Ahora
tribien,
AYilliams al cubrirse
con un pabellón neutral? ¿Cortar la retirada á la goleta? No; pues estaba entre Valparaíso y ella, único refugio do la Covadoiuja.
¿Ahorrarse
el
trabajo de la caza? Esto sería perdonable, si desde el m o m e n t o que se e n contró dentro del tiro de su artillería de 32 hubiese l a r g a d o su v e r d a d e r o pabellón. Pero no; no era esc el objeto; e s c u c h a d m e y j u z g a d .
Navegan-
do encontrados, las distancias se estrecharon r á p i d a m e n t e , y á la s i m p l e vista se d i s t i n g u i e r o n bien p r o n t o desde la Covad.omja de la Esmeralda.
todos los detalles
«Es una corbeta inglesa, dice el C o m a n d a n t e ; pero
«puede ser t a m b i é n un e n e m i g o encubierto; de la m i s m a opinión son los «Oficiales; c o m b a t e á estribor ordena aquél y tener s i e m p r e en puntería «al buque avistado;» zállanse las colizas, ronzándolas c o n t i n u a m e n t e , seg ú n lo r e q u e r í a la p r o x i m i d a d y posición de a q u é l l a . Pasa la Esmeralda
por el través de estribor de la Covodomja,
á unos
cuatro ó cinco cables de distancia, con tapabocas puestos, en son c o m p l e t o de paz, y así q u e ha salido de la enfilación de la artillería de ésta, m e t e r e p e n t i n a m e n t e todo á estribor c o m o á pasar al habla, y al e n c o n trarse en sus aguas, con el m i s m o pabellón i n g l é s , le dispara toda
la
banda de estribor con el doble p r o y e c t i l de los tapabocas. Es, pues, un e n e m i g o , que deslealmente ha buscado en la i n m u n i d a d de un pabellón neutral el lado débil de su contrario. ¿Y quién hacía esto, señores? U n buque de 22 piezas que iba á atacar á uno de 2. Esa posición de flanco c u m p l í a al honor de las armas chilenas haberla g a n a d o al descubierto, corriendo la e v e n t u a l i d a d de haber sido m a l t r a t a da (-n los cuatro ó seis disparos que podría haberle d i r i g i d o la
Coradnn-
r/a. si desde que y a á su tiro hubiera largado sus verdaderos colores; pero no; el Capitán AVilliams, obedeciendo á instrucciones dadas, ó queriendo dar á toda costa á su país la sombra de un triunfo, se o l v i d ó de que él, y el buque que montaba, no eran prisioneros de g u e r r a desde el
principio
de la, campaña, debido á esa generosidad que formaba el d i s t i n t i v o carácter del m a l o g r a d o General Pareja; y a había salido de la Villa drid
su ultimátum
Esmeralda
de
Ma-
al Gobierno chileno, cuando se le avisó de q u e esa
y el Maipú,
fondeados á su costado, encendían y se disponían
á partir. «Que lo h a g a n , contesta: y o no m e falto á m í m i s m o , ni m a n c h o la honra de m i país con una m a l a a c c i ó n ; » y el Maipú
y
la
Esmeralda
salieron tranquilos, bajo los fuegos de cuatro buques de guerra españoles.
87 ¡Oh! si las Marinas son el reflejo del carácter nacional, ol día que desapasionadamente se escriba la historia de la c a m p a ñ a del Pacífico, será conocida la conducta de los b e l i g e r a n t e s , y
España quedará
satisfecha
del c o m p o r t a m i e n t o de la s u y a . Ella dirá que la Marina española, fiel á la h i d a l g u í a tradicional de su país, y llena de caballeresco respeto á la l e g a l i d a d , dejó t a m b i é n salir l i b r e m e n t e del costado de la Namaneia
á la escuadra peruana, que p a g ó
tanta lealtad hostilizándola en seguida sin p r e v i a declaración de g u e r r a ; no podrá dejar de consignar, que queriendo e v i t a r á toda costa el b o m bardeo de Valparaíso, e n v i ó dos solas fragatas á presentar c o m b a t e escuadra
á la
coaligada, compuesta de otros dos, tres m a g n í f i c a s corbetas y
cinco buques menores, arrostrando por dos v e c e s , para l o g r a r l o , los p e l i g r o s inminentes de una n a v e g a c i ó n en un a r c h i p i é l a g o desconocido, donde apesar del p r á c t i c o q u e la conducía, naufragó la peruana
Amazonas;
no se olvidará t a m p o c o de decir, que m i e n t r a s le d i r i g í a n torpedos, ella m a r c a b a día y
hora para el ataque de las fortalezas del Callao; y
final-
m e n t e , por no ser más l a r g o , que cuando sus heridos morían faltos de a l i mentos, meses antes había socorrido el hospital de Copiapó con un c a r g a m e n t o c o m p l e t o de harinas y otros artículos. Dispensadme, E x c m o s . Sres., esta digresión en honra de nuestra p a tria y de su Marina, y v o l v a m o s á ocuparnos do los detalles del e m p e z a do c o m b a t e . H e c h a la descarga por la Esmeralda de la Covadonga,
manda
su C o m a n d a n t e
y propasada de la popa
c o m b a t e á babor; pero en el
c a m b i o de colizas tiene a q u é l l a t i e m p o suficiente para r e v i r a r , y al pasar de n u e v o por la popa, iza el pabellón
chileno y le d e s c a r g a la banda de
babor; fué tan conocida desde l u e g o la superioridad de su andar, que en el c a m b i o , apesar del m u d o vapor que desahoga, se v i e n e tan e n c i m a de la aleta de la g o l e t a , que el C o m a n d a n t e
F e r y , c r e y e n d o iba á ser abor-
dado, l l a m a al p r i m e r trozo á la defensa; pero no, su c o m p e t i d o r no q u i e re c o r r e r e v e n t u a l i d a d alguna; conoce que la posición que tan sin riesgo ha t o m a d o , y la superioridad de su m a r c h a , lo hacen dueño de la situación y q u e y a p u e d e batir á su e n e m i g o sin t e m o r ; para ello a r r e g l a su andar á fin de m a n t e n e r s e
siempre en el sector indefenso de 134 g r a d o s ,
s u p l e m e n t o de los de 23, que en retirada tenían las colizas de la donga,
puestas y a á banda y banda. Conoce F e r y su crítica
Cova-
posición;
pero con serenidad t r a t a de a p r o v e c h a r un descuido, esperando q u e un tiro feliz lo saque de ella. ¿Pero c ó m o l o g r a r l o cuando para tener al e n e migo
enfilado se necesitaba describir un arco de 67 grados, esto es, p r e -
sentar el costado, y la Esmeralda,
con su dominio de m a r c h a lo i m p e d í a
s i e m p r e con facilidad? Así es que mientras la corbeta adiestra i m p u n e mente sus cabos de cañón en el c o n v e r t i d o blanco de la Covadonga,
ésta
solo logra, á fuerza de habilidad, hacerles tres disparos, de los cuales el p r i m e r o le entra por la m u r a de babor y el segundo le r o m p e la b o t a v a r a . ¿Y qué pasaba e n t r e t a n t o en el interior de nuestro infortunado buque? Puedo decirlo y V V . E E claraciones; no h a y
t a m b i é n lo saben y a ; que se lean todas las d e -
una sola que discrepe; todas están contestes en que
88 C o m a n d a n t e y Oficiales, estuvieron desde el principio al fin á la altura de las circunstancias. ¿Y su noble tripulación?
¡ A y ! España puede enor-
g u l l e c e r s e de tener una m a r i n e r í a sin r i v a l ; es preciso tratarla y conocerla m u y de cerca para c o m p r e n d e r su a b n e g a c i ó n y valor: y o no t e m o e x a g e r a r , asegurando q u e no h a y h o m b r e en el mundo que sepa
morir
c o m o el m a r i n e r o español. N o m e e x t r a ñ a , por lo tanto, que sus Jefes se h a y a n h e c h o un deber en p r o c l a m a r el m é r i t o contraído por los que á sus órdenes sirvieron. H a y además una prueba tan gráfica de la serenidad que allí reinó, que no puedo dispensarme de consignarla. T r e s disparos hizo la Covadonga;
dos hirieron
al e n e m i g o . ¿Y por qué?
Porque
los cabos de cañón, con i m p e r t u r b a b l e sangre fría, contestaban á los espíritus fogosos q u e los escitaban á que hiciesen fuego, diciéndoles:
«Hacer
ruido tirando al aire, es m u y fácil; pero apuntar, imposible; nunca estamos en enfilación » ¡Qué dolor! ¡qué lástima que tan v a l i e n t e tripulación montase un b u q u e tan i m p e r f e c t o para la g u e r r a ! L a Covadonga,
Exce-
lentísimos Sres., forzando á 15 libras la presión, sólo pudo alcanzar seis millas y m e d i a , y su artillería no pasaba de 23 grados en retirada. ¡Qué defensa cabe con semejantes e l e m e n t o s ! Es tanto m a y o r el s e n t i m i e n t o , cuanto que i n s t i n t i v a m e n t e la i m a g i n a c i ó n nos presenta los halagüeños resultados que sin duda podía haber tenido este encuentro si su d e s g r a ciado C o m a n d a n t e y subordinados hubieran contado con un v e r d a d e r o aviso de marcha y de artillería c o n v e n i e n t e m e n t e colocada.
¡ A y ! enton-
ces, conocido el e n g a ñ o en ella, y en el m a y o r alcance de su tiro, hubiera buscado la posición ventajosa que las cualidades de aquélla le n e g a r o n ; pero ¿á q u é m e c e r n o s en tan lisonjeras ilusiones? ¿á qué formar tan b e llos castillos en el aire? V o l v a m o s á nuestra v e r d a d e r a
Covadonga,
que
no era ese aviso por todos p e d i d o hace años, sino la c o m p a ñ e r a y tal v e z la mejor de otras q u i n c e ó v e i n t e , q u e con los v a p o r e s de rueda y urcas, consumen nuestro presupuesto y tienen s i e m p r e p e n d i e n t e de un hilo la v i d a y honra de los q u e las m a n d a n . Asistamos á sus últimos esfuerzos: esa serenidad que he probado no se desmintió ni cuando las bajas e m p e z a r o n á ser sensibles, ni t a m p o c o cuando todos comprendieron el resultado de la acción. ¿Y c ó m o desconocerla? L a Esmeralda,
cada v e z más p r á c t i c a del andar de su contrario,
a r r e g l a el suyo á deshacer las maniobras que ésta intenta; m e t í a á estribor para usar de la coliza de esta banda, y ella lo e v i t a b a describiendo el m i s m o cerco con el andar proporcionado, á no entrar en la enfilación de la pieza; trataba de, efectuarlo con la de babor, m e t í a t a m b i é n sobre e s ta banda y , dando a l g ú n más andar, quedaba s i e m p r e en las aguas de la g o l e t a . H a y que añadir que los tres disparos que ésta l o g r ó hacer al p r i n c i p i o fueron debidos á la habilidad de su Comandante, que,
fingiendo
el m o v i m i e n t o , por ejemplo, sobre estribor, lo c a m b i a b a r e p e n t i n a m e n t e á babor; pero conocida la e s t r a t e g i a por el de la Esmeralda, lo e v i t ó en lo sucesivo. « ¡ L a suerte de la Covadonga
fácilmente
estaba d e c i d i d a ! »
L l e g o por fin, E x c m o s . Sres., al período más penoso de mi misión; á aquel en que uno de mis defendidos, el C o m a n d a n t e F e r y , se persuade
89 que su buque es i m p o t e n t e y que nada más le es dado hacer en defensa de la bandera que so le e n t r e g ó ; que no debe sacrificará su amor propio más sangre que la y a tan g e n e r o s a m e n t e v e r t i d a por las v e i n t i t r é s bajas que entre muertos ó heridos y a c e n á su bordo, y que una g o t a más es i n fructuosa é i n h u m a n a . C o n v e n c i d o de ello, con voz serena y apariencia tranquila, l l a m a al puente á sus queridos Oficiales, y , en b r e v e s palabras, les manifiesta su pensamiento, ellos cree que todavía
rogándoles, e m p e r o , que si a l g u n o de
hay medio de resistir peleando, se lo d i g a n para
ponerlo en práctica; mas que si, c o m o él, no lo encuentran, la h u m a n i dad le señala su ú l t i m o deber: la contestación fué pronta y
concreta.
« R e s i s t i r combatiendo, t i e m p o hace y a que v e m o s es imposible; creemos, pues, en conciencia, que se ha hecho en defensa del pabellón y del honor del país cuanto ha sido d a b l e . » Robustecida su opinión por la de tres j ó venes Oficiales, c u y a varonil entereza le era conocida, da las disposiciones preparatorias para el acto más solemne que puede presentar la carrera militar. «Ordena al segundo Comandante Sr. Gurrea que, con los m a q u i nistas, proceda á la apertura de grifos y válvulas, á fin de echar el buque á pique; á C i n c ú n e g u i , que aliste la madera de respeto y demás efectos flotantes
por si necesarios fuesen al s a l v a m e n t o de la tripulación; y á Já-
e o m e que esté dispuesto á embarcarse cuando se le ordene y pasar á la Esmeralda,
con el ostensible objeto de decir á su C o m a n d a n t e q u e no
había e m b a r c a c i o n e s en q u e trasbordar los heridos, pero con el real y positivo de g a n a r t i e m p o á que el buque se inundase. T o m a d a s estas m e didas, baja del puente, y , al l l e g a r á la escotilla de su c á m a r a á c u m p l i r otros deberes, d i r i g e á la bandera una m i r a d a e m p a ñ a d a por una l á g r i m a , única que se desborda de su angustiado pero entero corazón, y allí da la última orden. ¡Pobre C o m a n d a n t e ! Sí, pobre C o m a n d a n t e , e x c l a m a r á n c o n m i g o todos los que en su p e c h o sientan latir un corazón noble y g e n e roso, tanto más d i g n o de interés y simpatía, cuanto que su conducta, con o l v i d o di' los m i r a m i e n t o s y respetos que siempre se han g u a r d a d o al i n fortunio, será j u z g a d a por algunos sin e x a m e n , y sólo bajo el punto de vista del i n e v i t a b l e resultado; y los ecos de esa g r a n d e injusticia, salvando el A t l á n t i c o , l l e g a r á n hasta su prisión, para a u m e n t a r en la soledad los sufrimientos de su lacerado espíritu. Si los preceptos de la Ordenanza y
la consideración
que y o debo á
V V . R i i . no m e lo impidiesen, m u y fácil m e sería rechazar en los t é r m i nos alzados que corresponderían á un defensor, que como y o , s e g u r í s i m o está de la honra de sus patrocinados, tan incalificable proceder: pero por respeto á aquéllos, me l i m i t a r é á presentar una declaración de que i n t e n c i o n a d a m e n t e no he hecho uso hasta ahora, por ser m á s elocuente que cuantas palabras pudiera pronunciar. Consta en la del Sr. C i n c ú n e g u i , que cuando su C o m a n d a n t e los llamó, á la contestación de ellos dijo: y o v o l a r í a el b u q u e si al hacerlo causara la pérdida del e n e m i g o , pero c o m o por la distancia á que estamos no puede ser, no quiero sacrificar i n h u m a namente la tripulación á un satánico o r g u l l o de que d i g a n que soy héroe.
un
90 Y a v e n los centinelas avanzados del honor del país c o m o no el ánimo de F e r y
en los m o m e n t o s m á s críticos, no habiendo
desmayó menester,
por tanto, que desde apacibles l u g a r e s se les señalase su deber; si nece saria hubiera sido su m u e r t e , no hubiese i n v e n t a d o la frase, pero habría sabido m o r i r e n v u e l t o en el sudario de la bandera. A u n q u e v e n c i d a la Covadonr/a,
continuó en m o v i m i e n t o ,
hasta
que
preciso fué parar á fin de concluir de destornillar la tapa del condensador; arrióse el único bote que podía flotar, y en él fué J á c o m e á verificar la comisión que se le había confiado; pero en el c a m i n o se cruzó con los do la Esmeralda,
que tripulaban un Oficial, dos maquinistas y cuarenta
hombres. Posesionados éstos de la g o l e t a , su p r i m e r cuidado fué i m p e d i r la c o m p l e t a inundación del buque, tan adelantada y a , que en el p r i m e r parte que he leído de o r i g e n chileno se duda que la g o l e t a pueda u t i l i z a r se, y en el segundo, el C o m a n d a n t e de la Esmeralda
recomienda
á los
maquinistas que l o g r a r o n achicarla. Paso, E x c m o s . Sres., á desvanecer los cargos que el Si'. F i s c a l hace á mis defendidos; y para poder hacerlo s e g u i d a m e n t e con los d i r i g i d o s al Sr. Comandante, v o y
á descartarme, haciéndolo en uno solo, del que
m a n c o m u n a d a m e n t e presenta á los Sres. Oficiales A c a t a n d o c o m o debo las superiores disposiciones, confieso, sin e m b a r g o , la a l a r m a que á mi espíritu causó el saber que éstos iban á ser puestos en Consejo de g u e r r a ; pues creí lo m o t i v a b a a l g u n a queja q u e de su c o m p o r t a m i e n t o en el suceso daba el C o m a n d a n t e ; pero al recibir la causa m e felicité v i e n d o , de que, m u y lejos ser así, hacía éste una r e c o m e n dación especial de aquéllos. ¿Por qué, pues, son juzgados? N o lo a l c a n z o : más acatando, repito, lo mandado, d e s v a n e c e r é el c a r g o , contestando que dijeron á su C o m a n d a n t e lo que su conciencia les dictaba, esto es, que creían se había h e c h o cuanto era dable en defensa de la bandera y del honor del país. E n t r e m o s en los del Sr. F e r y : es el p r i m e r o : ¿por qué hallándose á tan corta distancia de la corbeta, y siéndole ésta sospechosa, no t o m ó al m o m e n t o la v u e l t a del N o r t e , forzando cuanto le fuese posible el andar
y
e v i t a n d o por este m e d i o el c o m b a t e con fuerzas superiores? T e n g o dicho y repito ahora, que la retirada natural de la g o l e t a era Valparaíso, por ser el punto m á s cercano en que se hallaban fuerzas de la escuadra; la Esmeralda,
desde
que fué avistada, estaba,
en verdad,
entre ella
aquel; pero de haber t o m a d o la v u e l t a del N o r t e , nada hubiera
y
conse-
g u i d o , pues el p u e r t o m á s cercano donde refugiarse, por estar en él la Blanca,
era C o q u i m b o , que distaba 160 millas; ¿cómo a l c a n z a r l o , cuando
su C o m a n d a n t e sabía que era i m p o s i b l e encontrar buque de v a p o r no le aventajase
que
en marcha? Si hubiera contado con ella, t a m p o c o creo
debería haber virado, y sí tratar, con hábiles cambios de r u m b o , ponerse entre Valparaíso y
la corbeta; y a en esta posición, con retirada segura,
hubiera tratado de batir á su e n e m i g o . Es el segundo: ¿por q u é después que e m p e z ó el c o m b a t e con
fuerzas
superiores no abrió los grifos y v á l v u l a s que considerara necesarios para
91 poder conseguir echar el buque á pique, c o m p r e n d i e n d o que por la desi g u a l d a d de fuerzas y el no poder presentar el costado á su e n e m i g o había de resultar la rendición? En este c a r g o , E x c m o s . Sres., resalta la conducta de m i defendido; pues respetando como debo la opinión del señor Fiscal, abrir desde el p r i n c i p i o los grifos y v á l v u l a s era desistir del c o m bate, y el Sr. F e r y , m u y lejos de ella, p r o l o n g ó la defensa hasta donde le fué dado, y sólo recurrió á aquel e x t r e m o cuando en conciencia
com-
prendió que había hecho en honra de su país y de su bandera lo q u e su honor y el de su Cuerpo lo dictaban. Pasemos al tercero. P r e g u n t a el Sr. Fiscal: ¿por q u é desde que se avistó la corbeta ó desde que se hizo zafarrancho de c o m b a t e no puso una coliza á cada banda, sabiendo el difícil manejo de éstas, cuando había alguna marejada,
particularmente
fuese cualquiera la posición en que se
navegase? P e r m í t a m e el Sr. Fiscal que, haciéndole y o la justicia debida, y c o m p l a c i é n d o m e en consignar la i m p a r c i a l i d a d que resalta en toda la substanciación de este proceso, le conteste q u e S. S.. e m p a p a d o en las maniobras de la Esmeralda,
hace aquí un c a r g o á posterior/,:
desde l u e -
g o c o n v e n g o en que á haberlas sabido el S r . F e r y c i e r t a m e n t e hubiera e j e cutado lo que S. S. propone; pero que á no estar inspirado, l ó g i c o era hacer lo que verificó: tenía un buque sospechoso por estribor y sólo contaba con dos cañones; ¿cómo había de d i v i d i r la escasa fuerza de que disponía? Desengáñense Y V . E E . : el deber del Fiscal ha hecho que S. S. busque en pequeños detalles y meras apreciaciones cargos á que poder atribuir el i n e v i t a b l e resultado que nos ocupa; pero éste tiene su o r i g e n en p r i n cipios fijos é inmutables. Desde la g a l e r a m o v i d a por el brazo del forzado, hasta la a n i m a d a batería acorazada de h o y , el é x i t o de los combates navales ha dependido y dependerá s i e m p r e , en i g u a l e s condiciones m i l i tares, del que a v e n t a j e en la m a r c h a . L a Esmeralda,
q u e g o z a b a de esta
superioridad, e v i t ó con un acto calificado y a , y c u y o i n v e n t o no hará fortuna, los disparos de la Coradonga,
y
haciéndose de ella dueña, l o g r ó
capturarla sin alcanzar una v i c t o r i a . V o y á concluir, p o r q u e conozco que, apesar de haber querido encerrar en los más estrechos l í m i t e s el c u m p l i m i e n t o de mi deber, hace y a l a r g o t i e m p o que m e r e z c o vuestra atención; cierto es, E x c m o s . Sres., q u e si la causa que defiendo fuera sólo la de conducta del Oficial, en b r e v e s p a l a bras hubiera l l e v a d o á vuestro ánimo la c o n v i c c i ó n , no de la inocencia, sino de la d i g n i d a d y bizarría del noble Comandante y Oficiales de la i n fortunada Cooadonga;
pero cuando en esa triste e p o p e y a está c o m p r o -
m e t i d o el honor de la Marina entera, no habrán e x t r a ñ a d o V V . E E . que, aunque á grandes rasgos, h a y a narrado una p a r t e de la c a m p a ñ a del P a cífico. D e n t r o del círculo de m i deber conozco no m e es dado pedir para m i s defendidos g r a c i a alguna; habréis observado que no he encarecido ni los sufrimientos de su l a r g o c a u t i v e r i o , ni la noble resignación
con que lo
han soportado. T a m p o c o h a g o m é r i t o de esa brillante hoja de s e r v i c i o s , .
92 que consignada está en el proceso, y que por sí sola prueba las especiales dotes de ese Oficial tan i n t e l i g e n t e y esforzado en la fortuna c o m o e n t e r o y d i g n o en la adversidad; si prueba a l g u n a das mis palabras, hablaría la disciplina
necesitara, más alto que t o
que h o y m i s m o se observa en la
desgraciada tripulación que fué de la Cor adonga respetuoso cariño que
y en ese e n t r a ñ a b l e y
todos, sin e x c e p c i ó n , tributan á su C o m a n d a n t e ;
por mi p a r t e , el día que S. M. m e
confíe
n u e v a m e n t e el m a n d o de uno
de sus buques, mi m a y o r honra será tener
á m i s órdenes Oficiales t a n
probados como los que c o m p o n í a n la dotación de la
r Co adonga.
Sólo os p i d o , por fin, E x c m o s . Srcs., que antes de d i c t a r vuestro fallo, m e d i t é i s cuan t e r m i n a n t e y claro deberá ser, tratándose
de una
causa
tan l i g e r a m e n t e j u z g a d a de a n t e m a n o y en la que fué e n v u e l t a la r e p u tación de la Marina toda, q u e d e al menos consignada la historia tal cual ella es, l e g a n d o á nuestros hijos un buen nombre que en mejores t i e m pos y con proporcionados e l e m e n t o s puedan
a p r o v e c h a r dando á su país
tantos días de g l o r i a c o m o hubiera deseado darle esta Marina que se va. — E i r m a d o . — Juan
Bautista.
Topete.
niúmero O
Fallo del Tribunal Supremo M I K I S T K I Í I O DIÍ Машка.—Dirección del Per sonal.—El Sr. Ministro de Marina d i c e en R e a l orden de h o y al Capitán g e n e r a l del D e p a r t a m e n t o de Cádiz lo q u e s i g u e : El Presidente del T r i b u n a l S u p r e m o de G u e r r a y Marina en 2 3 de M a y o p r ó x i m o pasado m e dice lo s i g u i e n t e : Dada cuenta á este T r i b u n a l S u p r e m o de la adjunta causa r e m i t i d a por el Capitán g e n e r a l de Marina del D e p a r t a m e n t o de Cádiz, instruida al T e n i e n t e de n a v i o D. L u i s F e r y y T o r r e s V i l d ó s o l a y A l f é r e c e s D. F é l i x G u r r e a y G u rrea, D. Juan J á c o m e y P a r e j a y D. Joaquín C i n c ú n e g u i y Marco, con m o t i v o de su c o m p o r t a m i e n t o durante el c o m b a t e y rendición de la g o leta Cor adonga á la corbeta chilena Esmer alda, en las aguas del P a c í f i co la m a ñ a n a del 2 6 de N o v i e m b r e de 1865, e s t i m ó oír á los Fiscales; en c u y a v i r t u d el Militar, en censura del día 3 , á que suscribió el T o g a d o el 2 1 del m e s de A b r i l p r ó x i m o pasado, ha e x p u e s t o lo que s i g u e : — E s t e p r o ceso ha sido instruido en a v e r i g u a c i ó n de la conducta observada por el C o m a n d a n t e y Oficiales de la g o l e t a Cor adonga en el c o m b a t e que con la corbeta chilena Esmer alda sostuvieron el 2 6 de N o v i e m b r e de 1 8 6 5 . y del q u e resultó la rendición del p r i m e r b u q u e al s e g u n d o . — A n t e s de entrar en la narración del suceso, p a r e c e c o n v e n i e n t e hacer una l i g e r a reseña de la fuerza y condiciones de ambas naves, para la más e x a c t a aprecia ción de la conducta do los procesados. L a Cor adonga es una, g o l e t a rasa de borda, c o m o todos los buques de su clase, y por lo tanto, d o m i n a d a por la m a y o r e l e v a c i ó n de obras m u e r t a s de su contraria, lo que daba á ésta para una lucha al abordaje una superioridad incontrastable. El artillado de la g o l e t a se reducía á dos obuses de 2 0 c e n t í m e t r o s , montados en coli za en el centro, con un sector de fuegos de 4 6 grados, 2 3 á cada lado de la p e r p e n d i c u l a r á la quilla, y dejando indefensos á p o p a y á proa otros dos sectores de 1 3 4 g r a d o s cada uno. El deplorable estado de sus calderas, casi desfondadas por el trabajo de una larga campaña, no le p e r m i t í a una
93 velocidad m a y o r de 5 á (i millas por hora; por último, la tripulación se c o m p o n í a de 125 h o m b r e s — L a Esmeralda es una corbeta de hélice de batería corrida; según las declaraciones que obran en el proceso, su a r tillado consistía en 18 cañones de á 32 y dos más de bronce, c u y o calibre no se expresa; su t r i p u l a c i ó n en 200 á 250 hombres, y su andar era superior en dos ó tres millas por hora al m á x i m o que l l e g ó á desarrollar su contraria. Tal fué la inmensa desproporción de fuerzas con q u e t u v o l u g a r el desgraciado encuentro de 2(5 de N o v i e m b r e de 18u5. — A q u e l l a m a ñana n a v e g a b a la Covadonga, á m á q u i n a de C o q u i m b o á Valparaíso, de c u y o ú l t i m o punto distaba más de 30 millas; el v i e n t o era flojo; bastante la mar de proa; los horizontes calinosos por fuera y la tierra corrida por babor c o m o á 5 millas de distancia. A las n u e v e de la mañana cantó el tope una fragata de vapor de guerra por la amura de estribor, n a v e g a n do de v u e l t a encontrada; á poco rato se pudo detallar su aparejo, y se observó que usaba masteleros de j u a n e t e sin espiga para sobres, cual lo l l e vaban las corbetas peruanas I'nión y América; y convendrá quizá a d v e r t i r que las hostilidades con el Perú no se r o m p i e r o n hasta dos meses después, si bien sus buques debían y a en aquella época considerarse c o m o sospechosos. A unas 4 millas de distancia, izó la Esmeralda al pabellón i n g l é s y g o b e r n ó en d e m a n d a de la Covadonga, la q u e á su v e z l a r g ó las i n s i g nias españolas e hizo zafarrancho de c o m b a t e , disponiendo al m i s m o t i e m p o su C o m a n d a n t e que se cargase m a y o r peso á las v á l v u l a s de seg u r i d a d para obtener m a y o r andar, aun á t r u e q u e de las m á s g r a v e s consecuencias. A d m i t i e n d o el C o m a n d a n t e F e r y la posibilidad de tener á la vista un e n e m i g o disfrazado, m a n d ó zallar ambas colizas á estribor, por c u y o costado pasó la Esmeralda, s i e m p r e escudada con su bandera inglesa, y sin que se notase en ella el m e n o r síntoma de p r ó x i m a hostilidad, pues hasta tenía puestos los tapabocas de sus cañones; v e r d a d e r o lujo de precauciones y disimulo en un b u q u e de 20 cañones que iba á atacar á otro de dos tan solo. A l l l e g a r la Esmeralda á la aleta de la Covadonga, m e t e súbitamente sobre estribor, atravesándose por la popa de la g o l e t a ; le dispara una andanada y arría en seguida la bandera i n glesa, sustituyéndola con la chilena. - H e c h a l a . p r i m e r a descarga, orza la Esmeralda sobre la Covadonga, y siguiendo su m o v i m i e n t o sobre estribor le dispara la batería de babor: continúa a l t e r n a t i v a m e n t e estas inflexiones sobre una y otra banda, sirviéndose do su superior andar para conservar su posición por la popa y aletas de la g o l e t a , .y haciéndole una descarga en cada una de sus g u i ñ a d a s . — L a Covadonga m i e n t r a s tanto, al v e r la corbeta pasar por su popa, c a m b i a las colizas á babor y m e t e sobre esta banda; antes de tener sus piezas en batería, r e c i b e la p r i m e r a descarga: observando la orzada de la Esmeralda, cree que v i e n e al a b o r daje y e n v í a á popa su p r i m e r trozo para rechazarlo; pero el e n e m i g o conoce demasiado la ventaja que le da su superior artillería y m a r c h a , y sobre todo la posición que ha ocupado al a b r i g o de un pabellón neutral: maniobra F e r y á presentar el costado al e n e m i g o , sin poderlo conseguir, y después de otro infructuoso c a m b i o de colizas á estribor, t i e n e q u e r e solverse á dejar una pieza en cada costado, d i v i d i e n d o así su escasa a r t i llería, y fingiendo m o v i m i e n t o s , a p r o v e c h a r los descuidos de su contrario para d i r i g i r l e a l g u n o que otro disparo, habiendo sido el p r i m e r o , cuando y a había recibido la cuarta a n d a n a d a . — E n estas condiciones, la lucha no podía p r o l o n g a r s e m u c h o t i e m p o , y sólo á falta de destreza de la t r i p u l a c i ó n chilena puede atribuirse que en 50 minutos de c o m b a t e á tan corta distancia, no causaran m á s de 23 bajas en la dotación de la g o l e t a , que i n e r m e é indefensa, recibía d e s c a r g a tras descarga, sin poder contestar más que con tres disparos de cañón al fuego del e n e m i g o . — C o m p r e n d i ó F e r y que p r o l o n g a r la lucha en tales condiciones, era au-
.94 m o n t a r i n f r u c t u o s a m e n t e el sacrificio de vidas, sin la m á s r e m o t a esperanza de é x i t o : l l a m ó á sus Oficiales y les p r e g u n t ó si en su conciencia creían haberse c u m p l i d o con lo q n e se debía al honor de la bandera: la contestación fué u n á n i m e m e n t e afirmativa, y entonces dictó una n u e v a orden: echar el b u q u e á p i q u e y arriar el pabellón. El segundo C o m a n d a n t e bajó á la m á q u i n a y se procedió á abrir todos los grifos, v á l v u l a del tubo de d e s c a r g a y tapas del condensador; pero el corto t i e m p o de que pudo disponerse por la rápida presentación del e n e m i g o á t o m a r posesión del buque, no p e r m i t i ó que se consumara el i n tento; los maquinistas chilenos cerraron i n m e d i a t a m e n t e los grifos y v á l v u l a s , y siendo corta la cantidad de agua que había i n v a d i d o el b u que, éste quedó en poder de los contrarios. N o sucedió lo m i s m o con la correspondencia oficial, libros de señales y telégrafo, que fueron arrojados á la mar antes de la l l e g a d a del e n e m i g o á bordo. Tal resultan los hechos en el proceso que se está e x a m i n a n d o y en el que la v e r d a d r e salta de la p e r f e c t a conformidad de las declaraciones que lo c o m p o n e n : el Fiscal instructor, hallando p l e n a m e n t e justificada la conducta del Com a n d a n t e y Oficiales de la Covadonga. pidió su libre absolución sin nota, y el Consejo de g u e r r a de Oficiales g e n e r a l e s , reunido en San F e r n a n d o el 7 do F e b r e r o p r ó x i m o pasado, falló en todo de conformidad con el d i c t a m e n fiscal, fallo que, por su carácter ejecutorio, fué desde l u e g o l l e v a do á debido c u m p l i m i e n t o . El Fiscal m i l i t a r ha consagrado á este p r o c e so la p r e f e r e n t e atención que se m e r e c e , y en su detenido estudio funda su p a r e c e r de que el apresamiento de la Cocadonga fué un hecho d e s g r a ciado que no i m p r i m e m a n c h a sobre su dotación ni sobre su bandera. El é x i t o , el que suscribe no puede decir la victoria, el é x i t o de la Esmeralda no ha sido debido al n ú m e r o décuplo de sus cañones, al t r i p l e de su tripulación, ni aun á la estratajema de t o m a r posición bajo un pabellón neutral, estratajema que en este caso ha sido l l e v a d a á l í m i t e s hasta ahora desconocidos; el é x i t o ha consistido en la g r a n superioridad de su m a r c h a , que le p e r m i t í a m o v e r s e r á p i d a m e n t e para conservar su posición sobre la indefensa popa de la Cocadonga. ¿Pudo i m p e d i r esto el Com a n d a n t e Fery'.' Quizás lo hubiera conseguido s'i en l u g a r de la sospecha hubiese tenido la c e r t i d u m b r e de ser e n e m i g o el b u q u e que p r ó x i m o á él pasaba: h a y g r a n diferencia entre la maniobra recelosa del que sospecha á la resuelta del que sabe á q u é atenerse; del que al e m p e z a r la Esmera/da á m e t e r sobre estribor, para al p a r e c e r ponerse al habla y en realidad colocarse por la popa, hubiese m e t i d o t a m b i é n sobre estribor á la banda y t o m a n d o la i n i c i a t i v a del a t a q u e . Pero, ¿cómo tratar c o m o e n e m i g o un b u q u e que ostenta un pabellón neutral, que no presenta síntoma alguno de hostilidad, hasta el punto de, l l e v a r puestos los tapabocas á sus cañones? D e no haberlo verificado en los dos y m e d i o á tres minutos que debió durar el m o v i m i e n t o de la Esmeralda, esa m i s m a maniobra era la única que podía robar la popa de la g o l e t a á la cnfilación de los fuegos de su contraria, y v e m o s que F e r y inició ese m o v i m i e n t o . P a r a apreciar h o y el resultado que se hubiese tenido perseverando en él, necesario sería saber el t i e m p o que tarda la Covadonga en dar la v u e l t a redonda, así c o m o el andar e x a c t o de la Esmeralda y su v e r d a d e r a distancia á la g o l e t a ; aun con estos datos, el resultado no se obtendría sino a p r o x i m a d o , y debe suponerse que no se presentaría favorable, cuando después de i n i c i a d o este m o v i m i e n t o , fué abandonado por F e r y . Queda, pues, la corbeta chilena ejercitando sus cabos de cañón, en un b l a n c o i n e r m e ; el equipaje do la Covadonga sufriendo con sus brazos cruzados, durante cerca de una hora, el fuego del e n e m i g o , y v i e n d o caer 23 de sus compañeros, sin poder disparar más que tres cañonazos á su contrario; ni aun el recurso les queda de, sufriendo una hora más el f u e g o de la corbeta, d i r i g i r s e á embestir en la costa, p o r q u e ésta es cortada
95 ¡í p i q u e , y el art. 153, tít. 1.°, t r a t . 3." de las Ordenanzas que esto p r e v i e ne, d i c e t a m b i é n , que cuando no h a y a un riesgo p r ó x i m o de perecer el equipaje en el n a u f r a g i o . Esta inacción forzosa, esta dolorosa i m p o t e n c i a , justifica la d e t e r m i n a c i ó n de E e r y y el d i c t a m e n de sus Oficiales; unos y otros, si no pueden presentarse con la aureola de los héroes, han c u m p l i do p l e n a m e n t e con el deber que les trazan los arts. 151 y 153 del y a c i t a do t í t u l o y tratado de las Ordenanzas g e n e r a l e s de la A r m a d a de 1793; y por ello entiende el que suscribe que procede se consulte á S. M. la aprobación del fallo recaído en el doble c o n c e p t o de ejecutorio y justo, para su p u b l i c a c i ó n y demás fines. A q u í daría el Eiscal m i l i t a r por t e r minada su censura, si el recuerdo de que el é x i t o alcanzado por el C o m a n dante de la Esmer alda pudiese hacer a l g ú n prosélito, no le impulsara á e s t i g m a t i z a r la conducta del citado Jefe; poco de presumir es que esto suceda; pero la honra de las naciones, cosa es tan delicada, que toda p r e caución p a r e c e poca para conservarla i n c ó l u m e . Nuestras Ordenanzas de la A r m a d a autorizan el uso de banderas neutrales, pero prohiben bajo ellas el a t a q u e . Todas las m a r i n a s p r a c t i c a n lo m i s m o : en todas el débil apela á esto recurso para librarse de las g a r r a s del fuerte; el fuerte m i s m o para t o m a r una posición ventajosa respecto á su i g u a l ; pero no h a y e j e m p l o de que se h a y a roto el fuego bajo otro pabellón q u e el s u y o p r o pio. Está r e s e r v a d a esta triste prioridad al C o m a n d a n t e de un b u q u e rá pido, de 20 cañones, que atacaba á una g o l e t a de escasa m a r c h a , artillada con dos obuses, y el Fiscal m i l i t a r cree c u m p l i r con un deber p r o v o c a n d o por parte de V . A . una declaración en que se c o n s i g n e que el Oficial es pañol que imitase tan desleal conducta, se haría i n d i g n o de continuar vistiendo el honroso uniforme de la A r m a d a . — Y conforme en todo el T r i bunal con el d i c t a m e n de sus Fiscales, ha acordado lo manifieste así á Л". E. para la resolución que sea de¡ Real a g r a d o de S. M. Y la R e i n a (q. D. g . J , á quien he dado cuenta del preinserto d i c t a m e n , se ha d i g n a d o prestarle su soberana aprobación en todas sus partes. Y de i g u a l Real orden, c o m u n i c a d a por dicho tír. Ministro, lo traslado á Y . tí. á los fines que c o n v e n g a n en esa D i r e c c i ó n de su c a r g o . — D i o s g u a r d e á V . tí. m u chos años.—Madrid 1." de Junio de 1808. —El Director i n t e r i n o , Ramón Topete. H a y una rúbrica.—tír. Director de A r m a m e n t o s . Es copia del documento o r i g i n a l que existe en este A r c h i v o central de mi c a r g o — M a d r i d cuatro de Julio de m i l ochocientos ochenta y t r e s . — El A r c h i v e r o , Juan Lasso
de la
Vega.
X muero 1 0
Pruebas de la goleta »Covadon ga» Goleta Covadonga.—lixcmo. tír.: Consecuente á la superior orden t e legráfica de Y . E. de 3 del corriente, para que el lunes 5 probase esta g o l e t a , c o m o que el 4, por la fuerza del L e v a n t e , no se determinasen en el A r s e n a l á m o v e r l a del m u e l l e á la m a c h i n a para t o m a r la artillería, no pudo embarcarse hasta la mañana del 5, y esto retardó a l g ú n tanto la salida y no hubo el t i e m p o necesario para todas las e x p e r i e n c i a s que podían apetecerse, habiendo de regresar al Arsenal en el m i s m o d í a . — El plan de e x p e r i e n c i a s p r o y e c t a d o fué: 1." Con m á q u i n a sola en contra y á favor del v i e n t o y la m a r . 2." Con m á q u i n a y v e l a emen do el v i e n to — 3 ° A favor de éste y con los mismos elementos.—4." Con la vela sola
96 en las mismas circunstancias, v i r a n d o por a v a n t e y redondo, aunque con la h é l i c e calada por no tener listo el aparejo de suspensión. R e i n a b a v i e n to del SSE. fresco y marejada, circunstancias á propósito para deducir alg u n a s de las propiedades de la g o l e t a . En el p r i m e r caso, la m a r c h a no e x c e d í a de seis m i l l a s con la m a r de proa y de ocho á n u e v e al ponerla en p o p a . — E n el segundo, con el v i e n t o en siete cuartas y quince libras de presión en las calderas, era el andar de n u e v e millas, y al rebajar la presión á n u e v e libras se redujo éste á 7,2 millas, y forzado de v e l a en esta circunstancia y aun con dos libras menos de presión se l l e g ó á obtener una m a r c h a de n u e v e m i l l a s . Como fuera faltando el t i e m p o , prescindí del t e r c e r caso, y en el cuarto, que eran las circunstancias anteriores, e x c e p t o la m á q u i n a , q u e se paró, el andar era de seis millas, el cual no aumentó con la arribada sucesiva hasta estar en popa el v i e n t o . — C o m o entonces el p r á c t i c o m e expusiera no poder perderse m á s t i e m p o , si habíamos de estar en la Carraca al sol puesto, d e t e r m i n é concluir la virada por redondo, y verificado, se dio m á q u i n a otra v e z l e v a n t a n d o la presión á q u i n c e libras, y entonces se o b t u v o el ventajoso andar de once m i l l a s . Pero escaseándose el v i e n t o , hubo necesidad de r e c o g e r las v e l a s y con m á quina sola y m a r llana de t r a v é s atracamos al puerto, fondeando en el A r s e n a l á puestas del sol, j u s t a m e n t e . En las e x p e r i e n c i a s , la m á q u i n a ha funcionado con toda perfección, pues sólo se hizo una p e q u e ñ a parada á la salida para aflojar los t o r n i llos de c o n e x i ó n de dos platillos del eje sin n i n g u n a otra dificultad; pero sí con el defecto de poca i n y e c c i ó n en el condensador, lo que hacía la m a r c h a i n t e r m i t e n t e y tenerse que apreciar el andar por corredera, i n utilizándose las marcaciones á t i e r r a . — L a maniobra de babor ha resultado corriente; el v e l a m e n bien cortado, las j a r c i a s resistentes y la arboladura elástica y firme. El g o b i e r n o m u y bueno, obedeciendo con p r o n t i t u d al t i m ó n y adquiriendo v e l o c i d a d g i r a t o r i a , la cual es de dos minutos por cuadrante. L a disposición del centro v é l i c o es tan buena, que para nada se necesita el t i m ó n para conservar el r u m b o d a d o . — A u n q u e do los m o v i m i e n t o s de balances y cabezadas no puedo e x p r e s a r m e con firmeza por no haber e x p e r i m e n t a d o v e r d a d e r a mar, á j u z g a r por analogía, las cabezadas son suaves y t a m b i é n los balances l l e v a n d o el b u q u e e n v e l a d o , que á no, han de ser en e x t r e m o violentos, pues con la poca mar los e x p e r i m e n t é de 15" en poco m á s de un segundo. Esto debe depender de e x c e s o de estabilidad como lo había p r e v i s t o V . E. al acordar no se m e t i e s e lastre a l g u n o á la g o l e t a , la cual, con todo su aparejo ceñido y v i e n t o fresco, sólo inclina cuatro grados. L a posición del centro de g r a v e d a d para j u z g a r de estos conceptos no he podido aún hallarla, pero no faltará antes de salir otra vez á la m a r . — L a artillería no se ha m o v i d o , pero creo no afectará las propiedades del b u q u e en cualquier posición de las suyas q u e se le c o l o q u e . — D e todo lo expuesto, j u z g o que la g o l e t a Virgen de Covadonga es de p r i m e r a clase en las de su especie, de lo que c o n t r i b u y e á corroborarme la autorizada opinión del T e n i e n t e de n a v i o de I n g e n i e ros D que m e a c o m p a ñ ó á la prueba y que ha e n tendido en su a r m a m e n t o , mas las e m i t i d a s por todos los Oficiales del buque, por el tan p r á c t i c o director de m a q u i n a r i a Mr. W e s t , por los Oficiales de mar y hasta por la del p r á c t i c o de costas Francisco F o n c u b i e r ta, acostumbrado a v e r muchos buques de todas clases en idénticas circunstancias en el m i s m o espacio; con m á s la de haber dado caza pronto al v a p o r de ruedas francés EL Montañés, tenido, según el práctico, por andador. Tal v e z no h a y a e x a c t i t u d en esta opinión m í a , e m i t i d a bajo la influencia de esperar tener un b u q u e f a t a l m e n t e malo por lo que de sus s e m e j a n t e s había oído, y el hallarle r e g u l a r m e h a y a hecho el contraste concebirle superior; por lo que creo m e j o r dejar en suspenso el j u i c i o hasta
97 las m a y o r e s pruebas, q u e V . E. m e ha indicado han de verificarse en el t r a y e c t o á las C a n a r i a s . — Y antes creo necesaria la entrada en d i q u e por el defecto manifestado á V . E. en la i n y e c c i ó n del condensador, lo q u e pudo consistir en estar sucia la abertura, por l l e v a r la g o l e t a seis meses sin m o v i m i e n t o en el caño, ó en ser p e q u e ñ o el tubo conductor del agua, y c u a l q u i e r a q u e sea el m o t i v o , r e c l a m a la necesidad enunciada en m i o p i n i ó n . — T o d o lo que t e n g o el honor de p a r t i c i p a r á V . E. para su superior c o n o c i m i e n t o . — D i o s g u a r d o á V . E. m u c h o s años.—Carraca 6 de A g o s t o de 1861.—Excmo. Sr. - ( H a y una r ú b r i c a . ) — E x c m o . Sr. Capitán g e n e r a l del D e p a r t a m e n t o (1).
(1)
E s t e p a r t e , q u e es e l o r i g i n a l , e s t á t o m a d o
del Archivo
d e l D e p a r t a m e n t o d e C á d i z , p u e s a l G o b i e r n o s ó l o se l e dio
de l a
Capitanía
cuenta en
génerai
conjunto del r e -
- s u l t a d o de l a p r u e b a .
7
\ limero I I ce oo
EXTRACTO DE LA
DERROTA
DE LA
GOLETA
C
O
V
A
D
O
N
G
A
DESDE M Á L A G A Á RÍO J A N E I R O (Su primer viaje)
I M= Días
Rumbo
Distancia
1
NOTAS Á ESTE
máquina Dirección
y=vela
del i
24 25 26 27 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
S. 45° 0
S. 45 0 S. 45 0 Llegada á Santa Cruz. S. 40° 0 S. 47 0
S. S. S. S. S. S.
46 48 38 58 28 8 S. 51 S. 7 S. 10
13 S SO 14 15 16 17 18 19
CI
Q
120 145. . 185 167.... 88 . . . 90 128 180 165 120...... 100 . 100
0 0 0 0 0
0 E E
E . .
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7 R 7 IT!
S. 25 0 G ON PI Q Ql Ti
20 21 22 23 24 25 26
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62 40 40 80
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.
....
,
152 130 150
130
v
3. . . . 2
N E O . S. O N. E
;
N. N. N. ; N. E. N.
N. N. N. E N. E
O O O
V E V V IM. V S. O v N. N. O v !..!!" 1 ' !! s. 0 V s. s. 0
V V V V V .. V V
S. S. E
....
M
0
0 1 millas.
7'9.
0
N o puede ser.
7. 2. 3. 4. 7.
4
1....
N o puede ser. 5 millas.
î-
V, . 1 . 2.
4
5'(3. 4'4. 5. 5. N o puede ser. N o es creíble, salvo la c o r r i e n t e ecuatorial y viento más al E . ídem. ídem. ídem.
S. E . S. E
S. E .
.
6. 6. 4.
Variable del 3." y 4." c u a d r a n t e . .
V V V V M
OBSERVACIONES
7'5. QI-I ; 11 „
4. 5.
M 2
.
0
N
v.... V V
Singladuras completas á M. ó á máquina y vela V e l o c i d a d media
s.
V.. V
M. V V V .
180 175 171
f\
Q Q PI Q oí) í~\
s
-I 135 1 105 120 120 I ¿T^I 170
Fuerza
Propulsión
1 !M. V M M. V
180' 195 190..
viento
ESTADO
S. S. E E. N . E S. 0
7. 4. 4. 3. 5.
Don Juan Lasso de la V e g a y A r g u e l l e s , caballero de g r a c i a de la í n c l i t a Orden m i l i t a r de San Juan de Jerusalen, de la del M é r i t o N a v a l , condecorado con cruz de tercera clase y d i s t i n t i v o blanco, Jefe superior de A d m i n i s t r a c i ó n c i v i l honorario. Oficial de la clase de segundos del Ministerio de Marina, A r c h i v e r o del m i s m o , Certifico: q u e el E x t r a c t o de derrota q u e a n t e c e d e es copia e x a c t a de la o r i g i n a l que se custodia en este A r c h i v o c e n t r a l de m i c a r g o . Madrid cinco de Julio de m i l ochocientos o c h e n t a y tves.—Juan
Lanzo
de la
Ve/ja.
co co
100 \liniero l ' i
R E L A C I Ó N nominal del Comandante, Oficiales, Guardias Marinas y demás individuos de que se componía la dotación de la goleta «Covadonga» el día 26 del actual. Comandante,
Teniente
de
navio
D . L u i s F e r y y Torres de Vildósola. h
, ,
a
¿i
Alféreces
de
navio
D. Juan J á c o m e y P a r e j a . D. Joaquín C i n c í m e g u i y M a r c o . Guardia
Marina
de primera
D. V í c t o r María Concas y
habilitado
de
Oficial
Palau, e n c a r g a d o de la cuenta y razón.
Primer D . José L ó p e z y
clase,
Ayudante
de
Sanidad
Bernai. Guardias
Marinas
de primera
clase
D. Joaquín B u s t a m a n t e y Q u e v e d o . D. Emilio L u a n c o y Gaviot. Segundo
contramaestre,
D. Francisco Gómez y
graduado
de Alférez
de
fragata
González. Tercer
contramaestre
Manuel F e r n á n d e z y S a l g a d o . Aprendices
navales,
habilitados
de terceros
G e r ó n i m o Alfonso y P o p o . José Baños y L o r e n t e . Segundo
practicante
D. A n t o n i o R o d r í g u e z y M a r t e l . Segundo
carpintero
Francisco Campos. Segundo
calafate
Benito R e g u e i r o . Primer M i g u e l Esteban V a l e r o .
armero
contramaestres
Maestre
de
víveres
D. José A g u i l a r y Castañeda. Despensero D. E n r i q u e Cerezo. Cocinero
de
equipaje
G r e g o r i o Torres de Isidro, m a t r í c u l a do Tortosa. Cabos de
mar
A m a r o Peraza de D o m i n g o , m a t r í c u l a de Canarias. Juan R i e r a de Pedro, í d e m de Mataró. José F o n t de Juan, í d e m de i d . P c l e g r í n Gozó de F r a n c i s c o , í d e m de B a r c e l o n a . Esteban Boade de A n t o n i o , í d e m de Mataró. M i g u e l R u e d a de Juan, í d e m de S e v i l l a . Marineros
preferentes
Francisco F e r r e r de Juan, m a t r í c u l a de Rosas. L e o n a r d o Seide de F r a n c i s c o . í d e m de Coruña. José Ugalcle do í d e m , í d e m de M á l a g a . Juan R o c a de Salvador, í d e m de Mataró. Juan Bautista Alsol de A g u s t í n , í d e m de B a r c e l o n a . V i c e n t e Juan de A n t o n i o , í d e m de I b i z a . Salvador B u i g s e l v c r t de otro, í d e m de T o r r e v i c j a . P e d r o G ó m e z de B a r t o l o m é , í d e m de Mazarrón. Sebastián Miralles de Pascual, í d e m de V i n a r o z . Pablo S a l v a de A n t o n i o , í d e m de P a l m a . L o r e n z o S a l g u e r o de Francisco, í d e m de Redondela. A n t o n i o Rosas de otro, í d e m de S i t g e s . Jacobo Pasos de Carlos, í d e m de N o y a . G a b r i e l Siró de Juan, í d e m de A l c u d i a . A n t o n i o I g l e s i a s de Juan, í d e m de Marín. Salvador Cano de A n t o n i o , í d e m de M á l a g a . Francisco Moran de otro, í d e m de Canarias. Marineros
ordinarios
V a l e r i a n o Juan de A g u s t í n , m a t r í c u l a de V i n a r o z . F e l i p e Sánchez do Juan, í d e m de M á l a g a . Eustaquio C o m p t e de Bautista, í d e m de V i n a r o z . F r a n c i s c o F e r n á n d e z de José, í d e m do V i g o . Baltasar Pousada de Benito, í d e m de Marín. José B e n i t o Dieste de I n c ó g n i t o , í d e m de Cabo Cruz. Nicolás Sebastián de José, í d e m de Cullera. G u i l l e r m o O l i v e r de otro, í d e m de Mallorca. Cristóbal Suárez de A l e j o , í d e m de Canarias. F r a n c i s c o A g r e s a r de Silvestre, í d e m de V i l l a g a r c í a . Pascual D o p i c o de C a y e t a n o , í d e m de F e r r o l . G r e g o r i o R o m e r o de Manuel, í d e m de Canarias. Isidro Escudero de B a r t o l o m é , í d e m de A l m e r í a . Narciso Bos de Manuel, í d e m do Santander.
102 F e r n a n d o Suárcz de P e l c g r í n , í d e m de Gijón. V i c e n t e N o v o s de Nicolás, í d e m de Santa Marta. José Casanovas y Pablo, í d e m de Mataré. Rafael Gabarrón de Luis, í d e m de Estepona. E v a r i s t o Suárez de Francisco, í d e m de F e r r o l . Joaquín F e r n á n d e z de José, í d e m de Marín. D i e g o Mauri de José, í d e m de F e r r o l . Marcelino L a y a de Pedro, í d e m de Santoüa. Faustino Pastoriza de Manuel, í d e m de V i g o . Joaquín I g l e s i a s de Juan, í d e m de M a r t e l l a . F r a n c i s c o Pont de Baltasar, í d e m de P u e n t e d e l m m e . José V á z q u e z de otro, í d e m de V i l l a g a r c í a . Manuel M a y a r í de Gabriel, í d e m de id. A n d r é s G ó m e z de I n c ó g n i t o , í d e m de Coruna. Grumetes D o m i n g o Martínez de Bernardo, natural de Coruna. F e l i c i a n o l a i c a s de Francisco, í d e m de A l i c a n t e . I n o c e n c i o L ó p e z de Pedro, í d e m de Santander. Juan D o m í n g u e z de José, í d e m do H u e l v a . José P i n a c h e de Pablo, í d e m de Barcelona. A n d r é s Forreras y Chan de José, í d e m de P o n t e v e d r a . Cristóbal G a r c í a de B a r t o l o m é , í d e m de Cádiz. D o m i n g o N ú ñ c z y F u e n t e de José, í d e m de Betanzos. José F e r n á n d e z R a p i a de Manuel, m a t r í c u l a de N o y a. R a m ó n B a r c i a g a de Manuel, í d e m de V i g o . F r a n c i s c o Costas de A l e j a n d r o , í d e m do id. R a m ó n G a r c í a de José, í d e m de Cangas. M i g u e l Petoado de Manuel, í d e m de Padrón. Manuel G u t i é r r e z de A n d r é s , í d e m de V i g o . Manuel Pérez de otro, í d e m de R e d o n d c l a . G r e g o r i o Malli de Pedro, í d e m de T a r r a g o n a . Sebastián G a r c í a de Cristóbal, í d e m de Coruna. José B a g u e y A l a b a r t do Silvestre, í d e m de T a r r a g o n a . F r a n c i s c o M a r t í n D i e g o , í d e m de P o n t e v e d r a . M i g u e l Masuct y C a y e t , í d e m de B a r c e l o n a . F r a n c i s c o González V a s c o de otro, í d e m de Granada. A n t o n i o L ó p e z de Juan, í d e m de M á l a g a . Primer
maquinista
Mr. James Harris. Tercer
maquinista,
Cuarto
maquinista
D. J a i m e D o m c n e c h .
D. José F e r n á n d e z . Ayudantes José B e n í t e z . José R o d r í g u e z Saudiani.
de
máquina
103 Fogoneros
marineros
Francisco Juli de Juan, m a t r í c u l a de P a l a m ó s . Basilio G o n z á l e z de Pedro, í d e m de V i g o . M a r t í n Castellar de A g u s t í n , í d e m de Tortosa. José F e r r a t e de Esteban, í d e m de Cambiáis. J a i m e A l s i n a de B u e n a v e n t u r a , í d e m de Mataró. Juan V i l a de Pedro, í d e m de F e r r o l . B e n i t o Sánchez de José, í d e m de Estepona. Paleadores
marineros
V i c e n t e Marco de otro, m a t r í c u l a de Barcelona. Esteban R o d r í g u e z de Silvestre, í d e m de Canarias. F r a n c i s c o H e r n á n d e z de Juan, í d e m de id. F r a n c i s c o González de B a r t o l o m é , í d e m de F u e n g i r o l a . José Benito A r t e l e z de otro, í d e m de Canarias. J u a n ' P r a t de Pedro, í d e m de V i l l a n u e v a . A n t o n i o Collazo de I n c ó g n i t o , í d e m de Coruña. Segundo
condestable
Juan Ral'ael Campos. Cabos primeros
de Infantería
de
Marina
Pedro Ruiz N i c o l a u . José Martínez González. Corneta D o m i n g o Monfordín Martínez. Soldados Pedro Bernaza V i c e n t . Ramón García Tuelan. José Méndez Cadena. L e o n a r d o O r t e g a García. Manuel Losada L e s e n d e . T i b u r c i o G ó m e z y Garrido. C l e m e n t e C o n g o y Canal. Manuel Martínez Morejón. José R a m o s Caña. A bordo de la fragata Villa de Madrid, bahía de Valparaíso á treinta de N o v i e m b r e de m i l ochocientos sesenta y c i n c o . — M i g u e l Lobo. NOTA.
A l l l e g a r á Europa habían fallecido diez individuos de los que
se nombran en esta relación.